Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Quienes dedicamos nuestras vidas buscando a quienes amamos, porque el estado no les pudo
proteger, sabemos que la justicia está colapsada.
Por años, las familias que la violencia destruyó hemos sido ministerios públicos, fiscales, peritos,
impulsamos reformas, vigilamos nombramientos… todo hemos intentado mientras buscamos. De
Tamaulipas a Chiapas, pasando por Guanajuato: somos las madres, las hermanas, los padres y los
hermanos de un país que sigue sumergido en la violencia alimentada por la rampante impunidad.
Somos quienes ya ni aparecemos en promesas de campaña, porque este país todos los días le
apuesta a la desmemoria, mientras la verdad se aleja cada vez más de nuestros hogares. Mientras
los grandes debates sobre la verdad se dan sin tomarnos en cuenta, en medio de mentiras y
negación de que las atrocidades siguen ocurriendo, el país se colapsa.
Por eso, cuando usted anunciaba una consulta popular hace un año, le pedimos que, si se iba a
convocar a tan importante ejercicio de democracia participativa, no se hiciera desgastando el
ejercicio en una pregunta que no era ni fue nunca, constitucional. Que reducir el número de
responsables de tantas atrocidades a cinco expresidentes no apuntaba a la incontable cantidad de
perpetradores y cómplices de la violencia, la corrupción y la impunidad. Le pedimos que mejor se
impulsara la pregunta correcta, poniendo en el centro los mecanismos de justicia y de verdad que
prometió el año electoral que lo llevó a la presidencia.
Pero parece que a usted y al país se le ha borrado esa parte de la historia reciente, así como se le
ha borrado la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que expresamente se le
negó la consulta para investigar y enjuiciar expresidentes y sí se abrió la puerta a esa Comisión de
la Verdad que prometió al país.
La consulta que se realizará el próximo 1º de agosto NO ES UNA CONSULTA PARA ENJUICIAR A
EXPRESIDENTES. La pregunta es ambigua, pero si queda duda está la sentencia de la Corte en la que
expresamente se señala como posibilidad “la creación de mecanismos novedosos para esclarecer
algunos hechos en específico, como en algunos países que han decidido garantizar el derecho a la
verdad…”
Mentiras que invisibilizan la posibilidad de que este país genere una gran Comisión de la Verdad
para esclarecer las graves violaciones de derechos humanos de este y otros sexenios en un espacio
seguro para recoger los testimonios de las víctimas y de todas aquellas personas que tengan algo
que contar sobre los fenómenos de violencia que han lastimado al país. Organismos temporales
no judiciales creados que pueden contribuir a los procesos judiciales y a las reparaciones mediante
sus recomendaciones, que incluso pueden recaer en propuestas de reformas institucionales
necesarias para evitar nuevas violaciones de derechos humanos.
Por eso, las víctimas y colectivos que suscribimos esta carta, pedimos a usted:
Detrás de nuestras demandas, está nuestro dolor, las 4 mil fosas clandestinas, las casi 90 mil
personas desaparecidas y cientos de miles de víctimas de la violencia. Que el 1º de agosto sea una
jornada nacional de visibilización de nuestras atrocidades con miras a la creación de comisiones
de la verdad, pero que no se quede ahí. Al país no se le pueden perder nuestras historias y
nuestras demandas. Detrás de cada masacre o víctima que se reporta vienen sus familias a
incorporarse a nuestro doloroso camino. Esto tiene que parar.
Luis Alexis Paz Vargas Martha. Islas Cárdenas Valeria Giselle Ortiz
Méndez
María Del Carmen Vargas Adelaida Martínez Gracia
Escobar Maribel Izazaga Villa
Yolanda Medina
Eduardo conde Toledo Escalante Irma Barrón Vázquez