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I. LA FE ES VIVENCIAL
Dijimos que la palabra nos enseña que debemos vivir por fe y no por vista, es
decir, que debemos vivir por fe y no por las circunstancias que vamos mirando
con nuestros ojos naturales y por ende, generando sentimientos desagradables.
También dijimos que no debemos echarle la culpa a nadie de lo que nos pasa sino
más bien pelear nuestro Peniel hasta que llegue la bendición, porque sabemos
que los que aman a Dios todas las cosas que suceden son para bien.
Entonces debemos entender que las circunstancias difíciles por las que estás
pasando son solo parte del proceso de tu próxima gran bendición.
O sea, que para agradar a Dios no basta con buscarlo creyendo que el existe, sino
además hay que buscarlo creyendo que el recompensa a los que le buscan, Dios
quiere que sepas que le agrada que tu creas en la recompensa que hay por
buscar serle agradable a través de tu fe. Aleluya!
Este versículo nos enseña que la fe puede crecer, así que hoy vamos a conocer
algunos niveles de fe a los que todos deberíamos aspirar a crecer, de aquí que el
tema de hoy lleva por título: Creciendo en fe.
II LA FE ES DINÁMICA
Empecemos por entender que la fe es dinámica, que no es estática, no es igual en
todos, que tiene tamaños, niveles o medidas diferentes y que se puede aumentar.
Veamos algunos versículos solo para que todos estemos seguros y creamos lo que
les acabo de decir, porque esta es la base del mensaje de hoy.
Romanos 12:3 “3Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está
entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino
que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada
uno.”
Mateo 8:26 “26El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?
Mateo 8:10 “10Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os
digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”
O sea que Dios nos da una medida de fe, después ésta puede variar y llegar a ser
poca o ser mucha y además se puede aumentar, con lo que concluimos que la fe
es dinámica, que no es estática y puede crecer.
Antes de entrar en la barca de la que saltó Pedro al agua, ellos estaban dándole de
comer peces y panes a una multitud, de aquí sacamos el primer nivel de fe.
Este primer nivel de fe viene cuando nos acercarnos a Dios esperando recibir algo
que necesitamos, como sanidad, restauración familiar o conyugal, provisión
económica o consuelo. Cuando Jesús obró milagros como la multiplicación de los
panes y los peces, muchas personas fueron bendecidas y su fe creció.
Así pasa cuando llegamos a los pies de Cristo y nacemos de nuevo y todo cambia
para bien, pero no debemos quedarnos en ese nivel de fe porque conforme
vamos creciendo nuestro nivel de fe, podemos tener acceso a otro tipo de
bendiciones.
En este nuevo nivel, ya hemos recibido del Señor, hemos visto Su poder y le
servimos con amor, dicho en otras palabras, esto sucede cuando decidimos
“meternos en la barca”.
"Meternos en la barca" significa servirle a Él a través de servir a la gente. Usted
mira que Jesús estaba predicando el evangelio y sus discípulos con él.
Vamos un poco más atrás en este pasaje pero en el Libro de San Marcos. Voy a
leerles el verso 12 y 13 y después brincaremos hasta el 30 porque ahí continúa; en
medio de estos versos, la Escritura nos habla de la muerte de Juan el Bautista
decapitado por Herodes.
Ya anochecía, los discípulos habían servido todo el día echando fuera demonios y
sanando enfermos, a tal grado que ni comer pudieron, después acompañaron a
Jesús a darles palabra y todavía Jesús les dijo, atiéndanlos ustedes, denles de
comer. Jesús multiplicó los panes, se los dio a los discípulos y ellos se los
repartieron a la multitud.
El tercer nivel de fe nos permite ser usados como Jesús fue usado, tal como le
sucedió a Pedro, quien vio caminar al Señor sobre el agua y quiso imitarlo. Pedro
saltó de la barca lleno de fe de que podía imitar a Jesús, que podía hacer lo que
Jesús estaba haciendo, que era caminar por el mar, avanzó y se enfrentó a su
batalla de fe y comenzó a hundirse. Se refiere a esto que dijo Jesús:
Juan 14:12 “12De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago,
él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre.”
Aunque tengamos una relación íntima con Jesús podríamos caer en la trampa y
dudar por un momento, podríamos creer que nuestros recursos y capacidades
humanas funcionarían mejor que la confianza en nuestro Padre o que las palabras
de desaliento que escuchamos o las circunstancias que vemos son más poderosas
que la promesa que hemos recibido de Dios.
El cuarto nivel de fe provoca que confiemos en que nuestro Padre nos levantará si
caemos o dudamos. Cuando Pedro se hundía, su primer impulso fue pedirle
ayuda a Jesús, quien lo tomó de la mano.
¿Por qué se hundió Pedro? El primer nivel de discernimiento nos dice: “Porque
dudó” Sin embargo, un segundo nivel de discernimiento dice: “Porque se atrevió a
desafiar su fe”. Pedro fue el único que intentó imitar a Jesús y al final, ¡regresó con
Él!
No se quedó con la incertidumbre de lo que sería capaz de hacer en obediencia.
La fe es maravillosa, ¿no crees? No te desanimes, atrévete a desafiar tu fe, si algo
pasa, Jesús te ofrecerá Su mano para levantarte, porque tu confianza en Él es lo
que más le agrada.
Seguramente Jesús se sintió halagado con la fe de Pedro. Aunque al final tuvo que
sostenerlo, ese ánimo hizo que pensara: “¡Este hombre es capaz de grandes
cosas!”