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RESUMEN
CONTENIDO
4. ¿Qué aprendizaje deriva usted de este trabajo ósea que hemos aprendido que no
sabíamos antes de leer este trabajo?
ANEXOS
Resumen:
En este trabajo se recogen, ideas, que consideramos relevante, para la casuística del derecho
inmobiliario, en contra posición de algunos actores de la jurisdicción inmobiliaria, que se resisten a ver y
aplicar más allá de la ley 108-05 del derecho inmobiliario, especialmente en lo constitucional y lo civil.
Se tomara criterios que se deben tener en cuenta, para el ejercicio del derecho inmobiliario, teniendo en
cuenta que llego el tiempo de aplicar la supremacía del derecho constitucional vinculada al derecho
inmobiliario, en virtud de la nueva corriente internacional de los derechos fundamentales, entre los que
está el derecho inmobiliario.
2.1- La Constitución ha estado, verdaderamente, jugando su papel de fuente del derecho inmobiliario.
2.3- La Constitución es fuente del derecho inmobiliario; es una norma y, como tal, debe ser
habitualmente aplicada en los procesos dilucidados en sede judicial, por los Jueces y los abogados.
3.1 Es cierto que como la constitución tiene supremacía por encima de las leyes, reglamentos y
resoluciones, es de tenerse en cuenta en todas las actuaciones judiciales, por los actores de la
jurisdicción inmobiliaria.
3.2- Somos de Opinión, que el derecho no debe coartarse para una parte y beneficiar a otra,
fundamental mente en cuanto a permitir que el demandado pueda demandar reconvención y el
demandante no.
3.3- La aplicación del derecho constitucional hoy en día va cobrando fuerzas en el ámbito local e
internacional, con la corriente de internacionalizar constitucional mente los derechos fundaméntale, hay
que seguir esta corriente.
5. ¿Qué aprendizaje deriva usted de este trabajo ósea que hemos aprendido que no sabíamos antes de
leer este trabajo?
Los criterios que tiene el Tribunal superior de tierras de aplicar los bloques constitucionales en su
casuística cotidiana, y los que hacemos ejercicio en esta materia debemos seguir esta corriente.
Diciembre 5, 2018
RESUMEN
PALABRAS CLAVES
En palabras de SAGUÉS, el derecho constitucionales una especie de derecho corsario. Cuando lo desea,
el poder constituyente captura zonas del derecho civil, penal, laboral, etc. [1]. En efecto, se trata de una
rama que es transversal a todos los subsistemas jurídicos, incluyendo –obviamente- el derecho
inmobiliario [2]. De ahí que sea incorrectísimo, a estas alturas de los acontecimientos, concebir que el
derecho [3] en esta materia no trasciende lo taxativamente positivizado en la Ley núm. 108-05, de
Registro Inmobiliario, y sus reglamentos.
El carácter normativo de la Constitución ha venido reconociéndose con cada vez más intensidad por la
doctrina y la jurisprudencia [4]. Hoy no da lugar a discusión el hecho de que la Carta Fundamental, más
que un mero catálogo declarativo de derechos [5], es una norma, propiamente (pero no cualquier
norma, la superior) [6]. Y como tal ha de ser aplicada, tantas veces como corresponda, en todos los
procesos ventilados en sede judicial.
La Constitución, pues, es una fuente que nutre, con extraordinaria importancia, el ordenamiento
inmobiliario. El derecho de propiedad, que es el derecho real estelar que se dilucida ante la Jurisdicción
Inmobiliaria [7], debe estudiarse en la matriz del artículo 51 de nuestra Carta Magna, que consagra dicha
prerrogativa como un derecho patrimonial fundamental.
Todos los preceptos que subyacen en la Constitución, tales como la razonabilidad (40.15), la
favorabilidad y la armonización, en el marco de los derechos fundamentales (DDFF) (art. 74.4), etc.; así
como los precedentes vinculantes del Tribunal Constitucional, relativos al derecho de propiedad y
demás asuntos propios de la materia inmobiliaria, sin menosprecio de cualquier precepto contenido en
algún otro instrumento que integre el bloque de constitucionalidad [8], han de encuadrarse dentro del
derecho inmobiliario, conjuntamente con la Ley núm. 108-05, de Registro Inmobiliario, sus reglamentos,
el Código Civil, el Código de Procedimiento Civil y toda otra normativa que, por mandato expreso de la
ley, entre en las atribuciones de los tribunales de tierras, como jurisdicción de excepción.
Resulta halagüeño constatar, mediante las sentencias de los tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria
dictadas en los últimos tiempos, que la cuestión constitucional ha estado cobrando la importancia que le
corresponde. En efecto, es habitual encontrar en estas decisiones, tanto en su ratio decidendi como en
sus obiter dicta, razonamientos de índole constitucional [10]. Por consiguiente, como corolario ha de
derivarse que la Constitución ha estado, verdaderamente, jugando su papel de fuente del derecho
inmobiliario.
Igualmente, armoniza con la temática de la Constitución como fuente del derecho inmobiliario, el
siguiente criterio: “la normativa inmobiliaria, igual que todo el ordenamiento jurídico, en general, debe
interpretarse siempre tomando en consideración, además del texto literal de la norma, los valores y
principios contenidos en la Constitución que cuenten con aplicabilidad en la casuística dilucidada”[12].
También es propicia la ocasión para traer a colación la sentencia que plasma el siguiente razonamiento
en sus consideraciones: “el neo constitucionalismo manda que los tribunales del orden judicial no
resuelvan los casos sometidos a su escrutinio en base a las reglas jurídicas, mecánicamente. Lo
constitucionalmente viable es que, al emitir su fallo, cada tribunal se adentre en la casuística concreta,
haciendo acopio, más allá de las meras reglas jurídicas, de los principios que contaren con aplicabilidad”
[13].
De su lado, la sentencia que consagra que el denominado “test de razonabilidad” desarrollado por el
Tribunal Constitucional para resolver casos, de cara a la aplicación abstracta de la norma, puede servir
como herramienta argumentativa para los tribunales de tierras resolver los asuntos sometidos a su
escrutinio, en el ámbito de la aplicación de la norma a casos concretos [14], también se sintoniza con el
tópico de la Constitución como fuente del derecho inmobiliario.
En definitiva, todos los tribunales del orden judicial están llamados a ser guardianes de la
constitucionalidad. La Constitución es fuente del derecho inmobiliario; es una norma y, como tal, debe
ser habitualmente aplicada en los procesos dilucidados en sede judicial. Entre otros preceptos
sustantivos, las reglas de interpretación de los derechos y garantías fundamentales, al tenor del artículo
74 y siguientes de la Carta Fundamental, han de ser observadas por los jueces del orden inmobiliario,
igual que los de cualquier otra rama jurídica: penal, civil, laboral, etc. Tomando siempre en cuenta que
los derechos y garantías fundamentales expresamente consagrados en la Constitución no tienen
carácter limitativo y, por consiguiente, no excluyen otros derechos y garantías de igual naturaleza que
pudieran derivarse de algún instrumento Supranacional o de cualquier otro elemento integrante del
bloque de constitucionalidad.
En el contexto de la Constitución y de los DDFF, interesa resaltar que existe una tendencia muy marcada
hacia la internacionalización. Hoy se habla de un Derecho Internacional de los Derechos Fundamentales
que, eventualmente, subvierte el orden constitucional doméstico. Por eso, conscientes de que la
Constitución es fuente del derecho inmobiliario, los operadores de la Jurisdicción Inmobiliaria deben
interesarse por los tópicos que se encuadren dentro de la cuestión constitucional; teniendo conciencia
de que, concretamente, el Derecho Internacional, en lo que respecta a los DDFF, y el Derecho Doméstico
de cada país, no son más que instrumentos para cristalizar la justicia, que es –sin discusión- el principal
valor del derecho.
A partir de todo lo anterior, puede concluirse que nos encontramos en el fragor del proceso de
constitucionalización del derecho inmobiliario. ¡Enhorabuena!