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DESARROLLO: Una de las primeras cosas que debemos notar, es que el toque
de las trompetas, significa anunciación o principio de un evento; aunque al tocarse
de manera separada, es difícil entender por qué siete trompetas, cuando pudo
haber sido un ángel con una trompeta por siete ocasiones; pero bien, el punto es
que los 7 toques están divididos en dos secciones: la primer sección es de los
primeros 4 toques, los cuales afectan objetos naturales, los accesorios de la vida,
la tierra, la hierba, el mar, los ríos, las fuentes, la luz solar, la luna y las estrellas.
La segunda sección de los otros tres toques, son lamentos, o sea los ayes, (8:13)
estos afectan la vida del hombre con dolor, la muerte y el infierno. El paralelismo
que encontramos en las Sagradas Escrituras se saca evidentemente de las diez
plagas de Egipto, cinco o seis de las mismas corresponden con precisión: el
granizo, el fuego (Éxodo 9:24), el agua vuelta sangre (Éxodo 7:19), las tinieblas
(Éxodo 10:21), las langostas (Éxodo 10:12), y tal vez la muerte (Éxodo 9:18).
La retribución judicial en clase caracteriza los castigos de las primeras cuatro: los
elementos usados con abuso castigan a sus abusadores. con sangre, árboles, “y
la tercera parte de la tierra fue quemada.” Asimismo, bajo la tercera trompeta, la
tercera parte de los ríos queda afectada: lo mismo, bajo la sexta trompeta, se
matan la tercera parte de los hombres. (e-Sword, 2021)
Si en el primer “ay” los hombres sufrirán tanto que buscaran la muerte y no podrán
morir, o sea que, aunque se suiciden desde lo alto de un edificio, se peguen un
tiro en la cien, se dejen caer en alta mar, sufrirán daño, pero de alguna manera y
por un poco de tiempo serán inmortales; claro que esto será con los que estén
sufriendo por causa del pecado; si esto es el primer ay, debemos hacernos una
pregunta, ¿QUÉ SERÁ DE LOS HOMBRES EN LOS 2 ULTIMOS “ay”?
También es interesante entender el texto en 8:10; ya que una estrella
“literalmente” no puede caer sobre el planeta, pues su dimensión es más de 100
veces más grande que el planeta; por tanto, los simbolistas interpretan la estrella
caída del cielo como un ministro principal (Arpio, según Bullinger, Bengel, etc.; o
algún futuro doctor herético) que cayó de su alto puesto en la Iglesia, y que, en
vez de brillar con célica luz, como estrella, se torna en antorcha encendida de
fuego terrenal que se sofoca en su propio humo.
Bibliografía
e-Sword. (2021). Las siete trompetas.