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CUADERNOS DEL PATRIMONIO CULTURAL

Arqueología de Lima
CAJAMARQUILLA
Cuadernos del patrimonio cultural

Arqueología de Lima
CAJAMARQUILLA

Ministerio de Cultura
Arqueología de Lima: Cajamarquilla
Cuadernos del patrimonio cultural, 5

Ministerio de Cultura, 2010


Av. Javier Prado Este Nº 2465, San Borja, Lima 41 - Perú
Teléfono: (511) 476-9933
www.mcultura.gob.pe

Investigación y textos: Flora Ugaz


Supervisión de investigación: Dante Casareto
Fotografías y gráficos: Archivo

Primera edición, Lima, 2011

ISBN: xxxxxxxxxxxxx
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2010-XXXXX

Impreso en xxxxxxxxxxxxxxxxxx
Introducción

La zona arqueológica monumental de Cajamarquilla es uno de los


asentamientos prehispánicos edificados completamente en barro de mayor
extensión y complejidad de los Andes centrales. A pesar de que a lo largo
del tiempo un considerable número de investigadores han desarrollado
trabajos arqueológicos, poco es lo que conocemos aún de esta, debido
a la limitada información publicada así como a su monumentalidad y
peculiares características.

A lo largo de su historia, esta antigua ciudad se constituyó como un


centro administrativo, religioso, residencia de élites, centro de producción
artesanal y lugar de vivienda de miles de personas, primero de la cultura
Lima y posteriormente por gente de la cultura Ychma.

A pesar de los más de 500 años pasados desde su abandono y de la


fragilidad de los materiales de construcción empleados, esta antigua
ciudad aún se mantiene en pie. Sin embargo, en las últimas décadas,
debido al acelerado y desordenado crecimiento de nuestra capital, esta
importante zona arqueológica se ha visto inmersa dentro de la gran ciudad
de Lima, por lo que desde la década de 1980, su condición patrimonial ha
sido continuamente afectada.

Es tarea de todos nosotros revertir las situaciones que atentan contra su


intangibilidad, así como promover su conocimiento y difusión, para de
esta forma conservar la memoria e identidad de este gran legado que nos
han dejado sus antiguos moradores.

1. Conocida también como Ychsma, Ychimay, Ichma o Itchma.

5
Conjunto Tello

Conjunto Villar Córdova

El Laberinto

Conjunto Sestieri Conjunto Muelle

Vista aérea de Cajamarquilla. Foto: Servicio Aerofotográfico Nacional, hacia 1940. / Fuente:
Agurto Calvo, Santiago. Lima Prehispánica. Lima, 1983.

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La zona arqueológica monumental de Cajamarquilla

Ubicación espacial
Se encuentra ubicada en la margen derecha del río Rímac a 340 msnm y
a 24 km del litoral, en la Rinconada de Nievería, llanura de Pumapampa,
en la parte inferior de la quebrada Jicamarca, colindante al cauce de un río
seco llamado Huaycoloro, en el distrito de Lurigancho-Chosica, provincia
de Huarochirí, departamento de Lima. Ocupa un área aproximada de 167
ha, convirtiéndose así en uno de los asentamientos arqueológicos más
grandes del país.

Limita por el norte con los asentamientos humanos Casa Huerta La


Campiña, Santa Cruz y Paraíso; por el este con el asentamiento humano El
Ayllu y la quebrada Huaycoloro; por el sur con la quebrada Huaycoloro
y por el oeste con el canal de Huachipa, colindantes a este último se
encuentran los campos de cultivo de la antigua hacienda Nievería.

El sitio se encuentra rodeado por cerros de mediana altura y por los


contrafuertes de Jicamarca, formando el denominado valle de Nievería.

Vías de acceso

La zona arqueológica monumental de Cajamarquilla se encuentra


aproximadamente a 15 km de Lima. Se accede a esta desde la Av. Víctor
Raúl Haya de la Torre (Carretera Central) o desde la Av. Ramiro Prialé;
se toma una autopista en dirección noroeste denominada Av. Central
por aproximadamente 4.5 km. De allí se accede al sitio por una trocha
carrozable que atraviesa la quebrada de Jicamarca.

Norma legal

La zona arqueológica Cajamarquilla ha sido declarada Patrimonio Cultural


de la Nación mediante Resolución Directoral Nacional Nº 082/INC de

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fecha 30.01.2001. Cuenta con un Plano Perimétrico del Área Remanente Nº
061-INC-COFOPRI-2001, el cual ha sido aprobado mediante Resolución
Directoral Nacional Nº 615/INC de fecha 05.07.2001.

Cronología

Intermedio Temprano. Cultura Lima, periodo Maranga (700-800 d.C.)


Horizonte Medio. Estilo Nievería (800-900 d.C.)
Intermedio Tardío. Cultura Ychma (1300-1450 d.C.)
Horizonte Tardío. Cultura Inca (1450-1532 d.C)

Vista general de la Zona Arqueológica Monumental de Cajamarquilla

Antecedentes

La mención más antigua que tenemos del sitio proviene del siglo XVI, de
las memorias del virrey Francisco de Toledo en la sección que toca a las
reducciones de indios.

Posteriormente, tenemos noticias sobre Cajamarquilla de viajeros que


pasaron por Lima hacia fines del siglo XVIII; como son las breves menciones
que hace el francés La Porte en su libro El viajero universal (1799). A partir
de la segunda mitad del siglo XIX el sitio recibió mayor atención: Adolph
Bandelier describió sus principales monumentos y encomendó dibujar

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planos de los principales sectores. Ephraim George Squier, en 1864, realizó
también descripciones, dibujos y planos de sectores ahora conocidos como
Laberinto, los cuales fueron publicados en el año 1877.

Max Uhle, entre los años 1905 y 1908, excavó un cementerio ubicado en
terrenos de la hacienda Nievería, hacia el sureste de Cajamarquilla. Los
objetos recuperados fueron llevados al museo Lowie de la Universidad
de Berkeley en donde fueron analizados algunos años después por Raoul
D´Harcourt y Ann H. Gayton (1922-23). Gayton publicó en 1927 en la
Universidad de California, un catálogo donde se presentan la mayor
parte de los objetos recuperados en estas excavaciones. Posteriormente,
Jorge Muelle (1935) excavó y registró otro entierro parcialmente alterado
muy cerca del lugar donde Uhle había trabajado. Dada la ubicación y
características del cementerio de Nievería, se ha usado para fechar por
extensión a Cajamarquilla entre fines del periodo Intermedio Temprano
y las primeras épocas del Horizonte Medio (Menzel 1964, 1968; Patterson
1966).

El sacerdote Pedro Villar Córdova realizó un estudio detallado y


descripción de la arquitectura de Cajamarquilla publicándolo en 1935
como parte de su obra Las culturas prehispánicas del departamento de Lima.
En mérito a ello una de las pirámides más grandes y antiguas de este lugar
lleva su nombre. En 1938, Alberto Giesecke realizó trabajos de limpieza y
descombramiento por encargo del Gobierno del Perú.

Vista general del Sector intervenido El Laberinto

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En 1944, el sabio Julio C. Tello fue el primero en practicar excavaciones
arqueológicas extensas en Cajamarquilla trabajando en uno de los sectores
que hoy lleva su nombre. Sus trabajos permitieron definir la ocupación
Lima en este sitio. Sus apuntes e informes están depositados en el Archivo
Tello. Algunos de estos documentos, publicados recientemente por la Uni-
versidad Nacional Mayor de San Marcos, sugieren que además de este
cementerio trabajó en otros sectores.

Vista general de la plaza del Laberinto

Entre los años 1962 y 1971 se llevaron a cabo los trabajos de la Misión
Arqueológica Italiana en el Perú bajo la dirección del arqueólogo italiano
Claudio Pellegrino Sestieri. Dada la extensión de los trabajos y cantidad
de materiales recuperados, estas investigaciones son algunas de las
intervenciones arqueológicas más importantes desarrolladas en el sitio.
Luego de efectuar excavaciones en diferentes áreas, la Misión Italiana
concentró sus esfuerzos en el sector Julio C. Tello. El hallazgo más
conocido está constituido por una serie de contextos funerarios fechados
estilísticamente en el Horizonte Medio 1B y 2A en la cima de la pirámide
Tello. Tales contextos muestran una evidente correspondencia con el
cementerio Nievería excavado por Uhle.

En 1982, el arqueólogo Odón Rosales realizó excavaciones en el Conjunto


Tello. En 1985 se iniciaron una serie de trabajos de reconstrucción y protección

10
del sitio a cargo del doctor Arturo Jiménez Borja, especialmente en el
sector llamado El Laberinto. Para ello, se efectuaron algunas excavaciones
restringidas. Al respecto, algunos resultados han sido publicados por el
arqueólogo Régulo Franco (1998).

Desde 1996 hasta el año 2007, el Proyecto Arqueológico Cajamarquilla


efectuó trabajos de investigación y pequeños proyectos pilotos de con-
servación financiados por la Refinería de Zinc Cajamarquilla. En sus pri-
meros años, este proyecto estuvo administrado por la Fundación Wiese.
Así, durante los años de 1996 y 1997, los trabajos se desarrollaron bajo
la dirección del arqueólogo Juan Mogrovejo en el Conjunto Arquitectó-
nico Julio C. Tello. Luego, durante los siguientes dos años, el arqueólogo
Dante Casareto continuó las investigaciones en el Conjunto Tello y amplió
los trabajos al sector denominado Conjunto Muelle. Casareto realizando
excavaciones el sector Tello, hizo el hallazgo de tres entierros relacionados
entre sí; el primero fue la tumba de un joven amarrado con una huaraca u
honda y vistiendo un taparrabo, no lejos de este personaje se encontraron
los restos óseos de un camélido apoyados sobre restos de vasijas y a corta
distancia de los entierros anteriores se hallaron los restos de un cóndor,
el cual, según se ha podido verificar por los fragmentos de cerámica del

Tumba

11
estilo Maranga, está relacionado con los otros dos. La importancia de este
hallazgo se debe a que es la primera vez que se reporta el entierro de un
cóndor completo y por la relación existente entre los entierros del joven,
el camélido y el cóndor. En efecto, la cabeza del cóndor descansaba sobre
un fragmento de cerámica, otro fragmento de la misma vasija fue encon-
trado junto a los restos del camélido, por lo que se deduce que el sacrifico
de estos animales se realizó al mismo tiempo. Igualmente existen evi-
dencias que permiten relacionar el sacrificio del joven con el del cóndor
durante el Horizonte Medio época Wari.

Desde el año 2000 hasta el año 2007, el Instituto Superior de Conservación


y Restauración Yachay Wasi tuvo a su cargo la gestión y ejecución del pro-
yecto. En los años 2001 y 2002, las investigaciones continuaron a cargo del
arqueólogo Rafael Segura, esta vez en el Conjunto Villar Córdova, donde
se abrieron unidades de excavación en los diferentes sectores que lo con-
forman con el objetivo de conocer su proceso de crecimiento y filiación cul-
tural. Como resultado, conocemos que el crecimiento de este conjunto fue
por enterramiento o sellamiento de estructuras sobre las cuales se cons-
truyeron nuevas estructuras. Las evidencias indican además que parte de
estas remodelaciones se llevaron a cabo durante las fases finales del estilo
Lima. Una segunda ocupación se habría dado durante el final del Hori-
zonte Medio y el periodo Intermedio Tardío.

Vista general del Laberinto

12
A partir del año 2002, la dirección del proyecto estuvo a cargo del
arqueólogo Héctor Walde, quien rediseñó el proyecto de investigación
arqueológica ampliando el área de estudio y con un enfoque espacial
que permitiese entender la dinámica urbana del lugar. Con este fin, se
inició un levantamiento topográfico y arquitectónico de la ciudad a través
del empleo de una Estación Total proporcionada principalmente por
el Programa Qhapaq Ñan del entonces Instituto Nacional de Cultura.
Lamentablemente no se pudo completar el levantamiento para toda la
zona arqueológica.

De forma paralela, se desarrollaron excavaciones en el Conjunto Sestieri,


las cuales permitieron evidenciar la superposición arquitectónica entre
edificaciones tempranas y tardías y demostraron la continuidad en el
uso del espacio. Esto es particularmente notorio en la parte central de la
cuidad, donde se encuentra el conjunto Sestieri, que mantuvo una intensa
ocupación hasta la época Inca, a diferencia de los conjuntos arquitectónicos
ubicados en la periferia: Tello y Villar Córdova.

En cuanto a la conservación de sus estructuras de tierra, los trabajos


efectuados son muy pequeños con relación a la magnitud del sitio: bajo la
gestión del Instituto Superior de Conservación y Restauración Yachay Wasi
se realizaron intervenciones de conservación en dos sectores puntuales
de la zona arqueológica: la primera, intervenciones de emergencia en la
calle este-oeste con el fin de evitar el colapso de sus grandes tapiales; y la
segunda, intervención efectuada en la cima de la Huaca Sestieri.

Como producto de los trabajos desarrollados por el Proyecto Arqueo-


lógico Cajamarquilla se han logrado dos tesis de grado: Ritos y economía
en Cajamarquilla, investigaciones arqueológicas en el conjunto arquitectónico
Julio C. Tello de Rafael Segura, publicada en el año 2001 y Sociedades de la
antigua ciudad de Cajamarquilla, investigaciones arqueológicas en el sector XI del
Conjunto Tello y un estudio de la colección tardía del Conjunto Sestieri de José
Joaquín Narváez Luna, publicada en el año 2006.

Descripción general de la zona arqueológica

La mayor parte del asentamiento fue construido con barro mediante la


técnica del tapial o adobón. Esta técnica consiste en lograr grandes bloques
de adobones mediante encofrados efectuados in situ, en los que el barro
humedecido se va apisonando en sistemas de cajonerías o encofrados
y luego es secado al sol. De esta forma se van formando segmentos de

13
450
450

PUNTO DE REFERENCIA NC
NC COORDENADAS
X=292285.9503
GRANJAS

HV- 13861
Y=8675496.0945
550

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DISTANCIA: 317.92 ml.
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500
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427.0

475
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K K-L 447.31 118°2'59" 292726.3967 8675335.4019

CA
60.
.17

22
432 L L-M 57.39 141°30'6" 293119.3665 8675121.7139

AV
M M-N 60.22 181°11'45" 293141.7587 8675068.8719
N N-O 34.46 174°44'13" 293166.4084 8675013.9241
N O O-P 20.25 185°4'44" 293177.5696 8674981.3213
174°44'13"
P P-Q 35.32 186°42'38" 293185.7980 8674962.8200
8675000
Q Q-R 59.08 171°8'2" 293203.8235 8674932.4465
34.4
6

R R-S 74.48 178°48'4" 293225.7843 8674877.5997


I O S S-T 79.33 184°34'27" 293252.0171 8674807.8914
185°4'44" T T-U 39.50 199°51'7" 293285.7882 8674736.1132
20.

A
25

269°57'53" P U U-V 68.56 79°6'50" 293313.7439 8674708.2048


122°38'23" 186°42'38" V V-W 33.33 196°52'20" 293257.0130 8674669.7050
35

W W-X 66.92 223°42'55" 293236.0510 8674643.7870


.32

X X-Y 53.88 148°46'53" 293241.5920 8674577.1010


Q Y Y-Z 58.25 155°29'23" 293217.5775 8674528.8695
171°8'2" Z Z-A1 72.59 172°18'15" 293172.3254 8674492.1979
A1 A1-B1 40.49 212°52'16" 293110.3136 8674454.4570
B1 B1-C1 77.42 131°2'30" 293092.6872 8674418.0011
59.08

C1 C1-D1 17.64 211°45'29" 293017.9934 8674397.6543


D1 D1-E1 147.52 185°9'42" 293005.9614 8674384.7534

137.53
PROPIEDAD ZONA ARQUEOLOGICA E1 E1-F1 15.19 173°49'0" 292915.4620 8674268.2599
R F1 F1-G1 21.13 173°18'10" 292904.9029 8674257.3353
PRIVADA 178°48'4"
CAJAMARQUILLA G1 G1-H1 37.96 156°10'11" 292888.5443 8674243.9569

AREA = 1'385,075.28 m2 H1 H1-I1 106.32 209°27'8" 292851.9547 8674233.8461


I1 I1-J1 56.25 113°14'48" 292776.6420 8674158.7975
PERIMETRO = 5411.73 ml. J1 J1-K1 18.96 195°26'8" 292724.4315 8674179.7372
74.4
8

K1 K1-L1 118.62 139°19'35" 292705.5912 8674181.8566


U3 L1 L1-M1 9.99 244°32'10" 292624.8299 8674268.7416
187°13'59" M1 M1-N1 17.78 123°6'29" 292615.2967 8674265.7460
N1 N1-O1 7.18 139°3'53" 292601.5682 8674277.0419
S
O1 O1-P1 27.00 211°15'53" 292600.3688 8674284.1199
8674800 184°34'27"
P1 P1-Q1 27.24 209°31'57" 292582.6994 8674304.5313

6
Q1 Q1-R1 157.46 190°39'23" 292557.0399 8674313.6611

74.4
R1 R1-S1 185.96 187°43'30" 292401.4926 8674338.1008
79.

S1 S1-T1 77.30 212°42'6" 292215.5755 8674342.0097


33

142°23'9" T1 T1-U1 4.43 153°35'56" 292149.6647 8674301.6241


T3 U1 U1-V1 96.54 136°43'57" 292145.2501 8674301.2304
V1 V1-W1 91.33 169°53'35" 292069.3567 8674360.8916

T W1 W1-X1 32.46 191°34'11" 292008.5778 8674429.0566


199°51'7" X1 X1-Y1 8.53 173°27'29" 291982.5578 8674448.4576

63.5
9
39 Y1 Y1-Z1 6.82 148°39'44" 291976.3465 8674454.3008
.5
0 Z1 Z1-A2 23.20 218°35'6" 291974.5351 8674460.8720
215°21'25" A2 A2-B2 39.37 196°31'28" 291955.7698 8674474.5077
79°6'50" U
B2 B2-C2 66.82 177°22'38" 291918.6532 8674487.6364
S3 C2 C2-D2 15.24 185°23'27" 291856.7440 8674512.7780
.56
68
D2 D2-E2 9.50 169°35'17" 291842.1520 8674517.1590
196°52'20"
E2 E2-F2 10.80 171°59'55" 291833.6990 8674521.4890
F2 F2-G2 12.05 187°24'5" 291824.8670 8674527.7020
V G2 G2-H2 12.31 191°1'11" 291814.1980 8674533.3090
.33

73.17
33

H2 H2-I2 8.54 189°50'49" 291802.4050 8674536.8480


140°32'27" I2 I2-J2 12.88 199°58'50" 291793.9230 8674537.8680
223°42'55"
W J2 J2-K2 24.86 193°37'5" 291781.3810 8674534.9440

R3 K2 K2-L2 5.39 175°19'7" 291759.1800 8674523.7580


L2 L2-M2 5.87 184°9'53" 291754.1830 8674521.7330
K3 194°43'20"

32.63
M2 M2-N2 12.89 173°7'58" 291748.9170 8674519.1390
66.92

L3 185°17'43" 184°38'44" J3 N2 N2-O2 8.94 175°33'46" 291736.7600 8674514.8680


8674600
149°19'30" M3 201°5'47" 149°32'28" R2 191°53'58" O2 O2-P2 20.63 164°2'18" 291728.1170 8674512.5650
Q3 I3
P2 P2-Q2 18.32 168°1'26" 291707.4860 8674512.9400
N3 202°53'51" 172°47'47" S2 163°59'19" 175°19'7" 148°46'53"
193°37'5" Q2 Q2-R2 8.25 173°50'8" 291689.6390 8674517.0660
166°12'54"
T2 161°13'36" 184°9'53"
199°58'50" X R2 R2-S2 7.14 191°53'58" 291681.8490 8674519.7760
13 O3 203°28'51" 10.51 U2 203°6'49" 173°7'58"
3.5 4.53 189°50'49" S2 S2-T2 14.07 163°59'19" 291674.7670 8674520.6810
8 8.6
5.82 10.8 4 175°33'46" 191°1'11" T2 T2-U2 5.38 161°13'36" 291661.8460 8674526.2440
1
53.88

93°42'55" 6.5 7.39 23.74 164°2'18" 187°24'5" U2 U2-V2 19.22 203°6'49" 291657.8550 8674529.8460
7 155°29'23"

.92
10.65 173°50'8" 8.54 12.31 171°59'55" V2 V2-W2 9.29 172°29'46" 291639.6790 8674536.0880

52
19.22 12.88 12.0
H3 G3 168°1'26" 6 5 10. 169°35'17" W2 W2-X2 7.50 188°36'27" 291631.3640 8674540.2260
5.3 14.0 24.8 I2 H2 80
8 7 5.39 9.50 X2 X2-Y2 5.42 190°17'28" 291624.2280 8674542.5240
8.25 J2 185°23'27" Y
18.32 12.89 K2 G2 F2 15.24
7.14 20.63 Y2 Y2-Z2 5.38 195°37'1" 291618.8550 8674543.2370
5.87 .25
P3 Q2 8.94 L2 E2 D2 58 Z2 Z2-A3 4.75 196°10'36" 291613.5290 8674542.4830
DETALLE 1 P2 O2 N2 M2 C2 66.82 177°22'38" 172°18'15" A3 A3-B3 12.72 164°4'29" 291609.1970 8674540.5330
ESC. 1/500 196°31'28" B3 B3-C3 6.31 166°34'28" 291596.6120 8674538.6950
39.3 C3 C3-D3 6.52 116°3'38" 291590.3240 8674539.2580
7 218°35'6" Z
B2 23 .59 D3 D3-E3 1.90 197°24'17" 291587.9950 8674545.3430
.20 148°39'44" 72
E3 E3-F3 10.14 225°37'57" 291586.8170 8674546.8320
A2 212°52'16"
F3 F3-G3 23.74 195°28'15" 291576.7350 8674547.8950
8.5

6.82
Z1 3 173°27'29"
G3 G3-H3 10.65 166°12'54" 291553.3210 8674543.9970
Y1 32 A1 H3 H3-I3 7.39 172°47'47" 291542.6970 8674544.8020
164°4'29" .46
195°28'15"
X1 131°2'30" I3 I3-J3 6.57 149°32'28" 291535.4610 8674546.2790
196°10'36"
40.49

225°37'57"
J3 J3-K3 8.64 184°38'44" 291530.5780 8674550.6750
195°37'1" 191°34'11"
10.14 197°24'17" W1 K3 K3-L3 10.81 194°43'20" 291523.7120 8674555.9150

1.9
190°17'28"

0
211°45'29" L3 L3-M3 10.51 185°17'43" 291513.7320 8674560.0750
F3 E3 116°3'38" 77.42 B1
5.42 188°36'27" M3 M3-N3 5.82 201°5'47" 291503.7030 8674563.2050
8674400 5.38

91

6.52
D3 166°34'28" 5 7.50 N3 N3-O3 4.53 202°53'51" 291497.8960 8674562.8230
4

.33
4.7
".6

172°29'46"
17

6.31 12.72 Y2 C1 O3 O3-P3 52.92 203°28'51" 291493.8450 8674560.7890


9'42

Z2 X2

A3 P3 P3-Q3 133.58 93°42'55" 291459.9320 8674520.1690


18

9.2 D1
C3 B3 W2 9 169°53'35" Q3 Q3-R3 32.63 149°19'30" 291352.0570 8674598.9560
R3 R3-S3 73.17 140°32'27" 291339.2130 8674628.9490
212°42'6" S3 S3-T3 63.59 215°21'25" 291359.7200 8674699.1820
V2 187°43'30"
V1 T3 T3-U3 74.46 142°23'9" 291338.9330 8674759.2790
96
.54 185.96
U3 U3-A 137.53 187°13'59" 291362.6020 8674829.8780
190°39'23"
TOTAL 5411.73 17460°0'6"
2

136°43'57" 153°35'56" S1 157.46 209°31'57"


7.5

.30
R1 Suma de ángulos (real) = 17460°00'00"
14

77
27.2 QUEBRADA JICAMARCA Error acumulado = 00°00'06"
4 211°15'53"
Q1
27
.00

U1 4.43 T1 P1 139°3'53" 173°49'0"

123°6'29"
ICA
O1
7.18

17 173°18'10"
OS
.78 244°32'10" H
9.99
9

N1
.1

L1
15

156°10'11" E1 .C
M1 .13 AV
PROPIEDAD PRIVADA 209°27'8" 21 F1
37.96
G1
11
8.62

H1
139°19'35"
8674200
195°26'8" 32
6.
10
18.96 113°14'48" CONVENIO DE COOPERACION INTERINSTITUCIONAL INC
56.25
K1
INC

J1 COFOPRI
INC

Comisión de Formalización de la Propiedad Informal


INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA Y INC
COMISION DE FORMALIZACION DE LA PROPIEDAD INFORMAL INC
I1
ZONA ARQUEOLOGICA : DEPARTAMENTO PROFESIONAL RESPONSABLE :

LIMA
PROVINCIA
CAJAMARQUILLA LIMA
DISTRITO

LURIGANCHO
PLANO : N° DE PLANO

PERIMETRICO
AREA REMANENTE 061 - INC-COFOPRI - 2001

DIBUJO TOPOGRAFIA ESCALA FECHA

291400
291600
291800
292000
292200
292400
292600
292800
293000
293200

W. BRAÑES AREA TECNICA 1/2,000 AGOSTO 2001


tapiales a los cuales se les van adosando y superponiendo otros segmentos
o paños de forma horizontal y vertical hasta alcanzar la altura deseada.
Otras técnicas usadas en menor escala para la edificación de sus estructuras
son los “adobitos” típicos de los sitios Lima y también muros construidos
mediante el uso de bloques de yapana (barro aluviónico solidificado) en
las ocupaciones tardías.

El Laberinto, detalle de arquitectura

El sitio presenta grupos o conjuntos arquitectónicos con diferentes


planeamientos y extensiones. Con el fin de organizar la arquitectura, los
investigadores han dividido el sitio en sectores. Alberto Bueno (1974-
1975) los ha clasificado de la siguiente manera: 1. Grandes conjuntos
arquitectónicos con pirámides dominantes rodeada de recintos de un solo
nivel; estos conjuntos son: Grupo Villar Córdova al oeste, Grupo Sestieri
al centro, Grupo Tello al noroeste y Grupo Jorge C. Muelle hacia el este;
2. Grupos que tienen una pequeña pirámide dominante como los grupos
Kroeber y D’Harcourt; 3. Grupos sin pirámide; y 4. Áreas de servicio
diverso, estructuras de un solo nivel que no forman parte de ningún grupo
o conjunto. Si bien esta clasificación es útil en términos de descripción
general, para la comprensión del sitio es limitada pues en ella no ha sido
considerada su cronología.

15
El Laberinto, detalle de tipo de vano

Historia del sitio

En el transcurso de los siglos, las edificaciones de Cajamarquilla sirvieron


primero como centro administrativo de la cultura Lima y posteriormente
de la cultura Ychma. Asimismo, se utilizaron como centro religioso, palacio,
residencia del curaca o gobernante local y de las personas más importantes
de su gobierno, y también como centro de producción artesanal y vivienda
para miles de personas (Narváez 2006, Segura 2001 y Mogrovejo 1999).

La ocupación más temprana registrada en Cajamarquilla puede ser fechada


entre los años 600 a 730 d. C., durante la fase Lima Tardío. Los principales
monumentos de ese momento son las pirámides Villar Córdova y Tello,
con evidencias también en las pirámides Sestieri y Muelle (Narváez 2006).
Durante este periodo el sitio se convirtió en el centro urbano más importante
en esta sección del valle. Su fuente de sustento fue el mismo valle y en
menor medida productos marinos. La cerámica encontrada corresponde a
cerámica utilitaria (ollas, platos, cántaros), lo que permite deducir que esta
corresponde a actividades de preparación y almacenamiento de alimentos.

Los conjuntos Tello y Villar Córdova presentan pirámides escalonadas


y muros perimétricos que encierran al conjunto arquitectónico; grandes
patios o plazas donde se realizaron festividades relacionadas al consumo
de alimentos y bebidas y están asociados a cerámica Lima Tardío. Estos

16
El Laberinto, recinto con plataforma, escalinata

conjuntos no solo guardan similitudes entre ellos sino también con otros
centros Lima, como Maranga, Pucllana, Cerro Culebras, entre otros.

Las fiestas fueron parte importante de la vida de la gente de esta gran


ciudad, en ellas el consumo de chicha ocupó un lugar preferente.
Segura (2003) en su tesis Ritos y economía en Cajamarquilla, investigaciones
arqueológicas en el Conjunto Arquitectónico Julio C. Tello analiza un recinto
del Conjunto Tello y plantea que este recinto fue parte de una serie de
espacios formalizados en los que se desarrollaron eventos de producción
y consumo de chicha. Indica que tales eventos tuvieron carácter ritual y
simbólico y estuvieron inscritos en un episodio mayor de manejo de obra y
consecuente ampliación física de los edificios del conjunto arquitectónico.
Tales eventos se habrían efectuado alrededor del año 600 d.C., cuando
predominaba una ocupación Lima Tardío en Cajamarquilla y en gran
parte del valle del Rímac.

No conocemos la razón por la que Cajamarquilla fue abandonada hacia


el final de la Cultura Lima. Una de las teorías señala que el río Jicamarca
o Huaycoloro, a orillas del cual está ubicada la ciudad y que hoy se
encuentra seco, traía agua en tiempos de los Lima (Mogrovejo y Makowski
1999); pero que un drástico cambio climático habría producido un exceso
de lluvias causando aluviones que destruyeron canales y reservorios que
alimentaban a esta ciudad, las cuales fueron seguidas de un periodo seco,
lo que finalmente obligaría a sus moradores a abandonar la ciudad. Un

17
subsiguiente periodo húmedo del clima habría traído de nuevo agua por el
Huaycoloro permitiendo el segundo momento de vida de Cajamarquilla.

Luego del abandono de la ciudad se ha documentado el uso de algunos


sectores del sitio como cementerio de poblaciones vecinas. En el Conjunto
Tello se han registrado contextos funerarios cuyas ofrendas corresponden
a estilos del Horizonte Medio, especialmente Nievería.

Una reocupación significativa se da siglos más tarde con gente de la cultura


Ychma (periodo Intermedio Tardío), posiblemente a partir del año 1000 d.C.
(Mogrovejo y Makowski 1999) hasta antes del 1450 d.C. Esta ocupación se
superpone en los espacios ocupados por la trama Lima, particularmente en
el sector central del sitio, quedando relegada la ocupación de los sectores
periféricos. La mayor parte de las construcciones que se pueden observar
hoy en día pertenecen a ese momento.

El Laberinto, recinto con plataforma y escalera

Durante la ocupación de la cultura Ychma se construyeron grandes


conjuntos amurallados asociados a pirámides. Estos conjuntos tienen un
único ingreso que conduce a una gran plaza asociada a una plataforma a
modo de estrado a la que se accede por una o más escaleras. De esta primera
plaza se accede a otros ambientes que se van reduciendo en dimensiones
conforme se ingresa al interior del conjunto, recorriéndose en ese camino
estrechos corredores. El más conocido de este tipo de estructuras es el

18
llamado “Laberinto”, reconstruido por Arturo Jiménez Borja y que hoy
constituye el sector acondicionado para recibir visitantes en Cajamarquilla.

Es importante mencionar el papel vital que jugó el agua en esta ciudad. Los
investigaciones señalan que, durante los periodos de uso Cajamarquilla,
contó con una permanente dotación de agua que bajaba a través del
Huaycoloro y una red de canales construidos para este fin, los cuales
incluso fueron ensanchados en periodos tardíos y proveían del líquido
elemento a esta ciudad. Del mismo modo, se contó también con reservorios
de agua. Por otro lado, al igual que hoy, los aluviones fueron fuente de
preocupación para los antiguos habitantes, por lo que gruesos muros se
construyeron en las secciones propensas a sufrir estas afectaciones, con el
fin de proteger a la ciudad de esta amenaza.

Los investigadores postulan que Cajamarquilla se constituyó como un


importante centro cultural, religioso y comercial durante la cultura Lima
y posteriormente durante la cultura Ychma. Ubicada en un fértil valle
en la principal ruta comercial entre las montañas de los Andes y las
comunidades de la costa del Pacífico, se convirtió en un centro donde
gente de distintas regiones traía mercancías para intercambiarlas con los
productos locales de la costa. Estos intercambios se vieron favorecidos por
su estratégica ubicación: a un día de camino del mar y a un día de camino
de las montañas. Como evidencias de este intercambio podemos encontrar
en Cajamarquilla numerosos depósitos subterráneos que habrían sido
usados como almacenes de alimentos.

Además de las actividades administrativas, en Cajamarquilla se producían


objetos utilitarios y ornamentos de diferentes materiales locales e
importados. La actividad artesanal especializada incluía la producción de
finos textiles, cerámica, metales, hueso y mates pirograbados.

La problemática de su conservación

Han pasado más de quinientos años desde el abandono de esta antigua


ciudad. El paso del tiempo ha dejado grandes huellas. En particular, debido
a la fragilidad de sus estructuras edificadas en barro. Muchos factores han
afectado su preservación, como los medioambientales y, especialmente, la
presencia del hombre en las últimas décadas, en que nuevas poblaciones
se asentaron en sus alrededores.

19
Hasta hace un poco más de dos décadas, esta zona arqueológica se
encontraba fuera del perímetro de Lima. En la actualidad, esta antigua
ciudad se halla inmersa dentro de nuestra gran ciudad, por lo que dado el
vertiginoso y desordenado crecimiento de esta, en las últimas décadas, su
condición patrimonial se ha visto continuamente afectada.

Este problema se inició durante la dura etapa de violencia terrorista que


sufrió nuestro país en las décadas de 1980 y 1990, lo que ocasionó que miles
de familias provenientes de Ayacucho, Huancavelica y Junín, migraran y
se asentaron en la periferia de la gran ciudad. Estos ciudadanos, de forma
independiente y/o agrupados en asentamientos humanos y/o asociaciones
de vivienda, han venido ocasionado numerosas afectaciones a la condición
patrimonial de la zona arqueológica, las cuales están causado más daño
que las de origen natural.

A esta problemática se suman las condiciones de extrema pobreza de las


poblaciones asentadas en los contornos, las cuales no cuentan con servicios
mínimos. La inseguridad ciudadana es permanente, en particular por la
presencia de pandillaje y las acciones de violencia que esto acarrea.

Dada la enorme extensión de la zona arqueológica, son numerosos los


deterioros que se pueden registrar. De modo general indicaremos:

Sectores no intervenidos de esta antigua ciudad

20
- Problemas estructurales, como pérdidas de material en la base y en la
parte media o núcleo de las estructuras, ocasionadas por la humedad y
el intemperismo respectivamente, creando inestabilidad en los tapiales.

- Problemas de grietas, desfases y pandeos ocasionados por numerosos


factores, como pueden ser movimientos sísmicos y exceso de carga
sobre los muros (por ejemplo, al transitar sobre ellos). Estos problemas
han ocasionado el colapso de varias estructuras.

- Afectaciones a nivel superficial, como son craqueladuras, fisuras y


desprendimientos ocasionadas por el intemperismo (cambios de
temperatura entre día–noche, humedad, rayos solares, lluvia, etc.), lo
que produce pérdida de enlucidos y revoques.

- Los factores antrópicos, como el vandalismo, expresado en grafitis,


ocasionan deterioro de las superficies. Afectaciones mayores son
causadas por el tránsito sobre las estructuras tanto de personas, animales
y de vehículos motorizados, lo cual conlleva al paulatino desgaste de los
paramentos de muros.

- Otros factores son los factores biológicos, como los ataques de insectos y
de animales y el crecimiento de vegetación. Asimismo, la contaminación
ocasionada por las numerosas fábricas que se encuentran en las cercanías
ha cubierto de una capa grisácea la totalidad de la zona arqueológica.
La contaminación también se produce por la abundante deposición de
basura por parte de la población aledaña al sitio, en particular en la zona
del perímetro y el uso de las estructuras como letrinas.

El gran reto: preservar el legado de nuestros antepasados

Contribuir a la preservación de este importante legado cultural es el gran


reto que todos debemos asumir, desde el lugar en que estemos, seamos
escolares, educadores, padres de familia, moradores de su vecindad o de
esta gran ciudad de Lima. Todos tenemos la gran tarea de contribuir a
que esta antigua ciudad sea preservada para conocimiento y disfrute de
nuevas generaciones.

Con el fin de contribuir a la revaloración de esta importante zona


arqueológica, el Instituto Nacional de Cultura suscribió un convenio
de cooperación con la ONG CESAL y la Universidad Católica Sedes
Sapientiae (UCSS), cuya finalidad fue la implementación de un centro

21
de interpretación, el cual se ejecutó con el financiamiento de la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).
Este centro de interpretación se encuentra en pleno funcionamiento y
permitirá revalorar el sitio arqueológico como espacio didáctico-cultural,
manteniendo una mayor presencia institucional y vinculando al poblador
local con su entorno cultural inmediato.

Centro de interpretación

Vista del interior del Centro de interpretación

22
El cuidado de nuestro patrimonio cultural2

Los objetos, lugares, monumentos, tradiciones, costumbres, creencias,


música y danza que componen, entre otros, nuestro patrimonio cultural,
tienen un valor especial, ya que son testimonios y herencia de nuestros
antepasados, que nos permiten conocer nuestras raíces y las experiencias
que nos ayudan a desarrollarnos mejor en el presente y el futuro.

Nuestro patrimonio cultural está en riesgo continuo. Somos nosotros quienes


tenemos que velar para que este valioso legado no se pierda y podamos
transmitirlo a nuestros descendientes. Por eso es sumamente importante
que comprendamos que su fragilidad y el hecho de que son bienes no reno-
vables, nos compromete a todos en la tarea de preservarlos para el futuro.

Nuestro patrimonio cultural está conformado por bienes culturales de


distinta categoría:

Patrimonio material inmueble

Son los bienes culturales que no pueden trasladarse. Abarca tanto los
sitios arqueológicos (huacas, cementerios, templos, cuevas, andenes, entre
otros), como las edificaciones coloniales y republicanas. Estos bienes están
expuestos a las fuerzas de la naturaleza, al deterioro y a la destrucción,
intencional o no, por acción humana.

Patrimonio material mueble

Incluye todos los bienes culturales que pueden trasladarse de un lugar a otro,
es decir, objetos que conforman el arte popular, pinturas, cerámica, orfebrería,
mobiliario, esculturas, monedas, libros, documentos y textiles, entre otros.

El patrimonio inmaterial

El folclor, la música, la danza, los ritos, las tradiciones orales, las costum-
bres, la medicina tradicional, las leyendas, la cocina típica, son tal vez los
bienes patrimoniales más frágiles, precisamente porque una de sus caracte-
rísticas primordiales es que se transmiten por vía oral o a través de demos-
traciones prácticas. Gran parte de este patrimonio se basa en la sabiduría y
experiencia de las personas mayores, que transmiten sus conocimientos de

2. Textos extraídos del manual De huaqueros, ladrones sacrílegos y otras amenazas contra el patrimonio
cultural. Lima: Instituto Nacional de Cultura, 2007.

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generación en generación; sin embargo, cuando los jóvenes abandonan sus
comunidades, las oportunidades de transmitirse estos saberes disminuyen
a tal punto que pueden desaparecer. Además, la modernización mal enten-
dida puede llevar a desechar buena parte de este patrimonio, tachándolo
de obsoleto o poco importante.

Charla de sensibilización a escolares de Cajamarquilla

¿Cómo proteger nuestro patrimonio?

- Toda autoridad local debe incorporar el principio de protección del patri-


monio cultural dentro de sus políticas de planificación del desarrollo.

- Tanto autoridades como instituciones locales deben tener presente que


en nuestro país contamos con la Ley N° 28296, Ley General del Patri-
monio Cultural de la Nación y su Reglamento, que regulan el tema del
patrimonio cultural de manera específica.

- Los planes de expansión urbana y agrícola y, en general, todo plan de


utilización de suelos, deben tener en cuenta la protección de sitios y
monumentos tanto arqueológicos como históricos.

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- Para el tendido de líneas de transmisión eléctrica, redes de agua y
desagüe, construcción de carreteras y otras obras de infraestructura
en zonas donde se sospecha la presencia de restos arqueológicos, es
necesario contar con una evaluación bajo la supervisión del Instituto
Nacional de Cultura.

- En el caso de que las obras impliquen un posible daño o deterioro de


un sitio arqueológico, será necesario tomar las previsiones adecuadas
para el cambio del trazado o de la zonificación del trabajo a efectuar.
¿Vale la pena realizar el trabajo? ¿Qué beneficios traerá a la comuni-
dad? ¿Será bueno construir una carretera para atraer turistas? ¿Qué
verán estos visitantes si la construcción ha demolido gran parte de los
restos arqueológicos?

Amenazas

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- Ninguna institución, estatal o privada, puede proceder a la modificación
de un sitio o monumento integrante del patrimonio cultural sin la autori-
zación y supervisión del INC. Los pobladores pueden y deben denunciar
ante la Policía Nacional, la Fiscalía de la Nación, la Defensoría del Pueblo
y ante el propio INC cualquier intento de destrucción, pues están defen-
diendo lo que es suyo y les pertenece por derecho propio.

- Cualquier permiso que se otorgue a empresas o industrias que utilicen


métodos extractivos o cuyas actividades puedan implicar daños o per-
juicios para la protección del patrimonio cultural de la localidad (por
ejemplo, la actividad minera, la ganadería –por cuanto la presencia de
rebaños puede destruir los sitios arqueológicos– y otras), debe presen-
tar un plan definiendo las medidas de protección que se tomarán. Toda
actividad que haya resultado o resulte perjudicial se paralizará hasta
encontrar una alternativa segura, que no afecte los bienes culturales.

- Aunque lo dicho anteriormente se refiere sobre todo a los sitios arqueo-


lógicos, se aplican los mismos principios a los bienes históricos, tanto
muebles como inmuebles.

Trabajos de limpieza en Cajamarquilla

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Al rescate del patrimonio 3

El patrimonio cultural es sumamente frágil y está expuesto a una serie de


peligros. Puede ser afectado por desastres naturales como terremotos, inun-
daciones, lluvias o avalanchas; por factores climáticos como la humedad y
las variaciones de temperatura; por la acción de plagas y pestes como los
insectos, roedores, hongos y líquenes; y por la acción humana, que incluye
desde el descuido y negligencia en la administración o cuidado de un bien,
hasta el robo y el huaqueo.

Si dañamos o destruimos un objeto o una construcción que fue creada hace


cientos de años, ya no los podemos recuperar. Podemos intentar reparar
el daño a través de la restauración, por ejemplo, pero el objeto nunca será
el mismo. Por eso decimos que el patrimonio cultural es un recurso no
renovable.

Debemos tener en cuenta que cada uno de los bienes que integran nuestro
patrimonio (pintura, danza, cerámica, documentos, construcciones) tiene
un valor cultural en sí mismo, además del posible valor material. Este valor
es definido por la cantidad de información que nos proporciona dicho bien
sobre las personas que lo crearon.

La información es mayor si podemos relacionar los objetos entre sí, es


decir, determinar el contexto en el que fueron creados, puesto que toda
obra, además de ser producto de un individuo, es también parte de la
sociedad donde fue creada y puede decirnos mucho de la forma de vida de
dicha sociedad. Un investigador no estudiará el objeto de manera aislada,
sino en su conjunto, para poder formular hipótesis sobre el pasado (quién
lo hizo, cuándo, cómo, por qué y para qué) y publicarlas, de manera que
todos podamos acceder a esa información, obtener mayores conocimientos
sobre nuestro pasado y valorar nuestra historia cada vez más.

Cuando se destruye o se pierde un bien considerado patrimonio cultural de


la Nación, perdemos también el valor cultural del mismo y la posibilidad de
interpretar el contexto en el que fue creado. Es como si, poco a poco, fuéra-
mos perdiendo la memoria y la experiencia de lo vivido; nuestra nación se
va vaciando de aquello que nos da un significado e identidad comunes.

3. Textos extraídos del manual ¿Qué es patrimonio cultural? Lima: Instituto Nacional de Cultura, 2007.

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¿Cómo contribuir a la protección de nuestro patrimonio
cultural? 4

La protección y defensa del patrimonio cultural es, pues, una tarea que
compete no solo al personal de las instituciones culturales, sino también a
cada ciudadano. La tarea más importante es lograr un cambio de actitud en
la comunidad en general y sensibilizar a la población en torno a la impor-
tancia de nuestro legado: los monumentos incas, aquella vieja iglesia o los
antiguos y amarillentos papeles son importantes vestigios del pasado, la
memoria de nuestro país que todos debemos contribuir a resguardar.

Los gobiernos, organizaciones e instituciones locales son los líderes prin-


cipales para conseguir este cambio de conducta. A continuación, mencio-
namos algunas tareas básicas para la adecuada gestión y protección del
patrimonio cultural de cada localidad:

- Identificar el patrimonio cultural. Es


de gran importancia saber con cuántos
y cuáles bienes culturales cuenta cada
jurisdicción, para poder protegerlos y
cuidarlos eficazmente.

- Planificar una gestión adecuada. Es nece-


sario establecer una estrategia general
de defensa y planes de manejo para los
sitios y monumentos más importantes.

- Estimular la participación ciudadana en


el cuidado de los bienes culturales. Para
ello es indispensable la educación, así
como establecer incentivos para la forma-
ción de grupos de apoyo y la inclusión de
la ciudadanía en la toma de decisiones,
difundiendo las necesidades de protec-
ción y sus posibles beneficios.

4. Textos extraídos del manual ¿Qué es patrimonio cultural? Lima: Instituto Nacional de Cultura, 2007.

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- Elaborar normativas de protección.
Entre otras medidas, incluye declarar
zonas intangibles en y alrededor de los
sitios y monumentos, establecer zonas
rígidas en los centros históricos, aplicar
normas en la construcción, cuidar del
ornato e higiene, etc.

- Establecer circuitos culturales. El turismo


cultural, adecuadamente planificado,
implica ingresos no solo para el mante-
nimiento y preservación de los sitios y
monumentos, sino que brinda beneficios
económicos para la población en general.

- Favorecer la creación de museos y


centros culturales. Estas instituciones
fomentan la difusión y promoción del
patrimonio cultural local, y contribuyen a
la formación y toma de conciencia de la
población.

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Bibliografía

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