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UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRES FACULTAD DE

DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CARRERA DE DERECHO

MONOGRAFIA

AÑO NUEVO AYMARA

ESTUDIANTE: JUAN ALDAIR LOZA ORDOÑEZ

DOCENTE: DR WILLY VICENTE MIRANDA MACHICADO

LA PAZ – BOLIVIA 2021


INDICE GENERAL

AÑO NUEVO AYMARA

PROLOGO

INTRODUCCION

CAPITULO 1……………………………………………………………

1. ANTECEDENTES……………………........................................
INTRODUCCION

El año nuevo aymara, Willkakuti (retorno del sol, en aymara), Machaq Mara
(año nuevo, en aymara) u oficialmente en Bolivia Año Nuevo Andino
Amazónico, se celebra el 21 de junio de cada año en Bolivia y también en
Argentina, Chile y Perú. Simboliza el retorno del sol y el nuevo ciclo agrícola.

Se festeja un nuevo ciclo de 12 meses alejado en su concepción del año


nuevo occidental,  es tal una fiesta de sincretismo de culturas la búsqueda
de la identidad perdida, y la unión con la tierra y sus dioses mitológicos,
celebrar un año más que llega. 

En medio de una pandemia mundial los bolivianos buscamos en nuestra


cultura ancestral el amparo de nuestra madre la tierra y del inti dios sol, la
posibilidad de renacer a la vida, lo que de alguna manera hoy nos vuelve a
unir a todos los bolivianos en una sola tierra, una sola humanidad de las
muchas que vieron y de las muchas que vendrán. 

Las Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos (IOC) recuperaron


y reinventaron prácticas, símbolos, hitos históricos y líderes como parte de
su identidad y para interpelar a las políticas de exclusión, asimilación e
integración impulsadas por las distintas formas de Estado. Esta
“reinvención de la tradición”, como dice Hobsbawm, ocurre en el país desde
mediados del siglo pasado como parte de sus estrategias de lucha,
resistencia, reconstitución de sus territorios e identidades.

• Entre estas reinvenciones tenemos el Año Nuevo Aymara, conocido


también como Willakuti (retorno del sol) o Machaq Mara.

•  Con la fundación del Estado Plurinacional es reconocido como parte de la


ritualidad estatal y amplificada a todo el territorio nacional como “Año
Nuevo Andino Amazónico”, aunque últimamente se ha incorporado la
región del Chaco;  por ello, el 21 de junio es feriado nacional establecido
mediante Decreto Supremo 173 del 17 de junio de 2009. En 2019 se celebra
el año 5527 según el calendario andino amazónico. 
El origen del indianismo se remonta a fines de la década de 1960, cuando
grupos de estudiantes aymaras de La Paz, provenientes de zonas rurales,
formaron varias organizaciones culturales y políticas inspirados en las ideas
indianistas de Fausto Reinaga. Los jóvenes de MUJA impulsaron la
realización el Año Nuevo Aymara en Tiahuanaco como parte de su
reivindicación cultural e identitaria. El Año Nuevo Aymara, así como otros
hitos, símbolos y héroes, es de reconstrucción contemporánea a partir de
elementos históricos de la “memoria larga”.  

Es en esa época (años 60) que se recupera y valoriza la figura de  Tupaj


Katari como parte de la identidad aymara, pero principalmente como
símbolo de lucha y reivindicación de las organizaciones campesinas, en este
caso la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de
Bolivia (CSUTCB). Entonces, el surgimiento del Año Nuevo Aymara fue
resultado de un proceso de reafirmación identitaria en un tiempo en el que
el racismo, la discriminación y la exclusión eran muy acentuadas.

La celebración del Año Nuevo Andino Amazónico debería ser un momento


oportuno para reflexionar sobre el significado e importancia que tiene para
los pueblos y naciones IOC y para la sociedad en su conjunto, la relación
que tiene con el ciclo agrícola, la elección y rotación de autoridades,
principalmente en comunidades originarias. También debería motivar a
analizar si estas ceremonias de origen indígena reconocidas por el Estado
han generado cambios para el mundo rural en relación a la
descolonización, la discriminación, la interculturalidad, entre otros. 

Consideramos que el reconocimiento del Año Nuevo Andino y otros


procesos del mundo andino son un avance importante en términos de
interculturalidad, pero no son suficientes los reconocimientos y ceremonias
simbólicas para fortalecer y mejorar las condiciones de vida de los pueblos
indígenas, además se tienen que desarrollar políticas estatales concretas
para fortalecer la capacidad y autogestión productiva, económica y
organizativa de la población rural
¿Quienes son los Aymara?
Los Aymara son indígenas del norte de los andes de Bolivia. Comenzaron a
adueñarse de la región de Tiwanaku, cerca de la La Paz, una de las ciudades más altas
de América Latina.

Este poblado también se apropió del Lago Titicaca, un lago repleto de leyendas y
misterios. Además, ¿sabías que es el lago navegable más alto del mundo? Solo puedes
descubrir todos sus secretos haciendo el tour del Lago.

En pocas palabras, se fueron extendiendo por el noroeste de Argentina, el norte


de Chile y parte de Perú.

Los Aymaras acogieron la ideología de Tiwanaku sobre la relación entre hombre,


naturaleza y cosmos. Y por eso mismo, celebran el Año Nuevo Aymara el 21 de
junio. Según su calendario, el planeta está en el año 5.518.

Además, este acontecimiento se celebra en diferentes países como son Argentina,


Bolivia, Chile y Perú. Pero la celebración principal ocurre en Tiwanaku, Bolivia.

Hablamos del Patrimonio Histórico y Cultural de Bolivia que también se puede


denominar “Año Nuevo andino amazónico y del chaco”.
¿Por qué el Año Nuevo Aymara es el
21 de junio?
La gran celebración simboliza principalmente el retorno del sol, la llegada de nuevas
energías del cosmos y el comienzo de un nuevo ciclo agrícola.

Por eso mismo se celebra con el solsticio de invierno en el hemisferio sur, el 21 de


junio, cuando el sol está más alejado de la Tierra.

Hablamos del día más corto del año. Los aymaras están en vela toda esa noche para
poder observar el primer rayo de sol del Dios Sol y así, empezar bien un nuevo ciclo.

Antiguamente se creía que era el resurgimiento de esta estrella de luz porque se iba


y volvía. Esto era posible gracias a las celebraciones y bailes que le ofrecían.
La celebración de un nuevo ciclo
En Tiwanaku se sigue celebrando de forma tradicional el Año Nuevo
Aymara, o como dirían los aymara, el machaq mara. Es impresionante como esta
fiesta tiene siglos y ha perdurado en Tiwanaku, una población más antigua que el
famoso Imperio Inca.

Todo sucede durante la noche más fría del año, a más de 4.000 mil metros de altura y en
la madrugada del 21 de junio. El pueblo se encuentra reunido al lado de una fogata o del
escenario, mirando al horizonte para que salga pronto el sol.

A las 5:00 am la población se dirige a las ruinas de Tiwanaku, donde sucederá la


magia. Suele haber todo tipo de gente, desde chamanes y sacerdotes Aymaras hasta
periodistas, fotógrafos profesionales y viajeros.
La primera parte de la celebración la encabezan los chamanes, hablamos de distintas
fases que se desarrollan en los templos orientados al lugar por donde sale el sol y la
luna.

Esto es una fiesta repleta de magia, bailes y músicas tradicionales, junto a un arcoiris de
color formado por atuendos de los locales (chullos, ponchos…).

Los chamanes rompen el silencio a las 7:00 am, para iniciar la ceremonia en


Kalasasaya, el templo del Dios Sol. Dan la bienvenida al nuevo ciclo y agradecen al
astro rey.

Después, se comienza a bailar en círculo sobre la plataforma de sacrificio. Este rito


ancestral consiste en quemar, simbólicamente, todo lo malo del año para acumular
esperanza y buena energía.
Y llega el momento que todo el mundo espera, aparece el primer rayo de sol. La
multitud se concentra en la Puerta del Sol (monumento de Tiwanaku) con las manos en
alto. Después de las oraciones, la música, los bailes y la fiesta se apoderan del
ambiente aymara.

Tras esta ancestral explicación, comentar que en toda Bolivia se celebra este día pero de
manera más convencional.

¡Vaya post lleno de magia y buenas energías! Los Aymaras sí que saben cómo celebrar
su año nuevo. ¿Y tú, festejas el comienzo de año de manera diferente?

Seguro que te mueres de ganas de vivir la experiencia del Año Nuevo Aymara tanto


como nosotros. ¿Cuándo será tu próxima aventura?
El 21 de junio de cada año se celebra en Bolivia el Año Nuevo Andino
Amazónico y del Chaco. En esta gestión se celebrará el 5.529 Año Nuevo
que congrega a cientos de personas en todo el país. En esta nota te
explicamos cuándo se creó esta festividad, por qué se lleva a cabo, por
qué se dice que tiene más de cinco mil años y qué es lo que representa. 

Cada año cientos de personas visitan distintos lugares turísticos del país
para dar la bienvenida al nuevo año aymara. El historiador y docente
universitario, Juan Carlos Ochoa, indicó a Bolivia Verifica que en el país
existen más de 300 lugares sagrados para festejar el Año Nuevo Andino
Amazónico.

La siguiente lista proporcionada por Ochoa muestra los departamentos


que se suman a esta festividad y algunos de los lugares donde
desarrollan sus actividades:

 En La Paz se lleva a cabo en las ruinas de Tiwanaku, en


Copacabana, en Caracollo, en Jesús de Machaca, en El Alto 

 Para Santa Cruz el lugar ideal suele ser el Fuerte de Samaipata 

 Cochabamba desarrolla la festividad en el Inka Llajta

 La gente de Oruro se reúne en el cerro Koricancha y en Pampa


Aullagas

 En Potosí la cita es en Salar de Uyuni

 Chuquisaca congrega a sus pobladores en San Lucas

 Los benianos se reúnen en Loma Santa de Moxos, en la Roca


Sagrada de los Chimanes y en San Borja

 En Pando la celebración es en Portachuelo y en San Miguel

 La chura Tarija también se suma a los festejos reuniendo a sus


habitantes en el cerro Tajzara, en Caraparí y en Villa Montes

La celebración

En cada celebración participan autoridades municipales, departamentales


y nacionales, ellos acompañan los eventos centrales y junto a los
pobladores de cada región dan la bienvenida al nuevo año.

Ochoa explica que la gente se reúne en los lugares sagrados en horas de


la madrugada y espera a que amanezca para recibir los primeros rayos
del sol. “La gente levanta las manos para recibir la energía del sol y para
hacer un cambio espiritual, ahí también se da el solsticio, esto significa el
comienzo del invierno, el nuevo ciclo agrícola y el retorno del sol”,
expresó Ochoa.

Esta actividad está acompañada de música autóctona, baile, rituales


sagrados y ofrendas a la Pachamama (Madre Tierra)

Año Nuevo Aymara en la Isla Del Sol 2019, fotografía proporcionada a


Bolivia Verifica por Juan Carlos Ochoa.

El exviceministro de Descolonización, Cancio Mamani, explicó a Bolivia


Verifica que el 21 de junio es una jornada para reflexionar sobre la vida,
para volver a nacer, dejando a un lado el individualismo y compartir con
los demás. “El sol nos va a cargar de nuevas energías para recibir el Año
Nuevo Aymara, hay que celebrar y estar en equilibrio con la Pachamama,
pensar en lo que hicimos y planificar cosas a futuro. Es un reencuentro
con nosotros mismos, con nuestra cultura, con nuestras raíces, con
nuestra gastronomía”, indicó.

La exautoridad también señaló que esta actividad revaloriza las culturas


milenarias, a los pueblos originarios, sus culturas y sus saberes.

Breve historia sobre el Año Nuevo Aymara

El sociólogo Favio Mayta Chipana, relata en una publicación del Centro de


Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA)  que la celebración
del Año Nuevo Aymara, tal cual la conocemos, tiene su emergencia en los
años 70 del siglo XX, coincidiendo con el surgimiento del pensamiento
indianista y luego katarista principalmente en la región del Altiplano.
Mayta apunta a que son los estudiantes aymaras de La Paz, provenientes
de zonas rurales, quienes interpelan las políticas estatales de
homogeneización, exclusiones y principalmente de discriminación por su
condición indígena. Este proceso conlleva a la recuperación de varias
prácticas, símbolos, hitos históricos y líderes como parte de su identidad.
Allí se incluye la recuperación de la celebración del Año Nuevo Aymara.

“Estos jóvenes a través de asumirse cultural y políticamente como indios


aymaras interpelan las políticas estatales de homogeneización,
exclusiones y principalmente de discriminación por su condición
indígena. En 1969 crearon el Centro de Promoción y Coordinación
Campesina (Mink’a) para organizar y difundir sus ideas en las áreas
rurales. En 1971 crearon el Centro Cultural Tupaj Katari para transmitir a
través de Radio Méndez su cultura y sus ideas. Los conflictos sociales de
1974 con la cruenta represión de las movilizaciones campesinas,
provocaron una gran indignación y destruyeron lo que quedaba del pacto
militar campesino, y abonaron el terreno para el arraigo del katarismo en
el sindicalismo campesino. Para 1978 las dos tendencias antes surgidas
se consolidaron y se expresaron en sendos partidos políticos: el
Movimiento Indio Tupaj Katari (Mitka) y el Movimiento Revolucionario
Tupaj Katari (MRTK). (…) En 1979 varios jóvenes aymaras en su mayoría
estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) habían
refundado el Movimiento Universitario Julián Apaza (MUJA). Es así
que los jóvenes de MUJA impulsaron la realización el Año Nuevo Aymara
en Tiahuanaco como parte de su reivindicación cultural e identitaria. El
Año Nuevo Aymara, así como otros hitos, símbolos y héroes, es de
reconstrucción contemporánea a partir de elementos históricos de la
“memoria larga”, relata el sociólogo.

Por otra parte, según consta en el texto Historia de la restitución moderna


del 21 de junio como Año Nuevo Andino en Tiwanaku  el emérito German
Choquehuanca, docente, exdiputado y creador de la Wiphala, jugó un rol
crucial en la reconstitución del 21 de junio como fecha del Año Nuevo
Aymara.

Si bien la festividad era celebrada en la antigüedad con grandes fiestas,


fue prohibida por los españoles quienes impusieron por la fuerza el año
nuevo católico. Pese a la prohibición, la celebración del Año Nuevo
Aymara o Inti Raymi, como lo llamaba Choquehuanca, se continuó
realizando de manera clandestina. A principios del siglo XX los liberales
censuraron esta festividad y, la misma actitud fue asumida por los
movimientistas en 1952 cuando su política educativa trató de bolivianizar
y mestizar a los indígenas tratando de borrar sus raíces culturales, por
este motivo la celebración del Año Nuevo Aymara fue olvidada
paulatinamente.

En 1976, según relata el texto, German Choquehuanca impulsó la


restauración del Calendario Mara Wata, el cual contiene 13 meses y un día
suelto, el propósito era restituir la celebración del Inti Raymi. En 1979
viajó a Tiwanaku con el propósito de llevar a cabo la festividad, pero los
pobladores tenían muy arraigados al catolicismo y no se lo permitieron,
algunos incluso lo tildaron de “sajhra” (demonio).

En los años siguientes atravesó percances similares. Fue en 1982 cuando


con la compañía de sus compañeros universitarios y del Yatiri Rufino
Phajsi se llevó a cabo la primera ceremonia de celebración del Año Nuevo
Aymara en el Templo de Qalasasaya en las ruinas de Tiwanaku.

“Estuvimos descalzos y con las palmas de las manos hacia arriba y


hablando de todas las cosas que habíamos hecho y lo que pensábamos
hacer, recibimos la fuerza y la energía de los rayos sagrados del Inti Tata
voceando con fuerza y energía: “¡Jallalla Mara Taqa!”, “¡Jallalla Machaq
Mara!”,”¡Jallalla Inti Raymi!”, “¡Jallalla Tawantinsuyu!” y otros Jallalla” se
lee en el texto publicado por Choquehuanca.

Foto: German Choquehuanca Condori, fuente: Asociación


latinoamericana de Historia.

En años posteriores la celebración se llevó a cabo y fue trascendiendo a


distintos lugares del país. En el año 2005 el entonces presidente, Carlos
Mesa, promulgó una ley declarando al Año Nuevo Aymara como
Patrimonio Intangible, Histórico y Cultural de Bolivia.

Para el 2009 el ex presidente Evo Morales decretó que el Año Nuevo


Aymara sea llamado Año Nuevo Andino Amazónico y del Chaco y que
cada 21 de junio sea feriado nacional.

¿Por qué se incluyen los términos Amazónico y del Chaco?

Mamani explica que el hemisferio austral o sur esta compuesto por países
como Bolivia, Argentina, Perú, Chile, Ecuador, entre otros y que en esta
parte del planeta siempre se ha celebrado el Año Nuevo Aymara. Pero
como estos territorios tienen valles, amazonias y chacos se cambió el
nombre a la festividad para incluir a todos los pueblos originarios.

“En un comienzo se dijo Año Nuevo Aymara, luego se dijo Año Nuevo
Aymara y Quechua, después se dijo Año Nuevo Andino Amazónico y del
Chaqueño, pero yo digo año nuevo de los pueblos del hemisferio austral,
ese es el concepto más amplio respecto al nombre”, indicó Mamani.

¿Por qué 5529 años?

Ochoa aseguró a Bolivia Verifica que 5.000 años representan a cinco


ciclos de 1.000 años cada uno, estos transcurrieron antes de la llegada de
los españoles en 1492. A partir de ese año comienza el conteo que hasta
la actualidad da como resultado 529 años, es por eso que este este 21 de
junio se celebran 5529 años del Año Nuevo Andino Amazónico.

Por su parte Mamani indica que respecto a los años celebrados hay
distintas teorías. “El señor Choquehuanca (quien restituyó el año nuevo
aymara) indica que los pueblos del hemisferio austral tenemos más de
165 mil años, esa también es otra teoría, pero yo concluyo que nosotros
no tenemos ni comienzo ni fin, somos los de siempre”, dijo Mamani.

Aspectos positivos y negativos

Mamani afirma que uno de los aspectos positivos es la unión familiar y de


la comunidad, la revalorización de las costumbres ancestrales y el
movimiento turístico que esta festividad genera.

Para Ochoa lo negativo es que la celebración del Año Nuevo Andino


Amazónico y del Chaco se ha vuelto comercial y que muchos no toman
en cuenta el verdadero significado de esta festividad. “Se ha tergiversado,
ya no celebran como antes, ahora arman borracheras tremendas,
ensucian los lugares sagrados y faltan el respeto a nuestras costumbres”,
expresó Ochoa.

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