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Creciendo en fe

I. LA FE ES VIVENCIAL
Dijimos que la palabra nos enseña que debemos vivir por fe y no por vista, es
decir, que debemos vivir por fe y no por las circunstancias que vamos mirando
con nuestros ojos naturales y por ende, generando sentimientos desagradables.

También dijimos que no debemos echarle la culpa a nadie de lo que nos pasa sino
más bien pelear nuestro Peniel hasta que llegue la bendición, porque sabemos
que los que aman a Dios todas las cosas que suceden son para bien.

Entonces debemos entender que las circunstancias difíciles por las que estás
pasando son solo parte del proceso de tu próxima gran bendición.

Déjeme decirle algo, la fe y la obediencia agradan a Dios.


(NVI) Hebreos 11:6 “6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que
cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a
quienes lo buscan.”

O sea, que para agradar a Dios no basta con buscarlo creyendo que el existe, sino
además hay que buscarlo creyendo que el recompensa a los que le buscan, Dios
quiere que sepas que le agrada que tu creas en la recompensa que hay por 
buscar serle agradable a través de tu fe. Aleluya!

1ª Tesalonicenses 1:3 “3Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros,


hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo,… ”

Este versículo nos enseña que la fe puede crecer, así que hoy vamos a conocer
algunos niveles de fe a los que todos deberíamos aspirar a crecer, de aquí que el
tema de hoy lleva por título: Creciendo en fe.

 
II             LA FE ES DINÁMICA
Empecemos por entender que la fe es dinámica, que no es estática, no es igual en
todos, que tiene tamaños, niveles o medidas diferentes y que se puede aumentar.
Veamos algunos versículos solo para que todos estemos seguros y creamos lo que
les acabo de decir, porque esta es la base del mensaje de hoy.

Romanos 12:3 “3Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno.”

Mateo 8:26 “26El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?
Mateo 8:10 “10Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os
digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”

Lucas 17:5 “5Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.”

O sea que Dios nos da una medida de fe, después ésta puede variar y llegar a ser
poca o ser mucha y además se puede aumentar, con lo que concluimos que la fe
es dinámica, que no es estática y puede crecer.
 

III            PRIMER NIVEL DE FE


Vayamos a la Biblia y conozcamos algunos de los niveles de fe a los que debemos
llegar. Usaremos el pasaje donde Pedro caminó por las aguas.

Antes de entrar en la barca de la que saltó Pedro al agua, ellos estaban dándole de
comer peces y panes a una multitud, de aquí sacamos el primer nivel de fe.

Mateo 14:20-21 “20Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de


los pedazos, doce cestas llenas. 21Y los que comieron fueron como cinco mil
hombres, sin contar las mujeres y los niños.”

Este primer nivel de fe viene cuando nos acercarnos a Dios esperando recibir algo
que necesitamos, como sanidad, restauración familiar o conyugal, provisión
económica o consuelo. Cuando Jesús obró milagros como la multiplicación de los
panes y los peces, muchas personas fueron bendecidas y su fe creció.

Así pasa cuando llegamos a los pies de Cristo y nacemos de nuevo y todo cambia
para bien, pero no debemos quedarnos en ese nivel de fe porque conforme
vamos creciendo nuestro nivel de fe, podemos tener acceso a otro tipo de
bendiciones.
 

IV           SEGUNDO NIVEL DE FE


Mateo 14:22-24 “22En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir
delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
23Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche,
estaba allí solo. 24Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas;
porque el viento era contrario.”

El segundo nivel de fe se manifiesta cuando nuestra relación con Dios crece y le


obedecemos y le servimos, como los discípulos cuando Jesús les mandó a que se
adelantaran en la barca, mientras Él despedía a la multitud y oraba.

En este nuevo nivel, ya hemos recibido del Señor, hemos visto Su poder y le
servimos con amor, dicho en otras palabras, esto sucede cuando decidimos
“meternos en la barca”.
"Meternos en la barca" significa servirle a Él a través de servir a la gente. Usted
mira que Jesús estaba predicando el evangelio y sus discípulos con él.

Vamos un poco más atrás en este pasaje pero en el Libro de San Marcos. Voy a
leerles el verso 12 y 13 y después brincaremos hasta el 30 porque ahí continúa; en
medio de estos versos, la Escritura nos habla de la muerte de Juan el Bautista
decapitado por Herodes.

Marcos 6:12-13 y 30-37 “12Y saliendo, predicaban que los hombres se


arrepintiesen. 13Y echaban fuera muchos demonios, y ungían con aceite a muchos
enfermos, y los sanaban. 30Entonces los apóstoles se juntaron con Jesús, y le
contaron todo lo que habían hecho, y lo que habían enseñado. 31El les dijo: Venid
vosotros aparte a un lugar desierto, y descansad un poco. Porque eran muchos los
que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer. 32Y se fueron
solos en una barca a un lugar desierto. 33Pero muchos los vieron ir, y le
reconocieron; y muchos fueron allá a pie desde las ciudades, y llegaron antes que
ellos, y se juntaron a él. 34Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión
de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles
muchas cosas. 35Cuando ya era muy avanzada la hora, sus discípulos se
acercaron a él, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada.
36Despídelos para que vayan a los campos y aldeas de alrededor, y compren pan,
pues no tienen qué comer. 37Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de
comer.”

Ya anochecía, los discípulos habían servido todo el día echando fuera demonios y
sanando enfermos, a tal grado que ni comer pudieron, después acompañaron a
Jesús a darles palabra y todavía Jesús les dijo, atiéndanlos ustedes, denles de
comer. Jesús multiplicó los panes, se los dio a los discípulos y ellos se los
repartieron a la multitud.

Servir a Jesús implica un gran trabajo de servir a la gente y el trabajo en el Señor


implica más trabajo.

Por supuesto que en este nivel de fe vivimos tormentas, enfrentamos retos


difíciles, que muy probablemente no desafían a quienes se quedan en tierra y se
conforman con el alimento material que recibieron, sin comprometerse. Pero en
este segundo nivel, somos testigos de muchos más prodigios y milagros y
recibimos una mayor bendición.
 

V             TERCER NIVEL DE FE


Mateo 14:25-30 “25Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando
sobre el mar. 26Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron,
diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 27Pero en seguida Jesús les
habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 28Entonces le respondió Pedro,
y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 29Y él dijo: Ven. Y
descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30Pero al
ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
¡Señor, sálvame!”

El tercer nivel de fe nos permite ser usados como Jesús fue usado, tal como le
sucedió a Pedro, quien vio caminar al Señor sobre el agua y quiso imitarlo. Pedro
saltó de la barca lleno de fe de que podía imitar a Jesús, que podía hacer lo que
Jesús estaba haciendo, que era caminar por el mar, avanzó y se enfrentó a su
batalla de fe y comenzó a hundirse. Se refiere a esto que dijo Jesús:

Juan 14:12 “12De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago,
él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”

Al avanzar en este nivel de fe, que es el de esperar por lo sobrenatural, seguro


tendremos batallas más grandes acerca de lo que estás creyendo. Esas batallas de
la fe hay que pelearlas confiados en que Él ya pagó por nuestra victoria.

Incluso podremos llegar a preguntarnos: “¿Estoy haciendo lo correcto?”Caminar


sobre el agua equivale a creer por algo grande y esta batalla puede hacernos
dudar de si hemos hecho lo correcto.

Aunque tengamos una relación íntima con Jesús podríamos caer en la trampa y
dudar por un momento, podríamos creer que nuestros recursos y capacidades
humanas funcionarían mejor que la confianza en nuestro Padre o que las palabras
de desaliento que escuchamos o las circunstancias que vemos son más poderosas
que la promesa que hemos recibido de Dios.

No te quedes en la barca que te ofrece la seguridad que tu carne busca, ¡avanza


con pasos de fe hacia el Señor!
 

VI           CUARTO NIVEL DE FE


Mateo 14:31-33 “31Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 32Y cuando ellos subieron en la barca, se
calmó el viento. 33Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron,
diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

El cuarto nivel de fe provoca que confiemos en que nuestro Padre nos levantará si
caemos o dudamos. Cuando Pedro se hundía, su primer impulso fue pedirle
ayuda a Jesús, quien lo tomó de la mano.

¿Cómo regreso Pedro a la barca?


La Palabra no dice que Jesús lo cargó hasta la barca; yo imagino que ambos
caminaron juntos.

¿Por qué se hundió Pedro? El primer nivel de discernimiento nos dice: “Porque
dudó” Sin embargo, un segundo nivel de discernimiento dice: “Porque se atrevió a
desafiar su fe”. Pedro fue el único que intentó imitar a Jesús y al final, ¡regresó con
Él!
No se quedó con la incertidumbre de lo que sería capaz de hacer en obediencia.
La fe es maravillosa, ¿no crees? No te desanimes, atrévete a desafiar tu fe, si algo
pasa, Jesús te ofrecerá Su mano para levantarte, porque tu confianza en Él es lo
que más le agrada.

Seguramente Jesús se sintió halagado con la fe de Pedro. Aunque al final tuvo que
sostenerlo, ese ánimo hizo que pensara: “¡Este hombre es capaz de grandes
cosas!”

Entonces, aprendemos que la probabilidad de que haya duda y temor en alguien,


solo existe en quienes tomamos acciones de fe, ¡así que tómalas!, porque frente a
la probabilidad de dudar está la garantía de que Dios te levantará porque lo has
agradado.

Proclama: “Caminaré sobre el agua a pesar de la probabilidad de que me hunda


porque tengo la certeza de que si llegara a suceder, Cristo me levantará”.

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