¿En qué y cómo?

1 7
Flexibilidad TA L L E R D E
E N E AG R A M A
¿En qué y cuándo?
2 4 Creatividad

¿Para hacer qué y cómo?

3 6 Valor

¿En qué y cómo?

4 1
Orden

¿Cuáles y cómo?
5 8 Acciones

¿En qué y cuándo?

6 9 Calma

¿Qué es primero y cuándo

7 5
Priorizar

¿Cómo y cuándo?
8 2 Servicio

¿En qué y cómo?

9 3 Triunfo

INTEGRACIÓN - DESINTEGRACIÓN
531-4936 / 955300720 ippasi.capacitacion@gmail.com
Las direcciones, o caminos de integración y desintegración nos sirven para recono-
cer si estamos progresando o retrocediendo en nuestro desarrollo. La integración
nos da indicadores objetivos de nuestro crecimiento. La desintegración nos indica
cómo actuamos cuando estamos estresados, cuáles son nuestras motivaciones y
comportamientos inconscientes y, paradójicamente, qué cualidades nos hace más
falta integrar. (Riso y Hudson, La Sabiduría del Eneagrama)
DESINTEGRACIÓN – ESTANCAMIENTO
La personalidad uno en el cuatro. Se siente incom-
prendida y culpable por no ser perfecta. Se vuelve irri-
table e irracional, pierde la confianza en sí misma, se
desilusiona de sus ideales, se deprime y puede volver-
se autodestructiva. Interioriza la rabia y asume actitu-
des dramáticas.
La personalidad dos en el ocho. Sufre por el trato
desagradecido que piensa que le dan los demás y
se vuelve agresiva Y dominante. Trata de controlarlo
todo y a todos. Odia con la misma fuerza con la que ha
amado. Se vuelve vengativa.
La personalidad tres en el nueve. Se separa de
sus sentimientos, se vuelve apática y se cierra ante
el mundo. Se siente vacía y desalentada. Se muestra
indecisa e inconstante. Frivoliza todo y a todos.
La personalidad cuatro en el dos. Vive frustrada ya
que se siente infravalorada e incapaz de alcanzar sus
sueños. Culpabiliza a quienes no le aman. Se vuelve
muy crítica y mantiene una actitud amarga frente a todo y todos. Busca relaciones
afectivas sin importarle su calidad ni conveniencia.
La personalidad cinco en el siete. Se vuelve desordenada hiperactiva y dispersa.
Elabora proyectos de manera
impulsiva, asumiendo actitudes temerarias e impru-
dentes. Elude los conflictos y las situaciones difíciles.
La personalidad seis en el tres. Se vuelve competitiva y arrogante o apática y des-
orientada. Se deja condicionar excesivamente por la imagen. Se muestra agresiva
con quienes no le aprecian. Es capaz de traicionar sus propios ideales. Genera un
alto nivel de ansiedad.
 
La personalidad nueve en el tres. Se vuelve más enérgica, atenta y segura, inte-
La personalidad siete en el uno. Se vuelve irritable, perfeccionista y sumamente
crítica. Acusa a los demás de obstaculizar su felicidad. Impone sus propias ideas y
se siente irritada, incomprendida y poseedor de la verdad.
La personalidad ocho en el cinco. Se vuelve reservada y temerosa, hecho que
puede acrecentar su agresividad. Utiliza la información y el conocimiento como ar-
mas de lucha y poder. Se vuelve paranoica y considera que está rodeado de enemi-
gos de los que tiende a vengarse.
La personalidad nueve en el seis. Es derrotista y puede llegar a ser incapaz de
cuidar de sí misma. Se deja llevar por el pánico y busca la seguridad en las normas
y en la autoridad. Depende de los demás y de sus opiniones. Pierde la calma y se
obsesiona por pequeñas cosas.
INTEGRACIÓN – CRECIMIENTO
La personalidad uno en el siete. Acepta la reali-
dad y las imperfecciones que ésta comporta, a la
vez que se vuelve más espontánea y alegre. Ejer-
ce menos control sobre sus reacciones y senti-
mientos. Aprende a relativizar y se hace más flexi-
ble. Valora lo que está bien sin centrar la atención
en lo que no es correcto. Descubre que la vida no
es sólo seriedad y tiene una perspectiva más am-
plia de las cosas y los hechos.
La personalidad siete en el cinco. Profundiza en
las cosas y se vuelve más centrada como estrate-
gia para encontrarse a sí misma. Dedica tiempo a
la introspección y al silencio. Equilibra la vida inte-
rior con los intereses externos. Reconoce el sufri-
miento como un proceso de aprendizaje.
La personalidad cinco en el ocho. Sale de su
aislamiento y actúa con confianza en sí misma.
Convierte sus conocimientos en acción. Aprende a
confiar en su instinto. Es más sociable y se implica
en causas colectivas.
La personalidad ocho en el dos. Se entrega a causas nobles y se compromete
en interés de los demás. Es más humana, empática y cercana. Se siente libre para
expresar sus emociones. Descubre la importancia del servicio a los demás. 

La personalidad dos en el cuatro. Cae en la cuenta de que tiene legítimas necesi-
dades y aprende a decir «no» y a cuidar de sí misma. Aprende a equilibrar la vida in-
terior con los intereses externos. Se toma tiempo para sí y analiza su mundo interior.
Valora la soledad. Aumenta su autoestima.
La personalidad cuatro en el uno. Se hace más disciplina- da y aprende a actuar
con objetividad. Pasa del ensimisma- miento a la acción. No tiene tanta necesidad
de sentirse única y diferente. Se siente menos controlada por los sentimientos. Se
implica en proyectos comunitarios, centrándose en el presente y en las cosas prác-
ticas del día a día.
resándose por su propio crecimiento. Canaliza su energía hacia objetivos definidos.
Se vuelve más asertiva. Mejora su autoconcepto y su autoestima. 

La personalidad tres en el seis. Aprende a identificarse con los demás y deja de ser
tan competitiva. Pone sus cualidades al servicio de los demás y de la comunidad. Se
desprende de su máscara y es más auténtica en todos los aspectos y relaciones. Se
esfuerza en potenciar a los demás. 

La personalidad seis en el nueve. Comprende que no tiene que demostrarse nada
a sí misma ni tiene que defenderse de nadie. Se relaja y se vuelve más optimista,
autónoma e in- dependiente. Valora la calma como una estrategia útil para controlar
sus miedos.