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Luz Mary Giraldo - La Hora de Los Pájaros
Luz Mary Giraldo - La Hora de Los Pájaros
1974-2014
L U Z M A RY G I R A L D O
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Alcalde Mayor de Bogotá
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Mauricio Alberto García Segura
Dirección Lectura y Bibliotecas
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Directora General Biblored
IDARTES
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Director General
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Subdirectora de las Artes
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Viceministra de Cultura
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Secretario General
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LA CULTURA Y LA EDUCACIÓN, BIBLOAMIGOS
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Director Ejecutivo
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Índice
Cubierta
Portada
Créditos
Inasible y costurera
la palabra
cubre con tela engañosa
la herida de la noche:
juega a la libertad
o sueña la aventura.
Como eterna Penélope
teje la túnica de todos
deshilvana el secreto de la espera
hasta inventar un nuevo rostro
o un espejo sin nombre.
Inasible y costurera
oye pasar el viento fatigado por los pájaros.
PENÉLOPE
Haciendo calendarios
cierra los ojos y deshace el tiempo:
repliega y zurce
teje con hilo de seda la manta de la vida
desteje la túnica de ausencia.
Tejedora
paloma de la espera
inventa el pájaro que canta
cuando la luz termina.
ARIADNA
Florencia, 2011
LABERINTOS
Encuentras el tiempo
que se repite
igual al laberinto
y no hay llave para abrir o cerrar
la libertad
o de nuevo esconderla
en ese tiempo infinito que vuelve repetirse
en el horror de los espejos.
*
NAVEGACIONES
Oigo la vida
pájaro carpintero
la oigo en todas partes
dándole fuerte a la corteza.
Golpea contra el viento
pica los días de madera.
Pájaro milenario
golpea en el árbol de la vida
y mientras las hojas caen
cambia el color del tiempo
se agota como reloj de arena
marca muy lento
más lento cada vez
más lento
lento.
En el silencio
un trino o un graznido
la mirada de un hombre en medio de la plaza
el paso de una mujer hacia la ruina
un niño con ojos asustados.
En el silencio
un trino
un alarido
un hombre solo
una mujer con ojos asustados
un niño
única luz en el desierto.
¿CANTO DE PÁJAROS?
Sorda la vida
y este dolor de huesos rotos.
¿Por qué tan poca luz
por qué los ángeles se esconden
¿y corre sangre en los puntos cardinales?
Criptogramas
de un pueblo remotísimo
que busca
la escritura en tinieblas.
José Emilio Pacheco
Silencio:
el olvido muerde el alfabeto.
Pregunto si Nerval
busca en el fantasma de Aurelia
un plácido rumor de golondrina
y si en las noches Mozart
convoca el ajedrez de un piano
hasta que nace un réquiem o un presagio.
Veo una calle de memorias
veo un Aleph
los ojos
la sombra de los nombres
veo paisajes solitarios.
En el carrusel de mi pasado
vértigo que gira en medio de la feria
padre decía que la vida se escribe todo el tiempo
que hay risas y silencios
que siempre subimos y bajamos
y a veces trotamos en el potro blanco
otras viajamos en el cisne negro
que damos vueltas en redondo
y un día
quizá sin darnos cuenta
en el sube y el baja de todas las edades
sobre cisnes y potros
escribimos la palabra nostalgia en el cuaderno
y con tinta amarilla dibujamos un sol
para esconder la pena.
ABUELA EN LOS RECUERDOS
Como Penélope
tejes el hilo de colores
buscas aquí y allá
gitana adolescente
inventas el hoy de un paraíso
en el amor que a diario te impacienta.
Adolescente rostro
te despiertas
despides un amor
y a otro das la bienvenida
tejes de nuevo otro tapiz
el sueño
la pesadilla entre la sombra.
Tejes y tejes
Penélope de siempre
aún no sabes que cuando cierras una puerta
se abre en silencio una ventana
florecen girasoles
hay luz
oscuridad
dolor y amor
y gozo de estar vivo
no entiendes que el pasado es arcilla del presente
y que el tiempo es colección de mariposas.
Adolescente innumerable
tu cuerpo se despierta
miras aquí allá
indagas al espejo
te sorprendes
indagas
y aún no sabes que l vida
hace un balance en tu mirada.
Buscas
y está lejano el día
en que te encuentres a solas:
a solas con la vida.
A mi hija Susana
CALENDARIO
Despertar
con los ojos llenos de días y semanas
buscar en el fondo de las cosas
mientras escribo mi libro con la vida.
Golpea
— música distinta cada día —
está en mi casa como una enredadera
en mi rostro y el tuyo
en la mesa servida
y los desvelos.
IGUAL QUE SIEMPRE
Al fondo
la botella vacía sobre la mesa
la habitación desmantelada
un pájaro errante
y en el centro
como lluvia finísima
todavía el corazón
tibio y sorprendido
atiende el fuego de la vida
y el ruego de los ángeles.
Viajar:
abrir las alas contra el viento.
Empacar la valija
un secreto placer
algo de miedo
un ramo de violetas y el insomnio
la lámpara encendida.
Cuando se va a partir
al frente, a la batalla, cuando
suena la hora del adiós,
es que empieza a brillar la cazuela en el fogón.
Fina García Marruz
Ahora despierto
con dirección opuesta al sueño
y tengo que gritar
por tu nombre y tu voz
por tu mañana
hundida en soledades.
En lo más profundo
buscas el cielo del amanecer
y pides una voz que no se rompa.
En lo más oscuro abres los ojos
hacia la tierra donde calienta el sol.
En lo más negro
quieres el tañido de la luz
como las velas cuando aman la fuerza del viento
y el timonel prepara su navío sin mirar atrás.
CANCIÓN EN EL LIMBO
También
por culpa mía
no vuelan mariposas blancas
ni crece el jardín de las delicias
ni el pozo de verdor
en cada página.
En esta casa
donde cada palabra es un canto
una meditación un quejido
que vienen del silencio
cambian de sitio las memorias.
El color de la luz es cada hora diferente
y si el viento se asoma a las ventanas
es otra la sombra de todos los mortales
otro es el gato que sube los tejados
o el perro que ladra ante la puerta.
Alguien golpea
como buscando lugar a su tristeza
un sitio a la alegría
una página en blanco
la pantalla de algún ordenador
la luz que se enciende con el tacto
música grave
que de lo profundo llega.
Se abre la puerta
y uno por uno entran los vocablos
se instalan en una habitación
como poniendo en su lugar los muebles
y se encuentran las luces con las sombras
cuerpos celestes.
Entran
sonidos que ascienden o descienden
por el pentagrama
se posan en la página
letras que salen del lápiz o el teclado
y caminan mirándose a los ojos
acomodan sus voces y sus tonos
recorren cada uno de los sitios
auscultan los rincones
se ubican en el patio o en la sala
y saben que ahí está su casa
donde cada palabra y cada gesto
nos reúne a todos
como en última cena.
Solitario
parece dueño del mundo.
Talvez cierra los ojos en la inmensidad.
Talvez canta.
Punto en el azul
tiempo suspendido en el espacio.
Vuelo que detiene los ojos del cazador.
En medio de la nada
un ruido sordo
seco.
El punto es pájaro.
Cae
como briznas de casa ardiendo.
En el infinito azul
el pájaro cantaba.
CARTA DE AMOR
Regresa maltrecho
como si viniera desde el fin del mundo
o hubiera atravesado el inmenso mar.
Caídas las alas y los ojos apagados
no levanta vuelo.
Cae la gota
y el gato caza el agua
el grifo que gotea
el ojo de cristal que en su caída se abre
sonido leve
golpe de insomnio.
Gato el poeta
va y viene sin reposo
sabe que a diario encuentra una salida
otra puerta al enigma
la vida escondida entre lo oscuro
la muerte agazapada en los rincones.
Sabe
— poeta o gato —
que los días soleados albergan la noche
en lo más frondoso de los árboles
donde la luz comienza:
en el punto más negro.
POEMA CON GATO
Como el gato
el poema se niega la caricia.
Juega
camina caprichoso
busca el lugar más elevado
salta
rechaza el sitio inhóspito
desciende
husmea
escarba
aleja la carroña
las cenizas
deja en silencio la soledad
y la palabra.
NO LLEGA UN PÁJARO
Soy pájaro:
mis vuelos
son dentro de mí.
Humberto Ak´abal
No vuela un pájaro
no canta dentro de nadie:
tiemblan los huesos.
ANTES
Antes de la poesía
la rosa.
Antes de la rosa
la rama y sus espinas.
Antes de las espinas
el cogollo fresco.
Antes
la raíz.
Antes de la raíz
la semilla.
Antes de la semilla
la tierra abonada.
Al comienzo
la felicidad y las heridas
preparándose.
Antes
el deseo de los árboles
de los muebles
de la luz
del viento que sopla
del relente nocturno
y tu rostro en la ventana.
Antes de todo
tiempo y espacio
amasados.
Y mucho antes la vida
y una percha para colgar sueños
o desvelos.
Al final
la soledad en un armario
o las gavetas de la compañía.
DESPUÉS
Al lado
y no alado
el pájaro traza una línea en el pocillo
y se detiene al color de la luz.
Avanza hacia la flor
quieta
en la boca.
Sorbo a sorbo
calentamos la soledad y los abrazos
bebemos hasta el fondo
el instante color miel
y la vida pasa entre los dos
tiempo sin alas.
El ave
que algunos llaman Tiempo
se alargó en el desierto de los hombres
y cada mañana
se enredó en sus ojos.
Trataron de construir
una palabra
pero faltaron piedras:
NADIE PUDO ENTENDERSE
DESDE ENTONCES
ORACIÓN EN EL VACÍO
Escoger la palabra
amordazarla
reprimirla
fustigarla hasta que sangre
espiarle hasta su último misterio
limpiarla
asesinarla
oír la intensidad de su silencio
buscarle huellas y sonidos
laberintos secretos
perdonarla
aceptar su impotencia
su desvelo
tejerla y destejerla
liberarla
regresarla al borde del abismo
rescatarla
acariciarla
intentar el poema
seducirla con tacto:
poseerla.
MANCHA DE TINTA
En el fondo de un tintero
Hasta llegar al fin de la escritura
En donde muere la palabra.
Jorge Eduardo Eielson
Entintada
la noche sobre el papel
tinta negra
tinta sangre
verde
fresca
sucia
manchas
tinta de palabras.
La vida:
palabras en su tinta.
CARTA DE VIAJERO
Suceden poemas
y no sé como teclear las voces
tímidas y asustadas
que enredan la vieja máquina de escribir.
La lluvia cae
y suspende una línea en la ventana
mientras el sauce ondea
y el gorrión dispone su canto para el amanecer.
Se oye un rumor
un solo de palabras
un surtidor
todas las voces:
Borges y Paz
Bretón, Neruda,
Nerval, Villon
la dama y sus camelias:
voces que levantan vuelo
hasta olvidar la muerte
esa pausa sin fin de la memoria.
EN MI CUADERNO
Inauguro en lo oscuro
observo, escarbo en mí.
Ida Vitale