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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL

VICERRECTORADO DE INFRAESTRUCTURA DE LOS LLANOS


OCCIDENTALES Y PROCESOS INDUSTRIALES
“EZEQUIEL ZAMORA –UNELLEZ”

TEORÍAS QUIMICAS DE LOS COMPUESTOS DE


COORDINACIÓN

Facilitador: Bachiller:
Jessica Velázquez Yorgelis Pérez
Inicialmente la teoría del enlace de valencia intenta explicar cómo dos átomos se
enlazan entre sí, buscando así presentar una interpretación satisfactoria para los enlaces
covalentes. En esta teoría lo que está incluido es la combinación de dos orbitales atómicos de
dos átomos distintos.

Siendo así, se busca estudiar y explicar cómo es que se da un enlace covalente.


Actualmente hay diversos modelos y teorías que explican un enlace covalente, sin embargo,
históricamente esta fue la primera teoría en hacer esto.

Es importante recordar que esta teoría concuerda con los conceptos y teorías anteriores,
aceptados hasta entonces. Una de estas teorías afirmaba que los electrones que participaban de
enlaces están en la capa más externa del átomo. Se trata, por tanto, de los electrones de valencia.

La pregunta ahora es, ¿cómo es que los electrones logran mantener dos átomos unidos?
La respuesta a esa pregunta vino de la interpretación matemática de los orbitales atómicos, que
indicaban la posibilidad de combinarse formando, al final, otro orbital distinto de los anteriores
y por eso no podría llamarse más orbital atómico. Así, cuando dos orbitales atómicos se
combinan, el resultado final también será un orbital, sin embargo, no será ya un orbital atómico.

Ejemplo: ¿Como se da el enlace formado por la molécula más simple (H2)? Para
explicar este enlace debemos imaginar que dos átomos de hidrógeno se aproximan de forma
que sobreponen sus orbitales más externos (en este caso el orbital 1s). El resultado de esta
superposición corresponderá a un nuevo orbital que engloba los dos núcleos. La figura a
continuación ilustra bien esta situación:

Superposición de los orbitales


Observe que los orbitales atómicos del tipos presentan forma esférica y el resultado de
la combinación de dos orbitales s genera otro orbital ovalado (un elipsoide), esa forma no es
definida para ningún orbital atómico conocido.

Algunos datos pueden ser extraídos de esta figura. Si los electrones presentan la misma
carga, como es que pueden mantenerse próximos uno del otro sin que exista una fuerza de
repulsión intensa.

Para responder esa pregunta debemos analizar dos situaciones distintas: 1a) como eran
las atracciones electroestáticas de los átomos antes del enlace; 2a) como quedarán las
atracciones electroestáticas luego del enlace.
1a – Inicialmente había para cada núcleo de hidrógeno, un único electrón, así que la
fuerza de atracción entre esos dos corpúsculos, a medida que se aproximaban era: el 1o Protón
(p1+) atrae a su Electrón (e1–); el 2o Protón (p2+) atrae a su Electrón (e2–)., mas allá de las
repulsiones de las partículas de cargas iguales. Así las interacciones serán:

p1+ ↔ e1– (atracción)

p2+ ↔ e2– (atracción)

p1+ ↔ p2+ (repulsión)

e2– ↔ e2– (repulsión)

2a – Luego del enlace, se tiene un orbital nuevo, que engloba los dos núcleos y que acomoda
los dos electrones. Estos pueden estar en cualquier posición dentro del espacio delimitado por
ese orbital. Aquí se puede decir que no hay mas distinción entre los electrones, porque tanto
uno cuanto el otro va a poder circular libremente dentro del orbital resultante. En este caso el
electrón que originalmente vino del átomo 1, puede circular sin restricciones en torno del átomo
2 y viceversa. En este sentido decimos que los núcleos están compartiendo el par de electrones.
Analicemos entonces como quedan las interacciones de atracción y repulsión entre los
corpúsculos cargados eléctricamente.

p1+ ↔ e1– (atracción)

p2+ ↔ e2– (atracción)

p1+ ↔ e2– (atracción)

p2+ ↔ e1– (atracción)

p1+ ↔ p2+ (repulsión)

e1– ↔ e2– (repulsión)

En este caso es evidente que luego del enlace el núcleo del primer átomo atrae, además
del suyo propio, el electrón proveniente de otro átomo, aumentando así las fuerzas de atracción
electroestáticas, que van a garantizar estabilidad a la molécula, haciendo con que los núcleos
permanezcan unidos. Otro factor que garantiza que los núcleos se mantengan unidos está en
que el par de electrones permanece preferencialmente entre los dos núcleos, creando un efecto
conocido como efecto de blindado, porque cuando los electrones están entre los núcleos,
promueven una disminución de la repulsión p1+ ↔ p2+ (entre los núcleos), una vez que crean
una “barrera”, impidiendo que un núcleo perciba al otro.
Es importante recordar que en esa molécula el par de electrones no va a permanecer
todo el tiempo entre los enlaces, porque el orbital que los contiene no establece esa restricción.
Así, los electrones en algunos breves instantes pueden no encontrarse entre los núcleos. Cuando
un enlace se dorma en torno de un eje longitudinal de simetría, es clasificado como siendo del
tipo sigma (s):

Siguiendo la teoría de enlace de valencia, un enlace covalente se forma cuando hay una
superposición (y consecuente combinación) entre dos orbitales atómicos, provenientes de
átomos distintos. En el ejemplo anterior fueron combinados dos orbitales iguales (s + s).

Su principal fundamento es que una estructura de enlace de valencia es similar a una


estructura de Lewis; sin embargo, pueden escribirse varias estructuras del enlace de valencia
donde no puede escribirse sólo una estructura de Lewis. Cada una de estas estructuras del
enlace de valencia representa una estructura de Lewis específica. La combinación de las
estructuras del enlace de valencia es el punto principal de la teoría de resonancia.

La teoría del enlace de valencia considera que el solapamiento (superposición o


traslape) de orbitales atómicos de los átomos participantes forma un enlace químico. Debido al
solapamiento, es más probable que los electrones estén en la región del enlace. La teoría del
enlace de valencia considera a los enlaces como orbitales débilmente apareados (solapamiento
pequeño). Típicamente, la teoría del enlace de valencia es más fácil de emplear en moléculas
en el estado fundamental.

En este orden la teoría del campo cristalino fue desarrollada bajo la suposición de que
estos electrones no enlazantes de los ligandos producían repulsiónes sobre los electrones de los
orbitales d del catión central que terminaban por deformar los cinco orbitales d degenerados
(esto significa de iguales energías) del catión, alterando sus energías.

Esta teoría considera sólo la geometría de los orbitales d de un catión central y su


interacción con unos ligantes considerados como cargas negativas puntuales. Según este
modelo los ligandos son atraídos por la carga positiva del metal, pero al aproximarse generan
repulsiones sobre los electrones d del catión deformando los orbitales en los que estos se
encuentran. Un orbital deformado presenta una mayor energía que uno con su forma "natural"
por lo que los electrones tienden a ocupar posiciones en los orbitales "nativos" siempre que
resulte posible, esto es siempre que la diferencia de energía entre los orbitales de mayor y los
de menor energía no sea menor que la energía de apareamiento debida a la repulsión de los
electrones en un mismo orbital.
Un ejemplo sencillo es lo que ocurre para un complejo octaédrico, si se hace la
suposición de que los ligandos avanzan sobre los ejes de un sistema cartesiano tridimensional,
los orbitales que se van a ver principalmente afectados son los que tienen componentes
principales sobre estos ejes. al ver el gráfico de orbitales d se puede notar que estos orbitales
son el d z2 y el dx2-y2. Como consecuencia aumentan su energía y se separan del resto de los
orbitales d, formando dos subgrupos de orbitales: el grupo de alta energía eg y el grupo de baja
energía t2g. El grado de separación entre orbitales eg y t2g va a depender de la fuerza de los
ligantes, es decir del grado en que estos ligantes sean capaces de deformar los orbitales d. La
serie espectroquímica es una tabla empírica que ordena los ligandos de acuerdo al grado de
separacíon que causan en los orbitales d, de menor a mayor fuerza son:

I− < Br− < S2− < SCN− < Cl− < NO3− < N3- < F− < OH− < C2O42− < H2O < NCS− <
CH3CN < py < NH3 < en < 2,2'-bipiridina < phen < NO2− < PPh3 < CN− < CO

Según este modelo las transiciones electrónicas entre estos orbitales d de diferente
energía son las responsables de las absorciones de determinadas longitudes de onda que dan
color a los complejos (a menor longitud de onda mayor energía y por tanto mayor fuerza del
ligando). Cuando la separación entre orbitales de baja energía y de alta energía es mayor que
la energía de apareamiento de los electrones, todos los electrones tienden a ocupar posiciones
en los orbitales de baja energía de acuerdo al principio de Aufbau, formando lo que se conoce
como un complejo de bajo espín. Por otro lado, si la separación entre orbitales es menor que la
energía de apareamiento, los electrones tienden a ocupar todos los orbitales (sean de baja o alta
energía) antes de empezar a aparearse de acuerdo a la regla de Hund, formando lo que se conoce
como un complejo de alto espín. De acuerdo a este modelo la cantidad de electrones en
condiciones de espín apareado o desapareado, son las responsables de las propiedades
magnéticas de los complejos.

Además, por otro lado, la teoría de la órbita molecular (teoría MO) nos da una
explicación del enlace químico que explica el paramagnetismo de la molécula del oxígeno.
También explica el enlace en una serie de otras moléculas, como violaciones de la regla del
octeto y más moléculas con enlaces más complicados (más allá del alcance de este texto) que
son difíciles de describir con las estructuras de Lewis. Además, proporciona un modelo para
describir las energías de los electrones en una molécula y la ubicación probable de estos
electrones. A diferencia de la teoría del enlace de valencia, que usa orbitales híbridos que se
asignan a un átomo específico, la teoría MO usa la combinación de orbitales atómicos para
producir orbitales moleculares que se deslocalizan sobre la molécula completa en lugar de
localizarse en sus átomos constituyentes. La teoría MO también nos ayuda a comprender por
qué algunas sustancias son conductores eléctricos, otras son semiconductores y otras son
aislantes.

Es decir, que la teoría de los orbitales moleculares describe la distribución de los


electrones en las moléculas de la misma manera que la distribución de electrones en los átomos
se describe usando los orbitales atómicos. Usando la mecánica cuántica, el comportamiento de
un electrón en una molécula todavía se describe mediante una función de onda, Ψ, análoga al
comportamiento en un átomo. Al igual que los electrones alrededor de los átomos aislados, los
electrones alrededor de los átomos en las moléculas están limitados a energías discretas
(cuantificadas). La región del espacio en la que es probable que se encuentre un electrón de
valencia en una molécula se llama el orbital molecular (Ψ2). Al igual que un orbital atómico,
un orbital molecular está lleno cuando contiene dos electrones con espín opuesto.

Consideraremos los orbitales moleculares en moléculas compuestas de dos átomos


idénticos (H2 o Cl2, por ejemplo). Estas moléculas se llaman las moléculas diatómicas
mononucleares. En estas moléculas diatómicas, se producen varios tipos de orbitales
moleculares.

El proceso matemático de combinar orbitales atómicos para generar orbitales


moleculares se llama la combinación lineal de los orbitales atómicos (LCAO). La función de
onda describe las propiedades ondulatorias de un electrón. Los orbitales moleculares son
combinaciones de funciones de ondas orbitales atómicas. La combinación de ondas puede
conducir a una interferencia constructiva, en la que los picos se alinean con los picos, o la
interferencia destructiva, en la que los picos se alinean con los puntos más bajos (Figura
8.4.28.4.2). En los orbitales, las ondas son tridimensionales y se combinan con ondas en fase
que producen regiones con una mayor probabilidad de densidad electrónica y nodos fuera de
fase que producen ondas, o regiones sin densidad de electrones.

En este sentido unas de las aplicaciones de la teoría del enlace de valencia Son:

• La condición de superposición máxima que se describe en la teoría del enlace de


valencia puede explicar la formación de enlaces covalentes en varias moléculas.
• Esta es una de sus aplicaciones más importantes. Por ejemplo, la diferencia en la
longitud y la fuerza de los enlaces químicos en las moléculas H 2 y F 2 puede explicarse
por la diferencia en los orbitales superpuestos en estas moléculas.
• El enlace covalente en una molécula de HF se forma a partir de la superposición del
orbital 1s del átomo de hidrógeno y un orbital 2p que pertenece al átomo de flúor, lo
que se explica por la teoría del enlace de valencia.

Además, existen otras aplicaciones industriales generales de los compuestos de


coordinación a travez de estas teorias, como las siguientes En muchos procesos industriales la
presencia de iones metálicos extraños causa problemas debido a que pueden tener efectos
adversos en la calidad del producto. Para reducir al mínimo la cantidad de ion metálico libre se
utilizan agentes quelatantes del mismo tipo de los usados en química analítica, que también se
conocen como agentes secuestrantes. Los iones metálicos pueden ser nocivos en la industria
textil (en el blanqueo y teñido, al formarse sales metálicas poco solubles), en las calderas (por
formación de sedimentos o depósitos que se adhieren a ellas), en la estabilidad de grasas y
aceites (al catalizar su oxidación). En la industria, hay tres tipos de agentes secuestrantes que
se usan preferentemente:

• 1. Polifosfatos.
• 2. Ácidos aminopolicarboxílicos.
• 3. Algunos ácidos hidroxicarboxílicos.

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