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Administración Nacional de Educación Pública

Consejo de Formación en Educación

Centro Regional de Profesores del Suroeste

TRABAJO SOBRE: “EL EMILIO”


HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Barale, Kimberly

Fiermarín, Noelia

Profesorado de Literatura

3er Año, GR 3.

Prof. Griselda Constantino

Octubre de 2020
CONSIGNA:de cada libro selecciona una actividad para realizar en dupla por escrito y envía
por Crea

A partir de la página 112 del PDF del libro El Emilio comienza el libro 3 referido a la
adolescencia. Te propongo:

1-A Explica todas las sugerencias que encuentres para educar y a qué disciplinas de hoy
remiten.

En relación al libro 4 desde la página 148 del pdf

2-F Analiza la idea de la existencia de Dios, de la iglesia y del catolicismo en el proceso


educativo del Emilio y la importancia o utilidad reseñada.

En relación al libro 5 desde la página 261 del pdf

3-A Redacta las sugerencias que la obra da sobre la manera de enseñar a las mujeres
especificando citas del autor al analizarlo.

1. Rousseau, señala que a los doce o trece años las fuerzas del niño se desarrollan más
rápidamente que sus necesidades y llega el tiempo de “trabajar, de instruirse, de estudiar”
puesto que es la misma naturaleza lo que lo indica. El autor puntualiza además que dentro de
los conocimientos que se pueden adquirir, existen conocimientos falsos, inútiles y solo
algunos que resultan importantes para el que los adquiere. Ese escaso número de
conocimientos son los que vale la pena investigar. La primera premisa de Rousseau con
respecto a la educación es que: no se debe buscar saberlo todo sino, lo útil. “Al principio los
niños son revoltosos, después son curiosos, y esta curiosidad bien dirigida es el móvil de la
edad a que hemos llegado” (pág.114). Para Rousseau resulta importantísimo el principio de la
curiosidad puesto que deviene naturalmente del corazón humano, es un deseo de saber más.
Por eso sostiene que se deben rechazar los conocimientos que no son del agrado “natural del
hombre” y centrarse en los conocimientos que nos hace desear el instinto.

Rousseau también le da mucha importancia al tema del conocimiento a través de los sentidos.
Él propone que se deben convertir las sensaciones en ideas, y para ello los sentidos deben ser
siempre guías “Ningún otro libro que no sea el mundo, ninguna otra instrucción que los
hechos. El niño que lee no piensa, no hace más que leer; no se instruye, pues sólo aprende
palabras” (pág.114). Sostiene además que hay que poner al alcance del alumno determinadas
cuestiones y dejar que él las resuelva por sí mismo por medio de la comprensión “que invente
la ciencia y no que la aprenda”. De alguna forma, Rousseau señala como elemento importante
la relación del alumno con su entorno mediante lo que hoy llamaríamos “salidas didácticas”.
Propone el ejemplo de ver diferentes escenarios de la naturaleza con el fin de que el alumno
se conmueva mediante la observación y la experimentación.

Propone que no se debe explicar a un alumno nada que sea incapaz de entender, y también,
sostiene que se le debe presentar un objeto de conocimiento cuando sea el momento oportuno
(una vez que se haya despertado su curiosidad). Él, remarca que se debe dejar reflexionar y
pensar sobre determinado tema, para que el alumno pueda aprender por sí mismo y también,
dice que para que un niño se habitúe a estar atento, y se impresione con una verdad expuesta,
es necesario que durante algunos días la interrogante le cause inquietud. Para ejemplificar
esto, propone un ejemplo de cosmografía que tiene que ver con el curso del sol y la
configuración de la tierra, y que hoy en día podría trabajarse en disciplinas como geografía o
astronomía.

Por otro lado, Rousseau apunta a que no solo se trata de enseñar ciencias a un alumno por
ejemplo, sino de que él mismo se aficione a ellas y proporcionarle métodos para que logre
aprenderlas cuando se desarrollen mejor sus aficiones. Para el autor este es “el principio
fundamental de toda educación” (pág.118). Plantea que se debe entretener la curiosidad del
niño pero nunca dejarla satisfecha; además se puede observar en el ejemplo del pato la
importancia que el docente debe tener para el alumno “el mayor debe apoyar al otro y
aconsejarle, ya que la experiencia de usted es la autoridad que le debe guiar” (pág.120).
También, mediante la invención de una máquina el autor, evidencia la idea de que el
conocimiento, se adquiere de manera más clara y segura cuando se hace por uno mismo y no
por la enseñanza de otro, y esto porque “la razón no acostumbra a someterse ciegamente a la
autoridad”. He aquí nuevamente la importancia que Rousseau le adjudica al trabajo manual
en beneficio del conocimiento.

Además propone que es mejor dejar que el alumno desee, indague y halle lo que quiere
aprender, y que el profesor pueda ponerlo a su alcance “hacer con habilidad que nazca este
deseo y proporcionarle medios para que lo satisfaga (pág.124). Por otra parte hace hincapié
en que el niño debe tener ideas claras sobre el Estado y el mundo que lo rodea. Además
señala la importancia de enseñarle al alumno a contestar preguntas y también a preguntar.Más
adelante señala que para que se de una buena educación, no se deben favorecer las relaciones
de rivalidad; el niño ha de aprender a reflexionar paso a paso y no puede hacerlo mediante
celos y vanidad. Por ello, deben señalarse los progresos del niño y compararlos únicamente
con los propios progresos que él mismo realizará al año siguiente.

Por último, Rousseau entiende que el alumno ha de conocer las artes industriales, en las que
los sujetos se dividen el trabajo De esta forma se introduce al alumno en el mundo de las
relaciones sociales, sin entrar en el terreno de lo moral. Mediante ejemplos de la vida
cotidiana el autor le va enseñando a Emilio la función de la moneda, la división del trabajo, la
importancia del mismo. Además Rousseau señala que en la etapa de la adolescencia se
perfecciona el juicio y el alumno aprende a juzgar de óptima manera y aprende también como
prevenir errores en sus juicios.

2. En relación a la idea de Dios, la Iglesia y el catolicismo, en la obra de Rousseau, podemos


observar que, el autor señala que “siendo limitados para nuestras facultades hacia las cosas
sensibles casi carecemos de base para las nociones abstractas de la filosofía y para las ideas
puramente intelectuales” (pág.185). Rousseau propone la idea de Dios como un problema
filosófico y la religión como un dogma “cuando una persona se acostumbra a pronunciar
palabra que no entiende, es fácil lograr que diga lo que se quiere que diga” (pág.185). Señala
que la idea de Locke conlleva al error de pensar que todo niño que cree en Dios, es
necesariamente un idólatra o antropomorfista.

“Si tuviera que pintar la estupidez enfadosa, retrataría a un pedante enseñando el catecismo a
unos niños” (pág.186). Para Rousseau es imposible que un hombre conciba ciertos misterios
y que los crea, y por ello, cree que enseñarles a los niños esos “misterios” es enseñarles a
mentir desde temprano. Todo esto a causa de que para admitir un misterio se necesita
comprender que son incomprensibles, y los niños no son siquiera capaces de dicha
comprensión “No hay verdaderos misterios para la edad en que todo es un misterio”
(pág.186). También señala que la idea de que es necesario creer en Dios para salvarse, es uno
de los dogmas que ha suscitado un golpe en la razón humana, que se ha acostumbrado a
satisfacerse con palabras. Luego se pregunta ¿Qué es lo que cree el niño que profesa la
religión cristiana? El sostiene que él mismo cree lo que concibe, y eso es tan poco lo
concebido a partir de la obligación, que resulta un conocimiento dócil que de decirle lo
contrario al dogma aprendido, el niño probablemente lo admitirá con la misma docilidad que
aprendió el primero. Llega a la conclusión de que cuando el niño dice que cree en Dios, en
realidad está evidenciando que creen en quién le dijo que debía creer en la existencia de un
Dios.

Más adelante, Rousseau señala que el niño debe ser educado en la religión de su padre, y que
el contexto geográfico influye mucho en la religión del mismo. Sin embargo el autor propone
que no debe insertarse al niño en ninguna religión, sino que hay que ponerlo en condiciones
de que pueda elegir la que le conduzca al mejor uso de su razón. Mediante la trascripción de
un discurso titulado “Profesión de fe del vicario Saboyano”, Rousseau ejemplifica el modo en
que debe instruirse el alumno en materia de religión. Allí se hace alusión a la Providencia y
se señala que el hombre hace el bien por elección. Reniega de la idea del pecado original y
esboza la idea de que lo que purifica el alma no es aquella religión dogmática, sino la
naturaleza (religión natural), la fe natural que no proviene del dogma impartido en las
iglesias.

3. En el libro V del “El Emilio”, Rousseau incorpora la figura de Sofía como representante del
género femenino. La presenta en comparación con la figura masculina marcando similitudes
y diferencias. El principio más sustancial en la relación de ambos géneros según el autor es
que uno de los dos debe ser activo y fuerte, y el otro pasivo y débil, y por tanto deduce que
“el destino especial de la mujer consiste en agradar al hombre” (pág.263).

Rousseau plantea que si el destino de la mujer es agradar y ser subyugada, la misma se debe
hacer agradable al hombre en vez de incitar. Sin embargo también establece que “El imperio
no es de las mujeres por la voluntad de los hombres, sino porque la naturaleza así lo tiene
ordenado, y antes de que pareciese que les pertenecía , ya era suyo” (pág.265). Se precisan las
ideas de que la mujer debe encargarse de seducir al hombre, desempeñar funciones
maternales (amamantar, educar, ser cariñosa con sus hijos, ser el vínculo entre los hijos y el
padre), y debe hacer todo esto no por virtud sino por placer. Argumenta además, que los
deberes de ambos sexos no marcan desigualdad debido a que fue la naturaleza quien le confió
a la mujer el “depósito de los hijos” y por tanto le corresponde la responsabilidad de cuidar
de ellos.

Allende a estas ideas el autor también propone que la mujer debe cumplir con ciertos
principios “siendoles la honra y la reputación no menos indispensables que la castidad”, y por
tanto debe velar escrupulosamente su conducta y sus maneras. El destino de la mujer es
embarazarse a ojos de Rousseau puesto que ser madre, forma parte del estado propio de ser
mujer. Por esta razón el autor plantea cómo debe formarse la mujer para ser conveniente al
hombre.

En primer lugar señala que las mujeres deben cultivar la gracia y no deben ser robustas como
los hombres. Debe formarse con lecciones orientadas a las labores de agujas: costura,
bordado, encajes. A partir de ello devendrán otros “progresos” en su educación como el gusto
por el dibujo y la pintura. Rousseau establece que siempre deben justificarse las tareas que se
les imponen a las niñas pero de igual manera imponerlas para evitar que sean ociosas e
indóciles “La blandura es la prenda primera y más importante de una mujer; destinada a
obedecer a tan imperfecta criatura como es el hombre” (pág.272).

Sostiene también que hay que dar sin escrúpulo “una educación de mujer a las mujeres”,
aficionándolas a las tareas de su sexo, que san modestas, que sepan cuidar y gobernar su casa
y que no pierdan timpo abusando del tocador y proyectando el mal gusto al querer “estar a la
moda”. Para Rouseau, las artes de la música y el baile deben ser enseñadas a las jóvenes
puesto que estas deben caracterizarse por ser alegres, retozonas y por tanto bailar y cantar
tanto como ellas gusten y disfrutar de los placeres de su edad antes de que llegue el tiempo de
ser reposadas y adoptar un aire más serio.

Bibliografía:

Rousseau, J.J. (1772. “​Emilio​”. Epublibre

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