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México
Fue el hogar de un eremita, Julián Santana Barrera, que vivió aislado
entre los canales del barrio chilango de Xochimilco. La leyenda cuenta
que encontró a una niña que se había ahogado y a partir de ese
momento se dedicó a colgar muñecas alrededor de la isla para
apaciguar a su espíritu. Este lugar se convirtió en una atracción turística
para muchos turistas que se acercaban aquí con muñecas para añadir a
la colección. En el año 2001 Barrera fue encontrado ahogado en el
mismo lugar en el que se supone que apareció la niña. La isla todavía
se puede visitar, aunque la sensación de que todas esas muñecas te
observan es algo rara, por llamarla de alguna manera, En medio de un
pantano, las cabezas de bebés de plástico cuelgan desde los árboles o
de los techos de las casas, islote causa terror entre canales laberínticos
y pequeñas islas agrestes. Es que fue decorada durante años por
Julián Santa Ana Barrera, un sujeto muy particular que murió, pero que
su impronta permanece viva en los cientos de turistas que visitan el
lugar a diario. Según cuentan los que lo conocieron, Julián siempre fue
un tipo humilde y retraído. Todos los días bajaba al pueblo con su
carretilla para vender lo que plantaba en su pequeña isla. También se
convirtió en una especie de peregrino, y pregonaba la palabra de Dios
por las esquinas.