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Anatomía de sistema reproductivo humano

De todos los sistemas del cuerpo, el sistema reproductivo es un


tanto sui géneris. A diferencia con los demás, el sistema
reproductivo aparenta estar "durmiente" hasta la pubertad sin
participación significativa en los procesos vitales del organismo.
Cuando "despierta", después de transcurrida más de una década
de vida, produce cambios sustanciales en la anatomía corporal y
en el comportamiento sentimental del individuo.

Los órganos sexuales primarios o gónadas son los ovarios en las


hembras y los testículos en los varones, y estos órganos
producen las células sexuales o gametos. También segregan las
hormonas sexuales. Adicionalmente a los órganos primarios
reproductivos existe un conjunto de conductos, glándulas, y
genitales externos que en general se conocen como órganos
reproductivos accesorios. Aunque el sistema reproductivo entre
hembras y varones difiere sustancialmente el propósito de
ambos es la generación de descendencia.

El rol masculino en la reproducción es la producción de gametos


masculinos o espermatozoides y liberarlos en el tracto
reproductivo femenino para producir la fertilización en un acto
conocido como eyaculación. Por su parte, las hembras producen
los gametos femeninos complementarios, llamados óvulos. Si
entran en contacto ambos gametos en el momento apropiado, el
espermatozoide y el óvulo se funden y dan lugar a la primera
célula del nuevo individuo, y de esta surgen el resto de las células
del cuerpo. La participación de los sistemas reproductivos
masculino y femenino es equivalente hasta la fertilización, pero
una vez producida esta, el útero femenino proporciona el
ambiente adecuado para que el embrión se desarrolle hasta el
nacimiento.

Las hormonas sexuales, andrógenos en los varones, y estrógenos


y progesterona en las hembras juegan un gran papel, lo mismo
en el desarrollo del sistema reproductivo, como en el
comportamiento y el deseo sexual. Esas hormonas también
tienen notable influencia en el crecimiento y desarrollo de varios
otros órganos y tejidos del cuerpo.
Panorama anatómico del sistema reproductivo masculino
Órganos reproductivos masculinos
Figura 1. Órganos reproductivos masculinos
El hecho de tener testículos define al varón, y estos producen los
espermatozoides. Los testículos yacen dentro del escroto (figura
1), un saco de piel que cuelga fuera de la cavidad
abdominopélvica en la raíz del pene. Del testículo, los
espermatozoides se liberan al exterior del cuerpo usando una
serie de conductos que incluyen en orden consecutivo:

1.- El epidídimo: un órgano tubular en forma de coma de unos


3.8 cm de longitud y 12 mm de ancho cuya cabeza está colocada
como una "gorra" en la parte superior del testículo y lo rodea
posterolateralmente. Contiene un largo y fino conducto muy
enrollado, el que estirado alcanza unos 6 metros.
2.- El conducto deferente: un conducto algo tortuoso de unos 45
cm de longitud que nace en el epidídimo y termina como
conducto eyaculador dentro de la próstata antes de alcanzar la
uretra.
3.- La uretra: que se abre al exterior en la punta del pene por el
orificio uretral externo.

Existen varias glándulas accesorias que vierten sus secreciones


en los conductos durante la eyaculación para formar el semen:

1.- Las vesículas seminales: que yacen en la pared posterior de la


vejiga urinaria y son glándulas con la forma y tamaño del dedo
meñique, encargadas de producir un fluido viscoso que cuenta
por el 60 % del semen.
2.- La próstata: una glándula que envuelve la uretra, del tamaño
de una castaña y encargada de producir un fluido lechoso y
ligeramente ácido que cuenta por un tercio del volumen del
semen. La secreción de la próstata juega un rol en la activación
del espermatozoide.

3.- Las glándulas bulbouretrales: llamadas también glándulas de


Cowper tienen el tamaño de un guisante y se ubican inferiores a
la próstata. Segregan un moco claro y espeso que neutraliza las
trazas ácidas de orine en la uretra antes de la eyaculación.
Panorama anatómico del sistema reproductivo femenino
Órganos reproductivos femeninos
Figura 2. Órganos reproductivos femeninos
El rol femenino en la reproducción es mucho más complejo que
el masculino, ya que no solo produce los gametos, si no también
se prepara para nutrir el embrión hasta su nacimiento unos 9
meses después de la fertilización. Los ovarios o gónadas
femeninas son los órganos reproductivos primarios de las
hembras, y al igual que los testículos cumplen un doble
propósito: junto a la gametogénesis también producen las
hormonas femeninas, los estrógenos que incluyen el estradiol, la
estrona y el estriol, y la progesterona. Los conductos accesorios:
tubos uterinos, útero y vagina transportan, y por otro lado sirven
las necesidades de las células reproductivas y el desarrollo del
feto.

Los ovarios y los conductos accesorios se conocen como


genitales internos y están en su mayoría dentro de la cavidad
pélvica (figura 2). Los conductos accesorios contados desde la
proximidad a los ovarios hasta la salida al exterior son:

1.- Las tompas uterinas: también llamadas trompas de Falopio u


ovidutos, son conductos que se extienden desde los ovarios
hasta el útero, y es la región donde se produce la fertilización del
óvulo.
2.- El útero: está ubicado en la pelvis, anterior al recto y posterior
a la vejiga urinaria. Es un órgano hueco, de paredes gruesas cuya
función es recibir, retener y nutrir el óvulo fertilizado.

3.- La vagina: es un conducto de paredes finas de unos 8-10 cm


de longitud y es el órgano femenino de copulación al ser el que
recibe el pene y el semen. Se ubica entre la vejiga urinaria y el
recto y se extiende desde el cuello del útero hasta el exterior.
4.- Los genitales externos: son órganos reproductivos ubicados
en el exterior y al conjunto de estructuras que los forman
también se le llama vulva o pudendum.

Otros órganos que pueden considerarse como parte del sistema


reproductivo femenino son las mamas o glándulas mamarias,
aunque su rol comienza a ser importante después del nacimiento
del bebé a fin de alimentarlo durante las primeras etapas de la
vida.
Los órganos individuales
Con la visión panorámica descrita hasta ahora del sistema
reproductivo de ambos sexos podemos pasar a describir cada
uno de los órganos que lo constituyen con más detalles. Estos
temas se han redactado en artículos aparte, y usted podrá ganar
acceso a ellos en los enlaces que siguen:
Sistema masculino
1.- Escroto.
2.- Testículos.

3.- Pene.
4.- Epidídimo.

5.- Conducto deferente.


6.- Uretra.

7.- Vesículas seminales.


8.- Próstata.
10.- Glándulas bulbouretrales.
11.- Semen.

Sistema femenino
1.- Ovarios.
2.- Trompas de Falopio.

3.- Útero.
4.- Vagina.

5.- Genitales externos.


6.- Glándulas mamarias.

Contenido del artículo


Erección
Eyaculación
Producción de espermatozoides
Espermatogénesis
Rol de las células sustentaculares
Fisiología del sistema reproductivo masculino.
Para interpretar mejor lo que sigue a continuación se
recomienda leer primero el artículo Anatomía del sistema
reproductivo.

Funcionalmente la respuesta sexual masculina tiene dos fases:

1.- La erección del pene: lo que permite penetrar la vagina


femenina.
2.- La eyaculación: que descarga el semen dentro de la vagina.

Erección
El engrosamiento y la rigidez de pene es una consecuencia de la
saturación de los cuerpos erectilesi con sangre. Normalmente,
cuando no hay excitación sexual en el hombre, las arteriolas que
alimentan sangre a los cuerpos erectiles están constreñidas y el
pene está flácido. Sin embargo, si el hombre se excita
sexualmente se dispara un reflejo parasimpático que promueve
la liberación de monóxido de nitrógeno (NO) localmente. El NO
es un poderoso vasodilatador que relaja la musculatura lisa de
las paredes de las arteriolas lo que causa que estas se dilaten
permitiendo de esta forma que se llenen con sangre. La propia
expansión del cuerpo cavernoso (uno de los cuerpos erectiles)
comprime las venas de drenaje y con ello se sostiene la
saturación sanguínea y la consecuente erección. El cuerpo
esponjoso se dilata también, pero en menor proporción, para
evitar que pueda comprimir la uretra y bloquear el paso el
semen durante la eyaculación. Este raro caso de control de
arteriolas por vía parasimpática también estimula, por la misma
vía, a las glándulas bulbouretrales cuyo efecto es lubricar el
glande.
Son variados los estímulos sexuales que conllevan a la erección,
entre estos están: tocar la piel de los genitales, manipular el
pene, observar escenas eróticas, y recibir ciertos olores o
sonidos. En estos casos el sistema nervioso central responde
activando neuronas parasimpáticas que inervan los músculos de
las arteriolas que atienden el pene. En ocasiones la erección es
inducida solo por actividad emocional o mental como en el caso
de pensar en un encuentro sexual.

A la incapacidad de tener una erección cuando se desea se le


llama disfunción eréctil o impotencia y puede ser temporal
debido a factores psicológicos, por el efecto del alcohol y
algunos medicamentos. Si la disfunción eréctil es crónica la
condición es debida en la gran mayoría de los casos a: (1)
factores hormonales, como la inadecuada producción de
testosterona; (2) problemas vasculares, como la aterosclerosis,
venas varicosas en el pene, o daños en los vasos sanguíneos del
pene; (3) nerviosos, al resultar dañados los nervios del pene por
cirugía, trauma físico o terapias con radiaciones.
Eyaculación
Se nombra eyaculación al proceso de expulsión del semen a
través del sistema de conductos reproductivos masculinos. El
proceso de eyaculación, a diferencia con la erección que está
dominada por la división parasimpática del sistema nervioso
autónomo, se controla por la división simpática. Cuando los
impulsos nerviosos que producen la erección llegan a cierto nivel
crítico, se dispara una respuesta en la médula espinal que envía
impulsos nerviosos masivos a las fibras simpáticas que atienden
los órganos genitales, y esta "invasión" de señales desencadena
una secuencia de eventos que inician y desarrollan la
eyaculación. Estos eventos son:

1.- Las glándulas accesorias (vesícula seminal, glándulas


bulbouretrales y próstata) y los conductos reproductivos se
contraen para verter sus contenidos en la uretra.
2.- Los músculos del esfínter de la vejiga urinaria se contraen
para cerrar el paso y evitar el flujo de orine o el contraflujo de
semen entre ese órgano a la uretra.

3.- Los músculos bulboesponjosos del pene desarrollan una


rápida secuencia de contracciones impulsando el semen a gran
velocidad (hasta 5 metros por segundo) dentro de la uretra para
ser expelido al exterior. Las contracciones rítmicas que expulsan
el semen están acompañadas por sensaciones de placer intensas
y otros cambios en el cuerpo como contracciones musculares
generalizadas, aumento del ritmo cardíaco, y la elevación de la
presión sanguínea.

A toda la secuencia de eventos que se producen durante la


eyaculación se le conoce como clímax u orgasmo, y una vez
realizado le siguen rápidamente la relajación muscular y
psicológica, así como la contracción de los músculos de las
arteriolas que sirven al pene, produciendo con ello la
disminución de la presión sanguínea en su interior para permitir
que vuelva a tornarse flácido.

Después de la eyaculación se produce un período "durmiente"


que puede durar desde minutos hasta horas durante el cual el
hombre no puede producir un nuevo orgasmo. Este período
aumenta con la edad.

Producción de espermatozoides
La producción de espermatozoides o espermatogénesis es la
secuencia de eventos que se producen en los túbulos
seminíferos de los testículos y que dan lugar finalmente a la
formación de los espermatozoides o células sexuales masculinas.
La producción de espermatozoides comienza usualmente en los
varones a los 14 años de edad y continúa a través del resto de la
vida a razón de unos 400 millones diarios en el adulto sano.

Antes de entrar en los detalles de como se forman los


espermatozoides resulta necesario conocer las cuestiones
generales más significativas que intervienen en la generación de
una célula sexual o gameto con independencia del sexo. Primero
que todo hay que saber que tener dos juegos de cromosomas,
uno de cada padre, es un elemento clave para la proliferación y
supervivencia de los seres humanos. La cantidad normal de
cromosomas en la gran mayoría de las células humanas es de 46
y esta cantidad se conoce cono diploide o número cromosómico
2n. Tal número de cromosomas contiene 23 pares de
cromosomas homólogos, y uno de los cromosomas homólogos
de cada par proviene del padre, cromosoma paternal, y el otro
de la madre, cromosoma maternal. En términos generales cada
homólogo del par luce igual al otro y contiene los genes que
aportan el código genético para un mismo rasgo, más, sin
embargo, no producen expresiones idénticas de ese rasgo.
A diferencia con la célula "normal", los gametos humanos tienen
solo 23 cromosomas y se conocen como haploides o de número
cromosómico n. En el gameto solo existe uno de los cromosomas
homólogos de cada par, de modo que cuando el espermatozoide
y el óvulo (gameto femenino) se funden durante la fecundación
se restablece el número de cromosomas típico diploide de las
células. Note que de esta forma cada rasgo de la nueva vida
estará influenciado por el cromosoma materno y por el paterno.
Normalmente, durante la reproducción celular del cuerpo en el
desarrollo o reparación de los tejidos, la célula madre replica el
juego completo de los 23 pares de cromosomas por división del
núcleo, y luego se divide la propia célula para formar dos células
"hijas" idénticas con cromosomas idénticos y por tanto con la
misma información genética, y a este proceso se le llama mitosis.
Sin embargo, dentro de las gónadas (testículos y ovarios) la
división celular para formar gametos no sigue únicamente el
patrón de la mitosis y en su lugar el núcleo de la célula madre
sufre dos divisiones consecutivas para dar lugar a cuatro células
hijas cada una de las cuales tiene solo 23 cromosomas, es decir,
la mitad de los que tiene la célula típica del cuerpo.

La reducción del número de cromosomas de los gametos se


produce mediante una división celular peculiar, la meiosis en la
cuál la célula madre diploide, experimentará, como ya se dijo,
dos divisiones celulares sucesivas sin que se produzca la
duplicación de los cromosomas en una de las divisiones, lo que
permite generar cuatro células haploides. Otra particularidad de
la meiosis es que previo a una de las etapas de división, los
cromosomas homólogos de cada par se alinean juntos al azar e
intercambian secciones de sus estructuras de modo que los
nuevos cromosomas dejan de ser genéticamente idénticos a los
maternos y paternos presentes en la célula madre. La forma
aleatoria del intercambio de información genética determina
también que muy probablemente dos gametos nunca serán
exactamente iguales, esto es, se introduce la variabilidad
genética.
Espermatogénesis
Ya hemos apuntado que la espermatogénesis se produce en las
paredes de los túbulos seminíferos de los testículos. La sección
de los túbulos seminíferos del testículo de un adulto muestra
que la mayoría de las células que conforman la pared epitelial del
túbulo seminífero son diferentes estados de división celular
(figura 1 a continuación).
Espermatogénesis

Figura 1. Espermatogénesis

Todas esas células se conocen en conjunto como células


espermatogénicas y dan lugar a los espermatozoides según la
siguiente serie de divisiones y transformaciones (auxíliese de la
figura 1 arriba).

1.- Mitosis del espermatogonio: Las células más externas y


especializadas del túbulo, y que están en contacto con la lámina
basal de epitelio, son las células madres o espermatogonios. Los
espermatogonios se dividen más o menos continuamente por
mitosis, y, hasta la pubertad, todas las células hijas se convierten
en espermatogonios. La espermatogéneis comienza durante la
pubertad y continua de ahí en adelante. Después de la pubertad,
cada división del espermatogonio da lugar a dos células hijas
características: tipo A y tipo B. Las células hijas tipo A se quedan
en la membrana basal para constituir nuevas células germinales.
Las células hijas tipo B son empujadas hacia el lumen del túbulo,
lugar donde se convierten en espermatocitos primarios
destinados a producir cuatro espermatozoides.
2.- Meiosis: Aun en épocas tempranas de la espermatogénesis,
los espermatocitos primarios generados en la fase anterior se
someten a la meiosis I para formar dos células haploides
pequeñas llamadas espermatocitos secundarios, los que
rápidamente sufren la meiosis II y sus células hijas, denominadas
espermátidos, son células redondas y pequeñas con un gran
núcleo esférico que se ven cerca del lumen del túbulo.

3.- Espermiogénesis: Al final de la espermatogénesis, cada


espermátido tiene el número de cromosomas correcto para la
fertilización (n) pero no es capaz de moverse. Aun debe sufrir un
proceso de aerodinamización llamado espermiogénesis durante
el cual pierde el exceso de carga citoplasmática y desarrolla una
cola. El resultado es el espermatozoide, en el que pueden
diferenciarse tres regiones principales: La cabeza, la zona media
y la cola, cada una de las cuales corresponde, a groso modo, a las
regiones genética, metabólica, y locomotora respectivamente.

*.- La cabeza: consiste casi enteramente del núcleo aplanado


que contiene el ADN compactado. Adherido en la punta del
núcleo está una estructura como casco llamada acrosoma que
contiene enzimas que permiten al espermatozoide perforar y
entrar en el óvulo.
*.- La zona media: contiene mitocondrias apretadas en espiral
alrededor del filamento contráctil de la cola, las que le
proporcionan a esta la energía metabólica necesaria para su
movimientos sinuosos de impulsión del espermatozoide.

*.- La cola: es un típico flagelo que impulsa el espermatozoide


a lo largo del camino dentro del tracto reproductivo femenino.

Pero las paredes de los túbulos no están formadas solo de


células que se dividen para fabricar gametos, también existen allí
las células sustentaculares que juegan un importante rol en la
espermatogénesis como se describe a continuación.
Rol de las células sustentaculares.
Los descendientes del mismo espermatogonio durante la
espermatogénesis se mantienen muy próximos unos a otros
unidos por puentes citoplasmáticos, y adicionalmente están
rodeados y conectados a unas células de soporte especiales
llamadas células sustentaculares o células de Sertoli las que se
extienden desde la lámina basal hasta el lumen del túbulo.

La células sustentaculares se acoplan unas a otras por apretadas


uniones que forman una capa impenetrable dentro del túbulo
seminífero dividiéndolo en dos compartimientos:

1.- El compartimiento basal: que se extiende desde la lámina


basal hasta las uniones entre las células sustentaculares y
contiene los espermatogonios y los epermatocitos primarios.
2.- El compartimiento adluminal: que yace interno a las uniones
e incluye las células en actividad meiótica y el lumen del túbulo.
Las uniones herméticas entre las células de Sertoli forman lo que
se conoce como barrera hemato-testicular que impide que las
células diferenciadas como espermatozoides se escapen al
torrente sanguíneo y constituyan de esa forma antígenos dada su
característica de tener solo la mitad de los cromosomas. De la
misma forma la barrera impide la llegada de células
inmunológicas, como los leucocitos, a la zona de la
espermatogénesis. Si no existiera esta barrera los
espermatozoides se reconocerían como "células extrañas" con la
consecuente respuesta destructiva inmunológica. Como los
espermatozoides no se forman hasta la pubertad, no están
presentes durante el "tiempo de programación" del sistema
inmunológico en el reconocimiento de los tejidos propios en las
etapas tempranas de la vida. Los epermatogonios, que están
fuera de la barrera podrán ser reconocidos como "propios" y
estarán influenciados por los mensajeros químicos del torrente
sanguíneo que inician la espermatogénesis. Después de la
primera etapa de mitosis de los espermatogonios, las fuertes
uniones herméticas se abren el tiempo necesario para permitir el
paso de los espermatocitos primarios hacia el compartimiento
adluminal.

Ya dentro del compartimiento adluminal los espermatocitos y los


espermátidos se mantienen prácticamente encerrados en
cavidades de las células sustentaculares las que producen los
efectos siguientes:

1- Entregan nutrientes a las células en división.


2.- Las trasladan hacia el lumen del túbulo.
3.- Segregan el fluido testicular que proporciona el medio de
transporte de los espematozoides dentro del lumen.
4.- Disponen del citoplasma en exceso desprendido de los
espermátidos a medida que se transforman en espermatozoides.

Producen mediadores químicos que participan en la regulación


de la espermatogénesis.
La espermatogénesis dentro del testículo, desde la formación del
espermatocito primario hasta la liberación del espermatozoide
inmaduro, demora entre 64 y 72 días, y estos espermatozoides
liberados al lumen son aun incapaces de "nadar" y de fertilizar un
óvulo. Resultan llevados por la corriente de fluido testicular a
través del sistema tubular del testículo hacia dentro del
epidídimo, donde maduran ganando en movilidad y en capacidad
de fertilización.

Contenido del artículo


Respuesta sexual femenina
Producción de los óvulos
Ovogénesis
Ciclo ovárico

Fisiología del sistema reproductivo femenino


Para interpretar mejor lo que sigue a continuación se
recomienda leer primero el artículo Anatomía del sistema
reproductivo.
Respuesta sexual femenina
Funcionalmente, la respuesta sexual femenina es similar a la
masculina en muchos aspectos y puede separarse al igual que
aquella en dos fases.

1.- Excitación sexual: en esta etapa el clítoris, la mucosa vaginal y


los senos se alimentan con sangre adicional; los pezones se
tornan erectos; y aumenta la actividad de las glándulas
vestibulares para lubricar el vestíbulo y facilitar la entrada del
pene. La suma de estos procesos son equivalentes, aunque con
más extensión, a la fase de erección masculina. La excitación
sexual se produce igualmente que en los varones por estímulos
táctiles y psicológicos y está mediada por la misma ruta de
nervios autónomos que en los varones.
2.- Orgasmo: en este caso no está acompañado por la
eyaculación, pero se producen igualmente contracciones
musculares en todo el cuerpo; el ritmo cardíaco y la presión
sanguínea aumentan; y el útero comienza a contraerse
rítmicamente. Al igual que en los varones el orgasmo femenino
está acompañado por la sensación de intenso placer seguido por
relajación. Al orgasmo femenino no le sigue un período
"durmiente" como en el caso masculino, de modo que las
hembras pueden experimentar múltiples orgasmos durante una
misma experiencia sexual.

Para la concepción es indispensable que se produzca en los


varones el orgasmo y la consecuente eyaculación, sin embargo,
esto no es necesario en las hembras y la fertilización puede
ocurrir con y sin orgasmo femenino.
Producción de los óvulos
Los óvulos o células sexuales femeninas son las que se funden
con el espermatozoide masculino para que se produzca la
fecundación e inicie la formación de una nueva vida. La
ovogénesis es la secuencia de eventos que se producen en los
ovarios y que dan lugar finalmente a la formación de los óvulos.
La producción de óvulos activos comienza usualmente en las
hembras a partir de la pubertad (entre 11 y 13 años de edad) y
continúa hasta alrededor de los 51 años de edad a razón
promedio de uno mensual en el adulto sano.
Antes de entrar en los detalles de como se forman los óvulos
resulta necesario conocer las cuestiones generales más
significativas que intervienen en la generación de una célula
sexual o gameto con independencia del sexo. Primero que todo
hay que saber que tener dos juegos de cromosomas, uno de
cada padre, es un elemento clave para la proliferación y
supervivencia de los seres humanos. La cantidad normal de
cromosomas en la gran mayoría de las células humanas es de 46
y esta cantidad se conoce como diploide o número cromosómico
2n. Tal número de cromosomas contiene 23 pares de
cromosomas homólogos, y uno de los cromosomas homólogos
de cada par proviene del padre, cromosoma paternal, y el otro
de la madre, cromosoma maternal. En términos generales cada
homólogo del par luce igual al otro y contiene los genes que
aportan el código genético para un mismo rasgo, más, sin
embargo, no producen expresiones idénticas de ese rasgo.

A diferencia con la célula "normal", los gametos humanos tienen


solo 23 cromosomas y se conocen como haploides o de número
cromosómico n. En el gameto solo existe uno de los cromosomas
homólogos de cada par, de modo que cuando el espermatozoide
(gameto masculino) y el óvulo (gameto femenino) se funden
durante la fecundación se restablece el número de cromosomas
típico diploide de las células. Note que de esta forma cada rasgo
de la nueva vida estará influenciado por el cromosoma materno
y por el paterno.
Normalmente, durante la reproducción celular del cuerpo, en el
desarrollo o reparación de los tejidos, la célula madre replica el
juego completo de los 23 pares de cromosomas por división del
núcleo, y luego se divide la propia célula para formar dos células
"hijas" idénticas genéticamente con cromosomas idénticos y por
tanto con la misma información genética, y a este proceso se le
llama mitosis. Sin embargo, dentro de las gónadas (testículos y
ovarios) la división celular para formar gametos no sigue
únicamente el patrón de la mitosis y en su lugar el núcleo de la
célula madre sufre dos divisiones consecutivas para dar lugar a
cuatro células hijas cada una de las cuales tiene solo 23
cromosomas, es decir, la mitad de los que tiene la célula típica
del cuerpo.

La reducción del número de cromosomas de los gametos se


produce mediante una división celular peculiar, la meiosis en la
cual la célula madre diploide, experimentará, como ya se dijo,
dos divisiones celulares sucesivas sin que se produzca la
duplicación de los cromosomas en una de las divisiones, lo que
permite generar cuatro células haploides. Otra particularidad de
la meiosis es que previo a una de las etapas de división, los
cromosomas homólogos de cada par se alinean juntos al azar e
intercambian secciones de sus estructuras de modo que los
nuevos cromosomas dejan de ser genéticamente idénticos a los
maternos y paternos presentes en la célula madre. La forma
aleatoria del intercambio de información genética determina
también que muy probablemente dos gametos nunca serán
exactamente iguales, esto es, se introduce la variabilidad
genética. La producción de células sexuales o gametos
masculinos (espermatogénesis) comienza en la pubertad y
continúa durante toda la vida, pero en las hembras, el proceso
homólogo u ovogénesis presenta una situación bastante
diferente. Cuando una hembra nace lo hace con la cantidad total
de células precursoras de óvulos dentro de los ovarios, y el
tiempo durante el cual los libera se extiende desde la pubertad
hasta la menopausa alrededor de los 50 años de edad,
Ovogénesis
Ovogénesis
Figura 1. Etapas de la ovogénesis mostrando los eventos de
división celular.

En una hembra, el suministro de células precursoras de óvulos ya


está determinado cuando se nace y el proceso de su liberación
como célula sexual, u ovogénesis, demora años en completarse.
Veamos como es el proceso:

1.- Período fetal: en el período fetal, esto es, antes del


nacimiento, los ovogonios, que son las células madres diplóicas
de los ovarios, se reproducen rápidamente por mitosis, lo que
produce nuevas células diplóicas. A continuación, estas células
entran en una fase de crecimiento y sientan las reservas de
nutrientes dando lugar a los ovocitos primarios (figura 1), los que
a su vez comienzan a rodearse de una capa simple de células
foliculares aplanadas generando así los folículos primordiales.
Note que hay que separar dos estructuras diferentes pero muy
relacionadas: las células madres verdaderas que darán lugar al
gameto, primariamente ovogonios, que sufren el proceso de
división meiótica; y los folículos, que incluyen además una suerte
de encapsulamiento formado alrededor de ellas. Ambas
estructuras tienen su proceso de desarrollo durante la
ovogénesis. Los ovocitos primarios, es decir las células ya
crecidas y con las reservas de nutrientes necesarias comienzan la
primera división meiótica, pero luego esta se paraliza y no se
completa. Al nacer, una hembra ya tiene la reserva de por vida
de ovocitos primarios en forma de folículos primordiales, unos
dos millones ubicados en la región de la corteza de sus ovarios
aun inmaduros. Aunque parezca sorprendente los ovocitos
primarios se mantienen en ese estado de inanimación durante
toda la niñez esperando un período de entre 10 y 14 años hasta a
pubertad.
2.- Pubertad: Al alcanzar la pubertad aun quedan en los ovarios
unos 400 000 ovocitos primarios, y comienza en ese momento la
activación de un número reducido de ellos cada mes para dar
"terminación" a la obra de formar los gametos iniciada siendo
aun un feto. El proceso que sigue a esta activación se describe a
continuación.

De los ovocitos primarios activados cada mes, solo uno de ellos


resulta finalmente "elegido" para completar la primera etapa de
la meiosis y producir dos células haploides, es decir, con solo 23
cromosomas. Cuando se completa la primera etapa de la meiosis
las células "hijas" tienen una notable diferencia de tamaño. La
célula más pequeña se conoce como primer cuerpo polar
mientras que la más grande, que tiene casi todo el citoplasma de
la célula original, resulta ser el ovocito secundario.
El primer cuerpo polar continúa el proceso de división y sufre la
segunda etapa de la meiosis produciendo dos cuerpos polares
aun más pequeños. Por su parte, el ovocito secundario en los
humanos comienza la segunda etapa de la meiosis y se detiene
"a medio camino" sin completarla. En este estado es que se
libera por el ovario, esto es, como óvulo aun infuncional. Si el
ovocito secundario que ha sido ovulado no resulta penetrado por
algún espermatozoide simplemente se deteriora. Pero si se
produce la penetración del espermatozoide, el ovocito
secundario completa rápidamente la segunda etapa de la
meiosis, dando lugar a un gran óvulo y a un diminuto cuerpo
polar. Si hacemos un recuento de todo el proceso, usted podrá
haber notado que los productos potenciales de la ovogénesis son
tres cuerpos polares diminutos y un gran óvulo. Todos ellos son
haploides, pero solo el óvulo es un gameto funcional. Esta
característica particular diferencia notablemente la ovogénesis
de la espermatogénesis (producción de gametos masculinos) ya
que en esta última el resultado final son cuatro gametos viables
o espermatozoides.

La división desigual del citoplasma que resulta durante la


ovogénesis asegura que un óvulo fecundado tenga una amplia
reserva de nutrientes para su "viaje" de siete días hasta el útero.
Por su parte, los cuerpos polares desprovistos de reservas
alimentarias degeneran y mueren.

Note que cuando se alcanza la pubertad la reserva de ovocitos


(400 000) es más que generosa teniendo en cuenta que se
"utiliza" uno cada mes durante el período de vida reproductivo
de la mujer de unos 50 años (digamos que entre 10 y 51 años de
edad), lo que da un total de menos de 500 óvulos producidos a lo
largo de la vida.
El ciclo ovárico
A la sucesión de eventos que se producen en los ovarios todos
los meses relacionados con la maduración del óvulo se le conoce
como ciclo ovárico y dura como promedio unos 26 días (figura 2).
Para facilitar la descripción y comprensión del ciclo es común
que se divida en dos fases:

1.- Fase folicular: esta fase corresponde al crecimiento del


folículo, nacido como folículo primordial al rodearse los ovocitos
primarios de células foliculares durante la etapa fetal, según se
anotó anteriormente. Típicamente este período dura desde el
primero hasta el día 14 del ciclo.
2.- Fase lútea: es el período de actividad del cuerpo lúteo que se
forma después de roto el folículo y expulsado el ovocito
secundario, y transcurre entre los días 14 (ovulación a mitad del
ciclo) y 26 como se describe más adelante.

La fase folicular
Ciclo ovárico
Figura 2. Vista esquemática del ciclo ovárico.
(los números en el diagrama indican la secuencia de eventos en
el desarrollo del folículo, no su movimiento dentro del ovario)

La maduración del folículo primordial ocupa la primera mitad del


ciclo ovárico e involucra varios eventos consecutivos que son:
1.- El folículo primordial se convierte en un folículo primario:
Cuando el folículo primordial (1) se activa, las células aplanadas
que rodean el ovocito primario se convierten en células
cuboidales y el ovocito se agranda. En ese estado el folículo se
llama folículo primario (2).

2.- El folículo primario se convierte en un folículo secundario: a


continuación, las células foliculares proliferan hasta formar un
epitelio estratificado alrededor del ovocito. Tan pronto como
exista más de una capa de células foliculares, estas toman el
nombre de células granulosas (3). Las células granulosas se
conectan con el ovocito en desarrollo por uniones nexus a través
de las cuales pasan los iones, metabolitos, y moléculas
portadoras de señales químicas. Se forma la teca folicular: en la
etapa que sigue (4) una capa de tejido conectivo comienza a
formarse rodeando todo el folículo y esta capa constituye la teca
folicular, la que en cooperación con las células foliculares
segregan estrógenos. Al mismo tiempo, las células foliculares
más interiores segregan una sustancia rica en glucoproteínas que
forma una membrana gruesa transparente llamada zona
pelúcida alrededor del ovocito. Se forma el antro: en la etapa
marcada como 5 en la figura 2 se acumula líquido entre las
células granulosas, el que eventualmente se aglutina para formar
una cavidad llena de líquido conocida como antro. La existencia
del antro distingue el nuevo folículo secundario del folículo
primario.
3.- El folículo secundario se convierte en un folículo vesicular: el
antro continúa expandiéndose a medida que se produce más
fluido, terminando por aislar al ovocito "sentado" en un tallo a
un lado del folículo junto con una cápsula de células granulosas
que lo rodea llamada corona radiada. Cuando el folículo alcanza
el tamaño completo (unos 2.5 cm de diámetro) se convierte en el
folículo vesicular y abulta la superficie exterior del ovario (6). El
folículo vesicular estará listo normalmente para el día 14 del
ciclo. Como uno de los eventos finales de la maduración del
folículo, el ovocito primario completa la primera etapa de la
meiosis y forma el ovocito secundario y el primer cuerpo polar.
Una vez que esto último ha sucedido se está en la etapa de "listo
para ovular" pero la meiosis se detiene y no se completa la
segunda etapa.

4.- Ovulación: ocurre cuando la abultada pared del ovario se


rompe y expulsa el ovocito secundario con su corona radiada (7)
dentro de la cavidad peritoneal. Durante la ovulación algunas
mujeres experimentan dolores punzantes en la parte baja
abdominal causados por el intenso estiramiento de la pared del
ovario. Al episodio doloroso se le conoce como mittelschmerz o
dolor intermenstrual. En el ovario de un adulto siempre hay
varios folículos en distintas etapas de la maduración pero uno de
ellos supera a los otros como folículo dominante y es el que llega
al pico de maduración cuando las señales hormonales inducen la
ovulación. El mecanismo de selección del dominante aun no está
claro pero el resto de los folículos degenerani.
La fase lútea.
Después de la ovulación, el folículo roto colapsa y el antro se
llena con sangre coagulada. A este estado del antro se le conoce
como cuerpo hemorrágico y eventualmente resulta absorbido.
Las células granulosas remanentes aumentan de tamaño, y junto
con las células internas de la teca folicular forman una nueva
glándula endocrina bastante diferente llamada cuerpo lúteo. Una
vez formado, el cuerpo lúteo comienza a segregar progesterona
(una hormona) y algo de estrógeno. El futuro del cuerpo lúteo
dependerá de si el ovocito resulta fecundado o no. Si la preñez
no resulta, el cuerpo lúteo comienza a degenerar en unos 10 días
y su producción hormonal cesa, y en este caso lo que queda es
un tejido blanco fibroso cicatrizal conocido como cuerpo
albicans. Por otro lado, si se produce la fecundación y comienza
la preñez el cuerpo lúteo persiste hasta que la placenta? esté
preparada para tomar las riendas de la producción de hormonas
por alrededor de tres meses.

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