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Necesitas:
Agua
Aceite de girasol (o cualquier otro aceite vegetal)
1 vaso o bote de cristal sin tapa
1 cucharita
Pasos a seguir:
Echa agua en el vaso hasta poco menos de la mitad. A continuación, añade otro tanto de aceite. Lo que
sucede es realmente extraño: automáticamente, ¡ambos líquidos se separan! Sí, el agua se queda en la
base y el aceite en la superficie.
Por increíble que parezca, la explicación es muy sencilla: el aceite es menos denso que el agua y por eso
flota sobre ella.
No te quedes con las ganas de seguir probando: remueve concienzudamente con la cucharita, o si es un
bote agítalo como si estuvieras preparando un cóctel. Espera un rato y verás que volverán a separarse.
¿Cómo es posible que el aceite no se disuelva en el agua? La respuesta es que la molécula de agua es
polar, es decir, se comporta como un imán, mientras que la del aceite carece de polaridad. Como las
moléculas no polares (aceite) no pueden disolverse en disolventes polares (agua), es absolutamente
imposible que ambas se unan. Por mucho que lo intentes, por mucho que remuevas los líquidos, jamás lo
conseguirás.
Si siempre has creído que para freír un huevo necesitas calor, estás equivocado. Con este sencillo
experimento te enseñamos cómo conseguir un huevo frito con un plato y algo de alcohol. El alcohol
reacciona con la albúmina (clara), una proteína que contiene el huevo y se encarga de que la clara pase
de estar de color transparente a blanco. La reacción química, llamada desnaturalización, es similar a la
que se provoca aplicando calor, ¡pero recuerda que este huevo no es comestible!
Materiales
1 huevo
1 plato hondo o fuente
Alcohol de farmacia
Consejo: Recuerda que para que se produzca la reacción debemos usar un alcohol con alta graduación
(96º) y por tanto el huevo no será comestible, ¡NO SE COME!