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ANEP - CODICEN
IFD de Pando
Diciembre, 2021
Grupo: 4 A Magisterio
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Resumen
Introducción
Algunas de las inquietudes que guían la elaboración de este artículo son: ¿Cómo
se logra la articulación entre la teoría y la práctica? ¿Cuál es el rol docente? ¿Cómo
se forja esa identidad profesional en la transición de estudiante a docente?
Por los motivos antes expuestos, se considera que se imparte una formación
fragmentada. Recién en el último año de la carrera se logra esa unión de todo lo
enseñado. Del mismo modo sucede con ese nexo que falta entre las instituciones
educativas; por un lado, el instituto de formación docente y su teoría, por otro lado,
la escuela como campo de la práctica. Como si fuesen dos instituciones distintas que
no tienen nada en común.
Identidad profesional
permitan poner en juego todos los saberes personales para actuar en los
diferentes escenarios de trabajo y diversidad de poblaciones en entornos con
distintas problemáticas y complejidades (CFE,2017-2018, p.5)
mismo, no implica solamente hablar en las instituciones educativas, sino que también
se debe tomar la responsabilidad de la institución a la que se pertenece, ser parte de
ella, se deben generar espacios de participación que permitan plantear las
necesidades de los estudiantes magisteriales. Además, reafirma que, cuando se forma
en la docencia bajo ese derecho de participación, se está fomentando en la misma, la
curiosidad, el deseo por conocer y la duda que luego se aplicará en la función, como
docentes una vez egresados, con los estudiantes que se tengan a cargo.
Cabe agregar que Soler (2015) sostiene con respecto a lo dicho, que así como se
forman docentes promoviendo la construcción del conocimiento a través de la
participación, también en ocasiones se forma para la obediencia y otras para la
libertad, pero siempre dependerá de la reflexión propia de cada uno, el docente que
se quiera ser.
Perrenoud (2004) explica con respecto a esta idea “en qué condiciones los
estudiantes en el aula y en sus prácticas pueden <<incorporar la práctica reflexiva>>,
lo que supone que abandonen su oficio de alumno para convertirse en actores de su
formación” (p.17-18). Es decir, que comienza a construirse la identidad docente
desde la aptitud que implica tomar riesgos, las distintas incertidumbres que se
presentan y el introducirse responsablemente en todas aquellas acciones que se
relacionan con el saber. Además, el iniciarse como “principiantes reflexivos”
(Perrenoud ,2004, p.33) es encaminarse hacia la profesionalización docente, construir
poco a poco la identidad profesional. Esteve (1993) plantea respecto a este proceso
que es “elaborar tu propia identidad profesional. Esto implica cambiar tu mentalidad,
desde la posición del alumno que siempre has sido hasta descubrir en qué consiste
ser profesor” (p.2)
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Por lo tanto, tal como lo expresa claramente Esteve (1993), es poco lo que se
sabe desde los primeros pasos de la formación, el cómo enfrentar distintas
situaciones que se presentan en el aula, el cómo organizarse y en variadas ocasiones
de qué modo se deben realizar las diversas transposiciones didácticas. Si bien es
cierto, que muchos de los problemas que se enfrentan en el aula no permanecen
escritos en ningún libro y que el enseñar en la escuela no se aprende a través de
instructivos es importante comprender en los primeros pasos del ejercicio docente
que se debe “encender el deseo de saber” (Esteve ,1993, p.2), premisa aplicable no
solamente para el estudiantado que se tiene a cargo, sino también para el propio
docente en su formación continua.
los conocimientos teóricos y por otro los prácticos. Por ello, a través del propio
pienso, de las experiencias y de ese mirar hacia adentro es como se puede ir
creciendo, evolucionando y construyendo nuevas competencias que brinden esa
formación constante. Entonces es cuando el hacer se transforma en la fusión entre la
teoría y la práctica, tal como lo plantea Freire (1992) “La formación permanente de
las educadoras, que implica la reflexión crítica de la práctica, se apoya justamente en
esa dialéctica entre la práctica y la teoría” (p.124).
Rol docente
Tal como expresa Freire (1992) la práctica debe ser pensada desde el propio
contexto cultural, social, ideológico y hasta político en el que el alumnado se
encuentra inmerso. Desde las presentes dimensiones se deben elaborar actividades
acordes a los contextos, en sincronía con la realidad de los estudiantes.
las características de los tiempos y los contextos que se transitan en los cuales
los profesionales ejercitan su profesión, se consideran de gran importancia. En
este sentido cada vez más, se requiere un profesional inclusivo, transformador y
con capacidad para trabajar en equipo dentro de la comunidad o institución
(CFE,2017-2018, p.7)
Es desde el rol docente, según Vygotsky (2001) que se ayuda a formar ese
conocimiento, porque el mismo cumple la función de guía en ese proceso de
aprendizaje, permite a través de distintas actividades y estrategias estimular la “Zona
de Desarrollo Próximo (ZDP)” tan importante en la adquisición de saberes. “La
creación de ZDP se da dentro de un contexto interpersonal docente-alumno siendo el
interés del facilitador trasladar al estudiante de los niveles inferiores a los superiores
de la zona” (Vygotsky ,2001, en Chaves Ana, p. 63)
También Meirieu es otro autor que acompaña esa idea de lo relevante que es la
figura del docente
insiste en que el profesor es alguien que tiene una ética, cree en la educabilidad
de sus alumnos, y parte de la “convicción” de que todo alumno es educable, es
decir que ningún alumno puede ser dejado a mitad de camino, y que si un
alumno fracasa no es porque es tonto, es porque tal vez yo me equivoqué en algo
(Meirieu ,2011 citado por Márquez, 2002, p.2).
Reflexiones finales
Por ello, la reflexión debe ser entendida como una práctica habitual, constante,
pero no automática. En otras palabras, si la reflexión se realiza solo con el propósito
de tomar confianza, como si fuese una herramienta que permite solamente resolver
determinadas situaciones y no por el placer mismo que ofrece el deseo de superarse,
de brindarle más y mejores insumos a las prácticas de enseñanza no cumpliría el fin
por el cual autores trabajados en el desarrollo del artículo tales como Freire(1992,
2008), Esteve (1993), Perrenoud (2004), Antelo (2003) entre otros pedagogos, la
recomiendan.
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Asimismo, la figura del rol docente, en su perfil de egreso entiende que “la
formación inicial de los educadores es entendida como el primer eslabón formativo
en un proceso de desarrollo profesional, que integre las formaciones a lo largo del
ejercicio de la profesión y posgrados” (CFE, 2017-2018 p.9)
Referencias Bibliográficas
https://www.dgeip.edu.uy/documentos/normativa/programaescolar/ProgramaEscolar_14
-6.pdf
http://www.cfe.edu.uy/images/stories/pdfs/documentos_aprobados_cfe/fundamentosyor
ientaciones_propuesta2017.pdf
Freire, P. (1992). Cartas a quién pretende enseñar. Editorial Siglo XXI editores