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CONSAGRACION DE LA O

RDEN DE PREDICADORES AL SAGRADO


CORAZÓN DE JESÚS.

Oh corazón dulcísimo de Jesús, postrados humildemente ante tu presencia Eucarística. Tuyos somos y tuyos
queremos ser para estar más íntimamente unidos a ti.
Venimos profundamente agradecidos, por tus beneficios, a renovar la consagración de la Orden de
Predicadores a tu adorable corazón, consagrar todas sus empresas y santas inspiraciones.
Oh corazón Divino bajo el amoroso manto de nuestra Madre la Reina del Santísimo Rosario, del Glorioso
patriarca San José y de nuestro Padre Santo Domingo, te consagramos nuestros conventos, Monasterios, casas
religiosas y miembros de nuestra Orden, para que sean como la Santa casa de Nazareth, mansión de la Fe,
caridad, obediencia, Oración, estudio, del orden y de la paz. Igualmente consagramos a tu Corazón todos
nuestros trabajos y fatigas, como también las penas y amarguras, los gozos y las alegrías con que quiera visitar
nuestras comunidades, y suplicamos derrames copiosas Bendiciones en todos los miembros vivos y difuntos,
sobre todo en nuestras obras vocacionales, cofradías y hermandades.
Dígnate corazón divino ser la regla de nuestra conducta y el protector vigilante de nuestros intereses
espirituales y materiales. Sed fortaleza de los débiles, luz de los ignorantes, salud de los enfermos dulce
esperanza de los moribundos. Y por a ver contristado tu divino corazón hacemos reparación Formal de este
pecado esperando nos concedas la misericordia y el perdón.
Encienda en nuestras almas el celo por tu gloria que ardió en el corazón de nuestro Padre santo domingo de
Guzmán. Ayúdanos a buscar la verdad con la laboriosidad de San Raimundo de Peñafort, defenderla con la
energía de San pio V, enseñarla con la sabiduría de Santo tomas de Aquino y San Alberto magno, predicarla
con apostólica abnegación como San Vicente Ferrer, San Luis Beltrán, San Jacinto de Polonia. Y confesarla con
el valor y entereza de san Pedro de Verona y san Juan de Colonia.
Enriquécenos con la prudencia de San Antonino y dirigirnos a todos con el don de consejo. Haz nuestros
corazones como el de Santa Catalina de Sena y Santa Rosa de lima que se abracen y consuman en el divino
Amor. Que tengamos la piedad filial de Santa Inés de Monte Pulciano Y Santa Margarita de Hungría, para
corresponder a tu infinito Amor y ser agradecidos. Que Meditemos continuamente los misterios de tu
dolorosísima pasión como Santa Catalina de Ricci.
Infúndenos el amor a la observancia de nuestras reglas y constituciones para que, siguiendo las huellas de los
Santos y Santas de nuestra Orden, seamos santos nosotros para santificar a los demás.
te pedimos por el Padre Maestro general y superiores de todas nuestras casas, Monasterios y conventos del
mundo entero, protege con bendiciones, fecundidad y dulzura nuestros noviciados, colegios y obras de
caridad que dependen de nuestras hermanos y hermanas. A tu corazón pedimos que en nuestra angustia a la
muerte encontremos refugio, consuelo y esperanza en tu divino Corazón. Para que merezcamos reunirnos
bajo el Manto de la Reina de los cielos, como se lo manifestó a nuestro Padre santo Domingo y adorarte
eternamente en tu gloria por siempre. Amen

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