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LA ISLA DE LAS MUÑECAS

México
Fue el hogar de un eremita, Julián Santana Barrera, que vivió aislado
entre los canales del barrio chilango de Xochimilco. La leyenda cuenta
que encontró a una niña que se había ahogado y a partir de ese
momento se dedicó a colgar muñecas alrededor de la isla para
apaciguar a su espíritu. Este lugar se convirtió en una atracción turística
para muchos turistas que se acercaban aquí con muñecas para añadir a
la colección. En el año 2001 Barrera fue encontrado ahogado en el
mismo lugar en el que se supone que apareció la niña. La isla todavía
se puede visitar, aunque la sensación de que todas esas muñecas te
observan es algo rara, por llamarla de alguna manera, En medio de un
pantano, las cabezas de bebés de plástico cuelgan desde los árboles o
de los techos de las casas, islote causa terror entre canales laberínticos
y pequeñas islas agrestes. Es que fue decorada durante años por
Julián Santa Ana Barrera, un sujeto muy particular que murió, pero que
su impronta permanece viva en los cientos de turistas que visitan el
lugar a diario. Según cuentan los que lo conocieron, Julián siempre fue
un tipo humilde y retraído. Todos los días bajaba al pueblo con su
carretilla para vender lo que plantaba en su pequeña isla. También se
convirtió en una especie de peregrino, y pregonaba la palabra de Dios
por las esquinas.

A principios de abril de 2001, el anciano se acercó al canal para pescar,


mientras le comentaba a su sobrino que una sirena se lo quería llevar,
pero él le iba a cantar para que no lo hiciera. Anastasio se fue a ver las
vacas y cuando regresó, ya no había nada que hacer: Julián había
muerto de un infarto y había caído al canal. Ahora el lugar es conocido
como la Isla de las Muñecas; ahí se pueden ver decenas colgadas en
árboles y casas. Son tantas que las autoridades planean crear un
museo para guardarlas.
Como parte del proyecto ecoturístico en Xochimilco, la actual
administración rehabilitará canales para atraer más visitantes, quienes
podrán realizar actividades como pesca y canotaje y, por qué no, visitar
la que podría ser la isla más tétrica de México.

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