La leyenda de la Isla de las Muñecas

La isla de las muñecas se encuentra en Xochimilco, al sur del centro de la Ciudad de México y
es un lugar tranquilo, ecológico con islas flotantes y canales que se cruzan.

Cuenta la leyenda que Don Julián Santana Barrera, el guardián de la isla, un cierto día
descubrió el cadáver de una niña que murió ahogada, flotando sobre el agua de los canales.
Julián trató de salvarla pero nada pudo hacer y por eso levantó una cruz en memoria de la niña
a la entrada de su terreno. Tras el incidente, él aseguraba que el espíritu de la niña lo
atormentaba. Un día, encontró una pequeña muñeca flotando a orillas de su isla y supuso que
tal vez pertenecía a la niña, por lo que decidió colgarla de un árbol para rendir honor y ofrenda
a la difunta que venía a atormentarlo. Don Julián aseguraba que el espíritu de la niña había
poseído a la muñeca, y para protegerse comenzó a colgar más y más muñecas que iba
encontrando en los canales y en las basuras. 

Cuentan que las muñecas están poseídas por espíritus de niños y que Don Julián estaba
poseído por una energía extraña pues colgó muchas muñecas en la isla – hay más de 3500
muñecas, desmembradas, sucias, sin ojos, sin cabeza, con apariencia tétrica...

La gente del lugar también aseguran que las muñecas mueven los brazos y los ojos
observando a los turistas que visitan la isla. No se puede tocarlas, ni quitarlas de su lugar pues
le va a pasar algo malo, generar desgracias a quien lo haga. 

Don Julián confesó a su sobrino que había una sirena en las aguas del canal que pretendía
llevárselo desde hacía mucho tiempo. Un día, en abril de 2001, él fue encontrado muerto
flotando en el canal. La causa de su muerte había sido un infarto y Julián murió en el mismo
lugar donde la niña fue encontrada flotando sin vida.

La otra versión de la leyenda cuenta que Julián Santana empezó a poner muñecos para
ahuyentar al espíritu de su hija que cayó al agua cuando su madre la llevaba a hombros
mientras lavaba la ropa en el canal. 

La isla de las muñecas es un lugar en el que el silencio se entremezcla con la tragedia y el

misterio, un lugar con aire de brujería y maldición.