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Una alternativa
f. RoSENBLUM (ed.), Liberalism and the Moral a) Contra un estrechamiento ético de los discursos
·idge (Mass.): Harvard U.P., 1989, pp. 178 y ss.
TAYLOR, op. cit., p. 178.
políticos.
,._, _ . KIELMANNSEGG, «Ohne historisches Vorbild», b) Comparación de los tres modelos.
Frankfurter Allgemeine Zeitung, 7-XII-1990.
(14) M. R. LEPSIUS, Die Europiiische Gemeinschaft, po-
nencia presentada en el XX Congreso de Sociólogos Alema-
I
A d. if.erenc. i··a·. d~cjsiyªc;o. !lS.·iste. e···n·····la comprensión
nes, 1990, Frankfurt a. M.
(15) T. H. MARSHALL, Citizenship and Social Class and
Other Essays, Cambridge: University Press, 1950.
(16) J. HABERMAS, Volkssouveranitiit als Verfahren, en
Id., Die Moderne - ein unvollendetes Projekt, Leipzig: Re-
L del p~ del proceso democrático. Según la
co/jcepgón liberal, este procesO:: democrático (
cumple la tarea de programar al Estado en-Tnteresde la
clam, 1990, pp. 180 y ss.
sociedád, enTendiéndose elEstaao c-omo~eráparafo-que
(17) Véase B. S. TURNER, Citizenship and Capitalism, és-Ta-administración pública y la sociedad como sistema
Londres-Boston: Allen & Unwin, 1986. del tráfico de las personas privadas y de su trabajo so-
(18) Véase J. M. BARBALET, Citizenship, Stratford: cial, estructurado en términos de economía de mer-
University of Minnesota Press, 1988. cado. L~iügª (en el sentido de la formación de la
voluntad política de los ciudadanos) tiene la función de
agavillar e imponer los intereses sociaiéS¡rrivaoosfren-
te a un aparato estatal que se especializa en el empleo
administrativo del poder político para conseguir fines
colectivos. Seg_Ú_flla f.Qrlc.ep_ción republicana, la política
no se agota en tal función de medhiciün; -siño que es ele-
mento constitutivo del proceso social en conjunto-..-La
poiítícaeseiitendfda-co-iiiofofiiiá-ae-reflexioñ- de un
plexo de vida ético (en el sentido de Hegel). Constituye
el medio en el que los miembros de comunidades solida-
riaSdecarácter cuasi-natural se tornan COJlScientes de
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tección del Estado mientras persiguen sus intereses pri- los individuos puedan empezar reconociéndose recípro-
vados dentro de los límites trazados por las leyes. Los camente como individuos a la vez que como miembros
derechos subjetivos son derechos negativos que ganin{}:: de esa comunidad. Pues la concepción republicana liga
záñ un-ámbito de opción dentro del cual las personas la legitimidad de la ley al procedimiento democrático de
jurídicas quedan libres de coacciones externas. Los de- la génesis de esa ley, estableciendo así una conexión
rechos políticos tienen la misma estructura. Dim a los interna entre la práctica de la autodeterminación del
ciüdaéEu1osia posibilidad de hacer valer sus intereses pueblo y el imperio impersonal de las leyes.
privados de modo que éstos puedan al cabo (a través de El derecho de voto interpretado como libertad posi-
las elecciones, de la composición del Parlamento y del
tiva se convierte en la tradición republicana en paradig-
gobierno) agregarse con otros intereses privados hasta ma de los derechos en general, no sólo porque ese dere-
formar una voluntad política que sea capaz de ejercer
cho es condición sine qua non de la autodeterminación
una efectiva influencia sobre la administración. De esta política, sino porque en él queda claro cómo la inclu-
forma los ciudadanos, en su papel de ciudadanos políti- sión en una comunidad de iguales depende de que los
cos, pueden controlar si el poder del Estado se ejerce en
individuos estén capacitados para hacer aportaciones
interés de los ciudadanos como personas privadas.
autónomas y para posicionarse como consideren opor-
Conforme a la concepción republicana, el status de tuno.
ciudadano no viene definido por ese patrón de liberta- e) Estas distintas conceptuaciones del papel de
des negativas de las que pueden hacer uso como perso- ciudadano y del derecho son expresión de un desacuerdo
nas privadas. Los clgrechos ciudadanos, entre los que mucho más profundo sobre la naturaleza del proceso
sobresalell. los derechos de paiticipaeióri y comunica- político. Conforme a la conceus:iQ.nJi_heLªJ, la política
ción polítiCa, son más bien lig_ertades f20Sitivqs. No ga- es en esencia una lucha por-posiCiones que aseguran la
rantizan la libertad respectó de coacciones externas, capacidad de disponer de poder administrativo. El pro-
sino la participación en una práctica común, cuyo ejer- ceso de formación de la opinión y la voluntad políticas
cicio es lo que permite a los ciudadanos convertirse en en el espacio de la opinión pública y en el Parlamento
aquello que quieren ser, en sujetos políticamente res- viene determinado por la competencia de actores colec-
ponsables de una comunidad de libres e iguales. ~neste tivos que actúan estratégicariieilt~con d fiñ de conser-
aspecto el proceso político no sólo sirve al control de Ía vafsúsposiciones de poder o de hacerse con tales posi-
actividad d~l]j.st.asio_pgL.ciu.<f.aga_nps que en el ejercicio ciones. El éxito se mide por el asentimiento de los
de súsdérechos privados y de sus libertades prepolíticas ciudadanos a personas y a programas, cuantificado por
han alcanzado ya una autonomía previa. Tampoco el número de votos obtenidos en las elecciones. Con sus
cumple una función de bisagra entre el Estado y la votos los electores expresan sus preferencias. Sus deci-
sos:kciad, ya que el poder democrático del Estado no siones de voto tienen la misma estructura que los actos
r-epresenta ningún poder originario. Ese poder procede de elección de quienes partiCÍpan en un mercado orien-
más bien del poder comunicativamente generado en la tándose a obtener el mayor provecho posible. Esos vo-
práctica de la autodeterminación de los ciudadanos y se tos representan algo así como una licencia para una
legitima si y porque, por vía de institucionalización de carrera por posiciones de poder que los partidos polí-
la libertad pública, protege esa práctica. La jurisdicción ticos se disputan adoptando asimismo una actitud de
de la existencia del Estado no radica primariamente en orientación al éxito. El input de votos y el output de
la protección de iguales derechos subjetivos privados, poder responden al mismo modelo de acción estratégica:
sino en que garantiza un procesoinclusivo de forma- «A diferencia de la deliberación, la interacción estra-
ción de la opinión y lavoluntad políticas, en el que ciu- tégica tiene por fin l~_C()prdinaciónmásgl1~ lac()opera-
dadanos libres e iguales se entienden acerca de qué fines ción. En último análisis, lo que exige de la gente es no
y normas redundan en interés común de todos. Con considerar otro interés que el propio de cada uno».
esto a los ciudadanos republicanos parece estárseles pi-
diendo bastante más que una mera orientación por sus Conforme a la c__QIL~ep_cióD~~licana la formación
intereses privados. de la opinión y de la voluntad común en el espacio pú-
blico y en el Parlamento no obedece a las estructuras de
b) La polémica contraelconcepto clásico cieper- los procesos de mercado, sino que tiene sus propias es-
sona jurídica comó portadora de derechos subjetivos tructuras específicas, a saber, 1~--~-str_tiS:l!!L<lLde_¡ma
enciérraen el fondo una controversia acerca del con- comunicación púbJic;q _Qrientada al entendimiento. El 1
cepto rrzl'smo de derecho. Mientras que conforme a la paradigriia-ae-lapolítica en el seniidode unapráctica ·
conceJ2ciónlih~i.al el sentido de un orden jurídico con- de la autodeterminación ciudadana no es el mercado
siSté-eñ-qu-e ese orden permite decidir en cada caso sino el diálogo: «Una concepción dialógica entiende la
particular qué derechos asisten a qué individuos, estos política como un proceso de razón y no exclusivamente
derechos subjetivos se deben, según la <~Q!Jdicióruepu de voluntad, de persuasión y no exclusivamente de po-
blicana, a un orden jurídico objetivo que posibilita a la der, dirigido hacia la consecución de un acuerdo rela-
ve-~e garantiza la integridad de una convivencia ba- tivo a una forma buena o justa, o por lo menos acep-
sada en la igualdad, la autonomía y el respeto recíproco. table, de ordenar aquellos aspectos de la vida que se
En el primer caso el orden jurídico se construye a partir refieren a las relaciones sociales de las personas y a la
de los derechos subjetivos, en el segundo se concede el naturaleza social de las personas». Desde este punto de
primado al contenido objetivo que ese orden jurídico vista, entre el poder comunicativo que, en forma de
tiene. Ciertamente que estos conceptos dicotomizado- opiniones mayoritarias discursivamente formadas, sur-
res no cubren el contenido intersubjetiva de derechos ge de la comunicación política, y el poder administra-
que exigen el recíproco respeto de derechos y deberes en tivo, del que dispone el aparato estatal, se da una dife-
unas relaciones de reconocimiento de carácter simétrico. rencia estructural. También los partidos, que luchan .
Pero en todo caso la concepción republicana sí que re- por acceder a las posiciones estatales de poder, se ven
sulta afín a un concepto de derecho que otorgue a la in- en cierto modo en la necesidad de someterse al estilo
tegridad del individuo y a sus libertades subjetivas el deliberativo y al sentido especifico de los discursos polí-
mismo peso que a la integridad de la comunidad en que ticos. Precisamente por eso, la disputa de opiniones
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sostenida en el terreno de la política tiene fuerza legiti- El concepto de política deliberativa sólo cobra una
madora no sólo en el sentido de una autorización para referencia empírica cuanao tenemos'en cuenta la plu-
pasar a la lucha por posiciones de poder; sino que ese ralidad de formas de comunicación. en. las que puede
discurso político, que se desarrolla sin solución de con- formarse una voluntad común nGsólo~JJOLVia..de.un
tinuidad tiene también la capacidad de ligar la forma de autQ~!lt!:!ndinüe~n.to_ltico, sino también mediante pon-
ejercer el dominio político. El poder administrativo deración y equilibrio de intereses y mediante conipro-
sólo puede emplearse sobre la base de las políticas, y misos, mediante elección racional de los med!os. con
dentro de los límites de las leyes que surgen del proceso vistas a mi1in, Tusüf'icáéiónes rñüraies·y comprobacio-
democrático. nes de qué se es jurídicamente coherente. Así, esos dos
tipos de política que Michelman opone en términos tí-
pico-ideales, pueden compenetrarse y complementarse
II de forma racional. La políti~_fljaJ.Qgjc;a~yla pglítica
instrumental .Queden entr!;!lazarse en el medio que repre-
ASTA aquí la comparación entre los dos mo-
H delos de democracia que hoy, sobre todo en
Estados Unidos, domina la discusión entre los
llamados «comunitaristas» y los «liberales». :¡jJmodel.o
sentañfascteíil)eradones·, .SCé.Stán suficientemente insti- ·
tucwnaiiz-acta.STá.S correspondientes formas de comuni-
cación. Por tanto, todo viene a girar en torno a las
condiciones de comunicación y a los procedimientos
r~ublicauo tiene ventajas y desventajas. Lay~nt~ªla
que otorgan a la formación institucionalizada de la opi-
veo en que se atiei:ie aTséntido ~demócrata-radical de nión y la voluntad política su fuerza legitimadora. El
unaautoorganfiacion dela sócieclad lll.ecliañte~ciudáda tercer modelo de democracia, que yo quisiera propo-
rió.S uñfdos comunié:ativ~méñte y~no ~s<)lc) naC:e derivar néf,Seapoya-precfSáinente en las condiciones de comu-
los fines colectivos de ~l.ln. «deal» entr~ intereses j)fiVa- nicación bajo las que el proceso político puede tener
qQ§~(;()~!lt[apuestos. La oésventajala veó en que~ es de-
a su favor la presunción de generar resultados raciona-
masiado idealista y en c¡iíefla-ce depender el proceso les porque se efectúa en toda su extensión en el modo
democrático de las virtudes de ciudadanos orientados al y estilo de la política deliberativa.
bien común. Pero la política no se compone sólo, y ni
siquiera primariamente, de cuestiones relativas a
autocomprensión ética de los grupos sociales. El error b) Si convertimos el concepto procedimental de
consiste en un estrechamiento ético de los discursos política deliberativa en el núcleo normativo de una teo-
políticos. ría deJa democracia, resultan diferencias tanto respecto
de la concepción republicana del Estado como una co-
a) Ciertamente, los discursos qeautoentendimien- munidad ética, como respecto de la concepción liberál
tQ,~ en los que quienes participan en ellos tratan ~dé ac1a- del Estado comoprotector de una sociedad centrada en
rarse acerca de cómo entenderse a sí mismos como la.éco.ñoil1ía:·EI1 la compárádón de los Tres modelos
miembros de una determinada nación, como miembros párteaé laciimensión de la política que nos ha ocupado
de un municipio o de un Estado, como habitantes de hasta ahora, a saber: del proceso de formación demo-
una determinada región, etcétera, acerca de qué tradi- crátic;a. cle la()pinión y la vQ.(unia:cif9inóñ;c¡ué·sé.tradu-
ciones proseguir, de cómo tratarse mutuamente, de ce en elecciones generales y en resoluciones parlamen-
cómo tratar a las minorías y a los grupos marginales, tarias. Conforme a la col1~~Q..cJ.2!!!!Q~ral ese proceso
acerca de en qué tipo de sociedad quieren vivir, f.Qnsti- tiene lugar en forma de compromisos entre intereses.
tuyenuna parte rnuyimJ)ortante de laJ?Olítica. J>.erO~eJL.. Conforme a la con~ción~~P.l!.\:>licana, en cambio, la
gfuásl9neeyde -J?t!!Láfi.Sniü cuTtuJi[i-sociaC tras las me- formación democrática de la voluntad común se efec-
tas políticai:rienféféreYantes se esconden a menudo inte- túa en forma de una autocomprensión ética; conforme
reses y orientaciones valorativas que de ningún modo a este modelo, la deliberación, en lo que a'su-contenido
pueden considerarse constitutivos de la identidad de la se refiere, puede apoyarse en un consenso de fondo en-
comunidad en conjunto, es decir, del conjunto de una tre los ciudadanos que se basa en la común pertenencia
forma de vida intersubjetivamente compartida. Estos a una misma cultura y que se renueva en los rituales en
. intereses y orientaciones valorativas, que entran erí con- que se hace memoria de algo así como de un acto de
flicto sin J)erspectivasde alcanzar un consenso, han me- fundación republicana. La teoría del discurso toma ele-
nester de un equilibrio o compromiso que no pueda mentos de ambas partes y los integra en el concepto de
alcanzarse mediante discursos éticos aun cuando los un procedimiento ideal para la deliberación y la toma
resultados se sujetasen a lareserva de no transgredir va- de resoluciones. Este procedimiento democrático esta-
lores básicos de una cultura, sobre los que hay consenso. blece una int~mª~ c.onexión. entre negociaciones, discur-
sos aé.autoéntendimiento y cfis..cursgsrglativos a cues-
Esta ponderación y equilibrio de intereses se efectúa tií5n~(Jejfj§7ieia,~ '/sirve de base a la presunción de que
en forma de compromisos entre partidos que se apoyan bájo tales condiciones se obtienen resultados racionales
en poten~iales deJ?.2.fier Y, en QOteJlc;l~l~§A~.ggción. Las o «fair». Con ello, la razón práctica efectúa, por así
negociaciOnes de este tipo presuponen, ciertamente, decir, una operación de repliegue desde la idea de défe-
disponibilidad a la cooperación, es decir, la voluntad clios l.miversalés deili~more{Iioerálismo)odesaeTa éii-
de, respetando las reglas de juego, llegar a resultados cidad concretáde liria determinada comuniaad (cofuu-
que puedan ser aceptados por todas las partes, aunque nitarismo) para quedársituada ahora en áqúellas reglas
sea por razones distintas. Pero la obtención de compro- de discurso y formas de argumentación que toman su
misos no se efectúa en forma de un discurso racional contenido normativo de la base de validez de la áécióñ
que neutralice el poder y excluya la acción estratégica. orientacia-afeñteñéliin1eñtoy~·¡,º:r:il1Il.to,~]l}íltimaiñs
Ello no obstante, la «fairness» de los compromisos se tancia, de li:i propia estructura de la comunicación~liii-
mide por condiciones y procedimientos que, por su par- güística~ ·
te, han menester de una justificación racional (normati-
va) desde el punto de vista de si son justas o no. A dife- Con estas descripciones estructurales del proceso
rel1cia de las cu~~ig~s. éticªs,Jas Cl!~.~li@~HLejJi.S.ticja democrático quedan dispuestos los hitos para una con-
no están referidas de por sí a unoeterminado ~o lectivo. ceptuación normativa del Estado y la sociedad. Se su-
Pues, para ser legítimo,. elderéchó¡:)óliticamente esta- pone simplemente una administración pública del tipo
blecido tiene al menos que guardár conformidáo con de la que se formó a principios del mundo moderno con
pri11cipios morales q~e pretenden validez gel1eri:tl por el sistema de Estados europeos y se desarrolló mediante
enc1ma de una comunidad jurídica coricfefá. · entrelazamiento funcional con la economía capitalista.
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Según la COI}C:~PC:iQ11J~¡:mbJicana, la formación de la mocrático. La teoría del discurso no hace depender la
opinión y la voluntad políticas de los ciudadanos cons- realización de una política deliberativa de una ciudada-
tituye el medio a través del cual se constituye la socie- nía colectivamente capaz de acción, sino de la institu-
dad como un todo estructurado políticamente. La so- cionalizacic'Jl1 de los_ procedimientos correspondíeiltes.
ciedad se centra en el Estado; pues en la práctica de la Ya ñoopera conelc()ncepto de un todo social centrado
autodeterminación política de los ciudadanos la comu- en el Estado;· que pudiésemos representárnoslo como
nidad se torna consciente de sí como totalidad y, a tra- unsujeto en gran formato capaz de actuar orientándose
vés de la voluntad colectiva de los ciudadanos, opera a un fin. Tampoco localiza a ese todo en un sistema de
sobre sí misma. La democracia es sinónimo de autoor- normas constitucionales que regulen de forma incons-
ganización política de la sociedad. Resultado de ello es ciente y más o menos automática el equilibrio de poder
una comprensión de la política polémicamente dirigida y el compromiso de intereses conforme al modelo del
contra el aparato estatal. En los escritos políticos de tráfico mercantil. Se despide sin más de las figuras de
Hannah Arendt puede verse bien la dirección de choque pensamiento de la filosofía deJa conciencia que, en
de la argumentación republicana contra el privatismo cierto modo, invitan a atribuir la práctica de la auto-
ciudadano de una población despolitizada y contra la determinación de los ciudadanos, es decir, la práctica
creación de legitimación por parte de unos partidos autónoma de los ciudadanos, a un sujeto social global
emigrados al aparato estatal. Habría que revitalizar la o a referir el imperio anónimo de las leyes a sujetos par-
esfera de la opinión pública política hasta el punto de ticulares que compiten entre sí. En el primer caso, la
que unos ciudadanos regenerados en su papel de tales ciudadanía, es decir, el conjunto de Ciudadanos, es con-
pudiesen (de nuevo) apropiarse, en forma de una siderado como un actor colectivo, en el que el todo tiene
autoadministración descentralizada, el poder del Esta- su lugar de reflexión y que actúa por ese todo o repre-
do burocráticamente autonomizado. sentando a ese todo; en_('!]()tro, los actores particulares
actúan como variables independientes en los procesos
EGÚN la CQJ1Cepc;i211~lil?~~ral, esta separación del de poder, los cuales discurren de forma ciega, porque
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