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UNIVERSIDAD SAN JOSÉ


FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS

CARRERA DE DERECHO

“LA SUSPENSIÓN DEL CONTRATO DE


TRABAJO EN EL SISTEMA
JURÍDICO COSTARRICENSE”

Tesis para optar al título de Licenciatura en Derecho

Juan Lisandro Cordón Vega.

San Ramón, 18 de noviembre del 2003


2

ÍNDICE

CAP. 1. INTRODUCCIÓN
1

1.1 El problema y su importancia 7


1.2 Motivación 4
1.3 Planteamiento del problema 6
1.4 Objetivos 6
1.4.1 Objetivo general 6
1.4.2. Objetivos específicos 6
1.5 Interrogantes 7

CAP. 2. PROCEDIMIENTO METODOLÓGICO 9

2.1 Tipo de investigación 10


2.2 Fuentes de información 10

CAP. 3. HISTORIA DEL DERECHO LABORAL 11

3.1. Inicio histórico del derecho laboral 12


3.1.1 Las antiguas civilizaciones 12
3

3.1.2. La regulación del trabajo en Roma 13


3.1.3. Normas patrimoniales 13
3.1.4. Normas del derecho de familia 14
3.1.5. Regulación obligacional del trabajo 15
3.1.6. Normas protectoras del trabajador 15
3.1.7. Formas jurídicas de la relación laboral contractual 16
3.1.8. Características generales de sistema clásico romano 17
3.1.9. Influencia cristiana y crisis del sistema clásico
laboral romano 18
3.1.10. Trabajo agrícola 19
3.1.11. La jornada y el salario en el trabajo agrícola 20

3.2. Derecho laboral contemporáneo, sus primeros pasos 21


3.2.1 Derecho laboral en la Edad Media 21
3.2.2. El derecho laboral y la revolución francesa 22
3.2.3. Desarrollo del derecho laboral moderno 23
3.2.4. Conflictos mundiales por la reducción de la
jornada laboral 24
3.2.5. Creación de la Organización Internacional del
Trabajo (O.I.T.) 26
3.2.6. Conflictos surgidos en la segunda mitad del siglo XIX 27
3.2.7. Movimientos sociales de principios del siglo XX 29

CAP. 4. EL CONTRATO DE TRABAJO 32

4.1. Fuentes formales del derecho laboral. 33


4.1.1. La Ley. 33
4.1.2. La costumbre. 34
4.1.3. Los usos o practicas de empresa. 36
4.1.4. La equidad. 37
4.1.5. La jurisprudencia. 38
4

4.1.6. Los contratos colectivos. 38


4.1.7. La doctrina. 39
4.1.8. Derecho internacional. 40
4.1.9. El derecho común. 40

4.2. Algunas definiciones del derecho del trabajo 41


4.3. Definiciones teóricas del contrato de trabajo 43

CAPITULO 5. LA SUSPENSIÓN DE LOS


CONTRATOS DE TRABAJO 46

5.1. Generalidades 47
5.2. Concepto de suspensión, definiciones. 49
5.3. Características de la suspensión del contrato de trabajo 58
5.3.1. Suspensión de las obligaciones del contrato. 58
5.4. Deberes del patrono. 59
5.4.1. La obligación de conservar la plaza del trabajador 59
5.4.2. Conservación de aquellos beneficios sobre los que
no gravita la suspensión. 61
5.5. Deberes del trabajador 62
5.5.1. Prohibición de no hacer competencia al patrono 62
5.5.2. Guardar sigilo sobre los secretos de la empresa 64
5.6. Temporalidad de la suspensión 65
5.7. Suspensión o interrupción contractual 67

CAPITULO 6. CAUSAS DE LA SUSPENSIÓN


CONTRACTUAL 73
5

6.1. Clasificaciones de la suspensión 75


6.2. Causas de la suspensión individual 78
6.2.1. Arresto judicial o administrativo y la prisión preventiva. 78
6.2.2. La enfermedad 85
6.2.2.1. Requisitos de la causal 85
6.2.2.2. El plazo de duración. 86
6.2.2.3. Conocimiento del patrono de la enfermedad 88
6.2.2.4. Algunos casos especiales 88
6.2.3. La suspensión disciplinaria 90
6.2.4. Maternidad de la trabajadora 93
6.3. Causas de la suspensión colectiva 95
6.3.1. Falta de materia prima 95
6.3.2. La fuerza mayor o caso fortuito 98
6.3.3. La muerte o incapacidad del patrono 100
6.3.4. La huelga legal 102
6.3.5. El paro patronal 105

CAPITULO 7. TRÁMITE PARA LA


DECLARATORIA DE LA SUSPENSIÓN 108

7.1. Procedimiento para la suspensión de los contratos


de trabajo. 109
7.2. Del órgano administrativo competente 109
7.3. Del procedimiento para el trámite de las suspensiones. 110
7.4. Formalidades de la solicitud 110
7.5. El trámite de la solicitud. 112
7.6. Substanciación del expediente. 113
6

7.7. Terminación del procedimiento. 116


7.8. Recursos aplicables a las resoluciones de la Inspección
General de Trabajo. 117
7.8.1. El recurso de revocatoria. 117
7.8.2. El recurso de apelación. 119
7.8.3. El recurso de revisión. 119
7.9. Impugnación jurisdiccional del acto final de la suspensión. 121
7.10. Sobre la admisibilidad del juicio ordinario. 121

CONCLUSIONES 127

RECOMENDACIONES 123

JURISPRUDENCIA 134

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

AGRADECIMIENTOS
7

A DIOS TODOPODEROSO, que me ha dado fuerzas y me ha permitido vivir para

poder ver culminados mis estudios con la bendición de su gracia.

A Doña Deisilia Vega, mujer humilde, inteligente y trabajadora, que como buena

madre me enseñó a dar mis primeros pasos. Ella a pesar de las adversidades me

dio abrigo, casa, estudio y en ocasiones hasta su bocado. Pero, sobre todo me

inculcó valores y principios que atesoro como el amor a Dios.

A Sonia Ramirez, paciente y amorosa mujer con que el Señor me bendijo por

esposa. Ella me ha regalado mis dos grandes tesoros, Kevin y Mauricio.

A Esteban Quesada Vega, joven osado, tenaz y luchador, al cual tengo la suerte

de tener por hermano.

Con mucho sacrificio, empeño y orgullo;

Juan Lisandro Cordón Vega


8

CAPITULO 1.

INTRODUCCIÓN

1.1 El problema y su importancia


9

El Derecho laboral pertenece a la sustancia de las normas jurídicas


regulan el trabajo. Se produce por cuenta ajena, al encontrarse
sometida a una dinámica de cambio y acomodación continua. Esta
dinámica, en ultima instancia registra las vicisitudes del conflicto, cuya
composición aquellas normas ensayan. Sin embargo, esta
circunstancia se ha hecho particularmente intensa y perceptible en los
últimos tiempos, como consecuencia de la acción combinada de
distintas causas: económicas, sociales y políticas.

Esta innovación se ha dado en un intervalo relativamente corto.


El ordenamiento jurídico laboral ha sufrido transformaciones profundas
en Costa Rica. Primero, surgió la propuesta y aprobación de la
Secretaría de Trabajo, el 2 de julio del año 1928. Luego, tras muchas
conversaciones, se promulgó el Código de trabajo, el cual entró en
vigencia el 15 de Setiembre de 1943. Este Código ha sufrido desde su
creación y a través de los años, una serie de mejoras en beneficio de
los trabajadores. En su momento significó un remedio procesal muy
necesario para alivianar el ambiente laboral que se vivía.

Más tarde, y con ocasión del proceso de transición política,


nuevas disposiciones vinieron a alterar los presupuestos ideológicos e
instituciones de nuestro particular sistema de relaciones colectivas.
Se da la legalización de los sindicatos obreros y de las organizaciones
patronales. Con ello, surge el reconocimiento de las libertades y
derechos sindicales.
10

El Derecho laboral rige las relaciones humanas referentes a la


realidad social denominada trabajo, actividad encaminada a la
satisfacción de las propias y variadas necesidades de la sociedad.
Por tanto, al hablar del trabajo se hace alusión no a la mera actividad
que satisface una necesidad propia, sino a la que surge de una
relación de hombre a hombre, susceptible de una regulación jurídica
obligacional. Esta se configura en cada época de forma diferente,
según la naturaleza del vínculo jurídico que liga a los que intervienen
en las relaciones humanas que se refieren al trabajo. Esto se hace
según los procedimientos técnicos que se aplican en el ejercicio de
esta actividad y a la organización económica que responde a la
estructura de cada sociedad.

Ese primer aspecto supra indicado, lo estudia el Derecho laboral;


el segundo, es propio de la técnica laboral; el tercero corresponde a la
economía y la política. Pero, tanto los fenómenos técnico-laborales
como los económicos son circunstancias de hecho influyentes en las
reglas de derecho que las rigen. Así, por ejemplo, la sustitución del
artesano por el maquinismo no fue un fenómeno jurídico, pero influyó
decisivamente sobre las normas de trabajo. Así, las cosas, el Derecho
laboral actúa conforme a la situación social, económica, técnica y
hasta política de cada país.
11

1.2 Motivación.

Costa Rica es uno de los pueblos de América Latina, que ostenta


uno de los porcentajes más bajos de analfabetismo en la población del
país. Dentro del istmo centroamericano ha sido reconocido como el
que tiene la tasa más baja. Estos galardones se deben a los
esfuerzos efectuados en este país, por impulsar las medidas que cada
día mejoren el sistema educativo. En los costarricenses existe un alto
grado de escolaridad, razón por la cual los obreros son muy
calificados. Esta situación, en los últimos años, ha deparado "una de
cal y otra de arena", ya que muchas empresas textileras o de la
maquila, han mudado sus operaciones a otros países. Procuran
buscar con ello, una mano de obra más barata, sin importar que no
sea tan calificada. Sin embargo, existen otras empresas, que por el
tipo de producto que desarrollan, buscan personal calificado y con un
nivel académico profesional, como es el caso de INTEL. Estas
empresas prefieren establecer sus operaciones en países como Costa
Rica, ya que ponderan la calidad de la mano de obra que contratan,
por encima del costo económico que dicha contratación les
representa.

Costa Rica es un país que puede presumir de tener una fuerza


laboral con un alto grado educativo a nivel general. Muy a pesar de
esto, son muchos los trabajadores costarricenses que desconocen
muchos de sus derechos. Trabajan y reciben un salario, muchas
veces sin saber siquiera, cual es el porcentaje que les deducen de su
sueldo, por concepto de las obligaciones obrero patronales.
12

Se encuentran otros, que ignoran el trasfondo de las


amonestaciones escritas, por lo que no les toman importancia.
Desconocen las repercusiones que éstas les pueden traer en su
trabajo. Incluso hay otros que desconocen su derecho a constituir una
asociación solidarista o un sindicato que les ayude a mejorar sus
condiciones de trabajo dentro de su empresa.

Realmente es lamentable el desconocimiento que tiene el pueblo


en materia de Derecho laboral. Esto deja el sinsabor de que a los
grandes esfuerzos de los antepasados, hoy no se les da el lugar que
se debiera. Ellos estuvieron enfrascados en una serie de luchas
sociales, laborales, religiosas y culturales; que originaron la
aprobación del Código de Trabajo, el 20 de agosto de 1943. Es una
lástima que actualmente la sociedad costarricense, no sepa valorar
todo el esfuerzo hecho por ese grupo emblemático de ciudadanos, que
en los albores del presente siglo, aún se muestre en la mayoría de los
casos, ignorante de la ley, así como de sus derechos.

Los conocimientos adquiridos, en la facultad de Ciencias


Jurídicas de la Universidad de San José durante el transcurso de la
carrera, así como la experiencia adquirida por medio del servicio
prestado a la comunidad, a través de los consultorios jurídicos permite
decir que, el desconocimiento respecto de la materia laboral cubre
tanto a los trabajadores como a sus patronos. Lamentablemente, al
ser el trabajador la parte más débil dentro de la relación contractual, lo
más común es que sean estos los que quedan en un estado de
indefinición ante sus patronos. Por eso pierden muchas veces
beneficios que en muchos casos ni siquiera sabían que tenían.
13

1.3 Planteamiento del problema

Según el contexto de la materia supra comentada, se propone


para este proyecto, el siguiente tema de investigación:

La suspensión del contrato de trabajo, en el sistema jurídico


costarricense.

1.4 Objetivos

La presente investigación sigue los siguientes objetivos:

1.4.1 Objetivo General.

Estudiar la normativa vigente en el Código de Trabajo, para


interpretarla y definir sus alcances dentro del Derecho laboral
costarricense.

1.4.2. Objetivos Específicos

 Hacer un recuento de los antecedentes históricos que se dieron


en el país, y que propiciaron el nacimiento y desarrollo del
Derecho laboral costarricense.
14

 Elaborar un análisis de la doctrina nacional e internacional, para


enriquecer la investigación sobre la suspensión del contrato de
trabajo, en el ordenamiento jurídico costarricense.

 Definir la suspensión del contrato de trabajo, para establecer las


diferencias pertinentes entre este concepto y aquellos que se
presten a confusión.

 Recopilar la Jurisprudencia relacionada con el tema, de forma tal


que permita tener una mejor comprensión de los elementos que
conforman la suspensión del contrato de trabajo.

1.5 Interrogantes

La presente investigación, tendrá como eje central durante su


desarrollo una serie de interrogantes que a continuación se detallan:

 ¿Cuáles fueron las conversaciones y luchas que se dieron entre


los diferentes sectores de la sociedad costarricense, que
propiciaron el nacimiento y desarrollo del Derecho laboral
costarricense?

 ¿Qué dice la doctrina nacional e internacional sobre la


suspensión del contrato de trabajo?. ¿Son sus postulados
congruentes con el ordenamiento jurídico?
15

 ¿Cuáles son las definiciones que se dan sobre la suspensión del


contrato de trabajo?. ¿Cuál de ellas se ajusta mejor a la realidad
nacional y jurídica?
16

CAPITULO 2.

PROCEDIMIENTO
METODOLÓGICO.
17

2.1 Tipo de Investigación

La metodología utilizada para desarrollar la presente


investigación, emplea las técnicas descriptiva y explicativa.

2.2 Fuentes de información.

Durante el desarrollo de la presente investigación, como medio


para obtener información calificada serán utilizadas varias fuentes.
Estas se pueden subdividir en primarias y secundarias.

Primarias:

 Funcionarios judiciales de los Juzgados de Trabajo y de la Sala


Constitucional.
 Funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
 Profesionales en Derecho, especialistas en temas Laborales.
 Profesores de universidades publicas como privadas.

Secundarias:

 El Código de Trabajo Costarricense.


 La Constitución Política Costarricense.
 Doctrina tanto nacional como extranjera.
 La Jurisprudencia de los Tribunales de Trabajo.
 La Jurisprudencia de la Sala Constitucional.
 El Derecho Comparado.
18

CAPITULO 3.

HISTORIA DEL
DERECHO LABORAL
19

3.1. Inicio histórico del Derecho laboral

El Derecho laboral como disciplina jurídica sistematizada es una


ciencia moderna. Ello no quiere decir que el trabajo por cuenta ajena
no haya estado regulado con anterioridad. Por el contrario, en cada
período histórico y en cada país existe una normativa de dicho
fenómeno social más o menos amplia y unificada o dispersa. Una
introducción histórica, aunque sea breve, es indispensable en esta
disciplina, tan directamente ligada con los fenómenos políticos,
económicos y de estructura social de cada Estado, durante cada
momento de su historia.

3.1.1 Las antiguas civilizaciones.

En los tiempos antiguos no existió ningún derecho, ni obra


legislativa que pudiera considerarse como de Derecho laboral. La
condición del trabajo durante la antigüedad fue la esclavitud. Los
esclavos formaban la gran masa de trabajadores y carecían de todo
derecho, hasta el punto de que no eren considerados ni siquiera como
hombres. El trabajo en el mundo antiguo revestía casi siempre un
carácter servil y no constituía un ejercicio profesional, sino más bien
una obligación impuesta por las clases dominantes. El trabajo de tipo
manual era considerado como indigno, propio solo de los esclavos. El
trabajo agrícola, en ocasiones se consideraba más digno. Los
descendientes de esclavos manumitidos y hombres libres que no
prosperaban en ocupaciones más nobles, formaron un artesanado en
general urbano que trabajaba mediante contratos de ejecución de obra
o por otros arrendamientos de servicios, casi siempre eventuales.
20

3.1.2. La regulación del trabajo en Roma

Los pensadores griegos y romanos dividían los instrumentos de


producción en dos grupos: primero tenían los "instrumentos mudos",
en donde incluían las herramientas que usaban para la agricultura y
pequeña industria. Por otro lado, hacían referencia a lo que ellos
llamaban gráficamente "instrumentos reocalia", o instrumentos que
hablan, que no eran otra cosa que sus esclavos. Roma careció de
conceptos jurídicos de carácter específicamente laborales y utilizó
instituciones de su derecho general para cubrir esta carencia.

El trabajo no es, en el concepto romano primitivo, una actividad


humana, sino producto físico del hombre, una cosa. En suma, a la
que por tanto, resultan aplicables los preceptos que regulan la locatio.
De ahí que se hable de arrendamiento de servicio en los vigentes
códigos civiles. La relación laboral aparece para esos días en Roma,
totalmente deshumanizada. Apareció regulada principalmente por
normas del Derecho patrimonial o de familia.

3.1.3. Normas patrimoniales

La relación del señor con el esclavo no era laboral sino de


dominio. No se inició por contrato, sino por un acto de ocupación,
concesión imperial, sucesión, donación o compraventa. El derecho del
señor al fruto del trabajo del esclavo, es una consecuencia del derecho
de propiedad que ostento sobre aquel.
21

La relación de trabajo no era contractual; si no consecuencia de


un acto jurídico independiente (compraventa, sucesión) y se extinguió
por actos en los que tampoco intervino el esclavo, tales como la venta,
sucesión o manumisión. Consecuencia de la consideración del
esclavo como cosa, es que pudo ser arrendado para que a cambio de
un precio, su dueño percibiera, trabajo en favor del arrendatario.

3.1.4. Normas del Derecho de familia

Respecto del derecho de familia en Roma, el tratadista Alonso


García, en su libro CURSO DEL DERECHO DEL TRABAJO, citando a
Gallo nos dice:

"Todo alieni iuris, aunque libre, se encuentra sometido


a la patria potestad del padre de familia. Ocupa el lugar
de un esclavo y sin capacidad para contratar, que sólo
tiene el pater". (1981: 226)

La relación con éste, posee un estatus familiar y el fruto del


trabajo de todos los sometidos a la potestad paterna, le pertenece por
eso los familiares tienen la obligación de trabajar para él,
independientemente de que les fuera o no exigida.
22

3.1.5. Regulación obligacional del trabajo

Surgieron por la manumisión de los esclavos. En el contenido de


las estipulaciones que con su motivo se celebran, se observara el
origen del moderno contrato de trabajo, mediante una serie de
promesas de trabajo. Por unas, se comprometía al obsequium
(asistencia y servicio personal al antiguo dueño en ciertas ocasiones),
por otras operae officiales, a realizar para su beneficio, cierto número
de jornadas de trabajo. En las prestaciones de trabajo que contrataba
con terceros (operae fabriles) quedaba el precio estipulado, en
beneficio del liberto. La creciente independencia de los libertos origino
pues una población libre que vivía, a través de contratos de su trabajo,
por cuenta ajena.

3.1.6. Normas protectoras del trabajador

La legislación del Estado fue imponiendo restricciones en los


diversos tipos de trabajo indicados y así se declararon no debidos los
trabajos contrarios al decoro y la honestidad, y los de carácter
vergonzoso. En general se prohibió el trabajo de los menores de cinco
años. El trabajo se computaba por jornadas completas y no por horas.
Su duración más general, era la de sol a sol, con excepciones para el
trabajo agrícola y el servicio doméstico. Respecto a los esclavos,
dominaba siempre la voluntad del dueño. Para los hombres libres se
admitía una gran libertad de pactos.
23

Fueron los trabajos de los libertos los más estrictamente


regulados. Las normas que para ellos se dictaron, son las más
semejantes al actual Derecho laboral. Se establecía un descanso
obligatorio a mitad de jornada. Durante las fiestas públicas, el trabajo
estaba totalmente prohibido y en las fiestas privadas dependía del
señor. El descanso en las fiestas corporativas era obligatorio para los
miembros de los colegios. En cuanto al salario, para el esclavo o el
sometido a la dependencia familiar, estaba representado por la
alimentación, la vivienda, el vestido y donativos discrecionales. En los
servicios públicos solían surgir normas consuetudinarias, aunque en
algunos de ellos, se establecían tablas de salarios. En los trabajos
puramente contractuales, el salario se concertaba con absoluta
libertad.

3.1.7. Formas jurídicas de la relación laboral contractual

Este sistema utilizó dos formas de tipo contractual que han


perdurado a través de los siglos: la locatio-conductio-operarum y la
locatio-conductio-operis. La primera implicó la conservación por el
acreedor del trabajo del riesgo de empresa. Es decir, se prestaban
por el trabajador unos servicios en relación con un período de tiempo,
una jornada, y se cobraba por el tiempo trabajado.
24

En cambio, en la locatio-conductio-operis, el riesgo de empresa


era asumido por el trabajador. El acreedor de trabajo se convertía en
un simple comitente con el derecho a recibir una obra terminada por el
precio global estipulado, sin interesar el número de jornadas
empleadas, ni el resultado económico, favorable o adverso para el
trabajador. En general, en Roma se utilizó el arrendamiento de
servicios para los trabajadores de tipo genérico (labrar una tierra), y la
ejecución de obra para los específicos (fabricar un vaso de plata).

3.1.8. Características generales de sistema clásico romano

Como síntesis se pueden citar las siguientes:

 El trabajo manual se consideraba en general indigno, salvo el


agrícola. Aún éste, perdió poco a poco, su primitiva categoría
noble.
 No existe una legislación laboral unitaria sino preceptos
dispersos en el Derecho de familia, el de propiedad, el de
obligaciones y en normas policiales y administrativas.
 Existió un margen amplio para la libertad contractual, sin que
ésta llegara nunca a ser tan absoluta, como en el liberalismo
moderno.
25

3.1.9. Influencia cristiana y crisis del sistema clásico laboral


romano

En la tradición hebraica, el trabajo manual no fue indigno e


infamante. Con la doctrina de Cristo y de sus apóstoles y discípulos,
adquirió un alto rango espiritual. Surgió además del hecho que Jesús
nació, vivió y trabajó en un hogar obrero.

El cristianismo influyó de dos formas en el concepto y


tratamiento jurídico del trabajo: proclamó la igualdad y hermandad de
los hombres, independientemente de toda consideración de credo,
raza o de nacionalidad. Y, al predicar una ley de amor y fraternidad
contraria a toda explotación del hombre por el hombre, fijó conceptos
específicos relativos al trabajo, entre los que figuró ante todo, la
rotunda expresión de La Sagrada Biblia, del apóstol San Pablo en la
carta a los Tesalonicenses, capítulo tercero, versículo décimo: "El que
no trabaje, que no coma". Esto consagró, con una antelación de
veinte siglos, el deber de trabajo que hoy recogen las constituciones
modernas.

La influencia de los principios cristianos fue extraordinaria en


Roma, aunque sólo paulatinamente fuera efectiva. Con ella se dio una
disminución del número de esclavos. Muchos dueños convertidos al
cristianismo, los manumitieron por no admitirse que fueran seres
inferiores a ellos, sus propios hermanos en la religión. La conversión
del Señor sedujo casi siempre a la de los esclavos. Se espiritualizó y
dulcificó, toda la relación humana, y entre ellas las de trabajo, con
supresión de jornadas agotadoras y establecimiento de festividades
religiosas en las que estaba prohibido todo trabajo, etc.
26

Durante la decadencia del Imperio, la esclavitud desapareció en


buena parte. El vínculo familiar expandió, disminuyó la fuerza y
eficacia de la dependencia; pero, se reforzaron en cambio otros
vínculos de carácter real, por influjo en gran parte oriental, y, en algún
caso germana. Así adquirió importancia y generalidad, la descripción
a la tierra (colonato) y el cultivo obligatorio de la tierra, incluso por
nombres libres.

Desde el comienzo de la Edad Media hasta finales del siglo XVIII


transcurrió un largo período de heteronomia, de regulación de la
relación de trabajo por normas obligatorias superiores a la voluntad de
las partes. Por otro lado, la ideología cristiana otorgó dignidad a todo
trabajo y a todo trabajador, aunque la organización feudal y el espíritu
aristocrático se la negasen en la práctica y la calificaran de viles a
múltiples oficios. Pero, en todo caso, en el medioevo el trabajo perdió
su sentido pesimista, pues aproximaba a Dios.

3.1.10. Trabajo agrícola

En la Edad Media el dueño de la tierra era casi siempre señor del


que la trabajaba y gozaba de jurisdicción. El trabajador se hallaba
bajo un estatus. Se entremezclaban para regular el trabajo agrícola,
instrumentos jurídico-privados (aparcería, enfiteusis) y jurídico-públicos
(feudalismo, señorío, vasallaje), así como razas distintas con estatus
personales diferentes. La gran masa de trabajadores agrícolas estaba
vinculada a la tierra, no podía abandonarla.
27

A cambio de ello, percibían ingresos seguros y la protección de


"un señor". Con el tiempo se permitió a estos "siervos de la gleba",
recibir nombres según las regiones. Se emancipaban mediante un
canon, posibilidad que tuvo su origen en los cambios de señor y amo,
dentro de la misma casa señorial.

3.1.11. La jornada y el salario en el trabajo agrícola

Normalmente la jornada era de sol a sol, por lo que no podían


exceder la duración de la luz solar. Sin embargo, las jornadas podían
ser muy agotadoras en los meses de mayor actividad agrícola. Los
trabajadores vinculados no percibían verdaderos salarios, sino una
participación de los frutos. Para los libres se fijaba contractualmente, y
se protegía su pago, al punto que si el trabajador juraba sobre los
Evangelios que se le debían salarios, el juez podía pagarlos y recobrar
luego su importe.

La lucha contra la inflación y la depreciación de la moneda que


caracteriza el período en estudio, provocó la tasa de los salarios
agrícolas. Fue a partir del siglo XII que la tasa podía ser fijada por el
rey o por los municipios. Existía la costumbre de contratar en las
plazas de los pueblos, a los trabajadores necesarios para cada
jornada, según la tasa que se fijaba para cada año. Esta regulación
oficial de los salarios, no tenía una finalidad protectora del trabajador,
mediante el establecimiento de salarios mínimos obligatorios. Se le
conoció como la ley de salario mínimo.
28

Esta prohibía pagar a los trabajadores más de cierta cantidad


para evitar así el alza de los salarios y la competencia entre los
propietarios de la mano de obra. Con esto se beneficiaba claramente
a la clase patronal.

3.2. Derecho laboral contemporáneo, sus primero pasos

3.2.1 Derecho laboral en la Edad Media

En este período de la historia se produjo una minuciosa


reglamentación del trabajo. En las ciudades, los artesanos estaban
agrupados en gremios, según los distintos oficios, y sometidos a una
legislación estricta. Estos gremios estaban formados por tres clases.
Primero estaban los maestros, que eran los jefes del taller y por ende,
los propietarios de la materia prima y de los utensilios y herramientas
que se usaban. Luego, estaban los compañeros o artesanos y
finalmente los aprendices. Como se ve cada corporación estaba
organizada jerárquicamente. Todos los artesanos debían pertenecer a
alguna corporación, pues de otra manera no podían ejercer su oficio.

La reglamentación a que estaba sujeto el trabajo en estas


agrupaciones de oficios, perseguía fines específicos, como el evitar la
competencia entre ellas. Así se protegía al productor y también al
cliente que compraba. Los salarios, las horas de trabajo, la
producción de las distintas mercancías, los precios de las mismas, etc,
todo estaba debidamente reglamentado en cada ciudad.
29

Pero esta reglamentación del trabajo no podría considerarse


como un comienzo de la legislación social o del derecho laboral
propiamente dicho, ya que en realidad se trataba de un derecho
patronal, que beneficiaba ante todo a los maestros, quienes eran todos
de filiación burguesa y gozaban de una posición dominante.

3.2.2. El Derecho laboral y la Revolución Francesa

La Revolución Francesa de 1789, terminó con la reglamentación


del trabajo de las ciudades medievales. No quedó nada de las
antiguas corporaciones de su minuciosa legislación. La seguridad
económica y el bienestar que ésta procuraba para el trabajador de la
ciudad desapareció. Sin embargo, el trabajador salió ganancioso, ya
que obtuvo libertad para disponer de su persona, libertad para trabajar
donde quisiera, además podía fijar directamente con su patrono las
condiciones de su trabajo.

Dos principios fundamentales guiaban el pensamiento político de


la burguesía victoriosa. Primero, el de la no-intervención, según el
cual el Estado debía abstenerse de intervenir en la vida económica de
la sociedad. Se limitaba a garantizar a cada individuo, el ejercicio de
los derechos consagrados en la constitución y las leyes. El otro
principio era el del derecho común, el cual afirmaba la existencia de un
derecho único para todos los hombres, sin distinción de clase ni de
rango social. Este principio se condensaba en la célebre frase que
decía "todos los hombres son iguales ante la ley".
30

Estos principios dieron como resultado, que la sociedad suponía


la sola existencia de los derechos e intereses individuales. Se
desconocía así, todo derecho o interés de grupo y de clase. Las
relaciones entre los patronos y los asalariados debían regirse
entonces por las disposiciones del Derecho Civil, que respetaban la
libre voluntad de las partes y no reconocían los pretendidos intereses
de clase.

Sin embargo, el trabajador quedaba abandonado al libre juego


de las leyes económicas y a la voluntad soberana del patrón. La
famosa ley de Chapelier, dictada en Francia en el año de 1791,
prohibió toda clase de asociación o reunión de los obreros. Más
adelante, durante el Imperio, el Código Penal de 1810, consideraba
como un delito a la asociación de trabajadores. Fue así como las
necesidades de desarrollo capitalista, encontraron plena satisfacción
en un clima tan favorable a la explotación del trabajo humano, tanto en
el continente como en Inglaterra.

3.2.3. Desarrollo del Derecho laboral moderno.

Uno de los primeros resultados del desarrollo del capitalismo


industrial, fue la concentración en las ciudades y en las fabricas de
grandes masas de trabajadores asalariados. A lo largo del siglo XIX,
las masas de trabajadoras comenzaron a organizarse y adquirir
conciencia de clase.
31

Fue así como en Francia e Inglaterra se libraron grandes luchas


por la defensa de sus intereses y por mejoras en sus salarios y
condiciones de trabajo. Las revoluciones de 1848 y de 1870
sacudieron violentamente las concepciones políticas liberales e
impusieron a los legisladores una revisión de sus puntos de vista. El
Estado liberal capitalista comprendió que su intervención en las
relaciones entre el capital y el trabajo era indispensable, si quería
mantener el orden social existente.

Una nueva actitud ya se anunciaba desde mediados del siglo, y


comenzaba a gestarse así, el nuevo derecho de los subordinados de
la sociedad. Las primeras intervenciones del Estado tuvieron relación
con el trabajo de las mujeres y los niños, así como sobre las jornadas
laborales que propiciaban la explotación.

3.2.4. Conflictos mundiales por la reducción de la jornada laboral

Como se indicó, estas luchas se iniciaron a mediados del siglo


XIX, en Estados Unidos y en los países europeos. Hay que señalar
que no existía una jornada única de trabajo, sino que cada actividad
tenía su propia jornada. Fueron los diferentes gremios los que
lucharon por reducirla, tal es el caso de los astilleros y carpinteros de
New York y Filadelfia, que lograron la fijación de la jornada diaria en
10 horas, en 1832. Para los empleados estatales de esa nación se
logró en 1840, la misma jornada. En Inglaterra, el Parlamento fijó en
1857 la jornada de 10 horas.1

1
HUMERES MAGNAN, Héctor. APUNTES DEL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD
SOCIAL. Santiago: Editorial Jurídica de Chile, 1973, p. 79.
32

La de ocho diarias, la consiguieron por primera vez los


estibadores de Charleston y Massachussets, seguidos por los obreros
de las explotaciones de oro de Australia y los carpinteros de New
York. Al terminar la Guerra civil en los Estados Unidos de
Norteamérica, se hizo patente la lucha por la fijación de la jornada
laboral de ocho horas en todos los estados de dicha nación.

En 1866, se constituyeron organizaciones permanentes en pro


de la reducción de esa jornada, asunto que se discutió al año siguiente
en el Congreso de los Trabajadores del Este, celebrado en Chicago, el
centro industrial más importante del momento. Por fin, el 25 de julio
de 1868, el Gobierno de los Estados Unidos aprobó la Ley Ingersoll
que establece:

“La jornada de trabajo de ocho horas para todos los


jornaleros, obreros y artesanos que el Gobierno de
los Estados Unidos contrate”.

Mientras con esta ley se lograba que trabajadores estatales


tuvieran su jornada diaria de ocho horas, en las actividades
productivas privadas, se contrataba jornadas de hasta doce horas
diarias. Esto dio lugar a que en noviembre de 1884, la Federación
Americana del Trabajo, que reunía los trabajadores de esa nación y
del Canadá, emprendiera la lucha por la jornada de ocho horas, hasta
fijar el establecimiento de dicha jornada el 1° de mayo de 1886. Por la
conquista de ese derecho, se habían realizado en Estados Unidos no
menos de 5.000 huelgas, con una participación de 340.000
trabajadores.
33

Ese primero de mayo de 1886, estalló la huelga general de


Obreros Confederados de Chicago, con la participación de 110.000
trabajadores. En las principales ciudades de los Estados Unidos, se
realizaron manifestaciones bajo la consigna general, “a partir de hoy
nadie debe trabajar más de ocho horas al día”. 2

Esa gran huelga por la jornada laboral de ocho horas diarias,


tuvo saldos trágicos para los dirigentes, quienes fueron encarcelados y
sentenciados a la horca, un año después de los acontecimientos.
Según escribió el tratadista Héctor Humeres en su libro APUNTES
DEL DERECHO DEL TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL, a ellos
se les conoce como “Los Mártires de Chicago”. (1973: 91) En su
honor se declaró el 1 de mayo “Día internacional del Trabajo”,
durante la celebración del Congreso Internacional de Trabajadores,
realizado en Paris en 1889. Para los trabajadores, las luchas de 1886
dieron sus frutos, al implantarse en Estados Unidos, los países
europeos y posteriormente en algunos países de América Latina, la
jornada laboral de ocho horas.

3.2.5. Creación de la Organización Internacional del Trabajo


(O.I.T.)

Al finalizar la segunda década del siglo XIX, ocurrió otro hecho


importante, y fue el nacimiento de la Organización Internacional del
Trabajo en 1919. Tenía como fin primordial el crear leyes laborales
internacionales.

2
ALCALA, Zamora. TRATADO DE POLÍTICA LABORAL. Buenos Aires, Editorial Heliasta, 1976, p.
104
34

La idea de una legislación internacional del trabajo, se debió al


francés Daniel Le Grand. La primera conferencia de la Organización
Internacional del Trabajo se realizó en Washington en octubre de
1919. En los primeros años de existencia, la Organización
Internacional del Trabajo tomó decisiones importantes relacionadas
con la jornada laboral de ocho horas, la lucha contra el desempleo,
aspectos de seguridad social, la protección de la maternidad y las
condiciones de trabajo de las mujeres y de los menores.

3.2.6. Conflictos surgidos en la segunda mitad del siglo XIX

En Costa Rica, al igual que en algunas naciones europeas y en


Norteamérica, las luchas sociales de los trabajadores se remontan al
siglo XIX. Fueron luchas que se realizaron para lograr mejoras en la
relación de los trabajadores con sus patronos. Tenía como base legal
contratos de trabajo para extranjeros, los cuales eran incumplidos por
la compañía contratante.

La primera gran huelga que se conoce en el país, se dio en


octubre de 1888. Fue organizada por obreros italianos contratados
para trabajar en la segunda fase de la construcción del ferrocarril al
Atlántico. Según De la Cruz Vladimir, 1985: 55, esta huelga se realizó
por:

“El atraso de un mes de salario, porque la compañía


constructora destituyó capataces que planteaban
35

este problema y porque se les daba a los


trabajadores pan añejo y comida podrida e
insuficiente. Por otra parte, muchos Italianos morían
por las condiciones de trabajo existentes, que no
eran las estipuladas en el contrato.”

Otras de las huelgas realizadas en ese siglo, fue la


protagonizada en 1893 por emigrantes españoles. Estos eran traídos
originalmente para realizar tareas agrícolas, aunque la mayor parte de
ellos eran artesanos. El contratista, un empresario de origen cubano
de nombre Francisco Mendiola Boza, obtuvo el permiso del gobierno
de la época, para traer 5.500 españoles, 500 de ellos mujeres. En una
especie de contrato con el gobierno, Mendiola recibía por cada uno de
los emigrantes traídos, 20 hectáreas de terrenos cultivables en los
baldíos nacionales. La huelga se originó por “mala alimentación y
por las condiciones insalubres del lugar de trabajo”. 3 Esta huelga
tuvo resultados favorables para los españoles, a los que se les dejó en
libertad de trabajar donde ellos quisieran.

Es interesante observar que en la última década del siglo XIX, se


encontraban en el país más de 6.000 extranjeros dentro de una
población total de 243.000 habitantes. Esto representaba
aproximadamente un 2.6% de ella. Una quinta parte de la población
costarricense de ese entonces, sabía leer y escribir, entre ellos los
emigrantes europeos.

Esto es importante, por cuanto estas personas traían ideas


reivindicativas para los trabajadores, tomadas de la efervescencia que
3
VAN DER LAAT ECHEVERRIA, Bernardo. LA HUELGA Y EL PARO EN COSTA RICA. San José:
Editorial Juricientro, 1979, p. 180.
36

se vivía en las ciudades altamente industrializadas de los países


europeos. Por otra parte, también existía el interés de la iglesia
católica por los aspectos sociales. Esto lo demuestran las proclamas
de Monseñor Bernardo A. Thiel, por el justo salario de los jornaleros y
artesanos.

En cuanto a organizaciones de los trabajadores, surgieron


algunas de ellas en esa época. La más antigua, denominada
“Sociedad de Artesanos”, fue constituida el 13 de mayo de 1874, por
el sacerdote doctor Francisco Calvo. Luego surgieron la Federación
de artesanos nacionales y el club de obreros. Posteriormente, se
instalaron los gremios de panaderos, topógrafos, taquilleros,
zapateros y se registraron esfuerzos por organizar el gremio de los
empleados públicos.

3.2.7. Movimientos sociales de principios del siglo XX

Costa Rica inició el siglo pasado con una serie de inquietudes en


el campo social, motivadas en muchos casos por lo que ocurría en el
mundo, en las relaciones obrero-patronales. El trabajo dejó de
considerarse una mercancía y se notaba la necesidad de que la ley lo
protegiera, mediante un mínimo de garantías en favor de los
trabajadores.
37

Las primeras luchas por establecer jornadas menores de trabajo


aparecieron a principios del siglo XX, cuando se habla de implantar
una jornada máxima de nueve horas para el sector público (1902). En
1904, diferentes gremios agitaron la consigna de que dicha jornada
debía fijarse para todos los trabajadores. Sin embargo, no es sino
hasta el 9 de diciembre de 1920 cuando se aprobó la ley N° 100 que
fijó la jornada diaria de labores en ocho horas.

El cumplimiento de esta ley no fue de inmediata aplicación, ya


que no incluía sanciones para quienes la irrespetaban. Dado el
irrespeto que se daba de dicha ley, ocho años después, se aprobó una
adición a su texto que señala lo siguiente:

“Establecimiento de la jornada extraordinaria. Se dan


sanciones correspondientes a multas de mil a cinco
mil colones, para los que incumplan la ley N° 100,
según la importancia de la empresa y el número de
empleados. El agente principal de la policía de cada
localidad, tendrá el control de esta ley y vigilará su
cumplimiento”. ( La Gaceta. N° 147, 1928 )

En 1902, se publica el periódico “La Justicia Social”, bajo la


dirección de don Matías Trejos, con un cuerpo de redactores formado
por destacados políticos de la época, como fueron el doctor Rafael
Ángel Calderón Muñoz, los presbíteros Claudio Volio y Otón Castro,
don Manuel Antonio Gallegos, don Luis Barrantes Molina y el
licenciado Carlos María Jiménez, quien años más tarde propuso al
Congreso la creación de la Secretaría de Trabajo y Prevención Social.
38

El fundador de este periódico fue el presbítero Jorge Volio.


Quizás a su vocación religiosa se deba el concepto de justicia social,
que analiza en ese medio de comunicación, con una fuerte base
cristiana, tal y como el mismo lo señala, “...el día en que la justicia
social triunfe en el mundo, ese mismo día marcará el triunfo
pleno del cristianismo”. (Volio, Jorge. 1902) El periódico
mencionado puso énfasis en que el concepto de justicia social debía
arraigarse en el espíritu de las masas y de los gobernantes, con el fin
de proteger a los pobres, los desvalidos y los débiles. Introdujo
además el concepto de honor al trabajo y el respeto a todos los
derechos.
39

CAPITULO 4.

EL CONTRATO DE
TRABAJO
40

4.1. Fuentes formales del Derecho laboral.

El tratadista Eduardo García Maynez, en su libro


"INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DEL DERECHO", define las fuentes
formales, mismas que se procede a analizar, como "los procesos de
creación de las normas jurídicas".

4.1.1. La ley.

García Maynez al hablar de la legislación de leyes como una


fuente formal, da la siguiente definición, "la legislación es el proceso
por el cual uno o varios órganos del estado formulan y promulgan
determinadas reglas jurídicas de observancia general, a las que
se da el nombre específico de leyes". (1977: 241)

El artículo 21 del Código de Trabajo dice: "art. 21.- En todo


contrato de trabajo, deben entenderse incluidos, por lo menos,
las garantías y derechos que otorgan a los trabajadores el
presente Código y sus leyes supletorias o conexas". Se realiza
de tal manera que en un contrato de trabajo celebrado entre patrono y
trabajador, las condiciones del mismo no pueden ser inferiores a lo
que estipula el Código, y si las condiciones no se pactaron, de todas
formas se tienen por aceptadas las garantías y derechos que el
Código otorga a los trabajadores.
41

El Código va aún más lejos, ya que estipula en su artículo 11:


"Serán absolutamente nulas, y se tendrán por no puestas, las
renuncias que hagan los trabajadores de las disposiciones de
este Código y de sus leyes conexas que los favorezcan". Es decir,
en virtud de dicho artículo, los derechos y garantías que el Código
consagra en favor de los trabajadores son irrenunciables y si se
renuncian, esto es absolutamente nulo. Sin embargo, no es la ley, la
fuente primera del derecho del trabajo, ya que la ley no priva sobre las
restantes fuentes formales, ya que es un principio conocido del
derecho del trabajo. Este en presencia de varias normas provenientes
de distintas fuentes formales, debe aplicarse siempre, la que más
favorezca a los trabajadores. La ley es el punto de partida, es el
mínimo que no podrá disminuirse, mas no representa el derecho que
necesariamente ha de regir las relaciones obrero-patronales.

4.1.2. La costumbre.

En la teoría “romano canónica”, la costumbre tiene dos


elementos, uno subjetivo y otro objetivo. El primero consiste en la idea
de que el uso en cuestión es jurídicamente obligatorio y debe por tanto
aplicarse. El segundo se basa en la práctica, suficientemente
prolongada, de un determinado proceder, según el término en latín
“Inveterata consuetudo et opino juris seu necessitatis”.
42

El tratadista García Maynez, refiriéndose a la costumbre como


fuente formal del derecho, señala que algunos autores consideran que
si no hay reconocimiento legal de una costumbre, ésta no puede ser
obligatoria. Se estima que una regla de conducta sólo asume carácter
obligatorio, cuando representa una manifestación de la voluntad del
estado de un país; en consecuencia, el derecho consuetudinario no
puede nacer sino a través de la actividad de los órganos
jurisdiccionales.

No obstante lo supra expresado, en este país en materia laboral


no cabe discutir si una costumbre es o no obligatoria. La misma ley
dice en su artículo 15:

"Los casos no previstos en este Código, en sus leyes


supletorias, o conexas, se resolverán de acuerdo con
los principios generales de Derecho de trabajo, la
equidad, la costumbre o el uso locales; y en defecto de
estos se aplicaran, por su orden, las disposiciones
contenidas en los convenios y recomendaciones
adoptados por la Organización Internacional de Trabajo
en cuanto no se opongan a las leyes del país, y los
principios y leyes de derecho común."

Queda demostrado, que la costumbre sí es fuente formal del


Derecho laboral, por disposición expresa de la ley y
consecuentemente con ello, es obligatoria.
43

4.1.3. Los usos o prácticas de empresa.

Según la doctrina, normalmente se encuentra en los usos, el


elemento objetivo de la costumbre, o sea, la práctica más o menos
reiterada y constante de ciertos actos. Mas no se puede afirmar lo
propio del elemento subjetivo, u “opinio juris”. En materia laboral,
señala el tratadista Mario de la Cueva, que es muy difícil distinguir
entre la costumbre y el uso, los que define conjuntamente de la
siguiente manera:

"Repetición uniforme de una práctica que venga, bien a


reformar o completar las restantes fuentes formales del
derecho del trabajo en beneficio de los trabajadores."
(De la Cueva, Mario. 1980: 278)

Para este autor, la costumbre y el uso tienen un doble campo de


aplicación. Según sus palabras “como elementos integrantes de
los contratos o medios de interpretar sus cláusulas y como
normas generales que reforman, en provecho de los trabajadores,
la legislación existente”. (1980: 281) Además, para la aplicación de
un uso o costumbre es indiferente el conocimiento que de ella hubiera
tenido alguna de las partes. Basta que los trabajadores demuestren la
existencia de una práctica, para que proceda la condena en contra del
patrono, sin necesidad de la “opino juris seu necessitatis”. Se
sobreentiende que para la existencia de un uso o costumbre se exige
la repetición y solamente entonces, se considera obligatoria.
44

Muy acertadamente el jurista Mario de la Cueva propone, que a


aquellos usos o costumbres que sólo tienen lugar en determinada
empresa, los que no se pueden extender a otras, se denominan
"costumbres, prácticas o usos de empresa". (1980: 284)

4.1.4. La equidad.

Se partirá del concepto aristotélico de equidad, que es el mismo


que acepta el jurista de la Cueva, cuando en su libro habla de la
equidad como fuente del Derecho laboral:

"La justicia es una idea universal y se expresa en


fórmulas generales; la aplicación mecánica de la
justicia lleva a la injusticia, pues las fórmulas generales
no pueden considerar circunstancias particulares; el
intérprete debe adaptar la idea universal de la justicia a
las condiciones especiales de los problemas
concretos. La equidad es la justicia del caso concreto;
por eso siendo justo, lo equitativo es mejor que lo
justo. La equidad sirve para corregir a la justicia, pero
corregir no significa modificar la justicia sino
adaptarla: Lo justo y lo equitativo no son términos
opuestos, pues lo equitativo es la aplicación de lo justo
en vista de las circunstancias especiales. La equidad
no es un principio ni una fórmula general derivada de la
idea de justicia, sino un procedimiento y un resultado,
siendo entonces un punto de armonía entre lo general
y lo particular". (De la Cueva, Mario. 1980: 281)
45

4.1.5. La jurisprudencia.

Este término en el DICCIONARIO DE DERECHO USUAL, del


tratadista argentino Guillermo Cabanellas, (1974:147), manifiesta lo
siguiente,

"Es la ciencia del derecho, el derecho científico, la


ciencia de lo justo y de lo injusto. La interpretación de
la ley hecha por los jueces. Conjunto de sentencias
que determinan un criterio acerca de un problema
jurídico omitido u oscuro e los textos positivos o en
otras fuentes del derecho. La interpretación reiterada
que el Tribunal Supremo de una nación establece en los
asuntos de que conoce. La practica judicial constante.
Arte o hábito de interpretar y aplicar las leyes".

Esta es otra de las fuentes del Derecho laboral. Indudablemente


tiene importancia por cuanto lo que decidan los tribunales en un caso
concreto, cuando se presente otro igual, pesará en el criterio de los
jueces. Aunque la jurisprudencia no obliga, la misma puede ser
variada en cualquier momento.

4.1.6. Los contratos colectivos.

Cuando se lleva a cabo un contrato colectivo es porque los


trabajadores piden mayores ventajas que las que les consagra la ley.
Al otorgárseles mejores condiciones, la ley queda en un segundo
plano en relación con el contrato, que será el que determinará en
adelante, las condiciones de la prestación.
46

El Código de Trabajo confunde los términos contrato colectivo y


convención colectiva. Sea cual fuere el contrato que se haya
celebrado, ya sea contrato colectivo u convención colectiva, ambos
son fuente formal del Derecho laboral. Esto, por cuanto una vez
suscrito el mismo, cualquier trabajador perteneciente a la empresa o
zona en que rige podrá invocar los beneficios derivados del mismo.

4.1.7. La doctrina.

Entiéndase por doctrina, según lo señala don Eduardo García


Maynez, "a los estudios de carácter científico que los juristas
realizan acerca del derecho, ya sea con el propósito puramente
teórico de sistematización de sus preceptos, ya con la finalidad
de interpretar sus normas y señalar las reglas de su aplicación".
Se considera que la doctrina no puede tener un carácter obligatorio,
toda vez que la misma representa el resultado de una actividad
especulativa de los autores. Sin embargo, no se puede desconocer
que la misma tiene una enorme influencia no sólo en los jueces al
dictar sus fallos, sino que también en los legisladores cuando crean las
leyes. No obstante, lo supra indicado, la doctrina debe ser
considerada como una fuente formal en el sentido estricto de la
palabra, o en su defecto tomarse como una fuente supletoria del
Derecho laboral.
47

4.1.8. Derecho internacional.

Esta fuente se consagra también en el artículo 15 del Código de


Trabajo costarricense, al que ya se ha hecho referencia, ya que le da
el carácter de fuente formal cuando dice:

“...las disposiciones contenidas en los Convenios y


recomendaciones adoptados por la Organización
Internacional del Trabajo, en cuanto no se opongan a
las leyes del país”.

Pueden los trabajadores en consecuencia, solicitar el


cumplimiento de los convenios y recomendaciones que hubieren sido
ratificados por Costa Rica, en aquellos capítulos que los favorezcan.

4.1.9. El derecho común.

Nuevamente, retomando el artículo 15 del cuerpo legal laboral,


se encuentran incluidos en la parte final de su texto “Los principios y
leyes de derecho común”, como fuentes del Derecho laboral. Sin
embargo, a fin de que no se preste a confusión el hecho, de que el
derecho común es fuente del Derecho laboral, el Código en su artículo
16 agrega: “En caso de conflicto entre las leyes de trabajo o de
previsión social con las de cualquier otra índole, predominará las
primeras”. Se deja así claramente definido, que el Derecho laboral es
un derecho autónomo e independiente que se vale de las otras
disciplinas para llenar las lagunas que se le presentan en su diario
proceder.
48

4.2. Algunas definiciones del derecho del trabajo

A continuación se detallan las definiciones que sobre el Derecho


del Trabajo han redactado algunos célebres juristas y tratadistas. Esto
permite aclarar el punto de vista y el enfoque personal, que cada uno
en particular le ha dado a esta especial rama del Derecho.

Se concuerda con el tratadista Eugenio Pérez Botija, que en su


libro "CURSO DE DERECHO DEL TRABAJO" dice:

“Para nosotros, Derecho del Trabajo o su sinónimo,


Derecho laboral, es el conjunto de principios y normas
que regulan las relaciones de empresarios y
trabajadores y de ambos con el Estado, a los efectos de
la protección y tutela del trabajo. (Botija, 1973: 241)

Ramírez Gronda, en su libro “EL CONTRATO DE TRABAJO”, apunta


la definición que sobre el Derecho del Trabajo esgrimen los juristas
Gallart y Folch:

“Derecho del Trabajo es el conjunto de normas jurídicas


dirigidas a regular las relaciones de trabajo entre
patronos y obreros, además, otros aspectos de la vida
de estos últimos; pero precisamente, en razón de su
condición de trabajadores”. (1972: 69)
49

En los apuntes de la Cátedra de Derecho del Trabajo de la


Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica, se muestra la
definición que hace Niboyet:

"Derecho del Trabajo es la rama del derecho general


que se ocupa de las condiciones de los trabajadores y
de los empleadores, sea en sus relaciones entre ellos,
sea en sus relaciones respectivas, sea en sus
relaciones con el poder o autoridad pública." (1986: 45)

El tratadista Mario de la Cueva, haciendo la correspondiente


distinción entre derecho individual del trabajo y derecho colectivo,
define el individual en su libro "EL NUEVO DERECHO MEJICANO
DEL TRABAJO" como:

"El conjunto de normas jurídicas que fijan las bases


generales que deben regular las prestaciones
individuales de servicios, a efecto de asegurar a los
trabajadores la vida, la salud y un nivel decoroso de
vida." (1980: 81)

Finalmente, luego de analizar las definiciones supra anotadas y


sopesar los conocimientos adquiridos en el transcurso de la cátedra de
ciencias jurídicas, se ofrece una definición personal de Derecho
laboral:
50

"El Derecho laboral esta compuesto por un conjunto de


normas y disposiciones, que tienen un carácter
imperativo e irrenunciable. Su función es la de
establecer el marco legal que delimita y regula las
relaciones entre los trabajadores y sus patronos, para
dirimir así los conflictos que se puedan presentar en el
transcurso de la relación laboral."

4.3. Definiciones teóricas del contrato de trabajo

Previo a entrar al análisis de la suspensión de los contratos de


trabajo, creó pertinente consignar algunas definiciones sobre el
contrato de trabajo, esgrimidas por algunos juristas y otras utilizadas
por los códigos de algunos países.

Al respecto el tratadista Juan Ramírez Gronda, en su libro


denominado "EL CONTRATO DE TRABAJO", no sólo da su definición,
sino que consigna otras, tanto de tratadistas, como de textos positivos.
Se inicia dando la definición del señor Ramírez Gronda, quien dice:

"El Contrato de Trabajo es una convención por la cual


una persona (trabajador, empleado, obrero) pone su
actividad a disposición de otra persona (empleador,
patrón, patrono, dador de trabajo, dador de empleo,
locatario o principal, sea persona jurídica o física) en
forma continuada, a cambio de una remuneración."
(1972: 76).
51

Cita Ramírez Gronda en el libro supra señalado, la definición que


sobre el contrato de trabajo, esgrime el autor y jurista Brasileño, Da
Helvecio Xavier López.

"El contrato de trabajo es el contrato de colocación de


servicios propiamente dicho. La característica de este
contrato reside en el hecho de que una persona pone
su actividad de trabajo de modo continuo, a
disposición de otra, mediante una retribución."
(1972: 77).

Por su parte, el tratadista Eugenio Pérez Botija, en su libro


"CURSO DE DERECHO DEL TRABAJO", define el Contrato de
Trabajo de la siguiente forma:

"Es un acuerdo, expreso o tácito, por virtud del cual una


persona realiza obras o presta servicios por cuenta de
otra, bajo su dependencia a cambio de una retribución."
(1973: 267)

García Oviedo en su publicación, "DERECHO DEL TRABAJO",


lo define diciendo que:

"Es un contrato en virtud del cual, una persona se


compromete a trabajar para otra, por tiempo fijo o sin
fijación de tiempo, mediante una remuneración
llamada salario." (1973: 171)
52

Luego de analizar los comentarios y definiciones indicados, se


finaliza diciendo, que el contrato de trabajo es una convención, en
virtud de la cual una persona llamada empleado o asalariado, se obliga
a realizar actos materiales, generalmente de naturaleza profesional, en
provecho de otra llamada empresa o patrono. Se trabaja bajo la
subordinación de éste, mediante una remuneración en dinero llamada
salario.
53

CAPITULO 5.

LA SUSPENSIÓN DE LOS
CONTRATOS DE
TRABAJO
54

5.1. Generalidades

El Derecho en general, es un conjunto de normas y principios


que tienden a reglamentar la vida económica y social de los hombres.
A este Derecho pertenece el Derecho civil, el Derecho penal, el
Derecho procesal, el Derecho internacional, el Derecho público, etc.
Todos estas ramas del Derecho han sido creadas y perfeccionadas
por la sociedad y responden a las necesidades de orden y estabilidad
fundamentales para la normal convivencia diaria.

El Derecho laboral es en cambio, un conjunto de normas y


principios de carácter obligatorio, cuyo objetivo principal es la defensa
y protección de las clases asalariadas de la sociedad. Debe
entenderse por asalariados, no solamente a los obreros, sino todos
aquellos que para poder vivir tiene que vender su fuerza de trabajo.
De modo que son asalariados todos los que trabajan por un salario,
como los obreros, los campesinos, los empleados públicos, los
privados, servidores domésticos, etc. El Derecho laboral los protege y
defiende a todos por igual.

Es así como, igual que todo derecho, pero con más agudeza por
la cantidad de personas a que afecta y por la intensidad con que en su
vida repercuten las normas laborales, el Derecho laboral defiende la
seguridad y estabilidad de cada sociedad determinada en lo que a las
relaciones laborales se refiere. Su fin es la defensa del sistema
laboral y económico dominante, en cada situación concreta.
55

Ahora bien, esa defensa, la garantía de esa estabilidad, no


siempre puede realizarse imponiendo las normas de máximo apoyo y
beneficio de la estructura dominante. En ocasiones las fuerzas
espirituales y materiales contrarias a esa estructura son tan intensas
que hay que ceder en parte para conservar lo principal. Por ello, hay
regímenes sociales que se defienden cediendo posiciones,
renunciando a parte de sus privilegios y beneficios y es precisamente
en esos momentos cuando más se emplea la dogmática de los
oponentes, o cuando menos su terminología.

La norma laboral tiene entonces un fin permanente y genérico, la


defensa de la seguridad y estabilidad del régimen social en cada
momento vigente y la posibilidad de su pacífica evolución. Claro es
que esa finalidad es propia de todo el Derecho, y no sólo del Derecho
laboral. También, el Derecho procesal trata de evitar que la falta de
acuerdo sobre el desenvolvimiento de un vínculo jurídico se resuelva
por la fuerza, en vez de hacerlo pacíficamente, por medio de órganos
especialmente instituidos para ello y, por tanto, también tiene una
misión de defensa de la estabilidad social de cada régimen en cada
momento histórico.

Por tanto, el Derecho laboral no puede tener características


genéricas distintas de las de otras ramas jurídicas, pero esta
característica aparece para las normas laborales con intensidad mayor
que para las demás.
56

Es así como, mientras la norma penal es aplicada sólo a un


número escaso de personas, la laboral tiene una repercusión diaria
sobre la vida de la persona y afecta a millones de seres intensamente,
al regular su medio normal de subsistencia. Es por ello, que las
normas laborales influyen en lo político, en lo social, en lo económico y
en todo el ordenamiento jurídico.

5.2. Concepto de suspensión, definiciones.

Por su naturaleza especial, el contrato de trabajo ha sido y


seguirá siendo objeto, de un profundo y constante estudio por parte de
los más connotados laboristas. El tratar de lograr, no sólo mejores
condiciones de trabajo, sino también más seguridad en la
conservación del mismo, ha permitido crear dentro del Derecho laboral
una figura denominada suspensión.

Conceptuar y definir lo que entendemos por suspensión de los


contratos de trabajo, resulta trascendental ya que ello me servirá de
base para el análisis doctrinario, jurisprudencial y legal de las causas y
efectos de lo que se entiende por tal instituto. Del porqué algunos
casos en que aparentemente se está ante una suspensión del contrato
de trabajo, en realidad no lo son, sino que constituyen derechos
otorgados por la seguridad social u obtenidos, superándose la
legislación laboral, por la negociación colectiva o por el simple pacto
de los contratantes.
57

Esto ayudara también, para encontrar el verdadero carácter de los


estipendios percibidos por el trabajador en los supuestos en que este
no presta servicios y sin embargo, recibe alguna suma de dinero. A
continuación se establecerá el concepto de la suspensión del contrato
de trabajo, señalando el porqué adoptó esta denominación para luego
distinguir la figura de la simple interrupción en la prestación de los
servicios.

En este caso en particular, el código de trabajo toca este tema en


su capítulo VI, a partir del artículo 73 que establece lo siguiente.

Artículo 73.- "La suspensión total o parcial de los


contratos de trabajo no implica su terminación ni
extingue los derechos y obligaciones que emanen de
los mismos.
La suspensión puede afectar a todos los contratos
vigentes en una empresa o solo parte de ellos."

Un simple análisis de la norma jurídica preinserta, lleva a la


obligada conclusión de que el legislador al estipularla dio como
supuesto lógico el conocimiento y dominio del instituto jurídico de la
suspensión del contrato de trabajo. En ésta y en las demás
disposiciones que regulan la suspensión no se elabora un concepto ni
se la define, se limitan esas normas como puede observarse, a
establecer sus causas, efectos y presupuestos de validez.
58

La suspensión del contrato laboral se da en aquellas situaciones,


en que se hace necesario congelar las obligaciones principales del
contrato como lo son, la obligación de prestar el servicio por parte del
trabajador y la de pagar el servicio por parte del patrono. Esta
particularidad, sin embargo, no hace que el contrato pierda vigencia
entre las partes. Por el contrario, el vínculo contractual se mantiene
inalterable, durante el lapso que perdure la situación que provocó la
suspensión. En estos casos los intervinientes, quedan a la espera de
que finalice la suspensión, para que así el contrato surta sus efectos
normales.

Dentro del ámbito del Derecho laboral, se encuentra a muchos


estudiosos de la materia, que se han referido dentro de sus tratados o
producciones jurídicas, en una forma amplia y generosa con respecto
al tema que hoy compete. Como es común cuando se trata de dar
una definición sobre un tema tan específico, los profesionales en la
materia al referirse a este, pueden muchas veces utilizar
razonamientos que pueden ser similares, o por el contrario estar
totalmente divorciados unos de otros.

Dentro de la escuela española del Derecho laboral, el


Licenciado Alberto Carro Igelmo, al referirse al tema dice lo siguiente:

"....se ha de entender la palabra suspensión, en el


sentido de cese parcial de los efectos del contrato,
durante un cierto tiempo, volviendo a tener plena
eficiencia una vez desaparecidas las circunstancias
que motivaron su interrupción." (1975: 158)
59

Luego, se extrae la siguiente definición, del libro “DERECHO


DEL TRABAJO”, del jurista argentino Juan Pozzo,

"La suspensión del contrato de trabajo, se produce


por la imposibilidad en que tanto empleador como
empleado se pueden encontrar, para cumplir durante
un período de tiempo sus obligaciones
contractuales." (1978: 182)

También del derecho argentino, se extrae del libro “TRATADO


DE DERECHO LABORAL” la definición que nos da el tratadista
Guillermo Cabanellas:

"En los casos en que se interrumpe la prestación de


servicios y el pago de salario, sin quedar roto el
vínculo laboral, se perfila la suspensión, supuesto
individualmente excepcionales, pero derivados de una
idea de justicia, si por suspender se entiende detener
o parar durante algún tiempo una acción u obra. La
suspensión del contrato de trabajo significa, la
paralización durante cierto lapso de los efectos del
contrato, en sus dos consecuencias: prestación de
servicios y percepción del salario; porque de
producirse una sola, no hay suspensión del Contrato."
(1974: 614)
60

Profundizando un poco sobre el tema en estudio, el mismo autor


supra citado indica:

"La suspensión del contrato de trabajo se produce,


cuando sus efectos y obligaciones, principalmente la
prestación de servicios y el salario, están paralizados.
No puede por lo tanto considerarse que hay
suspensión del contrato, pero sí de los servicios,
cuando el patrono abona los salarios convenidos,
bien voluntariamente o por imposición legal."
(Cabanellas. 1974: 614)

Con respecto al Derecho laboral mejicano, se manifiesta que la


suspensión contractual, según el jurista y escritor Mario de la Cueva
en su libro “EL NUEVO DERECHO MEJICANO DEL TRABAJO”:

"Es el conjunto de normas que señalan las causas


justificadas de incumplimiento temporal de las
obligaciones de los trabajadores y de los patronos y
de los efectos que se producen." (1980: 374)

Este mismo autor, también indica que la suspensión implica la no


prestación de servicios y la no remuneración, esto cuando afirma:

"La suspensión de las relaciones individuales es una


institución que tiene por objeto conservar la vida de
61

las relaciones, suspendiendo la producción de sus


efectos, sin responsabilidad para el trabajador y el
patrono, cuando adviene alguna circunstancia distinta
de los riesgos del trabajo, que impide al trabajador la
prestación de su trabajo." (1980: 375)

De lo subrayado en la trascripción anterior, claramente se


desprende que la suspensión tiene como presupuesto la numerosa
prestación de servicios por parte del trabajador y la no remuneración
por parte del patrono. El autor exceptúa el caso de los riesgos del
trabajo, donde, a contrario sensu, el patrono sí debe incurrir en pagar
una suma de dinero al trabajador, aunque pudiera decirse que aquella
constituya salario, aunque se verá que por su naturaleza jurídica es
diferente.

En esta misma línea de pensamiento indica el jurista argentino,


Ernesto Krotoschin, en su publicación “INSTITUCIONES DEL
DERECHO DEL TRABAJO”:

"La suspensión no pone término a la relación de


trabajo, sino que sólo afecta ciertos deberes
emanados de ésta, sobre todo el deber de prestar
trabajo y la obligación correspondiente de pagar
remuneración, aunque también influye en los deberes
de fidelidad y de previsión, en cuanto estos se refieran
a la prestación de trabajo..." (1973: 93)
62

De la cita se deduce que la suspensión afecta,


fundamentalmente, las dos prestaciones esenciales del contrato, a
saber: la prestación del servicio y remuneración salarial.

En resumen, se comparte plenamente los conceptos


exteriorizados líneas atrás, que a groso modo conciben la suspensión
como un hecho o instituto jurídico-laboral que hace posible que,
temporalmente, se deje de prestar el servicio y correlativamente de
pagar el salario. Ello es así por cuanto el salario tiene el carácter de
contraprestación al trabajo realizado. Es decir, se adopta una
definición de salario en sentido estricto. Por eso, a las excepciones
que señala la doctrina, esto es a los casos en que se menciona que si
procede el pago de salario, y que como tal se acepta, oportunamente
se establecerá que se trata de "interrupcion" y no una "suspensión"
del contrato de trabajo.

Así mismo de las remuneraciones, a pesar de que la ley diga que


es salario, ello no es así, por cuanto el pago realizado tiene una
naturaleza jurídica diversa. Se trata de indemnizaciones, sustitutivos
de seguridad social con el propósito de atenuar el rigor de la situación
en que podría encontrarse el trabajador con motivo de no percibir
salario, o de una "carga social" impuesta por la legislación al patrono.
63

Sobre el carácter de contraprestación que tiene el salario, se citara lo


dicho por los autores Alfred Hueck y H.C. Nipperdey,

22. Pago del salario faltando la prestación de trabajo.


"I. Primero. Principio General.
El salario sólo puede ser exigido, en general, cuando
el trabajo ha sido realizado. El principio "ningún
salario sin trabajo", no sólo respondía a la
concepción anterior del contrato de trabajo, como un
contrato jurídico obligacional de cambio, sino que
conserva su justificación en el marco de la nueva
concepción de la naturaleza de la relación de trabajo,
que sitúa en primer plano, el aspecto jurídico
personal, pues según la doctrina actualmente
dominante, el trabajador recibe el salario a cambio de
la prestación de trabajo; existe por ello, una relación
sinalagmática entre prestación de trabajo y
retribución, aunque esta relación no abarca la
relación de trabajo en su totalidad." (1973: 135)

Ampliando un poco más y en referencia al tema en estudio, el


tratadista Luigi De Litala en su libro “EL CONTRATO DE TRABAJO”,
aporta lo siguiente:

142.- "Toda prestación de obra debe tener su


compensación; pero es también exacto lo contrario,
64

que la retribución no debe abonarse si la obra no se


presta. La ausencia al trabajo por parte de los
trabajadores lleva a la pérdida de la compensación por
el período de ausencia. Al rigor y a la injusticia que
podría derivar de la aplicación de dicho principio, la
legislación social va poniendo remedio cada vez más
con oportunas disposiciones." (1976: 274)

En síntesis de lo expuesto se tiene que decir que una adecuada


definición de la figura en estudio debe tener presente el evento que
impide la normal ejecución de las prestaciones fundamentales del
contrato de trabajo: La realización del trabajo y la correlativa
remuneración del mismo.

Después de analizar los razonamientos supra mencionadas, se


tratará de dar forma a una definición personal del tema presente, al
decir que la suspensión puede ser considerada como una pausa, una
estación, un paréntesis temporal en la vida del contrato laboral. Este
intervalo extraordinario dentro del normal desempeño contractual, se
produce por un hecho determinado y específico, que produce una
situación particular dentro de la relación contractual entre las partes.
Como resultado directo del hecho específico, las obligaciones
fundamentales entre el trabajador y su patrono sufren una moratoria
momentánea. Esta suspensión se mantiene, mientras se normaliza el
hecho que dio nacimiento a la figura en estudio, pero en ningún caso
puede ser indefinida.
65

5.3. Características de la suspensión del contrato de trabajo

Como ya se ha dicho, la suspensión del contrato de trabajo es


una figura extraordinaria dentro de la materia laboral. Por esta razón
esta figura reviste una serie de características innatas e inalienables,
estas se mencionan y comentan a continuación.

 Se produce un cese o incumplimiento temporal de las


obligaciones que emanan del contrato, situación que es
provocada por un hecho determinado taxativamente

 Durante la suspensión, el contrato de trabajo se mantiene


vigente entre las partes intervinientes.

 El cese o incumplimiento temporal de las obligaciones se debe a


circunstancias ajenas a la voluntad de las partes.

5.3.1. Suspensión de las obligaciones del contrato.

El derecho laboral tiene como principal función, el garantizar de


la mejor forma posible la estabilidad del trabajador en su lugar de
trabajo, así como evitar hasta donde lo permitan las circunstancias una
abrupta finalización de los contratos de trabajo. La suspensión del
contrato de trabajo, provoca un congelamiento de las principales
obligaciones del contrato laboral, siendo entonces que el trabajador
queda liberado de su obligación de prestar los servicios o tareas para
los cuales fue contratado.
66

Por su parte, el patrono al no darse una prestación de servicios


por parte de sus empleados, no está obligado a retribuir
económicamente a sus empleados como normalmente lo hacía.

5.4. Deberes del patrono.

Las principales obligaciones patronales, derivadas de la suspensión


del contrato laboral principalmente son:

 Conservar la plaza del trabajador

 El mantenimiento de los beneficios sobre los cuales no gravita la


suspensión

5.4.1. La obligación de conservar la plaza del trabajador

La obligación patronal de conservar su plaza para el trabajador,


se traduce en el deber de no designar sustitutos que cubran a los
trabajadores, mientras el contrato de trabajo se encuentre
suspendido. La excepción se da cuando la suspensión del trabajador
se produce por motivos especiales, como sería el caso de la
enfermedad, el arresto, .... En dichas circunstancias al patrono
basado en las necesidades de la empresa, está facultado para
contratar una persona que sustituya al trabajador ausente, pero dicha
contratación será con carácter temporal, ya que una vez que la
situación que motivó la suspensión del trabajador propietario finalice,
éste tendrá derecho a ser restituido en su puesto.
67

La reserva de plaza o de empleo, reviste enorme importancia en


aquellas legislaciones que establecen el principio de la reinstalación
forzosa del trabajador, concepto este que implica una obligación de
hacer de cumplimiento obligatorio para el patrono. A su vez, en
nuestra legislación el incumplimiento de esta obligación conlleva el
pago de indemnización por despido injustificado.

El artículo 123 de la Constitución Mexicana, establece el


principio de que en los casos de separación injustificada del
trabajador, podrá este optar entre el cumplimiento de la relación de
trabajo o el pago de una indemnización. No debe perderse de vista
también que en el caso de enfermedad o de accidente inculpable, la
obligación del patrono de conservar el empleo al trabajador, en
manera alguna implica una indeterminación del plazo de suspensión,
toda vez que la ley limita la duración de la suspensión a un máximo de
tres meses. Dice el artículo 80 del Contrato de Trabajo costarricense
al respecto:

“Una vez transcurrido el período de tres meses a que se


refiere él articulo anterior, el patrono podrá dar por
terminado el contrato de trabajo cubriendo al trabajador
el importe del preaviso, el auxilio de cesantía y demás
indemnizaciones que pudieran corresponder a éste en
virtud de disposiciones especiales”.
68

Luego de transcurrido ese lapso, el patrono podrá rescindir el


contrato sin incurrir por ese sólo hecho en falta a sus obligaciones,
similar principios se establece en caso de riesgo profesional en el
artículo 248.

5.4.2. Conservación de aquellos beneficios sobre los que no


gravita la suspensión.

Establecido que durante el lapso de suspensión el patrono estará


liberado de la obligación de pagar el salario, cabe preguntarse si tal
liberación alcanza también aquellos otros beneficios que no son parte
del salario en dinero. La situación en este concepto, no presenta
mayor dificultad respecto a los suministros que revisten un carácter
esencialmente gratuito. Es decir, que representan un verdadero
beneficio para el trabajador, pues no siendo parte integrante del
salario, indudablemente la suspensión no incide sobre ellos.

Situación distinta se presenta cuando tales suministros (uso de


habitación, alimentos, etc.) se dan como parte del salario, es decir,
constituye un salario en especie, pues si se admite que ellos son
afectados, habría que aceptar la facultad del patrono para suprimirlos
o bien cobrar el importe correspondiente por ellos.

Así por ejemplo, si el suministro consiste en el uso de habitación,


podría el patrono exigir el desalojo o en su defecto cobrar los
respectivos alquileres, cosa totalmente injusta, e incomparable con el
instituto de la suspensión que tiende a mantener el vínculo contractual,
haciendo menos onerosa una situación no querida por las partes.
69

Al respecto, se debe tomar en cuenta que la privación de


salarios, por sí solo representa una difícil situación para el trabajador,
lo que se agravaría enormemente, si también se le suspendieran otras
ventajas disfrutadas, sean esta contractuales o incorporadas por la
costumbre al contrato de trabajo. Por otra parte, es inadmisible que el
patrono pueda beneficiarse con la situación del trabajador suspendido,
percibiendo para sí, algunos de los beneficios que corresponderían al
trabajador en situación normal.

5.5. Deberes del trabajador

Durante el período de suspensión, el trabajador debe respetar el


deber de fidelidad con respecto de su patrono, en virtud del vínculo
laboral que los une. Este deber de fidelidad esta esencialmente
constituido por obligaciones de no hacer y se manifiesta
principalmente en dos aspectos, estos son:

 Prohibición de no hacer competencia al patrono


 Guardar sigilo sobre los secretos de la empresa

5.5.1. Prohibición de no hacer competencia al patrono

Con mucha frecuencia ocurre, que el trabajador una vez


finalizada su jornada de trabajo y con el afán de aumentar sus
ingresos económicos, se consiga otro trabajo o se dedique a alguna
actividad comercial, y realice ésta por cuenta propia o trabajando para
otro patrono
70

El trabajador tiene derecho a esto, en tanto y en cuanto esa


actividad ejercida al margen del contrato, no implique un efectivo
perjuicio para su patrono, ya que en dicho caso se estaría ante una
concurrencia desleal. Esta se da cuando el trabajador presta sus
servicios a una empresa competidora de su patrono, o bien por sus
propios medios realiza una actividad en detrimento de aquel.

Si bien es cierto, se debe tener claro el hecho de que durante la


suspensión del contrato de trabajo, el trabajador no percibe una
remuneración económica y si esta se constituye en su medio de
subsistencia, es lógico entender que debe procurar otra actividad que
le permita lograr su sustento y el de su familia. El deber de lealtad y
fidelidad no puede condenar al trabajador, a una inactividad forzosa en
aras de los intereses económicos de la empresa

Constitucionalmente el derecho al trabajo está tutelado, por lo


que el trabajador tiene amplia libertad de prestar sus servicios a quien
más le convenga, sin que por ello incurra en falta alguna. Sin
embargo, el trabajador debe de limitarse a prestar sus servicios en
forma normal, absteniéndose de cometer cualquier acto que redunde
en un perjuicio a su patrono, so pena de incurrir en causa de despido,
como se verá más adelante en este trabajo.
71

5.5.2. Guardar sigilo sobre los secretos de la empresa

Se reitera la regla general, de que todas las demás prestaciones


del contrato que no sean la prestación del trabajo y la remuneración,
permanecen latentes. Subsisten en esa forma algunos deberes un
tanto abstractos, poco concretos, que han sido contemplados por la
doctrina. Tal es el caso del secreto de empresa. Este se da para
aquellos empleados según su grado jerárquico, de especialización o
puesto de confianza que poseen.

Con respecto al tema en su libro “CURSO DE DERECHO


LABORAL”, el tratadista Américo Pla Rodríguez, comenta lo siguiente:

“En relación con el trabajador, este debe guardar


rigurosamente los secretos técnicos, comerciales o de
fabricación de los productos a cuya elaboración
concurra directa o indirectamente o de los cuales tenga
conocimiento por razón del trabajo que ejecuta; así
como de los asuntos administrativos reservados, cuya
divulgación pueda causar perjuicios al patrono.....“
(1976: 186)

Todas esas obligaciones éticas pueden incluirse dentro de un


concepto más amplio que es el de la buena fe-lealtad, el cual es de
observancia por ambas partes del contrato, tanto del patrono como del
trabajador.
72

En este orden de ideas, si cualquiera de las partes observa una


conducta que lesione gravemente estos principios, ello faculta a la otra
para dar por terminado el contrato de trabajo con justa causa. No
obstante que la finalidad de la suspensión es la de conservar el
contrato de trabajo; en algunos casos, la gravedad de la falta cometida
por una parte, hace imposible su continuación.

5.6. Temporalidad de la suspensión

La suspensión de los contratos de trabajo, como su nombre lo


indica, es un hecho de naturaleza temporal. Finaliza para dar lugar a
la reanulación de labores una vez desaparecida la causa que le dio
origen. La temporalidad o limitada duración, es consustancial a toda
suspensión e implica a su vez, el término implícito o explícito a que
está sujeto.

En consecuencia, si el hecho generador de la suspensión hace


imposible la reanudación de la actividad laboral que se trate, se estará
en presencia de una causa extintiva y no simplemente suspensiva del
contrato de trabajo. Por tanto, puede afirmarse que en los casos en
que el órgano administrativo fije un término para la reanudación de
labores, éste se entenderá provisional y no definitivo. Serán las
circunstancias del caso las que determinen un lapso mayor o menor
de suspensión.
73

Cuando la suspensión proviene de la empresa por fuerza mayor,


el patrono debe tomar las providencias del caso con el objeto de que
la reanudación de las labores se lleven a cabo lo antes posible, toda
vez que, la suspensión no se prolongue indefinidamente. Así las
cosas, demostrando que fuere que el patrono elude esa obligación, o
bien, que estando en condiciones de reiniciar tareas, no procura la
reincorporación de los trabajadores a sus tareas; pueden estos
solicitar la fijación de un plazo, el cual una vez vencido podrán dar por
concluidas sus relaciones laborales, con responsabilidad patronal.

En otros ordenamientos más previsores que el nuestro, para la


suspensión proveniente de fuerza mayor, fijan un plazo máximo de
suspensión, transcurrido el cual, sin haberse reanudado labores
operará automáticamente la rescisión del vínculo laboral. Tal es el
caso argentino, donde el artículo 66 del decreto 33.302 (ley 21.921),
establece:

“....toda suspensión dispuesta por el empleador que


exceda de treinta días en un año, contando desde la
primera suspensión y no aceptada por el empleado o
obrero comprendido en el presente decreto de ley,
dará derecho a éste a considerarse despedido.
El plazo de treinta días referido en el párrafo anterior,
podrá extenderse a 90 días”
74

5.7. Suspensión o interrupción contractual

En el siguiente apartado se hace una distinción, entre la


suspensión y la interrupción del vínculo contractual. La principal
dificultad que se presenta al tratar de diferenciar las dos nociones
mencionados, al afrontarlos a primera vista, es una cuestión
esencialmente terminológica, ya que generalmente algunos conceptos
que en nuestro diario vivir tienen un significado, en materia legal
pueden tener otro diferente.

En la suspensión de contratos de trabajo y por regla general, en


determinado momento no se ven ejecutados los principales efectos
que del contrato emanan, a saber la prestación laboral por parte del
trabajador y la retribución salarial por parte del patrono. Basado en lo
anterior se concluye que, aquellos supuestos en que el trabajador no
realiza la prestación laboral, pero que recibe una retribución
económica por parte del patrono, no pueden llamarse suspensiones
del contrato de trabajo.

A este tipo particular de supuestos, la doctrina los ha


denominado con el concepto de "interrupción". En tal sentido en su
libro “CURSO DE DERECHO DEL TRABAJO”, el jurista Manuel
Alonso García, señala:
75

“Las interrupciones en el trabajo suponen la no


prestación del servicio a que el trabajador está
obligado. Es indiferente, a estos efectos, cual sea la
causa determinante de la interrupción, siempre y
cuando dicha interrupción vaya acompañada de la
correspondiente percepción del salario, pues en otro
caso, nos hallaremos ante un supuesto diferente. Esta
noción nos permite diferenciar la suspensión
propiamente dicha, de las meras interrupciones legales
o pactadas, en las que solo cesa (cualquiera que sea la
causa de la cesación) la prestación del servicio como se
da con las vacaciones y los permisos laborales
retribuidos.” (1981: 207)

De la cita transcrita claramente se deduce que la diferencia


esencial entre interrupción y suspensión estriba en que en la primera
existe una percepción económica por parte del trabajador, a pesar de
no existir una prestación de servicios; mientras que para la segunda
situación no se da la ejecución normal del trabajo por parte del
asalariado y consecuentemente tampoco se da la retribución
económica por parte del patrono.

Para ahondar mejor sobre la diferencia entre interrupción y


suspensión se cita, del libro “INSTITUCIONES DEL DERECHO DEL
TRABAJO”, del jurista Ernesto Krotoschin, lo siguiente:
76

“La suspensión en el sentido aquí explicado, no puede


coincidir con interrupciones del trabajo durante las cuales el
trabajador conserva el derecho a la remuneración, como
sería el caso de los días feriados, vacaciones y los
permisos con goce de salario.” (1988: 214)

En tal sentido se puede decir que, cuando la no-prestación del


trabajo, vista esta como un supuesto de hecho, no vea perturbada la
retribución salarial, se está en presencia de un caso de interrupción
contractual. Por el contrario, cuando se paralice la prestación de
labores y ésta se encuentre acompañada de una interrupción del pago
de los servicios, se está en presencia de un caso típico de suspensión
de la relación laboral. La diferencia existente entre la suspensión y la
interrupción de la relación laboral, se basa propiamente en la
naturaleza misma de uno y otro concepto.

Para reforzar un poco lo dicho, se tomó el pensar del jurista


Alberto Carro Igelmo, cuando dice:

“La suspensión laboral se caracteriza, porque supone


que unas determinadas situaciones son consideradas
por la ley laboral, como susceptibles de originar una
paralización de los efectos activos del contrato de
trabajo, conservándose sólo el derecho a recobrar,
dentro de ciertos límites temporales, la plena vigencia
de la relación laboral. Por el contrario, la interrupción
77

laboral, no afecta propiamente a la relación en sí, que


continúa plenamente activa, sino exclusivamente a la
prestación de servicios, obligación fundamental que
queda paralizada mientras perduren los circunstancias
a las que la ley atribuye fuerza de interrupción laboral.”
(1970: 206)

Con respecto a estas dos figuras en estudio, el mismo autor,


aclara lo siguiente: "Toda suspensión laboral, supone
indudablemente una interrupción del contrato de trabajo, pero no
toda interrupción puede calificarse de suspensión contractual".
Con la aseveración anterior, dicho laborista nos quiere decir que habrá
ciertas interrupciones que no tendrán la categoría de suspensión, en el
entendido de que ambos conceptos tienen cierto rigor técnico.

Tomando en consideración lo expresamente prescrito por


nuestra ley laboral, perfectamente se podría aceptar el criterio que
determina la retribución, como nota sobresaliente y diferenciadora
entre la suspensión y la interrupción contractual, porque como ha
quedado establecido, en el período de suspensión, el trabajador no
está en la obligación de prestar sus servicios, pero tampoco tiene el
derecho a recibir la retribución salarial. Por el contrario, en los casos
de interrupción, aunque el trabajador no está en la obligación de
prestar sus servicios al patrono, sí goza del derecho de recibir el
correspondiente salario.
78

Las meras interrupciones del contrato llevan una finalidad


distinta, ya que procuran dar una compensación al trabajador, por el
desgaste físico que se produce luego de largos períodos de actividad
laboral. Dentro de esta figura se puede ubicar los descansos, los
permisos y las vacaciones laborales.

A este respecto Ramírez Gronda, en su libro “EL CONTRATO DE


TRABAJO”, sostiene lo siguiente:

“Las vacaciones no pueden otorgarse durante un


período de suspensión, debido a que este último
instituto deviene sin salario, y las vacaciones deber ser
remuneradas. Si se acuerda el descanso, esto es, si se
abona el salario, ya no estaríamos en presencia de un
caso de suspensión, sino de vacaciones. Dicho de
otro modo, no se concibe que el patrono alegue que su
empleado suspendido, ha gozado en realidad de
descanso anual, aunque se pruebe que por falta de
otra ocupación, el descanso de sus tareas habituales
ha sido real y efectivo. La vacación anual a que se
refiere la ley, es remunerada". (1972: 424)
79

Sostiene la misma opinión que Ramírez Gronda, el tratadista


Juan D. Pozzo, al expresarse en su obra “DERECHO DEL
TRABAJO”, en los términos siguientes:

"Las vacaciones anuales retribuidas importan un derecho


del empleado; por consiguiente, el empleador no puede
privarlo de este beneficio, suspendiéndolo durante las
vacaciones, o cuando se disponga a gozar de ellas".
(1978: 263)

Del presente análisis se despende, que la principal distinción


entre las instituciones en estudio estriba fundamentalmente, en la
finalidad que una y otra persigue. Si bien es cierto, ninguna de las dos
figuras conlleva una ruptura del vínculo contractual entre las partes, ya
que independientemente del caso, en ambas se mantiene vigente la
relación laboral. Sin embargo, en la interrupción, cuando
circunstancias de carácter especial, propician que temporalmente se
dé una paralización de los efectos principales de la relación laboral, el
trabajador a pesar de no brindar sus servicios al patrono, recibe de
este una remuneración económica determinada.

Todo reside al parecer, en que ambas figuras jurídicas parten de


un hecho común, la no-prestación del trabajo, a que normalmente esta
obligado el trabajador. Es evidente que todo el mecanismo jurídico
está desencadenado en función de este presupuesto. Por ello, la
doctrina habla mucho de la interrupción de la prestación, junto a la
suspensión de las prestaciones, refiriéndose a ese supuesto a que se
alude, haciendo de la interrupción de las prestaciones y la interrupción
de la relación laboral, un solo concepto.
80

CAPITULO 6.

CAUSAS DE LA
SUSPENSIÓN
CONTRACTUAL
81

En Costa Rica, la legislación laboral sigue una corriente formal.


Es por eso que únicamente contempla en tema de suspensión
contractual, las suspensiones sustentadas en una causal establecida.
Estas deben ser originadas en acontecimientos ajenos a la voluntad
de los contrayentes. La llamada suspensión sin causa no tiene cabida
en nuestro medio, estas son aquellas que se justifican en un acuerdo
entre las partes para dar por suspendidas la relación contractual.

Esta exclusión la incluyeron los legisladores, al pensar en que


por la posición jerárquica del patrono, sería muy conveniente y fácil
para él, presionar a sus trabajadores o a uno determinado, con el fin
de obtener su consentimiento para suspender la relación contractual.
Esto, cuando sus intereses así lo requiriesen, sin importar el perjuicio y
menoscabo de los derechos del trabajador.

Pese a todo lo anterior, algunas legislaciones aceptan y tienen


regulada la suspensión sin causa, o sea, por mutuo consentimiento, tal
es el caso de la legislación salvadoreña, que en el artículo 37 de su
Contrato de Trabajo la regula diciendo "También podrá suspenderse
el contrato de trabajo: 1° Por mutuo consentimiento de las
partes."
82

6.1. Clasificaciones de la suspensión

Para Alfredo Ruprechet, se pueden dar dos tipos de suspensión,


“absoluta y relativa”. En la absoluta las partes dejan de cumplir sus
principales obligaciones contractuales. Se suspende la realización de
labores y el pago de retribución, aún cuando los efectos secundarios
se mantienen. La relativa se da cuando la suspensión afecta
solamente a una de las partes, mientras la otra debe cumplir con sus
obligaciones, como sucede en los casos de enfermedades inculpables.

El tratadista español Eugenio Pérez Botija, hace el planteamiento


de una clasificación diferente a la de otros reconocidos juristas. Toma
como punto de partida para dicha su clasificación, el tipo de materia
que produce o da origen a la suspensión en sí.

Tomando como base este concepto, se decide nombrar su


propuesta como, la clasificación material de las causas de suspensión
del contrato de trabajo. En la gráfica siguiente se transcribe, el detalle
de dicha clasificación.
83

CLASIFICACIÓN MATERIAL DE LAS CAUSAS DE


SUSPENSIÓN DE CONTRATOS DE TRABAJO

BIOLÓGICAS La enfermedad

  La maternidad
   
Accidentes, incendios de locales,
FÍSICAS ECONÓMICAS destrucción de materias primas,
crisis, paros, etc.
   
POLÍTICO
Servicio militar, servicio cívico
ADMINISTRATIVA
   
POLÍTICA SOCIAL Huelgas
   
Detención o proceso del
trabajador
Suspensión disciplinaría de
JURÍDICO PENALES
trabajador
Cierre de la empresa por orden de
la autoridad.

Según el laborista mejicano, Mario de la Cueva, teniendo en


cuenta la cantidad de operarios afectados, puede distinguirse entre
suspensión individual o colectiva.
84

Las primeras son aquellas que afectan el contrato de un


trabajador determinado; las segundas, las que inciden en los contratos
de todos o parte de los trabajadores de una empresa, fabrica o
establecimiento.

CLASIFICACIÓN INDIVIDUAL Y COLECTIVA DE LA


SUSPENSIÓN DE CONTRATOS DE TRABAJO

  A) El arresto o la prisión preventiva


  B) La enfermedad
SUSPENSIÓN INDIVIDUAL DE
C) La suspensión disciplinaria
CONTRATOS
D) La maternidad de la trabajadora
 
A) La falta de materia prima
B) La fuerza mayor o caso fortuito
SUSPENSIÓN COLECTIVA
C) Incapacidad o muerte del patrono
DE CONTRATOS
  D) La huelga o el paro patronal.

Para efectos del presente trabajo de investigación existe mayor


inclinación por desarrollar esta clasificación, ya que es la que más se
ajusta con el modelo costarricense.

6.2. Causas de la suspensión individual


85

La suspensión individual del contrato laboral se da en aquellas


situaciones, en que se hace necesario congelar las obligaciones
principales del contrato entre el patrono y un empleado en particular.
Esta suspensión se da por situaciones específicas que afectan no a la
colectividad de la fuerza laboral, sino más bien a sujetos
determinados.

6.2.1. Arresto judicial o administrativo y la prisión preventiva.

El artículo 78 del Código de Trabajo, se refiere a este apartado y


en su párrafo primero desarrolla esta causal:

“Es también causa de suspensión del contrato de


trabajo, sin responsabilidad para el patrono ni para el
trabajador, el arresto que alguna autoridad judicial o
administrativa le imponga a este, o la prisión
preventiva que en su contra se decrete, siempre que
sea seguida de sentencia absolutoria.”

En la disposición transcrita se contemplan dos supuestos de


suspensión. Uno de ellos se da respecto del arresto. Este a su vez,
puede ser judicial o administrativo. Es decir, el arresto puede provenir
de una imposición judicial o de una sanción meramente administrativa,
policial.

El segundo supuesto contemplado lo constituye la prisión


preventiva, que en contra del trabajador se decrete. En este caso se
86

exige que la misma sea seguida de sentencia absolutoria. En uno y


otro caso, el trabajador tiene dos obligaciones. Primera, avisar al
patrono, "dentro de los tres días siguientes a aquel en que
comenzó su arresto o prisión", del suceso que le impide asistir al
trabajo. Segunda, "reanudar su trabajo dentro de los dos días
siguientes a aquel en que cesaron dichas circunstancias"; es
decir, el arresto o la prisión.

Aquí cabe preguntarse si la prisión preventiva sólo es causa de


suspensión del contrato cuando termina por sentencia absolutoria. Si
no se opera la suspensión en otros supuestos de terminación del
proceso que no sea la absolutoria. El Licenciado Álvaro Valerio
Sánchez en su libro “CONCEPTOS SOBRE ALGUNOS ASPECTOS
DE LA RELACIÓN LABORAL”, al comentar el susodicho artículo dice:

“La norma legal..., por ser omisa, hace necesario


analizar varias situaciones; así la misma señala como
requisitos que el arresto o prisión preventiva sean
seguidos de sentencia absolutoria, omitiéndose la
posibilidad de que el proceso respectivo termine con
un auto de sobreseimiento definitivo, o bien que dicho
proceso se suspenda si es dictado un auto de
sobreseimiento provisional o prórroga extraordinaria.
No obstante esa omisión, no existe duda de que ambas
situaciones, para los efectos legales consiguientes se
equiparan a la sentencia absolutoria. Por el contrario
si el trabajador sometido al proceso no obtiene
sentencia absolutoria, no existe obligación patronal de
87

readmitir al trabajador, ya que se estaría en presencia


de la causal del inciso k del artículo 81 del Contrato de
Trabajo.” (1972: 138)

Se concuerda con el Lic. Álvaro Valerio, en que los supuestos de


sobreseimientos, tanto el definitivo como el provisional, son
equiparables a la sentencia absolutoria. El sobreseimiento es un acto
conclusivo y se pueden encontrar actos conclusivos que son
incriminantes y otros desincriminantes. El acto conclusivo
desincriminante es aquel que permite al imputado evitar ir a juicio. El
incriminante es una vía directa al juicio. Sin embargo, se debe aclarar
que estos supuestos no son lo únicos, ya que a la luz del nuevo
Código procesal penal, encontramos otra figura que jurídicamente
tiene el mismo efecto, esta es la desestimación. La desestimación
procede según el artículo 282 del Código Procesal Penal, "Cuando el
hecho denunciado no constituye delito o no sea posible
proceder...". En todos ellos, la prisión sufrida por el trabajador, ha de
tenerse como causa de suspensión del contrato de trabajo.

Se debe mencionar algunos actos como la aplicación de un


criterio de oportunidad, la suspensión del procedimiento a prueba, la
conciliación y la reparación integral del daño que son también actos
conclusivos desincriminantes. Estos actos paralizan la continuación
del proceso y evitan que el imputado deba cumplir una pena
carcelaria. Sin embargo, en todos ellos, la participación del imputado
ha quedado demostrada. ¿Podría en estos casos la empresa
despedirlo?
88

Se debe recordar, que el artículo 81 del Código de Trabajo


costarricense en su inciso k establece:

"Artículo 81.- Son causas justas que facultan al


patrono para dar por terminado el contrato de trabajo:
k)Cuando el trabajador sufra prisión por sentencia
ejecutoria; y"

Retomando la pregunta que se ha dejado planteada, y


tomando como base el inciso k del artículo trascrito, surge una
duda, ya que el requisito es que se dé una sentencia ejecutoria
en contra del trabajador. Al respecto, se extrae un comentario
del libro "LAS JUSTAS CAUSAS DEL DESPIDO EN EL
CÓDIGO DE TRABAJO Y JURISPRUDENCIA" del tratadista
Carlos Carro Zúñiga, en el cual señala:

"No siempre será fácil buscar esa respuesta.


Consideramos que la solución tiene que buscarse
valorando aspectos diversos, como si el delito fue
cometido contra la propia empresa o contra un tercero;
y debe también hacerse examen de la naturaleza y la
gravedad del delito; y desde luego, la índole del trabajo
que presta el trabajador sentenciado. De este modo,
por ejemplo, un cargador de sacos de una arrocera y
un trabajador de cuello blanco de una empresa
89

financiera condenados por estafa, no estarían en igual


situación; un operario de obras condenado por
contrabando, tiene una citación laboral distinta al
funcionario de aduana, condenado por el mismo delito;
y un trabajador de comercio penado por violación, no
puede equipararse al caso del profesor de un colegio
de señoritas a quien se imponga pena por idéntico
delito. Como planteamiento general, podría pensarse
en la posibilidad de despido del empleado de la
compañía financiera condenado por estafa; del
funcionario de aduana que incurrió en contrabando; y
del profesor del colegio de señoritas sentenciado por
violación." (1992: 65)

Caso aparte es el de la ejecución condicional de la pena, ya que


previamente se da una sentencia ejecutoria, pero debido a las
características particulares de esta figura, el imputado no cumple la
sentencia. Sin embargo esta se ha dado, por lo cual el patrono esta
facultado para dar por terminado el contrato de trabajo.

El principio que debe regir en los casos de arresto y prisión


preventiva ha de ser favorable al trabajador. No sólo porque así lo
aconseja el principio de la "presunción de inocencia" en materia
penal, sino también porque, a pesar de que la "suspensión" del
contrato ha de tenerse como algo excepcional en la vida de aquel.
90

Entre los principios generales del Derecho laboral, el principio de


la buena fe establece que las partes, patrono y trabajador, deben
cumplir con el contrato de buena manera. Esto es, actuando ambos
así con el propósito de llevar a cabo una buena relación y no
distorsionándola, para favorecerse a sí mismo en contra del interés del
otro. Lo cierto es que, en cuanto se trata de escoger entre la
disolución del contrato y la permanencia de éste, habrá que decidirse
por la segunda hipótesis.

Es decir, el arresto o la prisión preventiva que sufra el trabajador


ha de tenerse, en principio, como una causa de suspensión y sólo en
casos excepcionales es causal para la terminación del contrato. Se
procura con ello alcanzar una de las finalidades que persigue el
derecho laboral moderno, cual es la prolongación de la vida del
Contrato de Trabajo .

Esto a su vez, constituye también la finalidad de la figura en


estudio. Es ésta la tesis prevaleciente de conformidad con la cual el
proceso de detención preventiva del trabajador no justifica su despido,
sino que sólo faculta al patrono para disponer una suspensión, aunque
pueda ésta exceder el plazo máximo establecido por la ley.

Continuando con el análisis del artículo 78 de nuestro cuerpo


legal laboral, el párrafo segundo de dicho artículo reza así:
91

"Es obligación del trabajador dar aviso al patrono de la


causa que le impide asistir al trabajo, dentro de los tres
días siguientes a aquel en que comenzó su arresto o
prisión; y reanudar su trabajo dentro de los dos días
siguientes a aquel en que cesaron dichas
circunstancias. Si no lo hiciere se dará por terminado el
contrato, sin que ninguna de las partes incurra en
responsabilidad".

En primera instancia, los tres días le permiten al trabajador


hacer saber su situación al patrono, a fin de que se decrete la
suspensión contractual. Los dos días posteriores a su liberación ,le
permiten según el caso, descansar física y mentalmente, así como
solventar cualquier inconveniente de índole personal o familiar, que su
ausencia haya provocado.

Cabe rescatar, que algunas legislaciones tales como la


salvadoreña, contemplan el arresto o la privación preventiva de la
libertad no solamente para el trabajador, como es este caso, sino que
también está contemplado el supuesto que sea el patrono quien sufra
el arresto o la prisión preventiva. Esta representa una disposición muy
atinada del derecho salvadoreño. No puede negarse que tanto
trabajadores como patronos pueden estar sujetos a sufrir una prisión
preventiva o un arresto, ya que estas medidas no son intrínsecas a un
estatus determinado o a cierta clase social.
92

6.2.2. La enfermedad

Esta causal está contemplada en el artículo 79 del Código de


Trabajo y dice: "Igualmente es causa de suspensión del contrato
de trabajo sin responsabilidad para el trabajador, la enfermedad
comprobada que lo incapacite para el normal desempeño de sus
labores durante un período no mayor de tres meses".

6.2.2.1. Requisitos de la causal

Se deduce del texto del artículo, que incluye todas aquellas


dolencias o enfermedades que ocasionan una incapacidad al
trabajador para el normal desempeño de sus labores, y dando por un
hecho que la incapacidad no es atribuible o provocada por el mismo
trabajador. El patrono está facultado cuando la enfermedad es motivo
de suspensión del contrato, a verificar el padecimiento del subalterno
ya sea por medio del médico de la empresa, de una clínica privada o
de un establecimiento público, según las circunstancias del caso.

Luego de esto si se determina por medio del profesional, que el


paciente no presenta los síntomas como para considerarlo enfermo e
incapacitarlo como él solicita. Se podría entonces enmarcar su
accionar como una falta gravísima, que podría llevar al trabajador a
ser despedido con justa causa y sin responsabilidad patronal, según el
inciso K del artículo 81 de nuestro código. La misma situación se
daría en el caso del trabajador que dolosamente prolongara su
93

dolencia, ya que con ello se está perjudicando los intereses de su


patrono.

6.2.2.2. El plazo de duración.

Tanto la doctrina como la jurisprudencia sostienen y han


defendido, que el contrato no se debe extinguir por el simple hecho de
que el trabajador se enferme.

Alberto Carro en su publicación, “LA SUSPENSIÓN DEL


CONTRATO DE TRABAJO” dice lo siguiente,

“ ....un malestar pasajero y aún de cierta duración y


gravedad, no puede dejar al operario privado de todos
sus derechos, especialmente en el aspecto
económico y precisamente cuando más lo necesita,
todo lo contrario ya que es menester que una vez
restablecido, pueda ocupar el puesto que
desempeñaba, recobrando toda su vigencia la
relación contractual que se hallaba en suspenso.”
(1975: 207)

El artículo 79 del cuerpo de leyes laborales establece en su


inciso segundo, los aportes salariales que debe recibir el trabajador y a
la vez fija los plazos respectivos.
94

Salvo lo dicho en disposiciones especiales o que se


trate de un caso protegido por la ley del seguro
social, la única obligación del patrono es la de dar
licencia al trabajador hasta su total restablecimiento,
siempre que éste se produzca dentro del lapso
indicado ( o sea, en tres meses) y de acuerdo con las
reglas siguientes:

A) Después de un trabajo continuo no menor de tres


meses, ni mayor de seis, le pagará medio salario
durante un mes
B) Después de un trabajo continuo mayor de seis
meses pero menor de nueve, le pagará medio salario
durante dos meses; y
C) Después de un trabajo continuo mayor de nueve
meses, le pagará medio salario durante tres meses.

En estos casos, el legislador ha estipulado un plazo prudencial


de tres meses, durante los cuales el trabajador enfermo tiene derecho
a recibir de su patrono, parte de su salario. Si la enfermedad se
prolonga por más tiempo y no está comprendida por disposición
especial, el mismo legislador le da al patrono la facultad de poder, a su
sano y prudente arbitrio el dar por terminado el contrato laboral.

6.2.2.3. Conocimiento del patrono de la enfermedad


95

Cuando el trabajador se encuentra adoleciendo de alguna


enfermedad, es necesario e inevitable el dar aviso a su patrono. El
código costarricense no toca el tema, tal y como si lo hace cuando se
trata del arresto o la prisión preventiva, pero se considera que el aviso
es necesario, esto por las consecuencias que podría generar el
silencio del trabajador, ya que estaría dando lugar a que el patrono
invoque la causal que contempla el artículo 81 en su inciso "g". Así el
patrono puede dar por terminado el contrato de trabajo sin
responsabilidad para él.

6.2.2.4. Algunos casos especiales

Se analiza a continuación, dos contratos especiales como lo son,


el de los trabajadores del servicio doméstico y de los trabajos
desarrollados en el mar y en vías navegables.

Respecto a los primeros, el Código de Trabajo, los contempla en


su capítulo VIII, en el artículo 104 inciso "h" que dice:

“En caso de incapacidad temporal originada por


enfermedad, riesgo profesional y otra causa, tendrá
derecho, el empleado doméstico, a los beneficios que
establece el artículo 79 de este código, sin embargo,
la prestación a que se refiere el inciso "a" del mismo,
se reconocerá a partir del primer mes de servicios.
96

Se dice aquí esto, porque los servidores domésticos están


regidos, como se dijo al principio por un carácter especial. Luego,
sigue diciendo este artículo en su párrafo último,

"No obstante, si la enfermedad ha sido contraída por


contagio ocasionado por las personas que habitan la
casa, tendrá derecho, hasta por el término de tres
meses, a percibir en caso de incapacidad, su salario
completo, e invariablemente a que se le cubran los
gastos razonables que con tal motivo deba hacer."

También se podrá suspender el contrato de los trabajadores


domésticos, según los términos que indica el artículo 105 del código,
en los casos de enfermedad calificada. Como se puede apreciar, esta
clase de servidores tienen una regulación especial y es consecuencia
de la misma naturaleza de sus contratos, lo que motivó al legislador
costarricense para regirlos de esa manera.
El capítulo XI del Código toca lo concerniente a los trabajadores
del mar y vías navegables. En el se establece diferencias con otros
casos estudiados anteriormente, debido a las circunstancias
especiales en que estos trabajadores realizan su labor. Con respecto
al tema en estudio, el artículo 129 del Código de Trabajo dice,

"El trabajador que sufriere de alguna enfermedad


mientras la nave esté de viaje tendrá derecho a ser
atendido por cuenta del patrono, tanto a bordo como en
tierra y con goce de la mitad de su sueldo, y a ser
restablecido o mejor dicho, restituido cuando haya
97

sanado, de acuerdo con lo dispuesto en los artículos 120


y 121, si así lo pidiere."

6.2.3. La suspensión disciplinaria

Para toda empresa, la óptima utilización del recurso humano,


que conlleve a un rendimiento máximo de producción de trabajo, es
una directriz indispensable. Para ello es determinante que se dé una
coordinación armónica de todos los elementos de la empresa,
especialmente de los obreros. Cuando esa armonía se interrumpe
se debe contar con un modelo disciplinario establecido para enfrentar
casos específicos.

El Código laboral costarricense, en su capítulo VI contempla lo


relativo a la suspensión y terminación de los contratos de trabajo, pero
no contempla en forma expresa la causal de suspensión por motivos
disciplinarios. Sin embargo, en el capítulo IV de los reglamentos
internos de trabajo, concretamente en su artículo 68 inciso "e", da el
fundamento legal utilizado por los patronos para hacer efectiva
cualquier sanción disciplinaria suspensiva.
Dice así el citado artículo:

"El reglamento de trabajo podrá comprender el


cuerpo de reglas de orden técnico y administrativo
necesarias para la buena marcha de la empresa; las
relativas a higiene y seguridad en las labores, como
indicaciones para evitar que se realicen los riesgos
profesionales e instrucciones para prestar los
primeros auxilios en caso de accidente y en general,
98

todas aquellas otras que se estimaren convenientes.


Además contendrá:
e) Las disposiciones disciplinarias y formas de
aplicarlas. Es entendido que se prohíbe descontar
suma alguna del salario de los trabajadores en
concepto de multa y que la suspensión del trabajo,
sin goce de sueldo, no podrá decretarse por más
ocho días, ni antes de haber oído al interesado y a
los compañeros que este indique".

Aquí se establece un plazo máximo. Los trabajadores en su


gran mayoría están propensos a cometer o realizar acciones que
pueden constituir una falta laboral sancionable.

Del libro, “LA SUSPENSIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO”,


del tratadista Alberto Carro, se extrae el siguiente comentario,

"Puede ser que las circunstancias que rodean a la


acción u omisión referida, la hagan parecer como
grave o muy grave, en cuyo caso puede ser mal vista
la continuación del infractor en su puesto de trabajo,
por consideraciones de tipo ético jurídicas, por lo
que es aconsejable una interrupción en la actuación
profesional de aquel, hasta que recaiga una
resolución definitiva, una vez comprobados los
hechos que se le atribuyen." (1975: 221)

En este caso se estaría en presencia de una suspensión


preventiva. José Tovillas Zarsano, en un artículo titulado,
99

“SANCIONES DISCIPLINARIAS DERIVADAS DEL


CONTRATO DE TRABAJO”, de la Revista de Derecho Privado
de Madrid dice,

"Cuando la falta no deja duda alguna de su gravedad,


el patrono puede usar como medida disciplinaria, una
suspensión sin goce de sueldo hasta por un máximo
de ocho días, tiempo durante el cual el contrato de
trabajo sigue siendo válido, pero no surte todos sus
efectos. Podemos ir más allá y decir que la sanción
disciplinaria que sufra el trabajador, no le deja en una
situación de desamparo, es decir, que todos aquellos
derechos adquiridos con anterioridad, no pierden su
validez por las medidas disciplinarias o de otra
índole."

Es importante aclarar, que para poder aplicar una medida


disciplinaria a un empleado, por una falta en la que aquel ha incurrido,
esta debe estar tipificada en el reglamento interno de trabajo.
6.2.4. Maternidad de la trabajadora

Se considera derecho a la maternidad, aquel que tiene la


trabajadora para gozar de un período de descanso o licencia, antes y
después del parto, debiéndosele pagar durante tal período una
prestación económica. Respecto a la misma, se dice que en el caso
de la maternidad, no se da la suspensión del contrato de trabajo, ni
suspensión de la prestación de servicios. Lo que se da es una
interrupción del contrato, puesto que la empleada sigue percibiendo su
salario, y si estuviera ante una suspensión no le correspondería
recibirlo.
100

Es bueno hacer la observación, de que los legisladores no


contemplaron este caso, dentro de las causales de suspensión de la
relación laboral, sino que se encuentra en un capítulo aparte. Esto
obedece a circunstancias obvias, ya que siendo un derecho innato e
inherente a la mujer en dicho estado, hubiera sido innecesario haberlo
consignado en el capítulo VI. Es entonces, en el artículo 95 del
Código, donde se consigna la obligación de conceder por este
concepto, "una licencia remunerada por maternidad, durante el
mes anterior al parto y los tres meses posteriores a él".

Como ya se dijo, respecto de esta suspensión, existen criterios


encontrados, algunos juristas basándose en lo dicho en el párrafo
anterior, sostienen que el embarazo no es una causa de suspensión
contractual, ya que el contrato se mantiene vigente. Incluso con una
prestación salarial por parte del patrono, con la salvedad de que la
prestación laboral no se da. Por estas razones se afirma que no hay
una suspensión del contrato, sino únicamente una suspensión de la
prestación laboral por el estado de gravidez de la trabajadora.
No se comparte la posición que siguen algunos juristas, en el
sentido de que en el período de inactividad laboral de la trabajadora,
se encuentra ante una interrupción, o una suspensión laboral. Al
respecto se extrae un comentario hecho por la señora Georgina
Sánchez Alvarado, en su trabajo final de graduación, en el cual
refiriéndose al tema presente dice,

"Mientras la trabajadora permanezca en ese estado o


incluso después de este, no hay obligación por parte
de ella de prestar sus servicios, como tampoco el
101

empleador tiene la obligación de cancelar el salario,


pero si la prestación a la que legalmente tiene
derecho." (1977: 129)

En relación con esta prestación legal que se comenta en el


párrafo anterior, se transcribe el artículo 99 del Código de Trabajo
costarricense:

"El subsidio durante los períodos inmediatamente


anteriores y posteriores al parto se subordinará al
reposo de la trabajadora; podrá suspendérsele si la
autoridad administrativa de trabajo comprueba, a
instancia del patrono, que está fuera de las labores
domésticas compatibles con su estado, se dedica a
otros trabajos remunerados."

Es necesario rectificar que la remuneración salarial recibida por


la trabajadora, no es en realidad una contraprestación económica, sino
más bien el derecho que le asiste de recibir, según la ley, un subsidio
económico. Para recibir este subsidio, la trabajadora paga de su
salario un porcentaje por concepto de seguro médico, que además de
invalidez, vejez y muerte, incluye la maternidad.

6.3. Causas de la suspensión colectiva


102

Compete en este capítulo, el análisis de la suspensión


contractual, cuando ésta afecta un número indeterminado de
empleados o a todos. Las causas que producen esta figura se verán
en detalle, para analizar sus características.

6.3.1. Falta de materia prima

El literal "a" del artículo 74 del Código de Trabajo costarricense,


contempla el caso de suspensión temporal del contrato de trabajo,
como consecuencia de falta de materia prima. Dice al respecto:

"Son causas de suspensión temporal de los


contratos de trabajo, sin responsabilidad para el
patrono ni para los trabajadores: a) La falta de
materia prima para llevar adelante los trabajos,
siempre que no sea imputable al patrono."

Para cumplir con los requisitos de ley, según los dos primeros
párrafos del artículo 75, se debe dar aviso a la Inspección General de
Trabajo, para que compruebe si procede o no la suspensión. La falta
de materia prima, no produce necesariamente, según la doctrina la
suspensión de los contratos de trabajo. Es posible que sólo cause una
interrupción corta de las labores o en ciertos casos, una mera
reducción de la jornada de trabajo como consecuencia de un hecho
inesperado y no deseado por el patrono.

Para toda empresa, la materia prima es el punto de inicio del


ciclo de producción. Es materia de preocupación de los encargados
103

del departamento de compras o importaciones. Es vital que se


guarden las reservas, para evitar una paralización de la producción de
la empresa y se desencadene una serie de incumplimientos con sus
clientes. Si el faltante de materia prima pudiere ser imputada al
patrono, ya sea por descuido, negligencia u otra causa inexcusable,
les daría a los trabajadores libertad para dar por concluidos sus
contratos con la respectiva responsabilidad para el patrono, teniendo
el deber de indemnizarlos y cumplirles todas su prestaciones de ley.
Así lo establece el párrafo tercero del Código de Trabajo, el cual
seguidamente se transcribe,

"Si la Inspección General de Trabajo o sus


representantes llegaren al convencimiento de que
no existe la causa alegada, o de que la suspensión
es injustificada, declararán sin lugar la solicitud a
efecto de que los trabajadores puedan ejercitar sus
facultades de dar por concluidos sus contratos, con
responsabilidad para el patrono."
Para ejemplificar esta causal, se podría mencionar el caso de
aquellas fábricas de jaleas, confites y otras, cuya materia prima son
las frutas, mieles, u otros productos afines, que son susceptibles de
disminuir por factores climáticos o de otro tipo. En esos casos, no se
podrá culpar al patrono de su no-existencia y por lo tanto, éste no
tendrá responsabilidad alguna por el no-cumplimiento de sus
obligaciones contractuales. Administrativamente la Jurisprudencia se
ha pronunciado, en lo que respecta a la falta de materia prima, de la
siguiente manera:
104

"Para que la falta de materia prima tenga el efecto


de suspender los contratos de trabajo, se requiere
que el hecho que la provoque, aparte de ser extraño
a la voluntad del patrono, traiga como consecuencia
necesaria, inmediata y directa, la paralización del
trabajo, es decir, se requiere la existencia no de un
simple hecho que haga más difícil u onerosa la
continuación de labores, sino de la existencia de un
hecho insuperable desde el punto de vista de hacer
absolutamente imposible y con carácter temporal la
continuación del trabajo."

No se incluyen aquí, todas aquellas situaciones provenientes de


factores que por ser normalmente previsibles en la actividad comercial,
agrícola o industrial, como lo es la variación del cambio de la moneda,
exceso de producción, bajas de precios. Estos factores constituyen
pura y simplemente factores de riesgo de toda empresa.

6.3.2. La fuerza mayor o caso fortuito

Se puede afirmar, que de todas las causales de suspensión


contractual que se pueden encontrar, ésta es la que mejor cumple con
la premisa de ser ajena a la voluntad de las personas contratantes.
Las otras causales, generalmente provienen del trabajador o en su
defecto del patrono o su empresa, pero esta es totalmente
independiente, ya que es por completo ajena a las partes que
intervienen en el contrato de trabajo.
105

Con certeza se puede decir decir que revisten carácter de caso


fortuito, todos aquellos acontecimientos producidos por las fuerzas de
la naturaleza y que no pueden preverse, o que previéndose, no
pueden evitarse. La fuerza mayor expresa Guillermo Cabanellas, en
su "DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE DERECHO USUAL":

"Para ser considerado como tal, debe ser un


evento producto de la intervención humana, ya sea
directa o indirectamente, sin medio posible para
evitarlo y que como consecuencia del mismo, el
deudor se encuentre imposibilitado de cumplir sus
obligaciones." (1979: 286)

La fuerza mayor y el caso fortuito constituyen para la legislación


laboral, tanto causal de suspensión como de extinción de las
relaciones laborales. Esto depende de las circunstancias que rodeen
el hecho. Las consecuencias de la fuerza mayor o caso fortuito, no
deben ser imputables al patrono. En caso contrario se incurriría en
responsabilidad para con los trabajadores afectados, según el artículo
83 del cuerpo laboral costarricense, el cual dice:
106

"Artículo 83.-Son causas justas que facultan al


trabajador para dar por terminado su contrato de
trabajo
a) Cuando el patrono directamente o por medio
de sus familiares o dependientes, cause
maliciosamente un perjuicio material en las
herramientas o útiles de trabajo del trabajador
h) Cuando el patrono comprometa con su
imprudencia o descuido inexcusable, la
seguridad del lugar donde se realicen las labores
o de las personas que allí se encuentren."

En los casos de suspensión por fuerza mayor o caso fortuito,


como regla general se suspenden las contraprestaciones entre las
partes, a saber las labores del trabajador y su remuneración por parte
del patrono.

La Legislación costarricense dispuso con muy buen criterio y


respecto este tipo de suspensión, así como la producida por falta de
materia prima. El Estado por medio de su Poder Ejecutivo "podrá
dictar medidas de emergencia que, sin lesionar los intereses
patronales, den por resultado el alivio de la situación económica
de los trabajadores". Algunos laboristas consideran como "letra
muerta", lo que dispone este párrafo del artículo 74, ya que su
concreción es muy difícil.
107

Respecto de una posible disminución de trabajo por un caso


fortuito o fuerza mayor, se podría decir que se da una suspensión
cuando aquella crisis únicamente alcanza a parte del sector laboral de
una empresa. La legislación costarricense en cuanto a este tema, ha
dicho muy poco, sobre todo en doctrina laboral. Se toca el tema con
base en legislaciones que ya han contemplado tan importante
circunstancia, como es el caso de la Argentina y la Española.

6.3.3. La muerte o incapacidad del patrono

El inciso "c" del artículo 74 del Código de Trabajo, contempla las


causales de suspensión y al referirse al tema en estudio dice: "La
muerte o la incapacidad del patrono, cuando tenga como
consecuencia necesaria, inmediata y directa la suspensión del
trabajo".

El fundamento de esta causal estriba en el trastorno que


ocasiona algunas veces en una empresa la falta del patrono,
particularmente en empresas pequeñas y de índole familiar, en las que
el patrono es el encargado de su dirección merced a que posee ciertos
conocimientos y aptitudes intrínsecamente necesarios para la
operación del negocio. Por esto, la ausencia del patrón crea un
ambiente de incertidumbre respecto de la buena marcha de la
empresa. La ley principalmente está enfocada a este tipo de
empresas, ya que las empresas bien organizadas, dentro de su
108

organigrama de funcionamiento no sufren mayores trastornos con este


tipo de situaciones.

Se podría decir que la muerte constituye la cesación de las


funciones vitales del organismo de un individuo, mientras que la
incapacidad es una disminución en sus facultades físicas o mentales.
Por regla general, se entiende que la muerte del patrono o su
incapacidad, únicamente acarrea una interrupción de labores, y, por
consiguiente, la suspensión de la relación laboral; excepcionalmente
puede ocasionar estas situaciones la extinción del vínculo contractual,
según el artículo 85, inciso Código del Código de Trabajo.

Es importante considerar, si dentro de la incapacidad debe


comprenderse no solamente los casos en que el patrono adolezca de
algún impedimento que le imposibilite moverse de acuerdo con las
necesidades del trabajo en la empresa, como sería el caso de una
parálisis, sino también en aquellas circunstancias en que no pueda
hacer acto de presencia en el establecimiento, como en el caso de
haberse ausentado del país.
En esta última situación, no se está frente a una verdadera
causa de suspensión de la relación laboral, ya que perfectamente
puede remediarse si se deja un sustituto del patrono. Esto mientras
dure su ausencia.

Por otro lado, la muerte presunta tampoco se considera como


una causal de suspensión, ya que lleva consigo un largo período de
tiempo para declarar la presunción de muerte según los artículos 78 y
109

79 del Código Civil, y podría crear incertidumbre entre los empleados


de la empresa. El trabajador más que ligado al patrono, lo está con la
empresa, y en caso de muerte de aquel, su contrato continúa vigente
con los sucesores del difunto. El rompimiento contractual se
produciría solamente cuando el contrato reviste un carácter
personalísimo concatenado directamente con el patrono, como en los
casos en que el trabajador desempeña un puesto de confianza.

6.3.4. La huelga legal

La huelga ha sido considerada, como el medio de lucha más


importante que poseen los trabajadores, cuando estos procuran
mejorar las condiciones de trabajo establecidas. Como las tres
anteriores causales, ésta reviste un carácter colectivo, ya que tiende a
afectar, salvo raras excepciones, a la totalidad de la masa laboral de
una empresa.

Son numerosas las definiciones que se han dado del término


huelga, pero una de las más completas a criterio personal es la
pronunciada por Alejandro Gallart Golch, citado por Ramírez Gronda
en el artículo titulado, "SUSPENSIÓN DE LA RELACIÓN DE
TRABAJO Y FACULTADES DISCIPLINARIAS DE LA EMPRESA", la
cual se transcribe a continuación:

"Huelga, es la suspensión colectiva y concertada del


trabajo, realizada por iniciativa obrera, en una o
varias empresas, oficios o ramas de trabajo, con el
110

fin de conseguir objetivos de orden profesional,


político o bien manifestarse en protesta contra
determinadas actuaciones patronales,
gubernamentales y otras." (1978: 46)

El Código de Trabajo costarricense, en su artículo 371, define lo


que es una huelga legal;

"Huelga legal es el abandono temporal del trabajo en


una empresa, establecimiento o negocio, acordado y
ejecutado pacíficamente por un grupo de tres o más
trabajadores, con el exclusivo propósito de mejorar
o defender sus intereses económicos y sociales
comunes."

Con la huelga, los trabajadores no se proponen romper la


relación laboral que los une con sus patronos, sino que suspenden
temporalmente sus relaciones contractuales, mientras los personeros
de la empresa analizan si acceden o no a sus peticiones.
Referente a los requisitos indispensables que debe cumplir la
huelga para obtener el calificativo de legal, el cuerpo laboral
costarricense en su artículo 373, detalla los requisitos por cumplir para
que una huelga sea declarada legal.

Artículo 373.- "Para declarar una huelga legal los


trabajadores deben:
A. Ajustarse estrictamente a lo dispuesto por el artículo
371; del Título Sexto, Capítulo Primero de este
Código; y
111

B. Agotar los procedimientos de conciliación de que


habla el Título Sexto, Capítulo Tercero de este
Código
C. Constituir por lo menos el sesenta por ciento de las
personas que trabajen en la empresa, lugar o
negocio de que se trate."

Como complemento a los requisitos mencionados, se estipula


que la huelga únicamente deberá limitarse al mero acto de la
suspensión y abandono del trabajo, ya que de surgir otras situaciones
tales como la coacción o violencia sobre personas o propiedades, los
infractores se verían sancionados por las autoridades respectivas y
por la ley. Si el patrono es declarado culpable de los motivos que
provocaron la huelga, deberá correr con el pago de los salarios
correspondiente a los días que perdura el movimiento, según se
desprende del artículo 378 del Código de Trabajo.

6.3.5. El paro patronal

Así como la clase trabajadora tiene la facultad y el derecho de


acudir a la huelga cuando se vean afectados sus intereses, los
patronos también han sido favorecidos por las leyes laborales y tienen
en la figura del paro, un recurso para salvaguardar sus intereses. El
paro según se declare legal o ilegal, es una causa de suspensión o
disolución de los contratos de trabajo. En los artículos 379 y 380 se
encuentra la definición de esta figura y los requisitos que debe cumplir
112

el patrono, además de establecer y los efectos a que se expone en


caso de un paro ilícito.

Artículo 379.- "Paro legal es la suspensión temporal


del trabajo ordenada por dos o más patronos, en
forma pacífica y con el exclusivo propósito de
defender sus intereses económicos y sociales
comunes. El paro comprenderá siempre el cierre
total de las empresas, establecimientos o negocios
en que se declare."
Artículo 380.- "El paro será legal si los patronos se
ajustan a los requisitos previstos por los artículos
379 y 373, inciso b, y dan luego a sus trabajadores
un aviso con un mes de anticipación para el sólo
efecto de que estos puedan dar por terminados sus
contratos, sin responsabilidad para ninguna de las
partes, durante el período. Este aviso se dará en el
momento de concluirse los procedimientos de
conciliación."
Artículo 385.- "Todo paro ilícito tiene los siguientes
efectos:

a. Faculta a los trabajadores para pedir su


preinstalación inmediata o para dar por
terminados sus contratos, con derecho a
percibir las prestaciones e indemnizaciones
legales que procedan;"
113

b. "Hacer incurrir al patrono en las obligaciones


de reanudar sin perdida de tiempo los trabajos
y de pagar a los trabajadores los salarios que
debieron haber percibido durante el período en
que estuvieron las labores indebidamente
suspendidas;"

c. "Da lugar, en cada caso, a la imposición de una


multa de doscientos a mil colones, según la
gravedad de la infracción y el número de
trabajadores afectados por ésta, sin perjuicio
de las responsabilidades de cualquier otra
índole que lleguen a declarar contra sus
autores los tribunales comunes."

La huelga puede ser considerada como un instrumento de lucha.


En cambio, el paro es el derecho de defensa con que cuentan los
patronos; pero el uno no deberá tomarse como la contrapartida del
otro.
En otras palabras, no porque en un momento dado los
trabajadores hagan uso de la huelga, los patronos
responderán con el paro. El Tribunal Superior de Trabajo, en
Resolución #4589, de las 8:30 horas, del 19 de noviembre de 1976,
hizo diferencias interesantes entre el paro legal y suspensión temporal
de contratos laborales, pronunciándose así,

"Si bien el paro legal y la suspensión temporal de los


contratos de trabajo tienen como fin mediato la
114

defensa de los intereses económicos y sociales de


una entidad, lo cierto es que la secuela no es la
misma, por lo que ante la gravedad que representa el
paro laboral, el antecedente en que deba sustentarse
ha de ser de mayor trascendencia social y
económica."

Son importantes las conclusiones emitidas en este fallo, ya que


reflejan una vez más, las características especiales de que esta
revestido el paro patronal, el cual, en ningún momento, deberá
confundirse con una suspensión temporal de contratos laborales, ya
que pertenecen a esferas distintas, como muy bien resolvieron los
miembros del Tribunal Superior de Trabajo, en cuanto a su mayor
trascendencia social y económica.

CAPITULO 7
115

TRÁMITE PARA LA
DECLARATORIA
DE LA SUSPENSIÓN

7.1. Procedimiento para la suspensión de los contratos de trabajo.

En relación con el procedimiento y las formalidades por seguir en


la tramitación de la declaratoria de suspensiones de los contratos de
trabajo, ocurridas con base en las causales que se dictan a partir del
artículo 73 y siguientes del Contrato de Trabajo, a criterio personal,
este cuerpo legal resulta bastante omiso, si se toma en cuenta que
debe considerarse como base para el desarrollo del proceso. Debido
116

a ello, la Dirección Nacional de Inspección del Ministerio de Trabajo y


Seguridad Social, se ha visto en la necesidad de establecer ciertos
requisitos y pautas por seguir, tanto por parte de los interesados en la
declaratoria de suspensión que se trata, como por el órgano que le
compete resolver, sean estas suspensiones individuales o colectivas.

7.2. Del órgano administrativo competente.

De acuerdo con lo dispuesto en el primer párrafo del artículo 75


del Contrato de Trabajo, el órgano competente para conocer, tramitar
y resolver sobre las solicitudes de suspensión de contratos es un
órgano administrativo. Recae esta responsabilidad en la Dirección
Nacional de Inspección del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
No se trata de un órgano autónomo, descentralizado o dependiente
del Poder Judicial, sino de una Dirección de un Ministerio. La
comprobación plena de la causa en que se funda la suspensión debe
hacerse ante dicho órgano o ante sus representantes debida y
especialmente autorizados al efecto.

7.3. Del procedimiento para el trámite de las suspensiones.

Como ya se comento al introducir esta sección, el Contrato de


Trabajo actual es omiso en cuanto a procedimiento se refiere, para
determinar la existencia o no de las causales señaladas en el artículo
74 del Código de Trabajo. Si bien es cierto, la paralización de los
trabajos es un hecho que opera en forma autónoma, sin que un
organismo declare que se ha dado con fundamento en una causal
117

contemplada por el ordenamiento jurídico y por ende capaz de facultar


la suspensión de los contratos de trabajo sin responsabilidad
contractual para ninguna de las partes.

Lo que resulta de trascendental importancia en este caso, es


averiguar cómo se inicia el proceso, cómo se sustancia la
investigación, y cómo se falla la solicitud de declaratoria con lugar para
una determinada suspensión de contratos de trabajo. La Inspección
general de trabajo ha venido actuando en forma bastante flexible en lo
que se refiere al procedimiento pertinente. Se pretende
fundamentalmente establecer la verdad de los hechos y no su
sacrificio por la aplicación de un formalismo mal entendido.

7.4. Formalidades de la solicitud

Es evidente que la solicitud la plantea el interesado, quien


deberá presentarse necesariamente dentro de los tres días posteriores
al día en que ocurrió el hecho o causal que se invoque, so pena de
incurrir en mora y que se declare sin lugar la suspensión.
Establece el Ministerio de Trabajo, que dicha solicitud deberá
hacerse por escrito y deberá contener al menos los siguientes datos:

 "Nombre, apellidos y calidades del solicitante. Cuando se


tratare de personas jurídicas, ha de adjuntarse una
certificación de la personería de la misma.
 Lugar y fecha exacta en que se inicio la suspensión.
118

 Nombres y apellidos de todos y cada uno de los


trabajadores afectados
 Indicar si la suspensión es total o parcial."

La necesidad de que se indique la causal alegada se justifica en


la necesidad de saber, prima facie, si se está ante uno de los
supuestos señalados en el artículo 74; pues, de no ser así la gestión
es rechazada ad portas. Respecto de la indicación de las calidades de
los trabajadores afectados, ello obedece a la obligación que tiene la
Inspección General de Trabajo, de notificar la reanulación de los
trabajos; una vez cesada la circunstancia que le dio origen a la
suspensión.

Sobre la comprobación de la legitimación de la persona física o


jurídica de quien actúa, ésta resulta más bien una medida protectora
de los intereses de la misma empresa, toda vez que una declaratoria
de suspensión planteada por un tercero de mala fe, podría implicar la
posibilidad de rompimiento del contrato de trabajo por parte de los
trabajadores afectados.

7.5. El trámite de la solicitud.

Recibida la gestión de suspensión dentro del plazo establecido y


con sus requisitos mínimos, la INSPECCIÓN GENERAL DE
TRABAJO, procederá mediante una resolución de trámite, a designar,
119

o en su caso, a autorizar un inspector para que atienda la solicitud de


suspensión, correspondiéndole entonces investigar e informar los
hechos que sustentan dicha solicitud.

Esta resolución se notificara al patrono o empresa, ya sea por


medio del inspector comisionado o por el notificador de la de la
inspección. En ella se plantea al patrono la obligación de presentar al
inspector comisionado, dentro de los tres días posteriores, todos los
informes, documentos y en general las pruebas que tiendan a justificar
la suspensión. Empero en la práctica, el plazo normalmente se puede
extender un poco, dado que lo que interesa es obtener la verdad real
de los hechos. Si transcurre el tiempo suficiente sin que el gestionante
presente la documentación solicitada que sustente la solicitud de
suspensión, la INSPECCIÓN GENERAL DE TRABAJO declara
desistida la gestión y archiva los documentos.

7.6. Substanciación del expediente.

Aunque la ley atribuye la carga de la prueba al patrono, a sus


familiares o sucesores, lo cierto es que la INSPECCIÓN GENERAL
DE TRABAJO ha invertido un poco el procedimiento. En efecto,
presentada la solicitud en forma, y reunidos todos los datos que se
120

solicitan al accionante, el inspector de trabajo comisionado realiza


diversas indagaciones. Toma como base los datos aportados como
pruebas. Incluso se procura investigar aunque no se hayan aportado
pruebas, ya que en ocasiones puede suceder, que el patrono no tenga
a mano las pruebas necesarias.

Las pruebas pueden estar constituidas por testimonios de


trabajadores, de los representantes patronales, de las casas
expendedores de productos (para los casos de falta de materia prima),
de funcionarios de entes estatales, etc. Esta entidad procura resolver
con la mayor brevedad posible las solicitudes de suspensión cuando
se presentan. Sin embargo, en ocasiones la recolección de las
pruebas, declaraciones, documentos, etc, no permiten concluir el
procedimiento rápidamente. Para cada suspensión, aunque en todas
haya coincidencias, el cuadro fáctico no es idéntico, por lo que el
trámite puede tardar más en unas que en otras.

Si la solicitud presentada fuera de una suspensión de contratos


de trabajo por falta de materia prima, el patrono está en la obligación
de demostrar todas las diligencias que haya realizado para evitar el
hecho de la suspensión, como por ejemplo, los pedidos de materia
prima hechos tanto al exterior como dentro del territorio nacional.
También deberá indicar las circunstancias que impidieron recibir los
pedidos, así como la imposibilidad de encontrar sustitutos al material.
121

Tratándose de suspensión de contratos por causa de fuerza


mayor o caso fortuito, deberá el patrono demostrar la imposibilidad en
que se hallaba para evitar el hecho o circunstancia generadores de la
suspensión. Para ello debe aportar toda la prueba que directa o
indirectamente demuestre la bondad de la causa motivadora de la
suspensión.

En la hipótesis de que la suspensión se fundamente en la muerte


o incapacidad del patrono, deberá el representante legal del causante,
o bien, los herederos interesados, demostrar la imposibilidad en que
se encuentra la empresa de continuar los trabajos por esa causa. En
esta situación, el inspector a cargo de tramitar el expediente, deberá
realizar las inspecciones respectivas en el propio escenario de los
hechos. Deberá hacer interrogatorios a testigos, y escuchar las
observaciones de los trabajadores afectados y las razones que tenga
a bien dar sobre la situación de la empresa. Se deben tomar
declaraciones por escrito, hacer el levantamiento de las actas
correspondientes, y en definitiva, efectuar cualquier otra diligencia
necesaria para la comprobación de los hechos o circunstancias
motivadoras de la suspensión solicitada.

La etapa de sustanciación del procedimiento finaliza con un


informe que debe rendir el inspector de trabajo que fue comisionado
para tramitar la solicitud de suspensión presentada al efecto. Dicho
informe deberá considerar los siguientes puntos, según lo establece la
Inspección General de Trabajo,
122

 "Fecha y circunstancias en que ocurrió el hecho generador


de la suspensión.
 Nombre de los trabajadores afectados y fecha en que se
inició la suspensión de cada uno de ellos.
 Prueba de la suspensión como hecho paralizador de labores
en la empresa.
 Causa de la suspensión y relación de la causa y efecto.
 Explicación de sí se tomaron o no las medidas necesarias
para evitar la suspensión por parte del patrono.
 Diligencias patronales tendientes a una pronta
normalización de labores.
 Fecha de conclusión de la suspensión, si fuera esta
conocida o prevista.
 El criterio del inspector sobre la legalidad o ilegalidad de la
suspensión y las razones en que se funda su criterio.
 Anexar las declaraciones de los testigos, documentos,
certificaciones, facturas, planillas y demás documentos que
deban constar en el expediente."
7.7. Terminación del procedimiento.

Una vez finalizado el informe por parte del inspector de trabajo,


este procede a entregarlo a la Inspección General de Trabajo. Este
último funcionario entra entonces al estudio del informe y, hace una
valoración de las pruebas correspondientes. La resolución que se
123

dicta consta de tres partes a saber: Resultando, considerando y por


tanto. Lleva una pequeña introducción que contiene la identificación
del órgano que la emite, la fecha, y la referencia de tratarse de
diligencias de suspensión; también se indica el pro moviente y su
condición respecto del centro de labores afectado por la suspensión,
así como el nombre del inspector de trabajo que intervino en la
tramitación.

El "Por Tanto" es la parte de la resolución que indica si la


gestión de contratos se declara con lugar o no, y los trabajadores que
se ven afectados. Las diversas resoluciones que se adoptan durante
la tramitación de la gestión le son comunicadas al accionante
únicamente. Pero, la resolución final que resuelve sobre la gestión
planteada, se le comunica personalmente al que gestiona y a los
trabajadores, a estos mediante edictos (tres) que se publican en el
diario oficial "LA GACETA", para que puedan hacer valer sus
derechos.

7.8. Recursos aplicables a las resoluciones de la Inspección General


de Trabajo.

En las resoluciones que dicta cualquier órgano sea este


jurisdiccional o administrativo, normalmente existen intereses en juego,
económicos, sociales o de pleno derecho. De sus resultas
consecuentemente, puede verse alguna parte perjudicada. Es
124

conveniente por ello, que exista alguna instancia superior que revise lo
resuelto inicialmente cuando una parte se siente perjudicada.
Seguidamente se analizan tres recursos específicos. Estos son los
recursos de revocatoria, apelación y el de revisión.

7.8.1. El recurso de revocatoria.

Se debe aclarar inicialmente, que este recurso no se contempla


en el Contrato de Trabajo, tampoco en el artículo 139 de la Ley
Orgánica del Ministerio de trabajo y Seguridad Social, sus reformas, u
otro numeral de la misma. Tal situación ha dado motivo para que la
Inspección General de Trabajo haya denegado este recurso, cuando
es interpuesto en contra de sus resoluciones finales. Sin embargo,
con la promulgación el dos de mayo de 1978 de la Ley General de la
Administración Pública, esto cambio. Por medio de dicho cuerpo
legal, el legislador vino a establecer un procedimiento común a toda la
administración pública.

Por tal razón son aplicables a las resoluciones emanadas del


Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, los recursos ordinarios que
preceptúan el artículo 345 del cuerpo legal supra mencionado y que
reza lo siguiente:

Artículo 345.-
125

1. "En el procedimiento ordinario cabrán los


recursos ordinarios únicamente contra el acto
que lo inicia, contra el que deniegue la
comparecencia oral o cualquier prueba y contra
el acto final.
2. La revocatoria contra el acto final del jerarca se
regirá por las reglas de la reposición de la Ley
Reguladora de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa.
3. Se considerará como final también el acto de
tramitación que suspenda indefinidamente o
haga imposible la continuación del
procedimiento".

Con respecto de las disposiciones procesales contenidas en la


Ley General de Administración Pública, que son aplicables
supletoriamente en la tramitación de las suspensiones de contratos de
trabajo, lo son las referentes al procedimiento ordinario. Por esto lo
que resuelva la Inspección General de Trabajo causará perjuicio a una
de las partes de la relación laboral.
7.8.2. El recurso de apelación.

Este recurso tampoco se contempla en el Código de Trabajo,


pero contrariamente a lo que sucede en relación con la revocatoria,
éste si está tutelado en la Ley Orgánica del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, en su artículo 139. Así mismo, según se detalló
126

anteriormente, basado en el numeral 345.1 de la Ley General de la


Administración Pública, cabe la admisibilidad del recurso ordinario de
apelación contra la resolución final dictada por la Inspección General
de Trabajo. Finalmente, se debe destacar que los actos de mero
trámite no admiten recurso alguno. Por ende, la apelación es también
inadmisible; puesto que el numeral 345.1, ha citado expresamente y
determina cuáles resoluciones admiten recurso de apelación. Dentro
de ellas no se encuentran incluidas las de mero trámite.

7.8.3. El recurso de revisión.

Este es un recurso extraordinario. Por eso, se considera que


tratándose de resoluciones relativas a suspensiones de contratos de
trabajo, sólo sería procedente contra las de carácter final que dicte la
Inspección General de Trabajo. Sin embargo, el recurso de revisión
no es aplicable en todos los casos de resoluciones finales de esta
entidad.

Este solamente es admisible y procedente en las situaciones que


expresamente contempla el artículo 353 de la Ley General de la
Administración Pública. Este artículo textualmente dice:

"Artículo 353.-
1. Podrá interponerse recurso de revisión ante el
jerarca de la respectivo administración, contra
127

aquellos actos finales firmes en que concurra alguna


de las circunstancias siguientes.
a) Cuando al dictarlos se hubiera incurrido en
manifiesto error de hecho, que aparezca de los
propios documentos incorporados al expediente;
b) Cuando aparezcan documentos de valor esencial
para la resolución del asunto, ignorados al dictarse la
resolución o de imposible aportación entonces al
expediente;
c) Cuando en el acto hayan influido esencialmente
documentos o testimonios declarados falsos por
sentencia judicial firme anterior o posterior del acto,
siempre que, en el primer caso, el interesado
desconociera la declaración de falsedad: y
d) Cuando el acto se hubiera dictado como
consecuencia de prevaricato, cohecho, violencia u
otra maquinación fraudulenta y se haya declarado así
en virtud de sentencia judicial".

7.9. Impugnación jurisdiccional del acto final de la suspensión.

Los recursos anteriormente analizados, son procedentes en vía


administrativa. Ahora bien, llegados a la etapa de actos finales firmes,
cabe preguntarse: ¿Puede accionarse en la vía jurisdiccional para que
se revise lo resuelto en sede administrativa? Si el acto final adquiere
el carácter de firme, dado que no se interpusieron los recursos
128

correspondientes oportunamente, el interesado no podría acudir a la


vía judicial; esto por cuanto para ello es requisito indispensable haber
agotado previamente la vía administrativa, Sin embargo, de darse el
caso en que habiéndose interpuesto los recursos pertinentes y fueren
rechazados, la pregunta sigue planteada.

7.10. Sobre la admisibilidad del juicio ordinario.

Respecto del presente tema, es necesario transcribir lo que


acerca de la materia señala el artículo 153 de la Constitución Política
en Costa Rica, la cual dice:

"Corresponde al Poder Judicial, además de las


funciones que esta Constitución le señala; conocer de
las causas civiles, penales, comerciales, de trabajo y
contencioso-administrativas, así como de las otras
que establezca la ley, cualquiera que sea su naturaleza
y la calidad de las personas que intervengan, resolver
definitivamente sobre ellas y ejecutar las resoluciones
que pronuncia, con la ayuda de la fuerza pública si
fuere necesario."
Seguidamente me permito transcribir, en lo conducente, algunas
de las argumentaciones del Tribunal Superior de Trabajo, que en
sentencia N° 783 de las 15 horas y 10 minutos del 9 de junio de 1960
dijo:
129

Considerando I.- "De acuerdo con la doctrina expuesta


en el artículo primero del Código de Trabajo, el
Derecho laboral tiene como propósito el ordenamiento
de determinadas relaciones sociales amparándose en
determinado ideal de justicia, conforme a los
principios cristianos de justicia social. Está
compuesto de normas de la más diversa índole en
cuanto a contenido, finalidad y procedencia, y se vale
de distintos medios para realizarse, así vemos que el
legislador por un lado interviene directamente
mediante normas generales, o admite el
establecimiento de tales normas en un grado inferior o
intermedio por los propios interesados, y finalmente,
como en cualquier otra rama del derecho, acepta las
normas más concretas o individualizadas dictadas por
los jueces o funcionarios administrativos dentro de su
competencia."

Estos son los lineamientos con que se rige el Derecho laboral, lo


mismo que las personas encargadas de impartir justicia, tomando éste
como base.

"Para su intervención, el principio de justicia social


debe aplicarse contemplando los intereses de todos,
pues no es dable lesiona injustificadamente a unos
para favorecer a otros, dado que ambos factores
130

-trabajadores y patronos- representan valores


igualmente respetables, a los que debe amparar la
justicia. Y como el interés público exige que las
normas que rigen las relaciones del capital y de
trabajo tengan un real y efectivo cumplimiento dentro
del medio social, no deben quedar supeditadas con la
mayor o menor diligencia de las partes, se hace
necesario que los juicios de trabajo estén sujetos a un
procedimiento de adecuada celeridad, y es por esa
razón que el procedimiento en esta materia esta
exento de tecnicismos legales, impulsándose de
oficio, debiendo el juez ordenar todas las citaciones,
notificaciones y demás diligencias, sin que pueda
imputarse a la negligencia de las partes la falta de
cumplimiento de dichos recaudos, procedimiento este
que ofrece indiscutibles ventajas."

Se extrae de esta parte de la sentencia, como se valora el interés


general sobre el particular. También se hace referencia al principio de
celeridad como requisito para agilizar la tramitación del proceso.

"La simplicidad en la tramitación, la competencia de


los jueces del lugar de trabajo, la gratuidad del
procedimiento, la instancia conciliatoria y la rapidez de
las decisiones, son una de las tantas ventajas que
asegura la institución de los tribunales de trabajo.
131

Este procedimiento simple que se aplica en los


tribunales de cuestiones administrativas, donde toda
gestión ante el Ministerio de trabajo puede hacerse
verbalmente o por escrito concediéndole toda clase de
facilidades al petente, y autorizando al Ministerio en
casos que así lo requiera, por la naturaleza del
problema social, actuar de oficio y con la mayor
brevedad, encauzando la actuación de que se trate por
el conducto que corresponda, cuando ella estuviera
mal dirigida, según se desprende de los artículos 108 y
siguientes de la Ley Orgánica del Ministerio de
trabajo."

Es importante señalar, que el proceso no tiene grandes


solemnidades. Su estructura y procedimiento, lejos de ser rígidos, le
brinda una serie de facilidades a las partes, en procura de no
desalentar su participación.

II.- "Ahora bien, entre las normas de trabajo que la


legislación laboral, reserva su conocimiento a la
autoridad administrativa, correctamente a la
Inspección General de Trabajo, se encuentra la
suspensión del contrato de trabajo, que se produce
cuando los efectos y obligaciones principales del
Contrato de Trabajo, prestación y salario, están
paralizados durante cierto lapso, como consecuencia
132

de la falta de materia prima, muerte o incapacidad del


patrono, o por fuerza mayor o caso fortuito que traiga
como consecuencia necesaria, inmediata y directa la
suspensión del trabajo, medida esa cuya virtud
estriba en la atención concedida por el legislador a la
situación especial en que el trabajador se encuentra,
y que logra eficacia plena como medio de evitar,
siempre que se posible, la disolución del contrato de
trabajo, por considerarse remedio más benigno o
suave para el trabajador que la ruptura del vínculo
contractual."

Se indica cuál es el órgano competente para conocer sobre


suspensión de contratos, así como algunas de las causales por las
cuales se puede presentar esta figura. Se resalta también la finalidad
que persigue la suspensión entre las partes.

"En estos casos la función administrativa es una


actividad ininterrumpida que tiene por objeto prevenir
conflictos, que si llega en algunos casos a definir una
situación de derecho, lo hace, no como finalidad, sino
como medio para poder realizar otros actos
administrativos; pero cuando el conflicto ha surgido,
se entra al dominio jurisdiccional. Por consiguiente,
la resolución administrativa que recaiga sobre la
calificación de la suspensión de los contratos de
133

trabajo, cuando la misma no es aceptada por las


partes, no surte efecto de obligar a los jueces de la
aplicación, y por lo mismo puede ser revisada en la
vía judicial, a menos que lleguen a adquirir al igual del
usus fori, categoría de derecho consuetudinario.
Admitir lo contrario sería darle a las resoluciones
administrativas ese carácter de cosa juzgada, que no
tienen, suprimiendo la existencia del Poder Judicial
como poder autónomo, lo que es inaceptable...."

Es necesario agregar que la cualidad de cosa juzgada, sólo le es


atribuida, según la doctrina dominante, a ciertas resoluciones
judiciales; mas no a las administrativas. Lo que implica que los
aspectos de legalidad y oportunidad de los actos administrativos
siempre podrán revisarse en la vía jurisdiccional.
134

CONCLUSIONES

Del análisis histórico que he realizado, se concluye que la


expresión "SUSPENSIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO", no se
utilizaba como tal antes de la codificación laboral de 1943, y menos
aún que estuviera configurada con caracteres propios e
individualizadores. No obstante, partiendo de los criterios de
interpretación válidos en la actualidad, y utilizando la idea actual del
instituto estudiado, se pudo determinar la existencia de algunas
135

causales clásicas de suspensión, como la enfermedad por ejemplo.


Aunque, las más de las veces la misma fue contemplada como causa
de resolución contractual.

Se logró distinguir entre los conceptos de "suspensión" e


"interrupción", dándole caracteres propios a una y otra figura. De esta
manera se ha podido ubicar adecuadamente ciertas causas que,
(incluso en la doctrina) se han incluido como suspensiones cuando en
verdad no lo son. La distinción ha permitido, a su vez, encontrar la
naturaleza diversa del salario que tienen algunas prestaciones
económicas que corren a cargo del patrono, en algunos casos de
suspensión.

La suspensión, como figura con caracteres y fines propios dentro


del Derecho laboral, no se ha visto realizada con la plenitud que es
deseable por una razón fundamental: un inadecuado desarrollo de la
legislación positiva, en términos generales. Tal realidad tiene
consecuencias graves cuando se trata de suspensiones por
enfermedad, porque en estos casos es especialmente necesaria la
conservación del contrato de trabajo para evitar problemas sociales
mayores a los que genera la simple cesación contractual.
Ante la carencia de normas procésales suficientes en el Código
de Trabajo, para el trámite y sustanciación de las solicitudes de
suspensión que se formulen con fundamento en el artículo 74 y
siguientes de dicho código, se impone la aplicación supletoria de las
disposiciones de la Ley General de la Administración Pública;
especialmente en lo relativo al procedimiento ordinario. La finalidad de
136

la suspensión, es la de mantener vigente en la medida de lo posible, el


contrato de trabajo. Esta misma finalidad, se considera fue la que
animó al legislador de 1943, a incluir la figura de la suspensión en la
codificación que entonces se estableció.

Lo que la doctrina mayoritariamente ha dado en denominar


"efectos de la suspensión", a saber la cesación temporal del trabajo y
la remuneración, en realidad no son los elementos constitutivos de la
suspensión. Obedecen a un fenómeno o causa que tiene la virtud de
derivarlos con la aceptación del ordenamiento jurídico. Sin embargo,
al mismo tiempo que consecuencia, la suspensión es un hecho y como
tal produce también efectos. Es decir, incide sobre algunos aspectos
directamente relacionados con el trabajo y el salario, estos son los
efectos secundarios, o posteriores. La suspensión por tanto, es la
inejecución temporal de los dos efectos principales del contrato y de
aquellos aspectos o prestaciones directamente derivados de él.
137

RECOMENDACIONES

Desde su creación en 1943, el Código de Trabajo no ha sufrido


mayores cambios en sus artículos referentes a la suspensión del
contrato de trabajo. Esto es contraproducente para el sistema, ya que
dentro de la materia legal, es constante la transformación y
actualización que se da. Particularmente en la materia laboral,
presenta nuevas situaciones que hacen que se piense en la
138

actualización para acomodarse a las nuevas circunstancias. Por tanto,


es necesario el tutelar algunas situaciones específicas, las cuales
vendrán a completar y dar una mejor efectividad a la institución. en
estudio. Para tal efecto, se hacen las siguientes recomendaciones:

A los señores diputados

Que se incluya en el artículo 74 bis, una causal que deje abierto


el espacio, para que a criterio del juez, éste decrete la suspensión
cuando aparezca una circunstancia especial y determinante, que no
esté contemplada en el Código de Trabajo. Para ello se propone lo
siguiente:

"También suspenderá el contrato sin responsabilidad


para el trabajador o para el patrono, aquella situación
especial no prevista por los artículos de este código, y
que a criterio del juez, una vez evacuada la prueba
testimonial y documental que para el efecto se presente,
justifique la suspensión temporal del Contrato de
Trabajo."
Que se incluya en el artículo 74 bis , una causal que regule
expresamente lo concerniente a las sanciones disciplinarias. Para ello
el proponente sugiere:

"Las sanciones disciplinarias serán causa de suspensión


de los contratos de trabajo, siempre y cuando éstas se
139

realicen de acuerdo con los reglamentos internos de cada


empresa, legalmente establecida y que estos no
contraríen lo dispuesto en el art. 68 inciso e de este
código."

En el artículo 78 del Código de Trabajo, sólo se tutela la causal


de suspensión por arresto, en caso de que sea el trabajador quien la
sufra. Por esto sería conveniente incluir al patrono, por lo que se
sugiere agregar lo siguiente al primer párrafo:

"Es también causa de suspensión del Contrato de


Trabajo, sin responsabilidad para el patrono ni para
el trabajador, el arresto que alguna autoridad judicial
o administrativa le imponga a éste. O la prisión
preventiva que en contra de cualquiera de ellos se
decrete, siempre y cuando sea seguida de sentencia
absolutoria." En el caso del patrono, procederá la
suspensión solo para aquellos casos en que su figura no
pueda ser sustituida, y su ausencia imposibilite, el normal
desarrollo de los trabajos
A la Universidad de San José

Facilitar las instalaciones y los servicios de la institución para


desarrollar charlas, seminarios, conferencias, debates, foros, que
desarrollen la temática del Derecho laboral. Para dichas actividades
se debe contar con la participación de grupos sindicales,
140

cooperativistas, asociaciones de desarrollo, empleados de empresas y


la comunidad en general.

Tomando como base el servicio comunitario que los estudiantes


de derecho deben cumplir, se podrían asignar algunas horas para que
los estudiantes con la debida guía y supervisión, realicen visitas
dirigidas a empresas, para dar charlas y atender consultas tanto de
los trabajadores como de los patronoes, sobre los derechos laborales
que los asiste. Muchas veces, al empleado se le dificulta, o no puede
del todo salir de su trabajo, para recibir apoyo legal en el servicio de
consultorios jurídicos, que brinda la Universidad de San José. Esta
sería una forma práctica de expandir y hacer llegar a la comunidad los
servicios y beneficios que la institución brinda.
141

JURISPRUDENCIA

Exp: 96-004511-007-CO-V

Res: 02707-99

SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,


a las quince horas con treinta y nueve minutos del catorce de abril de mil
novecientos noventa y nueve.-
142

Acción de inconstitucionalidad promovida por EDWIN FERNANDO CASTILLO


PEREIRA, mayor, Inspector de Trabajo de Cartago, portador de la cédula de
identidad número tres- ciento noventa- mil trescientos quince, vecino de Cartago;
contra los incisos 3) y 4) del artículo 35 del Reglamento del Seguro de
Enfermedad y Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro Social. Intervinieron
también en el proceso OSCAR ARIAS VALVERDE, Director Jurídico de la Caja
Costarricense de Seguro Social, y FARID BEIRUTE BRENES, en representación
de la Procuraduría General de la República.

Resultando:

1.- El accionante solicita (fs.2 y 10) que se declare la inconstitucionalidad de los


incisos 2), 3) y 4) del artículo 35 del Reglamento del Seguro de Enfermedad y
Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro Social y el artículo 79 del Código
de Trabajo. Alega que infringen el artículo 7 párrafo primero de la Carta Magna,
por oponerse a las normas fundamentales del derecho laboral y seguridad social,
al establecer cláusulas en el pago de subsidios del seguro de enfermedad.
Además, estima que transgreden los principios básicos del sistema provisional
universal, los principios de supremacía de la Constitución, igualdad de
oportunidades, disfrute pleno de los beneficios producto de la solidaridad,
proporcionalidad entre haberes activos y pasivos, seguridad socioeconómica, y
justicia, entre otros. Considera que cuando la enfermedad produzca incapacidad
para el trabajo, debidamente declarada por los médicos, el subsidio en dinero
debe reconocerse durante todo el período de la contingencia a partir del primer día
y por tiempo indefinido, no sujeta a un máximo de un año. Considera que a quien
queda inhabilitado física o materialmente debe mantenérsele el mismo ingreso, o
en su efecto completarlo por cualquier otro medio de protección social. Considera
violados los artículos 1, 18, 19, 21 y 30 del Código de Trabajo, los artículos 7, 50,
51, 56, 57, 73, y 74 de la Constitución Política, los Convenios 95, 100, 102, 111,
117, 121, 128. 130, 131, 156, 157 y 158 de la Organización Internacional del
Trabajo, los artículos 2, 7, 22, y 25 de la Declaración Universal de Derechos
143

Humanos, los artículos 11, 14, 16 y 28 de la Declaración Americana de los


Derechos y Deberes del Hombre, los artículos 1, 17, y 24 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y el Principio de Justicia Social. Manifiesta
que el salario constituye la retribución que recibe el trabajador a cambio de la
prestación de servicio contratado y está destinado a solventar las necesidades de
éste, de manera que el legislador debe preocuparse por garantizar la protección a
dicho ingreso. Le parece inconcebible que una causa de suspensión del contrato
ajena a la voluntad del legislador, como es la enfermedad, no amerite la protección
del salario. Así como es inconcebible que después del período de tres meses de
enfermedad el patrono esté facultado para dar por terminado el contrato de trabajo
con pago de prestaciones.

2.- A efecto de fundamentar la legitimación que ostenta para promover esta acción
de inconstitucionalidad, señala que existe como asunto previo un procedimiento
administrativo instaurado ante la Caja Costarricense de Seguro Social, para
obtener el pago de los montos correspondientes por una incapacidad sufrida. Esto
como medio razonable para amparar el derecho o interés que considera
lesionado.

3.- Mediante resolución de las catorce horas del veintiséis de noviembre de mil
novecientos noventa y seis (folio 15), se rechazó de plano la acción en cuanto
impugna los artículos 79 del Código de Trabajo y el inciso 2) del artículo 35 del
Reglamento de Enfermedad y Maternidad de la Caja Costarricense del Seguro
Social, en lo demás se ordenó continuar con los procedimientos.

4.- La certificación literal del libelo en que se invoca la inconstitucionalidad consta


a folio 5.

5.- Por resolución de las ocho horas del siete de marzo de mil novecientos
noventa y siete (visible a folio 20 del expediente), se le dio curso a la acción,
144

confiriéndole audiencia a la Procuraduría General de la República y a la Caja


Costarricense de Seguro Social.

6.- La Procuraduría General de la República rindió su informe visible a folios 22 a


45. Señala que el recurrente funge como Inspector de Trabajo del Ministerio de
Trabajo, razón por la cual, además de los incisos 3) y 4) del artículo 35 del
Reglamento de Enfermedad y Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro
Social también le resulta aplicable lo establecido en el ordinal 34 del Reglamento
del Estatuto de Servicio Civil, que establece que el subsidio será de un ochenta
por ciento del salario del trabajador durante los primeros treinta días de
incapacidad, y de un cien por ciento de su salario durante un período de
incapacidad que exceda esos treinta días. De dicho artículo se deduce que
durante los tres primeros días de incapacidad la Caja Costarricense de Seguro
Social no paga el subsidio, no así el Estado que paga un ochenta por ciento del
dicho; en el resto de los treinta días la Caja paga sesenta por ciento del subsidio y
el Estado un veinte por ciento, por lo que se concluye que el trabajador pierde un
veinte por ciento de su salario efectivo. Manifiesta que el actor se limita a indicar
los números de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo, sin
precisar los principios que considera quebrantados, por esta razón, debe
declararse la imposibilidad de establecer si los artículos 34 del Reglamento del
Estatuto de Servicio Civil y los incisos 3) y 4) del Reglamento de Enfermedad y
Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro Social, lesionan o no el numeral 7
constitucional. Considera que el artículo 34 del Reglamento del Estatuto del
Servicio Civil, al limitar la subvención por enfermedad en un ochenta por ciento del
salario, implica una violación al derecho a la salud, que reconoce implícitamente el
artículo 21 constitucional. De igual forma el inciso 3) del artículo 34 del
Reglamento de Enfermedad y Maternidad quebranta el numeral supracitado al
prohibir el pago de los tres primeros días de incapacidad. Estima que las normas
impugnadas no tienen relación alguna con lo estipulado en el artículo 50
constitucional, ni tampoco con el numeral 56 de la Constitución que contempla el
145

derecho al trabajo y la libre elección de éste. De igual forma el artículo 57 regula lo


concerniente al salario mínimo, sin relación alguna con el instituto de la
incapacidad por enfermedad. Establece que el artículo 34 del Reglamento al
Estatuto de Servicio Civil al imponer una disminución del veinte por ciento en el
subsidio por enfermedad, implica un quebranto al principio de solidaridad
contenido en el numeral 73 constitucional. E igualmente el inciso 3 del ordinal 35
del Reglamento de Enfermedad y Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro
Social al prohibir pagar el subsidio de enfermedad durante los primeros tres días
de incapacidad. Señala que las normas en cuestión lesionan el principio de
seguridad social contenido en el artículo 74 de la Constitución y en el numeral 22
de la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como los principios
contenidos en el artículo 11 de la Declaración Americana sobre Derechos y
Deberes del Hombre. Manifiesta que el artículo 28 de la Declaración Americana,
por referirse a la limitación que sufren los derechos frente a terceros, no resultan
quebrantados por las normas aquí impugnadas. Respecto al pago del sesenta por
ciento del subsidio por enfermedad, no se aprecia ninguna inconstitucionalidad, si
se entiende que este porcentaje o el que definitivamente quede, debe cubrir junto
con el porcentaje estatal, una suma equivalente al salario efectivamente
devengado por el trabajador. En todo caso, considera que debe eliminarse la frase
del artículo 34 del Reglamento del Estatuto del Servicio Civil que dice "a partir del
cuarto día de incapacidad". Finalmente estima que resulta improcedente la
pretensión del recurrente de impugnar el inciso 2) del artículo 35 del Reglamento
de Enfermedad y Maternidad debido a que no se le está aplicado dicha normativa
y no existe el instituto de la acción popular que legitime al accionante para
impugnar directamente la norma en cuestión.

7.- Informa Oscar Arias Valverde (f. 46) en su condición de Director Jurídico de la
Caja Costarricense de Seguro Social, con facultades de Apoderado General
Judicial sin límite de suma, que el artículo 73 constitucional es una norma
programática cuyo desarrollo queda para la ley o para el reglamento ; además,
146

que el legislador en el artículo 3 de la Ley Constitutiva previó que la Caja


Costarricense de Seguro Social determinara reglamentariamente "...los requisitos
de ingresos a cada régimen de protección, así como los beneficios y condiciones
en que éstos se otorgarán" (El resaltado no es del original); asimismo, en el
artículo 23 ibídem definió que las prestaciones serían determinadas por la Junta
Directiva, de acuerdo con el costo de los servicios que haya de prestarse, y en el
artículo 14-f ibídem se le confirió a la Junta Directiva la atribución de "dictar los
reglamentos para el funcionamiento de la Institución". Por otro lado -añade, los
servicios sociales y posteriormente la seguridad social en su desarrollo y
configuración han tenido una fuerte influencia derivada de los tratados o convenios
internacionales, que por virtud del principio de la jerarquía de las normas, al
suscribirlos el respectivo país son de acatamiento obligatorio y de rango superior
al de las leyes, motivo por el cual el Convenio 130 de la Organización
Internacional del Trabajo suscrito por Costa Rica y ratificado por Ley número 4736
del veintinueve de marzo de mil novecientos setenta y uno, Convenio relativo a la
asistencia médica y a las prestaciones monetarias de enfermedad, en su artículo 7
dispone que las contingencias cubiertas deberán comprender, entre otras cosas,
la incapacidad para trabajar tal como esté definida en la legislación nacional, que
resulte de una enfermedad y que implique la suspensión de ganancias. Con
respecto al no pago de los tres primeros días de incapacidad se previó en el
Convenio 102 ratificado por Ley número 4737 del veintinueve de marzo de mil
novecientos setenta y uno, Convenio relativo a la Norma Mínima de Seguridad
Social-, criterio que fue retomado por el artículo 26 del Convenio 130, que a la
letra dice : "...si la legislación del miembro prescribe que la prestación monetaria
de enfermedad no sea pagada sino al expirar un período de espera, este período
no deberá exceder de los tres primeros días de suspensión de ganancias" (sic).
Señala que las normas supra citadas dan el marco jurídico al texto de los incisos
3) y 4) del artículo 35 del Reglamento del Seguro de Enfermedad y Maternidad,
que en todo caso no es una norma inflexible en la Caja, pues tiene sus
excepciones previstas en el "Instructivo sobre normas y procedimientos para el
147

pago de subsidios por incapacidad temporal en caso de enfermedad". Indica que


desde el punto de vista de los objetivos de protección, la seguridad social tiende a
garantizar una protección básica ante la presencia de ciertas contingencias
sociales, así, en el caso de prestaciones económicas -como es el caso en estudio-
el objetivo es evitar una fuerte caída del ingreso salarial que ponga en peligro el
estatus salarial del beneficiario, pero de ninguna manera se pretende reemplazar
en un cien por ciento la pérdida de ingresos originada por la contingencia
acaecida, porque se trata de una reposición parcial de la capacidad de ganancia,
con estricto fundamento en los cálculos actuariales que deban garantizar la sobre
vivencia futura del régimen provisional. Considera que el establecimiento de los
beneficios de la seguridad social debe guardar una estrecha relación con el
esquema y nivel de financiamiento previsto para cada beneficio, pues de lo
contrario "...asistiríamos en el mediano o largo plazo el derrumbamiento financiero
de los programas" (sic). De lo expuesto concluye que las normas impugnadas no
rozan las disposiciones constitucionales ni convencionales, y por el contrario están
acordes con el artículo 73 constitucional y los Convenios 102 y 103 de la
Organización Internacional del Trabajo ratificados por nuestro país, por lo que pide
se declare sin lugar la acción.

8.- Los edictos a que se refiere el párrafo segundo del artículo 81 de la Ley de la
Jurisdicción Constitucional fueron publicados en los números 65, 66 y 67 del
Boletín Judicial, de los días cuatro, siete y ocho de abril de mil novecientos
noventa y siete (folio 52).

9.- Se prescindió de la vista contemplada en los artículos 10 y 85 de la Ley de la


Jurisdicción Constitucional, por estimarse innecesaria, en razón de la existencia de
elementos de juicio suficientes para la resolución de la presente acción.

10.- En los procedimientos se ha cumplido las prescripciones de ley.

Redacta el Magistrado Vargas Benavides, y,


148

Considerando:

I.- Sobre la admisibilidad. De conformidad con el artículo 75 de la Ley de la


Jurisdicción Constitucional, la acción de inconstitucionalidad puede promoverse
tanto por "vía incidental" (en los casos en que se requiera de asunto previo, en
donde se invoque esa inconstitucionalidad como medio razonable de amparar el
derecho o interés que se considera lesionado), o por "vía directa" (tratándose de
alguna de las excepciones que permiten los párrafos segundo y tercero ibídem). El
presente caso se ubica dentro del primer supuesto, ya que el accionante fue
incapacitado durante cinco días y la Caja Costarricense de Seguro Social en
aplicación de los incisos 3) y 4) del numeral 35 del Reglamento de Enfermedad y
Maternidad solo le reconoció el sesenta por ciento del salario en relación al cuarto
y quinto día, motivo por el cual planteó un reclamo administrativo en el que invocó
la inconstitucionalidad del esa norma ; asimismo, teniendo ese reclamo como
asunto base, interpuso esta acción de inconstitucionalidad contra el inciso 3)
reglamentario, en tanto prohíbe a la Caja Costarricense de Seguro Social el pago
de los tres primeros días de incapacidad, y contra el inciso 4) en cuanto solo
permite el pago del 60% del salario devengado efectivamente, reclamo que se
encuentra en la fase de agotamiento de la vía administrativa. En esta tesitura,
encuentra esta Sala que sí se invocó la inconstitucionalidad como medio
razonable de amparar los derechos de la accionante que están de por medio en el
procedimiento administrativo pendiente, puesto que lo que se resuelva en esta
acción tiene influencia directa en el asunto principal.

II.- Objeto de la impugnación. El accionante considera inconstitucional el artículo


35 incisos 2, 3 y 4 del Reglamento del Seguro de Enfermedad y Maternidad de la
Caja Costarricense de Seguro Social, por contrariar los artículos 7, 50, 51, 56, 57,
73 y 74 de la Constitución Política, así como normas internacionales del trabajo
adoptadas por la Conferencia Internacional del Trabajo de la O.I.T, a saber,
Convenios 100, 111 y 156, 158, 117, 131, 95,, 102, 121, 128 y 130, 157 y 134 ;
además, de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los artículos 2, 7,22 y
149

25 ; de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, los


artículos 11, 14, 16 y 28 ; de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
los numerales 1, 17 y 24, y el principio de justicia social. El accionante solicitó en
su escrito inicial que del inciso 2) del articulo que impugna se mantenga
únicamente la frase inicial "El subsidio se cubrirá durante todo el período de la
contingencia" , eliminando el resto del inciso, de igual forma, pidió que se
eliminara totalmente el inciso 3) y en cuanto al 4), solicitó que se sustituya la
palabra "cuarto" por la palabra "primer", y "sesenta" por "cien". De igual forma,
impugnó el artículo 79 del Código de Trabajo. No obstante, por resolución número
0521-I- de las catorce horas seis minutos del veintiséis de noviembre de mil
novecientos noventa y seis se rechazó de plano la acción en cuanto al artículo 79
del Código de Trabajo y el inciso 2 del artículo 35 del Reglamento de Enfermedad
y Maternidad de la Caja Costarricense de Seguro Social, ordenando continuarse
los procedimientos en lo demás, como en efecto se ha hecho. El artículo 35 en sus
incisos 3 y 4 del Reglamento del Seguro de Enfermedad y Maternidad vigente al
momento de interponerse esta acción, a la letra se transcriben :

"Artículo 35. El Seguro de Enfermedad comprende el pago de subsidios en dinero


que se otorgarán de acuerdo con las siguientes cláusulas :

(...)

3- No se pagará el subsidio durante los tres primeros días de incapacidad. Cuando


se trate de incapacidades sucesivas y continuas provenientes de enfermedades
diversas, sólo se impondrá el no pago de los tres primeros días correspondientes
a la primera incapacidad.

4- La cuantía del subsidio, a partir del cuarto día de incapacidad, será igual al 60
por ciento del salario promedio calculado con base en lo establecido por el inciso
b) del artículo 30 del Código de Trabajo, de conformidad con el salario reportado
por el patrono en planillas de la Caja" (el resaltado es del original).
150

III.- Fundamento constitucional y convencional de la norma impugnada : La


Constitución Política en su artículo 73 establece los seguros sociales en beneficio
de los trabajadores, protegiéndolos contra los riesgos de enfermedad, invalidez,
maternidad, vejez y muerte, señalándose expresamente que estará a cargo de la
Caja Costarricense de Seguro Social la administración y gobierno de esos
seguros. Ese ordinal, a la letra dice :

"Se establecen los seguros sociales en beneficio de los trabajadores manuales e


intelectuales, regulados por el sistema de contribución forzosa del Estado,
patronos y trabajadores, a fin de proteger a éstos contra los riesgos de
enfermedad, invalidez, maternidad, vejez, muerte y demás contingencias que la
ley determine.

La administración y el gobierno de los seguros sociales estarán a cargo de una


institución autónoma, denominada Caja Costarricense de Seguro Social.

No podrán ser transferidos ni empleados en finalidades distintas a las que


motivaron su creación, los fondos y las reservas de los seguros sociales.

Los seguros contra riesgos profesionales serán exclusiva cuenta de los patronos y
se regirán por disposiciones especiales." 

En cuanto al principio de solidaridad, establece el artículo 74 constitucional que :

"Los derechos y beneficios a que este Capítulo se refiere son irrenunciables. Su


enumeración no excluye otros que se deriven del principio cristiano de justicia
social y que indique la ley ; serán aplicables por igual a todos los factores
concurrentes al proceso de producción, y reglamentados en una legislación social
y de trabajo, a fin de procurar una política permanente de solidaridad nacional".

Es así como con fundamento en el principio de solidaridad social que consagra


nuestra Constitución la protección a los trabajadores como un derecho ante
151

contingencias específicas, con la pretensión de que puedan así enfrentar la


pérdida involuntaria de ingresos o su reducción a tal punto que sin esa protección
no podría cubrir las necesidades básicas propias y de su familia. Se aprecia
entonces que los beneficiarios del sistema también resultan obligados, pues la
norma constitucional claramente determina que se trata de un sistema de
contribución forzosa del Estado, patronos y trabajadores -en distintas proporciones
obviamente-, que resulta indispensable para el sostenimiento del sistema. El
objeto de esta protección es el riesgo eventual y posible al que están expuestos
los trabajadores, ante el cual el Ordenamiento Jurídico debe prever determinadas
prestaciones, es decir, respuestas que se deben ofrecer ante las distintas
contingencias previstas, o ciertos beneficios que recibirán los usufructuarios del
sistema de seguridad social, a quienes se puede denominar beneficiarios. La
doctrina que habla sobre esta temática señala que en general, para gozar de estas
prestaciones se exige no solo que se demuestre la contingencia, sino que se
hayan cumplido algunos requisitos que el sistema considere indispensables para
su otorgamiento, los cuales normalmente se exigen para evitar el desajuste
financiero del sistema o incluso posibles fraudes.

IV.- Los seguros sociales y en general el tema de la seguridad social en su


desarrollo y configuración han tenido fuerte influencia derivada de la normativa
convencional, que por virtud del principio de jerarquía de las normas son de
acatamiento obligatorio para nuestro país con rango superior al de las leyes, en
los términos que señala el artículo 7 de nuestra Constitución Política. De particular
interés para la correcta resolución de este asunto es el Convenio 130 de la
Organización Internacional del Trabajo, relativo a la Asistencia Médica y a las
Prestaciones Monetarias de Enfermedad, suscrito por Costa Rica y ratificado por
Ley número 4737 del veintinueve de marzo de mil novecientos setenta y uno, en el
cual se comprenden las siguientes contingencias :

"Artículo 7 :
152

a) la necesidad de asistencia médica curativa y, en las condiciones prescritas, de


asistencia médica preventiva ; y

b) la incapacidad para trabajar, tal como esté definida en la legislación nacional,


que resulte de una enfermedad y que implique la suspensión de ganancias." 

En ese Convenio el Estado costarricense se comprometió a garantizar a las


personas protegidas el suministro de prestaciones monetarias por enfermedad,
respecto de la contingencia mencionada en el artículo 7, apartado b) (artículo 18
ibídem), prestación monetaria que deberá consistir en un pago periódico calculado
de conformidad con lo que al efecto estipula el numeral 21 de ese Convenio, a
saber :

"a) de conformidad con las disposiciones del artículo 22 ó con las del artículo 23,
cuando están protegidos los asalariados o categorías de la población
económicamente activa ; y

b) de conformidad con las disposiciones del artículo 24, cuando estén protegidos
todos los residentes cuyos recursos durante la contingencia no excedan de límites
prescritos".

En el caso de los asalariados -como el accionante- el cálculo debe hacerse con


base en el artículo 22 o el 23 según el caso, ordinales que por su importancia se
transcriben a continuación en lo conducente :

"Artículo 22. 1. Con respecto a cualquier pago periódico al que se aplique el


presente artículo, la cuantía de la prestación aumentada con el importe de las
asignaciones familiares pagadas durante la contingencia, deberá ser tal que para
el beneficiario tipo y respecto de la contingencia mencionada en el artículo 7,
apartado b), sea por lo menos igual al 60 por ciento del total de las ganancias
anteriores del beneficiario y del importe de las asignaciones familiares pagadas a
153

una persona protegida que tenga las mismas cargas de familia que el beneficiario
tipo. (...)

Artículo 23 : Con respecto a cualquier pago periódico al que se aplique el presente


artículo, la cuantía de la prestación, aumentada con el importe de las asignaciones
familiares pagadas durante la contingencia, deberá ser tal que, para el beneficiario
tipo y respecto de la contingencia mencionada en el artículo 7, apartado b), sea
por lo menos igual al 60 por ciento del total del salario del trabajador ordinario no
calificado adulto de sexo masculino y del importe de las asignaciones familiares
pagadas a una persona protegida que tenga las mismas cargas de familia que el
beneficiario tipo. (...)" 

En lo que atañe al no pago de los tres primeros días de incapacidad, el Convenio


102 de la Organización Internacional del Trabajo "Sobre Seguridad Social",
ratificado por Costa Rica mediante Ley número 4736 del nueve de marzo de mil
novecientos setenta y uno, en su artículo 18 determina :

"1.- La prestación mencionada en el artículo 16 deberá concederse durante todo el


transcurso de la contingencia, a reserva de que su duración podrá limitarse a
veintiséis semanas en cada caso de enfermedad, con la posibilidad de no pagarse
la prestación por los tres primeros días de suspensión de ganancias. (...)" 

Y, el artículo 26 del Convenio 130 estipula que :

(...) Si la legislación del Miembro prescribe que la prestación monetaria de


enfermedad no sea pagada sino al expirar un período de espera, este período no
deberá exceder de los tres primeros días de suspensión de ganancias".

V.- De la naturaleza de la prestación monetaria por enfermedad en nuestro país :


Existen contingencias sociales diversas que han sido clasificadas doctrinalmente
de distinta forma, siendo de interés para este caso distinguir los riesgos físicos
profesionales (accidentes de trabajo y enfermedad profesional) de los riesgos
154

físicos no profesionales (enfermedad, maternidad, invalidez, vejez y muerte) que


son objeto de protección en la normativa impugnada. El artículo 35 del
Reglamento cuestionado prescribe que el seguro de enfermedad comprende el
pago de subsidios en dinero, y que esa prestación monetaria no sea pagada sino
al expirar un período de espera de tres días, siendo a partir del cuarto día que será
igual al sesenta por ciento. Obsérvese que se trata de un subsidio, es decir un:
"Socorro, ayuda o auxilio extraordinario de carácter económico..." (Diccionario de
la Lengua Española, Vigésima Primer Edición, Tomo II, Madrid 1992, p.1912), y no
propiamente del salario correspondiente al beneficiario, pues no se le abona en
razón de una actividad desempeñada ni por estar a disposición del empleador,
sino como prestación de la seguridad social, compensadora de las
remuneraciones perdidas durante la incapacidad temporal, pero con un menor
importe que el salario total, en vista de la subsidiariedad característica de la
seguridad social, principio según el cual lo que se pretende no es liberar al
individuo de sus obligaciones sociales ni individuales, sino tan solo ayudarlo en
determinadas situaciones o contingencias, a fin de que pueda atender a sus
necesidades y las de su familia, habida cuenta que la previsión y la solidaridad
imponen a los seres humanos el deber de unir sus esfuerzos contra los graves
riesgos de la vida, de forma tal que al solidarizar las aportaciones y los riesgos, los
seguros sociales imponen a quienes no tienen suficientes reservas el medio de
protegerse eficazmente contra esas contingencias que puedan afectarlos, sin que
se violenten sus derechos fundamentales por no brindarse un aseguramiento del
cien por ciento de los ingresos ordinarios, aunque es claro que eso sería lo
deseable.

VI.- Conclusión. El artículo 35 incisos 3) y 4) del Reglamento del Seguro de


Invalidez y Maternidad que impugna el accionante no tiene roces de
constitucionalidad, en razón de que a través de esta normativa se cumple con lo
que estipulan los artículos 73 y 74 constitucionales en concordancia con la
normativa convencional vigente que trata este tópico, al garantizarse una
155

protección mínima a los trabajadores contra el riesgo de enfermedad, brindándoles


un subsidio adecuado -no salario- para atender sus necesidades básicas
individuales y familiares diversas de la atención médica que requieran
-conjuntamente con sus familiares-, puesto que esta última es una prestación
independiente que les brinda la misma Caja Costarricense de Seguro Social
incluso durante el período de incapacidad, de manera que su derecho a la salud y
el de sus familias queda totalmente garantizado. Quiere decir que con el subsidio
que se les brinda se pretende otorgar -como señala la representación de esta
Institución- una reposición parcial de la capacidad de ganancia de los
trabajadores, no de reemplazar en un ciento por ciento la pérdida de ingresos
originada por la contingencia acaecida, habida cuenta que también se deben
garantizar ciertos objetivos de protección y de sostenibilidad financiera y
económica del sistema que se realiza con fundamento en cálculos actuariales.

Por tanto:

Se declara SIN LUGAR la acción.

Luis Paulino Mora M.

Presidente

Luis Fernando Solano C. Eduardo Sancho G.

Carlos M. Arguedas R. Ana Virginia Calzada M.

Adrián Vargas B. José Luis Molina Q.

Exp. No.1834-A-94 No.4571-97

SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,


a las doce horas cincuenta y cuatro minutos del primero de agosto de mil
novecientos noventa y siete.-

Acción de inconstitucionalidad promovida por Armando Silva Solórzano, cédula


número 9-052-687, y Aldo Blando Valverde, cédula 1-444-281, ambos mayores,
156

casados, médico y odontólogo, por su orden, vecinos de San José, en


representación del "Sindicato de Profesionales del Ministerio de Salud", contra el
artículo primero del decreto ejecutivo número 22343-MP-J-MTSS, publicado en el
Diario Oficial "La Gaceta", número 147 del cuatro de agosto de mil novecientos
noventa y tres, en cuanto reformó el artículo 29 del Reglamento al Estatuto del
Servicio Civil.-

RESULTANDO

1.- La acción impugna el artículo primero del decreto ejecutivo número 22343-MP-
J-MTSS, mediante el cual se modificó el párrafo segundo del artículo 29 del
Reglamento al Estatuto del Servicio Civil, por estimarse que contraviene los
artículos 56, 59 y 105 de la Constitución Política; 24 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos; 1º de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
y 7 incisos c) y d) del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales.- La norma cuestionada se impugna en cuanto establece que:

"La prestación efectiva del servicio, para efectos del cálculo de las vacaciones
anuales, no será afectada por las licencias que se conceden a las servidoras por
concepto de maternidad y por adoptar un niño menor de tres años, según lo
establecido en el artículo 33 inciso b) de este Reglamento. No obstante lo anterior,
en todos los demás casos, la prestación del servicio se tendrá por suspendida por
las licencias con goce de salario o sin él, enfermedad del servidor, o cualquier otra
causa de suspensión de la relación de servicios.

Es entendido que la continuidad laboral no se afecta por las causas antes


señaladas, de manera que el servidor mantiene a su favor el tiempo de servicios
prestados antes de la suspensión mencionada." 

En concreto, se alega que dicha norma, en cuanto establece que para efectos del
cálculo de vacaciones anuales, no se contabilizarán los permisos con goce de
157

salario o sin él, por enfermedad del servidor o cualquier otra causa legal, lesiona
los derechos de los servidores sometidos al Régimen del Servicio Civil en cuanto
al goce o disfrute del período anual de sus vacaciones. Que de conformidad con el
Código de Trabajo, las vacaciones constituyen un derecho que el trabajador
adquiere con el transcurso del tiempo y que son irrenunciables; que los períodos
anuales no se interrumpen por una simple enfermedad, permisos o licencias sin
goce de salario, ni los descansos que se establecen en ese cuerpo legal, con lo
que se modifican sus disposiciones vía decreto, con lesión del artículo 105
constitucional. Que las limitaciones que en cuanto al disfrute de vacaciones,
impone la norma cuestionada, no están previstas en la Constitución Política, en el
Código de Trabajo, o en los instrumentos internacionales de derechos humanos
citados anteriormente, y que además, colocan a los servidores adscritos al
Régimen del Servicio Civil, en una clara situación de discriminación, respecto de
los demás trabajadores del país.-

2.- A la acción se le dio curso por resolución de las once horas treinta minutos del
veintiocho de octubre de mil novecientos noventa y cuatro, y los edictos de ley se
publicaron en los boletines judiciales números 222, 223 y 224, de 22, 23 y 24 de
noviembre de ese año.-

3.- La Licenciada Mónica Blanco Valverde, Ministra de Justicia a.i., evacuó la


audiencia conferida y manifestó: Que el principal argumento de los accionantes se
dirige a establecer la contradicción del artículo 29 del Reglamento al Estatuto del
Servicio Civil, con lo dispuesto en el artículo 153 del Código de Trabajo, norma
ésta última que, a diferencia de aquélla, dispone que la continuidad del trabajo no
se interrumpe por las causas que enuncia, o de manera general, por ninguna otra
análoga que no termine con el contrato de trabajo; en ese tanto, considera que se
está en presencia de un problema de legalidad y no de constitucionalidad. Que en
todo caso, ambas normas regulan materias de distinta naturaleza: el artículo 153
del Código de Trabajo se ocupa de regular el contrato de trabajo de base privada,
inspirado por la doctrina social de la iglesia y los principios proteccionistas
158

desarrollados por la teoría dominante del Derecho Laboral; en tanto el artículo 29


del Reglamento al Estatuto del Servicio Civil, que al tenor de su artículo primero,
regula las relaciones entre el Poder Ejecutivo y sus servidores, "con el propósito
de garantizar la eficiencia de la Administración Pública y de proteger a dichos
servidores", conforme al mandato del artículo 191 constitucional, lo que regula es
más bien la "relación de servicios" regida por el Derecho Administrativo en los
términos del artículo 112.1 de la Ley General de la Administración Pública, cuyos
principios son los que se aplican.- Por ello, es su criterio que la distinta naturaleza
de lo regulado, y el interés que busca satisfacer la Administración Pública
mediante la prestación del servicio público obligan, y por lo demás justifican que,
allí en donde no haya habido prestación efectiva de servicios, no se compute el
tiempo de la suspensión para efectos de vacaciones.- Que como el fin último de la
Administración Pública, es la satisfacción de los intereses de la colectividad
mediante la prestación de servicios públicos, como uno de los medios para lograr
el objetivo propuesto, ésta deberá ajustar su actuación a los elementos
caracterizan tez del servicio público, como son la continuidad, la eficiencia,
adaptación e igualdad, dado que debe garantizarse la efectiva realización del
servicio. En cuanto a la supuesta lesión al principio de igualdad, estima que no se
produce, en virtud de que la situación jurídica de los accionantes, en tanto
servidores públicos, no se encuentra en igualdad de condiciones con los
trabajadores regidos por el Derecho Laboral. Considera que ninguna de las
normas cuya lesión se invoca ha sido transgredida, y que tanto el Estatuto del
Servicio Civil, como su Reglamento, lo que hacen es desarrollar el contenido del
artículo 59 constitucional, pero con las obvias diferencias ya apuntadas en virtud
de la naturaleza jurídica de la relación de empleo público. Que tampoco el decreto
impugnado invadió el ámbito normativo del artículo 153 del Código de Trabajo,
dado que lo que éste modifica es una norma jurídica de igual rango normativo,
razones por las cuales solicita que la acción se declare sin lugar.-
159

4.- El Licenciado Farid Beirute Brenes, Procurador General Adjunto de la


República, por su parte, expresó: a) Que la regulación legal del derecho a
vacaciones, establecido en el artículo 59 de la Constitución Política, se encuentra
en el artículo 153 del Código de Trabajo para todo tipo de relaciones jurídico
laborales, y en el artículo 37 del Estatuto del Servicio Civil, para efecto de ser
otorgado a los servidores o empleados públicos. La norma impugnada constituye
una disposición reglamentaria que desarrolla este último precepto legal, el cual no
se ocupa de distinguir hipótesis de restricción de ese derecho. Que es el Código
de Trabajo, en el numeral citado, el que prevé el régimen de regulación o
restricciones para el otorgamiento de las vacaciones, el cual no sólo reconoce el
derecho, sino que además fija sus alcances o límites. El artículo 37 del Estatuto
del Servicio Civil, por su parte, lo único que hace es regular el ámbito positivo del
derecho, no limitaciones. Que tanto el texto original del artículo 29 del Reglamento
al Estatuto del Servicio Civil, como su posterior reforma, ocurrida en abril de mil
novecientos noventa y tres, tienden a impedir que cualquier causa válida o
legítima de suspensión de la relación de servicio, vaya a producir la pérdida del
período continuo de cincuenta semanas, necesario para generar el disfrute de
vacaciones, lo que implica que tanto el artículo 153 del Código de Trabajo, como
el decreto reglamentario con el texto anterior a la reforma aquí cuestionada,
reconocen explícitamente el derecho del trabajador de obtener el período
vacacional, aún en las hipótesis de suspensión de la relación de trabajo o de
servicio. Es decir, que en licencias con goce de salario o sin él, enfermedad
inculpada, descansos, prórroga o renovación inmediata del contrato de trabajo, o
cualquier causa análoga que no termine con la relación de trabajo, o de servicio,
en el caso del Estado, o cualquier otra causa de suspensión de la relación de
servicios, no interrumpen -decía el texto hasta antes de mil novecientos noventa y
tres- la continuidad del plazo de cincuenta semanas necesario para generar el
derecho a vacaciones; b) que la reforma introducida al párrafo segundo del
artículo 29 del reglamento, por el decreto ejecutivo número 22343-MP-J-MTSS,
establece un tratamiento diametralmente opuesto al anterior, pues indica que
160

solamente las licencias que se conceden a las personas por concepto de


maternidad y por adopción de un niño no afectarán la prestación efectiva del
servicio para efecto del cálculo de vacaciones anuales. Hasta aquí, señala el
Procurador, el texto es absolutamente lesivo de los derechos de los servidores
públicos, pues la norma irrumpe estableciendo que éstas son las dos únicas
causas válidas o legítimas de la suspensión de la relación de servicio que no
afectan el período necesario para generar el descanso anual. En este aspecto,
hay una violación a los derechos de los trabajadores, pues existe una clara
discriminación sexual: más allá del hecho claro de que la maternidad es una
condición esencialmente femenina, estima que no es una condición preferente
hasta el punto de que sea únicamente ésta, junto con la adopción de un niño, las
dos exclusivas razones para no afectar, como suspensiones que son, y como
licencias concedidas con fundamento en tales causas, el período necesario para
generar las vacaciones, además de que nada impide que un hombre también
pueda adoptar un niño. En tal sentido, la norma reglamentaria viola el artículo 33
de la Constitución Política, ya que supone una desafectación del período de
trabajo efectivo fundada en dos consideraciones atadas al factor sexual. Además,
viola el artículo 59 constitucional, por cuanto es claro que el régimen de
restricciones o limitaciones del derecho a un descanso anual remunerado es
esencialmente de índole legal. Es su criterio que dicho precepto constitucional
establece un derecho inalienable, una libertad fundamental, un derecho subjetivo a
las vacaciones anuales remuneradas, y en tal orden ideológico, su desarrollo es
propio de la normativa legal, ya que supone imponer límites a una de las facetas
esenciales del derecho mismo, cual es el tiempo de cincuenta semanas que la
Constitución regula. Que asimismo, el artículo 59 en análisis, señala que es
competencia de la norma legal regular la extensión temporal de las vacaciones,
tanto en punto a la cantidad de días vacacionales que deben ser otorgados, como
en el momento temporal anterior al que se presenta cuando se cumplen las
cincuenta semanas. Es decir, el marco o estructura temporal del beneficio está
comprendido por el monto mismo en días de las vacaciones, y el monto de
161

semanas necesarias para generar el derecho, y atado a este último, aparece el


fenómeno de cálculo de las mismas, con todas las consideraciones referidas a
suspensiones o interrupciones. En este orden de ideas, el artículo 153 del Código
de Trabajo guarda una relación enteramente lógica con el artículo 59 de la
Constitución Política, pues regula el fenómeno temporal y la extensión de las
mismas, dado que es la ley la que debe definir a qué debe llamársele trabajo
continuo para generar el beneficio. Ahora bien, si ese precepto, que es fuente
supletoria del ordenamiento estatutario, por mandato del artículo 51 del Estatuto
del Servicio Civil, dice que no interrumpen la continuidad de las vacaciones las
licencias sin goce de salario, los descansos otorgados por el Código de Trabajo,
las enfermedades justificadas, la prórroga o renovación inmediata del contrato de
trabajo, ni ninguna otra causa análoga que no termine con éste, la norma
impugnada deviene en ilícita, pues fue dictada en abierta oposición al
ordenamiento jurídico laboral, que establece un tratamiento discriminatorio sin
ningún fundamento lógico. Existe a su juicio, un exceso de poder reglamentario
que contraviene los artículos 11 y 140, incisos 3) y 18), de la Constitución Política.
Agrega que si bien es cierto las relaciones jurídico laborales de empleo privado y
empleo público se rigen por principios opuestos, es claro que ciertas instituciones
del Derecho Laboral -como las vacaciones- se encuentran perfectamente
reguladas en el ordenamiento jurídico laboral, y si por razones de interés público
superior debe dársele un tratamiento distinto, tal diferenciación debe estar
suficientemente fundada en criterios de racionalidad y justicia.- Así, un horario
distinto, un régimen de sanciones más severo, o un manejo de fondos públicos
más riguroso, son hipótesis de necesaria regulación diferenciada; sin embargo, en
punto a vacaciones, aguinaldo, auxilio de cesantía, preaviso, legitimación para
sancionar o despedir, o causales para despedir, debe entenderse como ineludible
marco de referencia, el ordenamiento jurídico laboral, y un régimen de excepción
debe estar fundado en el interés público primario claramente comprobado.-
Considera entonces, que si la causa de la diferenciación es la existencia de una
relación distinta a la relación laboral común, primero debe hacerse por medio de
162

ley formal, y segundo, debe dársele un fundamento y motivación lógica, racional y


justificativa a la discriminación, lo que no ocurre en el caso concreto. Que
paralelamente, se violan los artículos 33 y 74 de la Constitución Política, pues la
Administración no está habilitada para cercenar derechos que son irrenunciables
para los trabajadores, y se tiene derecho no sólo a las cincuenta semanas como
período, sino al medio de cálculo de las cincuenta semanas y a la noción de
continuidad y extensión implícitamente desarrolladas por el constituyente, y
otorgadas como parámetros reguladores al legislador, no a la voluntad del patrono
ni de la Administración, en este caso. Las causas de legítima suspensión
-concluye- que no deben afectar el período de cincuenta semanas, constituyen un
derecho de los trabajadores públicos y privados, y no pueden ser reducidas sólo a
dos, vía reglamento.-

5.- El Ministro de Trabajo y Seguridad Social, Licenciado Farid Ayales Esna,


manifestó que, efectivamente, la norma impugnada lesiona lo dispuesto en los
artículos 152 y 153 del Código de Trabajo, y 59 y 105 de la Constitución Política, y
que por ello debe anularse. Según su criterio, cuando un trabajador cumple
cincuenta semanas de trabajo, deberá gozar de vacaciones en un mínimo de dos
semanas por cada período trabajado, toda vez que es un derecho fundamental,
que se ha incorporado al contrato de trabajo, por mandato constitucional expreso.
Que unido a lo anterior, el artículo 153 del Código de Trabajo dispone que todo
trabajador tiene derecho a vacaciones anuales remuneradas, cuyo número se fija
en dos semanas por cada cincuenta semanas de labores continuas al servicio del
mismo patrono, y que no interrumpirán la continuidad del trabajo las licencias sin
goce de salario, los descansos otorgados por dicho código, sus reglamentos y sus
leyes conexas, las enfermedades justificadas, la prórroga o renovación inmediata
del contrato de trabajo, ni ninguna otra causa análoga que no termine con éste. De
lo cual se concluye que la obligación patronal de otorgar las vacaciones, surge una
vez que el trabajador cumpla el supuesto básico de las cincuenta semanas de
labores, y que no es necesario que sean efectivamente laboradas, dado que
163

puede existir una suspensión, sin que esto signifique una terminación de la
relación laboral. Que la voluntad del legislador fue la de determinar que las
circunstancias allí descritas no son causas capaces de interrumpir la continuidad
del trabajo para efectos del cómputo del tiempo para completar las cincuenta
semanas de labores.- Esos períodos, en que el contrato está suspendido
legalmente, se deben tomar por mandato de la ley como de labores continuas, lo
que produce que la reforma reglamentaria objeto de esta acción, riña con lo
dispuesto en el Código de Trabajo, que resulta ser una normativa de rango
superior. Señala igualmente, que si bien es cierto el Código de Trabajo no es de
aplicación directa para los funcionarios sometidos al Régimen del Servicio Civil, la
Constitución Política establece la reserva de ley en la regulación de las
vacaciones, y por ello no puede un reglamento disponer en el sentido contrario a
éste, aunque se trate de ese régimen estatutario, pues se lesionan los artículos 7,
10, 11 y 33 de la Carta Fundamental.- Concluye señalando que lo normal es que
el derecho a las vacaciones se adquiera por servicios efectivos, pero que en los
casos de suspensión contractual que señala el Código de Trabajo, esos períodos
se tienen como "si se hubieran prestado servicios", habida cuenta de que la ley
"manda" que se computen para efectos del otorgamiento de las vacaciones.-

6.- El Ministro de la Presidencia no contestó la audiencia conferida a su Despacho,


para que se pronunciara sobre el contenido de esta acción.-

7.- El artículo 9 párrafo tercero de la Ley de la Jurisdicción Constitucional, faculta a


la Sala para acoger interlocutoriamente una acción, cuando considere suficiente
fundarla en principios o normas evidentes o en sus propios precedentes o
jurisprudencia. Esta sentencia se dicta con base en esa autorización, por lo que se
prescinde de realizar la audiencia oral prevista en los numerales 10 y 85 ídem.-

8.- En los procedimientos se han cumplido las prescripciones de ley.

Redacta el Magistrado Arguedas Ramírez; y


164

CONSIDERANDO

I).- Objeto de la acción: Los accionantes pretenden que se anule por


inconstitucional, el artículo primero del decreto ejecutivo número 22343-MP-J-
MTSS, que reformó el numeral 29, párrafo segundo, del Reglamento al Estatuto
del Servicio Civil, en cuanto establece que para efectos del cálculo de vacaciones
anuales, no se contabilizarán los permisos con goce de salario o sin él, por
enfermedad del servidor o por cualquier otra causa legal. En lo esencial, se
argumenta que tales limitaciones colocan a los servidores adscritos al Régimen
del Servicio Civil, en una clara situación de discriminación, respecto de los demás
trabajadores del país, en virtud de que el resto de la legislación laboral no
establece tales limitaciones, sino que por el contrario, se dispone expresamente
que dichas causas no suspenden la continuidad del plazo de cincuenta semanas
necesario para adquirir el derecho a vacaciones anuales; y, por otro lado, que por
tratarse de una limitación a un derecho fundamental, como lo son las vacaciones
anuales, el Reglamento carece de rango normativo para imponerlas, dado que no
están previstas en la Constitución, en los instrumentos de derechos humanos que
regulan la materia, en el Estatuto del Servicio Civil o en el Código de Trabajo. Para
mayor claridad, se estima oportuno hacer, en lo que interesa, un análisis histórico
de la disposición impugnada, pues ésta ha sufrido varias reformas, desde su
promulgación por decreto ejecutivo número 21, del catorce de diciembre de mil
novecientos cincuenta y cuatro.- El numeral 29 impugnado, en su texto original
establecía que:

"Para obtener el derecho a la vacación anual, es necesario que el servidor haya


prestado sus servicios durante cincuenta semanas continuas. No interrumpirán la
continuidad del trabajo las licencias sin goce de sueldo, la enfermedad justificada
del servidor, ni ninguna otra causa de suspensión legal de la relación laboral que
no termine con el contrato de trabajo. Las vacaciones de quince días y de veinte
días hábiles se entenderán de días regulares de trabajo, excluidos los domingos,
los demás feriados establecidos por el artículo 147 del Código de Trabajo y los
165

días de asueto que conceda el Poder Ejecutivo, siempre que el asueto comprenda
la Oficina y al servidor de que se trate. La vacación de un mes se entiende de un
mes calendario y no de treinta días hábiles." 

Mediante decreto número 9, del veintiuno de marzo de mil novecientos sesenta, se


le introdujo la primera reforma, que se lee como sigue:

"Para obtener el derecho a la vacación anual, es necesario que el servidor


haya prestado sus servicios durante cincuenta semanas continuas. Sin
embargo, si por cualquier causa el servidor no completara dicho plazo, por
terminación de su relación laboral, tendrá derecho a vacaciones
proporcionales en el tanto de un día de salario por cada mes trabajado. No
interrumpirán la continuidad del trabajo las licencias sin goce de sueldo, la
enfermedad justificada del servidor, ni ninguna otra causa de suspensión
legal de la relación de trabajo. Las vacaciones de quince días y de veinte
días hábiles se entenderán de días regulares de trabajo, excluidos los
domingos, los demás feriados establecidos por el artículo 147 del Código de
Trabajo y los días de asueto que conceda el poder Ejecutivo, siempre que el
asueto comprenda la Oficina y al servidor de que se trate. La vacación de un
mes se entiende de un mes calendario y no de treinta días hábiles." 

Dicho texto se mantuvo incólume por treinta años, hasta que el Poder Ejecutivo,
mediante decreto número 19824-P, del veintisiete de junio de mil novecientos
noventa, le introdujo la siguiente modificación:

"Para obtener derecho a la vacación anual, es necesario que el servidor haya


prestado sus servicios durante cincuenta semanas continuas. Sin embargo, si por
cualquier causa el servidor no completara dicho período por terminación de su
relación de servicio, tendrá derecho a vacaciones proporcionales en el tanto de un
día de salario por cada mes de servicios.
166

La prestación del servicio se tendrá por interrumpida por las licencias con
goce de salario o sin él, enfermedad del servidor o cualquier otra causa legal
de suspensión de la relación de servicios. Es entendido que la continuidad
no se afecta por las causas antes señaladas, de manera que el servidor
mantiene a su favor el tiempo de servicios prestados antes de la interrupción
mencionada.

Para la determinación de los días hábiles se excluirán los domingos y demás


feriados establecidos por el artículo 147 del Código de Trabajo, y los días de
asueto que conceda el Poder Ejecutivo, siempre que el asueto comprenda a la
dependencia y al servidor de que se trate. la vacación de un mes, se entiende de
un mes calendario, salvo cuando se fraccione, que será de veintiséis días
hábiles." 

Posteriormente, el artículo primero del decreto ejecutivo número 22146-MP-J-


MTSS, del seis de abril de mil novecientos noventa y tres, reformó el párrafo
segundo de la norma en análisis. De su parte considerativa se desprende
expresamente, que la razón única que dio lugar a la modificación, lo era el hecho
de que "la anterior modificación roza con el numeral 153 del Código de Trabajo,
cuyo contenido, por ausencia de regulación expresa en el Estatuto [de Servicio
Civil] dicho, es de acatamiento, por remisión supletoria que hace este mismo
cuerpo legal". En ese decreto se dispuso que:

"No interrumpirán la continuidad del trabajo las licencias sin goce de salario, los
descansos otorgados, las enfermedades justificadas, la prórroga o renovación
inmediata del contrato de trabajo ni ninguna causa análoga que no termine con
éste." 

Y el decreto número 22343-MP-J-MTSS del ocho de julio de ese mismo año,


introdujo la siguiente modificación a dicho párrafo, que a la fecha se mantiene
vigente, y cuyo texto es el que se solicita anular por inconstitucional:
167

"La prestación efectiva de servicio, para efectos del cálculo de las vacaciones
anuales, no será afectada por las licencias que se conceden a las servidoras por
concepto de maternidad y por adoptar un niño menor de tres años, según lo
establecido por el artículo 33, inciso b) de este reglamento. No obstante lo
anterior, en todos los demás casos, la prestación del servicio se tendrá por
suspendida por las licencias con goce de salario o sin él, enfermedad del servidor,
o cualquier otra causa legal de la suspensión de la relación de servicios.

Es entendido que la continuidad laboral no se afecta por las causas antes


señaladas, de manera que el servidor mantiene a su favor el tiempo de servicios
prestados antes de la suspensión mencionada." 

II).- Sobre la admisibilidad: La acción se interpuso con base en el recurso de


amparo número 0905-A-94, promovido por el Sindicato aquí accionante, conforme
a lo dispuesto en los artículos 30 inciso a) y 48 de la Ley de la Jurisdicción
Constitucional, y en cumplimiento de la resolución de las trece horas del nueve de
marzo de mil novecientos noventa y cuatro, mediante la cual, se le concedió el
plazo de quince días hábiles para formalizar este proceso. Por otra parte, se
cumplieron satisfactoriamente los demás requisitos legales necesarios para su
admisión, tales como: la autenticación de la acción, la exposición clara y precisa
de los motivos de inconstitucionalidad y las copias de ley, en razón de lo cual, la
acción es admisible, y debe entrar a resolverse por el fondo, lo que se hace
interlocutoriamente, en uso de la atribución que a esos efectos confiere a la Sala,
el párrafo tercero del artículo 9 ídem, por existir elementos de juicio suficientes
para ello.-

III).- El derecho a las vacaciones: El derecho de todo trabajador a sus vacaciones,


encuentra su fundamento básico en el artículo 59 de la Constitución Política.
Conforme a dicha norma:
168

"Todos los trabajadores tendrán derecho a un día de descanso después de seis


días consecutivos de trabajo, y a vacaciones anuales pagadas, cuya extensión y
oportunidad serán reguladas por la ley, pero en ningún caso comprenderán menos
de dos semanas por cada cincuenta semanas de servicio continuo; todo sin
perjuicio de las excepciones muy calificadas que el legislador establezca." 

Se trata de una disposición genérica, aplicable por igual tanto a los trabajadores
de la empresa privada como a los servidores públicos, aunque en algunos
aspectos, el marco normativo que regula el régimen de unos y otros sea distinto.-
Para el caso que ahora se analiza, interesa determinar cómo se han regulado,
para el sector público, las condiciones para el ejercicio de tal derecho
fundamental. La relación de los servidores públicos con el Estado se desarrolla,
como es sabido, a partir del contenido de los numerales 191 y siguientes de la
Constitución Política, que integran el capítulo referido al "Servicio Civil". De
especial interés, resulta el artículo 191 indicado, según el cual:

"Un estatuto de servicio civil regulará las relaciones entre el Estado y los
servidores públicos, con el propósito de garantizar la eficiencia de la
Administración." 

Conforme a esta norma, corresponde entonces a la ley concretizar las reglas bajo
las que se rige dicha relación especial. Este cuerpo normativo es el Estatuto del
Servicio Civil, Ley número 1581 del veinte de mayo de mil novecientos cincuenta y
tres y sus reformas, el cual, en lo referente al derecho a vacaciones, establece en
su artículo 37 inciso b), que:

"Artículo 37.- Los servidores del Poder Ejecutivo protegidos por esta ley gozarán
de los siguientes derechos:

a) ...
169

b) Disfrutarán de una vacación anual de quince días hábiles durante el primer


lustro de servicios, de veinte días hábiles durante el segundo y un mes después
de diez años de servicios. Estos servicios podrán no ser consecutivos.

Quedan a salvo los derechos del Personal Docente del Ministerio de Educación
Pública, el cual se regirá al respecto por el Código de Educación." 

También debe transcribirse, de ese mismo cuerpo legal, el artículo 51, que
dispone en lo que interesa, que:

"Los casos no previstos en esta ley, en sus reglamentos o en sus leyes supletorias
o conexas, se resolverán de acuerdo con el Código de Trabajo, la Ley de Seguro
Social, los principios generales de Servicio Civil, los principios y leyes de derecho
común, la equidad, la costumbre y el uso locales." 

Interesa en este punto, la remisión que hace la norma transcrita al Código de


Trabajo, como fuente supletoria, en lo que a la relación entre el Estado y sus
servidores se refiere. Dicho Código, en su artículo 153 regula -aunque en sentido
contrario al que establece la norma que aquí se impugna- la forma de cálculo del
período de cincuenta semanas necesario para obtener el derecho a las
vacaciones. Dispone expresamente que:

"Todo trabajador tiene derecho a vacaciones anuales remuneradas cuyo mínimo


se fija en dos semanas por cada cincuenta semanas de labores continuas, al
servicio de un mismo patrono.

En caso de terminación del contrato de trabajo antes de cumplir el período de


cincuenta semanas, el trabajador tendrá derecho, como mínimo, a un día de
vacaciones por cada mes trabajado, que le será pagado en el momento de retiro
de su trabajo.
170

No interrumpirán la continuidad del trabajo las licencias sin goce de salario,


los descansos otorgados por el presente Código, sus Reglamentos y sus
leyes conexas, las enfermedades justificadas, las prórrogas o renovación
inmediata del contrato de trabajo, ni ninguna otra causa análoga que no
termine con éste." 

Tal mención resulta oportuna, dado que lo que se alega es, entre otras cosas, que
el Reglamento impugnado regula el asunto en forma diametralmente opuesta al
numeral 153 transcrito, a pesar de que, conforme al artículo 51 del Estatuto del
Servicio Civil, las normas del Código de Trabajo -de mayor rango que la
impugnada- son de aplicación supletoria en lo no dispuesto por éste. Del análisis e
interpretación armónica de las disposiciones citadas, se desprende que,
efectivamente, llevan razón los accionantes, y que la norma cuestionada resulta
-como se verá de seguido- contraria a la Constitución Política.-

IV).- La inconstitucionalidad del decreto ejecutivo número


22343-MP-J-MTSS: La Sala tiene por establecido, a partir del
texto expreso del artículo 191 de la Carta Fundamental, antes
citado, que el desarrollo normativo de todo lo referente al
Régimen del Servicio Civil, está reservado al "Estatuto del
Servicio Civil", es decir, a una ley especialmente dictada para
regular las relaciones entre el Estado y sus servidores, en
cumplimiento de las disposiciones constitucionales y
reglamentarias que regulan el procedimiento legislativo. El
Poder Ejecutivo tiene entonces, en relación con las
disposiciones de ese Estatuto, la facultad, también atribuida
constitucionalmente, de reglamentar su contenido, en los
171

términos en que lo disponen los incisos 3) y 18) del numeral


140 ídem.

»Restrictor: Despido justificado por incumplimiento de prohibición

»Restrictor: Préstamo de servicios de forma privada durante incapacidad

»Descriptor: Caja Costarricense de Seguro Social


172

»Restrictor: Médico que presta servicios de forma privada durante


incapacidad

»Restrictor: Despido justificado por incumplimiento de prohibición

»Descriptor: Suspensión del contrato laboral

»Restrictor: Deber de observar obligaciones inherentes durante este período

»Descriptor: Contrato laboral

»Restrictor: Médico de la CCSS que presta servicios de forma privada

"I. El actor demandó a la C.C.S.S., alegando que el proceso administrativo


disciplinario, seguido en su contra, el cual finalizó con su despido, fue violatorio del
Debido Proceso y del Principio de Defensa. Entonces, gestionó la reinstalación en
su cargo, o en alguno de igual escalafón salarial y rango. Asimismo, solicitó el
pago de los salarios caídos, desde el momento del despido hasta su efectiva
reinstalación, así como el de los extremos laborales de vacaciones y de aguinaldo,
que debió devengar durante el lapso transcurrido entre el despido y su efectiva
reinstalación. Además, pretende que se imponga el pago de intereses legales,
sobre los montos debidos y que se condene, a la demandada, a pagar ambas
costas del proceso. La representante de la parte accionada, se opuso a las
pretensiones del accionante, indicando que, el despido estuvo justificado, ante la
falta grave cometida por el actor, al trabajar en su consultorio privado, extendiendo
dictámenes médicos, para Licencias de Conducir, mientras se encontraba
incapacitado. El A-quo declaró sin lugar la demanda. El Ad-quem, al resolver la
apelación de la parte actora, revocó el fallo de la primera instancia y acogió la
pretensión del actor de ser reinstalado, así como el pago de los salarios caídos, el
aguinaldo y también condenó a pagar los intereses y las costas. II. Ante esta
173

tercera instancia rogada, recurren ambas partes, contra el fallo del Tribunal de
Trabajo, Sección Primera, del Segundo Circuito Judicial de San José, dictado a las
9:45 horas, del 14 de mayo de 1.999. El apoderado de la parte accionante, se
muestra disconforme con la sentencia y acusa falta de motivación y de
fundamentación, en la fijación de las costas personales, impuestas a la parte
accionada. Al respecto señala que, la suma de doscientos mil colones fijada en
sentencia, por concepto de costas personales, a cargo de la Caja demandada,
resulta desproporcionada -en menos- y violatoria de los parámetros de fijación
establecidos en los artículos 495 del Código de Trabajo y 233 del Código Procesal
Civil. Con base en esos argumentos, solicita la revocatoria del fallo impugnado,
para que, en su lugar, se resuelva condenando a la demandada, a pagar el 25%
del monto total de la condena, por concepto de costas personales. Por su parte, la
apoderada de la C.C.S.S., reclama una apreciación subjetiva e inadecuada de los
hechos cometidos por el señor Ch.A., los cuales, en su criterio, constituyeron una
falta grave, suficiente para sancionarlo con el despido justificado. Acusa una
inadecuada valoración de los elementos probatorios; razón por la cual, la
conclusión del Ad-quem, en el sentido de que la sanción fue desproporcionada,
carece de sustento. Con base en esos argumentos, solicita la revocatoria del fallo
impugnado, para que, en su lugar, se declare sin lugar la demanda. III. De
conformidad con las pruebas que constan en los autos, quedó acreditado que, el
señor Ch.A., comenzó a laborar en la Clínica San Rafael de Puntarenas, de la
C.C.S.S., el 16 de agosto de 1.979, ocupando el cargo de Médico Asistente
General. El actor fue incapacitado del 8 de enero de 1.995 al 8 de febrero del
mismo año, por haber sido intervenido quirúrgicamente, de un ojo, percibiendo
durante este período, el respectivo subsidio, por la incapacidad que sufría. Debido
a ciertas anomalías, el 5 de abril de 1.995, la demandada inició un procedimiento
administrativo disciplinario, con el fin de determinar una eventual responsabilidad
del actor; notificándosele, la resolución inicial, el mismo día, toda vez que altos
funcionarios de la demandada, tuvieron conocimiento de que, el accionante, laboró
normalmente mientras estuvo incapacitado. El 12 de setiembre siguiente, fue
174

ratificado, por la Gerencia de la División Médica, el despido, sin responsabilidad


patronal, del actor, quedando debidamente notificado, de esa sanción, el 22 de
setiembre de 1.995. IV. Como se expuso, la apoderada de la parte demandada,
acusa una valoración subjetiva e inadecuada de la falta cometida por el
actor; pues, en su criterio, éste faltó al deber de lealtad que le impone su
contrato de trabajo, al haber extendido certificados médicos, para Licencias
de Conducir, encontrándose incapacitado. La relación entre el accionante y
la Caja demandada, ante su enfermedad y consecuente incapacidad, se
suspendió; sin embargo, ante esos efectos, está claro que esa situación no
significa, jurídicamente, la extinción de los derechos ni de las obligaciones
inherentes a la respectiva relación estatutaria. El principal efecto de la
suspensión del contrato, en estos casos, consiste en el natural y necesario
cese de las labores o actividades prestadas por el trabajador. Sin embargo,
en atención al contenido ético del contrato -que siempre subsiste- las partes
deben abstenerse de realizar cualquier acto que conlleve una ilegítima lesión
a los intereses o a los derechos de la contraparte. Al respecto, debe
indicarse, que "...durante la suspensión del contrato de trabajo, el trabajador,
si bien no tiene que laborar, continúa obligado al cumplimiento de
determinadas prestaciones, entre ellas, la de abstenerse de realizar actos
que puedan constituir faltas de respeto hacia el empleador o competencia
desleal hacia él, o cualquier otra circunstancia que configure un
incumplimiento grave a sus deberes..." (CABANELLAS DE TORRES,
Guillermo. Compendio de Derecho Laboral. Bibliográficas Omeba. Buenos
Aires. 1968, Tomo 1., p. 678). Se debe concluir, entonces que, la conducta del
trabajador, de laborar en su Consultorio Privado, durante el período en el cual
estuvo física y médicamente incapacitado, extendiendo dictámenes para Licencias
de Conducir, no fue la debida; pues, con su actuar, quebrantó no solamente la
ineludible lealtad hacia la Institución para la cual laboraba, sino también el cardinal
principio de la buena fe; que es rector y esencial en todo contrato de trabajo o,
como en este caso, de toda relación de servicio; pues, el mismo, exige rectitud,
175

honradez, confianza, lealtad y buen proceder, tanto por parte del patrono como de
parte del trabajador. En ese sentido, cabe citar el Voto número 303, de las 10:10
horas, del 26 de noviembre de 1.997, el cual, sobre este tema, señaló: "...Si la
prestación de servicios se suspende, debido a la enfermedad del trabajador, es
obvio que tanto la buena fe como la confianza derivada del vínculo contractual, lo
obligan a abstenerse de realizar aquellas actividades que le impidan una efectiva
reincorporación al ambiente laboral, lo que, a su vez conlleva el deber de cumplir
todas las indicaciones médicas necesarias para el mejoramiento de su salud...".
En el caso bajo análisis, la actitud del servidor, de expedir una cantidad importante
de Certificados Médicos, en un período corto -29 certificados en 6 días- y la mera
actitud en sí, de laborar durante su período de incapacidad, fue flagrantemente
lesiva de los intereses de la empleadora; pues, precisamente, dicho período le fue
otorgado -y bien lo sabe el actor, quien es médico- con el fin terapéutico de que se
reestableciera completamente de su enfermedad, lo más pronto posible y de una
manera eficaz; para que rápidamente se reincorporara en el desempeño normal
de sus labores y así el vínculo laboral recobraría su plena vigencia. Si la C.
concedió la incapacidad correspondiente, con el pago del subsidio respectivo,
tenía pleno derecho de esperar, de su servidor, una actitud tendente a lograr su
pronta recuperación. Por esa razón, se estima que el reclamo de la representante
de la demandada está debidamente sustentado; pues, la falta, debe considerarse
grave y la sanción proporcionada y ajustada a Derecho. Este mismo criterio ha
sido mantenido por esta Sala en asuntos similares y, al respecto, pueden
consultarse los Votos números 193, de las 10:30 horas, del 4 de setiembre, de
1.997; 303 de las 10:10 horas, del 26 de noviembre de 1.997; 49 de las 11:20
horas, del 13 de febrero de 1.998. Ahora bien, en cuanto al dictamen médico,
visible al folio 59, éste carece de la virtud de eliminar el carácter de grave de la
falta del actor; además de que, a criterio de esta Sala, resulta meramente
complaciente. En efecto, casualmente, en dicho dictamen se dispuso que, el actor,
podía realizar labores profesionales, limitadas a la consulta de dos a cinco
pacientes y sólo para dictámenes de Licencias de Conducir. Asimismo, debe
176

indicarse que, dicho dictamen, fue emitido luego de haber transcurrido el período
de incapacidad (el 7 de julio de 1995(; sea, a posteriori, lo cual termina de quitarle
cualquier credibilidad." 

Ver resoluciones de la misma Sala Nº 193 de 10,30 hrs. de 4 de setiembre, Nº 303


de 10,10 hrs. de 26 de noviembre, ambas de 1997, y Nº 49 de 11,20 hrs. de 13 de
febrero de 1998.

CABANELLAS DE TORRES (Guillermo), "Compendio de Derecho Laboral",


Argentina, Omeba, T. I, 1968, p. 678.

Exp: 01-004281-0007-CO

Res: 2001-06495

SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,


a las nueve horas con dieciocho minutos del seis de julio del dos mil uno.-

Recurso de amparo interpuesto por Zeneida Barnerena Porras, portadora de la


cédula de identidad número 4-136-756, Kembly Castro Fallas, portadora de la
177

cédula de identidad número 1-484-106, Mireya Ramírez Valverde, portadora de la


cédula de identidad número 5-218-177, Rosibel Saborío Alfaro, portadora de la
cédula de identidad número 3-339-136, y Erma López Martínez, portadora de
cédula de identidad número 2-413-470; contra el Ministerio de Trabajo y el Director
de ese Ministerio en la Zona Huetar Atlántica.

Resultando:

1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas y quince
minutos del nueve de mayo de dos mil uno (folio 1), las recurrentes interponen
recurso de amparo contra el Ministerio de Trabajo y el Director de ese Ministerio
en la Zona Huetar Atlántica y manifiestan que trabajan para una empresa privada
(D. ON TIME SOCIEDAD ANONIMA) que se dedica a la maquila,
desempeñándose como supervisoras, operarias, auditoras o inspectoras. Que el 2
de febrero del 2001, la empresa alegando falta de materia prima, pidió al Ministerio
recurrido una suspensión temporal de sus contratos de trabajo por dos meses.
Mediante oficio DNI-0322-2001 del 15 de febrero del 2001, la Dirección Nacional
de Inspección del Ministerio de Trabajo, declaró con lugar la solicitud de la
empresa y suspendió los contratos de trabajo de las recurrentes por dos meses
sin goce de salario hasta el 2 de abril del año en curso. Acusan que esta situación
les ha ocasionado muchos problemas económicos y de diversa índole, que al
finalizar el plazo de suspensión el 2 de abril, se presentaron a trabajar y la
empresa les indicó que volverían a ser suspendidas por otros dos meses
efectuando una suspensión sin goce salarial. Reclaman un incumplimiento de
deberes del Ministerio accionado, por cuanto como trabajadoras son la parte débil
de la relación laboral y por su derecho al trabajo tutelado en el artículo 56 de la
Constitución Política. Acusan que el accionado no les ha brindado el apoyo legal
como es su obligación; que el Director del Ministerio accionado en la Zona Huetar
Atlántica, no les ha facilitado el expediente de la suspensión; que el Ministerio
tampoco se ha pronunciado en cuanto a la prórroga de esa suspensión; que por la
naturaleza de la situación, ese Ministerio debe llevar a cabo los procedimientos, no
178

solamente en forma legal, sino apegado a su deber de diligencia y celeridad


procesal; que en el expediente de la suspensión no aparecen pruebas recabadas
por el Ministerio para aceptar la suspensión; que todas las gestiones a nivel
administrativo las han llevado a cabo pero no han obtenido ninguna respuesta
positiva. Finalmente, solicitan que se declare con lugar el recurso y se condene al
Ministerio de Trabajo al pago de daños y perjuicios.

2.- Informa bajo juramento Bernardo Benavides Benavides, en su calidad de


Ministro de Trabajo y Seguridad Social (folio 12), que de conformidad con los
registros no existe trámite alguno por parte de las recurrentes en ese despacho,
por lo que dicha autoridad no ha violado los derechos constitucionales alegados.
Indica que es cierto que en fecha 2 de febrero del presente año, se hizo una
solicitud por parte de personeros de la empresa D.ON TIME S.A, a fin de obtener
la suspensión temporal de dos meses de los contratos de trabajo. Señala que tal
solicitud fue aprobada mediante resolución D.N.I-322-2001, de las 11:35 horas del
15 de abril, notificada a las 14:20 horas del día 16 de abril del año en curso. De lo
anterior se desprende que quedó autorizado por parte del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social la suspensión temporal de los contratos de trabajo hasta el día
16 de abril. Aclara también que como bien lo manifiestan las recurrentes la
empresa supra citada solicitó una prórroga por dos meses, misma que fuera
presentada ante la Dirección Nacional de Inspección en fecha 23 de marzo del
presente año. Dicha solicitud fue comisionada, el día 26 de abril, a fin de ser
resuelta en la Dirección Huetar Atlántica, la cual tiene actualmente el trámite a su
cargo. Solicita que se desestime el recurso planteado.

3.- Informa bajo juramento German Vargas Valerín, en su calidad de Jefe Regional
de la Región Huetar Atlántica del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (folio
134), que efectivamente la empresa ON TIME presentó solicitud de ampliación de
suspensión temporal de contratos de trabajo el día 23 de marzo del año en curso
dirigida a su persona, pero entregada en la Dirección Nacional de la Inspección de
Trabajo, con sede en San José. Que en razón de lo anterior se emitió una
179

resolución con fecha 5 de abril, misma que se le remitió junto con el expediente el
día 23 de abril, por lo cual se le asignó el expediente a la funcionaria Francis
Valentine Pineda, inspectora de Trabajo de Pococí para que procediera a llevar a
cabo la investigación pertinente, procediendo la misma a rendir informe con fecha
5 de mayo, siendo trasladado ese mismo día el expediente vía correo a la
Dirección Nacional de la Inspección para que emitiera la resolución respectiva.
Señala que antes de la entrega del expediente las recurrentes estuvieron llamando
vía telefónica a la oficina de Limón para que se les facilitara el expediente, a lo que
se les manifestó que debían dirigirse a San José a las oficinas centrales, que era
donde se encontraba el expediente. Indica además, que el día que recibió el
expediente la señora Zeneida Barnerena lo llamó para ponerse de acuerdo de
modo que él pudiera facilitarle el expediente para fotocopiarlo, tal y como lo hizo.
Afirma que con todo lo anterior se denota que se ha actuado con celeridad y
operando en apego a los procedimientos operativos de la institución.

4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.

Redacta la magistrada Calzada Miranda; y,

Considerando:

I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman


como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido
acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo
prevenido en el auto inicial:

a. Las recurrentes laboran en la empresa de maquila D ON TIME S.A. (folio )


b. Mediante escrito de fecha 2 de febrero del 2001, el representante de la
empresa D ON TIME S.A., presentó una solicitud de suspensión temporal
de contratos de trabajo por 2 meses de varios trabajadores entre los que se
180

encuentran las recurrentes ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social


en la Región Huetar Atlántica. (folio 118)
c. Por resolución No. D.N.I.-0322-2001 de las once horas con treinta y cinco
minutos del quince de febrero del dos mil uno, la Dirección Nacional e
Inspección General de Trabajo declaró con lugar la solicitud presentada por
la empresa D ON TIME S.A., permitiendo la suspensión hasta el 2 de abril
de este año. (folio 19)
d. Las recurrentes presentaron un recurso de reconsideración con apelación
en subsidio contra la resolución No. D.N.I. 0322-2001, el cual se declaró
con lugar según resolución D.N.I. 0325-2001 del veinte de febrero del año
dos mil uno. (folio 36)
e. La empresa D ON TIME S.A. presentó un recurso de nulidad y éste fue
resuelto a su favor de conformidad con la resolución del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social No. 615-01 de las ocho horas del siete de
marzo del dos mil uno. (folio 27)
f. El representante de la empresa D ON TIME S.A. el 23 de marzo del 2001,
solicitó la prórroga por 2 meses más de la suspensión de dichos contratos
laborales ante la Dirección General de la Inspección de Trabajo. (folio 16)
g. Por resolución 0873-2001-D.N.I. de las catorce horas del cinco de abril del
año dos mil uno de la Dirección recurrida, se resolvió comisionar a la
Dirección Huetar Atlántica, para que realizara una investigación y rindiera
un informe respecto a la solicitud de prórroga planteada por la empresa.
(folio 15)
h. El 18 de mayo del 2001, la Inspectora de Trabajo comisionada para el caso,
mediante oficio INF. 003-F.V.P-2001 rindió el informe con relación a la
prórroga de la suspensión solicitada ante la Dirección General de
Inspección de Trabajo de Limón, recomendando no otorgarla. (folio 127 de
este expediente y según expediente administrativo adjunto)
181

i. Las recurrentes no han presentado gestión alguna por escrito ante el


Ministerio recurrido y sí han tenido acceso al expediente. (folios 12, 134 y
135)

II.- Las recurrentes estiman violentados sus derechos constitucionales, por cuanto
a su criterio, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no ha sido diligente y
garante de sus derechos como trabajadoras, al permitir la suspensión de sus
contratos laborales y de permitirse la aplicación de una prórroga de la misma sin
que haya sido autorizada.

III.- Sobre el fondo. En el caso de estudio, de conformidad con el considerando


primero, la Dirección recurrida cuando autorizó la primera suspensión de dos
meses, del 2 de febrero al 2 de abril del 2001, actuó de conformidad con el artículo
74 del Código de Trabajo que autoriza la suspensión de los contratos laborales
cuando se produce en la empresa, una falta de materia prima para llevar adelante
los trabajos, siempre que no sea imputable al patrono, lo cual estimó el Ministerio
recurrido se produjo en el caso de marras; disposición que en todo caso, de
haberse encontrado inconformes las recurrentes, pudo haber sido impugnada en
la vía laboral. Con relación a la acusada gestión de prórroga de dicha suspensión,
no consta en autos que la Dirección recurrida se haya pronunciado aún sobre la
misma, solo consta el informe de la investigación realizada por ésta para dictar
una resolución al respecto y precisamente este procedimiento es el que pretende
garantizar la protección de los trabajadores, pues de previo a pronunciarse al
respecto, es que realizan una investigación de la situación alegada por la
empresa. De lo anterior no puede desprenderse, ni que el Ministerio la haya
autorizado, ni que sea responsabilidad de éste el que la empresa la esté aplicando
antes de su autorización, dicha actuación sólo podría serle imputable a ésta
última, en el caso en que no resulte autorizada la prórroga de la suspensión y por
las vías legales correspondientes, no ante esta jurisdicción por tratarse de una
empresa privada y de un conflicto meramente laboral. Por otro lado, según se
desprende del expediente, las solicitudes para accesar al expediente por parte de
182

las recurrentes fueron en forma verbal, y si no accedieron en algunas


oportunidades al mismo, fue porque éste se encontraba en las oficinas de San
José, como se lo indicaron las autoridades recurridas de la Región Huetar
Atlántica, siendo que cuando éste estuvo al alcance de estas autoridades, les fue
debidamente facilitado para fotocopiarlo. Por consiguiente tampoco se desprende
de lo anterior, violación constitucional alguna. En consecuencia, de lo expuesto la
Sala no evidencia actuación arbitraria alguna por parte de las autoridades
recurridas, por lo que el recurso debe declararse sin lugar, como en efecto se
hace.

Por tanto:

Se declara sin lugar el recurso.

 Luis Fernando Solano C.

Presidente, a.i.

 Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R.

 Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B.

Susana Castro A. Alejandro Batalla B.

Exp: 01-004281-0007-CO

Res: 2001-06495

SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,


a las nueve horas con dieciocho minutos del seis de julio del dos mil uno.-
183

Recurso de amparo interpuesto por Zeneida Barnerena Porras, portadora de la


cédula de identidad número 4-136-756, Kembly Castro Fallas, portadora de la
cédula de identidad número 1-484-106, Mireya Ramírez Valverde, portadora de la
cédula de identidad número 5-218-177, Rosibel Saborío Alfaro, portadora de la
cédula de identidad número 3-339-136, y Erma López Martínez, portadora de
cédula de identidad número 2-413-470; contra el Ministerio de Trabajo y el Director
de ese Ministerio en la Zona Huetar Atlántica.

Resultando:

1.- Por escrito recibido en la Secretaría de la Sala a las doce horas y quince
minutos del nueve de mayo de dos mil uno (folio 1), las recurrentes interponen
recurso de amparo contra el Ministerio de Trabajo y el Director de ese Ministerio
en la Zona Huetar Atlántica y manifiestan que trabajan para una empresa privada
(D. ON TIME SOCIEDAD ANONIMA) que se dedica a la maquila,
desempeñándose como supervisoras, operarias, auditoras o inspectoras. Que el 2
de febrero del 2001, la empresa alegando falta de materia prima, pidió al Ministerio
recurrido una suspensión temporal de sus contratos de trabajo por dos meses.
Mediante oficio DNI-0322-2001 del 15 de febrero del 2001, la Dirección Nacional
de Inspección del Ministerio de Trabajo, declaró con lugar la solicitud de la
empresa y suspendió los contratos de trabajo de las recurrentes por dos meses
sin goce de salario hasta el 2 de abril del año en curso. Acusan que esta situación
les ha ocasionado muchos problemas económicos y de diversa índole, que al
finalizar el plazo de suspensión el 2 de abril, se presentaron a trabajar y la
empresa les indicó que volverían a ser suspendidas por otros dos meses
efectuando una suspensión sin goce salarial. Reclaman un incumplimiento de
deberes del Ministerio accionado, por cuanto como trabajadoras son la parte débil
de la relación laboral y por su derecho al trabajo tutelado en el artículo 56 de la
Constitución Política. Acusan que el accionado no les ha brindado el apoyo legal
como es su obligación; que el Director del Ministerio accionado en la Zona Huetar
Atlántica, no les ha facilitado el expediente de la suspensión; que el Ministerio
184

tampoco se ha pronunciado en cuanto a la prórroga de esa suspensión; que por la


naturaleza de la situación, ese Ministerio debe llevar a cabo los procedimientos, no
solamente en forma legal, sino apegado a su deber de diligencia y celeridad
procesal; que en el expediente de la suspensión no aparecen pruebas recabadas
por el Ministerio para aceptar la suspensión; que todas las gestiones a nivel
administrativo las han llevado a cabo pero no han obtenido ninguna respuesta
positiva. Finalmente, solicitan que se declare con lugar el recurso y se condene al
Ministerio de Trabajo al pago de daños y perjuicios.

2.- Informa bajo juramento Bernardo Benavides Benavides, en su calidad de


Ministro de Trabajo y Seguridad Social (folio 12), que de conformidad con los
registros no existe trámite alguno por parte de las recurrentes en ese despacho,
por lo que dicha autoridad no ha violado los derechos constitucionales alegados.
Indica que es cierto que en fecha 2 de febrero del presente año, se hizo una
solicitud por parte de personeros de la empresa D.ON TIME S.A, a fin de obtener
la suspensión temporal de dos meses de los contratos de trabajo. Señala que tal
solicitud fue aprobada mediante resolución D.N.I-322-2001, de las 11:35 horas del
15 de abril, notificada a las 14:20 horas del día 16 de abril del año en curso. De lo
anterior se desprende que quedó autorizado por parte del Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social la suspensión temporal de los contratos de trabajo hasta el día
16 de abril. Aclara también que como bien lo manifiestan las recurrentes la
empresa supra citada solicitó una prórroga por dos meses, misma que fuera
presentada ante la Dirección Nacional de Inspección en fecha 23 de marzo del
presente año. Dicha solicitud fue comisionada, el día 26 de abril, a fin de ser
resuelta en la Dirección Huetar Atlántica, la cual tiene actualmente el trámite a su
cargo. Solicita que se desestime el recurso planteado.

3.- Informa bajo juramento German Vargas Valerín, en su calidad de Jefe Regional
de la Región Huetar Atlántica del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (folio
134), que efectivamente la empresa ON TIME presentó solicitud de ampliación de
suspensión temporal de contratos de trabajo el día 23 de marzo del año en curso
185

dirigida a su persona, pero entregada en la Dirección Nacional de la Inspección de


Trabajo, con sede en San José. Que en razón de lo anterior se emitió una
resolución con fecha 5 de abril, misma que se le remitió junto con el expediente el
día 23 de abril, por lo cual se le asignó el expediente a la funcionaria Francis
Valentine Pineda, inspectora de Trabajo de Pococí para que procediera a llevar a
cabo la investigación pertinente, procediendo la misma a rendir informe con fecha
5 de mayo, siendo trasladado ese mismo día el expediente vía correo a la
Dirección Nacional de la Inspección para que emitiera la resolución respectiva.
Señala que antes de la entrega del expediente las recurrentes estuvieron llamando
vía telefónica a la oficina de Limón para que se les facilitara el expediente, a lo que
se les manifestó que debían dirigirse a San José a las oficinas centrales, que era
donde se encontraba el expediente. Indica además, que el día que recibió el
expediente la señora Zeneida Barnerena lo llamó para ponerse de acuerdo de
modo que él pudiera facilitarle el expediente para fotocopiarlo, tal y como lo hizo.
Afirma que con todo lo anterior se denota que se ha actuado con celeridad y
operando en apego a los procedimientos operativos de la institución.

4.- En los procedimientos seguidos se ha observado las prescripciones legales.

Redacta la magistrada Calzada Miranda; y,

Considerando:

I.- Hechos probados. De importancia para la decisión de este asunto, se estiman


como debidamente demostrados los siguientes hechos, sea porque así han sido
acreditados o bien porque el recurrido haya omitido referirse a ellos según lo
prevenido en el auto inicial:

j. Las recurrentes laboran en la empresa de maquila D ON TIME S.A. (folio )


k. Mediante escrito de fecha 2 de febrero del 2001, el representante de la
empresa D ON TIME S.A., presentó una solicitud de suspensión temporal
186

de contratos de trabajo por 2 meses de varios trabajadores entre los que se


encuentran las recurrentes ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social
en la Región Huetar Atlántica. (folio 118)
l. Por resolución No. D.N.I.-0322-2001 de las once horas con treinta y cinco
minutos del quince de febrero del dos mil uno, la Dirección Nacional e
Inspección General de Trabajo declaró con lugar la solicitud presentada por
la empresa D ON TIME S.A., permitiendo la suspensión hasta el 2 de abril
de este año. (folio 19)
m. Las recurrentes presentaron un recurso de reconsideración con apelación
en subsidio contra la resolución No. D.N.I. 0322-2001, el cual se declaró
con lugar según resolución D.N.I. 0325-2001 del veinte de febrero del año
dos mil uno. (folio 36)
n. La empresa D ON TIME S.A. presentó un recurso de nulidad y éste fue
resuelto a su favor de conformidad con la resolución del Ministerio de
Trabajo y Seguridad Social No. 615-01 de las ocho horas del siete de
marzo del dos mil uno. (folio 27)
o. El representante de la empresa D ON TIME S.A. el 23 de marzo del 2001,
solicitó la prórroga por 2 meses más de la suspensión de dichos contratos
laborales ante la Dirección General de la Inspección de Trabajo. (folio 16)
p. Por resolución 0873-2001-D.N.I. de las catorce horas del cinco de abril del
año dos mil uno de la Dirección recurrida, se resolvió comisionar a la
Dirección Huetar Atlántica, para que realizara una investigación y rindiera
un informe respecto a la solicitud de prórroga planteada por la empresa.
(folio 15)
q. El 18 de mayo del 2001, la Inspectora de Trabajo comisionada para el caso,
mediante oficio INF. 003-F.V.P-2001 rindió el informe con relación a la
prórroga de la suspensión solicitada ante la Dirección General de
Inspección de Trabajo de Limón, recomendando no otorgarla. (folio 127 de
este expediente y según expediente administrativo adjunto)
187

r. Las recurrentes no han presentado gestión alguna por escrito ante el


Ministerio recurrido y sí han tenido acceso al expediente. (folios 12, 134 y
135)

II.- Las recurrentes estiman violentados sus derechos constitucionales, por cuanto
a su criterio, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social no ha sido diligente y
garante de sus derechos como trabajadoras, al permitir la suspensión de sus
contratos laborales y de permitirse la aplicación de una prórroga de la misma sin
que haya sido autorizada.

III.- Sobre el fondo. En el caso de estudio, de conformidad con el considerando


primero, la Dirección recurrida cuando autorizó la primera suspensión de dos
meses, del 2 de febrero al 2 de abril del 2001, actuó de conformidad con el artículo
74 del Código de Trabajo que autoriza la suspensión de los contratos laborales
cuando se produce en la empresa, una falta de materia prima para llevar adelante
los trabajos, siempre que no sea imputable al patrono, lo cual estimó el Ministerio
recurrido se produjo en el caso de marras; disposición que en todo caso, de
haberse encontrado inconformes las recurrentes, pudo haber sido impugnada en
la vía laboral. Con relación a la acusada gestión de prórroga de dicha suspensión,
no consta en autos que la Dirección recurrida se haya pronunciado aún sobre la
misma, solo consta el informe de la investigación realizada por ésta para dictar
una resolución al respecto y precisamente este procedimiento es el que pretende
garantizar la protección de los trabajadores, pues de previo a pronunciarse al
respecto, es que realizan una investigación de la situación alegada por la
empresa. De lo anterior no puede desprenderse, ni que el Ministerio la haya
autorizado, ni que sea responsabilidad de éste el que la empresa la esté aplicando
antes de su autorización, dicha actuación sólo podría serle imputable a ésta
última, en el caso en que no resulte autorizada la prórroga de la suspensión y por
las vías legales correspondientes, no ante esta jurisdicción por tratarse de una
empresa privada y de un conflicto meramente laboral. Por otro lado, según se
desprende del expediente, las solicitudes para accesar al expediente por parte de
188

las recurrentes fueron en forma verbal, y si no accedieron en algunas


oportunidades al mismo, fue porque éste se encontraba en las oficinas de San
José, como se lo indicaron las autoridades recurridas de la Región Huetar
Atlántica, siendo que cuando éste estuvo al alcance de estas autoridades, les fue
debidamente facilitado para fotocopiarlo. Por consiguiente tampoco se desprende
de lo anterior, violación constitucional alguna. En consecuencia, de lo expuesto la
Sala no evidencia actuación arbitraria alguna por parte de las autoridades
recurridas, por lo que el recurso debe declararse sin lugar, como en efecto se
hace.

Por tanto:

Se declara sin lugar el recurso.

 Luis Fernando Solano C.

Presidente, a.i.

 Eduardo Sancho G. Carlos M. Arguedas R.

 Ana Virginia Calzada M. Adrián Vargas B.

Susana Castro A. Alejandro Batalla B.

Exp: 02-004156-0007-CO

Res: 2002-04822

SALA CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. San José,


a las quince horas con cincuenta y dos minutos del veintiuno de mayo del
dos mil dos.-
189

Recurso de amparo interpuesto por CLEVER CHACON ARIAS, mayor, sargento


de policía, vecino de San José, cédula de identidad número 5-219-556, contra la
DIRECTORA DE RECURSOS HUMANOS Y EL MINISTRO DE SEGURIDAD
PUBLICA.

Resultando:

1.- Por memorial presentado en la Secretaría de este Tribunal al ser las diez horas
veintitrés minutos del dieciséis de mayo pasado, el recurrente interpone recurso de
amparo en contra de la Directora de Recursos Humanos y el Ministro de
Seguridad Pública, en razón de que es funcionario público y ostenta el puesto de
Sargento de Policía del Ministerio de Seguridad Pública, puesto número 048781;
que está sometido a una investigación por parte de la Fiscalía de Robos de San
José, en donde por orden judicial se le suspendió –como medida cautelar- de sus
labores como policía por tres meses a partir del veinticinco de marzo de este año,
según consta en resolución del Tribunal de Juicio de San José de las diecisiete
horas diez minutos del veinticinco de marzo pasado; que dicha resolución no
indica si la suspensión es con o sin goce de salario; que inicialmente el Ministerio,
en resolución número 0800-02-DDL-SIP de veintiséis de marzo pasado lo
suspendió con goce de salario, pero en resolución número 1105-02-DDL-SIP,
expediente número 690-2002, de las nueve horas cincuenta minutos del
veintinueve de abril pasado, se recomendó revocar esa suspensión, lo cual fue
acogido por el Viceministro de Seguridad Pública en oficio de veintinueve de abril
pasado, número DVSP-1198-2002; que en oficio número 2010-2002-DRH-A, se
dispuso en su contra la suspensión sin goce de salario con base en los artículos
78 del Código de Trabajo y 244 del Código Procesal Penal, ya que considera el
Ministerio recurrido que sí resulta procedente eliminar el salario al trabajador
suspendido de su trabajo por orden judicial, pues aunque el numeral 78 del Código
de Trabajo expresamente indica que el contrato se suspende cuando hay prisión,
se aplica el mismo –por analogía- a una medida cautelar de no laborar pese a que
no haya prisión de por medio; que dicha resolución fue recurrida mediante
190

revocatoria, rechazado por resolución número 075-02-A-DRH, y la apelación


actualmente está en conocimiento ante el jerarca; que considera que es
improcedente aplicar normas por analogía o interpretación en contra del
trabajador, el Código de Trabajo establece únicamente como causal de
suspensión del contrato laboral la prisión del trabajador, y no una u otra medida
cautelar penal; que siendo la suspensión de los contratos la única causal de no
pago del salario, si hay una suspensión laboral por orden judicial penal, debe ser
con goce de salario, pues no hay norma alguna que expresa o tácitamente indique
lo contrario, o sea, una orden judicial que no sea la de prisión, no lleva a la
suspensión del contrato laboral, según nuestra legislación.

2.- El artículo 9 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional faculta a la Sala a


rechazar de plano o por el fondo, en cualquier momento, incluso desde su
presentación, cualquier gestión que se presente a su conocimiento que resulte ser
manifiestamente improcedente, o cuando considere que existen elementos de
juicio suficientes para rechazarla, o que se trata de la simple reiteración o
reproducción de una gestión anterior igual o similar rechazada.

Redacta el magistrado Batalla Bonilla; y,

Considerando:

I.- En torno a los hechos que acusa el amparado, en primer lugar es menester
analizar detenidamente sus alegatos a fin de desentrañar la verdadera intención
de éste plasmada en el memorial inicial. Es claro para este Tribunal que el petente
pretende que en esta vía se le reconozca el derecho a percibir su salario a pesar
de estar imposibilitado para laborar por una orden judicial dictada como medida
cautelar dentro de un proceso penal. Estima el recurrente que tal medida cautelar
no tiene los efectos que puede producir una prisión preventiva impuesta en un
proceso penal, y que por analogía no se puede extender la aplicación de la
normativa laboral en perjuicio del trabajador.
191

II.- Es cierto que la suspensión de labores o separación temporal del cargo, como
medida cautelar, no puede equipararse en nada a la privación de libertad derivada
de una prisión preventiva ordenada dentro de un proceso penal. De igual forma,
tampoco resulta equiparable la suspensión de labores o separación del cargo del
justiciable ordenada judicialmente en un proceso penal, con la misma medida
impuesta en sede administrativa en virtud de un proceso disciplinario sancionatorio
o como sanción administrativa. Los alcances y los fines, así como las
consecuencias de unas y otras medidas son distintas y, en razón de ello, debe
analizarse este caso desde esa perspectiva, objetiva, racional y realmente.

III.- Si bien es cierto que esta Sala en reiterada jurisprudencia ha indicado que la
prisión preventiva ordenada por los Tribunales Penales en contra de un
funcionario público, ocasiona por relación causal la separación del cargo
temporalmente y sin goce de salario, ello lo es por el simple hecho de que la
medida cautelar impuesta, impide al trabajador presentarse a laborar, y por ende,
la remuneración que recibe por su trabajo también se suspende. El elemento
común que existe entre esta medida cautelar impuesta judicialmente, y la
suspensión o separación del cargo, también ordenada en sede jurisdiccional, es la
imposibilidad del trabajador de presentarse a laborar, lo que como efecto com ún
producirá, según se explicó, que la remuneración que reciba por su trabajo
también se suspenda. No es que se interprete por analogía la normativa laboral,
sino que el efecto que produce la decisión judicial es precisamente el mismo en
uno y otro caso. Distinto sería, por ejemplo, que dentro de la amplia gama de
medidas cautelares a imponer, al trabajador se le impusiera la de presentarse a
firmar cada quince días al despacho, situación que en nada imposibilitaría que se
presentara a laborar, y por ende, no existiría motivo para dejar de cancelar su
salario. El efecto práctico, definitivamente, entre la medida cautelar impuesta, en
este caso, y la no asistencia a trabajar en razón de dicha medida, lo es
necesariamente el no pago del salario.
192

IV.- Otro elemento de necesaria mención es que el amparado no se encuentra


sometido a un procedimiento disciplinario sancionatorio, ni tampoco ha sido objeto
de un procedimiento que ya se haya concluido por acto final y en el que se le
hubiese impuesto una medida cautelar de suspensión sin goce de salario.
Supuesto, éste, en el que la Sala reiteradamente ha sostenido que la suspensión,
en vía administrativa y en tratándose de un proceso disciplinario, debe darse con
goce de salario, pero ese no es aquí el caso. El recurrente se encuentra sometido,
únicamente y según se desprende de su propio dicho, a un proceso penal dentro
del cual se ordenó su separación del cargo, no a un procedimiento disciplinario en
sede administrativa, por lo que la medida, en todo caso, la asume e impone la
Administración en cumplimiento de lo ordenado por un Tribunal de la República,
actuación que se ajusta a derecho y que no contraviene ningún derecho
constitucional en perjuicio del amparado. Incluso, la propia Ley de la Jurisdicción
Constitucional, en su artículo 30 inciso d) establece la imposibilidad de conocer en
la vía del amparo de los actos que realicen las autoridades administrativas al
ejecutar resoluciones judiciales, siempre que esos actos se efectúen con sujeción
a lo que fue encomendado por la respectiva autoridad judicial. En este caso,
concluye la Sala de lo expuesto por el petente en su memorial inicial que las
autoridades recurridas actuaron conforme a lo encomendado por la respectiva
autoridad judicial, lo cual se ajusta a derecho. Por lo expuesto, el recurso resulta
improcedente y así debe declararse, sin perjuicio de que el recurrente le pida al
Juez que ordenó la separación, que esa separación sea con goce de salario.

Por tanto:

Se rechaza por el fondo el recurso.

Luis Fernando Solano C.

Presidente 
Resolución 86-015.CL
193

SALA SEGUNDA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA.- San José, a las


quince horas treinta minutos del doce de marzo de mil novecientos ochenta y seis.

Competencia surgida en el juicio ordinario establecido ante el Juzgado Primero de


Trabajo de esta ciudad, por MAQUINARIA DE DESARROLLO SOCIEDAD
ANONIMA, representado por sus apoderados José Martí Figueres Boggs, vecino
de Finca Quirazó, Tres Ríos, y Franz Koberg Gutiérrez, vecino de Coronado,
contra EL ESTADO, representado por el Procurador de Relaciones de Servicio
Licenciado Luis Francisco Madriz Soto, divorciado, abogado, vecino de San José.
Todos mayores, y los dos primeros casados e industriales.

RESULTANDO:

1. La señora Juez, mediante resolución de las dieciséis horas del diez de febrero
de mil novecientos ochenta y seis, rechazó la excepción de incompetencia de
jurisdicción por razón de la materia que interpone el personero del
Estado y para ello se basó en las siguientes razones: "Se rechaza la excepción de
marras porque el presente asunto corresponde conocerlo a estos Tribunales de
Trabajo, puesto que el mismo esta íntimamente ligado con disposiciones relativas
al Código de Trabajo y afecta a trabajadores, además de que reiteradamente se
ha resuelto por la Sala Segunda de la Corte, que en casos parecidos se puede
anular un acto, petición que no esta contemplada en este juicio, ya que la parte
demandada no lo expresa así, sino que lo que pretende es que se le autorice la
suspensión de los contratos de trabajo".

2. El representante de la parte demandada se mostró inconforme con el anterior


pronunciamiento, por lo que la señora Juez en resolución dictada a las ocho horas
veinte minutos del dieciocho de febrero del año en curso, elevó los autos en
consulta y en tal virtud conoce del asunto esta Sala.

Redacta el Magistrado Cob Jiménez; y,


194

CONSIDERANDO:

I. Que los representantes de la compañía Maquinaria de Desarrollo S.A.


promueven esta especial gestión ante el Juzgado Primero de Trabajo para que se
autorice "la suspensión de los contratos" que esta compañía tiene con varios
trabajadores. Expresan los interesados que ya esta solicitud había sido
presentada ante la Inspección General de Trabajo, donde se declaró sin lugar; y
que apelada que fue la resolución que denegó la solicitud, el Ministerio de Trabajo
confirmó lo acordado por la Inspección.

II. Que el Juzgado por su parte, interpretó que estas diligencias debían tramitarse
con las formalidades de un juicio ordinario, y por eso previno a los interesados que
indicaran cual era la parte a quien demandaban. Atendiendo a esta prevención, los
actores, con criterio muy particular, manifestaron que "en el presente proceso no
se trata de una demanda ordinaria sino de la impugnación de un acto
administrativo final, emitido por el señor Ministro de Trabajo". Y agregaron, que "la
contraparte, si la hay, es el Estado". El señor Juez, por auto de las diecisiete horas
quince minutos del cuatro de noviembre del año próximo pasado, tuvo como parte
al Estado. Posteriormente, la parte actora estuvo de acuerdo en que el tramite que
debía darse a este asunto, era el del Juicio ordinario debiendo tenerse como parte
demandada al Estado. Y así, en esta forma, lo acordó el Juzgado, y dio el traslado
correspondiente a la Procuraduría General de la República.

III. Que planteadas así las cosas, y resolviendo sobre la excepción opuesta por el
representante de la Procuraduría, es necesario establecer, primeramente, que si
bien los actores manifestaron en uno de sus escritos, que de lo que se trata es de
la impugnación de un acto administrativo, la verdad es que esa impugnación no se
ha pedido así expresamente, mas bien de lo que se trata, según se indicó, es de
una solicitud para que se suspendan determinados contratos de trabajo,
suspensión que al parecer transcurrió de hecho, porque los propios interesados
expresaron también que "los trabajadores estaban reintegrados a sus puestos
195

gozando de los beneficios que la estabilidad laboral les reporta". Así pues, y
siendo ese el principal objetivo de estas diligencias, debe resolverse que en la
forma en que se ha planteado este asunto, no resulta ser de competencia de los
tribunales de justicia puesto que una autorización como la que se pide, no
corresponde resolverla a la autoridad judicial (artículo 75 del Código de Trabajo).

POR TANTO:

Se declara que en la forma en que se ha planteado este asunto, no resulta ser de


competencia de los tribunales de justicia.

Miguel Blanco Quirós

German Fernández Herrera Alfredo Cob Jiménez

Álvaro Carvajal Lizano Eduardo Ching Murillo

Oscar Ugalde Miranda

Secretario lams
196

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