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En 1738 el centro del poder francés, y toda Europa, era un conglomerado de seres humanos
que en su conjunto producía todo tipo de olores, donde los que más abundaban eran los
malos olores, desde el más pobre hasta los reyes olían mal, casas, castillos, palacios,
despedían aromas nada agradables.
Jean-Baptiste Grenouille vio la luz del mundo en medio de las peores situaciones, su madre,
una humilde joven vendedora de pescados lo trajo al mundo en su sitio de trabajo, y al
nacer lo arrojo a la inmundicia.
El Padre Terrier era el encargado de distribuir y pagar por el cuidado los recién nacidos
huérfanos que le eran encomendados al Convento de Saint—Merri. Jeanne Bussie se le
presentó en su puerta con la firme intención de devolverle a aquel niño, porque lo
consideraba un pequeño demonio que solo la estaba secando, un bebé que no parecía
humano, porque no despedía ningún olor, solo los de sus heces.
El Perfume nos cuenta que luego de pasar su infancia y los primeros años de su
adolescencia bajo el cuidado de diferentes hogares de atención social, pasa a ser empleado
de un curtidor de cuero, que prácticamente lo esclaviza. Logra salir de esa situación gracias
a que es contratado por uno de los más reconocidos perfumistas de París, el maestro
Giuseppe Baldini, el cual sería su maestro y le enseñaría las técnicas de su arte.
Bajo el cuidado y la sombría personalidad de Madame Gaillard, un mujer fría, sin saber de
olores, buenos o malos, y sin rastro de sentimientos maternos o filiales hacia aquellos niños
bajo su protección, con aquella gris influencia pasó los primeros año de su infancia el
protagonista de El Perfume, vivió sin tener amigos de infancia, se acostumbró al rechazo de
los demás
Antes de ser contratado por Baldini, trabajó como un esclavo para Monsieur Grimal durante
siete años, cuando alcanzó a cumplir los trece años, ya era un experto en el oficio de curtir
cueros, además al ver superado la enfermedad de los curtidores, el ántrax, se hizo inmune a
ella y pudo desempeñarse mejor que los demás, por lo que su valor como trabajador
incapaz de enfermarse le proporcionó un mejor trato de su esclavista.
El Perfume que vendían estos locales, aún siendo exquisitamente aromáticos, supusieron
para Jean-Baptiste Grenouille unas sustancias a las que él podría mejorar sobremanera, en
ese sentido planificó la forma de hacer que Monsieur Grimal le dejara conocer a uno de los
perfumistas de la ciudad a los cuales Grimal le vendía unos finos cueros. Un día se presentó
con una carga de cueros al taller del mejor elaborador de perfumes de París.
Esta joven de apenas unos 14 años, se convierte en la primera victima directa de Jean-
Baptiste Grenouille, ya que al encontrarla en una oscura y solitaria calle parisina le da
muerte con la intención, no de abusar sexualmente de ella, sino de absorber el agradable e
indescriptible olor que de ella él captó, desde entonces se fijó la meta de crear un aroma que
hiciese que la gente lo amara hasta los límites de la veneración.
Baldini le indica a Grenouille que en la ciudad de Grasse es donde podrá hallar las técnicas
para poder capturar bien el aroma de las cosas que él quisiera. Luego de varios años
trabajando para Baldini, Jean-Baptiste Grenouille, parte al sur de Francia, hacia Grasse en
busca de realizar el sueño de crear El Perfume, el mejor de la historia, por cual seria amado
y recordado siempre.
Al día siguiente, de irse, la casa de Baldini se desplomó, sin dejar rastros del mejor
perfumista de París, ni de las formulas magistralmente creadas por Jean-Baptiste
Grenouille, todo fue a caer en el cercano río Sena. Grenouille por su parte pasó un buen
tiempo respirando el agradable aire puro de los campos de Orleáns, lejos del olor de los
demás seres humanos, a los que evitaba todo lo que podía, luego se dedicó a vivir durante
siete años en una cueva, en Plomb du Cantal.
Cerca de Grasse, casi llegando a un pueblo vecino fue hallado el cadáver de una joven y
virginal doncella, una hermosa adolescente que aún muerta era admirada en su belleza, la
habían asesinado asestándole un golpe en la nunca y su cabellera había sido toscamente
arrancada. Luego el protagonista de El Perfume, dejaba en los campos de jazmín un par de
cadáveres de dos hermosas jovencitas italianas, desnudas sin sus cabellos, cada una con las
marcas de haber sido golpeadas en la cabeza.
Los asesinatos de hermosas jovencitas se fueron incrementado, todas casi unas niñas, con
una belleza digna de admiración, y ninguna portaba su cabello, aparecían sus cadáveres
desnudos, sin rastros de haber sido abusadas en su sexualidad, todas con un contundente
golpe en la base craneal. Las autoridades comenzaron a sospechar de todos, de los
extranjeros, de los trabajadores de los campos, ricos excéntricos, sin hallar culpables.
Uno de los personajes, decisivos de El Perfume, es Antoine Richis, uno de los más
acaudalados hombres de la ciudad, poseedor de grandes y aprovechados terrenos, negocios
con otras ciudades y países, pero para quien su verdadera fortuna era su hija Laure Richis,
que además poseía unos hermosos cabellos rojos que hacían que la belleza de su hermoso
rostro resaltara aún más.
Antoine Richis, decide salir de Grasse con su hija, con el objeto de adelantar la realización
de la boda en la que había comprometido a su hija con el hijo de una renombrada familia, lo
hacía con el objeto, no tanto de casar a su única hija, sino que esta perdiera su condición de
virgen en ese matrimonio, ya antes planificado, y con ello salvarla de ser asesinada. Luego
de la boda retornarían a Grasse con mejores perspectivas.
Luego de varios días, Grenouille, con su fino olfato, supo que Laure se quedaría una noche
en una posada muy bien custodiada, él llegó primero y se hospedó en el establo, como un
humilde curtidor de pieles. Laure y su padre se hospedaron sin presentir que el asesino de
Grasse estaba cerca de ellos, ya habían rentado todas las habitaciones del lugar, y solo
estaban los sirvientes y los oficiales custodios.
Grenouille con habilidad sigilosa llegó hasta la habitación de Laure a través de una ventana,
luego de contemplarla y admirar su belleza, y sentirse bienaventurado por estar
consiguiendo su sueño, procedió como con todas las otras 24 jóvenes vírgenes a propinarle
a la bella pelirrojo un golpe en la base del cráneo, sin causarle heridas externas, solo
internas que instantáneamente le causaron la muerte.
Nos cuenta El Perfume que al amanecer Antoine Richis fue a darle los buenos días a su hija
y hablar con ella antes de verla casada, sin embargo, al abrir la puerta del cuarto donde
Laure dormía, la halló muerta, inmóvil sin su hermosa cabellera roja, con sus ojos color
aceituna sin brillo alguno, sintió que la pesadilla que tanto temía se estaba volviendo
realidad. La noticia sobre el asesinato de la hija del hombre más rico se difundió a todos
lados.
Las autoridades organizaron una búsqueda sistemática por todo Grasse y los pueblos
cercanos, se ofrecieron generosas recompensas por su captura o indicios de donde se
encontraba. Fue quien atendió a Grenouille cuando se hospedó en el mismo lugar que Laure
y su padre, quien lo identificó como el único sospechoso posible ya que desapareció a la
mañana siguiente, cuando fue hallada asesinada la joven doncella.
La seña con identificó al inquilino fue que este cojeaba, y eso fue lo mismo que notó otro
oficial cuando Jean-Baptiste, le pregunto hacia donde se dirigían Antoine Richis y su hija.
Todas las investigaciones condujeron a la captura de Grenouille, quien estaba en el taller de
Madame Arnulfi. Luego de capturado, fue sometido a tortura para obligarlo a confesar la
razón de sus asesinatos, pero él solo decía que las necesitaba.
Todos los cerca de diez mil asistentes al acto de su ejecución comenzaron a gritar su
inocencia, incluso los jueces, clérigos y demás autoridades que le enjuiciaron, la adoración
por Jean-Baptiste Grenouille fue creciendo cada minuto. Había logrado crear el perfume
perfecto, uno por el cual con apenas unas gotas hacía que todos se rindieran a su pies a
rendirle pleitesía, no como a un rey, sino como a un dios.
Bajo la influencia de El Perfume, creado por Grenouille, los diez mil asistentes se
entregaron a la lujuria colectiva, como borrachos poseídos por un desenfrenado impulso
sexual hicieron la mayor orgía bacanal de todos los tiempos. El padre de Laure se acercó a
Jean-Baptiste Grenouille, y este pensó que sería el único que podría acabar con su vida, sin
embargo, le propuso llevarlo a su casa y tratarlo como un hijo.
Grenouille dio a parar a la casa de Laure, donde Antoine Richis le proporciono la misma
habitación que antes ocupara su hija. Pero al día siguiente Grenouille, casi amaneciendo se
alejó de esa casa y de la ciudad para siempre. Las autoridades de Grasse hallaron a otro
como culpable de sus crímenes, al amante de Madame Arnulfi, Druot, el cual, bajo tortura,
admitió los asesinatos, y luego fue ejecutado, casi privadamente.
En El Perfume, historia de un asesino se narra como este luego de cometer sus crímenes,
ser apresado, y cuando iba a ser ejecutado se libra de ello usando un aroma que hechiza a
todo el mundo al punto de declararlo inocente. Grenouille llega a París su ciudad natal,
donde nació en medio de los peores olores del mundo, entre restos de pescados muertos y
arrojado a ellos cual basura por su madre.
Jean-Baptiste Grenouille a París llega sin ánimo de conquistar a la ciudad, cosa que podía
hacer con su poderoso perfume, sino que arribó con la desilusión de no poder disfrutar de la
magia de su creación y de saber que nadie nunca podría olerle a él, porque no tenía olor
propio, nunca iba a ser amado por si mismo, solo por su perfume. Recorrió París y cerca de
medianoche se arrojó sobre si el frasco de perfume.
Todos querían tener un pedazo de él, de ese olor que lo hacía ver como un ángel de Dios,
como un ser idealizado al máximo. Todas las personas, mendigos, vagos, maleantes,
trabajadoras sexuales, fueron acercándosele cada vez en mayor número hasta que eran
tantos que le cayeron encima desgarrando sus ropas, y luego, con frenesí, su cuerpo, al rato,
de él no quedo ningún rastro. Era el año de 1767, tendría Grenouille, unos 29 años.