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Sandra Itzel Contreras Torres

Licenciatura: Antropología Física


Asignatura: Arqueología General
No. de Control: 1

Los enfoques de la Arqueología


J. Litvak

El sexto capítulo del libro “Todas las piedras tienen dos mil años” del autor mexicano Jaime Litvak
King se compone de cinco subtemas: La arqueología como historia, La arqueología ambiental, Las
arqueologías sociales, La escuela mexicana de la arqueología y, finalmente, La nueva arqueología.
Como se expondrá más adelante en cada uno de los apartados el autor escribe, y describe, de forma
fluida y amena las distintas etapas, o momentos, por los que ha transitado la arqueología desde su
concepción. Uno de los recursos más utilizados por el autor son las imágenes pues en cada subtema
ha realizado la selección de una imagen, que supongo, considera representativa de su argumento o
acorde al mismo.
Ahora bien, respecto a los distintos apartados del texto a continuación se presentan los puntos que
se consideran más relevantes de estos.

Introducción: En la introducción al capitulo el argumento del autor gira en torno al papel que ha
tenido la teoría a lo largo del tiempo en la arqueología. Y comienza por mencionar que,
curiosamente, en un principio los arqueólogos mostraban poca o nula preocupación por la
producción y reproducción de un marco teórico propio y comenta que si esta ha logrado ser
rescatada a sido gracias al trabajo realizado por los investigadores de la teoría arqueológica cuya
principal tarea se ha basado en la obtención de esta a través de la lectura de diversos escritos en los
cuales se ha podido observar que la teoría se encontraba implícita en el trabajo de campo.
Esta situación, según menciona, es lógica pues la arqueología nació como un pasatiempo, o una
aventura, que se fue entrelazando con la historia. Lo que tuvo como resultado que algunos
consideraran a la arqueología como similar a la historia y, por lo tanto, la primera debía regirse por
las reglas de la historiografía de su época, algunos consideraban a la arqueología como parte de las
ciencias naturales y otros más se aventuraron a clasificarla como una sociología o una antropología
del pasado, como menciona el autor.
Y aunque la situación actualmente nos podría parecer un tanto caótica, según menciona el autor, fue
justamente esta situación la cual trajo como consecuencia que la arqueología buscase en su teoría
dos tipos de resultados: el primero era conocer mejor a las culturas que estudiaba y el segundo se
centro en el perfeccionamiento de su metodología.
Finamente el autor reconoce que, si bien la falta de consenso sobre la forma en que se concebía a la
arqueología podría haber sido desastrosa, esto no sucedió pues esta tiene la característica de
absorber, como una esponja, las diversas posiciones, examinarlas y reexaminarlas para
posteriormente recoger y acomodar, como en una caja de herramientas, los elementos que le han
sido y que le son útiles para su desarrollo. Además, se hace énfasis en que, si bien la teoría no había
sido constante, el método si lo fue pues como se menciona: cualquier forma de ver a la arqueología
conlleva, tarde o temprano, a enfrentar el trabajo de campo, a explorar, estudiar sus materiales y
sacar conclusiones de ellos.

La arqueología como historia: fue la primera forma sistemática en que se entendió la arqueología.
Su aplicación principal se daba en periodos o lugares con carencia de documentación escrita. En
este enfoque la arqueología se define como etnogénesis o las circunstancias de los grupos étnicos
que hoy existen, por ello los que se dedican a esta desarrollar esta postura pretender probar la
existencia de una continuidad cultural, incluida la material, desde el presente hasta la época que
estudian, como menciona el autor.

La arqueología ambiental: surge por la preocupación sobre el estudio de la cultura del hombre
prehistórico y la extrema vulnerabilidad que éste tenía con su ambiente. Por ello uno de los
principales postulados de dicha postura es que el progreso de las civilizaciones se debe no solo al
hombre, sino también a la unión de las habilidades de este para modificar su ambiente como a la
predisposición de un ambiente benigno para llevar a cabo dicha modificación. En esta postura de
destacan tres disertaciones. La primera la dependencia del medio ambiente de un grupo humano es
mayor cuanto más primitivo es el grupo (existe una correlación entre el avance tecnológico y la
dependencia por parte del grupo); la segunda hay una correlación entre área cultural y área natural
(dónde un grupo encuentra sus satisfactores necesarios desarrolla cultura); la tercera la relación
medio ambiente – cultura es bidireccional pues el grupo no solo es afectado por el primero, sino que
también puede modificarle.

Las arqueologías sociales: se enfoca en tres esferas. La esfera tecnológica y la relación que guarda
la creación de ciertos objetos y su contribución a la lucha contra las inclemencias del ambiente; la
esfera económica y la relación entre objetos a los que se les ha dotado de valor comercial y el
intercambio convenido entre grupos; la esfera de la organización social y la forma en que se dan las
interacciones entre los integrantes de los grupos y el resultado de estas interacciones configurando
la cultura de cada uno de ellos.

La escuela mexicana de arqueología: menciona el papel de la arqueología en la configuración de


una idea unificadora de definición nacional. Menciona rápidamente como las posturas políticas
pueden pervertir las posturas científicas, pues como menciona el autor el uso político de los
resultados de las investigaciones han dado paso a una romantización del pasado y, junto a un
proceso de industrialización, ha dado como resultado que las zonas arqueológicas del país tuvieran
una doble cara pues, por un lado, el nacional, se les veía como escuelas mientras que, para el otro, el
extranjero, se vieran (y ven) como un centro de curiosidades.

La nueva arqueología: la arqueología se desenfoca de las zonas monumentales como su único


objeto de estudio y se enfoca, por primera vez, en zonas habitacionales que no habían sido
contempladas hasta entonces. Las nuevas corrientes que surgieron tenían como objetivo en común
el distanciamiento de la historia cultural y se enfocó en la búsqueda de esquemas de explicación que
pudieran resistir el análisis de validez. Las dataciones pasaron de ser puramente estilísticas y lógicas
a ser contrastables por exámenes más precisos. Con la etnoarqueología la vista pasa de estar pegada
al pasado a echar un vistazo a situaciones modernas. Finalmente con la nueva arqueología se da el
desarrollo de la teoría de mediano alcance.

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