Una idea es una representación mental de algo, ya sea material o inmaterial, real o imaginario, concreto o abstracto, a la que se llega tras la observación de ciertos fenómenos, la asociación de varias representaciones mentales, la experiencia y que es una expresión de un proceso mental en el que se obtiene una conclusión, generalmente práctica, que permite solucionar un problema, una necesidad o responder a una pregunta. La capacidad de generar ideas está asociada a la capacidad de razonamiento, autoreflexión y la habilidad de adquirir y aplicar el intelecto. Estos conceptos, no obstante, deben ser aplicados en un orden concreto: adquisición de conocimiento y su recuerdo, autoreflexión como parte de la comprensión y dominio del conocimiento adquirido para aplicarlo de una forma práctica o no convencional a la hora de generar una idea. Así, una idea, aunque parezca un elemento aislado, es en realidad un producto del pensamiento lógico en el que se han mezclado diferentes influencias y conocimientos. Y, por lo tanto, al ser un proceso mental y no una generación espontánea, es factible fabricarlas si se sigue un proceso correctamente enfocado a encontrar una solución a un problema. Estamos acostumbrados a ver una idea como un destello de inteligencia, como si la eclosión de la misma fuera un momento de epifanía en el que surge a través de un proceso mental, más o menos rápido, la identificación y solución a un problema, pero que generalmente requiere poco tiempo. Sin embargo, esa rápida epifanía proviene de un conocimiento profundo del entorno o de la aplicación de nuestro intelecto para conseguir una respuesta más o menos viable a una pregunta para solucionar un problema. Frecuentemente este concepto de creación de una idea inmediata es usado en el cine y la televisión, lo que ha empañado notablemente la importancia de la autorreflexión a la hora de generar una idea, haciéndonos creer que es necesario para tener ideas un tipo de mente brillante e imaginativa capaz de asimilar en segundos las condiciones que rodean a una pregunta o un problema para ofrecer una solución, incluso cuando no tiene que ver directamente con el problema que tenemos que abordar. Esto, de hecho, es un recurso de estilo tanto en literatura como en el cine y la televisión, especialmente en el género policial y de detectives, para significar a un personaje o agilizar la trama. Pero esta forma de representación del proceso de creación de ideas ha pervertido la realidad, ya que en muy pocas ocasiones en la vida real ocurre lo que pasa en la literatura o en el cine. La realidad es muy distinta y genera una alta tasa de abandono, ya que esa inmediatez en la generación de una idea no es posible en la mayoría de los casos y, de hecho, no ocurre casi nunca. El pictograma que utilizamos para representar gráficamente una idea es una bombilla encima de una cabeza, que se enciende para dar a entender que hemos llegado a ese momento en el que hemos sido capaces de llegar al final del proceso mental necesario para asimilar y conjugar las diferentes variables de un entorno complejo y ser capaces de encontrar una solución. Sin embargo, no es tan fácil como encender un interruptor. De hecho, en lo que podríamos llamar anatomía de una idea, un interruptor suele ser una situación ajena al problema que estamos tratando de solucionar, pero que nos permite enfocar esa pregunta que nos estamos haciendo desde otra perspectiva. Esos destellos son lo más cercano a lo que popularmente se conoce como el concepto de idea, pero la realidad nos dice que es necesaria una reflexión mucho más profunda, apoyándonos en nuestros conocimientos para obtener un resultado que pueda llevarse a cabo. Con lo que el nacimiento de una idea está mucho más cerca de una luz que se enciende débilmente para ir aumentando su luminosidad hasta convertirse en el elemento que definirá, en nuestro caso, un modelo de negocio. Llegados a este punto, no hemos hablado de la imaginación. La imaginación es un proceso superior de la mente que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear la representación de algo, ya sea un objeto, una situación o, en nuestro caso, una idea. La diferencia frente a los conceptos anteriores es que, mientras que una idea puede estar basada en un conocimiento que hemos adquirido, la imaginación modifica ese conocimiento adquirido de una forma externa al mismo para variar la forma del objetivo final, en este caso nuestra idea. Así, cogemos nuestro conocimiento, aquel que hemos adquirido, y le damos un valor totalmente diferente añadiéndole características no convencionales, lo que altera el resultado final de una idea muchas veces fuera de los márgenes sociales o físicos establecidos para esa solución. Se suele acusar a la limitación o ausencia de imaginación como culpable de la incapacidad de tener ideas, aduciendo que es un proceso superior de la mente que requiere ciertos niveles de creatividad e inspiración. Esto, no obstante, es una excusa. La imaginación, como otras muchas experiencias vitales de una persona, puede cultivarse de la misma forma que se cultivan otras características del comportamiento humano. Y la creatividad generalmente nace cuando no tenemos que preocuparnos de las técnicas y conocimientos de una actividad porque las dominamos totalmente, lo que implica que podemos centrarnos en la complejidad de la idea, ya que los medios para realizarla se utilizan de forma natural y no tenemos que realizar una planificación y aprendizaje específico.
Cómo generar y registrar nuevas ideas para tus contenidos
Cuando creamos los primeros artículos de un blog, suele ser relativamente fácil saber de qué hablar, porque tenemos la investigación reciente y muchas ideas para artículos concretos. Pero, tras varios meses redactando artículos de todo tipo, llega un momento en el que puede que no se nos ocurran nuevos temas o nos quedemos bloqueados. Para solucionar este problema, vamos a aprender a utilizar los mapas mentales. Se trata de un método muy simple pero muy efectivo que yo a veces utilizo para que nunca me falten ideas para mis contenidos. Cuando tenemos ya localizadas todas nuestras fuentes de inspiración, podemos multiplicar esas ideas con este método, que utilizan creativos de todo el mundo como guionistas, escritores, diseñadores y todo tipo de artistas. El mapa mental se basa en dos principios: la imaginación y la asociación. Para crearlo, solo tenemos que escribir en el centro de una hoja, una idea principal y, mediante líneas o ramas, vamos conectando nuevas ideas asociadas. Este proceso consta de dos partes: una fase creativa de bombardeo de ideas y otra analítica donde filtraremos y nos quedaremos con lo más relevante. En la fase creativa lo importante es la cantidad de ideas y no tanto la calidad de las mismas. Tenemos que soltar todas las ideas que pasen por nuestra cabeza, sin juzgar ni filtrar si son buenas o son malas. Esta parte muchas personas se la saltan y se autocensuran, pero hay que tener en cuenta que, seguramente, la mayoría de las ideas que se nos ocurran no nos sirvan para nuestros contenidos. Es importante apuntarlas y no descartarlas de antemano, porque nos pueden ayudar como activador para liberar y generar otras ideas que sí sean buenas. Después, ya podemos pasar a la fase analítica donde haremos una revisión y filtrado de esas ideas. Es importante reposar un poco esta lista porque, con distancia, todo se percibe con mejor perspectiva. Eso nos ayudará a ver las ideas con un ojo crítico y menos contaminadas por la emoción inicial de la fase más loca y creativa. Entonces, entraríamos a hacer una revisión con más sentido común para seleccionar las mejores ideas para nuestra estrategia. No te preocupes si de una lista larga de ideas te quedas con dos o con una, las ideas que queden serán ideas de calidad y cuanto más investigues y crees contenido, más fácil te resultará identificar y generar mejores ideas. ¿Por qué se hace este sistema de los mapas mentales en dos fases? Porque nuestra mente, por su propia estructura, no nos permite ser creativos y analíticos a la vez. Si nos dedicamos a juzgar y valorar nuestras ideas cuando las estamos creando, nunca tendremos esas ideas que son un poco absurdas pero nos sirven de gancho para liberar otras ideas que sí son válidas. Además, tienen más valor porque las ideas finales se salen un poco de lo común, de lo obvio o de lo que hace todo el mundo. Ten en cuenta que un blog de un diseñador o un creativo freelance no es un blog de economía o de derecho, por ejemplo. En tu sector, la creatividad es algo que se valora y mucho. Ahora que ya conoces la técnica de los mapas mentales, puedes utilizarla siempre que lo necesites, tanto para el blog como para tus diseños o para cualquier aspecto de tu vida. Una vez que la domines, verás lo útil que es. Cuando ya tienes tus ideas, es importante que las guardes y queden bien registradas en formato digital. Yo tengo una carpeta específica para esto, llamada "Banco de ideas" en mi herramienta de gestión de tareas. Puedes utilizar la aplicación de escritorio que quieras para registrar todas tus ideas, pero te recomiendo que tenga también una versión móvil sincronizada. De esta forma, podrás retener y registrar nuevas ideas en tu banco personal cuando se te ocurran de forma espontánea. Seguro que te ha pasado más de una vez que, de repente, vas en el metro o estás haciendo una tarea mecánica y se te ocurre una idea buenísima. Bien, pues cuando se te ocurra algo, no esperes; en ese mismo momento deja todo lo que estés haciendo y registra la idea para que no se te olvide. En mi caso, idea que no apunto al momento, idea que se me olvida. Yo te recomiendo utilizar siempre la misma aplicación o la misma carpeta para registrar las ideas y que no se te pierdan desperdigadas por diferentes notas o Post-its. Algunas personas utilizan la grabadora del móvil para guardar ideas; para mí esto no funciona porque necesitamos poder revisar las ideas de un vistazo rápidamente y con los audios tengo que perder mucho tiempo escuchando cada nota de voz para ver de qué trataba o para encontrar lo que busco. Si usas cualquier aplicación de notas o de gestión de tareas, podrás guardar no solo texto, sino también enlaces o fotografías que te ayuden a tener todas las ideas bien documentadas y en la nube. Lo bueno de este segundo paso del método, es que no solo te sirve para tener siempre actualizado tu blog o tus redes sociales, sino que te servirá para cualquier otro aspecto de tu vida. Yo lo uso a nivel profesional, pero también para la lista de la compra, los libros que quiero leer o incluso, las series que quiero ver. Recuerda que la creatividad es como un músculo, cuanto más trabajes sobre ella, mejores resultados obtendrás.
Usa tu cuerpo a la hora de crear ideas
Usa tu cuerpo a la hora de crear ideas. Una herramienta creativa muy efectiva y frecuentemente pasada por alto es el cuerpo humano. Si usas tu cuerpo de diferentes maneras a la hora de crear ideas, vas a ser más efectiva o efectivo porque estás convocando más partes de tu cerebro a la experiencia de crear ideas. Literal, puedes usar un sombrero chistoso, alternar entre estar de pie y sentado, actuar tus ideas, tomar notas en tu mano o actuar la experiencia de interactuar con un producto o servicio. Esta técnica puede transformar la junta más aburrida y pesada en una experiencia lúdica y fácil de recordar. Más si no es una sola persona la que usa el cuerpo para crear ideas, sino el equipo de trabajo completo. Mis favoritos personales son alternar entre estar de pie y sentado junto con actuar mis ideas. Ambos recursos están disponibles de inmediato en mi cuerpo y requieren de un mínimo de materiales y espacio. Haz la prueba con mis dos favoritos y prueba algunas otras ideas para que encuentres tu receta personal.
Un poco de punk no hace daño y estimula nuestra imaginación
La filosofía DIY o 'hazlo tú mismo' detrás del movimiento punk de los años 70 es el combustible ideal para los proyectos gráficos. La actitud de 'hazlo tú mismo' básicamente se trata de hacer realidad los proyectos que quieres hacer: no esperar a que alguien te los financie o los dirija, sino tú hacer todo lo que esté en tus manos para llevarlos a cabo, incluido aprender habilidades nuevas si es necesario. Bandas como los Misfits, Black Flag, Fugazi y Rollins Band son muy buenos ejemplos de esta filosofía, además de ser de mis bandas favoritas, y su manera de manejarse y hacer florecer su expresión artística marcaron mi juventud, cuando los dinosaurios todavía vagaban por la tierra. Esta marca sigue siendo fuente de inspiración todavía hoy y el combustible de mis proyectos creativos. Vamos a ver juntos cómo esta filosofía influye en mi trabajo y cómo puedes sacarle provecho. Básicamente estas bandas punks me inspiraron a hacer mis primeros fanzines, en fotocopias, con mis propias historias, bastante mal dibujadas y bastante mal escritas. Gracias a esta actitud de 'hazlo tú mismo' aprendí a hacer serigrafía para hacer portadas mejores, empecé a hacer un "podcast" y radio "online" cuando no era "cool" hacerlo, hace muchos muchos años. Y esta misma actitud de 'hazlo tú mismo' me llevó a aprender a hacer murales, a hacer grafitis, a hacer "stickers", esténciles... En fin, es una actitud, una forma de abordar mi creatividad que me ha llevado a probar muchas cosas y a explorar muchos terrenos creativos: me llevó a diseñar, me llevó a dibujar, me llevó a aprender a dibujar digitalmente, actualmente estoy aprendiendo italiano y, bueno, la idea esta de 'hazlo tú mismo' es lo que se convierte en este combustible imparable para la creatividad. Entonces, te invito a que te des espacio para conocer un poco de música de estas bandas, diversificar tu mundo creativo interior, pero sobre todo que te empapes un poco de este asunto de 'hazlo tú mismo' para que tus proyectos creativos no dejes que se queden en el tintero, mucho menos en esta época donde autopublicarse está tan de moda: tenemos Kickstarter, tenemos Fondeadora en México, tenemos Indiegogo... Tenemos tantas maneras de darle rienda suelta a nuestra creatividad y a nuestros proyectos, que este asunto del 'hazlo tú mismo' o DIY del punk creo que nunca tuvo un terreno más fértil que el que tiene hoy.
A qué llamamos pensamiento creativo
Entre las diferentes habilidades que conforman las "soft skills" hay una que todo el mundo elogia en los demás, pero que pocas veces vemos en nosotros mismos. La creatividad. El pensamiento creativo vive de la enorme imaginación, del potencial del pensamiento divergente y de poseer una actitud y punto de vista crítico, pero también de conocimientos y habilidades relacionadas con la personalidad, como la comunicación, la resolución de problemas complejos o la resiliencia. En general, solemos asociar creatividad y representación artística y, evidentemente, hay una conexión muy fuerte, no tanto en el sentido de que todo desarrollo artístico es creativo, sino más bien al contrario. Los procesos creativos tienen una forma de expresión artística, pero también lo podemos encontrar al presentar diferentes formas de solucionar un problema matemático o maneras alternativas de construir un prototipo, por ejemplo. Como dice Sir Ken Robinson, la creatividad es el proceso de generar ideas originales con valor. Debemos señalar una diferencia conceptual muy importante. Algunas personas utilizan el término de creatividad cuando en realidad quieren usar el término de innovación. Esta última implica introducir novedades modificando elementos ya existentes con el fin de mejorar este o creando otros elementos completamente nuevos. El pensamiento creativo depende muchísimo de las propias creencias y procesos que se dan hacia adentro, partiendo de cómo vivimos lo que sucede a nuestro alrededor, y además afecta nuestra forma de ver y entender el mundo. La física, el arte, la ingeniería, la expresión comunicativa. Cuando llevamos este pensamiento creativo a transformarlo en un acto creativo es cuando plasmamos nuestra forma de entender el mundo, dándolo a conocer al resto. Cuando vemos una obra de arte, el pintor transforma su realidad comunicándose con aquellos que ven su pintura. Cuando un físico encuentra el modo de resolver un problema de forma cognitiva, genera una solución que muestra el mundo entero como fórmula o como un producto final práctico.
Infinitamente creativo: Cómo aumentar tu creatividad y superar cualquier bloqueo creativo con sencillas técnicas y ejercicios de creatividad - incluyendo los mejores consejos prácticos