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Justifiación de La Esclavitud en América
Justifiación de La Esclavitud en América
AMERICA
Por: Javiel Elena Morales
Área de Ciencias Sociales de la Dirección General de Currículo. Secretaría de
Estado de Educación República Dominicana
Palabras claves
Abstract________________________________________________________________
The article intends to present the theoretical archetypes that justified the conquest of
America and the philosophical influence of theoretical concepts from scholasticism
through the writers who defended the master-slave relationship, which involved,
according to Aristotle, the existence of men who should rule and one that had to be
governed.
The historical analysis concerning the conquest often present facts and events as a result
of the encounter between the worlds, but has been neglected in the theoretical analysis
euro central archetypes that made possible the conquest.
The results of the domain of the conqueror against captured, favoring the Sermon on
Advent in 1511 and the controversy between Valladold Fray Bartolomé de las Casas and
Gines de Sepulveda, where they face the vision of dominating and the dominated
defending.
Los objetivos en los que se enmarca este artículo son: a) demostrar que la
conquista parte de un marco jurídico euro céntrico que se impone a la organización
política de los aborígenes, b) presentar las falacias de los Cronistas de Indias que
provocaron la reacción de los dominicos, c) demostrar la unicidad de pensamiento de la
iglesia y la corona, entrando en contradicción con los frailes humanistas de las colonias.
d) presentar las críticas a la tesis de Aristóteles sobre la esclavitud por filósofos
posteriores.
Marco Jurídico euro céntrico que incidió en la conquista
Partía de una elaboración doctrinaria que suponía un ideario nacional desarrollado a partir de los
conceptos teológicos medievales sobre la justicia de la guerra, y se actualizará con los nuevos planteos que
propone el descubrimiento de un mundo nuevo y la condición jurídica de sus habitantes1.
La conquista supuso una doble moral, donde hubo discrepancia entre los valores
defendidos por los conquistadores y la aplicación de los mismos frente al conquistado por
ser considerado como ser inferior.
En las indias recién descubiertas acabó haciéndose evidente un contraste de contenido entre la
reflexión ética de los grandes tratadistas y la moral vivida por los hombres de armas, entre lo que
vamos a llamar ética de la conquista y lo que denominaremos moral de los conquistadores2
a) Conquista del Caribe (1493 – 1520). De acuerdo con el historiador se limita a las Antillas
Mayores y las costas del istmo de Panamá. La resistencia indígena fue vencida con relativa
facilidad.
b) Conquista de los grandes imperios indígenas y Centroamérica (15 20 – 1534).
c) Conquista de las Regiones interiores de Sudamérica y periféricas de los antiguos imperios
4
indígenas (1534 – 1555).
1
Tanzi, Héctor José. El Régimen de la Guerra en la Conquista de América. P. 3.
2
Bécquer, Miguel Alonso. La ética de la conquista y la moral de los conquistadores. 1992. P. 1
3
Ibidem, P.1
4
Montenegro, Augusto. Historia de América, Pp. 56-90.
Después de largas negociaciones entre Colón y los Reyes Católicos, se firmó un documento en la
Villa de Santa Fe de Granada, en abril de 1492, meses antes de la partida del primer viaje. Estos
acuerdos se conocen en la historia como Capitulaciones de Santa Fe.”5
Esta base teórica que los cronistas crearon será un engranaje fundamental que
posibilitará una serie de medidas que tomarán los gobernadores para dar una base
práctica a la teórica. Esta base práctica se concretizó a partir de:
a) Creación de las encomiendas. Este sistema de explotación negaba la condición humana de los
aborígenes con el objetivo de esclavizarlo, de esta manera se le asignaba a los encomenderos una
determinada cantidad de aborígenes para su uso personal, eran simples objetos.
b) Creación de controles internos, a partir de las fortalezas militares destacando los núcleos
urbanos para el control.
c) Proceso sistemático de debilitamiento de las etnias indígenas en especial los tainos, destruyendo
cacicazgos como el caso de jaragua.
d) Control ideológico a partir de la imposición del latín con los famosos requerimientos, que
implicaban asumir la cultura europea como válida.
e) El dominio religioso con la imposición de la religión católica como la religión oficial,
7
desconociendo la creencia religiosas autóctonas.
Con estas condiciones prácticas sustentadas por medio de la labor intelectual de los
Cronistas de Indias, la corona creó la plataforma fundamental que posibilitó el dominio
político, económico, religioso, cultural y social de las colonias.
5
Cruz Sánchez, Filiberto. Historia de República Dominicana. 2006, Pp. 38-39. Al respecto Montenegro
también opina que las capitulaciones tenían el valor de un contrato, ver P. 71 de su Historia de América.
6
http://es.wikisource.org/wiki/Capitulaciones_de_Santa_Fe.
7
Fiallo, José Antinoe. Perfiles de 500 años de Exclusión y lucha de la Nación Dominicana, Santo
Domingo. 1993, P. 83
8
Ibidem, P. 83.
Debían respeto y no tenían derechos jurídicos, porque sus leyes solo eran para los
hombres libres. De acuerdo con Pokrouski Aristóteles.
Se refiere también al problema de la situación del esclavo. Este es propiedad de su amo, una parte
animada de sus bienes; es una herramienta viva, y una herramienta es un esclavo sin alma. El
papel del esclavo es igual al del buey; el pobre reemplaza al esclavo por el buey. El esclavo es
9
una cosa, aunque tenga cuerpo y alma.
Esta voz, dijo él, que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía
que usáis con estas inocentes gentes. Decid, ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel
y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a
estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertes
y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de
comer ni curarlos en sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os
mueren, y por mejor decir, los matáis, por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de
quien los doctrine, y conozcan a su Dios y creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las
fiestas y domingos? ¿Estos, no son hombres? ¿No tienen almas racionales? ¿No estáis obligados a
amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis? ¿Esto no sentís? ¿Cómo estáis en tanta
9
V.S. Pokouski. Et al. Historia de las Ideas Políticas. 1996. P. 67.
profundidad de sueño tan letárgico dormidos? Tened por cierto, que en el estado [en] que estáis no
10
os podéis más salvar que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo
12
López Lomelí, Claudia (2003). La polémica de la justicia en la conquista de América. de septiembre de
2009.
El único verdadero descubrimiento de este Continente fue hecho por los hombres que hace
decenas de miles de años entraron en el provenientes de Asia. Tampoco es aceptable que hubiera
dos descubrimientos: uno hechos por ellos, y otro por los vikingos o, lo que es más frecuente
escuchar por Colón y los suyos13.
Estos cristianos nuestros, o mejor no corderos de Cristo sino crueles enemigos, han hecho trabajar
igual a las mujeres, a los hombres y a los niños; e igual que los hombres, tenían que soportar
desnudos el calor todo el día, el verano, las lluvias y la intemperie.
Como los hombres recibían, como remuneración por su trabajo y como descanso temporal al final
del día, la dura tierra. Como los hombres padecían sed y hambre. Igual que ellos, en las
enfermedades contraídas por el trabajo, después de un fiel y continuo servicio, eran abandonados y
despreciados y tenidos por inferiores a las bestias14.
¿Dónde están, reverendísimos señores, las innumerables gentes que en ella se descubrieron, cuyos
números compararon los descubridores con las hierbas del campo? De todo ellos quedan en la isla
más de diez mil entre hombres y mujeres; y estos quebrantados y debilitados, y por decirlo así, en
15
la agonía.
En las cartas se cuestiona el genocidio producido por la conquista, que se extendió por
todas las colonias, aumentando de manera progresiva con la consolidación de la misma
en todos los pueblos de América.
El exterminio desto, no contentos con los males desta isla, han destruidos también por la misma
manera la isla de San Juan, y por la misma arte, van destruyendo las islas de Cuba e de Jamaica, y
también la Tierra Firma; e a si mesmo, muchas islas que dicen de los Lacayos, y las Islas que
dicen de los gigantes, han asolado e despoblado, sacándolos y despedazándolo; e a los demás
trayendo a la Isla Española par se servir dellos en los trabajos que de los otros, siendo ellos gentes
16
mansas e de muy buena voluntad
13
Retamar, Roberto. América (1989). Descubrimiento, Diálogo, P. 89.
14
Ver Fray Pedro de Córdoba. Doctrina Cristiana y Cartas. Santo Domingo, 1988, P. Esta Carta Latina de
Dominicos y Franciscanos de las Indias a los Regentes de España, la misma fue firmada el 27 de mayo de
1517 por Fray Pedro de Córdoba, Fray Tomás de Berlaga, Fray Juan de Tavira, Fray Bernardo de Santo
Domingo, Fray Tomás de Santiago, Fray Tomáa de Toro, Fray Pablo de Santa María, Fray Pablo Trujillo,
Fray Domingo de Betanzos, Fray Pedro de Magdalena et. A
15
Ibidem, P. 152.
16
De Córdoba, Fray Pedro. Doctrina Cristiana y Cartas. Santo Domingo. 1988, P. 159. Esta Carta fue
dirigida al Rey, siendo Córdoba Vice Provincial de Santo Domingo.
Se orquestó un pensamiento filosófico de la conquista que terminó subordinando el
poder terreno al divino, porque el papa tenía la autoridad para decidir, repartir y juzgar la
humanidad, como el caso de la Bula Inter Caetera del 3 y 4 de mayo del año 1492.
El punto básico de esa bula Inter Caetera, en el sentido ideológico, es lo que se llama la tesis
agustiniana, porque San Agustín en su obra La Ciudad de Dios considera que el derecho natural
del Estado queda absorbido por un derecho superior que es el de la iglesia. Esta tesis fue
desarrollada en el inicio de la baja Edad Media por Enrique de Susa, Cardenal de Ostia, a quien se
le dio el sobrenombre de ostiense. De conformidad con ella, el papa tiene una doble investidura, es
decir, la espiritual y la temporal, es rey de reyes y señor de señores. Esta idea tuvo varios
apologistas.17
Las falacias no podían darse fuera de una lengua, que permitía justificar un ideal de
dominación que pasó a ser impuesto de forma procesual, creando topónimos que siguen
siendo usado en la posteridad, en tal sentido Manuel Matos Moquete, plantea que:
17
Pérez Memén, Fernando. El Pensamiento Filosófico y Político del Descubrimiento y Conquista de
América.
18
Matos Moquetes, Manuel. La Cultura de la Lengua, Santo Domingo. 1987, P. 21
19
López Lomelí 2003, P. 76
El trato a los aborígenes se hizo a través del llamado Requerimiento elaborado por el
jurista y consejero real Juan López de Palacios Rubios, quien se encargaba de sustentar
la justicia de las empresas reales.20
De parte del rey, Don Fernando, y de su hija, Doña Juana, reina de Castilla y León, domadores de
pueblos bárbaros, nosotros sus siervos, os notificamos y os hacemos saber, como mejor podemos.
Que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien
nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos
los que después de nosotros vinieran. Mas por la muchedumbre de la generación que de estos ha
salido desde [hace] cinco mil y hasta más años que el mundo fue creado, fue necesario que los
unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos Reinos y
provincias, que en una sola no se podían sostener y conservar.
De todas estas gentes Dios nuestro Señor dio cargo a uno, que fue llamado San Pedro, para que de
todos los hombres del mundo fuese señor y superior a quien todos obedeciesen, y fue cabeza de
todo el linaje humano, dondequiera que los hombres viniesen en cualquier ley, secta o creencia; y
dióle todo el mundo por su Reino y jurisdicción, y como quiera que él mandó poner su silla en
Roma, como en lugar más aparejado para regir el mundo, y juzgar y gobernar a todas las gentes,
cristianos, moros, judíos, gentiles o de cualquier otra secta o creencia que fueren. A este llamaron
Papa, porque quiere decir, admirable, padre mayor y gobernador de todos los hombres.
A este San Pedro obedecieron y tomaron por señor, Rey y superior del universo los que en aquel
tiempo vivían, y así mismo han tenido a todos los otros que después de él fueron elegidos al
pontificado, y así se ha continuado hasta ahora, y continuará hasta que el mundo se acabe.
Uno de los Pontífices pasados que en lugar de éste sucedió en aquella dignidad y silla que he
dicho, como señor del mundo hizo donación de estas islas y tierra firme del mar Océano a los
dichos Rey y Reina y sus sucesores en estos Reinos, con todo lo que en ella hay, según se contiene
en ciertas escrituras que sobre ello pasaron, según se ha dicho, que podréis ver si quisieseis.
Así que sus Majestades son Reyes y señores de estas islas y tierra firme por virtud de la dicha
donación; y como a tales Reyes y señores algunas islas más y casi todas a quien esto ha sido
notificado, han recibido a sus Majestades, y los han obedecido y servido y sirven como súbditos lo
deben hacer, y con buena voluntad y sin ninguna resistencia y luego sin dilación, como fueron
informados de los susodichos, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus Altezas les
20
Hanke , Lewis. La lucha por la justicia en la conquista de América. 1988, P. 53.
21
Luciano Perena. La idea de justicia en la conquista de América. 1992, Pp. 237-239.
enviaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fe y todos ellos de su libre, agradable
voluntad, sin premio ni condición alguna, se tornaron cristianos y lo son, y sus Majestades los
recibieron alegre y benignamente, y así los mandaron tratar como a los otros súbditos y vasallos; y
vosotros sois tenidos y obligados a hacer lo mismo.
Por ende, como mejor podemos, os rogamos y requerimos que entendáis bien esto que os hemos
dicho, y toméis para entenderlo y deliberar sobre ello el tiempo que fuere justo, y reconozcáis a la
Iglesia por señora y superiora del universo mundo, y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su
nombre, y al Rey y Reina doña Juana, nuestros señores, en su lugar, como a superiores y Reyes de
esas islas y tierra firme, por virtud de la dicha donación y consintáis y deis lugar que estos padres
religiosos os declaren y prediquen lo susodicho.
Si así lo hicieseis, haréis bien, y aquello que sois tenidos y obligados, y sus Altezas y nos en su
nombre, os recibiremos con todo amor y caridad, y os dejaremos vuestras mujeres e hijos y
haciendas libres y sin servidumbre, para que de ellas y de vosotros hagáis libremente lo que
quisieseis y por bien tuvieseis, y no os compelerán a que os tornéis cristianos, salvo si vosotros
informados de la verdad os quisieseis convertir a nuestra santa Fe Católica, como lo han hecho
casi todos los vecinos de las otras islas, y allende de esto sus Majestades os concederán privilegios
y exenciones, y os harán muchas mercedes.
Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda
de Dios, nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las
partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de sus
Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos,
y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como sus Majestades mandaren, y os
tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a
vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos
que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de sus Majestades, ni
nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen.
Y de como lo decimos y requerimos pedimos al presente escribano que nos lo dé por testimonio
signado, y a los presente rogamos que de ello sean testigos.22
El Papa Alejandro VI cuyo nombre era Rodrígo de Borgia, asume el papado en 1492,
(año en el que Cristóbal Colón llega a América), y termina su pontificado en 1503. Fue
un precursor del pensamiento euro céntrico con sus bulas. La Bula Inter Caetera del 3 de
mayo de 1493, donó a España todas las tierras que se encontraban en el Occidente si no
pertenecían a ningún príncipe cristiano.
Por las presiones de Portugal, que amenazó con irse a guerra, el Papa Alejandro VI se
vio obligado a realizar otra Bula Inter Caetera el 4 de mayo de 1493, en las que de
22
Consultar en internet. http://www.gabrielbernat.es/espana/leyes/requerimiento/r1513/r1513.html
acuerdo con Domínguez, “el Sumo Pontífice trazó una línea imaginaria de polo a polo
que pasaba a 100 leguas al oeste de las Islas Azores, y dio al reino de España las tierras e
islas” que se encontraran al Occidente de esta línea de demarcacion”.23
La Bula Piis Fidelium del 25 de junio de 1493 concedió a Fray Bernardo Boil,
privilegios espirituales especiales, y posteriormente los Reyes Católicos lo envían a
evangelizar todas las tierras conquistadas.
Las controversias entre España y Portugal, dieron origen a lo que se conoce como
Tratado de Tordesillas que fue un compromiso suscrito en Tordesillas (actualmente en la
provincia de Valladolid, en el noroeste de España) el 7 de junio de 1494 entre el Rey y la
Reina de Castilla, de León, de Aragón, de Sevilla, de Granada, etc. (es decir, los
monarcas de España), y el Rey de Portugal y de los Algarbe, en virtud del cual se
establecía un reparto de las zonas de conquista y anexión del Nuevo Mundo mediante una
línea divisoria del Océano Atlántico.
El Padre Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias Tomo III, dedica varios
capítulos a criticar al Cronista de Indias Gonzalo Hernández de Oviedo. Las casas
cuestionan los planteamientos del cronista y lo acusa de mentir cuando se refiere a los
aborígenes:
Todavía será bien responder a cada defecto de los que Oviedo contra los indios opone y a muchos
levanta y a todos por ellos cuasi excluye de todo remedio de conversión y salvación, como si él
estuviera ya muy cierto della; y a lo que dice que eran sodomistas, ya está, con verdad, en el Cap.
23, afirmando que falsa y malvadamente de tan vilísimo crimen los infama; dice que son
ingratísimos; júzguenlos los idiotas de sagayos.24
23
De Jesús Domínguez Jaime. Historia Dominicana. Santo Domingo, 2001, P 24
24
Fray Bartolomé de Las Casas. Historias de las Indias. 1985, P. 36.
La visión de las Casas cuestiona las falacias de Oviedo contra natura, este
cuestionamiento critica las imputaciones por considerarla desde su visión del poder. En el
fondo las Casas cuestiona la falta de objetividad.
Gonzalo Hernández de Oviedo, que nunca tractó con los indios, ni se ocupó por un momento en
cosa que a los indios conviniese, sino en mandallos y servise dellos como de bestias, con la
25
ceguedad que todos los otros españoles” .
La visión del padre las Casas coincide con Montesinos, porque defienden la
racionalidad de la condición humana, respetando las diferencias culturales de cada
pueblo. Fueron estos dos Frailes, lo que comprendieron la idiosincrasia de los aborígenes
y el irrespeto a su cultura por parte de los conquistadores.
Obviamente, Las Casas interpela un planteamiento que defiende la conquista, que la legítima,
frente al cual se deben encausar los argumentos en contra. El punto de vista de Juan Gines de
Sepúlveda expresó de la mejor manera posible esta posición, así como los datos aportados por
Fernández Gonzalo de Oviedo en su Historia general natural de las indias. De ahí que buenas
partes de la categorías y argumentos que utiliza Las Casas estén en relación con la opinión de
estos dos autores, para poderlo contradecir. De ahí que no en vano muchas de las preocupaciones
de Las Casas se enfoquen a criterios que permiten decidir si un cierto ser puede comprenderse
como ser humano propio, en aras de lograr enfrentar las justificaciones vinculadas por la presunta
26
condición de siervos por naturaleza de loa indios.
25
Ibidem, P. 330.
26
Felipe, Castañeda. Conflictos mayores y concepción de la historia: los casos de Agustín de Hipona,
Bartolomé de las Casas e Immanuel Kant, 2004, P.4.
Controversia de Valladolid: enfrentamiento filosófico en torno a los aborígenes
Es importante señalar que, dentro de esta causa, la búsqueda del bien de los sometidos se realizaría
solamente bajo un “imperio civil”: Sepúlveda no relaciona este sometimiento con la esclavitud
natural que defendía Aristóteles, pero sí con la dualidad “señores por naturaleza- siervos por
naturaleza27.
Las normas euro centristas del siglo XV, conocidas como la Doctrina del Descubrimiento,
negaban absolutamente a los indígenas su calidad de personas, de sujetos, e incluso de seres
humanos. Por lo tanto no eran sujetos de derecho, de contrataciones, de actos jurídicos, y toda la
gama del derecho que tenían los europeos de la época. Esta situación de los pueblos indígenas de
América se prolongó durante todo el siglo XV al XIX incluso parte del siglo XX28.
Europeo, y entre otras cosas, el desarrollo de un Derecho Internacional, toda vez que los
“conquistadores” estaban frente a gente desconocida para los europeos de la época. La Corona de
España debió elaborar la jurisprudencia internacional que permitiera legalizar sus conquistas
frente a otras potencias europeas que estaban en el mismo negocio. Por otro lado, debió establecer
las normas jurídicas con la iglesia y el Vaticano como órganos de poder y sancionador de la
legalidad de la época. El derecho internacional del siglo XV determino el carácter de las tierras del
27
Martínez Castilla, Santiago. Juan Ginés de Sepúlveda y la guerra justa en la conquista de América
Pensamiento y cultura. Francisco de Victoria se preocupó por los derechos de los indios. Su obra De indis
recoge las relecciones en las que expresa su postura ante el conocimiento de diversos excesos cometidos en
las tierras conquistadas en América. En ella afirma que los indios no son seres inferiores, sino que poseen
los mismos derechos que cualquier ser humano y son dueños de sus tierras y bienes.
28
Gavilán, Víctor M. Derecho Internacional y los pueblos Indígenas. España 2009, P.1.
nuevo continente, las posesiones de los pueblos indígenas en América y la legalidad de la
29
colonización europea en tierras del nuevo continente .
En 1537 el Padre Las Casas recibió el apoyo del Papa Pablo III, quien a través de la
Bula Papal Sublimis Deus, declaraba a los indígenas de América seres humanos
racionales y espirituales, cuyas vidas y propiedades debían ser protegidas.
Para Las Casas ofender a los aborígenes era ofender a Dios, porque el hombre fue creado
a imagen y semejanza de Dios.
29
Alfonso Maestre Sánchez. Todas Las Gentes Son Hombres. El Gran Debate entre Fray Bartolomé de las
Casas y Juan Gines de Sepúlveda, Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 2004. En versión
digital http://fs-morente.filos.ucm.es/publicaciones/anales/21/Maestre.pdf.
30
Krause, Rosa. Función Actual de la Filosofía en América. 1975, P. 262.
31
Ibidem, 1975, P. 262.
Alonso de Veracruz, autor de la Recognitio Summularum y la Dialéctico
Resolutio(1554), los dos primeros escritos del nuevo mundo tuvo por centro de
exposición en el pueblo trarasco de titipitio, por frailes de la orden Agustina; pero tal
afirmación está reñida con la verdad histórica , ya que las primeras cátedras de filosofía
oídas en el Hemisferio Occidental fueron pronunciados en el colegio y la Universidad del
Convento de los Predicadores de la Ciudad de Santo Domingo30.
De hecho la escolástica que se recibió en América en los siglos XVI, XVII y XVIII no fue una
escolástica ortodoxa ni decadente, como existía en muchas partes de Europa, perdida en laberintos
de vagas abstracciones, de ociosos filosofemas, sino una escolástica revisada en sus principios,
firme y coherente en su sistematización y mas aguda u absorbente en sus preocupaciones
metafísicas33.
30
Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de México. N. 27, Pp. 21-42,
Julio- Septiembre de 1940, citado por Arredondo Cordero en su Estudio para La Historia de la Filosofía en
Santo Domingo, Impresora Arte y Cine 1946.
31
Escobar Valenzuela, Gustvo et al. Filosofía. P. 150
32
Ibidem, P. 150.
33
Ibidem, P. 15.
Justificación de la esclavitud en América
Los Cronistas de Indias, que justificaron la conquista, comienzan a crear una visión
negativa del conquistado a partir del pensamiento de Aristóteles, afirmando que existían
hombres que nacían para ser esclavos por naturaleza. De esta forma se usó un argumento
contra la persona construido a partir de una falacia fundamental: no tienen ánima
racional; razón de poder que justificaba la esclavitud.
De acuerdo con García Añovero (2000), la esclavitud como fenómeno que venía de la
antigüedad fue justificada por la filosofía griega y por la iglesia con la anuencia de los
Santos padres, que la entendían como resultado del pecado.
El fenómeno de la esclavitud –institución antiquísima que estaba vigente en muchos pueblos del
orbe– en Occidente había recibido unánimemente legitimidad teórica y legal. Había sido admitida
por el Antiguo y el Nuevo Testamento, por la filosofía griega, por el Derecho Romano y por los
Santos Padres y teólogos de la Iglesia, que la aceptaban como castigo del pecado, y considerada de
derecho de gentes. Todo un cuerpo doctrinal y jurídico se había elaborado en Europa sobre esta
institución, en vigor, lógicamente, en España.34
La discusión sobre la esclavitud se produce en las colonias españolas, entre los que
entendían que los aborígenes podían ser esclavos por derecho natural y los que creían que
eran libres y por tanto hijos de Dios.
Tres eran las fuentes principales que podían dar origen a la esclavitud: la guerra, el nacimiento de
mujer esclava y la compra y rescate. Me voy a detener en la guerra, pues ésta, no fue solamente la
causa principal que justificó el hacer muchísimos esclavos indios durante los años que siguieron al
Descubrimiento y los cuarenta primeros del siglo XVI, sino el principal motivo de enfrentamiento
en esos años entre los partidarios de la esclavitud de los indios y de los que la rechazaban, y origen
de muchas discusiones doctrinales que pusieron los fundamentos de una sólida doctrina común
35
que rechazó dicha esclavitud como injusta e ilícita.
La duda acerca de la licitud de la esclavitud de los indios surgió en el momento mismo del
descubrimiento de las Indias. Partidarios a favor o en contra de la esclavitud los hubo desde el
principio, aunque, de hecho, antes de que se discutiera y resolviera la duda, ya comenzaron a
hacerse esclavos indios. Pronto, la discusión, fue creciendo, tanto en las Indias como en España.
En las Indias, fundamentalmente promovida por los religiosos evangelizadores. En España, por
profesores universitarios en sus cátedras de teología y derecho, especialmente en las cátedras
desempeñadas por los maestros dominicos en las universidades de Salamanca, Alcalá de Henares
y el Colegio de San Gregorio de Valladolid; por los influyentes consejeros reales, particularmente
los del Consejo de Indias; y por expertos invitados a participar en las Juntas ordenadas por el
Rey36.
34
García Añoveros, Jesús María, 2000. P. 2
35
Ibidem, 2002, P. 2
36
Ibidem, P. 7
García Añovero (2000), presenta dos generaciones de autores que se dedicaron a estudiar
en la época de la conquista la esclavitud, unos desde la defensa de la misma, otros
cuestionando su legitimidad.
A la segunda generación pertenecen un conjunto de autores que hacen suyo el cuerpo doctrinal
recibido, lo someten a nuevos análisis, profundizan en el mismo, lo matizan y llegan, en
ocasiones, a novedosas conclusiones, exigidas por una realidad indiana que ofrece nuevas
perspectivas. El peso y sustancia doctrinal es el heredado, aunque enriquecido con innovadoras
aportaciones. Destacan: José de Acosta (1539-1600), que conjuga una sólida doctrina y una
valiosísima experiencia en Indias, autor de dos obras ya clásicas en los temas que trata; Juan de
Solórzano y Pereira (1575-1653), el cual resume admirablemente todo el cuerpo doctrinal
elaborado, apoyado en una asombrosa erudición; y, en menor medida, Alonso de la Veracruz
(1507-1584), el teólogo novohispano más importante del siglo XVI, que escribió su obra en
México. A estos nombres hay que añadir: Domingo Bañez (1528-1604), Pedro de Ledesma (?-
1616), fray Juan de Torquemada (1557-1624), Antonio de Herrera (1559-1625), Francisco Suárez
(1584-1617), Miguel Bartolomé Salón (1539-1620), Pedro Calisto Ramírez (1556-1627), Juan
Botero (1540-1617), Serafín Freitas de Amaral (ss. XVI-XVI), Hugo Grocio, (1583- 1645),
Mandelli de Alba (ss. XVI-XVII), Jaime Antonio Marta (1559-1623).38
Primera proposición. La frase de Aristóteles de que los bárbaros son naturalmente siervos de los
civilizados debe entenderse en un sentido lato, pues, por naturaleza, nadie es propiamente esclavo,
ni pierde su libertad y dominio. En ningún caso, por tanto, los indios, si es que son bárbaros, son
esclavos. Así opinaron Vitoria, Sotomayor, Soto, Casas, Cano, Acosta Suárez, Salón y el resto de
autores citados en las notas anteriores.
Segunda proposición. Consideraron algunos –Sepúlveda, Susannis, Ramírez– que, aunque fueron
justas las guerras hechas contra los indios para sacarles de su barbarie y reducirlos a una vida
humana, pues fue beneficiosa para ellos, venía exigida por el derecho natural y, en definitiva, fue
necesaria ya que no había otro camino; sin embargo, no por ello, y como resultado de la guerra,
pudieron los indios ser reducidos a la esclavitud.
38
Ibidem, P. 6
Tercera proposición. La gran mayoría de los autores –Casas, Cano, Sotomayor, Soto, Salón, Peña,
Ledesma, Freitas, Torquemada– afirmaban que era injusta la guerra que se hacía contra los indios
bárbaros con la finalidad de introducirlos en una vida civilizada, pues su situación de barbarie no
les quitaba sus derechos de gobierno, dominio y bienes; a nadie, además, se le podía obligar por la
fuerza a llevar una vida más humana; y ninguna república puede ser sometida por otra con la
excusa de la civilidad
Cuarta proposición. Aunque hay autores que aceptan –Sotomayor, Soto, Acosta, Susannis,
Suárez, Solórzano, Torquemada, Ledesma, Botero, Peña, Casas– que podría darse una guerra justa
contra los indios bárbaros, que viven bestialmente, dispersos y errantes por los montes, sin normas
ni gobierno, para reducirlos a una vida humana, sin embargo, habría que hacerla para liberarlos de
su barbarie, pero sin privarles de sus bienes y menos, todavía, reducirlos a esclavitud 39.
Con la desaparición de los aborígenes comienzan a llegar los negros esclavos para suplir
la necesidad de trabajo de las colonias.
El estatus particular de los criados y esclavos domésticos se refleja en los primeros intentos de
organizar la trata de negros en el Nuevo Mundo. La exclusividad que la Corona otorgó al negrero
Gouvenot, que obtuvo el privilegio de introducir en el Caribe, entre 1518 y 1527, 4.000 negros
para suplir la mortandad de los indígenas, no fue obstáculo para que se otorgaran numerosas
mercedes a particulares, siempre y cuando los esclavos estuvieran destinados no a la venta sino al
servicio personal.40
En el inicio del tráfico negrero, la Corona exigió que se llevaran a las Indias esclavos cristianos.
Estos provenían en gran parte de ciudades de la Península Ibérica. Desde fines del siglo XIV,
esclavos negros vivían en Sevilla, donde la mezcla racial era corriente, concentrados mayormente
en los barrios de San Bernardo y de Triana. Todos eran cristianos e hispanizados, y constituían la
mayor comunidad esclava de España; hacia 1565, se contaba un esclavo por cada catorce
habitantes(11). En 1510, Fernando de Aragón consiente que sean exportados a La Hispaniola
doscientos esclavos sevillanos. Si bien los había marcados con hierro, éstos representaban una
minoría.41
Con las posturas del Padre las Casas y Montesinos, coincide en el siglo XVIII, Juan
Jacobo Rousseau, al criticar la concepción aristotélica de la esclavitud. Para el autor
gibrenino la posición de Calígula en referencia al pueblo era excluyente.
39
Ibidem, P.9
40
Carmen, Bernard. Negros Esclavos y Libres en las Ciudades Hispanoamericanas, 2002, P.4.
41
Ibidem, P. 5
Tenía razón Aristóteles; pero tomaba el efecto por la causa. Todo hombre nacido en la
esclavitud nace para ella. Nada tan cierto. Los esclavos pierden en su encadenamiento
hasta el deseo de liberarse de él. Aman su servidumbre como los compañeros de Ulises
amaban su embrutecimiento. Si existen esclavos por naturaleza, es por que lo hay contra
34
naturaleza. La fuerza hizo a los primeros esclavos, y su cobardía lo ha perpetuado.
La visión pesimista sobre el género humano reforzada por Hobbe que veía al hombre
como lobo para el hombre encubría la sumisión del ser humano a un poder supremo, lo
que equivalía de acuerdo con Aristóteles a no tener derecho por ser esclavo, pero de
acuerdo con Rousseau esto es incompatible con la naturaleza humana.
Rousseau será un defensor del estado de derecho del género humano. Su postura
coincide en su época con la de Montesinos y el Padre las Casas, reconociendo a los
esclavos el poder para revelarse cuando plantea:“Todo poder proviene de Dios, lo
confieso; más también toda enfermedad, lo cual no significa que nos esté prohibido
llamar al médico”36.
“De esta manera que, examinada las cosas desde cualquier punto de vista, el derecho de
los esclavo es nulo no solo por ser ilegítimo, sino por absurdo y no significa nada. Estas
palabras esclavitud y derecho son contradictorias, excluyente mutuamente. Sea de
hombre a hombre o entre hombre y pueblo, siempre será igualmente insensato el
siguiente raciocinio: Hago contigo convenio, todo él a costa tuya y a mi provecho
exclusivo, y el cual yo cumpliré mientras me plazca y tú acabarás en tanto que yo
37
quiera”.
34
Rousseau, Jean Jacque .El Contrato Social. 1996. P.24
35
Ibidem, P. 28
36
Ibidem, P. 26
37
ibidem, P. 31
Conclusión
Con esta visión de defensa al ser humano, coinciden Fray Antón de Montesinos, Fray
Bartolomé de las Casas y Fray Pedro de Córdoba, que defenderán los derechos de los
aborígenes por encima de toda institución o ley que lo justificara.
La tesis contra natura que defendió Aristóteles, es defendida en América, por Gines de
Sepúlveda, que justificaba la relación de gobernantes-gobernados, donde los últimos
estaban subordinados al poder existente por naturaleza. Esta controversia llega hasta
Valladolid, donde se enfrentaron Fray Bartolomé de las Casas y Gines de Sepúlveda en
1550.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFIA
De Las Casas, Fray Bartolomé (1985). Historias de las Indias. Tomo III, Santo Domingo:
Ediciones Continente.
Fiallo, José Antinoe. (1993). Perfiles de 500 años de Exclusión y Lucha de la Nación
Dominicana. Ecos , 83.