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UNA FÉ ASOMBROSA 01

LUCAS 7:1 Después que hubo terminado todas sus palabras al pueblo que
le oía, entró en Capernaum.
2 Y el siervo de un centurión, a quien éste quería mucho, estaba
enfermo y a punto de morir.
3 Cuando el centurión oyó hablar de Jesús, le envió unos ancianos de los
judíos, rogándole que viniese y sanase a su siervo.
4 Y ellos vinieron a Jesús y le rogaron con solicitud, diciéndole: Es digno
de que le concedas esto;
5 porque ama a nuestra nación, y nos edificó una sinagoga.
6 Y Jesús fue con ellos. Pero cuando ya no estaban lejos de la casa, el
centurión envió a él unos amigos, diciéndole: Señor, no te molestes,
pues no soy digno de que entres bajo mi techo;
7 por lo que ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di la palabra,
y mi siervo será sano.
8 Porque también yo soy hombre puesto bajo autoridad, y tengo soldados
bajo mis órdenes; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi
siervo: Haz esto, y lo hace.
9 Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que
le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
10 Y al regresar a casa los que habían sido enviados, hallaron sano al
siervo que había estado enfermo.
Jesús nunca se asombró de la inteligencia de la gente.
Marcos 6: 1 Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y le seguían sus discípulos.
2 Y llegado el día de reposo, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos,
oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene éste estas cosas? ¿Y qué
sabiduría es esta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son
hechos?
3 ¿No es éste el carpintero, hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de
Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?
Y se escandalizaban de él.
4 Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y
entre sus parientes, y en su casa.
5 Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos
enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
6 Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas
de alrededor, enseñando.

Que es lo que asombra a Dios?


Nuestra genuina fe en Cristo y nuestra incredulidad en Cristo.

Cual es la diferencia entre la Fe y el optimismo


La fe es
El optimismo esta basado en mí
Fe no solo es creer que todo va a salir bien

Jesús no se asombró por su optimismo, sino de la gran fe centurión.


Por que reconocía quien era Jesús.
Y su confianza radicaba en Jesús, en su persona.

Jesús es la base de nuestra fé.


Juan 14: 1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también
en mí.
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí.
Yo soy
7 Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le
conocéis, y le habéis visto.
8 Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has
conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo,
pues, dices tú: Muéstranos el Padre?
10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras
que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre
que mora en mí, él hace las obras.

Confia en Dios.

Cuando Adán y Eva pecaron algo se rompió


La confianza, la comunión.

Cristo vino para restaurar esa relación con Dios.


Colosenses 1: 9 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda
plenitud,
20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que
están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz
mediante la sangre de su cruz.
21 Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos
en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado.
Como agradamos a Dios? – con nuestra fe .
Hebreos 11: 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es
galardonador de los que le buscan.

2 Corintios 5: 7 (porque por fe andamos, no por vista);

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