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4. Esto es lo que me cuentan. Me place imaginarlos a los dos solos, cenando en la mesa angosta
y larga, bajo la luz fría de los candelabros. Vigilado por la sabia Pamela, Joshua el glotón
absorbe colérico sus livianos manjares. Pero, sobre todo, me gusta imaginar al rinoceronte
en pantuflas, con el gran cuerpo informe bajo la bata, llamando en las altas horas de la
noche, tímido y persistente, ante una puerta obstinada, y este sin saber que hacer, entra a
la habitación, y Pamela sin nombrar una sola palabra se acerca a Joshua, un hombre que
tiene la apariencia de ser fuerte, dominante y aunque lo siga siendo, desde el día en que se
casó con Pamela, esta es la que lo tiene en sus pies, haciendo lo que le diga, ella es capaz
de controlar sus arrebatos de furia, ella es tierna y enamoradiza pero desde ese punto
“conquistó” (dominó) a esa bestia como lo es el rinoceronte; Cuando pamela se acercó
lentamente hasta llegar al punto máximo que pueden estar dos personas ella simplemente
se le abalanzó, y en un momento de lujuria insistente y ceremoniosa ella le dice, ¿Qué se
siente estar conmigo?, Joshua quedó frio, sin saber que responder solo sonrió, en ese
instante Pamela entendió lo que era tener el poder total sobre alguien, como puedes
manipularlo de tal forma que no pueda responder algo tan sencillo por miedo de que pueda
decir, a ella le gustaba ese sentimiento pero se aburrió de ese rinoceronte que algún día fue
tan incesante en sus actos pero tan fácil de dominar, y sin más dejó a Joshua tirado en la
cama, ella empacó sus cosas y sin decir una sola palabra se fue, dejando en esa habitación
a un persona confundida y con el corazón roto, y una enorme lección, todo aquel que sienta
que puede dominar a otra persona algún día sin esperarlo te pueden volver trizas el alma.