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USO DE LA TERMOMETRÍA INFRAROJA PARA ESTIMAR LA CONDUCTANCIA ESTOMATAL COMO

UNA POSIBLE AYUDA AL CALENDARIO DE RIEGO

RESUMEN:

El artículo describe nuevos enfoques para el mejoramiento de la termometría infrarroja (IRT)


como una técnica para detectar el cierre estomatal de las plantas con estrés hídrico en ambientes
húmedos. A pesar de que la termometría infrarroja ha sido ampliamente usada en ambientes de
climas áridos para detectar el estrés en las plantas (como indicativo del cierre estomatal) y para
periodos de irrigación, se descubrió que fueron menos confiables en ambientes de climas
húmedos. El uso de superficies de referencia secas y húmedas para reducir la sensibilidad del
método a la variación ambiental se describen, y los índices basados en las medidas de IRT de las
temperaturas de hojas individuales y de superficies de referencia en el mismo ambiente son
evaluados. Ambos, un índice que corresponde al índice original de estrés hídrico del cultivo de
Idso, pero basados en hojas secas y húmedas de referencia, y un índice que está linealmente
relacionado a la conductancia de la hoja fueron derivados y muestran estar estrechamente
relacionados a la conductancia de hojas, medidas en cultivos de habas bajo un rango de
condiciones. Se evaluaron varios tipos de superficies de referencia y hojas no transpirables y
húmedas fueron considerados convenientes.

1. INTRODUCCIÓN:

La falta de agua es frecuentemente el mayor factor limitante en la producción de los cultivos y hay
cada vez un mayor interés en hacer el mejor uso del agua disponible para irrigación. El calendario
de irrigación es mayormente usado basado en enfoques del balance hídrico del suelo, aunque hay
un interés creciente en el uso de métodos que dependen de las respuestas de la planta al déficit
de agua.

Las más sensibles respuestas de las plantas al déficit de agua en el suelo, y, por lo tanto, las que
tienen el mayor valor potencial para el calendario de irrigación, tienden a ser la tasa de
crecimiento actual y el cierre de estomas; estos cambios son generalmente más sensibles al estado
del agua en el suelo que es el potencial hídrico de las hojas en sí.

A pesar de que es factible medir la conductividad estomática directamente por medio de


porómetros de hojas, el problema de calibración y de un adecuado muestreo de la población de
hojas en el campo de cultivo ha restringido el uso de porómetros para el calendario práctico de
irrigación. Una consecuencia importante del cierre de estomas que ocurre cuando las plantas
están sujetas a estrés hídrico es que la disipación de energía es disminuida, por lo que la
temperatura de la hoja tiende a aumentar; la idea de utilizar la temperatura de la hoja o del dosel
como indicador del estrés hídrico de la planta no es nueva, pero fue popularizada por Idso y
compañía.

Sobre la base de los resultados obtenidos en el clima árido de Arizona propusieron un “índice de
estrés hídrico de cultivos” (aquí dado el símbolo I CWSI ) basado en la diferencia entre la
temperatura del dosel, medida mediante termometría infrarroja (IRT), y la de una “línea de base
sin estrés hídrico” que representa la temperatura típica del dosel de un cultivo bien regado. Un
rango de estudios empíricos ha mostrado que puede haber diferentes líneas base sin estrés
hídrico para diferentes cultivos y que idealmente estas necesitan ser determinadas para cada zona
agroclimática en la que está realizando el cultivo.

A pesar de que la base teórica del enfoque está bien establecida y muchos estudios han
confirmado que en ambientes áridos y semiáridos la termometría infrarroja puede proveer un útil
indicador del estrés hídrico y pérdida de rendimiento, incluso del potencial hídrico en hojas, este
tiene severas limitaciones en climas húmedos y en ambientes con una significativa variabilidad
climática.

En particular, para cualquier conductancia estomática dada, la diferencia de temperatura entre la


hoja y el aire depende no solo del déficit de presión del vapor de agua atmosférico, el cual es
completamente calculado en el cálculo de ICWSI, sino que también depende de la velocidad del
viento, de la rugosidad superficial del dosel y de la radiación neta. En climas húmedos, estos
errores pueden conllevar a variaciones en la línea base sin estrés hídrico, volviéndose del mismo
orden que el rango de temperaturas del dosel en todo el rango de conductancia estomática. Otro
problema es que las condiciones sin nubes que son requeridas para la aplicación del enfoque
original no ocurre seguido en climas marítimos, como en Reino Unido, para permitir obtener las
mediciones regulares de ICWSI que son requeridos para un efectivo calendario de irrigación.

Otra dificultad que se descubrió fue que con la aplicación de la termometría infrarroja para
evaluar el estrés hídrico en cultivos fue la de separar las mediciones de la temperatura de las hojas
de las mediciones de la temperatura del suelo, la cual es usualmente muchos grados más alto que
la temperatura de las hojas. Un enfoque es combinar la termometría con el uso del índice de
vegetación espectral para corregir la cantidad de tierra en el campo de visión, alternativamente,
en el presente estudio, uno puede evitar el problema de estudiar hojas simples usando un sensor
IRT de estrecho ángulo de aceptación. Un número de enfoques fueron sugeridos para mejorar la
sensibilidad de la termometría infrarroja como medida del estrés hídrico de cultivos en regiones
húmedas. Fuchs y Tarner (1966) y Berliner (1984) usaron parcelas bien regadas como referencia en
lugar de la línea de base empírica sin estrés hídrico, como una forma de mejorar la precisión en
ambientes húmedos. Desafortunadamente, parcelas bien regadas no están usualmente
disponibles, así De Lorenzi (1993), propuso modelar el comportamiento de los cultivos bien
regados simulando la variación en la resistencia del dosel como función de condiciones del clima.
Otros enfoques han involucrado la extensión del concepto de ICWSI para incluir otras variables
ambientales. Por ejemplo, índices que incluyen la radiación neta tanto como el déficit de la
presión de vapor del agua fueron propuestos. Sim embargo, otros han sugerido un enfoque
diferente para la detección del estrés por la termometría infrarroja basada en la variabilidad de la
temperatura del dosel. Aston y Van Bavel (19972) y Fuchs (1990) han señalado que a medida que
un cultivo sufre estrés hídrico, la temperatura del dosel se vuelve cada vez más variable.

El objeto del presente estudio fue investigar el potencial para mejorar la sensibilidad de la
termometría infrarroja para el cálculo de índices de estrés, o incluso para la estimación directa de
la conductancia estomática, en climas templados mediante el uso de mediciones en el dosel de
superficies de referencia húmedas y secas expuestas de manera similar como base para la
comparación con las medidas de temperaturas de las hojas.

2. MATERIALES Y MÉTODOS
2.1. Teoría
El valor de ICWSI está definido por:

Donde Ts es la temperatura superficial actual del dosel bajo condiciones ambientales


dadas

Tmax es el límite superior para la temperatura del dosel y equipara a la temperatura de un


dosel que no transpira como podría ocurrir si la estoma estuviera completamente cerrada
como resultado de sequía

Tbase es la línea base sin estrés hídrico representando la típica temperatura del dosel
cuando la estoma se encuentra completamente abierta.

Si en lugar de referir las temperaturas a las de un cultivo bien regado, se usa una superficie
húmeda, resulta sencillo reorganizar la ecuación básica del balance energético para
estimar la resistencia del dosel a la transferencia de vapor de agua directamente. Los
valores teóricos para la temperatura de las hojas o de la superficie de referencia pueden
ser calculados usando un reordenamiento estándar del balance energético de una hoja:

2.2. Medidas de campo

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