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La práctica reflexiva ¿es necesaria para el desarrollo del pensamiento creativo? .......... 10
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Afianzar el pensamiento creativo en la escuela
El presente ensayo pretende desarrollar acerca del rol docente en el desarrollo del
pensamiento creativo. La elección surge a partir de diversas experiencias vinculadas a las
prácticas pedagógicas de la carrera magisterial. Asimismo, por la inquietud y curiosidad
provocada por las temáticas abordadas en el curso de Análisis Pedagógico de la Práctica
Docente, especialmente sobre los términos relacionados al desarrollo del pensamiento
multidimensional y sus impactos a nivel pedagógico. De manera que, el presente ensayo
tiene como objetivo el análisis y la reflexión sobre el rol docente en el desarrollo del
pensamiento creativo, así como su implicancia en las prácticas pedagógicas y sus
repercusiones en la formación del educando. A partir de ello surgen, como punto de
partida, las siguientes interrogantes; ¿qué significa desarrollar el pensamiento creativo?,
¿por qué desarrollar el pensamiento creativo en el aula?, ¿cómo se desarrolla el
pensamiento creativo?, ¿qué impactos tiene?, ¿educar en el desarrollo del pensamiento
creativo implica nuevos criterios de evaluación?, ¿debe el docente evaluar las habilidades
que permite el desarrollo del pensamiento creativo?, ¿qué aporta el desarrollo del
pensamiento multidimensional en los estudiantes?, ¿para qué sirve el desarrollo de las
habilidades que brinda el pensamiento creativo?, ¿qué importancia tiene -en la educación
primaria- el desarrollo del pensamiento creativo?. El hecho de que no se fomente el
desarrollo del pensamiento creativo en la etapa escolar primaria, ¿provoca consecuencias
en el ciudadano?
Cabe aclarar que en el marco teórico se abordarán diferentes autores: Matthew Lipman,
y Angélica Sátiro. De igual modo, se trabajará en el marco sobre Philippe Perrenoud y
Henry Giroux con hincapié en el concepto de práctica y docente reflexivo.
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La formación en el rol docente
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del pensar estén en juego constantemente. Es necesario que el docente fomente, promueva
y motive el desarrollo del pensamiento creativo. De igual modo, resulta relevante que el
docente pueda fomentar ese desarrollo en todas las áreas del conocimiento, de esta manera
el estudiante utilizará las habilidades aprendidas para todo tipo de conocimiento y aspecto
en su vida y desarrollo.
¿A qué se refiere al hablar del pensar?, para realizar una aproximación al concepto del
Pensamiento creativo, resulta relevante comprender a qué se hace referencia al hablar de
pensamiento. En cuanto a esto, Sátiro (2009) afirma “...El pensamiento es la parte
“invisible” de nosotros, los humanos, que nos permite ser y a la vez darnos cuenta de que
“somos” (...) Es también la actividad inconsciente de la mente (...) es nuestro diálogo
interior…” (p. 8-9). Por lo cual, es de vital importancia desarrollar las tres dimensiones
del pensar ya que, como menciona la autora nos permite ser, define nuestra personalidad.
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¿Qué implica la dimensión del pensar crítica?
Acerca de esto, Angélica Sátiro (2009) destaca que todos los individuos somos seres
creativos, tanto el artista que crea obras de artes como el médico que descubre la cura de
una enfermedad, sólo se necesita desarrollar esta creatividad y crear en el aula un entorno
propicio para ello. Del mismo modo, si no se fomenta y fortalece el desarrollo del
pensamiento creativo en el aula, resulta difícil la formación de ciudadanos creativos,
cuidadosos y críticos, capaces de encontrar soluciones creativas a diferentes a
problemáticas. Los educandos traen consigo esa dimensión del pensar, pero, es necesario
que los docentes utilicen estrategias y espacios para fomentar su desarrollo y que no quede
oculta e inhábil. Tanto en la ciencia, en las matemáticas y en toda área de conocimiento
se requiere la presencia del pensamiento creativo; todo ciudadano necesita de él. Sin
embargo, nos centraremos en explicitar la importancia del rol docente en el desarrollo del
pensamiento creativo. Según hemos observado en determinadas ocasiones, se atienden
escasamente al equilibrio del desarrollo multidimensional del pensamiento.
Una problemática presente se remite al hecho de que el docente debe tener la experiencia
y desarrollar su pensamiento creativo, para luego estimular el desarrollo en sus
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estudiantes, ¿cómo es posible enseñar algo que no es aprendido? Es decir, difícilmente
un docente con escaso desarrollo de las tres dimensiones del pensar, logre fomentarlo a
sus estudiantes. Por lo tanto, es preciso que el docente reconozca, junto con sus
estudiantes, que el conocimiento es inacabado y que existen diversas dimensiones del
pensar que se enriquecen en su estrecha relación. Diferentes formas de ver un mismo
concepto y divergentes soluciones o inquietudes ante una misma problemática.
¿Qué es la creatividad?
No fue hasta la década de los años 50’ que la creatividad comienza a ser tomada en cuenta
como un concepto a investigar y reflexionar. Al día de hoy, este concepto ha tomado
mayor prestigio y se encuentra dentro de los temas principales para abordar en la
educación. Así pues, en la actualidad en el libro “Pensar Creactivamente”, Sátiro (2009)
esboza que la creatividad resulta difícil de definir con exactitud, sin embargo, la define
como una capacidad humana que de manera inusual, sorprendente y original permite al
ser humano se ampliarse y profundizar en diversos ámbitos, tanto de forma individual
como colectiva. Asimismo, destaca que todos los seres humanos somos creativos en
diferentes medidas, pero capaces de desarrollarlo a través de la educación y de estímulos
correspondientes.
En primer lugar, Angélica Sátiro (2009) conceptualiza pensar de manera creativa, como
una actividad mental que, a través de diversos lenguajes y desde distintas ramas del
conocimiento, da lugar a ir más allá de las ideas inicialmente generadas. Del mismo modo,
Lipman (2016) sostiene que “El pensamiento creativo consiste en liberarse de una antigua
problemática, resultando de un pensamiento crítico previo, y sustituirla por una nueva
problemática, rica en dudas. Por lo tanto, la investigación necesita también pensamiento
creativo.” (Matthew Lipman, 2016. p. 53). Así pues, para desarrollar pensamiento
creativo hay que implementar un pensamiento crítico previo. En relación a esto, Lipman
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(2016) refiere también al pensamiento creativo de la siguiente manera: “El pensamiento
creativo -pensar cómo decir lo que merece ser dicho, pensar cómo producir lo que merece
ser producido y cómo hacer lo que merece ser hecho- potencia la problematicidad” (p.
48).
Es evidente que, el concepto de “persona creativa” resulta ser polisémico, según los
autores mencionados una de sus características es que implica crear diversas formas de
solucionar problemáticas. En referencia a lo desarrollado por Lipman (2016) y en
concordancia con lo expuesto por Sátiro (2009), el individuo creativo se caracteriza por
tener cierta fluidez, flexibilidad, y pensamiento divergente. Existen determinadas
categorías, que se explicitaran posteriormente, que pueden definir a un sujeto creativo,
Lipman (2016) es quien las desglosa.
Por otra parte, Angélica Sátiro (2019) plantea, en referencia a la educación que, aprender
sin creatividad es negar u ocultar la capacidad de poder transportar lo aprendido en el aula
a otras situaciones de la vida cotidiana. Sobre esto esboza: “Las acciones sin pensamiento
crítico y creativo son ciegas, y las emociones sin pensamiento crítico y creativo pueden
ser vividas de manera obtusa.” (Angélica Sátiro, 2019).
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¿Existen habilidades del pensamiento creativo?
Considerando a Lipman (2016) y luego a Sátiro (2009) que de igual modo lo expone en
sus textos. Existen determinadas habilidades que favorecen el pensar creativamente. Las
mismas se dividen en cinco grandes grupos, habilidades de; 1-percepción, 2-
investigación, 3-conceptualización, 4-razonamiento y 5-traducción. Del mismo modo,
cada habilidad del grupo mencionado, contiene diversas sus habilidades.
Para reflexionar sobre el rol docente es pertinente recurrir a lo que Lipman (2016)
desarrolla acerca del rol docente en el desarrollo del pensamiento creativo. Es
imprescindible que se contemplen; las emociones, la liberación del estudiante, la
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reflexión, entre otros. Es necesario entonces, que la educación se focalice en el desarrollo
del pensar multidimensional y se fomente la capacidad de pensar desde una mirada
integral. ¿Es el docente el único encargado de generar este cambio?
Por otro lado, Sátiro (2009) plantea que es necesario estimular las diferentes habilidades
que desarrollan el pensamiento multidimensional, por ende, desarrollan el pensamiento
creativo. Las habilidades se dividen en: percepción, investigación, conceptualización,
razonamiento y traducción. La primera refiere a los sentidos: oler, tocar, saborear, etc., la
segunda, se basa en buscar, averiguar, imaginar, la tercera en dar ejemplos, comparar,
clasificar, la cuarta refiera a buscar, relacionar, establecer criterios y la quinta a narrar,
interpretar, resumir, etc. Cuando se estimula una de estas habilidades, es inevitablemente
que no entre en contacto con otras habilidades que hacen al pensar.
Sátiro (2009) esboza que el docente debe pensar en todas las dimensiones del pensamiento
por separado, pensarlas para sus prácticas y luego así conformar un todo, en el que esas
dimensiones se vean reflejadas. A la hora de planificar no sólo es importante tener
presentes las siguientes interrogantes: ¿cómo?, ¿con qué? -sino también- ¿para qué?, ¿por
qué? De esta manera se podrá encaminar las prácticas educativas hacia el desarrollo de la
multidimensionalidad del pensamiento. Aun así, no alcanza con eso, el docente debe ser
un profesional reflexivo como sostiene Giroux (1990), sino sería un docente incapaz de
pensar sus prácticas y, por ende, difícilmente genere un cambio en ellas.
“Lo más importante no es transmitir lo que los grandes personajes de la historia de las
ideas han filosofado, sino aprender cómo pensaron para llegar a esas ideas” (Angélica
Sátiro, 2019). El docente debe poder pensar: el cómo, para qué y por qué y desarrollar así
la multidimensionalidad del pensamiento. Para hacerlo, es importante poder observar,
escuchar, comparar, contrastar. Estas son las acciones y habilidades que -en diálogo-
estimulan el pensamiento crítico y creativo de los estudiantes y los docentes.
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(1990) para que el docente sea un intelectual reflexivo debe ser activo en cuanto a la
reflexión de sus prácticas pedagógicas y lograr resignificar el reconocimiento público que
merece. Es decir, el docente para ser un intelectual debe apuntar a la responsabilidad de
sus acciones, auto criticando, pensando, reflexionando sus prácticas y potenciando la
fuerza colectiva de los docentes en la toma de decisiones educativas. Por ello, un docente
que es reflexivo no puede someterse a cumplir sistemáticamente con los programas y
contenidos de manera técnica como meras máquinas. Ante esto surge la interrogante, para
desarrollar y enseñar a desarrollar el pensamiento multidimensional en la escuela ¿es
necesario reflexionar sobre las prácticas pedagógicas?, ¿cómo es posible formar
estudiantes capaces de utilizar el pensar multidimensional sin pensar el accionar docente?,
¿es posible desarrollar el pensamiento multidimensional en la escuela sin ser docentes
conscientes de nuestras acciones?
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cuidadosamente respeta a sus estudiantes y a su profesión, por ende, brinda tiempo y
afecto a su trabajo reflexionando sobre él.
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De manera similar, la maestra trabajaba con cada subgrupo, aportando diversas preguntas
problematizadoras que generaban inquietud en los estudiantes y provocaron la búsqueda
de respuestas en la construcción con el otro, a través del diálogo y la implementación de
la dimensión creativa del pensar. El rol de la maestra en este caso, se basaba en guiar a
los estudiantes y establecer un ambiente propicio para poner en juego las diversas
dimensiones del pensamiento multidimensional.
En la búsqueda del camino hacia el objetivo en común es que se ponen en juego las
comunidades de diálogo, el equilibrio reflexivo y la multidimensionalidad del
pensamiento. El equilibrio reflexivo requiere de una constante revisión en búsqueda de
rehacer y mejorar lo ya establecido. En el caso de los talleres de robótica, eso quizás
refiera a atender y revisar los códigos o piezas que en un principio resultaban útiles para
su objetivo final pero luego dejaron de serlo. Al estar constantemente revisando lo ya
hecho, se logra descartar aquello que no resulta útil.
Aunado a esto, las dimensiones del pensamiento se encuentran siempre presentes. Resulta
necesario trabajar de manera reflexiva y deliberativa, atendiendo a la precisión y
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constancia. La destreza técnica e imaginación con que los estudiantes trabajaban en sus
robots, y, por otro lado, la empatía, cuidado y atención a cómo uno plantea su opinión e
ideas teniendo en cuenta que existe un otro que también tiene sus propias ideas y
opiniones. Además, hemos observado una fuerte inclinación hacia el desarrollo del
pensamiento crítico, pero ¿qué ocurre con la dimensión creativa y cuidadosa? De hecho,
el Programa escolar vigente únicamente desarrolla acerca de la importancia del desarrollo
del pensamiento crítico sin mencionarse el resto de las dimensiones.
En varias instancias de nuestras prácticas educativas hemos observado que los estudiantes
se encuentran en una disposición mobiliaria estructurada, que no les permite una libertad
de movimiento, por ende, imposibilita en varias ocasiones la calidad de la enseñanza y
del aprendizaje. De igual modo, entendemos que no permite una gran disposición para el
desarrollo del pensamiento multidimensional y especialmente del creativo. Como hemos
desarrollado a lo largo del trabajo las macro habilidades que plantean Lipman (2016) y
Sátiro (2009) requieren de espacio, movimiento, libertad, etc. Con lo expuesto nos
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referimos específicamente a la observación de nuestras prácticas educativas, sin realizar
generalidades.
Por ejemplo, en un salón de segundo año escolar los estudiantes se encuentran copiando
de la pizarra una actividad de matemáticas con el fin de ejercitar un contenido específico
ya enseñado según la docente. En este grupo ocurren repetidas veces la misma
metodología de trabajo, los estudiantes ya sabían y estaban acostumbrados a trabajar así,
era una rutina muy estricta en el salón. En base a ello nos inquieta lo siguiente: ¿qué
dimensiones del pensamiento se encuentran presente en esta situación? ¿el desarrollo del
pensamiento creativo es posible de esta manera? Como destaca Sátiro (2019) fomentar la
creatividad, entre tantas cosas, implica romper con la rutina. ¿Cómo podrían encontrar
soluciones alternas a un problema cuando los estudiantes estaban sistematizados a dar
una única respuesta?, ¿qué habilidades perceptivas estaban en juego allí? Desde nuestra
perspectiva y tomando de insumo lo que desarrolla Sátiro, se pueden encontrar
habilidades de percepción presentes con respecto a observar el problema y encontrar una
solución o varias más el rol docente no ha creado el ambiente propicio para el desarrollo
de las tres dimensiones en equilibrio.
Tal como desarrolla Philippe Perrenoud (2004), un docente reflexivo de sus prácticas es
un docente que constantemente revisa, mejora y adquiere nuevas herramientas y
conocimientos que a futuro logrará llevar a la práctica.
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Bibliografía inicial
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