Está en la página 1de 3

Los filósofos presocráticos como Tales y Anaximandro buscan responder a la pregunta que surge a

partir del principio de razón: - Todo lo que es tiene su razón o fundamento-. Los filósofos a lo largo
de la historia han encontrado distintos fundamentos, elementos primordiales o arjé que justifiquen la
existencia de todo lo que es. Sin embargo hay dos pensadores que representan dos modelos distintos
de respuestas a la pregunta por el principio de razón. Luego de ellos todos los pensadores siguientes,
de alguna manera, desarrollan sus propios pensamientos siguiendo un modelo o el otro. Estamos
hablando de Heráclito y Parménides.

Los filósofos comenzaron a filosofar a partir del asombro y se sorprendieron del cambio de ver cómo
las cosas pasan del ser al no ser. Un árbol, por ejemplo, gracias a ese cambio que se llama
crecimiento, pasa de ser pequeño, y , por lo tanto, no ser grande, a ser grande y no ser pequeño. Este
cambio se manifiesta en múltiples fenómenos del universo. Entonces se podrían preguntar: ¿Qué es el
cambio?, ¿Por qué lo hay, qué significa?, ¿Es que no hay mas que cambio?¿O es que el cambio es
cambio de algo que su último fundamento no cambia? ¿Es el cambio una mera ilusión?

Para Heráclito el fundamento de todo está en el cambio incesante, el ente deviene, todo se transforma
en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa.
Para Parménides el fundamento de todo es el ente inmutable, único y permanente; el ente “es” sin
cambio ni transformación ninguna.

Heráclito de Éfeso (Jonia, Asia menor) siglo V a.C. De su obra sólo quedan fragmentos (como sucede
con todos los presocráticos), lo cual dificulta su estudio, además se suma la dificultad de su estilo de
escritura, le decían Heráclito el oscuro. Este pensador por medio de metáforas determina que la
realidad es puro devenir, que fluye constantemente. “Todo pasa y nada permanece”. Compara la
realidad con el curso de un río: “No podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Porque cuando
regreso a él sus aguas ya no son las mismas. El río de Heráclito simboliza el cambio perpetuo de todas
las cosas. Por lo tanto para este pensador la permanencia es una ilusión, todo aquellos que parece
permanecer en su identidad en realidad oculta en secreto el cambio que de a poco lo corroe, como le
sucede a las montañas o a los mármoles.

“Este mundo, el mismo para todos, no lo hizo ninguno de los dioses ni ninguno de los hombres, sino
que siempre fue, es y será fuego siempre vivo, que se enciende según medida y se apaga según
medida.”

Los griegos pensaban al mundo, al cosmos como un orden bello, hermoso, armonioso. La creencia
mítica religiosa habla de la creación del mundo no de la nada como en la creencia cristiana, sino a
partir del caos y fueron los dioses quienes lo ordenaron. Para Heráclito esto no es así, niega que el
mundo sea creación de los hombres o de los dioses, según él siempre fue y será. Es el primer griego
en presentar el concepto de eternidad que es infidad temporal del ser.

Pero¿En qué consiste el mundo, cuál es su fundamento, lo que lo hace ser tal como es? Heráclito dice
que es el “fuego siempre vivo”. Puede interpretarse el fuego como un símbolo del cambio y a la vez
como motor y substancia del mismo. En cuanto al calificativo “siempre vivo” que se le aplica al
fuego, significa, no sólo la eternidad del mundo, sino también que esa substancia que es el fuego la
piensa Heráclito como algo animado (hilozoísmo), quizás aún de índole psíquica; el fuego es un
principio generador, autoformador y autogenerador, inmanente a todas las cosas.
“El camino hacia arriba y el camino hacia abajo, uno y el mismo camino”.
El Logos de Heráclito

-“según medida” indica que el cambio se genera en un ritmo alterno (como las estaciones o la muerte
y nacimiento). Lo que le interesa entender a Heráclito es la medida del cambio, la regla o norma de
ese devenir. El cambio no es un cambio puro, sin reglas ni orden (lo cual sería impensable), sino que
es un cambio que sigue ciertas pautas. Así aparece la Diké (justicia) y Logos. Esa ley o norma la
piensa Heráclito como ritmo u oscilación entre opuestos.

“la guerra de todas las cosas es padre, de todas las cosas rey”.

La guerra (padre, rey) es un nombre que Heráclito le da al cambio, es aquello donde las cosas se
generan y a la vez lo mandan, gobierna sobre ellas. Éstos son los dos sentidos principales de la
palabra arjé, “fundamento” o “principio”, porque el fundamento de todos los entes se los piensa como
aquel algo primordial de que todos proviene, del que dependen y por el que están dominados, pues se
les impone su ley.

La guerra supone siempre enemigos, contrarios y el cambio implica el par de opuestos ser y no ser
como si fuesen contrincantes.
--”Todo lo que es contrario se concilia y de las cosas más diferentes nace la más bella armonía, y todo
se engendra por vía de contraste” (frag. 8).
Mejor es la armonía oculta que la aparente. (frag.54). Ellos no comprenden cómo conspira consigo
mismo lo que es diferente: armonía por tensiones opuestas, como del arco y de la lira (frag.51). El
Dios es día-noche, invierno-verano, guerra-paz, saciedad-hambre (frag. 67). Es necesario saber que la
guerra es común, y la justicia contraste, y que todas las cosas se engendran y llegan a faltar por la vía
del contraste (80). La guerra es madre y reina de todas las cosas (frag. 53). — Sólo la enfermedad
hace dulce la salud; el mal el bien; el hambre la saciedad; la fatiga el reposo (frag. 111).

Heráclito concibió el absoluto como un proceso dialéctico, porque toda cosa, en su incesante cambio,
reúne en sí determinaciones opuestas, es y no es.

La identidad de los contrarios:

-”Es preciso saber que la guerra es común (a todas las cosas), y (que) la justicia (es) discordia, y que
todas las cosas ocurren según discordia y necesidad”.

“El mar es el agua más pura y la más sucia, para los peces potable y saludable, para los hombres
impotable y deletérea”.

Estos pasajes y otros similares, enseñan que los opuestos, sin dejar de serlo, no son nada separado de
modo absoluto, sino más bien momentos alternos y complementarios de un sólo dinamismo, de una
unidad superior que los engloba y domina, a saber, la guerra. En comprenderlo reside la sabiduría.

Logos a) palabra, dicho, discurso.


b) relación, proporción.
c) razón, inteligencia, concepto, estudio.

Logos como reunión, reúne a los contrarios, los armoniza y de la multiplicidad constituye el mundo.
Dice Heráclito: — Quien habla con inteligencia debe apoyarse sobre lo que es común a todos, como
una ciudad sobre la ley, y mucho más firmemente aún. Porque todas las leyes humanas están nutridas
de la única ley divina, que domina todo lo que quiere, basta a todos y triunfa (frag. 114) .
--Por ello conviene que se siga la universal (Razón), es decir, la (razón) común: ya que lo universal es
lo común. Pero mientras esta Razón es universal, la mayoría vive como si tuviesen una inteligencia
absolutamente personal (frag. 2).

— Escuchando a la Razón, y no a mí, es sabio reconocer que lo Uno es todas las cosas (frag. 50).

También podría gustarte