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LA IDENTIDAD SEXUAL SEGÚN LA BIBLIA

La actitud del movimiento LGTB hacia la Biblia ha ido evolucionando desde los años
’60 del siglo pasado. Podemos señalar tres etapas en esta evolución. Primero, hubo
un rechazo absoluto de la Biblia, por considerar que las Escrituras son una colección
de libros anti “gay” y por ende irrelevante para ellos. Luego vino una segunda
etapa en la que algunos homosexuales comenzaron a aceptar la Biblia. Esto ocurrió
cuando un número cada vez más grande de personas que se identificaban como
“cristianos” salieron del “closet” y se unieron al movimiento LGTB. Dado a que ellos
querían seguir asistiendo a la Iglesia, apelaron a la Biblia y comenzaron a
reinterpretarla con el fin de neutralizar aquellos pasajes que hablaban en contra de
la homosexualidad.

A fines del siglo XX, se comenzó a manifestar una tercera etapa en esta evolución,
con el desarrollo de una nueva teología, que no solo defiende sino promueve la
homosexualidad como una forma de vida que pretende contar con el apoyo de la
doctrina cristiana. Esta nueva corriente se llama “Teología Queer”. Veamos primero
los datos bíblicos acerca del tema de nuestra identidad sexual, para luego analizar
la Teología Queer.

1. LA TERMINOLOGÍA BÍBLICA

Por casi dos mil años, la Iglesia Cristiana ha tenido un concepto bastante claro de la
identidad sexual basada en la enseñanza de las Escrituras.

a. “Macho” y “Hembra” (Gn. 1)

Desde el primer capítulo de Génesis, la Biblia indica que la raza humana está
compuesta por “macho” y “hembra” (Gn. 1:27, “varón y hembra”). Los términos en
hebreo son ‘zakar’ y ‘neqeba’, respectivamente (Gn. 5:2). Esta nomenclatura se
aplica también a los animales (Gn. 6:19).

En el Nuevo Testamento, los respectivos términos en griego son ‘arren’ y ‘telus’


(Mt. 19:4); sin embargo, en el Nuevo Testamento, solo se usan para describir a los
seres humanos.

i. Etimología

El término en hebreo para “macho” (‘zakar’) está relacionado con el


verbo que significa ‘marcar’ o ‘recordar’ (Gn. 8:1), quizá en el sentido de
‘marcar’ un territorio o más probablemente con la idea de ‘marcar’ la
diferencia, en el sentido de que muchas veces el macho destaca y es
más reconocido que la hembra.

La palabra para “hembra” (nequeba’) se deriva del verbo que significa


‘perforar’ (2R. 12:9, “hizo… un agujero”; 18:21, “traspasará”), quizá
aludiendo a la relación sexual.

La palabra en griego para “macho” (‘arren’) se deriva del verbo ‘airo’


que significa ‘levantar’ y apunta a la fuerza física del varón, mientras que
la palabra para “hembra” (‘telus’) viene del verbo ‘telazo’ que significa
‘mamar’ (Mt. 21:16).

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ii. Uso

La palabra “macho” (‘zakar’) está en ochenta textos del Antiguo


Testamento. Se usa de hombres (Gn. 5:2) y también de los animales
(Gn. 6:19; Lv. 1:3). Un análisis del uso de esta palabra para los varones
indica que se usa el contexto de la circuncisión (Gn. 17:10; 34:15; Ex.
12:48), y del sistema sacrificial (Lv. 6:18; 7:6). Por eso figura mucho en
Levítico y Esdras. También en el tema de las relaciones sexuales (Lv.
18:22; 20:13).

En cuanto al término para “hembra” (nequeba’), se usa mucho menos,


en solo veintidós textos del Antiguo Testamento. Se usa tanto para
mujeres como para los animales. Cuando se usa para mujeres, está
vinculado con el tema de las relaciones sexuales (Lv. 15:33) o el parto
(Lv. 12:5, 7). El único usa de esta palabra fuera del Pentateuco está en
Jeremías 31:22.

En el Nuevo Testamento, las palabras equivalentes en griego se usan


con menos frecuencia: siete veces del “varón” (‘arren’) y cinco de la
“mujer” (‘telus’). Tres veces se usan en citas o alusiones al A. T. (Mt.
19:4; Mr. 10:6; Lc. 2:23). Además, se usa en Romanos 1:27; Gálatas
3:28 y Apocalipsis 12:5 y 13.

iii. Significado

El análisis de estos vocablos indica que se emplean cuando se desea


hacer hincapié sobre el elemento corporal del ser humano; es decir, en
lo que tiene en común con los animales.

b. “Varón” y “Mujer” (Gn. 2)

En el caso específico de la raza humana, los términos anteriores se reflejan en las


palabras “varón” (‘ish’, Gn. 2:23) y “mujer” (‘isha’, Gn. 2:23).

Los términos equivalentes en griego serían ‘aner’ y ‘gune’ respectivamente,


traducidos “varón” u “hombre” (Mt. 7:24) y “marido” (Mt. 1:16) o “esposo”, y
“mujer” o “esposa”.

i. Etimología

El origen de las palabras ‘ish’ e ‘isha’ es incierto; de igual modo, los


términos en griego.

ii. Uso

Las dos cosas que destacan de las palabras ‘ish’ e ‘isha’ en el A. T. son
su frecuencia y el hecho de que se usen exclusivamente para los seres
humanos (con la excepción de Gn. 7:2, donde los animales son
presentados como ‘parejas’ de esposos). La palabra ‘ish’ se usa en 1432
textos, comenzando con el relato de la creación de la mujer y la

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institución del matrimonio (Gn. 2:23-24). De ahí se deriva el sentido de
“esposo” o “marido” (Gn. 3:6, 16).

En Génesis 11:3, comienza el uso genérico de ‘ish’, para ‘seres


humanos’ (“unos”). Ver también Génesis 13:16 (“alguno”); Ex. 16:16
(“cada uno”). Un uso muy interesante de ‘ish’ como término genérico
para los seres humanos es Levítico 18:6, que debería ser traducido:
“Ninguno se llegará a alguien (‘ish’) que sea pariente prójimo” (ver Lv.
20:2, que se debería traducir: “Cualquiera de los hijos de Israel…”, como
en el v. 9).

El término ‘isha’ se emplea en 686 textos del A.T., para indicar la


‘mujer’ como la contraparte del ‘hombre’, basándose sobre Génesis
2:22-24. Es interesante que en relato de Génesis 3, esta palabra figura
mucho más que ‘ish’. La palabra ‘isha’ frecuentemente tiene el sentido
de “esposa” (Gn. 7:13; 11:29). Se usa más en los libros históricos,
porque de los Salmos hasta el fin del A. T. solo se usa en 118 textos.

En el N.T., los términos en griego tienen el mismo uso que los términos
en hebreo tienen en el A.T., seguramente por el hecho de que dichos
términos se usan en la LXX para traducir los términos ‘ish’ e ‘isha’
(faltaría confirmar eso). La palabra ‘aner’ se usa en 193 textos, mientras
que ‘gune’ se encuentra en 200 textos. El término ‘aner’ también se usa
en un sentido genérico para la raza humana (Mt. 7:24; Ro. 4:8), aunque
el término más común es ‘anthropos’, que se encuentra en 504 textos
(Mt. 4:4 [Dt. 8:3, ‘adam’], 19; Ro. 1:18).

iii. Significado

Los términos ‘ish’ e ‘isha’ en hebreo apuntan a los seres humanos y dan
a entender que la relación entre ellos es mucho más profunda que la
relación entre los animales. El ‘ish’ necesita una ayuda idónea; algo más
que un animal tomado de la tierra. Lo mismo es cierto de los términos
respectivos en el N. T.

c. “Adán” y “Eva”

Los nombres propios: ‘Adán’ y ‘Eva’ significan ‘rojizo’ (ver Gn. 25:30, “Edom”) y
‘dadora de vida’ (Gn. 3:20) respectivamente, aunque algunos relacionan la palabra
‘adam’ con la tierra de la cual fue hecho, porque la palabra para “tierra” en Génesis
2:7 es ‘adama’ (aunque la relación entre las dos palabras no es clara). El término
‘adam’ se usa por primera vez en Gn. 1:26, pero va acompañado por un verbo en
plural – “señoreen”, aunque habría que aclarar que varias versiones de la Biblia en
español no lo reproducen. En la Biblia Textual dice “ejerzan dominio” y en la BDLA
el plural está en un pie de página.

En Génesis 1, esta palabra se usa en un sentido genérico, para el ‘ser humano’,


como queda claro en el v.27. El texto dice: “Y creó Dios al hombre (‘adam’) a Su
imagen, a imagen de Dios lo creó; varón (‘zakar’) y hembra (‘nequeba’) los creó”
(Biblia Textual, “macho y hembra”). Al parecer, Moisés usó estos términos para
distinguir los dos sexos, usando la terminología más vinculada al mundo de los
animales, para guardar relación con el contexto de la creación del mundo material
en Génesis 1. Sin embargo, en Génesis 2, el nombre “Adán” (v.19) se refiere al
varón de la especie humana (ver v. 15, donde “hombre” es ‘adam’).

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Hay dos detalles interesantes que debemos observar en Génesis 2.

i. En el v.18-19, Dios afirma que no es bueno para el “hombre” (‘adam’)


estar solo, así que hizo bestias de la “tierra” (‘adama’). Pero no resultó
ser ayuda idónea.

ii. En el v.24-25, leemos que dejará el “hombre” (‘adam’) a sus padres y


se unirá a su “mujer” (‘isha’) y los dos serán “una sola carne”. Y estaban
desnudos, “Adán” (‘adam’) y su “mujer” (‘isha’).

Por consiguiente, concluimos que en ciertos contextos ‘adam’ equivale a ‘ish’.


Recién, en Génesis 3:20 aparece el nombre “Eva”, y solo se usa una vez en todo el
A. T. (Gn. 4:1).

CONCLUSIÓN

En el contexto del narrativo de la creación, la identidad sexual humana cumple una


triple función.

- En primer lugar, sirve para manifestar la totalidad de la imagen de Dios en


la raza humana (Gn. 1:27).
- En segundo lugar, sirve para la convivencia humana (Gn. 2:19-25).
- En tercer lugar, sirve para la reproducción de la raza humana (Gn. 4:1).

Por consiguiente, el matrimonio se establece sobre la base de esta clara distinción


en la identidad sexual.

2. LAS RELACIONES SEXUALES

Desde el relato de la creación y la presentación de la primera pareja, la Biblia indica


que las relaciones sexuales se desarrollan sobre la base de la complementariedad
humana: varón-mujer, física (‘macho’ y ‘hembra’) y sicológicamente (‘hombre’ y
‘mujer’).

De esta manera, las Escrituras indican que la identidad sexual establece la base
para las relaciones sexuales. La Biblia supone que la relación sexual será
heterosexual, y la ley de Moisés constantemente la considera así. Por ejemplo,
cuando la ley mosaica trata el tema de las relaciones sexuales, el énfasis está sobre
una relación ‘hombre’ / ‘mujer’ (Lv. 18:6-20).

Habría que aclarar que las expresiones: “La desnudez de tu padre” (Lv. 18:7) y “La
desnudez del hermano de tu padre” (Lv. 18:14) deben ser entendidas en el sentido
de: “La desnudez que pertenece a tu padre; es decir, la desnudez de tu madre, no
descubrirás” (ver Lv. 20:11), y: “La desnudez que pertenece al hermano de tu
padre; es decir, la desnudez de su esposa” (Lv. 20:20).

3. DESVIACIONES EN LAS RELACIONES SEXUALES

Es en el contexto de las estipulaciones acerca de las relaciones sexuales, que


encontramos algunas leyes que tratan el tema de las relaciones homosexuales (Lv.
18:22; 20:13). Notemos los términos en el idioma original.

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- “No te echarás con varón (‘zakar’; Biblia Textual, “macho”) como con mujer
(‘isha’); es abominación” (Lv. 18:22). Al parecer, Moisés no usa la palabra
‘ish’ porque se está dirigiendo a tal categoría (v.6), y una relación de ‘ish’ a
‘ish’ es inconcebible. Cotejar el v.23, que da a entender que es de igual
inconcebible una relación de ‘ish’ / ‘isha’ con un animal.

- “Si alguno (‘ish’) ayuntare con varón (‘zakar’, ‘macho’) como con mujer
(‘isha’), abominación hicieron” (Lv. 20:13).

Estas estipulaciones complementan otras leyes que tienen que ver con la
prostitución sagrada que los cananeos practicaban (Dt. 23:17-18). En este caso, la
primera palabra para “ramera” es ‘qadesha’, que significa ‘una [mujer] sagrada’,
mientras que el término para “sodomita” es ‘qadesh’ (‘un [varón] sagrado’). Sin
embargo, en el siguiente versículo (Dt. 23:18), la palabra “ramera” es ‘zanah’, que
significa ‘prostituta’, mientras que la palabra “perro” es un eufemismo para
‘prostituto’. Lamentablemente, la Biblia Textual no traduce bien estos dos
versículos. Estas leyes señalan que existían prácticas homosexuales en el Antiguo
Medio Oriente, aunque mayormente estaban relacionadas con la idolatría de los
cananeos.

Posteriormente, los libros históricos documentan la manifestación de la


homosexualidad ‘sagrada’ en el pueblo de Dios:

“Hubo también sodomitas [‘qadesh’] en la tierra, e hicieron conforme a


todas las abominaciones de las naciones que Jehová había echado
delante de los hijos de Israel” (1 R. 14:24). La Biblia Textual traduce:
“homosexuales rituales”.

“Porque quitó del país a los sodomitas [‘qadesh’], y quitó a todos los
ídolos que sus padres habían hecho” (1 R. 15:12).

“Además derribó los lugares de prostitución idolátrica [‘qadesh’] que


estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas
para Asera” (2 R. 23:7). La Biblia Textual traduce, “los sodomitas
dedicados a la prostitución”.

En el Nuevo Testamento hay dos o tres pasajes que tratan el tema de las relaciones
homosexuales, en la que la ética cristiana evidentemente sigue la del Antiguo
Testamento.

“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus
mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de
igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se
encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos
vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la
retribución debida a su extravío” (Ro. 1:26-27).

Pablo dice esto en el contexto de dar una filosofía cristiana de la historia de la


degeneración de la sociedad humana; una historia derivada de e ilustrada por el
Antiguo Testamento y las experiencias de muchas sociedades.

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni


los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los
que se echan con varones…heredarán el reino de Dios” (1 Co. 6:9-10)1.
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Los términos que Pablo usa en 1 Corintios son extraños: ‘malakos’ (“afeminados”) y ‘arsenokoites’
(“los que se echan con varones”). El término normal en griego es ‘androkoites’. Sin embargo, Pablo

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“…la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y
desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y
profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los
fornicarios, para los sodomitas…para cuanto se oponga a la sana
doctrina” (1 Ti. 1:9-10).

“como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la


misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios
contra naturaleza…” (Judas 7).

4. UNA FILOSOFÍA CRISTIANA DE LA HISTORIA

El pasaje en Romanos 1:18-32 no es solo una radiografía de la cultura greco-


romana en el primer siglo; es también una filosofía de la historia humana en su
rebeldía contra Dios. Es interesante trazar los elementos importantes de esta
historia a lo largo del Antiguo Testamento.

a. El caso de los cananeos: Sodoma y Gomorra (Gn. 19).

b. El caso del pueblo de Israel antes de la monarquía: Gabaa (Jue. 19:13-30).

c. El caso del pueblo de Israel durante la monarquía: Jerusalén (1 R. 14:24).


NOTA: Era en los días de Roboam, quien era hijo de Salomón por medio de
una mujer llamada “Namaa”, que era amonita (1 R. 14:21). El nombre
“Namaa” significa ‘placentera’ (como “Noemí”), pero por ser amonita, tenía
sangre de Sodoma (ver Gn. 19:38).

En cada caso, la homosexualidad es la culminación de un proceso de apostasía


espiritual y alejamiento de Dios, en la que se pasa por las etapas de la idolatría y la
inmoralidad sexual, antes de llegar a la etapa de la homosexualidad que da lugar al
caos total.

toma el término ‘arsenokoites’ de la LXX de Lv. 18:22; 20:13.

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