Está en la página 1de 6

ÍNDICE

Pág.

RESUMEN

CONTENIDO

1- 3 Ideas, del trabajo que a mi juicio sean relevantes

2- ¿Por qué a mi criterio las Ideas anteriores son relevantes?

3. ¿Qué cuestión quedaría pendiente de solución o abordaje en el trabajo?

4. ¿Qué aprendizaje deriva usted de este trabajo ósea que hemos aprendido que no
sabíamos antes de leer este trabajo?

ANEXOS
Resumen:

En este trabajo se recogen, ideas, que consideramos relevante, para la casuística del derecho
inmobiliario, en contra posición de algunos actores de la jurisdicción inmobiliaria, que se resisten a ver y
aplicar más allá de la ley 108-05 del derecho inmobiliario, especialmente en lo constitucional y lo civil.

Se tomara criterios que se deben tener en cuenta, para el ejercicio del derecho inmobiliario, teniendo en
cuenta que llego el tiempo de aplicar la supremacía del derecho constitucional vinculada al derecho
inmobiliario, en virtud de la nueva corriente internacional de los derechos fundamentales, entre los que
está el derecho inmobiliario.

2-. 3 ideas, del trabajo que a mi juicio son relevantes.

2.1- La Constitución ha estado, verdaderamente, jugando su papel de fuente del derecho inmobiliario.

2.2 - A raíz de sentencias de tribunales de jurisdicción original admitiendo daños y perjuicios


promovidos por el demandante, fuera del rígido escenario que propone el párrafo del artículo 31 de la
Ley núm. 108-05, de Registro Inmobiliario, haciendo para ello un ejercicio constitucional, en el sentido
de censurar que sea permitida la posibilidad, solamente al demandado, de demandar
reconvencionalmente al demandante en daños y perjuicios, privando al demandante de la posibilidad de
proceder en similar sentido; estableciendo que el citado artículo 31 debe interpretarse bajo el prisma
del artículo 40.15 de la Constitución, atendiendo al carácter justo y útil de la ley [16]. En efecto, en el
estado actual de la normativa inmobiliaria se genera, en el contexto abordado, una desigualdad procesal
y choca con el acceso a la justicia, que es una prerrogativa sustancial de las personas, entre otros
aspectos de índole sustantivo (constitucional).

2.3- La Constitución es fuente del derecho inmobiliario; es una norma y, como tal, debe ser
habitualmente aplicada en los procesos dilucidados en sede judicial, por los Jueces y los abogados.

3-. ¿Por qué a mi criterio las Ideas anteriores son relevantes?

3.1 Es cierto que como la constitución tiene supremacía por encima de las leyes, reglamentos y
resoluciones, es de tenerse en cuenta en todas las actuaciones judiciales, por los actores de la
jurisdicción inmobiliaria.

3.2- Somos de Opinión, que el derecho no debe coartarse para una parte y beneficiar a otra,
fundamental mente en cuanto a permitir que el demandado pueda demandar reconvención y el
demandante no.

3.3- La aplicación del derecho constitucional hoy en día va cobrando fuerzas en el ámbito local e
internacional, con la corriente de internacionalizar constitucional mente los derechos fundaméntale, hay
que seguir esta corriente.

4. ¿Qué cuestión quedaría pendiente de solución o abordaje en el trabajo?


Lo que falta por abordar en el trabajo que analizamos son las sentencias del Tribunal constitucional
sobre las sentencias y decisiones del TST, en cuanto al derecho Inmobiliario, y cuales sentencias del
Tribunal constitucional han variados criterios del TST.

5. ¿Qué aprendizaje deriva usted de este trabajo ósea que hemos aprendido que no sabíamos antes de
leer este trabajo?

Los criterios que tiene el Tribunal superior de tierras de aplicar los bloques constitucionales en su
casuística cotidiana, y los que hacemos ejercicio en esta materia debemos seguir esta corriente.

Los aspectos de la internacionalización constitucional de los derechos fundamentes.

El precedente en la Jurisdicción inmobiliario, del caso de la demanda acogida en daños y perjuicio de un


demandante basada en análisis constitucionales, (Le daré seguimiento al desenlace de este caso para
ver la firmeza de este caso).

ANEXO: Publicación inextensa en revista

Diciembre 5, 2018

La Constitución como fuente del derecho inmobiliario

Por.: Yoaldo Hernández Perera

RESUMEN

Se resalta el carácter normativo de la Constitución, enfocado al derecho inmobiliario, en contraposición


a la marcada raigambre positivista de muchos operadores de la Jurisdicción Inmobiliaria, que no
conciben el derecho más allá de la Ley núm. 108-05, de Registro Inmobiliario, y de sus reglamentos.

PALABRAS CLAVES

Sistema de fuentes, Constitución, normatividad, derecho constitucional, transversalidad, derecho


inmobiliario, derecho internacional de los derechos fundamentales, positivismo, principios, precedentes,
justicia, Ley núm. 108-05, reglamentos, República Dominicana.

En palabras de SAGUÉS, el derecho constitucionales una especie de derecho corsario. Cuando lo desea,
el poder constituyente captura zonas del derecho civil, penal, laboral, etc. [1]. En efecto, se trata de una
rama que es transversal a todos los subsistemas jurídicos, incluyendo –obviamente- el derecho
inmobiliario [2]. De ahí que sea incorrectísimo, a estas alturas de los acontecimientos, concebir que el
derecho [3] en esta materia no trasciende lo taxativamente positivizado en la Ley núm. 108-05, de
Registro Inmobiliario, y sus reglamentos.

El carácter normativo de la Constitución ha venido reconociéndose con cada vez más intensidad por la
doctrina y la jurisprudencia [4]. Hoy no da lugar a discusión el hecho de que la Carta Fundamental, más
que un mero catálogo declarativo de derechos [5], es una norma, propiamente (pero no cualquier
norma, la superior) [6]. Y como tal ha de ser aplicada, tantas veces como corresponda, en todos los
procesos ventilados en sede judicial.
La Constitución, pues, es una fuente que nutre, con extraordinaria importancia, el ordenamiento
inmobiliario. El derecho de propiedad, que es el derecho real estelar que se dilucida ante la Jurisdicción
Inmobiliaria [7], debe estudiarse en la matriz del artículo 51 de nuestra Carta Magna, que consagra dicha
prerrogativa como un derecho patrimonial fundamental.

Todos los preceptos que subyacen en la Constitución, tales como la razonabilidad (40.15), la
favorabilidad y la armonización, en el marco de los derechos fundamentales (DDFF) (art. 74.4), etc.; así
como los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional, relativos al derecho de propiedad y
demás asuntos propios de la materia inmobiliaria, sin menosprecio de cualquier precepto contenido en
algún otro instrumento que integre el bloque de constitucionalidad [8], han de encuadrarse dentro del
derecho inmobiliario, conjuntamente con la Ley núm. 108-05, de Registro Inmobiliario, sus reglamentos,
el Código Civil, el Código de Procedimiento Civil y toda otra normativa que, por mandato expreso de la
ley, entre en las atribuciones de los tribunales de tierras, como jurisdicción de excepción.

El Tribunal Constitucional y, en su momento, la Suprema Corte de Justicia han reconocido la


aplicabilidad en nuestro ordenamiento, y han desarrollado en sus respectivas doctrinas jurisprudenciales
el concepto de bloque de constitucionalidad, concebido en Francia y adoptado por nuestro país por
intermedio de España. Los instrumentos jurídicos que integran dicho bloque, nacionales e
internacionales, han de armonizarse y, en caso de chocar entre sí, lo propio es aplicar el principio de
favorabilidad, en el ámbito del sistema de interpretación pro persona, dando predominio a aquel que
mejor tutele el derecho involucrado [9]. Ese ejercicio de primacía constitucional y de tutela efectiva de
DDFF no es ajeno, vale reiterar, a los jueces del orden inmobiliario.

Resulta halagüeño constatar, mediante las sentencias de los tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria
dictadas en los últimos tiempos, que la cuestión constitucional ha estado cobrando la importancia que le
corresponde. En efecto, es habitual encontrar en estas decisiones, tanto en su ratio decidendi como en
sus obiter dicta, razonamientos de índole constitucional [10]. Por consiguiente, como corolario ha de
derivarse que la Constitución ha estado, verdaderamente, jugando su papel de fuente del derecho
inmobiliario.

Muestra harto elocuente de lo dicho anteriormente, es el siguiente precedente, en la órbita de la


interpretación de la norma inmobiliaria: “los tribunales del orden inmobiliario, igual que todos los
demás tribunales de la República, al decidir los casos sometidos a su escrutinio, no deben limitarse al
estudio de un solo instrumento normativo, lo propio es que analicen tanto la Constitución como las
leyes, los reglamentos, las resoluciones, los principios, las máximas jurídicas, la jurisprudencia y la
doctrina que cuenten con aplicabilidad; teniendo en cuenta para ello la jerarquía en nuestro sistema de
fuentes y el principio de favorabilidad, cuando de derechos fundamentales (como la propiedad) se
trate” [11].

Igualmente, armoniza con la temática de la Constitución como fuente del derecho inmobiliario, el
siguiente criterio: “la normativa inmobiliaria, igual que todo el ordenamiento jurídico, en general, debe
interpretarse siempre tomando en consideración, además del texto literal de la norma, los valores y
principios contenidos en la Constitución que cuenten con aplicabilidad en la casuística dilucidada”[12].

También es propicia la ocasión para traer a colación la sentencia que plasma el siguiente razonamiento
en sus consideraciones: “el neo constitucionalismo manda que los tribunales del orden judicial no
resuelvan los casos sometidos a su escrutinio en base a las reglas jurídicas, mecánicamente. Lo
constitucionalmente viable es que, al emitir su fallo, cada tribunal se adentre en la casuística concreta,
haciendo acopio, más allá de las meras reglas jurídicas, de los principios que contaren con aplicabilidad”
[13].

De su lado, la sentencia que consagra que el denominado “test de razonabilidad” desarrollado por el
Tribunal Constitucional para resolver casos, de cara a la aplicación abstracta de la norma, puede servir
como herramienta argumentativa para los tribunales de tierras resolver los asuntos sometidos a su
escrutinio, en el ámbito de la aplicación de la norma a casos concretos [14], también se sintoniza con el
tópico de la Constitución como fuente del derecho inmobiliario.

El Tribunal Superior de Tierras del Departamento Central, en la misma línea, se ha servido de la


Constitución para justificar, no obstante prohibirlo el artículo 129 de la Ley núm. 108-05, de Registro
Inmobiliario, la autorización de constancias anotadas por el “resto” de parcelas que no han sido
incluidos en la mensura para deslinde instrumentada al efecto [15].

Se registran, incluso, sentencias de tribunales de jurisdicción original admitiendo daños y perjuicios


promovidos por el demandante, fuera del rígido escenario que propone el párrafo del artículo 31 de la
Ley núm. 108-05, de Registro Inmobiliario, haciendo para ello un ejercicio constitucional, en el sentido
de censurar que sea permitida la posibilidad, solamente al demandado, de demandar
reconvencionalmente al demandante en daños y perjuicios, privando al demandante de la posibilidad de
proceder en similar sentido; estableciendo que el citado artículo 31 debe interpretarse bajo el prisma
del artículo 40.15 de la Constitución, atendiendo al carácter justo y útil de la ley [16]. En efecto, en el
estado actual de la normativa inmobiliaria se genera, en el contexto abordado, una desigualdad procesal
y choca con el acceso a la justicia, que es una prerrogativa sustancial de las personas, entre otros
aspectos de índole sustantivo (constitucional).

En definitiva, todos los tribunales del orden judicial están llamados a ser guardianes de la
constitucionalidad. La Constitución es fuente del derecho inmobiliario; es una norma y, como tal, debe
ser habitualmente aplicada en los procesos dilucidados en sede judicial. Entre otros preceptos
sustantivos, las reglas de interpretación de los derechos y garantías fundamentales, al tenor del artículo
74 y siguientes de la Carta Fundamental, han de ser observadas por los jueces del orden inmobiliario,
igual que los de cualquier otra rama jurídica: penal, civil, laboral, etc. Tomando siempre en cuenta que
los derechos y garantías fundamentales expresamente consagrados en la Constitución no tienen
carácter limitativo y, por consiguiente, no excluyen otros derechos y garantías de igual naturaleza que
pudieran derivarse de algún instrumento Supranacional o de cualquier otro elemento integrante del
bloque de constitucionalidad.

En el contexto de la Constitución y de los DDFF, interesa resaltar que existe una tendencia muy marcada
hacia la internacionalización. Hoy se habla de un Derecho Internacional de los Derechos Fundamentales
que, eventualmente, subvierte el orden constitucional doméstico. Por eso, conscientes de que la
Constitución es fuente del derecho inmobiliario, los operadores de la Jurisdicción Inmobiliaria deben
interesarse por los tópicos que se encuadren dentro de la cuestión constitucional; teniendo conciencia
de que, concretamente, el Derecho Internacional, en lo que respecta a los DDFF, y el Derecho Doméstico
de cada país, no son más que instrumentos para cristalizar la justicia, que es –sin discusión- el principal
valor del derecho.
A partir de todo lo anterior, puede concluirse que nos encontramos en el fragor del proceso de
constitucionalización del derecho inmobiliario. ¡Enhorabuena!

También podría gustarte