Este documento resume tres principios bíblicos sobre las relaciones familiares. Primero, se debe honrar a los padres. Segundo, los padres deben educar a los hijos con amor y paciencia en lugar de enojo. Tercero, los miembros de la familia deben tratarse con compasión, respeto y humildad. Siguiendo estos principios bíblicos, se puede mantener una familia bendecida y una convivencia sana.
Este documento resume tres principios bíblicos sobre las relaciones familiares. Primero, se debe honrar a los padres. Segundo, los padres deben educar a los hijos con amor y paciencia en lugar de enojo. Tercero, los miembros de la familia deben tratarse con compasión, respeto y humildad. Siguiendo estos principios bíblicos, se puede mantener una familia bendecida y una convivencia sana.
Este documento resume tres principios bíblicos sobre las relaciones familiares. Primero, se debe honrar a los padres. Segundo, los padres deben educar a los hijos con amor y paciencia en lugar de enojo. Tercero, los miembros de la familia deben tratarse con compasión, respeto y humildad. Siguiendo estos principios bíblicos, se puede mantener una familia bendecida y una convivencia sana.
BLOG-MENSAJE DE LA SEMANA ¿QUE DICE LA BIBLIA SOBRE LA CONVIVENCIA FAMILIAR?
Desde el Antiguo Testamento se recalca la importancia de la
familia como eje fundamental en el cual se forma y se modela el comportamiento de las personas.
La palabra de Dios nos da la guía por medio de la cual se logra una relación armoniosa entre los diferentes miembros de una misma familia.
Existen algunos principios que son inamovibles cuando nos referimos a las relaciones dentro del seno familiar; estos principios, lejos de ser una imposición, son una invitación amorosa a cumplirlos para así lograr que nuestras familias estén alineadas al plan que Dios tiene para ellas, y para recibir la bendición que esto conlleva.
Aquí resumimos algunos de esos fundamentos inquebrantables:
1. “Honra a tu padre y a tu madre. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da” Éxodo 20:12
Honrar es dar honor; es una palabra derivada del verbo hebreo kabad, que significa venerar, apreciar y valorar. Honrar a alguien es respetarlo no solo por sus méritos, sino también por su rango y por lo que es.
Dios no nos dice que honremos a nuestros padres si ellos lo merecen, pues honrar no es un premio que ellos deban ganarse. Debemos honrarlos simplemente porque son nuestros padres.
“Hijos, obedezcan a sus padres porque ustedes pertenecen al Señor, pues esto es lo correcto. –Honra a tu padre y a tu madre- Ese es el primer mandamiento que contiene una promesa: si honras a tu padre y a tu madre, -te irá bien y tendrás una larga vida en la tierra-“ Efesios 6:1-3
Noten que al honrarlos, recibimos una bendición impresionante: “te irá bien y tendrás larga vida”
En la vida diaria, los honramos con nuestra actitud y nuestras acciones, respetando sus deseos y no menospreciando sus consejos:
“Hijo mío, presta atención cuando tu padre te corrige; no descuides la instrucción de tu madre” Proverbios 1:8.
2.“Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los tratan. Más bien críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del Señor” Efesios 6:4
Este versículo complementa al anterior, pues solamente con un respeto mutuo se logra tener una familia acorde al plan de Dios.
Como padres, debemos educar con empatía y paciencia, pidiendo siempre a Dios que nos dé sabiduría y dirección. No se educa con gritos, insultos o dando el mal ejemplo, sino con el amor que proviene de tener a Dios en nuestro corazón.
“El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia sino que se alegra cuando la verdad triunfa.El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” 1 Corintios 13:4-7
3.“ Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas. Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde.” 1 Pedro 3:8 El secreto de la convivencia es el respeto mutuo: en la familia no debe de existir competencia, no es una carrera por ver quien es mejor, o una lucha de poder por ver quien tiene la razón.
Los miembros del núcleo familiar deben de tratarse con compasión, poniéndose siempre en el lugar del otro, y atendiendo sus necesidades.
La paz familiar y la convivencia sana no solo se obtienen de una adecuada relación entre padres e hijos, sino también de una relación respetuosa y afectiva entre los hermanos. Esto no es fácil de lograr, sobre todo si cada uno tiene opiniones diferentes, pero la palabra es clara en lo que debemos hacer; así tendremos una familia bendecida:
“Sean siempre humildes y amables. Sean pacientes unos con otros y tolérense las faltas por amor” Efesios 4:2
“Traten a los demás como les gustaría que ellos los trataran a ustedes” Lucas 6:31
“No juzquen a los demás, y no seran juzgados” Mateo 7:1
Estos tres principios bíblicos nos dan la base para poder restaurar y mantener una relación sana entre hermanos.
La familia se ve cada día más amenazada: volvamos nuestros ojos a Dios; solo así podremos hacer de nuestra familia el sitio de refugio, crecimiento, paz y amor que nuestros hijos necesitan.
Feliz semana,
Alejandro y Melania SOMOS UN MATRIMONIO CON UN TESTIMONIO DE RESTAURACIÓN Somos un matrimonio que ha sido rescatado y bendecido por Dios. Nuestro ministerio tiene como finalidad alabar a Dios por lo que ha hecho en nuestra vida. Nuestro deseo es que al dar testimonio de sus milagros, podamos llevar a más gente cada día, a rendirse a los pies de Jesús y entregar su vida a Él. Hemos aprendido que, honrándonos el uno al otro, damos honra y gloria a aquel que nos rescató.
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San José, Costa Rica
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