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Estudio correlacional para ver si existe relación entre el consumo de

sustancias y problemas de salud mental en mujeres víctimas de


violencia doméstica en el centro de la mujer sector Desco de la ciudad
de Calama en el año 2020.

Alumnas:
Ashlee Berrios
Elizabeth Guerrero
Profesor
Juan Andrés Reyes P.
Carrera
Psicología
2020

1
Índice
titulo.................................................................................................................................................1
Índice................................................................................................................................................2
1.- Introducción..............................................................................................................................4
2.- Pregunta de investigación.....................................................................................................6
3.- Objetivo general.......................................................................................................................6
4.- Objetivos específicos.............................................................................................................6
5.- Justificación y fundamentación...........................................................................................6
5.1 Conveniencia........................................................................................................... 6
5.2 Valor teórico............................................................................................................. 6
5.3 Valor metodológico.................................................................................................7
5.4 Valor practica........................................................................................................... 7
5.5 Valor social............................................................................................................... 7
6. Marco teórico.............................................................................................................................8
1. Violencia de género..................................................................................................................8
1.1 Tipos de Violencia domestica..............................................................................................9
1.2. Factores asociados.........................................................................................................10
1.3. Apoyo social percibido.................................................................................................12
1.4. Sistema de protección...................................................................................................12
2. Salud mental y violencia de género................................................................................13
2.1 Principales problemas de salud mental, consumo de sustancia........................13
2.2 El consumo de sustancias y violencia de género........................................................14
7. Hipótesis de investigación..................................................................................................16
7. 1 Hipótesis de investigación:...............................................................................................16
7. 2 Hipótesis nula:.....................................................................................................................16
8. Definición de variables de estudio.....................................................................................17
8.1 Definición de variables de caracterización....................................................................17
8.2 Definición de variables de estudio...................................................................................18
8.3 Definición de variables de control....................................................................................19
9. Marco metodológico..............................................................................................................20
9.1 Enfoque de la investigación...............................................................................................20
9.2 Alcance de la investigación...............................................................................................20

2
9.3 Diseño de la investigación.................................................................................................20
9.4 Unidad de análisis................................................................................................................20
9.5 Universo o población...........................................................................................................20
9.6 Muestra....................................................................................................................................20
9.7 Plan de tabulación................................................................................................................21
9.8 Plan de análisis.....................................................................................................................22
9.9 Instrumentos..........................................................................................................................23
9.9.1 Escala de Severidad de la Dependencia (ASI)............................................................23
9.9.3 Cuestionario de evaluación del nivel socioeconómico NSE..................................25
9.9.4 Escala multidimensional de apoyo social percibido................................................26
9.10 Procedimiento.....................................................................................................................27
Bibliografía....................................................................................................................................28

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1.- Introducción

Está presente investigación busca evidenciar la estrecha relación que pueda existir
entre los trastornos por usos de sustancias y los problemas de salud mental en mujeres
víctimas de violencia domestica del centro de acogida, que se encuentra en el sector
Desco de la ciudad de Calama. Si bien la presencia de violencia contra la mujer es
multicausal y conlleva a problemas psicobiosociales, lo que se encuentra en la literatura
son variables potentes, estas son fuentes que nos sirven para relacionar si existe entre
estas mujeres, la presencia de consumo de sustancias y con ello la íntima relación de
problemas mentales qué se ven arrastradas debido a la exposición del maltrato
doméstico.
En 1979 se llevó a cabo la Convención para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer, la cual definía a la violencia contra la mujer
como “todo acto de violencia basado en la diferencia de género que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de
la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada”. En 1981 se logró
que la Organización de Naciones Unidas (ONU) reconociera que la VD afecta la
vida de millones de mujeres, sin importar su nacionalidad, clase social, edad,
estado civil o convicción religiosa (Juárez, 2001, p10).
Hasta antes de los inicios de los años 60’s, la violencia dentro de la familia era
vista como un fenómeno aislado. Poco a poco se ha ido modificando esta visión
por distintos cambios y movimientos sociales que se han mostrado en la sociedad,
de tal forma que han creado conciencia en esta, que junto con aportaciones y
estudios que se han realizado la han llevado a ver como un grave problema social.
[CITATION Jor94 \l 13322 ]
De acuerdo a las estadísticas a nivel mundial (OMS, 2017) “señalan que el
35% de las mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual de pareja y que el 38% de los
asesinatos de mujeres son cometidos por su pareja” (¶.2).
¿Qué sucede en Chile? En 2001, SERNAM informa que 50,3% de las mujeres
casadas o en uniones de hecho, ha vivido alguna vez situaciones de violencia de
parte de la pareja; 34% ha vivido violencia física o sexual; 16,3% abuso
psicológico; 42,7% ha sufrido violencia sexual antes de los 15 años; 22% señala
amenazas con armas; 33% ha sido víctima de violencia sexual luego de violencia
física; 88% confirma que el agresor es la pareja; la denuncia se establece con un
promedio de 7 años de abuso y violencia; 60% de las mujeres son pobres y 38%
pertenecen a estrato alto y medio alto. En 2005, la tasa de denuncias por abusos y
violaciones en mujeres adolescentes entre 14-19 años fue de 185,9/100.000
mujeres de esa edad, 394 denuncias por violación y 944 por abusos; en menores
de 14 años hubo 263 denuncias por violación y 1.085 por abusos,
significativamente mayores a lo ocurrido en 2004; la tasa de denuncias por
violencia fue 129/10.000 mujeres >15 años, el 81,8% tiene entre 20-64 años y
13,8% entre 10-19 años. En 2006 hubo 35 muertes de mujeres por violencia de
género y al 29 de septiembre del año en curso 48 muertes, pese a la vigencia de la
ley 20.066 (Donoso, 2007, pp281-282).

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Dentro de los trastornos de salud mental, el consumo problemático de drogas ha
adquirido mayor visibilidad en los últimos años en la población femenina. Es un
fenómeno complejo, multicausal, y tiende a estar entrelazado con otras
problemáticas de índole psicosocial. De las 54 mujeres tratadas el año 2016, en el
Centro de Tratamiento Ambulatorio Dianova Viña del Mar, un 83% tiene
antecedentes de violencia intrafamiliar y/o abuso sexual (Palacios, 2017, p1).
Una mujer que sufre violencia tiene 15 veces más probabilidades de sufrir un
Trastorno por Uso de Sustancias (TUS). En cuanto a las mujeres que se
encuentran en tratamiento por TUS, son víctimas de violencia ejercida por su
pareja con una incidencia tres veces superior a la de población general. A su vez,
entre un 50 y 80% han sido víctimas de abuso sexual en la infancia .El consumo
de drogas puede ser una consecuencia de la violencia, que es el caso de las
mujeres maltratadas que hacen un uso farmacológico de las sustancias o de
automedicación, para reducir la ansiedad y malestar emocional que les provoca su
situación. (Palacios, 2007, pp3).
Las mujeres, al igual que cualquier persona, están expuestas a ser víctimas de
acciones violentas de diversa índole. Sin embargo, su vulnerabilidad se ve
aumentada por la mera condición de ser mujer. Social e históricamente, desde la
cultura del patriarcado, se ha permitido –e incluso legitimado- que las mujeres
sean agredidas en las áreas básicas de desarrollo de la persona: “...el maltrato en
el medio familiar, la violación en el medio social y el acoso sexual en el medio
laboral” (Gemma Altell Albajes, 2005, p8)
Esta problemática cada vez toma más importancia a nivel mundial generando
preocupación por parte del grueso de la población, donde variados son los movimientos
feministas que dan luces y visualizan este problema social, que por años se ha mantenido
en silencio y que hoy en día se ha ido emancipando el deseo por acabar con la violencia
de género y que los casos de femicidios decanten hasta el culmine de su existencia.

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2.- Pregunta de investigación
¿Existe relación entre el consumo de sustancias y problemas de salud
mental en mujeres víctimas de violencia doméstica en el centro de la mujer sector
Desco de la ciudad de Calama en el año 2020?

3.- Objetivo general


Determinar si existe relación entre el consumo de sustancia y los problemas de
salud mental en mujeres víctimas de violencia domestica del centro de la mujer del sector
Desco de la Ciudad de Calama año 2020.

4.- Objetivos específicos


1.- Describir la muestra en a cuanto edad, nivel socioeconómico y apoyo social
percibido.
2.- Describir la frecuencia reportada de consumo de sustancias en mujeres
víctimas de violencia domestica del centro de la mujer del sector Desco de la Ciudad de
Calama año 2020
3.- Describir los problemas de salud mental en mujeres víctimas de violencia
domestica del centro de la mujer del sector Desco de la Ciudad de Calama año 2020
4.- Relacionar la frecuencia de consumo con la salud mental en mujeres víctimas
de violencia domestica del centro de la mujer del sector Desco de la Ciudad de Calama
año 2020.

5.- Justificación y fundamentación

5.1 Conveniencia
Esta investigación es posible gracias al permiso facilitado por parte de la directora
y las beneficiarias del lugar quienes serán nuestra fuente de investigación y muestra de la
población de mujeres expuesta a esta situación de violencia. Esta presentara todos los
datos necesarios para llevar a cabo esta investigación, para identificar la prevalencia de
estas variables y su estrecha relación.
La investigación se ajusta a los recursos económicos, tiempo y a las instancias
para desarrollarse en este centro de la mujer apuntando a soluciones efectivas mediante
la devolución de los hallazgos el conocimiento adquirido en este proyecto.
5.2 Valor teórico
Esta investigación tendrá su importancia teórica, en la devolución de conocimiento
que se encuentre en los hallazgos sobre la relación entre el consumo de sustancias y los
problemas metales que presenten las mujeres víctimas de violencia doméstica, si bien en
la revisión de la literatura se presenta que la violencia está expuesta a multicausalidades,
no se centra en las variables de consumo de sustancias y problemas mentales que sufren
las mujeres de la comuna de Calama específicamente en el centro de acogida del sector

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Desco, permitiendo obtener el conocimiento de estas variables y que tan estrecha es su
relación y si esta es realmente significativa para explicar los hechos de violencia ejercidos.
5.3 Valor metodológico
Esta investigación estará fundamentada en una metodología que nos permita
acercarnos objetivamente a los posibles resultados, estos serán esclarecidos
cuantitativamente (la recolección de datos se hará mediante análisis estadísticos,
encuestas y la utilización de escalas ya usado por otros investigadores), ya que estos
métodos son innegables y replicables. Este tendrá un alcance correlacional, para
establecer si existe relación entre el consumo de sustancia y los problemas de salud
mental en mujeres víctimas de violencia domestica del centro de la mujer del sector
Desco de la Ciudad de Calama año 2020.
5.4 Valor practica
La investigación permite la devolución de los hallazgos encontrados generando a
su vez un nuevo conocimiento sobre los problemas mentales y el consumo de sustancia
que enfrentan las mujeres víctimas de violencia doméstica, cuya información es relevante
para el centro de protección de la mujer del sector Desco de la ciudad de Calama.
Gracias a los hallazgos encontrados los especialistas que componen este centro
podrán promover nuevas estrategias y programas; para fomentar el autocuidado, generar
grupos de ayuda con el cual tratarán el consumo de sustancias y problemas mentales en
estas mujeres.
5.5 Valor social
Permitirá enfocar las problemáticas con más prevalencia en las víctimas de
violencia doméstica y a su vez detectar si los problemas mentales y el consumo de
sustancia por parte de estas mujeres expuestas a violencia se encuentran
estrechamente relacionadas, dicho esto nos permitirá dejar conocimiento sobre
esta información y material a futuras investigaciones que pretendan realizar más
indagaciones sobre este tema.
Con esto se busca crear programas de relaciones interpersonales, donde
no quepa la sumisión de género, fomentar el autocuidado, generando grupos de
auto ayuda, fundados en la sororidad, siendo su principal red de apoyo sus
mismas compañeras del centro junto a los demás especialistas que conforman el
grupo multidisciplinario.

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6. Marco teórico
A continuación, el grupo de investigación desarrollara los conceptos teóricos,
necesarios para la comprensión de la misma, comenzando con la violencia de género,
que incluye los tipos de violencia, factores asociados y sistema de protección, seguido por
la salud mental y violencia de género incorporando epidemiologia, principales problemas
de salud mental, consumo de sustancia, para finalizar con el consumo de sustancias y
violencia de género.

1. Violencia de género
En 1979 se llevó a cabo la Convención para la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer, la cual definía a la violencia contra la mujer
como “todo acto de violencia basado en la diferencia de género que tenga o pueda
tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la
mujer, inclusive la amenaza de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de
la libertad, tanto si se producen en la vida pública como privada” (Juárez, 2001,
p10).
En la actualidad existe una gran discusión sobre la definición de VD; una de las
más citadas es la de Leonor Walker (1984), que dice: “es un patrón repetitivo de
abuso por parte de la pareja que se caracteriza por una serie de conductas
coercitivas hacia la mujer que pueden incluir el abuso físico, emocional y el abuso
sexual”. Otras autoras proponen que la VD debe enmarcarse dentro de una
violencia mayor como es la de género o contra la mujer. Por violencia de género
se entiende cualquier agresión física, psicológica, sexual o económica dirigida en
contra de las mujeres por el solo hecho de ser mujeres (citado en Torres, Valdéz y
Juárez, 2001, p12).
Según la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia contra la Mujer (artículo 1º) la VCM se entiende como “cualquier acción o
conducta basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico,
sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”. Las
estadísticas a nivel mundial señalan que el 35% de las mujeres ha sufrido violencia
física y/o sexual de pareja y que el 38% de los asesinatos de mujeres son
cometidos por su pareja (OMS, 2016). Por su parte, la Red Chilena Contra la
Violencia Hacia las mujeres, registró 52 femicidios el año 2016.
La violencia contra las mujeres es definible como “todo acto de violencia por razón
de género que produce o puede generar daño físico, sexual, psicológico o
sufrimiento a las mujeres, incluidas las amenazas de tales actos, la coerción o las
privaciones arbitrarias de la libertad, concurriendo esto tanto en el ámbito público
como en el privado (Markez,2002,¶2).
La violencia de género, ejercida en gran medida en el ámbito doméstico, por
varones mayoritariamente, es un problema complejo y multifactorial en su etiología
y repercusiones. Se basa en mecanismos de dominio de unas personas sobre
otras, de hombres sometiendo a mujeres, pretendiendo señalar quien ostenta el
poder en el marco familiar con formas violentas de interacción, como es el caso de
las relaciones de abuso. Además, estas relaciones son resultado de un modelo
familiar y social que las ha aceptado como estrategias válidas para la resolución
de ciertos conflictos (Markez, 2002, ¶2).

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Varios gobiernos hacen encuestas sistemáticas sobre victimización entre la
población. Por ejemplo, desde la década de 1960 en los Estados Unidos de
América, se realizan encuestas nacionales sobre delitos de victimización (llamadas
previamente encuestas nacionales sobre delitos) y el Reino Unido ha estado
realizando la encuesta británica sobre delitos desde 1982. La primera encuesta
basada en la población sobre la violencia contra la mujer se llevó a cabo en los
Estados Unidos en 1975 y se centró en la violencia perpetrada por la pareja.
Desde entonces, en varios países del mundo, incluidos Australia, Camboya,
Canadá, Colombia, Egipto, Finlandia, Nica - ragua y Zimbabue, se han realizado
numerosas encuestas independientes basadas en la población centrada
específicamente en uno o más tipos de violencia contra la mujer. Todas esas
encuestas muestran que la prevalencia de la violencia perpetrada contra la mujer
es mucho mayor de lo que indican los datos oficiales sobre delincuencia o salud
(Violencia contra la Mujer, 2005, p8).
La segunda mitad de la década de 1990 en particular tras la adopción de la
Plataforma para la Acción por la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer,
celebrada en Beijing en 1995 fue testigo de una gran expansión en el número de
encuestas realizadas para estimar la prevalencia de diferentes formas de violencia
contra la mujer, especialmente la violencia perpetrada por la pareja. En la década
desde la Conferencia de Beijing se han hecho enormes progresos en la
documentación de la magnitud y naturaleza de la violencia contra la mujer. Por
ejemplo, un reciente examen de la bibliografía reveló la existencia de más de 80
estudios de prevalencia, en más de 50 países, sobre la violencia perpetrada por la
pareja (Ellsberg y Heise, 2007, p71).
Estos estudios indican que entre el 10% y el 60% de las mujeres que alguna vez
han estado casadas o en una relación íntima, han vivido por lo menos un incidente
de violencia física perpetrado por su pareja actual o anterior. La mayoría de los
estudios calculan una prevalencia de la violencia de pareja de entre el 20% y el
50% durante la vida de la víctima. Aunque las mujeres también pueden ser viole n
- tas y existe el abuso en las relaciones entre parejas del mismo sexo, los datos de
las encuestas nacionales sobre delitos, los de la encuesta nacional de los Estados
Un idos sobre la violencia contra la mujer, los de la policía, los hospitales y los
tribunales, y las encuestas de muestras provenientes de los albergues para
mujeres víctimas de la violencia, indican que las mujeres constituyen la inmensa
mayoría de las víctimas de la violencia perpetrada por la pareja y tienen
muchísimas más probabilidades que los hombres de resultar lesionadas durante
un ataque por parte de su pareja (Violencia contra la Mujer, 2005, p9)

1.1 Tipos de Violencia domestica


Por lo general cuando se menciona violencia se tiende a pensar en sus formas
más graves y visibles. Es cierto que la violencia física es importante, sin embargo, existe
otros tipos de violencia que afectan de forma importante a las mujeres.
• Violencia Física: es la más evidente, la que se manifiesta de manera patente
porque el daño producido se marca en el cuerpo de la víctima. Están incluidos
golpes de cualquier tipo, heridas, mutilaciones y aun homicidios. Dicha violencia
deja una huella, aunque no siempre sea visible; a veces produce lesiones internas
que sólo son identificables tras un periodo más o menos prolongado y que incluso
llegan a ocasionar la muerte. Implica el sometimiento corporal, ya sea porque el

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agresor utilice armas de fuego o punzocortantes, otro tipo de objetos o su propio
cuerpo (Torres, 2001, p.26).
• Violencia Emocional: comprende una serie de conductas verbales tales como
insultos, gritos, críticas permanentes, desvalorización, amenazas, etc. (Larrian,
1994, p.27).
• Violencia Sexual: consiste en la imposición de actos de orden sexual contra la
voluntad de la mujer e incluye la violación marital (Corsi, 1994, p.26). Mullender
(2000) refiere que muchas mujeres no comprenden que tienen elección por lo que
respecta a mantener o no relaciones sexuales con su marido, además la propia
mujer tiende a resistirse a conceptuar a su pareja como un violador, finalizando
que las mujeres tienden a omitir los incidentes que no pueden nombrar,
comprender o soportar. De acuerdo a Ramos (2005) la violación hace visible un
sistema patriarcal de dominación, todas las sociedades tienen mecanismos para
justificarla, legitimarla y darle consentimiento silencioso. La violación es vista
frecuentemente, al igual que otras formas de violencia, como “natural”, intrínseca a
la naturaleza humana.
• Violencia económico: incluye excluir a la mujer de la toma de decisiones
financieras, controlar sus gastos, no darle suficiente dinero, y ocultarle información
acerca de sus ingresos. Son hechos encaminados a controlar los recursos
económicos del hogar para presionar a la mujer, con acciones como amenazar con
no aportar para los gastos domésticos, o criticar a la mujer por la forma en que
administra tales gastos (ENDIREH, 2003, p.27).
Las dificultades de expresión emocional, la débil autoestima, la percepción
distorsionada de la realidad y la vivencia de amenaza consecuente, son la base de
muchos conflictos violentos en el hogar. Por eso, la forma más frecuente de
violencia contra las mujeres es la doméstica a través del maltrato repetido
mediante abuso físico, sexual y/o psicológico. Empujones, golpes, violaciones,
insultos, humillaciones, amenazas o incluso asesinatos no son sino algunas de las
manifestaciones de estas agresiones en el ámbito doméstico (Markez, 2002, ¶2).

1.2. Factores asociados


Los factores de riesgo de violencia de pareja y violencia sexual son de
carácter individual, familiar, comunitario y social. Algunos se asocian a la comisión de
actos de violencia, otros a su padecimiento, y otros a ambos. Entre los factores de riesgo
de ambas, violencia de pareja y violencia sexual, se encuentran los siguientes:
• Un bajo nivel de instrucción (autores de violencia sexual y víctimas de
violencia sexual)
• Historial de exposición al maltrato infantil (autores y víctimas)
• Experiencia de violencia familiar (autores y víctimas)
• El trastorno de personalidad antisocial (autores)
• El uso nocivo del alcohol (autores y víctimas)
• El hecho de tener muchas parejas o de inspirar sospechas de infidelidad en
la pareja (autores);
• Las actitudes que toleran la violencia (autores);

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• La existencia de normas sociales que privilegian a los hombres o les
atribuyen un estatus superior y otorgan un estatus inferior a las mujeres
• Un acceso reducido de la mujer a empleo remunerado.
(Organización Mundial de Salud, 2007, pp.8 - 12).

Entre los factores asociados específicamente a la violencia de pareja cabe citar:


• Los antecedentes de violencia
• La discordia e insatisfacción marital
• Las dificultades de comunicación entre los miembros de la pareja
• La conducta dominadora masculina hacia su pareja.
(Organización Mundial de Salud, 2007, pp. 8 - 12).
Y entre los factores asociados específicamente a la violencia sexual destacan:
• La creencia en el honor de la familia y la pureza sexual;
• Las ideologías que consagran los privilegios sexuales del hombre; y
• La levedad de las sanciones legales contra los actos de violencia sexual.
Las desigualdades entre hombres y mujeres y la aceptación de la violencia contra
la mujer son la causa principal de la violencia ejercida contra estas (Organización
Mundial de Salud, 2007,pp, 8 - 12).
Consecuencias para la salud mental de la Mujer víctima de violencia
La violencia de pareja (física, sexual y emocional) y la violencia sexual ocasionan
graves problemas de salud física, mental, sexual y reproductiva a corto y largo
plazo a las mujeres. También afecta a sus hijos y tiene un elevado costo social y
económico para la mujer, su familia y la sociedad. Este tipo de violencia puede:
• Tener consecuencias mortales, como el homicidio o el suicidio.
• Producir lesiones, y el 42% de las mujeres víctimas de violencia de pareja refieren
alguna lesión a consecuencia de dicha violencia.
• Ocasionar embarazos no deseados, abortos provocados, problemas
ginecológicos, e infecciones de transmisión sexual, entre ellas la infección por VIH.
El análisis de 2013 reveló que las mujeres que han sufrido maltratos físicos o
abusos sexuales a manos de su pareja tienen una probabilidad 1,5 veces mayor
de padecer infecciones de transmisión sexual, incluida la infección por VIH en
algunas regiones, en comparación con las mujeres que no habían sufrido violencia
de pareja. Por otra parte, también tienen el doble de probabilidades de sufrir
abortos.
• La violencia en la pareja durante el embarazo también aumenta la probabilidad de
aborto involuntario, muerte fetal, parto prematuro y bebés con bajo peso al nacer.
El mismo estudio realizado en 2013 puso de manifiesto que la probabilidad de

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sufrir un aborto espontáneo entre las mujeres objeto de violencia de pareja es un
16% mayor y la de tener un parto prematuro un 41% mayor.
• Estas formas de violencia también pueden ser causa de depresión, trastorno de
estrés postraumático y otros trastornos de ansiedad, insomnio, trastornos
alimentarios e intento de suicidio. El análisis de 2013 concluyó que las mujeres
que han sufrido violencia de pareja tienen casi el doble de probabilidades de
padecer [ CITATION Pla08 \l 3082 ]depresión y problemas con la bebida.
• Entre los efectos en la salud física se encuentran las cefaleas, lumbalgias, dolores
abdominales, trastornos gastrointestinales, limitaciones de la movilidad y mala
salud general.
• La violencia sexual, sobre todo en la infancia, también puede incrementar el
consumo de tabaco, alcohol y drogas, así como las prácticas sexuales de riesgo
en fases posteriores de la vida. Asimismo, se asocia a la comisión (en el hombre) y
el padecimiento (en la mujer) de actos de violencia (Organización Mundial de
Salud, 2007, p.13).

1.3. Apoyo social percibido


En la última década, diversos trabajos realizados tanto en el ámbito internacional
como nacional han puesto de manifiesto que son muchas las mujeres que sufren
violencia de su pareja y que ésta constituye un importante factor de riesgo para
una mala salud. La gran mayoría de estos estudios se han realizado en el ámbito
sanitario ya que, además de por los problemas de salud que conlleva la violencia,
la mayoría de las mujeres entran en contacto con los servicios de salud en algún
momento de su vida por diferentes motivos (embarazo, parto o cuidado médico de
los hijos). La literatura médica ha mostrado, además, que el apoyo social
desempeña un importante papel en estas mujeres. La definición de apoyo social
es compleja, al igual que su medición. Se trata de un constructo multidimensional
que se puede definir como; el grado en que las necesidades básicas de las
personas son satisfechas a través de las interacciones con otros, entendiendo por
necesidades básicas la afiliación, el afecto, la pertenencia, la identidad, la
seguridad y la aprobación. (Plazaola-Castaño J. R.-P.-P., 2008, pp, 527-528)

1.4. Sistema de protección


La mayoría de las personas agredidas por maltrato doméstico han tomado
contacto con los dispositivos sanitarios del sistema de salud, sobre todo a través
de los servicios de urgencia, de atención primaria, ginecología, gastroenterología y
reumatología donde son atendidas principalmente de lesiones de defensa,
fracturas, roturas timpánicas, somatizaciones de diversa índole, abuso de
sustancias, cuadros ansioso-depresivos o trastornos de estrés postraumático. La
violencia sexista es, ante todo, un fenómeno psicosocial con una amplia
problemática que obliga a considerarla como cuestión de Derechos Humanos, y
como tal debiera ser considerada desde los ámbitos institucionales, requiriendo
cuestionar determinados prejuicios culturales y de género (Markez, 2002, ¶9).
El sector de la salud puede tener un papel decisivo en la prevención de la
violencia contra la mujer, contribuyendo a la detección temprana de los malos
tratos, proporcionando a las víctimas el tratamiento requerido y derivando a las
mujeres a los servicios idóneos para suministrarles la atención e información
necesarias. Los servicios de salud deben ser lugares donde las mujeres se sientan

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seguras, tratadas con respeto y no estigmatizadas, y donde reciban información y
apoyo de calidad. Es preciso que el sector de la salud articule una respuesta
integral ante este problema, abordando en particular la resistencia de las mujeres
maltratadas a buscar ayuda (OMS, 2017, ¶7).

2. Salud mental y violencia de género


Recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló en su informe,
“Depresión y otros Desórdenes Mentales Comunes”, que Chile se encuentra
dentro de los países con más trastornos del ánimo en la región. Más de un millón
de chilenos sufre ansiedad y 850 mil tienen depresión. La prevalencia de síntomas
depresivos casi se triplica en mujeres y en general los trastornos de salud mental
tienden a afectar más a este sector de la población (Ministerio de Salud, MINSAL,
2010; Vicente, y colaboradores, 2002, p.1).
Los ribetes que adquiera el trastorno de salud mental, sea este ligado al consumo
de sustancias u otro, pueden asociarse a los modos de respuesta ante el estrés
que generan las exigencias del estereotipo de género (Romo, 2003, p.4). Es así
como la tensión generada, entre los roles asociados tradicionalmente a las
mujeres (maternidad, dueña de casa, cuidadora, etc.) y los roles emergentes que
están desempeñando en la sociedad (trabajadora, política, agente activa en el
espacio público, etc.), da paso al estrés y a diversos tipos de sintomatologías y
modos de afrontamiento (uso de sustancias u otros).
Se vuelve necesario visibilizar los determinantes sociales, y de estereotipos de
género, asociados a la salud mental. Por ejemplo, ante las mismas quejas
emocionales (cansancio o fatiga) se tiende a prescribir psicofármacos a las
mujeres, patologizando el estrés cotidiano de una “triple jornada” (trabajo, labores
domésticas y de cuidado) que agotaría a cualquiera. Ello ha generado un sobre
diagnóstico de depresión en las mujeres y una tendencia al abuso de
psicofármacos preocupante (Plaetal., 2013, p.4).

2.1 Principales problemas de salud mental, consumo de sustancia


Dentro de los trastornos de salud mental, el consumo problemático de drogas ha
adquirido mayor visibilidad en los últimos años en la población femenina. Es un
fenómeno complejo y multicausal, y tiende a estar entrelazado con otras
problemáticas de índole psicosocial. De las 54 mujeres tratadas el año 2016, en el
Centro de Tratamiento Ambulatorio Dianova Viña del Mar, un 83% tiene
antecedentes de violencia intrafamiliar y/o abuso sexual (Sistema de Información y
Gestión de Tratamiento, SISTRAT, 2016, p.1).
Las prevalencias de consumo del último año en Chile para las diversas drogas son
las siguientes: cocaína 1,4%, pasta base de cocaína 0.5%, marihuana 11,3%,
tabaco 22,7% y alcohol 48,9% (Servicio Nacional de prevención y rehabilitación del
consumo de Drogas y Alcohol, SENDA, 2015). En la población femenina hay un
mayor consumo de tranquilizantes, mientras que los hombres se inclinan más por
los estimulantes (Oficina contra la droga y el delito, Naciones Unidas, UNODC,
2005, 2016, p.2).

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2.2 El consumo de sustancias y violencia de género.
La mujer que consume alcohol o drogas es percibida como una mujer promiscua,
una presa fácil de conquistas sexuales, por lo que es más vulnerable a ser víctima
de abusos sexuales o de maltrato. Además, la mujer que bebe o se droga está
más fácilmente identificada con una persona que presenta una cierta deficiencia
moral, por lo que cuando es víctima de maltrato puede tenderse a valoraciones
que minimicen la gravedad de la agresión (Drogas y violencia de género, p.39)
Es decir, cuando la sintomatología alcohólica está presente en un juicio por malos
tratos en la mujer, su rol de víctima queda parcialmente cuestionado; en cambio,
cuando es el hombre el que presenta la enfermedad alcohólica, la percepción
tiende a ser más benévola para con su delito y su persona (Altell y Plaza, 2005,
p.39).
En esta misma línea, vemos asimismo que la incidencia del abuso sexual y los
malos tratos en los niveles de adicción de las mujeres en un factor determinante:
La incidencia del abuso sexual y malos tratos entre las adictas europeas
estudiadas (69%) es muy superior a los datos de la población femenina general
(20-25%) (Llopis, 2005, p.39).
De hecho, podemos decir que es esta la relación más unívoca que podemos
encontrar entre el maltrato y la violencia sexual y el consumo de drogas. Pero
curiosamente, desde un planteamiento que busca la incidencia de las drogas en el
comportamiento violento, es una relación inversa a la esperada. Según Llopis et
ál.: En las mujeres adictas la alarmante incidencia de antecedentes de abuso
sexual y malos tratos en la infancia provocan trastornos del comportamiento y de
personalidad del tipo del trastorno por estrés postraumático, que llevan al
desarrollo de conducta dependiente sumisa (interiorización de la dominación) y al
consumo de drogas. A partir de este momento su historia de vida se convierte en
una espiral en la que, interminablemente, se suceden el abuso de sustancias, los
malos tratos y la dependencia emocional. Es necesario un planteamiento de
prevención y tratamiento de la adicción con perspectiva de género. El discurso
entonado alrededor de la violencia de género debe incluir a las mujeres adictas ya
que constituyen la población de mayor riesgo y la menos atendida (ibíd., p.40).
La relación del trastorno por uso de sustancias y las violencias se da en distintos
niveles: a) El consumo de drogas puede constituirse como gatillante de actos
violentos, relacionados con los efectos de las drogas. b) Comisión de delitos para
obtención de recursos destinados a compra de drogas. c) Violencia sistémica
vinculada al tráfico de sustancias. d) Los efectos traumáticos de la violencia (como,
por ejemplo: violencia política) aumentan riesgo de consumo de drogas. (UNODC,
2016, p.2).
Una mujer que sufre violencia tiene 15 veces más probabilidades de sufrir un
Trastorno por uso de Sustancias (TUS). En cuanto a las mujeres que se
encuentran en tratamiento por TUS, son víctimas de violencia ejercida por su
pareja con una incidencia tres veces superior a la de población general. A su vez,
entre un 50 y 80% han sido víctimas de abuso sexual en la infancia (Llopis, 2005,
p.3).

14
La violencia puede vivenciarse como consecuencia del consumo, como lo señala
el modelo de desinhibición, donde las drogas gatillarían un descontrol de impulsos
siendo las más comunes los estimulantes -que incrementan la paranoia- y el
alcohol –disminuye control impulsos-. O bien el consumo de drogas puede ser una
consecuencia de la violencia, que es el caso de las mujeres maltratadas que
hacen un uso farmacológico de las sustancias o de automedicación para reducir la
ansiedad y malestar emocional que les provoca su situación. (Khantzian, 1985 en
Tenorio y Marcos, 2000, p.3),
Muchas mujeres -sometidas son iniciadas por sus parejas en el consumo, como
manera de mantener la relación o porque las obligaban, y si llegan a iniciar un
tratamiento este suele ser boicoteado por su pareja maltratadora. Inmersas en una
relación de dependencia relacional, las mujeres suelen justificar el maltrato por la
conducta de consumo o recaídas. En su contraparte, se encuentran aquellas
mujeres independientes que, producto de la hiper competitividad laboral sumado a
una masculinización en el ejercicio de su rol, inician un consumo de sustancias a
modo de tolerar el estrés de tener que compatibilizar múltiples roles en una
sociedad que no da cabida para ello. En ambos casos la situación es compleja ya
que las mujeres tienen propensión a generar dependencia más rápido y con
peores efectos que los hombres, debido a diferencias fisiológicas y metabólicas
(UNODC, 2005 y 2016, p.3).
Si bien los gatillantes del consumo de drogas en mujeres pueden ser variados
(afrontar un problema, relajarse, combatir el aburrimiento, la frustración, relaciones
sexuales insatisfactorias, perder peso, familias multiproblemáticas, dificultades
económicas, etc.), la violencia suele ser común denominador para las
consumidoras. Existe un factor sociocultural y contextual que normaliza la violencia
como modo de relacionarse, existiendo pautas transgeneracionales que devienen
en una interiorización de la dominación. (Palacios, 2017, p.4).

15
7. Hipótesis de investigación

7. 1 Hipótesis de investigación:
Existe relación entre el consumo de sustancias y problemas de salud mental en mujeres
víctimas de violencia doméstica en el centro de la mujer sector Desco de la ciudad de
Calama en el año 2020.

7. 2 Hipótesis nula:
No existe relación entre el consumo de sustancias y problemas de salud mental en el
centro de la mujer de la ciudad de Calama en el año 2020.

16
8. Definición de variables de estudio

8.1 Definición de variables de caracterización

Variables de caracterización

Nombre de la
Definición conceptual Definición operacional Categorías Valores Nivel de medición Tipos de variables
variable

18-23
Corresponde al tiempo 24-29
Respuestas a la
transcurrido 30-35 Cuantitativa
Edad encuesta elaborada por No aplica Independiente
que ha vivido una 36-41 Continua
los autores.
persona en años. 42-47
48-53 y mas

El nivel socioeconómico Alto A/B =205 o más


(NSE) es una forma de
caracterizar C1A=166 a 204
estructuralmente los Media alta C1B=136 a 165
mercados de productos y Cuestionario de
Cualitativa
Nivel socioeconómico servicios en una sociedad; evaluación del nivel C/2=136 a 165 Independiente
Media Ordinal
es decir un intento de socioeconómico (NSE) C/3= 90 a 112
clasificatorio de la población
según sus posibilidades de Media baja D= 48 a 89
acceso a los mismos (Díaz
y Gutiérrez, 2015).
Bajo E=0 a 47

17
8.2 Definición de variables de estudio

Variables de estudio

Nombre de la
Definición conceptual Definición operacional Categorías Valores Nivel de medición Tipos de variables
variable
Nada 0
Es el consumo continuo Levemente 1
de alcohol, drogas ilícitas Moderadamente 2
o el uso indebido de Escala de Severidad Considerablemente 3
Consumo de Cualitativa
medicamentos de la Dependencia Extremadamente 4 Independiente
sustancia Ordinal
recetados o de venta (ASI)
libre con consecuencias
negativas.

La salud mental es un
estado de bienestar en el
que el individuo
desarrolla sus
capacidades, afronta las Resultados
Cuantitativa
tensiones normales de la Cuestionario de salud
Salud mental No aplica No aplica Discreta Dependiente
vida, puede trabajar de general de
productiva y Goldberg (GHQ-12)
fructíferamente y es
capaz de contribuir a su
comunidad (Parales
Quenza, 2008)

18
8.3 Definición de variables de control

Variables de control

Nombre de la
Definición conceptual Definición operacional Categorías Valores Nivel de medición Tipos de variables
variable
Se trata de un constructo Alto apoyo social 37- 48
multidimensional que se Mediano apoyo social 25- 36
puede definir como Bajo apoyo social 12- 24
el grado en que las
necesidades básicas de las
personas son satisfechas a
través de las interacciones
Apoyo social con Escala de apoyo social Cualitativa
Independiente
percibido otros, entendiendo por percibido (MSPSS) Ordinal
necesidades básicas la
afiliación, el afecto, la
pertenencia, la identidad, la
seguridad y la aprobación
(Plazaola-Castaño J, 2008).

19
9. Marco metodológico

9.1 Enfoque de la investigación


En esta investigación se estableció la utilización de un enfoque cuantitativo, ya que
se manipularán datos contables, con base en la medición numérica, las cuales se
considerarán para determinar la relación que hay entre el consumo de sustancias y los
problemas de salud mental en las mujeres víctimas de violencia doméstica en el centro de
la mujer sector Desco de la ciudad de Calama en el año 2020.

9.2 Alcance de la investigación


Este trabajo tiene un alcance investigativo correlacional- bivariado, ya que se tiene
como propósito conocer si existe o no relación entre las variables de consumo de
sustancias y salud mental.

9.3 Diseño de la investigación


El diseño de esta investigación es no experimental- transversal.
Se considera no experimental, ya que se trata de estudios donde no se manipulan
las variables en forma intencional más bien se pretende observar los fenómenos tal como
se dan en su contexto natural, para posteriormente analizarlos.[ CITATION Rob10 \l 13322 ]
Es transversal, ya que se recolectan datos en un solo momento, en un tiempo
único. Su propósito es describir variables y analizar su incidencia e interrelación en un
momento dado.[ CITATION Rob10 \l 13322 ]

9.4 Unidad de análisis


La unidad de análisis serán las mujeres que han sufrido violencia doméstica y que
son usuarias del centro de la mujer sector Desco de Calama 2020.

9.5 Universo o población


La población de este estudio serían las mujeres que han sufrido violencia
domestica mayores de 18 años, que se encuentran en el centro de la mujer sector Desco
de la ciudad de Calama en el año 2020.

9.6 Muestra
Este estudio presenta un muestreo no probabilístico por conveniencia, ya que se
seleccionan a los sujetos que van representar a la población.
El total de mujeres es de 250. Por tanto, la población de estudio del centro de la
mujer del sector Desco de la ciudad de Calama corresponde a un ‘‘n’’ muestral de 57
personas con un nivel de confianza del 95%, un error de estimación del 5%, con
probabilidad de que el evento ocurra de un 50% y con probabilidad evento no ocurra del
50%.
Criterio de inclusión Criterio de exclusión
° Mujeres que pertenezcan al centro de la ° Mujeres que no pertenezcan al centro de la
mujer. mujer.
° Mayores de 18 años ° Menores de 18 años.
° Firmen un consentimiento informado ° Que no firmen el consentimiento informado.
° Las mujeres que no quieran participar.

20
9.7 Plan de tabulación

Objetivos específicos Variables Plan de tabulación

Describir la muestra en
Edad *Tablas de distribución
a cuanto edad, nivel
Nivel socioeconómico de frecuencias para
socioeconómico y apoyo
Apoyo social percibido cada variable cualitativa.
social percibido.
*Gráficos circulares para
cada variable.

Describir la frecuencia
reportada de consumo
de sustancias en
Consumo de sustancia
mujeres víctimas de
violencia domestica del
centro de la mujer.
*Tablas de resumen de
Describir los problemas estadística descriptiva y
de salud mental en de dispersión.
mujeres víctimas de Salud mental *Categorización de
violencia domestica del variables.
centro de la mujer. *Tablas de distribución
de frecuencia para cada
variable.
Relacionar la frecuencia *Gráficos circulares para
de consumo con la cada variable.
salud mental en mujeres
víctimas de violencia Consumo de sustancia
domestica del centro de Salud mental
la mujer del sector
Desco de la ciudad de
Calama.

21
9.8 Plan de análisis

Objetivos Plan de Tabulación Plan de Análisis

*Tablas de distribución
Describir la muestra en a
de frecuencias para cada
cuanto edad, nivel
variable cualitativa. Ro de Spearman
socioeconómico y apoyo
*Gráficos circulares para
social percibido.
cada variable.

Describir la frecuencia
reportada de consumo de
sustancias en mujeres
R Chi-cuadrado
víctimas de violencia
domestica del centro de
la mujer.

*Tablas de resumen de
Describir los problemas estadística descriptiva y
de salud mental en de dispersión.
mujeres víctimas de *Categorización de R de Pearson
violencia domestica del variables.
centro de la mujer. *Tablas de distribución
de frecuencia para cada
variable.
*Gráficos circulares para
cada variable.
Relacionar la frecuencia
de consumo con la salud
mental en mujeres
víctimas de violencia Ro de Spearman
domestica del centro de
la mujer del sector Desco
de la ciudad de Calama.

22
9.9 Instrumentos

9.9.1 Escala de Severidad de la Dependencia (ASI)

Esta escala está adaptada a la lengua y contexto chileno, los derechos de autor
pertenecen a la Universidad de Pensilvania en el 2004, y fue validada por un estudio de la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile en conjunto con el CONACE en el
2008. Esta escala busca evaluar la severidad de la adicción en términos de mayor o
menor necesidad de implementar un tratamiento, en donde se allá información
fundamental para el diagnóstico, se ha demostrado que cumple con estándares de validez
y fiabilidad para la medición de aspectos psicológicos.
Esta escala consta de 257 ítems, distribuidos en dos grandes secciones, la
primera corresponde a la información general del paciente, mientras que la otra incluye
áreas de la vida en la que el paciente puede tener problemas, el tiempo de aplicación es
de 60 minutos. La obtención de la información que se obtiene se enfoca en tres períodos
de tiempo, con interés y utilidad particulares: A lo largo de la vida (aporta información
sobre antecedentes y presencia de problemas en el pasado). Últimos seis meses (permite
evaluar en algunos aspectos de eficiencia y costos-beneficios); y los últimos treinta días
(informa sobre la frecuencia y gravedad de los problemas recientes). Cada sección
finaliza con una autoevaluación tipo Likert de 5 puntos, en cuanto a que tanto le
preocupan los problemas de dicha área, la forma es de: 0 = Nada; 1 = Levemente; 2 =
Moderadamente; 3 = Considerablemente, 4 = Extremadamente. Se considera que, a
mayor puntaje, mayor gravedad y viceversa.

23
9.9.2 Cuestionario de salud general de 12 ítems (GHQ12)

Este cuestionario fue elaborado por David Goldberg, en el Hospital Universitario de


Manchester, Inglaterra, en el año 1972, para poder evaluar el grado de salud mental. Este
cuestionario, consta de 12 ítems en donde recorre cuatro áreas psiquiátricas: depresión,
ansiedad, inadecuación social e hipocondría. En esta escala se debe responder,
escogiendo una de las posibles respuestas (4 opciones de respuesta para cada
pregunta), están planteadas en escala Likert. Utilizaremos la clasificación original de
Goldberg, que consiste en asignar un 0 a las dos 2 primeras respuestas de cada
enunciado y un 1 a las 2 últimas, es ahí donde se obtiene un puntaje total, que es el que,
“hay ausencia de psicopatología “(0 a 4 puntos), existe “sospecha de psicopatología
subumbral” (5 a 6 puntos) y “indicativo presencia de psicopatología” (7 a 12 puntos), este
cuestionario aquí en Chile fue estandarizado por el Minsal.

24
9.9.3 Cuestionario de evaluación del nivel socioeconómico NSE

Este cuestionario, fue adaptado, para evaluar con una serie de 6 preguntas, el
nivel socioeconómico, esta debe ser respondida por la persona a evaluar, marcando con
un círculo, donde cada respuesta tiene una puntuación para poder sacar un análisis. El
resultado es la suma del puntaje, para luego poder clasificarlo en un rango.
En donde clase A/B corresponde a un nivel socioeconómico más alto, donde el
ingreso promedio al hogar es de $ $6.452.000. La clase C1a corresponde a las personas
que tienen muy buena situación económica, pero no llegan a ser considerados ricos, el
ingreso promedio es de $ 2.739.000. La clase C1b tiene un ingreso promedio de
$1.986.000. La clase C2 corresponde a la clase media, en donde el promedio de ingreso
es de $1.360.000. la clase C3 corresponde a una clase media, en donde el ingreso
promedio es de $899.000. La clase D corresponde a la clase media baja, en donde el
promedio de ingreso es de $562.000 . La clase E corresponde a un ingreso promedio de
$324.000.[ CITATION Emo18 \l 13322 ]

Tabla de clasificación del nivel


socioeconómico
Nivel Socioeconómico Puntos

A/B 205 o más

C1a 166 a 204

C1b 136 a 165

C2 112 a 135

C3 90 a 111

D 48 a 89

E 0 a 47

25
9.9.4 Escala multidimensional de apoyo social percibido

Esta escala fue elaborada por Gregory D. Zimet, Nancy W. Dahlem, Sara G. Zimet y
Gordon K. Harley en Estados Unidos en el año 1988, esta escala fue adaptada para su
uso en Chile en el 2002 por Arechavala y Miranda, se tiene como objetivo medir el apoyo
social percibido desde tres fuentes: familia, amigos y pareja u otras personas
significativas. La escala está compuesta por 12 ítems, donde se dividen en 3 factores, en
donde el primer ítem mide Apoyo Social de Pares (6-7-9-12), el segundo mide Apoyo de
la Familia (3-4-8- 11) y el tercer ítem mide percepción de Apoyo de la Pareja u Otros
Significantes (1-2-5-10). Se mide en escala Likert, donde se responde con casi siempre o
siempre, con frecuencia, a veces o casi nunca. Se marca con una X la respuesta en
donde se sienta identificado el entrevistado, luego se procede a sumar los puntajes para
obtener los resultados.

Puntaje resultado

12- 24 Bajo apoyo social percibido

25- 36 Mediano apoyo social


percibido

37- 48 Alto apoyo social percibido

26
9.10 Procedimiento

En primera instancia fue coordinar una reunión con la directora del centro de la
mujer del sector Desco de Calama para solicitar la autorización, para dar comienzo a la
investigación, en la cual se explica de que se tratara todo el procedimiento, cuando ella
acepta la petición, nos organizamos con los horarios para realizar las visitas a terreno,
donde se ejecutar los procedimientos establecidos para el estudio de la muestra.
Para organizar la recolección y análisis de los datos obtenidos, se utilizaron tres
encuestas, las cuales son “Escala de Severidad de la Dependencia (ASI)”, “Cuestionario
de salud General de Golberg- GHQ 12” y “Cuestionario de evaluación del nivel
socioeconómico NSE”. Con esto evaluamos el consumo de sustancias y los problemas de
salud mental que puedan tener las mujeres en este centro.
Para llevar a cabo el procedimiento de la realización de las encuestas, nos
distribuimos las funciones dentro de nuestro equipo, en donde nos dividimos la muestra
para poder agilizar el método.
Luego de tener las encuestas ya realizadas, se procederá a lo sacar resultados
correspondientes para ver si es que nuestra investigación se aprueba o rechaza su
hipótesis.

Coordinación y
programación

Selección de
cuestionario para
trabajar la
muestra

Análisis de datos

Resultado

Correlación de
resultados

27
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