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La Asertividad se define como: "la habilidad de expresar nuestros deseos de una

manera amable, franca, abierta, directa y adecuada, logrando decir lo que


queremos sin atentar contra los demás. Negociando con ellos su cumplimiento".
Está en el tercer vértice de un triángulo en el que los otros dos son  la pasividad y
la agresividad. Situados en el vértice de la pasividad evitamos decir o pedir lo que
queremos o nos gusta, en la agresividad lo hacemos de forma tan violenta que
nos descalificamos nosotros mismos.
Emplear la asertividad es saber pedir, saber negarse, negociar y ser flexible para
poder conseguir lo que se quiere, respetando los derechos del otro y expresando
nuestros sentimientos de forma clara. La asertividad consiste también en hacer y
recibir cumplidos, y en hacer y aceptar quejas.
La asertividad es una característica de nuestra forma de ser que nos permite
expresar nuestras emociones libremente y sin alterarnos y defender nuestros
derechos, gustos e intereses, de manera directa, sencilla, adecuada, sin agredir a
otros y sin consentir que nos agredan.
Ser asertivo significa que tienes una relación sana contigo mismo (autoestima) y
con las personas que te rodean, es decir, una persona asertiva tiene un equilibrio
natural que le permite socializarse de forma fluida y sana, sin inclinarse ni a la
pasividad ni a la agresividad, pensando, actuando y comunicándose de forma
adecuada y adaptativa.
Las personas más asertivas se sienten más seguras de sí mismas, por eso la
autoestima sana juega un papel importante para tener conductas adecuadas en la
comunicación interpersonal; sin emitir juicio de valor, ni mostrar pasividad ni
agresividad hacia la otra persona.

La comunicación asertiva se sitúa en un punto intermedio de otras 3 formas de


comunicación:
Comunicación agresiva: este estilo de comunicación se presenta cuando no
somos capaces de respetar las ideas o actuaciones de los demás. No existe
empatía o no tiene en cuenta los sentimientos del otro.
Comunicación pasiva: es un estilo en cual la persona no defiende sus intereses,
consiente que terceros decidan por él, o no comenta sus sentimientos verdaderos
y no expresa un desacuerdo. Personas con comunicación pasiva son poco
conflictivas, pero tiene la desventaja que pueden sentirse frustradas o resentidas
en algún momento
Comunicación pasiva-agresiva: una persona que se comunica de manera
pasiva-agresiva no se pone a sí misma ni a la otra en primer plano, pero se
comunica mal o confusa, a menudo usa excusas y tiene poca ambición personal.
Estilo asertivo: Cuando la comunicación es asertiva, significa que nuestros
intereses o puntos de vista es igual de importante que los de otra persona. Uno
aprende de la otra persona y ambas personas terminan satisfechos. Es la
comunicación y el comportamiento ideal, las relaciones salen beneficiadas y los
interlocutores se respetan a ellos mismos y a los que les rodean.

Uno de los primeros intentos de los clínicos conductuales, para mejorar las
aptitudes sociales de los pacientes, está enfocado sobre un extenso grupo de
procedimientos y habilidades llamados, en general, entrenamiento asertivo.
El entrenamiento asertivo era un método para ayudar a las personas a superar la
ansiedad despertada por los encuentros interpersonales.

La explicación del entrenamiento asertivo se presentaba de la siguiente manera:


Cuando la ansiedad inhibe las conductas requeridas en las relaciones
interpersonales, la persona queda, casi inevitablemente, en desventaja cuando se
encuentra cara a cara con otras personas… Su impulso inexpresado continúa
repercutiendo dentro de él y eso le puede provocar síntomas somáticos, incluso
cambios patológicos y una extensa variedad de problemas clínicos, como
ansiedad social.
Se ha utilizado en el tratamiento de enfermedades tales como disfunción social,
alcoholismo y depresión. En el primer trabajo clínico sobre entrenamiento asertivo
se enfatizaba la expresión de irritación, resentimiento y sentimientos de enojo de
forma socialmente apropiada. La ansiedad se inhibiría gradualmente puesto que
se supuso que era incompatible con la expresión asertiva de sentimientos.
En el entrenamiento asertivo también se consideraban los aspectos operativos, o
sea, se programaban actos de capacidad asertiva interpersonal que concordaron
con consecuencias favorables en el ambiente social natural de la persona, siendo
así reforzados.
Algunas habilidades para entrenar la asertividad:
Es importante identificar lo que sientes a través de la auto-observación, ¿sentimos
ansiedad, tensión, sudores? En este caso es importante aprender técnicas de
autocontrol que ayudan en relajarnos, como relajación muscular, mindfulness, etc.
Técnicas de habilidades sociales
Entender cuáles son los errores de pensamiento
Entender los diferentes niveles de comunicación y aprender habilidades de
comunicación.
Saber cuáles son los mecanismos de defensa.
Aprender flexibilidad cognitiva y trabajar posibles bloqueos.
Técnicas de respuestas asertivas
Tener una comunicación no verbal adecuada
Control de impulsos.

Por qué es ser asertivo tan importante


Algunas personas que tienen déficit de conductas interpersonales, parece que
nunca hubieran aprendido aptitudes sociales apropiadas. A causa de estos déficits
la persona tiene gran dificultad para obtener los tipos de refuerzo social
requeridos. A falta de una interpretación social apropiada, se refuerzan diferentes
formas de conductas desviadas que incluyen lenguaje ilusorio, periodos de llanto,
y conducta antisocial, las cuales se mantienen por la atención que las mismas
despiertan invariablemente por parte de los otros.
Causas de déficit de asertividad y la importancia de la autoestima

Varios investigadores sostienen que la asertividad tiene una relación directa con la
autoestima.
La autoestima es el sentimiento de aprecio o de rechazo que acompaña a la
valoración global que hacemos de nosotros mismos. Esta autovaloración se basa
en nuestra percepción de cualidades concretas, como la habilidad para
relacionarnos con los demás, la apariencia física, los rasgos de nuestro carácter,
etc.
Las personas que no se consideran valiosas habitualmente optan por no defender
sus derechos de forma activa, lo que crea un círculo vicioso al volver a minar su
autoestima cuando sus derechos no son respetados.
Otros motivos del déficit de asertividad serían la influencia de ciertos estereotipos
sociales y laborales. En algunas culturas u organizaciones muy jerarquizadas se
establece la sumisión como la conducta aceptada en determinados roles y
géneros.
El estado emocional también influye en la respuesta que se pueda dar en un
momento concreto. Una alta carga de estrés puede provocar una conducta
excesivamente agresiva o pasiva, generando en ocasiones mayor ansiedad
debido al rechazo que la propia respuesta provoca en los demás.
También se descubrió que la asertividad tiene que ver con el grado de madurez de
cada individuo; así como de los factores emocionales e intrínsecos de la
personalidad, las personas cuya autoestima es elevada tienden a desarrollar un
mayor grado de asertividad. Las diferencias entre las personas asertivas y las que
no desarrollan esta habilidad radica en la falta de carácter, así como de ideologías,
falta de confianza en sus habilidades o bien, que carezca de objetivos claros al
comunicarse.
¿Qué es una respuesta asertiva?

La respuesta asertiva es una herramienta que facilita mantener conversaciones


más inteligentes sin avasallar, ofender, ni humillar a nadie, creando empatía con el
interlocutor. Su conocimiento nos puede ser muy útil para la resolución de
conflictos.
Ser asertiva en una conversación nos permite envolver verbalmente de manera
inteligente sin agresividad verbal a la hora de defender una posición sobre algo. La
respuesta asertiva facilita encontrar el equilibrio entre la agresividad y la pasividad
en una discusión.
El término “conducta asertiva” se utiliza en sentido amplio para cubrir todas las
expresiones socialmente aceptables de una manera adecuada de los derechos y
sentimientos personales.
El dialogo con respuestas asertivas o comunicación asertiva
¿Cuáles son las principales técnicas de respuestas asertivas para afrontar
con éxito una discusión?
La manera para tener una conversación o discusión con otra persona
dependiendo de nuestra forma de personalidad y del objetivo de la conversación.
Cuando tenemos discrepancias en opiniones durante una conversación, nos
puede causar malestar psicológico y físico. Al ser hábil en el uso de respuestas de
asertividad, somos más agiles en expresar nuestros pensamientos, deseos y
sentimientos, mantenemos nuestro bienestar y hasta reforzamos nuestra
autoestima.
A continuación, exponemos algunos de los recursos para responder de forma
asertiva que pueden ser útiles en una discusión o ante la presión de los demás:

Banco de niebla. Convenir en la posibilidad de lo que dice el otro. Es eficaz


cuando nos critican. El “banco de niebla” es útil para no entrar en discusión sobre
quien tiene o no la última palabra. Dejamos que las palabras entran en esta nube,
como si no hemos escuchado nada. Ejemplo: Has ganado mucho peso. – Quizás
tengo que empezar a cuidarme.
Aserción negativa. Decir claramente algo que hay en mí que no me gusta o que
algo es malo de acuerdo con las opiniones o ataque del interlocutor.
Reaccionamos ante una crítica justa sin demasiadas excusas o justificaciones.
Ejemplo: – Has llegado tarde. – Es cierto, lo siento.
Auto-revelación. Revelar de forma asertiva información personal. Ejemplo: –
¿Pero cómo te puedes comer eso? – Porque me gusta.
Disco rayado. Repetir la petición de forma persistente y tranquila. Es muy útil
cuando nos encontramos con una persona muy persistente. En este caso funciona
de repetir la petición una y otra vez de forma calmada, como si fuera una mantra,
para llegar a nuestro objetivo. Ejemplo: – Podemos salir esta noche – No me
apetece – Hace una noche agradable – No me apetece – etc.
Acuerdo asertivo. Admitir que he cometido un error, pero separándolo del hecho
de ser una buena o mala persona. Es útil en situaciones en las que la persona
tiene razón al estar enojado, pero no estamos de acuerdo con la forma de
decírnoslo.
Ejemplo: – Te he estado esperando. – Sí, me olvidé de la cita que teníamos para
comer. Por lo general suelo ser más responsable.»
Pregunta asertiva. Preguntar de forma directa los detalles que han dado lugar a
la crítica o al ataque contra mí. No cuestionamos lo que nos han dicho y utilizamos
la “pregunta asertiva” para entender el ataque sin negar, defendernos,
contraatacar, justificar, etc. La pregunta asertiva nos sirve para comprender
porque están criticando. Ejemplo: – Entiendo que no te guste el modo en que
actué la otra noche en la reunión. ¿Qué fue lo que te molestó? ¿Qué hay en mi
forma de hablar que te desagrada?»
Desviación. Desplazar la discusión hacia el análisis de lo que ocurre entre mi
interlocutor y yo, dejando aparte el tema de la misma. Ejemplo: – Nos estamos
saliendo de la cuestión y acabaremos hablando de cosas pasadas.
Claudicación simulada. Aparente ceder terreno, dando parte de la razón al
interlocutor, pero sin cederlo realmente. Hay que mostrarse de acuerdo con el
argumento de la otra persona pero sin consentir en cambiar de postura.
Ejemplo: – Es posible que tengas razón, seguramente podría ser más generoso.
Quizá no debiera mostrarme tan duro pero…
Ignorar. Esta técnica se recomienda cuando el interlocutor está mal, puedes estar
nervioso, alterado, enfadado etc. En esta situación es mejor de ignorar la razón
por la que el interlocutor parece estar enfadado y aplazar la discusión hasta que
éste se haya calmado. Se recomienda tener empatía en este momento.
Ejemplo: – Veo que estas muy enfadado, así que mejor lo hablamos en otro
momento.
Quebramiento del proceso. Responder a la crítica o a las provocaciones con una
sola palabra o con frases lacónicas. Ejemplo: – Sí…No…Quizá….
Ironía asertiva. Se trata de responder de manera irónica o positiva a una
provocación o critica hostil. Ejemplo: – Eres un fanfarrón…. – Vale, gracias.
Aplazamiento asertivo. Cuando nos encontramos alterados o enfadados,
simplemente se trata de aplazar la respuesta ante del “ataque”, hasta que nos
sentimos tranquilos y capaces de responder a ella apropiadamente.
Ejemplo: – Sí es un tema muy interesante, pero lo discutiremos luego. No quiero
hablar de eso ahora. (Porque yo estoy mal)
Gracias a ser hábil en el uso de respuestas asertivas, podemos expresarnos
libremente y con claridad, respetándonos a nosotros mismos y respetando los
derechos de nuestros interlocutores. La respuesta asertiva puede ser una
herramienta muy valiosa para:
Gerentes de empresa, Personas públicas, Profesores, relaciones familiares, etc.

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