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Módulo 2

Recursos
humanos,
producción
agropecuaria,
ictícola y forestal.
UNIDAD 3: RECURSOS HUMANOS.

3.1- El poblamiento
argentino.
El proceso de poblamiento nos permite comprender que la sociedad
argentina no surgió de un día para el otro, sino que fue formando a medida
que distintas poblaciones en diferentes momentos ocuparon y poblaron
diferentes lugares. Hace muchos años atrás, esta parte de América del Sur,
entre las Cordillera de los Andes y el océano Atlántico, era bastante
diferente de lo que es hoy. No había divisiones políticas ni territorios
pertenecientes a países. El espacio estaba ocupado por aborígenes con
culturas muy distintas. A partir de la llegada de los conquistadores
españoles se impusieron nuevas formas.

Se pueden distinguir varias etapas en el proceso de doblamiento; cada una


de ellas tuvo protagonistas y formas de asentamiento que dejaron su
herencia para la etapa siguiente.

El poblamiento aborigen
En las extensas llanuras en el este y en el Chaco, La Pampa y en el sur más
frío y árido, donde predomina el paisaje de mesetas, estaban las
comunidades que obtenían su alimento de caza, de la recolección de fruto
y de la pesca. No tenían residencia fija, es decir, eran nómades. Se
movilizaban periódicamente en busca de aquellos lugares que pudieran
encontrar una oferta de recursos naturales variada y abundante.

Otras comunidades se habían asentado en forma más permanente y


realizaban cultivos, entre los que se destacaba el maíz. Estas poblaciones
agrícolas habitaban en las costas de los ríos (principalmente en el
Pilcomayo, El Bermejo, En el Paraguay, El Paraná, El Dulce y el Salado del
norte), en los valles de la sierras centrales (sierras de Córdoba y San Luis) y
en los ríos de cuyo, al pie de la Cordillera de Los Andes.

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Hacia el noreste en los valles y altiplanicies de la zona montañosa, había
poblaciones agrícolas, sedentarias, cuya organización social era más
compleja.

Estos diversos pueblos tenían algunas características comunes. Eran


comunidades en las que las personas compartían la utilización del territorio
que ocupaban y el uso de los recursos naturales. La actividades tenían
como objetivo prioritario abastecer a sus miembros, es decir, la
subsistencia.

El poblamiento colonial
Buscando riquezas, especialmente minerales, los españoles penetraron en
esta parte de América en tres corrientes colonizadoras (la ruta del plata,
otra del oeste y la tercera al noroeste). Fundaron ciudades y, desde ellas,
organizaron las zonas rurales para obtener productos agrícolas y
ganaderos. Gran parte de esa producción estuvo destinada a abastecer a
las ciudades; algunos productos también se exportaban a Europa y a otras
ciudades de América.

Los asentamientos se ubicaron preferentemente en los lugares donde


podía funcionar un puerto; por eso los principales asentamientos estaban
en el litoral de los grandes ríos navegables, como el río Paraná y el río de la
Plata.

En los asentimientos coloniales, se formó una nueva sociedad. Los


aborígenes constituyeron el sector de trabajadores rurales y los españoles
y sus descendientes, el sector de propietario de las tierras, comerciantes,
administrativos y gobernantes, que residían principalmente en las
ciudades. La población española y los aborígenes se fueron mezclando y
aumentó así la población mestiza.

El poblamiento del territorio argentino


Hasta el siglo XVIII, los asentamientos del noroeste y del oeste habían
concentrado, en conjunto, más población que los del litoral. Los datos
proporcionados por el recuento de población ordenado por el virrey Vertiz
en 1778 mostraron que los habitantes de esas zonas representaban el 80%
de la población.

Hacia mediado del siglo XIX, en coincidencia con la etapa de expansión


agropecuaria comenzaron a llegar cada vez más inmigrantes y este hecho

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junto a las transformaciones de las actividades económicas, produjo
cambios en la composición y distribución de la población.

Si bien desde la colonización española fue constante el arribo de españoles


y otros europeos, el número más importante de inmigrantes del viejo
mundo llegó a la Argentina entre las últimas décadas del siglo XIX a las
primeras del siglo XX. La mayoría se radicó en la ciudad de Buenos Aires y
en las llanuras templadas. Allí se fundaron gran cantidad de ciudades. Un
volumen se dirigió a los oasis agrícolas de Mendoza y pobló las nuevas
áreas productivas de los territorios nacionales (la Patagonia, El Chaco y
Misiones); los asentamientos del noroeste fueron los que recibieron una
proporción menor de estas corrientes de población extranjeras. En la etapa
de mayores migraciones, se registraron las más altas tasas de crecimiento
tanto de la población urbana como rural. Gran parte de los inmigrantes
formaban familias numerosas, cuyos hijos tuvieron descendientes en estas
tierras; esto contribuyó el aumento del crecimiento vegetativo o natural de
la población en su conjunto. Si bien las actividades rurales constituyeron un
gran incentivo para las migraciones, una parte importante de esta
población se radicó en las ciudades, en particular en las ciudades con
puertos.

El censo de población de 1914 mostró cuanto había aumentado la


población urbana y rural del país; también mostró que el número de
habitantes en los asentamientos urbanos ya era superior al de los rurales y
que el área más poblada era la llanura pampeana.

El poblamiento a lo largo del siglo xx


Aproximadamente a partir de la década de 1930 se produjeron algunos
cambios en las actividades económicas del país. La expansión agropecuaria
se detuvo durante algunas décadas, en gran parte por que disminuyó la
demanda de productos del mercado externo. Por otro lado la actividad
industrial destinada a cubrir las necesidades del mercado interno (es decir
la población del país), comenzó a adquirir mayor importancia.

Las industrias se localizaron sobre todo, en las ciudades de Buenos Aires,


en las ciudades con puertos entre Rosario y La Plata y en la ciudad de
Córdoba, estas ciudades habían crecido mucho en la etapa anterior,
concentraban un gran número de consumidores y contaban con la
infraestructura necesaria para la instalación de fábricas. Además de la
industria, crecieron diversas actividades comerciales y de servicios. En los
centros urbanos aumentaron las oportunidades de empleo y esto atrajo a
la población de otras ciudades y áreas productivas del país e inclusive de
los países limítrofes, donde las actividades económicas no ofrecían las

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mismas oportunidades. En algunas provincias, crecieron las actividades
primarias, como la agricultura, la extracción de petróleo, entre otros, cuyos
productos se destinaban al mercado interno o a proveer de materia primas
a las industrias.

Además de ser una etapa de industrialización, también continuó el proceso


de urbanización, es decir, cada vez fue mayor la cantidad de personas en
asentamientos urbanos.

Entre los años 1940 y 1970, se produjo una gran migración hacia las
ciudades de personas que vivían y trabajaban en el campo. Este
despoblamiento rural tuvo diversas causas, entre las que se destaca el
abandono de la actividad agraria por falta de tierra o de recursos
económicos suficientes; en la llanura pampeana, en especial, la
introducción de maquinarias hizo que disminuyera el número de
trabajadores necesarios para realizar las tareas agrícolas. Los procesos
mencionados hasta aquí explican en gran medida, como se distribuye
actualmente la población en las distintas áreas del territorio. No obstante,
en las últimas décadas, se han producido nuevos cambios en lo que
respecta a las actividades económicas del país y a los procesos de
distribución de la población.

Cabe destacar que hasta aquí se ha hecho un breve resumen del


poblamiento argentino, pero se recomienda leer en profundidad el capítulo
8 de Carlevari, Isidro para reforzar conceptos.

3.2- Estática demográfica: la


distribución de la población,
población urbana y rural,
pirámides de población.
La información demográfica (los datos sobre la población de un país) es un
instrumento indispensable para gobernar, así como para cualquier
empresa importante que se desee llevar a cabo en los órdenes económico,
social, cultural o político. La obtención de los datos estadísticos de
población, actividades, bienes físicos, vivienda otros, se realizan mediante:

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• Recuento directo (Censo)

• Registros administrativos (declaraciones juradas, otros.)

• Informaciones estadísticas y encuestas, otros.

Los censos o recuentos directos son relevamientos periódicos que se


realizan con la presencia física del sujeto u objeto que se desea inventariar.
Pueden ser nacionales o provinciales.

La entidad encargada de realizar los censos en la República Argentina es el


INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos). El primer censo data de
1869. El INDEC es un organismo público que brinda la dirección técnica de
todas las estadísticas oficiales del país. Desde 1960, los censos nacionales
se han realizado cada 10 años, a excepción de los censos de 1990 y 2000,
que por razones presupuestarias fueron postergados un año.

En el censo que se realizó en nuestro país, en el año 2001, se dieron


resultados significativos que vamos a estudiar en este módulo. Cabe
destacar que se actualizarán algunos datos a la fecha actual.

Puntos más importantes:

Distribución de la Población Argentina.


Densidad.
La distribución de la población se mide por la DENSIDAD, que es la cantidad
de habitantes por kilómetros cuadrados. Tener en cuenta, que si el
territorio es muy extenso, este dato es poco representativo; entonces se
recurre a la densidad por regiones, por provincias o por superficie
cultivada.

‐ Densidad media de la población mundial: 44 hab. /km2.

La densidad media de la Argentina, según los datos del censo 2001 es de 13


hab./km2.

En el siguiente cuadro (que se encuentra en la página 140 de la bibliografía


obligatoria) se detalla la población y la densidad de cada provincia
argentina.

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Se remarcan en rojo los extremos de nuestro país (ciudad de Buenos Aires
y Santa Cruz).

Fuente: INDEC, Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.

Crecimiento de la población argentina


– Proyecciones
Como puede apreciarse en el cuadro anterior (círculos verdes), las
provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe son las que presentan la
mayor incidencia respecto al crecimiento de la población total. Esto puede
deberse a que las mismas son los núcleos industriales más importantes del
país. Asimismo, cabe mencionar que el conurbano bonaerense, el Gran
Rosario y la gran Córdoba son los tres bolsones más grandes de pobreza a
nivel nacional. Puede entonces concluirse que este patrón de crecimiento

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Las migraciones hacia las grandes ciudades pueden explicarse en la
búsqueda de mejores oportunidades laborales, que al no concretarse
obligan a las personas a instalarse en villas y consecuentemente se forman
los conocidos cinturones de pobreza.

La presencia de las provincias de Salta y Misiones dentro de las primeras


posiciones no puede atribuirse al factor industrial anteriormente
mencionado, sino a una deficiente estructura socio‐ cultural. En estas
provincias el nivel educativo es muy pobre y, sumando la escasez de
recursos, provocan una gran deficiencia en el control de natalidad.

No se puede omitir, sin embargo, que los objetivos de vida de estas


personas son muy diferentes a los de una familia tipo residente en una
zona urbana. Las expectativas de crecimiento personal en una ciudad
frecuentemente son incongruentes con una familia numerosa, que
impediría tener el estilo y nivel de vida esperado.

En las provincias de la Patagonia se puede notar que los crecimientos


poblacionales son muy inferiores a los del resto de las provincias,
agravando aún más la notable diferencia en densidad poblacional que ya se
presenta al día de la fecha. Estos hechos implican miles y miles de
hectáreas de tierras no explotadas y muy ricas en cuanto a recursos
naturales.

Estructura de la población argentina por regiones geográficas.

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• Existe una gran concentración poblacional en dos regiones:

‐ Metropolitana y 2/3 del país.

‐ Pampeana

• De un censo a otro se observa una disminución del peso relativo de


la región pampeana, que de representar el 42,1% en 1947 pasó al
34,9% en 2001.

• Si bien la Patagonia representa el menor valor porcentual, es la


región que representa el mayor crecimiento entre un censo y otro.
En 2001 su importancia es más del doble que en 1947 (4,8% y 2,3%,
respectivamente).

Es preciso destacar la gran concentración de la población argentina en la


región pampeana, cuya superficie equivale a tan sólo el 30% del país y
encierra al 70% de la población total de argentina.

Estructura demográfica argentina


Dos de las características demográficas básicas de la población que se
registran en el Censo son:

• el sexo

• la edad

Conocer la distribución de la población según el sexo es fundamental


debido a los diferentes roles o funciones que cumplen los varones y las
mujeres en la sociedad.

Según datos del Censo 2001 hay un 48,7% de varones, y un 51,3% de


mujeres, siendo el índice de masculinidad (cantidad de varones por cada
100 mujeres) de 94,9. Históricamente este índice alcanzó un máximo en
1914 con un valor de 115,5 (53,5% de varones); en 1960 ambas
poblaciones ya estaban equilibradas, habiendo sido el descenso desde el
Censo de 1991 de 7 décimas (95,6).

Conocer la distribución de la población según la edad es muy importante


porque a lo largo de la vida muchas características y aptitudes de las
personas se modifican (aptitud para tener hijos, posibilidad de estudiar,
posibilidad de insertarse en el mundo del trabajo, condiciones de salud,
otros)

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Según estimaciones del INDEC para 2005, la población mayor de 65 años
correspondería al 10,1% del total y los mayores de 60 años, al 13,8%,
haciendo que la Argentina sea el tercer país más envejecido de América
Latina después de Uruguay y Cuba. A su vez en la región, integra junto a
Chile, Cuba y Uruguay el grupo de países con una transición demográfica
avanzada, caracterizada por poblaciones con natalidad y mortalidad
moderada o baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo, del
orden del 1%.

Pirámides demográficas
Una pirámide de población es un gráfico que brinda información sobre la
población de un lugar en un momento determinado. En ella se representa,
básicamente, la composición por edad y sexo de la población, pero
además, se puede inferir otro tipo de información, como migraciones,
mortalidad infantil, guerras, epidemias, políticas vinculadas a la natalidad,
otros. Es decir, analizando una pirámide de población se puede interpretar
la dinámica y evolución de una población y, en algunos casos, ciertos
factores que modifican su composición por edad y sexo.

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¿Cómo se construye una pirámide de población?

Para construir una pirámide de población es necesario contar con los datos
de la población de una jurisdicción, discriminados por edad y por sexo. Esta
información puede ser obtenida a partir de los censos de población.

El gráfico de una pirámide de población se estructura a partir de un eje


vertical y otro horizontal.

En el eje vertical de la pirámide se representan los grupos de edades. En


general, para la construcción de una pirámide de población se establecen
grupos con intervalos de 5 años, de manera que resultan rangos tales como
los siguientes: de 0 a 4 años, de 5 a 9 años, de 10 a 14 años, otros. Las
edades menores se ubican en la base del gráfico y las mayores, en la cima.

Sobre el eje horizontal se representa la cantidad de población según


ambos sexos: hacia la izquierda del eje se ubican los datos
correspondientes a los varones y hacia la derecha, la información
correspondiente a las mujeres. El eje horizontal puede contener valores
absolutos o relativos. La ventaja del uso de valores relativos es que permite
realizar comparaciones entre pirámides.

Sobre esta estructura y con los datos de población de un lugar determinado


en un momento dado (clasificados según edad y sexo), se construyen las
barras horizontales, dispuestas una encima de la otra para cada grupo de
edad y sexo.

Las barras horizontales, entonces, indican la cantidad o porcentaje de


población por grupo etario. Para construirlas es necesario establecer qué
cantidad de población le corresponde a cada grupo etario según el sexo al
que pertenece y dibujar la barra desde el eje vertical hacia afuera según los
valores del eje horizontal. De esta manera se procede con cada grupo
etario y para ambos sexos, hasta completar la serie de edades y, así,
terminar la pirámide.

Para construir la pirámide con valores relativos, se requiere calcular


previamente el porcentaje que cada grupo etario por sexo representa
sobre el total de población.

Tipos de pirámides de población.

Existen tres tipos de pirámides de población:

1. Las pirámides tipo A o progresiva (torre Eiffel), típicas de países o


regiones subdesarrolladas o rurales. Posee bajo porcentaje de ancianos.

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2. Pirámide tipo B o estacionaria (campana), característica de países
nuevos con agricultura extensiva y desarrollo industrial. Hay mayor
igualdad entre la población joven y adulta y el porcentaje de ancianos es
más alto.
3. Pirámide tipo C o regresiva (urna funeraria), típica de países o regiones
industriales o grandes ciudades. El grupo de población adulta predomina
sobre el de la población joven. El porcentaje de ancianos es importante.
La Argentina representa un ejemplo de la pirámide estacionaria o tipo B en
forma de campana. Se observa un equilibrio entre los sexos y una
distribución regular de los escalones correspondientes a cada grupo de
edad. Además presenta una baja natalidad y un mayor porcentaje de
población anciana.

Pirámide de Población por sexo (distribución proporcional), Argentina 2001. Fuente:


Dirección de estadísticas poblacionales. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
(INDEC). 2001.

Cabe destacar que cada provincia argentina tiene una pirámide


demográfica distinta. Ver en el libro de Carlevari, Isidro Pág. 148 y 149 las
características distintivas de cada región.

En los países desarrollados, como el caso de Francia (Europa), la pirámide


de población es de tipo regresiva o tipo C. Es decir, presenta una base muy
reducida por las bajas tasas de fecundidad y un predominio de la población
adulta y anciana. Esto demuestra el nivel de envejecimiento de esta
población.

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En los países en desarrollo, por ejemplo Sudán (África), predominan las
pirámides progresivas. Esto es, las altas tasas de fecundidad producen una
base amplia y por consiguiente, mayor porcentaje de población joven. La
esperanza de vida es baja, por lo cual pocas personas llegan a edades
avanzadas.

Composición étnica y nacionalidad de


origen
La composición étnica de la población de la Argentina está muy
influenciada por la gran ola de inmigración, principalmente de varones
europeos mayoritariamente italianos y en segundo lugar españoles,
sucedida entre mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX y el
mestizaje de éstos con la población local, integrada por una base hispana,
indígena originaria y africana presente desde la conquista española,
fuertemente mestizadas entre sí y con una relativamente pequeña
población de colonizadores españoles.

Al igual que Australia, Canadá, Estados Unidos o Uruguay, la Argentina es


considerada como un país de inmigración, es decir, una sociedad que ha
sido influida decisivamente por uno o más fenómenos inmigratorios
masivos.

Por otra parte los distintos grupos que integran su población han
establecido intensos mestizajes interétnicos, situación conocida en el país
como "crisol de razas". Aproximadamente se estima que un 90% de la
población desciende de europeos, principalmente italianos y luego
españoles, mientras que investigaciones genéticas realizadas sobre
individuos seleccionados al azar, han detectado algún legado hereditario
indígena en más del 50% de la población examinada. También se han
realizado estudios estableciendo componentes genéticos de origen
africano en al menos un 5% de las personas examinadas.

Adicionalmente la Argentina cuenta con considerables minorías de origen o


pertenencia judía, árabe, Armenia, japonesa, china y coreana. Desde
mediados del siglo XX, la inmigración proveniente de países
sudamericanos, principalmente Paraguay y Bolivia, ha cobrado mayor
importancia.

La distribución territorial de los diferentes grupos étnicos se encuentra


básicamente influenciada por las grandes migraciones internas del campo a
la ciudad y del norte hacia el litoral. En la Ciudad de Buenos Aires, donde la
influencia de la inmigración europea en la composición étnica se ha sentido

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con más fuerza que en el resto del país, un estudio realizado en 2006
sugiere un mestizaje genético promedio compuesto en un 78‐80%
proveniente de diferentes etnias europeas, principalmente italianas y
españolas, un 15‐20% de diferentes etnias amerindias, y un 2‐5% de etnias
africanas. Los estudios también indican que la proporción del componente
genético amerindio y africano está creciendo y que ha sido transmitido
mayoritariamente por las mujeres.

El mestizaje ha desempeñado un papel fundamental en la composición


étnica de la población argentina. El proceso registra una intensidad
inusitada en la Argentina, produciendo el mestizaje no sólo de las tres
grandes ramas étnico‐culturales (europeos, indígenas y africanos), sino de
las decenas de etnias particulares que integran cada una de esas ramas
(italianos, españoles, polacos, judíos, mapuches, diaguitas, collas,
guaraníes, bantúes, yorubas, entre otros). Es necesario precisar que las
grandes inmigraciones europeas estuvieron integradas mayoritariamente
por varones solos que se mestizaron en la Argentina con mujeres de
ascendencia primordialmente indígena y africana.

Población urbana y rural


• Población urbana (localidades de más de 2.000 habitantes): 89,31%
(48,27% de varones)

• Población rural agrupada (localidades de menos de 2.000


habitantes): 3,40% (50,81% de varones)

• Población rural dispersa (vivienda en campo abierto): 7,28%


(54,02% de varones).

Urbanización
En 1869, Argentina tenía al 11% de su población en aglomeraciones
urbanas de más de 100.000 habitantes, concentración cinco veces superior
al promedio mundial, similar al de los Estados Unidos y, aproximadamente,
el doble de la concentración de la población europea.

En 1914 la población urbana superó por primera vez a la rural. Uno de los
principales factores del rápido crecimiento de las zonas urbanas fue la gran
inmigración europea que fue desarrollando los principales centros urbanos
del país como Buenos Aires, Córdoba y Rosario.

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En 1960 quince ciudades tenían una población de más de 100.000
habitantes, en donde vivía el 71% de la población urbana. Entre estas
ciudades se destaca Buenos Aires, la única que superaba los 100.000
habitantes en 1869 y que constituye uno de los ejemplos más destacados
de primacía en la urbanización. Por entonces, las zonas urbanas de
Argentina constituían el 59% de la población, igual que en los Estados
Unidos, en forma ligeramente superior a Oceanía (53%) y por debajo de
Inglaterra, país que lideró el porcentaje de conglomeraciones urbanas
desde los inicios del siglo XIX, con 69 por ciento.

En 1970, Argentina alcanzó el 78,5 % en su índice de urbanización y en


1975 llegó al 80,7%. En 1990 el 86,9% de la población vivía en zonas
urbanas, proceso impulsado desde los años 1950, al igual que en toda
América Latina, por el flujo de inmigración interna de zonas rurales hacia
zonas urbanas a causa de las condiciones económicas y sociales
desfavorables.

El Censo de 2001 estableció que la urbanización del país había llegado al


89,3% de la población total. La Argentina presenta uno de los procesos de
urbanización más temprana entre los países latinoamericanos.

Principales centros urbanos

Hasta el momento, no existe en Argentina ningún área metropolitana


definida oficialmente o bajo un órgano administrativo, por lo que sus
límites y áreas de influencia son imprecisos. Sin embargo, si se encuentran
definidos los aglomerados urbanos, siendo los 10 más poblados según el
censo de 2001, los siguientes:

• Gran Buenos Aires (12.046.799 habitantes)

• Gran Córdoba (1.368.301 habitantes)

• Gran Rosario (1.161.188 habitantes)

• Gran Mendoza (848.660 habitantes)

• Gran San Miguel de Tucumán (738.479 habitantes)

• Gran La Plata (694.253 habitantes)

• Mar del Plata (541.733 habitantes)

• Gran Salta (468.583 habitantes)

• Gran Santa Fe (455.239 habitantes)

• Gran San Juan (421.640 habitantes)

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3.3- Dinámica
demográfica: tasas vitales
La dinámica demográfica estudia el comportamiento o los movimientos
intrínsecos y extrínsecos de la población. Los primeros comprenden:
mortalidad, natalidad y crecimiento vegetativo o natural. Los últimos son
las migraciones y constituyen el principal proceso de poblamiento
argentino.

3.3.1 Los grandes movimientos


migratorios: importancia en el
desarrollo socioeconómico.
Movimientos Extrínsecos: Migraciones

La población de un país puede crecer de dos formas: vegetativa o


naturalmente (crecimiento vertical) o por aporte inmigratorio (crecimiento
horizontal). En Argentina el proceso de poblamiento gira en torno a la
inmigración.

Cabe destacar que ya hablamos de este proceso, pero vamos a reforzar


algunos conceptos.

Proceso inmigratorio argentino

La formación de la Argentina está en muchos aspectos ligada al ingreso


masivo de la inmigración desde mediados del siglo pasado hasta la mitad
del presente. Esto no quiere decir que haya sido una situación permanente
sino que sufrió muchos altibajos debido a la coyuntura internacional más
que a la propia capacidad como país para recepcionar población.

El aporte inmigratorio desde Europa fue de tal magnitud que la República


se ubica entre los países del mundo que mayor inmigración han recibido
junto con los Estados Unidos, Canadá y Australia. Una estimación
aproximada de ese aporte entre 1850 y 1970 arroja un saldo de 6.000.000
de personas. Este impacto es muy importante si la población que los recibe
no es muy numerosa, como era el caso de nuestro país. En 1895 fueron

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censados algo más de un millón de extranjeros que representaban el 25,5%
de la población total. Este porcentaje fue creciendo hasta alcanzar su valor
máximo en 1914 en que los casi dos millones y medio de población
extranjera significaron el 30% de la población del país.

El apogeo de la inmigración europea se dio entre 1895 y 1914. No todos


ellos se radicaron en el campo, muchos provenían de zonas urbanas y
comenzaron a radicarse en las ciudades haciendo que la urbanización
tuviera un temprano y rápido crecimiento. En 1914 más de la mitad de la
población del país era urbana y Buenos Aires tenía el 49% de extranjeros en
su seno.

La Primera Guerra Mundial revirtió temporalmente el proceso inmigratorio


encontrándose saldos negativos.

Finalizada la guerra el aporte se restablece pero en muy escasa medida


porque las condiciones económicas habían cambiado aquí y en Europa. En
la Argentina el campo ya no era tan atractivo, en 1922 se frenó la
incorporación de nuevas tierras a la producción y el sistema de
arrendamiento no dio los frutos esperados. En los países europeos las
economías crecieron y las condiciones de vida mejoraron reteniendo a su
población.

La crisis de 1930 interrumpió nuevamente las corrientes inmigratorias y los


saldos se redujeron notablemente.

Se produjeron varios cambios: el origen de la inmigración se diversificó y


comenzaron a llegar no sólo nativos de Italia y España sino que ahora eran
de Alemania, la Unión Soviética y Polonia. Por otra parte, el período de
sustitución de importaciones que caracterizó a la Argentina necesitó de
mano de obra en las ciudades y comenzaron a llegar inmigrantes desde
nuestros países vecinos, principalmente paraguayos, bolivianos y chilenos.

El tercer y gran último período de la inmigración europea fue posterior a la


Segunda Guerra Mundial y hasta 1952. En ese período, los inmigrantes
llegaron a un ritmo de 110.000 personas por año, superando así los niveles
récords anteriores, pero luego declinó a 49.000 entre 1952 y 1960. En la
década del ’60 cobra gran importancia la inmigración de los países
limítrofes significando un 18% de la población extranjera que vivía en el
país.

En síntesis, los rasgos migratorios cambiaron de una inmigración de


italianos y españoles a un espectro más amplio de alemanes, rusos,
polacos, yugoslavos, armenios, ucranianos y otros grupos de Europa
Central. Casi finalizada esta inmigración a mediados de este siglo, ya había
cobrado cierta importancia la inmigración limítrofe, es decir, que pasamos
de corrientes intercontinentales a los flujos intracontinentales que

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caracterizan a los movimientos migratorios de todo el mundo en la
actualidad.

A continuación se adjunta una tabla que refleja los orígenes de la población


inmigrante de los últimos años.

Radicación definitiva de extranjeros por año de obtención del beneficio, según grupos de
nacionalidades. Años 1995/2000. Fuente: Dirección Nacional de Migraciones.

(1) Datos actualizados a junio del 2001.

Nota: El total incluye 44 apátridas para 1995, 26 para 1996, 13 para 1997, 9
para 1998, 4 para 1999 y 3 para 2000.

Migraciones internas
Las migraciones internas son desplazamientos de población dentro del
propio país, pueden ser estacionales, ocasionales o permanentes.

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• Migraciones estacionales:

Responden a la demanda de mano de obra en determinados momentos de


la producción agropecuaria. Este tipo de migración afecta tanto a la
población nacional como la de países limítrofes, teniendo cada una su
propia estacionalidad y caudal. Como por ejemplo, la zafra azucarera
produce desplazamientos hacia Tucumán, Salta y Jujuy en el período de
Julio a Octubre. La cosecha de uva que produce desplazamientos hacia
Cuyo y Río Negro desde fines del verano hasta mediados de otoño. La
cosecha de granos ha dejado de atraer trabajador debido a la creciente
mecanización, pese que desde el cese de la convertibilidad este sector se
ha reactivado notablemente.

Cabe destacar, que este tipo de migraciones son temporarias, ocasionando


inconvenientes en cuanto a las condiciones de vida y a la vida familiar que
prácticamente no existe.

• Migraciones permanentes

Estas obedecen a dos causas principales:


a) Cambio en las estructuras económicas: se da por la expansión de
actividades industriales. Este proceso es el normal de todo país que
crece económicamente, en cuyo caso las migraciones se denominan
estructurales y el proceso se llama urbanismo.
b) Declinación de los rendimientos agrícolas de una región frente a
la mayor productividad de otra.

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3.4- Indicadores de
educación, salud, vivienda
como índices de calidad
de vida
Movimientos Intrínsecos
• Natalidad

Se llama natalidad absoluta a la cantidad de nacimientos registrados en un


país durante un año, mientras que la tasa de natalidad es la cantidad de
nacimientos anuales cada mil habitantes.

Fuente: INDEC ‐ CELADE, Estimaciones y Proyecciones de Población.

Total del país (Versión revisada). 1950 ‐ 2050. Serie Análisis Demográfico 5, 1995.

(1) Las tasas corresponden al promedio anual de cada período.

Cabe destacar, que en el curso del siglo pasado, se ha notado una notable
disminución en las tasas de natalidad a nivel mundial. Esto es característico
de los países desarrollados. Sin embargo, la Argentina no es ajena a esta
situación.

La tasa de natalidad no es uniforme en todo el país, sino que se registran


cantidades más bajas en los centros urbanos y más altas en las zonas
rurales. Esto se debe, en gran proporción, a un factor socio cultural. En los
grandes centros urbanos se da más importancia a la planificación familiar y

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la calidad de vida de los miembros familiares, priorizándose entre otras
cosas, temas como la educación, salud y vivienda.

Una tabla que indique índices de natalidad entre distintas zonas de nuestro
país mostrará notables diferencias entre las mismas, formándose
básicamente dos grupos. Las tasas más bajas se registran en Capital
Federal, Provincia de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba; mientras que las
más altas se registran en las provincias del norte.

La siguiente tabla refleja este hecho.

Fuente: INDEC ‐ CELADE 1995, Serie Análisis Demográfico 4 y 5. Ministerio de Salud y


Acción Social, Programa Nacional de Estadísticas de Salud, Información básica 1999. Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001, Resultados Provisionales.

Tasa bruta de natalidad: indica la frecuencia con que ocurren los


nacimientos en una población dada. Da cuenta del crecimiento poblacional
debido al aporte de los nacimientos.

Tasa global de fecundidad: es el número de hijos que en promedio tendría


una mujer de una cohorte hipotética de mujeres que durante su vida fértil
tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad del
período en estudio y no estuvieran expuestas al riesgo de mortalidad desde
el nacimiento hasta el término de su período fértil.

20
Tasa neta de reproducción: es el número de hijas que en promedio tendría
cada mujer de una cohorte hipotética de mujeres que durante el período
fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad de la
población en estudio y que desde el nacimiento estuvieran expuestas a los
riesgos de mortalidad observados en esa misma población.

• Mortalidad

Se llama mortalidad absoluta a la cantidad de muertes registrados en un


país durante un año, mientras que la tasa de mortalidad es la cantidad de
muertes anuales cada mil habitantes.

Fuente: INDEC ‐ CELADE, Estimaciones y Proyecciones de Población. Total del país


(Versión
revisada). 1950 ‐ 2050.Serie Análisis Demográfico 5, 1995.

(1) Las tasas corresponden al promedio anual de cada período.

La mortalidad bruta de nuestra población acusa una sostenida tendencia


descendente, a raíz de los progresos sanitarios, higiénicos, culturales,
médicos, otros. El mejoramiento de la tasa de mortalidad neutraliza la baja
natalidad y hace que el crecimiento vegetativo acuse una tendencia
decreciente más acentuada.

Del mismo modo que la natalidad, la mortalidad es más alta en los distritos
rurales que en los urbanos. Ello se debe no sólo a una más deficiente
infraestructura social (atención médico – hospitalario), sino al mayor peso
de la mortalidad infantil.

Tasa bruta de mortalidad: indica la frecuencia con que ocurren las


defunciones en una población dada. Da cuenta de la disminución
poblacional en función de las muertes acaecidas.

Esperanza de vida: es el número de años que, en promedio, le restan por


vivir a las personas de una edad determinada de no variar la tendencia
observada en la mortalidad.

Años de sobrevida femenina: es el número de años que, en promedio,


viven las mujeres por encima de los que viven los hombres.

21
• Crecimiento vegetativo y demográfico

El crecimiento vegetativo de una población surge de deducir la mortalidad


de la natalidad. Sumándole el saldo inmigratorio se obtiene la tasa
demográfica.

Fuente: INDEC ‐ CELADE, Estimaciones y Proyecciones de Población. Total del país (Versión
revisada). 1950 ‐ 2050. Serie Análisis Demográfico 5, 1995.

(1) Las tasas corresponden al promedio anual de cada período.

El crecimiento vegetativo en la Argentina presenta una tendencia en baja


debido a la caída de la natalidad levemente amortiguada por la caída de la
mortalidad.

Tasa de crecimiento total: es las sumas algebraicas de la tasa de


crecimiento natural y la tasa de crecimiento migratorio correspondientes a
un determinado período.

Tasa de crecimiento natural: es el ritmo al que la población aumenta (o


disminuye) durante un período dado, debido al balance entre nacimientos
y defunciones. Esta tasa no incluye los efectos de la inmigración o la
emigración.

Índices de calidad de Vida


• Cultura y educación

El nivel cultural de un país puede medirse a través de un conjunto de


actividades educativas, artísticas e informativas que en él se desarrollan.
Todas estas manifestaciones están relacionadas directa o indirectamente,
con la proporción de habitantes que saben leer y escribir, pero, sobre todo,
con el nivel de educación. Entre los índices de este tipo, que permiten
medir el grado de desarrollo cultural de un país, figuran, el grado de
alfabetización, el nivel educativo, la tirada de diarios, la impresión de libros,
entre otros.

22
• Analfabetismo

En primer lugar debemos diferenciar entre:

‐ Analfabetos absolutos: pertenecen aquellos individuos que “nunca


pasaron por la escuela”.
‐ Analfabetos funcionales: son aquellos que fueron a la escuela pero
abandonaron y se olvidaron los rudimentos de alfabetización, lo que les
impide leer y escribir hasta lo más simple.

La tasa de analfabetismo absoluto en nuestro país se redujo notablemente


en los últimos años, pasando de un 6% en 1980 a un 2,6 en el 2001.

Debe señalarse que las tasas de analfabetismo no son uniformes en todo el


país.

‐ Las provincias con porcentaje de analfabetismo más alto son Chaco (8%),
Corrientes (6,5%), Misiones (6,2%), Formosa (6%) Y Santiago del Estero
(6%).

Respecto de los índices de analfabetismo en América Latina, Argentina se


encuentra en segundo lugar después de Uruguay, siendo este el país mejor
posicionado respecto de este índice.

Indicadores de nivel de salud.


a) Esperanza de vida al nacer. Es la edad media a la que en teoría puede
aspirar cada habitante en el momento de su nacimiento. Argentina ocupa
el tercer lugar en Sudamérica, detrás de Chile y Uruguay y el séptimo lugar
en Latinoamérica, correspondiendo a Costa Rica el primer lugar. En nuestro
país es de 74,5 años promedio.

b) Mortalidad infantil y neonatalidad. Nuestro país ha tenido una


disminución a lo largo de los últimos años respecto de estos problemas. El
valor de 2007 fue del 8,0‰, siendo las tres principales causas de
mortalidad por importancia: enfermedades del sistema circulatorio,
tumores malignos y enfermedades del sistema respiratorio. Para el
quinquenio 2005‐2010, se estima una tasa de mortalidad del 7,8‰.

23
Indicadores de salud actualizados a 2007:

Fuentes: INDEC y Ministerio de Salud de la República Argentina

Cabe destacar, que la Argentina se encuentra en el puesto 49 de 191 países


por el funcionamiento general de su sistema de salud, según un informe de
la Organización Mundial de la Salud.

La atención a la salud está garantizada por el sistema de salud público, el


sistema de obras sociales y el de la salud privada. Alrededor de un 37,6%
de la población se atiende por el sistema público y un 51,52% por obras
sociales.

La regulación de la atención a los problemas de salud está a cargo del


Ministerio de Salud y Ambiente, dependiente del Poder Ejecutivo. El
porcentaje del gasto en salud correspondiente al PBI fue de un 8,9% en
2003.Además, el país cuenta con una proporción favorable de 3,01 médicos
por cada mil habitantes.

Las enfermedades que más afectan a la población son el Mal de Chagas, el


SIDA y la tuberculosis.

Vivienda
En esta etapa del estudio, nos ocuparemos del problema habitacional de
nuestro país.

Según el Indec (2001):

‐ Total de viviendas particulares ocupadas: 9.712.661.

‐ Total de hogares: 10.073.625; esta diferencia se debe a que en una


misma vivienda pueden estar constituidos dos o más hogares.
El déficit habitacional suele definirse como: la brecha entre la demanda y
la oferta de viviendas en un momento y espacio determinado.

Se distinguen dos fuentes o tipos de deficiencias habitacionales:

24
1. Déficit cualitativo, relacionado con la precariedad en la calidad de
las viviendas (intenta estimar cuántas viviendas con problemas
recuperables deben ser mejoradas).
2. Déficit cuantitativo, relacionado con el hacinamiento familiar
(intenta estimar las nuevas unidades necesarias para que cada
familia posea una vivienda adecuada).

Argentina (2001)

‐ Déficit Cuantitativo: 1 a 3 M de unidades.

‐ Déficit Cualitativo: 680 mil viviendas (Encuesta de Condiciones de


Vida SIEMPRO‐INDEC, 2001).

Variables a tener en cuenta:

‐ El 40% de los hogares que tienen problemas habitacionales los


resolverían mediante la refacción y la adecuación de su vivienda.

‐ Más del 45% de los hogares deficitarios se encuentra en


situaciones irregulares de tenencia.

‐ El 15% de las viviendas deficitarias se encuentra en villas de


emergencia o asentamientos.

‐ NEA y el NOA: más del 18% de los hogares residen en una vivienda
con algún grado de precariedad (regiones más desfavorecidas).

‐ La mayor proporción de hogares donde se verifica tenencia


irregular de vivienda se encuentra en el NEA, NOA y Cuyo (Encuesta
de Condiciones de Vida SIEMPRO‐INDEC, 2001).

Se recomienda realizar una lectura minuciosa del capítulo 11 y 12 del libro


de Carlevari.

Tener en cuenta…

Se presenta a continuación un resumen que tiene como objetivo ofrecer


una sucinta caracterización de la situación actual de la población argentina
y la evolución de sus variables demográficas. Si bien el texto hace
referencia a la evolución al nivel nacional y teniendo en cuenta la
disponibilidad de la información en la bibliografía, se presenta la situación
en relación al mundo y a los países de América Latina.

En el Censo Nacional de Población Hogares y Vivienda del año 2001


(www.indec.gov.ar) se contó una población de 36.260.130 habitantes.
‐ Si observamos los valores de los censos anteriores se ve que el ritmo de
crecimiento de la población total viene bajando en el tiempo. La población

25
crece, pero cada vez más lentamente. Entre 1980 y 1991 aumentó a una
tasa de crecimiento medio anual de 14.7‰, entre 1991 y 2001 el valor fue
10.1%. Este descenso en el ritmo de crecimiento se reitera en la mayoría de
las jurisdicciones del país.

‐ Durante las primeras décadas del siglo XX se registraban altos niveles de


crecimiento con importantes fluctuaciones debidas a los cambios en el
aporte de las migraciones internacionales. El componente vegetativo, en
cambio, se ha caracterizado por una tendencia más estable y
sostenidamente descendente. A partir de la década del 60 el crecimiento
total de la población depende casi exclusivamente del crecimiento
vegetativo.

‐ Por otro lado, desde comienzos del siglo XX la tasa bruta de mortalidad
muestra una evolución descendente que tiende al estancamiento en las
últimas décadas. En el año 2001, el nivel de la mortalidad general para el
total del país era de 7.6 por mil, valor no muy alejado al alcanzado en
décadas anteriores. Esta estabilidad en el nivel de la mortalidad general
refleja el proceso de envejecimiento de la población .Como vimos, este
indicador está fuertemente asociado a la estructura por sexo y edad de la
misma.

‐ La esperanza de vida al nacer, independiente de la composición etárea,


refleja más claramente el nivel de la mortalidad. El incremento de este
indicador ha sido constante hasta alcanzar un promedio de 73,8 años para
ambos sexos en el año 2001. La mortalidad infantil en el año 2004 era de
14.4 ‰ habiendo manifestado un descenso importante con respecto al año
1990. Si bien este descenso se verificó en todas las jurisdicciones siguen
presentándose variaciones importantes en su nivel.

‐ La natalidad muestra una tendencia secular descendente con excepción


del leve incremento ocurrido en la década del 70. En el año 2001
presentaba valores apenas superiores al 18 por mil. El descenso de la
natalidad refleja la disminución en los niveles de fecundidad que desciende
sostenidamente desde inicios del siglo pasado para alcanzar relativa
estabilidad en las últimas décadas. La tasa global de fecundidad, número
medio de hijos por mujer, era de 3.3 en el año 1955 y 2.6 en el año 2001.
Aunque las brechas tienden a disminuir, persisten diferencias en el nivel de
la fecundidad entre las jurisdicciones.

‐ Con referencia al componente migratorio del crecimiento poblacional, es


sabido que la inmigración internacional ha sido uno de los elementos
predominantes en la conformación de la sociedad argentina. La mayoría de
los inmigrantes de origen europeo llegó a la Argentina entre 1870 y 1929; la
última oleada, menos importante en su magnitud, se produjo entre 1948 y
1952. La incidencia de la inmigración limítrofe, en cambio, se ha mantenido
relativamente estable a lo largo del siglo XX. Sin embargo, a raíz de la
disminución de los flujos migratorios provenientes de otros países, la
inmigración de países vecinos ha incrementado su presencia relativa en el
conjunto de extranjeros para constituir en 2001 el 61% de los mismos.

26
‐ Debido a la mencionada reducción de los flujos inmigratorios, la migración
neta internacional pasa a tener una escasa incidencia como factor de
crecimiento demográfico del país, en especial en las últimas décadas. En
consonancia con esta evolución la proporción de extranjeros se ha reducido
pasando de un máximo del 30% en 1914 al 4.1% en 2001. En cuanto a las
áreas de asentamiento, la ciudad autónoma de Buenos Aires y la provincia
de Buenos Aires concentraba en 2001 el 70% de extranjeros y el 63% de los
extranjeros limítrofes, siendo también importantes como destino de estas
migraciones las provincias fronterizas.

‐ Los cambios en las tendencias de las variables antes mencionadas (la


fecundidad, la mortalidad y las migraciones internacionales) definen a la
composición de la población por edad y sexo. Como consecuencia de la
evolución de la mortalidad y de las migraciones internacionales, el índice de
masculinidad muestra un constante descenso desde 1947 hasta el presente.
El mismo pasa de 105 varones por cada 100 mujeres a 96 para el 2001.

‐ Otra característica de la población argentina, derivada de la evolución de


las variables anteriores, es su envejecimiento. Este proceso consiste en el
aumento del peso relativo de las personas de edad avanzada en la
población total. Se considera internacionalmente que una población es
envejecida cuando el grupo de edad de 65 años y más supera el 7% de la
población total. Ya en el año 1980 la población de 65 años y más
representaba en Argentina el 8,2% de la población total y en el año 2001
este valor era del 9,9 %. En la Ciudad de Buenos Aires, con la estructura más
envejecida, este valor era algo mayor a 17 %.

‐ Un último aspecto a considerar es el de la población urbana que


constituye, en 2001, el 89.3% de la población total. Argentina presenta uno
de los procesos de urbanización más temprana entre los países
latinoamericanos.

‐ La distribución de la población según jurisdicciones en el año 2001 es muy


similar a la observada en 1991. El territorio de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires más los 24 partidos que la rodean concentra casi un tercio de
la población del país, aunque viene manifestando una disminución en su
participación desde hace más de tres décadas. En la distribución espacial de
la población tienen un rol preponderante las migraciones internas, tanto las
que se dan entre provincias como aquellas que se producen dentro de la
misma provincia.

‐ En 1991 casi la mitad de la población (48.1%) vivía en los seis aglomerados


más grandes: Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran
Mendoza, Gran Tucumán y Gran La Plata‐. En 2001 estas concentran un
porcentaje algo menor (46.5%)” (www.mininterior.gov.ar).

27
UNIDAD 4: PRODUCCIÓN
AGROPECUARIA, ICTÍCOLA Y
FORESTAL

4.1- Antecedentes y
evolución de la ganadería:
influencia sobre el
sistema de apropiación y
tenencia de la tierra en
Argentina. El modelo
agroexportador.
Como veremos, a diferencia de la agricultura, el origen de la ganadería
debe buscarse a partir de la ocupación española del territorio colonial. Los
aborígenes del norte ya practicaban la agricultura, no así la ganadería.

Nuestra ganadería se basa en especies no conocidas en el continente


americano hasta el momento. Se inicia con la introducción de equinos
(caballos), vacunos (vacas) y ovinos (ovejas), que realizó cada una de las
expediciones, los que se fueron reproduciendo en nuestro territorio.

Este sector atravesó un proceso extenso antes de convertirse en lo que es


hoy:

PRIMER PERÍODO (desde la llegada de los conquistadores, que


introdujeron ejemplares de ganado, hasta la instauración del Virreinato
del Río de la Plata):

• Se difundió el ganado cimarrón (sin dueño), se mezclaron las razas y


los animales se desarrollaron sin obstáculos.

28
• Surgió el rodeo.

• A principios del siglo 17 surgen las primeras vaquerías (expediciones


para cazar ganado cimarrón, autorizadas sólo a los hacendados) y
gauderíos (expediciones incontroladas).

• Los animales eran carneados sólo por el cuero.

SEGUNDO PERÍODO (advenimiento del Virreinato del Río de la Plata):

• Para frenar la casería indiscriminada de animales, se crearon los


saladeros, con lo cual se logró un aprovechamiento integral del
animal, aparte del cuero se conservó la carne.

• Luego surgen las curtidurías.

• En 1792 se instaura el libre comercio con España, lo cual fue un gran


estímulo para las estancias, los saladeros y las curtiembres.

• Para controlar los cruzamientos se incorpora el alambrado. Permitió


delimitar las propiedades y el refinamiento del ganado mediante la
cruza de razas importadas.

• En 1866 se funda la Sociedad Rural Argentina.

• Se realiza el primer embarque de carne congelada.

• Poco después, se crea el primer frigorífico.

• A partir de la segunda mitad del siglo 19 la cría del ovino: nuevo


producto de exportación.

29
4.2- Ganadería
La participación del sector agropecuario en el PBI para el 2005 fue del 6%.

El 29% de ese porcentaje corresponde a la ganadería (1,7%).

Según el Censo Nacional Agropecuario de 2002, la importancia relativa, por


número de cabezas de cada tipo de ganado es:

REGIONES GANADERAS DEL PAÍS

“Aunque el ganado vacuno se encuentra distribuido en todo el país, existen


zonas claramente diferenciadas en lo que hace a densidad ganadera y a
características agroecológicas para la producción de carne. Esto permite
considerar en el país cinco grandes regiones ganaderas.

La región ganadera por excelencia es la región pampeana (Región I) que


incluye la provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba, sur de Santa Fe, sur
de Entre Ríos y este de La Pampa. Le sigue en orden de importancia el NEA
o noreste argentino (Región II) que abarca la provincia de Corrientes,
Misiones, Norte de Santa Fe, Norte de Entre Ríos, este de Chaco y este de
Formosa. De menor importancia ganadera a nivel nacional es el noroeste
argentino o NOA (Región III) que abarca Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca,
La Rioja, Santiago del Estero, norte de Córdoba, oeste de Chaco y oeste de
Formosa. La Región semiárida central (Región IV) comprende San Juan,
Mendoza, San Luis y oeste de La Pampa y finalmente la Región Patagónica
(Región V) desde Neuquén a Tierra del Fuego.

En el Gráfico 1 se detalla la distribución del stock ganadero en las distintas


regiones y de los animales faenados y como resultado de la relación entre
ambos parámetros se detallan las tasas de extracción para dichas regiones.

30
Observando la distribución del stock en el país se resalta la importancia de
la región pampeana y del NEA que en conjunto poseen más de 46 millones
y medio de cabezas sobre el total de 55 millones.

Analizando la distribución de los animales faenados vemos que las


diferencias son aún más manifiestas así, por ejemplo, de los 13.4 millones
de vacunos faenados anualmente, 16.6 millones se faenan en la región
pampeana, 1.22 millones en el NEA, 630 mil en el NOA, 700 mil en la región
semiárida y 190 mil en la Patagonia.

Argentina durante años ha mantenido una eficiencia de producción


relativamente baja que se expresa en una tasa de extracción del 23‐24%. Si
por definición consideramos a la tasa de extracción de un país o región

31
como el cociente de la faena sobre el stock, nos encontramos con tasas en
la pampa húmeda muy superiores al promedio nacional mientras que en el
NEA por ejemplo esta tasa es sustantivamente menor. En la región
pampeana la tasa de extracción asciende al 31%, en el NEA es del 10%, en
el NOA el 18%, en la región semiárida el 19% y en la Patagonia el 25%.

Más allá de que la región pampeana tiene ventajas comparativas para


producir con mayor eficiencia que el resto del país, de ninguna manera las
diferencias en las tasas de extracción arriba mencionadas pueden ser
adjudicadas a diferencias en eficiencias de producción tan manifiestas.

Estas diferencias regionales de porcentajes de stock y de faena se deben


principalmente a la recría y engorde que se realiza en la pampa húmeda de
terneros producidos en el NEA y en otras regiones extrapampeanas.

Si consideramos hipotéticamente una eficiencia de producción similar en el


NEA que en la Pampa Húmeda (igual tasa de extracción) significaría que
1.300.000 animales son enviados del NEA a la región pampeana todos los
años. Con respecto al engorde en la Pampa Húmeda de terneros
producidos en el NEA, la situación hoy está cambiando debido a que sólo
animales sin características acebuzadas están siendo requeridos por los
invernadores ya que los animales con evidencias de sangre cebú son
castigados en los precios al momento de la faena.

Las diferencias regionales de stock obviamente se reflejan también en


diferencias en el número de vacas y de terneros aportados por cada región.
En el Gráfico 2 vemos por ejemplo que de los 21.3 millones de vacas que
existen en el país, más de 17 millones y medio están en la región pampeana
y el NEA, y de los 12.8 millones de terneros producidos, más de 10 millones
y medio provienen de dichas regiones.

32
Es importante también resaltar las diferencias en actividades ganaderas
que se realizan en cada región. Analizando la relación novillos + novillitos /
vacas vemos que mientras en el NEA esta relación es del 38%, en la región
pampeana es del 68%, debido a que es en esta región precisamente donde
se concentra la invernada del país” (www.sagpya.mecon.gov.ar, último
acceso, setiembre 2013).

Cabe destacar…

En nuestro país podemos distinguir básicamente tres tipos de rodeos:

• CRÍA (producción de terneros y novillitos) 63%

• INVERNADA (engorde de los productos de la cría) 27% Existencia de


bovinos

• TAMBO (producción de leche) 10% por tipo de rodeo.

A continuación se detallan las características más importantes de cada tipo


de producción ganadera argentina:

4.2.1 Producción bovina


El ganado bovino o vacuno comprende diversas razas según su aptitud:

• Razas para carne (Ej. Shorthon)

• Razas lecheras (Ej. Holando Argentino)

• Razas doble propósito (carne y leche) (Ej. Shorthon y Fleckvieh)

• Razas triple propósito (carne, leche y trabajo) (Ej. Pardo Suizo)

Producción bovina: nuestro país ocupa uno de los más destacados lugares
en el mundo en cuanto al número de cabezas, después de la India, Brasil,
Rusia, Estados Unidos y China. Si la relación la establecemos respecto del
número de habitantes, pasamos al primer lugar.

Número de animales por hectárea (capacidad ganadera): entre 1,2 y 2,2


dependiendo de qué tipo de pradera se trate (artificial o natural).

Cantidad de explotaciones con ganado vacuno: según el Censo nacional


Agropecuario 2002, en el país había 194.000 explotaciones con existencias
de ganado vacuno.

33
Distribución geográfica de las existencias de ganado vacuno:
principalmente la región pampeana. En Buenos Aires, Santa Fé y Córdoba
se alberga el 60% del ganado vacuno existente en el país.

Consumo per cápita de carne vacuna: 60 Kg./hab./año. Es el más elevado


del mundo.

Exportaciones de carne vacuna: los principales compradores de nuestra


carne son Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Brasil y Chile.

4.2.2 Producción lechera


Esta actividad representa el 1% del PBI y participa con alrededor del 5% del
producto bruto agropecuario y con el 3% del PB industrial.

Existen en Argentina 13.000 tambos, localizados principalmente en:


Buenos Aires, Santa Fé, Córdoba, Entre Ríos y la Pampa.

 80.000 grupos familiares.



 2 millones de vacas que producen cerca de 10.000 millones de
litros de leche por año.

* 2/3 de esa producción se industrializa.

* El tercio restante se procesa para el


consumo directo de leche.

Consumo de leche: 40 lts./hab./año.

4.2.3 Producción ovina


Según Censo 2002: en Argentina existen unas 56.000 explotaciones de este
tipo de ganado. Sin embargo, hacia fines del siglo 19 y principios del 20 la
existencia de ovinos era cinco veces mayor que la actual. Entre las causas
podemos nombrar:

• mayor interés por la cría de vacuno.

• creciente expansión agrícola.

Distribución geográfica del ganado ovino: este tipo de ganado ha sido


paulatinamente desplazado de la provincia de Buenos Aires, donde en 1888
existían las 3/4 partes del total del país. Actualmente la Patagonia

34
(Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) concentra 2/3
del stock.

Producción y consumo de carne ovina: El consumo de carne ovina viene


decreciendo. El consumo per cápita es de 1 Kg./hab./año.

El faenamiento de ovinos se ubica en torno al 8% de las existencias. En


2005 se exportaron 9.177 toneladas de carne ovina. Los principales
destinos fueron: España, Gran Bretaña e Irlanda.

Producción de lana: nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en el


mundo respecto de la producción de lana.

2/3 partes de la producción corresponde a la Patagonia y le sigue en


importancia la región Pampeana.

En 2004/2005 se exportaron unas 43.000 tn de lana. Los principales países


fueron: China, Italia y Alemania.

4.2.4 Producción porcina


La posición argentina como productor de cerdos en el mundo no es
descollante. La razón fundamental es nuestro arraigado hábito de consumir
carne vacuna y la falta de organización de nuestros ganaderos e
industriales para la exportación de carne de cerdo.

Producción porcina: según Censo 2002, las existencias son de unos 2,2
millones de cabezas.

Distribución geográfica: Las tres principales provincias productoras son


Buenos aires (25%), Córdoba (21%) y Santa Fé (20%).

Consumo medio de carne porcina por año: 6,4 Kg./hab./año.

4.2.5 Producción de granja


En este punto, desarrollaremos sólo la producción de granja más
importante de nuestro país: La avicultura.

Esta actividad puede considerarse una agroindustria de efecto


multiplicador, ya que da origen a una variedad de industrias, entre las que
se destaca los alimentos balanceados e industrias de transformación para
las cuales las aves constituyen la materia prima.

35
• El 45% de la industria se encuentra en la provincia de Entre Ríos y
otro tanto en la provincia de Buenos Aires. Luego en Santa Fé,
Córdoba, Mendoza y Chubut.

• Esta actividad emplea en forma directa unas 30.000 personas. Cifra


que se duplica si agregamos los productos tercerizados.

• El consumo per cápita de pollos pasó de 10,4 Kg./año en 1989/90 a


24,4 kg/año en 2005.

Datos de interés…

• Actualmente la industria avícola satisface la demanda interna y


oferta más de 60 productos exportables que llegan a 78 países.
Precios más competitivos y apertura de nuevos mercados son el
resultado de importantes inversiones y de la ejecución de un plan
diseñado para lograr hasta el año 2010 tasas de crecimiento anual
del 10% en carnes y del 3% para el sector huevos.

• Durante el período 2000 – 2005, las exportaciones del sector avícola


crecieron fuertemente en volumen y en valor, dando respuesta al
mismo tiempo al incremento de la demanda doméstica. Esto guarda
relación con el logro de precios más competitivos, con la apertura
de nuevos mercados y con el aumento que registró la producción
como resultado de nuevas inversiones y de la ejecución de un plan,
propio del sector, que apunta a lograr una tasa de crecimiento
anual del 10% hasta el año 2010 para las carnes y del 3% anual para
el sector huevos.

• De acuerdo a las estimaciones de este plan, se considera que las


exportaciones de 2006 alcanzarán 135 mil toneladas de productos
(100.000 de ellos comestibles) por valor de 185 millones de dólares
FOB. El objetivo es alcanzar en 2010 las 350 mil toneladas, con un
consumo interno cercano a los 30 Kg./hab./año.

36
Primer semestre 2006. Fuente: SENASA

• En el último sexenio el aumento sostenido a tasas crecientes de las


exportaciones avícolas resultó del 399% para el volumen y del 615%
para valor, alcanzándose en 2005, 143 mil toneladas de productos
exportados que representaron 147 millones de dólares.

• El mayor incremento experimentado por el valor de las


exportaciones puede ser explicado por el cambio en la composición
de las mismas, experimentándose un reemplazo de productos de
bajo valor agregado tales como garras, alas y recortes, por
productos de alto valor como los cortes de pollo.

• Destinos de exportación. Nuestro principal destino de los productos


avícolas es Chile, que concentra el 29% del volumen total
exportado, lo que equivale a 19.400 toneladas de productos
avícolas.

Primer semestre 2006. Fuente: SENASA

37
4.3- Antecedentes y
evolución de la
agricultura: su relación
con la producción
ganadera
Hasta cierto momento de nuestra historia económica, la explotación del
ganado y el cultivo de la tierra fueron actividades independientes y en
cierta medida siguieron siéndolo hasta la actualidad, con excepción de las
explotaciones mixtas o chacras.

En la historia del desarrollo agrícola podemos distinguir dos grandes


períodos:

Período colonial. Desde la ocupación española hasta principios del siglo 17


la llanura pampeana, que pasaría luego a concentrar el grueso de la
actividad económica del país durante muchos años, era prácticamente un
desierto.

Los primeros cultivos de especies importadas por los españoles se


efectuaron en el litoral. Hacia el noroeste, a poco de iniciarse la
colonización se insinuaron las nuevas regiones agrícolas de Tucumán, en las
que predominó el algodón y las de Córdoba, con explotaciones
agricologanaderas mixtas y el cultivo de la vid. Siguieron luego Santiago del
Estero, con algodón, frutas y vid, y Mendoza con estos dos últimos cultivos.

La agricultura del litoral avanzaba muy poco y se reducía al consumo


interno y local. Sin embargo, en esta región se desarrolló la ganadería y
durante la última parte de este período se desarrollaron las estancias
coloniales, adquiriendo cada vez más importancia la exportación del cuero
y comienza a tomar cuerpo el predominio del puerto de Buenos Aires.

La agricultura no adquirió importancia hasta la segunda mitad del siglo 19.

Período de gran agricultura o agroexportador. Desde 1856: Profundos


cambios que se produjeron en los sistemas y modalidades de explotación,
tanto agrícola como ganadera.

38
A diferencia de la ganadería, en la cual el cambio fue paulatino, en la
agricultura se produce una transformación total, basada en una nueva
colonización, totalmente distinta de la época hispánica. Fue una
colonización con inmigrantes que los propietarios de las explotaciones
ocupaban como asalariados.

La primera colonia agrícola permanente se estableció en Entre Ríos, en


1853.

De forma simultánea se inicia la construcción de la red ferroviaria, con


centro en Buenos Aires y ramificaciones radiales hacia el interior de la
región pampeana, donde se asienta el grueso de los cultivos y de la
ganadería orientado hacia la exportación.

Poco después de iniciada la década de los años 20, pero en particular hacia
1930, los cultivos se diversificaron y se incorporaron los de tipo industrial,
frutales y hortalizas, que antes se importaban (caña de azúcar, algodón,
tabaco, entre otros).

Sin embargo, después de la crisis mundial (al promediar los años 30) y a
raíz de la profunda transformación de la economía del mundo, empieza a
declinar la llamada “época de oro” de nuestra riqueza agropecuaria.

Tener en cuenta entonces que…

Hasta mediados del siglo 19 esta actividad se desarrolló fuera de la región


pampeana y estuvo orientada al consumo interno en forma exclusiva;
luego comenzó el período de la agricultura de tipo extensiva, que tuvo a
esa región como escenario principal y la exportación como principal
objetivo.

4.4- Producción agrícola


Como ya vimos, la participación del sector agropecuario en el PBI para el
2005 fue del 6%.

El 63% de ese porcentaje corresponde a la actividad agrícola (3,8%).

A continuación se detallan las características más importantes de cada tipo


de producción agrícola argentina:

39
4.4.1 Producción de cereales
Los cereales son aquellas plantas anuales cuyos frutos son ricos en
almidón, su molienda produce harina y pueden utilizarse para la
panificación, el consumo directo o el forraje.

Localización de los cultivos. Más del 90% del valor de la producción de


cereales corresponde a la región pampeana y, dentro de ella a la provincia
de Buenos Aires, seguida por Santa Fé y Córdoba.

Participación de los cereales en las exportaciones. 10% del valor de


nuestras exportaciones.

CEREALES DE GRANO FINO:

• Trigo

 Zonas de producción: La región triguera típica ocupa las provincias


de Santa Fe, Entre Ríos, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa.

40
Fuente: Elaborado por la Dirección de Agricultura sobre la base de datos de la
Dirección de
Coordinación de Delegaciones (SAGPyA)

 Superficie sembrada: La evolución de la superficie triguera en los


últimos 15 años no ha presentado variaciones significativas,
manteniéndose alrededor de 6.000.000 has, llegando en la
campaña 2004/05 a 6.233.050 has. Este dato representa un
porcentaje respecto al área total de granos de 21.05%. Durante este
período, la superficie cultivada con granos se incrementó un 42,5 %,
mientras que la superficie ocupada por cereales se mantuvo
estable, lo cual indica que este aumento se debe exclusivamente al
cultivo de soja; el mismo representa un 50,9 % del área total
granos.

 Producción y Rendimiento: La producción en la última campaña fue
de 16.000.000 t. En los últimos 15 años este valor se incrementó un
45,5 %, esta cifra ha aumentado en función de los mejores
rendimientos obtenidos, (↑40%) para igual período considerado.
Existen otros cereales del grupo cultural trigo que tienen escasa
aplicación al consumo humano; su principal destino es el forraje.
Entre estos se destacan: Cebadas, Avena, Centeno y Alpiste.

 Destino de nuestras exportaciones de trigo en 2005: Brasil (46%),
Egipto (6%), Sudáfrica (6%) y Perú (5%).

41
CEREALES DE GRANO GRUESO:

• Maíz

 Zonas de producción: La región maicera típica ocupa las provincias


de Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y Entre Ríos.

Fuente: Secretaría de agricultura, ganadería y pesca (SAGPyA)

Fuente: Elaborado por la Dirección de Agricultura sobre la base de datos de la


Dirección de
Coordinación de Delegaciones (SAGPyA)

42
 Superficie Sembrada total: fue declinando año tras año,
actualmente abarca unas 3.000.000 hectáreas aproximadamente.
Las caídas se produjeron en el centro norte bonaerense, sur de
Santa Fe y Entre Ríos, sin poder ser compensadas por las mayores
coberturas en La Pampa y Córdoba (según datos de la Dirección de
Coordinación de Delegaciones de la SAGPyA).

 Porcentaje del área sembrada con maíz: 10,93 % respecto al área
total de cereales y oleaginosas del país y 29,56% respecto al área
total de cereales.

 Producción: 14.500.000 toneladas aproximadamente (19,05% del
total granario), disminuyendo en un 29,3% respecto de la
producción de la campaña pasada.

 Rendimiento: en la mayoría de los lotes se produjeron
rendimientos de 6000 Kg./ha aproximadamente.

Destino de nuestras exportaciones de Maíz en 2005: Malasia (12%), Egipto


(10%), Arabia Saudita (9%), Perú (8%), España (7%), Argelia (7%) y Chile
(7%).

Otros cereales de grano grueso que se cultivan en nuestro país, pero de


menor importancia económica son: el sorgo granífero, el mijo y el arroz.
(Ver características Pág. 266 y 267 del libro de Carlevari, I y R.D)

4.4.2 Producción hortofrutícola


La horticultura argentina se caracteriza por su amplia distribución
geográfica y por la diversidad de especies que produce. Los productores se
hallan dispersos en la enorme geografía del país y aplican sistemas de
producción propios de las PyMEs mayoritariamente de origen familiar. El
sector expresa su importancia social y económica a través de una
contribución decisiva para la alimentación de la población, su gran
capacidad para satisfacer la demanda interna y por una histórica
contribución al PBI. Es una gran fuente de empleo, (350.000 personas sólo
en el eslabón productivo) y en una superficie de 600.000 hectáreas logra
una producción anual que supera los 10.000.000 de toneladas.

La producción comercial hortícola que abastece los principales centros


urbanos del país, se localiza en regiones que se han desarrollado para cada
especie en particular por sus ventajas agroecológicas (clima y suelo) y
sobre la base de beneficios competitivos comerciales basados en la

43
cercanía al mercado, la infraestructura disponible, la tecnología aplicada y
otros factores.

Las provincias más destacadas por su producción hortícola (ordenadas de


mayor a menor superficie, según el Censo Nacional Agropecuario del 2002)
son: Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, S. del Estero, Misiones, Santa Fe,
Corrientes, Tucumán, Formosa, Salta, Chaco, Jujuy, San Juan y Río Negro.

Sobresalen por su importancia económica la producción de papa, tomate,


cebolla, batata, zapallo, zanahoria, lechuga y ajo, que representan el 65%;
participan con el 20% otras 6 especies (la acelga, la mandioca, el zapallito,
el choclo, la berenjena y el pimiento) y el restante 15% está cubierto por las
demás hortalizas.

De acuerdo a estimaciones realizadas por la Comisión de Información y


Estadísticas del Foro Federal Hortícola, la participación porcentual de las
provincias en el volumen total producido de hortalizas a campo queda
expresada en el siguiente gráfico:

Fuente: Dirección de Industria Alimentaria en base a datos del INDEC.

La interacción de factores ecológicos, económicos, políticos, sociales y sus


variaciones en el marco de la amplia geografía de nuestro país, permiten
definir ocho regiones representativas de la horticultura argentina:

44
45
Fuente: Dirección de Industria Alimentaria

Cabe aclarar que en el cuadro anterior, no se han contemplado las


hortalizas de hoja (lechuga, acelga, escarola, espinaca, radicheta, rúcula,
entre otros) que se producen en los cinturones hortícolas que rodean los
centros urbanos de todas las regiones mencionadas.

Importancia económica

• La evolución de la horticultura en los últimos 10 años, registra una


reducción de la superficie cultivada, mientras que la producción
física ha aumentado. Este incremento de la productividad física
global, tiene su fundamento en la incorporación de innovaciones
tecnológicas, fundamentalmente aplicadas al proceso de
producción. Se destacan, entre otras, el uso de variedades
mejoradas y la incorporación de híbridos, el mayor empleo de
fertilizantes, el mejoramiento en la tecnología de riego (riego por
goteo) y la difusión del cultivo bajo invernáculo. Esto ha permitido

46
lograr una oferta razonable para atender la demanda de la
población actual del país (unas 37 millones de personas).

• La actividad hortícola, se caracteriza por ser generadora y


dinamizadora de empleo a lo largo de toda la cadena (producción,
transporte y distribución, almacenamiento, comercialización e
industrialización), cubriendo así las demandas cada vez más
crecientes de hortalizas y verduras, diferenciadas y especializadas.

• Por otra parte, como esta actividad se desarrolla prácticamente en


todas las provincias argentinas, tiene notable importancia desde el
punto de vista geopolítico y estratégico y forma parte destacada de
las denominadas “economías regionales”.

• Históricamente una significativa proporción de la producción


hortícola fue destinada al autoconsumo. La crisis económica
atravesada por el país alentó la organización de huertas familiares
y/o comunitarias de pequeña escala destinadas a complementar la
dieta familiar y estimular los hábitos de autoabastecimiento
alimentario de muchas personas de escasos recursos económicos.
Con esta finalidad el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA), creó en 1990 el programa Pro huerta, que hasta el año 2003
asistía a 445.000 huertas familiares y 10.000 huertas escolares, que
permitían abastecer de hortalizas a unos 3 millones de personas.

• La importancia de su contribución a la alimentación de la población


es reconocida ya que las hortalizas son fuente de una gran variedad
de nutrientes que incluyen vitaminas, minerales, fibras y otros
principios biológicos activos. Es aceptada mundialmente la positiva
asociación existente entre la elevada ingesta de hortalizas y frutas
con el bajo riesgo de padecer enfermedades crónicas.

La producción frutícola argentina constituye uno de los más importantes


renglones de la actualidad agrícola argentina.

Alrededor del 80% de los productos del sector se localizan fuera de la


región pampeana; cerca de un 15% corresponde a la Patagonia (valle del
Río Negro) y una proporción algo menor corresponde a las regiones de
Cuyo y el Noroeste.

47
Fuente: Dirección de Industria Alimentaria

4.4.3 Producción de cultivos


industriales
Los cultivos industriales son aquellos vegetales que proveen materia prima
a la industria. Son cultivos con mayor grado de intensidad y, por lo tanto,
mayor participación de mano de obra y de capital en el proceso productivo.
Además, ninguno de los productos obtenidos puede consumirse en forma
directa, sin previo proceso de transformación.

48
Importancia relativa de las plantas industriales. Representan en conjunto
una producción superior aún a la de cereales.

Localización de los cultivos. No es posible hablar de un dominio geográfico


de estos cultivos, dada la diversidad de especies que integran el grupo, con
las más variadas exigencias ecológicas. Con excepción de las oleaginosas
anuales, la mayor parte de los cultivos industriales se realiza fuera de la
región pampeana y su concentración por tipos ha determinado desarrollos
regionales característicos, como por ejemplo, la región algodonera, la
yerbetera, la vitivinícola, entre otros.

A continuación se detallan los principales cultivos industriales según se


agrupen en:

a) CULTIVOS DE OLEAGINOSAS
COMESTIBLES. Girasol
Maní
Soja
Olivo

b) OLEAGINOSAS INDUSTRIALES.
Lino oleaginoso

c) PLANTAS Leer Pág. 270 hasta 281


TEXTILES. Algodón
(Libro de Carlevari)
Fibras largas

d) PLANTAS COMESTIBLES (NO CEREALES).


Caña de azúcar
Vid

e) PLANTAS ESTIMULANTES.
Yerba mate.

Café
Tabaco

4.4.4 Producción de forrajes


Estos cultivos se destinan a la alimentación del ganado. Por lo general, se
desarrollan en aquellas áreas con menor aptitud para otros cultivos, dado
que son resistentes a distinto tipo de stress hídrico y climático (como los
provocados por inundaciones o sequías) y se adaptan a un amplio rango de
suelos.

49
En conjunto, las forrajeras ocupan la mayor extensión de la superficie
implantada con cultivos del país.

En una proporción importante, son consumidos por los animales en el


campo, sin ser cosechados; una parte menor de la superficie sembrada, se
cosecha. Entre las forrajeras pueden mencionarse algunos cereales (avena,
cebada, centeno, entre otros), alfalfa y pasto llorón.

4.5- Producción pesquera:


importancia económica,
zonas de pesca,
elaboración e
industrialización y
comercio.
Si bien este sector no ha adquirido aún la importancia que le
correspondería en virtud de una conjunción de factores que lo favorecen,
la actividad no se detiene y es potencialmente una de las de mayor
significación comercial; su explotación se efectúa principalmente en el mar
Argentino, mientras que la pesca de agua dulce es reducida y realizada
sobre todo con fines deportivos.

La participación del sector en el PBI es de sólo el 0,11% (2005). Varias son


las razones por las cuales, pese al incremento acusado por la pesca en los
últimos años, ésta todavía no guarda relación, por su importancia, con las
demás actividades vinculadas a la explotación de los recursos naturales.
Estos son:

a) Reducido consumo real.

b) Deficiencias en el sistema de distribución y venta de pescado.

50
c) Falta de puertos adecuados.

d) Lentitud del transporte terrestre.

e) Escasez de población con tradición pesquera.

f) Precariedad de las embarcaciones.

El extenso litoral, la amplia plataforma continental y la acción de las


corrientes marinas, posibilitan la existencia de una variada fauna íctica,
cuyo rápido desarrollo extractivo se encuentra frenado especialmente por
los hábitos alimenticios que provocan un escaso consumo interno de
pescado, la falta de comodidades portuarias y de puertos adecuados y la
deficiente organización de la distribución, con carencias de transportes
frigoríficos para lugares alejados.

Las zonas pesqueras identificadas en el mar Argentino son: la bonaerense


que concentra casi 80 % de la producción total, con predominio de
anchoita, caballa, bonito, corvina, besugo y polaca; la patagónica y la
fueguina, donde se obtienen calamares, merluza, castañeta, abadejo o
bacalao argentino, sardina fueguina, centolla y cholgas. Dentro de los tipos
de pesca, la de altura representa el 82 % del total de la producción,
obteniéndose entre otros: merluza, abadejo, atún, bonito, lenguado y
calamares, siendo buena parte de los mismos destinados al consumo
fresco.

La pesca costera alcanza el 18 % de la producción, siendo su destino


básicamente para elaboración y envasado, destacándose caballa, anchoita,
besugo, corvina, pejerrey, langostinos y camarones.

Entre las especies explotadas, la merluza representa más de la mitad de la


pesca total, seguida de la polaca, la anchoita, la castañeta, la caballa y el
bonito y, aunque su pesca no se destaque por el monto de las capturas, los
mariscos tienen una gran importancia debido a los mayores precios de
comercialización.

Los principales puertos pesqueros son el de Mar del Plata, que concentra el
37 % de la pesca de altura y el 88 % de la costera; le siguen en importancia
Ushuaia, Madryn, Deseado, Quequén, Comodoro Rivadavia, Bahía Blanca y
San Antonio Oeste, estando su desarrollo relacionado con los grandes
centros de consumo. Sobresalen algunos productos de alto valor comercial,
que se envían a los mercados particularmente asiáticos, como los pulpitos
obtenidos en San Antonio Oeste; los langostinos en Rawson, las centollas y
cholgas en Ushuaia y el surumi derivado de la elaboración de una pasta con
especies subexplotadas y su posterior transformación en "kani kama" con
sabor a centolla, langostino, vieyra, entre otros, en modernas plantas de
Puerto Deseado.

51
Si bien ya hay manifestaciones en Mar del Plata y Necochea, las algas
abundan en las costas de Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y Malvinas.
Su explotación se realiza principalmente en Chubut (Rawson) y Santa Cruz
(Puerto Deseado); comprenden más del 60 % de las exportaciones de
productos de la pesca, cuyo principal rubro son los congelados, en especial
los filetes, seguidos por calamares y langostinos, generando un ingreso de
más de 726 millones de dólares anuales.

De la captura total que los buques autorizados logran en la Zona Económica


Exclusiva (ZEE), más del 75 % es consumido por 40 países, siendo los
principales destinos los países de la UE (58%), del MERCOSUR (9%) y del
Nafta (8%). En los últimos años la exportación total de pescado alcanzó los
800 millones de dólares.

Desde 1986, en que aparecieron los buques factoría, la totalidad de la


captura se procesa a bordo, luego se realiza el traslado de la mercadería
hacia los buques frigoríficos, que se encargan de llevarla a su país, evitando
el paso por tierra. Asimismo, la creciente participación de buques con
bandera extranjera, dentro de las 200 millas y con autorización argentina,
genera que el producto elaborado sea desarrollado directamente en los
mercados de destino. Para obtener las 939.000 toneladas de especies
marinas, operan en su captura alrededor de 850 barcos de bandera
argentina, 400 de ellos son buques factoría, a los que se suman 45 barcos
de bandera extranjera autorizados, tras el pago de un canon de 250.000
dólares. Unos 250 buques extranjeros pescan en el límite de la ZEE (milla
201), a veces violando la misma, llevándose productos marinos por un valor
superior a los 700 millones de dólares.

La pesca de agua dulce por su parte, reconoce dos áreas, la lacustre y la


fluvial. La primera se practica en lagos, lagunas y embalses, realizándose la
mayor explotación en las lagunas de Buenos Aires como Chascomús,
Monte y Flores, por su fácil acceso y cercanía a las zonas más pobladas del
país; pescándose casi exclusivamente pejerrey. La zona de los lagos andino
patagónicos presenta la pesca más intensa en el lago Pellegrini, en la
provincia de Río Negro, obteniéndose percas o truchas criollas, pejerrey y
salmones. Además se cuenta con viveros como los de Mar del Plata, San
Carlos de Bariloche, Chascomús, Embalse Río Tercero, Rosario y Mendoza,
donde se preparan crías para repoblar lagunas y ríos.

La pesca fluvial se practica en los ríos Paraná, Uruguay, de la Plata,


Paraguay y otros menores, en los que se obtienen pejerrey, surubí, patí,
dorado, boga y especialmente sábalo, cuya explotación se practica desde
época colonial, utilizándolo para la obtención de aceite, guano y harina.

52
4.6 Explotación forestal:
recursos forestales,
importancia económica,
plantaciones forestales,
promoción y legislación
Nuestro país posee extensas áreas cubiertas de bosques naturales,
estimándose la superficie forestal en unos 50 millones de hectáreas, de las
cuales unas 36.000.000 son de montes productivos y más de 15 millones de
hectáreas de matorrales leñosos.

Las provincias que presentan mayores extensiones forestales son Chaco,


Formosa, Santiago del Estero, Salta, Misiones, Santa Fe y La Pampa.

53
Económicamente nuestros bosques presentan gran densidad y muy baja
frecuencia específica (número de ejemplares de la misma especie por
hectárea); debe agregarse que las zonas que presentan mayor número de
especies se encuentran localizadas en áreas fronterizas, dificultándose su
explotación por la distancia a los centros de consumo y la falta de una
infraestructura de transporte eficiente.

Las regiones forestales naturales de mayor importancia por el número de


ejemplares, son las de las selvas misionera y tucumano‐salteña y los
bosques subantárticos en los Andes patagónicos. Han sido objeto de gran
explotación la selva misionera, los quebrachales de la zona chaqueña y los
algarrobales del monte occidental. Las maderas que prevalecen en
nuestros bosques son las de tipo semiduro, entremezcladas con maderas
finas de tipo duro y otras blandas; como la producción de estas últimas es
muy escasa y se utilizan principalmente para la producción de papel,
construcciones y embalajes, deben importarse en gran medida.

La política de forestación y reforestación existente, trata de cubrir las


necesidades básicas de este tipo de maderas, que se inició el 25 de
Setiembre de 1948 con el dictado de la Ley Nº 13.273, de Defensa y
Acrecentamiento de la Riqueza Forestal, que da el marco normativo que
legisla el patrimonio forestal del país, define el bosque, prohíbe la
devastación de bosques y tierras forestales y la utilización irracional de los
productos forestales, clasifica los bosques y considera planes de
forestación y reforestación.

Esta ley tuvo posteriormente, por el Decreto 4.905/58 y las leyes 20.531/73
y 21.990/79, algunas modificaciones parciales, que se refieren a la
promoción de las industrias forestales, creación de mercados
concentradores de la producción y el establecimiento de un régimen de
seguros contra el incendio de bosques. La Ley 21.695 fomenta la inversión
en forestación, reforestación y ampliación de las áreas existentes,
estableciendo subsidios para todo aquel que realice plantaciones
forestales.

El 13 de Noviembre de 1995 se lanzó un nuevo plan de desarrollo forestal


nacional que prevé un incremento sostenido de las plantaciones,
alcanzando a duplicar para el 2005, la actual superficie forestada de
800.000 has. para lograr excedentes exportables en madera y papel.

La Dirección de Recursos Forestales Nativos, de la Secretaría de Ambiente y


Desarrollo Sustentable, atiende a la preservación de los bosques como
ecosistemas, mientras que la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca
(SAGyP) se ocupa de ello desde el punto de vista de la explotación y del
rendimiento de los bosques cultivados. A nivel nacional funciona además,
el Instituto Forestal Nacional (IFONA) y a nivel provincial actúan los

54
Servicios Forestales, colaborando también el Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria (INTA) que realiza investigaciones y plantaciones.

Las áreas y especies forestadas cubren importantes superficies,


destacándose las salicáceas (sauces y álamos) en la zona del Delta del
Paraná, los oasis cuyanos y en los valles de los ríos Colorado y Negro; los
eucaliptos en la franja costera del río Uruguay, el litoral marítimo
bonaerense, Jujuy, Salta y Misiones; y las coníferas en Misiones, Corrientes,
Entre Ríos, Córdoba, Salta y Jujuy.

La balanza comercial de los productos forestales ha sido históricamente


deficitaria y lo continúa siendo, con excepción del año 2002, como
consecuencia de la devaluación de la moneda y la notable disminución en
las importaciones. Durante 2006 el comercio exterior de la industria
maderera alcanzó el récord en exportaciones llegando casi a los 400
millones de dólares, mientras que las importaciones alcanzaron 200
millones de dólares. Los principales productos madereros exportados
fueron madera aserrada de coníferas, seguido de tableros de fibra y
tableros de partículas.

El destino de la producción foresto industrial nacional es diversificado,


aunque desde el punto de vista volumétrico el principal mercado es el
MERCOSUR, seguido de la Unión Europea, NAFTA, Chile y resto de América.

Las importaciones, que provienen principalmente del MERCOSUR y de la


Unión Europea, y en menor medida de Asia, NAFTA y Chile, continúan
mostrando un predominio de productos de alto valor, derivados de
modernas tecnologías. No obstante, esta situación ha empezado a
modificarse con el aumento de la producción nacional de este tipo de
bienes.

Valores 2006 de los principales rubros:

• Madera y manufacturas de madera: las exportaciones totalizaron


US$ 318.403.916 y se importaron productos por US$ 104.037.775.

• Pastas y demás materias fibrosas celulósicas: se exportó por US$


118.542.027 e importó por US$ 58.735.948.

• Papel y cartón: es el rubro que determina el saldo negativo de la


balanza comercial. Las exportaciones fueron US$ 379.123.153, pero
el total de importaciones alcanzó US$703.293.503.

• Productos editoriales: rubro tradicionalmente importador. Las


exportaciones fueron US$ 83.994.588, las importaciones US$
110.266.827.

55
• Muebles: es otro rubro con histórico saldo negativo, sin embargo a
partir de 2001 hubo un notable incremento de las exportaciones,
incluso en 2005 el saldo fue positivo. Si bien durante 2006 se
mantuvo esta tendencia en las exportaciones (US$ 29.027.019), se
incrementaron las importaciones (US$ 35.006.268)” (www.todo‐
argentina.net, último acceso setiembre 2013).

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