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INDICE

1.- Consulta Prejudicial de las Magistradas Gloria Palacios Alfaro y Marta Luz
Regalado Orellana de la Cámara Primera de la 1ª Sección del Centro sobre el caso
de Rosales Amplifoto. ……………………………………………………………………..… Página 7

2.- Opinión Consultiva sobre incorporación de República Dominicana a la Corte


Centroamericana de Justicia. ……………………………………………………………. Página 12

3.- Demanda de la Confederación de Agentes Aduaneros de la Cuenca del Caribe


(CONAACC) contra la Reunión de Presidentes por reforma al Artículo 35 del
Protocolo de Tegucigalpa. ………………………………………………………………… Página 16

4.- Opinión Consultiva del PARLACEN sobre la suspensión provisional


pronunciada por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala de la convocatoria
a elecciones de diputados de ese órgano del SICA. ………………………….. Página 26

5.- Juicio del Doctor Rodolfo García Medal y otros contra el Estado de Nicaragua.
………………………………………………………………………………………………………… Página 29

6.- Opinión Consultiva solicitada por el PARLACEN sobre si puede un Órgano


Jurisdiccional Nacional emitir fallos que deroguen Tratados Internacionales y
otros puntos más. ………………………………………………………………………….. Página 37

7.- Caso Oscar Roberto Balcáceres Castro en contra del Parlamento


Centroamericano. …………………………………………………………………………… Página 49

8.- Consulta Prejudicial de los Magistrados de la Cámara Segunda de lo Penal de


la Primera Sección del Centro de San Salvador, El Salvador, Magistrados Ana
Victoria del Rosario Martínez Rodríguez y Sergio Luis Rivera Márquez, sobre el
caso del desafuero del Diputado del PARLACEN, Señor Mario Antonio Osorto
Vides. ……………………………………………………………………………………………….. Página 62

9.- Caso de Alfonso Antonio Portillo Cabrera contra el Estado de Guatemala.


…………………………………………………………………………………………………………. Página 77

10. Caso Opinión Consultiva del PARLACEN sobre la Inmunidad de Jurisdicción.


…………………………………………………………………………………………………………. Página 94

1
11. Caso de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de
Centroamérica y el Caribe (CONAAACAC) contra el Consejo de Ministros de
Integración Económica (COMIECO). ………………………………………………….. Página 102

12. Caso de los Hermanos Calderón Castro contra el Estado de El Salvador, por
supuesto irrespeto a fallo judicial. ……………………………………………… Página 115

13. Caso de Recurso de Interpretación del Laudo Arbitral del Emperador de


Austria del 1ro de diciembre de 1881 entre Nicaragua y Gran Bretaña respecto a
la reserva de La Moskitia. …………………………………………………….……… Página 124

14. Caso de Recurso de Interpretación de la Convención de La Mosquitia del 20 de


noviembre de 1894. …..………………………………………………..……….……… Página 125

15. Caso de Opinión Consultiva del Comité Consultivo-SICA acerca de si dicho


Comité es el Órgano de participación de la Sociedad Civil en el SICA y si
representan a todos los sectores políticos, económicos, sociales, etc.; cuál es su
jerarquía en relación a los Comités Sectoriales contemplados en el Protocolo de
Guatemala y cómo debe ser la relación institucional entre CC-SICA (Comité
Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana), CCIE (Comité
Consultivo de Integración Económica) y CCIS ( Comité Consultivo de Integración
Social). …………………….…..………………………………………………..……….…… Página 126

16. Consulta del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) sobre la creación de


una instancia parlamentaria y de solución de controversias. ………… Página 138

17. Consulta del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) sobre si un Estado


Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento puede denunciar dicho Tratado
unilateralmente y cuál sería el procedimiento que habría que seguir para realizar
tal denuncia. ………………..………………………………………………..……….…… Página 146

18. Caso del Diputado Ricardo Alfredo Flores Asturias contra el Parlamento
Centroamericano pidiendo nulidad de varios actos. ……..……….…… Página 155

19. Caso del Diputado Luis Adolfo García Esquivel contra el PARLACEN, pidiendo
la nulidad absoluta de la resolución AP/CXII-2007 adoptada en San Pedro Sula,
Honduras. …..………………..………………………………………………..……….…… Página 169

2
20. Demanda de la Asociación de Agentes de Aduana de Costa Rica contra dicho
Estado solicitando la nulidad de una Circular del Servicio Nacional de Aduana de
ese país. ……..………………..………………………………………………..……….…… Página 183

21. Solicitud presentada por el Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez


pidiendo aclaración y ampliación de la sentencia dictada por esta Corte respecto
a la Resolución de la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano AP/5-
CXCII-2008, en el sentido de explicar los alcances y contenidos de la nulidad ex
nunc. …………..………………..………………………………………………..……….…… Página 238

22. Solicitud presentada por el mismo Abogado Roberto Alejandro Caballero


Rodríguez pidiendo aclaración y ampliación de los alcances y contenidos de la
Sentencia dictada a las cuatro de la tarde del diecisiete de octubre de dos mil
nueve en los literales c) y d) del punto resolutivo QUINTO de dicha Resolución.
…………………..…………..………………..…………………………………..……….…..… Página 239

23. Solicitud presentada por el mismo Abogado Roberto Alejandro Caballero


Rodríguez pidiendo aclaración de la Sentencia dictada a las cuatro y cuarenta
minutos de la tarde del diecinueve de octubre de dos mil nueve en el sentido de
que se aclare y amplíe los alcances y contenidos de la nulidad ex nunc. Página 242

24. Consulta prejudicial presentada por el Licenciado Francisco Reynaldo Castillo


Borja, Juez de Paz de Apaneca, República de El Salvador. …………... Página 243

25. Demanda presentada por el Señor Luis Adolfo Orellana Cisneros en contra del
Estado de El Salvador, por irrespeto de fallo judicial. …..………….… Página 248

26. Demanda interpuesta por Xochilth Rubenia Gutiérrez Rodríguez como


Apoderada de la Señora Angela Rosa Arana Cuadra, en contra del Estado de
Nicaragua, por incumplimiento de fallo judicial. ……..…..………….… Página 253

27. Demanda interpuesta por el Abogado León Gómez Andino, como Apoderado
del Diputado del PARLACEN Gustavo León Gómez Rodas, solicitando que
declarara válido el nombramiento de dicho señor en sustitución de los Diputados
David Mendoza Lupiac y Jorge Alberto Simón Allam. …..………….… Página 254

28. Solicitud de Opinión Consultiva presentada por el Doctor Jorge Eduardo


Tenorio en su carácter de Apoderado Judicial de la Sociedad Lácteos del Corral,
S.A. de C.V., acerca de si las autoridades salvadoreñas tienen capacidad para fijar

3
cuotas de importación en los productos que ingresen al país en ese concepto.
…………………………………………………………………………………..…..………….… Página 259

29. Solicitud presentada por el Abogado Roberto Alejandro Caballeros Rodríguez,


pidiendo aclaración y ampliación de la sentencia de La Corte en la demanda León-
Gómez Andino contra el Parlamento Centroamericano (PARLACEN). … Página 263

30. Consulta Prejudicial presentada por el Licenciado Mario Oscar Adolfo Díaz
Soto, Juez de San Ignacio, Departamento de Chalatenango, República de El
Salvador. …………………………………………………………………………………..… Página 265

4
PROLOGO
El libro “Jurisprudencia de la Corte Centroamericana de Justicia. Años 2006-2010” del Dr.
Alejandro Gómez Vides, Magistrado-Presidente de la Corte, tiene grandes méritos dignos
de destacarse. Uno de ellos, consiste en seguir la línea divulgativa y formativa que la Corte
Centroamericana ha emprendido desde hace ya muchos años al publicar en sucesivos
tomos, la jurisprudencia de la Corte, bajo el título “Doctrina de la Corte Centroamericana
de Justicia”1 A ellos, debemos agregar la saga de estos 33 casos contenidos en este libro
que sin dudas viene a llenar un vacío y será objeto de consulta y referencia permanente para
estudiosos del Derecho Comunitario Centroamericano.

Las primeras palabras de este Prologo deben justamente dedicarse a colocar en su justa
dimensión el papel formador y educativo de la Corte. Pocos tribunales en el mundo pueden
dar cuenta de una literatura y actividad tan abundante dirigida no sólo a dar a conocer su
propia obra – tanto doctrinaria como jurisprudencial-, sino a mostrar las bases
fundamentales de la enseñanza del Derecho Comunitario y el desarrollo de importantes
estudios sobre la materia.

No podía ser de otra forma, la Corte de Managua no surge del vacío, ni como una idea
precipitada en la construcción del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Todo
lo contario. La Corte es heredera de la antigua Corte de Justicia Centroamericana que abrió
caminos inéditos para el Derecho Internacional y la administración de justicia en el mundo.
De ahí que su legado esté ligado al compromiso de mantener viva la continuidad de una
institución que ha marcado los destinos humanos más allá de su natal Centroamérica y de
contribuir a hacer realidad los fines integracionistas que marcan esta nueva era. Difundir,
sistematizar y publicar la jurisprudencia y doctrina de la Corte, es entonces un deber
insoslayable así como abrir espacios para su enseñanza y discusión.

En este libro, el Doctor Alejandro Gómez Vides no se limita al esquema clásico de


recopilación. Lo novedoso es su presentación didáctica, útil y provechosa que permite tanto
la ubicación inmediata y precisa del texto, el resumen del mismo y la jurisprudencia así
como la lectura íntegra de las resoluciones.

El título del libro, refleja más adecuadamente su contenido. Ya no se titula Doctrina, sino
Jurisprudencia en la línea sugerida por su ilustre antecesor abogado y ex Magistrado Adolfo
León Gómez quien al referirse al tema ya indicaba que “lo correcto hubiese sido referirse a
la ´jurisprudencia´ ” 2

A medida que se ha ido desarrollando la jurisprudencia de la Corte, la hemos visto pasar de


su proceso inicial lógico de construcción, inspirada en cierta medida – aunque con grandes
aportes propios- por la gran edificación europea derivada de los fallos Costa c. ENEL de
1
Adolfo León Gómez. Doctrina de la Corte Centroamericana de Justicia. Resoluciones. Precedentes. Votos
Disidentes. Managua, Nicaragua, CA. Octubre de 2002, con su Adenda y posteriormente los tomos II y III de
2004 y 2006. Estos textos fueron precedidos del libro La Corte de Managua. Defensa de su Institucionalidad
de 1997 y su adenda al libro.
2
Ibíd., tomos I y II. Presentación. Pág. vi.

5
1964 (el fundamento de la primacía); la sentencia Van Gend en Loos de 1963 (sobre el
efecto directo); la sentencia Simmenthal de 1978 ( sobre los efectos del principio de
Primacía); la sentencia Ford España de 1989 ( inaplicabilidad de la legislación nacional que
pueda ser contraria al Derecho Comunitario) y la sentencia Unión de Pequeños Agricultores
c. Consejo de 2002 ( Derecho a la tutela judicial efectiva), entre otras, pasando por una
vibrante defensa de su institucionalidad y, luego, por una importante y decisiva reflexión
sobre la relación entre el juez nacional y la Corte hasta ir arribando a una jurisprudencia
cada vez más propia, robusta y depurada, donde cada vez gana más espacio el tema de la
Consulta pre-judicial y, en esta etapa, las consultas por parte de órganos del SICA como el
PARLACEN y el Comité Consultivo y acciones relacionadas con las actuaciones de
órganos del SICA y temas institucionales complejos y de gran trascendencia referidos a la
relación entre los Estados, el SICA y la jurisdicción de la Corte.

Dicha doctrina y jurisprudencia está identificada con los problemas concretos del Sistema,
sus Estados miembros y ciudadanos y con la madurez de tantos años de existencia 3 y la
gran calidad que ha caracterizado a cada uno de sus Presidentes y Magistrados así como
por el extraordinario acervo jurisprudencial y doctrinario así construido que hoy muestra
perfiles centroamericanos que son ya un aporte al patrimonio universal, al Derecho
Internacional y al desarrollo del Derecho Comunitario en otros modelos. Desde su
creación, un total de 115 casos atestiguan de manera formidable la intensa labor
jurisprudencial tanto de la Corte de Managua como del Consejo Judicial Centroamericano
que la precedió por algún tiempo.

Escribir este Prólogo, ciertamente me da una gran responsabilidad inmerecida, pero


también me coloca en posición de abordar un mito sobre el proceso que urge desvanecer,
convencido de que no basta derrumbar viejos paradigmas, sin construir nuevos íconos y
otros elevados propósitos que den vida renovada a la vocación integracionista.

Sin dudas, la Corte CA de Justicia es el órgano comunitario por excelencia del Sistema de
la Integración Centroamericana (SICA). Cuando algunos de los expertos en integración, se
refieren a la etapa evolutiva en que se encuentra el Sistema, generalmente se hace
referencia a un modelo de características intergubernamentales que no termina de salir de
la etapa cooperativa interestatal para “saltar” a las etapas verdaderamente comunitarias.
En realidad, esta visión no guarda correspondencia con el papel de la Corte en el Sistema ni
con las características especiales del proceso de integración en Centroamérica.

Los que siguen el modelo europeo, y la influencia decisiva que tuvieron sobre él los
factores económicos4, refuerzan esta apreciación de modelo intergubernamental con la idea
de una integración centroamericana que no ha terminado de construir los eslabones de la
integración económica y se apoyan en el hecho que la región todavía navega en un círculo
de perfeccionamiento de la Zona de Libre Comercio ( que dura ya más de 50 años), sin

3
La Corte se instaló el 12 de octubre de 1994. Su Estatuto ha sido ratificado por Guatemala, Honduras, El
Salvador y Nicaragua, contando con magistrados originarios de estos tres últimos países.
4
Especialmente la inicial fase económica de la Comunidad del Carbón y del Acero y el desarrollo de las
primeras “solidaridades de hecho” en el campo económico.

6
pasar a la etapa real de la Unión Aduanera, que es lo único que, a juicio de ellos, posibilita
el inicio de un proceso realmente comunitario.

Ello sería cierto, si el Modelo centroamericano no tuviera algunas características propias y


distintas al modelo europeo.

A diferencia de Europa, CA no encaminó la nueva jornada actual del proceso únicamente


para conjurar los peligros de una nueva guerra. Su sentido y aproximación a la integración
fue más directo, cercano e inmediato. Al construir sus respectivos procesos, mientras
Europa miraba unos años después hacia el incendio que habían significado las dos guerras
mundiales; Centroamérica miraba hacia el fuego vivo que consumía la región en los años
ochenta e inicios de los noventa.

Para CA, la visión regional fue la plataforma para “salir” directa y literalmente de la guerra
que escindía a Centroamérica en esos años; para Europa, significaba evitar el regreso del
pasado, en tanto que para la región significaba la puerta para abandonar – ojalá para
siempre- un presente consumido por los conflictos armados. De ahí que el primer logro de
la integración en Centroamérica, fue la paz misma así como la apertura de procesos
democráticos y pluralistas. La nueva ronda integracionista, está marcada entonces por los
valores construidos de las cenizas mismas de la guerra.

Ello hace que la construcción actual del proceso regional, no tenga ese énfasis económico 5
totalizante inicial– al menos conceptualmente- pues nuestra integración es hija directa de
los múltiples valores construidos en el proceso de negociaciones, tanto bajo los auspicios
del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo 6, como dentro del marco de Esquipulas II
que culminó con el Procedimiento para Establecer la Paz Firma y Duradera en
Centroamérica el 7 de agosto de 1987.

El proceso de pacificación y democratización regional puso de manifiesto que las raíces de


la crisis descansaban en las condiciones sociales y económicas prevalecientes y en las
carencias institucionales democráticas. La Integración, forjada sobre esa base de principios
y valores, tiene entonces una marca multidimensional originaria en la estructuración de sus
diversos componentes.

Se trata de una integración que conjuga las dimensiones políticas, económicas, sociales,
educativo-culturales, jurídicas y ambientales del Desarrollo Sostenible. Todas las
dimensiones interactúan entre sí, no hay preeminencia de unas sobre otros, sino cada una
tiene su especificidad y la clave consiste en el manejo intersectorial e interdependiente para
completar una visión sistémica y completa donde cada elemento potencia los otros y
ejercen entre sí una influencia recíproca y enriquecedora.

5
Sin negar la importancia de la integración económica como factor desencadenante de la profundización del
proceso, aunque no el único, ni su papel central en la construcción del desarrollo sostenible, actuando
conjuntamente con las otras dimensiones de la integración.
6
Conformado por México, Panamá, Colombia y Venezuela así como por Argentina, Perú, Uruguay y Brasil
respectivamente.

7
La Corte expresó esta situación magistralmente en su jurisprudencia incluida en este libro,
y difícilmente se puede resistir la tentación de citarla literalmente:

“la experiencia del proceso de integración iniciado en los años sesenta probó
que fue contraproducente para el avance de la integración regional y
negativo para el logro de sus objetivos, la concepción de un proceso centrado
únicamente en el campo económico, especialmente en el comercial (…) faltó
el impulso político y social para que Centroamérica evolucionara a estadios
superiores de integración (…)Cuando los Presidentes de Centroamérica
revisaron la experiencia de los años sesenta y decidieron la creación del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) concibieron un proceso
global, es decir económico, político, social, cultural ambiental y de seguridad
democrática, porque conocían lo dañino que fue para el logro de los objetivos
de desarrollo económico y social de los pueblos centroamericanos, el haber
creado o permitido en el pasado la existencia de compartimientos estancos
de los distintos sectores de la actividad regional, aislando lo económico de lo
político, de lo social, de lo cultural, de lo medio ambiental, de lo de
seguridad. Lo hicieron además conscientes de los orígenes de las guerras
civiles (…)”7

Ello muestra que en CA la integración tiene que avanzar “en todos los terrenos y vías” y
ninguna arista del proceso de integración le puede ser indiferente ni ajena. Esto explica la
visionaria Alianza para el Desarrollo Sostenible ( ALIDES) de 1994, el Tratado Marco de
Seguridad Democrática y su visión comprensiva y pluritemàtica así como el ambicioso
Tratado de la Integración Social Centroamericana, ambos de 1995 y lo dispuesto en el
propio Protocolo de Tegucigalpa,8desde su armadura constitucional.

Se muestra así que la integración no sólo está obligada a mirar hacia lo económico, sino
que puede – y debe- construir lo comunitario también desde otras dimensiones, sobre todo
tomando en cuenta que la integración se funda en un Estado Regional de Derecho, que
cuenta con un órgano que tiene bajo su responsabilidad la aplicación y la interpretación del
derecho originario, complementario y derivado.

El hecho de no estar en una etapa plenamente comunitaria en el ámbito económico 9, no es


suficiente entonces para deducir de ahí que nos encontramos atrapados en una fase de
simple cooperación entre gobiernos.

7
Caso de Opinión Consultiva del Comité Consultivo-SICA Aprobado por Corte Plena del 16 de diciembre de 2008. (Acta 391
Jurisdiccional).

8
En el sentido de “Impulsar un régimen amplio de libertad que asegure el desarrollo pleno y armonioso del individuo y de la sociedad
en su conjunto” así como de “lograr un sistema regional de bienestar y justicia económica y social para los pueblos centroamericanos”
o bien de “promover, en forma armónica y equilibrada, el desarrollo sostenido económico, social, cultural y político de los Estados
miembros y de la región en su conjunto”.
9
Afirmación que es también dudosa, dado el poder reglamentario del cual está investido el Consejo de
Ministros en materia de derecho derivado así como el progreso contenido en ciertos tratados que dan a
determinados órganos competencias comunitarias, como en el tema arancelario.

8
Si no existiera la Corte Centroamericana de Justicia, posiblemente habría más base para
hablar de una etapa intergubernamental. Sin embargo, el funcionamiento de la Corte,
marcada incluso por el carácter supranacional que le reconoce el Convenio de Estatuto y las
facultades universales otorgadas para el ejercicio de su jurisdicción y competencia en y
para todos los Estados parte en el Protocolo de Tegucigalpa y sus ciudadanos, hace posible
que podamos afirmar que ella y su actividad hacen que el SICA rebase la etapa de la
intergubernamentalidad e ingrese en la fase comunitaria. El brazo jurisdiccional, al tocar la
materia regional, le imprime ese carácter comunitario y le da el sello colectivo de la
legitimidad unitaria.

De ahí que el SICA tenga ya una impronta comunitaria marcada, independientemente del
grado de avance en cada uno de los Subsistemas, fortalecida por el hecho que la Corte, a
diferencia del modelo europeo, no sólo representa la consciencia regional más allá de su
actividad jurisdiccional, sino que conoce –sin gradualidad ni compromiso previo- de cuanto
tratado de integración se suscriba en la región. Nada está vedado en la mesa jurisdiccional
centroamericana ni existen áreas de integración que estén reservadas fuera de su tutela
legal, a no ser las competencias que el Estatuto mismo excluye, no sin abrir las puertas a la
solicitud de todas las partes concernidas para ciertos casos especiales10.

Incluso la cuestión de los derechos humanos, al ser una integración basada en el respeto,
tutela y promoción de los Derechos Humanos, forma parte de la competencia de la Corte en
forma de “Derechos Comunitarios Individualizados”, sin perjuicio de las competencias
propias de la Corte Interamericana sobre Derechos Humanos en base al Pacto de San José.

La publicación de este libro de Jurisprudencia viene entonces a fortalecer no sólo el


patrimonio comunitario e irreversible ya construido, la difusión y apropiación del Derecho
comunitario a distintos niveles, sino especialmente el rumbo comunitario del proceso
mismo que, trascendiendo la intergubernamentalidad, encuentra en la Corte el símbolo de
la fuerza jurídica que le da fortaleza colectiva, coherencia, uniformidad , armonía y
determinación de cumplir fielmente lo pactado en beneficio de los pueblos
centroamericanos y sus miras de Paz, Democracia, Libertad y Desarrollo Sostenible. A la
Corte corresponde, por medio de su jurisprudencia, continuar ampliando, enriqueciendo y
completando la Comunidad Centroamericana. Este libro apunta en esa dirección.

Mauricio Herdocia Sacasa

10
Temas territoriales, Arbitraje y competencia sobre otros tratados fuera del ámbito de integración.

9
PRESENTACIÓN

Inspirado en el extraordinario trabajo elaborado en octubre del año 2002 por el


ilustre maestro y ex Magistrado de la Corte Centroamericana de Justicia, Abogado
Adolfo León Gómez, quien ya falleció y que se tituló “Doctrina de la Corte
Centroamericana de Justicia”, me he atrevido a escribir una continuación a la obra
de referencia, por supuesto que en la medida de mis capacidades.

El ilustre Magistrado antes mencionado, de manera muy docta estableció la


diferencia que existe entre “Doctrina” y “Jurisprudencia”. Sobre este particular el
Abogado León Gómez expresó lo siguiente: “... Se conceptúa la doctrina como las
opiniones en materia jurídica expuestas en documentos o publicaciones de los
tratadistas o de instituciones, en el campo del Derecho, pero sin ser de aplicación
obligatoria. En tanto, la jurisprudencia tiene carácter de obligatoriedad en su
aplicación por el Juez y se conforma por las decisiones judiciales del Tribunal
Supremo, en varias sentencias conformes y que, sólo puede ser modificada por
nuevas sentencias en que se explique los motivos del cambio.
Consideramos que la doctrina es un concepto teórico, mencionado pero no
ponderado en la Ley. En tanto que la jurisprudencia es una concepción del derecho
positivo que le da su condición de tal. …”

La metodología que utilizaré, partiendo de la base de los conceptos expresados en


el párrafo anterior, será la siguiente: se mencionará primeramente el caso en
cuestión; luego se establecerá la fecha de su aprobación en Corte Plena y el
número del Acta en que quedó asentada; a continuación se hará una breve síntesis
del caso, después se agregará una copia íntegra y literal del Fallo y por último se
hará un breve resumen de la jurisprudencia contenida en la resolución.

Posiblemente no faltarán voces restándole meritos a este esfuerzo, de antemano


acepto la modestia y limitaciones del mismo, pero si alguna vez este libro es de
utilidad a uno solo de los estudiosos del Derecho Comunitario Centroamericano,
me daré por bien servido.

10
AGRADECIMIENTOS Y DEDICATORIA

Este libro no hubiera sido posible sin la eficiente ayuda de mi secretaria Marina del
Socorro Pérez López, quien trabajó incansablemente en el levantamiento del texto
en la computadora.

Agradezco también a todos mis compañeros en la Corte Centroamericana de


Justicia, a quienes respeto y aprecio.

Dedico esta obra a mi amantísima compañera de 44 años de feliz matrimonio, mi


esposa Norma Castillo de Gómez Vides, quien siempre fue mi apoyo fiel y
constante en las pruebas que la vida me ha ido presentando, a mis tres hijos y
cuatro nietos con los que Dios me ha bendecido.

11
1.- Consulta Prejudicial de las Magistradas Gloria Palacios Alfaro y Marta Luz
Regalado Orellana de la Cámara Primera de la 1ª Sección del Centro sobre el caso
de Rosales Amplifoto.

Aprobada por Corte Plena del 19 de junio del 2006 (Acta 336)

Síntesis del Caso: El demandante alegó competencia desleal por uso indebido del
nombre comercial “Quick Photo” por parte de la Sociedad Rosales Amplifoto, S. A.
de C.V. La Corte examinó la vigencia para El Salvador del Convenio
Centroamericano para la Propiedad Industrial, la Convención de París sobre la
Protección de Propiedad Industrial y Ley de Marcas y Otros Signos Distintivos de El
Salvador, a fin de determinar cuál de las tres era la aplicable al caso, y además, si
era necesario o no la inscripción. Se constató que el Convenio Centroamericano
fue derogado y la Asamblea Legislativa salvadoreña ratificó el Protocolo de
Derogación el 27 de febrero de 2002, pero con la salvedad que en los países en que
no hubiere una ley nacional que regulara la materia, el Convenio se prorrogaría
“hasta la fecha en que entre en vigor una nueva ley nacional que regule estas
materias”. Tal evento sucedió el 8 de julio de 2002, por lo que en esa fecha se
consumó la derogatoria del Convenio Centroamericano.

Fallo

“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, Managua, Nicaragua,


Centroamérica, a las once horas del día diecinueve de junio del dos mil seis. Vista la
solicitud de Consulta Prejudicial formulada por las Magistradas Propietarias de la
Cámara Primera de lo Civil de la Primer Sección del Centro, de la Ciudad de San
Salvador, República de El Salvador, Doctoras GLORIA PALACIOS ALFARO y
MARÍA LUZ REGALADO ORELLANA, relativa a un Juicio Sumario Mercantil
para que se declare la existencia de actos de competencia desleal y cese de los
mismos, basada en el uso indebido del nombre comercial “QUICK PHOTO”, por
parte de la Sociedad Rosales Amplifoto Sociedad Anónima Capital Variable, del
domicilio de San Salvador, República de El Salvador, contra la Sociedad “Foto
Rápida Sociedad Anónima de Capital Variable” de ese mismo domicilio.
RESULTA I: Que esta solicitud fue comunicada a esta Corte, por medio de la
Secretaría de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador el día veintiuno de
septiembre del dos mil cinco y fue recibida en la Secretaría General de este Tribunal
el día veintiocho de septiembre del año dos mil cinco. Las peticionarias actúan en
nombre y representación de un Tribunal integrante del Poder Judicial de la
República de El Salvador, el cual está conociendo en apelación y se encuentra
pendiente de resolución definitiva. RESULTA II: Que esta Corte atendiendo esta
12
solicitud dictó el Auto cuyo texto es el siguiente: “CORTE CENTROAMERICANA
DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua, Centroamérica, a las once y cuarenta y cinco
minutos de la mañana del día veinticuatro de noviembre del año dos mil cinco.
Tiénese por recibida la solicitud de consulta prejudicial presentada por las
Magistradas propietarias de la Cámara Primera de los Civil de la Primera Sección
del Centro del Municipio y Departamento de San Salvador, Doctora Gloria Palacios
Alfaro y Licenciada María Luz Regalado Orellana, en su oportunidad se resolverá
sobre la misma conforme lo establecido en el Artículo 22 letra k) del Convenio de
Estatuto y en el Capítulo Tercero de la Ordenanza de Procedimientos de La Corte.
Comuníquese al Tribunal consultante”. CONSIDERANDO I). Que de conformidad
con el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los
Estados Centroamericanos (ODECA), “la Corte Centroamericana de Justicia
garantizará el respeto del Derecho en la interpretación y ejecución del presente
Protocolo y sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo”.
Asimismo el Artículo 22 literal k) del Convenio del Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia, este Tribunal tiene la competencia para “resolver toda
consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribunal Judicial que estuviere
conociendo de un caso pendiente de fallo encaminado a obtener la aplicación o
interpretación uniforme de las normas que conforman el ordenamiento jurídico del
Sistema de la Integración Centroamericana”, por lo que esta Corte es competente
para resolver la consulta formulada por las Magistradas del Tribunal salvadoreño en
referencia. CONSIDERANDO II). Que es pertinente hacer referencia a la vigencia
para el Estado de El Salvador del “Convenio Centroamericano para la Protección de
la Propiedad Industrial” y la “Convención de París sobre la Protección de Propiedad
Industrial”. Al respecto, el primero fue suscrito el 1º de junio de 1968 por Costa
Rica, El Salvador, Guatemala y Nicaragua. Entró en vigor para Nicaragua, Costa
Rica y Guatemala el 27 de mayo de 1975 y para El Salvador el 7 de abril de 1989.
Posteriormente, el 17 de septiembre de 1999, los Estados antes mencionados
firmaron el Protocolo al Convenio Centroamericano para la Protección de la
Propiedad Industrial, con el objetivo de derogar a partir del 1º de enero del año 2000
dicho Convenio Centroamericano, fundamentándose en que contiene disposiciones
que son inconsistentes con el acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de
Propiedad Intelectual relacionados con el Convenio (ADPIC) de la Organización
Mundial de Comercio en materia de marcas y otros signos distintivos. El Estado de
El Salvador, mediante Decreto No. 764 de la Asamblea Legislativa, ratificó el
Protocolo que deroga el Convenio Centroamericano el veintisiete de febrero del año
dos mil dos, el cual entraría en vigencia ocho días después de su publicación en el
Diario Oficial. No obstante lo anterior, se dispuso en el Artículo Transitorio de
dicho Protocolo lo siguiente: “En los países que no entre en vigencia su respectiva
ley nacional el 1º de enero del año 2000, el Convenio Centroamericano para la
Protección de la Propiedad Industrial (Marcas, Nombres Comerciales y Expresiones
o Señales de Propaganda) se prorrogará como ley nacional hasta la fecha que entre
en vigor una nueva ley nacional que regule estas materias”. Posteriormente, el

13
Estado de El Salvador puso en vigencia una nueva normativa sobre Propiedad
Industrial, posterior a la ratificación del Protocolo Derogatorio del Convenio
Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial, al decretar la Ley de
Marcas y Otros Signos Distintivos, la cual entró en vigencia el 8 de julio de 2002,
por lo que en relación a las marcas, nombres comerciales y expresiones o señales de
propaganda, para el Estado de El Salvador, está vigente como ley nacional.
CONSIDERANDO III).En cuanto a la Convención de París sobre la Protección de
la Propiedad Industrial, ésta ha sido ratificada por 169 Estados. Para los países
centroamericanos entró en vigor en las siguientes fechas: Belice: 17 de junio 2000;
Costa Rica: 31 de octubre 1995; El Salvador: 19 de febrero 1994; Guatemala: 18 de
agosto 1998; Honduras: 4 de febrero 1994; Nicaragua: 3 de julio 1996; y Panamá:
19 de octubre 1996. Esta Convención que entró en vigor en 1884 ha sido revisada en
diversas ocasiones: Bruselas 14 de diciembre de 1900, Washington 2 de junio 1911,
La Haya 6 de noviembre 1925, Londres 2 de junio 1934, Lisboa 31 de octubre 1958,
Estocolmo 14 de julio 1967, y su última enmienda el 28 de septiembre de 1979.
POR TANTO: En nombre de Centroamérica y con fundamento en el artículo 22
literal k) del Convenio de Estatuto de esta Corte y artículos 57, 58 y 59 de la
Ordenanza de Procedimientos, por mayoría, se da respuesta a las diferentes
interrogantes planteadas en la Consulta Prejudicial formulada por las excelentísimas
Magistradas de la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro de
El Salvador, en los términos que a continuación se expresan, anteponiendo las
respectivas preguntas: CONSULTA: ¿Cuál es la situación jurídica actual de
vigencia del Convenio Centroamericano para la Protección Industrial y el Convenio
de París, según lo establecido en los artículos 35, 36 y 37 del Protocolo de
Tegucigalpa?. RESPUESTA: Por las razones señaladas en los Considerandos
anteriores, el Convenio Centroamericano está derogado a partir de la entrada en
vigencia de la Ley de Marcas antes citada, por lo que es pertinente concluir que la
ley aplicable en este caso es ésta última, en todo aquello que no contradiga lo
establecido en el Convenio de París, el cual está vigente. CONSULTA: ¿Constituye
la inscripción en el Registro de Comercio (correspondiente) el requisito esencial
para brindar protección judicial (estatal) al nombre comercial a favor de un titular de
la empresa o establecimiento comercial, de conformidad al artículo 52 del Convenio
Centroamericano?, ¿Sí o no?. Explique. RESPUESTA: Tomando en cuenta que el
Convenio de París establece en su artículo 8, que el nombre comercial será protegido
sin obligación de depósito o de registro, nos encontramos ante un caso típico de
contradicción entre una ley nacional y un tratado internacional. Este tipo de
situaciones son resueltas de conformidad al artículo 144 de la Constitución de la
República de El Salvador, que a la letra dice: Los tratados internacionales
celebrados por El Salvador con otros estados o con organismos internacionales,
constituyen leyes de la República al entrar en vigencia, conforme a las
disposiciones del mismo tratado y de esta Constitución. La ley no podrá modificar o
derogar lo acordado en un tratado vigente para El Salvador. En caso de conflicto
entre el tratado y la ley, prevalecerá el tratado. Esto implica que para el Estado de

14
El Salvador no es esencial el registro del nombre comercial a partir de la fecha en
que dicho Estado ratificó el Convenio de París. CONSULTA: ¿Una vez inscrito el
nombre comercial en el Registro respectivo, es potestativo el uso de ese nombre por
el titular del establecimiento o empresa, o es obligatorio el uso del mismo a tenor de
lo que establecen los artículos 48 y 52 del referido Convenio?. RESPUESTA:
Estando derogado en este momento el Convenio Centroamericano para la Protección
de la Propiedad Industrial, los artículos señalados en esta pregunta no son aplicables.
CONSULTA: ¿Se aplica la prioridad registral a que aluden los artículos 19 y 20 del
Convenio para los nombres comerciales?. RESPUESTA: Estando derogado en este
momento el Convenio Centroamericano la prioridad registral aplicable sería la
contemplada en el artículo 6 de la Ley de Marcas y Otros Signos Distintivos de la
República de El Salvador, relacionado con los artículos 56 y 60 de la misma.
CONSULTA: ¿La protección del nombre comercial se circunscribe al territorio del
país donde se inscribió, sí o no? RESPUESTA: De conformidad a lo establecido en
el artículo 8 del Convenio de París, la protección del nombre comercial se
circunscribe a los paises signatarios de dicho Convenio. CONSULTA: ¿Existe
antinomia entre ambas disposiciones, sí o no? (Art. 58 del Convenio
Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial y Art. 8 de la
Convención de París). RESPUESTA: Sí existe y se resuelve a favor del segundo,
por las razones expresadas en respuestas anteriores. CONSULTA: ¿El artículo 8 del
Convenio de París derogó la disposición 50 del Convenio Centroamericano para la
Protección de la Propiedad Industrial, sí o no?. RESPUESTA: El Convenio
Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial está derogado en su
totalidad. Estando respondidas todas las consultas, notifíquese la presente
resolución. “VOTO RAZONADO del Magistrado Vicepresidente FRANCISCO
DARÍO LOBO LARA. Expreso por este medio un voto parcial disidente al texto
de la Opinión aprobada por la mayoría de mis Colegas Magistrados, de manera
específica sobre lo siguiente: 1) Con respecto a LA PREGUNTA SOBRE SI EL
USO DEL NOMBRE COMERCIAL ES OBLIGATORIO O FACULTATIVO.
Yo no estoy de acuerdo con que se afirme que el uso del nombre comercial sea
facultativo. Si bien es cierto que la pregunta se refiere al Convenio
Centroamericano de Protección a la Propiedad Industrial, y que éste en la actualidad
está derogado, considero que es indispensable, interpretar la normativa jurídica
aplicable que es el Código de Comercio de El Salvador, el cual es similar a los
Códigos de Comercio de Honduras y México, que son de los más avanzados del
Continente Americano, porque han recibido la influencia directa de la Legislación,
Doctrina y Jurisprudencia de Italia. Dicho Código salvadoreño establece que, “el
nombre comercial es un elemento esencial de la empresa” y que la unidad de
destinos de sus elementos dinámicos como estáticos está protegida legalmente, así lo
dispone su Art. 556 en relación con el Art. 557, protección que existe mientras la
empresa ejerza continuamente sus actividades, por lo tanto el uso del nombre
comercial es obligatorio, ya que si éste no se usare, dejaría de cumplir sus funciones
de identificar la empresa y atraer clientela e implicaría que la empresa estaría

15
inactiva y por la falta de continuidad en su actividad perdería la protección legal y
en consecuencia se le aplicaría como sanción la liquidación de la misma Empresa.
Así lo establece su Art. 562: “Cuando una empresa mercantil deje de ser explotada
por más de seis meses consecutivos, sin que su naturaleza justifique la suspensión,
perderá el carácter de tal y sus elementos dejarán de constituir la unidad jurídica que
este Código reconoce”. Por lo tanto, es procedente afirmar que, siendo el nombre
comercial un elemento esencial de la Empresa, ésta obligatoriamente debe estar
activa y el uso del nombre comercial es obligatorio, de lo contrario pierde protección
legal. Entre estas normas jurídicas y lo dispuesto en el Convenio de París existe
armonía puesto que este Convenio Internacional por estas razones reconoce el uso
del nombre comercial, lo cual implica actividad constante de la empresa y no
simplemente el registro de su nombre. 2) En relación con la pregunta sobre la
VIGENCIA DEL CONVENIO CENTROAMERICANO PARA LA
PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL. Su derogación es
precisamente a partir de la entrada en vigencia del Protocolo a ese mismo Convenio
de fecha 17 de septiembre de 1999 y no a partir de la entrada en vigencia de la Ley
de Marcas, ya que ésta última siendo una ley nacional no puede derogar un
Convenio Internacional. Prueba indubitable de esta afirmación, es el contenido del
Artículo primero del Protocolo al Convenio Centroamericano, que dispone: “Se
deroga a partir del 1º de enero del año 2000 el Convenio Centroamericano para la
Protección de la Propiedad Industrial (Marcas, Nombres Comerciales y Expresiones
o Señales de Propaganda), suscrito el 1º de junio de 1968, de conformidad a lo
establecido en los Artículos 54, 65 y 70 de la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados”. 3) Obviamente debe tomarse en consideración la fecha de
presentación de la demanda y la vigencia correspondiente de estos Convenios
Internacionales para determinar con exactitud su aplicabilidad y no solamente la
situación actual de derogación. Por todas estas razones, dejo constancia de mi voto
parcial disidente.”

Jurisprudencia: Se estableció que los tratados internacionales privan sobre la ley


nacional (Principio de Primacía).

En cuanto al requisito de inscripción del nombre comercial en el Registro


correspondiente, la Corte sostuvo que de acuerdo al Convenio de París, los
nombres comerciales eran protegidos sin necesidad de registrarse, lo cual
constituía una contradicción con la Ley Nacional que exigía ese requisito. En este
caso, concluyó La Corte, se aplica el Convenio de París y no la Ley Nacional, en
virtud del Artículo 144 de la Constitución salvadoreña, que señala la primacía de la
ley internacional sobre el ordenamiento jurídico interno.

16
2.- Opinión Consultiva sobre incorporación de República Dominicana a la Corte
Centroamericana de Justicia.

Aprobada por Corte Plena el 2 de noviembre de 2006. (Acta 343)

Síntesis del Caso: El Presidente del PARLACEN Julio Enrique Palacio Zambrano
preguntó que cuáles eran los procedimientos y formalismos que República
Dominicana debe desarrollar para lograr su incorporación a la Corte
Centroamericana de Justicia.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica a las tres de la tarde del día diez de noviembre del año dos mil seis.
VISTA para resolver la Consulta presentada por el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO, por medio de su Presidente y representante legal, en ese
momento, Diputado Julio Enrique Palacios Zambrano, casado, ciudadano panameño,
Licenciado en administración Policial, y domiciliado en la ciudad de Panamá,
República de Panamá, presentada personalmente en la Secretaría General del
Tribunal el día doce de septiembre del presente año. RESULTA I: Por escrito de
fecha ocho de septiembre de los corrientes y recibido en La Corte el día doce del
mismo mes y año, el PARLAMENTO CENTROAMERICANO, con fundamento en
los Artículos 22 literal e) y 24 del Convenio de Estatuto de este Tribunal, elevó para
su conocimiento una Opinión Consultiva sobre dos puntos: “A.- ¿PUEDE EL
ESTADO DE REPÚBLICA DOMINICANA INCORPORARSE COMO PARTE
DEL ESTATUTO DE LA CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA?—B)
¿PARA EL CASO DE QUE EL ESTADO DE REPUBLICA DOMINICANA SE
PUEDA INCORPORAR COMO MIEMBRO PLENO DE LA CORTE
CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, CUALES SERIAN LOS
PROCEDIMIENTOS Y FORMALISMOS QUE DEBEN DESARROLLARSE
POR PARTE DEL GOBIERNO DE DICHO PAIS PARA LOGRAR SU
INCORPORACION?”. RESULTA II: El Diputado Presidente Julio Enrique
Palacios Zambrano presentó en sustento de su solicitud y para que fuera agregado al
expediente la siguiente documentación: 1.) Certificación de los puntos de Actas de
Sesión Ordinaria de Asamblea Plenaria en la que el Licenciado Julio Enrique
Palacios Zambrano resultó electo, juramentado y tomó posesión del cargo de
Presidente de la Junta Directiva del Parlamento Centroamericano; 2.) Ejemplar del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas; y
3.) Ejemplar del Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas. RESULTA III: Por auto de Presidencia del trece de septiembre
del año en curso se dio cuenta del escrito de Consulta a la Corte Plena, para su
conocimiento. CONSIDERANDO I: Que en la XI CUMBRE DE PRESIDENTES
CENTROAMERICANOS efectuada en la ciudad de Tegucigalpa, República de

17
Honduras, los días 12 y 13 de diciembre de 1991, los Presidentes Centroamericanos
formularon invitación a República Dominicana para que participara como
Observador en la XIII Reunión de Presidentes que tendría lugar en Panamá el 11 de
diciembre de 1992; CONSIDERANDO II: Que República Dominicana adoptó, con
fecha seis de noviembre de mil novecientos noventa y siete, la Alianza para el
Desarrollo Sostenible –ALIDES- la cual es, de conformidad a Opinión de La Corte
de fecha veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y cinco, un "Acuerdo"
derivado del referido Protocolo (de Tegucigalpa), adoptado por el Órgano Supremo del
Sistema de la Integración para sí y con otros Estados”, vinculándose a ella como
socio; CONSIDERANDO III: Que en la Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado
y de Gobierno entre la Región Centroamericana y República Dominicana, celebrada
entre los días cinco y seis de noviembre de mil novecientos noventa y siete se emitió
la “Declaración de Santo Domingo”, en la cual, en el punto 12, los Presidentes de
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, reconocieron a
República Dominicana dentro del proceso de integración centroamericana;
CONSIDERANDO IV: Que República Dominicana ha participado en más de
treinta y cinco Cumbres Presidenciales Centroamericanas y suscrito diversos
instrumentos regionales tendientes a aunar esfuerzos por consolidar el proceso de
integración regional, al perfeccionamiento de las instituciones democráticas
nacionales y asegurar que nuestros pueblos puedan desarrollar al máximo sus
capacidades para que con amplios márgenes puedan enfrentar con éxito los desafíos
y necesidades actuales que se presentan en el escenario internacional;
CONSIDERANDO V: Que con fecha diez de diciembre del dos mil tres, República
Dominicana suscribió con el Sistema de la Integración Centroamericana un Acuerdo
de Asociación el cual ha constituido un paso más en su incorporación gradual al
proceso de integración centroamericana, concediéndosele el derecho de participar e
intervenir en las discusiones, en calidad de Estado Asociado del SICA, en la
Reunión de Presidentes, Consejo de Ministros y Foros de Diálogo y Cooperación en
aquellos asuntos que le interesen o afecten directamente, rigiéndose sus derechos,
obligaciones y condiciones de participación por el Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), el cual es el
tratado constitutivo marco de la integración centroamericana, y por tanto el de mayor
jerarquía y la base fundamental de cualquier otra normativa centroamericana, tal como
lo estableció la Corte Centroamericana de Justicia en su opinión Consultiva de fecha
veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y cinco; CONSIDERANDO VI:
Que en dicho Acuerdo de Asociación suscrito en La Romana, República
Dominicana, se estableció un plazo de seis meses para que ese país negociara con la
Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana en las áreas y
programas, en cuyas decisiones, resoluciones, reglamentaciones, acuerdos o
recomendaciones quedaría sujeta de conformidad con su régimen jurídico interno,
así como definir en el igual plazo, los órganos, instituciones y programas adicionales
del Sistema de la Integración Centroamericana en los cuales República Dominicana
formaría parte, así como la modalidad, frecuencia y forma en que se instrumentaría

18
dicha participación; CONSIDERANDO VII: Que con fecha dos de junio del
presente año fue suscrito en La Romana, República Dominicana, en ocasión de la
Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del SICA, por el
Secretario de Estado de Relaciones Exteriores de la República Dominicana y el
Secretario General del Sistema de la Integración Centroamericana, el Acuerdo
Complementario sobre la Participación de la República Dominicana en el Sistema
de la Integración Centroamericana con miras a establecer el derecho a República
Dominicana de participar e intervenir en las discusiones, en calidad de Estado
Asociado del SICA, en la Reunión de Presidentes, Consejo de Ministros y foros de
Diálogo y Cooperación en aquellos asuntos que le interesen o afecten directamente;
CONSIDERANDO VIII: Que con motivo de la Reunión de Jefes de Estado y de
Gobierno del Sistema de la Integración Centroamericana, celebrada en República
Dominicana los días 2 y 3 de junio del presente año, en ocasión de la II Cumbre
sobre la Iniciativa Energética Mesoamericana, el Secretario de Relaciones Exteriores
de República Dominicana y el Secretario General del Sistema de la Integración
Centroamericana, suscribieron el Acuerdo Complementario sobre la participación de
la República Dominicana en el Sistema de la Integración Centroamericana por el
cual se estableció que República Dominicana podría participar en los subsistemas
económico, social, ambiental y de seguridad, así como en los órganos e instituciones
que forman parte de estos subsistemas, quedando supeditada su participación a la
gradualidad, pertinencia y requisitos formales y económicos que estableciera cada
Consejo de Ministros, órganos e instituciones del SICA y, en tanto dure la
transitoriedad, se evaluaría en cada caso, la participación de República Dominicana
como observador; CONSIDERANDO IX: Que atendiendo lo establecido en el
Artículo 2, numeral 2º del Acuerdo mencionado en el Considerando que antecede,
referido a que la certificación de dicho instrumento tendría “el valor de carta de
intenciones” para “cada Consejo de Ministros, órgano, institución y foro que lo
recibiera”, La Corte procedió a suscribir el día veintidós de junio del presente año,
en la ciudad de Santo Domingo, República Dominicana, un Acuerdo Marco de
Cooperación entre el Tribunal y la Suprema Corte de Justicia de la República
Dominicana, en el que se determinó que la Corte Centroamericana de Justicia
consideraría a los magistrados dominicanos como observadores oficiales de la
misma en tanto el Estado Dominicano suscriba y ratifique el Convenio de Estatuto
de la CCJ, firmado en la ciudad de Panamá, República de Panamá, el día diez de
diciembre de mil novecientos noventa y dos. Habiéndose formulado las
Consideraciones que La Corte ha estimado convenientes a los efectos de contestar la
Consulta presentada por el PARLAMENTO CENTROAMERICANO, por medio de
su Presidente y representante legal, en ese momento, Diputado Julio Enrique
Palacios Zambrano, POR TANTO: La Corte Centroamericana de Justicia, por
unanimidad, en nombre de Centroamérica y en base a los Artículos 1, 2, 3, 12 y 35
inciso primero del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA); 1, 2, 3, 6, 22 literal e), 24 y 30 del Convenio
de Estatuto de La Corte; 3 literal c) y 56 de la Ordenanza de Procedimientos del

19
Tribunal; 1, 2, 5, 15, 17, y 18 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas; y 1, 2, 3, 10, 18, 31 y 34 del
Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano, RESUELVE: Dado que este
Tribunal estima que entre las preguntas formuladas por el Presidente y
Representante Legal del PARLAMENTO CENTROAMERICANO existe un
estrecho vínculo de correspondencia, las evacuará conjuntamente. PRIMERO: La
Corte Centroamericana de Justicia es del criterio que en el Sistema de la Integración
Centroamericana se distinguen cuatro categorías de Estados: los Estados miembros,
Fundadores u Originales que son los que suscribieron y ratificaron el Protocolo de
Tegucigalpa y que a ellos se refiere el Artículo 1 de dicho Protocolo; los miembros
por adhesión, como es el caso de Belice el cual depositó, el veintiocho de noviembre
del año dos mil, en la Secretaría General del Sistema el correspondiente instrumento
tal y como el Protocolo de Tegucigalpa le dejó abierta dicha posibilidad en el
Artículo 36 inciso final; los miembros Asociados, como el caso de República
Dominicana y cuya situación la comprende el Artículo 31 inciso primero del
Protocolo de Tegucigalpa; y finalmente, los Estados Observadores como España,
México y la República de China, calidad contemplada en el Artículo 17 del mismo
Protocolo. La participación de estas cuatro categorías de Estados dentro del SICA,
ya sea en calidad de miembros Originales, Estados Adheridos, Asociados u
Observadores es diferenciada o con diferente grado de intervención: Los dos
primeros tienen plena participación dentro de los órganos e instituciones
comunitarias, en tanto la intervención de los terceros y los cuartos es restringida y ha
de circunscribirse a las modalidades que se establezcan en los instrumentos que se
acuerden al respecto; por lo que, para que República Dominicana se incorpore a la
Corte Centroamericana de Justicia, en calidad de Miembro Pleno, deberá adherirse
al “Protocolo de Tegucigalpa ” y al Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia conforme los procedimientos que establece la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y la Constitución de los
respectivos Estados parte. Que en calidad de Miembro Asociado podrá suscribir un
instrumento entre dicho Estado, la Secretaría General del Sistema de la Integración
Centroamericana y la Corte Centroamericana de Justicia a fin de establecer los
requisitos formales, económicos y condiciones de participación al seno de la CCJ.
SEGUNDO Mientras se cumplen los procedimientos anteriores incluyendo la
adhesión, República Dominicana puede designar Observadores en esta Corte.
TERCERO: Comuníquese la presente resolución al Presidente y Representante
Legal del Parlamento Centroamericano, Licenciado Ciro Cruz Zepeda, así como a
los Estados miembros e Instituciones Comunitarias por medio de la Secretaría
General del Sistema de la Integración Centroamericana. Notifíquese. (f) Carlos A.
Guerra G. (f) Alejandro Gómez V. (f) R Acevedo P (f) C Vega Masís (f) F Darío
Lobo L. (f) Silvia Rosales ((f) OGM ”

Jurisprudencia: La Corte hizo una relación histórica del proceso de incorporación


de República Dominicana al SICA, desde diciembre de 1991 a la fecha. A

20
continuación, nuestro Tribunal estableció 4 categorías de Estados dentro del SICA:
a) Fundadores, b) Por adhesión, c) Asociados, y d) Observadores, y por último
estimó que República Dominicana, para incorporarse a nuestro organismo, debe
primero adherirse al Protocolo de Tegucigalpa y al Convenio de Estatuto, pudiendo,
mientras tanto, nombrar Observadores.

Sin embargo, la Corte se abstuvo de opinar sobre la necesidad de que los Estados
centroamericanos aprueben un Protocolo adicional, similar al que se hizo para
permitir el ingreso de Panamá y Belice, en virtud del carácter cerrado en que está
redactado el Artículo 5 del Protocolo de Tegucigalpa. Dicho Artículo dice así: “Son
Miembros del SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA, los Estados
centroamericanos que acepten plenamente las obligaciones de esta Carta,
mediante su aprobación, ratificación o adhesión, y que lo pongan en vigor de
conformidad con las disposiciones contenidas en el Artículo 36 del presente
Instrumento.”

3.- Demanda de la Confederación de Agentes Aduaneros de la Cuenca del Caribe


(CONAACC) contra la Reunión de Presidentes por reforma al Artículo 35 del
Protocolo de Tegucigalpa.

Aprobada por Corte Plena del 28 de noviembre de 2006. (Acta 344)

Síntesis del Caso: El Demandante alegó que la reforma al Artículo 35 del Protocolo
de Tegucigalpa era nula, por haber sido adoptada de forma anómala, pues a su
juicio la Reunión de Presidentes no tenía competencia para hacerlas y hubo vicios
sustanciales en la constitución de dicha Reunión. Por último alegó que era
violatorio supeditar la vigencia de la reforma al depósito del tercer instrumento de
ratificación de otro Tratado, como lo es el Protocolo de Guatemala.

El Artículo 35 citado ordena que toda controversia sobre la aplicación e


interpretación del Protocolo de Tegucigalpa y demás instrumentos derivados y
complementarios deberá someterse a la Corte Centroamericana de Justicia. La
reforma consistió en incorporar un Mecanismo Alterno de Solución de
Controversias para el Subsistema de Integración Económica que manejaría el
Consejo de Ministros respectivo. (Ver texto completo de la reforma en la
transcripción de la Sentencia).

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo el día uno de diciembre del año dos mil seis, a las dos y
treinta minutos de la tarde. VISTO para dictar Sentencia el juicio por demanda

21
entablada por la Confederación de Agentes Aduaneros de la Cuenca del Caribe
CONAACC por medio de su apoderado Abogado Joe Henry Thompson Arguello,
en contra la Reunión de Presidentes del Sistema de la Integración Centroamericana
(SICA), representada por su Presidente Pro Témpore, incoada el día veinte de junio
de dos mil tres, Demanda por Acción de Nulidad contra la Enmienda al Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA),
que reforma al Artículo treinta y cinco (35) de dicho Protocolo. Concurren a la
votación de la Sentencia los Magistrados, Carlos A. Guerra Gallardo, Francisco
Darío Lobo Lara, Alejandro Gómez Vides, Ricardo Acevedo Peralta, Silvia Rosales
Bolaños y César Vega Masís. RESULTA (I): Que la parte demandante expuso
como pretensiones de su Demanda, las siguientes: "Siendo competencia de la Corte
conocer y resolver la presente demanda de Nulidad de las decisiones o resoluciones
emanadas por los órganos u organismos del Sistema de Integración
Centroamericana peticionadas por las personas naturales o jurídicas a quienes
ocasionen perjuicios y que además violenten gravemente el ordenamiento jurídico
del Sistema de la Integración Centroamericana, vengo en nombre de mi
representada, la Confederación de Agentes Aduaneros del Caribe (CONAAC), a
interponer demanda con acción de nulidad en contra de la decisión de la Reunión
de Presidentes del veintisiete (27) de febrero del año dos mil dos (2002), por medio
de la cual se pretende introducir modificaciones al Artículo Treinta y Cinco (35) del
Protocolo de Tegucigalpa. REUNION DE PRESIDENTES que es el Órgano
Supremo del SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA tal como lo
preceptúa el Artículo trece (13) del PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS CENTROAMERICANOS
(ODECA)" representado por la señora Mireya Moscoso, a las voces del Artículo
catorce (14) del Protocolo de Tegucigalpa, por ser la República de Panamá la
actual vocera de Centroamérica y el referido Organo Comunitario es presidido por
éste." RESULTA (II): Que en Escrito de trece de agosto (folio treinta (30) el
demandante corrigió su demanda lo que fue aceptado por el Tribunal. RESULTA
(III): Como fundamento de la demanda se alegó: "Fundo la demanda de mi
representada en el Articulo veintidós (22) literal b y g, del Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia y sobre la base del Artículo sesenta (60) literal (b) de
la Ordenanza de Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia, así como
en los Artículos doce (12), trece (13), catorce (14), quince (15) literal d y treinta y
siete (37) del Protocolo de Tegucigalpa. Interpongo la Acción de Nulidad contra la
ENMIENDA AL PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA CARTA DE LA
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (SIC) (ODECA) Artículo 35 del
veintiséis de febrero del año dos mil dos la cual fue adoptada de manera anómala y
en contravención al PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA CARTA DE LA
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (SIC) (ODECA) y en consecuencia
pido se declare la nulidad del acto comunitario señalado por: a) ilegal; b) por
incompetencia del órgano que la adoptó de acuerdo al principio comunitario de
atribución de competencia; c) por vicio substancial en la constitución de la Reunión

22
de Presidentes y en la forma de haber puesto en vigor las "enmiendas" señalada ya
que no se estuvo a la que es el procedimiento de ratificación establecido en las
Cartas Magnas de los Estados Miembros del SICA, ya que el PROTOCOLO DE
TEGUCIGALPA y las reformas que se pudieren adoptar en relación al mismo, son
instrumentos internacionales y su aprobación o desaprobación corresponde a los
órganos legislativos de cada ESTADO PARTE; d) por violación al PROTOCOLO
DE TEGUCIGALPA, ya que la Reunión de Presidentes desconoció en todo
momento los reglas de competencia, forma y contenido del acto comunitario; e) por
supeditar su entrada en vigencia al depósito del tercer instrumento de ratificación
del Protocolo al Tratado General de Integración Económico Centroamericano -
Protocolo de Guatemala- desconoció en todo momento las reglas de competencia,
forma y contenido del acto comunitario; f) por desviación del poder discrecional, ya
que la Reunión de Presidentes superó manifiestamente los límites de su
competencia." RESULTA (IV): Dice el demandante: "Por lo antes expuesto de
conformidad con el Artículo treinta y uno (31) del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia la Excelentísima Corte Centroamericana de Justicia
está facultada para dictar aquellas que tiendan a resguardar la supremacía del
Derecho Comunitario y del Interés Público Comunitario, que se verán seriamente
conculcados con la aplicación de la enmienda, medida que deberá ser mantenida
hasta que el asunto se falle definitivamente." El Tribunal se abstuvo de pronunciarse
sobre la solicitud de la medida cautelar solicitada y ordenó el emplazamiento del
demandado el que no fue aceptado por las autoridades de Belice y en su
oportunidad, tampoco fue tramitado por la Corte Suprema de Justicia del Estado de
El Salvador. Finalmente el emplazamiento se hizo por intermedio del Secretario
General del SICA, que confirió mandato de representación al Licenciado César
Ernesto Salazar Grande, cuya personería fue cuestionada por la parte demandante,
pero finalmente aceptada por el Tribunal en resolución de seis de julio del dos mil
cinco. RESULTA (V): Que el demandante aportó como prueba la Certificación de
la Enmienda al Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos, cuyo texto es el siguiente: "ENMIENDA AL PROTOCOLO DE
TEGUCIGALPA A LA CARTA DE LA ORGANIZACION DE ESTADOS
CENTROAMERICANOS (ODECA). Los Presidentes de Costa Rica, El Salvador,
Guatemala, Honduras y Nicaragua CONSIDERANDO: Que de conformidad con el
artículo treinta y cinco (35) del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), toda controversia sobre la
aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el referido Protocolo
y demás instrumentos a que se refiere el primer párrafo del mismo artículo, deberá
someterse a la Corte Centroamericana de Justicia; Que es necesario extender la
posibilidad de conocimiento de las controversias surgidas en el ámbito comercial
del Mercado Común Centroamericano: a los métodos alternos de solución de
controversias, para contar con mecanismos modernos, ágiles, efectivos, vincu1antes
y con niveles de calidad superiores. O al menos; iguales a los alcanzados en los
tratados comerciales de tercera generación suscritos por los países

23
centroamericanos con terceros Estados; Que durante los años dos mil (2000) y dos
mil uno (2001) se hicieron gestiones para incorporar los métodos alternos al
mecanismo de solución de controversias establecido en los instrumentos jurídicos
de la integración centroamericana, con los resultados negativos derivados de la
Resolución emitida por la Corte Centroamericana de Justicia el doce (12) de
noviembre de dos mil uno (2001) a las diez de la mañana, en respuesta a la solicitud
de opinión que le presentó el Consejo Intersectorial de Ministros de Relaciones
Exteriores y Ministros de Integración Económica, por medio del Secretario General
del Sistema de la Integración Centroamericana; Que el Consejo Intersectorial de
Ministros Indicado en el considerando anterior, tanto en su reunión del veintisiete
(27) de septiembre de dos mil (2000) como en la del veinticuatro (24) de mayo de
dos mil uno ( 2001) convino dejar un tiempo prudencial para la respuesta de La
Corte y, a falta de ella o, en caso negativo, procedía la reforma del Protocolo de
Tegucigalpa para incorporar el uso de métodos alternos de solución de
controversias a las diferencias que se presenten en el Intercambio comercial del
Mercado Común Centroamericano; Que de conformidad con el artículo dieciséis
(16) del Protocolo de Tegucigalpa, corresponde a la Reunión de Presidentes
aprobar las reformas que se planteen al citado instrumento de conformidad con el
artículo treinta y siete (37) del mismo, según el cual, los proyectos de reforma serán
sometidos a la consideración de la Reunión de Presidentes, por intermedio del
Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores, y que, por esa vía se ha recibido la
correspondiente propuesta, POR TANTO: Con base en las facultades que les
confiere su Artículo quince (15), deciden reformar el Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), suscrito el trece
(13) de diciembre de mil novecientos noventa y uno (1991), por medio del presente
Protocolo, a cuyo efecto convienen: ARTÍCULO PRIMERO: Se modifica el artículo
treinta y cinco (35) el cual queda como sigue: Artículo treinta y cinco (35). Este
Protocolo y sus instrumentos complementarios y derivados prevalecerán sobre
cualquier Convenio, Acuerdo o Protocolo suscrito entre los Estados Miembros,
bilateral o multi1ateralmente, sobre las materias relacionadas con la integración
centroamericana. No obstante, quedan vigentes entre dichos Estados las
disposiciones de aquellos Convenios, Acuerdos o Tratados, siempre que las mismas
no se opongan al presente instrumento u obstaculicen el logro de sus propósitos y
objetivos. Salvo lo dispuesto en el párrafo siguiente, las controversias sobre la
aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo
y demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberán someterse a la
Corte Centroamericana de Justicia. Las diferencias surgidas en el Subsistema de la
Integración Económica como consecuencia de las relaciones comerciales
intrarregionales, se someterán al mecanismo de solución de controversias que
establezca el Consejo de Ministros de Integración Económica que contendrá un
método de solución alterno de controversias comerciales incluido el arbitraje, cuyas
decisiones serán vinculantes para los Estados Miembros que intervengan en la
respectiva diferencia. El incumplimiento de un laudo arbitral dará lugar a la

24
suspensión de beneficios de efecto equivalente a los dejados de percibir, según se
decida en el respectivo laudo. ARTICULO SEGUNDO: El presente Protocolo será
sometido a ratificación en cada Estado contratante, de conformidad con su
respectiva legislación. Los instrumentos de ratificación serán depositados en la
Secretaria General del Sistema de la Integración Centroamericana (SGSICA). El
Protocolo entrará en vigencia ocho días después de la fecha en que se deposite el
tercer Instrumento de ratificación de los Estados Parte del Protocolo al Tratado
General de Integración Económica Centroamericana - Protocolo de Guatemala-.
ARTÍCULO TERCERO: La duración y denuncia de este instrumento quedan sujetas
a la del Protocolo de Tegucigalpa a la Carla de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA). ARTICULO CUARTO: El presente instrumento queda
abierto a la adhesión de Belice y Panamá. ARTICULO QUINTO: La Secretaría
General del Sistema de la Integración Centroamericana (SG-SICA) enviará copias
certificadas del presente Protocolo a las Cancillerías de cada Estado contratante y
a la Secretaría de Integración Económica Centroamericana. Asimismo les
notificará inmediatamente del depósito de cada uno de los instrumentos de
ratificación. Al entrar en vigencia el Protocolo, enviará copia certificada del mismo
a la Secretaría General de la Organización de Naciones Unidas, para los fines de
registro señalados en el artículo ciento dos (102) de la Carta de dicha
Organización. En testimonio de lo cual, firmamos el presente Protocolo en la
ciudad de Managua, República de Nicaragua, el veintisiete de febrero dos mil dos.
(f) Miguel Ángel Rodríguez, Presidente de la República de Costa Rica. (f) Francisco
Guillermo Flores Pérez, Presidente de la República de El Salvador. (f) Alfonso
Portillo Cabrera, Presidente de la República de Guatemala. (f) Ricardo Maduro
Joest, Presidente de la República de Honduras. (f) Enrique Bolaños Geyer,
Presidente de la República de Nicaragua." RESULTA (VI): Que el demandante
concretó su petición de prueba documental así: "PETICIÓN DE DERECHO. Por lo
precedentemente expuesto pido se me tenga como prueba documental la presentada
con el libelo de demanda y que corre en autos de la presente causa a) copia
certificada por el Secretario General del SICA de la enmienda y b) copia certificada
por el Secretario del SICA de la misma. Mediante la cual se prueba. a) ilegal de la
enmienda; b) La incompetencia del órgano que lo adoptó, de acuerdo al principio
comunitario de atribución de competencia; c) El vicio substancial en la constitución
de la Reunión de Presidentes y en la forma de haber puesto en vigor las "enmienda"
señalada ya que no se estuvo a lo que el procedimiento de ratificación establecido
en las Cartas Magnas de los Estados Miembros del SICA, ya que el PROTOCOLO
DE TEGUCIGALPA y las reformas que se pudieren adoptar en relación al mismo,
son instrumentos internacionales y su aprobación o desaprobación corresponde a
los órganos legislativos de cada ESTADO PARTE; d) La violación al PROTOCOLO
DE TEGUCIGALPA, ya que la Reunión de Presidentes desconoció en todo
momento las reglas de competencia, forma y contenido del acto comunitario, e) por
supeditar su entrada en vigencia al depósito al tercer instrumento de ratificación
del Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana -

25
Protocolo de Guatemala- desconoció en todo momento las reglas de competencia,
forma y contenido del acto comunitario, f) por desviación del poder discrecional, ya
que la Reunión de Presidentes superó manifiestamente los límites de su
competencia." RESULTA (VII): Que en el escrito de demanda se alega como
perjuicio causado, lo siguiente: "III PERJUICIO QUE CAUSAN LOS HECHOS. La
enmienda al Artículo treinta y cinco (35) del PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A
LA CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS CENTROAMERICANOS
(ODECA) del veintisiete (27) de febrero además de afectar directamente a mi
representada y a sus asociados en sus derechos legítimos e inalienables en lo que es
la autonomía de la voluntad de escoger los medios de solución que más se ajusten a
sus intereses, atentando contra el derecho a acceder a la justicia y la de igualdad
ante la ley puesto que se le niega el acceso a procedimientos alternativos de
solución de controversia, creando con ello inseguridad jurídica de los
administrados violentado sobre todo el derecho comunitario centroamericano en su
máximo máxima expresión como es el PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS CENTROAMERICANOS
(ODECA) el cual es, de acuerdo a resolución de la Corte Centroamericana de
Justicia de fecha diecinueve (19) de abril de mil novecientos noventa y cinco (1995)
el "tratado constitutivo marco de la integración centroamericana, y por tanto el de
mayor jerarquía y la base fundamental de cualquier otra normativa
centroamericana sean éstos, Tratados, Convenios, Protocolos, Acuerdos u otros
actos jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a la entrada en vigencia del
Protocolo de Tegucigalpa." RESULTA (VIII): La parte demandada formuló la
presentación de su prueba, así: "1. CERTIFICACIÓN del instrumento jurídico que
contiene la Enmienda al Artículo treinta y cinco (35) del Protocolo de Tegucigalpa
y el Acta de Manifestación de Apoyo y Consenso de las República de Panamá y
Belice; así como las aprobaciones de los ejecutivos y ratificación de las asambleas
legislativas, de cada uno de los Estados parte, depositada para los efectos
correspondientes, en la Secretaría General del SICA. 2. CERTIFICACION del
Certificado de Registro del Instrumento jurídico que contiene la Enmienda al
Artículo treinta y cinco (35) del Protocolo de Tegucigalpa, en la Secretaría General
de las Naciones Unidas el día tres (3) de febrero de dos mil tres (2003)."
RESULTA (IX): Que en el libelo de la contestación de la demanda, el Apoderado
Judicial de la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana,
Licenciado César Ernesto Salazar Grande pidió, entre otras cosas: a) Tenerlo por
parte en el carácter en el que comparece; Agregar la documentación señalada en la
Resulta anterior; b) Se tuviera por contestada la demanda; y c) “Confirme la
legalidad de la enmienda del Artículo treinta y cinco (35) del mismo por haber sido
adoptado en respeto a los principios, propósitos y requisitos para la realización de
dicho acto, establecidos por dicho Protocolo y nuestro Derecho Comunitario; así
como por respetar el Ius Cogens Internacional, La Convención de Viena sobre el
Derecho de Tratados y la Carta de las Naciones Unidas”. CONSIDERANDO I:
Que La Corte Centroamericana de Justicia, establecida por el Artículo doce (12) del

26
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA), es el Organo Judicial principal y permanente del
Sistema de la Integración Centroamericana, cuya jurisdicción y competencia
regionales son de carácter obligatorio para los Estados, los Organos, Instituciones
Comunitarias y los particulares, y le corresponde garantizar el respeto al derecho,
tanto en la interpretación como en la ejecución del Protocolo de Tegucigalpa y de
sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo.
CONSIDERANDO II: Que el Protocolo de Tegucigalpa de mil novecientos
noventa y uno (1991) es en la actualidad, el tratado constitutivo marco de la
integración centroamericana, y por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental
de cualquier otra normativa centroamericana sean éstos, Tratados, Convenios,
Protocolos, Acuerdos u otros Actos Jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a
la entrada en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa, y el medio más eficaz para
integrar a Centroamérica en una Región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo,
y aproximar las instituciones comunitarias a los centroamericanos lo cual garantiza
la observancia de los valores que constituyen la nacionalidad centroamericana y
asegura en el Istmo el establecimiento de una sociedad en donde se armonicen y
regulen de manera adecuada y conveniente los derechos de los particulares con el
desarrollo económico y el progreso social sostenido. CONSIDERANDO III: Que
este Tribunal, de conformidad con el Artículo treinta (30) de su Convenio de
Estatuto y cuatro (4) de la Ordenanza de Procedimientos, posee la facultad de
decidir en cada caso concreto sobre su competencia. CONSIDERANDO IV: Que el
acto adoptado cuya nulidad se demanda, a criterio de este Tribunal, debe ser
analizado de acuerdo a los alegatos y argumentaciones de las partes litigantes, así
como con los principios doctrinarios del Derecho Comunitario, por lo que se
procede a ello de acuerdo al orden siguiente: a) Determinar si se constituyó la
Reunión de Presidentes, de acuerdo a lo que estatuye el Protocolo de Tegucigalpa;
b) Examinar si la enmienda adoptada por los Presidentes fue debidamente ratificada;
c) Decidir si es correcto supeditar la vigencia de la mencionada enmienda a un tercer
Tratado, y d) Fallar acerca de la validez o nulidad del acto comunitario de que se
trata. CONSIDERANDO V: A) Es criterio de este Tribunal que cuando se trata de
la Integración de un cuerpo colegiado, sea este de Derecho Público o de Derecho
Privado no se necesita la presencia de la totalidad de sus miembros sino que es
suficiente la presencia de la mayoría de éstos para que el mencionado cuerpo
colegiado se constituya. Ahora bien, ante la ausencia de un Reglamento que
estructure la Reunión de Presidentes, en relación a sus funciones, esta Corte es de la
opinión de que ante la vigencia del principio del Consenso como método de
resolución, tal como lo establece el artículo catorce (14) del Protocolo de
Tegucigalpa, es necesaria la presencia de todos los Presidentes o de sus
representantes para darle validez a las mismas, ya que no hay nada que se oponga a
la posibilidad de representantes debidamente autorizados por los Presidentes. Esta
situación fue la que se dio en el caso de mérito y por lo tanto es pertinente concluir
que encontrándose presentes la mayoría de los Presidentes Constitucionales de los

27
Estados Miembros del Sistema de Integración Centroamericano y los legítimos
representantes de los ausentes, se constituyeron debidamente en el Órgano más
importante del Sistema; es decir, La Reunión de Presidentes. B) Que la Reunión de
Presidentes como tal no tiene capacidad para aprobar y/o modificar un Tratado de la
Integración Regional, ya sea este principal o complementario. Esto lo hacen los
Presidentes actuando como Representantes legítimos de la soberanía de los Estados
y de acuerdo a sus respectivas Constituciones Políticas. Que por lo tanto la reforma
al Protocolo de Tegucigalpa, objeto de esta sentencia, debe seguir los trámites que
para este tipo de instrumentos se exige en cada una de las Constituciones de los
Estados parte. C) Este Tribunal considera que el procedimiento para la modificación
del Protocolo de Tegucigalpa está claramente establecido en el mismo, ya que éste,
como acuerdo internacional regido por el derecho internacional, y muy
particularmente por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados,
contempla en forma precisa la manera en que habrá de introducírsele nuevos
elementos que pretendan modificarlo. El Derecho Originario del Sistema de la
Integración Centroamericana descansa principalmente en el Protocolo de
Tegucigalpa, de naturaleza netamente internacional, constituido por un tratado
internacional con fines de integración; negociado, suscrito y ratificado por seis
Estados Fundadores, y que constituye en sí un acto jurídico anterior y distinto al
SICA como Organización Supranacional. Por tanto, el Protocolo de Tegucigalpa,
como instrumento internacional de integración, presenta características propias que
tienen que ver tanto con el derecho internacional como con el comunitario. En este
orden de ideas, el Protocolo de Tegucigalpa regula, en sus artículos quince (15)
literal d), treinta y seis (36) y treinta y siete (37), cómo deben operar las reformas y
la ratificación de las mismas. En cuanto a esta última, cobra mayor importancia el
artículo treinta y seis (36) ya citado, que a la letra dice: "El presente Protocolo será
aprobado o ratificado por los Estados de Centroamérica, de conformidad con sus
respectivos procedimientos constitucionales". Si bien este artículo se refiere a la
aprobación o ratificación del Protocolo original, aplicando el criterio de la similitud,
y tomando en cuenta que no existe regulación expresa sobre este punto, podemos
deducir que dicho artículo debe ser aplicado también en aquellos casos de
ratificación de las reformas posteriores a dicho Protocolo. En este orden de ideas,
debemos remitirnos a las Constituciones de los países de Centroamérica,
encontrando que en Guatemala esta materia queda regulada en el artículo ciento
ochenta y tres (183) literal o); en El Salvador en el ciento treinta y uno (131)
numeral siete (7) , ciento cuarenta y cuatro (144) y ciento sesenta y ocho (168)
numeral cuatro (4); en Honduras en el quince (15), dieciséis (16), veintiuno (21) y
doscientos cuarenta y cinco (245) numeral trece (13); en Nicaragua en el ciento
treinta y ocho (138) numeral doce (12) y ciento cincuenta (150) numeral ocho (8) y
en Costa Rica en el ciento veintiuno (121) numeral cuatro (4) y ciento cuarenta
(140) numeral diez (10). En todos los países citados, con excepción de Guatemala,
las ratificaciones le corresponden a las respectivas Asambleas Legislativas, por lo
que las certificaciones de dichas ratificaciones que están agregadas a folios ciento

28
veintiuno (121) y siguientes se han efectuado de manera correcta; D) Se supeditó la
entrada en vigencia de la "enmienda" del tratado constitutivo marco de la
integración centroamericana, a un procedimiento relacionado con otro instrumento
comunitario como es el Protocolo de Guatemala al Tratado General de Integración
Económica Centroamericana. Es de tener en consideración que aun y cuando la
entrada en vigor de un tratado o convenio se determina por las disposiciones en él
contenidas, tal y como lo establece el Artículo veinticuatro (24) de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados, esta Corte es de la opinión de que el método
adoptado en el ARTÍCULO SEGUNDO de la "enmienda" del veintisiete (27) de
febrero del dos mil dos (2002) no es el adecuado, porque es bien sabido que la
vigencia de un tratado internacional se supedita a la ratificación y depósito del
mencionado tratado por los países signatarios, pero nunca puede condicionarse la
mencionada entrada en vigencia a la ratificación de otro tratado diferente, menos
tratándose de una enmienda a un Tratado original que es de naturaleza autónoma,
con validez propia, de carácter irreversible y que no admite reservas; E) En cuanto a
los criterios de fondo, relacionados con la validez o la nulidad del acto que se
pretende impugnar, este Tribunal opina que la enmienda del veintisiete (27) de
febrero de dos mil dos (2002) no puede, en ningún momento, privar a la Corte
Centroamericana de Justicia de la competencia que le ha sido atribuida por el
Protocolo de Tegucigalpa. Dicha competencia tiene el carácter de irreversible, en
virtud del Principio de Irreversibilidad de Competencia Comunitaria el cual
establece que cuando los Estados Miembros de una Comunidad de Derecho, de
duración ilimitada, confieren un conjunto de facultades a un ente supranacional, a
quien se encarga del ejercicio futuro de las mismas, debe entenderse que dichas
competencias le fueron transferidas al ente en cuestión, siendo inadmisible una
medida que pretenda revertir dicha transferencia la cual es definitiva en su ejercicio.
En consecuencia, la Reunión de Presidentes, no podría despojar a la Corte
Centroamericana de Justicia de la facultad de actuar como Tribunal Arbitral, ya que
se estaría violentando otro principio de Derecho Comunitario, cual es el Principio de
Competencia de Atribución. CONSIDERANDO VI: Que siendo el arbitraje una
"jurisdicción convencional", que surge del acuerdo de las partes, su carácter es
eminentemente voluntario, ya que por la libre decisión de las partes es que se han de
someter a la decisión de un árbitro para dirimir la controversia que se hubiere
suscitado, de allí que dentro de lo que es el Sistema de la Integración
Centroamericana, los particulares tienen plena libertad de buscar la solución de sus
litigios comerciales ante la institución comunitaria o no comunitaria que consideren
conveniente para que, cualquiera de ellos, ya sea conforme a derecho o a su leal
saber y entender, falle y dirima la cuestión litigiosa que se les haya presentado.
CONSIDERANDO VII: Que el mecanismo alterno de solución de controversias
que establece la enmienda al artículo treinta y cinco (35) del Protocolo de
Tegucigalpa, se refiere solo y estrictamente a conflictos no jurisdiccionales y de
naturaleza comercial que se susciten entre los Estados, no quedando excluida la
parte demandante de la competencia de este Tribunal en dicha materia.

29
CONSIDERANDO VIII: Que ha sido alegado por la parte demandada, que no ha
habido un planteamiento sobre el perjuicio que a la parte demandante le causa la
resolución impugnada. Ello no obstante a juicio de este Tribunal, todo el Sistema de
la Integración Centroamericana (SICA), sus órganos u organismos, y los sujetos de
derecho privado, son afectados por una reforma a la Carta fundamental del SICA,
como lo es el Protocolo de Tegucigalpa. POR TANTO: La Corte Centroamericana
de Justicia, en nombre de la Comunidad Centroamericana por unanimidad de votos
y en aplicación de los Artículos uno (1); dos (2); doce (12); trece (13); catorce (14);
quince (15) letra d); treinta y cinco (35) y treinta y siete (37) del Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA);
uno (1), dos (2), tres (3), veintidós (22) literales b, ch y g; veinticuatro (24); treinta
(30); treinta y cinco (35); treinta y seis (36) y cuarenta y cinco (45) del Convenio de
Estatuto de La Corte; tres (3); cuatro (4), siete (7), nueve (9), veintidós (22) Número
uno (1°) ; veintitrés (23), veintinueve (29) y sesenta (60) de la Ordenanza de
Procedimientos; y Artículo treinta y nueve (39) de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados. RESUELVE: 1) Declarar la validez del Acto Comunitario
emanado de La Reunión de Presidentes, Órgano Supremo del Sistema de la
Integración Centroamericana, de fecha veintisiete de febrero del dos mil dos, por el
que se reforma el Artículo treinta y cinco (35) del Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), por cuanto el
mismo legítimamente crea una modalidad de solución de controversias de orden
estrictamente comercial e interestatal en Centroamérica, como mecanismo de
revitalización impulsado por el propio proceso de integración económica dentro del
Subsistema de integración económico regional; 2) Que la modalidad de solución de
controversias establecida mediante la reforma del veintisiete de febrero del dos mil
dos, no deroga, ni modifica, ni menoscaba en manera alguna la competencia
atribuida a la Corte Centroamericana de Justicia, tal y como lo expresaron los
Presidentes de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, y
Panamá, en la XIII Cumbre del Istmo Centroamericano celebrada los días nueve
(09), diez (10), y once (11) de Diciembre de mil novecientos noventa y dos: "La
Corte tendrá una jurisdicción y competencia amplia y completa: en lo contencioso
con, carácter obligatorio para todos los Estados. Voluntaria, actuando como
árbitro de derecho o de hecho", postulado materializado en el Articulo veintidós
(22), literal ch) de su Convenio de Estatuto Vigente, el que textualmente dice: "La
competencia de La Corte será: Conocer y fallar si así lo decide como arbitro de los
asuntos en que las partes lo hubieren solicitado como Tribunal competente.
También podrá decidir, conocer y resolver un litigio ex aequo et bono, si los
interesados lo convienen". Las competencias transferidas por los Estados miembros
del Sistema de la Integración Centroamericana tanto a La Corte como al resto de la
Estructura Institucional de Centroamérica son un hecho definitivo e irreversible,
hecho confirmado porque los Estados miembros se comprometieron desde la
suscripción del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) a cumplir con sus obligaciones de buena fe y sin

30
condicionamientos de reciprocidad. Característica fundamental e indispensable para
la convivencia social y política dentro del Sistema de la Integración
Centroamericana y del proceso iniciado el doce de diciembre de mil novecientos
noventa y uno, es el carácter irreversible de la cesión de competencias a la
Estructura Institucional de Centroamérica; 3) La reforma al Artículo treinta y cinco
(35) del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) del veintisiete de febrero del dos mil dos sólo podrá
entrar en vigor en cada uno de los Estados miembros, si se está a lo dispuesto en el
Protocolo de Tegucigalpa, independientemente de cualquier otra condición
secundaria que se establezca en la misma. Notifíquese.”

Jurisprudencia: Para reformar o modificar el Protocolo de Tegucigalpa no es


necesario la presencia de la totalidad de los miembros que componen la Reunión
de Presidentes, bastando la mayoría de los mismos, pero sí para hacerlo dichos
funcionarios deben actuar como representantes legítimos de la soberanía de los
Estados y de acuerdo a los procedimientos contemplados en sus respectivas
Constituciones (Artículos 15 literal d), 36 y 37 del Protocolo de Tegucigalpa).

De conformidad con el Artículo 24 del Convenio de Viena sobre el Derecho de los


Tratados, no se puede enmendar un Tratado Internacional supeditándolo al entrar
en vigencia o a la ratificación de otro Tratado diferente.

No es posible privar a la Corte Centroamericana de Justicia de la competencia que


le atribuye el Protocolo de Tegucigalpa, porque tal atribución tiene carácter
irreversible, en virtud del Principio de Irreversibilidad de Competencia Comunitario,
el cual sostiene que cuando los Estados miembros de una comunidad de derecho
confieren determinadas facultades a un ente supranacional, debe entenderse que
dicha transferencia no puede revertirse.

El Mecanismo Alterno de Solución de Controversias creado por la reforma sólo se


aplica al Arbitraje, que es eminentemente voluntario y a conflictos de naturaleza
comercial no jurisdiccionales. Esta modalidad creada por la reforma “no deroga, ni
modifica, ni menoscaba en manera alguna la competencia atribuida a la Corte
Centroamericana de Justicia” …

4.- Opinión Consultiva del PARLACEN sobre la suspensión provisional


pronunciada por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala de la convocatoria
a elecciones de diputados de ese órgano del SICA.

Aprobada por Corte Plena del 17 de julio de 2007. (Acta No. 354).

31
Síntesis del Caso: El Tribunal guatemalteco ordenó suspender provisionalmente la
convocatoria a elecciones de diputados del PARLACEN, a través de una medida
cautelar, respetando el plazo de tres meses de antelación al vencimiento del
período de los diputados, para celebrar la elección. (Artículo 6 del Tratado
Constitutivo del PARLACEN).

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua, Centroamérica,
siendo las once horas del diecisiete de Julio del dos mil siete. Vista la solicitud de
opinión Consultiva y documentos anexos, presentada el día dieciocho de junio del
presente año, por el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), por medio de su
Presidente y Representante Legal, Doctor Señor Ciro Cruz Zepeda Peña sobre el
Punto siguiente: “A.-¿SI LA DISPOSICIÓN EMITIDA MEDIANTE EL DECRETO DOS-
DOS MIL SIETE DEL TRIBUNAL SUPREMO ELECTORAL DE GUATEMALA, MEDIANTE
EL CUAL SE ESTABLECE LA REVOCATORIA DE LA CONVOCATORIA A LAS
ELECCIONES PARA CANDIDATOS A DIPUTADOS ANTE EL PARLAMENTO
CENTROAMERICANO PARA EL PERÍODO DOS MIL SIETE-DOS MIL ONCE ES
VIOLATORIA DEL ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA?. CONSIDERANDO I. Que de conformidad con el Artículo
Veintidós literal e) del Estatuto del Tribunal éste actúa como órgano de Consulta de
los órganos u organismos del Sistema de la Integración Centroamericana, en la
interpretación y aplicación del Protocolo de Tegucigalpa de Reforma a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) y de los instrumentos
complementarios y actos derivados de los mismos. CONSIDERANDO II. Que de
acuerdo a lo que establece el Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano, este “es un órgano regional de planteamiento, análisis y
recomendación sobre asuntos políticos, económicos, sociales y culturales de
interés común, con el fin de lograr una convivencia pacífica dentro de un marco de
seguridad y bienestar social, que se fundamente en la democracia representativa y
participativa, en el pluralismo y en el respeto a las legislaciones nacionales y al
derecho internacional”. Este foro regional se creó con el propósito de garantizar la
sostenibilidad de un proceso de negociación política al más alto nivel en la Región a
fin de hacer de lado los hondos desacuerdos y diferencias ideológicas y poder así
sentarse a negociar, en términos de un pacto político serio cuya finalidad principal
era evitar a toda costa el escalonamiento de los conflictos internos en los
diferentes Estados centroamericanos, brindando así paz a la Región, paz que
favorecería el desarrollo democrático, el crecimiento económico y establecería un
amplio régimen de libertad de cara a una verdadera regionalización.
CONSIDERANDO III. Que la Corte de Constitucionalidad de la República de
Guatemala es un Tribunal permanente, encargado de velar por la defensa del

32
orden Constitucional, y actúa como Tribunal Colegiado con independencia de los
demás organismos del Estado y ejerce funciones específicas que le asigna la
Constitución y la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad,
conoce, de acuerdo a lo que establece el artículo doscientos setenta y dos literal a)
de la Constitución de la República, garantizando la supremacía de la Constitución y
declarando la inconstitucionalidad de las leyes en casos concretos. POR TANTO:
Con fundamento en el artículo treinta del Convenio de Estatuto de La Corte
Centroamericana de Justicia y artículo cuatro de la Ordenanza de Procedimientos.
RESUELVE evacuar la solicitud de opinión Consultiva presentada por el Presidente y
Representante Legal del Parlamento Centroamericano (PARLACEN), Doctor Señor
Ciro Cruz Zepeda Peña, de la siguiente manera: PRIMERO: Que la suspensión
provisional pronunciada por la Corte de Constitucionalidad de la República de
Guatemala referida a la convocatoria de las elecciones a Diputados para el
Parlamento Centroamericano el nueve de septiembre próximo no interrumpe ni
tampoco da indicio alguno de querer interrumpir el proceso electoral contemplado
en el Artículo seis del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano en
cuanto se trata de una medida cautelar, pues el electorado, que es el detentador
supremo del poder político, no puede ser privado de participar en un proceso
eleccionario en el que serán elegidos los Diputados Centroamericanos de uno de
los Estados miembros del Sistema de Integración Centroamericano creado por el
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA). SEGUNDO. Que en tanto se respete el plazo de los tres
meses mínimos establecidos en el Artículo seis del Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano que íntegramente dice: “cada estado miembro
elegirá sus diputados titulares y suplentes ante el Parlamento, de conformidad
con las disposiciones que fueren aplicables de la legislación nacional que regula la
elección de diputados o representantes ante sus Congresos o Asambleas
Legislativas, con observancia ineludible de una amplia representatividad política
e ideológica, en un sistema democrático pluralista que garantice elecciones libres
y participativas, en condiciones de igualdad de los respectivos partidos políticos,
todo de acuerdo con el punto cuatro. “Elecciones Libres”, del “Procedimiento
para establecer la paz firme y duradera en Centroamérica”. Las elecciones
deberán celebrarse, por lo menos, con tres meses de antelación al vencimiento
del período a que se hace referencia en el artículo dos de este instrumento”, el
fallo pronunciado por la Corte de Constitucionalidad guatemalteca no es violatorio
al ordenamiento jurídico centroamericano ya que Ella ha reconocido la importancia
que supone para Guatemala la representatividad política e ideológica al seno del
Parlamento Centroamericano en su Sentencia del diecisiete de julio de mil
novecientos noventa y uno al admitir: “Tampoco viola la Constitución el Decreto
Uno-Noventa del Tribunal Supremo Electoral al vincular la elección impugnada a la

33
de diputados al Congreso por listado nacional, pues el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano, en su artículo Sexto., establece que cada Estado
elegirá sus diputados titulares y suplentes ante el citado Parlamento, de
conformidad con las disposiciones que fueren aplicables de la legislación nacional
que regula la elección de diputados, dejando, obviamente, al órgano electoral de
cada Estado la posibilidad de decidir como obtener la mayor representatividad
política e ideológica dentro de un sistema democrático y pluralista, tal y como lo
establece el propio Tratado, y al establecer una circunscripción única para elegir a
los diputados al Parlamento Centroamericano, se cumple con lo dispuesto en el
artículo seis del Tratado y se adopta un sistema que permite una mayor
representatividad”. TERCERO: Que tampoco existe violación al ordenamiento
jurídico de la integración centroamericana por parte del Tribunal Supremo Electoral
del Estado de Guatemala, puesto que dicho organismo se ha limitado a darle
cumplimiento a una medida cautelar ordenada por la Corte de Constitucionalidad
de ese hermano país, medida que como es sabido, es provisional y puede ser
revocada posteriormente. NOTIFIQUESE. ”

Jurisprudencia: La Corte de Constitucionalidad de Guatemala no viola el Derecho


Comunitario al decretar la suspensión provisional de la convocatoria a las
elecciones de los diputados al PARLACEN, a través de una medida cautelar, en
tanto esa suspensión respete el plazo mínimo establecido en el Artículo 6 del
Tratado Constitutivo de dicho órgano.

5.- Juicio del Doctor Rodolfo García Medal y otros contra el Estado de Nicaragua.

Aprobada por Corte Plena del 22 de octubre de 2007. (Acta No. 364).

Síntesis del Caso: Los demandantes alegaron que en el Juzgado para lo Civil del
Distrito de Jinotepe, demandaron al Estado de Nicaragua reclamando la restitución
de un inmueble y la suma de tres millones quinientos mil córdobas en concepto de
daños y perjuicios, habiendo obtenido sentencia favorable a sus pretensiones, pero
que a la fecha dicho fallo no ha sido cumplido.

El Estado demandado alegó que la demanda estaba mal planteada porque se


dirigió al Procurador General de la República como representante de Nicaragua y
dicho funcionario no tiene tales atribuciones.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las cinco horas y treinta minutos de la tarde del día veintitrés
de octubre del año dos mil siete. VISTO para dictar Sentencia en el juicio por

34
demanda entablada por el Doctor Rodolfo García Medal, en su carácter personal y
como Apoderado Generalísimo de sus hijos Rodolfo Nemesio, Rosalía y Estelvina,
todos de apellido García Baltodano y el Doctor José Balmore Flores Rivera,
Apoderado General Judicial del Doctor Uriel Mendieta Gutiérrez, en contra del
Estado de Nicaragua, por irrespeto de fallo judicial a fin de hacer efectivo el pago de
Tres Millones y Medio de Córdobas a cargo del demandado, por haber sido
condenado dicho Estado al pago de daños y perjuicios. Concurren a la votación de
la sentencia los Magistrados, Doctor Carlos Guerra Gallardo, Doctor Francisco
Darío Lobo Lara, Doctor Ricardo Acevedo Peralta, Doctor Alejandro Gómez Vides,
Doctora Silvia Rosales Bolaños y Doctor Jorge Ramón Hernández Alcerro.
RESULTA (I): Que las partes demandantes expusieron como pretensiones de su
demanda las siguientes: que “En el Juzgado para lo Civil del Distrito de Jinotepe, el
Doctor Rodolfo García Medal en el carácter expresado compareció demandando al
ESTADO DE NICARAGUA y a la COOPERATIVA “BENJAMÍN ZELEDÓN”
con Acción de Restitución de Inmueble, Cancelación de Inscripción Registral, de
Título Agrario y de Daños y Perjuicios, habiéndose declarado con lugar la demanda,
se condenó al Estado y a la (SIC) Cooperativa “BENJAMÍN ZELEDÓN”
solidariamente, a pagar los daños y perjuicios. Entablado el Juicio de Ejecución de
Sentencia, en vista de la insolvencia de la Cooperativa, se requirió al Estado de
Nicaragua por medio del Procurador Departamental de Justicia, para que como
representante del Estado de Nicaragua pagara el (SIC) demandante la suma de TRES
MILLONES Y MEDIO DE CÓRDOBAS, en concepto de Daños y Perjuicios y en
caso de que no pagara procediera de conformidad con la Ley del veintisiete de
febrero del (SIC) 1913, a poner en conocimiento del Poder Ejecutivo, la Demanda
de Requerimiento para que este proceda de conformidad con la Ley. Por escrito de
veinte de mayo del año dos mil dos, presentado al Señor Procurador General de
Justicia por la Ley, Dr. Francisco Fiallos Navarro, reiteramos nuestra petición para
que se cumpliera la Sentencia o sea se pagara al Dr. Rodolfo García y al Dr. Uriel
Mendieta Gutiérrez la suma ordenada en la Sentencia.” RESULTA (II): Como
fundamento de la demanda se alegó: “Nos fundamos en los artículo (SIC) 22 inc. f
infine y arto. 30 del Estatuto y artos. 31, 32 y 33 de la Ordenanza de Procedimiento
(SIC); además de las leyes citadas, en las sentencias dictadas por la Excelentísima
Corte Centroamericana a la diez de la mañana del 17 de marzo del (SIC) 1997; once
y treinta minutos de la mañana del 5 de septiembre de 1997; once de la mañana del 1
de septiembre del (SIC) 1999; once y cuarenta y cinco minutos de la mañana del 2
de agosto de 2001.” Más adelante agregaron: “Indudablemente debido a la
abundancia de trabajo del Señor Procurador General persiguiendo los delitos contra
el Estado, no ha tenido tiempo de resolver nuestra petición, pero como ha pasado
mas de un año, nos vemos en el caso de proceder a comparecer ante VOS a
DEMANDAR COMO EN EFECTO DEMANDAMOS AL ESTADO DE
NICARAGUA REPRESENTADO POR EL SEÑOR PROCURADOR DE
JUSTICIA, DR. FRANCISCO FIALLOS NAVARRO, quien es mayor de edad,
casado, abogado y Notario y de este domicilio para que por Sentencia se declare: 1.-

35
Ha lugar a la demanda que antecede. 2.- Que el Poder Ejecutivo del Estado de
Nicaragua, de hecho no ha respetado el fallo dictado por el Juez para lo Civil del
Distrito de Jinotepe, de las doce y veinte minutos de la tarde del día catorce de
noviembre Mil novecientos noventa y cinco y el requerimiento del Pago que se le
hizo por medio del Procurador Departamental de Justicia, y petición al Dr. Francisco
Fiallos Navarro, Procurador General de Justicia en la que se declara y se ordena que
debe pagar el Estado de Nicaragua la suma de TRES MILLONES QUINIENTOS
MIL CORDOBAS (C$3,500,000.00) a los demandantes para que el Estado de
Nicaragua por medio de la Secretaria de Estado correspondiente y en cumplimiento
de las resoluciones expresada, (SIC) dicte el acuerdo y ejecute el pago de las sumas
debidas a los demandantes ...”; habiendo acompañado a la demanda anterior la
documentación que se relacionará más adelante. RESULTA (III): Por auto de las
doce horas y treinta minutos del tres de septiembre de dos mil tres se admitió la
demanda en contra del Estado de Nicaragua y se previno a los demandantes que
confirieran poder a un abogado en ejercicio para que los represente en el proceso,
prevención que fue oportunamente evacuada, por lo que esta Corte tuvo como
Apoderado Judicial de los demandantes al Doctor José Balmore Flores Rivera.
RESULTA (IV): Por escrito del Doctor Flores Rivera, que corre agregado a Folios
43, dicho profesional pidió que se mande a oír al Estado demandado por medio del
Señor Presidente de la República Don Enrique Bolaños Geyer, por el término de ley.
RESULTA (V): Por auto de las once horas treinta minutos del seis de julio de dos
mil cinco se ordenó el emplazamiento del Estado de Nicaragua, por medio del
Excelentísimo Señor Presidente de la República Ingeniero Enrique Bolaños Geyer,
quien contestó “que la demanda ha sido presentada de manera anómala por cuanto
está dirigida contra un funcionario del Estado de Nicaragua que no tiene
atribuciones legales para representar a la República de Nicaragua, ya que la Ley
Orgánica de la Procuraduría General de la República, identificada en el
ordenamiento jurídico de Nicaragua como Ley No. 411, publicada en La Gaceta,
Diario Oficial No. 244 del 24 de diciembre de 2001, no le confiere facultades
expresas para intervenir directamente en este tipo de demandas”. Más adelante
agregó: “Excelentísima Corte, de conformidad con la Ley No. 411, el Procurador
General de la República de Nicaragua no está facultado para ordenar o instruir a
ningún Poder del Estado u Organismo de Gobierno el cumplimiento de las
sentencias que de conformidad con la Ley dicten los órganos jurisdiccionales del
Poder Judicial de Nicaragua. De lo anterior es lógico concluir que la parte
demandante realizó gestiones ante instancias que no tienen competencia legal para
ordenar el cumplimiento de la sentencia que supuestamente se dictó a su favor, pues
la Presidencia de la República de Nicaragua no fue parte y no fue notificada para
hacer efectivo cumplimiento de ningún fallo relacionado con los demandantes, en
consecuencia la demanda no puede prosperar ni ser tomada en cuenta por esta
Honorable Corte Centroamericana...” En seguida expresó: “Sin perjuicio de lo
anterior debo hacer notar que la parte demandante omitió un requisito fundamental
en su escrito de demanda, por cuanto no señaló claramente las pruebas que aportará

36
durante el período correspondiente para sustentar y probar los extremos de su
pretensión jurídica, por lo que de conformidad con el Arto. 32 de la Ordenanza de
Procedimientos de esta Corte no se le debe dar curso a la demanda presentada. Por
lo anterior solicito a la Honorable Corte que la presente demanda sea declarada
improcedente.” RESULTA (VI): Al escrito anterior, el Doctor Flores Rivera
contestó fundamentalmente lo siguiente: “La Demanda se presentó ante éste
Tribunal Supranacional, en contra del Estado de Nicaragua, siguiendo las Normas
que venía observando ésta Corte en el sentido que se dirigían en contra del
Procurador General de la República, pero posteriormente se siguió la norma, que los
Juicios se entendieran con el Señor Presidente de la República, y por eso en el
escrito de ampliación de la Demanda, cuando me presenté con Poder del Dr.
Rodolfo García Medal e hijos, seguí pidiendo los lineamientos de éste Excelentísimo
Tribunal, que se emplazara al Señor Presidente de la República, de manera que no
hay ninguna Omisión, ni falta de representación del Estado en el Proceso, porque
precisamente está representado por el Señor Presidente.- Por esta razón pido no
atender éste impedimento del Señor Presidente.-...”. Posteriormente manifestó:
“Respecto a la afirmación que hace el Señor Presidente de que omitieron los
demandantes, el requisito formal de expresar los medios de Prueba, de que se
valdrían, me permito con todo respeto recordar, que el Código de Procedimiento
Civil de Nicaragua, aplicable como legislación Local, dice: Arto. 1026: La
demanda puede ir acompañada de documentos o sin ellos, en el primer caso es
necesario presentarlos o mencionarlos, y en el segundo referir el hecho,
ofreciendo probarlo, y en todo caso se citará la Ley en que se funda.”
RESULTA (VII): Por auto de las once horas del seis de septiembre de dos mil
cinco, se decretó de oficio la apertura a prueba por veinte días hábiles, durante el
cual el abogado demandante pidió tener como prueba el escrito de contestación de la
demanda presentado por el Ingeniero Enrique Bolaños Geyer, Presidente de la
República de Nicaragua, al igual que la documentación siguiente: a)– Sentencia
dictada por el Juzgado para lo Civil del Distrito de Jinotepe, a las doce y diez
minutos de la tarde del día catorce de noviembre del año Mil Novecientos Noventa y
Cinco. b)- Sentencia dictada por la Honorable Sala Civil del Tribunal de
Apelaciones de Masaya, a las dos y treinta minutos de la tarde del día diez de marzo
del año Dos Mil. c)- Mandamiento de Requerimiento de embargo librado por el
mismo Juzgado a las cuatro y treinta y siete minutos de la tarde del siete de agosto
del año Dos Mil. d)– Cédula que contiene la Inserción íntegra del Mandamiento y
Requerimiento hecho al Procurador Departamental de Justicia, a las cuatro y
cuarenta y cinco minutos de la tarde del día siete de agosto del año Dos Mil. e)-
Escritura Pública Número treinta y ocho de Cesión y Derecho Litigioso, autorizada
por el Notario José Balmore Flores Rivera, en la ciudad de Diriamba a las tres y
veinte minutos de la tarde del día veinte de marzo del año Dos Mil Dos, todos los
cuales fueron presentados conjuntamente con el escrito de demanda. RESULTA
(VIII): El Abogado José Macario Estrada Cousin pidió que se le tuviera por parte en
el proceso, legitimando su personería con un Poder Especial otorgado por el

37
Ingeniero Enrique Bolaños Geyer en su calidad de Presidente de la República de
Nicaragua, personería que fue impugnada por el demandante. Este incidente fue
resuelto por Auto de las doce horas y treinta minutos del veintitrés de noviembre del
dos mil cinco, en el cual se tuvo por parte al Abogado Estrada Cousin como
Apoderado del demandado y por agregados los escritos presentados por las partes.
En vista de que el Abogado de la parte demandada no recurrió de la Resolución
anterior y más bien la aceptó expresamente, quedó convalidada para los efectos del
presente proceso que el Estado de Nicaragua sería representado por el Presidente de
la República. RESULTA (IX): Por auto de Presidencia de la una de la tarde del
diecinueve de enero de dos mil seis se citó a las partes para Audiencia Pública, la
cual se celebró con todos los requisitos de ley. RESULTA (X): La Corte estimó
necesario pedir informe al Excelentísimo Señor Ministro de Hacienda y Crédito
Público, para que dijera si la deuda relacionada con este caso ya había sido pagada,
habiendo contestado dicho funcionario que la deuda en cuestión estaba en proceso
administrativo de cumplimiento. RESULTA (XI): En vista que se han recibido dos
escritos de Abogados que piden que se les tenga por parte, siendo el primero de
fecha treinta de julio de dos mil siete, firmado por Hernán Estrada, Procurador
General de la República de Nicaragua y que está agregado a Folios 103, y el
segundo de fecha catorce de agosto de dos mil siete, firmado por Julio César Avilés
Aburto, en donde sustituye al Abogado José Balmore Flores Rivera, agregados a
Folios 107, es necesario resolver estas peticiones, lo cual se hará en la presente
sentencia. CONSIDERANDO I: Que La Corte Centroamericana de Justicia,
establecida por el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), es el Órgano Judicial
principal y permanente del Sistema de la Integración Centroamericana, cuya
jurisdicción y competencia regionales son de carácter obligatorio para los Estados,
los Órganos, Instituciones Comunitarias y posparticulares, y le corresponde
garantizar el respeto al derecho, tanto en la interpretación como en la ejecución del
Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos complementarios o actos derivados
del mismo; CONSIDERANDO II: Que el Protocolo de Tegucigalpa de 1991 es en
la actualidad el Tratado Constitutivo Marco de la Integración Centroamericana, y
por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental de cualquier otra normativa
centroamericana, sean éstos Tratados, Convenios, Protocolos, Acuerdos u otros
actos jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a la entrada en vigencia de
dicho Protocolo. CONSIDERANDO III: Que el presente caso debe ser analizado
de acuerdo a los alegatos y argumentaciones de las partes litigantes, así como con
los principios doctrinarios del Derecho Comunitario y del Derecho Común
nicaragüense. Es criterio de este Tribunal que los puntos básicos que deben definir la
presente controversia, consisten en determinar si la demanda interpuesta ante esta
Corte, fue bien encausada al interponerla contra el Procurador de Justicia o si por el
contrario, dicha demanda debió interponerse en contra del Señor Presidente de la
República, en su carácter de representante del Estado de Nicaragua y si el
mencionado Procurador tiene o no facultades para ordenar el pago solicitado.

38
CONSIDERANDO IV: En vista de que el Excelentísimo Señor Presidente de la
República de Nicaragua, en su respuesta de folios 50, manifestó que se rechazara la
demanda de pleno derecho, por el incumplimiento del artículo 32 de la Ordenanza
de Procedimientos de esta Corte, en el sentido de que el demandante no cumplió con
la formalidad de señalar en su demanda las pruebas que aportaría, este Tribunal es
de opinión que los procesos desarrollados ante esta Corte deben desempeñar una
función de plena garantía para las partes procesales, posibilitando la participación de
las mismas, presentando las pruebas que consideren pertinentes y objetando los
puntos en que estén en desacuerdo. Sin embargo, lo anterior no significa que
debemos aplicar un criterio excesivamente formalista; antes bien creemos que el
Derecho no debe propugnarse de una manera rígida por la protección de las formas,
sino más bien atender a la finalidad del acto que las sustenta. Si se ha cumplido con
respetarse los procedimientos adecuados y se ha garantizado a las partes la
oportunidad de intervenir en el proceso defendiendo sus derechos e intereses
legítimos, la falta de formalidad de no señalar las pruebas que aportaría por parte del
demandante, debe considerarse como un hecho que no incide en el derecho de
defensa del Estado de Nicaragua, y así lo consideró este Tribunal desde el momento
en que le dió curso a la presente demanda, por lo que habrá que desestimarse la
argumentación de la parte demandada en este punto y así se declara.
CONSIDERANDO V: Los abogados que representan a los demandantes
interpusieron su demanda en contra del Procurador de Justicia, en su carácter de
Representante del Estado de Nicaragua, pero más tarde, en su escrito de fecha junio
de dos mil cinco (SIC), agregado a folios 43 y siguientes, el abogado José Balmore
Flores Rivera, cambia lo anterior y pide que se mande oír al Estado por medio del
Señor Presidente de la República, Ingeniero Don Enrique Bolaños Geyer, petición
que fue resuelta favorablemente por auto del seis de julio de dos mil cinco, en vista
de que el artículo mil treinta y seis del Código de Procedimiento Civil de Nicaragua
permite la modificación de la demanda antes de la contestación del demandado.
Dicho artículo, en lo pertinente, dice así: “Notificada la demanda a cualquiera de
los demandados y antes de la contestación, podrá el demandante hacer en ella las
ampliaciones o rectificaciones que estime conveniente.” Habiendo contestado la
demanda el Excelentísimo Señor Presidente de la República en fecha posterior a la
reforma ya relacionada, cabe deducir que tal ampliación se hizo en tiempo.
CONSIDERANDO VI: Que conforme la legislación nacional del Estado de
Nicaragua, la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República (Ley No.
411), dicho organismo es una Institución adscrita al Poder Ejecutivo, con
independencia funcional que tiene a su cargo la representación legal del Estado de
Nicaragua, en lo que determine dicha ley. Así el Artículo 2, numeral primero,
faculta a la Procuraduría para ejercer dicha representación en los negocios de
cualquier naturaleza que se ventilen o deban ventilarse en los Tribunales de Justicia.
Por su parte el Artículo siete señala que el Procurador tiene rango de Ministro de
Estado y entre sus funciones, según el Artículo doce, ejerce la representación del
Estado tanto en los asuntos judiciales como en los extrajudiciales.

39
Consecuentemente existe base jurídica para admitir como parte al Señor Procurador
General de la República de Nicaragua y así habrá que declararlo.
CONSIDERANDO VII: Cuando el abogado José Macario Estrada Cousin, en su
escrito de fecha veintidós de septiembre de dos mil cinco, agregado a Folios 65, se
presenta en representación del Estado de Nicaragua, legitimando su personería con
un Poder Especial otorgado por la Notario Ana Marcela Pereira Carvajal, extendido
por el Ingeniero Enrique Bolaños Geyer, en su calidad de Presidente de la
República, se convalida la tesis de que en el presente proceso, el Estado demandado
es representado por el Presidente de la República, en virtud de lo que se conoce en
Derecho Internacional como el Principio de los Actos Propios. CONSIDERANDO
VIII: En vista de que el Mandatario ha alegado, en su escrito de folios 50, que el
Procurador General de la República de Nicaragua no está facultado para ordenar o
instruir a ningún Poder del Estado u Organismo de Gobierno el cumplimiento de las
sentencias emitidas por los tribunales, esta Corte estima que el enfoque anterior, si
bien es técnicamente correcto, no se aplica al presente caso, ya que el juez de la
causa dijo en su fallo que en caso de que el Estado de Nicaragua no cumpliera con lo
establecido en la sentencia, se procediera de conformidad con la Ley del 27 de
febrero de l913, comunicándole al Poder Ejecutivo lo pertinente y el Abogado de los
demandantes, para ser congruente con lo anterior, pidió en su demanda que la
Secretaría de Estado correspondiente dicte el Acuerdo y posteriormente ejecute el
pago. Aunado a lo anterior, al consultar la Ley del 27 de febrero de 1913,
encontramos que regula aquellos casos en que habiendo un fallo ejecutoriado contra
el Estado, tocará al Ejecutivo acordar y ejecutar el pago, en la forma y dentro de los
límites que señala la Ley de Presupuesto. CONSIDERANDO IX: Tomando en
cuenta que el Excelentísimo Señor Ministro de Hacienda y Crédito Público de
Nicaragua señor Alberto José Guevara Obregón, en su informe del 14 de agosto del
corriente año y que corre agregado a folios 127, admite expresamente la existencia
de la deuda objeto de la presente litis y manifiesta además que el cumplimiento de la
sentencia que originó el reclamo tantas veces relacionado, se encuentra en proceso
administrativo de cumplimiento de la misma, lo que constituye un reconocimiento a
las pretensiones de la parte demandante. POR TANTO: La Corte Centroamericana
de Justicia, en nombre de Centroamérica, de conformidad con lo expuesto y con los
artículos 8, 9, 10 y 11 del Protocolo de Tegucigalpa, 1, 2, 3, 22 literal f) y 35 del
Convenio de Estatuto de esta Corte; 3, 4, 5 numeral 4), 16 y 22 de la Ordenanza de
Procedimientos; 144 y 150 numeral 2) de la Constitución Política de Nicaragua y 2
de la Ley del 27 de febrero de 1913, por mayoría de votos RESUELVE: a) Téngase
por parte al Abogado Hernán Estrada, en representación de la parte demandada y al
Abogado Julio César Avilés Aburto como sustituto del Doctor José Balmore Flores
Rivera, en representación de la parte demandante; b) Ha lugar a las pretensiones de
la parte demandante, por lo que requiérase al Estado de Nicaragua para que, a través
de la Secretaría de Estado correspondiente, dicte el acuerdo ordenando el pago de
los daños y perjuicios a que fue condenado por sentencia ejecutoriada y
posteriormente proceda a la erogación de los mismos, en los términos establecidos

40
por la Ley del 27 de febrero de 1913; y c) Notifíquese. VOTO DISIDENTE DEL
MAGISTRADO DR. CARLOS GUERRA GALLARDO.- En el caso de los
Señores Rodolfo García Medal, Rodolfo Nemesio, Rosalía y Estelvina de Apellidos
García Baltodano y del Dr. Uriel Mendieta Gutiérrez, en contra del Estado de
Nicaragua por irrespeto de Fallo Judicial. Reconociendo el esfuerzo que ha hecho el
estimado colega ponente, y con el ánimo de contribuir a la clarificación de las
competencias de la Corte Centroamericana de Justicia, y que muy a pesar de que se
han discutido en diversas ocasiones, y que he esperado una posición definitoria al
respecto y en lo que concierne específicamente al Artículo 22 acápite f. La
Jurisdicción de la Corte es obligatoria y exclusiva para conocer y resolver de
controversias surgidas en interpretación y aplicación del Derecho Comunitario; es
decir EL CUMPLIMIENTO Y EJECUCION DE SENTENCIAS O DE FALLOS
NACIONALES NO DEBE SER CONSIDERADA COMO UNA DELEGACION
DE COMPETENCIA A FAVOR DE LA CORTE CENTROAMERICANA DE
JUSTICIA, POR TANTO SOLAMENTE SERIA APLICABLE EL ARTICULO 22
EN SU LITERAL F, CUANDO EL IRRESPETO A LOS FALLOS JUDICIALES
AFECTEN LOS INTERESES DE ALGUN ESTADO MIEMBRO DEL SISTEMA
O LOS DE LA COMUNIDAD CENTROAMERICANA, POR TANTO ME
RESULTA ILOGICO QUE ANTE LA CORTE CENTROAMERICANA DE
JUSTICIA VAYA A VENTILARSE LA FALTA DE CUMPLIMIENTO O DE
EJECUCIÓN BASADO EN AUTORIDAD DE COSA JUZGADA POR EL
DERECHO INTERNO DE UN ESTADO MIEMBRO DEL SISTEMA DE
INTEGRACION CENTROAMERICANA Y QUE SEA ESTA CORTE LA QUE
VENGA A LLENAR OMISIONES EN UN JUICIO DE EJECUCION DE
SENTENCIA CON LA LEGISLACION INTERNA DE UN ESTADO MIEMBRO
CUANDO NO ESTE DE POR MEDIO O NO HAYA SIDO EL RESULTADO DE
UNA CONTROVERSIA REFERIDA A NORMAS COMUNITARIAS. El hecho de
la existencia de una cooperación horizontal recíproca y participativa entre los
órganos jurisdiccionales nacionales y el Tribunal Comunitario no significa que la
inejecución de un Fallo local se vuelve un ilícito comunitario, salvo como ya lo he
mencionado que se afecten los intereses de algún Estado Miembro del Sistema o
bien de la Comunidad Centroamericana, es decir se ha confundido el Principio
Comunitario de la complementariedad, el cual se entiende, a pesar de que la Corte
no ha dicho nada al respecto en ninguna de sus Sentencias para verlo como una
estrecha colaboración entre el Derecho Nacional y el Comunitario, actuando el
primero como complemento del segundo sin que ello signifique un reemplazo de la
jurisdicción nacional por la comunitaria o viceversa y es totalmente diferente el que
las autoridades nacionales procedan al cumplimiento no sólo de las Normas del
Derecho Comunitario, sino también a los Fallos de la Corte Centroamericana de
Justicia con arreglo a las disposiciones de su Derecho Nacional y otra QUE EL
INCUMPLIMIENTO DEL FALLO LOCAL SE TRANSFORMEN EN EFICACES
GRACIAS A LA INTERMEDIACION DEL TRIBUNAL COMUNITARIO. Por
tanto se desprende que el Literal f, del artículo 22 del Convenio de Estatuto, es

41
únicamente cuando no se respetan los Fallos Judiciales de índole Comunitario y que
no tenemos competencia ni jurisdicción para conocer de asuntos propios del
Derecho interno de cada Estado, en cuanto no afecte la norma Comunitaria.- Por
tanto, debemos de asumir la interpretación en su dimensión correcta del arto. 22 f)
del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, de conformidad
al arto. 12 del Protocolo de Tegucigalpa.- En el presente caso, es evidente que
estamos ante una Sentencia que no tiene nada que ver con la ejecución y práctica del
Derecho Comunitario, todo de conformidad a lo antes expuesto.- Así expreso mi
disenso.-“

Jurisprudencia: La falta de señalar los medios de prueba en la demanda, es un


hecho que no incide en el derecho de defensa del demandado. La Corte estimó
que no se debe aplicar un criterio excesivamente formalista, sino más bien atender
a la finalidad del acto que la sustenta.

Existe base jurídica suficiente para considerar que el Procurador General de la


República tiene capacidad para representar en juicio al Estado de Nicaragua.
(Artículo 2 numeral 1, 7, y 12 de la Ley de la Procuraduría General) y por lo tanto se
le tiene por parte, pero también, en virtud del Principio de los Actos propios,
conocido en el Derecho Internacional, se convalida el hecho que el Estado
demandado pueda ser representado por el Presidente de la República.

6.- Opinión Consultiva solicitada por el PARLACEN sobre si puede un Órgano


Jurisdiccional Nacional emitir fallos que deroguen Tratados Internacionales y
otros puntos más.

Aprobada en Corte Plena del 8 de enero de 2008. (Acta No. 369).

Síntesis del Caso: El PARLACEN, a través de su Presidente Julio Guillermo González


Gamarra, consultó a esta Corte sobre varios puntos, siendo los principales
referentes a que si el Parlamento está obligado a acatar disposiciones de un
Órgano Jurisdiccional Nacional que derogue o deje sin efecto un Tratado o
Convenio Internacional y si el Presidente y Vicepresidente de Guatemala al
terminar su mandato, pueden asumir como Diputados del PARLACEN.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las cuatro de la tarde del día ocho de enero del año dos mil
ocho. Vista la solicitud de Consulta presentada el día cinco de diciembre de dos mil
siete por el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), por medio de su

42
Presidente, el Señor Julio Guillermo González Gamarra, cuya admisión se considera
procedente por ser competente La Corte para conocer de ella, de conformidad al
Artículo 22 literal e) del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia, Consulta que se contrae a solicitar que La Corte responda las cuestiones
siguientes: “A.- ¿EL PARLAMENTO CENTROAMERICANO COMO
ÓRGANO POLÍTICO DEL SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA QUE GOZA DE PERSONALIDAD JURIDICA DE
DERECHO INTERNACIONAL ESTA SUJETO AL ORDENAMIENTO
JURIDICO DEL DERECHO INTERNACIONAL O A LOS
ORDENAMIENTOS JURIDICOS NACIONALES DE SUS ESTADOS
PARTE? B.- ¿PUEDE UN ÓRGANO JURISDICCIONAL NACIONAL-
INDEPENDIENTEMENTE DE SU JERARQUIA- EMITIR FALLOS QUE
POSIBILITEN LA DEROGATORIA DE TRATADOS O CONVENIOS
PARTE DE LA NORMATIVA JURIDICA DEL SISTEMA DE LA
INTEGRACION CENTROAMERICANA ACTUALMENTE VIGENTE? C.-
¿PUEDE UN ESTADO POR LA VIA DE LAS SENTENCIAS DE SUS
ORGANOS JURISDICCIONALES DEJAR SIN EFECTO PARCIAL O
TOTALMENTE UN TRATADO EN EL CUAL DICHO ESTADO
CONSINTIÓ Y DESARROLLÓ TODO SU PROCESO CONSTITUCIONAL
INTERNO TANTO EN LA NEGOCIACIÓN, SUSCRIPCIÓN Y PUESTA EN
VIGENCIA? D.- ¿SI EN UN CASO CONCRETO EXISTEN ACTUACIONES
DE ORGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES QUE DEJAN SIN
EFECTO UN TRATADO O CONVENIO DE LA INTEGRACIÓN
VÁLIDAMENTE CELEBRADO, DICHAS ACTUACIONES SON NULAS
IPSO JURE POR FALTA DE JURISDICCIÓN Y POR CONTRAVENIR
NORMATIVA REGIONAL E INTERNACIONAL EXPRESA? E.- ¿CUAL ES
EL PROCEDIMIENTO QUE DEBE DESARROLLAR UN ESTADO PARA
PODER DEJAR SIN EFECTO PARCIAMENTE UN INSTRUMENTO
JURIDICO VIGENTE Y VÁLIDAMENTE CELEBRADO POR LOS
ESTADOS PARTE DEL SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA? F.- ¿EL PARLACEN ESTA OBLIGADO A
ACATAR FALLOS DE ORGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES
QUE ATENTAN CONTRA SU PROPIA NATURALEZA, VIOLENTAN SU
ORDENAMIENTO JURÍDICO REGIONAL Y HACEN PRIMAR EL
DERECHO INTERNO POR SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL
PUBLICO? G.- ¿PUEDEN ASUMIR COMO DIPUTADOS
CENTROAMERICANOS POR EL ESTADO DE GUATEMALA ANTE EL
PARLAMENTO CENTROAMERICANO, AL CONCLUIR SU MANDATO
EL PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE ACTUALES? CONSIDERANDO I:
Que el Estado de Guatemala es Parte del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA), de ahora en adelante
llamado Protocolo de Tegucigalpa, suscrito el trece de diciembre de mil novecientos
noventa y uno, aprobado por el Estado de Guatemala mediante Decreto Legislativo

43
No. 0071 de fecha doce de noviembre de mil novecientos noventa y dos con
Instrumento de Ratificación depositado en el Ministerio de Relaciones Exteriores de
la República de El Salvador, como depositario inicial de los Instrumentos de
Ratificación y Adhesión, el trece de agosto de mil novecientos noventa y tres, el cual
entró en vigor para los Estados Parte ocho días después del depósito del Instrumento
de Ratificación por parte de la mayoría de los Estados signatarios de la Carta de la
ODECA, el veintitrés de julio de mil novecientos noventa y dos.
CONSIDERANDO II: Que con fecha trece de diciembre de dos mil siete, el Poder
Legislativo de Guatemala aprobó el Decreto No. 78-2007 mediante el cual el Estado
de Guatemala se convierte en el cuarto Estado centroamericano que pondrá en
vigor, el quince de enero de dos mil ocho, el Convenio de Estatuto de La Corte
Centroamérica de Justicia, el cual contempla las normas que regulan su integración,
funcionamiento y atribuciones. CONSIDERANDO III: Que de conformidad con
los Artículos 1 y 2 del Protocolo de Tegucigalpa, el Estado de Guatemala forma
parte de la comunidad económico-política que aspira a la integración de
Centroamérica, así como del marco institucional de la Integración Regional
Centroamericana. CONSIDERANDO IV: Que según lo establece el Artículo 6 del
Protocolo de Tegucigalpa, los Estados Miembros del SICA se obligan a abstenerse
de adoptar medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los
propósitos y el cumplimiento de los principios fundamentales del SICA.
CONSIDERANDO V: Que de acuerdo al Artículo 10 del Protocolo de
Tegucigalpa, los Órganos e Instituciones del SICA deberán contribuir a la efectiva
observancia y ejecución de los propósitos y principios de dicho Protocolo y que esta
obligación es imperativa y primaria en sus ordenamientos complementarios o
derivados. CONSIDERANDO VI: Que de conformidad con el Artículo 12 del
Protocolo de Tegucigalpa los Estados Parte, incluyendo al Estado de Guatemala,
decidieron crear los órganos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)
para la realización de los fines del mismo, entre otros, la Corte Centroamericana de
Justicia, como el órgano jurisdiccional encargado de garantizar el respeto del
derecho, en la interpretación y ejecución de dicho Protocolo y sus instrumentos
complementarios y actos derivados del mismo. CONSIDERANDO VII: Que el
Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa, del cual el Estado de Guatemala es Parte,
establece la jurisdicción obligatoria de la Corte Centroamericana de Justicia al
mandar que: “Toda controversia sobre la aplicación o interpretación de las
disposiciones contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos
(complementarios y derivados) 11 ……deberá 12 someterse a la Corte
Centroamericana de Justicia” y que en consecuencia el Estado de Guatemala está
sometido a dicha jurisdicción. CONSIDERANDO VIII: Que la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados, de la cual el Estado de Guatemala es Parte,
mediante aprobación en Decreto Legislativo No. 55-96 de fecha veintiséis de junio
11
Texto entre paréntesis es nuestro.
12
Énfasis es nuestro.

44
de mil novecientos noventa y seis y depósito del Instrumento de Ratificación el
veintiuno de julio de mil novecientos noventa y siete, mediante el cual los Estados
Parte de la misma, en su Artículo 26 se obligan a observar la regla de "Pacta sunt
servanda", según la cual “Todo tratado en vigor obliga a las partes y debe ser
cumplido por ellas de buena fe.” CONSIDERANDO IX: Que asimismo en el
Artículo 27 de dicha Convención Internacional, el Estado de Guatemala se
compromete, en relación al derecho interno y la observancia de los tratados, a que:
“Una parte no podrá invocar las disposiciones de su derecho interno como
justificación del incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio
de lo dispuesto en el artículo 46” el cual establece: “1. El hecho de que el
consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado haya sido manifiesto en
violación de una disposición de su derecho interno concerniente a la competencia
para celebrar tratados no podrá ser alegado por dicho Estado como vicio de su
consentimiento, a menos que esa violación sea manifiesta y afecte a una norma de
importancia fundamental de su derecho interno. 2. Una violación es manifiesta si
resulta objetivamente evidente para cualquier Estado que proceda en la materia
conforme a la práctica usual y de buena fe.” CONSIDERANDO X: Que el Estado
de Guatemala es Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y
Otras Instancias Políticas, de ahora en adelante llamado Tratado Constitutivo,
mediante aprobación por Decreto Legislativo No. 91-87 de fecha veintisiete de
noviembre de mil novecientos ochenta y siete y publicado el nueve de diciembre de
mil novecientos ochenta y siete y que el mismo ha sido válidamente celebrado por
las autoridades del Estado de Guatemala, no existiendo violaciones manifiestas a
disposiciones de derecho interno guatemalteco concerniente a la competencia para
celebrar tratados ni se ha afectado una norma de importancia fundamental de
derecho interno de acuerdo a lo que establece la propia Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados. CONSIDERANDO XI: Que la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados, en su PARTE V: Nulidad, terminación y
suspensión de la aplicación de los tratados. SECCION PRIMERA. Disposiciones
generales, consigna en su artículo 42, relativo a la validez y continuación en vigor
de los tratados que: “1. La validez de un tratado o del consentimiento de un Estado
en obligarse por un tratado no podrá ser impugnada sino mediante la aplicación de la
presente Convención. 2. La terminación de un tratado, su denuncia o el retiro de una
parte no podrán tener lugar sino como resultado de la aplicación de las disposiciones
del tratado o de la presente Convención. La misma norma se aplicará a la
suspensión de la aplicación de un tratado.”13 CONSIDERANDO XII: Que en
relación a las obligaciones impuestas por el derecho internacional
independientemente de un tratado, en su artículo 43, la Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados manda, que: “La nulidad, terminación o denuncia de un
tratado, el retiro de una de las partes o la suspensión de la aplicación del tratado,
cuando resulten de la aplicación de la presente Convención o de las disposiciones

13
Las negritas son nuestras.

45
del tratado, no menoscabarán en nada el deber de un Estado de cumplir toda
obligación enunciada en el tratado a la que esté sometido en virtud del derecho
internacional independientemente de ese tratado. CONSIDERANDO XIII: Que la
suspensión de la aplicación de un tratado sólo puede hacerse en virtud de las
disposiciones del mismo tratado o por consentimiento de las partes, tal y como lo
contempla el artículo 57 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados que literalmente dice: “La aplicación de un tratado podrá suspenderse con
respecto a todas las partes o a una parte determinada: a) conforme a las
disposiciones del tratado, o b) en cualquier momento, por consentimiento de todas
las partes previa consulta con los demás Estados contratantes”. CONSIDERANDO
XIV: Que el procedimiento que deberá seguirse con respecto a la suspensión de la
aplicación de un tratado se establece en el artículo 65 de la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados y el mismo debe observar los siguientes requisitos:
“1. La parte que, basándose en las disposiciones de la presente Convención, alegue
un vicio de su consentimiento en obligarse por un tratado o una causa para impugnar
la validez de un tratado, darlo por terminado, retirarse de él o suspender su
aplicación, deberá notificar a las demás partes su pretensión. En la notificación
habrá de indicarse la medida que se proponga adoptar con respecto al tratado y las
razones en que esta se funde. 2. Si, después de un plazo que, salvo en casos de
especial urgencia, no habrá de ser inferior a tres meses contados desde la recepción
de la notificación, ninguna parte ha formulado objeciones, la parte que haya hecho la
notificación podrá adoptar en la forma prescrita en el articulo 67 la medida que haya
propuesto. 3. Si por el contrario, cualquiera de las demás partes ha formulado una
objeción, las partes deberán buscar una solución por los medios indicados en el
artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas. 4. Nada de lo dispuesto en los
párrafos precedentes afectara a los derechos o a las obligaciones de las partes
que se deriven de cualesquiera disposiciones en vigor entre ellas respecto de la
solución de controversias.14 5. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 45, el
hecho de que un Estado no haya efectuado la notificación prescrita en el párrafo 1
no le impedirá hacerla en respuesta a otra parte que pida el cumplimiento del tratado
o alegue su violación.” De acuerdo al artículo 67 de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados, la notificación prevista en el párrafo 1 del artículo 65 habrá
de hacerse por escrito. Además establece que todo acto encaminado a declarar la
nulidad de un tratado, darlo por terminado, retirarse de él o suspender su aplicación
de conformidad con las disposiciones del tratado o de los párrafos 2 ó 3 del artículo
65, se hará constar en un instrumento que será comunicado a las demás partes. Y
que el Estado de Guatemala no ha observado el procedimiento aquí establecido para
la suspensión de un Tratado Internacional. CONSIDERANDO XV: De
conformidad con la misma Convención de Viena, ya citada, los Estados Parte
pueden perder el derecho a alegar una causa de nulidad, terminación, retiro o
suspensión de la aplicación de un tratado si, después de haber tenido conocimiento

14
Ídem

46
de los hechos, ese Estado: a) ha convenido expresamente en que el tratado es válido,
permanece en vigor o continúa en aplicación, según el caso; o b) se ha comportado
de tal manera que debe considerarse que ha dado su aquiescencia a la validez
del tratado o a su continuación en vigor o en aplicación, según el caso. 15 Y que
en casos similares anteriores el Estado de Guatemala se ha comportado de manera
tal que ha ignorado las decisiones de su propia Corte Constitucional y ha dado su
aquiescencia a la validez del tratado, su continuidad en vigor y su aplicación, en este
caso el Tratado Constitutivo. CONSIDERANDO XVI: Que cuando un tratado no
contiene disposiciones sobre la denuncia o retiro del mismo, la Convención de
Viena, antes referida, resuelve esta situación mediante la aplicación de las reglas
contenidas en su artículo 56 que prescribe lo siguiente: “1. Un tratado que no
contenga disposiciones sobre su terminación ni prevea la denuncia o el retiro del
mismo, no podrá ser objeto de denuncia o de retiro a menos: a) que conste que fue
intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia o de retiro; o b) que el
derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse de la naturaleza del tratado. 2. Una
parte deberá notificar con doce meses, por lo menos, de antelación su intención de
denunciar un tratado o de retirarse de él conforme al párrafo 1.”Y que el Estado de
Guatemala en ningún momento ha seguido el procedimiento establecido en la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados para el caso de denuncia.
CONSIDERANDO XVII: Que la propia Honorable Corte Constitucional de
Guatemala en su sentencia de fecha veintidós de marzo de mil novecientos noventa
y ocho reconoció que : “…La modificación de los Tratados, es un acto que
concierne al Derecho Internacional, y que si un Tratado fuere contrario al
ordenamiento, la controversia tendría que dirimirse dentro de las normas del
Derecho Internacional…pero nunca a través de una inconstitucionalidad y
nunca por la Corte de Constitucionalidad, que no es un Tribunal
Internacional….”16, así como en su Resolución de veintiséis de febrero de dos mil
cuatro de la Honorable Corte Constitucional, en los Expedientes Acumulados 012-
2004 y 213-2004, concernientes a una acción de Inconstitucionalidad General
Parcial, planteada por los Señores Ricardo Sagastume Vidaurre en quien se unificó
personería por una parte y Alfredo Skinner-Klée, por otra parte, y con motivo de
una notificación de la Honorable Corte Constitucional al Parlamento
Centroamericano, la cual fue devuelta por dicho Órgano Regional, la Honorable
Corte expresó en el segundo párrafo del Considerando II de dicha Resolución que la
inclusión del Parlamento Centroamericano “se hizo, como generalmente sucede,
con el objeto de obtener sus argumentos en torno al tema concreto y de ninguna
manera para vincular u obligar a aceptar o reconocer jurisdicción o
competencia de esta Corte…”17 . CONSIDERANDO XVIII: Que la Constitución
de la República de Guatemala establece en su artículo 149 y siguientes: De las
Relaciones Internacionales. Guatemala normará sus relaciones con otros Estados,
15
Ibidem
16
Ibidem
17
Ibidem

47
de conformidad con los principios, reglas y prácticas Internacionales con el
propósito de contribuir al mantenimiento de la Paz y la Libertad, al respeto y
defensa de los Derechos Humanos, al fortalecimiento de los procesos democráticos e
Instituciones Internacionales que garanticen el beneficio mutuo y equitativo entre los
Estados. Artículo 150. De la Comunidad Centroamericana. Guatemala, como
parte de la comunidad centroamericana, mantendrá y cultivará relaciones de
cooperación y solidaridad con los demás Estados que formaron la Federación de
Centroamérica; deberá adoptar las medidas adecuadas para llevar a la práctica, en
forma parcial o total, la Unión Política o Económica de Centroamérica. Las
autoridades competentes están obligadas a fortalecer la Integración Económica
Centroamericana sobre bases de equidad …Artículo 171. Otras atribuciones del
Congreso…. l) Aprobar, antes de su ratificación, los tratados, convenios o cualquier
arreglo internacional cuando afecten al dominio de la Nación, establezcan la unión
económica o política de Centroamérica, ya sea parcial o total, o atribuyan o
transfieran competencias a organismos, instituciones, o mecanismos creados dentro
de un ordenamiento jurídico comunitario concentrado para realizar objetivos
regionales y comunes en el ámbito centroamericano.” CONSIDERANDO XIX:
Que en el tercer considerando del Decreto Legislativo 91-87 del Congreso de la
República de Guatemala, que aprueba el Tratado Constitutivo, manifiesta:
“CONSIDERANDO: Que el Tratado suscrito por Guatemala no contraviene
ninguna norma constitucional, sino que más bien implementa las disposiciones
existentes al respecto, por lo que es procedente su aprobación.
CONSIDERANDO XX: Que en anteriores Consultas, tanto obligatorias como
ilustrativas, La Corte ha manifestado su criterio, entre otras cuestiones, sobre la
jerarquía superior del Protocolo de Tegucigalpa y la vigencia de las disposiciones de
Tratados , Convenios y Acuerdos, anteriores al Protocolo de Tegucigalpa, como es
el caso del Tratado Constitutivo. Sobre éste particular, en la Consulta, Expediente
No. 3-4-95, presentada el veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y cinco,
por el Señor H. Roberto Herrera Cáceres, en su condición de Secretario General del
Sistema de la Integración Centroamericana, relativa a la Situación Jurídica del
Protocolo de Tegucigalpa con respecto a Instrumentos Jurídicos Anteriores y Actos
Posteriores, La Corte expresó: “El Protocolo de Tegucigalpa de 1991 es en la
actualidad, el tratado constitutivo marco de la integración centroamericana, y
por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental de cualquier otra
normativa centroamericana sean éstos, Tratados, Convenios, Protocolos,
Acuerdos u otros actos jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a la
entrada en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa.”. Más adelante, La Corte
manifestó: “…que el Protocolo de Tegucigalpa, en relación a sus instrumentos
complementarios o actos derivados, es el de mayor jerarquía, y juntos estos últimos
con el primero, de conformidad al Artículo 35 del mismo, prevalecen sobre
cualquier Convenio, Acuerdo o Protocolo suscrito entre los Estados Miembros,
bilateral o multilateralmente, sobre las materias relacionadas con la integración
centroamericana, no obstante que quedan vigentes entre dichos Estados las

48
disposiciones de aquellos Convenios, Acuerdos o Tratados siempre que las mismas
no se opongan al presente instrumento u obstaculicen el logro de sus propósitos y
objetivos.” De igual forma, en el Expediente No. 4-5-95, contentivo de la Consulta
Ilustrativa, solicitada por la Honorable Corte Suprema de Honduras, el dieciséis de
mayo de mil novecientos noventa y cinco, La Corte estatuyó: “…el Parlamento
Centroamericano forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana, SICA,
……..lo que consolida ..su condición de órgano autónomo del Sistema de la
Integración Centroamericana…que se caracteriza por tener personalidad distinta,
separada de sus miembros, su propia finalidad, una vida de relación distinta y
separada de la de sus integrantes, esto es, personalidad propia…..por lo cual queda
regido por el Derecho Internacional……Así por su sola naturaleza de Tratado
Internacional y manifestación expresa de la voluntad soberana de la Altas Partes
contratantes, constituye para los Estados respecto de los cuales está vigente, un
ordenamiento jurídico obligatorio que debe ser cumplido por ellos de buena fe, al
tenor de la regla Pacta Sunt Servanda, que está expresamente contenida en la
Artículo 2,2, de la Carta de las Naciones Unidas y en la Declaración sobre los
Principios del Derecho Internacional que rigen las relaciones de amistad y
cooperación entre los Estados, adoptada por la Asamblea General el día 24 de
octubre de 1970. Asimismo, el principio Pacta Sunt Servanda figura también, en el
Artículo 3 inciso c) de la Carta de la Organización de los Estados Americanos y en
el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA).” En un párrafo ulterior, La Corte deja establecido que
el Tratado Constitutivo y sus Protocolos son normativas obligatorias para los
Estados respecto de los cuales están vigentes y deben ser cumplidas “…por ellos de
buena fe…..sin que ninguno pueda modificarlas unilateralmente.” 18 En
relación a la primacía del Derecho Internacional sobre el Derecho Interno, La Corte
dejó sentado en dicha Opinión Ilustrativa que los tratados internacionales en vigor,
en caso de conflicto: “…prevalece sobre….. la legislación interna o ley secundaria.”
Asimismo, en el Expediente No. 4–8-96, de la Consulta presentada por el Señor José
Rodolfo Daougherty Liekens, en su calidad de Vicepresidente del Parlamento
Centroamericano, el treinta de agosto de mil novecientos noventa y seis, sobre
cuestiones relativas a una acción de inconstitucionalidad del Artículo 27 del Tratado
Constitutivo, dijo en la parte resolutiva numeral “PRIMERO: La Corte de
Constitucionalidad de Guatemala tiene, de conformidad a su legislación interna, la
competencia para pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de una norma
contenida en un Tratado Internacional, sin embargo no podrá oponer reglas de
derecho interno o resoluciones definitivas de sus tribunales para exonerar al Estado
de Guatemala del cumplimiento de sus obligaciones contraídas en un Tratado
Internacional, en este caso el “Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano
y Otras Instancias Políticas”, y de las que se le imponen por ser parte del Sistema de
la Integración Centroamericana, el que su propia normativa constitucional le ordena

18
Ibidem

49
llevar a la práctica.” En la Consulta que consta en el Expediente No. 2-1-5-97, sobre
la Aplicación e Interpretación de 14 disposiciones contenidas en el Convenio sobre
el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano, presentada por el Señor
Róger Haroldo Rodas Melgar, en su condición de Secretario General de la Secretaria
de Integración Económica Centroamericana (SIECA), el treinta de mayo de mil
novecientos noventa y siete, en su parte resolutiva, en el Noveno Punto, resolvió:
“De acuerdo al principio de “pacta sunt servanda”, los Tratados deben ser
observados, aplicados e interpretados de buena fe. En virtud de ello, es que los
Estados que conforman el SICA, han reconocido que para realizar su aspiración
integracionista deben cumplir sus obligaciones de buena fe, absteniéndose de
adoptar cualquier medida que sea contraria u obstaculice el cumplimiento de los
principios fundamentales o la consecución de sus objetivos. Las modificaciones
unilaterales de los Estados miembros a los Convenios de Integración
Centroamericana por medio de leyes nacionales o reformas constitucionales, no
tienen validez……, estos Convenios son comunitarios, multilaterales y solamente se
pueden reformar o derogar utilizando el mismo procedimiento con el cual fueron
aprobados, con el consentimiento de todos los Estados miembros y de ninguna
manera con resoluciones unilaterales…Es decir, se necesitaría la suscripción de un
Protocolo para las reformas proyectadas y su ratificación legislativa y depósito
correspondiente o en su caso, la denuncia en los términos pactados.” Que en el caso
de la Consulta presentada por el Parlamento Centroamericano el 4 de enero de 1996
y evacuada por La Corte en resolución del día 29 de febrero del mismo año, en
relación al hecho de que en un mismo periodo presidencial hubiese dos Presidentes
en Guatemala. El PARLACEN ante este hecho especial presentó en su consulta las
dudas sobre los derechos que correspondían a cada expresidente de la República de
ocupar el cargo de Diputado Parlacénico ya que según el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano los expresidentes de la República de los Estados
miembros, se incorporan al mismo en su condición de diputados ex-oficio, por el
período que corresponde al Presidente que los sustituya. La Corte Centroamericana
en el estudio del caso tomó en consideración que cuando dentro de un período, dos
personas ocupan el cargo, lo hacen uno en sustitución del otro y, que el Presidente
que termina su período tiene derecho a ocupar la Diputación en el PARLACEN por
un término de duración igual al del mandato constitucional señalado en la
legislación de su Estado, decidió que en el caso de que el cargo de Presidente
hubiese sido desempeñado por dos personas sucesiva o alternamente, el derecho a
ocupar el cargo de Diputado en el Parlamento, corresponde al funcionario que
hubiere concluido el período constitucional. Otra consulta del Parlamento
Centroamericano el día 4 de agosto de 1996, se refirió a si la Corte de
Constitucionalidad de Guatemala era competente para pronunciar la
inconstitucionalidad contenida en un Tratado Internacional, ya que al declarar
inconstitucional el artículo 27 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano (referido a las inmunidades y privilegios de los Diputados ante el
Parlamento Centroamericano), afectaría y vulneraría derechos de personas de

50
nacionalidad diferente a la Guatemalteca. La Corte respondió que la Corte de
Constitucionalidad de Guatemala tiene, de conformidad a su legislación interna, la
competencia para pronunciarse sobre la inconstitucionalidad contenida en un
Tratado Internacional, sin embargo no podrá oponer reglas de derecho interno o
resoluciones definitivas de sus Tribunales, para exonerar al Estado de Guatemala del
cumplimiento de sus obligaciones contraídas en un Tratado Internacional, en este
caso el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas, y las que se le imponen por ser parte del Sistema de la Integración
Centroamericana, el que su propia normativa constitucional le ordena llevar a la
práctica. CONSIDERANDO XXI: Que La Corte ha fallado en casos contenciosos
sobre algunas de las cuestiones contenidas en la presente Consulta, como ha sido el
caso contenido en el Expediente No. 1-30-4-2004 relativo a la Demanda por
violación de la normativa del Protocolo de Tegucigalpa y otros instrumentos
derivados y complementarios anteriores o posteriores a dicho Protocolo. Referente a
la Inmunidad, en el cual La Corte expresó en su parte considerativa lo siguiente:
“CONSIDERANDO IX) Que también en el caso promovido por el doctor José
Vicente Coto Ugarte (Expediente 5-11-96) en contra del Consejo Superior
Universitario de la Universidad de El Salvador, en la sentencia definitiva del cinco
de marzo de mil novecientos noventa y ocho, se ratificaron doctrinas
jurisprudenciales así: en su Considerando I, principios reconocidos, contenidos en
las resoluciones relacionadas en los Considerandos anteriores, …….principio que
este Tribunal ratifica como lo ha hecho el Tribunal de las Comunidades Europeas o
Tribunal de Luxemburgo, en reiteradas ocasiones a partir de la sentencia Costa-Enel,
en donde no solo reafirma y desarrolla los principios anteriormente señalados, sino
que además establece la obligatoriedad de las jurisdicciones nacionales de asegurar
dichos principios y que cualquier pretensión de los Estados Miembros de hacer que
sus criterios jurisdiccionales o constitucionales prevalezcan sobre las normas de
Derecho Comunitario y en consecuencia sobre la interpretación que con carácter
exclusivo y excluyente haga el Tribunal Comunitario, es un fermento de dislocación
contrario al principio de adhesión voluntaria a la Comunidad, al que los Estados se
han sometido libre y soberanamente….” Y en su parte resolutiva, numeral
“CUARTO: Que el Estado de Guatemala, en cumplimiento de las obligaciones
internacionales y comunitarias contraídas, está en la obligación de respetar a través
de sus Órganos, Tribunales y Funcionarios, dicha normativa tal y como se ha
relacionado en los Considerandos de ésta sentencia…” POR TANTO, LA CORTE
RESUELVE POR UNANIMIDAD DE LOS PRESENTES, SOBRE LAS
CUESTIONES CONTENIDAS EN LA SOLICITUD DE CONSULTA, LO
SIGUIENTE: CUESTION PRIMERA: “A.- ¿EL PARLAMENTO
CENTROAMERICANO COMO ÓRGANO POLÍTICO DEL SISTEMA DE
LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA QUE GOZA DE
PERSONALIDAD JURIDICA DE DERECHO INTERNACIONAL ESTA
SUJETO AL ORDENAMIENTO JURIDICO DEL DERECHO
INTERNACIONAL O A LOS ORDENAMIENTOS JURIDICOS

51
NACIONALES DE SUS ESTADOS PARTE?” El Parlamento Centroamericano
está sujeto, en general, al ordenamiento jurídico del Derecho Internacional, y
especialmente, al Derecho Comunitario Centroamericano, por tanto no se
encuentra sujeto a los ordenamientos jurídicos nacionales de los Estados Parte
salvo la remisión o reenvío por el propio Tratado Constitutivo a la legislación
nacional de los Estados Parte: Artículos 3, 4, 6, 20, 28 y 30 del mismo.
CUESTION SEGUNDA: B.- ¿PUEDE UN ÓRGANO JURISDICCIONAL
NACIONAL - INDEPENDIENTEMENTE DE SU JERARQUIA- EMITIR
FALLOS QUE POSIBILITEN LA DEROGATORIA DE TRATADOS O
CONVENIOS PARTE DE LA NORMATIVA JURIDICA DEL SISTEMA DE
LA INTEGRACION CENTROAMERICANA ACTUALMENTE VIGENTE?
Un órgano jurisdiccional nacional no puede válidamente, independientemente de
su jerarquía, emitir fallos que deroguen la normativa jurídica vigente del sistema
de la integración centroamericana ya que haría incurrir al Estado en
responsabilidad internacional. CUESTION TERCERA: C.- ¿PUEDE UN
ESTADO POR LA VIA DE LAS SENTENCIAS DE SUS ORGANOS
JURISDICCIONALES DEJAR SIN EFECTO PARCIAL O TOTALMENTE
UN TRATADO EN EL CUAL DICHO ESTADO CONSINTIÓ Y
DESARROLLÓ TODO SU PROCESO CONSTITUCIONAL INTERNO
TANTO EN LA NEGOCIACIÓN, SUSCRIPCIÓN Y PUESTA EN
VIGENCIA? Ningún Estado Parte de un Tratado Internacional puede, mediante
sentencias de sus órganos jurisdiccionales, dejar sin efecto, parcial o totalmente,
un Tratado en el cual dicho Estado consintió y desarrolló válidamente todo su
proceso constitucional interno, tanto en la negociación, suscripción y puesta en
vigencia ya que afectará principios generales del derecho comunitario que tiene
primacía sobre el derecho interno de los Estados Parte. CUESTION CUARTA:
D.- ¿SI EN UN CASO CONCRETO EXISTEN ACTUACIONES DE
ORGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES QUE DEJAN SIN
EFECTO UN TRATADO O CONVENIO DE LA INTEGRACIÓN
VALIDAMENTE CELEBRADO, DICHAS ACTUACIONES SON NULAS
IPSO JURE POR FALTA DE JURISDICCIÓN Y POR CONTRAVENIR
NORMATIVA REGIONAL E INTERNACIONAL EXPRESA? Son nulas ipso
jures, de pleno derecho, las actuaciones de órganos jurisdiccionales nacionales
que dejen sin efecto un Tratado o Convenio válidamente celebrado, o de algunas
de sus disposiciones, de acuerdo a las consideraciones precedentes. CUESTION
QUINTA: E.- ¿CUAL ES EL PROCEDIMIENTO QUE DEBE
DESARROLLAR UN ESTADO PARA PODER DEJAR SIN EFECTO
PARCIALMENTE UN INSTRUMENTO JURIDICO VIGENTE Y
VÁLIDAMENTE CELEBRADO POR LOS ESTADOS PARTE DEL
SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA ? El
procedimiento para dejar sin efecto parcialmente un Tratado vigente y
válidamente celebrado por los Estados Parte del Sistema de la Integración
Centroamericana (SICA) es el que señale el propio tratado y en su defecto el

52
establecido por la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.
CUESTION SEXTA: F.- ¿EL PARLACEN ESTA OBLIGADO A ACATAR
FALLOS DE ORGANOS JURISDICCCIONALES NACIONALES QUE
ATENTAN CONTRA SU PROPIA NATURALEZA, VIOLENTAN SU
ORDENAMIENTO JURÍDICO REGIONAL; Y HACEN PRIMAR EL
DERECHO INTERNO POR SOBRE EL DERECHO INTERNACIONAL
PUBLICO? El Parlamento Centroamericano no está sujeto al ordenamiento
jurídico de los Estados Parte ni a los fallos de órganos jurisdiccionales nacionales
sino al ordenamiento internacional en general y al derecho comunitario
centroamericano fundamental, complementario y derivado. CUESTION
SEPTIMA: G.- ¿PUEDEN ASUMIR COMO DIPUTADOS
CENTROAMERICANOS POR EL ESTADO DE GUATEMALA ANTE EL
PARLAMENTO CENTROAMERICANO, AL CONCLUIR SU MANDATO
EL PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE ACTUALES? Los actuales
Presidente y Vicepresidente de la República de Guatemala pueden asumir
legítimamente como Diputados Centroamericanos por el Estado de Guatemala, al
concluir su mandato de acuerdo con el Derecho Comunitario Centroamericano.
NOTIFIQUESE. ”

Jurisprudencia: Se determinó que un Órgano jurisdiccional nacional no puede


emitir fallos que deroguen la normativa jurídica comunitaria y si acaso lo hicieren,
esas disposiciones son nulas ipso-jure.

También se determinó que la Corte de Constitucionalidad de Guatemala no puede


oponer reglas de Derecho Interno o resoluciones definitivas de cualquier Tribunal
para exonerar a dicho Estado del cumplimiento de sus obligaciones contenidas en
un Tratado Internacional. Como consecuencia de lo anterior, el Parlamento está
sujeto al ordenamiento internacional en general y al Derecho Comunitario en
particular.

Finalmente se dijo que los entonces Presidente y Vicepresidente de Guatemala,


podrían incorporarse como Diputados al PARLACEN al concluir su mandato
presidencial, agregándose que si dos personas desempeñan el cargo de Presidente,
de manera alterna o sucesiva en un mismo período, quien tiene derecho a ocupar
la diputación del PARLACEN es aquel que terminó su período constitucional en la
Presidencia.

53
7.- Caso Oscar Roberto Balcáceres Castro en contra del Parlamento
Centroamericano.

Aprobado en Corte Plena del 25 de enero de 2008. (Acta No. 372).

Síntesis del Caso: El demandante alegó violación de sus derechos comunitarios


porque en su calidad de Diputado Suplente del propietario Ciro Cruz Zepeda Peña,
no fue llamado a sustituirlo, no obstante que el Artículo 2 literal a) del Tratado
Constitutivo del PARLACEN dice que cada titular será elegido con su respectivo
suplente, quien lo sustituirá en caso de ausencia del primero, sino que se llamó al
Diputado César Humberto Solórzano Arriola.

El demandado alegó que el Diputado Balcáceres Castro había renunciado a militar


en el Partido Político que lo eligió y se incorporó a otro, y por ello se llamó al
Diputado Solórzano Arriola.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua, Centroamérica,
siendo las once horas del día catorce de diciembre del año dos mil siete. VISTO
para dictar sentencia en el juicio por demanda entablada por el Abogado Sixto
Alfonso Valle González, en carácter de apoderado judicial de Oscar Roberto
Balcáceres Castro, en contra del Parlamento Centroamericano, por supuesta
violación a sus derechos como Diputado Suplente de dicha Institución. Concurren a
la votación de la sentencia los Magistrados Ricardo Acevedo Peralta, Presidente,
Silvia Rosales Bolaños, Vicepresidenta, Francisco Darío Lobo Lara, Carlos Guerra
Gallardo, Alejandro Gómez Vides y Jorge Ramón Hernández Alcerro. RESULTA (I):
La parte demandante expuso sus pretensiones, en lo medular, de la manera
siguiente: “Conforme al TRATADO CONSTITUTIVO del PARLAMENTO
CENTROAMERICANO y Otras Instancias Políticas, Art. 2, literal “a”, la institución
estará integrada por “veinte diputados titulares por cada Estado Miembro. Cada
Titular será electo con su respectivo Suplente quien lo sustituirá en caso de
ausencia. Serán elegidos para un período de 5 años por sufragio universal directo y
secreto, pudiendo ser reelectos”. Dicho (SIC) definición de los Diputados al
PARLACEN se completa en el primer párrafo, Art 6, Cap. II del REGLAMENTO
INTERNO DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO, así: “Son los Representantes de
los Pueblos de los Estados Parte..”, dejando claramente establecidos (SIC) que los
Diputados del PARLACEN son Representantes de sus Pueblos y sus países y no de
partidos políticos.”. Más adelante dijo: “En efecto, tanto el Diputado ZEPEDA PEÑA
como mi representado, salieron electos, el candidato ZEPEDA PEÑA para el
PARLACEN y para la Asamblea Legislativa, y mi poderdante como el respectivo

54
Diputado Suplente ante el PARLACEN, y efectivamente el diputado Zepeda Peña,
escogió ejercer en El Salvador, siendo juramentado el día primero de Mayo del año
dos mil dos, y desde ese momento se desempeñó en el mismo, por lo que en base al
CODIGO ELECTORAL DEL EL SALVADOR NO PODIA (NI PUEDE) EJERCER EN EL
PARLAMENTO CENTROAMERICANO, y mi representado fue debidamente
juramentado en el PARLAMENTO CENTROAMERICANO de acuerdo a la Resolución
de Junta Directiva #6.11 de la Sesión 12-14 de Noviembre de 2001 tomando
posesión del cargo de Diputado en el PARLACEN el veintiocho de Octubre de dos mil
uno ( 2001 ) como consta en el Acta de ASAMBLEA PLENARIA 135-2001 de esa
fecha.” Luego dijo: “ El día dieciocho de Octubre de dos mil dos, el Diputado
ZEPEDA PEÑA pidió a la Junta Directiva del PARLACEN, en una nota sin membrete
alguno, su reincorporación como Diputado Centroamericano titular, a partir de la
convocatoria general correspondiente al mes de Octubre de dos mil dos, y, aún
cuando él seguía EJERCIENDO en la Asamblea Legislativa de El Salvador, la Junta
Directiva del PARLACEN en su Resolución #5.3 contenida en el Acta JD-013 /2002-
2002, resolvió reincorporarlo, aún cuando tal incorporación le era prohibida ya que
el CODIGO ELECTORAL de El Salvador, expresa en su Art. 211: “que una persona
puede ser electa para Diputado de la Asamblea Legislativa y para Diputado a el
PARLACEN, pero que EN NINGÚN CASO PODRÁN EJERCERSE AMBOS CARGOS
SIMULTANEAMENTE” … Por tanto de acuerdo a lo mandado en el REGLAMENTO
INTERNO DEL PARLACEN el diputado Balcáceres inició la “debida impugnación” y
dentro del plazo señalado con fecha 1 de Noviembre 2002, entregó TODAS las
pruebas documentales debidamente certificadas demostrando: a) Que el TRATADO
CONSTITUTIVO del PARLACEN establece en su Art. 2, literal “a” que: “Cada Titular
será electo con su respectivo Suplente quien lo sustituirá en caso de ausencia” y en
su Art. 4, segundo párrafo, que: “las demás incompatibilidades serán las que
establezcan las respectivas legislaciones nacionales”. b) Que el REGLAMENTO
INTERNO DEL PARLACEN establece en el Cap. II, Art.6, primer párrafo, que: “los
Diputados son los Representantes de los Pueblos de los Estados Parte” y en el Art.8,
numeral 2, que: “la vacante se producirá desde la fecha en que tenga efecto el acto
de aceptación del nombramiento para el cargo incompatible”. c) Que el Diputado
ZEPEDA PEÑA aceptó formar parte de la Asamblea Legislativa de El Salvador, lo que
tuvo efecto desde que fue juramentado el primero de Mayo del dos mil y continúo
(SIC) en el ejercicio del cargo en forma ininterrumpida y luego de ser reelecto hasta
el último día del ejercicio del período año 2003 a 2006. d) Que de acuerdo a la
Declaratoria de Resultados de la Elección del año dos mil hecha por el Tribunal
Supremo Electoral de El Salvador, el Diputado Roberto Balcáceres es el UNICO
SUPLENTE del Diputado ZEPEDA PEÑA y que en tal calidad fue juramentado y he
(SIC) ejercido desde Octubre de dos mil uno.. (Se adjuntan a esta Demanda
debidamente certificadas, la Resolución 9.2 mencionada, el Tratado Constitutivo y

55
el Reglamento Interno del PARLACEN y las copias de los DIARIOS OFICIALES que
demuestran el ejercicio del Dip ZEPEDA PEÑA como Diputado en el Asamblea
Legislativa de El Salvador hasta la fecha. Se adjunta también el documento oficial
de entrega de las PRUEBAS DOCUMENTALES respectivas (que) efectuadas dentro
del plazo señalado). Sin embargo, la Junta Directiva del PARLACEN decidió NO
hacer lo que le manda el REGLAMENTO INTERNO y violentando Leyes y
Reglamentos, en su Resolución 4.5 contenida en el Acta JD-001 2002-2003 de la
Sesión celebrada el 7 y 8 de Noviembre del año 2002, acordó “llamar al Diputado
CESAR HUMBERTO SOLÓRZANO ARRIOLA para que concurra a formar parte de este
Parlamento en sustitución del Diputado CIRO CRUZ ZEPEDA PEÑA”. El Diputado
SOLÓRZANO ARRIOLA es Suplente del Diputado CARLOS REMBERTO GONZALES
MELARA, y NO ES SUPLENTE del Diputado ZEPEDA PEÑA. Asimismo, la Junta
Directiva del PARLACEN acordó dejar sin efecto a mi representado en el cargo de
Presidente de la Comisión Especial de Publicidad del Parlamento Centroamericano
(Se adjuntan a esta Demanda debidamente certificada la Resolución 4.5
mencionada) … La COMISION DE ASUNTOS JURÍDICOS, DERECHO COMUNITARIO E
INSTITUCIONALIDAD REGIONAL del PARLACEN dictaminó que las Resoluciones de la
Junta Directiva reincorporando al Diputado ZEPEDA PEÑA y convocando a otro
Diputado en su lugar SON NULAS por haberse dictado en contra de lo que estatuye
el Tratado Constitutivo, el Reglamento Interno y el Código Electoral de El Salvador y
que en consecuencia todo lo que de esas resoluciones se deriva es violatorio de las
leyes … El TRIBUNAL SUPREMO ELECTORAL DE EL SALVADOR. La Junta Directiva del
PARLACEN, aún cuando tenía en su poder la Credencial de el Demandante, la
Declaratoria de Resultados de la Elección del año dos mil, las Leyes y Códigos
Electorales de El Salvador, pidió también opinión al TRIBUNAL SUPREMO
ELECTORAL DE EL SALVAODR que ha contestado en varias ocasiones, y ha emitido a
los siete días del mes de abril del año dos mil tres, CERTIFICACIÓN HACIENDO
CONSTAR QUE EL UNICO SUPLENTE DEL DIP. CRUZ ZEPEDA PEÑA ES EL DIP. OSCAR
ROBERTO BALCACERES CASTRO.” Al final pidió que se le restituya a su poderdante
en el cargo al que tiene pleno derecho, mientras el Diputado Ciro Cruz Zepeda no
se incorpore al PARLACEN, se le cancelen todos los emolumentos como dietas,
salarios y cualquier otra cantidad que se le deba en el período comprendido entre
el dieciocho de octubre de dos mil dos y julio de dos mil seis y se le pague ciento
cincuenta mil dólares en concepto de daños y perjuicios. RESULTA (II): Por auto de
las trece horas del veinte de septiembre de dos mil seis se admitió la Demanda en
contra del Parlamento Centroamericano, que en adelante llamaremos PARLACEN,
se tuvieron por presentados los documentos acompañados a la misma, se tuvo
como Apoderado General Judicial del demandante al Doctor Valle González y se
ordenó el emplazamiento del demandado, dándole un plazo de cuarenta y cinco
días hábiles a partir de la notificación para contestar la demanda manifestando su

56
defensa. RESULTA (III): Por escrito de fecha cuatro de diciembre de dos mil seis,
el abogado Werner Isaac Vargas Torres, actuando en su carácter de Apoderado
General Judicial del PARLACEN pidió la ampliación del término del emplazamiento
para contemplar la demanda, lo cual fue resuelto por Auto de las once horas
treinta minutos del veinticuatro de enero del año dos mil siete, declarando sin
lugar la ampliación de dicho término y en rebeldía al PARLACEN, así como también
se decretó la apertura a pruebas por el término de treinta días. RESULTA (IV): Por
escrito del trece de febrero del dos mil siete, se presentó el abogado Maximiliano
Cermeño Castillo como mandatario judicial del PARLACEN pidiendo que se le
tuviera como reemplazo del Abogado Werner Isaac Torres como Representante
Legal del demandado, lo cual fue resuelto favorablemente por Auto de las once
horas del uno de marzo, dando por suspendida la rebeldía decretada con el voto
disidente del Magistrado Francisco Darío Lobo Lara, quien opinó que el hecho que
se le haya declarado rebelde al PARLACEN no le impide a ese órgano comunitario
ejercer el derecho de defensa en posteriores fases del juicio y que si la parte
demandada hubiera solicitado la suspensión de dicha rebeldía este Tribunal tendría
que pronunciar una resolución conforme a Derecho pero nunca difícil, porque el
Convenio de Estatuto no nos otorga esa facultad. A lo anterior se agregó un voto
aclaratorio del Magistrado Carlos Guerra Gallardo, quien dijo que está
completamente de acuerdo que se suspenda la rebeldía que se había decretado de
oficio, bajo el mismo procedimiento que se había seguido para dictarla. RESULTA
(V): Durante el período de prueba ambas partes acompañaron documentación
que será relacionada más adelante; argumentando el Abogado Cermeño Castillo,
por medio de escrito de fecha cinco de marzo de dos mil siete lo siguiente: “Con el
fin de obtener la fuente originaria y la justificación en el caso del Señor Oscar
Roberto Balcáceres Castro, el Parlamento Centroamericano, a través del secretario
de la Junta Directiva por El Estado de Guatemala, solicitó a la Presidencia de la
Asamblea Legislativa; y a la Presidencia del Tribunal Supremo Electoral, de la
República de San Salvador (SIC), emitiera dictamen en cuanto al procedimiento
para sustituir a los diputados propietarios al Parlamento Centroamericano. b) Que
a raíz de dicha petición y en aras de una santa justicia, dichos órganos, apegados a
la ley y al derecho y a las circunstancias del presente caso, se pronunciaron de la
siguiente forma: a) Informe de la Junta Directiva de la Asamblea Legislativa de la
República de El Salvador, que indica el procedimiento para sustituir a los Diputados
Propietarios, que por alguna razón se ausenten de su cargo; y, b) Informe del
Tribunal Supremo Electoral de la República del Salvador, que establece el
procedimiento para sustituir a un Diputado Titular al Parlamento Centroamericano.
Documentos probatorios y originales que se adjuntan al presente memorial,
asimismo las copias legalizadas del mismo. De las interrogantes y respuestas. A)
La Asamblea Legislativa de la República de El Salvador, se pronuncio (SIC) en el

57
siguiente orden: 1) ¿Cuál es el procedimiento que establece la Asamblea Legislativa
de El Salvador, para convocar a los diputados suplentes en caso de ausencia de
algún diputado titular? Respuesta: el artículo 35 del Reglamento Interior de la
Asamblea, establece que es función del Coordinador del Grupo Parlamentario
proponer a los diputados y a las diputadas suplentes para ser llamados a conformar
Asamblea. Para una mayor ilustración al respecto, me permito transcribir lo que al
respecto regula, el referido artículo 34. Los grupos parlamentarios designaran
(SIC), de entre sus miembros, un coordinador y un coordinador adjunto, quienes
tendrán las siguientes funciones: 1) Administrar los recursos que la Junta Directiva
le asigne al grupo. 2) Proponer a la Junta Directiva, los Diputados y las Diputadas
que integraran (SIC) las comisiones legislativas y el Comité de Ética Parlamentaria.
3) Proponer a la Junta Directiva, los Diputados y Diputadas del grupo parlamentario
que integraran (SIC) las misiones oficiales. 4) Proponer a los Diputados y a las
Diputas (SIC) suplentes para ser llamados a conformar la Asamblea. En
concordancia con el anterior, el artículo 21 del mismo reglamento al respecto
establece: Los Diputados y Diputadas suplentes serán elegidos de la misma manera
que los Diputados y Diputadas propietarios mediante llamamiento de la Asamblea,
podrán integrarse para conformarla, a propuesta escrita del coordinador del grupo
parlamentario al que pertenezcan, en los casos que establece el ordinal 4 del
articulo 131 de la Constitución. Cuando no estén llamados a conformar la
Asamblea, podrán asistir a las reuniones de la (SIC) comisiones y en este caso,
tendrán derecho de voz. En cuanto a la forma o procedimiento para que los
Diputados Suplentes se integren a la Asamblea, se regula en el articulo 66 del
Reglamento Interior, que establece lo siguiente: Para iniciar la sesión, la Presidencia
de la Asamblea le concederá la palabra a un secretario o en su defecto, a cualquier
miembro de la Junta Directiva para que verifique el quórum. El quórum estará
conformado, por lo menos, con la mayoría de los Diputados o las Diputadas
propietarios electos o los suplentes que hayan sido llamados, con anterioridad a
formar la Asamblea Inmediatamente después de constituido el quórum, se hará el
llamamiento de los Diputados o las diputadas suplentes que conformaron la
Asamblea ese día o en días próximos, de acuerdo a lo establecido en el artículo 21
de este reglamento. En caso necesario, los Diputados y Diputadas que conforman la
Asamblea podrán ser sustituidos por un Diputado o Diputada suplente que será
llamado por la Asamblea durante el desarrollo de la sesión. Los Diputados o las
Diputadas propietarios, que no hayan integrado el quórum al inicio de la sesión,
podrán incorporarse comunicándolo a la Asamblea por medio del coordinador del
grupo parlamentario correspondiente, requisito que no podrá eludirse. Por lo
menos una hora antes de la sesión plenaria, los coordinadores de los grupos
parlamentarios deberán presentar, por escrito a la Junta Directiva, por medio de la
Gerencia de Operaciones Legislativas, las solicitudes de llamamiento de los

58
Diputados o las Diputadas que conformaran la Asamblea ese día; de igual manera,
con excepción del requisito de tiempo, se hará (SIC) las sustituciones que requieran
durante el desarrollo de la sesión. 2) En caso de que un Diputado Suplente no milite
en el Partido Político, por el cual fue originalmente electo o pertenezca a otro
partido político, ¿Puede suplir la vacante que deje algún titular del partido político
al cual no representa? Respuesta: Aunque al respecto, no hay regulación expresa,
se ha mantenido el criterio de que los Diputados propietarios y suplentes de la
Asamblea Legislativa que son electos bajo las disposiciones establecidas en la
Constitución, en el Código Electoral y demás normativas vigentes; por lo tanto, los
diputados pertenecen a institutos o partidos políticos legalmente inscritos, en
consecuencia, le son aplicables las disposiciones que regulan la relación con su
partido político. La relación institucional del Diputado Suplente con el partido
político por el cual fue electo, debe mantenerse para gozar de los derechos
inherentes al cargo y ese partido es el que debe determinar su incorporación a la
Asamblea Legislativa. 3) ¿Puede el partido político, por el cual fueron electos los
diputados titulares y suplentes, nombrar a uno de estos últimos
independientemente que no sea el diputado suplente respectivo del titular?
Respuesta: La Constitución Política de la República de El Salvador, en su Artículo
131 numeral 4, establece que corresponde a la Asamblea Legislativa, llamar a los
diputados suplentes en caso de muerte, renuncia, nulidad de elección, permiso
temporal o imposibilidad de concurrir de los propietarios. Como se puede notar, la
Constitución Política de la República de El Salvador, en las disposiciones antes
citadas, se refiere en plural cuando menciona los diputados suplentes y propietarios
y no establece que para la sustitución de este ultimo (SIC), sea necesario el
respectivo suplente. Como una medida practica (SIC), al inicio de la legislatura se
juramentan o rinden la protesta constitucional todos los diputados suplentes,
pertenecientes a los distintos partidos políticos representados en la Asamblea
Legislativa, a efecto de que al necesitarse la incorporación de uno de ellos al pleno
legislativo, ya tenga cumplido este requisito constitucional, lo cual se regula en el
artículo 22 del Reglamento Interior de esta Asamblea. Cuando un diputado
propietario tiene impedimento de asistir a una sesión plenaria, el Coordinador del
Grupo Parlamentario, al que pertenece el diputado propietario, lo comunica a la
Junta Directiva y a su vez, propone a un Diputado Suplente de su partido, para ser
llamado a conformar Asamblea, en sustitución del Diputado propietario ausente. Si
a un Diputado la Junta Directiva le concede permiso para ausentarse por un periodo
determinado, el Coordinador del Grupo Parlamentario al que pertenece el Diputado
propietario quien se le ha concedido el permiso, informara (SIC) a la junta directiva,
quien será el diputado que sustituirá al propietario para que sea llamado al pleno”,
solicitando finalmente que la audiencia para el debate fuera privada. Por Auto de
las diez de la mañana del día veinte de junio del dos mil siete se declaró sin lugar la

59
solicitud últimamente mencionada y se señaló para celebrar la audiencia pública de
las diez horas en adelante del dieciséis de julio de dos mil siete, la cual se celebró
con todos los requisitos de ley. CONSIDERANDO I: Que La Corte Centroamericana
de Justicia, establecida por el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de
la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), es el Órgano Judicial
principal y permanente del Sistema de la Integración Centroamericana, cuya
jurisdicción y competencia regionales son de carácter obligatorio para los Estados,
los Órganos, Instituciones Comunitarias y personas particulares, y le corresponde
garantizar el respeto al derecho, tanto en la interpretación como en la ejecución
del Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos complementarios o actos
derivados del mismo. CONSIDERANDO II: Que el Protocolo de Tegucigalpa de 1991
es en la actualidad el Tratado Constitutivo Marco de la Integración
Centroamericana, y por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental de
cualquier otra normativa centroamericana, sean éstos Tratados, Convenios,
Protocolos, Acuerdos u otros actos jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a
la entrada en vigencia de dicho Protocolo. CONSIDERANDO III: Es criterio de este
Tribunal que el punto básico que definirá esta controversia será determinar si la
parte demandada actuó conforme a Derecho al escoger como Diputado Suplente
del señor Ciro Cruz Zepeda a una persona diferente a la del demandante o si por el
contrario dicho nombramiento no violó ninguna disposición del Derecho
Comunitario. CONSIDERANDO IV: Están comprobados en Autos los extremos
siguientes: a) Por Certificación extendida por el Secretario General del Tribunal
Supremo Electoral de El Salvador, Doctor José Heriberto Alvayero, de fecha siete de
abril de dos mil tres, que rola agregada a Folios 48 que los señores Ciro Cruz
Zepeda Peña y Oscar Roberto Balcáceres fueron electos como Diputados
Propietario y Suplente respectivamente del PARLACEN; b) Por Certificación
extendida por el Licenciado René Orlando Santamaría, Director del Diario Oficial de
El Salvador, de fecha treinta de octubre de dos mil dos, donde aparece el Decreto
Legislativo 523 de la Asamblea Nacional salvadoreña, que rola a Folios 27 y
siguientes, se comprueba que el señor Ciro Cruz Zepeda Peña fue electo Presidente
de dicho Organismo por el período comprendido entre el primero de mayo de dos
mil dos y el treinta de abril de dos mil tres; c) Certificación extendida por el señor
Marco Antonio Cornejo, Secretario de la Junta Directiva del PARLACEN, del Acta de
Sesión de Asamblea Plenaria, celebrada el 28 de octubre de dos mil seis y que está
agregada a Folios 87, en donde consta que el señor Ciro Cruz Zepeda, quedó electo
Presidente del mencionado Organismo, para el período dos mil seis-dos mil siete;
d) Copia notarizada de la Carta de fecha veintitrés de octubre de dos mil dos,
dirigida por el Licenciado Ciro Cruz Zepeda Peña a la Junta Directiva del Parlamento
Centroamericano, que corre agregada a Folios 16, en donde se comprobó que se
solicitó la incorporación del señor César Humberto Solórzano Arriola para cubrir la

60
vacante del Licenciado Zepeda, aclarando que se trata del único diputado suplente
por el Partido de Conciliación Nacional de El Salvador, ya que el señor Roberto
Balcáceres fue expulsado del Partido por haberse afiliado a otra Institución Política;
e) Constancia extendida por el Secretario General del Tribunal Supremo Electoral
de El Salvador, Doctor José Heriberto Alvayero, de fecha dieciocho de octubre de
dos mil dos, agregada a Folios 138, en donde consta que el señor Roberto
Balcáceres Castro se encuentra registrado como Secretario General Nacional
Adjunto del Partido Político Fuerza Cristiana; f) Copia notarizada de la nota fechada
catorce de noviembre de dos mil dos, dirigida por el Diputado Aquiles Linares
Morales, Secretario de la Junta Directiva del PARLACEN al Licenciado Werner
Vargas Torres, Secretario de Asuntos Parlamentarios del mismo organismo, que
rola a Folios 37, en donde consta que en la Sesión celebrada el 7 y 8 de noviembre
de ese mismo año, la Junta Directiva resolvió llamar al Diputado César Humberto
Solórzano Arriola para que concurriera a formar parte del Parlamento en
sustitución del Diputado Ciro Cruz Zepeda Peña; g) Constancia extendida por la
Señora Telma Y. Sandoval Vallecillos, Jefa de Contabilidad del PARLACEN, de fecha
veinticuatro de septiembre de dos mil dos, en donde consta que el señor Roberto
Balcáceres Castro, devengó la cantidad de Cuatro Mil Trescientos Cincuenta dólares
Mensuales, durante el período comprendido entre el veintiocho de octubre del dos
mil uno al veintisiete de octubre de dos mil seis . CONSIDERANDO V: El apoderado
judicial del impetrante estima que dicho llamamiento es violatorio a los derechos
comunitarios de su representado, en virtud de que el artículo 2 literal a) del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas
dice que dicho Parlamento estará integrado por veinte Diputados Titulares por
cada Estado miembro y que cada titular será electo con su respectivo suplente,
quien lo sustituirá en caso de ausencia. Esta disposición se relaciona con los
artículos tres y seis del mismo Tratado, diciendo el primero que para ser Diputado
del PARLACEN deben cumplirse los mismos requisitos que exige la legislación de los
respectivos Estados miembros para los Diputados o Representantes locales y el
segundo que los Diputados serán electos de conformidad con las disposiciones
que fueren aplicables de la legislación nacional que regula las elecciones a
Congresos o Asambleas Legislativas. Dicho Abogado refuerza su argumentación
con un Dictamen de la Comisión de Asuntos Jurídicos, Derechos Comunitarios e
Institucionalidad Regional del Parlamento, de fecha veinticuatro de febrero de dos
mil tres, agregada a Folios 39 del presente Expediente, en donde se concluye,
basándose en la interpretación literal de la palabra “respectivo”, que cada Titular
tiene un determinado Suplente y no un Suplente a escoger entre varios, de tal
suerte que la única persona que puede sustituir al Diputado Zepeda Peña es el
ciudadano Oscar Roberto Balcáceres Castro. De igual manera opinó la Comisión
Política y de Asuntos Partidarios, según consta en nota del veinte de marzo de dos

61
mil tres agregada a Folios 45 del Expediente. CONSIDERANDO VI. La parte
demandada argumentó que de conformidad a la legislación interna salvadoreña, el
Diputado Suplente debe mantener sus nexos con el partido político que lo nominó
para poder sustituir al Propietario que se ausenta. En abono a su tesis presentó
una nota original del Presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Señor
Rubén Orellana Mendoza, de fecha veintiocho de febrero de dos mil siete y
agregada a Folios 131, la cual en síntesis estableció lo siguiente: “Aunque al
respecto, no hay regulación expresa, se ha mantenido el criterio de que los
Diputados Propietarios y Suplentes de la Asamblea Legislativa, que son electos bajo
las disposiciones establecidas en la Constitución, en el Código Electoral y demás
normativas vigentes; por lo tanto, los diputados pertenecen a institutos o partidos
políticos legalmente inscritos, en consecuencia, le son aplicables las disposiciones
que regulan la relación con su Partido Político. La relación institucional del
Diputado Suplente con el partido político por el cual fue electo, debe mantenerse
para gozar de los derechos inherentes al cargo y ese partido es el que debe
determinar su incorporación a la Asamblea Legislativa.” En adición a lo anterior,
también presentó una nota original del Presidente del Tribunal Supremo Electoral
de El Salvador, Walter René Araujo Morales, de fecha dos de marzo de dos mil
siete, que rola a Folios 135 y que en lo conducente dice: “ Conforme al artículo 80
de la Constitución Política de la República de El Salvador y los artículos 196, 197 y
210 del Código Electoral, los Diputados Propietarios y Suplentes al Parlamento
Centroamericano son electos por planilla propuestos por sus respectivos Partidos
Políticos, a favor de la cual los ciudadanos emiten su voto.” …” De conformidad con
nuestra legislación, los partidos políticos son el único instrumento para el ejercicio
de la representación del pueblo dentro del Gobierno.” … “Congruente con tales
ideas y de conformidad con la Legislación Salvadoreña, podemos afirmar que los
mismos principios y disposiciones son aplicables al caso consultado, y por tanto,
será el Coordinador o Jefe del Grupo Parlamentario del Partido Político
representado en el Parlamento Centroamericano, quien tendrá la atribución de
proponer al Diputado Suplente que deba sustituir al Diputado Propietario que se
ausente.” CONSIDERANDO VII: De conformidad a los argumentos que han quedado
reseñados, resulta obvio para esta Corte que el presente caso deberá ser resuelto
basándonos en el Principio de Primacía del Derecho Comunitario aplicado a lo
alegado por las partes, para finalizar con un breve análisis sobre si es procedente o
no la aplicación de la legislación interna salvadoreña. Según la doctrina existente,
los principios del Derecho Comunitario son los siguientes: El Principio de Aplicación
Inmediata, el Principio de Aplicabilidad Directa, llamado también Efecto Directo, el
Principio de Primacía y el Principio de Responsabilidad de Estado. En aras a la
brevedad, sólo nos referiremos al Principio de Primacía, que se relaciona
directamente con el presente caso. Según el internacionalista ecuatoriano Oswaldo

62
Salgado Espinoza, en su trabajo “El Derecho de Integración: Reflexiones en torno a
su aplicación y seguimiento”, el Principio de Primacía se define así: las normas
comunitarias se imponen a las normas internas de los Estados miembros, sin
importar la jerarquía de éstas y la fecha de su vigencia, ya sea anterior o posterior a
la norma comunitaria. Por su parte, el Doctor Jorge Giammattei Avilés,
exMagistrado de esta Corte, en su libro “Guía Concentrada de la Integración de
Centroamérica”, definió al mencionado Principio como aquel que permite que las
normas comunitarias ocupen un sitio de prioridad sobre cualquier norma nacional,
incluso las constitucionales. Este principio quedó plasmado como regla general en
el Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa que dice: “Este Protocolo y sus
instrumentos complementarios y derivados prevalecerán sobre cualquier Convenio,
Acuerdo o Protocolo suscrito entre los Estados Miembros, bilateral o
multilateralmente, sobre las materias relacionadas con la Integración
Centroamericana …”. Sin embargo, ésta es, como ya se dijo, la regla general, pero
es bien sabido que toda regla tiene su excepción y habría que ver si este caso es
una de dichas excepciones. En efecto, puede decirse que el Principio de Primacía
ya citado, deja de aplicarse cuando hay una remisión expresa al Derecho
Ordinario, lo que vuelve necesario determinar primeramente si opera o no esa
excepción en esta controversia y a continuación establecer cuáles son las
disposiciones aplicables, según el caso. CONSIDERANDO VIII: Tal como ha
quedado mencionado en el Considerando V de esta sentencia, el Artículo 6 del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano se remite a la legislación
nacional. Dicho Artículo dice así: “PROCESO ELECTORAL: Cada Estado miembro
elegirá sus diputados titulares y suplentes ante el Parlamento, de conformidad con
las disposiciones que fueren aplicables de la legislación nacional que regula LA
ELECCIÓN de diputados o representantes ante sus Congresos o Asambleas
Legislativas … “ Sin embargo, como puede apreciarse muy claramente, dicha
remisión se circunscribe únicamente a la manera de elegir diputados, pero no a la
forma de llamar a los suplentes. Eso tiene como consecuencia lógica, primero, que
en este caso NO APLICA LA LEGISLACION INTERNA SALVADOREÑA, y segundo que
la regulación jurídica de la situación se encuentra en las disposiciones del propio
PARLACEN. En este contexto, hay que recurrir al Reglamento Interno del
Parlamento, que como es sabido, se ocupa de desarrollar los principios generales
contenidos en el Tratado Constitutivo. En dicho Reglamento encontramos el
Artículo quince, que confirma la tesis anterior y que en lo pertinente dice:
“SUPLENTES: Si un diputado no concurriere al efecto de toma de posesión de su
cargo, el Parlamento podrá llamar al suplente respectivo de conformidad a lo
preceptuado en el Tratado Constitutivo y el presente Reglamento.” Esta disposición
se complementa con el segundo inciso del Artículo veintiuno del mismo
Reglamento que dice: “Declarada la vacante, la Junta Directiva citará al respectivo

63
suplente y si éste no compareciera, llamará a los diputados del mismo partido a que
perteneciere el diputado a sustituir para que designen de entre sus demás suplentes
un sustituto para ocupar la referida vacante. En caso de no haber más suplentes
originalmente electos del partido a que perteneciere el diputado a sustituirse, el
cargo quedará vacante.” Como puede verse, estas disposiciones se refieren al
RESPECTIVO SUPLENTE por lo que el dictamen de la Comisión Jurídica del
PARLACEN, agregada a Folios 38 y siguientes es correcta. Dicha Comisión expresó
lo siguiente: “… la palabra respectivo, es un adjetivo que atañe o se aplica a una
persona determinada, de lo cual se infiere, que el tratado al establecer que cada
titular se elegirá con su respectivo suplente, significa que cada titular tiene un
determinado suplente y no un suplente a escoger entre varios suplentes llegado el
momento necesario, de tal suerte, que si de acuerdo con la publicación del Diario
Oficial de El Salvador identificado con el número 68, tomo 347, de fecha 5 de abril
del año 2000, en el cual aparece publicado el Decreto No. 2 emitido por el
TRIBUNAL SUPREMO ELECTORAL que declara firme el resultado de las elecciones
efectuadas el 12 de marzo del año 2000 en el que se publicó que el diputado
propietario para el PARLACEN es el ciudadano Ciro Cruz Zepeda y su suplente: Oscar
Roberto Balcáceres, en estricta aplicación del artículo que nos ocupa, la única
persona que puede substituir (SIC) al diputado Ciro Cruz Zepeda Peña, es su
suplente, el ciudadano Oscar Roberto Balcáceres.” CONSIDERANDO IX: Habiendo
dilucidado los puntos anteriores, queda por resolver otra cuestión de fondo:
determinar cuál es la relación diputado-partido político bis a bis con la relación
diputado-representante del pueblo, y definir cuál de las dos es la preponderante.
Los autores de Teoría General del Estado opinan que los partidos políticos son el
mecanismo idóneo a través de los cuales una persona puede aspirar a desempeñar
un cargo público, punto en el cual estamos de acuerdo. No obstante, a juicio de
este Tribunal, hay que distinguir el momento en que un funcionario es elegido o
nombrado y lo que ocurre posteriormente. En el caso de un diputado, lo primero
que salta a la vista es que se trata de un cargo de elección popular y lo segundo,
que necesita pertenecer a un partido político para poder aspirar a ser elegido, ya
que nuestras legislaciones electorales no contemplan el caso de candidatos sin
respaldo partidario. Ahora bien, ¿qué pasa con un diputado que rompe su relación
con el partido político que lo apoyó, pero lo hace después de haber sido nombrado
y electo?. Sobre este punto existe la tesis de que los Diputados son
representantes del pueblo entero y no de un determinado partido político. Este
criterio está plasmado en el Artículo 125 de la Constitución Salvadoreña que dice:
“Los Diputados representan al pueblo entero y no están ligados por ningún
mandato imperativo. Son inviolables, y no tendrán responsabilidad en tiempo
alguno por las opiniones o votos que emitan.” En consecuencia habrá que declarar
y así se declara que al no llamarse al demandante a cubrir la vacante dejada por el

64
Diputado Propietario Ciro Cruz Zepeda Peña se violaron sus derechos comunitarios.
CONSIDERANDO X: En relación a las demás peticiones hechas por el Abogado del
señor Oscar Roberto Balcáceres Castro en su escrito de demanda, este Tribunal
opina lo siguiente: A) En cuanto a la restitución del demandante en su cargo de
Diputado del PARLACEN, nos encontramos ante el hecho notorio de que el período
para el cual la mencionada persona fue electo ya venció, circunstancia que fue
resaltada expresamente por el abogado de la parte demandante en la Audiencia
Pública y por lo tanto esta solicitud es de imposible cumplimiento. B) En relación a
la pretensión de que se le paguen Ciento Cincuenta Mil Dólares en calidad de
daños y perjuicios, esta Corte declara que no ha lugar, en vista de que en el
desarrollo del proceso no se presentó ninguna prueba ni liquidación alguna que
permitiera cuantificar el supuesto daño cometido, y C) En cuanto a la pretensión de
que se le pague al señor Balcáceres Castro la suma de Cinco Mil Seiscientos
Dieciséis Dólares con Sesenta y Seis Centavos por cada uno de los meses durante el
período comprendido entre el dieciocho de octubre de dos mil dos y julio de dos
mil seis, es decir cuarenta y seis meses, lo que hace un total de Doscientos
Cincuenta y Ocho Mil Trescientos Sesenta y Seis Dólares con Treinta y Seis
Centavos, al examinarla de conformidad a la prueba documental presentada en el
juicio, resulta, en primer lugar, que la cantidad mensual a favor del Licenciado
Balcáceres Castro es de Cuatro Mil Trescientos Cincuenta Dólares y ésta será la
suma que servirá de base lo que se dirá más adelante, ya que el aguinaldo y bono
catorce son derechos eventuales que se hubieran concretado hasta después de
cumplirse un año de labores, lo que no ocurrió en este caso Folios 51. En segundo
lugar, siempre de acuerdo a la documentación presentada en el proceso, se
comprobó que el llamamiento hecho al Diputado Suplente César Humberto
Solórzano Arriola, a ocupar el cargo de Diputado Propietario, fue el nueve de
noviembre del dos mil dos, según documento agregado a Folios 37, por lo que el
cálculo de lo adeudado al señor Balcáceres Castro deberá hacerse a partir de esa
fecha. CONSIDERANDO XI: En cuanto a la fijación de la cantidad de cuarenta y seis
meses como el tiempo que serviría de base para el cálculo de los emolumentos
supuestamente adeudados al demandante, este Tribunal estima que no se aportó
prueba para la fijación de dicho período, sino que por uno menor, el cual
forzosamente deberá relacionarse con el período por el cual el señor Ciro Cruz
Zepeda Peña fue electo para desempeñarse como Diputado de la Asamblea
Legislativa de El Salvador. Así, de acuerdo a lo manifestado por el Abogado Sixto
Alfonso Valle González, en su libelo de demanda, los Diputados Zepeda Peña y
Balcáceres Castro fueron electos y se juramentaron para dicho cargo el primero de
mayo de dos mil dos. Lo anterior se complementó con los Diarios Oficiales
salvadoreños de fecha 29 de abril y quince de mayo, ambos de dos mil dos,
agregados a Folios 27 y 30, en donde consta que el señor Ciro Cruz Zepeda Peña

65
formó parte en calidad de Presidente de la Asamblea Legislativa de la República de
El Salvador para el período comprendido del primero de mayo del dos mil dos y el
treinta de abril del dos mil tres. Tomando en cuenta que la Constitución
salvadoreña señala en su Artículo 124 que los Diputados serán electos por un
período de tres años, resulta que el mencionado señor Zepeda Peña, fungió como
Diputado salvadoreño entre el dos mil y el dos mil tres. Por lo tanto y ante la
ausencia de pruebas que permita suponer otra cosa, el período a que el señor
Balcáceres Castro tiene derecho a recibir sus emolumentos queda determinado
entre el nueve de noviembre de dos mil dos y el treinta de abril de dos mil tres, es
decir, cinco meses y veintiún días. POR TANTO: La Corte Centroamericana de
Justicia, en nombre de Centroamérica, de conformidad con lo expuesto y con los
artículos 8, 9, 10 y 11 del Protocolo de Tegucigalpa, 1, 2, 3, 22 literal f) y 35 del
Convenio de Estatuto de esta Corte; 3, 4, 5 numeral 4), 16 y 22 de la Ordenanza de
Procedimientos; Artículos 5 y 21 segundo inciso del Reglamento Interno del
Parlamento Centroamericano, por unanimidad de votos RESUELVE: a) Ha lugar a las
pretensiones del demandante Oscar Roberto Balcáceres Castro por habérsele
violado sus derechos comunitarios que le corresponden en su calidad de Diputado
Suplente del PARLACEN; b) No ha lugar al reintegro del cargo. c) No ha lugar al
pago de Ciento Cincuenta Mil Dólares en calidad de supuestos daños y perjuicios
causados a la parte demandante. d) Reconocida por este Tribunal la existencia de
un agravio comunitario, siendo la consecuencia natural y lógica reparar el daño
causado, condénase al Parlamento Centroamericano a pagar al señor Oscar
Roberto Balcáceres Castro la suma de Veinticuatro Mil Setecientos Noventa y Cinco
Dólares Netos, y e) Notifíquese.”

Jurisprudencia: Se definió el Principio de Primacía como aquel que permite que las
normas comunitarias ocupen un lugar prioritario sobre cualquier norma nacional,
incluso las constitucionales y que la única excepción a esta regla general, ocurre
cuando hay una remisión expresa para que el caso sea conocido dentro de las
regulaciones del Derecho Ordinario. De acuerdo al Artículo 6 del mismo Tratado,
los Diputados al PARLACEN serán electos de conformidad con las disposiciones que
fueran aplicables de la legislación nacional que regule las elecciones de las
Asambleas o Congresos locales, pero como en El Salvador no hay regulación
expresa sobre este punto, debe aplicarse el Principio de Primacía, que queda
definido en esta sentencia, en relación con el Reglamento Interno del Parlamento.

En cuanto a la relación Diputado-Partido Político comparada con la de Diputado-


Pueblo, este Tribunal se pronunció porque la última tiene preponderancia, citando
disposiciones legales de la Constitución salvadoreña.

66
También se estableció que el hecho de haber terminado su período como diputado
del PARLACEN por parte del demandante, el reintegro del mismo al cargo en
cuestión, era un hecho notorio de imposible cumplimiento.

8.- Consulta Prejudicial de los Magistrados de la Cámara Segunda de lo Penal de


la Primera Sección del Centro de San Salvador, El Salvador, Magistrados Ana
Victoria del Rosario Martínez Rodríguez y Sergio Luis Rivera Márquez, sobre el
caso del desafuero del Diputado del PARLACEN, Señor Mario Antonio Osorto
Vides.

Aprobada en Corte Plena del 25 de enero de 2008. (Acta No. 373).

Síntesis del Caso: Los consultantes deseaban saber si la Asamblea Legislativa de El


Salvador tenía competencia para tramitar el desafuero del Diputado Osorto Vides,
a quien se le atribuían varios delitos, tales como negociaciones ilícitas, falsedad
documental agravada y concusión, tomando en cuenta que dicha solicitud fue
presentada cuatro días antes de que el Diputado mencionado tomara posesión de
su cargo en el PARLACEN.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, a los veinticinco días del mes de enero de dos mil ocho, siendo
las seis y cuarenta y cinco minutos de la tarde. Vista la solicitud de Consulta
Prejudicial recibida por correo el día dieciocho de enero de dos mil ocho de la
Licenciada Emma Dinorah Bonilla de Avelar, Secretaria General de la Corte
Suprema de Justicia de la República de El Salvador, Escrito presentado en esa
Secretaría por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro,
con sede en San Salvador, República de El Salvador, por medio de sus
Magistrados: Señora Ana Victoria del Rosario Martínez Rodríguez y Señor
Sergio Luis Rivera Márquez, cuya admisión es procedente por ser competente
La Corte para conocer de ella y de conformidad con la facultad establecida en el
Artículo 22 literal k) del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia. Dicha Consulta Prejudicial se contrae a solicitar que esta Corte
responda las cuestiones siguientes: “1) ¿Será competente el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO para conocer del trámite de desafuero de MARIO
ANTONIO OSORTO VIDES a quien se le atribuyen los delitos de
NEGOCIACIONES ILICITAS, FALSEDAD DOCUMENTAL AGRAVADA y
CONCUSIÓN en el caso que la solicitud de desafuero fue presentada ante la
Asamblea Legislativa de El Salvador el día VEINTICUATRO DE OCTUBRE DEL
DOS MIL SEIS, por consiguiente CUATRO DÍAS antes de la fecha en que el
mismo tomó posesión como diputado propietario del PARLACEN, que en efecto

67
fue el VEINTIOCHO DE OCTUBRE DEL DOS MIL SEIS?. También puede
entenderse la pregunta así: ¿Será competente el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO para conocer y decidir del trámite de desafuero en el caso
que la solicitud de desafuero fue presentada a la Asamblea Legislativa u otra
autoridad del país de origen de un diputado del PARLACEN con CUATRO DÍAS
de anticipación a que el mismo tome posesión como diputado propietario del
PARLACEN? 2) ¿Habiendo desaforado la Asamblea Legislativa de El Salvador al
Señor MARIO ANTONIO OSORTO y admitida la solicitud de antejuicio, con
posterioridad al momento de haber tomado posesión de su cargo de diputado
del PARLACEN, constituirá o no violación al “TRATADO CONSTITUTIVO DEL
PARLAMENTO CENTROAMERICANO Y OTRAS INSTANCIAS POLITICAS”
como al precedente establecido por la Corte Centroamericana de Justicia en la
sentencia del treinta y uno de octubre del dos mil dos en que se responde a la
consulta formulada por el Doctor RODRIGO SAMAYOA como presidente y
representante del PARLACEN, indicando que al PARLACEN corresponde definir
el desafuero de los diputados que lo integran? La que puede entenderse así: ¿De
verificarse el desafuero y admitida la solicitud de antejuicio, con posterioridad
al momento de haber tomado posesión de su cargo como Diputado del
PARLACEN en el caso de la pregunta que antecede, constituirá o no violación al
“TRATADO CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO Y
OTRAS INSTANCIAS POLÍTICAS” como al precedente establecido por la Corte
Centroamericana de Justicia en la sentencia del treinta y uno de octubre del dos
mil dos en que se responde a la consulta formulada por el Doctor RODRIGO
SAMAYOA como presidente y representante del PARLACEN, indicando que al
PARLACEN corresponde definir el desafuero de los diputados que lo integran?.
CONSIDERANDO I: Que el Estado de El Salvador es Parte del Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados Centroamericanos
(ODECA), ahora en adelante llamado: Protocolo de Tegucigalpa, suscrito el
trece de diciembre de mil novecientos noventa y uno, aprobado por el Estado
de El Salvador mediante Decreto Legislativo No. 222 de fecha dos de abril de
mil novecientos noventa y dos, con Instrumento de Ratificación depositado en
el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador, como
depositario inicial de los Instrumentos de Ratificación y Adhesión, el cinco de
junio de mil novecientos noventa y dos, el cual entró en vigor para los Estados
Parte ocho días después del depósito del Instrumento de Ratificación por parte
de la mayoría de los Estados signatarios de la Carta de la ODECA, el veintitrés
de julio de mil novecientos noventa y dos. CONSIDERANDO II: Que con fecha
catorce de mayo de mil novecientos noventa y tres, la Asamblea Legislativa de
El Salvador aprobó el Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia, el cual contempla las normas que regulan su integración,
funcionamiento y atribuciones, mediante Decreto No. 531 e Instrumento de
Ratificación depositado en la Secretaría General del Sistema de la Integración

68
con fecha veinticuatro de noviembre de mil novecientos noventa y tres.
CONSIDERANDO III: Que de conformidad con los Artículos 1 y 2 del Protocolo
de Tegucigalpa, el Estado de El Salvador forma parte del marco institucional de
la Integración Regional Centroamericana. CONSIDERANDO IV: Que de
conformidad con el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa, los Estados Parte,
incluyendo al Estado de El Salvador, decidieron crear los órganos del Sistema
de la Integración Centroamericana (SICA) para la realización de los fines del
mismo, entre otros, la Corte Centroamericana de Justicia, como el órgano
jurisdiccional encargado de garantizar el respeto del derecho, en la
interpretación y ejecución de dicho Protocolo y sus instrumentos
complementarios y actos derivados del mismo. CONSIDERANDO V: Que el
Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa, del cual el Estado de El Salvador es
Parte, establece la jurisdicción obligatoria de la Corte Centroamericana de
Justicia al mandar que: “Toda controversia sobre la aplicación o interpretación
de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos
(complementarios y derivados) (Texto entre paréntesis es nuestro) ……deberá
(Subrayado y negrillas son nuestros) someterse a la Corte Centroamericana de
Justicia” y que en consecuencia el Estado de El Salvador está sometido a dicha
jurisdicción. CONSIDERANDO VI: Que el Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia establece en su artículo 22, literal k): “Resolver
toda consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribunal Judicial que
estuviere conociendo de un caso pendiente de fallo encaminada a obtener la
aplicación o interpretación uniforme de las normas que conforman el
ordenamiento jurídico del “Sistema de la Integración Centroamericana”, creado
por el “Protocolo de Tegucigalpa”, sus instrumentos complementarios o actos
derivados del mismo.” CONSIDERANDO VII: Que de conformidad con el
artículo 24 del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia:
“Las consultas evacuadas por La Corte con arreglo al presente Estatuto,
ordenanzas y reglamentos, relativas al Sistema de la Integración
Centroamericana, serán obligatorias para los Estados que la integran.”
(Subrayado y negrillas son nuestras). CONSIDERANDO VIII: Que el Estado de
El Salvador es Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano
y Otras Instancias Políticas, así como de sus Protocolos Anexos, de ahora en
adelante llamado Tratado Constitutivo, mediante aprobación por Decreto
Legislativo No. 67 de fecha uno de septiembre de mil novecientos ochenta y
ocho e Instrumento de Ratificación depositado en el Ministerio de Relaciones
Exteriores de la República de Guatemala, el veintiuno de noviembre de mil
novecientos ochenta y ocho, el cual entró en vigor el primero de mayo de mil
novecientos noventa. CONSIDERANDO IX: Que en anteriores Consultas, tanto
obligatorias como ilustrativas, La Corte ha manifestado su criterio, entre otras,
en el Expediente No. 4-5-95, contentivo de la Consulta Ilustrativa, solicitada por
la Honorable Corte Suprema de Justicia de Honduras, el dieciséis de mayo de

69
mil novecientos noventa y cinco y que a folios 6 y 7 se lee: “…el Parlamento
Centroamericano forma parte del Sistema de la Integración Centroamericana,
SICA, ……..lo cual consolida ...su condición de órgano autónomo del Sistema de
la Integración Centroamericana… se caracteriza por tener personalidad
distinta, separada de sus miembros, (Subrayado y negrillas son nuestros) su
propia finalidad, una vida de relación distinta y separada de la de sus
integrantes, esto es, personalidad propia…..por lo cual queda regido por el
Derecho Internacional. Así por su sola naturaleza de Tratado Internacional y
manifestación expresa de la voluntad soberana de la Altas Partes contratantes,
constituye para los Estados respecto de los cuales está vigente, un
ordenamiento jurídico obligatorio que debe ser cumplido por ellos de buena
fe…”. En relación a la primacía del Derecho Internacional sobre el Derecho
Interno, La Corte dejó sentado en dicha Opinión Ilustrativa que los tratados
internacionales en vigor, en caso de conflicto: “…prevalece sobre….. la
legislación interna o ley secundaria”. Asimismo, en el Expediente No. 4–8-96, de
la Consulta presentada por el Señor José Rodolfo Dougherty Liekens, en su
calidad de Vicepresidente del Parlamento Centroamericano, el dos de
septiembre de mil novecientos noventa y seis, sobre cuestiones relativas a una
acción de inconstitucionalidad ante el organismo judicial guatemalteco y en
relación al Artículo 27 del Tratado Constitutivo, dijo en la parte resolutiva a
folio 14 numeral “PRIMERO: La Corte de Constitucionalidad de Guatemala
…..no podrá oponer reglas de derecho interno o resoluciones definitivas de sus
Tribunales, para exonerar al Estado de Guatemala del cumplimiento de sus
obligaciones contraídas en un Tratado Internacional, en este caso el “Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas”, y de
las que se le imponen por ser parte del Sistema de la Integración
Centroamericana, el que su propia normativa constitucional le ordena llevar a
la práctica”. CONSIDERANDO X: Que el fundamento de la inmunidad
parlamentaria es proteger la acción política de los parlamentarios, su
independencia de criterio y su libertad de expresión por ser ellos
representantes de la población. La inmunidad parlamentaria es una protección
de carácter procesal que tienen los parlamentarios cuando se intenta seguir
contra ellos un proceso penal por una supuesta responsabilidad en la comisión
de un delito o ejecutar una orden de arresto. La idea es garantizar la libertad
del representante, evitando que bajo el pretexto de acusación de delito se
influya sobre él para impedir su actuación como parlamentario o influenciar
sus opiniones o votos de manera indebida. En Sentencia 36/1981 de 12 de
noviembre de 1981, el Tribunal Constitucional Español, dijo: “1.- La
inviolabilidad es aquella prerrogativa de los Senadores y Diputados respecto de
las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones que supone que no
pueden ser sometidos a procedimiento alguno por las mismas ni por los votos
que emitan en el seno de la Cámara de que forma parte. La inmunidad consiste

70
en que sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito y no podrán ser
inculpados ni procesados sin la previa autorización de la Cámara respectiva…”
CONSIDERANDO XI: Que la inmunidad diplomática encuentra su fundamento
como lo expone Sir Ernest Satow (SATOW, Ernest: “Satow´s Guide to Diplomatic
Practice”, Fifth Edition, Great Britain, Longman Group Limited London, 1979,
p.106 y s.): “…Los privilegios y las inmunidades diplomáticas… permiten a
embajadores y a su personal, actuar independientemente de cualquier presión
local en la negociación, representar un estado extranjero bajo protección contra
ataque o el hostigamiento, y hablar libremente a sus propios gobiernos, siendo
estas esenciales para la conducta de las relaciones entre los Estados soberanos
independientes.” (Traducción nuestra). Como bien señala Satow, insistiendo en
la necesidad de que el Embajador mantenga su independencia del Estado
Receptor, citando a estos efectos a Montesquieu: “El derecho de gentes quiso
que los príncipes se enviasen embajadores, y la razón, que se deriva de la
naturaleza de la cosa, no ha permitido que estos embajadores dependan del
soberano ante el cual son enviados, ni de sus tribunales. Ellos son la palabra
del príncipe que los envía, y esta palabra debe ser libre.” (Traducción nuestra).
CONSIDERANDO XII: Que la inmunidad de organismos y funcionarios
internacionales, regionales o comunitarios es limitada por su carácter
funcional según se regula en las múltiples Tratados y Convenciones
Internacionales, entre ellos: a) Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas (18 de abril de 1961), la cual en su Preámbulo establece:
“Reconociendo que tales inmunidades y privilegios se conceden, no en
beneficio de las personas, sino con el fin de garantizar el desempeño eficaz de
las funciones de la misiones diplomáticas en calidad de representantes de los
Estados,…”, y …Artículo 41: “1. Sin perjuicio de sus privilegios e inmunidades,
todas las personas que gocen de esos privilegios e inmunidades deberán
respetar las leyes y reglamentos del Estado receptor….” y b) Protocolo sobre los
Privilegios e Inmunidades de las Comunidades Europeas (8 de abril de 1965):
Preámbulo: “CONSIDERANDO que…dichas Comunidades…… gozarán en el
territorio de los Estados miembros de las inmunidades y privilegios necesarios
para el cumplimiento de su misión… “Artículo 10. Mientras el Parlamento
Europeo esté en período de sesiones, sus miembros gozarán: a) en su propio
territorio nacional, de las inmunidades reconocidas a los miembros del
Parlamento de su país; b) en el territorio de cualquier otro Estado miembro, de
inmunidad frente a toda medida de detención y a toda actuación judicial……….
No podrá invocarse la inmunidad en caso de flagrante delito ni podrá ésta
obstruir el ejercicio por el Parlamento Europeo de su derecho a suspender la
inmunidad de uno de sus miembros.” CONSIDERANDO XIII: Que el carácter de
la inmunidad concedida en los Acuerdos de Sede también es limitada y
funcional y se otorga para asegurar las condiciones adecuadas para el
funcionamiento de las instituciones internacionales o en su caso de los órganos

71
comunitarios y de sus funcionarios en razón de su cargo. CONSIDERANDO
XIV: Que el Tratado Constitutivo en su Artículo 27 establece el régimen de
inmunidades y privilegios del cual gozan los diputados ante el Parlamento
Centroamericano y que para responder las cuestiones planteadas a La Corte en
el presente caso, resulta imprescindible interpretar quién y a partir de cuándo
se ostenta la calidad de diputado ante el Parlamento Centroamericano,
interpretación tanto más necesaria si se tiene en cuenta que el Tratado
Constitutivo, en el mencionado Artículo 27 establece tres situaciones
diferenciadas en cuanto a la inmunidad y privilegios de los diputados
centroamericanos cuando textualmente dice: “Los diputados ante el
Parlamento Centroamericano (Subrayado y negrillas es nuestro) gozan del
siguiente régimen de inmunidades y privilegios: a) En el Estado donde fueron
electos, de las mismas inmunidades y privilegios que gozan los diputados ante
los Congresos, Asambleas Legislativas o Asambleas Nacionales; b) En los demás
países centroamericanos, de las inmunidades y privilegios que para los Agentes
Diplomáticos se establecen en la Convención de Viena sobre Relaciones
Diplomáticas; y c) En el país sede además de los privilegios que se establezcan
en el Tratado Sede.” CONSIDERANDO XV: Que del contenido del Artículo 27
precitado se deduce que existen diferencias sobre el alcance de las
inmunidades y privilegios de los diputados centroamericanos, por una parte,
dependiendo de cuál sea el Estado en donde fue electo un diputado
centroamericano ya que para el caso en un Estado podría existir un privilegio
que no exista en otro Estado o podría ser que en un Estado se conceda la
inmunidad y en otro no; y por otra parte existen diferencias en el alcance de las
inmunidades y privilegios dependiendo del territorio donde se encuentre el
diputado centroamericano, ya sea si se encuentra en el territorio del Estado
donde fue electo; si se encuentra en el territorio de los demás países
centroamericanos, siempre que sean parte del Tratado Constitutivo; o bien si se
encuentra en el territorio del país sede para el cual rige, además de la citada
Convención de Viena, el Tratado Sede. CONSIDERANDO XVI: Que el presente
caso bajo examen por parte de La Corte, cae bajo la regulación del encabezado y
del literal a) del Artículo 27 del Tratado Constitutivo. CONSIDERANDO XVII:
Que la regla general es que corresponde al propio órgano de que se trate, en
este caso el Parlamento Centroamericano, la facultad de levantar la inmunidad
y renunciar a los privilegios de un diputado centroamericano. CONSIDERANDO
XVIII: Que debido a que la elección de las personas que postulan para un cargo
de diputado al Parlamento Centroamericano debe hacerse en el territorio de los
Estados Parte del Tratado Constitutivo respetando las regulaciones que este
instrumento internacional establece a esos efectos, pero que
complementariamente a dichas regulaciones, los Estados donde son electos los
diputados emiten normas que también regulan su elección y las consecuencias
jurídicas de ésta. CONSIDERANDO XIX: Que las legislaciones en materia

72
electoral de los Estados Parte difieren o pueden diferir en el futuro, unas de
otras, dando o pudiendo dar lugar erróneamente a distintas interpretaciones y
aplicaciones del Tratado Constitutivo y en tal virtud La Corte debe interpretar
las disposiciones pertinentes de dicho Tratado con el propósito de asegurar un
entendimiento y práctica unitarios en la interpretación y aplicación del mismo.
CONSIDERANDO XX: Que la interpretación sobre la aplicación del Artículo 27
se hace necesaria además porque los diputados centroamericanos no son
simultáneamente electos en los Estados Parte del Tratado Constitutivo, sino
que ello acontece en distintas fechas y en ocasiones su elección se produce
varios años antes de que tomen posesión del cargo frente al Parlamento
Centroamericano y entren en funciones, por lo que existe para ellos, en su
condición de diputados electos, una situación jurídica anterior a su toma de
posesión frente al Parlamento Centroamericano y por tanto es necesario definir
a los fines de responder esta Consulta Prejudicial: 1)¿Cuál es la condición de
una persona electa para ocupar un cargo en el Parlamento Centroamericano
antes que se produzca la toma de posesión frente al PARLACEN?; y 2) ¿A partir
de cuándo esa persona electa tiene la condición de diputado centroamericano?
El establecimiento de ambas condiciones jurídicas es necesario ya que una y
otra determinarán a partir de cuándo se debe aplicar el régimen de
inmunidades y privilegios que establece el Tratado Constitutivo y de
consiguiente, a partir de cuándo el Parlamento Centroamericano debe ejercer
su facultad privativa de levantar la inmunidad o renunciar un privilegio de un
diputado centroamericano. CONSIDERANDO XXI: Que algunas legislaciones
nacionales establecen la vigencia del régimen de inmunidades y privilegios de
sus diputados nacionales electos a partir del día de su elección; y que además
establecen disposiciones especiales para tomar promesa y dar posesión de sus
cargos a los diputados centroamericanos electos, y que por tanto es necesario
que La Corte se pronuncie sobre si estas disposiciones tienen efecto jurídico en
el ámbito del derecho comunitario y si lo tienen, a partir de cuándo, ya que del
Artículo 27 literal a) podría inferirse que dicha normativa nacional ha sido
incorporada al derecho comunitario, sin que de su simple lectura resulte
evidente el momento en que esa normativa debe aplicarse como parte del
ordenamiento jurídico del Sistema de la Integración Centroamericana, lo cual
es indispensable establecer con claridad para que pueda tenerse la certeza
jurídica necesaria para el goce de los derechos adquiridos. Muy
particularmente es imprescindible que en este caso La Corte se pronuncie
sobre a partir de cuándo los diputados centroamericanos gozan del régimen de
inmunidades y privilegios establecido en el literal a) del Artículo 27 y en
consecuencia a partir de cuándo el Parlamento Centroamericano tiene la
competencia para suspender la inmunidad o de renunciar privilegios a un
diputado centroamericano, todo ello con el propósito de asegurar el
cumplimiento de los fines del Tratado Constitutivo. A mayor abundamiento,

73
independientemente de los efectos jurídicos que tienen en el ámbito nacional
las disposiciones internas sobre la elección, acreditación, juramentación y toma
de posesión del cargo de una persona electa como diputado centroamericano,
¿a partir de cuándo, para los fines del derecho comunitario, un diputado
centroamericano se encuentra protegido por la inmunidad y los privilegios
establecidos en el Artículo 27 literal a)?; y siendo que solamente puede
levantarse o renunciarse lo que se tiene, ¿a partir de cuándo el Parlamento
Centroamericano tiene la facultad privativa de levantar la inmunidad o
renunciar privilegios de sus miembros? CONSIDERANDO XXII: Que la
Constitución de la República de El Salvador, DECRETO NÚMERO 38 de la
Asamblea Constituyente, de quince de diciembre de mil novecientos ochenta y
tres, en su parte conducente establece que: “Art. 125.- Los Diputados
……………..no están ligados por ningún mandato imperativo. Son inviolables, y
no tendrán responsabilidad en tiempo alguno por las opiniones o votos que
emitan.… Art. 131.- Corresponde a la Asamblea Legislativa:……Aceptar o
desechar las credenciales de sus miembros,…y deducirles responsabilidades en
los casos previstos por esta Constitución;…. TITULO VIII RESPONSABILIDADES
DE LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS…………….Art. 236.- El Presidente y… los
diputados,………….responderán ante la Asamblea Legislativa por los delitos
oficiales y comunes que cometan… Art. 238.- Los diputados no podrán ser
juzgados por delitos graves que cometan desde el día de su elección hasta el fin
del período para el que fueron elegidos, sin que la Asamblea Legislativa declare
previamente que hay lugar a formación de causa, conforme al procedimiento
establecido en el artículo anterior... CONSIDERANDO XXIII: Que el Código
Electoral de El Salvador, Decreto No. 417 de la Asamblea Legislativa, del catorce
de diciembre de mil novecientos noventa y dos, establece: “Art. 263.- El
Tribunal, en el acta del escrutinio final, declarará electos a los candidatos a
Diputados Propietarios y Suplentes que lo hayan sido de conformidad a lo
establecido en este Código………..Art. 265.- Cuando el escrutinio final, cuya acta
contiene la declaración de elección, no fuere impugnado dentro del plazo
señalado en el Art. 324 de éste Código, la declaratoria de elección quedará
firme de pleno derecho y así lo deberá declarar el Tribunal mediante Decreto.
Art. 266.- El acta de escrutinio final servirá para proclamar a los candidatos de
los Partidos Políticos o Coaliciones contendientes, electos a los cargos para los
cuales fueron postulados. Debiendo publicarse dicha acta por una sola vez en el
Diario Oficial y en los periódicos de circulación nacional con el decreto en el
que declare firme el resultado de la elección, publicación que deberá hacerse
dentro de los tres días siguientes a la fecha de dicho Decreto. CAPITULO VII DE
LAS CREDENCIALES Y SU ENTREGA Art. 267.- Las credenciales de las personas
electas a los cargos de Presidente y Vicepresidente de la República, Diputados
al Parlamento Centroamericano y a la Asamblea Legislativa, serán extendidas
por el Tribunal y entregadas a los electos en una sesión pública que se

74
efectuará dentro de los seis días siguientes a la fecha del decreto en que se
declaren firmes los resultados de la elección. Art. 268.- Una vez entregadas las
Credenciales de las personas electas a los cargos de Diputados al Parlamento
Centroamericano, el Tribunal procederá a recibir la Protesta de ley y dará
posesión a sus cargos en una sesión pública que se efectuará dentro de los seis
días siguientes al de la fecha del Decreto en que se declaren firmes los
resultados de la elección.” CONSIDERANDO XXIV: Que la jurisprudencia
internacional sobre las inmunidades y privilegios concedidos a parlamentarios
regionales o comunitarios, agentes diplomáticos y funcionarios internacionales
en general y particularmente las resoluciones del Tribunal de Justicia de las
Comunidades Europeas establecen el carácter funcional de los privilegios y las
inmunidades de las Comunidades Europeas, al ser su finalidad el evitar que se
obstaculice el funcionamiento e independencia de las Comunidades, sobre el
particular están los asuntos T-497/93 en relación con la Sentencia del Tribunal
de Primera Instancia (Sala Cuarta) del 29 de Marzo de 1995, Anne Hogan
contra Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, Asunto 1/87 SA
relativo al Auto del Tribunal de Justicia de 17 de junio de 1987, Universe
Tankship Company Incorporated contra la Comisión de las Comunidades
Europeas, Asunto T-17/00 R con respecto al Auto del Presidente del Tribunal
de Primera Instancia de 2 de mayo de 2000, Asunto C-2/88 Imm, J.J. Zwartveld
e.a. relativo a la Sentencia de La Corte de 13 de julio de 1990. Y que es
pertinente recordar la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de catorce
de febrero de dos mil dos referente a la Demanda de la República Democrática
del Congo contra el Reino de Bélgica, en la cual la Corte afirmó que la
inmunidad de jurisdicción penal no suponía la impunidad jurídica. Como bien
lo expone María Torres Pérez (TORRES PEREZ, María: “INMUNIDAD
JURISDICCIONAL PENAL E IMPUNIDAD: EL FALLO DE LA CORTE
INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE 14 DE FEBRERO DE 2002”. Revista de
Derecho de la Universitat de Valéncia (Estudi General) No. Núm.1, Noviembre
2002) “…No se puede deducir que la inmunidad de jurisdicción penal suponga
la impunidad jurídica…se trata de dos cuestiones radicalmente distintas, tal y
como establece la Corte Internacional de Justicia al afirmar “que la inmunidad
de jurisdicción de la que goza un Ministro de Relaciones Exteriores en ejercicio
no significa que el mismo goza de impunidad por crímenes que él hubiera
podido cometer, independientemente de su gravedad. Inmunidad de
jurisdicción penal y responsabilidad penal son conceptos muy distintos.
Mientras que la inmunidad de jurisdicción reviste un carácter procesal, la
responsabilidad penal tiene que ver con una cuestión de fondo del derecho. La
inmunidad de jurisdicción puede sin duda obstaculizar por un cierto tiempo la
persecución o ciertas infracciones; sin embargo no puede exonerar de toda
responsabilidad penal a la persona que goza de ella”. (Traducción nuestra). Esta
Corte comparte plenamente este criterio ya que en ningún caso la inmunidad

75
debe ser un escudo para proteger de la persecución penal a personas que
estando protegidas por fueros especiales fuesen acusados por la comisión de un
delito, ni en una muralla que dificulte o imposibilite la acción de los órganos de
la policía, de las instituciones investigadoras, de los tribunales o de las
autoridades encargadas de hacer cumplir las penas. Además a criterio de La
Corte y como también se reconoce ampliamente por el Derecho Internacional,
los Estados, los Organismos Internacionales y los órganos de éstos tienen la
obligación de cooperar franca y decididamente para que, respetando los
procedimientos de dichos fueros puedan ser deducidas las responsabilidades
que corresponda a los culpables de infracciones penales. CONSIDERANDO
XXV: Que La Corte en varias opiniones consultivas ha sentado doctrina
referente a diversas situaciones sobre el tema de las inmunidades y entre ellas
resulta pertinente traer a cuenta la que figura en el Expediente 4-5-95
referente a la Consulta Ilustrativa sobre el Período de Diputados del PARLACEN
presentada por la Honorable Corte Suprema de Justicia de Honduras sobre el
momento, hecho o acto que determina el inicio del período para el ejercicio de
las funciones de los diputados, a folio 5: “EL HECHO O ACTO QUE DETERMINA
EL INICIO DEL PERIODO PARA EL EJERCICIO DE LAS FUNCIONES DE LOS
DIPUTADOS DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO, ES LA INSTALACION
SOLEMNE DE DICHO PARLAMENTO, QUE DEBE REALIZARSE EL DIA
VEINTIOCHO DE OCTUBRE DE CADA CINCO AÑOS, A PARTIR DEL AÑO MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y UNO…” CONSIDERANDO XXVI: Que La Corte al
fallar en casos contenciosos sobre algunas de las cuestiones contenidas en la
presente Consulta Prejudicial, ha sostenido criterios que deben ser recordados
aquí, entre ellos los contenidos en los casos siguientes: a) Expediente No. 1-8-1-
2003 referente a la Demanda del Sr. Arnoldo Alemán Lacayo contra el Estado
de Nicaragua, por violación del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas, en el cual La Corte dijo a folio
411: “… la inmunidad y privilegios de éstos (los diputados ante el Parlamento
Centroamericano. Agregado nuestro.) son otorgados por la normativa
comunitaria y por consiguiente es al órgano comunitario a quien le
corresponde suspenderla, ya que es un órgano con personalidad propia, creado
por los Estados mismos, que no puede estar sometido a las decisiones de cada
uno de ellos…” b) Expediente 3-18-2-2003 relativo a la Demanda presentada
por el Señor Víctor Elías Francisco Bendeck Ramírez contra el Estado de
Honduras por violación de la normativa comunitaria centroamericana
referente a la inmunidad parlamentaria establecida en el Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano, en el cual La Corte manifestó a folio 677
reverso: “CONSIDERANDO XII……… corresponde al Parlamento
Centroamericano conocer y resolver cualesquiera solicitud que se le
presentare……… CONSIDERANDO XXVII: Que el Señor MARIO ANTONIO
OSORTO VIDES fue electo diputado al Parlamento Centroamericano el doce de

76
marzo de dos mil seis de acuerdo a las Actas de Escrutinio Final de Diputados
del veintidós de marzo del mismo año y declarado electo por Decreto No. 2 del
Tribunal Supremo Electoral de El Salvador del treinta y uno de marzo de dos
mil seis, y que la Constitución de la República establece un foro de protección
especial para los diputados a partir del día de su elección. CONSIDERANDO
XXVIII: Que la Fiscalía General de la República solicitó a la Asamblea Legislativa
el desafuero del diputado centroamericano electo, MARIO ANTONIO
OSORTO VIDES el veinticuatro de octubre de dos mil seis, es decir
posteriormente a su elección, acreditación, juramentación y toma de posesión
de su cargo frente a las autoridades salvadoreñas. CONSIDERANDO XXIX: Que
la normativa vigente aplicable al diputado centroamericano electo era en el
momento de la solicitud de desafuero, la Constitución de la República de El
Salvador, el Código Electoral de dicho país, el Reglamento Interno de la
Asamblea Legislativa de la República de El Salvador y demás disposiciones
legales aplicables, ya que el Señor MARIO ANTONIO OSORTO VIDES tenía en
ese momento únicamente la condición de un diputado electo, declarado como
tal, acreditado, juramentado y dado posesión de su cargo por las autoridades de
El Salvador, pero sin que hubiese tomado posesión de su cargo y sin que se
encontrase dentro del período para el cual fue electo al Parlamento
Centroamericano. CONSIDERANDO XXX: Que el diputado centroamericano
electo MARIO ANTONIO OSORTO VIDES no tomó posesión de su cargo frente al
Parlamento Centroamericano, sino hasta el veintiocho de octubre de dos mil
seis, fecha de instalación de la legislatura del PARLACEN y en consecuencia fue
hasta en esa fecha que adquirió su condición de diputado centroamericano ya
que fue en ese día que inició su período en el Parlamento Centroamericano, tal
y como lo estableció la Sentencia de La Corte con respecto a la Consulta
Ilustrativa de la Honorable Corte Suprema de Justicia de Honduras, ya citada.
POR TANTO, La Corte resuelve por el voto unánime de sus miembros, sobre las
cuestiones contenidas en la solicitud de Consulta Prejudicial, lo siguiente.
Sobre la CUESTIÓN PRIMERA: “1) ¿Será competente el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO para conocer del trámite de desafuero de MARIO
ANTONIO OSORTO VIDES a quien se le atribuyen los delitos de
NEGOCIACIONES ILICITAS, FALSEDAD DOCUMENTAL AGRAVADA Y
CONCUSION en el caso que la solicitud de desafuero fue presentada ante la
Asamblea Legislativa de El Salvador el día VEINTICUATRO DE OCTUBRE DEL
DOS MIL SEIS, por consiguiente CUATRO DÍAS antes de la fecha en que el
mismo tomó posesión como diputado propietario del PARLACEN, que en efecto
fue el VEINTIOCHO DE OCTUBRE DEL DOS MIL SEIS?. También puede
entenderse la pregunta así: ¿Será competente el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO para conocer y decidir del trámite de desafuero en el caso
que la solicitud de desafuero fue presentada a la Asamblea Legislativa u otra
autoridad del país de origen de un diputado del PARLACEN con CUATRO DÍAS

77
de anticipación a que el mismo tome posesión como diputado propietario del
PARLACEN? RESPUESTA A LA CUESTION PRIMERA: Como se ha señalado en
el CONSIDERANDO XXVI supra, La Corte ha sostenido que como regla general,
cuando se le presente una solicitud, le corresponde al Parlamento
Centroamericano conocer de ella y decidir sobre levantar o no la inmunidad y
renunciar o no los privilegios de un diputado centroamericano. A este efecto, La
Corte recuerda el caso contenido en el Expediente 3-18-2-2003 arriba citado.
Ahora bien, ¿Qué sucede cuando no existe solicitud al Parlamento? ¿Puede
desaforar a un diputado centroamericano un órgano nacional o internacional
distinto al Parlamento Centroamericano? La respuesta es negativa ya que como
lo ha expresado La Corte en el Expediente 9-3-9-2002, a folio 142: “…la
renuncia y levantamiento de inmunidades y privilegios corresponde resolverla
al órgano del cual se es integrante…” en este caso el Parlamento
Centroamericano. La Corte subraya que el Artículo 27 del Tratado Constitutivo,
es únicamente aplicable a las personas que ostentan la condición de diputados
centroamericanos. Es decir que el supuesto jurídico que debe darse para
aplicar el Artículo 27 es ser diputado centroamericano y sólo entonces
pueden darse las consecuencias jurídicas que del cumplimiento de dicho
supuesto jurídico se derivan y no antes. Así resulta evidente que solamente
gozan del régimen de inmunidades y privilegios que se establece en el Artículo
27, las personas que tienen la condición de diputados centroamericanos. En
base al derecho centroamericano aplicable La Corte interpreta que para que
una persona ostente la condición de diputado centroamericano es
necesario: 1) Que sea declarada y acreditada su elección de forma válida y
legítima por la autoridad nacional competente; 2) Que el diputado electo,
tome posesión de su cargo frente al Parlamento Centroamericano; y 3)
Que se encuentre dentro del período para el cual fue electo. Sólo entonces,
el Parlamento Centroamericano tiene la facultad privativa de levantar la
inmunidad o renunciar privilegios de uno de sus miembros. En consecuencia
La Corte interpreta que el Parlamento Centroamericano es competente para
levantar la inmunidad o renunciar un privilegio de uno de sus miembros
cuando concurran tres situaciones: 1) Que haya sido declarada y acreditada su
elección de forma válida y legal por la autoridad nacional competente; 2) Que
haya tomado posesión de su cargo frente al propio Parlamento
Centroamericano; y además 3) Que se encuentre dentro del período para el cual
fue electo. Consta en autos, a folio 248, de conformidad a la nota del Director
de la Subsede de El Salvador del Parlamento Centroamericano, de fecha catorce
de enero de dos mil ocho que el Señor MARIO ANTONIO OSORTO VIDES tomó
“posesión del cargo en el Parlamento Centroamericano el día 28 de octubre del
2006, para un período de octubre de 2006 al 28 de octubre del 2011.” Es decir,
que el diputado OSORTO VIDES adquirió su condición de diputado
centroamericano cuatro días después que la Fiscalía General de la

78
República de El Salvador solicitara su desafuero ante la Asamblea
Legislativa de ese país de conformidad con la Denuncia y Promoción de
Antejuicio que consta a folio 39, formulada por el Señor Félix Garrid Safie
Parada, de fecha veinticuatro de octubre de dos mil seis. En consecuencia, no se
cumplen todos los requisitos necesarios para conformar la circunstancia en la
cual el Parlamento podría haber actuado desaforando al mencionado diputado,
ya que éste por una parte, no había tomado posesión de su cargo frente al
propio Parlamento Centroamericano; y de otra parte no se encontraba dentro
del período de su mandato como diputado centroamericano. Como lo establece
la doctrina y la práctica jurídicas, corresponde al Juez o Tribunal, juzgar de
acuerdo a las normas que tienen efectividad en el momento en que se produce
un supuesto de hecho del cual se deriva una consecuencia jurídica determinada
y que además “Atendiendo el principio de irretroactividad de la ley, los jueces
tienen el deber de interpretar y aplicar las leyes de una manera que no resulte
retroactiva.” (BARROS, Enrique: El Derecho 1995. Facultad de Derecho-
Universidad de Chile. Vigencia de la ley. Efectos de la ley en el tiempo, pág. 4) Y
ello debe ser así ya que si no podría colocarse a los diputados al Parlamento
Centroamericano de los diferentes Estados Parte en una situación de goce de
derechos distintos, en momentos y por períodos distintos, lo cual no puede ser
admitido por el derecho comunitario que debe ser coherente e interpretado y
aplicado de forma tal que se mantengan los principios de aplicabilidad general,
igualdad y certeza jurídica. A este respecto, el Tratado Constitutivo establece en
su Artículo 27 que el régimen de inmunidades y privilegios es para los
“diputados ante el Parlamento Centroamericano” y como queda
demostrado, cuatro días antes de su toma de posesión como diputado
centroamericano, el Señor OSORTO VIDES sólo tenía la condición de diputado
electo al PARLACEN. Por lo tanto en ese momento sólo tenía la mera
expectativa de un derecho. Esta interpretación de ninguna manera implica que
la legislación salvadoreña aplicable no tuviese vigencia ni efecto jurídico en este
caso. Todo lo contrario la legislación salvadoreña regía para los diputados
electos, y para las autoridades del Estado de El Salvador desde el día de la
elección de los diputados, hasta el día que los diputados centroamericanos
electos tomaron posesión de su cargo frente al PARLACEN. Para el derecho
comunitario centroamericano, es en ese día, al cumplirse los supuestos
jurídicos que se han señalado, que el Artículo 27 incorpora las disposiciones
que establece la legislación salvadoreña para regular las inmunidades y
privilegios de los cuales goza el diputado ante el Parlamento Centroamericano.
El Artículo 27 del Tratado Constitutivo se aplica a partir del momento que se da
el supuesto jurídico de ser diputado al PARLACEN, es decir que las
consecuencias jurídicas previstas en el Artículo 27 sólo operan cuando se da el
hecho que las condiciona, de otra parte, hay que aclarar a los efectos de esta
Consulta Prejudicial, que todas las disposiciones del Tratado Constitutivo están

79
vigentes y obligan a las Partes, sin embargo no todas las disposiciones del
instrumento internacional operan al mismo tiempo. Para el caso, la norma que
establece que cada Estado Parte elegirá veinte diputados al Parlamento
Centroamericano, opera antes que la norma que establece en el Artículo 27 el
régimen de inmunidades y privilegios. La primera norma se aplica antes en el
tiempo para regular la elección de los diputados por cada Estado Parte al
PARLACEN, y la segunda tiene aplicación después, una vez que los diputados
han sido declarados electos, acreditados, tomado posesión de su cargo frente al
PARLACEN e iniciado su período en ese órgano regional. POR TANTO: La
Corte resuelve que en el presente caso el Parlamento Centroamericano no
era competente para conocer y decidir el trámite de desafuero del Señor
MARIO ANTONIO OSORTO VIDES con cuatro días de anticipación a que él
tomara posesión de su cargo como diputado propietario del Parlamento
Centroamericano. Declarar lo contrario equivaldría a hacer una
aplicación retroactiva de las disposiciones del Tratado Constitutivo.
CUESTION SEGUNDA: 2) ¿Habiendo desaforado la Asamblea Legislativa de El
Salvador al Señor MARIO ANTONIO OSORTO con posterioridad al momento de
haber tomado posesión de su cargo de diputado del PARLACEN, constituirá o
no violación al “TRATADO CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO
CENTROAMERICANO Y OTRAS INSTANCIAS POLÍTICAS” como el precedente
establecido por la Corte Centroamericana de Justicia en la sentencia del treinta
y uno de octubre del dos mil dos en que se responde a la consulta formulada
por el Doctor RODRIGO SAMAYOA como presidente y representante del
PARLACEN, indicando que al PARLACEN corresponde definir el desafuero de
los diputados que lo integran? La que puede entenderse así: ¿De verificarse el
desafuero y admitida la solicitud de antejuicio, con posterioridad al momento
de haber tomado posesión de su cargo como Diputado del PARLACEN, por
alguna autoridad nacional del país de origen del diputado del PARLACEN en el
caso de la pregunta que antecede, constituirá o no violación al “TRATADO
CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO Y OTRAS
INSTANCIAS POLÍTICAS” como el precedente establecido por la Corte
Centroamericana de Justicia en la sentencia del treinta y uno de octubre del dos
mil dos en que se responde a la consulta formulada por el Doctor RODRIGO
SAMAYOA como presidente y representante del PARLACEN, indicando que al
PARLACEN corresponde definir el desafuero de los diputados que lo integran?
RESPUESTA A LA CUESTION SEGUNDA: Como ha sido expresado por la Corte
Internacional de Justicia en su sentencia del catorce de febrero del año dos mil
dos arriba citada, la inmunidad es una cuestión de carácter procesal y no
material y habiéndose iniciado en legal y debida forma el procedimiento para el
desafuero del diputado electo OSORTO VIDES el veinticuatro de octubre de dos
mil seis con lo cual se protegían sus derechos como diputado electo es válido
que este continuara su tramitación hasta su conclusión, ya que el fuero

80
aplicable en el momento de iniciar dicho procedimiento era el establecido por
la legislación salvadoreña y ha sido reconocido por la doctrina que una norma
procesal cuya aplicabilidad es posterior, en este caso el Artículo 27 del Tratado
Constitutivo, “no debe aplicarse a hechos procesales ocurridos antes de su
entrada en vigor”, ya que si se aplicara estaríamos frente a un caso de
retroactividad de la nueva norma. (GARCÍA MAYNEZ, Eduardo: Introducción al
Estudio del Derecho. Editorial Porrúa, S.A. 1963, pág.401). POR TANTO: La
Corte resuelve con respecto a la Cuestión Segunda que al continuar el
procedimiento de desafuero del diputado MARIO ANTONIO OSORTO VIDES
frente a la Asamblea Legislativa de El Salvador y hasta la conclusión del mismo,
el Estado de El Salvador no ha violado, en el presente caso, el Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas.
COMUNIQUESE. (f) R Acevedo P (f) Silvia Rosales B. (f) J R Hernández A (f)
Alejandro Gómez V (f) F Darío Lobo L. (f) Carlos A. Guerra G. (f) OGM”.-

Jurisprudencia: Se definió la INMUNIDAD PARLAMENTARIA como aquella


protección de los diputados para garantizar su independencia de criterio y su
libertad de expresión, la cual se concede no en beneficio de las personas sino con
el fin de ayudar al desempeño eficaz de las funciones de los parlamentarios. Dicha
inmunidad se concede de manera limitada, pues no podrá invocarse en aquellos
casos relacionados con hechos delictivos.

Como regla general, se estableció que le corresponde única y exclusivamente al


PARLACEN conocer y decidir sobre levantar o no la inmunidad de un diputado
centroamericano, siempre y cuando se cumplan las siguientes tres condiciones:1-
que haya sido declarado en forma válida y legal su cargo frente al PARLACEN, 2-
que haya tomado posesión de dicho cargo y 3- que se encuentre dentro del
período por el cual fue electo.

Además se acordó que LA CONDICION DE DIPUTADO CENTROAMERICANO se


adquiere en el momento en que se toma posesión del cargo y mientras eso no
ocurre solamente tiene una expectativa de derecho de ser miembro pleno del
Parlamento, conservando la condición de “DIPUTADO ELECTO”. Art 27 del Tratado
Constitutivo del PARLACEN.

81
9.- Caso de Alfonso Antonio Portillo Cabrera contra el Estado de Guatemala.

Aprobada en Sesión de Corte Plena del 5 de mayo de 2008. (Acta No. 376)

Síntesis del Caso:


El demandante en su carácter de exPresidente de Guatemala fue procesado
penalmente por el delito de peculado por lo que alegó que el Estado de Guatemala
había incurrido en responsabilidad internacional al no reconocerle su derecho de
inmunidad que le corresponde como Diputado del Parlamento Centroamericano,
basándose dicho Estado en una sentencia de la Corte de Constitucionalidad de ese
país del 24 de julio de 2004, declarando inconstitucionales los incisos B y C del
Artículo 2, la dicción “inmunidades” de dicho artículo y el artículo 27 del Tratado
del Parlamento Centroamericano. El Procurador General de Guatemala contestó la
demanda en sentido negativo, negando que la Corte Centroamericana de Justicia
tuviera jurisdicción sobre ese país, por no haber aprobado ni ratificado el Convenio
de Estatuto de nuestro Tribunal, alegando además que las disposiciones
constitucionales tienen supremacía sobre los Tratados Internacionales.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, a los cinco días del mes de mayo de dos mil ocho, siendo las
cinco de la tarde. VISTA para resolver en sentencia definitiva la demanda
incoada por el señor ALFONSO ANTONIO PORTILLO CABRERA, mayor
de edad, de nacionalidad guatemalteca en su condición de Diputado al
Parlamento Centroamericano, contra el Estado de Guatemala, presentada ante
este Tribunal el día once de agosto del año dos mil seis, cuya admisión La
Corte ha estimado procedente por ser competente para conocer de ella de
conformidad a la facultad establecida en el Artículo 22 literal c) del Convenio
de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, demanda que se contrae
en síntesis a pedir que se declare en sentencia definitiva, lo siguiente: “Que el
Estado de Guatemala ha incurrido en responsabilidad internacional, al violar
las normas contenidas en el Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas, en el Acuerdo Sede entre el
Gobierno de Guatemala y el Parlamento Centroamericano y en el Protocolo de
Tegucigalpa de Reformas a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos, como Instrumentos esenciales del Derecho Comunitario
Centroamericano, y normas contenidas en la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados de 1969, en la Convención de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas de 1961 y en la Convención sobre Prerrogativas e
Inmunidades de las Naciones Unidas de 1946”…, violaciones que el

82
demandante considera que le perjudican su derecho a la inmunidad como
Diputado del Parlamento Centroamericano, al haber sido procesado, sin que se
haya solicitado de parte del Estado de Guatemala a dicho Órgano
parlamentario la suspensión de su inmunidad por considerarlo responsable de
los delitos de peculado en perjuicio de ese Estado. Asimismo pide se prevenga
a la parte demandada, que no puede oponer unilateralmente por medio de la
Corte de Constitucionalidad, reglas de Derecho Interno o Resoluciones que
impliquen suspensión temporal o definitiva de los Tratados vigentes, para
evadir su cumplimiento. También pide “dejando sin efecto lo resuelto por esa
Corte de Constitucionalidad de la República de Guatemala, el veinte de julio
del dos mil cuatro dentro del Expediente Acumulado 12-2004 y 213-2004 en
lo concerniente a la suspensión de sus derechos de mi representado. c) Que
como consecuencia …el Estado de Guatemala garantice las inmunidades y
privilegios que las normas de derecho comunitario y el derecho internacional
le otorgan a mi representado, especialmente las siguientes: i) los incisos b) y c)
del artículo 2 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y
Otras Instancias Políticas. ii. la dicción “inmunidades”, contenidas en
segundo párrafo del artículo 2 del Tratado Constitutivo del Parlamento y
Otras Instancias Políticas. iii. El inciso a) del artículo 27 del indicado
instrumento internacional, con efectos exclusivamente para los Diputados
Centroamericanos que representen a Guatemala ante el PARLACEN y
respecto, únicamente a lo relativo a la inmunidad personal que por
referencia al artículo 161 inciso a) de la Constitución hace la norma
declarada inconstitucional. Los artículos: i.6 inciso a) de la Ley en Materia
de Antejuicio, Decreto 85-2002 del Congreso de la República, en la frase que
reza: “…o de diputado al Parlamento Centroamericano…” y ii. 14 inciso b)
de la Ley en Materia de Antejuicio... Y como medidas cautelares solicitó lo
siguiente: “Que se ordene al Estado de Guatemala dejar en suspenso la
resolución de fecha veinte de julio del dos mil cuatro, adoptada por la
Honorable Corte de Constitucionalidad del Estado de Guatemala, dentro del
expediente acumulado números 12-2004 y 213-2004,… así como las
Resoluciones dictadas por el Juez Quinto de Primera Instancia Penal,
Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente, del Departamento de
Guatemala, de fechas dieciocho de julio de dos mil cinco, y catorce de octubre
de dos mil cinco, que afectan directamente los derechos de mi representado
como Diputado… y en consecuencia, que se ordene mantener el goce y
disfrute de las inmunidades, privilegios y posición a que tiene derecho mi
representado de conformidad con el Derecho Comunitario Centroamericano y
el Derecho Internacional”… RESULTA I: Que el demandante acompañó a su
escrito de demanda los siguientes documentos, los cuales ofreció y propuso

83
como medios de prueba: 1. Fotocopia autenticada de la certificación de la
sentencia de fecha veinte de julio de dos mil cuatro dictada por la Corte de
Constitucionalidad en los expedientes acumulados 12-2004 y 213-2004,
extendida el catorce de noviembre de dos mil cinco. 2. Fotocopia autenticada
de la certificación del voto razonado disidente del Magistrado Mario
Guillermo Ruiz Wong, dentro de la sentencia de fecha veinte de julio de dos
mil cuatro, dictada por la Corte de Constitucionalidad en los expedientes
acumulados 12-2004 y 213-2004. 3. Fotocopia de la Certificación extendida
por el Presidente del Parlamento Centroamericano, en donde consta que el
demandante ostenta la calidad de Diputado Centroamericano durante el
período 2004-2008 y que asumió su cargo en la sesión de Asamblea Plenaria
número AP/158-2004. 4. Fotocopia autenticada de la constancia extendida por
el Presidente del Parlamento Centroamericano sobre el régimen de
inmunidades y privilegios de los Diputados. 5. Fotocopia autenticada de: a)
Resolución de fecha trece de julio de dos mil cinco emitida por el Juzgado
Quinto de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el
Ambiente; b) Memorial de fecha quince de julio de dos mil cinco, presentado
por el Ministerio Público; c) Resolución de fecha dieciocho de julio de dos mil
cinco emitida por el Juzgado Quinto de Primera Instancia Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente; y d) Oficio de fecha dieciocho
de julio de dos mil cinco, por medio del cual se ordena la aprehensión del
demandante dictada por la Juez suplente del Juzgado Quinto de Primera
Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente de la República
de Guatemala, por el delito de peculado. 6. Fotocopia autenticada de la cédula
de notificación por medio de la cual se admite para su trámite el pedimento de
extradición ante el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos en contra del
demandante. 7. Fotocopia autenticada de la certificación del Acuerdo 19-2003
del Congreso de la República de Guatemala, por medio del cual se aprueba la
Ejecución Presupuestaria del año dos mil uno. 8. Fotocopia autenticada de la
certificación extendida por la Contraloría General de Cuentas de la República
de Guatemala, en la cual consta que el demandante no tiene reclamaciones o
juicios pendientes en materia de Cuentas. 9. Fotocopia autenticada de la
certificación extendida por la Contraloría General de Cuentas de la República
de Guatemala, de fecha veinticuatro de febrero de dos mil seis, en donde
consta que el Presidente de la República de Guatemala, no maneja fondos
públicos directamente. 10. Fotocopia legalizada de la certificación de la
sentencia de fecha trece de enero de dos mil cinco, proferida por la Corte
Centroamericana de Justicia, en el caso del Diputado Centroamericano Juan
Francisco Reyes Wyld. RESULTA II: Que dicha demanda fue admitida por
este Tribunal, sin otorgarse las medidas cautelares solicitadas, mediante

84
providencia de fecha veinticuatro de enero del dos mil siete que consta en
folio 284, teniéndose además como apoderado del demandante al Abogado
David Alexander Abbott Haim, ordenándose el traslado de la demanda al
Procurador General de la República de Guatemala, como representante legal
de dicho Estado de conformidad con la Constitución de esa República, para
que la contestara dentro del término legal. RESULTA III: Que con fecha
veintidós de mayo de dos mil siete, el señor Abogado Mario Estuardo Gordillo
Galindo, en su condición de Procurador General de la República de Guatemala
contestó la demanda en forma negativa, expresando que “…el Estado
guatemalteco no ha aprobado ni ratificado el Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia y que por consiguiente no puede ser sujeto de las
declaratorias de este Tribunal…”, y pide que declare sin lugar la demanda, por
considerar que los reclamos contenidos en ella ante esta instancia regional
“…es tan sólo un subterfugio de las responsabilidades que deben ser
sometidas a consideración de los Tribunales Ordinarios y Extraordinarios
guatemaltecos…”. Asimismo, el Procurador General de Guatemala invoca la
Resolución de la Corte de Constitucionalidad guatemalteca de veinte de julio
del año dos mil cuatro, la cual en su parte conducente dice que dicho Tribunal
declaró: “inconstitucional con efectos exclusivamente para el Estado
Guatemalteco las normas siguientes: i. Los incisos B) y C) del Artículo 2
del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas1, ii. La dicción “Inmunidades”2, contenida en segundo párrafo del
Artículo 2 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas. iii) El inciso a) del artículo 273 del indicado instrumento
internacional, con efectos exclusivamente para los Diputados
Centroamericanos que representen a Guatemala ante el PARLACEN y
respecto, únicamente a lo relativo a la inmunidad personal que por
referencia al artículo 161 inciso a) de la Constitución hace la norma declarada
inconstitucional. II) Inconstitucionales los artículos: i. 6 inciso a) de la Ley
en Materia de Antejuicio, Decreto 85-2002 del Congreso de la República, en
la frase que reza: “…o de Diputado al Parlamento Centroamericano…”, y
ii. 14 inciso b) de la Ley en Materia de Antejuicio.” Asimismo, el Procurador
General afirma que existe supremacía de la Constitución guatemalteca sobre
los Tratados. Igualmente, dicho funcionario acompañó a su demanda los
siguientes medios probatorios: Oficio No. 002707 de fecha veintitrés de marzo
del año en curso, dirigido al Licenciado Mario Estuardo Gordillo Galindo en
el que se cita la situación en el que se encuentra el Estado Guatemalteco frente
al “Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia”, emitido por el
Ministerio de Relaciones Exteriores, por medio del Licenciado Guillermo
Sáenz de Tejada Herrera, Director General de Asuntos Jurídicos, Tratados

85
Internacionales y Traducciones (folio 330). Fotocopia de la sentencia emitida
por la Honorable Corte de Constitucionalidad de Guatemala con fecha veinte
de julio del año dos mil cuatro dentro de los expedientes acumulados 12-2004
y 213-2004. (Fuente Master Lex) www.cc.gob.gt (folios 331 al 339). Dos
discos compactos los cuales contienen en formato PDF el texto de la
Constitución Política de la República de Guatemala y Fallos de la Corte de
Constitucionalidad. RESULTA IV: Que en virtud de haberse abierto el juicio
a pruebas, ambas partes litigantes presentaron las pruebas que estimaron
convenientes. Este Tribunal dictó providencia de fecha tres de agosto del dos
mil siete, mediante la cual resolvió: “PRIMERO: Admitir el escrito
presentado por el Apoderado Judicial de la parte demandante, mediante el cual
propone como prueba documental los documentos que acompañó a su
demanda. SEGUNDO: Admitir el escrito presentado por el Apoderado
Judicial de la parte demandada, mediante el cual propone como prueba
documental los documentos que acompañó a la contestación en forma
negativa a la referida demanda e igualmente dos discos compactos que
contienen la Constitución de Guatemala y fallos judiciales. TERCERO:
Ténganse como pruebas a favor de los representados de la parte demandante y
demandada los documentos que se acompañan en los referidos escritos, todo
con citación de parte contraria. CUARTO: Se declara inadmisible la solicitud
de la parte demandante… con respecto…(al medio de prueba denominado)
informes. NOTIFIQUESE.” Esta providencia consta en folio 360. RESULTA
V: Que con fecha veintiocho de agosto del año dos mil siete, la Corte
Centroamericana de Justicia dictó providencia de conformidad con el Artículo
43 de la Ordenanza de Procedimientos de este Tribunal, ordenando la citación
de las Partes para una audiencia pública en el Palacio Nacional de la Cultura,
en la ciudad de Managua, Nicaragua, a las diez de la mañana del día doce de
septiembre de ese mismo año, con el propósito de escuchar los alegatos de las
Partes, la cual se celebró en la fecha y hora indicadas. En dicha audiencia la
parte demandada presentó su escrito de conclusiones el cual consta de los
folios 383 al 396. Posteriormente el demandante presentó sus conclusiones las
cuales se encuentran contenidas en los folios 397 al 398 vuelto.
CONSIDERANDO I: Que de conformidad con su normativa jurídica la Corte
Centroamericana de Justicia decide sobre su propia competencia, conforme su
Convenio de Estatuto, y que en este caso ha admitido la demanda y ha
determinado que sí es competente para resolver la misma conforme a Derecho,
en consecuencia La Corte pasa a evacuar la sentencia de acuerdo al siguiente
iter lógico, para lo cual analizará: a) La vigencia y aplicación al caso concreto
del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos, en adelante el Protocolo de Tegucigalpa; del Tratado

86
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas, en
adelante llamado el Tratado Constitutivo; b) El argumento de la parte
demandada sobre que éste Tribunal no tiene jurisdicción sobre la República de
Guatemala; c) La declaración de inconstitucionalidad por parte de la
Honorable Corte de Constitucionalidad de Guatemala de algunos Artículos del
Tratado Constitutivo, a la luz de las normas de Derecho Internacional
aplicables, particularmente, la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados; y de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, el
Protocolo de Tegucigalpa y el Tratado Constitutivo; d) El propósito y
características del antejuicio; d) El carácter de las inmunidades y privilegios
internacionales de los funcionarios regionales y especialmente los límites de
éstos en el caso de los parlamentarios centroamericanos; y e) La naturaleza
jurídica de la responsabilidad internacional en relación al presente caso.
CONSIDERANDO II: Que el Protocolo de Tegucigalpa es el Tratado marco
de la integración centroamericana y el de mayor jerarquía de los Tratados
vigentes del Sistema de Integración Centroamérica (SICA), así lo
establecieron los Estados de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua y Panamá, al establecer en el Artículo 35 de dicho instrumento
internacional que: “Este Protocolo y sus instrumentos complementarios y
derivados prevalecerán sobre cualquier Convenio, Acuerdo o Protocolo
suscrito entre los Estados Miembros, bilateral o multilateralmente, sobre las
materias relacionadas con la integración centroamericana. No obstante,
quedan vigentes entre dichos Estados las disposiciones de aquellos Convenios,
Acuerdos o Tratados siempre que las mismas no se opongan al presente
instrumento u obstaculicen el logro de sus propósitos y objetivos”. El
Protocolo de Tegucigalpa, aprobado por Guatemala mediante Decreto
Legislativo No.0071 de fecha doce de noviembre de mil novecientos noventa
y dos, con Instrumento de Depósito el trece de agosto de mil novecientos
noventa y tres. CONSIDERANDO III: Que entre los Tratados que estaban
vigentes antes de la ratificación del Protocolo de Tegucigalpa, y que continúan
en vigencia, por no ser incompatibles con éste, figuran el Tratado
Constitutivo, también ratificado por Guatemala el catorce de diciembre de mil
novecientos ochenta y siete, Instrumento de Ratificación depositado el
veintiuno de diciembre de mil novecientos ochenta y siete. También resultan
aplicables al caso bajo consideración la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados, aprobada por el Estado de Guatemala mediante
Decreto Legislativo No. 55-96 de fecha veintiséis de junio de mil novecientos
noventa y seis y la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas,
también aprobada por Guatemala por medio del Decreto Legislativo No. 0103
emitido el cinco de septiembre de mil novecientos sesenta y tres. Por

87
consiguiente, compete a éste Tribunal interpretar y aplicar estos Tratados en el
presente caso. CONSIDERANDO IV: Que el demandante acreditó su
condición de Diputado Centroamericano, juramentado e incorporado para
desempeñar dicho cargo por el período 2004-2008, en la Sesión de Asamblea
Plenaria número AP/158-2004 celebrada los días 22 y 23 de enero del año
2004 y que estando vigente su período como Diputado, fue procesado por el
delito de peculado en el Juzgado V de Primera Instancia Penal, Narcoactividad
y Delitos contra el Ambiente en perjuicio del Estado de Guatemala. Asimismo
que dicho Juzgado dictó orden de aprehensión en su contra, sin haber
solicitado al Parlamento Centroamericano por la vía diplomática la suspensión
de la inmunidad parlamentaria del entonces Diputado Centroamericano
Alfonso Antonio Portillo Cabrera, ya que como ha reiterado esta Corte en
distintas sentencias y resoluciones dando respuesta a opiniones prejudiciales y
consultivas, es al Parlamento Centroamericano al cual corresponde en estos
casos conocer de las solicitudes de suspensión de dicho fuero especial y
resolver si hay o no mérito para levantarla. CONSIDERANDO V: En cuanto
a la pretensión de la parte demandada de que la Corte Centroamericana de
Justicia no tiene jurisdicción sobre el Estado de Guatemala, es un hecho
incontrovertible que el Estado de Guatemala es Parte del Protocolo de
Tegucigalpa y que de conformidad con el Artículo 4 literal h) de dicho
instrumento internacional está obligado por el principio de “Pacta Sunt
Servanda”, según el cual debe cumplir de buena fe sus obligaciones
internacionales, una de ellas, la contenida en el Artículo 12 del referido
Protocolo que crea la Corte Centroamericana de Justicia, a la cual se le asigna
la función de garantizar el respeto del derecho, en la interpretación y ejecución
de dicho Protocolo y sus instrumentos complementarios o actos derivados del
mismo, y otra, contenida en el Artículo 35 del mismo Protocolo que ordena
que: “ Toda controversia sobre la aplicación o interpretación de las
disposiciones contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos
(complementarios o derivados, así como los Convenios, Acuerdos o Tratados
suscritos entre los Estados Miembros, bilateral o colectivamente, sobre
materias relacionadas con la integración centroamericana) 19 a que se refiere el
párrafo anterior, deberá someterse a la Corte Centroamericana de Justicia.”.
En consecuencia de lo anteriormente expuesto, el Estado de Guatemala está
sometido a la jurisdicción de esta Corte y sus decisiones son de cumplimiento
obligatorio para el mismo. CONSIDERANDO VI: La Corte pasa ahora a
analizar la declaratoria de inconstitucionalidad de un Tratado Internacional
por parte de la Honorable Corte de Constitucionalidad de Guatemala, a la luz

19
Texto entre paréntesis es nuestro.

88
del Derecho Internacional aplicable. De conformidad con el Artículo 27 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados: “Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado” y en virtud de tal disposición es obvio que la
Honorable Corte de Constitucionalidad de Guatemala “….no podrá oponer
reglas de derecho interno o resoluciones definitivas de sus Tribunales, para
exonerar al Estado de Guatemala del cumplimiento de sus obligaciones
contraídas en un Tratado Internacional, en este caso el “Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas”, y de las que se
le imponen por ser parte del Sistema de la Integración Centroamericana, el
que su propia normativa constitucional le ordena llevar a la práctica.” como lo
sostuvo La Corte en el Expediente No. 4–8-96, folio 14, numeral PRIMERO,
de la Consulta presentada a este Tribunal por el Señor José Rodolfo
Dougherty Liekens, en su calidad de Vicepresidente del Parlamento
Centroamericano el dos de septiembre de mil novecientos noventa y seis. Las
modificaciones unilaterales de los Estados miembros a los Tratados de
Integración Centroamericana por medio de leyes nacionales o reformas
constitucionales, no tienen validez por las razones expresadas y solamente se
pueden reformar o derogar utilizando el mismo procedimiento con el cual
fueron aprobados, con el consentimiento de todos los Estados miembros y de
ninguna manera con resoluciones unilaterales. Es decir se necesitaría la
suscripción de un Protocolo para las reformas proyectadas y su ratificación
legislativa y depósito correspondiente o en su caso, la denuncia en los
términos pactados. CONSIDERANDO VII: Que el Derecho Internacional
Convencional establece las regulaciones que deben ser observadas por los
Estados en el caso de que se pretenda suspender las obligaciones derivadas de
un tratado internacional. La Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados, en su Artículo 65, numeral 1º manda que las resoluciones de esa
naturaleza deben ser comunicadas a los demás Estados Parte para que se
pronuncien aceptándolas o rechazándolas, lo cual no ha sido acreditado en el
presente caso, ni existe constancia de que los demás Estados Parte se hayan
pronunciado al respecto. En consecuencia cabe concluir que no se ha
cumplido con los procedimientos que establece la Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados para que se declare su invalidez. El principio de
“Pacta sunt servanda” exige que los Tratados deben ser cumplidos de buena
fe ya que los mismos son producto de la voluntad soberana libremente
expresada por dos o más Estados y ninguno de ellos puede desconocer su
validez mediante resoluciones de sus Tribunales internos, los cuales no tienen
jurisdicción ni competencia para adoptar resoluciones de esa naturaleza.
CONSIDERANDO VIII: Que si bien es cierto, que los Tratados

89
internacionales no deben ser violatorios de la Constitución Política de un
Estado, los Estados partes no pueden declarar que son inconstitucionales y por
lo tanto no aplicables, especialmente en este caso en el cual hay que hacer
notar que el propio Poder Legislativo de Guatemala, mediante Decreto No. 67
de uno de septiembre de mil novecientos ochenta y ocho, aprobó el Tratado
Constitutivo y expresamente dejó consignado en el Decreto aprobatorio que
dicho tratado no era violatorio de ninguna norma constitucional de Guatemala,
y en todo caso, porque durante más de veinte años después de haberlo
aprobado y ratificado, el Estado de Guatemala ha electo y acreditado
Diputados al Parlamento Centroamericano, sin que se hayan presentado
objeciones por parte del Estado guatemalteco. Los actos propios de Guatemala
han de manera evidente consentido la aplicación de dicho instrumento
internacional durante un largo tiempo y no puede invocar Guatemala su
inconstitucionalidad. CONSIDERANDO IX: En cuanto al tema del
levantamiento de las inmunidades por parte del Parlamento Centroamericano,
con fecha 31 de octubre del 2002, la Corte Centroamericana de Justicia
respondió una consulta solicitada por el Parlamento Centroamericano. Dos
fueron las preguntas formuladas: “A. ¿Tiene el Parlamento Centroamericano
facultades para reglamentar un procedimiento de renuncia y levantamiento de
inmunidades para los diputados centroamericanos?”; y “B. ¿Considerando
que actualmente el régimen jurídico del Parlamento Centroamericano no
cuenta con un procedimiento específico para renuncia y levantamiento de las
inmunidades y privilegios de un Diputado Centroamericano; y en tanto no se
defina el mismo, cuál deberá ser el procedimiento a desarrollarse en un caso
concreto?” Sobre la primera interrogante La Corte respondió: “No obstante
que actualmente el Parlamento Centroamericano no tiene en su régimen
jurídico una facultad expresamente consignada para regular un procedimiento
de renuncia y levantamiento de inmunidades para los Diputados
Centroamericanos, conforme a su propia naturaleza de Órgano del SICA, sí
tiene facultades para hacerlo y puede reglamentar un procedimiento para ese
efecto.” Sobre la segunda interrogante La Corte respondió: “En tanto el
PARLACEN no emita un Reglamento para la renuncia o levantamiento de
inmunidades y privilegios, su conocimiento ante el señalamiento de conducta
indebida de un Diputado Centroamericano, deberá consistir en dar trámite a la
solicitud de cualquier persona individual o jurídica o de autoridad competente,
para que se haga declaración por el PARLACEN, por medio de su Asamblea
Plenaria y por el voto de la mitad más uno de los asistentes, si se levantan o no
las inmunidades y privilegios, sin calificar la culpabilidad o no del Diputado,
ya que eso corresponde únicamente a la autoridad jurisdiccional, debiéndose
tener en cuenta los principios, propósitos y fines contenidos en el Protocolo de

90
Tegucigalpa y sus Instrumentos Complementarios, en especial a los que se
refieren los artículos 3, 4, 9 y 10 del ya mencionado Protocolo y respetando,
en lo pertinente, los principios del debido proceso. Notifíquese”.
CONSIDERANDO X: Que está probado en Autos que el Señor Portillo
Cabrera tomó posesión como Diputado del Parlamento Centroamericano en la
Sesión Plenaria de ese organismo del 22 y 23 de enero del 2004 y que la orden
de aprehensión extendida por el Juzgado Quinto de Narcoactividad antes
citado decretó la orden de aprehensión contra el demandante el 13 de julio del
2005, resulta obvio que para dictar tal orden debió haber habido un acto previo
consistente en solicitar por la vía diplomática al Parlamento Centroamericano
que en vista de las acusaciones contra el demandante, el Parlamento
Centroamericano, mediante la celebración de un antejuicio, decidiera si
existían o no méritos para declarar al Sr. Portillo Cabrera con lugar o no a
formación de causa, lo cual no se hizo. En anteriores casos La Corte estableció
la competencia del propio Parlamento Centroamericano para levantar la
inmunidad de sus miembros, tal es el caso del Expediente 3-18-2-2003
relativo a la Demanda presentada por el Señor Víctor Elías Francisco Bendeck
Ramírez contra el Estado de Honduras por violación de la normativa
comunitaria centroamericana referente a la inmunidad parlamentaria
establecida en el Tratado Constitutivo, en el cual La Corte manifestó a folio
677 reverso: “CONSIDERANDO XII……… corresponde al Parlamento
Centroamericano conocer y resolver cualesquiera solicitud (de desafuero)
20
que se le presentare…” Asimismo cabe recordar el Expediente No. 1-8-1-
2003 referente a la Demanda del Sr. Arnoldo Alemán Lacayo contra el Estado
de Nicaragua, por violación del Tratado Constitutivo, en el cual La Corte
expresó a folio 411: “… la inmunidad y privilegios de éstos (los diputados
ante el Parlamento Centroamericano)21 son otorgados por la normativa
comunitaria y por consiguiente es al órgano comunitario a quien le
corresponde suspenderla, ya que es un órgano con personalidad propia,
creado por los Estados mismos, que no puede estar sometido a las decisiones
de cada uno de ellos…” De la misma manera, la corte ha expresado
consistentemente su opinión en el Expediente 9-3-9-2002, relativo a la
Consulta presentada por el Parlamento Centroamericano con respecto a las
facultades y al procedimiento para levantar la inmunidad de los Diputados
Centroamericanos, la cual se encuentra a folio 142: “…la renuncia y
levantamiento de inmunidades y privilegios corresponde resolverla al órgano
del cual se es integrante…” en este caso el Parlamento Centroamericano.
“CONSIDERANDO (VIII): Que por lo expuesto, el procedimiento de
20
Texto entre paréntesis es nuestro.
21
Idem.

91
renuncia y levantamiento de inmunidades y privilegios, debe corresponder al
PARLACEN, mediante la emisión de la normativa reglamentaria pertinente;
y, en tanto la misma no se emita, la Asamblea Plenaria de Diputados debe
pronunciarse sobre ello, pues de no ser así, las inmunidades y privilegios
concedidos, serían, en su caso, una forma de proteger posibles situaciones de
impunidad, lo que sería contrario a los fines, principios y propósitos de la
Comunidad Centroamericana contenidos en el Protocolo de Tegucigalpa e
Instrumentos Complementarios.” En el Expediente No. 2-18-1-2008 relativo
a la Solicitud de Consulta Prejudicial presentada por la Cámara Segunda de
lo Penal de la Primera Sección del Centro, con sede en San Salvador,
República de El Salvador, en el Considerando XVII, La Corte a folio 267
vuelto, manifestó: “Que la regla general es que corresponde al propio órgano
de que se trate, en este caso el Parlamento Centroamericano, la facultad de
levantar la inmunidad y renunciar a los privilegios de un diputado
centroamericano”….y a folio 270 vuelto, dijo: “RESPUESTA A LA
CUESTION PRIMERA: Como se ha señalado en el CONSIDERANDO
XXVI supra, La Corte ha sostenido que como regla general, cuando se le
presente una solicitud, le corresponde al Parlamento Centroamericano
conocer de ella y decidir sobre levantar o no la inmunidad y renunciar o no
los privilegios de un diputado centroamericano. A este efecto, La Corte
recuerda el caso contenido en el Expediente 3-18-2-2003 arriba citado.
Ahora bien, ¿Qué sucede cuando no existe solicitud al Parlamento? ¿Puede
desaforar a un diputado centroamericano un órgano nacional o internacional
distinto al Parlamento Centroamericano? La respuesta es negativa ya que
como lo ha expresado La Corte en el Expediente 9-3-9-2002, a folio 142:
“…la renuncia y levantamiento de inmunidades y privilegios corresponde
resolverla al órgano del cual se es integrante…” en este caso el Parlamento
Centroamericano.” CONSIDERANDO XI: Que las inmunidades de los
organismos internacionales, como es el caso del Parlamento Centroamericano,
se fundan en la teoría funcional sobre la cual, la Corte Centroamericana de
Justicia ha sentado precedentes referentes al carácter funcional de las
inmunidades de los organismos y funcionarios internacionales; regionales o
comunitarios como son los del Sistema de la Integración Centroamericana.
Tal es el caso de la respuesta a la Consulta Prejudicial formulada por la
Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro, con sede en
San Salvador, República de El Salvador, de fecha veinticinco de enero del dos
mil ocho, en la cual, este Tribunal a folio 267, dijo: “CONSIDERANDO XII:
Que la inmunidad de organismos y funcionarios internacionales, regionales o
comunitarios es limitada por su carácter funcional según se regula en las
múltiples Tratados y Convenciones Internacionales, entre ellos: a)

92
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (18 de abril de 1961), la
cual en su Preámbulo establece: “Reconociendo que tales inmunidades y
privilegios se conceden, no en beneficio de las personas, sino con el fin de
garantizar el desempeño eficaz de las funciones de la misiones diplomáticas
en calidad de representantes de los Estados,…”, y …Artículo 41: “1. Sin
perjuicio de sus privilegios e inmunidades, todas las personas que gocen de
esos privilegios e inmunidades deberán respetar las leyes y reglamentos del
Estado receptor….” y b) Protocolo sobre los Privilegios e Inmunidades de las
Comunidades Europeas (8 de abril de 1965): Preámbulo: “CONSIDERANDO
que…dichas Comunidades…… gozarán en el territorio de los Estados
miembros de las inmunidades y privilegios necesarios para el cumplimiento
de su misión… “Artículo 10. Mientras el Parlamento Europeo esté en período
de sesiones, sus miembros gozarán: a) en su propio territorio nacional, de las
inmunidades reconocidas a los miembros del Parlamento de su país; b) en el
territorio de cualquier otro Estado miembro, de inmunidad frente a toda
medida de detención y a toda actuación judicial………. No podrá invocarse la
inmunidad en caso de flagrante delito ni podrá ésta obstruir el ejercicio por el
Parlamento Europeo de su derecho a suspender la inmunidad de uno de sus
miembros.” El Tratado Constitutivo también fundamenta las inmunidades en
la teoría funcional, en virtud que de conformidad con el Artículo 26 de dicho
instrumento, los Estados miembros darán al Parlamento Centroamericano las
facilidades necesarias para el cumplimiento de sus funciones y que por lo
tanto la inmunidad no protege al funcionario regional por actos particulares
que no sean ejecutados con el objeto de cumplir de manera legal y eficiente
sus funciones oficiales, ni tampoco protege por actos ejecutados fuera del
período en el cual el funcionario regional ejerce su cargo, como en el
presente caso, ni menos aún por actos que violen el Derecho Comunitario o el
Derecho Interno de los Estados Parte del Sistema de la Integración
Centroamericana, razón por la cual si el Parlamento Centroamericano
encuentra mérito para levantar la inmunidad, los funcionarios deben
responder en los tribunales comunes por la comisión de los delitos que se les
imputan. CONSIDERANDO XII: Que el Acuerdo de Sede entre el Gobierno
de la República de Guatemala y el Parlamento Centroamericano dispone en
su parte considerativa que es necesario establecer las condiciones adecuadas
para el funcionamiento de las actividades de dicho Órgano; y que el Artículo
4 de igual forma señala que para el ejercicio de las actividades del
Parlamento Centroamericano y para su buen funcionamiento, el Gobierno de
dicho país le concede privilegios e inmunidades y exenciones. Por su parte, el
Artículo 5 numeral 2) del mismo Acuerdo de Sede, al referirse a la inmunidad
de jurisdicción de los Diputados Centroamericanos, la limita a los actos

93
realizados por ellos en su carácter oficial. CONSIDERANDO XIII: Que el
demandado afirma que la presente demanda ante la Corte Centroamericana de
Justicia “es tan solo un subterfugio de las responsabilidades que deben ser
sometidas a consideración de los tribunales Ordinarios y Extraordinarios
guatemaltecos que oportunamente rendirá el representado, en virtud de
procedimiento de extradición pendiente”. La Corte ha sostenido en su
reciente respuesta a la Consulta Prejudicial de la Cámara Segunda de lo Penal
de la Primera Sección del Centro, San Salvador, El Salvador, arriba citada,
que comparte plenamente la posición de la Corte Internacional de Justicia
manifestada en su Sentencia de catorce de febrero de dos mil dos referente a la
Demanda de la República Democrática del Congo contra el Reino de Bélgica,
en la cual aquella Corte afirmó que la inmunidad de jurisdicción penal no
supone la impunidad jurídica. Como bien lo expone María Torres Pérez
(TORRES PEREZ, María: “INMUNIDAD JURISDICCIONAL PENAL E
IMPUNIDAD: EL FALLO DE LA CORTE INTERNACIONAL DE
JUSTICIA DE 14 DE FEBRERO DE 2002”. Revista de Derecho de la
Universitat de Valéncia (Estudi General) No. Núm.1, Noviembre 2002) “…No
se puede deducir que la inmunidad de jurisdicción penal suponga la
impunidad jurídica…se trata de dos cuestiones radicalmente distintas, tal y
como establece la Corte Internacional de Justicia al afirmar “que la inmunidad
de jurisdicción de la que goza un Ministro de Relaciones Exteriores en
ejercicio no significa que el mismo goza de impunidad por crímenes que él
hubiera podido cometer, independientemente de su gravedad. Inmunidad de
jurisdicción penal y responsabilidad penal son conceptos muy distintos.
Mientras que la inmunidad de jurisdicción reviste un carácter procesal, la
responsabilidad penal tiene que ver con una cuestión de fondo del derecho. La
inmunidad de jurisdicción puede sin duda obstaculizar por un cierto tiempo la
persecución o ciertas infracciones; sin embargo no puede exonerar de toda
responsabilidad penal a la persona que goza de ella”. (Traducción nuestra).
Esta Corte comparte plenamente este criterio ya que en ningún caso la
inmunidad debe ser un escudo para proteger de la persecución penal a
personas que estando protegidas por fueros especiales fuesen acusados por la
comisión de un delito, ni en una muralla que dificulte o imposibilite la acción
de los órganos de la policía, de las instituciones investigadoras, de los
tribunales o de las autoridades encargadas de hacer cumplir las penas. Además
a criterio de La Corte y como también se reconoce ampliamente por el
Derecho Internacional, los Estados, los Organismos Internacionales y los
órganos de éstos tienen la obligación de cooperar franca y decididamente para
que, respetando los procedimientos de dichos fueros puedan ser deducidas las
responsabilidades que corresponda a los culpables de infracciones penales.”

94
En consideración a los criterios antes expuestos, la demanda del señor Portillo
Cabrera ante esta Corte no puede considerarse un subterfugio para evadir las
responsabilidades que oportunamente puedan ser deducidas ante los tribunales
del Estado de Guatemala. De acuerdo al artículo 22 literal c) del Convenio de
Estatuto de La Corte, a toda persona natural o jurídica le corresponde el
derecho de recurrir ante este Tribunal cuando estime que han sido vulnerados
sus derechos comunitarios. CONSIDERANDO XIV: Que por otra parte, el
Artículo 27 del Tratado Constitutivo regula el régimen de inmunidades y
privilegios de sus Diputados, disponiendo en el literal a) que en el Estado
donde fueron electos dichos funcionarios, gozarán de las mismas inmunidades
y privilegios de los Diputados ante los Congresos, Asambleas Legislativas o
Asambleas Nacionales. Este era el régimen aplicable al Sr. Portillo Cabrera,
única y exclusivamente durante su período como Diputado del Parlamento
Centroamericano. Debe además entenderse que en el caso de los Diputados al
Parlamento Centroamericano el privilegio de la inmunidad se otorga a sus
miembros únicamente para no ser perseguidos judicialmente por los votos o
por sus opiniones escritas o verbales que emitan en el ejercicio de sus
funciones oficiales, tal y como con propiedad ha sido recientemente
reconocido en el Protocolo de Reformas al Tratado Constitutivo, reforma
aprobada por los Presidentes de El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Panamá, República Dominicana y el Primer Ministro de Belice en
San Salvador, El Salvador, el 20 de febrero de 2008, el cual confirma el
carácter funcional de las inmunidades al incorporar modificaciones al Artículo
27 del referido instrumento internacional con respecto a las inmunidades y
privilegios, que en dicho Protocolo figura como Artículo 22, el cual adiciona
un nuevo literal d) que se lee así: “Los Diputados gozarán de inmunidad
permanente respecto a sus votos y opiniones escritas y verbales de carácter
oficial manifestadas en el ejercicio de sus cargos.” CONSIDERANDO XV:
Que la parte demandante ha pedido que se declare que el Estado de Guatemala
ha incurrido en responsabilidad internacional y que “De acuerdo con la
doctrina generalmente admitida, la responsabilidad internacional es siempre
una relación de Estado a Estado.” Rousseau, Charles: Derecho Internacional
Público. Editorial Ariel. Barcelona Tercera Edición, p. 353. Tal y como lo
expresara el Tribunal Permanente de Justicia Internacional (T.P.J.I.) en su
sentencia de 14 de junio de 1938, en el Asunto de los Fosfatos de Marruecos,
p. 28, citada por Rousseau, cuando expresó: “Tratándose de un acto
imputable a un Estado y que aparece como contrario a los derechos
convencionales de otro, la responsabilidad internacional se establece
directamente en el plano de las relaciones entre dichos Estados”. De la
misma forma se expresa Pedro Pablo Camargo en su Tratado de Derecho

95
Internacional. Tomo I. Editorial TEMIS, Bogotá. 1983. p.484, cuando se
refiere a la naturaleza jurídica de la responsabilidad internacional al afirmar
que: “Todo Estado está sujeto a la posibilidad de cometer un hecho ilícito
internacional, el cual da origen a su responsabilidad internacional. La
responsabilidad internacional se basa en una relación de Estado a Estado.”
Camargo cita a Basdevant quien define la institución jurídica de la
responsabilidad internacional como aquella en virtud de la cual “todo Estado
al que sea imputable un acto que el derecho internacional repute ilícito debe
una reparación al Estado en cuyo perjuicio se haya llevado a cabo dicho
acto”. Régles générales du droit de la paix. La responsabilité internationale,
en Rec. des Cours, 1936, iv, pp. 656-675. En conclusión, tanto la doctrina
como la jurisprudencia internacionales establecen que para que exista la
responsabilidad internacional debe darse un comportamiento atribuible a un
Estado y que el mismo constituya una violación de un derecho convencional o
consuetudinario de otro Estado. En el caso que nos ocupa La Corte reconoce
que ha habido violación de normas de Derecho Internacional y de Derecho
Comunitario y que éstas pueden ser atribuidas al Estado de Guatemala. No
obstante no se da en éste caso el supuesto de una relación de Estado a Estado,
por lo que éste Tribunal no puede declarar la responsabilidad internacional de
Guatemala en el sentido generalmente admitido por la doctrina y la
jurisprudencia internacionales, como lo ha solicitado el demandante.
CONSIDERANDO XVI: Esta Corte es de opinión que en adición a la
responsabilidad internacional existe la responsabilidad comunitaria. A
diferencia de otros ordenamientos jurídicos comunitarios, el Derecho
Comunitario Centroamericano reconoce a los particulares la facultad a recurrir
directamente ante esta Corte (ius standi) en virtud del artículo 22 literal c) de
su Convenio de Estatuto. El objetivo es proteger efectivamente los derechos
comunitarios de los particulares cuando en su opinión una disposición legal,
reglamentaria, administrativa o de cualquier otra clase dictada por un Estado,
vulnere los derechos que les otorgan los Convenios, Tratados y cualquier otra
normativa del Derecho de la Integración Centroamericana o de los Acuerdos o
Resoluciones de sus Órganos u organismos. Esta protección no puede
limitarse únicamente a una sentencia declarativa, puesto que si los particulares
no tuviesen la posibilidad de obtener una reparación cuando sus derechos son
lesionados por una violación imputable a un Estado miembro, se debilitaría
enormemente la plena eficacia de las normas comunitarias y la protección
efectiva de los particulares. El Principio de Responsabilidad Comunitaria de
los Estados obliga al infractor adoptar las medidas necesarias para asegurar el
cumplimiento de las obligaciones que le impone el Derecho Comunitario,
entre esas medidas encontramos la de eliminar las consecuencias ilícitas de la

96
mencionada violación. Sin perjuicio de la actuación de los tribunales
nacionales para asegurar la eficacia del Derecho Comunitario y de la efectiva
protección de los derechos de los particulares, en casos determinados,
especialmente cuando no queda ningún otro recurso en contra de una
violación o el incumplimiento de una norma de Derecho Comunitario, La
Corte puede decidir el restablecimiento de las cosas a su estado original o
natural (restitutio in integrum) y con tal fin declarar inaplicable o en su caso
no ejecutable, el acto o la resolución violatorios del Derecho Comunitario
Centroamericano o del Derecho Internacional aplicable. El fundamento para
tal resolución por parte de La Corte se encuentra tanto en su función de
garante del respeto del Derecho en el Sistema de la Integración
Centroamericana, establecida en los artículos 12 y 35 del Protocolo de
Tegucigalpa, como en las obligaciones convencionales de los Estados
miembros de mantener una “ Comunidad de Derecho”, debiendo normar su
conducta de acuerdo al Principio de la Seguridad Jurídica en las relaciones
entre ellos, cumplir de buena fe sus obligaciones y abstenerse de adoptar
medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los propósitos y
el cumplimiento de los principios fundamentales del SICA tal y como lo
mandan los Artículos 4 literales g) y h); y 6 del Protocolo de Tegucigalpa.
Similares obligaciones se establecen para los órganos e instituciones del SICA
en los Artículos 9 y 10 de dicho instrumento constitutivo de la Integración
Centroamericana. POR TANTO: La Corte, en nombre de Centroamérica y en
aplicación de los Artículos 26 y 27 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano; 22 al 37 y 41 en lo pertinente, de la Convención de Viena
sobre Relaciones Diplomáticas; 27 y 65 1º de la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados; 3a), 4 literales a), g) y h), 6, 12 y 35 del Protocolo de
Tegucigalpa; 22 literal c), 30, 36, 37 y 38 del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia; y 22 numeral 1º, 23, 31 y 32 de la Ordenanza de
Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia. RESUELVE:
PRIMERO: Declarar sin lugar la petición de la parte demandada en el sentido
de que se considere que el Estado de Guatemala no está sujeto a la jurisdicción
de la Corte Centroamericana de Justicia, ya que Guatemala es Estado Parte del
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos desde el día trece de agosto de mil novecientos noventa y
tres y mediante dicho instrumento internacional Guatemala reconoció la
jurisdicción obligatoria de la Corte Centroamericana de Justicia para resolver
todas las controversias sobre la interpretación y ejecución de dicho Tratado y
de sus instrumentos complementarios y derivados. SEGUNDO: Declarar que
la inmunidad de jurisdicción penal no supone la impunidad jurídica. La
inmunidad parlamentaria centroamericana tiene claras limitaciones. En el caso

97
de los diputados al Parlamento Centroamericano debe entenderse que el
privilegio de la inmunidad se otorga a sus miembros única y exclusivamente
para no ser responsables y por lo tanto para no ser perseguidos judicialmente,
por los votos o por sus opiniones escritas o verbales que emitan durante el
período en el cual ejerce su cargo y en el cumplimiento de sus funciones
oficiales. TERCERO: Declarar no ejecutable la resolución de la Honorable
Corte de Constitucionalidad de Guatemala de fecha 20 de julio del dos mil
cuatro, contenida en los expedientes acumulados 12-2004 y 213-2004
mediante la cual declara lo siguiente: “I) Inconstitucionales, con efectos
exclusivamente para el Estado de Guatemala, las siguientes normas: i. los
incisos b) y c) del artículo 2 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas. ii. la dicción "inmunidades",
contenida en el segundo párrafo del artículo 2 del Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y otras Instancias Políticas. iii. El inciso a) del
artículo 27 del indicado instrumento internacional, con efectos
exclusivamente para los Diputados Centroamericanos que representen a
Guatemala ante el PARLACEN y respecto, únicamente a lo relativo a la
inmunidad personal que por referencia al artículo 161 inciso a) de la
Constitución hace la norma declarada inconstitucional.”, y en consecuencia
continúa vigente y con obligatoriedad plena para el Estado de Guatemala el
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas, sin menoscabo alguno. CUARTO: Declarar que en relación directa
al presente caso, el Estado de Guatemala ha incurrido en violación del
Derecho Comunitario al no tramitar las diligencias de antejuicio del
demandante ante el Parlamento Centroamericano. Notifíquese. (f) F. Darío
Lobo L. (f) R. Acevedo P (f) J R Hernández A (f) Alejandro Gómez V.(f)
Carlos A. Guerra G.. (f) Silvia Rosales B (f) OGM ”

Jurisprudencia:
Se estableció que la Corte Centroamericana de Justicia tiene jurisdicción sobre
Guatemala, no obstante que dicho país no había ratificado aún el Convenio de
Estatuto del Tribunal, en base al Principio “Pacta Sunt Servanda”, que obliga a ese
país a cumplir de buena fe sus obligaciones internacionales contenidas en el
Protocolo de Tegucigalpa, siendo una de ellas la contemplada en los Artículos 12 y
35, que crean a La Corte y ordenan a los Estados firmantes a someter a este
Tribunal toda controversia relacionada con dicho Protocolo, sus instrumentos
complementarios y actos derivados del mismo.

En cuanto a la declaratoria de inconstitucionalidad de algunos artículos del Tratado


Constitutivo del PARLACEN dada por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala,

98
se estableció que no pueden invocarse disposiciones de Derecho Interno para
justificar el incumplimiento de un Tratado (Artículo 27 Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados), en virtud del PRINCIPIO DE PRIMACIA. Dichos
Tratados sólo pueden reformarse o derogarse utilizando el mismo procedimiento
con el que fueron aprobados, con el consentimiento de todos los Estados
Miembros, por lo tanto se declaró no ejecutable la sentencia en cuestión.

En cuanto al levantamiento de inmunidad de los Diputados del PARLACEN, se


estableció que el Juzgado en cuestión debió haber solicitado al órgano comunitario
citado la tramitación de un antejuicio, como acto previo a la orden de captura
contra el Señor Portillo Cabrera, para determinar si se levantaba o no la inmunidad
citada.

Se dijo también que la inmunidad en jurisdicción penal no supone la impunidad


jurídica, ya que aquella se otorga únicamente para evitar persecusiones por los
votos y opiniones emitidas en el ejercicio de sus cargos, lo que confirma el carácter
funcional de dichas inmunidades.

Se dejó sentado que la Responsabilidad Internacional sólo procede entre Estados,


pero existe además la Responsabilidad Comunitaria, en donde sí caben los
particulares como sujetos de derechos y obligaciones, con derecho a obtener una
reparación.

10. Caso Opinión Consultiva del PARLACEN sobre la Inmunidad de Jurisdicción.

Aprobado en Sesión de Corte Plena el 15 de julio de 2008 (Acta No. 382)

Síntesis del Caso


El PARLACEN consultó: a) Si dicho organismo gozaba de inmunidad de jurisdicción
en todos los Estados que forman parte del SICA; b) Cuál es el procedimiento que
deben adoptar los trabajadores de los Órganos, Organismos e Instituciones del
Sistema de Integración para sus reclamos laborales; c) Si los juicios laborales
tramitados en juzgados nacionales son nulos ipso jure, y d) Cuáles son los
procedimientos para la ejecución de las sentencias y de las medidas cautelares
contra el PARLACEN, dictadas por la Corte Centroamericana de Justicia o por los
Órganos Jurisdiccionales nacionales.

99
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. A los dieciséis días del mes de julio del año dos mil ocho,
siendo las once de la mañana. VISTA: La solicitud de Consulta del
Parlamento Centroamericano, en adelante llamado PARLACEN, presentada
por el Abogado Ciro Cruz Zepeda Peña en su condición de Presidente y
representante legal de dicho órgano, en relación con la interpretación de la
normativa jurídica aplicable a la inmunidad de jurisdicción de dicho órgano
comunitario, así como a la competencia de la Corte Centroamericana de
Justicia para conocer y resolver en apelación de las resoluciones
administrativas dictadas por los Órganos u Organismos del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA) que afecten al personal de los mismos.
La Consulta fue recibida en este Tribunal el día treinta de agosto del año dos
mil siete mediante oficio de remisión del Licenciado Jorge Guillermo Arauz
Aguilar, Secretario de la Corte Suprema de Justicia de la República de
Guatemala. RESULTA I: Que la solicitud referida, fue presentada
acompañando la siguiente documentación: 1.- Copia del Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas, suscrito en la
ciudad de Guatemala, República de Guatemala, el dos de octubre de mil
novecientos ochenta y siete (consta en folios 7 al 32); 2.- Certificación del
punto de acta de la Sesión Especial de Asamblea Plenaria en la que se celebró
la elección de Junta Directiva para el período dos mil seis guión dos mil siete
(2006-2007), autorizada por el Secretario de Junta Directiva del Parlamento
Centroamericano, Diputado Marco Antonio Cornejo Marroquín de fecha tres
de agosto del año dos mil siete en la ciudad de Guatemala, República de
Guatemala (consta en folio 33); 3. Certificación del punto de acta de la Sesión
Solemne de Toma de Posesión del Diputado Ciro Cruz Zepeda Peña,
autorizada por el Secretario de Junta Directiva del Parlamento
Centroamericano, Diputado Marco Antonio Cornejo Marroquín de fecha tres
de agosto del año dos mil siete en la ciudad de Guatemala, República de
Guatemala (consta en folio 34). RESULTA II: Que el Parlamento
Centroamericano ha manifestado por medio de su Presidente que existe duda
de este Órgano de la integración, en relación con la jurisdicción a la cual se
encuentra sometido en casos concretos, así como con respecto al
procedimiento que deben adoptar los trabajadores de los Órganos, Organismos
e Instituciones del Sistema de la Integración Centroamericana para el reclamo
de sus prestaciones laborales o de servicios profesionales, en caso de conflicto
con las autoridades del Órgano, Organismo o Institución correspondiente para
lo cual formula las siguientes interrogantes, las que reproducimos en este
documento y que a folios 5 y 6, en su parte petitoria manifiesta: “A.- ¿SI EL

100
PARLAMENTO CENTROAMERICANO COMO ORGANO POLITICO DEL SISTEMA
DE LA INTEGRACION CENTROAMERICANA GOZA EN TODOS LOS ESTADOS
PARTE DE INMUNIDAD DE JURISDICCION DE ACUERDO CON EL
ORDENAMIENTO JURIDICO DE LA INTEGRACION Y DE LA JURISPRUDENCIA
DEL DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO?. B. ¿QUE ORGANO
JURISDICCIONAL DEBE DE CONOCER DE LOS RECLAMOS HECHOS POR
MIEMBROS DEL PERSONAL DE LOS ORGANOS, ORGANISMOS E
INSTITUCIONES DEL SISTEMA DE LA INTEGRACION CENTROAMERICANA
(SICA)?. C.- ¿SI EN UN CASO CONCRETO EXISTEN ACTUACIONES EN
TRIBUNALES LABORALES NACIONALES DEL FUERO ORDINARIO EN LAS
CUALES EL PARLACEN SEA PARTE, LAS MISMAS SON NULAS IPSO JURE POR
FALTA DE JURISDICCION DEL ORGANO JURISDICCIONAL NACIONAL?. D.-
¿CUÁL ES EL PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCION DE LAS MEDIDAS
PRECAUTORIAS O DE SENTENCIAS DICTADAS POR LA CORTE
CENTROAMERICANA DE JUSTICIA EN CONTRA DE LOS ORGANOS,
ORGANISMOS E INSTITUCIONES DEL SISTEMA DE LA INTEGRACION
REGIONAL?. E. CUAL ES EL PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE LAS
MEDIDAS PRECAUTORIAS DICTADAS POR LOS ORGANOS
JURISDICCIONALES NACIONALES EN CONTRA DE LOS DIPUTADOS Y
FUNCIONARIOS DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO?. F.- CUÁL ES EL
PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE LAS SENTENCIAS DICTADAS POR
LOS ORGANOS JURISDICCIONALES NACIONALES EN CONTRA DE LOS
DIPUTADOS Y FUNCIONARIOS DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO?.
RESULTA (III): Que el día primero de noviembre del año dos mil siete, La
Corte resolvió que previo a la evacuación de esta Consulta, se informara de la
misma a los Estados Miembros del Sistema de la Integración Centroamericana
por medio de los Excelentísimos Señores Ministros de Relaciones Exteriores,
para que si lo estimaban conveniente, comunicaran a este Tribunal Regional
sus puntos de vista sobre la misma, a más tardar el treinta de noviembre del
dos mil siete. RESULTA IV: Que se venció el citado plazo, sin haberse
recibido respuesta de los Estados Miembros consultados, a excepción del
Estado de Costa Rica, el cual avisó recibo de la comunicación enviada por esta
Corte y además contestó que por no formar parte dicho Estado del Parlamento
Centroamericano, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, encontraba
preferible no externar la opinión que la Honorable Corte Centroamericana de
Justicia solicitaba, reservándose, como integrante del Sistema de la
Integración Centroamericana, el derecho de externarla en el momento que
estimare del caso. CONSIDERANDO I: Que el Parlamento Centroamericano
es un Órgano del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) de
conformidad con el artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa y que la Corte
Centroamericana de Justicia es competente de acuerdo con el artículo 22
literal e) del Convenio de Estatuto para actuar como Tribunal de Consulta de
los Órganos u Organismos del Sistema de la Integración Centroamericana

101
(SICA), en cuanto a la interpretación y aplicación del “Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos
(ODECA)”, y de los instrumentos complementarios y actos derivados de los
mismos. El artículo 24 del Estatuto de éste Tribunal señala además que las
consultas evacuadas por La Corte con arreglo a dicho Instrumento, ordenanzas
y reglamentos, relativas al Sistema de la Integración Centroamericana, serán
obligatorias para los Estados que integran el SICA. CONSIDERANDO II:
Que la consulta formulada guarda relación con el alcance del Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y del artículo 4 literal B) del
Acuerdo Sede entre el Gobierno de la República de Guatemala y el
Parlamento Centroamericano. CONSIDERANDO III: Que la Corte
Centroamericana de Justicia ha sentado doctrina sobre la teoría funcional de
las inmunidades, en el sentido que la misma es limitada a los actos de los
funcionarios regionales ejecutados en el ejercicio de sus funciones oficiales o
en beneficio de los Organismos que gozan de ese fuero especial, según el
Derecho Internacional y el Derecho Comunitario Centroamericano.
CONSIDERANDO IV: Que de acuerdo con el artículo 22 literal j) del
Convenio de Estatuto de La Corte, ésta puede conocer en última instancia, en
apelación, de las resoluciones administrativas dictadas por los Órganos u
Organismos del Sistema de la Integración Centroamericana que afecten
directamente a un miembro del personal del mismo y cuya reposición haya
sido denegada. POR TANTO: La Corte Centroamericana de Justicia en
aplicación de los Artículos 26 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano; 21, 22, 24, 25, 27, 28 y 41 en lo pertinente, de la
Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas; 12 y 35 del Protocolo
de Tegucigalpa; 22 literales e) y j), 24, 30 y 36 del Convenio de Estatuto de la
Corte Centroamericana de Justicia; y 23, 56 y 64 de la Ordenanza de
Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia y de la doctrina citada
y sustentada por esta Corte en la jurisprudencia establecida en anteriores
resoluciones. RESUELVE: PRIMERO: Evacuar la Consulta presentada por
el Parlamento Centroamericano, de la siguiente manera: Primera Cuestión:
“¿SI EL PARLAMENTO CENTROAMERICANO COMO ÓRGANO
POLÍTICO DEL SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA GOZA EN TODOS LOS ESTADOS PARTE
DE INMUNIDAD DE JURISDICCIÓN DE ACUERDO CON EL
ORDENAMIENTO JURÍDICO DE LA INTEGRACIÓN Y DE LA
JURISPRUDENCIA DEL DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO?”
Respuesta: El PARLACEN únicamente goza de inmunidad de jurisdicción en
Guatemala en virtud del Acuerdo Sede entre el Gobierno de la República de
Guatemala y el Parlamento Centroamericano, suscrito el siete de octubre de

102
mil novecientos noventa y seis, el cual expresamente dispone en el artículo 4
literal B): “El Parlamento gozará de inmunidad de jurisdicción con respecto a
las autoridades judiciales y administrativas salvo en los casos particulares en
que esa inmunidad sea expresamente renunciada por escrito por su
Presidente”. Por otro lado, con respecto a los demás Estados Parte, el Tratado
Constitutivo no reconoce la inmunidad de jurisdicción al PARLACEN. El
artículo 26 del Tratado Constitutivo de dicho Órgano únicamente admite la
inviolabilidad de los locales, archivos, correspondencia oficial y documentos
dondequiera que se encuentren, es decir que dichos privilegios tienen
aplicación en todos los Estados Parte del Tratado Constitutivo.
Adicionalmente, el artículo 26 otorga franquicia para las comunicaciones
oficiales del PARLACEN en todos los Estados Parte. Cuando se reconoce la
inmunidad de jurisdicción se impone una limitación al ejercicio soberano del
poder de juzgar a una persona natural o jurídica. Esa limitación no puede
suponerse en Derecho Internacional Público, sino que debe ser expresamente
reconocida por el Estado o Estados de que se trate mediante un convenio o
acuerdo internacional. En consecuencia esta Corte es de la opinión, que como
han hecho la Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados
Americanos y la Unión Europea que han negociado con los Estados Parte un
Convenio Multilateral de Inmunidades y Privilegios, la Secretaría General del
Sistema de la Integración Centroamericana (SG-SICA), tendría que negociar
un tratado similar con todos los Estados Parte del Sistema Centroamericano,
en representación de los Órganos y Organismos del Sistema, a falta del cual,
cada Estado Parte tendría que celebrar un acuerdo sobre inmunidades y
privilegios con cada uno de los Órganos y Organismos del Sistema de la
Integración Centroamericana. Segunda Cuestión: “¿QUÉ ÓRGANO
JURISDICCIONAL DEBE DE CONOCER DE LOS RECLAMOS
HECHOS POR MIEMBROS DEL PERSONAL DE LOS ÓRGANOS,
ORGANISMOS E INSTITUCIONES DEL SISTEMA DE LA
INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA (SICA)?” Respuesta: De
conformidad con el artículo 22 inciso j) del Convenio de Estatuto, corresponde
a la Corte Centroamericana de Justicia: “Conocer en última instancia, en
apelación, de las resoluciones administrativas, dictadas por los Órganos u
Organismos del Sistema de la Integración Centroamericana, que afecten
directamente a un miembro del personal del mismo y cuya reposición haya
sido denegada”. El personal de los Órganos u Organismos, es decir de todas
las instituciones del Sistema de la Integración Centroamericana, están
sometidos a un régimen especial de solución de controversias en materia
laboral. Cuando una resolución administrativa afecte directamente a un
miembro del personal del SICA, dicho miembro puede solicitar la reposición

103
de ésta ante el mismo Órgano u Organismo que emitió la resolución,
expresando los motivos de su desacuerdo con ella. Si la reposición solicitada
es denegada, el miembro del personal tiene derecho a recurrir en apelación
ante la Corte Centroamericana de Justicia, la cual, de acuerdo al Derecho
Comunitario Centroamericano es el único tribunal jurisdiccional competente
para conocer en última instancia de los asuntos laborales que afecten
directamente a un miembro del personal del sistema institucional regional.
Tercera Cuestión: “¿SI EN UN CASO CONCRETO EXISTEN
ACTUACIONES EN TRIBUNALES LABORALES NACIONALES DEL
FUERO ORDINARIO EN LAS CUALES EL PARLACEN SEA PARTE,
LAS MISMAS SON NULAS IPSO JURE POR FALTA DE
JURISDICCIÓN DEL ÓRGANO JURISDICCIONAL NACIONAL?”
Respuesta: La normativa comunitaria no establece la nulidad ipso jure de las
actuaciones del personal de Órganos u Organismos del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA) que pudieran existir en tribunales
laborales nacionales en los cuales el PARLACEN sea parte. Sin embargo, de
acuerdo al Derecho Comunitario Centroamericano el juez nacional está
obligado a declararla a petición de parte en aplicación del Convenio de
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia que establece la jurisdicción
exclusiva de este tribunal para: “ Conocer en última instancia en apelación,
de las resoluciones administrativas, dictadas por los Órganos u
Organismos del Sistema de la Integración Centroamericana, que afecten
directamente a un miembro del personal del mismo y cuya reposición
haya sido denegada”. Cuarta Cuestión: “¿CUÁL ES EL
PROCEDIMIENTO PARA LA EJECUCIÓN DE LAS MEDIDAS
PRECAUTORIAS O DE SENTENCIAS DICTADAS POR LA CORTE
CENTROAMERICANA DE JUSTICIA EN CONTRA DE LOS
ÓRGANOS, ORGANISMOS E INSTITUCIONES DEL SISTEMA DE
LA INTEGRACIÓN REGIONAL? Respuesta: El artículo 39 del Convenio
de Estatuto de La Corte establece que las resoluciones interlocutorias, laudos y
sentencias que dicte La Corte se ejecutarán como si se tratara de cumplir una
resolución de un tribunal nacional del respectivo Estado, para lo cual bastará
la certificación extendida por el Secretario General de La Corte. En tal caso, la
parte interesada deberá presentar la Certificación de la Sentencia o resolución
al juez competente de su respectivo Estado, para que dicho funcionario
proceda a ejecutarla de conformidad con su legislación interna. La ejecución
de las medidas precautorias, llamadas prejudiciales o cautelares en nuestro
Estatuto, se rigen conforme lo establecido en el artículo 31 del mismo y 17 de
la Ordenanza de Procedimientos de este Tribunal. Dichas medidas por su
propio carácter de urgentes y por estar dirigidas a precaver o a no agravar un

104
mal se aplican directamente y es por ello que deben comunicarse
inmediatamente por la vía más rápida a las partes interesadas, así como a los
demás Estados Miembros a fin de precaver o no agravar el mal y que las cosas
se conserven en el mismo estado mientras se pronuncia la resolución
correspondiente. Quinta Cuestión: ¿Cuál es el procedimiento para la
ejecución de las medidas precautorias dictadas por los Órganos
Jurisdiccionales Nacionales en contra de los Diputados y Funcionarios del
Parlamento Centroamericano? Respuesta: Cuando el Diputado o
funcionario del Parlamento Centroamericano no se encuentren protegidos por
un fuero especial de inmunidad establecido en el Derecho Comunitario
Centroamericano o en el Derecho Internacional aplicables, el procedimiento
para la ejecución de las medidas precautorias dictadas por los órganos
jurisdiccionales nacionales, es el que establece la legislación del respectivo
Estado. Sexta Cuestión:¿Cuál es el procedimiento para la ejecución de las
sentencias dictadas por los Órganos Jurisdiccionales Nacionales en contra
de los Diputados y funcionarios del Parlamento Centroamericano?
Respuesta: De la misma manera que en la respuesta a la Quinta Cuestión:
Cuando el Diputado o funcionario del Parlamento Centroamericano no se
encuentren protegidos por un fuero especial de inmunidad establecido en el
Derecho Comunitario Centroamericano o en el Derecho Internacional
aplicables, el procedimiento para la ejecución de las sentencias dictadas por
los órganos jurisdiccionales nacionales, es el que establece la legislación del
respectivo Estado. SEGUNDO: Comuníquese la presente resolución a los
Estados Miembros del Sistema de la Integración Centroamericana así como a
los Órganos y Organismos del mismo por medio de la Secretaría General del
SICA. Notifíquese al Presidente del Parlamento Centroamericano. VOTO
RAZONADO PARCIAL DISIDENTE DEL MAGISTRADO
PRESIDENTE FRANCISCO DARÍO LOBO LARA. Fui el Autor del
Proyecto original de la resolución de Opinión Consultiva, a la que
posteriormente se le introdujeron ciertas modificaciones que fueron aprobadas
por mayoría de votos, algunas considero que fueron acertadas y otras no, por
tal razón disiento parcialmente, en la forma siguiente: PRIMERO: En
relación a la respuesta a la tercer pregunta, afirmo que: la jurisdicción de la
Corte Centroamericana de Justicia, indudablemente tiene su fundamento en el
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA), el cual es vinculante para los siete Estados
Parte, en cambio el Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia no ha sido ratificado por todos los Estados, faltando Costa Rica,
Panamá y Belice, por lo que sus competencias que son específicas no pueden
ser obligatorias para dichos Estados. La competencia de ser Tribunal de

105
Apelación contenida en el Artículo 22, literal “j”, de ese Convenio es
específica y en consecuencia la misma sólo puede ser ejercida en los Estados
que hayan ratificado dicho Convenio de Estatuto, es decir, en la actualidad no
se puede desconocer la realidad existente, en el sentido de que los Estados
anteriormente mencionados todavía no lo han ratificado y obviamente no
forma parte de su Derecho Interno. En esas circunstancias los derechos y
procedimientos judiciales aplicables y atinentes a los trabajadores residentes
en esos mismos Estados y que laboren para Órganos y Organismos del
Sistema de la Integración Centroamericana, serán los que establece su Código
del Trabajo y demás leyes especiales. De consiguiente los Juzgados
Nacionales del Trabajo tienen jurisdicción y competencia para resolver esa
clase de controversias, de manera que no existe exclusividad de jurisdicción
de la Corte Centroamericana en toda Centroamérica, mientras esos Estados no
hayan ratificado dicho Convenio. SEGUNDO: Tampoco estoy de acuerdo con
las respuestas a las preguntas quinta y sexta en su primera parte, puesto que
los Diputados o funcionarios del Parlamento Centroamericano no tienen fuero
especial de inmunidad ante reclamos legales de esta naturaleza, ya que esta
Corte ha interpretado de manera definitiva que la inmunidad es válida única y
exclusivamente para proteger al Diputado en el ejercicio de las funciones
oficiales relativas a su cargo; sin desconocer el derecho de antejuicio en casos
concretos, cuando procediere de conformidad con las leyes vigentes. (f) F.
Darío Lobo L (f) Carlos A. Guerra G.. (f) R. Acevedo P. (f) Alejandro Gómez
V (f) Silvia Rosales B (f) J R Hernández A. (f) OGM ”

Jurisprudencia
Se confirmó lo dicho en otras resoluciones en el sentido de que las inmunidades
para los Diputados del PARLACEN están basadas en la teoría funcional, es decir, se
limita a los actos ejecutados en el ejercicio de sus funciones oficiales.

Se dijo además que el PARLACEN únicamente goza de inmunidad de jurisdicción en


la República de Guatemala, en virtud del Acuerdo Sede firmado el 7 de octubre de
1986, entre ese país y el Órgano Regional mencionado. Para que se pueda gozar de
este privilegio en otros países, será necesario negociar un Tratado Internacional
con los demás Estados Parte del Sistema de Integración Centroamericana.

La inmunidad de jurisdicción es una limitación al ejercicio soberano del poder


juzgar a una persona natural o jurídica. Esta limitación no puede darse por sentada
en Derecho internacional Público, sino que debe ser expresamente reconocida por
el Estado o Estados de que se trate, mediante un Convenio o Acuerdo
Internacional.

106
En cuanto al régimen laboral para los miembros del personal del Sistema, la Corte
Centroamericana de Justicia es competente para conocer en apelación las
resoluciones administrativas dictadas en este campo por los Órganos u Organismos
de referencia.

Se estableció que no existe la nulidad ipso jure en los juicios que existieran en los
tribunales laborales nacionales en los cuales el PARLACEN sea parte, pero los
interesados pueden pedirla al Juez nacional que conozca de la causa.

Finalmente, se explicó que las resoluciones interlocutorias, laudos, sentencias y


medidas cautelares que dicte La Corte, se ejecutarán como si fueran resoluciones
de un Tribunal nacional.

11. Caso de la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de


Centroamérica y el Caribe (CONAAACAC) contra el Consejo de Ministros de
Integración Económica (COMIECO).

Aprobado en Corte Plena del 14 de agosto de 2008. (Acta No. 385)

Síntesis del Caso


El demandante alegó que el Acuerdo de fecha 9 de mayo de 2006 que aprobó el
Código Arancelario Uniforme de Centroamérica es nulo, en vista de haber sido
adoptado de forma anómala, ya que el demandado no es el organismo competente
para hacerlo, sino que lo es el Consejo Arancelario Aduanero Centroamericano.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, las cuatro y treinta minutos de la tarde del día catorce de
agosto del año dos mil ocho. VISTO para dictar Sentencia en el juicio por
demanda interpuesta por el Abogado Joe Henry Thompson Argüello, en su
calidad de Apoderado General Judicial de la Confederación de Asociaciones
de Agentes Aduanales de Centroamérica y el Caribe (CONAAACAC)”, en
contra del Consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO)
representado por el Ministro de Economía de Guatemala, el día veinte de
diciembre del año dos mil seis. Dicha demanda presenta una “ acción de
nulidad contra el acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX), suscrito el día nueve
de Mayo del dos mil seis en la ciudad de San José, República de Costa Rica,
del Consejo de Ministros de Integración Económica, mediante el cual se
aprueba el texto del Código Aduanero Uniforme Centroamericano para El

107
Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”, fundando su demanda
principalmente en que el Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX) ha sido
adoptado de manera anómala puesto que fue violando el artículo 55 del
PROTOCOLO AL TRATADO GENERAL DE INTEGRACION
ECONÓMICA CENTROAMERICANA (Protocolo de Guatemala) y el
artículo 14 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA) y además por un organismo que según el
demandante no es el competente de conformidad con el Derecho Comunitario
para adoptarlo, en virtud que el Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX),
suscrito el día nueve de mayo del dos mil seis en la ciudad de San José,
República de Costa Rica, fue aprobado por el Consejo de Ministros de
Integración Económica Centroamericana, y según el Convenio al Régimen
Arancelario Aduanero Centroamericano, dicha facultad le corresponde al
Consejo Arancelario Aduanero Centroamericano. RESULTA I: Habiéndose
cumplido todos los actos procesales para llegar al estado de dictar Sentencia,
como ser la admisión de la Demanda en Auto de las diez de la mañana del día
dos de Agosto del año dos mil siete; contestación de la demanda por parte del
Consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO) representado
por el Abogado Maynor Ottoniel Alarcón; RESULTA II: Habiendo abierto a
pruebas el presente juicio por el término de treinta días hábiles a partir del día
siguiente de la última notificación; RESULTA III: Habiendo emitido
resolución por Auto de las cinco de la tarde del día veintitrés de Octubre del
año dos mil siete, para que el Presidente de la Corte Centroamericana de
Justicia fijase el lugar, la hora y el día en que debía celebrarse la Audiencia
Pública; y la citación por Auto de las nueve de la mañana del día primero de
Noviembre del año dos mil siete, a las Partes para que concurrieran a la
audiencia que se celebró en el Palacio Nacional de la Cultura de esta ciudad de
Managua, a las diez de la mañana del día catorce de Noviembre del año dos
mil siete la cual tuvo lugar con la presencia de ambas Partes, en la hora, fecha
y lugar anteriormente señalado, lo cual consta en el Acta de dicha Audiencia
Pública. CONSIDERANDO I: Que la controversia recae exclusivamente
sobre la validez o nulidad del Acuerdo Número 01-2006 (COMIECO-EX)
suscrito el nueve de mayo del año dos mil seis (2006) en la ciudad de San
José, República de Costa Rica, por el Consejo de Ministros de Integración
Económica, mediante el cual se aprueba el texto del Código Aduanero
Uniforme Centroamericano, ya que el demandante estima que el Organismo
que la emitió carece de facultades para ello, y no se siguieron los
procedimientos establecidos en el Convenio al Régimen Arancelario
Aduanero Centroamericano. Por su parte, el demandado asegura que tiene las
facultades legales para haberlo hecho y que el Consejo de Ministros de

108
Integración Económica Centroamericana (COMIECO) actuó en apego al
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA), y al Protocolo al Tratado General de Integración
Económica Centroamericana (Protocolo de Guatemala), por lo que, a juicio de
esta Corte, es este el punto a resolver, sin entrar a hacer una valoración del
contenido del Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX)el cual ha sido
legalmente impugnado. La Corte, ejerciendo la jurisdicción obligatoria
establecida en los Artículos 12 y 35 del Protocolo de Tegucigalpa y en
aplicación de su Estatuto, particularmente el artículo 1 que establece que es
éste el Órgano Judicial principal y permanente del Sistema de la Integración
Centroamericana, (SICA), cuya jurisdicción y competencia regionales son de
carácter obligatorio para los Estados. Corresponde además a La Corte, en
virtud de estos instrumentos, ser el garante de la seguridad jurídica, y de la
existencia de una “región de derecho” tal y como lo prescribe el artículo 12
del Protocolo de Tegucigalpa y el artículo 2 de su Estatuto que manda a La
Corte garantizar el respeto al derecho, tanto en la interpretación como en la
ejecución uniformes del Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos
complementarios o actos derivados. El artículo 3 del Estatuto, desarrolla el
poder jurisdiccional de este Tribunal cuando establece que tiene potestad para
juzgar a petición de parte y resolver con autoridad de cosa juzgada, y que su
doctrina tendrá efectos vinculantes para todos los Estados, Órganos y
organizaciones que forman parte o participan en el Sistema de la Integración
Centroamericana, así como para los sujetos de derecho privado. La doctrina de
este Tribunal establecida en la Resolución de las doce horas del día trece de
marzo del año dos mil dos, referida a solicitud de consulta presentada por la
Secretaría de Integración Económica Centroamericana, dispone que: “la
estructura jurídica del SICA está conformada por los órganos establecidos en
el Protocolo de Tegucigalpa (Artículo 12) (…) Que entre otros instrumentos
comunitarios se encuentran el Tratado de Integración Social
Centroamericana; el Protocolo al Tratado General de Integración Económica
Centroamericana (Protocolo de Guatemala); Código Aduanero Uniforme
Centroamericano; Tratado Marco de Seguridad Democrática en
Centroamérica; y el Convenio Constitutivo del Banco Centroamericano de
Integración Económica y todos sus Protocolos. (…) Que los órganos,
organismos e instituciones que forman parte del SICA al poseer personería
jurídica propia les permite actuar dentro de la esfera de sus propias
atribuciones. (…) Que la coherencia y unidad del Sistema de la Integración
Centroamericana es dada primordialmente por el Principio de Legalidad,
principio al cual este Tribunal se ha referido en repetidas ocasiones, y
consiste, entre otras cosas, en que ni las autoridades comunitarias

109
centroamericanas ni los Estados Miembros del Sistema tienen más facultades
que las que expresamente les concede la normativa jurídica regional. (…)
Que si los Estados Miembros; y los órganos, organismos e instituciones del
SICA no actúan con arreglo a lo establecido en la normativa comunitaria, el
proceso de integración regional se vería gravemente amenazado en su
unicidad, ya que éste ha sido concebido y constituido teniendo en cuenta una
bien organizada distribución de competencias de acuerdo a materias o
especialidades.(…) Que el hecho de que en ningún momento las facultades de
los órganos, organismos e instituciones del SICA en ningún momento deban
confundirse, no significa, ni debe entenderse, como que entre ellos no
existieran relaciones de cooperación, coordinación y complementariedad.
(Artículo 8 Protocolo de Tegucigalpa). (…) A partir de la Constitución del
Sistema de la Integración Centroamericana a cada órgano e institución
regional se le atribuyeron determinadas facultades y competencias, que
aunque indelegables no por ello menos vinculadas entre sí. El proceso de
integración en ningún momento debe ser entendido como un conflicto
jerárquico. Las políticas y las actividades de los órganos e instituciones del
SICA abarcan la totalidad del proceso de integración, proceso que requiere
de organicidad para la consecución de los propósitos trazados. Esta
organicidad la imprime y sustenta la Corte Centroamericana de Justicia a
través de sus resoluciones. Dicha organicidad, al igual que el proceso mismo,
es gradual, pero sus consecuencias son de carácter permanente. Este Tribunal
desea reiterar una vez más que las actividades y esfuerzos de los órganos e
instituciones del Sistema deben estar enmarcados dentro del principio de
legalidad y encuadradas dentro de un esquema de cooperación
interinstitucional” ( El subrayado es nuestro) (…) Que cuando las
actuaciones de algunos de los órganos, organismos e instituciones regionales,
reconocidas y ordenadas en el régimen jurídico comunitario
centroamericano, dieren lugar a confusiones porque se las considera como
indebidamente ejercidas por otros, es de tener presente que la legalidad que
resguarda al Sistema de la Integración Centroamericana ha asignado y
dispuesto ordenadamente los diferentes asuntos regionales de acuerdo a
materias y especialidades con el propósito de dar seguridad jurídica a las
relaciones entre los Estados Miembros, los Órganos Fundamentales del
Sistema y todos los Organismos e Instituciones del mismo, así como a los
particulares. (…) Que la seguridad jurídica que da la certeza de la
interpretación y ejecución uniformes del Derecho Comunitario
Centroamericano, entraña la clara delimitación de las facultades y deberes
que el Protocolo de Tegucigalpa y sus instrumentos complementarios y
derivados reconocen a los órganos, organismos e instituciones del SICA. (…)

110
Que ninguna de las competencias o facultades de los órganos o instituciones
del SICA, de la naturaleza que sean, pueden ser alteradas o consideradas
como ejercidas indebidamente por el correcto ejercicio de las mismas, pues
ellas conviven, coinciden y coexisten sin confundirse. (…) Que la uniformidad
en la interpretación y aplicación del Derecho Comunitario Centroamericano
garantiza no solo el desarrollo e integración económica, sino que crea un
clima favorable en el seno de las fuerzas vivas del Istmo, lo que además de
alentar el desarrollo del proceso, favorece el establecimiento de la Política
Centroamericana y asegura la unidad y coherencia de la acción
intrarregional y ante terceros Estados, grupos de Estados u organizaciones
internacionales. (…) Que el principal generador y ordenador del quehacer
integracionista económico regional lo dan los órganos principales del
Subsistema de Integración Económica, por lo que corresponde a los demás
órganos e instituciones de dicho subsistema darle seguimiento al mismo. (…)
Que el seguimiento que deben dar los órganos e instituciones del Subsistema
Económico a las actuaciones mandadas por los órganos principales de dicho
Subsistema consiste en cumplirlas respetando el principio de legalidad
establecido, ya que se trata de una misma política económica; un solo
desarrollo económico y social equitativo y sostenible; un solo objetivo que se
traduce en el bienestar de los pueblos centroamericanos y en el crecimiento y
desarrollo de los Estados Miembros del SICA individualmente y de la
Comunidad Centroamericana o Centroamérica en su conjunto. (…) Ni la
SIECA ni el resto de autoridades comunitarias centroamericanas, ni los
Estados Miembros del Sistema de la Integración Centroamericana, tienen más
facultades que las que expresamente les concede el régimen jurídico
comunitario, y sus atribuciones deben ser ejercidas con apego a la norma y en
relación con los demás órganos, guardando en sus actuaciones y proceder lo
estipulado en el Protocolo de Tegucigalpa, instrumento constitutivo marco y
base de la integración centroamericana, que en el inciso primero de su
Artículo 35 dispone que: “quedan vigentes entre dichos Estados las
disposiciones de aquellos Convenios, Acuerdos o Tratados siempre que las
mismas no se opongan al presente instrumento u obstaculicen el logro de sus
propósitos y objetivos”. La legalidad de los actos comunitarios tienen que
corresponder con la creación y la formación jurídica de las normas
comunitaria; entre éstas existe jerarquía. El Artículo 6 del Protocolo de
Tegucigalpa establece que: “Los Estados Miembros se obligan a abstenerse de
adoptar medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los
propósitos y el cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema de
la Integración Centroamericana”. Además el Protocolo de Tegucigalpa en su
Artículo 10 obliga a los Órganos e Instituciones y no sólo a los Estados

111
Miembros a contribuir a la efectiva observancia y ejecución de los objetivos,
propósitos y principios contenidos en dicho Protocolo; y conforme al principio
"Pacta Sunt Servanda", que establece: "Todo Tratado en vigor obliga a las
partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe". En virtud de este principio el
Consejo de Ministros de Integración Económica está obligado a aplicar
íntegramente el Derecho Comunitario y de proteger los Derechos que éste
confiere a los Particulares, dejando sin efecto toda disposición eventualmente
contraria. CONSIDERANDO II: Que tanto el demandante como el
demandado sustentan sus alegatos en los mismos instrumentos de la normativa
comunitaria, tales como: el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos (ODECA), el Estatuto y la
Ordenanza de Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia, el
Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana
(Protocolo de Guatemala), el Convenio sobre el Régimen Arancelario y
Aduanero Centroamericano, el Protocolo de Modificación al Código
Aduanero Uniforme Centroamericano (CAUCA II), suscrito el siete de enero
de mil novecientos noventa y tres, que entró en vigencia a partir del uno de
Julio de mil novecientos noventa y seis, y el propio Acuerdo Número 01-2006
(COMIECO-EX) que es objeto de la presente controversia; y fundamentan sus
pretensiones y razonamientos en iguales disposiciones de los mismos, por lo
que corresponde a este Tribunal analizar toda esa normativa, para poder
apreciar y decidir sobre la nulidad o validez del Acuerdo Número 01-2006
(COMIECO-EX), respectivamente invocadas por el demandante y por el
demandado. Esta Corte, el cinco de agosto de mil novecientos noventa y siete,
siendo las once y treinta minutos de la mañana, mediante Resolución a la
solicitud de Opinión Consultiva de fecha de veintisiete de mayo de mil
novecientos noventa y siete solicitada por la Secretaría Permanente del
Tratado de Integración Económica Centroamericana (SIECA), contestó a las
siguientes preguntas, así: “¿tiene competencia exclusiva el Consejo
Arancelario y Aduanero Centroamericano para establecer y modificar los
derechos arancelarios a la importación contenidos en el Arancel
Centroamericano de Importación?. De conformidad con el Artículo 7 inciso
c) del Convenio en referencia: “el Consejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano tiene la atribución de aprobar los derechos arancelarios y
sus modificaciones”. Este Tribunal es del criterio que mientras esta
disposición no haya sido objeto de derogación ni de reformas, su atribución
tendrá vigencia y de consiguiente, se colige, que la misma es de carácter
exclusivo. Los Estados miembros de Tratados y Convenios de esta naturaleza,
al ratificarlos están ejerciendo conjuntamente sus facultades soberanas,
delegando, en este caso concreto, en el Consejo Arancelario y Aduanero

112
Centroamericano la citada atribución. Esta es la justificación que existe para
la validez de estos instrumentos jurídicos, puesto que el consentimiento de los
Estados y el ejercicio conjunto de su soberanía, son fundamento del Derecho
Comunitario y en el presente caso, estos elementos figuran además con plena
claridad en cuanto a la asignación de esa atribución.” “¿Son de obligatorio
cumplimiento para todos los Estados Parte las resoluciones adoptadas en
base a los artículos 6, 7, 9, 12, 22, 23 y 24 del Convenio y 18 del Protocolo
de Tegucigalpa?. Este Tribunal considera que, sí lo son, porque tienen su
fundamento jurídico en instrumentos comunitarios que le confieren facultades
expresas al Consejo Arancelario y Aduanero, y si esta autoridad emite las
resoluciones conforme a Derecho, las mismas devienen obligatorias para los
Estados miembros. Sin embargo, según el Artículo noveno del Convenio,
cuando la decisión no se logra por acuerdo unánime, en ese caso, sólo obliga
a los Estados que hayan votado afirmativamente. ¿Requieren de ratificación
o aprobación legislativa en los Estados Parte las Resoluciones aprobadas
por el Organo Regional competente con fundamento en los artículos 6, 7, 9,
12, 22, 23 y 24 del Convenio y 18 del Protocolo de Tegucigalpa?. Para estas
resoluciones no se requiere la ratificación legislativa, porque ellas son
producto de la aplicación del Convenio ya ratificado por los Poderes
Legislativos, y que han pasado a formar parte del Derecho Comunitario
Centroamericano y sería un contrasentido exigir que las resoluciones fuesen
ratificadas, puesto que a los Órganos y Organismos de la Integración se les
han conferido facultades para que las ejerzan y toda la normativa jurídica
contenida en los Convenios debe ser aplicada por ellos. Esta es la razón por
la cual, lo único que se necesita es la aprobación mediante un Acuerdo del
Poder Ejecutivo que debe ser emitido dentro del plazo establecido en el
Artículo 24 del Convenio”. CONSIDERANDO III: Que en Sentencia dictada
por esta Corte a las once de la mañana del veinticinco de Octubre del año dos
mil uno, en el CONSIDERANDO III de la misma dijo lo siguiente: “Que si
analizamos el PROTOCOLO DE MODIFICACIÓN AL CAUCA, suscrito el
siete de Enero de mil novecientos noventa y tres, que sustituyó totalmente al
suscrito el trece de Diciembre de mil novecientos sesenta y tres, en el cual se
había adoptado el que podríamos llamar CAUCA ORIGINAL, vemos que en
sus artículos 103 y transitorio 3, se faculta expresamente al CONSEJO
ARANCELARIO Y ADUANERO CENTROAMERICANO para “aprobar y
poner en vigencia las modificaciones que requiera el presente Código”, por lo
que resulta incuestionable la facultad que tiene ese Consejo para reformar el
que hemos llamado CAUCA II”, criterio que esta Corte hoy confirma y
ratifica, al igual que las otras Consideraciones que hizo en dicha sentencia, ya
que, a la fecha en que se dictó el Acuerdo Número 01-2006 (COMIECO-EX)

113
suscrito el nueve de mayo de dos mil seis objeto de la presente controversia,
continuaban en pleno vigor las mismas disposiciones de la normativa
comunitaria aplicables al presente caso. De acuerdo a la Enmienda del
Artículo 38 del Protocolo de Guatemala, aprobada el 27 de febrero del 2002 y
vigente a partir del 17 de mayo de 2003, dicho instrumento complementario
del Protocolo de Tegucigalpa, establece que: “El Consejo de Ministros de
Integración Económica estará conformado por el Ministro que en cada
Estado Parte tenga bajo su competencia los asuntos de la integración
económica y tendrá a su cargo la coordinación, armonización, convergencia
o unificación de las políticas económicas de los países. El Consejo de
Ministros de Integración Económica, constituido de conformidad con el
párrafo anterior, subroga en sus funciones al Consejo Arancelario y
Aduanero Centroamericano y a todos los demás órganos creados en
instrumentos precedentes a este Protocolo en materia de integración
económica centroamericana. CONSIDERANDO IV: Que el Convenio sobre
el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano establece un nuevo
sistema sobre dichas materias, el cual está constituido, entre otros
instrumentos legales, por el Código Aduanero Uniforme Centroamericano y su
Reglamento, y por las decisiones y demás disposiciones arancelarias y
aduaneras comunes que se deriven del mismo Convenio. Que dicho Régimen
persigue, entre otros objetivos, perfeccionar la organización y
administración de los servicios aduaneros centroamericanos, con el
propósito de consolidar gradual y progresivamente un sistema
arancelario y aduanero regional, para lo cual creó entre sus órganos al
Consejo Arancelario y Aduanero Centroamericano, como órgano encargado
de dirigir y administrar el nuevo Régimen creado, otorgándole al mismo, entre
otras facultades, la de adoptar las decisiones que requiera el funcionamiento
del citado Régimen. Precisamente, dentro de esas facultades atribuidas y de
las que le otorgaron expresamente los artículos transitorio 3 del Protocolo de
Modificación al Código Aduanero Uniforme Centroamericano (CAUCA II), y
el 103 del propio CAUCA II, para “aprobar y poner en vigencia las
modificaciones que requiera el Código Aduanero Uniforme
Centroamericano”, con plena facultad para ello, el Consejo Arancelario y
Aduanero Centroamericano adoptó la Resolución No. 85-2002, de fecha diez
y nueve de Junio del año dos mil dos y su Anexo el nuevo Código Aduanero
Uniforme Centroamericano, al cual podríamos llamar CAUCA III.
CONSIDERANDO V: Una de las formas de garantizar el respeto del
derecho comunitario centroamericano es mediante el control de legalidad de
los actos de los Órganos, Organismos e Instituciones del Sistema, los cuales
de conformidad con el artículo 10 del Protocolo de Tegucigalpa, están

114
obligados a contribuir a la efectiva observancia y ejecución de los propósitos y
principios de dicho Protocolo. Cuando se estima que se han violentado las
normas y principios del Derecho Comunitario Centroamericano, el control de
legalidad de los actos derivados del Protocolo de Tegucigalpa y sus
instrumentos complementarios puede ser ejercido mediante el contencioso de
anulación. Esta facultad está expresamente reconocida en el artículo 22, literal
b) del Estatuto de La Corte, el cual la faculta para “Conocer de las acciones
de nulidad y de incumplimiento de los acuerdos de los organismos del Sistema
de la Integración Centroamericana”. Al referirse a “acuerdos” el Protocolo
hace alusión a las decisiones adoptadas por las instituciones comunitarias,
llámense estas Declaraciones, Resoluciones, Acuerdos, Reglamentos,
Recomendaciones o de otra forma. Esta facultad es reconocida también en
otros sistemas jurídicos de integración regional, como es el caso de la Acción
de Nulidad en el Tribunal de la Comunidad Andina,22 mediante la cual “se
busca ejercer el control y fiscalización de los actos comunitarios, declarando
la nulidad de las Decisiones, Resoluciones y Convenios que sean dictados en
contravención de las normas del Ordenamiento Jurídico Andino; incluso por
desviación de poder. Esta acción se basa en la tutela y el control de la
legalidad y como en el caso del Derecho comunitario europeo su origen al
igual que la acción de incumplimiento y del recurso por omisión son una
transposición de las competencias del Consejo de Estado Francés en el
procedimiento contencioso administrativo”. “En el caso de la acción de
nulidad la reforma para consagrar esta concepción amplia de participación
de los particulares sustituyó el requisito existente en el Tratado originario de
que el titular de la acción de nulidad debía ser, en el caso de los particulares,
quien demostrara que la norma demandada le era aplicable y le causaba
perjuicio por el requisito mucho más amplio y genérico de que las normas
acusadas “afecten sus derechos subjetivos o sus intereses legítimos”. “El
particular que establece la demanda de nulidad se presenta alegando el
interés legítimo del cual es titular; en primer lugar, por su condición de
individuo que se beneficia directamente del ordenamiento jurídico andino, en
donde los particulares tienen derecho a que se les ofrezca eficaz tutela en
defensa de sus legítimos intereses inevitablemente comprometidos en virtud de
las iniciativas y de los riesgos que están llamados a asumir, por ser
destinatarios del proceso de integración andino”. “Con esta sentencia el

22
Ricardo Vigil Toledo, Presidente del Tribunal de la Comunidad Andina. “EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA COMUNIDAD
ANDINA, LA SOLUCION DE CONTROVERSIAS EN EL DERECHO COMUNITARIO ANDINO”, Ponencia dictada durante el
Primer Encuentro de Cortes Internacionales y Regionales de Justicia del Mundo, realizado en la ciudad de Managua, Nicaragua,
4 y 5 de octubre del 2007

115
Tribunal ha demostrado que el ordenamiento jurídico comunitario andino es
en este sentido mucho más liberal que el de las Comunidades Europeas donde
el Tratado constitutivo limitó el acceso de los particulares a la justicia
comunitaria al no reconocerles el derecho a impugnar los actos de carácter
general de las instituciones comunitarias.” El Dr. Carlos Molina del Pozo ha
expuesto sobre: “La Jurisprudencia del Tribunal de Justicia 23: (…).el
Tribunal de Justicia lleva a cabo una doble función de integración jurídica.
Por tanto, a nivel comunitario, el Tribunal controla la legalidad de los actos
de las instituciones así como el comportamiento de los Estados miembros,
mientras que, por otro, a nivel de las jurisdicciones nacionales, el tribunal
asegura la interpretación uniforme del Derecho Comunitario. (…) … el
Tribunal de Justicia de la Unión Europea controlará la legalidad de los actos
de los órganos y organismos de la Unión destinados a producir efectos
jurídicos frente a terceros.” El principio de legalidad significa que ni las
autoridades comunitarias centroamericanas (Órganos, Organismos o
Instituciones) ni los Estados miembros del SICA tienen más facultades que las
que expresamente le da el ordenamiento jurídico regional. Así se ha definido
jurisprudencialmente. Lo que hay que tener en consideración es que la
“legalidad” como tal implica el irrestricto apego al marco jurídico establecido,
lo que conduce a la seguridad jurídica y a la promoción de “la región de
Derecho”. Cuando la desviación de poder se deriva directamente de la
ilegalidad del acto administrativo, que fractura, resquebraja o viola el
principio de legalidad ésta debe ser corregida por la vía de la nulidad. Todo
ordenamiento jurídico incluido el comunitario debe responder en su
jerarquización a la pirámide kelseniana pues está conformado por un conjunto
de normas jurídicas que provienen de la voluntad de todos los Estados
miembros originales y de aquellos que por adhesión han llegado a formar
parte del Sistema. En primer lugar hay que tener en consideración la
resolución de la Corte Centroamericana de Justicia en relación al Protocolo de
Tegucigalpa el cual definió como el tratado constitutivo o fundacional de la
integración en Centroamérica; en segundo lugar debe tenerse en cuenta el
derecho complementario; y finalmente, siempre en la pirámide de Kelsen
situamos el derecho derivado, el cual es el que se origina de los actos
administrativos de los Órganos, Organismos e instituciones de la integración
centroamericana. De tal manera que en el caso de nuestra región, le compete a
la Corte conocer, aplicar e interpretar el Derecho Comunitario, garantizando
así la “Región de Derecho” y la seguridad jurídica del proceso de integración.

23
Prof. Dr. Carlos Francisco Molina del Pozo, Catedrático Jean Monnet de Derecho Comunitario, de la Universidad de Alcalá,
Presidente del IELEPI “EL TRIBUNAL DE JUSTICIA DE LA UNION EUROPEA Y SU CONTRIBUCION AL PROCESO DE
INTEGRACION EUROPEA”, Madrid, octubre de 2006.

116
CONSIDERANDO VI: Se debe analizar la relación de los órganos
encargados de impulsar la integración económica centroamericana y el
régimen arancelario y aduanero centroamericano, a fin de que el
funcionamiento de la estructura institucional garantice el desarrollo,
equilibrado y armónico, de los sectores económico, social, cultural y político
de la Región, como textualmente lo disponen los artículos 8 y 19 del Protocolo
de Tegucigalpa. Entre los Órganos creados por el Protocolo de Tegucigalpa
se encuentra el Consejo de Ministros Responsables de la Integración
Económica y Desarrollo Regional (COMRIEDRE), el cual, de acuerdo al
artículo 16 del mismo Protocolo, está integrado por los Ministros del Ramo de
los Estados Parte en dicho instrumento, incluyendo a Panamá,
correspondiendo a dicho Consejo de conformidad con el artículo 18 “ejecutar
las decisiones de la Reunión de Presidentes en materia de integración
económica e impulsar la política económica integracionista de la región”. Que
entre los Órganos del Subsistema de Integración Económica creados por el
PROTOCOLO DE GUATEMALA se encuentra el Consejo de Ministros de
Integración Económica (COMIECO), el cual, de acuerdo al Artículo 38 de
dicho instrumento complementario del Protocolo de Tegucigalpa, “estará
conformado por el Ministro que en cada Estado Parte tenga bajo su
competencia los asuntos de la integración económica y tendrá a su cargo la
coordinación, armonización, convergencia o unificación de las políticas
económicas de los países. El Consejo de Ministros de Integración Económica,
constituido de conformidad con el párrafo anterior, subroga en sus funciones
al Consejo Arancelario y Aduanero Centroamericano y a todos los demás
órganos creados en instrumentos precedentes a este Protocolo en materia de
integración económica centroamericana”, modificado por la enmienda
vigente a partir del diecisiete de mayo de dos mil tres (2003). (Arto. 6), el cual
está integrado por “el titular del Ministerio de cada Estado bajo cuya
competencia se hallen, según el derecho interno, los asuntos de la integración
económica, o quien haga sus veces”, correspondiéndole la facultad de
“aprobar y poner en vigencia las modificaciones que requiera el CODIGO
ADUANERO UNIFORME CENTROAMERICANO Y LA LEGISLACIÓN
CENTROAMERICANA SOBRE EL VALOR ADUANERO DE LAS
MERCANCÍAS”. Estos tres Órganos, integrándose como lo establecen las
disposiciones citadas, al igual que los otros que sean responsables de otros
sectores vinculados al Sistema de la Integración, gozan de autonomía
funcional en el marco de una necesaria y coherente coordinación
intersectorial, ya que tienen la responsabilidad del tratamiento de los asuntos
de su competencia, a fin de que el funcionamiento de la estructura
institucional garantice el desarrollo, equilibrado y armónico, de los sectores

117
económico, social, cultural y político de la Región, como textualmente lo
disponen los artículos 8 y 19 del Protocolo de Tegucigalpa; pero cualquier tipo
de Resolución que adopte uno o cualquiera de ellos, debe enmarcarse dentro
de la órbita de sus respectivas atribuciones y facultades previstas en la
normativa aplicable, para poder considerar que procedió y actuó respetando el
principio de legalidad. El Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX) fue
adoptado por el Consejo de Ministros de Integración Económica en ejercicio
de las funciones del Consejo Arancelario y Aduanero Centroamericano que
asumió de conformidad con la enmienda al artículo 38 del Protocolo de
Guatemala, vigente a partir del diecisiete de mayo de 2003, el cual, como ha
sido expuesto, subrogó en las funciones del Consejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano al Consejo de Ministros de Integración Económica. El
Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano
establece en su artículo 12 que las decisiones que el Consejo Arancelario y
Aduanero Centroamericano puede adoptar son: Los Reglamentos cuando se
refieren a normas de carácter general, derivados del Convenio y aplicables en
el territorio de los Estados Contratantes y las Resoluciones que consisten en
normas sobre materias específicas, aprobadas por el Consejo y derivadas de
las facultades que le concede el propio Convenio. En atención a esta
disposición, el Consejo de Ministros de Integración Económica debe observar
lo dispuesto en el artículo citado debiendo haber aprobado el CAUCA por
medio de su Reglamento. CONSIDERANDO VII: Para garantizar la
materialización de sus actos al Consejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano le fue delegada la capacidad para actuar y generar normas,
relativo a su naturaleza y respectivo propósito y esfera de validez, consignados
en los Artículos 5, 7, 8, 9, 10, 12 y 24 del Convenio sobre el Régimen
Arancelario y Aduanero Centroamericano, el artículo 12 del Convenio
referido, preceptúa que las decisiones que emita el Consejo Arancelario y
Aduanero Centroamericano podrán adoptar las formas siguientes: a)
Reglamentos, los cuales son normas de carácter general, derivadas del
presente convenio y aplicables en el territorio de los Estados Contratantes; o
b) Resoluciones, las cuales son normas sobre materias específicas, aprobadas
por el Consejo y derivadas de las facultades que le concede el Convenio. De lo
anterior se desprende que las decisiones del Consejo Arancelario Aduanero
Centroamericano como órgano de la integración económica centroamericana
sólo podrán tener el carácter de Reglamentos o Resoluciones. En el presente
caso el Consejo de Ministros de Integración Económica tomó la decisión de
aprobar el Código Aduanero Uniforme Centroamericano, la cual corresponde
a su función como Consejo Arancelario y Aduanero Centroamericano,
mediante un ACUERDO (el Acuerdo Número 01-2006 (COMIECO-EX)

118
suscrito el nueve de mayo del año dos mil seis (2006) en la ciudad de San
José, República de Costa Rica), lo que a todas luces no reúne los requisitos
formales exigidos por el Derecho Comunitario Centroamericano, los cuales
como en todo proceso de “formación de la ley” deben ser observados
estrictamente para que el acto administrativo revista legalidad. Al no observar
los requisitos exigidos, el Consejo de Ministros de Integración Económica
violó el derecho comunitario, viciando de nulidad el referido Acuerdo. POR
TANTO: La CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, en nombre de
Centroamérica y en aplicación de los artículos 8, 9, 10, 16, 19, 22, 34 y 35 del
Protocolo de Tegucigalpa; 2, 3, 22 literales b) y g), 31, 32, 34, 35, 36 y 37 del
Estatuto de La Corte; 1 literal d), 5, 6, 7, 36, 41, 52 y 55 del Protocolo al
Tratado General de Integración Económica Centroamericana (PROTOCOLO
DE GUATEMALA); 1, 3, 4, 5, 6 y 7 del CONVENIO SOBRE EL REGIMEN
ARANCELARIO Y ADUANERO CENTROAMERICANO; 3 literales c) y
d), 4, 22, 23, 25, 29 y 60 de la Ordenanza de Procedimientos; la Doctrina y la
Jurisprudencia de este Tribunal, por Mayoría de votos RESUELVE:
PRIMERO.- Declarar con lugar la demanda de nulidad interpuesta por la
Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de Centroamérica y el
Caribe (CONAAACAC), representada por el Abogado Joe Henry Thompson
Argüello en contra del Consejo de Ministros de Integración Económica
(COMIECO), representado por el Abogado Maynor Ottoniel Alarcón.
SEGUNDO.- Declarar nulo y sin ningún valor ni efecto legal el Acuerdo
Número 01-2006(COMIECO-EX) suscrito el nueve de mayo de 2006 en la
ciudad de San José, República de Costa Rica, por el Consejo de Ministros de
Integración Económica, mediante el cual se aprueba el texto del Código
Aduanero Uniforme Centroamericano. Se advierte la obligación de observar el
correcto proceso de formación de la norma comunitaria. Notifíquese. VOTO
RAZONADO DISIDENTE DEL MAGISTRADO PRESIDENTE
FRANCISCO DARÍO LOBO LARA. No estoy de acuerdo con la mayoría de
mis Colegas Magistrados que han aprobado que se declare con lugar la
demanda, tampoco estuve de acuerdo con que se admitiera dicha demanda,
porque este juicio desde el principio o su inicio carecía de objeto, puesto que
el demandante pedía la anulación de un acto jurídico inexistente, debido a
que no había entrado en vigencia. Con esta misma línea de pensamiento
ratifico los términos de mi voto razonado disidente, cuyo texto literal es el
siguiente: “VOTO RAZONADO DISIDENTE DEL MAGISTRADO
FRANCISCO DARIO LOBO LARA. He votado en contra de la decisión de la
mayoría de mis compañeros Magistrados consistente en admitir la demanda
relativa a la acción de nulidad contra el Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX),
suscrito el nueve de mayo del dos mil seis en la ciudad de San José, República de

119
Costa Rica del Consejo de Ministros de Integración Económica, mediante el cual se
aprueba el texto del Código Aduanero Uniforme Centroamericano, promovida por
la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de Centroamérica y el
Caribe contra este Órgano, por las siguientes razones: PRIMERO: El Código
Aduanero Uniforme Centroamericano aprobado mediante el Acuerdo No. 01-2006
(COMIECO-EX), todavía no ha entrado en vigencia, prueba irrefutable de esto es
la disposición contenida en el Acuerdo No. 01-2006 (COMIECO-EX) y en el mismo
Código textualmente dice: ….”ACUERDO No. 01-2006 (COMIECO-EX).
CONSIDERANDO:….3. Que para la vigencia del CAUCA se requiere
simultáneamente se cuente con el Reglamento que desarrolle las disposiciones del
Código….; POR TANTO: ACUERDA: …..2. Instruir al Comité Aduanero para que
en un plazo de seis meses elabore el Reglamento al CAUCA (RECAUCA) para que,
conjuntamente con el CAUCA entre en vigor antes del 31 de diciembre de 2006….;
CODIGO ADUANERO UNIFORME CENTROAMERICANO…Art. 134. El presente
Código entrará en vigencia en forma simultánea con su correspondiente
reglamento…”. Este Reglamento todavía no ha sido aprobado. SEGUNDO: Se
trata de un acto jurídico inexistente y por lo consiguiente la admisión de esa
demanda resulta jurídicamente improcedente”. (f) F Darío Lobo L (f) Alejandro
Gómez V. (f) R Acevedo P (f) Carlos A. Guerra G. (f) Silvia Rosales B (f)
OGM ”

Jurisprudencia
Se declaró nulo dicho Acuerdo por considerar que el organismo competente para
hacerlo era el Consejo Arancelario y Aduanero Centroamericano, ya que en la fecha
que se dictó estaba vigente el Protocolo de Modificación del CAUCA suscrito el 7 de
enero de 1993, el cual en sus artículos 103 y Transitorio 3 facultaban expresamente
a este organismo aprobar y poner en vigencia las modificaciones que requiera
dicho Código.

12. Caso de los Hermanos Calderón Castro contra el Estado de El Salvador, por
supuesto irrespeto a fallo judicial.

Aprobado por Corte Plena del 14 de agosto de 2008. (Acta 385).

Síntesis del caso


Los herederos definitivos de la causante María Mercedes Zúñiga relatan una serie
de juicios en distintas instancias, demandando al Estado de El Salvador por
incumplimiento de fallos judiciales a favor de ellos y reclaman un millón quinientos
mil dólares en concepto de daños y perjuicios.

120
El Estado demandado por su parte, alegó que era un contrasentido que el
demandante se refiriera al incumplimiento de fallos judiciales y agregara
certificación de dicha sentencia, interponiendo la excepción perentoria de
ineptitud de la demanda, la cual a su juicio es improponible.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las cinco de la tarde del día catorce de agosto del año
dos mil ocho. VISTO para dictar sentencia en el juicio por demanda entablada
por el Abogado Carlos Rodríguez Aguilar, en carácter de apoderado judicial
de Mercedes Santos, María Candelaria, Joaquín Mauro y Manuel Antonio,
todos de apellido Calderón Castro, en contra del Estado de El Salvador, por
supuesto irrespeto a fallos judiciales y por daños y perjuicios, los que estima
en millón y medio de dólares. Concurren a la votación de la sentencia los
Magistrados Francisco Darío Lobo Lara, Presidente, Carlos Guerra Gallardo,
Vicepresidente, Alejandro Gómez Vides, Ricardo Acevedo Peralta, Silvia
Rosales Bolaños y Jorge Ramón Hernández Alcerro. RESULTA (I): La parte
demandante expuso sus pretensiones, en lo medular, de la manera siguiente:
Que sus representados fueron nombrados herederos definitivos de la señora
María Mercedes Zúñiga, siendo el caso que a esta última señora le fue vendida
una casa situada en la localidad de Santo Tomás, por escritura pública
otorgada el catorce de octubre de mil novecientos ochenta y cinco, por el
doctor Luis Salvador Peña, quien era Juez de lo Civil de la ciudad de
Zacatecoluca, inscribiéndose dicha venta bajo el número cuarenta y cinco del
libro tres mil ciento cincuenta y cinco del Registro de la Propiedad del
Departamento de San Salvador, no obstante que en la escritura original el
Notario omitió la frase “le vende y hace tradición”. Anteriormente, el
mencionado doctor Peña vendió la misma casa al señor Francisco Portillo, por
escritura pública otorgada el nueve de mayo de mil novecientos ochenta y tres,
haciéndole tradición del inmueble vendido, aunque dicha escritura no fue
inscrita porque el mismo doctor Peña la retiró sin inscribirla de la oficina
registral correspondiente. RESULTA (II): Continúa manifestando el
demandante que en vista de la doble venta antes relacionada, el señor
Francisco Portillo compareció ante Notario el veintiocho de enero de mil
novecientos ochenta y siete y ratificó la venta de cosa ajena a favor de la
señora María Mercedes Zúñiga. Esta ratificación fue inscrita al número setenta
y cinco del libro tres mil ochocientos setenta y dos del Registro de la
Propiedad de San Salvador. Sin perjuicio de lo anterior, el doctor Luis
Salvador Peña promovió un juicio ordinario pidiendo la nulidad de la venta

121
que él había hecho a la señora Zúñiga, pero las sentencias en todas las
instancias le fueron adversas y la ejecutoria fue inscrita al número uno del
libro tres mil ochocientos setenta y cuatro del mismo Registro antes citado.
Posteriormente, el primer comprador señor Francisco Portillo, promovió un
segundo juicio ordinario contra la señora Zúñiga pidiendo la nulidad de la
misma venta y violándose la garantía constitucional de que nadie puede ser
juzgado dos veces por la misma causa. El Juez que conoció en primera
instancia declaró nula la inscripción de la venta hecha a favor de la señora
Zúñiga, sentencia que fue revocada por la Cámara Primera de lo Civil de San
Salvador, pero al interponerse un Recurso de Casación se pronunció nueva
sentencia confirmándose la de primera instancia. El Doctor Luis Salvador
Peña promovió un tercer juicio contra la misma señora María Mercedes
Zúñiga, reclamando la restitución del inmueble, pero dicha demanda fue
declarada inepta en las tres instancias y válida la venta que se hizo a la señora
antes mencionada. Ante esta situación, el doctor Peña se posesionó
violentamente y de hecho de parte del inmueble. La señora Zúñiga murió en la
mayor pobreza y sus herederos promovieron un interdicto posesorio, el cual
fue contrademandado por el propio doctor Peña, teniendo como resultado que
el Juez de la causa le concedió la posesión de todo el predio al referido doctor.
Se presentó un Recurso de Amparo que fue desfavorable para los intereses de
su cliente, así como un juicio contencioso administrativo que fue declarado
inadmisible por la Sala correspondiente de la Corte Suprema de Justicia.
RESULTA (III): Al escrito de demanda la parte demandante acompañó
varios documentos, entre los que se destaca: 1- La declaratoria de herederos
de la causante María Mercedes Zúñiga, 2- Los testimonios de escritura pública
de compraventa de un inmueble situado en Santo Tomás, otorgado el nueve de
mayo de mil novecientos ochenta y tres, en donde consta que el señor Luis
Salvador Peña vendió dicha propiedad al señor Francisco Portillo y otra
compraventa sobre el mismo inmueble, otorgada el catorce de octubre de mil
novecientos ochenta y cinco, siendo vendedor el señor Peña y la compradora
doña María Mercedes Zúñiga, inscrita al número cuarenta y cinco del libro
tres mil ciento cincuenta y cinco del Registro de la Propiedad, Raíz e Hipoteca
de la Primera Sección del Centro de la República de El Salvador; 3-
Testimonio de ratificación de la compraventa primeramente mencionada en el
numeral anterior; 4- Certificación de la sentencia de las catorce horas veinte
minutos del seis de febrero de mil novecientos noventa, en donde la Cámara
Segunda de lo Civil de la Primera Sección del Centro revocó la sentencia del
Tribunal de Primera Instancia y declaró inepta la acción instaurada por el
doctor Luis Salvador Peña contra la señora Zúñiga; 5- Certificación de la
sentencia de las once horas cincuenta minutos del doce de abril de mil

122
novecientos noventa y cuatro, en donde la Cámara ya mencionada declaró
inepta la demanda interpuesta contra la señora Zúñiga para que se declarara
nula la inscripción registral a su favor; 6- Certificación de la sentencia de las
quince horas del veintidós de agosto de mil novecientos noventa y seis de la
Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, por medio de
la cual se casó la sentencia anterior y se ordenó a la Cámara de poner una
diligencia; 7- Certificación de la sentencia de las diez horas del dieciocho de
abril de mil novecientos noventa y siete por medio de la cual la Cámara
Primera de lo Civil ya citada, que rola a Folios 68 y siguientes, y fue
presentada incompleta; 8- Certificación de la resolución de las once horas
nueve minutos del cinco de junio de mil novecientos noventa y siete de la Sala
de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, declarando
inadmisible el Recurso de Casación interpuesto por el doctor Julio César Oliva
en su carácter de Apoderado Judicial de María Mercedes Zúñiga; 9-
Certificación de la sentencia de las diez horas del doce de noviembre de mil
novecientos noventa y nueve pronunciada por la Cámara Tercera de lo Civil
de la Primera Sección del Centro de El Salvador, confirmando la sentencia
definitiva pronunciada por el Juez de lo Civil de San Marcos a las quince
horas del cuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve, en donde se
declaraba sin lugar las pretensiones de ambas partes (Folio 107 vuelto); 10-
Certificación de la sentencia de las quince horas del veintiséis de enero del dos
mil uno de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia declarando
inadmisible el Recurso de Casación interpuesto por el Apoderado Especial del
doctor Luis Salvador Peña, impugnando la sentencia pronunciada en apelación
por la Cámara Tercera de lo Civil en el juicio de restitución de inmueble
promovido por el referido doctor Peña contra la señora Zúñiga; 11-
Certificación de la sentencia de las diez horas veinticinco minutos del
veinticuatro de mayo de dos mil seis de la Sala de lo Constitucional de la
Corte Suprema de Justicia, que en adelante llamaremos La Sala, sobreseyendo
en el proceso de amparo interpuesto por el doctor Julio César Oliva
representando a los herederos de la señora Zúñiga, contra la sentencia del Juez
de Primera Instancia de San Pedro Masahuat, que condenó a los representados
por el doctor Oliva a restituir la posesión del bien en litigio al señor Luis
Salvador Peña; 12- Certificación de la sentencia de la Sala de lo Contencioso
Administrativo de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador de las ocho
horas diecisiete minutos del treinta y uno de marzo de dos mil seis, declarando
inadmisible la demanda interpuesta por los impetrantes contra el Centro
Nacional de Registro; 13- Certificación de la sentencia del Juzgado de Primera
Instancia de San Pedro Masahuat, de ocho de noviembre de dos mil cuatro,
por medio de la cual se condenó a Mercedes Santos Calderón Castro y Marina

123
Martínez a restituir al doctor Luis Salvador Peña, la posesión del inmueble
antes referido. RESULTA (IV): Por auto de las dos de la tarde del treinta de
noviembre de dos mil seis, esta Corte admitió la demanda y emplazó al Estado
de El Salvador a través del Fiscal General de la República, para que rindiera
un informe detallado sobre los extremos de la demanda, todo de acuerdo al
Artículo sesenta y dos de la Ordenanza de Procedimientos. La demanda fue
contestada negativamente por los Apoderados Manuel Francisco Pérez Rivas
y Juan Gilberto Cardona Jiménez, en un escrito de fecha veintidós de enero
del dos mil siete, en donde señala que existe un contra sentido de parte del
demandante cuando alega irrespeto a los fallos judiciales y agrega
certificaciones de sentencias pronunciadas por todas las instancias judiciales,
por lo cual la demanda se vuelve improponible, pidiendo además que se tenga
por opuesta y alegada la excepción perentoria de ineptitud de la demanda. El
seis de febrero de dos mil siete el doctor Julio César Oliva presentó un escrito
pidiendo se le tuviera por parte como Apoderado de los señores Calderón
Castro. Por auto de las once horas del dieciocho de junio de dos mil siete, esta
Corte resolvió tener por parte a los abogados Pérez Rivas y Cardona Jiménez,
como Apoderados Judiciales del Estado de El Salvador y al doctor Julio César
Oliva como Apoderado de los demandantes, se tomó nota del lugar señalado
por las partes para oír notificaciones, se les previno para que identifiquen
quién llevará la vocería única en el juicio, se mandó a oír a la parte contraria
sobre las excepciones solicitadas por el demandado y se resolvió que sobre la
apertura a pruebas oportunamente se proveerá. Los abogados que representan
a los demandantes contestaron la audiencia que se les confirió por medio de
un escrito de fecha veintiocho de junio de dos mil siete, agregado a Folios
ciento setenta y ocho y siguientes, pidiendo que se desestimen las excepciones
opuestas por el demandado. La Corte emitió un Auto con fecha veintitrés de
octubre de dos mil siete declarando, entre otras cosas, abierto a prueba el
Expediente por veinte días contados a partir de la última notificación, con el
voto disidente del Magistrado Carlos Guerra Gallardo, quien opinó que en el
caso del Artículo 22 literal f) del Convenio de Estatuto de La Corte, la
competencia para conocer de incumplimiento de un fallo judicial debe
circunscribirse a controversias surgidas en la interpretación y aplicación del
Derecho Comunitario, lo que a su juicio no se da en este proceso.
Posteriormente, se fijó día y hora para la Audiencia Pública, la cual se instaló
y fue clausurada por la inasistencia de las partes. La Corte emitió un auto con
fecha dieciséis de julio del año dos mil ocho declarando entre otras cosas, que
como se comprueba por la parte demandante con los documentos
acompañados habiendo fallecido su representante judicial el Doctor Julio
César Oliva se tuvo por apoderado general judicial al Señor Carlos Roberto

124
Valencia Funes de generales en auto, dándosele la intervención de ley que en
derecho corresponde con lo cual el juicio quedó listo para sentencia.
CONSIDERANDO I: Como primera providencia resolveremos sobre las
excepciones alegadas y opuestas por la parte demandada y si ese fuere el caso,
entrar posteriormente al conocimiento de los hechos alegados contenidos en la
demanda sobre el fondo del asunto. En el escrito de contestación de la
demanda los abogados que representan judicialmente al Estado de El
Salvador, alegaron que al no aclararse quién irrespeta los fallos la demanda se
vuelve improponible y opusieron la excepción de ineptitud de la demanda en
los términos siguientes: “ … la jurisprudencia ha señalado como uno de los
varios casos de ineptitud, aquella situación procesal caracterizada
fundamentalmente por la no existencia del proceso de una adecuada o idónea
forma de la relación procesal, que imposibilita, generalmente, entrar al
conocimiento del fondo de la cuestión debatida …”. En consecuencia, ésta
Corte considera necesario empezar por hacer unas breves referencias sobre la
figura de la demanda improponible. De acuerdo a la Real Academia de la
Lengua, “Proponer es: … Exponer algo, requerir el concurso o aceptación
del destinatario o interlocutor.” Luego entonces, al agregarle el prefijo “in”
se resalta el sentido negativo o privativo del concepto. Tenemos entonces, que
la improponibilidad, llamada también “el rechazo de la demanda sin trámite
completo,” consiste en un medio anormal de finalizar el proceso por graves
defectos en la invocación de la pretensión realizada ante el órgano
jurisdiccional, entendiendo esto como aquellos casos en que los hechos en que
se funda la pretensión constitutiva de la causa, no son los idóneos para obtener
una favorable decisión de mérito. El destacado jurista Mauricio Velasco
Zelaya, en su libro “Reflexiones Procesales”, define la improponiblidad de la
demanda como aquellas pretensiones manifiestamente groseras o toscas,
imposible de materializarse, y pone como ejemplo, la pretensión de
reinvindicar la mitad de la luna o pretender indemnización de daños y
perjuicios contra el Estado porque no llovió en determinados meses. Sin
embargo, de acuerdo a la doctrina es importante aclarar que dentro de la
improponibilidad quedan incorporadas las diferentes figuras que actualmente
se conocen como inadmisibilidad, improcedencia e ineptitud, puesto que las
tres, en puridad, constituyen un rechazo de la demanda. Podemos decir con
toda propiedad que la improponibilidad es el género y las otras son las
especies y habiéndose opuesto la excepción de ineptitud consistente en la falta
de existencia de una adecuada forma de relación procesal, tal como quedó
dicho en el considerando anterior, deberemos concentrarnos sobre esta
cuestión. CONSIDERANDO II: De acuerdo al autor citado anteriormente, la
ineptitud de la demanda opera en los casos siguientes: a) Falta de legítimo

125
contradictor; b) Falta de Interés del actor en la causa; y, c) Error en la acción,
es decir, que la vía utilizada para el ejercicio de la pretensión no es la legal.
Este último supuesto equivale a determinar si la relación procesal existente es
la adecuada. En opinión de esta Corte la relación procesal es correcta, ya que
entre la pretensión contenida en la demanda y la cuestión de fondo,
consistente en determinar si ha habido o no irrespeto a los fallos judiciales de
parte del Estado de El Salvador, chocan dos puntos de vista opuestos, ya que
es obvio que a juicio del impetrante dicho irrespeto existe, pero en opinión del
demandado los fallos judiciales fueron cumplidos, creándose así la
controversia jurídica que deberá ser dilucidada oportunamente por esta Corte.
Si a ello agregamos que de acuerdo al artículo 22 literal f de nuestro Convenio
de Estatuto que dice: “La Competencia de la Corte será…f) Conocer y
resolver a solicitud del agraviado de conflictos que puedan surgir entre los
Poderes u Organismos fundamentales de los Estados, y cuando de hecho no
se respeten los fallos judiciales.” Por lo tanto, este Tribunal debe desestimar
la excepción planteada y entrar a conocer el fondo del asunto.
CONSIDERANDO III: Para empezar, esta Corte no puede entrar a conocer
la procedencia o improcedencia o a quien corresponde el derecho de dominio
y propiedad sobre el inmueble disputado por los herederos de la señora María
Mercedes Zúñiga y el doctor Luis Salvador Peña, ya que eso es materia propia
del Derecho Interno y corresponde a los Tribunales salvadoreños resolver
sobre asuntos de la competencia y jurisdicción interna. Igual cosa sucede con
los juicios de jactancia y el contencioso administrativo de nulidad de
inscripciones registrales, en donde el irrespeto más bien favorecería a los
herederos de la señora Zúñiga. Sin embargo, tenemos competencia y
jurisdicción para determinar si en este caso ha habido irrespeto a algún fallo
judicial, pero tropezamos con el inconveniente que los fallos son varios y el
demandante no especificó cuál de ellos es el que supuestamente se irrespetó ni
tampoco menciona al Tribunal infractor. Ante esta situación y tomando en
cuenta que se trata de sentencias contradictorias, pronunciadas en diferentes
instancias, esta Corte se ve en la necesidad de limitarse a analizar los fallos
que tienen la fecha más reciente. Así tenemos que a Folio ciento treinta y siete
se encuentra agregada la sentencia del Juzgado de Primera Instancia de San
Pedro Masahuat dictada a las ocho horas treinta minutos del ocho de
noviembre del dos mil cuatro, en el juicio sumario posesorio contra Luis
Salvador Peña, en donde el juez falló de la manera siguiente: “A) Decláranse
sin lugar las excepciones de cosa juzgada e ineptitud de la demanda
relacionadas con el anterior considerando; B) Condénase a las demandadas
MERCEDES SANTOS CALDERON CASTRO Y MARISOL MARTÍNEZ a
restituir al doctor LUIS SALVADOR PEÑA la posesión del apartamento a que

126
se refiere la contrademanda de fecha quince de abril del presente año (fs
115/116), y al pago de los daños y perjuicio ocasionados por el despojo, más
las costas procesales; c) Absuélvese al doctor Luis Salvador Peña por la
demanda de despojo promovida contra él por los señores Calderón Castro, a
quienes se deja a salvo su acción para discutir el derecho de dominio que
disputan a su contraparte (art. 787 Pr) HÁGASE SABER.” Dicho fallo fue
conocido por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de
El Salvador, en Amparo promovido por el abogado Julio César Oliva,
Apoderado de los impetrantes, según consta en la Certificación que rola a
Folios ciento trece y siguientes. El citado Tribunal resolvió a las diez horas y
veinticinco minutos del veinticuatro de mayo de dos mil seis, sobreseyendo a
favor del beneficiado Luis Salvador Peña. De la sola lectura de la sentencia
últimamente mencionada se deduce que el fallo fue favorable a los intereses
del referido doctor Peña y que no ha existido el irrespeto alegado por los
demandantes. POR TANTO: La Corte Centroamericana de Justicia, en
nombre de Centroamérica, de conformidad con lo expuesto y con los artículos
10, 12 inciso 4) y 35 del Protocolo de Tegucigalpa; 1, 2, 3, 22 literal f), 35 y
37 del Convenio de Estatuto de esta Corte; 3, 4, 5 numeral 4), 16 y 22 de la
Ordenanza de Procedimientos; por mayoría de votos RESUELVE: a) No ha
lugar a las excepciones de improponibilidad e ineptitud de la demanda
alegadas y opuestas por la parte demandada; b) No ha lugar a las pretensiones
del demandante, por considerar que no ha existido irrespeto a fallos judiciales
en este caso; c) Absuélvase de responsabilidad al Estado de El Salvador; y d)
Notifíquese. VOTO DISIDENTE DEL MAGISTRADO DR. CARLOS
GUERRA GALLARDO.- En el caso de los Señores Mercedes Santos, María
Candelaria Joaquín Mauro y Manuel Antonio todos de Apellidos Calderón
Castro, en contra del Estado de El Salvador por irrespeto de Fallo Judicial, y
con el ánimo de contribuir a la clarificación de las competencias de la Corte
Centroamericana de Justicia, y que muy a pesar de que se han discutido en
diversas ocasiones, y que he esperado una posición definitoria al respecto y en
lo que concierne específicamente al Artículo 22 acápite f. La Jurisdicción de
la Corte es obligatoria y exclusiva para conocer y resolver de controversias
surgidas en interpretación y aplicación del Derecho Comunitario; es decir EL
CUMPLIMIENTO Y EJECUCION DE SENTENCIAS O DE FALLOS
NACIONALES NO DEBE SER CONSIDERADA COMO UNA
DELEGACION DE COMPETENCIA A FAVOR DE LA CORTE
CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, POR TANTO SOLAMENTE
SERIA APLICABLE EL ARTICULO 22 EN SU LITERAL F, CUANDO EL
IRRESPETO A LOS FALLOS JUDICIALES AFECTEN LOS INTERESES
DE ALGUN ESTADO MIEMBRO DEL SISTEMA O LOS DE LA

127
COMUNIDAD CENTROAMERICANA, POR TANTO ME RESULTA
ILOGICO QUE ANTE LA CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA
VAYA A VENTILARSE LA FALTA DE CUMPLIMIENTO O DE
EJECUCIÓN BASADO EN AUTORIDAD DE COSA JUZGADA POR EL
DERECHO INTERNO DE UN ESTADO MIEMBRO DEL SISTEMA DE
INTEGRACION CENTROAMERICANA Y QUE SEA ESTA CORTE LA
QUE VENGA A LLENAR OMISIONES EN UN JUICIO DE EJECUCION
DE SENTENCIA CON LA LEGISLACION INTERNA DE UN ESTADO
MIEMBRO CUANDO NO ESTE DE POR MEDIO O NO HAYA SIDO EL
RESULTADO DE UNA CONTROVERSIA REFERIDA A NORMAS
COMUNITARIAS. El hecho de la existencia de una cooperación horizontal
recíproca y participativa entre los órganos jurisdiccionales nacionales y el
Tribunal Comunitario no significa que la inejecución de un Fallo local se
vuelve un ilícito comunitario, salvo como ya lo he mencionado que se afecten
los intereses de algún Estado Miembro del Sistema o bien de la Comunidad
Centroamericana, es decir se ha confundido el Principio Comunitario de la
complementariedad, el cual se entiende, a pesar de que la Corte no ha dicho
nada al respecto en ninguna de sus Sentencias para verlo como una estrecha
colaboración entre el Derecho Nacional y el Comunitario, actuando el primero
como complemento del segundo sin que ello signifique un reemplazo de la
jurisdicción nacional por la comunitaria o viceversa y es totalmente diferente
el que las autoridades nacionales procedan al cumplimiento no sólo de las
Normas del Derecho Comunitario, sino también a los Fallos de la Corte
Centroamericana de Justicia con arreglo a las disposiciones de su Derecho
Nacional y otra QUE EL INCUMPLIMIENTO DEL FALLO LOCAL SE
TRANSFORMEN EN EFICACES GRACIAS A LA INTERMEDIACION
DEL TRIBUNAL COMUNITARIO. Por tanto se desprende que el Literal f,
del artículo 22 del Convenio de Estatuto, es únicamente cuando no se respetan
los Fallos Judiciales de índole Comunitario y que no tenemos competencia ni
jurisdicción para conocer de asuntos propios del Derecho interno de cada
Estado, en cuanto no afecte la norma Comunitaria.- Por tanto, debemos de
asumir la interpretación en su dimensión correcta del arto. 22 f) del Convenio
de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, de conformidad al arto.
12 del Protocolo de Tegucigalpa.- En el presente caso, es evidente que
estamos ante una Resolución que no tiene nada que ver con la ejecución y
práctica del Derecho Comunitario, todo de conformidad a lo antes expuesto.-
Así expreso mi disenso a esta Resolución del Tribunal Centroamericano
reiterando mi voto disidente, tal y como lo consigné en la Resolución emitida
por La Corte el día veintitrés de octubre del año dos mil siete.-

128
Jurisprudencia
Se definió la improponibilidad de la Demanda como un medio anormal de finalizar
un proceso por graves defectos en la invocación de la pretensión realizada ante el
órgano jurisdiccional, entendiendo esto como aquellos casos en que los hechos en
que se funda la pretensión constitutiva de la causa, no son los idóneos, y se dijo
que incorpora las figuras de inadmisibilidad, improcedencia e ineptitud. La
improponibilidad es el género y las otras son las especies. Se desestimó la
excepción porque no se dan los tres supuestos.

La parte demandante no mencionó cuál fallo se irrespetó ni cuál es el Tribunal


infractor y ante varios fallos contradictorios, La Corte encontró que el último fallo
fue favorable a la contraparte de los demandados, por lo que se sentenció que no
hubo ningún irrespeto a fallo judicial.

13. Caso de Recurso de Interpretación del Laudo Arbitral del Emperador de


Austria del 1ro de diciembre de 1881 entre Nicaragua y Gran Bretaña respecto a
la reserva de La Moskitia.

Aprobado por Corte Plena del 1ro de diciembre de 2008. (Acta 390).

Síntesis del caso


El Señor Otis Lam Hoppington, Anciano Mayor de La Mosquitia, pidió a la Corte
Centroamericana de Justicia que interpretara el Laudo en mención y que se pidiera
a la Corte Internacional de Justicia de La Haya no fallar en el litigio Colombia –
Nicaragua, en tanto que la Corte Centroamericana de Justicia no se pronuncie
sobre dicho Laudo.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, las cuatro y veinte minutos de la tarde del día primero de diciembre
del año dos mil ocho. Visto el recurso de Interpretación del Laudo Arbitral del
Emperador de Austria de mil ochocientos ochenta y uno, en la cuestión entre
Nicaragua y la Gran Bretaña, con respecto a la reserva de la Moskitia, interpuesta
por el Señor Otis Lam Hoppington, en su calidad de Anciano Mayor del Consejo de
Ancianos, en contra del Estado de Nicaragua, relativo a que: a) La Corte interprete
la validez de dicho Laudo Arbitral; b) Que La Corte “ RUEGUE A LA CORTE
INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA NO FALLAR EN EL LITIGIO
ENTRE LOS ESTADOS DE COLOMBIA Y NICARAGUA POR EL CONTROL
DE LA PLATAFORMA CONTINENTAL QUE INVOLUCRA LA
JURISDICCIÓN TERRITORIAL Y EL CONTROL DE LOS RECURSOS

129
NATURALES DE LA MOSKITIA”, hasta que La Corte no se pronuncie en la
interpretación de la validez del Laudo Arbitral del Emperador de Austria de mil
ochocientos ochenta y uno; y, c) Que La Corte dicte una medida cautelar de
protección:“A LOS RECURSOS NATURALES, BIODIVERSIDAD Y LAS
CULTURAS AUTOCTONAS DE LA NACION COMUNITARIA MOSKITIA…”
CONSIDERANDO l: Que La Corte es el Órgano Judicial Principal y Permanente
del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que garantizará el respeto
del derecho, en la interpretación y ejecución del “ Protocolo de Tegucigalpa” y sus
instrumentos complementarios o actos derivados del mismo. CONSIDERANDO
II: Que de acuerdo con el Artículo 30 del Convenio de Estatuto de este tribunal, La
Corte tiene facultad para determinar su competencia en cada caso concreto, y en
consecuencia sobre lo pedido por la parte recurrente en el literal a) supra, La Corte
estima que no es competente para interpretar la validez del Laudo Arbitral del
Emperador de Austria de mil ochocientos ochenta y uno (1881), por no tratarse de
una materia sometida a su jurisdicción de conformidad con los Artículos 12 y 35 del
Protocolo de Tegucigalpa y Artículo 22 del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia. CONSIDERANDO III: Que sobre la petición de la
parte recurrente contenida en el literal b) supra, La Corte no conoce actualmente de
ningún caso sobre el cual el posterior conocimiento de otro tribunal sobre el mismo,
pudiera tener consecuencias jurídicas contradictorias, ni tiene La Corte la facultad
para solicitar a otro tribunal internacional que no falle un litigio del cual esté
conociendo. CONSIDERANDO IV: Que en cuanto a la petición de la parte
recurrente en el literal c) supra, La Corte, no tiene competencia, en el presente caso,
para dictar las medidas cautelares solicitadas, por las mismas razones expuestas en
el Considerando II. POR TANTO: De conformidad con lo antes expuesto, POR
UNANIMIDAD RESUELVE I: Declárese inadmisible el recurso de interpretación
presentado. II: Declárese improcedente la petición contenida en el literal b) supra.
III: Declárense sin lugar las medidas cautelares solicitadas. Notifíquese. (f) F. Darío
Lobo L. (f) Carlos A. Guerra G.. (f) R. Acevedo P (f) J R Hernández A (f) Alejandro
Gómez V (f) Silvia Rosales B (f) OGM ”

Jurisprudencia
La Corte Centroamericana de Justicia estimó que no era competente para
interpretar el Laudo mencionado ni tiene facultades para solicitar a otro Tribunal
Internacional que no falle un litigio del cual esté conociendo, por lo que declaró
inadmisible el recurso.

14. Caso de Recurso de Interpretación de la Convención de La Mosquitia del 20


de noviembre de 1894.

Aprobado por Corte Plena del 1ro de diciembre de 2008. (Acta 390).

130
Síntesis del caso
El señor Gamilias Henríquez Ramsi, Presidente del Consejo de Ancianos de La
Mosquitia pidió se interpretara la Convención ad supra.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, las cuatro y treinta minutos de la tarde del día primero de diciembre
del año dos mil ocho. Visto el recurso de Interpretación de la Convención de la
Moskitia del veinte de noviembre del año de mil ochocientos noventa y cuatro y los
documentos acompañados al mismo, interpuesta por el Señor Gamilias Henriquez
Ramsi en su calidad de Presidente del Consejo de Ancianos, en contra del Estado de
Nicaragua, relativo a que: a) La Corte interprete la validez de la Convención de la
Moskitia; y b) La Corte dicte medidas cautelares de protección: “ A LOS
RECURSOS NATURALES, BIODIVERSIDAD Y LAS CULTURAS
AUTOCTONAS DE LA NACION COMUNITARIA MOSKITIA…”
CONSIDERANDO I: Que La Corte es el Órgano Judicial Principal y Permanente
del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que garantizará el respeto
del derecho, en la interpretación y ejecución del “Protocolo de Tegucigalpa” y sus
instrumentos complementarios o actos derivados del mismo. CONSIDERANDO
II: Que la Corte Centroamericana de Justicia considera que según el artículo 22 del
Convenio de Estatuto, no tiene competencia para interpretar: “ … LA VALIDEZ DE
LA CONVENCION DE LA MOSKITIA DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 1894…”.
CONSIDERANDO III: Que de acuerdo al Artículo 30 del Convenio de Estatuto La
Corte tiene facultad para determinar su competencia en cada caso concreto, y en
consecuencia no tiene competencia, en el presente caso, para dictar las medidas
cautelares solicitadas por el recurrente, por las mismas razones expresadas en el
CONSIDERANDO II. POR TANTO: De conformidad con lo antes expuesto, POR
UNANIMIDAD RESUELVE I: Declárese inadmisible el recurso de interpretación
presentado. II: Decláranse sin lugar las medidas cautelares solicitadas. Notifíquese.
(f) F. Darío Lobo L. (f) Carlos A. Guerra G.. (f) R. Acevedo P (f) Silvia Rosales B
(f) J R Hernández A (f) Alejandro Gómez V (f) OGM ”

Jurisprudencia
La Corte Centroamericana de Justicia declaró no tener competencia para conocer
de este caso, de conformidad al Artículo 22 del Convenio de Estatuto.

15. Caso de Opinión Consultiva del Comité Consultivo-SICA acerca de si dicho


Comité es el Órgano de participación de la Sociedad Civil en el SICA y si
representan a todos los sectores políticos, económicos, sociales, etc.; cuál es su
jerarquía en relación a los Comités Sectoriales contemplados en el Protocolo de
Guatemala y cómo debe ser la relación institucional entre CC-SICA (Comité

131
Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana), CCIE (Comité
Consultivo de Integración Económica) y CCIS ( Comité Consultivo de Integración
Social).

Aprobado por Corte Plena del 16 de diciembre de 2008. (Acta 391).

Síntesis del caso


El Señor Presidente del Comité Consultivo-SICA (CC-SICA), Licenciado Carlos
Eduardo Molina Pinell, solicitó la Opinión Consultiva de esta Corte acerca de que si
existía una relación jerárquica entre dicho Comité y los demás Comités Sectoriales
y además si alguno de ellos tiene exclusividad para velar por los intereses de la
Sociedad Civil frente a nuevos acuerdos de la Región con otros Estados o grupos de
Estados, Organizaciones y Organismos Internacionales.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, Managua, Nicaragua,
Centroamérica, las seis de la tarde del día dieciséis de diciembre de
dos mil ocho. Habiendo habilitado el Tribunal este día para conocer y
resolver la Solicitud de Opinión Consultiva del Comité Consultivo del
Sistema de la Integración Centroamericana y siendo que: El Señor
Presidente del Directorio del Comité Consultivo del Sistema de la
Integración Centroamericana (CC-SICA), Licenciado Carlos Eduardo
Molina Minero, fundamentado en los Artículos 12 y 35 del Protocolo
de Tegucigalpa y el Artículo 22, inciso e) del Convenio de Estatuto de
La Corte, presentó con fecha diecisiete de noviembre de dos mil ocho,
una solicitud de Opinión Consultiva a esta Corte sobre las
cuestiones jurídicas, siguientes: 1. De acuerdo al Protocolo de
Tegucigalpa y otros instrumentos jurídicos regionales: ¿Es el CCSICA
el órgano de participación de la sociedad civil institucionalizada en el
Sistema de la Integración Centroamericana? 2. ¿Es el CCSICA el
representante legítimo de los intereses de la sociedad civil
institucionalizada en el Sistema? 3. ¿Es el CCSICA representativo de
todos los sectores políticos, económicos, sociales, educativo-
culturales, ambientales y fuerzas vivas de la región y, por
consiguiente su función consultiva se extiende a todas las
dimensiones del Desarrollo Sostenible, sin que pueda excluirse de su
consideración determinados temas sectoriales, incluidos los
económicos? 4. ¿Cuál es la jerarquía entre el CCSICA y los Comités
Sectoriales contemplados en el Protocolo de Guatemala (CCIE,
Artículo 37) y el Tratado de Integración Social (CCIS, Artículo 9
Inciso 4), dentro del marco del Sistema de la Integración
Centroamericana? 5. A la luz de los instrumentos jurídicos
132
regionales, ¿cómo debería ser la relación institucional entre el
CCSICA, el CCIE y el CCIS? 6. ¿Sobre la base de los puntos
anteriores: ¿Es el CCSICA el órgano de la Sociedad Civil
institucionalizada que debe velar por el seguimiento de los futuros
acuerdos entre Centroamérica y la Unión Europea, en sus pilares
Político, Comercial y Cooperación, dentro del marco institucional del
Acuerdo de Asociación? CONSIDERANDO I: Que el Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) crea la estructura institucional del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). CONSIDERANDO
II: Que el Artículo 12 de dicho Protocolo establece como parte de los
órganos del SICA el Comité Consultivo. CONSIDERANDO III: Que de
conformidad con el Artículo antes citado la Corte Centroamericana
de Justicia garantizará el respeto del derecho, en la interpretación y
ejecución del referido Protocolo de Tegucigalpa y sus instrumentos
complementarios o actos derivados del mismo. CONSIDERANDO IV:
Que el Artículo 22, inciso e) del Convenio de Estatuto de La Corte
dispone que este tribunal podrá actuar como órgano de consulta de
los órganos u organismos del SICA, siendo el Comité Consultivo uno
de ellos. CONSIDERANDO V: Que de acuerdo al Artículo 24 del
Convenio de Estatuto las consultas evacuadas por La Corte con
arreglo a su Estatuto, ordenanzas y reglamentos, relativas al Sistema
de la Integración Centroamericana, serán obligatorias para los
Estados que la integran. CONSIDERANDO VI: Que a diferencia del
anterior esquema de integración económica regional, el Protocolo de
Tegucigalpa claramente reconoció que los países miembros del SICA
son una comunidad económico-política y entre sus propósitos
reafirmó en el Artículo 3 la consolidación de la democracia, la cual
solamente puede entenderse con la activa participación de la
ciudadanía en la plenitud del goce de los derechos fundamentales de
la persona humana; el establecimiento de un régimen amplio de
libertad que haga posible el desarrollo pleno y armonioso del
individuo y de la sociedad en su conjunto; el logro de un sistema
nacional de bienestar y justicia económica y social para los pueblos
centroamericanos; y la promoción del desarrollo sostenido
económico, social, cultural y político de los Estados Miembros y de la
región en su conjunto. CONSIDERANDO VII: Que para la realización
de los propósitos antes citados el Artículo 4 manda que los Estados
Miembros procedan de acuerdo a una serie de principios
fundamentales, entre los cuales destacan a los efectos de ésta
Opinión Consultiva, la globalidad del proceso de integración y la
participación democrática en el mismo de todos los sectores sociales.

133
Es decir que, por una parte, contrario a un proceso exclusivamente
comercial o económico, el actual proceso de integración
centroamericana es de naturaleza global porque su construcción
comprende los distintos campos de la actividad humana en la
sociedad regional, en especial, además del campo económico, los
campos político, social, cultural, medio ambiental y de seguridad
democrática. Y por otra parte, que dicho proceso es de naturaleza
participativa porque de el no se excluye ningún sector de nuestra
sociedad centroamericana. Como consecuencia lógica de su carácter
incluyente, el actual proceso de integración regional, además de que
debe propiciar una participación de todos los sectores sociales, debe
escuchar las opiniones de estos y balancear sus intereses en función
del bien común regional, es decir, del interés general de la sociedad
centroamericana en su conjunto. La globalidad y la participación
dentro del proceso de integración imponen además obligaciones para
los ciudadanos centroamericanos. La obligación de participar, la
obligación de asumir responsabilidades en relación con el respeto a
la naturaleza del proceso de integración regional y al alcance de sus
propósitos y fines. Los distintos sectores sociales tienen además, en
la perspectiva de la construcción de la integración plena de esa
comunidad económico-político que es Centroamérica, la obligación
de dialogar entre sí y con los Gobiernos, Órganos y Organismos de la
Región. Tienen también la obligación de buscar la conciliación de sus
intereses diversos, mediante un esfuerzo de concertación
permanente. Además por disposición expresa del mismo Protocolo de
Tegucigalpa deben asumir la obligación de asesorar a la Secretaría
General sobre la política y los programas de dicha institución
regional. POR TANTO: La Corte Centroamericana de Justicia, en nombre de
Centroamérica, en uso de sus atribuciones y en aplicación de los artículos 12 y 35
del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA); y 22, Inciso e) de su Convenio de Estatuto,
RESUELVE: I) Declarar admisible la solicitud de Opinión Consultiva
presentada por el representante legal del Comité Consultivo del
Sistema de Integración Centroamericana (CC-SICA); y II) Responder
de la manera siguiente las cuestiones jurídicas planteadas:
CUESTION PRIMERA: “1. De acuerdo al Protocolo de Tegucigalpa y
otros instrumentos jurídicos regionales: ¿Es el CCSICA el órgano de
participación de la sociedad civil institucionalizada en el Sistema de la
Integración Centroamericana?” El Comité Consultivo del Sistema de
la Integración Centroamericana (CC-SICA) es un órgano consultivo
de la estructura institucional del SICA, creado por los Estados
Miembros como el canal de participación de todos los sectores

134
económicos, sociales y culturales organizados de la región, sin
exclusión de ninguna clase, debiendo cumplir como único requisito
que estén comprometidos con el esfuerzo de integración ístmica.
Dada la naturaleza de la globalidad del actual proceso de
integración regional, los Estados miembros han querido asegurar
que dentro del Comité Consultivo exista la más amplia
representatividad de toda la sociedad civil organizada en el ámbito
regional, incluyendo, aunque no limitándose a los sectores
empresarial, laboral, académico y otras principales fuerzas vivas del
Istmo Centroamericano. Ello tiene por objeto que todos los sectores
organizados de la sociedad civil centroamericana participen
activamente en el esfuerzo por hacer realidad los propósitos,
principios y fines del Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos
complementarios y actos derivados del mismo, mediante su efectiva
observancia y ejecución, por lo que se concluye que el CC-SICA es el
órgano de participación dentro del SICA de la sociedad civil
centroamericana organizada. CUESTION SEGUNDA: “2. ¿Es el
CCSICA el representante legítimo de los intereses de la sociedad civil
institucionalizada en el Sistema? El término “ legítimo ” se puede
entender de dos distintas maneras. Si por legítimo se entiende
“conforme a las leyes”, el CC-SICA es el órgano legítimo para
representar los intereses de las organizaciones de la sociedad civil
centroamericana en los asuntos relativos al proceso de integración
regional ya que su creación está determinada por el principal
instrumento legal de la integración centroamericana, el Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA). Ahora bien, si por legítimo se entiende
“genuino y verdadero”, tales condiciones dependerán más de la
representatividad que se origina en la integración en el órgano
consultivo de un buen número de sectores de las organizaciones de
la sociedad civil centroamericana, y de que, el Comité Consultivo,
represente efectivamente las aspiraciones, intereses y haga una
contribución de la sociedad regional organizada al proceso de
integración centroamericana. Estas circunstancias, obviamente, más
que legales, dependen de la actividad del órgano consultivo, sobre las
cuales el CC-SICA ha venido hasta ahora trabajando con creciente
éxito. CUESTION TERCERA: “3. ¿Es el CCSICA representativo de
todos los sectores políticos, económicos, sociales, educativo-culturales,
ambientales y fuerzas vivas de la región y, por consiguiente su función
consultiva se extiende a todas las dimensiones del Desarrollo
Sostenible, sin que pueda excluirse de su consideración determinados
temas sectoriales, incluidos los económicos?” Siendo un órgano

135
consultivo de la estructura institucional del SICA, creado por los
Estados Miembros como el canal de participación de todos los
sectores económicos, sociales y culturales organizados de la región,
sin exclusión de ninguna clase, el CC-SICA tiene la capacidad de
representar a todas las organizaciones de la sociedad civil de
Centroamérica, en todos los campos o dimensiones del desarrollo
sostenible relacionados con el proceso de integración regional, sin
que deban excluirse de su consideración determinados temas,
incluidos los económicos. Sin embargo para contestar a fondo esta
cuestión aún hay que hacer dos consideraciones adicionales. La
primera en relación a la naturaleza autónoma del Comité Consultivo
creado por el Protocolo de Tegucigalpa. En efecto, respetando los
más acendrados principios democráticos, al crear el CC-SICA, los
Estados Miembros constituyeron un espacio autónomo para que la
sociedad civil organizada de Centroamérica se estructurara al
interior del Comité Consultivo. Esta visión democrática de la
sociedad civil desde la perspectiva de los Estados, reconoce que hay
un ámbito de acción propio de los Estados, de los órganos y
organismos del SICA y hay un ámbito de acción propio de los
individuos quienes se organizan de acuerdo a la identidad que
encuentran alrededor de ciertos intereses que les son propios. Dicho
de otra forma. El Protocolo de Tegucigalpa reconoce que hay un
campo de actividad de los Estados Miembros y otro en el cuál éstos
se inhiben para dejar que los ciudadanos se expresen con entera
libertad como corresponde en Sociedades democráticas. Ese es el
espacio autónomo de la sociedad organizada centroamericana, ya
que, a diferencia de otros esquemas de integración, los Estados
Miembros no intervienen en absoluto en determinar qué
organizaciones de la sociedad civil centroamericana deben o no
integrarse al Comité Consultivo, ni cómo deberá éste organizarse o
regular su funcionamiento, sino que por el contrario, el Protocolo de
Tegucigalpa consagra una total libertad para que cada asociación
civil regional tome la decisión que más le convenga de participar o no
en el Comité Consultivo, dejando además a éste con la facultad de
regular su forma de organización y de actuación, las cuales
únicamente se encuentran limitadas por el marco legal del Protocolo
de Tegucigalpa y sus instrumentos complementarios y actos
derivados del mismo. Siendo así la conceptualización institucional de
este órgano del Sistema de la Integración Centroamericana, la
representatividad del CC-SICA, en cuanto éste se encuentre
integrado por un mayor o menor número de organizaciones de la
sociedad civil centroamericana, no depende de los gobiernos y en

136
una limitada medida del propio Comité Consultivo, sino que depende
más bien de la responsabilidad y del interés propios de las múltiples
organizaciones existentes en la región. La segunda consideración que
debe hacerse es precisamente que ninguna dimensión del desarrollo
sostenible relativa a la integración regional, debe excluirse de la
consideración del Comité Consultivo, ya que la misma es integral y
abarca al Sistema y a los Subsistemas económico, político, social,
cultural y ambiental, pero también la seguridad democrática,
conforme al Protocolo de Tegucigalpa que es el que le da vida al
Comité Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana,
porque la experiencia del proceso de integración iniciado en los años
sesenta probó que fue contraproducente para el avance de la
integración regional y negativo para el logro de sus objetivos, la
concepción de un proceso centrado únicamente en el campo
económico, especialmente en el comercial. La integración
fundamentada en el Tratado General de Integración Económica
Centroamericana, nos dejó entre sus principales lecciones, que una
vez completados los objetivos de la zona de libre comercio faltó el
impulso político y social para que Centroamérica evolucionara a
estadios superiores de integración de sus economías, así como para
desarrollar su sistema institucional hacia estructuras comunitarias
más autónomas y representativas de una nueva realidad regional y
un ordenamiento jurídico propio del proceso, pero a la vez imbricado
con los regímenes legales y órganos jurisdiccionales estatales
principalmente una Corte garante del respeto del derecho en la
interpretación y aplicación del Protocolo de Tegucigalpa y los
Instrumentos Complementarios y actos derivados del mismo, para
que impulse la construcción de una nueva región de derecho en
Centroamérica. Cuando los Presidentes de Centroamérica revisaron
la experiencia de los años sesenta y decidieron la creación del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) concibieron un
proceso global, es decir económico, político, social, cultural
ambiental y de seguridad democrática, porque conocían lo dañino
que fue para el logro de los objetivos de desarrollo económico y social
de los pueblos centroamericanos, el haber creado o permitido en el
pasado la existencia de compartimientos estancos de los distintos
sectores de la actividad regional, aislando lo económico de lo político,
de lo social, de lo cultural, de lo medio ambiental, de lo de seguridad.
Lo hicieron además conscientes de los orígenes de las guerras civiles
de los años ochenta y de los conflictos intrarregionales y que los
cambios en los sistemas políticos que impulsaron tanto las
Negociaciones de Paz de Contadora como las Reuniones de

137
Esquipulas I y II, a fines de los años ochenta, requerían que los
pueblos centroamericanos se sintieran dueños del nuevo proceso de
integración regional porque reconocerían que del mismo se
derivarían beneficios tangibles, no solamente para ciertos sectores,
sino para toda la sociedad centroamericana. De allí que la creación
del Comité Consultivo del SICA tiene el valor de la creación de un
foro autónomo de la sociedad civil centroamericana organizada, a
efecto de que en él se encuentre el espacio necesario para el diálogo
entre todos los sectores de esa sociedad, para la concertación de
intereses, para el análisis del proceso de integración, para la
formulación de propuestas y recomendaciones que enriquezcan y
fortalezcan el proceso de integración regional, para poder escuchar
de forma permanente la voz, las iniciativas y la asesoría de la
ciudadanía y por la vía de la participación lograr el apoyo necesario a
un proceso complejo que requiere del impulso de los ciudadanos
para poder alcanzar sus más altos propósitos. El Sistema de la
Integración Centroamericana tiene entonces como características la
de ser un proceso de integración incluyente, participativo y global y
por consiguiente no deben excluirse de la consideración del Comité
Consultivo del SICA determinados temas sectoriales de la integración
regional, incluidos los económicos. CUESTION CUARTA: “4. ¿Cuál
es la jerarquía entre el CCSICA y los Comités Sectoriales
contemplados en el Protocolo de Guatemala (CCIE, Artículo 37) y el
Tratado de Integración Social (CCIS, Artículo 9 Inciso 4), dentro del
marco del Sistema de la Integración Centroamericana?” En la
consulta de las diez horas del día veinticuatro del mes de mayo de
mil novecientos noventa y cinco, formulada por el Señor Secretario
General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), La
Corte estableció que: “El Protocolo de Tegucigalpa de 1991 es en la
actualidad, el tratado constitutivo marco de la integración
centroamericana, y por tanto el de mayor jerarquía y la base
fundamental de cualquier otra normativa centroamericana sean éstos,
Tratados, Convenios, Protocolos, Acuerdos u otros actos jurídicos
vinculatorios anteriores o posteriores a la entrada en vigencia del
Protocolo de Tegucigalpa.” El Artículo 3 inciso h) del Protocolo de
Tegucigalpa reafirma como uno de los propósitos de la integración de
Centroamérica “Promover, en forma armónica y equilibrada, el
desarrollo sostenido económico, social, cultural y político de los
Estados Miembros y de la región en su conjunto.” Es decir, un
desarrollo integral, en el cual el avance de uno de los sectores no se
vea afectado negativamente, disminuido o desacelerado por favorecer
a otro. Por otra parte, para responder esta Cuestión, es necesario

138
recordar que el Artículo 8 del mismo Protocolo de Tegucigalpa señala
que “los Órganos e Instituciones de integración,…gozarán de
autonomía funcional en el marco de una necesaria y coherente
coordinación intersectorial..…”, disposición que a su vez es recogida
en la parte considerativa del Protocolo de Guatemala al Tratado General de
Integración Económica Centroamericana, el cual además reconoce que dentro del
Sistema de la Integración Centroamericana como marco jurídico e institucional de la
integración global de Centroamérica, “la integración económica constituye un
subsistema”. Igualmente es necesario citar el Artículo 3 del Protocolo de
Guatemala , el cual preceptúa que: “El objetivo básico del Subsistema de
Integración Económica creado por este Instrumento complementario del Protocolo
de Tegucigalpa es alcanzar el desarrollo económico y social equitativo y sostenible
de los países centroamericanos, que se traduzca en el bienestar de sus pueblos y el
crecimiento de todos los países miembros, mediante un proceso que permita la
transformación y modernización de sus estructuras productivas, sociales y
tecnológicas, eleve la competitividad y logre una reinserción eficiente y dinámica de
Centroamérica en la economía internacional.” Para coadyuvar al logro del objetivo
del Subsistema de Integración Económica, el Protocolo de Guatemala, en el título
IV. Aspectos Institucionales, Capítulo I. Organización Institucional, deja establecido
que: “Art. 37: … 5. Forma parte también del Subsistema el Comité Consultivo de
Integración Económica (CCIE), de conformidad a lo dispuesto en el artículo 12 del
Protocolo de Tegucigalpa.” De este numeral del Protocolo de Guatemala se
entiende claramente que este Comité Consultivo Sectorial está funcionalmente
vinculado al Comité Consultivo del SICA, “de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa.” Y por lo tanto no es un órgano
desvinculado, ni ajeno a la actividad consultiva del CC-SICA, sino uno de carácter
especializado en los temas de la integración económica regional. Esa característica
está subrayada en el Artículo 49 que estatuye: “1. Los órganos e instituciones del
Subsistema de Integración Económica Centroamericana, serán asesorados por el
Comité Consultivo de la Integración Económica (CCIE) que es un Comité Sectorial
de Carácter exclusivamente consultivo. Dicho Comité se integrará con
representantes del sector privado organizado regionalmente y estará vinculado a la
SIECA y relacionado con el Comité Consultivo general previsto en el artículo 12 del
Protocolo de Tegucigalpa. 2. El Comité Consultivo, en todo caso, actuará a
instancia de los órganos o instituciones del Subsistema Económico para evacuar
consultas sobre determinados asuntos de integración económica, o por iniciativa
propia para emitir opinión ante éstos. 3. La organización y funcionamiento del
Comité Consultivo serán objeto de un Reglamento especial que aprobará el Consejo
de Ministros de Integración Económica a propuesta de aquél.” Por su parte, el
Tratado de la Integración Social o Tratado de San Salvador, suscrito en el Cerro
Verde, República de El Salvador, a los treinta días del mes de marzo de mil
novecientos noventa y cinco, también debe ser analizado en conjunto con las normas
del tratado constitutivo marco de la integración centroamericana, y

139
de mayor jerarquía, el Protocolo de Tegucigalpa, y con el arriba
referido Protocolo de Guatemala, ya que todos ellos forman parte de
un ordenamiento jurídico comunitario armónico y estos últimos son
parte del derecho complementario de la integración regional. Por su
lado, el Tratado de San Salvador, al igual que el Protocolo de
Guatemala también prescribe que se crea un Subsistema Social
dentro del Sistema de la Integración Centroamericana, por lo tanto,
dicho tratado también observa el Artículo 8 del Protocolo de
Tegucigalpa cuando manda que: “los Órganos e Instituciones de
integración,…gozarán de autonomía funcional en el marco de una
necesaria y coherente coordinación intersectorial..….”. Así el Artículo 3
del Tratado de Integración Social dispone que: “Este Instrumento, complementario y
derivado del Protocolo de Tegucigalpa, organiza, regula y estructura el Subsistema
Social, que comprende el área social del SICA.”. Y en su Artículo 4, señala que:
“El proceso de integración social se impulsará mediante la coordinación,
armonización y convergencia de las políticas sociales nacionales entre sí y con las
demás políticas del SICA.”. Debe entenderse entonces que es igualmente una parte
de un conjunto institucional armónico y de un mismo ordenamiento jurídico como lo
deja expuesto el Artículo 5 el cual expresa que: “El proceso de integración social se
construirá dentro del marco del ordenamiento jurídico e institucional del SICA,
acorde con las realidades, características y evolución propia de cada uno de los
países, respetando los valores y culturas de las diferentes etnias, así como de la
comunidad centroamericana en su conjunto.” Los objetivos mismos del proceso de
integración social no pueden ser perseguidos en oposición a los que busca el SICA
en su conjunto, sino que deben procurarse de manera integral, y de nuevo se señala
con claridad, de forma armónica y equilibrada. Veamos sino lo que deja consignado
el Artículo 7: “En observancia y cumplimiento de los objetivos que se han
establecido en el Protocolo de Tegucigalpa, los Estados Partes observarán además,
los que se detallan a continuación: a) Alcanzar el desarrollo de la población
centroamericana de manera integral y sostenible, en un marco de equidad,
subsidiariedad, corresponsabilidad y autogestión, a través del fomento de la
solidaridad entre sociedades, así como de la cooperación entre personas, familias,
comunidades y pueblos de la región. b) Lograr condiciones regionales de bienestar,
justicia social y económica para los pueblos, en un régimen amplio de libertad, que
asegure el desarrollo pleno de la persona y de la sociedad. c) Propiciar en forma
armónica y equilibrada el desarrollo social sostenible de los Estados Partes y de la
Región en su conjunto, sustentado en la superación de la pobreza, la participación
social y la protección del ambiente.”. En cuanto a la parte institucional, en el
Capítulo III de la Organización Institucional, Artículo 9, el Tratado de San Salvador
establece los órganos e instituciones del Subsistema de la Integración Social los
cuales entre otros comprende: “4. Comité Consultivo: El Comité Consultivo de
Integración Social (CCIS), estará conformado por los diversos sectores,
representativos de la región comprometidos con el esfuerzo de la integración social

140
centroamericana.”, cuyas funciones y relación institucional con respecto al Comité
Consultivo se señalan en el Artículo 16, que dice: “El Comité Consultivo de
Integración Social (CCIS), es un Comité Sectorial de carácter exclusivamente
consultivo, asesorará a la Secretaría de la Integración Social y estará relacionado
con el Comité Consultivo del SICA, en el contexto del artículo 12 del Protocolo de
Tegucigalpa.”. En conclusión, tanto el Comité Consultivo de la Integración
Económica (CCIE), como el Comité Consultivo de Integración Social (CCIS), no
son órganos desvinculados, ni ajenos a la actividad consultiva del CC-SICA. Es
decir que ambos comités sectoriales están funcionalmente vinculados a éste. Ambos
tienen un carácter especializado, uno en los temas de la integración económica y
otro en los temas de la integración social regional y más que una relación jerárquica
del CC-SICA sobre los comités sectoriales, lo que debe de existir es una relación de
estrecha colaboración, no solamente por razones de carácter legal e institucional
como se ha dejado extensamente señalado, sino por razones de la finalidad misma de
la existencia del CC-SICA, como el órgano consultivo general del Sistema, así como
por la naturaleza del propio proceso de integración centroamericana, el cual como
hemos apuntado repetidamente, a diferencia del anterior, es un proceso integral. De
ahí que dentro de su autonomía funcional y en el marco de una necesaria y coherente
coordinación intersectorial, tal como lo establece el Protocolo de Tegucigalpa, las
funciones de asesoría, consulta, recomendaciones, iniciativas o cualquier otra de los
comités sectoriales deberían ser discutidas y concertadas en el seno del Comité
Consultivo del Sistema de la Integración Centroamericana (CC-SICA) a fin de
cumplir con el propósito de utilizar el espacio común a los distintos sectores de las
organizaciones de la sociedad centroamericana para analizar, discutir, presentar y
concertar los distintos intereses en juego dentro del proceso de integración regional.
El carácter sectorial no puede entenderse en el sentido que un solo sector tenga la
responsabilidad y la autoridad exclusivas para sentar las posiciones de la sociedad
centroamericana en un área específica, ya que ello sería contrario al espíritu de
globalidad, participación y de la forma armónica y equilibrada del desarrollo
sostenido económico, social cultural y político de los Estados Miembros y de la
región en su conjunto que preconiza el Protocolo de Tegucigalpa y los mismos
instrumentos complementarios, Protocolo de Guatemala y Tratado de San Salvador.
CUESTION QUINTA: “5. A la luz de los instrumentos jurídicos
regionales, ¿cómo debería ser la relación institucional entre el CCSICA,
el CCIE y el CCIS?” La relación institucional entre el CC-SICA y el
CCIE y el CCIS está legalmente determinada por el Derecho
Comunitario Centroamericano vigente, particularmente por el
Protocolo de Tegucigalpa, el Protocolo de Guatemala y el Tratado de
San Salvador, así como por la doctrina de La Corte y los actos
derivados de los órganos, organismos e instituciones del SICA, todo
lo cual puede resumirse así: El Comité Consultivo del Sistema de la
Integración Centroamericana (CC-SICA) es un órgano consultivo de
la estructura institucional del SICA, creado por los Estados

141
Miembros como el canal de participación de todos los sectores
económicos, sociales y culturales organizados de la región, sin
exclusión de ninguna clase dentro del proceso de integración
centroamericana, cuya naturaleza es global, armónica y equilibrada.
La relación institucional entre el CC-SICA y el CCIE y el CCIS debe ser
la de una estrecha colaboración, que es la que hará posible que dentro de la
autonomía funcional de cada uno de dichos comités se produzca la necesaria y
coherente coordinación intersectorial de la forma como ha quedado señalada en la
respuesta a la Cuestión Cuarta de esta Opinión Consultiva. CUESTION SEXTA:
“ 6. ¿Sobre la base de los puntos anteriores: ¿Es el CCSICA el órgano
de la Sociedad Civil institucionalizada que debe velar por el
seguimiento de los futuros acuerdos entre Centroamérica y la Unión
Europea, en sus pilares Político, Comercial y Cooperación, dentro del
marco institucional del Acuerdo de Asociación?” El CC-SICA, dentro
del ámbito de su respectiva competencia y como uno de los órganos
del Sistema de la Integración Centroamericana fue creado por los
Estados Miembros como el canal de participación de todos los
sectores económicos, sociales y culturales organizados de la región,
sin exclusión de ninguna clase, y tiene la capacidad de representar a
todas las organizaciones de la sociedad civil de Centroamérica, en
todos los campos o dimensiones del desarrollo sostenible de la
región. En este sentido el CC-SICA tiene la potestad de velar por los
intereses de la sociedad civil centroamericana frente a nuevos
acuerdos de la región con otros Estados o grupos de Estados,
organizaciones u organismos internacionales, como en este caso
particular el Tratado de Asociación entre Centroamérica y la Unión
Europea. Hágase Saber. (f) F Darío Lobo L (f) R Acevedo P (f) J R Hernández
A (f) Carlos A. Guerra G. (f) Silvia Rosales B (f) OGM ”

Jurisprudencia
Se declaró que la consolidación de la democracia en el área Centroamericana sólo
es posible con la activa participación de la ciudadanía en el goce de los derechos
fundamentales de la persona humana; que el proceso de integración
centroamericano no es exclusivamente comercial y económico, sino que es global,
pues incluye los campos político, social, cultural, medio ambiental y de seguridad
democrática. La concepción de un proceso centrado únicamente en el campo
económico, especialmente en el comercial, es lo contraproducente para el avance
de la integración regional. Dicho proceso es de naturaleza participativa, puesto que
no excluye a ningún sector de la sociedad.

142
El CC-SICA tiene la más amplia representatividad de la Sociedad Civil Regional y es
el órgano de participación de dicha sociedad dentro del SICA, en un ámbito de
acción propio y autónomo, en el cual los Estados Miembros se inhiben de
participar.

El CCIE (Comité Consultivo de Integración Económica) está vinculado


funcionalmente al Comité Consultivo del SICA de conformidad a los Artículos 12 y
49 del Protocolo de Tegucigalpa y ambos tienen un carácter especializado, uno en
la parte económica de la integración y otro en la parte social, pero las funciones de
los Comités Sectoriales deberán ser discutidas y consultadas en el seno del CC-SICA.

16. Consulta del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) sobre la creación de


una instancia parlamentaria y de solución de controversias.

Aprobado por Corte Plena del 15 de junio de 2009. (Acta 419).

Síntesis del caso


Pregunta el Parlamento Centroamericano qué Órganos deben conformar la
instancia interparlamentaria del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea; si
pueden participar en dicha instancia los órganos nacionales; cuál es el órgano
jurisdiccional al que le corresponde conocer de las controversias en el marco del
Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA, Managua, Nicaragua,
Centroamérica, quince de junio de dos mil nueve, a las cuatro de la tarde. VISTA:
La Consulta presentada por el Parlamento Centroamericano sobre puntos
concernientes a la creación de una “instancia interparlamentaria y a la instancia de
solución de controversias”, que de acuerdo al derecho comunitario centroamericano
pueden crearse en futuros acuerdos que se celebren entre Estados Parte del Protocolo
de Tegucigalpa y otra región, Estado o Estados, esta Corte RESUELVE: Admitir
dicha solicitud, porque las cuestiones planteadas y las interpretaciones que solicita
son de su competencia en cuanto están referidas al cumplimiento de las obligaciones
de los Estados Parte en tratados fundamentales del Sistema de la Integración
Centroamericana. Téngase al Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez de
generales expresadas, como Apoderado General Judicial con Representación del
Parlamento Centroamericano (PARLACEN), tómese nota del lugar señalado para
oír notificaciones y extiéndase la certificación de lo resuelto previo pago de la
misma en Tesorería de La Corte, POR TANTO EMITE OPINIÓN de la siguiente
manera: PRIMERO: ¿QUÉ ÓRGANOS DEL SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA DEBEN CONFORMAR LA INSTANCIA
INTERPARLAMENTARIA DEL ACUERDO DE ASOCIACIÓN
143
CENTROAMÉRICA-UNIÓN EUROPEA? Respuesta: Como lo anunciamos en el
preámbulo de la parte resolutiva de esta Opinión, La Corte responderá las
preguntas formuladas en cuanto están referidas al Derecho Comunitario
Centroamericano vigente, en particular al Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de
la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA) y al Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras instancias políticas, los
cuales establecen claramente que la instancia regional parlamentaria es el
Parlamento Centroamericano, (en adelante PARLACEN), razón por la cual no
hay duda que este Órgano debe formar parte de una instancia interparlamentaria
que llegue a constituirse en un futuro tratado que se celebre, entre Estados Parte
de dicho Protocolo y otra región del mundo, Estado o Estados, y cuya materia
verse, ya sea sobre similares propósitos y principios políticos, económicos y
sociales que el Sistema de la Integración Centroamérica (SICA) y/o tenga entre
algunos de sus objetivos fortalecer la cooperación, propiciar el libre comercio y
las inversiones entre dichos Estados. En la negociación y conclusión de
posteriores tratados, los Estados Parte del SICA deben observar el principio de la
buena fe consagrado como una norma imperativa de Derecho Internacional
general y ratificada como principio fundamental del Sistema de la Integración
Centroamericana en el Arto. 4º, literal h) del “Protocolo de Tegucigalpa” el cual
literalmente dice: “La buena fe de los Estados miembros en el cumplimiento de
sus obligaciones, absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida alguna
que sea contraria a las disposiciones de este Instrumento o que obstaculice el
cumplimiento de los principios fundamentales del SISTEMA DE LA
INTEGRACION CENTROAMERICANA o la consecución de sus objetivos.”. Es
decir que cualquier tratado posterior sobre la misma materia, celebrado por los
Estados Parte del SICA, con otra región, Estado o Estados, debe ser coherente y
guardar armonía con las obligaciones que los Estados centroamericanos han
asumido en los distintos instrumentos internacionales que conforman el marco
jurídico comunitario de nuestra región. En consecuencia, los tratados
centroamericanos sólo pueden ser reformados o derogados de acuerdo a los
procedimientos que para tal fin han sido establecidos en el Derecho de los
Tratados. Sobre la naturaleza y características propias del PARLACEN, es
oportuno recordar la Resolución de este Tribunal de fecha 22 de junio de 1995,
mediante la cual: La Corte ha sentado precedente sobre la naturaleza del
Parlamento Centroamericano relativa a la consulta ilustrativa formulada
por la Corte Suprema de Justicia del Estado de Honduras, que en su
parte conducente dispuso: “El Parlamento Centroamericano es una
Institución Regional Internacional, con autonomía propia y un órgano
de planteamiento, análisis y recomendación sobre asuntos políticos,
económicos, sociales y culturales de interés común, con el fin de
lograr una convivencia pacífica dentro de un marco de seguridad y

144
bienestar social, que se fundamente en la democracia representativa
y participativa, en el pluralismo y en el respeto a las legislaciones
nacionales y al derecho internacional, según se colige de los términos
del aludido Tratado y sus Protocolos adicionales. Además, y como
característica fundamental, el Parlamento Centroamericano forma
parte del Sistema de la Integración Centroamericana, SICA, por
disposición expresa contenida en el Art. 12 del PROTOCOLO DE
TEGUCIGALPA A LA CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS
CENTROAMERICANOS, ODECA, lo cual consolida aún más su
condición de órgano autónomo del Sistema de la Integración
Centroamericana, que visto desde la perspectiva del Derecho
Comunitario de Integración Centroamericana y dado que hay ciertos
objetivos, ciertas necesidades que no pueden ser satisfechas plena y
cabalmente por las comunidades nacionales en forma individual,
siguiendo el principio de subsidiaridad, se estructuró como una
entidad superior, supranacional, con capacidad suficiente para
atender las necesidades que aisladamente no logran sus integrantes.
Debe tenerse presente que fue uno de los instrumentos idóneos para
lograr una paz firme y duradera en nuestra región, de conformidad a
las Declaraciones de Esquipulas I y II de los Presidentes de
Centroamérica, con un actuar armónico y ordenado y que se
caracteriza por tener personalidad distinta, separada de sus
miembros, su propia finalidad, una vida de relación distinta y
separada de la de sus integrantes, esto es, personalidad propia, una
propia autoridad que la represente y dirija; que desprende de sí
mismo su Organización, su Autoridad y su Derecho como lo es su
Reglamento, que se traduce todo ello en tener los elementos
esenciales de un ente supranacional: Autonomía y Potestad
Normativa, que cualitativa y cuantitativamente posee una finalidad
distinta y separada de la de sus miembros, que se origina cuando los
Estados expresaron su voluntad de constituirla mediante un Tratado
Internacional, por lo cual queda regido por el Derecho Internacional.
Así, por su sola naturaleza de Tratado Internacional y manifestación
expresa de la voluntad soberana de las Altas Partes contratantes,
constituye para los Estados respecto de los cuales está vigente, un

145
ordenamiento jurídico obligatorio que debe ser cumplido por ellos de
buena fe, al tenor de la regla Pacta Sunt Servanda, que está
expresamente contenida en el Artículo 2,2, de la Carta de las
Naciones Unidas y en la Declaración sobre los principios del Derecho
Internacional que rigen las relaciones de amistad y cooperación entre
los Estados, adoptada por la Asamblea General el día 24 de octubre
de 1970. Asimismo, el principio de Pacta Sunt Servanda figura
también, en el Artículo 3 inciso c) de la Carta de la Organización de
los Estados Americanos y en el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta
de la Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA Artículo
4, inciso h)”. SEGUNDO: ¿AL CONFORMARSE LA INSTANCIA
INTERPARLAMENTARIA DEL ACUERDO DE ASOCIACIÓN
CENTROAMÉRICA-UNIÓN EUROPEA, ÉSTA DEBERÁ CONFORMARSE
EXCLUSIVAMENTE POR INSTITUCIONES REGIONALES O PODRÁN
PARTICIPAR INSTANCIAS NACIONALES DENTRO DE LA MISMA?
Respuesta: La constitución de una instancia interparlamentaria en un futuro
tratado entre Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa y otra región del mundo,
Estado o Estados, en los términos y con los objetivos que hemos señalado en la
respuesta a la primera pregunta, debe conformarse exclusivamente por
instituciones regionales. Ello es así porque las instituciones parlamentarias
nacionales se circunscriben al territorio de cada Estado, no pueden emitir leyes ni
resoluciones con efecto regional o extraterritorial, en vista de que cada Estado
solamente puede ejercer su soberanía dentro de sus fronteras y por esta razón no
pueden participar en una instancia interparlamentaria de carácter internacional o
interregional cuya naturaleza y propósitos desbordan el marco nacional. No
obstante, puede darse el caso que algunos Estados Parte en esos tratados no sean
a su vez Parte de ciertos órganos regionales, en cuyo caso no podrían participar
del diálogo político interparlamentario. Para esos Estados existe la posibilidad que
sus respectivos Poderes Legislativos participen, no de manera individual, pero sí
por medio de otras instituciones regionales de carácter interparlamentario
existentes en Centroamérica y de las cuales sí son Parte. Estas instituciones,
aunque no tienen la misma jerarquía y funciones que el PARLACEN, ni son un
órgano del Sistema de la Integración Centroamericana, por su naturaleza
regional y parlamentaria, podrían participar conjuntamente con el PARLACEN
en una instancia interparlamentaria entre dos regiones, Estado o Estados.
TERCERO: ¿LA PARTICIPACIÓN DE ÓRGANOS NACIONALES EN
INSTANCIAS QUE SE CREARÁN EN EL MARCO DEL ACUERDO DE
ASOCIACIÓN UNIÓN EUROPEA-CENTROAMÉRICA Y QUE POR SU
ESPÍRITU Y NATURALEZA ESTÁN RESERVADAS A ÓRGANOS
REGIONALES COMUNITARIOS, ATENTA CONTRA EL PRINCIPIO DE
PACTA SUN SERVANDA CONTENIDO EN LOS ARTÍCULOS 4 Y 6 DEL

146
PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA? Respuesta: El Principio de Pacta Sunt
Servanda es esencial en el cumplimiento de los Tratados Internacionales y
Comunitarios. Dicho principio es aplicable únicamente entre las partes
contratantes, y las obliga al fiel cumplimiento de los mismos; en ese sentido y
como ya lo hemos afirmado arriba, la participación de órganos nacionales en
futuros Tratados de región a región o de región con un Estado o Estados, no
resultaría congruente con los principios y finalidades establecidas en los Tratados
del Sistema de la Integración Centroamericana, ya que su naturaleza es distinta a
la de los Órganos Regionales propiamente dichos y expresamente designados en el
Protocolo de Tegucigalpa. Debemos reiterar que los Estados Centroamericanos, al
negociar y concluir tratados con otras regiones del mundo o con un Estado o
Estados, cuya materia verse, ya sea sobre similares propósitos y principios
políticos, económicos y sociales que el Sistema de la Integración Centroamérica
(SICA )y/ o tengan entre algunos de sus objetivos fortalecer la cooperación,
propiciar el libre comercio y las inversiones entre dichos Estados, están obligados
a observar la buena fe en el cumplimiento de las obligaciones que han adquirido,
particularmente como parte del Sistema de la Integración Centroamericana. Tal
como lo establece el artículo 4 literal h) del Protocolo de Tegucigalpa los Estados
Parte deben abstenerse de establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea
contraria a las disposiciones de ese Tratado fundacional y obstaculicen la
consecución de los objetivos y el cumplimiento de los principios fundamentales del
Sistema de la Integración Centroamericana. Individualmente los Estados
Centroamericanos Parte del Protocolo de Tegucigalpa, están obligados, de
acuerdo a su Artículo 6, a abstenerse de adoptar medidas unilaterales que pongan
en peligro la consecución de los propósitos y el cumplimiento de los principios
fundamentales del Sistema de la Integración Centroamericana. Por lo tanto,
cualquier tratado que los Estados Centroamericanos celebren en el futuro con
otra región o con un Estado o Estados sobre materias relativas a la integración
centroamericana, debe guardar armonía con los propósitos, principios, objetivos y
obligaciones que los Estados centroamericanos han asumido dentro del SICA. Es
necesario y oportuno traer a cuenta por lo menos dos propósitos del Sistema de la
Integración Centroamericana contenidos en el Protocolo de Tegucigalpa, Artículo
3 literales f) y g), en ellos los Estados Centroamericanos se comprometen a
fortalecer la región como bloque económico para insertarlo exitosamente en la
economía internacional y para reafirmar y consolidar la autodeterminación de
Centroamérica en sus relaciones externas, mediante una estrategia única que
fortalezca y amplíe la participación de la región en su conjunto en el ámbito
internacional. Por consiguiente, ningún Estado Parte del Sistema de la
Integración Centroamericana puede negociar individualmente asuntos atinentes a
la integración regional y comunitaria, para obtener ventajas individuales del
proceso de integración centroamericana. CUARTO: ¿EN EL CASO DE
CENTROAMÉRICA, A QUÉ ÓRGANO JURISDICCIONAL LE
CORRESPONDE CONFORMAR LA INSTANCIA DE SOLUCIÓN DE

147
CONTROVERSIAS EN EL MARCO DEL ACUERDO DE ASOCIACIÓN
ENTRE CENTROAMÉRICA Y LA UNIÓN EUROPEA? Respuesta: En el caso
de los Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa le corresponde exclusivamente
a la Corte Centroamericana de Justicia garantizar “…el respeto del derecho, en la
interpretación y ejecución… (de dicho)… Protocolo y sus instrumentos
complementarios o actos derivados del mismo…”. Su jurisdicción sobre todos los
Estados Parte del referido Protocolo está además reafirmada en el Artículo 35 que
dispone obligatoriamente: “Toda controversia sobre la aplicación o interpretación
de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos…
(complementarios o derivados)…a que se refiere el párrafo anterior deberá
someterse a la Corte Centroamericana de Justicia.” La jurisdicción y competencia
de la Corte Centroamericana de Justicia no pueden ser, de ninguna forma,
disminuidas, restringidas, tergiversadas o suplantadas por la negociación y
suscripción de futuros Tratados entre Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa y
otras regiones del mundo, Estado o Estados, sobre materias relativas a la integración
centroamericana. La importancia que reviste el respeto a la jurisdicción y
competencia de La Corte es capital para nuestra Comunidad de Estados y estriba en
que ellas son la única garantía de seguridad jurídica en el territorio de los Estados
Parte del Protocolo de Tegucigalpa, ya que sólo el órgano jurisdiccional regional
puede interpretar y aplicar de manera uniforme el marco legal que regula las
relaciones que se dan en el ámbito del proceso de integración de nuestra región y
nadie más. El mecanismo alterno de solución de controversias que acuerden las
Partes en un futuro Tratado entre Estados Centroamericanos y otra región, Estado o
Estados, en el cual se suele adoptar un sistema de consultas diplomáticas previas y
se prevé la posibilidad de recurrir al arbitraje, es independiente de la jurisdicción y
competencia de La Corte, ya que estas solamente se extienden a los Estados Parte en
el Protocolo de Tegucigalpa, no así a los otros Estados que pudieran ser Parte en un
futuro tratado con otra región, Estado o Estados. Por lo tanto, esta forma alterna de
solución de conflictos, no garantiza la aplicación e interpretación uniformes del
derecho comunitario centroamericano. QUINTO: ¿ES LEGÍTIMO Y NO
ATENTATORIO CONTRA EL MARCO JURÍDICO E INSTITUCIONAL DEL
SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA QUE SE NEGOCIE
OTRA INSTANCIA DE SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS AJENA A ESTE
MARCO?. Respuesta: Desde el punto de vista del Derecho Internacional y del
Derecho Comunitario Centroamericano, sería violatorio de las obligaciones
asumidas por los Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa, crear un órgano
paralelo que vacíe de sus propósitos a un órgano comunitario ya existente, lo
sustituya o elimine su jurisdicción y competencias como podría ser en este caso
particular, la facultad jurisdiccional de la Corte Centroamericana de Justicia.
Ello es así ya que las atribuciones de los Órganos Comunitarios de conformidad
con la Doctrina y el Derecho Comunitario son irreversibles. El Principio de
Irreversibilidad de Competencia Comunitaria, ha sido reiterado en la Doctrina de
La Corte en un sinnúmero de Sentencias, particularmente, en la Resolución de

148
este Tribunal Regional de fecha uno de diciembre del año dos mil seis, mediante
la cual en el Expediente No.4-20-6-2003, caso Demanda con Acción de Nulidad
contra la Enmienda al Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA) aprobada por la Reunión de Presidentes del
SICA, el veintisiete de febrero del año dos mil dos, incoada por la Confederación
de Agentes Aduaneros del Caribe (CONAAC), en su CONSIDERANDO V:
E)”…..En cuanto a los criterios de fondo, relacionados con la validez o la nulidad
del acto que se pretende impugnar, este Tribunal opina que la enmienda del
veintisiete (27) de febrero de dos mil dos (2002) no puede, en ningún momento,
privar a la Corte Centroamericana de Justicia de la competencia que le ha sido
atribuida por el Protocolo de Tegucigalpa. Dicha competencia tiene el carácter de
irreversible, en virtud del Principio de Irreversibilidad de Competencia
Comunitaria el cual establece que cuando los Estados Miembros de una
Comunidad de Derecho, de duración ilimitada, confieren un conjunto de
facultades a un ente supranacional, a quien se encarga del ejercicio futuro de las
mismas, debe entenderse que dichas competencias le fueron transferidas al ente
en cuestión, siendo inadmisible una medida que pretenda revertir dicha
transferencia la cual es definitiva en su ejercicio. En consecuencia, la Reunión de
Presidentes, no podría despojar a la Corte Centroamericana de Justicia de la
facultad de actuar como Tribunal Arbitral, ya que se estaría violentando otro
principio de Derecho Comunitario, cual es el Principio de Competencia de
Atribución…” En virtud de este principio el ejercicio conjunto de facultades
soberanas de los Estados Miembros por medio de La Corte, a quien se encargó su
ejercicio futuro por el “ Protocolo de Tegucigalpa”, conlleva la disposición a su
favor de las mismas y no es admisible una medida nacional o colectiva que
pudiera revertirla. No cabe, pues, una devolución de la competencia comunitaria
a los Estados Miembros, ya que estos han constituido una Comunidad de
duración ilimitada como la establece el “Protocolo de Tegucigalpa” (Artículos 1 y
36). Si se desconociera a esta autoridad judicial principal y permanente en el
ámbito del Derecho Comunitario Centroamericano, cuya jurisdicción y
competencia regionales son de carácter obligatorio para los Estados, creando una
instancia diferente, se incurriría en una clara violación del marco jurídico de la
integración centroamericana y podría dar lugar a graves conflictos entre
Tratados, que lejos de solucionar las controversias, las complicarían y
exacerbarían. SEXTO: ¿QUÉ EFECTOS TIENE PARA LOS ESTADOS PARTE
DEL PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA CARTA DE LA ODECA LA
OPINIÓN CONSULTIVA EVACUADA POR LA CORTE
CENTROAMERICANA DE JUSTICIA EN ESTE CASO CONCRETO?
Respuesta: El Artículo 22 del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana,
literal e), le confiere a este Tribunal la facultad de actuar como órgano de
Consulta de los Órganos u organismos del Sistema de la Integración
Centroamericana, en la interpretación y aplicación del Protocolo de Tegucigalpa
y de los Instrumentos complementarios y actos derivados de los mismos. En

149
relación con esta facultad el Artículo 24, establece que: “Las consultas evacuadas
por La Corte con arreglo al presente Estatuto, ordenanzas y reglamentos, relativas
al Sistema de la Integración Centroamericana, serán obligatorias para los Estados
que la integran”. Haciendo una interpretación sistemática de los Artículos
precitados, se concluye que esta consulta es vinculante. Notifíquese. (f) Silvia
Rosales B (f) F. Darío Lobo L. (f) Alejandro Gómez V (f) J R Hernández A (f)
OGM ”

Jurisprudencia
El Parlamento Centroamericano debe formar parte de una instancia
interparlamentaria que llegue a constituirse en un futuro Tratado que se celebre,
observando el Principio de la Buena Fe (PACTA SUNT SERVANDA), contenido en el
marco jurídico comunitario de nuestra Región.

Se reitera que el Parlamento Centroamericano forma parte del SICA por disposición
expresa del Artículo 12 del Tratado de Tegucigalpa, está estructurado como un
Órgano Autónomo con personalidad distinta a la de sus miembros y de acuerdo al
Principio de Subsidiaridad, es una entidad superior, supranacional y con potestad
normativa.

La instancia interparlamentaria del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea


deberá conformarse exclusivamente por instituciones regionales, porque los
parlamentos nacionales se circunscriben al territorio de cada Estado y no pueden
emitir leyes o resoluciones con efecto regional o extraterritorial.

La participación de órganos nacionales en futuros Tratados Internacionales no sería


congruente porque su naturaleza es distinta a la de los órganos regionales.
Cualquier Tratado que los Estados centroamericanos celebren en el futuro con otra
Región, uno o varios Estados sobre materias relativas a la Integración
Centroamericana, deben guardar armonía con los propósitos, objetivos y
obligaciones que los Estados Centroamericanos han asumido dentro del Sistema de
la Integración Centroamericana.

La Corte estima que le corresponde a ella de manera exclusiva garantizar el respeto


del Derecho Comunitario, su interpretación y ejecución, de conformidad al Artículo
35 del Protocolo de Tegucigalpa. Por consiguiente, la jurisdicción y competencia de
La Corte no pueden ser disminuidas, restringidas, tergiversadas o suplantadas por
suscripción de otros Tratados con otras regiones del mundo. La creación de un
órgano paralelo que sustituya o elimine la jurisdicción o competencia de La Corte
sería violatorio a las obligaciones asumidas con los Estados Parte del Protocolo de
Tegucigalpa, de acuerdo al Principio de Irreversibilidad.

150
17. Consulta del Parlamento Centroamericano (PARLACEN) sobre si un Estado
Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento puede denunciar dicho Tratado
unilateralmente y cuál sería el procedimiento que habría que seguir para realizar
tal denuncia.

Aprobado por Corte Plena del 23 de septiembre de 2009. (Acta 431).

Síntesis del caso


El PARLACEN consultó que si la denuncia de un Estado Parte del Tratado
Constitutivo del PARLACEN podría considerarse una revocatoria tácita del mandato
que los pueblos le han dado a los diputados centroamericanos y que si basta una
iniciativa presidencial para llevar a cabo dicha revocatoria.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, a las cinco y treinta minutos de la tarde del día veintitrés de
septiembre del año dos mil nueve. Vista la solicitud de Consulta presentada por el
Parlamento Centroamericano (PARLACEN), sobre la posibilidad de denuncia de un
Estado Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano
(PARLACEN) y Otras Instancias Políticas, que esta Corte tiene por admitida dicha
solicitud por que las cuestiones planteadas y las interpretaciones que solicita son de
competencia de este Tribunal ya que están referidas al cumplimiento de las
obligaciones de los Estados Parte en Tratados Fundamentales del Sistema de la
Integración Centroamericana y en virtud de lo preceptuado por los Artículos 22 literal
e) y 24 del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia. Téngase al
abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez de generales expresadas, como
Apoderado General Judicial con Representación del Parlamento Centroamericano
(PARLACEN): Tómese nota del lugar señalado para oír notificaciones; Extiéndase la
certificación de lo resuelto previo pago de la misma en Tesorería de La Corte. Para
resolver la consulta se transcriben las interrogantes siguientes:
1.-¿ PUEDE CUALQUIERA DE LOS ESTADOS PARTE DEL TRATADO
CONSTITUTIVO DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO Y OTRAS
INSTANCIAS POLÍTICAS DENUNCIAR DICHO TRATADO TOMANDO
EN CUENTA QUE DICHO INSTRUMENTO NO CONTEMPLA
DISPOSICIONES ESPECIALES AL RESPECTO?
2.- ¿ LA DENUNCIA IMPLICARÍA UNA REVOCATORIA TACITA DEL
MANDATO QUE CADA UNO DE LOS PUEBLOS LES DIERAN A SUS
DIPUTADOS CENTROAMERICANOS ELECTOS?
3.- ¿ PUEDE MEDIANTE UNA INICIATIVA PRESIDENCIAL RE
REVOCARSE EL MANDATO QUE LOS PUEBLOS LE HAN OTORGADO A
LAS DIPUTADAS Y DIPUTADOS CENTROAMERICANOS?

151
4.- ¿ UNA INICIATIVA DE DENUNCIA DEL INSTRUMENTO JURÍDICO
CONSTITUTO DE UNO DE LOS ÓRGANOS FUNDAMENTALES DEL
SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA, COMO, LO ES EL
PARLAMENTO CENTROAMERICANO, NO IMPLICARÍA UNA CLARA
VIOLACIÓN AL PRINCIPIO DE PACTA SUNT SERVANDA QUE ESTÁN
OBLIGADOS A OBSERVAR LOS ESTADOS PARTE DEL SISTEMA?
5.- ¿ UNA INICIATIVA DE DENUNCIA DEL TRATADO CONSTITUTIVO
DEL PARLAMENTO CENTROAMERICANO POR PARTE DE CUALQUIER
ESTADO PARTE NO IMPLICARÍA UNA VIOLACIÓN A LA OBLIGACIÓN,
QUE DE ACUERDO CON EL ARTICULO 6 DEL PROTOCOLO DE
TEGUCIGALPA TIENEN LOS ESTADOS PARTE DEL SICA, Y QUE SE
REFIERE A ABSTENERSE DE ADOPTAR MEDIDAS UNILATERALES QUE
PONGAN EN PELIGRO LA CONSECUSIÓN DE LOS PROPÓSITOS Y EL
CUMPLIMIENTO DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL SICA?
6.- ¿ CUAL SERIA EL PROCEDIMIENTO QUE DEBERÍA SEGUIR UN
ESTADO PARTE PARA REALIZAR LA DENUNCIA DEL TRATADO DE
CONFORMIDAD CON LA CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE EL
DERECHO DE LOS TRATADOS?
CONSIDERANDO I: Que en el marco del Derecho Internacional Público, cuando
un Tratado no contempla disposiciones o cláusulas que admitan el retiro de una de
las partes mediante la denuncia, debe asumirse que en principio esa denuncia y el
correspondiente retiro de la parte, no es posible, a menos de que pudiese inferirse la
posibilidad de hacerlo, a partir de la consideración de otros argumentos relacionados
con el Tratado, que válidamente puedan traerse a colación, como por ejemplo: en los
antecedentes, la interpretación analógica, el espíritu del Tratado y sobre todo su
naturaleza.
Los Tratados Internacionales que crean organismos de la misma naturaleza que son
ya paradigmáticos en el Derecho Internacional Público vigente, como la Carta de la
Organización de los Estados Americanos, OEA, en su artículo 143, permite la
denuncia y el retiro. El Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, no
contiene una disposición semejante. Sobre este punto, es necesario destacar el
artículo 56 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969, en
adelante llamada “La Convención”, que literalmente dice: “1. Un tratado que no
contenga disposiciones sobre su terminación ni prevea la denuncia o el retiro del
mismo, no podrá ser objeto de denuncia o de retiro a menos: a) que conste que fue
intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia o de retiro; b) que el
derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse de la naturaleza del tratado”.
CONSIDERANDO II: Que es necesario analizar los antecedentes y la naturaleza del
Tratado de mérito, esta Corte en relación al literal B) del artículo 56 de la
Convención que literalmente expresa: “Denuncia o retiro en el caso de que el tratado
no contenga disposiciones sobre la terminación, la denuncia o el retiro: … b) que el
derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse de la naturaleza del tratado”;
determina que el Parlamento Centroamericano se formaliza en la Declaración

152
Presidencial denominada “Procedimiento para Establecer la Paz Firme y Duradera en
la Región”, conocido como “Esquipulas II”, suscrito por los Presidentes de
Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, en la ciudad de
Guatemala el día 7 de agosto de 1987. La letra y el espíritu de este instrumento,
representó la decidida voluntad de los Presidentes Centroamericanos de la época,
para que precisamente la paz y la democracia Centroamericana fuesen firmes y
duraderas. En este contexto el Parlamento fue creado como una instancia
permanente que contribuiría a llenar el vacío del dialogo político que se había
producido en la Región, tal como lo dice la Declaración de Esquipulas I, antecedente
de Esquipulas II, suscrita por los Señores Presidentes Centroamericanos en la ciudad
de Esquipulas, Guatemala, el 25 de mayo de 1986. En efecto, este vacío de
concertación y dialogo, se superó mediante la creación de dos instituciones: la
Reunión de Presidentes, que desde entonces es un órgano permanente de la
Integración y el Parlamento Centroamericano. Los siguientes artículos de dicha
Declaración expresan: Art.1. “Que han decidido formalizar las Reuniones de
Presidentes como una instancia necesaria y conveniente para analizar los problemas
más urgentes que se presenten en el área en relación a la paz y al desarrollo regional y
buscarles soluciones apropiadas”; arto 3. “Que es necesario crear y complementar
esfuerzos de entendimiento y cooperación con mecanismos institucionales que
permitan fortalecer el diálogo, el desarrollo conjunto, la democracia y el
pluralismo como elementos fundamentales para la paz en el área y para la integración
de Centroamérica. Es por ello que convienen crear el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO…”. Por lo tanto, la naturaleza de las instituciones creadas
por estos dos instrumentos de derecho Internacional, Esquipulas I y II, consiste en
instituciones permanentes e imprescindibles para sostener la democracia y la paz
firme y duradera en la región.
En este marco y como consecuencia de Esquipulas I y II, el 2 de octubre de 1987, se
suscribió el “Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras Instancias
Políticas”, por los Estados de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa
Rica, el cual ha sido debidamente ratificado por todos ellos, menos por el último.
Posteriormente todos suscribieron el segundo Protocolo al Tratado con fecha 16 de
julio de 1991, en el que se deja abierto el mismo a la adhesión por parte del Estado
de Panamá, habiéndolo este ratificado el 16 de mayo de 1994.
CONSIDERANDO III: Que el artículo 1 del Tratado del Parlamento
Centroamericano, lo define como un Órgano destinado a “lograr una convivencia
pacífica, dentro de un marco de seguridad y bienestar social, que se fundamente en la
democracia representativa y participativa…”. Estos conceptos en los cuales se
fundamenta el Parlamento, son de naturaleza permanente y no transitoria ni
circunstancial. El Parlamento Centroamericano fue creado bajo esa visión de
permanencia, que lleva implícita la conservación de la democracia y la convivencia
pacífica en la región. Por ello el artículo 2 de su Tratado, lo caracteriza como un
órgano de naturaleza permanente, al establecer: “El Parlamento Centroamericano
funcionará permanentemente…”. Siendo éste un Órgano Permanente del Sistema, al

153
servicio de ideales comunitarios permanentes, que fundamentan la Comunidad
Regional, no contiene ninguna clausula que admita ni la reserva y mucho menos la
denuncia unilateral del mismo. Cualquier denuncia, estaría reñida con los
antecedentes, el espíritu y la naturaleza jurídica del Parlamento Centroamericano y
esto se aplica tanto a las partes fundadoras, como a aquellas que posteriormente se
han adherido al mismo.
CONSIDERANDO IV: Que el Tratado que crea el Parlamento Centroamericano,
dejó de ser un mero Instrumento de Derecho Internacional, cuando pasó a formar
parte del Sistema de la Integración Centroamericana, creado por el Protocolo de
Tegucigalpa del 13 de diciembre de 1991, en adelante el Protocolo, suscrito y
ratificado por: Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Es entonces, cuando el Tratado adquiere todas las características de un Tratado de
Derecho Comunitario lo cual quiere decir, en principio, que pertenece a una
comunidad de Estados que tiene personalidad jurídica propia, autonomía en sus
funciones y atribuciones, y determinados principios y objetivos que vienen a
constituir, no solo un compromiso inalienable para los Estados Miembros sino a
configurar un verdadero patrimonio o acervo cultural, social, económico, jurídico y
político.
En efecto, el Protocolo en su artículo primero dice: “Costa Rica, El Salvador,
Honduras, Nicaragua, Guatemala y Panamá, somos una COMUNIDAD
ECONÓMICA POLÍTICA que aspira a la integración centroamericana. Con tal
propósito se constituye el Sistema de la Integración Centroamericana, integrado por
los Estados Miembros de la ODECA y por Panamá que se incorpora como Estado
miembro”. La seriedad del compromiso de los Estados que pasan a ser miembros de
una comunidad es tal que no habiendo cláusula de denuncia o de retiro, la única
posibilidad existente sería la modificación, reforma o derogatoria del Tratado,
siguiendo los procedimientos establecidos en el Derecho Internacional y
Comunitario.
CONSIDERANDO V: Que el Parlamento Centroamericano, está incluido como un
Órgano superior del Sistema, cuando El Protocolo en su artículo 12 lo menciona
como uno de sus Órganos principales, estableciendo: “para la realización de los fines
del Sistema de la Integración Centroamericana, se establecen los siguientes
Órganos:… Forman parte de este Sistema:…El Parlamento Centroamericano
(PARLACEN), como Órgano de planteamiento, análisis y recomendación, cuyas
funciones y atribuciones son las que establecen su Tratado Constitutivo y Protocolos
vigentes”.
CONSIDERANDO VI: Que este Protocolo que instituyó el SICA, tiene el alcance
de una Constitución Regional, pues todos los demás Tratados, acuerdos o decisiones
regionales están supeditados al mismo, y que este concepto es muy importante,
puesto que la Corte Centroamericana de Justicia, el 13 de diciembre de 1996, citando
una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, Asunto
Costa/ENEL, en la que se sostiene que: “a diferencia de los Tratados Internacionales
ordinarios, el tratado de la Comunidad Europea, (del cual es un equivalente el

154
Protocolo de Tegucigalpa) ha instituido un orden jurídico propio, integrado en el
Sistema Jurídico de los Estados Miembros desde la entrada en vigor del Tratado, y
que vincula a sus Órganos Jurisdiccionales; que en efecto al instituir una comunidad
de duración indefinida, dotada de instituciones propias de personalidad, de capacidad
jurídica, de capacidad de representación internacional, y más en particular, de
poderes reales derivados de una limitación de competencia o de una transferencia de
atribuciones de los Estados a la comunidad, estos han limitado su soberanía, aunque
en materias especificas….. la transferencia realizada por los Estados, de su
ordenamiento jurídico interno, a favor del comunitario, de los derechos y
obligaciones correspondientes a las disposiciones del tratado, entraña por tanto, una
limitación definitiva de su soberanía, contra la que no puede prevalecer un acto
unilateral ulterior, incompatible con el concepto de comunidad”.
En este contexto es que se definen por el Protocolo en su artículo cuarto, los
principios fundamentales del Sistema de Integración que deben ser cumplidos por los
Estados y por los Órganos y Organismos del Sistema, entre ellos, resaltamos los
siguientes: C) la identidad centroamericana. Como manifestación activa de los
intereses regionales y de la voluntad de participar en la consolidación de la integración
de la Región; D) la solidaridad centroamericana como expresión de su profunda
interdependencia, origen y destino común E) la gradualidad, especificidad y
progresividad del proceso de integración económica. F) la globalidad del proceso de
integración y la participación democrática en el mismo, de todos los sectores sociales.
G) la seguridad jurídica de las relaciones entre los miembros y la solución pacifica de
sus controversias. H) la buena fe de los Estados miembros en el cumplimiento de sus
obligaciones, absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea
contraria a las disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento
de los principios fundamentales del Sistema de Integración Centroamericana o la
consecución de sus objetivos.
La Corte pasa ahora a analizar estos principios. 1) El principio de la identidad
centroamericana. En efecto, los Estados han participado voluntariamente y con plena
conciencia de sus obligaciones en el proceso de integración centroamericana
asumiendo sus características y especificidades, puesto que todos los Estados, por
medio de sus Presidentes han suscrito conjuntamente los instrumentos Comunitarios;
2)El principio de la solidaridad centroamericana de igual manera, hay que recalcar la
profunda interdependencia que existe entre los Estados que solidariamente han
convenido darle un origen y un destino común a Centroamérica, interdependencia
que les obliga a actuar conjuntamente y no por separado, tal y como contrajeron sus
obligaciones. 3) Así mismo, el Principio de Progresividad si bien es cierto que se
aplica al área de la integración económica, debe entenderse, como principio general
expresado en el Protocolo, referido a todo el Sistema Comunitario, el cual en virtud
de este principio no puede ser reversible ni retroactivo. En función de este Principio,
los Estados Parte del Sistema tienen la obligación de velar por la perfectibilidad de los
órganos y organismos del mismo, a fin de hacer estos instrumentos más eficaces en el
logro de los objetivos de la Comunidad. En este contexto, los Estados Parte de un

155
Tratado de la Integración tienen el derecho de acudir ante las instancias pertinentes
para proponer su derogación o sus modificaciones y reformas a los mismos,
procurando contribuir al mejoramiento y avance de la institucionalidad Regional, de
acuerdo a los mecanismos comunitarios y actuando siempre de consuno dentro del
marco regulador de las instituciones. En este marco, el Tratado de Parlamento
Centroamericano en su arto 28 establece: “COLABORACIÓN DE LOS
GOBIERNOS Y ORGANISMOS DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA: Los gobiernos, las instituciones nacionales de los Estados
miembros y los organismos de la integración centroamericana, prestarán al
Parlamento Centroamericano toda la colaboración posible y compatible con su
legislación interna”. 4) El Principio de la globalidad del proceso. Ciertamente la
participación democrática merece un tratamiento especial. La globalidad del proceso
debe entenderse como sinónimo de universalidad lo que implica la participación
ineludible de los miembros de la comunidad, en todos los órganos y organismos de la
misma, ya que en ella están todos o no está ninguno, dado que el objetivo que
persigue la transferencia de competencias estatales a un ente supranacional, más que
una mera cesión de soberanía, es poner en común esfuerzos conjuntos para conseguir
fines, que por sí solos los Estados no pueden lograr. En cuanto a la participación
democrática en el proceso de integración, su expresión máxima y sine qua non es
precisamente el Parlamento Centroamericano, porque su conformación es producto
del ejercicio de la soberanía popular de cada uno de los Estados miembros, que así
avalan y sustentan el proceso de integración. Es precisamente a través del Parlamento
Centroamericano que se le da al proceso su legitimidad democrática. En el proceso
de la Unión Europea, el PE (Parlamento Europeo) poco a poco fue cobrando fuerza
hasta llegar a ser lo que actualmente es: un Órgano decisorio de primera importancia,
porque los miembros de las Comunidades Europeas se dieron cuenta de que la única
manera de sustentar, justificar y legitimar las decisiones importantísimas de los otros
Órganos de ese sistema, era mediante la concesión de facultades decisorias a los
pueblos de Europa a través de sus representantes legítimos, los Parlamentarios
Europeos, electos directa, democrática y libremente por los pueblos. Esto se hizo
pues, a fin de “abatir el déficit democrático de la integración”.
En el caso de los Estados centroamericanos Parte en el Tratado, que desde su
incorporación al mismo han venido de manera reiterada, constante y permanente,
eligiendo a sus Diputados por la vía democrática y popular, lo que han hecho, en
realidad, es reiterar su decisión indeclinable, sustentada por la soberanía popular, de
permanecer tanto en los Tratados, como en la integración y de cumplir con sus
objetivos y principios. Estos eventos de elección democrática no pueden borrarse de
un plumazo ni retrotraerse en el tiempo y en el espacio, convirtiendo en nugatoria esa
decisión manifestada libremente por los pueblos. En este sentido, denunciar y
retirarse del Tratado de Parlamento, significaría ignorar y transgredir el ejercicio de
esa voluntad soberana, pilar fundamental de la democracia Regional, siendo esta un
objetivo fundamental del Sistema de la Integración Centroamericana, ya que el arto el
arto. 3 del Protocolo, dispone así: “El Sistema de la Integración Centroamericana,

156
tiene por objetivo fundamental la realización de la integración de Centroamérica, para
constituirla como Región de Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo”.
5) La seguridad jurídica pasa por el pleno respeto al Principio de legalidad, en este
caso a la estructura del Estado de Derecho Comunitario, que se conforma por los
Tratados Fundamentales de la Integración, los Tratados complementarios y el
Derecho derivado. El Tratado del Parlamento, junto con otros Instrumentos
jurídicos, está en la cima de la jerarquía de este Estado de Derecho, como Tratado
fundamental de de la Integración, solo superado por el Protocolo, y por ende, la
seguridad jurídica implica el respeto irrestricto a todos los instrumentos de la
Integración, salvo los procedimientos comunitarios, comunes y conjuntos que sean
viables para la derogación o la reforma de un Tratado Comunitario.
6) El Principio de la buena fe de los Estados miembros está vinculado íntimamente
con el Principio Pacta Sunt Servanda, fundamento del Derecho Internacional, que
con mayor razón se aplica al Derecho Comunitario por la naturaleza especial de su
normativa y que supone que los Estados deben cumplir de buena fe con todos los
compromisos asumidos. La seguridad jurídica implica la buena fe en el cumplimiento
de las partes, siendo esta la base de la seguridad jurídica de un sistema institucional,
de ahí que, como corolario de este principio, el Protocolo, en su artículo 6,
establezca que ningún Estado puede convenir o adoptar medida alguna que sea
contraria a las disposiciones de este instrumento o que obstaculicen el cumplimiento
de los principios fundamentales del derecho de integración o la consecución de sus
objetivos, por lo tanto, ningún Estado Parte del Protocolo o de cualquier otro Tratado
fundamental de la Integración, puede retirarse denunciándolo de forma unilateral,
bajo pena de vulnerar y violentar las normas y principios del sistema comunitario
centroamericano que se obligó a observar. Es precisamente esta observancia del
Estado de Derecho la que da sentido y fuerza, por ejemplo, al proceso de
negociación, que actualmente se está llevando a cabo entre la Unión Europea y
Centroamérica como Región, Proceso del que participan todos los Estados Parte del
Sistema de la Integración Centroamericana, a saber: Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
CONSIDERANDO VII: que el Protocolo en su artículo 35, establece: “Toda
controversia sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el
presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberá
someterse a la Corte Centroamericana de Justicia”. y en su artículo 12 que dice:
“...Forman parte de este Sistema:..La Corte Centroamericana de Justicia, que
garantizará el respeto del derecho, en la interpretación y ejecución del presente
Protocolo y sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo…”.

POR TANTO esta Corte Resuelve:


PRIMERO: En relación a la primera pregunta que se refiere a que si “cualquiera de
los Estados Parte de Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas, puede denunciar dicho tratado, tomando en cuenta que ese
instrumento no contempla disposiciones especiales al respecto”; esta Corte resuelve,

157
tomando en cuenta lo establecido en los anteriores Considerandos, que ningún
Estado Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, puede
denunciarlo unilateralmente, debido a que este instrumento no contempla
disposiciones que lo permita, además, como se ha visto, no puede deducirse la
posibilidad de la denuncia, en virtud de los antecedentes y la naturaleza comunitaria
del Tratado, y finalmente porque el Artículo 6 del Protocolo, establece que ningún
Estado Parte puede adoptar medidas unilaterales que vayan en contra de los
principios y propósitos del Sistema de la Integración Centroamericana, ( SICA), del
cual forma parte el PARLACEN y su Tratado Constitutivo como uno de sus
principales instrumentos.
SEGUNDO: Con respecto a la segunda pregunta, sobre si “la denuncia implicaría
una revocatoria tácita del mandato que cada uno de los pueblos les dieran a sus
diputados centroamericanos electos”; esta Corte determina que ningún Estado puede
desconocer el mandato que los Pueblos le dieron a sus diputados electos, como una
manifestación legítima de la soberanía popular; además, estos diputados son titulares
de derechos adquiridos, otorgados por un instrumento Comunitario. Por ello, ni el
mandato popular, ni los derechos que de este se derivan, son revocables por ninguna
autoridad, salvo los casos expresamente contemplados por ley. Todo esto en virtud
de los principios de que el Tratado Constitutivo del PARLACEN es, dentro del
ordenamiento jurídico de los Estados Miembros, una ley que se rige por los
principios de aplicabilidad directa, inmediatez, primacía y responsabilidad del Estado.
TERCERO: En lo que concierne a la tercera pregunta, de, sí “es plausible que
mediante una iniciativa presidencial se revoque el mandato que los pueblos le han
otorgado a las diputadas y diputados centroamericanos”; esta Corte determina, que
por ser la elección de los Diputados al Parlamento Centroamericano, una
manifestación de la soberanía popular realizada conforme a los procedimientos
constitucionales y legales internos y en cumplimiento del Estado de Derecho
comunitario, ninguna iniciativa presidencial puede revocar el mandato, salvo los casos
expresamente previstos por la ley.
CUARTO: En respuesta a la interrogante cuarta, que se refiere a si “una iniciativa de
denuncia del instrumento jurídico constitutivo de uno de los órganos fundamentales
del Sistema de la Integración Centroamericana, como lo es el Parlamento
Centroamericano, no implicaría una clara violación al Principio de Pacta Sunt
Servanda que están obligados a observar los Estados Parte del Sistema”; está Corte
resuelve que, de acuerdo a las consideraciones antes desarrolladas, ningún Estado
Parte del Protocolo, o de cualquier otro Tratado fundamental de la Integración,
puede retirarse denunciándolo de forma unilateral e ilegal, bajo pena de vulnerar y
violentar las normas y principios del Sistema Comunitario Centroamericano que se
obligó a observar.

158
QUINTO: Lo referido a la interrogante quinta, en la que se pregunta, si “una
iniciativa de denuncia del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano por
parte de cualquier Estado Parte, no implicaría una violación a la obligación, que de
acuerdo con el artículo 6 del Protocolo de Tegucigalpa tienen los Estados Parte del
SICA, y que se refiere a abstenerse de adoptar medidas unilaterales que pongan en
peligro la consecución de los propósitos y el cumplimiento de los principios
fundamentales del SICA”; esta Corte sostiene que, de acuerdo a lo que arriba se ha
venido desarrollando, atinente a la naturaleza del Derecho Comunitario, el artículo 6
del Protocolo de Tegucigalpa, ya citado, textualmente dice: “Los Estados
Miembros se obligan a abstenerse de adoptar medidas
unilaterales que pongan en peligro la consecución de los
propósitos y el cumplimiento de los principios fundamentales
del SISTEMA DE LA INTEGRACION CENTROAMERICANA”. Por lo
tanto, en virtud del principio de pacta sunt servanda y de buena fe, ya explicados, el
Estado que realice semejante acto, viola las disposiciones del mencionado artículo.
SEXTO: Respondiendo a la pregunta sexta, sobre “Cuál sería el procedimiento que
debería seguir un Estado Parte para realizar la denuncia del Tratado de conformidad
con la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados”; esta Corte resuelve
que, según lo analizado anteriormente, no existe procedimiento, ni fundamento legal,
según el artículo 56 de la Convención de Viena, para que un Estado Parte de un
instrumento de naturaleza comunitaria pueda denunciarlo unilateralmente, como es
el caso del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas.
SÉPTIMO: Comuníquese a los Estados Miembros del Sistema de la Integración
Centroamericana la presente resolución y a la Secretaría General del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA). Notifíquese. (f) Silvia Rosales B (f) F. Darío
Lobo L. (f) Alejandro Gómez V (f) R. Acevedo P (f) J R Hernández A (f) OGM ”

Jurisprudencia
La Corte estableció que cuando un Tratado no contempla disposiciones que
admitan su denuncia, debe asumirse que no permite el retiro unilateral del mismo.
(Artículo 56 literal b) de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados).

La Corte señaló cuáles son los principios fundamentales en que se basa el Sistema
de Integración y que son de obligatorio cumplimiento para los Estados. Dichos
Principios son: a) el de la Identidad Centroamericana; b) el de la Solidaridad
Centroamericana; c) el de Progresividad; d) el de Globalidad del Proceso y e) el de
Buena Fe.

También se estableció que ningún Estado Parte puede adoptar medidas que vayan
en contra de esos principios y además, siendo la elección de los Diputados del

159
PARLACEN una manifestación de la Soberanía Popular, dicho mandato no puede
ser revocado, salvo los casos previstos expresamente por la Ley.

18. Caso del Diputado Ricardo Alfredo Flores Asturias contra el Parlamento
Centroamericano pidiendo nulidad de varios actos.

Aprobado por Corte Plena del 19 de octubre de 2009. (Acta 435).

Síntesis del caso


El PARLACEN consultó que si la denuncia de un Estado Parte del Tratado
Constitutivo del PARLACEN podría considerarse una revocatoria tácita del mandato
que los pueblos le han dado a los diputados centroamericanos y que si basta una
iniciativa presidencial para llevar a cabo dicha revocatoria.

Por su parte el demandado alegó que la Demanda era improcedente porque su


contraparte no había agotado los procedimientos internos contenidos en la
normativa jurídica del PARLACEN.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las cuatro de la tarde del día diecinueve de octubre del año
dos mil nueve. VISTO: Para dictar sentencia el Expediente 9-12-11-2008 en el
juicio de demanda con acción de nulidad e incumplimiento de actos realizados por el
Parlamento Centroamericano y Consulta en la interpretación y aplicación del
Artículo 12 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas y nulidad de los Artículos 42, 43, 44, 45, 46, primer párrafo del
Artículo 61, inciso 3 del Artículo 102, inciso 9 del Artículo 116, 122 y 129 del
Reglamento Interno del PARLACEN. Entablada por el Señor Ricardo Alfredo
Flores Asturias Diputado Titular por el Estado de Guatemala al Parlamento
Centroamericano (PARLACEN), en contra de dicho Órgano. Concurren a la
votación de la sentencia los Magistrados Doctora Silvia Rosales Bolaños, Doctor
Ricardo Acevedo Peralta, Doctor Carlos Guerra Gallardo, Doctor Alejandro Gómez
Vides, Doctor Jorge Ramón Hernández Alcerro, y Doctor Guillermo Pérez Cadalso
Arias. RESULTA I: Que en la Secretaría General de la Corte Centroamericana de
Justicia, el día doce de noviembre del año dos mil ocho, a las dos y treinta minutos
de la tarde, se recibió de parte del Licenciado Jorge Guillermo Arauz Aguilar,
Secretario de la Corte Suprema de Justicia de Guatemala, el memorial de la
demanda presentada por el Abogado Ricardo Flores Asturias en contra del
PARLACEN (Folios 1-74). En dicho escrito la parte demandante interpone acción
de Nulidad e Incumplimiento de actos realizados por el Parlamento
Centroamericano y Consulta en la Interpretación y Aplicación del Artículo 12 del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas y

160
Nulidad de los Artículos 42, 43, 44, 45, 46, primer párrafo del Artículo 61, inciso 3
del Artículo 102, inciso 9 del Artículo 116, 122 y 129 del Reglamento Interno de
dicho Órgano del SICA. Asimismo, interpone acción de nulidad en contra del acta
de la sesión de fecha catorce de septiembre de dos mil ocho, que preliminarmente se
identifica como AP diagonal doscientos cuatro guión dos mil ocho (AP/204-2008),
al igual que el punto ocho de la misma, así como de las resoluciones de Asamblea
Plenaria, de esa misma fecha, identificadas bajo números AP diagonal cinco guión
doscientos cuatro diagonal dos mil ocho, AP diagonal seis guión doscientos cuatro
diagonal dos mil ocho y AP diagonal siete guión doscientos cuatro diagonal dos mil
ocho (AP/5-204/2008, AP/6-204/2008 y AP/7-204/2008), contenido en folios diez y
once, que se refiere al nombramiento y juramentación de la comisión electoral; de la
resolución de Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano de fecha
veintidós de octubre de dos mil ocho, de la cual no conocemos el número de
identificación, por medio de la cual se pretendió incorporar a la delegación de
Observadores Permanentes de República Dominicana al padrón electoral con plenos
derechos para elegir y ser electos con relación a los cargos de Junta Directiva; de la
totalidad del proceso de elecciones de Junta Directiva del Parlamento
Centroamericano, llevado a cabo de forma por demás anómala los días veintidós y
veintitrés de octubre de dos mil ocho y documentado mediante Acta AP diagonal
cero uno guion dos mil ocho (AP/01-2008; Y, DE LOS ARTÍCULOS 42, 43, 44, 45,
46 primer párrafo del Artículo 61, inciso 3 del Artículo 102, inciso 9 del 116, 122 y
129 del Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano, el cual fue aprobado
por Asamblea Plenaria de dicha Institución el veintiocho de mayo de dos mil dos, y
que consta en el acta identificada como AP diagonal ciento cuarenta y uno guión dos
mil dos (AP/141-2002). Y acción de incumplimiento en contra de la Junta Directiva
del Parlamento Centroamericano y de la Delegación de Observadores Permanentes
de República Dominicana en el Parlamento Centroamericano. Solicita una Consulta,
pide medidas cautelares, y que se declare con lugar las acciones de Nulidad.
RESULTA II: Que por resolución de la Corte Centroamericana de Justicia de las
dos y treinta minutos de la tarde, del día catorce de enero del año dos mil nueve, se
admitió la demanda interpuesta por el Abogado Ricardo Alfredo Flores Asturias,
Diputado Titular por el Estado de Guatemala al Parlamento Centroamericano en
contra de dicho Órgano. Se tuvo por parte al Abogado Flores Asturias y se autorizó
al Abogado Luis Adolfo García Esquivel para recibir notificaciones en el lugar
señalado en el escrito de demanda. Se declaró sin lugar la solicitud de Consulta. La
Corte declaró también que no había lugar a las medidas cautelares solicitadas por la
parte actora. Se emplazó al Parlamento Centroamericano, por medio de su
Presidente, Diputada Gloria Guadalupe Oquelí, para lo cual mandó notificar
personalmente a la Señora Presidente en la Sede del PARLACEN, en ciudad
Guatemala, Guatemala, acompañando copia de la demanda, dándole traslado para la
contestación de la misma en el termino de treinta días hábiles a partir del día
siguiente de la notificación del presente auto, de conformidad con el Artículo 15 de
la Ordenanza de Procedimientos de este Tribunal. Esta Resolución fue objeto del

161
disenso de la Magistrada Silvia Rosales Bolaños (Folios 80-81 Reverso).
RESULTA III: Que por escrito con documentos adjuntos presentados por el
Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez, a las cuatro y treinta minutos de
la tarde, del día nueve de marzo del año dos mil nueve, pidió a La Corte que se tenga
por parte y que no se provea ningún tipo de acción procesal hasta que el demandante
subsane el escrito de demanda, ya que está dirigido a los Señores Magistrados y no a
La Corte (Folios 83-113 Reverso). RESULTA IV: Que La Corte Centroamericana
de Justicia por Resolución del día veintiséis de marzo del año dos mil nueve,
decidió: Admitir los escritos y documentos presentados. Tener como Apoderado
General Judicial con Representación del PARLACEN, al Abogado Roberto
Alejandro Caballero Rodríguez. No ha lugar a la solicitud de notificación al
demandante para que subsane el escrito de demanda, en vista de haberse tramitado
dicho escrito ante la Corte Suprema de Justicia del Estado de Guatemala, en el cual
la parte demandante designó a la Corte Centroamericana de Justicia como el
Tribunal ante el que se presentaba la demanda (Folio 114). RESULTA V: Que por
escrito presentado por el Magistrado Francisco Darío Lobo Lara, Magistrado Titular
de este Tribunal a las diez y veinticinco minutos de la mañana, del día treinta de
Marzo del año dos mil nueve, manifiesta que: “… para evitar problemas
innecesarios en lo personal, me abstengo de manera irrevocable y definitiva de
conocer el Juicio…” (Folio 115). RESULTA VI: Que por escrito del Abogado
Flores Asturias del día treinta de marzo del año dos mil nueve, a la una de la tarde,
autorizó al Abogado Luis Adolfo García Esquivel, para que presente en su nombre y
en nombre de la legalidad, todos los escritos que sean necesarios. (Folio 117).
RESULTA VII: Que La Corte con fecha veintidós de Abril del año dos mil nueve
resolvió: Tener por aceptada la excusa del Magistrado Lobo Lara de seguir
conociendo en el juicio. Aceptar la designación del Doctor Luis Adolfo García
Esquivel para que entregue a la Secretaría de La Corte los escritos suscritos por la
parte demandante. Ordenó además cumplir con lo dispuesto en el Artículo 25 literal
d) del Reglamento General de la Corte (Folio 118). RESULTA VIII: Que por auto
de Presidencia del día veintidós de Abril del año dos mil nueve, se llamó al
Magistrado Suplente Doctor José Antonio Gutiérrez Navas a integrar la Corte y en
caso de aceptar dicho llamamiento, darle posesión del cargo (Folio 119).
RESULTA IX: Que por escrito presentado por el Abogado Caballero Rodríguez, el
día veintinueve de abril del año dos mil nueve, manifestó que la parte actora no
impugnó ante la Comisión Electoral ni las Resoluciones, ni los actos relativos o
decisorios del proceso electoral realizado en el Parlamento Centroamericano
conforme al Artículo 112 del Reglamento Interno de ese Órgano. Por lo cual el
demandante antes de acudir a la Corte debió presentar en su debido momento y por
escrito razonado, todas las peticiones e inconformidades presentadas en su demanda,
ante la respectiva Comisión Electoral (Folio 125). RESULTA X: Por nota del once
de mayo del dos mil nueve, el Magistrado José Antonio Gutiérrez Navas, se excusó
del llamamiento hecho por la Magistrada Presidente, Silvia Rosales Bolaños, para
integrar este Tribunal en el presente caso (Folio 179). RESULTA XI: Que por

162
Resolución de la Corte del día veintiuno de mayo del año dos mil nueve, decidió:
Abrir a pruebas el presente juicio por el término de veinte (20) días hábiles a partir
de la última notificación del auto y proceder de conformidad con los Artículos 25
literal d) y 26 del Reglamento General de la Corte (Folio 180). Por lo cual pidió que
la demanda fuese declarada improcedente y que la solicitud de improcedencia de la
demanda se resolverá en la sentencia definitiva. RESULTA XII: Que por auto de
Presidencia del día veintiséis de mayo del año dos mil nueve, se llamó al
Magistrado, Doctor Guillermo Pérez-Cadalso Arias, todo de conformidad con lo
dispuesto en los Artículos 25 literal d) y 26 del Reglamento General de La Corte
(Folio 182). Se hizo la Comunicación Oficial a dicho Magistrado por la Magistrada
Presidente, Silvia Rosales Bolaños, y contestó aceptando el llamamiento que ésta le
hizo (Folios 184-186). RESULTA XIII: Que por escrito presentado por el Abogado
Caballero Rodríguez, del día veintidós de Junio del año dos mil nueve, manifestó
que la demanda no cumple con los requisitos procesales exigidos por la normativa y
la doctrina procesal comunitaria y los enumera en dicho escrito, entre ellos: 1) La
falta de acreditación de perjuicio y del ofrecimiento de prueba sobre este punto en la
resolución impugnada. (Artículos 60 b. y 61 b. de la Ordenanza de Procedimiento).
2) Del no agotamiento de la instancia y otras razones (Folios 187-199). Pide a La
Corte, entre otras cosas, que se amplié el término probatorio por el término de diez
días hábiles (Folio 198). RESULTA XIV: Que sobre el escrito del Abogado
Ricardo Alfredo Flores Asturias, del día seis de julio del año dos mil nueve, a las
dos y cuarenta minutos de la tarde (Folios 206-209), La Corte resolvió: Tenerlo por
no presentado por ser irrespetuoso para este Tribunal, amonestar severamente a la
parte actora y ordenarle se abstenga en sus escritos de proferir insultos o expresiones
irrespetuosas, tanto a los Magistrados que integran La Corte como a este Tribunal
(Folio 224). También, resolvió: Declarar sin lugar la solicitud de la parte demandada
en escrito presentado el día dieciséis de Julio del año dos mil nueve, para declarar la
caducidad de la instancia (Folios 210-224). RESULTA XV: Que por Resolución de
la Corte de fecha veintinueve de julio del año dos mil nueve, a las doce y quince
minutos de la tarde, decidió: Que siendo procedente la celebración de la Audiencia
Pública, pasar el Expediente a la Presidencia de esta Corte a efecto que sea señalado
día y hora para la celebración de la misma (Folio 226). RESULTA XVI: Que por
auto de Presidencia de ese mismo día, siendo las doce y cincuenta minutos de la
tarde, se citó a las partes para que concurrieran a la audiencia que se celebrará en el
local de La Corte a las nueve de la mañana del día siete de agosto del corriente año
(Folio 227). Resulta XVII: Que el día cinco de agosto del año dos mil nueve, en
Acta Número Cuarenta y Ocho del Libro de Actas de Toma de Posesión de
Magistrados de la Corte Centroamericana de Justicia, la Magistrada Presidente de La
Corte, Doctora Silvia Rosales Bolaños, incorporó al Pleno de este Tribunal al
Magistrado Guillermo Pérez-Cadalso Arias (Folio 232). RESULTA XVIII: Que se
llevó a cabo la audiencia en la fecha señalada para tal efecto, sólo con la presencia
del representante de la parte demandada, Abogado Roberto Alejandro Caballero
Rodríguez, presentando la parte demandada su escrito conclusivo el día trece de

163
agosto del año dos mil nueve (Folios 237-249), quedando el presente juicio listo
para sentencia. CONSIDERANDO I: Que el Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas, en adelante el Tratado, de mil
novecientos ochenta y siete, del cual forman Parte los Estados de Guatemala, El
Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana; es un tratado
fundamental del proceso de Integración Centroamericana por haber sido este
incorporado al Sistema de Integración por el Protocolo de Tegucigalpa, en adelante
llamado el Protocolo, del trece de diciembre de mil novecientos noventa y uno, que
en su Artículo 12, literalmente dice: “… Forman parte de este Sistema: …El
Parlamento Centroamericano PARLACEN, como órgano de planteamiento, análisis
y planificación, cuyas atribuciones son las que establecen su Tratado Constitutivo y
Protocolos vigentes”. CONSIDERANDO II: Que el Sistema de Integración
Centroamericana, (SICA), creado por el Protocolo, constituye un ordenamiento
jurídico propio, autónomo, jerárquicamente organizado bajo los principios del
Estado de Derecho, de legalidad y de jerarquía normativa, que al ser producto de una
legitima delegación de la soberanía de los Estados Parte, pasa a ser elemento
integrante del ordenamiento jurídico de los mismos, conservando su autonomía y
rigiéndose por los principios de aplicabilidad directa e inmediata y primacía
normativa. CONSIDERANDO III: Que el Tratado y sus Protocolos ratificados y
en vigor, constituyen la norma fundamental que rige al órgano que crea, es decir, el
PARLACEN, y que en virtud del Principio de Primacía, del Derecho Comunitario
Centroamericano, estos prevalecen sobre cualquier norma de derecho derivado
centroamericano y de derecho interno de los Estados Parte que los contravengan, tal
y como esta Corte lo ha manifestado en diversas sentencias. CONSIDERANDO
IV: En relación con la pretensión de declarar nula la resolución de la Asamblea
Plenaria del catorce de septiembre de dos mil ocho por falta de quórum alegada por
la parte demandante, esta Corte se permite formula las siguientes consideraciones:
Que el Tratado dispone, que el PARLACEN está integrado por veinte diputados por
cada Estado Parte, que estos diputados son electos por sufragio universal, directo
y secreto, pudiendo estos ser reelectos (inciso a) del Artículo 2 del Tratado). Que
para ser diputado al Parlamento Centroamericano, a excepción de los Ex presidentes
y los Ex vicepresidentes o Designados a la Presidencia de cada uno de los Estados
centroamericanos, debe cumplirse con los mismos requisitos que para ser diputado
exige la legislación de los respectivos Estados miembros, (Artículo 3 del Tratado).
Que, en este sentido, el Artículo 6 del mismo, manda que: “Cada Estado miembro
elegirá a sus diputados titulares y suplentes al Parlamento, de conformidad con las
disposiciones que fueren aplicables de la legislación nacional que regula la elección
de diputados o representantes ante sus Congresos o Asambleas legislativas…”.
CONSIDERANDO V: Que el Artículo 9 del Tratado establece como órgano
supremo del PARLACEN a la Asamblea Plenaria, la cual está integrada por los
diputados a que se refieren tanto el Artículo 2 como el 6 del Tratado. A su vez, en su
Artículo 12, al fijar el procedimiento de votaciones, ordena que: “La Asamblea
Plenaria adoptará sus decisiones con el voto favorable de la mitad más uno del total

164
de diputados…”, haciendo la salvedad de que esta votación podrá ser distinta según
los casos establecidos en el mismo Tratado o que se regulen en el Reglamento.
“…El quórum se integra con 64 diputados”. CONSIDERANDO VI: Que los
distintos Protocolos al Tratado se refieren a los diputados atribuyéndoles la misma
naturaleza y características que el mismo les da, cuando el Primer Protocolo al
Tratado, del quince de septiembre de mil novecientos ochenta y nueve, en su
Artículo 1, dice: “El proceso de elección de los primeros diputados al Parlamento
Centroamericano deberá realizarse en los países miembros, de conformidad con las
respectivas leyes electorales…”. De igual manera, el Segundo Protocolo al Tratado,
del dieciséis de junio de mil novecientos noventa y uno, dice en su Artículo Primero:
“se extiende el plazo previsto en el A rtículo 32 del Tratado, para la celebración de
elecciones de diputados propietarios y suplentes al Parlamento… la elección se hará
de acuerdo con las leyes electorales”. Que en su Artículo Segundo, se ordena:
“Mientras se celebran las elecciones previstas en el artículo primero, los países
suscriptores del Tratado y sus Protocolos, tendrán derecho a acreditar
Observadores Permanentes ante el Parlamento Centroamericano, hasta un
número de veinte.” (El énfasis es nuestro). Esta disposición marca una esencial
diferencia entre diputados y Observadores, puesto que los primeros son electos y los
segundos acreditados, formando así dos categorías distintas de representantes, a
partir del origen y naturaleza de sus nombramientos. El Cuarto Protocolo, de fecha
veintiséis de febrero de dos mil cuatro, se dejó abierta la posibilidad de la adhesión
de República Dominicana al Tratado y sus Protocolos, habiéndose adherido este
Estado en fecha catorce de junio de dos mil siete, con lo cual devino Parte del
Tratado y sus Protocolos. CONSIDERANDO VII: Que la Asamblea Plenaria,
según el Artículo 21 inciso 5) del Reglamento Interno tiene dentro de sus
atribuciones “elaborar y aprobar el Reglamento Interno del Parlamento
Centroamericano y los demás reglamentos que se requieran”. CONSIDERANDO
VIII: Que el “Reglamento interno del PARLACEN, regulará lo relativo a las
sesiones, procedimiento parlamentario, atribuciones de la Junta directiva,
comisiones de trabajo, sistemas de votación, convocatorias, grupos parlamentarios y
todo lo concerniente a su funcionamiento” (Artículo 13 del Tratado). Que la
Asamblea Plenaria aprobó el Reglamento Interno, en adelante el Reglamento,
vigente el día veintiocho de mayo de dos mil dos y que sólo podrá ser reformado en
base a los términos y condiciones establecidos en el Artículo 125 del mismo. La
Corte opina que el demandante no probó la falta de quórum. CONSIDERANDO
IX: Que el Reglamento establece, en plena concordancia con lo dispuesto en el
Tratado, que los diputados serán electos para un período de cinco años por
sufragio universal, directo y secreto, en elecciones libres, participativas y
pluralistas celebradas en los Estados Parte (Artículo 11 Reglamento. El énfasis es
nuestro); estatuyendo claramente quiénes tienen la calidad de diputados, al decir:
“Capitulo II: Artículo 6, definición: Son los representantes de los pueblos de los
Estados Parte, electos libre, directa y democráticamente”. Por lo tanto, los diputados
son los únicos que, según el Artículo 12 del Tratado, integran el quórum de la

165
Asamblea Plenaria, y sólo ellos podrán votar válidamente. CONSIDERANDO X:
Que el PARLACEN, por medio de su Reglamento puede establecer diferentes
categorías de Observadores, siempre y cuando no se contradigan, ni violen las
disposiciones del Tratado y sus Protocolos, ni las del propio Reglamento. En este
contexto el Reglamento establece tres categorías de Observadores, a saber: a)
Observadores Especiales: Son “los Estados de la región que aún no hubiesen
procedido a elegir, por la vía democrática directa, a sus diputados al Parlamento
Centroamericano”… “participando en los trabajos de las mismas en igualdad de
condiciones con los diputados y diputadas electos por votación popular” (Artículo
44 Reglamento). b) Observadores Permanentes: “…los Parlamentos de otros Estados
extrarregionales, así como otros organismos internacionales, cuyos objetivos y
principios sean compatibles con los del Parlamento Centroamericano” (Artículo 45
Reglamento). C) Observadores Originarios: “Son considerados Observadores
Originarios, por su aporte y apoyo a la instalación y consolidación del Parlamento
Centroamericano: El Parlamento Europeo, el Parlamento Latinoamericano y el
Parlamento Andino, los que tienen los mismos derechos que los Observadores
Permanentes” (Artículo 46 Reglamento). Que esta Corte opina que las disposiciones
sobre Observadores Originarios no contradicen el Tratado y sus Protocolos ni el
Reglamento, salvo en lo que se refiere a sus derechos. En lo concerniente a las
disposiciones referidas a los Observadores Permanentes, en su contenido no existe
contravención alguna, pero sí en su denominación, debido a que ya el Segundo
Protocolo al Tratado, en su Artículo Segundo definió quiénes son Observadores
Permanentes, estableciendo que sólo los Estados Parte que aún no hayan realizado
elecciones libres y democráticas para elegir a sus diputados centroamericanos,
podrán acreditar Observadores Permanentes al Parlamento. En cuanto a los
Observadores Especiales, son estos quienes deben llamarse Observadores
Permanentes, ya que se refieren a Estados de la Región que aún no hubiesen
procedido a elegir por la vía democrática a sus diputados, tal como lo manda la
disposición antes citada del Segundo Protocolo. Sobre los derechos y obligaciones
de todos estos Observadores, el Parlamento por medio de la Asamblea Plenaria y su
Reglamento, puede atribuirles las facultades y obligaciones que estime pertinentes,
salvo el derecho a formar parte del quórum y ejercer el derecho al voto, (El
énfasis es nuestro), puesto que estas son facultades reservadas exclusivamente para
los diputados (Artículo 12 del Tratado). Por esto, al no poder ejercer el voto ni
activa ni pasivamente, estos Observadores no podrán formar parte de la Junta
Directiva del Parlamento Centroamericano, excepto en posiciones adjuntas
determinadas en el Artículo 44 del Reglamento. En consecuencia, cualquier
disposición resolutiva o reglamentaria que otorgue el derecho a voto a cualquiera de
de estos Observadores es nula, por oponerse a una disposición de un Tratado
fundamental comunitario. CONSIDERANDO XI: Que la República Dominicana es
Parte del Tratado y sus Protocolos, y que no habiendo aún realizado elecciones
democráticas para elegir a sus diputados al PARLACEN, sus actuales representantes
acreditados ante el mismo, tienen el carácter de Observadores Permanentes, como se

166
prescribe en el Artículo Segundo del Segundo Protocolo al Tratado y como tales, al
no ser diputados, no pueden formar parte del quórum y consecuentemente no pueden
ejercer derecho al voto ni activa ni pasivamente. CONSIDERANDO XII: Que
según la designación de los Observadores de la República Dominicana, hecha por el
Poder Ejecutivo y aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado de ese Estado,
en fechas de dieciocho de octubre de dos mil seis y nueve de enero de dos mil siete,
respectivamente, según consta en documentos certificados en poder de esta Corte, la
delegación correspondiente se encuentra conformada por veintiún Observadores
permanentes, contraviniendo así la disposición del Segundo Protocolo de Reformas
al Tratado, en el que se establece que sólo podrán acreditarse veinte.
CONSIDERANDO XIII: Que la Comisión Electoral del PARLACEN, regulada en
el Capítulo XII del Reglamento, es la instancia interna que organiza la elección de la
Junta Directiva, estando formada exclusivamente por dos diputados por cada uno de
los Estados Parte, por lo que ningún observador puede integrarla. Que el padrón
electoral que elabora esta Comisión, deberá contener sólo “el listado de los
diputados y diputadas con derecho a voto”, sin incluir a ningún tipo de observador,
esto en base al Artículo 118 del Reglamento. Que según consta a esta Corte, por
Certificación del Acta número AP/204-2008 de Asamblea Plenaria del PARLACEN,
en la que se nombran y juramentan los miembros de la Comisión Electoral 2008,
aparece formando parte de la misma el Observador Permanente de República
Dominicana, Rafael Gamundi Cordero. CONSIDERANDO XIV: Que la Junta
Directiva del Parlamento se regula por el Artículo 14 del Tratado, que literalmente
dice: “La Junta Directiva se elegirá por la Asamblea Plenaria de entre sus miembros,
por un período de un año y funcionará en forma permanente. Se integrará con los
siguientes miembros: a) Un Presidente; b) Cuatro Vicepresidentes; c) Cinco
Secretarios”. El Reglamento de igual manera, en su Artículo 31 estructura la Junta
Directiva. Esto quiere decir, que sólo podrán ser miembros de la misma, los
diputados de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Panamá, puesto que
estos son los únicos que pueden elegir y ser electos. Cuando otro Estado integre a
sus diputados y entre en vigor el Quinto Protocolo de Reforma al Tratado, la Junta
Directiva se estructurará en base a este, quedando compuesta de la siguiente manera:
“un presidente; tantos vicepresidentes, como Estados Parte existan, a excepción del
Estado del Presidente; tantos secretarios como Estados Parte del Tratado” (Artículo
15 del Quinto Protocolo de Reformas). Que según consta en la Certificación
pertinente del Acta número 01-2008 de Asamblea Plenaria del PARLACEN,
participaron los miembros de la Delegación de Observadores Permanentes de
República Dominicana, conformando quórum y ejerciendo el derecho a voto para
elegir a la Junta Directiva, elección en la que resultaron electos para ocupar puestos
en este órgano los siguientes Observadores Permanentes Dominicanos: Luis Puello
Domínguez, como Secretario y Juan Pablo Plácido Santana, como Vicepresidente,
contraviniéndose por lo tanto, los Artículos 12 y 14 del Tratado.
CONSIDERANDO XV: Que el recurso del agotamiento interno de las instancias,
debe ser juzgado y analizado por esta Corte de manera específica en cada caso

167
concreto, atendiendo a diversos criterios, como por ejemplo: naturaleza del juicio,
oportunidad y sobre todo, existencia de norma expresa. Esta Corte advierte, que
dada la naturaleza del presente asunto, en el cual existe una transgresión directa y
contundente del Tratado, no cabe otro instancia previa que con autoridad pudiese
resolver este asunto, puesto que el Protocolo de Tegucigalpa en su Artículo 35 dice:
“Toda controversia sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones
contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el párrafo
anterior, deberá someterse a la Corte Centroamericana de Justicia”.
CONSIDERANDO XVI: Esta Corte advierte que de las acciones de nulidad, sean
estas totales o parciales, y del incumplimiento de normativas o resoluciones, se
podrían derivar consecuencias o efectos con responsabilidades pecuniarias, a cargo
del sujeto infractor. En este sentido, La Corte estima que en este caso no existe
responsabilidad pecuniaria. Igualmente esta Corte advierte, que en el marco del
proceso de control legal de la norma comunitaria, deberá considerar otros elementos
que necesariamente tendrían que modificar los efectos de las nulidades.
Concretamente La Corte está obligada a garantizar la seguridad del tráfico jurídico
respecto de los terceros actores, sean estos públicos o privados; asuntos estos que
pueden ser determinados en base a los Artículos 30 del Convenio de Estatuto y el 64
de la Ordenanza de Procedimientos de esta Corte. De la misma manera, se ha
analizado analógicamente el Artículo 91 de la Ley de la Jurisdicción Constitucional
Costarricense, que dispone: “la sentencia constitucional de anulación podrá graduar
y dimensionar en el espacio, el tiempo o la materia, su efecto retroactivo”, a la vez
en el Artículo 93 del mismo cuerpo legal, se establece: “que el efecto retroactivo de
la sentencia anulatoria no alcanza situaciones jurídicas consolidadas
definitivamente, tales como los derechos adquiridos de buena fe, aquellas relaciones
o situaciones jurídicas en las que operó prescripción o caducidad, en virtud de
sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada material o por consumación en los
hechos”. Por estas razones, La Corte determina que los efectos de los actos
realizados por la Junta Directiva 2008-2009 del Parlamento, en el período
comprendido entre el 28 de octubre de 2008 y el 27 de octubre de 2009, tendrán
plena validez y eficacia jurídica. No se valida la participación de los Observadores
Permanentes de la República Dominicana en votaciones e integración en la
Comisión Electoral, que como ya ha quedado estatuido por La Corte están
reservados únicamente a los diputados y diputadas del PARLACEN en futuras
elecciones. POR TANTO; en nombre de Centroamérica: Resuelve: PRIMERO:
Ha lugar a la acción de nulidad parcial, en contra de la Resolución de la Asamblea
Plenaria del Parlamento Centroamericano, con fecha catorce de septiembre de dos
mil ocho, identificada como AP, Diagonal, doscientos cuatro, guión, dos mil ocho
(AP/204-2008), en todo lo referente al nombramiento y juramentación de la
Comisión Electoral 2008-2009, por participar y formar parte de ésta Observadores
que no ostentan la investidura de diputados centroamericanos. SEGUNDO: No ha
lugar a la acción de nulidad en contra de las Resoluciones de Asamblea Plenaria del
Parlamento identificadas como: AP, diagonal, cinco, diagonal, doscientos cuatro,

168
diagonal, dos mil ocho (AP/5/204/2008); AP, diagonal, seis, diagonal, doscientos
cuatro, diagonal, dos mil ocho (AP/6/204/2008); AP, diagonal, siete, diagonal,
doscientos cuatro, diagonal, dos mil ocho (AP/7/204/2008), debido a que la parte
actora no logró comprobar su aseveración, en cuanto se refiere a la falta de quórum
al momento de aprobar dichas resoluciones. TERCERO: No ha lugar a la Acción
de Nulidad en contra de resolución de Asamblea Plenaria del Parlamento de fecha
veintidós de octubre de dos mil ocho. Debido a que la parte actora no logró
identificar clara y correctamente la resolución que se recurre. CUARTO: Ha lugar
a la Acción de Nulidad en contra de la Resolución del Parlamento denominada AP,
diagonal, uno, diagonal, dos mil ocho (AP/01/2008), por establecer una Junta
Directiva que incluye a Observadores que no ostentan la investidura de diputados
centroamericanos y por infringir la estructura de la Junta Directiva establecida en el
Tratado. QUINTO: A) No ha lugar a la Acción de Nulidad del Artículo 42 del
Reglamento, por no estar en contraposición con ningún artículo del Tratado ni del
Reglamento; B) No ha lugar a la nulidad del Artículo 43 del Reglamento, por la
misma razón antes mencionada; C) Declárase la nulidad parcial del Artículo 44 del
Reglamento, en cuanto a la denominación, Observadores Especiales, debido a que
en su contenido se refiere a los Observadores definidos en el Artículo Segundo del
Segundo Protocolo de reformas al Tratado, que los denomina Observadores
Permanentes; además es nulo en la parte que les concede a los Observadores el
derecho a voto y a conformar quórum, porque según el Artículo 12 del Tratado,
estos derechos son privativos de los diputados centroamericanos; D) Declárase
parcialmente nulo el Artículo 45 del Reglamento, en cuanto su denominación:
Observadores Permanentes, debido a que esta ha sido reservada para los
Observadores a que se refiere el Segundo Protocolo de Reformas al Tratado en su
Artículo Segundo; E) No ha lugar a la nulidad del Artículo 46 del Reglamento, por
no contravenir ninguna disposición del Tratado ni del Reglamento; F) No ha lugar a
la nulidad del primer párrafo del Artículo 64 del Reglamento, por no existir
contravención a disposiciones del Tratado ni del Reglamento; G) Declárese la
nulidad parcial del inciso 3 del Artículo 102 del Reglamento, puesto que ningún
observador puede ejercer derecho a voto ni formar parte del quórum, ya que este
derecho está exclusivamente reservado para los diputados centroamericanos, según
las disposiciones del Tratado; H) No ha lugar a la nulidad del inciso 9 del Artículo
116 del Reglamento, debido a que no existe violación alguna a las disposiciones del
Tratado ni del mismo Reglamento; I) No ha lugar a la nulidad del Artículo 122 del
Reglamento, pero esta Corte advierte, que el demandante ha confundido la legalidad
de la conformación de la Comisión Electoral, que en este caso es nula, con la
legalidad de sus atribuciones legitimas cuando la Comisión se conforme legalmente;
J) Ha lugar a la nulidad parcial del Artículo 129 del Reglamento del Parlamento,
debido a que la delegación de la República Dominicana, según el Artículo Segundo
del Segundo Protocolo de Reformas al Tratado, tienen la calidad de “Observadores
Permanentes” a partir de la adhesión de ese país al Tratado Constitutivo y sus
Protocolos de fecha 14 de junio 2007 y no la de “Observadores Especiales”, como

169
dice dicho artículo. Estos Observadores podrán tener todas las atribuciones de los
diputados, menos derecho a formar parte del quórum y votar y las demás
restricciones que el Tratado, sus Protocolos vigentes y el Reglamento les imponen.
SEXTO: Acción de incumplimiento en contra de la Junta Directiva del
PARLACEN y Delegación de Observadores Permanentes de República
Dominicana: A) Declárase la nulidad parcial de la acreditación hecha ante la Junta
Directiva del PARLACEN, de Observadores Permanentes de la República
Dominicana, debiendo ajustarse al número de Observadores permitidos en el
Artículo Segundo del Segundo Protocolo al Tratado y el 44 del Reglamento. B) No
ha lugar a la ilegalidad de la comparecencia de los Observadores Permanentes de
República Dominicana, por no haberse demostrado la incongruencia entre la fecha
de ratificación de sus nombramientos y la fecha de toma de posesión de dichos
Observadores. C) No ha lugar a la ilegalidad de la permanencia del Observador
Alfredo Cruz Polanco, porque no se pudo demostrar a esta Corte la situación
particular del mismo. En todo caso el PARLACEN deberá atenerse al inciso A) del
punto resolutivo SEXTO. Esta Corte estima que únicamente le corresponde resolver
sobre la legitimidad de la acreditación de los Observadores Permanentes y no sobre
su nombramiento o designación, ya que esto es responsabilidad de las autoridades
nacionales. Por lo tanto, la acreditación de estos Observadores Permanentes, hecha
por el PARLACEN, también deberá basarse en el Inciso A) del punto resolutivo
SEXTO. A) No ha lugar a la ilegalidad de cualquier sustitución de Observadores
permanentes, siempre y cuando se cumpla lo establecido en el Artículo 2 del
Segundo Protocolo de reformas al Tratado. B) No ha lugar a la petición de
restitución de beneficios por parte de los Observadores de República Dominicana
que han fungido ilegalmente, por falta de determinación de los sujetos y ausencia de
la cuantificación del daño. Lo mismo se aplica para el caso de las subsiguientes
pretensiones del demandante, relacionadas con las responsabilidades a cargo de
sujetos indeterminados sobre restituciones pecuniarias igualmente indeterminadas.
C) No ha lugar a la petición de Consulta interpuesta, por no haberse cumplido con
los requisitos establecidos en los Artículos 54, 55, y 56 de la Ordenanza de
Procedimientos de esta Corte; además, estas Consultas no se pueden evacuar en el
marco de un proceso contencioso-judicial que tiene sus propias reglas y principios.
D) No ha lugar a la petición del Demandado, referente al cumplimiento de los
requisitos establecidos en los Artículos 60 y 61 de la Ordenanza de Procedimientos
de esta Corte, porque cuando se transgreden disposiciones obligatorias que rigen una
comunidad, como la centroamericana, los ciudadanos miembros de la misma se ven
afectados en el ejercicio de sus derechos y esta transgresión implica responsabilidad
por parte del ente infractor. E) No ha lugar a la petición del Demandado, referente al
no agotamiento previo de las instancias internas, en virtud de las razones expuesta
por esta Corte en su CONSIDERANDO XV. SÉPTIMO: Todos los actos
realizados por la Junta Directiva 2008-2009 del Parlamento, en el período
comprendido entre el 28 de octubre de 2008 y el 27 de octubre de 2009, tendrán
plena validez y eficacia jurídica, con las restricciones impuestas en esta misma

170
resolución en el Considerando XVI. NOTIFÍQUESE. VOTO DISIDENTE DE LA
MAGISTRADA SILVIA ISABEL ROSALES BOLAÑOS. La suscrita
Magistrada disiente de la presente resolución por las siguientes razones y
fundamentos: En la resolución del día catorce de enero del año dos mil nueve, voté
porque se declarara sin lugar la admisibilidad de la demanda y consecuente con este
voto, reitero y ratifico todo lo expresado en el mismo, el cual consta al frente del
folio ochenta y uno (81) y al reverso del mismo del expediente No. 9-12-11-2008 y
que a esta sentencia incorporo: “Mis consideraciones por ser contrarias al resto de la
mayoría de los honorables Magistrados. En base a los artículos treinta y seis (36) del
Convenio de Estatuto y veinticuatro (24), párrafo segundo de la Ordenanza de
Procedimientos de este Tribunal, estimo oportuno detallar y que conste en la
presente resolución. He votado porque se declare sin lugar la admisibilidad de la
demanda interpuesta por el abogado Ricardo Alfredo Flores Asturias, Diputado
Titular por el Estado de Guatemala al Parlamento Centroamericano, en contra de
dicho Órgano del Sistema de la Integración Centroamericana. Por consiguiente,
emito mi voto disidente de la siguiente manera; PRIMERO: La demanda no debió
ser admitida considerando que antes de que la Corte Centroamericana de Justicia
conociera este caso, se debió haber agotado la instancia respectiva que para el efecto
establece la normativa jurídica del Órgano Fundamental del Sistema de la
Integración Centroamericana (PARLACEN). El Reglamento Interno del Parlamento
Centroamericano, establece en su artículo noventa y uno (91) párrafo cuarto, que
“Al inicio de cada sesión, la Presidencia someterá a discusión y aprobación el Acta
de la Asamblea Plenaria anterior. Antes de ser aprobada, cualquier diputado o
diputada, podrá proponer observaciones al texto de la misma, para que se enmiende
y se hagan las consideraciones del caso”. En ese sentido, siendo que la resolución en
cuestión se celebró en el mes de Julio del año dos mil siete, correspondía al
demandante, hacer sus consideraciones en la siguiente sesión. No consta en el pliego
de la demanda, si el demandante observó o impugnó la decisión adoptada por el
Parlamento Centroamericano, por medio de la resolución AP/5 CXCII – 2007. Por
otra parte, el articulo noventa y dos (92) del mismo Reglamento mencionado supra,
establece el derecho de los diputados y diputadas a reconsiderar las resoluciones
tomadas en la sesión anterior, igualmente no demuestra el demandante, si ejerció
este derecho y por consiguiente, la Corte Centroamericana de Justicia no puede tener
el criterio necesario para determinar si opera o no el agotamiento de la instancia
interna. En tal sentido corresponde a la parte actora del proceso, demostrar tales
circunstancias y las mismas no han sido ni siquiera mencionadas en la demanda.
Este criterio, del no agotamiento de la instancia, la Corte lo ha venido sosteniendo
en algunos casos, tal y como lo podemos corroborar con la sentencia del veinticinco
de enero del año dos mil ocho, demanda de “Oscar Roberto Balcaceres Castro
contra el PARLACEN”. SEGUNDO: En cuanto a las medidas cautelares solicitada
por la parte actora, continuó expresando mi voto disidente al resto mayoritario de los
Magistrados que integran este tribunal en base a los siguientes argumentos: a) La
doctrina señala que la jurisdicción cautelar tiene como finalidad detener el tiempo

171
en el proceso y evitar con ello un daño inminente. En el presente caso, debimos
garantizar el debido proceso, consagrando el principio de igualdad entre las partes,
que requería, escuchar y conocer la posición del Parlamento Centroamericano en
torno a esta solicitud. (Órgano, que en sesión plenaria otorgó a los parlamentarios y
parlamentarias designados por la República Dominicana los mismos derechos y
obligaciones que a los diputados y diputados del Parlamento Centroamericanos).
Ello nos permitiría tener los elementos necesarios, para que pudiéramos tomar una
decisión lo más apegada al Estado de Derecho de la Integración Centroamericana. b)
En el presente caso, el objeto de las medidas cautelares solicitada coincide con el
objeto de la demanda, en tal sentido y de conformidad a la doctrina comunitaria, las
medidas cautelares o prejudiciales, en modo alguno, deben de ser tomadas cuando
prejuzgan el fondo, como en el presente caso, porque con ello podríamos anticipar el
resultado de lo que eventualmente sería la sentencia definitiva. c) Por último y
considerando que ni el Convenio de Estatuto de la Corte, ni la Ordenanza de
Procedimientos, establecen con claridad el mecanismo para la admisión de las
medidas cautelares o prejudiciales, atañe entonces a este tribunal, auxiliarse de la
normativa jurídica regional o comunitaria, para tutelar y proteger los derechos de
las partes involucradas en este proceso, sobre todo cuando existe en la propia
Ordenanza de Procedimientos el artículo sesenta y cuatro (64), que por su
importancia cito literalmente: “La Corte, en lo no previsto en esta Ordenanza, podrá
señalar los procedimientos a seguirse manteniendo la objetividad de los derechos y
la salvaguardia de los propósitos y principios del Sistema de la Integración
Centroamericana, la igualdad de las partes y la garantía del debido proceso”. En este
sentido el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas establece en su artículo
ochenta y cuatro (84) que la demanda de medidas prejudiciales “se notificará a la
otra parte, a la que el Presidente fijará un plazo breve para la presentación de sus
observaciones escritas u orales”. Procura la normativa europea garantizar la igualdad
entre las partes del proceso, logrando con ello ilustrarse de mejor forma, antes de
asumir una decisión que puede devenir en el perjuicio de un derecho adquirido por
una o las dos partes en el proceso.” La parte postulante, debió agotar previamente
los procedimientos internos propios del Parlamento Centroamericano, a fin de
permitir un pleno ejercicio del derecho de quienes han intervenido en la sesión
plenaria y consecuentemente, proponer las observaciones al texto del acta de la
sesión anterior, para su enmienda y correcciones del caso, tal como lo fija el numeral
cuarto del artículo noventa y uno (Arto. 91) del Reglamento Interno del
PARLACEN, situación que no puede ser subsanada a través del recurso de nulidad
que nos ocupa. El agotamiento previo de los procedimientos internos, otorgan
legitimidad a quien, de resultar afectados por la resolución definitiva, podrá hacer
uso de los recursos que la ley permite. Por lo que no puede devenir en exclusivo de
una de las partes el derecho de defensa y menos aún cuando se procede sin cumplir
las ritualidades del proceso que fije la ley. La parte demandante debió probar que
había agotado los procedimientos internos y no lo hizo. En consecuencia debió
admitirse la pretensión de la parte demandada de NO ADMITIR LA DEMANDA

172
POR FALTA DE AGOTAMIENTO PREVIO DE LOS PROCEDIMIENTOS, Y
POR CONSIGUIENTE, NO SE DEBIO ENTRAR A CONOCER EL FONDO DEL
ASUNTO, SI NO SE CUMPLE EL AGOTAMIENTO PREVIO DEL
PROCEDIMIENTO INTERNO QUE REGULA EL REGLAMENTO del
PARLACEN. Además, he disentido con la presente sentencia porque la parte actora
no aportó ninguna prueba a sus pretensiones jurídicas en ninguna etapa del
procedimiento ante La Corte y menos en el período probatorio, lo cual corroboro
con la descripción de las distintas fases del procedimiento: iniciando con la demanda
de la parte actora con fecha doce de noviembre de dos mil ocho, la cual fue admitida
en resolución de La Corte del día catorce de enero de dos mil nueve. La parte
demandada el Parlamento Centroamericano a través de su representante el día nueve
de marzo de dos mil nueve, solicita a La Corte no proveer ningún tipo de acción
procesal en tanto el demandante no corrija el error de haber dirigido la demanda a
los “Señores Magistrados de la Corte Centroamericana de Justicia” en lugar de ser
dirigido a la “Corte Centroamericana de Justicia”. En resolución de La Corte con
fecha veintiséis de marzo de dos mil nueve, se resuelve lo solicitado por la parte
demandada. El día treinta de marzo de dos mil nueve el Magistrado Francisco Darío
Lobo Lara se excusa de conocer de manera irrevocable y definitiva la presente
demanda. Por resolución de La Corte del veintidós de abril de dos mil nueve, se
acepta la excusa del Magistrado Francisco Darío Lobo Lara. Con fecha veintinueve
de abril de dos mil nueve la parte demandada solicita que se declare improcedente la
petición de nulidad de las Actas AP/5-2004/2008 y AP/7-2004/2008, por no estar
relacionada al proceso electoral interno, sobre el que descansa las principales
pretensiones del demandante. Solicita la improcedencia de la demanda por no
agotarse los procedimientos establecidos en el Artículo 122 del Reglamento Interno
del PARLACEN. Por resolución de La Corte de fecha veintiuno de mayo de dos mil
nueve, se decide que el incidente del demandado se resolverá en la sentencia
definitiva y se ordena abrir a pruebas por el término de veinte días hábiles. Dicha
resolución fue notificada a las partes el día veinticinco de mayo del año dos mil
nueve corriendo el término para la presentación de las pruebas, mismas que la parte
demandante no utilizó. Por resolución de La Corte del día veintisiete de mayo de dos
mil nueve, se llama al Magistrado por el Estado de Honduras, Doctor Guillermo
Pérez-Cadalso Arias, para integrar La Corte. Con fecha veintidós de junio de dos mil
nueve el Parlamento Centroamericano pide la improcedencia de la demanda y
presenta una serie de argumentos. Con fecha dieciséis de julio de dos mil nueve se
presenta un escrito de la parte demandada pidiendo el abandono, caducidad o
perención de la instancia por inactividad del demandante. Con fecha seis de julio de
dos mil nueve la parte actora presenta un escrito irrespetuoso para La Corte. Por
resolución de La Corte de fecha diecisiete de julio del año dos mil nueve se declara
sin lugar la solicitud de la caducidad de la instancia y se amonesta a la parte actora
ordenándole que se abstenga de proferir insultos o aseveraciones irrespetuosas, tanto
a los Magistrados que integran La Corte como a este Tribunal. Por resolución de La
Corte de fecha veintinueve de julio de dos mil nueve, se resuelve pasar el expediente

173
a la Presidencia de La Corte para la celebración de la Audiencia Pública. Por auto de
Presidencia de fecha veintinueve de julio de dos mil nueve, se cita a las partes para
que concurran a la audiencia el día siete de agosto de dos mil nueve. Con fecha trece
de agosto de dos mil nueve la parte demandada presenta su escrito conclusivo. En
conclusión no consta en autos que la parte actora haya probado los extremos de su
demanda y en el momento procesal relacionado con el período de prueba, no aportó
ningún medio probatorio. Además no compareció a la audiencia pública tal y como
consta en Acta de Audiencia del día siete de agosto del año dos mil nueve. (Folios
236 y reverso). Y no presentó su escrito conclusivo dentro del término de ley y
finalmente abusó de su derecho de petición, violándose principios universales
concernientes a la conducta que deben de observar los Abogados ante las Cortes y
Tribunales de Justicia. Managua, las dos y cincuenta minutos de la tarde del día
veinte de octubre del dos mil nueve.”

Jurisprudencia
La Corte definió las diferencias que existen entre los Funcionarios que asumen su
cargo en virtud de una elección popular y aquellos que lo hacen por
nombramiento, teniendo los primeros la calidad de Diputados y los segundos la de
Observadores. Estos últimos tienen derechos limitados, ya que no pueden votar o
ser miembros de la Junta Directiva.

También se estableció que las acciones de nulidad no alcanzan a las situaciones


jurídicas consolidadas definitivamente, como por ejemplo aquellos derechos
adquiridos de buena fe.

19. Caso del Diputado Luis Adolfo García Esquivel contra el PARLACEN, pidiendo
la nulidad absoluta de la resolución AP/CXII-2007 adoptada en San Pedro Sula,
Honduras.

Aprobado por Corte Plena del 19 de octubre de 2009. (Acta 435).

Síntesis
El demandante alegó que la Resolución mencionada era nula por la ilegal
participación de los parlamentarios designados por República Dominicana en
elección por la Junta Directiva del PARLACEN, período 2008-2009, en vista de que
no fueron electos por sufragio universal, directo y secreto, convocados por el
Órgano electoral correspondiente.

174
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las cuatro y cuarenta minutos de la tarde del día
diecinueve de octubre del año dos mil nueve. VISTO: Para dictar sentencia en
el juicio demandando acción de nulidad absoluta e incumplimiento por
irregularidades de fondo o deficiencias del Plenario del Parlamento
Centroamericano y por la supuesta ilegal participación de los Parlamentarios
Designados de la República Dominicana en la elección para la Junta Directiva
del PARLACEN, período 2008-2009, que violenta el Protocolo de
Tegucigalpa, el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas, el Reglamento Interno entre otros, entablada por el Doctor
Luis Adolfo García Esquivel, Diputado Propietario por el Estado de Nicaragua
al Parlamento Centroamericano (PARLACEN), en contra de dicho Órgano.
Concurren a la votación de la sentencia los Magistrados Doctora Silvia
Rosales Bolaños, Doctor Ricardo Acevedo Peralta, Doctor Carlos Guerra
Gallardo, Doctor Alejandro Gómez Vides, Doctor Jorge Ramón Hernández
Alcerro, y Doctor Guillermo Pérez Cadalso Arias. RESULTA I: Que la parte
demandante interpuso acción de nulidad absoluta e incumplimiento de la
Resolución AP/5-CXCII-2007 tomada en San Pedro Sula, República de
Honduras, por irregularidades de fondo o deficiencias del Plenario del
PARLACEN y por la ilegal participación de los Parlamentarios designados de
la República Dominicana en la elección de la Junta Directiva del
PARLACEN, período dos mil ocho (2008), dos mil nueve (2009). Las razones
que invoca la parte demandante son que dichos Parlamentarios no fueron
electos por sufragio universal directo y secreto en proceso eleccionario,
convocado por el órgano electoral correspondiente, violando flagrantemente
los principios fundamentales que conforman tanto la Exposición de Motivos
del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas, y entre otros sus Artículos 2 inciso a) “Integración del Parlamento
Centroamericano”; 6 “Proceso Electoral”; 12 “Votaciones” y además
habérseles dado iguales derechos que a los Diputados Centroamericanos.
Asimismo pidió que se declarara nula la participación en la votación por parte
de los parlamentarios de República Dominicana, se declararan en suspenso sus
derechos, se llevara a cabo una Acumulación de Autos con otros juicios que
en su criterio son similares al presente, aunque no sea el actor de las varias
demandas, sino porque las acciones son contra el mismo demandado y terminó
pidiendo determinadas medidas cautelares. RESULTA II: Por escrito
presentado por el Doctor Luis Adolfo García Esquivel, a las nueve y diez
minutos de la mañana del día once de Diciembre del año dos mil ocho, junto
con documentos que acompaña, pidió se tengan como prueba y denunció los

175
obstáculos, las excusas, y la negativa del PARLACEN a entregarle copia de
las Actas de las sesiones plenarias de dicho Órgano (Folio 38). RESULTA
III: A las once y treinta minutos de la mañana del día veintitrés de enero del
año dos mil nueve, La Corte resolvió: Admitir la demanda interpuesta por el
Abogado Luis Adolfo García Esquivel, Diputado Propietario por el Estado de
Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano, en contra de este Órgano del
SICA; se le tuvo por parte, se autorizó el lugar señalado para recibir
notificaciones. Asimismo se declararon sin lugar las medidas cautelares
solicitadas por la parte actora por extemporáneas, debido a que el
nombramiento y juramentación de los miembros que integran la Junta
Directiva del PARLACEN, periodo 2008-2009, ya se había realizado. La
Corte decidió que una vez que se trabe la litis con la contestación de la
demanda, resolvería la acumulación de las acciones pedida por la parte
demandante, se emplazó al PARLACEN por medio de su Presidente Diputada
Gloria Guadalupe Oquelí, para la contestación de la demanda en el término de
treinta días hábiles a partir del día siguiente de la notificación del presente
Auto, de conformidad con el Artículo 15 de la Ordenanza de Procedimientos
de este Tribunal. Esta Resolución fue objeto del voto disidente de la
Magistrada Silvia Rosales Bolaños (Folios 82-83 Reverso). RESULTA IV:
Que a las tres y cuarenta minutos de la tarde del día veintinueve de enero del
año dos mil nueve, fue notificada la Resolución antes mencionada a la
Presidente del Parlamento Centroamericano, personalmente por el Secretario
General de La Corte en la Sede del Parlamento, en la Ciudad de Guatemala,
Guatemala (Folio 84). RESULTA V: Por escrito presentado por el Abogado
Roberto Alejandro Caballero Rodríguez, a las cuatro y cuarenta y cinco
minutos de la tarde del día nueve de marzo del año dos mil nueve, junto con
documentos acompañados (Folios 85-98), manifestó que la Resolución AP/5-
CXCII-2007, nominada “Para Reconocer a los Parlamentarios de la República
Dominicana Plenos Derechos en el Parlamento Centroamericano”, fue
aprobada en sesión de la Asamblea Plenaria de dicho Órgano el día uno del
mes de julio del año dos mil siete (2007) y no fue sino hasta el veintiuno de
noviembre del año dos mil ocho (2008) que la parte actora interpuso la
presente demanda, pretendiendo con ello vincular la situación antes expuesta
con supuestos perjuicios a sus Derechos y violación a la Normativa del
PARLACEN, pidió que se le tenga por parte e interpuso incidente de
Recusación en contra del Magistrado Francisco Darío Lobo Lara. (Folios 86-
87). RESULTA VI: En otro escrito del Abogado Caballero Rodríguez
presentado a la una y cuarenta minutos de la tarde del día trece de marzo del
año dos mil nueve, manifestó que cometió un error al relacionar en su
solicitud los procesos 7-7-10-2008 y 9-12-11-2008 seguidos ante La Corte,

176
siendo la relación correcta la de 7-7-10-2008 con la del presente Expediente,
es decir 11-21-11-2008, por lo que pidió al Tribunal tener por subsanado el
error cometido (Folios 107-113 Reverso). RESULTA VII: A las cuatro de la
tarde del día veintiséis de marzo del año dos mil nueve La Corte resolvió:
Admitir los escritos y documentos presentados, tener por parte al Abogado
Roberto Alejandro Caballero Rodríguez como Apoderado de la parte
demandada, tener por subsanado el error cometido por la parte demandada,
tramitar el incidente de Recusación del Magistrado Lobo Lara, y abrir a
pruebas por el término de ocho días hábiles a partir de la última notificación.
Suspender la intervención del Magistrado Lobo Lara en el presente caso, en
tanto se resuelve el incidente de Recusación. Extender copia a su costa del
presente juicio al Abogado Caballero Rodríguez. Tener por señalado el lugar
para notificaciones (Folio 114). RESULTA VIII: Por auto de Presidencia de
las cuatro y diez minutos de la tarde del día veintiséis de marzo del año dos
mil nueve, se suspendió la causa a partir de la fecha de la propuesta de la
Recusación hasta que el Tribunal resuelva el incidente (Folio 115).
RESULTA IX: Por escrito presentado por el Magistrado Francisco Darío
Lobo Lara, a las diez y veinte minutos de la mañana del día treinta de marzo
del año dos mil nueve, manifestó: “…para evitar problemas innecesarios en lo
personal, me abstengo de manera irrevocable y definitiva de conocer el
juicio…” (Folio 116). RESULTA X: Por Resolución de La Corte con fecha
veintidós de abril del año dos mil nueve, se tuvo por aceptada la excusa del
Magistrado Lobo Lara de seguir conociendo en este juicio y cumplir con lo
dispuesto en el Artículo 25 literal d) del Reglamento de La Corte (Folio 119).
RESULTA XI: Por auto de Presidencia de la una y cincuenta y cinco minutos
de la tarde del día veintidós de abril del año dos mil nueve, se continuó el
trámite correspondiente de la causa y se llamó al Magistrado Suplente Doctor
José Antonio Gutiérrez Navas a integrar La Corte (Folio 120). RESULTA
XII: Por nota del veintisiete de abril del año dos mil nueve, la Magistrada
Presidente, Silvia Rosales Bolaños, llamó para integrar La Corte al Magistrado
José Antonio Gutiérrez Navas, quien en nota de fecha once de Mayo de dos
mil nueve se excusó al llamamiento hecho por la Magistrada Presidente para
integrar este Tribunal en el presente caso (Folios 123 y 175). RESULTA
XIII: Por escrito del Abogado Caballero Rodríguez de las tres de la tarde del
día treinta de abril del dos mil nueve, manifestó que la demanda interpuesta
por la parte actora es totalmente improcedente, porque no agotó todos los
procedimientos internos contenidos en la normativa jurídica del PARLACEN,
el cual en su Reglamento Interno establece claramente los procedimientos y
mecanismos para impugnar un acto o Resolución del mismo órgano
comunitario y mencionó jurisprudencia de La Corte en la que ha declarado

177
inadmisibles demandas por dicha causa (Folios 125-130 Reverso). RESULTA
XIV: Por escrito del Abogado García Esquivel de la una de la tarde del día
dieciocho de mayo del dos mil nueve, expuso que el presente caso no obliga a
ningún diputado a seguir los procedimientos nulos, inocuos, improcedentes y
absurdos de un Reglamento ineficaz que violenta los documentos
fundamentales del PARLACEN, ya que se trata de una nulidad absoluta,
insubsanable, porque lo nulo por derecho sigue nulo a pesar de la
confirmación. Que los casos que el Abogado Caballero Rodríguez cita como
jurisprudencia de La Corte no tienen nada que ver con nulidad absoluta,
insubsanable e incumplimiento, por consiguiente la parte actora impugna,
rechaza y contradice el escrito referido de la parte demandada. (Folios 166-
174). RESULTA XV: El día veintiuno de mayo del año dos mil nueve, La
Corte resolvió que las peticiones contenidas en ambos escritos se tratarían en
la sentencia definitiva; abrió a pruebas el presente juicio por el término de
veinte (20) días hábiles, a partir de la última notificación de este auto y ordenó
proceder de conformidad con los Artículos 25 literal d) y 26 del Reglamento
General de La Corte (Folio 176). RESULTA XVI: Por auto de Presidencia
del día veintisiete de mayo del año dos mil nueve, se llamó al Magistrado por
el Estado de Honduras, Doctor Guillermo Pérez-Cadalso Arias (Folio 178). Se
hizo la comunicación oficial a dicho Magistrado por la Magistrada Presidente,
Silvia Rosales Bolaños y contestó aceptando el llamamiento que ésta le hace
(Folios 180-182). RESULTA XVII: Por escrito presentado por el Abogado
Caballero Rodríguez, el día veintidós de Junio del dos mil nueve, junto a
documentos anexos, pidió que la demanda interpuesta por el Abogado Luis
Adolfo García Esquivel sea declarada sin lugar, ya que la misma no posee el
asidero legal que respalde lo alegado en dicha demanda, puesto que no cumple
con los requisitos establecidos en la normativa procesal y los enumera en su
escrito. Pide ampliación del término probatorio por diez días hábiles (Folios
183-201). RESULTA XVIII: Por escrito presentado por el Doctor García
Esquivel, a las cinco y cincuenta minutos de la tarde del día veintiséis de junio
de dos mil nueve, pide entre otras cosas la acumulación de acciones y que se
recaben pruebas de oficio por el Tribunal (Folios 208-211). RESULTA XIX:
Por Auto de las once horas y diez minutos del diecisiete de julio del año dos
mil nueve La Corte resolvió declarar sin lugar la solicitud de ampliar el
periodo de prueba y la de acumulación de acciones y se ordenó pasar el
expediente a la Presidencia de este Tribunal, para fijar día y hora para la
celebración de la Audiencia Pública. RESULTA XX: En otro escrito
presentado por el Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez, el día
veinticuatro de Julio del dos mil nueve, pidió que la Audiencia sea privada,
por los motivos que señala en el mismo (Folio 222). RESULTA XXI: En

178
Auto de las doce y treinta minutos de la tarde del día veintinueve de julio del
dos mil nueve, La Corte resolvió: Estarse a lo dispuesto en el Auto de este
Tribunal de las once y diez minutos de la mañana del diecisiete de los
corrientes (Folio 224). RESULTA XXII: Por auto de Presidencia de las trece
horas del día veintinueve de julio del año dos mil nueve, se citó a las partes
para que concurrieran a la Audiencia que se celebraría en el local de La Corte
a las tres de la tarde del día siete de agosto del corriente año (Folio 225). El
día cinco de agosto del año dos mil nueve, en Acta Número cuarenta y nueve,
asentada en el libro respectivo, tomó Posesión como Magistrado Dirimente el
Doctor Guillermo Pérez Cadalso Arias (Folio 230). RESULTA XXIII: Se
llevó a cabo la Audiencia Pública en la fecha señalada, quedando el presente
juicio listo para sentencia. CONSIDERANDO I: Que el Protocolo de
Tegucigalpa es el Tratado Marco de la Integración Centroamericana y el de
mayor jerarquía de los Tratados vigentes del Sistema de la Integración
Centroamericana (SICA), al establecer en el Artículo 35 de dicho instrumento
internacional que: “Este Protocolo y sus instrumentos complementarios y
derivados prevalecerán sobre cualquier Convenio, Acuerdo o Protocolo
suscrito entre los Estados Miembros, bilateral o multilateralmente, sobre las
materias relacionadas con la integración centroamericana. No obstante,
quedan vigentes entre dichos Estados las disposiciones de aquellos Convenios,
Acuerdos o Tratados siempre que las mismas no se opongan al presente
instrumento u obstaculicen el logro de sus propósitos y objetivos.”
CONSIDERANDO II: Existen varios Tratados y Acuerdos que se relacionan
con el Protocolo de Tegucigalpa, entre los cuales se destacan el Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas y
sus Protocolos de enmienda, el Reglamento Interno del PARLACEN y otros,
los cuales son aplicables al presente fallo. CONSIDERANDO III: Que de
conformidad con su normativa jurídica, la Corte Centroamericana de Justicia
decide sobre su propia competencia y que en este caso ha admitido la
demanda y determinado que es competente para resolver la misma conforme a
Derecho, por lo cual procede a pronunciar el fallo correspondiente. El iter
lógico de la presente sentencia será el siguiente: a) Definir la procedencia o
improcedencia de la demanda, en vista de que no se agotaron previamente los
procedimientos internos, y b) Resolver la solicitud de nulidad absoluta e
inexistencia de la Resolución AP/5-CXCII-2007 por supuestas irregularidades
de fondo o deficiencias del Plenario, consistentes en la participación de los
Observadores dominicanos en la votación que eligió a la Junta Directiva del
PARLACEN, período 2008-2009. CONSIDERANDO IV: En relación con el
literal a) del iter lógico, esta Corte es de opinión que el recurso del
agotamiento interno de las instancias, debe ser juzgado y analizado por esta

179
Corte de manera específica en cada caso concreto, atendiendo a diversos
criterios, como por ejemplo: naturaleza del juicio, oportunidad y sobre todo,
existencia de norma expresa. Esta Corte advierte, que dada la naturaleza del
presente asunto, en el cual existe una transgresión directa y contundente del
Tratado, no cabe otra instancia previa que con autoridad pudiese resolver este
asunto, puesto que el Protocolo de Tegucigalpa en su Artículo 35 dice: “Toda
controversia sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones
contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el
párrafo anterior, deberá someterse a la Corte Centroamericana de Justicia”.
CONSIDERANDO V: En relación con el literal b) del iter lógico, la parte
demandante argumenta que el nombramiento de los diputados de República
Dominicana como Observadores Permanentes en el PARLACEN es nulo, por
considerar que dichos funcionarios no fueron electos por sufragio universal
directo y secreto, lo que a su juicio contradice varias disposiciones del Tratado
Constitutivo de dicho organismo. Para poder resolver con propiedad este
punto, debemos determinar primeramente si la exigencia de que los diputados
al PARLACEN sean electos es aplicable al caso de República Dominicana o si
por el contrario, se trata de una excepción a la regla general. De acuerdo a la
normativa de dicha institución política, existen varias categorías de diputados,
a saber: titulares, suplentes, parlamentarios acreditados por observadores
especiales y parlamentarios acreditados como observadores permanentes. Así
lo establece el artículo 44 del Reglamento Interno del PARLACEN, en
adelante llamado el Reglamento, el cual al desarrollar los principios generales
del Tratado Constitutivo del PARLACEN, en la parte conducente dice:
Ejercen la calidad de Observadores Especiales, los Estados de la región que
aún no hubiesen procedido a elegir, por la vía democrática directa, a sus
diputados al Parlamento Centroamericano. Cumpliendo esa condición, (es
decir que se trate de Estados que no eligen a sus diputados al PARLACEN por
la vía democrática directa) estos Observadores Especiales podrán acreditar
hasta veinte delegados, quienes tendrán derecho a asistir a las sesiones del
Parlamento Centroamericano y sus Comisiones, así como participar en los
trabajos de las mismas en igualdad de condiciones con las diputadas y los
diputados electos por votación popular. El artículo 45 del mismo Reglamento
dice: “Son Observadores Permanentes, los Parlamentos de otros Estados
extrarregionales, así como otros organismos internacionales, cuyos objetivos
y principios sean compatibles con los del Parlamento Centroamericano.
Dicha calidad será otorgada por la Asamblea Plenaria. Para tal efecto,
pueden acreditar a sus representantes ante el PARLACEN, en el número y
condiciones que, de manera particularizada, se establezcan en un convenio
específico, quienes tienen derecho de asistir y participar en las Asambleas

180
Plenarias.” (el subrayado es nuestro). CONSIDERANDO VI: Que de
acuerdo al Reglamento Interno la calidad de los Parlamentarios Designados
originalmente como Observadores Permanentes por la República Dominicana,
cambia de denominación una vez que dicho Estado se convierte en Parte del
Tratado Constitutivo del PARLACEN por haberse adherido al mismo, ya que
de acuerdo al Artículo 44 del Reglamento Interno, mientras se celebran
elecciones para escoger los diputados de los países suscriptores del Tratado y
de sus Protocolos, éstos tendrán derecho a acreditar “Observadores
Especiales”. La Corte ha dejado establecido que esta denominación debe ser
objeto de reforma, para ajustarla al Articulo Segundo del Segundo Protocolo
al Tratado Constitutivo. No obstante, quiere dejar sentado que ese estatus de
los Observadores de los Estados Parte que aún no han procedido a su elección,
debe ser temporal y no permanente, por lo que la República Dominicana, está
obligada a tomar en el menor tiempo posible, todas las medidas que sean
necesarias para proceder a elegir por sufragio universal, directo y secreto a sus
Diputados al Parlamento Centroamericano. También entiende La Corte que el
Tratado Constitutivo, en su Artículo 2, literal a) solamente reconoce como
diputados o diputadas del PARLACEN a los que son elegidos para un período
de cinco años mediante el ejercicio del sufragio universal, directo y secreto.
Con ello La Corte interpreta que únicamente son diputados y diputadas
centroamericanos los representantes de los pueblos de los Estados Parte,
electos libre, directa y democráticamente. Por otro lado, La Corte tiene en
consideración que el Artículo 129 del Reglamento Interno hace referencia
específica al régimen legal de los Observadores de la República Dominicana y
prescribe que los representantes de dicho país serán considerados
“Observadores Especiales” y tendrán la calidad de “Parlamentarios
Designados”, toda vez que no han sido electos por sufragio universal, directo
y secreto, sino que por el Congreso Nacional de la República Dominicana.
Teniendo en mente lo estatuido por La Corte en relación a ajustar las
denominaciones al Segundo Protocolo del Tratado Constitutivo, el Tribunal
desea señalar sin embargo que la razón para introducir una distinción entre los
Diputados Centroamericanos y los Observadores Especiales y permanentes es
la diferencia entre el origen de unos y otros. Los diputados y diputadas
centroamericanos lo son porque su origen es la elección. Los Observadores
Especiales y Permanentes lo son porque son escogidos por un Parlamento
Nacional de un Estado Parte y no electos directamente por el pueblo. En
consecuencia, esta Corte concluye que la acreditación de los Parlamentarios
Designados como Observadores de la República Dominicana, hasta un
número de veinte, ha sido hecha en debida forma. CONSIDERANDO VII:
La Resolución AP/5-CXCII-2007 cuya nulidad se pide, que en su parte

181
resolutiva dice: “1.- Los Parlamentarios y Parlamentarias Designados por la
República Dominicana tendrán los mismos derechos y obligaciones que los
diputados y diputadas del Parlamento Centroamericano. …” Al no hacer
ninguna distinción sobre a qué derechos y obligaciones se refiere, debe
entenderse que los comprende a todos, lo cual pudiera interpretarse que va en
contradicción con el Artículo 129 del Reglamento que dice así: “Los
representantes de República Dominicana serán considerados Observadores
Especiales y tendrán la calidad de Parlamentarios Designados, toda vez que
han sido electos por el Congreso Nacional de la República Dominicana, y
tendrán los mismos derechos y obligaciones que los diputados y diputadas del
Parlamento Centroamericano, excepto: 1. Elegir y ser electo a cargos de la
Junta Directiva, no obstante podrán ocupar posiciones adjuntas en dicho
órgano. 2. Votar sobre las propuestas de reformas al Tratado Constitutivo
del PARLACEN. 3. Votar en las decisiones relacionadas a las atribuciones
del Parlamento Centroamericano contenidas en el artículo 5 literal c) y
artículo 29 del Tratado Constitutivo del PARLACEN. Para efectos de lo
establecido en el artículo 61 del presente instrumento, los Parlamentarios
Designados serán considerados parte integrante del quórum, a excepción de
lo establecido en los numerales señalados en el párrafo anterior.” Sin
embargo, este Artículo fue reformado en la Sesión Plenaria del PARLACEN
celebrada en San Pedro Sula, República de Honduras, el veintiséis de junio y
uno de julio del año dos mil siete, no reformó los Artículos 44 y 129 del
Reglamento Interno del PARLACEN, que establecen las condiciones en las
que participan los Observadores Especiales y las limitaciones a ellos
impuestas. Además, consta en dicha Acta que la Comisión de Asuntos
Jurídicos, Derecho Comunitario e Institucionalidad Regional recomendó en su
dictamen reformar el Artículo 129, lo cual no se atendió por la Asamblea
Plenaria. CONSIDERANDO VIII: Para llegar a una conclusión sobre este
punto, La Corte estima necesario hacer un análisis sobre la nulidad procesal
solicitada por la parte demandante, relacionándolo con el Principio de
Conservación de los Actos, así como con la jurisprudencia europea y la
doctrina de juristas connotados, sin perder de vista los intereses más altos de la
integración centroamericana, consistentes en preservar la funcionalidad de sus
órganos. En este contexto, La Corte deja establecido que la nulidad en el
ámbito del Derecho Comunitario tiene distintas características que la nulidad
dentro de los principios del Derecho Civil. Sobre este particular, el autor
Gabino Fraga, en su obra “Derecho Administrativo”, sostiene que es
perfectamente posible declarar nulo un Acto, pero validar sus efectos, ya que
de no hacerlo así se causaría un daño irreparable. En la página 318 de la obra
citada el autor mencionado dice: “Que las acciones de nulidad con respecto a

182
estos actos administrativos de los órganos, organismos e instituciones
comunitarias son de derecho público y que la nulidad en este ordenamiento
legal debe ser muy matizada para poder armonizar los intereses que se ponen
en juego con motivo de la actividad del Poder público, y … que así, el interés
general exige la ineficacia del acto irregular porque el cumplimiento de los
requisitos que la ley establece es una garantía de orden social; pero al propio
tiempo, ese mismo interés reclama la estabilidad de las situaciones que un
acto irregular ha hecho nacer.” CONSIDERANDO IX: Esta opinión se
complementa con lo que sostienen las doctrinas española, alemana e italiana
sobre las nulidades de Derecho Público. En la obra “La Nulidad de Derecho
Público en el Ámbito de los Procedimientos de Derecho Administrativo.
Derecho Comparado: España, Francia, Estados Unidos. Departamento de
Estudios, Extensión y Publicaciones DEPESEX/BCN/SERIE ESTUDIOS.
AÑO XIII, No. 274. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. Santiago de
Chile. Junio de 2003.”, se dice lo siguiente: “La teoría de las nulidades de
Derecho Público puede sintetizarse, conforme con la doctrina española – e
igualmente con la alemana e italiana – en tres puntos fundamentales: el
principio de conservación de los actos y contratos administrativos, su
independencia de la nulidad de Derecho Privado y la división entre diversas
posibilidades de sanción frente a transgresiones del principio de juridicidad
en los actos administrativos, con las causales, características y efectos de
cada especie. Toda irregularidad que presente un acto o negocio
(administrativo) es contemplada desde la perspectiva del principio de
conservación. La necesidad de preservar la presunción de validez del acto,
que está vinculada con la eficacia de la actividad administrativa, así como la
seguridad jurídica que sería perturbada por la perpetua amenaza de
sanciones radicales – que la nulidad absoluta y de pleno derecho comporta –
conduce al mantenimiento de aquellos actos administrativos … aún
presentando una determinada irregularidad … (Reyes. 1998, p. 4-5).” La
necesidad de una regulación diferente a la consagrada por el Derecho Privado
sobre la misma materia, para las nulidades de Derecho Público, se justificaría
principalmente por la injusticia que las nulidades reguladas por el primero
pueden engendrar. No es posible estar de acuerdo con una teoría que creará
situaciones más graves que las que se trata de evitar. CONSIDERANDO X:
Por las razones antes expuestas, el Tribunal de Justicia Europea ha matizado el
Principio de Retroactividad de los efectos de sus sentencias tanto en la
aplicación del apartado segundo del Artículo 231 del Tratado de la
Comunidad Económica Europea, en lo que respecta a los reglamentos que
declara nulos, como en aquellos casos de otra naturaleza, tal como sucedió
cuando el Parlamento Europeo aprobó de manera irregular el presupuesto

183
comunitario. En este último evento, el Tribunal de Justicia limitó el efecto
retroactivo de dicha aprobación, manteniendo válidos todos los pagos
efectuados durante el ejercicio presupuestario hasta la fecha del
pronunciamiento de la sentencia. En igual sentido, se mantuvieron los efectos
de los acuerdos de una Directiva declarada nula, hasta la adopción de una
nueva Directiva que sustituyera a la anterior. Caso AS.65/90 Parlamento c.
Consejo, Rec. 1992, pág. 4623. Este desarrollo jurisprudencial responde a la
necesidad de salvaguardar otros bienes, valores, intereses jurídicos de superior
jerarquía, tales como el principio de seguridad jurídica y otros, que pueden
resultar dañados si las sentencias anulatorias tienen siempre eficacia ex tunc,
es decir hacia atrás, retroactivamente. Entonces, podemos concluir que la gran
diferencia entre la nulidad desde el punto de vista civil y la nulidad
comunitaria radica en la posibilidad de aplicarla ex nunc. CONSIDERANDO
XI: Esta Corte aclara que al dictar la presente sentencia no ha perdido de vista
las consecuencias de la misma. Si bien reconocemos que el PARLACEN
adoptó en San Pedro Sula una resolución irregular, no podemos ignorar que
declarar nulos los efectos de la misma, implicaría desconocer todos los actos
celebrados por el PARLACEN, tales como el pago de planilla, las
resoluciones tomadas en los plenarios, las decisiones y acuerdos adoptados en
las distintas comisiones parlamentarias, en fin, todas y cada una de las
actividades desarrolladas por esa Institución. Si así lo hiciéramos, se
introduciría la inseguridad jurídica sobre las actuaciones pasadas del
PARLACEN. En consecuencia, habrá que declarar la nulidad de la
Resolución AP/5-CXCII-2007 en el sentido que no es válido concederles a los
observadores de la República Dominicana los mismos derechos y obligaciones
que los diputados y diputadas del Parlamento Centroamericano, ya que dicha
Resolución violó disposiciones del Tratado Constitutivo y de su Segundo
Protocolo y dejó subsistentes las disposiciones del Reglamento Interno que
norman de distinta manera los derechos y obligaciones de tales Observadores,
pero en función del valor superior de la seguridad jurídica, limita sus efectos
ex nunc, con lo cual se validan las actividades realizadas por el PARLACEN
antes de la fecha de la presente sentencia y además las posteriores que se
lleven a cabo hasta la fecha en que tomará posesión una nueva Junta Directiva,
en el entendido que no se incluye la facultad de votar e integrar quórum a
favor de los Observadores dominicanos, mientras no se hagan las reformas
legales respectivas o sean electos. POR TANTO La Corte en nombre de
Centroamérica y en aplicación de los Artículos 2 inciso a), 3, 5, 6, 12 y 35 del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano; Artículo 35 del
Protocolo de Tegucigalpa, Artículos 44, 45 y 129 del Reglamento Interno del
PARLACEN; 3, 22, 30, 36, 37 y 38 del Convenio de Estatuto de la Corte

184
Centroamericana de Justicia; 22 y 23, de la Ordenanza de Procedimientos,
este Tribunal por mayoría de votos, RESUELVE: PRIMERO: No ha lugar a
la pretensión de la parte demandada de no admitir la demanda por falta de
agotamiento previo de los procedimientos internos; SEGUNDO: Declárase
que la acreditación de los Observadores de República Dominicana, en calidad
de Parlamentarios Designados hecha ante el PARLACEN por las autoridades
nacionales de ese país, es legítima; TERCERO: Declárase la nulidad ex nunc
de la Resolución AP/5-CXCII-2007, en las condiciones establecidas en el
CONSIDERANDO XI de ésta sentencia; CUARTO: Declárase que para que
los Observadores Permanentes de República Dominicana puedan integrar
quórum y emitir voto en futuras elecciones de la Junta Directiva del
PARLACEN, será necesario que previamente se cumplan los requisitos del
Tratado Constitutivo del PARLACEN de ser electo por sufragio universal,
directo y secreto. QUINTO: Notifíquese. VOTO DISIDENTE DE LA
MAGISTRADA SILVIA ISABEL ROSALES BOLAÑOS. La suscrita
Magistrada disiente de la presente resolución por las siguientes razones y
fundamentos: En la resolución del día veintitrés de enero del año dos mil
nueve, voté porque se declarara sin lugar la admisibilidad de la demanda y
consecuente con este voto, reitero y ratifico todo lo expresado en el mismo, el
cual consta al reverso del folio ochenta y dos (82) al reverso del folio ochenta
y tres (83) del mismo del expediente No. 11-21-11-2008 y que a esta sentencia
incorporo: “ Mis consideraciones por ser contrarias al resto de la mayoría de
los honorables Magistrados. En base a los artículos treinta y seis (36) del
Convenio de Estatuto y veinticuatro (24), párrafo segundo de la Ordenanza de
Procedimientos de este Tribunal, estimo oportuno detallar y que conste en la
presente resolución. He votado porque se declare sin lugar la admisibilidad de
la demanda interpuesta por el abogado Luis Adolfo García Esquivel, Diputado
Propietario del Parlamento Centroamericano, en contra de dicho Órgano del
Sistema de la Integración Centroamericana. Por consiguiente, emito mi voto
disidente de la siguiente manera; PRIMERO: La demanda no debió ser
admitida considerando que antes de que la Corte Centroamericana de Justicia
conociera este caso, se debió haber agotado la instancia respectiva que para el
efecto establece la normativa jurídica del Órgano Fundamental del Sistema de
la Integración Centroamericana (PARLACEN). El Reglamento Interno del
Parlamento Centroamericano, establece en su artículo noventa y uno (91)
párrafo cuarto, que “Al inicio de cada sesión, la Presidencia someterá a
discusión y aprobación el Acta de la Asamblea Plenaria anterior. Antes de ser
aprobada, cualquier diputado o diputada, podrá proponer observaciones al
texto de la misma, para que se enmiende y se hagan las consideraciones del
caso”. En ese sentido, siendo que la resolución en cuestión se celebró en el

185
mes de Julio del año dos mil siete, correspondía al demandante, hacer sus
consideraciones en la siguiente sesión. No consta en el pliego de la demanda,
si el demandante observó o impugnó la decisión adoptada por el Parlamento
Centroamericano, por medio de la resolución AP/5 CXCII – 2007. Por otra
parte, el articulo noventa y dos (92) del mismo Reglamento mencionado
supra, establece el derecho de los diputados y diputadas a reconsiderar las
resoluciones tomadas en la sesión anterior, igualmente no demuestra el
demandante, si ejerció este derecho y por consiguiente, la Corte
Centroamericana de Justicia no puede tener el criterio necesario para
determinar si opera o no el agotamiento de la instancia interna. En tal sentido
corresponde a la parte actora del proceso, demostrar tales circunstancias y las
mismas no han sido ni siquiera mencionadas en la demanda. Este criterio, del
no agotamiento de la instancia, la Corte lo ha venido sosteniendo en algunos
casos, tal y como lo podemos corroborar con la sentencia del veinticinco de
febrero del año dos mil tres, en el caso de la demanda de los “ Doctores
Francisco Álvarez Arias y Reynaldo Sobalvarro Stubbert contra el Instituto de
Desarrollo Rural, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial de la República de
Nicaragua”. SEGUNDO: En cuanto a las medidas cautelares solicitada por la
parte actora, continuó expresando mi voto disidente al resto mayoritario de los
Magistrados que integran este tribunal en base a los siguientes argumentos: a)
La doctrina señala que la jurisdicción cautelar tiene como finalidad detener el
tiempo en el proceso y evitar con ello un daño inminente. En el presente caso,
debimos garantizar el debido proceso, consagrando el principio de igualdad
entre las partes, que requería, escuchar y conocer la posición del Parlamento
Centroamericano en torno a esta solicitud. (Órgano, que en sesión plenaria
otorgó a los parlamentarios y parlamentarias designados por la República
Dominicana los mismos derechos y obligaciones que a los diputados y
diputados del Parlamento Centroamericanos). Ello nos permitiría tener los
elementos necesarios, para que pudiéramos tomar una decisión lo más
apegada al Estado de Derecho de la Integración Centroamericana. b) En el
presente caso, el objeto de las medidas cautelares solicitada coincide con el
objeto de la demanda, en tal sentido y de conformidad a la doctrina
comunitaria, las medidas cautelares o prejudiciales, en modo alguno, deben de
ser tomadas cuando prejuzgan el fondo, como en el presente caso, porque con
ello podríamos anticipar el resultado de lo que eventualmente sería la
sentencia definitiva. c) Por último y considerando que ni el Convenio de
Estatuto de la Corte, ni la Ordenanza de Procedimientos, establecen con
claridad el mecanismo para la admisión de las medidas cautelares o
prejudiciales, atañe entonces a este tribunal, auxiliarse de la normativa
jurídica regional o comunitaria, para tutelar y proteger los derechos de las

186
partes involucradas en este proceso, sobre todo cuando existe en la propia
Ordenanza de Procedimientos el artículo sesenta y cuatro (64), que por su
importancia cito literalmente: “La Corte, en lo no previsto en esta Ordenanza,
podrá señalar los procedimientos a seguirse manteniendo la objetividad de los
derechos y la salvaguardia de los propósitos y principios del Sistema de la
Integración Centroamericana, la igualdad de las partes y la garantía del debido
proceso”. En este sentido el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas
establece en su artículo ochenta y cuatro (84) que la demanda de medidas
prejudiciales “se notificará a la otra parte, a la que el Presidente fijará un plazo
breve para la presentación de sus observaciones escritas u orales”. Procura la
normativa europea garantizar la igualdad entre las partes del proceso, logrando
con ello ilustrarse de mejor forma, antes de asumir una decisión que puede
devenir en el perjuicio de un derecho adquirido por una o las dos partes en el
proceso.”AGOTAMIENTO PREVIO DE LOS PROCEDIMIENTOS
INTERNOS DEL PARLACEN. La parte postulante, debió agotar
previamente los procedimientos internos propios del Parlamento
Centroamericano, a fin de permitir un pleno ejercicio del derecho de quienes
han intervenido en la sesión plenaria y consecuentemente, proponer las
observaciones al texto del acta de la sesión anterior, para su enmienda y
correcciones del caso, tal como lo fija el numeral cuarto del artículo noventa y
uno (Arto. 91) del Reglamento Interno del PARLACEN, situación que no
puede ser subsanada a través del recurso de nulidad que nos ocupa. El
agotamiento previo de los procedimientos internos, otorgan legitimidad a
quien, de resultar afectados por la resolución definitiva, podrá hacer uso de
los recursos que la ley permite. Por lo que no puede devenir en exclusivo de
una de las partes el derecho de defensa y menos aún cuando se procede sin
cumplir las ritualidades del proceso que fije la ley. La parte demandante debió
probar que había agotado los procedimientos internos y no lo hizo. En
consecuencia debió admitirse la pretensión de la parte demandada de NO
ADMITIR LA DEMANDA POR FALTA DE AGOTAMIENTO PREVIO DE
LOS PROCEDIMIENTOS, Y POR CONSIGUIENTE, NO SE DEBIO
ENTRAR A CONOCER EL FONDO DEL ASUNTO, SI NO SE CUMPLE
EL AGOTAMIENTO PREVIO DEL PROCEDIMIENTO INTERNO QUE
REGULA EL REGLAMENTO del PARLACEN. Managua, tres de la tarde
del día veinte de octubre del dos mil nueve.”

Jurisprudencia
La Corte estimó que cuando existe una transgresión directa y contundente de un
Tratado, no cabe ninguna instancia previa, pues el Artículo 35 del Protocolo de
Tegucigalpa remite estos casos al conocimiento directo de este Tribunal.

187
Se establecieron cuatro categorías de Diputados: los Titulares, los Suplentes, los
Acreditados por Observadores Especiales y los Acreditados por Observadores
Permanentes y se dijo que los Parlamentarios Dominicanos caen dentro de la
categoría de aquellos que son nombrados por “Observadores Especiales”, de
acuerdo al Artículo 44 del Reglamento Interno del PARLACEN.

También se explicó que República Dominicana está obligada a tomar todas las
medidas que sean necesarias para elegir por sufragio universal, directo y secreto a
sus Diputados, ya que sólo pueden considerarse Diputados a aquellos que son
electos y Observadores los que son nombrados directamente por sus autoridades
nacionales.

Así mismo se reguló que los parlamentarios dominicanos tendrían los mismos
derechos que los centroamericanos excepto elegir y ser electos a cargos de la Junta
Directiva y a votar sobre algunos puntos que se mencionan en la sentencia.

Por último, se dejó sentado que las nulidades tienen un tratamiento distinto dentro
del Derecho Comunitario a los que tienen dentro del Derecho Común, ya que en el
primero es posible declarar nulo un acto, pero validar sus efectos. Es decir, se
valida la limitación de dichos efectos bajo la modalidad ex nunc, en función del
valor superior del Principio de la Seguridad Jurídica.

20. Demanda de la Asociación de Agentes de Aduana de Costa Rica contra dicho


Estado solicitando la nulidad de una Circular del Servicio Nacional de Aduana de
ese país.

Aprobado por Corte Plena del 20 de octubre de 2009. (Acta 436).

Síntesis
El Demandante entabló una acción contra el Estado de Costa Rica, pidiendo la
nulidad de una resolución emitida por el Servicio Nacional de Aduana de ese país,
en la cual dicha autoridad aplicó una clasificación arancelaria sobre máquinas de
lavar ropa, supuestamente contraria a las reglas del Derecho Comunitario.

Por su parte, la Cancillería costarricense negó que la Corte Centroamericana de


Justicia tuviera jurisdicción sobre ese país, en vista de que no han ratificado el
Convenio de Estatuto de nuestro Tribunal.

188
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las once de la mañana del día veinte de octubre del año
dos mil nueve. VISTO el Expediente 6-8-9-2008 para dictar sentencia en el
juicio por demanda de nulidad entablada por la Asociación de Agentes de
Aduanas de Costa Rica, en adelante también denominada AAACR,
representada por el Doctor Joe Henry Thompson Argüello, contra el Estado de
Costa Rica, por supuestas violaciones del “Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos” aquí también
denominado Protocolo de Tegucigalpa o simplemente Protocolo, el “Protocolo
de Guatemala al Tratado General de Integración Económica
Centroamericana”, en adelante también llamado Protocolo de Guatemala, el
“Convenio al Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano”, también
llamado Convenio al Régimen y contra el “Sistema de Integración
Centroamericana” (SICA), cuya admisión La Corte ha estimado procedente de
conformidad con la jurisdicción y competencia que le otorgan los Artículos 12
y 35 del Protocolo de Tegucigalpa y en tutela de los derechos que el Protocolo
crea para los particulares, en particular para los ciudadanos de los Estados
Parte del “Sistema de Integración Centroamericana sustentado en un
ordenamiento institucional y jurídico” (Artículo 3 literal j) del Protocolo) y en
aplicación de los principios fundamentales del SICA establecidos en el
Artículo 4 del Protocolo, en especial la tutela, respeto y promoción de los
Derechos Humanos de los habitantes de de la Comunidad Centroamericana, la
seguridad jurídica, la solución pacífica de las controversias y la buena fe de
los Estados Miembros recogidos en los literal a), g), y h) de dicha norma, y
teniendo presente el Artículo 22 literal c) del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia. Concurren a la votación de esta sentencia la
Magistrada Presidente Señora Silvia Isabel Rosales Bolaños y los Señores
Magistrados Ricardo Acevedo Peralta, Carlos Antonio Guerra Gallardo,
Alejandro Gómez Vides, Jorge Ramón Hernández Alcerro y Francisco Darío
Lobo Lara. RESULTA I: Que mediante escrito presentado ante la Secretaría
General de La Corte, a las doce y cinco minutos de la tarde del día veintiocho
de agosto del año dos mil ocho, el Doctor Joe Henry Thompson Argüello, en
representación legal de la Asociación de Agentes de Aduanas de Costa
Rica, interpuso una acción de nulidad contra la Circular del Servicio Nacional
de Aduanas de Costa Rica, No. DGT 137-2007 de fecha 12 de septiembre de
2007, vigente desde ese mismo día, publicada en el Diario Oficial La Gaceta
No. 227 de 26 de noviembre de 2007, emitida, según el demandante, con la
finalidad de establecer un nuevo criterio clasificador, para gravar los artículos
con impuestos de importación mayores y distintos a los contenidos en el

189
arancel de importación. Dicha Circular, a criterio de la parte actora: a) Viola el
“Protocolo de Tegucigalpa” y el “Protocolo de Guatemala ”, debido a que el
Director General de Aduanas de la República de Costa Rica desconoció en
todo momento las reglas de competencia, forma y contenido del acervo
comunitario y que con su actuar anómalo afecta los Convenios, Tratados y
Normativa del Derecho de la Integración Centroamericana y el ordenamiento
jurídico del SICA; b) Contraviene los artículos 6 y 7 del Convenio al Régimen
Arancelario y Aduanero Centroamericano; y c) Atenta contra el Sistema de la
Integración Centroamericana y contra el Régimen Arancelario
Centroamericano. El demandante solicita, además, se emita una medida
cautelar (folios 20 y 21). RESULTA II: Que con fecha diez de septiembre del
año dos mil ocho, a las dos y cuarenta minutos de la tarde, el mismo Doctor
Thompson Argüello, en representación de la AAACR, presentó escrito
ampliando y ratificando la demanda de nulidad interpuesta anteriormente,
contra la referida Circular No. DGT 137-2007. En el segundo escrito la parte
demandante señala que dicha Circular no uniforma la clasificación arancelaria
de las “Máquinas de lavar ropa”, sino que establece nuevos criterios, distintos
a los señalados en el arancel de importación. Alega la parte actora que en este
sentido la Dirección General de Aduanas de Costa Rica ha excedido sus
potestades y competencias y ha hecho una interpretación del arancel aduanero
común, y en particular, a la delimitación del concepto, “capacidad expresada
en peso de ropa seca”, e impone un nuevo criterio que implica la violación del
Arancel Centroamericano de Importación (Folios 580-581). Manifiesta
además el demandante que el Señor Director General de Aduanas de Costa
Rica, al crear mediante la Circular mencionada un nuevo criterio de
acatamiento obligatorio, para la clasificación de lavadoras de la partida 84.50,
violenta los principios fundamentales establecidos en el Sistema Armonizado
y en el Arancel Centroamericano de Importación. Que la Dirección General de
Aduanas de Costa Rica ha actuado violando el artículo 4 literal f), del
Protocolo de Tegucigalpa y los Artículos 3,6,7 y 13 del Convenio al Régimen
Arancelario Aduanero Centroamericano, así como los principios de legalidad,
de atribución expresa de competencia, de proporcionalidad y de seguridad
jurídica. Sostiene además el Doctor Thompson Argüello que el órgano
competente para conocer y aprobar las modificaciones al arancel y los
criterios de clasificación arancelaria es el Concejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano en virtud del principio de irreversibilidad de competencia
comunitaria (Folios 586-590) y que el Derecho Comunitario debe entenderse
doctrinariamente como lo concibe la Corte Centroamericana de Justicia en la
jurisprudencia emanada de la Resolución No. 4-1-12-96, que corre en las
páginas 5, 6 y 8 de la Gaceta Diario Oficial de la Corte Centroamericana de

190
Justicia, N° 4 del 22 de febrero del año dos mil novecientos noventa y siete.
RESULTA III: Que la Corte Centroamericana de Justicia en resolución de las
cinco y treinta minutos de la tarde del día veinticuatro de octubre del año dos
mil ocho, resolvió: 1. Admitir la demanda interpuesta por el Doctor Joe Henry
Thompson Argüello en su calidad de Apoderado General Judicial de la
Asociación de Agentes de Aduanas de Costa Rica en contra el Estado de
Costa Rica. 2. Declarar sin lugar la medida cautelar solicitada por el
demandante. 3. Emplazar a la parte demandada por medio de su representante
legal, Honorable Señora Licenciada Ana Lorena Brenes Esquivel, Procuradora
General de la República de Costa Rica, darle traslado de la demanda y los
documentos que a ella se acompañaron, con el objeto que compareciera a
manifestar su defensa en el plazo de treinta días hábiles a partir del día
siguiente de la notificación del emplazamiento, el cual debía hacerse mediante
respetuosa Comunicación Rogatoria dirigida a la Excelentísima Corte
Suprema de Justicia de Costa Rica, con inserción de la resolución y copia de
la demanda; y 4. Tener por señalado lugar para notificaciones. El veintisiete
de octubre de dos mil ocho, La Corte dirigió Comunicación Rogatoria a la
Excelentísima Corte Suprema de Justicia de la República de Costa Rica
(Folios 599 a 604). RESULTA IV: Que a las cuatro de la tarde del día nueve
de marzo del año dos mil nueve, La Corte resolvió que habiendo devuelto la
Excelentísima Corte Suprema de Costa Rica las diligencias de notificación,
por intermedio del Excelentísimo Señor Embajador de la República de Costa
Rica en Nicaragua, Antonio Tacsan Lam y no habiéndose notificado a la
representante legal del Estado de Costa Rica como se había rogado, se
procediera a hacer la notificación por medio de la Secretaría General de la
Corte. La Secretaría efectuó la notificación a la representante legal del Estado
de Costa Rica Honorable Señora Licenciada Ana Lorena Brenes Esquivel, el
día veintitrés de marzo del año dos mil nueve a las dos y cincuenta minutos de
la tarde (Folios 609-610). RESULTA V: Que a las diez y diez minutos de la
mañana del día cuatro de mayo de dos mil nueve, se recibió nota en la
Secretaría de La Corte de parte del Excelentísimo Señor Ministro de
Relaciones Exteriores y Culto de la República de Costa Rica, Don Bruno
Stagno Ugarte, con documentos anexos. En dicha nota, el Señor Canciller
Stagno Ugarte manifiesta que la República de Costa Rica no reconoce la
jurisdicción ni la legitimidad de la Corte Centroamericana de Justicia, para
conocer casos en los cuales la República de Costa Rica es Parte. Agregando
que la comunicación la hace con el único objetivo de reafirmar la condición
jurídica de la República de Costa Rica y para documentar, según él, la
absoluta imposibilidad legal, para que La Corte se faculte a si misma
jurisdicción y legitimidad para conducir actividad procesal frente a Costa Rica

191
(Folio 614). RESULTA VI: Que con fecha siete de mayo del año dos mil
nueve, a las diez y veinte minutos de la mañana el Abogado Thompson
Argüello, presentó ante la Secretaría de La Corte un escrito mediante el cual
solicitó fotocopia integra de los folios 614 al 680. RESULTA VII: Que
por resolución de La Corte del veintiuno de mayo del año dos mil nueve se
ordenó: 1. Agregar al expediente el documento recibido de parte del
Excelentísimo Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Don
Bruno Stagno Ugarte, así como el escrito presentado por la parte actora. 2.
Librar por medio del Secretario General de La Corte las fotocopias solicitadas;
y 3. Abrir a prueba el presente proceso por el término de veinte días hábiles a
partir de la última notificación (Folio 682). RESULTA VIII: Que por escrito
presentado por el Abogado Thompson Argüello, a las cuatro y cuarenta
minutos de la tarde del día diecinueve de junio del año dos mil nueve, se
solicita que se tenga como prueba los documentos acompañados, identificados
a folio 700 y fijar día y hora para la audiencia pública. RESULTA IX: Que
por resolución de La Corte, con fecha veinticuatro de junio del año dos mil
nueve a las doce y treinta minutos de la tarde, se manda: 1. Agregar al
expediente el escrito y documentos presentados. 2. Acceder a que se convoque
a las partes para la audiencia pública. 3. Pasar el expediente a la Presidencia a
fin de que señale día y hora para la celebración de la audiencia (Folio 714).
RESULTA X: Que el día trece de julio del año dos mil nueve, a las nueve y
treinta minutos de la mañana, por auto emitido por la Presidencia se citó a las
Partes para que concurrieran a la audiencia pública en la Sede de La Corte en
la ciudad de Managua, Nicaragua, a las diez de la mañana del día seis de
agosto de dos mil nueve (Folio 717). RESULTA XI: Que el día seis de agosto
del corriente año, siendo las diez horas minutos se celebró en Managua,
Nicaragua, la audiencia pública, habiéndose presentado a la misma
únicamente la parte demandante (folios 721 y 722). RESULTA XII: Que con
fecha once de agosto a las diez horas, la parte actora presentó sus conclusiones
por escrito ante la Secretaría General de La Corte (folio
742). CONSIDERANDO I: Que esta sentencia seguirá el siguiente iter
lógico. Primero, se abordarán los fundamentos de la jurisdicción y
competencia de la Corte Centroamericana de Justicia en general y en el
presente caso. Segundo, se tratarán algunos aspectos procesales sobre los
cuales La Corte considera necesario pronunciarse. Tercero, se aplicarán las
reglas internacionalmente reconocidas a la interpretación del Protocolo de
Tegucigalpa y su aplicación al caso concreto. Cuarto, se hará la valoración
jurídica de la conducta del Estado de Costa Rica con respecto a la jurisdicción
y competencia de La Corte. Quinto, se analizará la Circular DGT-137-2007 a
la luz del Derecho Comunitario Centroamericano. Sexto, se dictará la

192
resolución que en derecho corresponde. CONSIDERANDO II: Que el
Protocolo de Tegucigalpa en su Artículo 12 estableció la Corte
Centroamericana de Justicia como el órgano jurisdiccional del Sistema de la
Integración Centroamericana, y le asignó la competencia de garantizar el
respeto al derecho, tanto en la interpretación como en la ejecución del
Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos complementarios o actos
derivados del mismo. CONSIDERANDO III: Que el mismo Protocolo de
Tegucigalpa en su Artículo 35, luego reformado, estableció la jurisdicción
obligatoria de La Corte para los Estados Miembros del Sistema de la
Integración Centroamericana al mandar que: “las controversias sobre la
aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el presente
Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberán
someterse a la Corte Centroamericana de Justicia.”(El énfasis es nuestro).
CONSIDERANDO IV: Que El Estado de Costa Rica es Parte del Protocolo
de Tegucigalpa y de conformidad al Artículo 1 de dicho instrumento, es uno
de los miembros del Sistema de la Integración Centroamericana y que
asimismo dicho Estado es Parte del Protocolo de Guatemala, según el cual la
integración económica constituye un subsistema del Sistema de la Integración
Centroamericana y que igualmente Costa Rica es Parte del Convenio sobre el
Régimen, como un instrumento básico de dicho proceso integracionista.
CONSIDERANDO V: Que el Secretario General de La Corte notificó la
demanda presentada en contra del Estado de Costa Rica por medio de la
Honorable Señora Procuradora General de la República, en tanto nos
encontramos en presencia de una acción de una persona jurídica costarricense
contra dicho Estado por el supuesto incumplimiento o violación de normas
comunitarias y en consecuencia se trata de una relación jurídica en materia de
Derecho Comunitario, es decir relativo al régimen legal de una comunidad
económico-política y no frente a una relación jurídica en materia de Derecho
Internacional Público clásico entre Estados mediante la cual estos únicamente
buscan cooperar entre sí. Como bien lo ha expuesto la Sala Constitucional de
la Excelentísima Corte Suprema de Costa Rica en su Resolución No. 4638-96:
“…el derecho comunitario posee una gran penetración en el orden jurídico
interno de los Estados miembros, que se manifiesta en la aplicabilidad
inmediata, su efecto directo y su primacía.” Concepción reafirmada por el
actual Presidente de la Corte Suprema de Justicia en su discurso pronunciado
durante una actividad de la Corte Centroamericana de Justicia en la sede del
Poder Judicial de Costa Rica, cuando afirmó: “Por ser derecho comunitario es
complementario con nuestra normativa interna, y en el caso de nuestro país,
vinculante según sentencias de la Sala Constitucional…” (Mora Mora, Luis
Paulino. Seminario de la Corte Centroamericana de Justicia: La Normativa

193
Jurídica del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la Consulta
Prejudicial, San José, Costa Rica, 17 de agosto 2007. El énfasis es nuestro).
Una característica especial de ese Derecho Comunitario es que abre la
legitimación de los particulares frente al Estado, en especial ante éste Tribunal
Regional, por incumplimiento o violación de los instrumentos jurídicos de la
integración. El Derecho Comunitario, al integrarse al Derecho Nacional, al
penetrarlo profundamente y complementarlo, es de obligatorio acatamiento,
tanto para los particulares, como para el Estado. Así lo establecen la misma
Ley de Jurisdicción Constitucional, Artículo 1; la Ley Orgánica del Poder
Judicial, Artículo 8; y la Ley General de Administración Pública, Artículo 4,
todas de la República de Costa Rica. Los derechos y obligaciones derivados
del Derecho Comunitario, tienen efecto tanto sobre el Estado como sobre los
particulares y ambos están sujetos a dicho ordenamiento jurídico. Por ende, si
la relación jurídica procesal se entabla entre sujetos pertenecientes al mismo
ordenamiento nacional, debe intervenir el órgano que representa al Estado en
sus relaciones con los particulares, el cual debe cumplir con las obligaciones
comunitarias derivadas de los tratados que dan origen al Derecho Comunitario
y sus instrumentos complementarios o derivados. La Corte Centroamericana
de Justicia no es un tribunal extranjero ni un tribunal internacional strictu
sensu como a veces se entiende o se pretende entender. La Corte es el
Tribunal de la Comunidad de Estados Centroamericanos, con competencia
exclusiva y excluyente para la interpretación y la aplicación del Derecho de
dicha Comunidad de Estados, todo ello sin perjuicio de que La Corte puede
actuar en ciertos casos como tribunal internacional convencional, cuando así
sea requerido por los Estados miembros o por terceros Estados. Esta es una
cuestión que en ocasiones resulta de difícil comprensión por las autoridades
estatales, incluso por algunas que por la naturaleza de sus funciones están
estrechamente vinculadas con la aplicación del Derecho Comunitario y del
Derecho Internacional. Ello es comprensible porque los conceptos jurídicos
que en general se enseñan en las universidades centroamericanas y por ende
aún prevalecen, son los conceptos del Derecho Internacional Clásico, de
donde el error que con frecuencia se comete al aplicar criterios jurídicos de
Derecho Internacional que difieren drásticamente de los criterios jurídicos
comunitarios. CONSIDERANDO VI: Que la forma de notificación utilizada
por La Corte no se rige por la Convención Interamericana sobre Exhortos o
Cartas Rogatorias porque este es un tratado internacional convencional
aplicable a temas particulares de Derecho Internacional Privado y no de
Derecho Comunitario. La Convención citada regula relaciones de cooperación
entre Estados para facilitar la comunicación de Tribunales de distintas
jurisdicciones y dentro de una sola y única jurisdicción comunitaria. La Corte

194
Centroamericana de Justicia extiende su competencia territorial a toda la
Comunidad de Estados, como Comunidad de Derecho que es, no es un
tribunal interestatal, sino comunitario y como tal tiene sus propias formas de
notificación, siendo una de las más comunes, seguras y rápidas, la notificación
directa por parte del Secretario General, la cual puede ser realizada
personalmente o mediante el representante legal de acuerdo a la Ordenanza de
Procedimientos de La Corte, Artículos 14, 20 y 21. De la misma manera las
comunicaciones que libre La Corte no necesitan de homologación o exequátur
para su ejecución y deben practicarse por los funcionarios o autoridades
judiciales o administrativas y de cualquier otro orden, a quienes La Corte
envíe el requerimiento. Las pruebas se practicarán en cualquiera de los
territorios de los Estados conforme a las ordenanzas de procedimiento dictadas
por La Corte y las resoluciones interlocutorias, laudos y sentencias definitivas
del Tribunal Comunitario se ejecutarán como si se tratara de cumplir una
resolución, laudo o sentencia de un tribunal nacional del respectivo Estado,
para lo cual bastará la certificación extendida por el Secretario General de La
Corte. Existe además una larga tradición de colaboración entre La Corte y los
Poderes Judiciales de los Estados Miembros del SICA para cumplimentar
diligencias procesales. Ello es así porque La Corte actúa a lo interno de la
Comunidad, de la misma manera que actúa un tribunal ordinario a lo interno
de un Estado. La Corte no actúa como un tribunal internacional convencional
ya que no lo es. La Corte, hay que repetirlo, es el Tribunal de la Comunidad
Centroamericana. Esta cuestión ha sido desarrollada por La Corte en varias de
sus sentencias y consultas, las cuales para una correcta interpretación del
Derecho Comunitario resulta pertinente recordar aquí. CONSIDERANDO
VII: Que la doctrina de éste Tribunal Regional con respecto a las
características y al efecto directo del Derecho Comunitario se encuentra, inter
alia, en su Resolución de 13 de diciembre de 1996 sobre la Opinión
Consultiva solicitada por el Parlamento Centroamericano (PARLACEN) en
relación con la competencia de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala
para pronunciarse sobre la inconstitucionalidad de una estipulación contenida
en un Tratado Internacional (CCJ: Expediente 9-4-8-96, folios 11 reverso y
12): “…Este derecho comunitario como lo ha considerado la Corte
Constitucional Italiana en el caso Frontini, en el año de mil novecientos
setenta y tres, debe entrar en vigor en todas partes al mismo tiempo y
conseguir aplicación igual y uniforme en las confrontaciones de todos los
destinatarios. Esto ha sido corroborado reiteradamente por el Tribunal de
Justicia de la Comunidad Europea o Tribunal de Luxemburgo, a partir de la
sentencia Costa/ENEL del quince de Agosto de mil novecientos sesenta y
cuatro, en donde no sólo reafirma y desarrolla los principios anteriormente

195
señalados, sino que además indica la obligatoriedad de las jurisdicciones
nacionales de asegurar dichos principios y ha establecido que cualquier
pretensión de los Estados partes de hacer que sus criterios constitucionales
prevalezcan sobre las normas del derecho comunitario, es un fermento de
dislocación, contrario al principio de adhesión al que los Estados se han
sometido libre y soberanamente. También ha sido doctrina reiterada del
Tribunal de Justicia del Acuerdo de Cartagena, contenida en los Procesos 1-
IP-87; 2-IP-88 y 2-IP-90. Todo lo anterior se trae a colación porque en la
Comunidad Centroamericana como está definida en el artículo 1º del referido
Protocolo, los Estados que la integran, en opinión de esta Corte, más que
ceder o limitar sus soberanías, han decidido ejercerlas solidaria y
armoniosamente, en forma conjunta y coincidente, en propósitos de bienestar
común regional e individual, por lo que aunados en esos nobles y laudables
propósitos, los Estados y sus habitantes alcanzan mayores cuotas de
jerarquía…”. En su Resolución de 11 de abril de 1997 sobre la Opinión
Consultiva solicitada por la Secretaría Permanente de la Integración
Económica Centroamericana (SIECA) en relación al Anteproyecto de
Convenio Centroamericano para la Protección de la Propiedad Industrial
(Invenciones y Diseños Industriales) (Expediente CCJ: 1-1-3-97, folio 14), La
Corte expresó: “...Esas manifestaciones califican el Convenio a suscribirse
como un instrumento complementario que obedece a los principios,
propósitos y objetivos del Protocolo de Tegucigalpa, en especial el de
conformar el Sistema de la Integración Centroamericana, sustentado en un
ordenamiento institucional y jurídico y que indudablemente conformará uno
de los instrumentos base del Derecho Comunitario Centroamericano, que a
criterio de esta Corte, consignado en anteriores resoluciones, debe tener
como características su independencia, primacía y gran penetración en el
régimen jurídico interno de los Estados que le dan origen, lo cual se
manifiesta en su aplicabilidad inmediata y efecto directo.”. Igualmente La
Corte reafirmó estos criterios en su Resolución de 5 de agosto de 1997 relativa
a la Opinión Consultiva solicitada por la Secretaría Permanente de la
Integración Económica Centroamericana (SIECA), sobre diversos problemas
de aplicación e interpretación de disposiciones contenidas en el Convenio
sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano (CCJ: Expediente
No.2-1-5-97, folio 36): “…Según el Artículo 24 del Convenio sobre el
Régimen Arancelario y Aduanero, se requiere para que entren en vigencia sus
resoluciones, que sean aprobadas, por los Poderes Ejecutivos de los Estados
miembros, en un plazo no mayor de treinta días en la forma establecida en
esa norma. Hecha la aprobación, las resoluciones son de cumplimiento
inmediato y por este motivo no se requiere de la ratificación legislativa. En

196
igual forma, si no lo hacen en el plazo señalado, dadas las características
propias del Derecho Comunitario de aplicación uniforme, directa e
inmediata, entran en vigencia una vez transcurrido el mismo...”
CONSIDERANDO VIII: Que en lo referente al agotamiento de los
procedimientos internos, es importante tener presente que la Corte
Centroamericana de Justicia, es un Tribunal de jurisdicción privativa para los
Estados del Istmo y su competencia se establece como una competencia de
atribución con exclusión de cualquier otro Tribunal. Se debe tomar en cuenta
asimismo los principios y características del Derecho Comunitario que arriba
quedan expuestos, especialmente los de primacía, aplicabilidad inmediata y
efecto directo, mediante los cuales, las normas comunitarias tienen
preeminencia o mayor jerarquía que las de orden interno de los Estados y
cuyos efectos de aplicación directa e inmediata deben ser observados por las
autoridades nacionales, comunitarias y por los particulares. Ello implica, como
La Corte ha dejado establecido, que estas normas no requieren un acto de
recepción en el ordenamiento jurídico interno de los Estados Parte de la
Comunidad, sino que estas son incorporadas automáticamente. Con estos
conceptos en mente, hay que destacar que de conformidad con la doctrina de
La Corte, el agotamiento de la vía interna debe ser “racional” y la exigencia
del agotamiento no debe colocar al solicitante en una situación de denegación
de justicia. La racionalidad en la exigencia del agotamiento de los recursos
internos reafirma el hecho que desde una perspectiva funcional, la
interpretación del Derecho Comunitario está centralizada, en última instancia,
en la Corte Centroamericana de Justicia. De ahí que sus criterios sean
vinculantes y obligatorios para los Estados miembros y que además, la
jurisdicción de La Corte para conocer de las controversias que surjan de la
aplicación o interpretación del Derecho Comunitario Centroamericano sea
ejercida de forma tal que se evite convertir a La Corte en un tribunal de quejas
o de instancia de los tribunales comunes de los Estados centroamericanos
(CCJ. Expediente No. 6-11-96. Urbina Guerrero c. Estado de Nicaragua.
Folios 23 y 25) de tal forma que, debe agotarse el proceso administrativo o
judicial iniciado, antes de acceder a la justicia comunitaria (CCJ. Expediente
No. 5-9-1-98 Robelo González c. Estado de Nicaragua. Folio 176). Una vez
aclarado que lo pertinente es que se debe agotar el proceso iniciado, La Corte
estatuye que la Parte actora no está obligada a agotar otros procedimientos o
recursos extraordinarios que impliquen iniciar otro proceso. Adicionalmente a
lo anterior, en cualquiera de las dos vías, es decir la administrativa o judicial,
La Corte, al apreciar el “agotamiento racional” no exige que se agoten otros
recursos que no se hayan interpuesto antes de acudir ante ella, si se da la
condición que ha concluido el término para hacerlo, es decir si ha precluido el

197
derecho de la parte que acciona ante La Corte de hacer uso de los mismos.
Esto es así en razón que si La Corte exigiera que se agoten recursos para cuyo
ejercicio han concluido los términos, colocaría a un sujeto de Derecho
Comunitario en una situación de denegación de justicia, ya que se encontraría
absolutamente impedido de ocurrir ante la jurisdicción regional. Sin perjuicio
de lo anterior, en el caso de una acción fundamentada en la segunda parte del
literal f) del Artículo 22 del Estatuto de este Tribunal que versa sobre el
irrespeto de los fallos judiciales, debido a la naturaleza misma de la acción
emprendida, a juicio de La Corte debe existir una sentencia firme con carácter
de cosa juzgada antes de ocurrir ante éste Tribunal. En aplicación de los
razonamientos y doctrina anteriormente expuestos, en el presente caso La
Corte concluye que la Parte demandante probó el agotamiento de la vía
administrativa, lo cual constituye para La Corte un agotamiento racional de los
procedimientos internos y que por lo tanto la Parte actora no tenía
impedimento para acceder a la justicia comunitaria. Si la Parte demandada
hubiese contradicho este criterio, le correspondía alegarlo y probarlo ante La
Corte por vía de excepción ya que el órgano judicial comunitario es el único
competente para declararlo. El desconocimiento, sin fundamento legal, de la
jurisdicción y competencia de La Corte por un Estado, lleva como
consecuencia su renuncia a la defensa y La Corte no puede suplir a las Partes
en esa obligación particularísima. CONSIDERANDO IX: Que el Protocolo
de Tegucigalpa constituye “…el tratado constitutivo marco de la integración
centroamericana, y por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental de
cualquier otra normativa centroamericana, sean éstos, Tratados, Convenios,
Protocolos, Acuerdos u otros actos jurídicos vinculatorios anteriores o
posteriores a la entrada en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa.” (CCJ:
Expediente No.3-4-95. Opinión Consultiva en relación a la situación jurídica
del Protocolo de Tegucigalpa, con respecto a instrumentos jurídicos anteriores
y actos posteriores. Folio 9). Sobre este particular debe subrayarse que la
Comunidad Centroamericana es una Comunidad de Derecho, lo cual significa
que tanto los Estados como las Instituciones que las conforman están sujetas al
control de legalidad de sus actos. Particularmente, están obligados a respetar
el principio democrático y de protección a los derechos humanos de sus
habitantes que incluyen las garantías judiciales y la protección judicial
(Artículos 8 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. San
José, Costa Rica 7 al 22 de noviembre de 1969). Los Estados, los órganos e
instituciones comunitarios, así como los sujetos particulares pueden recurrir a
la Corte Centroamericana, en tanto que garante de la aplicación e
interpretación de las normas comunitarias contenidas en el Protocolo de
Tegucigalpa y en los instrumentos complementarios y derivados. El Tratado

198
Constitutivo del SICA fijó los lineamientos generales, atribuciones y
competencias funcionales de sus órganos. En él se reconoce la existencia de
una Comunidad de Estados, distinta a los Estados individualmente
considerados. Esto implica que los órganos e instituciones del SICA tienen
poder decisorio propio y que esas decisiones obligan a los Estados a
cumplirlas. Al igual que el Tratado Constitutivo y los tratados
complementarios, las decisiones comunitarias son de inmediata observancia y
la coercibilidad en su cumplimiento está garantizada, aún en contra de la
voluntad de los obligados. Esto es lo que hace del Sistema de la Integración
Centroamericana (SICA) una verdadera Comunidad de Derecho. Dentro de
ese ordenamiento jurídico institucional creado por los Estados, la Corte
Centroamericana de Justicia goza de un poder real y efectivo, en tanto que
órgano jurisdiccional de la Comunidad de Estados, de la Comunidad de
Derecho, sus decisiones son obligatorias y vinculantes para los Estados, los
órganos e instituciones comunitarios, y las propias personas naturales o
jurídicas, públicas o privadas. CONSIDERANDO X: Que el Gobierno de
Costa Rica ha manifestado en nota del treinta de abril de dos mil nueve, DM-
AM-306-09, firmada por el Excelentísimo Señor Ministro de Relaciones
Exteriores y Culto de la República de Costa Rica, Don Bruno Stagno Ugarte,
que Costa Rica no reconoce la jurisdicción ni la legitimidad de la Corte
Centroamericana de Justicia, para conocer casos en los cuales la República de
Costa Rica es Parte. La Corte deplora que el Gobierno de la República de
Costa Rica como integrante de la Comunidad Centroamericana y Parte del
Protocolo de Tegucigalpa no haya comparecido ante La Corte a contestar la
demanda presentada en su contra, ni si haya hecho representar en la audiencia
pública de seis de agosto de dos mil nueve, y en consecuencia haya
renunciado en este caso a ejercer su derecho de defensa, razón por la cual La
Corte ha tenido que examinar proprio motu la cuestión de su jurisdicción y
competencia sobre el Estado de Costa Rica para conocer del presente caso. La
Corte ha analizado el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización
de Estados Centroamericanos (ODECA) el cual establece La Corte en su
Artículo 12, así como su jurisdicción obligatoria y competencia en el Artículo
35. Al hacerlo, La Corte ha guiado su análisis de conformidad a las reglas de
interpretación del derecho internacional público que son las aplicables a este
caso, en especial las estatuidas en la Convención de Viena sobre el Derecho
de los Tratados, ratificada por Costa Rica el veintinueve de agosto de mil
novecientos noventa, según el Diario Oficial La Gaceta No. 164 de
veintinueve de agosto de mil novecientos noventa y seis, y en relación a la
cual desea citar de manera particular su Artículo 31 el cual literalmente afirma
que: “1. Un tratado deberá interpretarse de buena fe conforme al sentido

199
que haya de atribuirse a los términos del tratado en el contexto de estos y
teniendo en cuenta su objeto y fin. 2. Para los efectos de la interpretación de
un tratado, el contexto comprenderá, además del texto, incluidos su
preámbulo y anexos: a) todo acuerdo que se refiera al tratado y haya sido
concertado entre todas las partes con motivo de la celebración del tratado; b)
todo instrumento formulado por una o más partes con motivo de la
celebración del tratado y aceptado por las demás como instrumento referente
al tratado; 3. Juntamente con el contexto, habrá de tenerse en cuenta: a) todo
acuerdo ulterior entre las partes acerca de la interpretación del tratado o de
la aplicación de sus disposiciones; b) toda práctica ulteriormente seguida en
la aplicación del tratado por la cual conste el acuerdo de las partes acerca de
la interpretación del tratado; c) toda forma pertinente de derecho
internacional aplicable en las relaciones entre las partes. 4. Se dará a un
término un sentido especial si consta que tal fue la intención de las partes.”
Asimismo La Corte ha considerado y aplicado en su examen las reglas del
Artículo 32 del referido instrumento internacional que prevé los medios de
interpretación complementarios de la siguiente forma: “Se podrán acudir a
medios de interpretación complementarios, en particular a los trabajos
preparatorios del tratado y a las circunstancias de su celebración, para
confirmar el sentido resultante de la aplicación del artículo 31, o para
determinar el sentido cuando la interpretación dada de conformidad con el
artículo 31: a) deje ambiguo u oscuro el sentido; o b) conduzca a un resultado
manifiestamente absurdo o irrazonable.” CONSIDERANDO XI: Que ha
sido estatuido que la competencia de la Corte, como Tribunal Comunitario, se
rige por el principio de atribución, lo cual quiere decir que son los Tratados, y
sus Protocolos los que establecen los criterios para fijar dicha competencia
comunitaria. Desde un punto de vista puramente doctrinal, podría distinguirse
entre una competencia genérica o implícita (numerus apertus) contenida en los
instrumentos constitutivos; y una competencia específica o explícita (numerus
clausus) contenida en el Estatuto. La competencia genérica o implícita: es
atribuida en el Tratado Constitutivo del SICA, es decir, el Protocolo de
Tegucigalpa. Por su parte, la competencia específica o explícita, se atribuye en
el Convenio de Estatuto de La Corte. Las competencias específicas derivan de
la competencia genérica, las competencias específicas desarrollan la genérica.
El mismo Protocolo manda que las atribuciones específicas de La Corte sean
reguladas en el Estatuto, el cual en su Exposición de Motivos, señala que
"…tendrá una jurisdicción y competencia, amplia y completa…" (Convenio
de Estatuto de la Corte). Efectivamente así queda consagrado en el Artículo 30
del Estatuto que establece: "Conforme a las normas antes establecidas, la
Corte tiene facultad para determinar su competencia en cada caso concreto,

200
interpretando los tratados o convenciones pertinentes al asunto en disputa y
aplicando los principios del Derecho de Integración y del Derecho
Internacional". Estas disposiciones le dejan un amplio margen de libertad a la
Corte para fijar su competencia, tomando en consideración e interpretando los
criterios fijados para casos específicos en los cuales se atribuyen o se excluye
su competencia (Artículo 22 del Estatuto). Este criterio de "numerus apertus"
por el cual se rige el Protocolo de Tegucigalpa es el que, por la misma
jurisprudencia de La Corte, debe prevalecer en caso de duda sobre la
competencia del Tribunal. La jurisdicción y competencia establecidas en el
Artículo 35, párrafo segundo, del Protocolo de Tegucigalpa no son de carácter
facultativo, optativo u opcional ni requieren de ningún acto ulterior a la
ratificación y depósito del Protocolo de Tegucigalpa por los Estados Parte
para convertirse en una obligación internacional perfecta y plenamente
exigible por todos los Estados Parte del SICA, sus órganos, instituciones y los
particulares. A este efecto, es necesario recordar que la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados fue ratificada por Costa Rica con
posterioridad a la ratificación que dicho Estado hizo del Protocolo de
Tegucigalpa, por lo cual cualquier reserva hecha a dicha Convención no es
aplicable a los tratados suscritos y ratificados por Costa Rica con anterioridad
y en este caso concreto, no sería aplicable al Protocolo de Tegucigalpa. La
referida Convención de Viena, al regular la forma de expresar el
consentimiento en obligarse por parte de los Estados dice: “El consentimiento
de un Estado en obligarse por un tratado se manifestará mediante la
ratificación: a) cuando el tratado disponga que tal consentimiento debe
manifestarse mediante la ratificación; b) cuando conste de otro modo que los
Estados negociadores han convenido que se exija la ratificación; c) cuando el
representante del Estado haya firmado el tratado a reserva de ratificación; o
d) cuando la intención del Estado de firmar el tratado a reserva de
ratificación se desprenda de los plenos poderes de su representante o se haya
manifestado durante la negociación." De la misma forma la mencionada
Convención establece, en el Artículo 16 que el consentimiento de un Estado
en obligarse por un tratado se hará constar en los instrumentos de ratificación,
aceptación aprobación o adhesión al efectuarse el depósito de éstos en poder
del depositario. La citada disposición lee así: "Salvo que el tratado disponga
otra cosa los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión
harán constar el consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado al
efectuarse: a) su canje entre los Estados contratantes; b) su depósito en poder
del depositario; o c) su notificación a los Estados contratantes o al
depositario si así se ha convenido.". El Estado de Costa Rica firmó el
Protocolo de Tegucigalpa y siguió los procedimientos para obligarse por dicho

201
tratado establecidos en el Artículo 36 ratificando el Protocolo de conformidad
con su respectivo procedimiento constitucional aprobado por Ley 7502 del
tres de mayo de mil novecientos noventa y cinco y ratificado por Decreto
Ejecutivo 24408 del doce de junio de mil novecientos noventa y cinco, por lo
tanto el Protocolo de Tegucigalpa es un tratado que obliga al Estado de Costa
Rica y en él se establece la jurisdicción y competencia obligatorias de la Corte
Centroamericana de Justicia la cual constituye vis à vis Costa Rica, una
obligación internacional perfecta y plenamente exigible por todos los Estados
Parte del SICA, sus órganos, instituciones y los particulares.
CONSIDERANDO XII: Que de conformidad con su Artículo 38, el
Protocolo de Tegucigalpa no admite reservas debido a su naturaleza especial
de instrumento fundacional y constitutivo de una comunidad económico-
política y en la cual todos los Estados, las instituciones y los ciudadanos deben
estar sometidos a los mismos derechos y obligaciones para hacer realidad la
integración de Centroamérica como se reconoce en su Artículo 1. En
consecuencia y de la misma forma establecida por La Corte en anteriores
resoluciones, ningún Estado Parte del Protocolo de Tegucigalpa puede alegar
que una o varias de las disposiciones de ese tratado no le son inaplicables con
respecto a otra Parte o Partes del tratado, órganos o particulares. (“…hay cinco
Estados que tienen, en condiciones de igualdad, la condición de Parte en el
Tratado… se hace necesario declarar la igualdad de derechos entre los
Estados que actualmente conforman el SICA...en base a un principio
fundamental de Derecho Internacional, de Derecho de Integración y de
Derecho Comunitario…de lo contrario habría incoherencia…que acarrearía
la ineficacia de las estipulaciones adoptadas, contrariando así los fines de los
tratados.” CCJ. Expediente No. 3-26-10-99: Consulta sobre Plena Vigencia
del Tratado Constitutivo del PARLACEN y Otras Instancias Políticas.) En
otras palabras, Costa Rica tiene los mismos derechos y las mismas
obligaciones que los demás Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa,
porque así fue convenido por el mismo Estado de Costa Rica con los demás
Estados Parte y así fue aceptado por los procedimientos constitucionales de
Costa Rica para obligarse por el Protocolo. No existe en éste tratado ninguna
excepción convenida por Costa Rica con los demás Estados Parte. No existe
ninguna reserva porque no cabe ninguna. Pretender, sin haberlo convenido,
que Costa Rica está exceptuada del cumplimiento de una o más obligaciones
estatuidas en el Protocolo de Tegucigalpa, equivale a establecer de manera
unilateral una situación de privilegio frente a los demás Estados, lo cual no
solamente es inaceptable en el seno de una "comunidad económico-política",
sino que pretender o consentir que un Estado queda fuera de la aplicación de
la regla común, permitir que se aparte de la aplicación general de la ley,

202
aceptar que goza de un estatuto individual, especial o extraordinario fuera del
marco legal e institucional común, resulta inconcebible en las relaciones entre
Estados de una “comunidad económico-política” que "aspiran a la integración
de Centroamérica." Si una semejante pretensión se aceptara, supondría que,
por un lado, existirían distintos tipos de Estados. Unos ordinarios, sometidos
al régimen jurídico y a la autoridad de sus órganos e instituciones y otros
extraordinarios o especiales que tendrían el derecho de escoger qué reglas del
régimen jurídico aplicar o cumplir y qué órgano o autoridad institucional de la
comunidad de Estados reconocer. Más grave aún, por otra parte, esa
diferenciación tendría un impacto negativo sobre el nivel de protección de los
derechos fundamentales y su efectivo ejercicio dentro de la Comunidad de
Estados para los particulares del Estado que desconoce las obligaciones
comunitarias. Se plantea así incluso un asunto de competencia de la justicia
constitucional nacional, por cuanto habrían ciudadanos y personas jurídicas
protegidos por el régimen jurídico e institucional comunitario y otros cuyos
derechos estarían sujetos a la voluntad discrecional y unilateral del Estado que
se considera exceptuado de cumplir con ciertas obligaciones y autorizado para
aceptar unilateral y arbitriamente la autoridad de algunos órganos o
instituciones del Sistema de la Integración Centroamericana pero de otros no.
Una situación como la descrita da lugar a una discriminación entre los
ciudadanos de distintos Estados y establece sin duda un inaceptable régimen
de desigualdad frente a la ley, tanto para el goce de los derechos como para el
cumplimiento de las obligaciones. Es evidente que por un lado, una
interpretación casuística, discrecional y antojadiza de la norma jurídica común
lleva a un Estado a colocarse al margen de la Comunidad de Derecho,
situación tanto más inaceptable e inadmisible, por cuanto se trata de Estados
Democráticos, cuya existencia misma reposa sobre el respeto al Derecho y por
otro lado conduce a violar los derechos de sus propios ciudadanos y de las
personas jurídicas constituidas de acuerdo a sus leyes y finalmente a instaurar
un régimen arbitrario y caótico a nivel de las relaciones entre los Estados
porque viola de manera flagrante el principio universal del cumplimiento de
buena fe de las obligaciones internacionales. Este principio, que además de
consuetudinario, ha sido recogido en innumerables sentencias de los tribunales
internacionales y comunitarios, incluyendo las de ésta Corte y la propia
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados que en el Artículo 26
contempla la regla de Pacta sunt servanda la cual manda que: Todo tratado en
vigor obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe." Principio
también establecido en el Artículo 4 del Protocolo de Tegucigalpa, que al
igual que la Convención de Viena obliga sin excepción alguna al Estado de
Costa Rica y que en el literal h) determina: "La buena fe de los Estados

203
Miembros en el cumplimiento de sus obligaciones, absteniéndose de
establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea contraria a las
disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento de los
principios fundamentales del SISTEMA DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA o la consecución de sus objetivos.". En conclusión el
Estado de Costa Rica no puede alegar con fundamento legal que no está
obligado a reconocer la jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia,
ya que ésta se encuentra establecida en un tratado válido y obligatorio para
dicho Estado y esa potestad jurisdiccional no es facultativa, optativa ni
opcional como si es en el caso de la Corte Internacional de Justicia que, como
ya veremos en el CONSIDERANDO XVI infra, no puede ser utilizada como
ejemplo en el presente caso, pues aquel es un tribunal internacional y éste, la
Corte Centroamericana es un Tribunal Comunitario. Además porque Costa
Rica, al negociar, firmar, ratificar y depositar el Protocolo de Tegucigalpa
manifestó de acuerdo a sus procedimientos constitucionales internos y a las
del Derecho de los Tratados, su pleno y perfecto consentimiento a que: "Toda
controversia sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones
contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el
párrafo anterior, deberá someterse a la Corte Centroamericana de
Justicia." (El énfasis es nuestro. Se cita versión original del segundo párrafo
del Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa)". Esta aceptación por parte de
Costa Rica se ha mantenido inalterada en el transcurso del tiempo. El
veintisiete de febrero de dos mil dos, once años después de la firma del
Protocolo de Tegucigalpa, los Estados Parte en el SICA reformaron el
Artículo 35 antes citado. Los Estados centroamericanos, incluyendo a Costa
Rica, crearon mediante esa reforma un método de solución alterno de
controversias comerciales entre Estados, incluido el arbitraje, pero dejaron
intacta la jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia como el único
órgano con jurisdicción para conocer: "las controversias sobre la aplicación o
interpretación de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo y
demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberán someterse a
la Corte Centroamericana de Justicia." (El énfasis es nuestro). Al obligarse
Costa Rica en esos términos con la reforma del Artículo 35, no hizo sino
mantener su sumisión a la jurisdicción de La Corte, ya que, para el 27 de
febrero de dos mil dos, Costa Rica no había ratificado aún el Convenio de
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia y había levantado algunos
“aspectos de inconveniencia” para hacerlo desde mil novecientos noventa y
cinco. Costa Rica pudo haber negociado con los demás Estados Parte una
redacción diferente del Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa que dejara
claramente establecido que la aceptación de la jurisdicción de La Corte era

204
voluntaria y no obligatoria, sin embargo no lo hizo. Si hubiera habido en ese
momento objeciones de orden constitucional al establecimiento o a la
jurisdicción de La Corte, Costa Rica pudo haberlo manifestado y pudo haberse
comportado de manera consecuente con su actual posición de no
reconocimiento de la jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia.
Más bien, con su conducta, Costa Rica reafirmó lo que ya había aceptado en
mil novecientos noventa y uno con la firma del Protocolo de Tegucigalpa y en
mil novecientos noventa y cinco con la ratificación de dicho tratado por los
procedimientos y órganos constitucionales competentes para hacerlo. Es
entendible que una posición distinta de parte de Costa Rica no se haya
aceptado por los demás Estados Parte del Protocolo ya que de hacerlo hubiese
supuesto colocar a un país en una situación de privilegio y peor aún
quebrantar la garantía de la aplicación general de las normas comunitarias y su
interpretación uniformes por el órgano jurisdiccional común. El Protocolo fue
reformado sin alterar la obligatoriedad de la jurisdicción de La Corte sobre los
Estados Parte, incluyendo a Costa Rica, cuyo Presidente, Su Excelencia el
Señor Miguel Ángel Rodríguez, firmó la reforma el veintisiete de febrero de
dos mil dos, aprobada mediante Ley Nº 8318 del día 13 de octubre del 2002,
publicada en La Gaceta Nº 221 del día 15 de noviembre del 2002 y ratificada
por Decreto Ejecutivo No.30854-RE del veinte de noviembre de dos mil tres y
publicado en el Diario Oficial La Gaceta No.51 trece de marzo de dos mil
tres. El comportamiento de Costa Rica reafirma la obligatoriedad de la
jurisdicción y competencia de La Corte. Aproximadamente un año después de
la reforma del Protocolo, el diecisiete de febrero de dos mil tres, el Ministro de
Comercio Exterior de Costa Rica, el Honorable Señor Alberto Trejos, firmó la
Resolución No. 106-2003 (COMIECO XXVI) del Consejo de Ministros de
Integración Económica, citando en sus considerandos el referido Artículo 35,
reformado, mediante la cual se aprobó el Mecanismo de Solución de
Controversias Comerciales entre Centroamérica. Resolución que entró en
vigor treinta días después de su firma. Resultaría absolutamente incoherente e
inconsistente por parte de Costa Rica que reconociera como obligatorio
únicamente el párrafo tercero del Artículo 35 (Reformado) del Protocolo de
Tegucigalpa y no el párrafo segundo del mismo Artículo e instrumento
internacional. ¿Cómo podría estar Costa Rica obligada por un método de
solución de solución alterna de controversias comerciales entre los Estados
Centroamericanos, pero no por el órgano jurisdiccional competente para
conocer de acuerdo al Artículo 35, reformado: "las controversias sobre la
aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el presente
Protocolo y demás instrumentos..". En consideración a este examen La Corte
concluye que la posición contraria a la aceptación de la jurisdicción de La

205
Corte para conocer de las controversias que puedan presentarse sobre la
aplicación o interpretación del Derecho Comunitario Centroamericano en el
caso de Costa Rica, no es una posición jurídica. Es una posición que por su
fundamentación política no cabe ni puede aceptarse en derecho. Es una
posición carente de juridicidad. Es más, Costa Rica no puede ir en contra de
los actos propios, como se analizará en detalle en los CONSIDERANDOS
XXII al XXV infra. Si se permitiera ir contra la propia conducta de un Estado,
se violentaría el principio de Pacta sunt servanda. La buena fe es un
fundamento esencial de la seguridad jurídica, de la previsibilidad en las
relaciones entre los Estados, de la armonía entre ellos y de la paz
internacional. Como bien lo observa Flores Pérez: “La conducta
contradictoria no tiene lugar en el campo del derecho, y debe ser impedida.”
(Flores Pérez, Edgard de Jesús. Los Actos de los Estados y la Regla del
Estoppel. P. 122. www.iberopuebla.edu.mx/micro_sitios/ .../derecho/... / ci_
eflores.pdf. Sostener lo contrario por parte de un Estado es violatorio del
Derecho Internacional Público y del Derecho Comunitario, en especial de los
instrumentos internacionales por los cuales se ha obligado el Estado de Costa
Rica a cumplir de buena fe sus obligaciones internacionales y comunitarias.
Asimismo debe señalarse que una vez expresado el consentimiento de un
Estado para obligarse internacionalmente, en este caso por el Protocolo de
Tegucigalpa, Costa Rica no puede invocar disposiciones de su derecho interno
como justificación del incumplimiento de un tratado. Esta norma de aplicación
internacional se encuentra consignada en el Artículo 27 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados y expresa que: “Una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado. Esta norma se entenderá sin perjuicio de lo
dispuesto en el artículo 46." La excepción contenida en el Artículo 46 no es
aplicable a este caso ya que no ha existido vicio del consentimiento para
obligarse por el Protocolo de Tegucigalpa al tenor del inciso l de ese mismo
Artículo ya que no ha habido ni violación manifiesta ni se ha afectado una
norma de importancia fundamental del derecho interno de Costa Rica.
CONSIDERANDO XIII: Que a diferencia de los tribunales internacionales,
el proceso contencioso comunitario centroamericano tiene la particularidad
que en él están legitimados para intervenir no sólo los Estados, sino también
los órganos e instituciones del SICA, los Poderes u Órganos fundamentales de
los Estados, en los casos que el Estatuto establece, y los particulares, sean
personas naturales o jurídicas. Esta particularidad hace posible la realización
efectiva del principio de acceso a la justicia comunitaria como derecho
fundamental, es decir la tutela judicial efectiva. Para ello, como muy bien lo
explican Salazar Grande y Ulate Chacón en su reciente obra Manual de

206
Derecho Comunitario Centroamericano, 2009, Corte Centroamericana de
Justicia. Págs. 335-336. es necesario reafirmar la coexistencia de la “doble
vía” de la jurisdicción comunitaria. “En el Derecho Procesal Comunitario se
promueve una estrecha relación entre la Corte Centroamericana de Justicia y
los jueces nacionales, bajo la premisa de que todo juez nacional es juez
comunitario. Si el Derecho Comunitario pasa a formar parte del Derecho
Nacional, en virtud de su relación de complementariedad, lo que no quita la
primacía de aquél sobre los ordenamientos internos, para garantizar su
aplicación efectiva, también la administración de la justicia comunitaria es
producto de esa complementariedad. Las Constituciones Centroamericanas, y
algunas leyes orgánicas de los respectivos Poderes Judiciales, encomiendan a
los jueces la ineludible responsabilidad de aplicar, con independencia e
imparcialidad, la Constitución, el Derecho Comunitario, los Tratados
Internacionales, y la legislación ordinaria. Si el Derecho comunitario se
integra al Derecho interno de cada país, el Juez nacional no se puede excusar
de resolver un asunto donde deba aplicar la normativa comunitaria. Todo
juez nacional, al resolver un caso concreto que involucre la aplicación del
derecho regional, debe analizar si éste prevalece sobre el nacional, y si tiene
dudas, deberá realizar la consulta prejudicial ante la Corte Centroamericana
de Justicia. De esa forma se fortalece el Derecho comunitario y se garantiza
su interpretación y aplicación uniforme en los Estados miembros. La Corte
Centroamericana de Justicia en consecuencia, mantiene una estrecha
relación de cooperación con los jueces nacionales. Es el órgano principal y
permanente de la justicia comunitaria, pues a ella se le asignó la delicada
tarea de resolver los conflictos derivados de la aplicación del Derecho
comunitario, sea originario, complementario o derivado. En consecuencia, la
Corte se ubica en “la cúspide” del sistema jurisdiccional Comunitario, que
ejerce el poder judicial de la Comunidad Centroamericana (artículo 12 del
Protocolo de Tegucigalpa).” No es por tanto un tribunal extraño a los Estados
Parte del SICA ni un tribunal internacional como a veces se pretende.
CONSIDERANDO XIV: Que mediante la firma, ratificación y depósito del
Protocolo de Tegucigalpa Costa Rica se obligó a someter a la Corte
Centroamericana de Justicia las controversias sobre la aplicación o
interpretación de las disposiciones contenidas en el Protocolo y sus
instrumentos complementarios y derivados. Esa obligatoriedad deriva del
segundo párrafo del Artículo 35 que manda que las controversias que se
presenten en el futuro “deberán someterse". (El énfasis es nuestro). Los
negociadores del Protocolo de Tegucigalpa pudieron haber redactado esa
disposición en modo condicional: “deberían”, sin embargo redactaron el
artículo en futuro indicativo: “deberán”. Utilizaron además el verbo “deber” el

207
cual de acuerdo al Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia,
significa: “Estar obligado a algo por la ley divina, natural o positiva.” Los
negociadores del Protocolo de Tegucigalpa pudieron usar otro verbo para
indicar la capacidad de hacer algo, por ejemplo el verbo “poder” en el futuro
indicativo: “podrán” . No obstante, tanto en su versión original, firmada por
los Presidentes de Centroamérica, incluyendo a Su Excelencia el Señor Rafael
Ángel Calderón Fournier, Presidente de la República de Costa Rica, del trece
de diciembre de mil novecientos noventa y uno, así como once años más
tarde, en su segunda versión, del 27 de febrero del dos mil dos, el Artículo 35
fue redactado utilizando el verbo “deber” en el sentido de una obligación, en
este caso legal. CONSIDERANDO XV: Que las diferencias entre el objeto y
fin de las organizaciones internacionales se encuentra en el origen de las
diferencias en cuanto a los derechos y obligaciones asumidos por los Estados
Parte en los tratados que les dieron origen, así como las Instituciones y los
sujetos privados. Para ejemplificar señalemos las diferencias de objeto y fin
entre una “comunidad económico-política” y una organización universal.
Ambos entes son sujetos de derecho internacional pero con naturaleza distinta.
Mientras que en el caso de una comunidad económico-política, como la
centroamericana se conforma un “sistema” entre un reducido número de
Estados, que deciden integrarse y sustentarse en un ordenamiento institucional
y jurídico propio (Artículo 3, literal j) del Protocolo), perseguir propósitos y
objetivos regionales comunes sobre la base de principios fundamentales
definidos por ellos mismos y entre los cuales está la seguridad jurídica de las
relaciones entre los Estados Miembros (Artículo 4 literal h) del Protocolo), por
el contrario, en la organización universal, como la Organización de las
Naciones Unidas, hay objetivos más generales y de alcance mundial, como
preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra, la igualdad de
derechos entre hombres y mujeres, y de las naciones grandes y pequeñas y
promover el progreso económico y social de todos los pueblos, pero mediante
relaciones de cooperación y no de integración solidaria. Son estas diferencias
en la naturaleza misma de las organizaciones las que determinan sus
diferencias en la constitución y en el ejercicio de su autoridad jurisdiccional.
El Sistema de la Integración Centroamericana se funda en una comunidad
económico-política que conforma un “sistema”, que busca consolidar una
“unidad”, que reclama una “identidad propia”, como manifestación activa de
los “intereses regionales” y de la voluntad de consolidar la integración de la
región (Artículo 4 literal c), que preconiza la práctica de una “solidaridad
centroamericana” como expresión de su “profunda interdependencia, origen y
destino común” (Artículo 4 literal d) e impulsa un proceso de integración, una
de cuyas características, la “globalidad” del mismo (Artículo 4, literal f) en el

208
orden económico, social, cultural, de seguridad, medio ambiental y político.
Todos estos principios fundamentales que buscan la realización de los
propósitos regionales comunes del Sistema de la Integración Centroamericana
sólo pueden ser alcanzados si los Estados Parte están sometidos al mismo
marco regulatorio y el mismo marco institucional. Precisamente este fue el
objetivo perseguido por los Estados centroamericanos al negociar y poner en
vigor un Protocolo a la antigua Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) o Protocolo de Tegucigalpa: reordenar las
instituciones de la integración regional, jerarquizarlas, fortalecer su autoridad,
atribuciones, competencias, poder de decisión, obligatoriedad y vinculación de
las mismas, para alcanzar los fines regionales comunes de los Estados que
constituyeron el Sistema de la Integración Centroamericana. Ello explica por
qué en los distintos tratados no se permitieron reservas, no cupieron
distinciones ni excepciones ni situaciones de privilegio para un Estado.
CONSIDERANDO XVI: Que la técnica legislativa que siguieron los Estados
Parte en el Protocolo de Tegucigalpa para establecer la jurisdicción obligatoria
y competencia de la Corte Centroamericana de Justicia, en su Artículo 35,
como un ente comunitario, difiere drásticamente de la técnica utilizada en la
Carta de la Organización de las Naciones Unidas, en su Artículo 93, como un
ente internacional clásico, debido, como se señala supra, a las diferencias en
el objeto y fin de los tratados que constituyeron el Sistema de la Integración
Centroamericana y la Organización de las Naciones Unidas. Mientras que en
el Protocolo de Tegucigalpa se establece la jurisdicción obligatoria y
competencia genérica o implícita de La Corte para los Estados Parte (Artículo
35) y se deja la integración de la misma, los pormenores de su funcionamiento
y la especificidad de sus atribuciones para regularse en su Estatuto (Artículo
12, párrafo 4º del Protocolo), en la Carta de la Organización de las Naciones
Unidas se estableció en su Artículo 93, numeral 1 que “Todos los Miembros
de las Naciones Unidas son ipso facto partes en el Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia.” Lo que no significa que estén sometidos a la
jurisdicción de la Corte. Lo único que esto implica es que la Corte
Internacional de Justicia tiene en los Estados miembros de su Estatuto un
conjunto de posibles entidades justiciables, es decir, que las Partes tienen la
puerta abierta, como bien lo dice el Artículo 35 del Estatuto de dicho Tribunal
Mundial: “La Corte estará abierta a los Estados partes en este Estatuto.” Cosa
distinta a tener la puerta abierta es que estén obligados a cruzar el umbral y
sean sujetos de su jurisdicción obligatoria, la cual, de conformidad con el
Artículo 36 del citado instrumento, solamente será obligatoria si los Estados
Parte del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia hacen una declaración
especial aceptándola. A diferencia de la Corte Centroamericana de Justicia

209
que tiene jurisdicción obligatoria comunitaria para conocer de las
controversias que surjan sobre la aplicación o la interpretación del Derecho
Comunitario Centroamericano y que no se exige de ninguna declaración
especial para aceptar la jurisdicción comunitaria de la misma, la competencia
de la Corte Internacional de Justicia solamente se extiende a los litigios que
las Partes le sometan y a todos los asuntos especialmente previstos en la Carta
de las Naciones Unidas o en los tratados y convenciones vigentes. La
sumisión de dichos asuntos por las Partes deben estar precedidos de una
declaración de que reconocen como obligatoria ipso facto y sin convenio
especial, respecto a cualquier otro Estado que acepte la misma obligación, la
jurisdicción de la Corte en todas las controversias de orden jurídico que versen
sobre: a. la interpretación de un tratado; b. cualquier cuestión de derecho
internacional; c. la existencia de todo hecho que, si fuere establecido,
constituiría violación de una obligación internacional; y d. la naturaleza o
extensión de la reparación que ha de hacerse por el quebrantamiento de una
obligación internacional. La declaración podrá hacerse incondicionalmente o
bajo condición de reciprocidad por parte de varios o determinados Estados, o
por determinado tiempo. Estas declaraciones serán remitidas para su depósito
al Secretario General de las Naciones Unidas, quien transmitirá copias de ellas
a las Partes en el Estatuto y al Secretario de la Corte. También el Artículo 36
del Estatuto de la Corte Internacional manda que las declaraciones hechas de
acuerdo con el Artículo 36 del Estatuto de su predecesora, la Corte
Permanente de Justicia Internacional que estén aún vigentes, serán
consideradas, respecto de las partes en el presente Estatuto, como aceptación
de la jurisdicción obligatoria de la Corte Internacional de Justicia por el
periodo que aún les quede de vigencia y conforme a los términos de dichas
declaraciones. Existen tres excepciones a la regla de la jurisdicción obligatoria
de la Corte Centroamericana de Justicia en las cuales el Estatuto contempla
una cláusula de jurisdicción voluntaria, optativa u opcional, similar a la de la
Corte Internacional de Justicia. En primer lugar, cuando La Corte actúe como
Tribunal Internacional en el conocimiento de controversias fronterizas,
territoriales y marítimas. La segunda excepción también tiene que ver con la
actuación de La Corte como Tribunal Internacional y está prevista en el literal
h) de su Estatuto para: “Conocer de las controversias o cuestiones que surjan
entre un Estado Centroamericano y otro que no lo sea, cuando de común
acuerdo le sean sometidos...”. Finalmente, la tercera excepción a la
jurisdicción obligatoria es cuando La Corte actúa como árbitro de derecho o
de hecho de conformidad con el Artículo 22 literal ch), para lo cual debe
mediar solicitud de las Partes. Estas son las tres excepciones, sin embargo la
posibilidad de hacer una solicitud o declaración facultativa no se aplica a las

210
cuestiones relativas al Derecho Comunitario Centroamericano entre Estados.
En el primer caso de excepción, contemplado en la segunda parte del párrafo
primero del Artículo 22 a) del Estatuto de La Corte, se “requiere de la
solicitud de todas las partes concernidas”. Es más, antes de conocer de este
tipo de controversias, y previo a la solicitud de todas las Partes concernidas,
las respectivas Cancillerías deberán procurar un avenimiento, sin perjuicio de
poder intentarlo posteriormente en cualquier estado del juicio, en caso de
haberse iniciado éste ante la Corte Centroamericana de Justicia. También debe
mediar solicitud de las Partes en el segundo caso de excepción, es decir
cuando haya un acuerdo previo entre un Estado Centroamericano y otro que
no lo sea para dirimir una controversia y también en el tercer caso excepcional
del arbitraje como ya lo hemos dejado establecido. Hay entonces una
clarísima diferencia entre la jurisdicción y competencia general de carácter
obligatorio para dirimir las controversias comunitarias, contenida en el
Artículo 35 del Protocolo y los casos excepcionales de jurisdicción especial
para dirimir controversias internacionales o el arbitraje de carácter voluntario
establecidos específicamente en el Artículo 22, literales a), ch) y h) del
Estatuto de La Corte. Esta diferencia no hace sino reafirmar que si los Estados
Parte del Protocolo de Tegucigalpa o del propio Estatuto en su caso, hubieran
querido instituir un régimen general de jurisdicción voluntaria para el Sistema
de la Integración Centroamericana, lo hubieran hecho con la misma claridad
que lo dejaron consignado en la segunda parte del párrafo primero del referido
Artículo 22, literales a), ch) y h). Hay entonces una diferencia evidente, entre
la jurisdicción obligatoria establecida para conocer cualquier controversia
relativa a la aplicación o interpretación del Derecho Comunitario
Centroamericano, y la jurisdicción voluntaria, optativa o facultativa que se
presenta en las tres excepciones a la regla general, cuando La Corte funciona
como Tribunal Internacional o Tribunal Arbitral, para las cuales, como se ha
señalado, se necesita una solicitud de todas las Partes, solicitud similar a la
declaración de sumisión a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia
que prevé el Artículo 36 del Estatuto de la Corte universal que hemos citado.
CONSIDERANDO XVII: Que es ampliamente conocida la facultad de los
tribunales internacionales para decidir sobre su propia jurisdicción y
competencia, tal como lo consigna el último inciso del Artículo 36 del
Estatuto de la Corte Internacional de Justicia, el cual establece que
corresponde a la misma Corte Internacional de Justicia zanjar cualquier
disputa que se presente sobre si la Corte tiene o no jurisdicción. Es decir que
para todos los Estados Parte de la Organización de las Naciones Unidas,
incluida Costa Rica, esta no es una materia en la cual prevalezca el criterio de
los Estados sino que los Estados han reconocido que es materia a ser decidida

211
única y exclusivamente por el propio tribunal. Esta facultad también ha sido
reconocida a la Corte Centroamericana de Justicia, la cual, como ha quedado
establecido arriba, de acuerdo al Artículo 30 de su Estatuto, puede
“determinar su competencia en cada caso concreto…”. Claro está que no
puede ser de otra manera. Cualquier Estado podría escapar al cumplimiento de
sus obligaciones internacionales o comunitarias si le fuese reconocida la
potestad de determinar si está o no sometido a la jurisdicción de un órgano
jurisdiccional internacional o en éste caso, comunitario. Bastaría que un
gobierno con arrogancia y en desafío al orden internacional o comunitario se
coloque por encima de la ley internacional o comunitaria en este caso, y
unilateralmente, de manera individual, por sí y ante sí, decida cuándo está y
cuándo no está sometido al imperio del régimen jurídico común. Sin embargo
ese comportamiento arbitrario podría a su vez tener consecuencias jurídicas en
el ámbito internacional como se verá a continuación por violación grave de un
tratado multilateral. CONSIDERANDO XVIII: Que el derecho convencional
ha dejado establecido que un Estado no puede de manera unilateral determinar
la validez y la vigencia de los tratados ya que si ello quedara librado a la
voluntad unilateral de los Estados no habría seguridad jurídica y el orden
jurídico internacional dejaría de existir. A estos efectos, el Artículo 42 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados establece las
siguientes reglas que deben ser observadas por los Estados: “1. La validez de
un tratado o del consentimiento de un Estado en obligarse por un tratado no
podrá ser impugnada sino mediante la aplicación de la presente Convención.
2. La terminación de un tratado, su denuncia o el retiro de una parte no
podrán tener lugar sino como resultado de la aplicación de las disposiciones
del tratado o de la presente Convención. La misma norma se aplicará a la
suspensión de la aplicación de un tratado.” Así que Costa Rica, obligada en
este caso por un tratado internacional multilateral, el Protocolo de
Tegucigalpa, no puede de manera unilateral, ni interpretar el tratado, ni decidir
unilateralmente sobre su validez y vigencia y para impugnar estas, terminarlo,
denunciarlo, retirarse o suspender la aplicación de las disposiciones del
tratado, debe seguir las reglas de la Convención citada, ya que por su propia
naturaleza, objeto y fin, el Protocolo de Tegucigalpa tiene una duración
indefinida y no contiene un procedimiento a tales efectos. En estos casos, la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados estipula en su
Artículo 56 que cuando un tratado no contenga disposiciones sobre su
terminación ni prevea la denuncia o el retiro del mismo, no podrá ser objeto de
denuncia o de retiro a menos: a) que conste que fue intención de las partes
admitir la posibilidad de denuncia o de retiro, lo cual no es el caso con el
Protocolo de Tegucigalpa, o b) que el derecho de denuncia o de retiro pueda

212
inferirse de la naturaleza del tratado, lo cual tampoco cabe con respecto al
Protocolo de Tegucigalpa. En cuanto a la suspensión de la aplicación del
tratado, dada la naturaleza, objeto y fin del Protocolo de Tegucigalpa tampoco
contiene disposiciones en ese sentido, de tal modo que la aplicación de dicho
tratado no podría suspenderse con respecto a todas las partes o a una parte
determinada por consentimiento de todas las partes previa consulta con los
demás Estados contratantes como lo dicta la Convención de Viena a que
hemos aludido, no sólo porque tal posibilidad no está prevista en el tratado,
sino porque aunque no está prohibida, la suspensión afectaría el disfrute de los
derechos que a las demás Partes corresponden en virtud del tratado, así como
el cumplimiento de sus obligaciones; adicionalmente una suspensión dentro de
una “comunidad económico-política” sería incompatible con el objeto y el fin
del tratado según las reglas del Artículo 58 de la Convención de Viena sobre
el Derecho de los Tratados. Para librarse de sus obligaciones internacionales,
y en este caso comunitarias, contenidas en el Protocolo de Tegucigalpa, Costa
Rica no podría alegar las causas de terminación, denuncia, retiro o suspensión
sino con respecto a la totalidad del tratado. La terminación o suspensión del
tratado multilateral podría ser alegada por un Estado Parte del Protocolo como
consecuencia de una violación grave del tratado por una de las partes. De
acuerdo al Artículo 60 de la Convención de Viena antes referida: “2. Una
violación grave de un tratado multilateral por una de las partes facultará: a)
a las otras partes, procediendo por acuerdo unánime para suspender la
aplicación del tratado total o parcialmente o darlo por terminado, sea: i) en
las relaciones entre ellas y el Estado autor de la violación; o ii) entre todas
las partes; b) a una parte especialmente perjudicada por la violación para
alegar ésta como causa para suspender la aplicación del tratado total o
parcialmente en las relaciones entre ella y el Estado autor de la violación; c)
a cualquier parte, que no sea el Estado autor de la violación, para alegar la
violación como causa para suspender la aplicación del tratado total o
parcialmente con respecto a sí misma, sí el tratado es de tal índole que una
violación grave de sus disposiciones por una parte modifica radicalmente la
situación de cada parte con respecto a la ejecución ulterior de sus
obligaciones en virtud del tratado. 3. Para los efectos del presente artículo,
constituirán violación grave de un tratado: a) un rechazo del tratado no
admitido por la presente Convención; o b) la violación de una disposición
esencial para la consecución del objeto o del fin del tratado.” No obstante las
consecuencias jurídicas de una violación grave no operan únicamente en un
sentido. Funcionan en ambos sentidos, para todas las Partes. En otras palabras,
una violación grave de las disposiciones del Protocolo de Tegucigalpa por
parte de un Estado, como sería el rechazo o la negativa a aceptar la

213
jurisdicción para el control judicial de la aplicación e interpretación uniformes
del Derecho Comunitario Centroamericano, frustra la seguridad jurídica en las
relaciones entre los Estados de la “comunidad económico-política” de
Centroamérica y podría acarrear graves consecuencias jurídicas para ese
Estado, si las otras Partes del tratado que no son responsables de la violación
decidieran suspender la aplicación del tratado total o parcialmente o darlo por
terminado con respecto del Estado autor de la violación, de tal forma que un
Estado violador de sus obligaciones corre el riesgo de una sanción seria por
parte de los otros Estados Parte de un tratado. CONSIDERANDO XIX: Que
Costa Rica jugó un activo papel en los trabajos preparatorios que condujeron a
la redacción del Proyecto de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia
el cual fue presentado a los Presidentes de las Repúblicas de Centroamérica
para su consideración y firma, con la expresa solicitud de los Presidentes de
las Cortes Supremas de Justicia que fuese aprobado de forma íntegra y de
conformidad con el Proyecto. Fue en Costa Rica que la Delegación de
Honduras propuso en la última reunión de trabajo la inclusión del literal a) del
Artículo 22 del Estatuto de La Corte, el cual fue remitido a los Presidentes
Centroamericanos para su consideración y decisión. Los Presidentes
aceptaron la propuesta de Honduras y además aprobaron el Proyecto de
Estatuto como lo habían solicitado los Presidentes de los Poderes Judiciales de
Centroamérica, incluyendo la misma exposición de motivos del proyecto, la
cual forma parte del Convenio de Estatuto de La Corte. De la inclusión del
literal a) del Artículo 22 del Estatuto se infiere que el asunto de la jurisdicción
obligatoria versus la voluntaria fue objeto de discusión y análisis específico
por parte de los Estados centroamericanos, de allí que el Estado de Costa Rica
haya estado plenamente consciente, desde su participación en los trabajos
preparatorios, de la diferencia entre la jurisdicción obligatoria comunitaria de
carácter general establecida en el Artículo 35 del Protocolo de Tegucigalpa y
la jurisdicción voluntaria, optativa o facultativa que se dejó consignada para
las controversias fronterizas, territoriales y marítimas, en la segunda parte del
primer párrafo del literal a) del Artículo 22 del Estatuto de La Corte. Esto se
explica además porque es la tercera vez que Costa Rica acepta la jurisdicción
de un tribunal regional de Centroamérica, habiendo tenido el primero su sede
en Cartago, Costa Rica y posteriormente en la misma capital costarricense,
San José, la Corte de Justicia Centroamericana de mil novecientos siete. La
segunda ocasión en que aceptó la jurisdicción de un tribunal regional fue con
motivo de la creación de la segunda Corte de Justicia Centroamericana,
establecida en la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos o
“Nueva Carta de San Salvador” suscrita el de doce de diciembre de mil
novecientos sesenta y dos. Es precisamente sobre este último antecedente

214
institucional que en la Primera Reunión de Cortes Supremas de Justicia de los
países de Centroamérica, incluyendo a Costa Rica, la cual tuvo lugar en
Guatemala, Guatemala, entre el veintinueve y treinta y uno de marzo de mil
novecientos ochenta y nueve, constituyeron el Consejo Judicial
Centroamericano y la Delegación de la Corte Suprema de Guatemala presentó
un proyecto de creación de la Corte Centroamericana de Justicia (Chamorro
Mora, Rafael. La Corte de Justicia de la Comunidad Centroamericana, 1ª
edición febrero 2000. p.7.) En la Segunda Reunión de Cortes Supremas de
Justicia de los países de Centroamérica, celebrada en San Salvador, El
Salvador, también con la participación de Costa Rica, entre el veintiocho y
treinta de junio de mil novecientos noventa se acuerda que la “Secretaría
Ejecutiva Permanente en un plazo máximo de tres meses, deberá rendir al
Consejo Judicial Centroamericano un informe sobre: a) La posibilidad de
creación de la Corte Centroamericana de Justicia.” (CCJ. Pineda, Fabio
Hércules. Resoluciones acordadas en la I, II, III, IV, V y VI Reuniones de
Cortes Supremas de Justicia de Centroamérica y del Consejo Judicial
Centroamericano tomadas en San, José, Costa Rica, en noviembre de 1991.
Managua, Nicaragua 28 de abril 1995. p. 53.) En la Tercera Reunión de Cortes
Supremas de Justicia de los países de Centro América y Panamá, realizada en
Tegucigalpa, Honduras entre el veintiocho y treinta y uno de mayo de mil
novecientos noventa y uno, con la presencia de Costa Rica, se acordó: “1.
Designar al Jurista Hondureño, Don Roberto Ramírez, para que elabore los
estudios preliminares que determinen la factibilidad del establecimiento de la
Corte Centroamericana de Justicia…” y se fijó la fecha para la celebración de
una reunión del Consejo Judicial Centroamericano en San José, Costa Rica,
para analizar y aprobar los estudios preliminares. Este acuerdo fue firmado por
el Honorable Señor Doctor Luis Fernando Solano Carrera, Representante de la
Corte Suprema de Costa Rica. En la misma reunión se aceptó “con mucho
entusiasmo la incorporación de la Corte Suprema de Justicia de la República
de Panamá...” con lo cual se modificó la denominación de la organización
judicial del istmo centroamericano, llamándola: Reunión de Cortes Supremas
de Justicia de Centroamérica y Panamá. El veintiuno y veintidós de
noviembre de mil novecientos noventa y uno se llevó a cabo la reunión
programada en San José, Costa Rica, la que fue presidida por el Excelentísimo
Señor Edgar Cervantes Villalta, Presidente de la Corte Suprema de Costa
Rica. En ese encuentro y después de haber “conocido y discutido los amplios
estudios presentados por la delegación de la República de Honduras...” y que
es necesario que “se cree el nuevo órgano de justicia con una competencia lo
más comprensiva posible…”(Énfasis nuestro) Se convino además: “1.
Sugerir muy respetuosamente a los Gobiernos de las Repúblicas de Costa

215
Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá, la
suscripción de un Convenio para la creación de la CORTE DE JUSTICIA DE
CENTROAMÉRICA Y PANAMA, que deberá satisfacer los procedimientos
constitucionales respectivos para su efectivo funcionamiento.” Luego de lo
cual define en el numeral II la competencia de la Corte incluyendo la facultad
de ésta de dictar su propio Estatuto y los reglamentos operativos y de servicio
que fueren necesarios. Finalmente, el Consejo Judicial Centroamericano
ofreció a los Gobiernos de la región la colaboración necesaria “para definir o
precisar los aspectos que estimen necesarios en la creación de la Corte.” El
Consejo Judicial Centroamericano previó en el numeral IX del acuerdo citado
que la Secretaría Ejecutiva Permanente del Consejo analizara este documento
junto con el Doctor Roberto Ramírez, en Tegucigalpa durante la segunda
quincena de enero de mil novecientos noventa y dos, a fin de que las Cortes de
Justicia de Centroamérica y Panamá adoptaran el documento definitivo
durante su Cuarta Reunión. (Pineda, Fabio Hércules. Op.cit. pp. 67-71). Sin
embargo los Presidentes de la República caminaron más rápido. El impulso
integracionista era grande en esos días, inclusive de parte de los Poderes
Legislativos de Centroamérica que habían presentado a los gobiernos un
proyecto de Convención Centroamericana, tendiente a la creación de un
“Tribunal de Justicia para el Mercado Común Centroamericano”. De tal forma
que antes de la programada IV Reunión de Cortes de Justicia de
Centroamérica y Panamá prevista para enero del año siguiente, la XI Reunión
de Presidentes del Istmo Centroamericano, aprobó y suscribió el trece de
diciembre de mil novecientos noventa y uno el Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA),
constituyendo el Sistema de la Integración Centroamericana, en cuyo Artículo
12 creó como órgano jurisdiccional del Sistema a la Corte Centroamericana de
Justicia y en el tantas veces citado Artículo 35 creó su jurisdicción. Como
también se explica en la Exposición de Motivos del Estatuto de esta Corte,
debido a que el Protocolo de Tegucigalpa se anticipó con la creación de la
Corte Centroamericana de Justicia, hubo necesidad de adecuar al recién
firmado Protocolo de Tegucigalpa, el trabajo inicialmente preparado por el
jurisconsulto hondureño Don Roberto Ramírez, todo ello con el propósito de
cumplir con lo señalado en el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa en el
sentido de negociar y suscribir el Estatuto de la Corte Centroamericana de
Justicia dentro de los noventa días posteriores a la vigencia del Protocolo. En
ningún momento consta en las actas de los trabajos preparatorios que el
Estado de Costa Rica haya de alguna forma manifestado su oposición,
desacuerdo o reservas con respecto a la creación del tribunal, su jurisdicción y
competencia, por razones de orden constitucional u otras de cualquier orden.

216
Más bien, como se deja establecido partir del CONSIDERANDO XXI infra,
con la conducta de sus más altas autoridades, Costa Rica ha manifestado
repetidamente la aceptación de la jurisdicción obligatoria de la Corte
Centroamericana de Justicia. Ese fue el comportamiento del Excelentísimo
Señor Edgar Cervantes Villalta, Presidente de la Corte Suprema de Costa
Rica, cuando el once de septiembre de mil novecientos noventa y dos
suscribió la Resolución II de la IV Reunión de Cortes Supremas de los países
de Centroamérica, celebrada en Managua, Nicaragua entre el nueve y once de
dicho mes y año, aprobando el Estatuto y su Exposición de Motivos, los
cuales se incluyen íntegros en la referida Resolución. La Corte debe destacar
además que el Artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa creó la Corte
Centroamericana de Justicia, no solamente la “estableció” para que se creara
en el futuro, como se ha pretendido argumentar para negar su jurisdicción
obligatoria. Basta leer los Artículos 12 y 35 del Protocolo de Tegucigalpa en
relación a las Disposiciones Transitorias de dicho tratado para darse cuenta de
la futilidad del esfuerzo de negar su creación y su jurisdicción obligatoria
desde el mismo momento en que se ratificó el Protocolo por los Estados Parte
y este entró en vigor de acuerdo a su Artículo 36, párrafo tercero.
Efectivamente, en el Artículo 3 de las Disposiciones Transitorias del
Protocolo queda plenamente demostrado que los Estados centroamericanos
crearon La Corte y se sometieron a su jurisdicción sin necesidad de ningún
acto o declaración ulterior ya que los gobernantes de los Estados
centroamericanos de aquella época, no quisieron dejar ni un momento de
vacío en el control jurisdiccional del Sistema de Integración Económica
Centroamericana. Es esta la razón por la cual previeron que, aún antes de que
La Corte estuviera integrada por los Magistrados que eligieran los países de la
región, toda controversia sobre la aplicación o interpretación de las
disposiciones contenidas en el Protocolo y demás instrumentos
complementarios o derivados, debía ser conocida por el Consejo Judicial
Centroamericano. El referido Artículo 3 reza como sigue: “Para los efectos de
lo establecido en el párrafo 2 del artículo 35 (Conocer de toda controversia
sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el
Protocolo y demás instrumentos complementarios o derivados), y en tanto no
esté integrada la Corte Centroamericana de Justicia, las controversias sobre
la aplicación o interpretación de las disposiciones contenidas en el presente
Protocolo deberá conocerlas el Consejo Judicial Centroamericano”. (El
agregado entre paréntesis es nuestro). Y eso fue exactamente lo que sucedió,
el Consejo Judicial Centroamericano se convirtió en Corte Centroamericana
de Justicia en tanto esta se integraba con los nuevos Magistrados electos por
los países miembros. Resulta palmariamente evidente de la lectura de los

217
trabajos preparatorios que los negociadores del Estatuto de La Corte estaban
tan conscientes que el órgano jurisdiccional había sido creado que cuando
aprobaron el Estatuto y su Exposición de Motivos, eliminaron de su
denominación la palabra “creación”. En la reunión de noviembre de 1991 el
Consejo Judicial Centroamericano le había solicitado al Abogado Roberto
Ramírez “la elaboración de los proyectos de CONVENIO DE LA
CREACIÓN DE LA CORTE Y DE SU ESTATUTO” (Pineda, Fabio
Hércules. Resoluciones de la Cuarta Reunión de Cortes Supremas de Justicia
de Centro América celebrada en Managua, Nicaragua septiembre de 1992.
Resolución II. Estatutos de la Corte Centroamericana de Justicia. Op. Cit. p.
13.) Sin embargo, en vista que un mes más tarde los Presidentes de
Centroamérica crearon La Corte y el Convenio de Estatuto de La Corte se
aprobó con posterioridad al Protocolo, el vocablo “creación” desapareció de la
denominación del Convenio de Estatuto. En la Resolución III de la antes
mencionada IV Reunión, los Presidentes de las Cortes Supremas de Justicia,
incluyendo el mismo Excelentísimo Señor Edgar Cervantes Villalta de Costa
Rica, decidieron “Delegar al Consejo Judicial Centroamericana la facultad
de elaborar sus propias ordenanzas de procedimientos y normas
reglamentarias.” Con el propósito de cumplir con su función de conocer “las
controversias sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones
contenidas en los instrumentos del Sistema de Integración
Centroamericana…” Dichas “Ordenanzas de Procedimientos y Normas
Reglamentarias del Consejo Judicial Centroamericano en sus Funciones de
Corte Centroamericana de Justicia Ad Interim. Aprobadas en Managua,
Nicaragua el 11 de Septiembre de 1992”, tenían el declarado propósito, según
el CONSIDERANDO III) del Acta No. 1 del Consejo Judicial
Centroamericano: “a efecto de tramitar y resolver cualquier solicitud o
demanda que le fuere presentada, en el período de transición que se le
señala…”. Este CONSIDERANDO aclara cualquier duda que pudiera haber
sobre la jurisdicción obligatoria de la Corte Centroamericana de Justicia sobre
los Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa. Como si la contundencia de
esa declaración no bastare, el Artículo 3º del acuerdo determina: “Art.3º.-
Para el ejercicio de su función como Tribunal de Justicia la competencia del
Consejo Judicial Centroamericano es la señalada en el Protocolo de
Tegucigalpa suscrito en la XI Cumbre de Presidentes en esa ciudad por los
Presidentes Centroamericanos, el 13 de diciembre de 1991.” Y el Artículo 6º
manda: “Art. 6º.- El Presidente del Consejo Judicial Centroamericano tendrá
a su cargo el trámite y sustanciación de las demandas o solicitudes que se
presenten. Podrá designar a uno de los otros miembros para que proponga
proyectos de resoluciones interlocutorias o definitivas…” Si la Corte

218
Centroamericana de Justicia no fue creada por el Protocolo de Tegucigalpa y
si no tenía jurisdicción obligatoria sobre todos los Estados Parte de dicho
tratado, ¿Cómo podrían los Honorables Presidentes de todas las Cortes
Supremas de Justicia de Centroamérica y Panamá ejercer su función como un
tribunal de justicia regional? ¿Cómo podrían los Honorables Presidentes de
los Poderes Judiciales de toda Centroamérica y Panamá regular la
presentación de solicitudes y demandas ante ellos en tanto que Corte
Centroamericana de Justicia provisional? ¿Cómo sería posible que adoptaran
reglas sobre la mayoría requerida para que sus resoluciones fuesen válidas, si
no tenían jurisdicción? La Corte debe recordar que estas regulaciones también
calzan la firma del Excelentísimo Señor don Edgar Cervantes Villalta,
Presidente de la Corte Suprema de la República de Costa Rica.
CONSIDERANDO XX: Que la República de Costa Rica ha realizado una
serie de actos aceptando la jurisdicción de la Corte Centroamericana de
Justicia que le impiden alegar con sustento jurídico que no reconoce la
jurisdicción de La Corte. El Derecho Internacional Público otorga particular
importancia al comportamiento de los Estados y asigna efectos jurídicos a los
actos de conducta en sus relaciones internacionales. El llamado “acto
unilateral” que la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas
ha definido en su Tercer Informe como: “…una manifestación de su voluntad
inequívoca, formulada con la intención de producir efectos jurídicos en sus
relaciones con uno o varios Estados o una o varias organizaciones
internacionales y que es del conocimiento de ese Estado o de esa
organización internacional.” (Tercer Informe. Op. Cit. p. 13 Nº 80). En otras
palabras, que ese tipo de actos son “...la manifestación de voluntad
irrevocable de un Estado que, por si sola, es decir, sin necesidad de la
aceptación por parte de otro sujeto de Derecho Internacional Público e
independiente de cualquier acto jurídico preexistente, produce derechos y
obligaciones internacionales para el Estado que lo emite y el derecho de
cualquier otro sujeto de Derecho Internacional Público a invocar en su favor
o beneficio los efectos de esa manifestación de voluntad”. (Toro Jiménez,
Fermín. Manual de Derecho Internacional Público. 2 Vol. Universidad Central
de Venezuela. 1982, Vol. I. Pág. 276, citado por Flores Pérez, Edgard de
Jesús. Los Actos de los Estados y la Regla del Estoppel. p.
97.www.iberopuebla.edu.mx/micro_sitios/.../derecho/ .../ci_eflores.pdf.) La
jurisprudencia internacional ha reconocido los efectos jurídicos de estos actos
unilaterales en varias sentencias, por ejemplo el caso entre Dinamarca contra
Noruega sobre la situación legal de Groenlandia Oriental, (Legal Status of
Eastern Greenland, Permanent Court of International Justice Judgment, April
5, 1933 Series A/B. No.53 (Denmark v.Norway)

219
www.worldcourts.com/pcij/eng/decisions/1933.04.05_greenland/www.icj-
cij.org/docket/files/59/6159.pdf) en la cual la Corte Permanente de Justicia
Internacional reconoció efectos jurídicos a las declaraciones que en el mes de
Julio de 1919 había hecho el Ministro de Relaciones Exteriores de Noruega,
Señor Ilhen con respecto a la soberanía de la totalidad de Groenlandia.
Igualmente el caso entre Nueva Zelanda contra Francia sobre los ensayos
nucleares (Nuclear Tests (New Zealand v. France), Judgment, I.C.J. Reports
1974, p. 457) en el cual la Corte Internacional de Justicia analizó varias
declaraciones de las autoridades francesas, entre otras, una declaración hecha
por el Presidente de la República Francesa y les atribuyó efectos jurídicos en
función de la seguridad jurídica, la confianza y la buena fe en las relaciones
entre Estados: “…sus consecuencias legales deben ser consideradas dentro
del marco general de la seguridad de los intercambios internacionales, la
confianza y la fe que son tan esenciales en las relaciones entre Estados.”
(“….their legal consequences must be considered within the general
framework of the security of international intercourse, and the confidence and
trust which are so essential in the relations among States.”) Nuclear Tests.
Párr. 53, p.474. CONSIDERANDO XXI: Que la atribución de efectos
jurídicos a los actos unilaterales ha llevado al desarrollo en el derecho
internacional público de la figura del Estoppel que puede referirse tanto a una
actuación como a una abstención de actuar. El Estoppel, a diferencia de los
actos unilaterales que se refieren “a una situación concreta…en el caso del
Estoppel, no se trata, de un obrar individualizado… Se trata de saber que la
intención de los Estados de comprometerse en un sentido o en otro, no se
expresa en este caso, en un acto o declaración, sino que debe inferirse de su
conducta. Si el ordenamiento internacional atribuye tal efecto a la conducta
del Estado, ello se debe así mismo, a la exigencia de la buena fe en las
relaciones internacionales, pues el comportamiento de los Estados reposa en
la confianza recíproca. Esta situación del comportamiento de los Estados se
ha querido explicar como la aplicación en el Derecho Internacional Público
del concepto anglosajón de “Stoppel”, que por otra parte, tiene
manifestaciones muy extensas y diversas por lo que Miaja de la Muela
considera (Miaja de la Muela, A. Los Actos unilaterales en las relaciones
internacionales. En Revista Española de Derecho Internacional. R.E.D.I. Vol.
XX. 1967. Págs. 429 a 464, citada por Flores Pérez. p. 110.). que una
modalidad de Estoppel vendría a coincidir, mutatis mutandi, con la teoría o
doctrina de “los propios actos” existente en el Derecho interno Español.
Quienes así piensan se basan fundamentalmente en dos decisiones del
Tribunal Internacional de Justicia, la primera, la Sentencia arbitral del Rey
de España de 23 de Diciembre de1906, por la cual el Rey Alfonso XIII

220
delimitó como árbitro, la frontera entre Honduras y Nicaragua. Este último
Estado…solicitó del Tribunal Internacional de Justicia la declaración de
nulidad del laudo. El TIJ, en su sentencia de 18 de noviembre de 1960, niega
que Nicaragua tuviera derecho a invocar la nulidad, dada la ausencia de
protestas por su parte en el caso de la delegación hecha a favor del Rey de
España, así como también le niega su derecho a alegar el exceso de poder
habida cuenta de actos del gobierno de ese país que implicaron el
reconocimiento de la validez del laudo arbitral. (CIJ. Recueil 1960. pp. 209-
214.) La segunda sentencia, se plantea en el litigio entre Camboya y
Tailandia, a propósito de la interpretación que había de darse a los trabajos
de dos comisiones de delimitación establecidas en 1904 y 1907, en virtud del
tratado concluido entre Francia y Siam para la fijación de los límites
fronterizos entre ambos Estados.” (Case concerning the Temple of Preah
Vihear (Cambodia v. Thailand), Merits, Judgment of 1.5 June 1962: I.C. J.
Reports 1962, p. 6.) en la cual la conducta de las autoridades tailandesas,
llevaron a la Corte a concluir su aquiescencia de la soberanía de Camboya
sobre Preah Vihear. Como bien lo expresara el Juez Alfaro, en su opinión
individual en la sentencia sobre el caso Templo de Preah Vihear: “Este
principio, como lo entiendo consiste en que un Estado parte en un litigio
internacional está obligado por sus actos o actitudes previas cuando
contradicen sus posiciones en el litigio. ….. Juristas españoles, con criterio
objetivo, lo llaman “doctrina de los actos propios”. El Juez Basdevant ha
dado una definición de estoppel en su “Dictionnaire de la terminologie du
droit internacional” la cual es sin duda muy exacta. Es la siguiente: “Vocablo
procesal tomado de la lengua inglesa que designa la objeción perentoria que
se opone a que una parte en un proceso tome una posición que contradice ya
sea lo que ella ha admitido anteriormente de manera expresa o tácita, o lo
que ella pretende sustentar en la misma instancia.” ……su sustancia es
siempre la misma: no es admisible la inconsistencia entre los reclamos o
alegatos presentados por un Estado y su conducta previa en relación a ellos
(allegans contraria non audiendus est). Su propósito es siempre el mismo: un
Estado no puede beneficiarse de su propia inconsistencia en perjuicio de otro
Estado (nemo potest mutare consilium suum in alterius injuriam.) A fortiori,
no puede permitirse que el Estado se beneficie de su propia inconsistencia
cuando ha sido por medio de su propio acto torcido e ilegal que la otra parte
ha sido desprovista de su derecho o ha sido impedida de ejercerlo. (Nullus
commodum capere de sua injuria propria.) Finalmente, el efecto legal del
principio es siempre el mismo: la parte que por su reconocimiento, su
representación, su declaración, su conducta o su silencio ha mantenido una
actitud manifiestamente contraria al derecho que está reclamando ante un

221
tribunal internacional está impedida de reclamar tal derecho (venire contra
factum proprium nom valet). Los actos o actitudes de un Estado previos y en
relación con los derechos en disputa con otro Estado pueden tomar la forma
de un expreso acuerdo escrito, declaración, representación o reconocimiento
o de una conducta que implica consentimiento para o acuerdo con una
situación determinada, fáctica o jurídica”. (“…This principle, as I understand
it, is that a State party to an international litigation is bound by its previous
acts or attitude when they are in contradiction with its claims in the litigation.
…Spanish jurists, showing an objective criterium, cal1 it "doctrina de los
actos propios". Judge Basdevant has given a definition of estoppel in his
"Dictionnaire de la terminologie du droit international" which is doubtless
very accurate. Here it is: "Terme de procédure emprunté à la langue anglaise
qui désigne l'objection péremptoire qui s'oppose à ce qu'une partie à un
procès prenne une position qui contredit soit ce qu'elle a antérieurement
admis expressément ou tacitement, soit ce qu'elle prétend soutenir dans la
même instance." ……..its substance is always the same: inconsistency between
claims or allegations put forward by a State, and its previous conduct in
connection therewith, is not admissible (allegans contraria non audiendus
est). Its purpose is always the same: a State must not be permitted to benefit
by its own inconsistency to the prejudice of another State (nemo potest mutare
consilium suum in alterius injuriam). A fortiori, the State must not be allowed
to benefit by its inconsistency when it is through its own wrong or illegal act
that the other party has been deprived of its right or prevented from exercising
it (Nullus commodum capere de sua injuria propria). Finally, the legal effect
of the principle is always the same: the party which by its recognition, its
representation, its declaration, its conduct or its silence has maintained an
attitude manifestly contrary to the right it is claiming before an international
tribunal is precluded from claiming that right (venire contra factum proprium
nom valet). The acts or attitude of a State previous to and in relation with
rights in dispute with another State may take the form of an express written
agreement, declaration, representation or recognition, or else that of a
conduct which implies consent to or agreement with a determined factual or
juridical situation. (Separate Opinion of Vice-President Alfaro. (Case
concerning the Temple of Preah Vihear (Cambodia v. Thailand) pp. 37 y 38).
C. I. J. Recueil 1962. Págs. 37-40. www.icj-cij.org/. CONSIDERANDO
XXII: Que la conducta del Poder Judicial de Costa Rica en los trabajos
preparatorios demuestra que dicho Estado aceptó que en el Protocolo de
Tegucigalpa se creara La Corte y estableciera su jurisdicción obligatoria y
competencia. ¿Qué órgano del Estado de Costa Rica más calificado que el
propio poder jurisdiccional nacional para entender el contenido de las

222
cláusulas del Protocolo de Tegucigalpa creando la Corte Centroamericana y
atribuyéndole jurisdicción obligatoria? ¿Qué órgano del Estado de Costa Rica
más especializado que el Poder Judicial para negociar y firmar junto con el
Presidente de la República de Costa Rica, aprobando que el proyecto de
Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia estaba
conforme a su derecho interno? ¿Qué órgano de la República de Costa Rica
puede ser más indicado que la misma Corte Suprema de Justicia para apreciar
en toda su dimensión jurídica la aprobación de las “Ordenanzas de
Procedimientos y Normas Reglamentarias del Consejo Judicial
Centroamericano en sus Funciones de Corte Centroamericana de Justicia Ad
Interim.”? Costa Rica no solamente concurrió con su asentimiento a la
creación de un nuevo ente jurídico internacional como es la Corte
Centroamericana de Justicia, con personalidad jurídica, jurisdicción y
competencia propias, sino que con absoluto conocimiento la integró con el
máximo exponente de su Poder Judicial, el Presidente de la Corte Suprema de
Justicia, Excelentísimo Señor Doctor Edgar Cervantes Villalta, quien prestó
juramento como Magistrado de la Corte Centroamericana de Justicia y
prometió cumplir el cargo con honestidad, esfuerzo, diligencia,
imparcialidad e independencia. Esa conducta del Estado de Costa Rica se
hizo patente ante los demás Estados Parte del Sistema de la Integración
Centroamericana, llevando a su ánimo el convencimiento que Costa Rica
aceptaba y se obligaba al igual que ellos a respetar la jurisdicción y
competencia de la Corte Centroamericana de Justicia. Tal conducta quedó
consignada en el Acta de Toma de Posesión de los Magistrados y solemne
instalación del Consejo Judicial Centroamericano en su función transitoria de
Corte Centroamericana de Justicia, acto que tuvo lugar en la Presidencia de la
República de Nicaragua, a las siete de la noche del once de septiembre de mil
novecientos noventa y dos ante la presencia de la Excelentísima Señora
Presidente de la República de Nicaragua Doña Violeta Barrios de Chamorro,
habiéndole correspondido al Abogado Roberto Ramírez recibir el juramento,
por delegación de la IV Reunión de Cortes Supremas de Justicia de
Centroamérica y Panamá. En la ciudad de Panamá, Panamá, entre el nueve y
el once de junio de mil novecientos noventa y tres, tuvo lugar la V Reunión de
Cortes Supremas de Justicia, durante la misma, los Presidentes de los Poderes
Judiciales de Centroamérica, en su Resolución 2, instaron a los gobiernos de la
región a ratificar el Protocolo de Tegucigalpa y el Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia. En su Resolución 3 autorizaron la elaboración de
un presupuesto para cubrir los costos del personal y funcionamiento del
Consejo Judicial Centroamericano como Corte Centroamericana de Justicia ad
interim. Para corroborar que la Corte Centroamericana de Justicia fue creada

223
en el Protocolo de Tegucigalpa y además se le dotó de jurisdicción obligatoria
y competencia desde un inicio, resulta importante destacar que La Corte no
solamente se integró con los Presidentes de las Cortes Supremas de Justicia de
los Estados Parte del Protocolo, sino que también ejerció sus facultades
jurisdiccionales desde un inicio. El primer caso fue una consulta presentada
por el Presidente de la Comisión Preparatoria del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) Doctor H. Roberto Herrera Cáceres relativa a los
privilegios e inmunidades de una organización regional y a las actuaciones de
los tribunales ordinarios en relación al derecho de legítima defensa de una
organización internacional, consulta que La Corte respondió el once de
noviembre de mil novecientos noventa y dos. El segundo caso estuvo referido
a un dictamen u opinión sobre el Proyecto de Protocolo al Tratado General de
Integración Económica Centroamericana en el cual La Corte hizo
recomendaciones puntuales sobre el contenido del mismo. Finalmente, La
Corte resolvió el veinticuatro de marzo de mil novecientos noventa y cuatro,
en la ciudad de Panamá, Panamá, una solicitud de interpretación del Artículo
48 del Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia en relación a la
entrada en vigor del mismo, solicitud presentada por la Asesora del Ministerio
de Relaciones Exteriores de la República de El Salvador, Licenciada Ana
Elizabeth Villalta Vizcarra. (Chamorro Mora. Op. cit. págs. 16-19 y Acta
Número Dos de la reunión del once de noviembre de mil novecientos noventa
y dos). Esta última decisión de la Corte Centroamericana de Justicia sobre la
entrada en vigor del Convenio de Estatuto demuestra de manera fehaciente
que La Corte ejerció sus atribuciones jurisdiccionales antes de la vigencia
misma de su Estatuto y que solamente pudo ejercerlas si la atribución de
jurisdicción hubiese sido anterior a la entrada en vigor del mismo, lo que
confirma que la jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia deriva
del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos y no de su Estatuto. CONSIDERANDO XXIII: Que la
conducta del Poder Judicial de la República de Costa Rica refuerza los
anteriores actos de reconocimiento de la jurisdicción y competencia de La
Corte en varias de sus decisiones jurisdiccionales. En la Resolución No. 6624-
94 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia a las nueve horas
del once de noviembre de mil novecientos noventa y cuatro, respondiendo a la
Consulta Preceptiva de Constitucionalidad formulada por la Asamblea
Legislativa sobre la Modificación al Código Aduanero Uniforme
Centroamericano, la Corte Suprema trató el asunto de las atribuciones y
deberes conjuntos del Presidente y del respectivo Ministro de Gobierno, para
dirigir las relaciones internacionales de la República, la manifestación del
consentimiento por parte de éstos y la capacidad de obligar al Estado de Costa

224
Rica por medio de los tratados internacionales, concluyendo que: “en los
casos en que el instrumento haya sido suscrito por el Ministro de Relaciones
Exteriores o por el Presidente, y así ha sido presentado a la Asamblea
Legislativa a fin de iniciar esta fase del perfeccionamiento de la obligación
internacional que éste implica, pero además no consta de manera alguna que
ni uno de los integrantes del órgano, ni el Poder Ejecutivo, hayan manifestado
la opinión contraria en obligarse por el tratado o convenio, ningún reparo
formal puede formularse. Ello es válido en cuanto a los efectos internos o
externos del instrumento de que se trate.” Esta conclusión de la Sala
Constitucional es perfectamente aplicable a la obligatoriedad de las
disposiciones del Protocolo de Tegucigalpa para el Estado de Costa Rica, en
particular las contenidas en sus Artículos 12 y 35 mediante los cuales se creó
la Corte y se le asignó su jurisdicción. En otro acto, la Corte Suprema de
Costa Rica, por nota del veintitrés de octubre de mil novecientos noventa y
cinco dirigida al Doctor Gerardo Trejos Salas, Presidente de la Comisión
Permanente de Asuntos Jurídicos de la Asamblea Legislativa “externa su
opinión general” sobre el proyecto de ley de Aprobación del Estatuto de la
Corte Centroamericana de Justicia que había sido objeto de consulta al
Tribunal por parte de la referida comisión legislativa. La opinión de la Corte
Plena no aconseja la improbación del Estatuto ni se pronuncia sobre la
constitucionalidad del mismo sino que se limitó a prevenir a la Asamblea
Legislativa que “antes de que se produzca la eventual aprobación por parte
de la Asamblea Legislativa, es de trascendencia tener presente la normativa
que aquí se ha comentado, achacándole aspectos de inconveniencia”. (El
énfasis es nuestro). Es decir que la Corte Suprema de Justicia le atribuyó al
Estatuto algunos defectos que a su juicio consideró inconvenientes, pero no
llegó a manifestarse sobre la improcedencia de su aprobación. El ocho de
septiembre de mil novecientos noventa y siete, los Magistrados Solano y
Zeledón presentaron una solicitud de revisión de la “opinión general” de la
Corte Suprema del veintitrés de octubre de mil novecientos noventa y cinco y
el Alto Tribunal tomó nota de la solicitud. El treinta y uno de agosto de mil
novecientos noventa y ocho la Corte Suprema discutió otra vez el asunto de la
jurisdicción de la Corte Centroamericana y la aprobación de su Estatuto y al
tratar el asunto de la aprobación del Estatuto de La Corte, el Supremo Tribunal
de Costa Rica manifestó que “…cuando en el artículo XIX de la Sesión de
Corte Plena del 8 de setiembre de 1997, se dispuso: “Tomar nota de la
anterior comunicación, (referida a la solicitud de revisión) en virtud de que la
Asamblea Legislativa no ha ratificado el protocolo de Tegucigalpa, que crea
la Corte Centroamericana de Justicia”; ese acuerdo a lo que se refiere es al
Estatuto de esa Corte y no al Protocolo de su creación, que fue ratificado por

225
Ley N° 7502, del 3 de mayo de 1995 (Alcance N° 20 a La Gaceta N° 110 del
8 de junio de 1995)”. Acta No 23-98, Sesión extraordinaria de Corte Plena
celebrada a las trece horas treinta minutos del treinta y uno de agosto de mil
novecientos noventa y ocho. Articulo XV. (Agregado entre paréntesis y
énfasis nuestros). Es decir que para la Corte Suprema de Costa Rica, el
Protocolo de Tegucigalpa surtía todos sus efectos jurídicos y obligaba
plenamente a Costa Rica en relación a la creación, jurisdicción y competencia
de la Corte Centroamericana de Justicia establecida, no en su Estatuto, como
bien dice la Corte Suprema sino en el “Protocolo de su creación”. Por su
parte el Poder Legislativo archivó el Expediente Legislativo No. 11.854, sin
pronunciarse sobre la aprobación o improbación del citado Estatuto y no
solicitó la Consulta Preceptiva a la Sala Constitucional del Supremo Tribunal.
Los “aspectos de inconveniencia” achacados en la opinión general quedaron
referidos esencialmente a seis aspectos: 1) Limitar la competencia de La Corte
a lo estrictamente regional y comunitario por juzgar inconveniente el
conocimiento de asuntos que corresponden propiamente al Derecho
Internacional; 2) Incluir en el Estatuto las causales de remoción justificada de
los Magistrados; 3) Incluir en el Estatuto los medios de prueba; 4) Señalar la
inconveniencia de la competencia establecida en el Artículo 22 f) relativo a los
conflictos entre Poderes fundamentales de los Estados y cuando de hecho no
se respeten los fallos judiciales; 5) Limitar la exclusión de responsabilidad de
los Magistrados; y 6) Modificar el régimen de pensiones de los Magistrados.
Con posterioridad a esta “opinión general”, y con el propósito de que Costa
Rica ratificara el Estatuto de La Corte, los Presidentes de Centroamérica
nombraron una comisión que revisara los aspectos organizativos e
institucionales del SICA y convinieron en un Protocolo de Reformas el cual
no fue ratificado por Costa Rica y siendo este el Estado que supuestamente era
el más interesado, ninguno de los otros Estados tampoco lo ratificó. La falta
de interés de Costa Rica en impulsar las reformas al Estatuto sembró
confusión sobre sus intenciones con respecto al cumplimiento de las
obligaciones que se derivan de los Artículos 12 y 35 del Protocolo de
Tegucigalpa. No obstante lo anterior, el Poder Judicial de Costa Rica ha
continuado manifestando un claro entendimiento de las características del
ordenamiento jurídico comunitario y las implicaciones constitucionales que
podría tener la no ratificación del Estatuto de La Corte por parte de Costa
Rica, “en tanto podría implicar denegación de justicia para los
costarricenses”, dicho de otra forma, Costa Rica podría incurrir en una
violación de los derechos fundamentales de los ciudadanos de Costa Rica y de
las personas jurídicas constituidas de conformidad a sus leyes. La
preocupación de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia se

226
expresa en la Consulta Preceptiva de Constitucionalidad del proyecto de ley
de Aprobación del “Tratado de Integración Social” suscrito el treinta de marzo
de mil novecientos noventa y seis, consulta de las nueve horas tres minutos del
seis de septiembre de mil novecientos noventa y seis, en la cual la Sala
Constitucional aborda temas jurídicos de particular importancia para el
derecho comunitario, el cual define como “un conjunto organizado y
estructurado de normas jurídicas, que posee sus propias fuentes, dotado de
órganos y procedimientos adecuados para emitirlas, interpretarlas, aplicarlas
y hacerlas valer.” (El énfasis es nuestro). Es decir, a contrario sensu, se
entiende que no habría un ordenamiento jurídico comunitario si sólo
existieran las normas, pero no hubiera órganos con facultades decisorias y
procedimientos adecuados para interpretar y aplicar el conjunto de normas
jurídicas que lo componen para hacerlas cumplir. La Sala Constitucional
también reconoce que: “…la Comunidad constituye un nuevo orden jurídico
internacional, en cuyo beneficio los Estados partes han limitado, aunque de
manera restringida sus derechos soberanos. Del Derecho Comunitario surgen
derechos y obligaciones, no sólo para los Estados miembros, sino también
para sus ciudadanos.” Para el Alto Tribunal costarricense la transferencia de
competencias al ordenamiento comunitario debe ser expresa y mediante
tratado el cual debe ser aprobado de acuerdo a las normas constitucionales
sobre la materia y sometido a Consulta Preceptiva de Constitucionalidad, tal y
como fue el caso de la competencia genérica o implícita (numerus apertus) del
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) que creó la Corte e instituyó su jurisdicción.
(Consulta Preceptiva de Constitucionalidad, Resolución número 2037- 95 de
las dieciséis horas del veinticuatro de abril de mil novecientos noventa y
cinco, Ley No. 7502 del tres de mayo de mil novecientos noventa y cinco y
ratificado por Decreto Ejecutivo 24408 del doce de junio de mil novecientos
noventa y cinco). En la Consulta Preceptiva arriba aludida, la Corte Suprema
de Justicia recuerda que en vista de los nuevos compromisos jurídicos
comunitarios que adquiría Costa Rica se reformaron los Artículos 7, 121 y 105
de la Constitución Política, para que la integración centroamericana
“encontrara un adecuado marco constitucional”. Mediante esas reformas se
previó, dice la Corte, “la transferencia de ciertas competencias nacionales
propias a un ordenamiento jurídico distinto -el Comunitario- que de otra
manera no podría lograr las metas comunes que los Estados partes del
sistema de integración se han propuesto.” Según la Corte hay ciertas
competencias soberanas que no pueden ser transferidas cuando estas “resulten
esenciales para el orden jurídico constitucional costarricense.” y a
continuación explica cuáles son refiriéndose a que la transferencia debe ser

227
con el propósito de realizar objetivos regionales y comunes y que no deben
reducir los niveles de protección de los derechos fundamentales,
especialmente cuando se trata del acceso de los particulares a la justicia
comunitaria. La Corte Suprema de Costa Rica reconoce que el Protocolo de
Tegucigalpa estableció en su Artículo 35 que deberá someterse a la Corte
Centroamericana de Justicia toda controversia “que surja de los protocolos y
sus instrumentos complementarios y derivados” y que es el Protocolo de
Tegucigalpa el que en su Artículo 12 “crea” La Corte. Y a este propósito,
cuando trata de la no “aprobación” (ratificación) por parte de Costa Rica del
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia “organismo encargado de
dirimir los conflictos relacionados con normas de carácter comunitario” la
Sala Constitucional expresa una preocupación en el sentido de las
consecuencias que podrían derivarse de la no aprobación de dicho Estatuto “el
país (Costa Rica) y sus habitantes se encuentran en desventaja frente al
órgano llamado a interpretar y aplicar el Derecho Comunitario. Situación
que puede resultar de relevancia constitucional, en tanto podría implicar
denegación de justicia para los costarricenses, quienes, al igual que los
nacionales de otros países centroamericanos derivan derechos y obligaciones
de las normas comunitarias, y se ven colocados en un plano desigual al
acudir a ese Tribunal, merced a la no aprobación de su convenio
constitutivo.” (El paréntesis es nuestro). Estos mismos conceptos fueron
retomados por la Corte Suprema de Justicia en la Resolución 4640-96,
resolución de las nueve horas con nueve minutos del seis de septiembre de mil
novecientos noventa y seis. El Supremo Tribunal costarricense esclarece la
situación del Estado de Costa Rica frente a la jurisdicción de La Corte, cuando
en su Resolución 1999-06619 de las once horas con cincuenta y dos minutos
del veintisiete de agosto de mil novecientos noventa y nueve, al contestar la
Consulta Preceptiva de Constitucionalidad sobre el proyecto de ley de
Aprobación del Acuerdo entre Centro América y República Dominicana para
la prevención y la represión de los delitos de lavado de dinero de activos,
relacionados con el tráfico ilícito de drogas y delitos conexos, suscrito el 6 de
noviembre de 1997, se refiere al dictamen técnico sobre el proyecto de
"Aprobación del Convenio Centroamericano para la Prevención y la
Represión de los delitos de lavado de dinero y de activos relacionados con el
tráfico ilícito de drogas y delitos conexos, suscrito en la Ciudad de Panamá el
11 de julio de 1997" , el cual en su Artículo 20 manda que: “En toda
controversia sobre la aplicación o interpretación del presente Convenio se
utilizarán los medios de solución pacífica de controversias, y en su caso serán
sometidas al conocimiento de la Corte Centroamericana de Justicia.” La
Corte Suprema de Costa Rica no encontró que el ejercicio de la jurisdicción de

228
la Corte Centroamericana de Justicia fuese “un obstáculo que impida la
aprobación del presente Convenio, puesto que si Costa Rica aprobó la
creación de la Corte Centroamericana de Justicia, es válida toda cláusula de
Derecho Regional que se refiera a ella como órgano competente,
independientemente de los reparos que se tengan contra su estatuto.” Por
“reparos”, La Corte Suprema se refería a la competencia para resolver
conflictos entre Poderes de los Estados contenida en la primera parte del
Artículo 22 f) del Estatuto de la Corte. La declaración del máximo tribunal de
Costa Rica tiene una enorme relevancia en este caso, pues no solamente
negoció y firmó el Poder Ejecutivo el Convenio sobre los Delitos de Lavado
de Dinero y de Activos consignando la jurisdicción de la Corte
Centroamericana de Justicia, sino que lo envió al Congreso para su aprobación
y la Sala Constitucional no encontró objeción alguna a que dicho tratado fuese
aprobado por la Asamblea Legislativa, aunque este Convenio no esté vigente
para Costa Rica. Por otra parte, la Corte Suprema emitió la Resolución 2003-
04309 de las diecisiete horas con diecisiete minutos del veinte de mayo de
dos mil tres, por medio de la cual evacuó la Consulta Preceptiva de
Constitucionalidad sobre el proyecto de ley de Aprobación del Segundo
Protocolo de Modificación al Código Aduanero Uniforme Centroamericano.
En dicha Resolución, la Sala Constitucional trató la cuestión presentada por
tres diputados, quienes adujeron que el proyecto de ley adolecía de vicios en el
trámite, “ya que no lo adoptaron los órganos comunitarios que debían
hacerlo.” En su Considerando IV, la Sala Constitucional evitó pronunciarse
sobre si había o no violación de los procedimientos comunitarios en la
adopción del Segundo Protocolo y remitió la materia a los órganos del
sistema de integración. Sobre el particular la Corte Suprema resolvió lo
siguiente: “IV.- Finalmente, la eventual violación a los procedimientos de
derecho comunitario es un asunto que deberá dilucidarse ante los órganos del
sistema de integración centroamericana.” Resulta evidente que al inhibirse el
máximo poder jurisdiccional nacional de Costa Rica de conocer y decidir
sobre una cuestión relativa a la aplicación e interpretación de las facultades y
los procedimientos de los órganos comunitarios para adoptar decisiones,
reconoció que existe una jurisdicción comunitaria privativa de los Estados
centroamericanos y con exclusión de cualquier otro tribunal para conocer de
este tipo de cuestiones. La posición del Poder Judicial de Costa Rica ha sido
consistente y se ha manifestado también en la participación de su actual
Presidente, Excelentísimo Señor Doctor Luis Paulino Mora Mora, en la
juramentación de los actuales Magistrados de la Corte Centroamericana de
Justicia, el tres de octubre de 2007 (Memoria Primer Encuentro de Cortes
Internacionales y Regionales de Justicia del Mundo. Pág. 32) y en el

229
significativo discurso que el mismo Doctor Mora Mora pronunció el diecisiete
de Agosto de dos mil siete. En esa ocasión el Doctor Mora externó
importantes criterios sobre la Corte Centroamericana y el carácter vinculante
de sus sentencias para Costa Rica: “Tenemos también una Corte
Centroamericana de Justicia como órgano judicial del sistema de Integración
Centroamericana, como encargada de interpretar y velar por el cumplimiento
y aplicación del Derecho Comunitario, tanto por parte de los Estados como
de las Instituciones Regionales y los derechos de los ciudadanos. Por ser
derecho comunitario es complementario con nuestra normativa interna, y en
el caso de nuestro país, vinculante según sentencias de la Sala
Constitucional, sólo esta circunstancia es motivo suficiente para que nos
preocupemos por conocer la organización del sistema y su competencia, es
por ello que actividades como ésta deben ser bienvenidas.” (El énfasis es
nuestro). CONSIDERANDO XXIV: Que la conducta del Poder Ejecutivo de
Costa Rica también ha tenido inequívocas manifestaciones de aceptación de la
jurisdicción y competencia de la Corte Centroamericana de Justicia. Para el
caso, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la República de Costa
Rica, se manifestó sobre la importancia que para ella tenía la solicitud de
Opinión Consultiva presentada ante La Corte por la Secretaría Permanente del
Tratado General de Integración Económica Centroamericana (SIECA) referida
al Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano. En
efecto, por nota del veintitrés de julio de mil novecientos noventa y siete, No.
441-97-ST-PE, dirigida al Presidente de la Corte Centroamericana de Justicia,
Doctor Rafael Chamorro Mora, por el Director General de Política Exterior,
Honorable Señor Luis Guillermo Solís Rivera, el órgano de las relaciones
exteriores de Costa Rica comunica al Tribunal Regional “Con instrucciones
superiores…que una vez hecha la consulta al área de integración Económica
del Ministerio de Economía, Industria y Comercio el Gobierno de la
República de Costa Rica, considera que esta gestión es de gran interés para
los gobiernos centroamericanos.” Es decir que el Gobierno de Costa Rica
aceptó que la Opinión que sería rendida por La Corte, con efectos vinculantes
para los Estados Parte del SICA, tenía “gran interés para los gobiernos
centroamericanos”, incluida Costa Rica, naturalmente. El veinte de diciembre
de mil novecientos noventa y nueve, por nota diplomática DGPE/No. 276-99,
Su Excelencia el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República de
Costa Rica, Señor Roberto Rojas López, contesta la nota de la Corte
Centroamericana de Justicia al Gobierno costarricense solicitando su criterio
sobre la Consulta Obligatoria presentada por el Parlamento Centroamericano
(PARLACEN) sobre algunas competencias del órgano legislativo regional en
relación al depósito del instrumento de ratificación del Tratado Constitutivo

230
del PARLACEN por parte de Panamá. El Canciller costarricense solicitó a La
Corte que ejerciera su poder jurisdiccional para “confirmar la derogatoria del
inciso 2 del artículo 5 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas por: a- ser opuesto al
Protocolo de Tegucigalpa y a sus instrumentos complementarios, Protocolo
de Guatemala y Tratado de Integración Social. b- ser obstáculo para el logro
de los propósitos y fines del Sistema de la Integración Centroamericana. Dejo
así presentado el criterio de esta Cancillería que es la del Gobierno de la
República de Costa Rica.” concluye la nota del Señor Ministro de Relaciones
Exteriores. Esta nota es muy importante pues prueba que Costa Rica accionó
frente a La Corte. No sólo presentó su criterio en relación a una consulta que
se tramitaba en La Corte por iniciativa del PARLACEN, sino que pidió
específicamente a La Corte que mediante el ejercicio de su facultad
interpretativa del Derecho Comunitario, confirmara la derogatoria de un
Artículo del Tratado Constitutivo del PARLACEN. Costa Rica accionó
nuevamente ante la Corte Centroamericana de Justicia en el Expediente 27-07-
03-03-2000, relativo a la Solicitud de Opinión Consultiva del Estado de
Nicaragua sobre si la SIECA podía pronunciarse con arreglo al Derecho
Comunitario sobre un supuesto incumplimiento de los instrumentos de la
integración regional, en tanto dicho asunto había sido sometido al
conocimiento del órgano jurisdiccional del Sistema y se encontraba pendiente
de fallo judicial. Por nota del Excelentísimo Ministro de Relaciones Exteriores
y Culto de Costa Rica, Señor Roberto Rojas, el Estado de Costa Rica solicitó
se hiciera conocer a la Corte Centroamericana de Justicia su opinión en
relación a este caso sobre el cual el Gobierno de Costa Rica dio una respuesta
sobre cada uno de los puntos sometidos a Opinión Consultiva de La Corte. Es
más, el Señor Ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica solicitó
específicamente a La Corte que debía oír en este caso a la SIECA, “so pena de
nulidad” de la Opinión que emitiera. Dicho de otra manera, Costa Rica llegó a
calificar que si La Corte actuaba de manera distinta al criterio de ese Estado,
la resolución de la Corte Centroamericana no tendría efectos por ser nula. En
sentido contrario debemos entender que Costa Rica reconocía que si La Corte
actuaba como lo pedía la Cancillería costarricense, su resolución surtiría todos
los efectos, incluso para Costa Rica. La nota fechada el diecinueve de julio del
año dos mil, DGPE/No. 234-00, dirigida al Señor Secretario de la Corte
Centroamericana de Justicia, Doctor Orlando Guerrero Mayorga dice lo
siguiente: “En otro orden de cosas, llama la atención que la Corte dispone oír
a los órganos del artículo 12 del Protocolo de Tegucigalpa y omite la
audiencia a los órganos del Protocolo de Guatemala, específicamente a la
SIECA, como parte misma en el proceso. En aras del debido proceso y, so

231
pena de nulidad, la Corte debe dar audiencia a la SIECA. Dejo así expresa la
opinión del Gobierno de la República de Costa Rica…” Es evidente que
cuando Costa Rica lo ha juzgado conveniente a sus intereses, se ha presentado
ante La Corte y ha accionado, no solamente emitiendo opinión sobre un
asunto determinado sino solicitando que La Corte de a los casos en los cuales
Costa Rica ha participado, determinado impulso procesal y determinado
sentido a los tratados centroamericanos. Si Costa Rica ha accionado en estos
casos es porque ha aceptado que las resoluciones de La Corte no sólo le
conciernen, sino que ha aceptado que tienen efecto vinculante para Costa
Rica. CONSIDERANDO XXV: Que los titulares del Poder Ejecutivo de
Costa Rica han observado un comportamiento por medio del cual han
expresado su consentimiento y han obligado al Estado de Costa Rica
reconociendo la jurisdicción y competencia de La Corte, no solamente su
jurisdicción obligatoria, sino también la jurisdicción arbitral establecida en el
propio Estatuto del Tribunal Comunitario. Tal es el caso de la nota del diez de
agosto del año dos mil uno, suscrita por el Excelentísimo Señor Presidente de
la República de Costa Rica, Señor Miguel Ángel Rodríguez Echeverría,
dirigida al Secretario General del Sistema de la Integración Centroamericana,
Doctor Oscar Alfredo Santamaría, sobre si para el Estado de Costa Rica, la
Corte Centroamericana de Justicia podía suscribir un convenio con la
Secretaría de Integración Económica Centroamericana para establecer un
Mecanismo de Solución de Controversias Comerciales que incluyera no sólo
la conciliación sino el arbitraje, el Presidente Rodríguez Echeverría, expresó
que consideraba que “no sólo pueden, sino que deben suscribir un
Convenio…” “Lo anterior, (agregaba el Presidente de Costa Rica) no
lesiona la competencia de la Corte para ser árbitro.” (El énfasis y el
paréntesis son nuestros). Esta expresión es particularmente significativa
porque el Presidente de Costa Rica reconoce la competencia arbitral de La
Corte establecida en el Artículo 22, literal ch) del Convenio de Estatuto de La
Corte. Más adelante en la nota el Presidente Rodríguez Echeverría analiza en
detalle ésta competencia de la Corte Centroamericana de Justicia y afirma que
La Corte puede negarse a ser árbitro y que ello “necesariamente admite la
potestad de las partes de ir al arbitraje extrajudicial. Rechazar esta
posibilidad sería violar derechos fundamentales de la persona humana y
negar objetivos fundamentales del propio Sistema de la Integración
Centroamericana.” En consecuencia, en opinión del Primer Mandatario
costarricense, a cargo de dirigir las relaciones exteriores de ese Estado, los
objetivos fundamentales del propio Sistema de la Integración Centroamericana
requerían contar con la posibilidad de ir al arbitraje independientemente de la
potestad arbitral que el Convenio de Estatuto le otorga a La Corte. A fortiori,

232
los objetivos fundamentales del propio Sistema de la Integración
Centroamericana requieren que las Partes tengan la posibilidad de recurrir a
un órgano jurisdiccional, ya que el arbitraje es optativo, pero la jurisdicción
del Tribunal Comunitario es obligatoria. El Presidente Rodríguez Echeverría
concluye su nota al Secretario General del SICA diciendo: “Dejo así
externado mi criterio. Sírvase comunicarlo a la Corte Centroamericana de
Justicia.” La Corte entiende que para el Presidente Rodríguez no bastaba
responder la consulta al Secretario General del SICA, sino que él requería que
la opinión que emitía tuviera también efecto frente al Tribunal Regional. La
Corte ha considerado además como muy importante para los efectos del
análisis de la conducta del Estado de Costa Rica, la participación del
Excelentísimo Señor Presidente de la República de dicho país, Abel Pacheco
de la Espriella y la suscripción por él mismo de la Resolución sobre la
Situación de la Democracia Representativa en Nicaragua, adoptada por la
XXVI Región Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) del treinta de junio de dos
mil cinco. En ella, los Jefes de Estado y de Gobierno del SICA manifiestan
haber “recibido comunicación de la Corte Centroamericana de Justicia del 16
de junio del año 2005, en la cual hace saber a los Estados Miembros del
Sistema de la Integración Centroamericana del incumplimiento, por parte de
la Asamblea Nacional de Nicaragua, de la Sentencia definitiva pronunciada
el 29 de marzo de ese mismo año en el juicio entablado sobre la validez de las
reformas constitucionales, para que utilizando los medios pertinentes
aseguren su ejecución…” Los Jefes de Estado y de Gobierno resolvieron,
entre otros asuntos: “3. Manifestar que la decisión del 29 de marzo de 2005,
de la Corte Centroamericana de Justicia debe ser cumplida a cabalidad.”
(Énfasis es nuestro). Resulta fácilmente entendible la importancia de esta
conducta para el examen de la cuestión que nos ocupa ya que la comunicación
de La Corte a los Jefes de Estado y de Gobierno de Centroamérica fue hecha
en aplicación del Artículo 39 del Estatuto de La Corte, el cual explícitamente
determina que las sentencias son vinculantes para los Estados del Sistema
de la Integración Centroamericana, sin excepción, es decir, incluida Costa
Rica, y que en caso de incumplimiento por parte de un Estado, La Corte lo
debe hacer saber a los otros Estados del SICA para que estos, utilizando los
medios pertinentes, aseguren su ejecución. Si el Presidente de Costa Rica
hubiese considerado que su país no estaba sometido a la jurisdicción de La
Corte y sus sentencias no fuesen vinculantes para Costa Rica y Costa Rica no
debía asegurar su ejecución, no hubiera suscrito el párrafo segundo del
preámbulo ni el punto tercero de esta Resolución ya que, de ser cierto ese
supuesto, la Sentencia pronunciada en el caso de Nicaragua no le hubiese

233
concernido porque no hubiese sido vinculante para Costa Rica. No obstante,
el Presidente Pacheco de la Espriella manifestó, junto con los demás Jefes de
Estado y de Gobierno de Centroamérica, que la decisión del 29 de marzo de
2005 de la Corte Centroamericana de Justicia debía ser cumplida a cabalidad.
En otros términos, Costa Rica exigió a Nicaragua que respetara el carácter
vinculante para los Estados Parte del SICA de las sentencias de la Corte
Centroamericana de Justicia. Mal podría entenderse que fuese de otro modo,
ya que un Estado que no está sometido a la jurisdicción de un tribunal regional
difícilmente podría justificar la exigencia a otro Estado centroamericana para
cumplir con una de sus sentencias. Meses después, el Presidente Pacheco de la
Espriella reitero este mismo comportamiento con motivo de la Reunión
Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del Sistema de
la Integración Centroamericana (SICA), también celebrada en Managua,
Nicaragua el cinco de septiembre de dos mil cinco. El Presidente de Costa
Rica, junto con los demás mandatarios del área, reclama en la resolución de
esa misma fecha “que aún las resoluciones de la Corte Centroamericana han
sido irrespetadas” y no solamente firmó la resolución sino que él mismo la
leyó en representación de la Reunión Extraordinaria de Jefes de Estado y de
Gobierno (Diario La Prensa, Managua, Nicaragua, martes seis de septiembre
de dos mil cinco. Sección Política). CONSIDERANDO XXVI: Que es
necesario concluir con el análisis del comportamiento del Estado de Costa
Rica y su consentimiento a la jurisdicción y competencia de la Corte
Centroamericana de Justicia, recordando la firma por parte del Estado
costarricense del Tratado Marco de Seguridad Democrática, en San Pedro
Sula, Honduras el quince de diciembre de mil novecientos noventa y cinco por
su Excelencia el Presidente de la República de Costa Rica, Señor José María
Figueres Olsen, al cual Costa Rica hizo una serie de reservas que constan en el
Artículo 75 de dicho instrumento. No obstante, Costa Rica no hizo reservas
sobre el Artículo 67 del Tratado Marco que reconoce jurisdicción a la Corte
Centroamericana de Justicia para conocer, en su caso, de toda controversia
sobre la aplicación o interpretación de dicho Tratado. El Tratado Marco dice
lo siguiente: “Artículo 67. Toda controversia sobre la aplicación o
interpretación del presente Tratado será elevada a conocimiento de la
Reunión de Presidentes y en caso de no resolverse, se utilizarán los medios de
solución pacífica de las controversias estipuladas en el artículo 45 y en su
caso, serán sometidas a la Corte Centroamericana de Justicia.” El veintidós
de julio de mil novecientos noventa y siete, en Panamá, Panamá, el Estado de
Costa Rica firmó el “Convenio Centroamericano para la Prevención y la
Represión de los Delitos de Lavado de Dinero y de Activos Relacionados con
el Tráfico Ilícito de Drogas y Delitos Conexos. En su Artículo 20, los Estados

234
Centroamericanos, incluyendo a Costa Rica, consignaron lo siguiente: “En
toda controversia sobre la aplicación o interpretación del presente Convenio
se utilizarán los medios de solución pacífica de controversias, y en su caso
serán sometidas al conocimiento de la Corte Centroamericana de Justicia.”
Los convenios citados no están vigentes para Costa Rica. No obstante similar
disposición obliga a Costa Rica mediante la negociación, firma y ratificación
del “Convenio Constitutivo del Centro de Coordinación para la Prevención de
los Desastres Naturales en América Central” (CEPREDENAC) en la ciudad
de Guatemala, Guatemala el veintinueve de octubre de mil novecientos
noventa y tres, representada por su Excelencia el Ministro de Relaciones
Exteriores y Culto de Costa Rica, el Señor Bernd Niehaus Quesada, el cual fue
aprobado por Ley No. 7212 del veintiséis de mayo de mil novecientos noventa
y cinco, publicado en el Diario Oficial La Gaceta el seis de julio de mil
novecientos noventa y cinco y el cual entró en vigor el diecinueve de julio del
mismo año. En su Artículo 18, sobre solución de controversias, Costa Rica se
comprometió a que: “Toda controversia sobre la interpretación o aplicación
del presente Convenio, deberá tratarse de solucionar a través de la
negociación entre los miembros interesados, los buenos oficios o la mediación
del Consejo de Representantes y cuando no pudiera llegarse a un arreglo, las
partes o el Consejo podrán someter a la Corte Centroamericana de Justicia.”
CONSIDERANDO XXVII: Que los Estados Parte del Protocolo de
Tegucigalpa han convenido en crear un Sistema de la Integración
Centroamericana, cuyo objetivo fundamental (Artículo 3) es la realización de
la integración de Centroamérica, dentro de cuyos propósitos está alcanzar una
unión económica (Artículo 3, literal e). Que de conformidad con el Protocolo
de Guatemala (Artículo 1, literal c), dicha unión se logrará de manera
voluntaria, gradual, complementaria y progresiva y se fundamentará, entre
otros, en un proceso de integración económica mediante la coordinación
armonización y convergencia de las políticas económicas. Para ello, los
Estados se proponen perfeccionar los diferentes estadios del proceso de
integración económica. En particular han convenido en perfeccionar la zona
de libre comercio para todos los bienes originarios de sus respectivos
territorios. En sus relaciones comerciales externas, los Estados Parte del
Protocolo de Guatemala se comprometieron a perfeccionar el Arancel
Centroamericano de Importación e ir más allá mediante la constitución de una
Unión Aduanera entre sus territorios y un Servicio Aduanero Común.
CONSIDERANDO XXVIII: Que el Convenio sobre el Régimen Arancelario
y Aduanero Centroamericano, aprobado por Costa Rica por la Ley 6986, de
fecha 3 de mayo de 1985, establece un nuevo régimen arancelario y aduanero
para la región y que el mismo está constituido según su Artículo 3 por: a) El

235
Arancel Centroamericano de Importación, formado por los rubros con los
derechos arancelarios que aparecerán en el Anexo “A”; b) La Legislación
Centroamericana sobre el Valor Aduanero de las Mercancías, contenida en el
Anexo “B” y su Reglamento; c) El Código Aduanero Uniforme
Centroamericano y su Reglamento; y ch) Las decisiones y demás
disposiciones arancelarias y aduaneras comunes que se deriven del Convenio.
Igualmente, dicho instrumento comunitario establece en su Artículo 5 cuáles
son los órganos del Régimen, entre los cuales se encuentra el Consejo
Arancelario y Aduanero Centroamericano, como el órgano encargado de
dirigir y administrar el Régimen e integrado por el titular del Ministerio de
cada Estado bajo cuya competencia se hallen, según el derecho interno, los
asuntos de la integración económica, o quien haga sus veces (Artículo 6).
Corresponde a este Consejo, entre otras atribuciones, aprobar los derechos
arancelarios y sus modificaciones conforme al mismo Convenio (Artículo 7,
literal c). Por su parte, el Arancel Centroamericano de Importación, que figura
como Anexo “A” del Convenio sobre el Régimen, es el instrumento que
contiene la nomenclatura para la clasificación oficial de la mercancías que
sean susceptibles de ser importadas al territorio de los Estados Parte del
Convenio, así como los derechos arancelarios a la importación que regulan la
ejecución de sus disposiciones (Artículo 13). La nomenclatura del Sistema
Arancelario Centroamericano o SAC, constituye la clasificación oficial de las
mercancías de importación y exportación a nivel centroamericano. El SAC se
fundamenta a su vez en la nomenclatura del Sistema Armonizado para la
Descripción y Codificación de Mercancías, simplemente llamado Sistema
Armonizado o SA, establecido por la Organización Mundial de Aduanas
(OMA), como una clasificación estandarizada a nivel internacional de
productos, la cual se tomó como base incluyendo las enmiendas que contenía
a la fecha de suscripción del Convenio sobre el Régimen Arancelario y
Aduanero Centroamericano y las que en el futuro se le incorporen. Para los
efectos de la aplicación uniforme del Arancel Centroamericano de
Importación, las Notas Explicativas del Sistema Armonizado servirán para
interpretarlo (Artículo 14). Por otra parte, el SAC está constituido por
secciones, capítulos, subcapítulos, partidas, subpartidas e incisos, reglas y
notas legales, incluidas las reglas y notas complementarias centroamericanas
las cuales no pueden cambiarse al libre y unilateral arbitrio de los Gobiernos
centroamericanos. Le corresponde al Consejo de Cooperación Aduanera de la
Organización Mundial de Aduanas (OMA) la introducción en la nomenclatura
del SA las modificaciones al mismo, las cuales a su vez serán incorporadas en
el SAC (Artículo 15). No obstante el Consejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano podrá crear, suprimir, sustituir o modificar las Notas y

236
Reglas Complementarias Centroamericanas y de los incisos por constituir
elementos propios del SAC. El Convenio sobre el Régimen también establece
que estos cambios no implicarán modificación alguna de la tarifa de los
correspondientes derechos arancelarios a la importación, a menos que éstos
sean acordados de conformidad con las normas del Capítulo VI del referido
Convenio. Es decir que se reitera que esta es una atribución del Consejo
Arancelario y Aduanero Centroamericano y no de las autoridades nacionales
de forma unilateral. No obstante lo anterior, la determinación de la
clasificación oficial de las mercancías que se importen al territorio aduanero
de cada uno de los Estados Parte del Convenio sobre el Régimen, se hará de
acuerdo con la legislación aduanera vigente en cada Estado (Artículo 16). Se
entiende que esta clasificación debe de hacerse dentro del marco legal que
definen los Convenios y demás instrumentos comunitarios citados que regulan
el Régimen Arancelario y Aduanero Centroamericano y el proceso de
integración económica regional, lo que implica en este caso concreto que las
autoridades nacionales de Costa Rica deben respetar el texto de las partidas y
subpartidas, como queda expresado supra al considerar el Artículo 15 del
Convenio sobre el Régimen. La facultad que otorga el Artículo 16 del
Convenio sobre el Régimen a los Estados, se encuentra limitada a establecer
en que partida o subpartida se clasifica una mercancía que está siendo
importada, de donde se deriva el derecho arancelario a pagar. En este sentido
las autoridades nacionales pueden aclarar y están obligadas a coadyuvar para
que se interpreten y apliquen correctamente las normas arancelarias
comunitarias sin arrogarse las facultades que únicamente corresponden a los
órganos e instituciones comunitarias. Asimismo, debe tenerse en cuenta, en
este caso concreto, la regla que establece que salvo lo prescrito en el Capítulo
V del Convenio sobre el Régimen, con respecto a las franquicias y exenciones
de derechos arancelarios, toda importación de mercancías al territorio
aduanero del cualquiera de los Estados Parte, está sujeta al pago de los
derechos arancelarios establecidos en el Arancel, los cuales se expresarán en
términos ad-valorem (Artículo 17). Finalmente, La Corte debe considerar la
norma mediante la cual los Estados Parte están comprometidos a no cobrar,
con motivo de la importación o en razón de ella, derechos arancelarios
distintos a los establecidos en el Arancel Centroamericano de Importación,
conforme al Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero
Centroamericano (Artículo 18). CONSIDERANDO XXIX: Que de acuerdo
con las reglas generales para la interpretación del Sistema Arancelario
Centroamericano (SAC), establecidas en el Arancel Centroamericano de
Importación, aprobado por Costa Rica por Ley 7017 de fecha 16 de diciembre
de 1985 con fe de erratas publicada en el Alcance No. 2 de La Gaceta No. 12

237
del 17 de enero de 1986, para la clasificación arancelaria de la mercancías
deben tenerse presente en este caso concreto, dos de las reglas de
interpretación, las cuales se citan a continuación: “1. Los títulos de las
Secciones, de los Capítulos o de los Subcapítulos solo tienen un valor
indicativo, ya que la clasificación está determinada legalmente por los textos
de las partidas y de las Notas de Sección o de Capítulo y, si no son contrarias
a los textos de dichas partidas y Notas, de acuerdo con las Reglas
siguientes…. 6. La clasificación de mercancías en las subpartidas de una
misma partida está determinada legalmente por los textos de estas
subpartidas y de las Notas de subpartidas así como, mutatis mutandis, por las
Reglas anteriores, bien entendido que solo pueden compararse subpartidas
del mismo nivel. A efectos de esta Regla, también se aplican las Notas de
Sección y de Capítulo, salvo disposición en contrario.” CONSIDERANDO
XXX: Que la Circular DGT-137-2007 del 12 de Septiembre del año 2007
emitida por la Dirección General de Aduanas de Costa Rica, estableció un
nuevo criterio de interpretación para la clasificación de las mercancías de las
subpartidas arancelarias 8450.1 y 8450.20, al pasar del criterio único del peso
de ropa seca a la capacidad del llenado del tambor o cuba de lavado, con lo
cual se contravienen varias disposiciones del Derecho Comunitario
Centroamericano, particularmente del Protocolo de Tegucigalpa, Protocolo de
Guatemala, y del Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero
Centroamericano. Concretamente, la Circular DGT-137-2007 contraviene el
objetivo y propósitos expresados en el Artículo 3 y en el literal e) del mismo
Artículo, así como la obligación establecida en el Artículo 6 del Protocolo de
Tegucigalpa de abstenerse de adoptar medidas unilaterales que pongan en
peligro la consecución de los propósitos y el cumplimiento de los principios
fundamentales del SICA. De igual manera se contravienen los compromisos
adquiridos en el Artículo 1, literal c) del Protocolo de Guatemala, el
perfeccionamiento de la zona de libre comercio (Artículo 7) y la constitución
de la Unión Aduanera (Artículo 15). De la misma forma, la mencionada
Circular violenta los principios contenidos en los artículos 3, 5, 6, 7, 13, 14,
15, 16,17 y 18 del Convenio sobre el Régimen Arancelario y Aduanero
Centroamericano. CONSIDERANDO XXXI: Que como efecto resultado de
la adopción del nuevo criterio de clasificación arancelaria, la Circular Técnica
DGT-137-2007 creó una carga impositiva, anteriormente inexistente, para una
mercancía cuya subpartida arancelaria no le correspondía conforme su
naturaleza y especificaciones técnicas, invadiendo el Director General de
Aduanas de Costa Rica las atribuciones, facultades y funciones que le
competen de forma privativa al Consejo Arancelario y Aduanero
Centroamericano en cuanto a la dirección, administración y adopción de

238
decisiones requeridas para el correcto funcionamiento del Régimen
Arancelario Centroamericano, según se desprende de los artículos 3, 6 y 7 del
referido Convenio y lo estatuido en los Artículos 13, 14, 15, 16, 17 y 18 ya
citados, del invocado Convenio, por cuanto la clasificación oficial de
mercancías debe regirse estrictamente por las definiciones, estructura y
modificaciones de la nomenclatura conforme las Reglas Interpretativas y
Notas Explicativas del Sistema Arancelario Centroamericano arrogándose el
Servicio Aduanero Costarricense atribuciones y facultades que corresponden
al órgano comunitario y no a la autoridad nacional, todo lo cual viola los
principios de legalidad, atribución y seguridad jurídica y va en detrimento de
la uniformidad regional arancelaria promovida en los instrumentos jurídicos
regionales antes mencionados. CONSIDERANDO XXXII: Que la Dirección
General de Aduanas de Costa Rica mediante la referida Circular DGT-137-
2007 emitió un criterio técnico-arancelario según el cual las máquinas de lavar
ropa, aún con capacidad superior a 10 Kg. (concretamente 10.5Kg.) y por ende
clasificables en la subpartida arancelaria 8450.20, debían clasificarse en la
subpartida 8450.1 argumentando que dichos aparatos al ser sometidos “a
prueba”, no concluían satisfactoriamente el proceso de lavado. La Dirección
General de Aduanas de Costa Rica justificó tal decisión en la realización de
pruebas de lavado en máquinas con capacidad de 10.5 Kg y la conversión con
medidas de 3.2 y 3.1 pies cúbicos para obtener la capacidad en litros al
considerar que la capacidad igual o inferior a 10 kilogramos, expresada en
peso de ropa seca, deberá entenderse según el volumen de llenado del tambor
o cuba de la lavadora, de tal forma que anexó al texto legal de las subpartidas
8450.1 y 8450.20 la siguiente condición clasificatoria: “Las máquinas y
aparatos de lavar tienen una capacidad expresada en peso de ropa seca
inferior o igual a 10 kilogramos (subpartida 8450.1) cuando el contenido
(capacidad de llenado) del tambor o de la cuba de lavado sea de: 1) 120 litros
(120 decímetros cúbicos) o menos en las máquinas de tambor; 2) 150 litros
(150 decímetros cúbicos) o menos en las máquinas de cuba dotadas de
agitador (paletas); 3) 200 litros (200 decímetros cúbicos) o menos en las
máquinas de cuba dotadas de pulsador; 4) 250 litros (250 decímetros
cúbicos) o menos en las máquinas de cuba con circulación de agua
(lavadoras de turbo lavado). . . siguen partes inconducentes. . . por el
contrario, las máquinas y aparatos de lavar tienen una capacidad expresada
en peso de ropa seca superior a 10 kilogramos (subpartida 8450.20), cuando
el contenido (capacidad de llenado) del tambor o de la cuba de lavado sea
superior a los niveles indicados en los numerales 1) a 4) precedentes.” El
supuesto sustento legal para la emisión de la Circular DGT-137-2007 serían
las Reglas Generales de Interpretación, 1 y 6 del Sistema Arancelario

239
Centroamericano, citadas textualmente en el CONSIDERANDO XXIX supra.
No obstante, el contenido y alcance de la Circular Técnica DGT-137-2007 se
aparta del procedimiento para la interpretación de los textos legales de las
partidas arancelarias afectadas y de las notas explicativas propias del Capítulo
84 del Arancel Centroamericano de Importación que contiene entre otras a las
máquinas y sus partes, sin fundamentar justificación técnico-legal que la
sustente, y contraviniendo el espíritu interpretativo de las referidas reglas del
SAC y sus notas explicativas. La Circular DGT-137-2007, al emitir un nuevo
criterio arancelario afectando el texto legal de las subpartidas 8450.1 y
8450.20 se aleja de la correcta aplicación de las reglas de interpretación y
notas legales correspondientes a la nomenclatura del Sistema Armonizado de
Clasificación y Codificación de las Mercancías y por ende del Sistema
Arancelario Centroamericano, creando un conflicto con la legislación
aduanera regional y nacional al pretende fundar sus motivaciones en “un
ensayo” carente de certificación científica, técnica y legal para cuestionar o
contradecir las especificaciones técnicas y capacidades de la estructura
funcional de una mercancía para la que fue fabricada, creando un nuevo
criterio clasificador basado en la capacidad de llenado del tambor de las
lavadoras, cambiando así el criterio de clasificación ya establecido en el SAC,
pues modificó la condición clasificatoria de la capacidad de ropa seca en
kilogramos a la capacidad de llenado del tambor en litros, incidiendo
asimismo en la unidad de medida, pues habrá que convertir, los kilogramos a
litros para clasificar las máquinas de la subpartida 8450.20 en la partida
8450.1. De lo anterior se desprende que tal criterio afecta la sustancialidad del
contenido, significado y texto legal relativo a las subpartidas 8450.1 y 8450.20
y altera la nomenclatura arancelaria para las subpartidas antes referidas, y
además, lejos de uniformar la clasificación de las lavadoras, distorsiona y crea
confusión sobre la correcta clasificación arancelaria para las máquinas
clasificables en la subpartida 8450.20 al pretender uniformarlas
clasificándolas en la subpartida 8450.1, con lo cual creó una carga impositiva
a todas luces ilegal para mercancías exentas del DAI en el Arancel de
Importación Centroamericano (las máquinas en la subpartida 8450.20), lo cual
viola el orden jurídico aduanero regional, pues como ha quedado claramente
establecido, la facultad de crear, modificar, alterar o cambiar el texto legal de
la nomenclatura arancelaria, así como crear gravámenes arancelarios
corresponde solamente a las instituciones aduaneras de orden regional. En
adición, a juicio de La Corte, la emisión de la referida Circular constituye un
retroceso para los objetivos del Sistema de Integración Centroamericana, ya
que la lesión jurídica no es causada únicamente a los actores del quehacer
aduanero nacional, sino que trasciende al marco jurídico regional vulnerando

240
principios, instituciones y disposiciones propias establecidas en los
instrumentos jurídicos de orden regional en los que descansa el Sistema de
Integración Centroamericana. La Corte, por Unanimidad de votos,
RESUELVE: 1. El Estado de Costa Rica está sometido a la jurisdicción y
competencia obligatorias de la Corte Centroamericana de Justicia en tanto que
Estado Parte del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
Estados Centroamericanos (ODECA). 2. La Circular DGT-137-2007, de 12 de
septiembre de 2007, emitida por la Dirección General de Aduanas del Estado
de Costa Rica, viola el Derecho Comunitario Centroamericano y es
absolutamente nula. 3. Notifíquese.”

Jurisprudencia
Se estableció que el mismo ordenamiento jurídico de Costa Rica reconoce que el
Derecho Comunitario, al integrarse y complementar al Derecho Nacional, se vuelve
de obligatorio cumplimiento, tanto para los particulares como para el Estado y
siendo la Corte Centroamericana de Justicia el Tribunal de la Comunidad de Estados
Centroamericanos con competencia exclusiva y excluyente, dicho órgano
comunitario no puede considerarse como un Tribunal extranjero strictu sensu y sus
resoluciones deben ejecutarse como si fueran emitidos por un Tribunal del
respectivo Estado, puesto que La Corte actúa a lo interno de la Comunidad de la
misma manera que actúa un Tribunal ordinario a lo interno de un Estado.

En relación al agotamiento de los procedimientos internos, se concluyó que en


base a los Principios de Primacía, Aplicabilidad Inmediata y Efecto Directo, las
normas del Derecho Comunitario tienen mayor jerarquía que las del orden interno
de los Estados y no requieren de un acto adicional para ser aplicadas, puesto que
éstas son incorporadas automáticamente. En consecuencia, La Corte estimó que el
agotamiento de la vía interna debe ser “racional”, entendiendo por tal terminar
previamente aquellos procesos administrativos o judiciales iniciados
anteriormente, sin exigir que se agoten recursos para cuyo ejercicio han concluido
los términos, pues al hacerlo se corre el riesgo de colocar a un sujeto de Derecho
Comunitario en una situación de denegación de justicia.

Se definió que la jurisdicción y competencia de la Corte Centroamericana de


Justicia establecidas en el párrafo segundo del artículo 35 del Protocolo de
Tegucigalpa no son de carácter facultativo, optativo u opcional, ni requieren de
ningún acto ulterior a la ratificación y depósito de dicho instrumento, para
convertirse en una obligación internacional perfecta y plenamente exigible a todos
los Estados parte del SICA, incluyendo a Costa Rica, quien firmó y ratificó dicho
Protocolo.

241
Como corolario de lo anterior, se concluyó que ningún Estado Parte del Protocolo
de Tegucigalpa puede alegar que una o varias de las disposiciones de ese Tratado
no le son aplicables. Costa Rica tiene los mismos derechos y las mismas
obligaciones que los demás Estados Parte, porque así fue convenido y aceptado por
el mismo Estado de Costa Rica. Pretender que ese país está exceptuado del
cumplimiento de una o más obligaciones estatuidas en el Protocolo de Tegucigalpa,
equivale a establecer una situación de privilegio frente a los demás Estados, lo cual
crearía un régimen de desigualdad frente a la Ley, totalmente inaceptable.

En conclusión el Estado de Costa Rica no puede alegar con fundamento legal que
no está obligado a reconocer la jurisdicción de la Corte Centroamericana de
Justicia, ya que ésta se encuentra establecida en un Tratado válido y obligatorio
para dicho Estado y esa potestad jurisdiccional no es facultativa, optativa ni
opcional. Cualquier Estado podría escapar al cumplimiento de sus obligaciones
internacionales o comunitarias si le fuese reconocida la potestad de determinar si
está o no sometido a la jurisdicción de un órgano jurisdiccional internacional o en
éste caso comunitario.

Se señalaron varios ejemplos ilustrando la aceptación expresa de Costa Rica de la


jurisdicción de la Corte Centroamericana de Justicia, a través de una serie de actos
y conductas públicas, estableciendo la configuración del conocido Principio del
Derecho Internacional Público denominado Estoppel, el cual permite saber cuál es
el compromiso adoptado por un Estado infiriéndolo de su conducta. No son
admisibles los reclamos o alegatos de un Estado si se contradicen con su conducta
previa en relación a los mismos, ya que ese Estado no puede beneficiarse de su
propia inconsistencia en perjuicio de otro Estado.

En la sentencia se enumeraron varios ejemplos de la conducta de Costa Rica sobre


este punto, quedando establecido que en base al reconocimiento hecho por dicho
Estado, su representación, su declaración, su conducta o su silencio, su actitud ha
sido manifiestamente contraria a su pretensión de negar la jurisdicción de La Corte.

Se estableció que la Dirección General de Aduanas de Costa Rica no cumplió con la


interpretación legal de las partidas arancelarias, correspondientes a la
nomenclatura del Sistema Armonizado de Clasificación y Codificación de las
Mercancías, de conformidad a lo establecido por el Arancel Centroamericano de
Importación, violando el Derecho Comunitario del demandado.

242
21. Solicitud presentada por el Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez
pidiendo aclaración y ampliación de la sentencia dictada por esta Corte respecto
a la Resolución de la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano AP/5-
CXCII-2008, en el sentido de explicar los alcances y contenidos de la nulidad ex
nunc.

Aprobado por Corte Plena del 28 de octubre de 2009. (Acta No. 438).

Síntesis del caso


El peticionante estimó que la sentencia recurrida debería ser ampliada y consideró
que la parte referente a la nulidad ex nunc y sus efectos deberían ser objeto de una
aclaración sobre algunos puntos que le parecieron oscuros.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua, Centroamérica.
Siendo las once y cincuenta minutos de la mañana del día veintiocho de octubre del
año dos mil nueve. VISTO: El escrito de fecha veintidós de octubre del corriente
año, por medio del cual el abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez solicita
aclaración y ampliación de la sentencia dictada por esta Corte a las tres de la tarde
del día siete de octubre del año en curso, en el sentido de que este Tribunal
explique los alcances y contenidos de la nulidad ex nunc, respecto de la resolución
de la Asamblea Plenaria del Parlamento Centroamericano AP/5-CXCII-2008,
RESUELVE: 1- Agréguese a sus antecedentes el escrito mencionado. II.- No ha lugar
a la ampliación solicitada. III.- A pesar de que el recurrente en su solicitud equivoca
la identificación de la resolución declarada nula por esta Corte, ésta entiende que
se trata de la resolución AP/5-CXCII-2007, que fue objeto del proceso y en base al
Artículo 38 del Convenio de Estatuto de La Corte, procédase a evacuar la solicitud
de aclaración de la siguiente manera: La sentencia en cuestión primeramente hizo
una distinción entre lo que se entiende por Nulidad en el Derecho Privado y lo que
significa dicha figura en el Derecho Público, tema que se desarrolló en los
Considerandos XI y XII, llegándose a la conclusión que en el Derecho Comunitario
puede aplicarse la nulidad con efecto ex nunc. En el Considerando XIV se desarrolló
el principio, consistente en que se declaraba nulo el acto pero se validaban los
efectos de los actos anteriores, aplicando el principio ex nunc ya mencionado. Esto
quiere decir que todos los actos llevados a cabo por los distintos órganos del
PARLACEN, incluyendo la elección de la Junta Directiva presidida por la señora
Gloria Guadalupe Oquelí Solórzano, así como todas las actividades realizadas por
dicha Junta, son válidas por las razones que se explican en los Considerandos
citados. La nulidad ex nunc no afecta la prohibición de que los Observadores de la
República Dominicana no pueden integrar quórum, votar o ser electos a cargos de

243
la Junta Directiva. Los representantes dominicanos sólo podrán ejercer esos
derechos si se hicieren las reformas legales pertinentes o sean electos por sufragio
universal, directo y secreto. IV.- Notifíquese.”

Jurisprudencia
Se declaró sin lugar la ampliación solicitada, y se explicó que la nulidad ex nunc
contenida en dicha sentencia validaba todos los actos llevados a cabo por los
distintos órganos del PARLACEN incluyendo la elección de la señora Gloria
Guadalupe Oquelí Solórzano como Presidenta de ese organismo político, pero se
mantuvo la prohibición de que los Observadores de República Dominicana puedan
integrar quórum, vetar o ser electos a cargos de la Junta Directiva.

22. Solicitud presentada por el mismo Abogado Roberto Alejandro Caballero


Rodríguez pidiendo aclaración y ampliación de los alcances y contenidos de la
Sentencia dictada a las cuatro de la tarde del diecisiete de octubre de dos mil
nueve en los literales c) y d) del punto resolutivo QUINTO de dicha Resolución.

Aprobado por Corte Plena del 28 de octubre de 2009. (Acta No. 438).

Síntesis
El peticionante manifestó que no quedaba clara la distinción entre Observadores
Especiales y Observadores Permanentes en el PARLACEN y cuáles eran los derechos
que tenían cada una de esas clasificaciones.
.
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las doce horas con treinta minutos del día veintiocho
de octubre del año dos mil nueve. VISTO: El escrito de fecha veintidós de
octubre del corriente año, por medio del cual el Abogado Roberto Alejandro
Caballero Rodríguez solicita aclaración y ampliación de la Sentencia dictada
por esta Corte a las cuatro de la tarde del día diecinueve de octubre del año
dos mil nueve, en el sentido de que este Tribunal explique los alcances y
contenido de la Sentencia del caso 9-12-11-2008 en los literales C) y D) del
punto resolutivo QUINTO. I.- Agréguese a sus antecedentes el escrito
mencionado. II.- No ha lugar a la solicitud de ampliación. III.- En base al
Artículo 38 del Convenio de Estatuto de La Corte, procédase a evacuar la
solicitud de aclaración de la siguiente manera: CONSIDERANDO: Que los
fallos de La Corte son definitivos e inapelables, no obstante según el Artículo

244
38 de su Convenio de Estatuto, La Corte es competente para resolver a
solicitud de parte, sobre aclaraciones o ampliaciones de los puntos
resolutivos de un fallo. Por tanto: RESUELVE: I.- Sobre la solicitud de
aclaración del literal C) del punto Resolutivo Quinto de la Sentencia del caso
9-12-11-2008, que reza: “…C) Declárase la nulidad parcial del Artículo 44 del
Reglamento, en cuanto a la denominación, Observadores Especiales, debido
a que en su contenido se refiere a los Observadores definidos en el Artículo
Segundo del Segundo Protocolo de reformas al Tratado, que los denomina
Observadores Permanentes; además es nulo en la parte que les concede a
los observadores el derecho a voto y a conformar quórum, porque según el
Artículo 12 del Tratado, estos derechos son privativos de los diputados
centroamericanos”. Esta Corte aclara que erróneamente el Artículo 44 del
Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano denomina
Observadores Especiales a los Observadores Permanentes, ya que el
Reglamento Interno debe respetar la denominación establecida por el
Artículo Segundo, del Segundo Protocolo de reformas al Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano, que dice: “Mientras se celebran la
elecciones previstas en el Artículo Primero, los países suscriptores del Tratado
y sus Protocolos, tendrán derecho a acreditar Observadores Permanentes
ante el Parlamento Centroamericano, hasta en número de veinte. La decisión
del país será comunicada a la Junta Directiva del Parlamento
Centroamericano, para los efectos correspondientes”. Si bien es cierto que el
Artículo 44 del Reglamento Interno describe a los Observadores Especiales
con las mismas características que los Observadores Permanentes, según el
Artículo Segundo del Segundo Protocolo, no se puede atribuir a estos
Observadores otra denominación que no sea la de Observadores
Permanentes. Por tanto, la denominación de Observadores Especiales
erróneamente utilizada en el Artículo 44 del Reglamento Interno, es nula,
pues cambia la denominación de los Observadores Permanentes, establecida
por una norma jerárquicamente superior al Reglamento Interno, como lo es
un tratado comunitario: el Segundo Protocolo al Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano. En relación a las atribuciones de los
Observadores, cualesquiera que estos fueren, el Parlamento
Centroamericano no puede concederles los derechos que son exclusivos de
los diputados: 1) conformar quórum; y 2) votar. Esta prohibición no admite
excepción alguna y no es solamente aplicable a los asuntos que menciona el
Artículo 44 del Reglamento Interno, que se refieren a: “1.- Elegir y ser electo
para cargos de la Junta Directiva, no obstante pueden ocupar posiciones
245
adjuntas en dicho órgano. 2.- Votar sobre las propuestas de reformas al
Tratado Constitutivo del PARLACEN. 3.- Votar en las decisiones relacionadas
con las atribuciones del Parlamento Centroamericano contenidas en el
Artículo 5 literal c) y Artículo 29 del Tratado Constitutivo del PARLACEN.” II.-
En cuanto a la segunda petición de aclaración, pertinente al literal D) del
punto Resolutivo QUINTO de la sentencia del asunto 9-12-11-2008, que
literalmente dice: “… D) Declárase parcialmente nulo el Artículo 45 del
Reglamento, en cuanto su denominación: Observadores Permanentes,
debido a que esta ha sido reservada para los observadores a que se refiere
el Segundo Protocolo de Reformas al Tratado en su Artículo Segundo”. Esta
Corte aclara que el Parlamento Centroamericano puede establecer las
denominaciones que desee para Observadores de los Parlamentos
extrarregionales, con dos limitaciones. Primera: no los puede llamar
Observadores Permanentes, ya que esta denominación ha sido reservada por
el Segundo Protocolo de reformas al Tratado Constitutivo del PARLACEN,
únicamente para los Estados de la Región que aún no eligen a sus diputados
por voto universal, directo y secreto. Segunda: El Parlamento
Centroamericano no podrá otorgar a ninguna delegación de observadores, ya
sea regional o extrarregional, los derechos a conformar quórum ni a votar ya
que estos derechos son exclusivos de los diputados centroamericanos
electos, según lo mandan el Tratado Constitutivo del PARLACEN y sus
protocolos vigentes. III.- NOTIFÍQUESE.”

Jurisprudencia
La Corte declaró que no obstante que sus fallos son definitivos e inapelables, el
Tribunal es competente para resolver sobre aclaraciones o ampliaciones de los
puntos resolutivos de un fallo. Entrando en materia La Corte aclaró que el Artículo
44 del Reglamento Interno del PARLACEN, denomina erróneamente como
Observadores Especiales a los Observadores Permanentes, contradiciendo la
denominación contenida en el Artículo Segundo del Segundo Protocolo de
Reformas al Tratado Constitutivo del dicho órgano político. Por tal razón, la
denominación erróneamente utilizada en el Artículo 44 del Reglamento Interno
citado es nula, pues no puede contradecir una norma jerárquicamente superior al
referido Reglamento, como es la contenida en el Tratado Constitutivo ya citado.

246
23. Solicitud presentada por el mismo Abogado Roberto Alejandro Caballero
Rodríguez pidiendo aclaración de la Sentencia dictada a las cuatro y cuarenta
minutos de la tarde del diecinueve de octubre de dos mil nueve en el sentido de
que se aclare y amplíe los alcances y contenidos de la nulidad ex nunc.

Aprobado por Corte Plena del 28 de octubre de 2009. (Acta No. 438).

Síntesis
Este caso es similar al que hemos dejado reseñado bajo el número 21 de esta
recopilación.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las trece horas del día veintiocho de octubre del año
dos mil nueve. VISTO: El escrito de fecha veintidós de octubre del corriente
año, por medio del cual el abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez
solicita aclaración y ampliación de la sentencia dictada por esta Corte a las
cuatro y cuarenta minutos de la tarde del día diecinueve de octubre del año
dos mil nueve, en el sentido de que este Tribunal explique los alcances y
contenidos de la nulidad ex nunc, respecto de la resolución de la Asamblea
Plenaria del Parlamento Centroamericano AP/5-CXCII-2008, RESUELVE: I.-
Agréguese a sus antecedentes el escrito mencionado. II.- No ha lugar a la
ampliación solicitada. III.- A pesar de que el recurrente en su solicitud
equivoca la identificación de la resolución declarada nula por esta Corte, ésta
entiende que se trata de la resolución AP/5-CXCII-2007, que fue objeto del
proceso y en base al Artículo 38 del Convenio de Estatuto de La Corte,
procédase a evacuar la solicitud de aclaración de la siguiente manera: La
sentencia en cuestión primeramente hizo una distinción entre lo que se
entiende por Nulidad en el Derecho Privado y lo que significa dicha figura en
el Derecho Público, tema que se desarrolló en el Considerando XI, llegándose
a la conclusión que en el Derecho Comunitario puede aplicarse la nulidad con
efecto ex nunc. Esto quiere decir que todos los actos llevados a cabo por los
distintos órganos del PARLACEN, incluyendo la elección de la Junta Directiva
presidida por la señora Gloria Guadalupe Oquelí Solórzano, así como todas
las actividades realizadas por dicha Junta, son válidas por las razones que se
explican en el Considerando citado. La nulidad ex nunc no afecta la
prohibición de que los Observadores de República Dominicana no pueden
integrar quórum, votar o ser electos a cargos de la Junta Directiva. Los

247
representantes dominicanos sólo podrán ejercer esos derechos si se hicieren
las reformas legales pertinentes o sean electos por sufragio universal, directo
y secreto. IV.- Notifíquese.”

Jurisprudencia
Similar a la que se estableció en el caso 21 antes mencionado.

24. Consulta prejudicial presentada por el Licenciado Francisco Reynaldo Castillo


Borja, Juez de Paz de Apaneca, República de El Salvador

Aprobado por Corte Plena del 28 de octubre de 2009. (Acta No. 439).

Síntesis
Dicho Juez consultó a la Corte Centroamericana de Justicia cuál era la relación
jerárquica entre el Código Uniforme Aduanero Centroamericano, su respectivo
reglamento, el Arancel Centroamericano de Importación y sus notas interpretativas
y la norma nacional denominada Ley Especial para Sancionar Infracciones
Aduaneras. También preguntó si a las normas comunitarias se les puede dar un
alcance distinto en base a lo que dispongan las leyes nacionales.
.
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, a las trece horas con cincuenta minutos del día veintiocho de
octubre de dos mil nueve. Vista la Consulta Prejudicial formulada por el Juez
de Paz de Apaneca, Departamento de Ahuachapán, República de El Salvador,
Licenciado Francisco Reynaldo Castillo Borja, referente al caso contra el
imputado José Luis Rodríguez Ascencio, acusado del delito de Contrabando
de Mercaderías, el cual se relaciona con el Tratado General de Integración
Económica Centroamericana y el Código Aduanero Uniforme
Centroamericano y su Reglamento, esta Corte evacúa la Consulta de la manera
siguiente: CONSIDERANDO I. Que de conformidad con el Artículo 12 del
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA), “la Corte Centroamericana de Justicia
garantizará el respeto del derecho en la interpretación y ejecución del presente
Protocolo y sus instrumentos complementarios o actos derivados del mismo”.
Asimismo según el Artículo 22 literal k) del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia, este Tribunal tiene la competencia para “resolver
toda consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribunal Judicial que
estuviere conociendo de un caso pendiente de fallo encaminado a obtener la
aplicación o interpretación uniforme de las normas que conforman el

248
ordenamiento jurídico del Sistema de la Integración Centroamericana”, por lo
que esta Corte es competente para resolver la consulta mencionada. POR
TANTO: En nombre de Centroamérica y con fundamento en el Artículo 22
literal k) del Convenio de Estatuto de esta Corte y los Artículos 57, 58 y 59 de
la Ordenanza de Procedimientos, por Unanimidad de votos, se da respuesta a
la Consulta Prejudicial, en los términos que a continuación se expresan:
PRIMERA PREGUNTA: ¿ CUÁL ES LA RELACIÓN JERÁRQUICA
QUE GUARDA EL CÓDIGO ADUANERO UNIFORME
CENTROAMERICANO Y SU RESPECTIVO REGLAMENTO, EL
ARANCEL CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN Y SUS
NOTAS INTERPRETATIVAS CON LA NORMA NACIONAL
APROBADA POR EL ESTADO DE EL SALVADOR, DENOMINADA
LEY ESPECIAL PARA SANCIONAR INFRACCIONES ADUANERAS
O LEPSIA?. RESPUESTA: El Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de los Estados Centroamericanos (ODECA) creó un
ordenamiento jurídico propio del Sistema de la Integración Centroamericana
(SICA), el cual se integra plenamente al propio ordenamiento jurídico de los
Estados miembros de la comunidad económico-política que es Centroamérica.
Este Derecho, llamado Comunitario Centroamericano, es vinculante para
todos los Estados Parte del SICA y el mismo prevalece sobre el Derecho
Nacional de los Estados Parte, sea este anterior o posterior a la norma
comunitaria y cualquiera que sea su rango. En esto estriba el principio que se
conoce como el “Principio de Primacía del Derecho Comunitario sobre el
Derecho Nacional”. Este principio es el que rige las relaciones entre los
ordenamientos jurídicos regional y nacional. Según el mismo, en caso de
conflicto entre una norma comunitaria y una norma nacional, se aplica la
primera sobre la segunda. Es decir que el Derecho Comunitario prevalece
sobre el Derecho Nacional de los Estados Parte del Sistema de Integración
Centroamericana (SICA) y que éstos no pueden condicionar a la reciprocidad
la aplicación preeminente del Derecho Comunitario. Este principio de
primacía aplica tanto para el Derecho Comunitario Primario u Originario
como para el Complementario y el llamado Derecho Derivado que es el que
surge de los actos de los órganos y organismos de la integración. El respeto al
Principio de Primacía debe ser garantizado tanto por la Corte Centroamericana
de Justicia, como máximo tribunal regional y por los mismos jueces
nacionales quienes al aplicar el Derecho Comunitario en sus respectivas
jurisdicciones son a la vez jueces comunitarios. El Derecho Comunitario se
aplica con preferencia sobre el nacional, se trate éste de una ley, decreto,
reglamento, resolución, circular o cualquier otro acto normativo nacional, sin
importar el Poder del Estado que lo emita. La Corte, fundamentada en el

249
Principio de Primacía que asegura un mecanismo de control que resuelve los
conflictos que puedan presentarse entre los dos ordenamientos jurídicos e
impide el incumplimiento del Derecho Comunitario Centroamericano,
amparándose en una disposición de Derecho Interno, es de opinión que el
Código Aduanero Uniforme Centroamericano y su Reglamento se encuentran
jerárquicamente en un nivel más alto que la Ley Especial para Sancionar
Infracciones Aduaneras. SEGUNDA PREGUNTA: DE CONFORMIDAD
AL ARANCEL CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN Y SUS
NOTAS INTERPRETATIVAS, PUEDE A DICHA NORMATIVA
DÁRSELE UN ALCANCE DISTINTO POR UNA LEY NACIONAL, EN
ESTE CASO LA LEY ESPECIAL PARA SANCIONAR
INFRACCIONES ADUANERAS Y ADEMÁS DETERMINAR
SANCIONES NO SOLO ADMINISTRATIVAS SINO TAMBIÉN
FISCALES Y PENALES?. RESPUESTA: La respuesta a la pregunta es
negativa. No puede dársele a una normativa comunitaria un alcance distinto al
que tiene, aplicando una ley nacional. No obstante lo anterior, hay casos
específicos en los cuales la propia normativa comunitaria remite expresamente
a la aplicación de la ley nacional. En esa circunstancia, la ley nacional debe
aplicarse, ya que el precepto comunitario establece de manera expresa esa
remisión. Por ejemplo, el Arancel Centroamericano de Importación, en su
Artículo 16 dice: “Clasificación de mercancías. La determinación de la
clasificación oficial de las mercancías que se importen al territorio aduanero
de cada uno de los Estados Contratantes se hará de acuerdo con la
legislación aduanera vigente en cada Estado.”(El énfasis es nuestro). Una
disposición similar se encuentra en el Artículo 101 del Código Aduanero
Uniforme Centroamericano (CAUCA) que dice: “Sanciones. Las infracciones
aduaneras y sus sanciones se regularán de conformidad con la legislación
nacional.” En consecuencia, estamos ante casos típicos de remisión de la
norma comunitaria a la ley nacional y por lo tanto debe en este caso concreto
aplicarse las sanciones que la legislación aduanera vigente establezca,
incluyendo naturalmente las contenidas en la Ley Especial para Sancionar
Infracciones Aduaneras. TERCERA PREGUNTA: EN EL ARANCEL
CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN, ESPECÍFICAMENTE
EN LO REFERENTE A LAS REGLAS DE APLICACIÓN E
INTERPRETACIÓN DEL ARANCEL CENTROAMERICANO DE
IMPORTACIÓN, EN LA REGLA X, QUE HABLA DE ARTÍCULOS
DE IMPORTACIÓN PROHIBIDA O RESTRINGIDA Y PRODUCTOS
ESTANCADOS, LITERAL A, SON ARTICULOS DE IMPORTACIÓN
PROHIBIDA No. 5, LAS “MÁQUINAS PARA JUGAR DINERO”,
RESPECTO DE UNA LEY NACIONAL, ART. 15. LIT. “A” DE LA

250
LEY ESPECIAL PARA SANCIONAR INFRACCIONES ADUANERAS,
CUANDO ESTABLECE EN LA PARTE FINAL DE DICHO LITERAL
“LA TENENCIA O EL COMERCIO ILEGÍTIMO DE PRODUCTOS
ESTANCADOS O DE IMPORTACIÓN O DE EXPORTACIÓN
PROHIBIDAS; SIGNIFICA QUE EL ESTADO DE EL SALVADOR,
PUEDE INTERPRETAR QUE EL INCUMPLIMIENTO A DICHA
NORMATIVA POR UNA PERSONA PARTICULAR, IMPLICA QUE
DICHO ESTADO PUEDE REGULAR LA LEY ESPECIAL PARA
SANCIONAR INFRACCIONES ADUANERAS DELITOS DE TIPO
PENAL, PARA EL CASO EL DELITO DE CONTRABANDO DE
MERCADERÍAS O SOLO SANCIONES DE TIPO FISCAL Y
ADMINISTRATIVAS? RESPUESTA: De conformidad a las dos respuestas
anteriores, el Estado de El Salvador, por medio de sus tribunales de justicia
puede aplicar sanciones penales por el incumplimiento de la Ley Especial
antes mencionada, la cual contiene una Sección completa que trata de las
Infracciones Aduaneras Penales y sus Sanciones. (Artículos 15 al 21).
CUARTA PREGUNTA: EN EL ARANCEL CENTROAMERICANO DE
IMPORTACIÓN, ESPECÍFICAMENTE EN LO REFERENTE A LAS
REGLAS DE APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DEL ARANCEL
CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN, EN LA REGLA X, QUE
HABLA DE ARTÍCULOS DE IMPORTACIÓN PROHIBIDA O
RESTRINGIDA Y PRODUCTOS ESTANCADOS, LITERAL A, SON
ARTÍCULOS DE IMPORTACIÓN PROHIBIDA No. 5 LAS
“MÁQUINAS PARA JUGAR DINERO”, PUEDE EN ESE SENTIDO
LA LEY NACIONAL DENOMINADA LEY ESPECIAL PARA
SANCIONAR INFRACCIONES ADUANERAS, ESTABLECER UNA
SANCIÓN PENAL PARA LAS PERSONAS PARTICULARES QUE
SOLO SE LES ATRIBUYE LA TENENCIA DE MÁQUINAS PARA
JUGAR DINERO O EXPLOTACIÓN DEL JUEGO DE AZAR EN
MÁQUINAS PARA JUGAR DINERO, PERO NO POR HABERLAS
IMPORTADO ELLOS? RESPUESTA: Por medio del Decreto Legislativo
No. 647, de fecha 6 de diciembre de 1990, publicado en el Diario Oficial de El
Salvador del 29 de octubre de 2001, la Asamblea Legislativa aprobó las
Reglas de Aplicación e Interpretación del Arancel Centroamericano de
Importación. En dichas Reglas, la Regla X “Artículos de Importación
Prohibida o Restringida y Productos Estancados”, en su numeral quinto habla
únicamente de “Importación”, siendo esto así porque se trata de reglas
eminentemente técnicas relacionadas con la actividad aduanera. Asimismo,
esta Corte es de opinión que ello no es ningún obstáculo para que ese Tribunal
de Justicia aplique cuando corresponda, cualquiera de las sanciones que

251
establezca la Ley Nacional, en este caso la Ley Especial para Sancionar
Infracciones Aduaneras, tomando en cuenta que las infracciones aduaneras
son de tres tipos: administrativas, tributarias y penales y la aplicación de éstas
últimas se remite a la Ley Nacional, como ya vimos anteriormente. QUINTA
PREGUNTA: DE CONFORMIDAD A LO ESTABLECIDO EN EL
ARANCEL CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN,
ESPECÍFICAMENTE EN LO REFERENTE A LAS REGLAS DE
APLICACIÓN E INTERPRETACIÓN DEL ARANCEL
CENTROAMERICANO DE IMPORTACIÓN, EN LA REGLA X, No. 5,
DEBE ENTENDERSE, QUE CUANDO UNA PERSONA OSTENTA LA
TENENCIA DE DICHAS MÁQUINAS, SE LUCRA DE LOS JUEGOS
CON DICHAS MÁQUINAS O SOLO ES EMPLEADO QUE LABORA
EN JUEGOS DE MÁQUINAS PARA JUGAR DINERO, PUEDE
INTERPRETARSE QUE SE DEBE TIPIFICAR COMO DELITO DE
JUEGOS DE CONTRABANDO DE MERCANCÍAS, QUE ES UNA
INFRACCIÓN DE TIPO PENAL SEGÚN LA LEY NACIONAL, Y
COMO DEBE INTERPRETARSE EL PERJUICIO FISCAL AL
ESTADO SI SE TOMA EN CONSIDERACIÓN QUE DICHAS
MERCANCÍAS NO HAN SIDO IMPORTADAS POR QUE LAS TENÍA
EN SU PODER O LAS ESTABA EXPLOTANDO COMO NEGOCIO?.
RESPUESTA: Esta pregunta se contesta igual que la anterior. Estando
respondidas todas las Consultas, notifíquese la presente resolución.”

Jurisprudencia
Se estableció que el Derecho Comunitario es vinculante para todos los Estados
Parte del SICA y el mismo prevalece sobre el Derecho Nacional, en base a lo que se
conoce como el Principio de Primacía del Derecho Comunitario sobre el Derecho
Nacional. Por consiguiente en caso de conflicto entre una Norma Comunitaria y
una Nacional, se aplica la primera sobre la segunda. Este Principio se aplica tanto
como para el Derecho Comunitario Primario u Originario como para el
Complementario y el Derivado.

La Corte aclaró que a una normativa comunitaria no puede dársele un alcance


distinto al que tiene aplicando una ley nacional. Sin embargo, el Tribunal recalcó
que existen algunos casos específicos en los cuales la propia normativa comunitaria
se remite expresamente a la aplicación de la ley nacional.

La Corte estableció que existen tres tipos de infracciones aduaneras:


Administrativas, Tributarias y Penales, siendo en relación a éstas últimas que el
Derecho Comunitario se remite a la ley nacional.

252
NOTA. El Señor Juez de Apaneca hizo dos Consultas Prejudiciales más, en idénticos
términos que han quedado señalados, todos los cuales fueron resueltos en la
misma Acta ya relacionada.

25. Demanda presentada por el Señor Luis Adolfo Orellana Cisneros en contra del
Estado de El Salvador, por irrespeto de fallo judicial.

Aprobado por Corte Plena del 19 de noviembre de 2009. (Acta No. 441).

Síntesis del caso


El demandante, en su carácter de militar en disponibilidad, consideró que el Estado
de El Salvador no había cumplido un fallo judicial emanado de la Sala de lo
Constitucional de la Corte Suprema de Justicia salvadoreña, en un proceso de
amparo en donde se ordenaba que se le respetara su grado, honores y
prestaciones. Por su parte, el demandado alegó la excepción de falta de
competencia en el presente caso, basado en que el fallo en cuestión fue cumplido
por el demandado, puesto que el aspecto restitutorio de dicha sentencia tenía que
haberse tramitado por aparte en un juicio ordinario, para ser efectiva la cuantía a
favor del peticionante.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. A las once de la mañana del día diecinueve de noviembre del
año dos mil nueve. Vista la demanda presentada por el Señor Luis Adolfo
Orellana Cisneros y sus documentos anexos que constan de folios tres (3) al
dieciséis (16) y de folios veinticuatro (24) al quinientos setenta y nueve (579)
y los documentos presentados por el Señor Astor Escalante Saravia, Fiscal
General en Funciones de la República de El Salvador, ante la Secretaría
General de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador, que constan, el
primer documento de folio quinientos ochenta y nueve (589) al quinientos
noventa y cinco reverso (595) y los documentos anexos que constan de folio
quinientos noventa y seis (596) al seiscientos noventa y dos reverso (692) y
por el Señor Oscar Armando Toledo Trigueros, Abogado y Notario, en
representación del Señor Luis Adolfo Orellana Cisneros, de folio setecientos
(700) al setecientos tres (703) y los documentos anexos que constan del folio
setecientos cuatro (704) al setecientos once (711). CONSIDERANDO I: Que el
segundo supuesto del Artículo 22, literal f), del Convenio de Estatuto de la
Corte Centroamericana de Justicia, también llamado el Estatuto, establece la

253
competencia de éste Tribunal Regional para conocer y resolver a solicitud del
agraviado, “…cuando de hecho no se respeten los fallos judiciales.” Que dicha
facultad está referida a la “res iudicata”, es decir, decisiones judiciales
definitivas y firmes contra las cuales no cabe ningún recurso o impugnación,
lo que les da el carácter de cosa juzgada y por lo cual no hay posibilidad de
atacar el fallo con un nuevo juicio. Por consiguiente, tampoco puede haber
una decisión que pueda contradecirlo u oponérsele. A juicio de La Corte, el
segundo supuesto del literal f) del Artículo 22 contiene dos propósitos. El
primero está claramente dirigido a mantener la seguridad jurídica, mediante
la garantía que los derechos reconocidos por los aludidos fallos judiciales, se
mantendrán incólumes. Por tanto, esta competencia de La Corte no le
permite reabrir ni revisar los fallos que se alegue haber sido irrespetados. El
segundo propósito es ofrecer a los particulares de los Estados Parte, un
medio para asegurar que los fallos proferidos por los tribunales nacionales
sean observados. De allí que este Tribunal solamente está facultado para
examinar estrictamente si las autoridades de un Estado Parte han actuado
conforme al dictado de los mismos o si por el contrario ha habido falta de
respeto a sus mandatos. CONSIDERANDO II: Que a juicio de La Corte, la
expresión “…cuando de hecho no se respeten...” se refiere a las circunstancias
de que se haya procedido de una de las siguientes tres maneras: a) con
omisión de algún o algunos actos necesarios para cumplir fielmente la
sentencia; b) con inacción total que frustre el cumplimiento del fallo; o c) con
actuación arbitraria, sin ajustarse a lo prescrito en el fallo. CONSIDERANDO
III: Que ni el Estatuto ni la Ordenanza de Procedimientos de La Corte
establecen una clasificación de los incidentes ni un procedimiento para su
tramitación, y que el Art. 22 numeral 1) de la Ordenanza de Procedimientos,
contempla la sentencia “que recayendo sobre un incidente, pone término a la
lítis por hacer imposible su continuación.”, y que en consecuencia éste
Tribunal debe aplicar el Artículo 40 del Estatuto y 64 de la Ordenanza de
Procedimientos pues en lo no previsto en ella, La Corte “podrá señalar los
procedimientos a seguirse manteniendo la objetividad de los derechos y la
salvaguardia de los propósitos y principios del Sistema de la Integración
Centroamericana, la igualdad de las partes y la garantía del debido proceso.”,
tal como La Corte lo manifestó en su sentencia de las once y treinta minutos
de la mañana del día veintidós de noviembre del año dos mil cuatro, en el
juicio del señor Víctor Elías Francisco Bendeck Ramírez en contra del Estado
de Honduras, en su CONSIDERANDO V: “En cuanto a la naturaleza y
procedencia de las excepciones, aún cuando no existen en la normativa que
254
rige a este Tribunal disposiciones que regulen el procedimiento en esta
materia, de conformidad con el Artículo 40 del Estatuto y 64 de la Ordenanza
de Procedimientos de esta Corte, y siendo propio de los principios que regulan
el debido proceso, deben ser consideradas…”.CONSIDERANDO IV: Que la
excepción de incompetencia es una defensa que puede ejercer el
demandado contra la pretensión del demandante, la cual, según algunas
legislaciones debe ejercitarse previamente a la contestación de la demanda y
otras no la definen como previa sino que en aplicación del principio de la
concentración procesal admiten que la misma se presente en el mismo
momento y escrito de contestación de la demanda, ocasión en la cual
también se admite que sea declarada de oficio por el juez o tribunal, siendo
por ahora esta solución aceptable para La Corte. CONSIDERANDO V: Que por
resolución de las once y treinta minutos de la mañana del día veintinueve de
julio del año dos mil nueve, La Corte mandó oír a la parte demandante sobre
la excepción por falta de competencia objetiva por cumplimiento del fallo, la
cual se pronunció el once de agosto de dos mil nueve según consta del folio
setecientos (700) al folio setecientos tres (703), pidiendo, entre otras, que se
declare sin lugar la excepción alegada y se resuelva la misma en sentencia
definitiva. CONSIDERANDO VI: Que como bien lo expresa el Ex Presidente de
la Corte Suprema de El Salvador, Jorge Eduardo Tenorio, en su monografía
“Eficacia de la Sentencia de Amparo en la Jurisdicción Ordinaria. Reflexiones”
(Biblioteca Jurídica Virtual del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la
UNAM. www.juridicas.unam.mx. Pág. 446) “Cuando en un fallo de juicio de
amparo estimatorio el efecto restitutorio de la sentencia se traduce en una
indemnización pecuniaria de daños y perjuicios, por imposibilidad de revertir
el acto inconstitucional impugnado, el justiciable vencedor deberá recurrir a
la justicia ordinaria para resarcir los daños y perjuicios sufridos.” En este
supuesto, dice Tenorio, caben diversas hipótesis, las cuales resumimos así: a)
que el vencedor no tendrá que probar en juicio ordinario los daños y
perjuicios por haberlos demostrado en ese proceso y sólo acude a la justicia
ordinaria a satisfacer éstos; y b) el vencedor tiene que establecer dentro de
un proceso que hay obligación de indemnizarlo por daños y perjuicios, una
vez los haya probado y acreditado su cuantía. CONSIDERANDO VII: Que de
la lectura de la sentencia de amparo de las quince horas con cuarenta y tres
minutos del día cinco de junio de mil novecientos noventa y nueve de la Sala
Constitucional de la Honorable Corte Suprema de Justicia del Estado de El
Salvador, cuyo respeto se demanda por la parte actora, La Corte deduce
claramente que, en este caso concreto estamos frente a la segunda de las
255
hipótesis, ello en virtud que la misma sentencia de amparo limita los efectos
restitutorios a “…ordenar a la autoridad demandada que las cosas vuelvan al
estado en que se encontraban antes del acto reclamado, con el propósito de
restablecer el derecho violado y cumplir con la tutela de la Constitución” folio
ciento noventa (190) y que en adición, la misma sentencia, en su
CONSIDERANDO V, establece que: “En el supuesto que nos ocupa, el efecto
restitutorio deberá concretarse a dejar sin efecto la Orden General No. 15-96,
de fecha treinta y uno de diciembre de mil novecientos noventa y seis,
mediante la cual se decidió adoptar la decisión de dar de baja al Oficial
demandante. Consecuentemente dicho militar debe regresar a la situación en
la que se encontraba antes del acto que se declara inconstitucional en esta
sentencia, esto es, a la situación de disponibilidad que le permite conservar su
grado, honores, y prestaciones, sin perjuicio de que respetando sus derechos
constitucionales se le deduzcan las responsabilidades a que haya lugar.” folio
ciento noventa (190). Asimismo, en su fallo, la Sala Constitucional decidió:
“(a) declárase ha lugar el amparo solicitado por el militar Luis Adolfo Orellana
Cisneros, contra Orden General No. 15/96 emitida por el Presidente de la
República en su calidad de Comandante General de la Fuerza Armada, por
existir violación de los derechos de audiencia, presunción de inocencia, y de
los derechos militares.” CONSIDERANDO VIII: Que la misma sentencia en su
CONSIDERANDO II, folio ciento ochenta y siete reverso (187) define en qué
sentido habrá de entenderse la vulneración del derecho al trabajo alegada
por el demandante y a tal fin establece que: “…el derecho al trabajo es más
bien el derecho a la estabilidad laboral, que implica el derecho de conservar
un trabajo o empleo. En tal sentido aunque el demandante denomine la
categoría jurídica material violentada como derecho al trabajo, éste debe
entenderse como el derecho que tiene a la estabilidad laboral.” Y que, en su
fallo, la Sala Constitucional resolvió: “b) declárase sin lugar amparo en lo que
respecta a la violación que argumenta el demandante a su derecho a la
estabilidad laboral.” folio ciento noventa reverso (190). CONSIDERANDO IX:
Que la resolución de la Sala Constitucional, la cual mandó: “(c) vuelvan las
cosas al estado en que se encontraban antes del acto reclamado, tal y como
ha quedado señalado en esta sentencia...”, debe entenderse en el sentido
definido en el Considerando V de dicho fallo, es decir: “…a la situación de
disponibilidad que le permite conservar su grado, honores, y prestaciones, sin
perjuicio de que respetando sus derechos constitucionales se le deduzcan las
responsabilidades a que haya lugar.” folio ciento noventa (190).
CONSIDERANDO X: Que la competencia de esta Corte en el segundo
256
supuesto del Artículo 22 f) no es juzgar la legislación nacional en que se funda
un fallo de los tribunales nacionales, ni las relaciones entre la norma
constitucional y la norma ordinaria, ni tampoco juzgar el fondo del fallo cuyo
respeto se demanda, sino solamente debe examinar si se acató o no lo
mandado en la sentencia. CONSIDERANDO XI: Que a su juicio, el Poder
Ejecutivo, mediante Orden General 09/001, en su numeral 4 DISPOSICIONES
GENERALES, acató la sentencia definitiva pronunciada por la Sala de lo
Constitucional de la Honorable Corte Suprema de Justicia del Estado de El
Salvador, objeto de esta sentencia incidental. CONSIDERANDO XII: Que la
sentencia de las quince horas con cuarenta y tres minutos del día cinco de
junio de mil novecientos noventa y nueve de la Sala Constitucional de la
Honorable Corte Suprema de Justicia del Estado de El Salvador, cuyo respeto
se demanda, no ordena el pago de sueldos, gastos de representación ni
cualquier otra erogación o indemnización a favor del amparado.
CONSIDERANDO XIII: Que en consecuencia, si como resultado del fallo de la
Sala Constitucional el demandante consideraba que había lugar a una
indemnización por daños y perjuicios, en opinión de La Corte, éstos debían
ser deducidos, como en efecto lo fueron, mediante una acción civil en un
juicio ordinario en el cual debían probarse y acreditar su cuantía. Y que el
resultado de ese juicio es en este caso concreto para La Corte, independiente
del efecto restitutorio del derecho o derechos constitucionales violados, cuyo
respeto se ha demandado por la parte actora. CONSIDERANDO XIV: Que en
casos como el presente, La Corte es incompetente para reabrir o revisar los
fallos de los tribunales nacionales de los Estados Parte del Protocolo de
Tegucigalpa, ya que como ha quedado establecido en el CONSIDERANDO I
supra la competencia del Tribunal Regional para conocer y resolver a
solicitud del agraviado, “…cuando de hecho no se respeten los fallos
judiciales.” está referida a la “res iudicata”, es decir decisiones judiciales
definitivas y firmes, contra las cuales no cabe ningún recurso o impugnación
lo que les da el carácter de cosa juzgada y por lo cual no hay posibilidad de
atacar el fallo con un nuevo juicio y que por consiguiente, tampoco puede
haber una decisión que pueda contradecirlo u oponérsele. POR TANTO, de
conformidad con los Artículos 22 literal f) segundo supuesto, 30, 39 y 40 del
Convenio de Estatuto de La Corte; 3, literales a) y d) 4, 5, numeral 4, 7, 8, 13,
14, 18, 22 numeral 1 ; y 64 de la Ordenanza de Procedimientos, La Corte, por
unanimidad de votos; RESUELVE: I.- Ha lugar a la excepción de falta de
competencia objetiva por cumplimiento del fallo. II.- Archívense las
presentes diligencias. III.- Notifíquese.
257
Jurisprudencia
En relación a la Competencia de esta Corte, se estableció que el Tribunal Regional
no debe juzgar la legislación nacional en que se funda un fallo de los tribunales
locales, ni tampoco juzgar el fondo del mismo, sino solamente examinar si se acató
o no lo mandado en la sentencia de que se trate. En consecuencia, la Corte
Centroamericana de Justicia no puede reabrir o revisar los fallos de los tribunales
nacionales de los Estados Parte del Protocolo de Tegucigalpa.

La Corte estableció que al conocer de los supuestos irrespetos a fallos judiciales, se


refería únicamente a aquellos casos con carácter de “res iudicata”, es decir,
aquellas decisiones judiciales firmes y definitivas, contra las cuales no cabe ningún
recurso o impugnación y tienen carácter de cosa juzgada. Dicho incumplimiento
debe tener las siguientes modalidades: a) Por omisión de algún o algunos actos
necesarios para cumplir fielmente la sentencia; b) Por inacción total que frustre el
cumplimiento del fallo; o c) Por actuación arbitraria, sin ajustarse a lo prescrito en
el fallo.

En cuanto a la naturaleza y procedencia de las excepciones, aún cuando no existen


disposiciones que regulen esta materia en nuestra Ordenanza de Procedimientos,
La Corte puede conocer de las mismas de conformidad al Artículo 40 del Convenio
de Estatuto y 64 de la Ordenanza de Procedimientos. En el caso presente, La Corte
estimó que la excepción de falta de competencia interpuesta era válida, en vista
que la sentencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de
El Salvador, que supuestamente se había incumplido, no contemplaba el pago de
erogaciones o indemnización alguna a favor del apelante y por lo tanto no existía
ningún irrespeto de fallo judicial.

26. Demanda interpuesta por Xochilth Rubenia Gutiérrez Rodríguez como


Apoderada de la Señora Angela Rosa Arana Cuadra, en contra del Estado de
Nicaragua, por incumplimiento de fallo judicial.

Aprobado por Corte Plena del 14 de enero de 2010. (Acta No. 445).

Síntesis
La demandante señaló que el Estado de Nicaragua está representado por el Señor
Procurador General de Justicia en funciones Doctor Francisco Fiallos Navarro,
alegando que el Juzgado Único del Distrito de Jinotepe dictó una sentencia el 13 de
abril del año 2000, la cual está firme y pasada en autoridad de cosa juzgada, y en

258
donde se condena al Estado demandado a pagarle una suma equivalente a diez mil
dólares de los Estados Unidos de América, en concepto del daño físico, material y
moral. La demanda tiene fecha 26 de junio de 2003 y fue presentada a este
Tribunal el 2 de julio del mismo año, acompañando la documentación pertinente.

Dicha demanda fue contestada por el entonces Presidente de la República Enrique


José Bolaños Geyer, quien alegó que el libelo había sido presentado de manera
anómala, porque está dirigida contra un Funcionario que no tiene atribuciones
legales para representar a la República de Nicaragua y pidió que se declarara
improcedente, ya que dicho Procurador no está facultado para ordenar o instruir a
ningún Poder del Estado al cumplimiento de las sentencias dictadas por el Poder
Judicial de Nicaragua.

Se abrió a pruebas, siendo la última actividad en el Expediente las notificaciones


hechas por el Secretario General, Doctor Orlando Guerrero Mayorga, el 9 de
diciembre de 2003 y desde entonces el juicio permaneció abandonado.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, catorce de enero del año dos mil diez, siendo las once y
cincuenta y cinco minutos de la mañana. Vistos los autos que anteceden sin
que ninguna de las partes haya instado en su curso, desde el escrito
presentado el día nueve de diciembre del año dos mil tres, este Tribunal de
conformidad con el Artículo 64 de la Ordenanza de Procedimientos, por
mayoría de votos, RESUELVE: I.- Que la Secretaría del Tribunal archive el
presente expediente. II.- NOTIFÍQUESE.

Jurisprudencia
Este fallo reviste una particular importancia, porque no obstante que la Ordenanza
de Procedimientos de La Corte no contempla la figura procesal de la caducidad de
la instancia, el Tribunal resolvió archivar el expediente.

27. Demanda interpuesta por el Abogado León Gómez Andino, como Apoderado
del Diputado del PARLACEN Gustavo León Gómez Rodas, solicitando que
declarara válido el nombramiento de dicho señor en sustitución de los Diputados
David Mendoza Lupiac y Jorge Alberto Simón Allam.

Aprobado por Corte Plena del 26 de febrero de 2010. (Acta No. 452).

259
Síntesis del caso
Los Diputados Suplente y Propietario al PARLACEN, Señores Jorge Alberto Simón
Allam y David Mendoza Lupiac, fallecieron en ese orden, por lo que el Partido
Nacional de Honduras el día 29 de mayo de 2007 decidió llenar la vacancia dejada
por el Propietario designando al Diputado Suplente señor Carlos Roberto Meza
Martínez, designación que fue aceptada por el Órgano Legislativo Regional.

Sin embargo, posteriormente cambiaron la designación anterior, sustituyéndola


con una nueva, consistente en que el período del diputado fallecido se dividiría en
cinco partes, cada una para una persona distinta, y trabajarían de manera rotativa.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las doce horas del día veintiséis de febrero del año dos
mil diez. VISTO: el escrito presentado el día treinta de octubre del año dos mil
ocho a las ocho con cincuenta y cinco minutos de la mañana por el Abogado
Gustavo León Gómez Rodas, en su calidad de Apoderado General del Señor
Armando León Gómez Andino, Diputado Suplente del Parlamento
Centroamericano por el Estado de Honduras, mediante el cual demanda al
Parlamento Centroamericano (PARLACEN), para que deje sin efecto la
Resolución No. 7.27 contenida en el Acta JD-7/2007-2008, que consta en el
expediente a folio 16 y en consecuencia se dicte sentencia otorgando a su
representado el ejercicio de su cargo y le paguen las remuneraciones que
corresponden a los Diputados Suplentes, tanto las devengadas como las que
deberán devengarse, así como las demás indemnizaciones que correspondan y
los derechos inherentes al cargo; y que se condene en costas a la parte
demandada si no se allanare a la misma. RESULTA I: Que en Providencia
emitida por la Presidencia de La Corte de las diez de la mañana del día doce
de noviembre del año dos mil ocho se ordenó que se abriera el expediente
respectivo y que se diera cuenta a La Corte para su conocimiento y resolución.
RESULTA II: Que en Providencia de las seis y veinte minutos de la tarde del
día uno de diciembre del año dos mil ocho, se admitió la demanda entablada
en contra del Parlamento Centroamericano y se tuvo como parte al Señor
Armando León Gómez Andino, representado por el Abogado Gustavo León
Gómez Rodas, y por señalado el lugar indicado por él para recibir
notificaciones. Se emplazó a la parte demandada por medio de su
Representante Legal, Señora Gloria Oquelí, Presidente del Parlamento
Centroamericano a quién se le concedió traslado para la contestación de la
demanda por el término de treinta días hábiles a partir del día siguiente de la

260
notificación respectiva de la Providencia, asimismo La Corte denegó la
medida cautelar solicitada por el demandante. RESULTA III: Que por escrito
presentado por el Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez a las diez
de la noche del día dieciséis de febrero del año dos mil nueve en su calidad de
Apoderado General Judicial en representación del Parlamento
Centroamericano, se contestó dicha demanda. RESULTA IV: Que por escrito
presentado el día martes veinticuatro de febrero del año dos mil nueve a las
dos y cuarenta minutos de la tarde, el mandatario de la parte demandante,
Gustavo León Gómez Rodas, solicitó la apertura a prueba del presente juicio.
RESULTA V: Que por Providencia de las tres y treinta minutos de la tarde del
día veintidós de abril del dos mil nueve se tuvo como representante legal del
Parlamento Centroamericano en su calidad de Apoderado General Judicial al
Abogado Alejandro Caballero Rodríguez, de generales expresadas en autos y
por contestada la demanda y se abrió a prueba el juicio por el término de
veinte días hábiles a partir de la última notificación. Que para permitir el
tiempo necesario para cumplimentar las cartas rogatorias que fueron emitidas
por La Corte, por Providencia de las cuatro y treinta minutos de la tarde del
día veintiuno de mayo del dos mil nueve se amplió el término probatorio por
treinta días hábiles a partir de la fecha de vencimiento del término
anteriormente señalado. Que por las mismas razones antes expuestas,
Providencia de las doce y diez minutos del día veinticuatro de junio del año
dos mil nueve se amplió el término de prueba por veinte días más y se tuvo
como parte al Abogado Carlos Roberto Martínez Meza y como su Apoderado
General Judicial al Abogado José Raúl Pineda Alvarado y se le concedió la
intervención de ley. RESULTA VI: Que concluido el término de prueba, por
Providencia de la Presidencia de las dos de la tarde del día seis de octubre del
año dos mil nueve se citó a las Partes para que concurrieran a la Audiencia
Pública a celebrarse en el Auditorio Central de la Universidad Americana de
Managua, Nicaragua, habiéndose celebrada ésta en tiempo y forma.
CONSIDERANDO I: Que la presente demanda se interpuso contra la
Resolución No. 7.27 de la Junta Directiva del Parlamento Centroamericano,
que consta en el Acta JD-7/2007-2008 de su período de sesiones celebrado en
la República de Guatemala entre el dieciséis y el diecinueve de abril de dos
mil ocho, en la cual no se accedió a lo solicitado por el Partido Nacional de
Honduras en el Oficio del veintiuno de noviembre de dos mil siete,
transcribiendo el punto número cuatro del acta número quince del Comité
Central de dicho instituto político, relativo a la propuesta de sustitución
rotativa de varios Diputados Suplentes en el cargo del fallecido Diputado
Propietario David Antonio Mendoza Lupiac. CONSIDERANDO II: Que la
Resolución de la Junta Directiva se fundamentó en la Opinión de la Comisión

261
de Asuntos Jurídicos, Derecho Comunitario e Institucionalidad Regional de
veintinueve de noviembre de dos mil siete, según la cual dicho procedimiento
de sustitución rotativa “no se encuentra regulado ni en el Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas ni en el
Reglamento Interno correspondiente…” y en consecuencia, de conformidad
con dicha Comisión, se hacía imposible acceder a la sustitución rotativa
solicitada. CONSIDERANDO III: Que los Señores David Mendoza Lupiac y
Jorge Alberto Simón Allam, fueron electos como Diputados Titular y Suplente
del Parlamento Centroamericano respectivamente, en las elecciones
celebradas en la República de Honduras el veinticinco de noviembre del año
dos mil uno, para el período comprendido del veintiocho de octubre del año
dos mil seis al veintisiete de octubre del año dos mil once, habiendo fallecido
primero el Diputado Suplente Simón Allam, aún antes de ser juramentado, y
posteriormente falleció también el Diputado Propietario Mendoza Lupiac.
CONSIDERANDO IV: Que después del fallecimiento del Diputado Suplente
Simón Allam, el Comité Central del Partido Nacional de Honduras, con fecha
veintinueve de mayo de dos mil siete, según consta en el Expediente a folios
noventa y tres (93) y ciento cuatro (104) decidió, llenar la vacancia
permanente de éste mediante la designación del Diputado Suplente del
PARLACEN, Señor Carlos Roberto Meza Martínez, lo cual fue aceptado por
el órgano legislativo regional. CONSIDERANDO V: Que mediante
resolución de la Junta Directiva del Parlamento Centroamericano, contenida
en el Acta JD-01/2007-2008, en su sesión del veintidós al veinticinco de
noviembre de dos mil siete, la cual consta en el Expediente a folio doce (12),
dicho órgano decidió conocer en el mes de noviembre, del año dos mil siete, la
incorporación del Diputado Carlos Roberto Martínez en calidad de Diputado
Propietario ante el PARLACEN en representación del Estado de Honduras, en
sustitución del Diputado Mendoza Lupiac, quien falleció en el ejercicio del su
cargo y que dicha incorporación tuvo lugar durante la Asamblea Plenaria del
Parlamento Centroamericano, celebrada entre el día treinta de noviembre y
primero de diciembre del año dos mil siete, según consta en el Expediente a
folio ciento cuatro (104). CONSIDERANDO VI: Que de conformidad con el
Artículo 2 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas, el Parlamento Centroamericano funcionará
permanentemente y estará integrado por veinte Diputados propietarios por
cada Estado miembro, cada titular será electo con su respectivo suplente,
quién lo sustituirá en caso de ausencia. Que dicha ausencia puede ser
temporal o permanente y que como ha quedado demostrado en el Expediente,
el Sr. Carlos Roberto Martínez Meza, fue designado por el Comité Central del
Partido Nacional de Honduras, para llenar la ausencia permanente del

262
Diputado Suplente Jorge Alberto Simón Allam, convirtiéndose así en el
respectivo Diputado Suplente del Diputado Propietario David Antonio
Mendoza Lupiac, lo cual fue aprobado por el propio PARLACEN, por
considerar que dicha sustitución se ajustaba a las normas del Tratado
Constitutivo y a su Reglamento Interno. CONSIDERANDO VII: Que
posteriormente a la designación por parte del Comité Central del Partido
Nacional de Honduras del Señor Martínez Meza como Diputado Suplente del
Diputado Propietario Mendoza Lupiac el diez de septiembre de dos mil siete,
el Partido Nacional de Honduras comunicó al PARLACEN una decisión
diferente, y mediante el ya referido Oficio del veintiuno de noviembre de dos
mil ocho, propuso esta vez que la vacancia permanente del Diputado
Propietario Mendoza Lupiac fuese llenada de forma rotativa y por períodos de
seis meses, por una lista de cinco Diputados Suplentes, hasta agotar el período
para el cual había sido electo el Diputado Mendoza Lupiac, lo que consta en
autos según certificación a folios nueve (9), diez (10), y ochenta y siete (87).
CONSIDERANDO VIII: Que habiendo sido explícita la designación por parte
del Partido Nacional de Honduras del Ciudadano Carlos Roberto Martínez
Meza como el respectivo Suplente del Diputado Mendoza Lupiac, de
conformidad al Artículo 2 del Tratado Constitutivo y el Artículo 15 del
Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano se debe reconocer la
eficacia y primacía de la primera de las resoluciones del Partido Nacional
sobre cualquier otra, sobre todo teniendo en cuenta que las resoluciones
posteriores no se ajusten al Tratado Constitutivo y al Reglamento Interno del
Parlamento Centroamericano, como es el caso de la segunda resolución
emitida por dicho Partido, ya que, como bien lo afirmó la Comisión de
Asuntos Jurídicos en su opinión sobre el caso, no existe ninguna disposición
en las regulaciones del PARLACEN que permita fragmentar el período de un
Diputado Propietario entre varios Diputados Suplentes. CONSIDERANDO
IX: Que este Tribunal considera que en aplicación del Derecho Comunitario
Centroamericano, en este caso en particular, el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas y su Reglamento
Interno, le corresponde al Diputado Carlos Roberto Martínez Meza ejercer el
cargo de Diputado Propietario por la vacancia permanente del Diputado David
Antonio Mendoza Lupiac. POR TANTO: En base a las consideraciones antes
expuestas y en aplicación de los artículos 22, letra g); 30, 31, 32, 33, 34 y 39
del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia; Artículo 3,
letras c) y d); 5 numeral 3; 7, 8, 10, 13, 16, 17, 18, 22, 32, 41, 42, 43, 44 y 60
b, de la Ordenanza de Procedimientos de la Corte, Artículos 2, letra a); 6, 13,
15, letra a); y 18 letra a) del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas; Artículo 15 segundo párrafo, y

263
32 numeral doce del Reglamento Interno del PARLACEN, por unanimidad
este Tribunal RESUELVE: I. No ha lugar a la demanda presentada por el
Señor Armando León Gómez Andino en contra del Parlamento
Centroamericano en el sentido de dejar sin efecto la Resolución No. 7.27 de la
Junta Directiva del PARLACEN, contenida en el Acta JD-7/2007-2008,
correspondiente al período de Sesiones de la misma, del dieciséis al
diecinueve de Abril del dos mil ocho. II. No ha lugar a lo solicitado por el
demandante sobre el pago de remuneraciones, tanto las devengadas como las
por devengarse, así como las demás indemnizaciones y derechos pedidos. III.
No hay costas. IV. Notifíquese.”

Jurisprudencia
Esta Corte estimó procedente el dictamen de la Comisión de Asuntos Jurídicos,
Derecho Comunitario e Institucionalidad Regional del PARLACEN, en el sentido de
afirmar que la propuesta de sustitución rotativa entre varios Diputados Suplentes
para sustituir a un Diputado Propietario fallecido, no se encuentra regulado ni en el
Tratado Constitutivo ni tampoco en su Reglamento. A esto nuestro Tribunal agregó
que el Partido Nacional ya había nombrado anteriormente al Señor Carlos Roberto
Martínez Meza, nombramiento que fue debidamente aprobado por el propio
PARLACEN, por lo que se consideró que debe dársele primacía y eficacia al primer
nombramiento, teniendo en cuenta que la otra no se ajusta a las regulaciones
comunitarias.

28. Solicitud de Opinión Consultiva presentada por el Doctor Jorge Eduardo


Tenorio en su carácter de Apoderado Judicial de la Sociedad Lácteos del Corral,
S.A. de C.V., acerca de si las autoridades salvadoreñas tienen capacidad para fijar
cuotas de importación en los productos que ingresen al país en ese concepto.

Aprobado por Corte Plena del 10 de marzo de 2010. (Acta No. 1, Segundo Libro).

Síntesis
El Abogado consultante expresó que por parte de las autoridades salvadoreñas
había intenciones de restringir el libre comercio intercentroamericano de lácteos, a
través de actividades y expresiones no formales, igualmente obstruccionistas, por
lo que formuló las siguientes consultas:
1. Que las importaciones que realicen empresas salvadoreñas de productos
lácteos originarios de todos los países centroamericanos, y de Nicaragua en
particular, gozan de libre comercio y no están regulados por ningún sistema
de cuotas, de conformidad a la normativa comunitaria vigente.

264
2. Que la normativa vigente en El Salvador aplicable a los procedimientos
sanitarios y fitosanitarios tiene como propósito establecer las disposiciones
para la protección sanitaria de los vegetales y animales y que no se deben
aplicar de manera que constituyan una restricción encubierta del comercio
internacional.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las once y treinta minutos de la mañana del día diez
de marzo del año dos mil diez. VISTA la solicitud de Opinión Consultiva
presentada el día diecinueve de junio del año dos mil nueve, por el Abogado
Jorge Eduardo Tenorio en su calidad de Apoderado General judicial de la
Sociedad Mercantil Lácteos del Corral, Sociedad Anónima de Capital Variable
(LACTEOS S.A. de C.V.), persona jurídica organizada y constituida conforme a
la legislación salvadoreña, con domicilio social en Antiguo Cuscatlán,
departamento de La Libertad, República de El Salvador, sobre lo siguiente: “1.
Que las importaciones que realicen empresas salvadoreñas de productos
lácteos originarios de todos los países centroamericanos, y de Nicaragua en
particular, gozan de libre comercio y no están regulados por ningún sistema
de cuotas, de conformidad a la normativa comunitaria vigente. 2. Que la
normativa vigente en El Salvador aplicable a los procedimientos sanitarios y
fitosanitarios tiene como propósito establecer las disposiciones para la
protección sanitaria de los vegetales y animales y que no se deben aplicar de
manera que constituyan una restricción encubierta del comercio
internacional”. Y el escrito de ampliación de dicha solicitud de opinión
consultiva, con fecha cuatro de septiembre del año dos mil nueve en cuanto
a que las importaciones realizadas por empresas salvadoreñas de productos
lácteos originarios de los países centroamericanos, y en particular de
Nicaragua, gozan de libre comercio en El Salvador, sin límites de ninguna
clase en lo que atañe a cantidades, por lo que no pueden someterse a
sistemas de cuotas, todo de conformidad a la normativa comunitaria vigente,
ni pueden aplicarse de manera que constituyan una restricción encubierta
del comercio internacional, en especial del intracentroamericano, ésta Corte
resolvió: CONSIDERANDO I: Que La Corte es competente, entre otras, para
actuar como Tribunal de Consulta Permanente de las Cortes Supremas de
Justicia de los Estados, con carácter ilustrativo; órgano de consulta de los
Organismos u Órganos del Sistema de Integración Centroamericano; resolver
consulta prejudicial requerida por todo Juez o Tribunal Judicial en un caso

265
concreto encaminada a obtener la aplicación o interpretación de la
normativa comunitaria y consultas con carácter ilustrativo de los Estados
miembros del Sistema sobre Tratados o Convenciones vigentes (Arto.22
literales d, e y k y Arto. 23 del Convenio del Estatuto de la Corte
Centroamericana en adelante llamado “el Estatuto”). CONSIDERANDO II:
Que la Corte Centroamericana de Justicia carece de competencia conforme el
Estatuto para emitir Opiniones Consultivas a otras partes diferentes a las
enumeradas en el Considerando I. CONSIDERANDO III: Que teniendo en
cuenta que la solicitud presentada es la emisión de una Opinión Consultiva,
por una parte que no está legitimada para hacerlo, de conformidad con el
Estatuto y su Ordenanza de Procedimientos, POR TANTO, ésta Corte, por
mayoría de votos RESUELVE: 1. Declárase inadmisible la solicitud de Opinión
Consultiva presentada por la Sociedad Mercantil Lácteos del Corral, Sociedad
Anónima de Capital Variable (LACTEOS S.A. de C.V.) por medio del Abogado
Jorge Eduardo Tenorio de generales expresadas como Apoderado General
Judicial de dicha Sociedad, en virtud de que ni el Convenio de Estatuto de la
misma, ni la doctrina ni la jurisprudencia del Tribunal que regula la
competencia en materia consultiva, legitima activamente a las personas
naturales o jurídicas para presentar solicitud de consulta a La Corte. 2.
Quedan a salvo los derechos de la Sociedad Mercantil de recurrir ante este
Tribunal si los mismos son afectados en violación a la normativa comunitaria.
Tómese nota del lugar señalado para oír notificaciones. NOTIFÍQUESE.” VOTO
DISIDENTE MAGISTRADO RICARDO ACEVEDO PERALTA. Lamento no
compartir la decisión tomada en la parte resolutiva y en los criterios o
Consideraciones bajo los cuales evacuó el Asunto número 5-19-6-2009. En
esta misma acta queda sentada mi posición, referente a la forma de las
convocatorias. En cuanto al fondo, mi voto disidente es como sigue: Lo
establecido en el artículo 22 del Estatuto de La Corte, constituye
competencias autónomas, unas distintas de las otras. Específicamente, la
competencia contenida en el inciso C) del artículo 22 del Estatuto, establece
un derecho de información que puede ser ejercido de manera general por
cualquier interesado, ante La Corte. Este derecho de información, implica
una potestad de los ciudadanos frente a La Corte y al ejercicio del Ius Standi
como derecho de los particulares a acudir y actuar frente a la misma.
Constituyéndose así, una característica peculiar del funcionamiento del
Tribunal Regional. Este derecho de información es diferente a las
establecidas en concepto de consultas, ya que para éstas el Estatuto regula
su existencia en situaciones específicamente determinadas. Por lo tanto, si el
266
legislador hubiese querido limitar la actividad de la Corte al ámbito
contencioso, no se hubiese establecido el resto de facultades que no
pertenecen a este. Por otra parte, hago ver que el legislador del Convenio de
Estatuto no fue muy preciso en el uso de la terminología con la que identificó
las diferentes atribuciones otorgadas a la misma en el artículo de mérito, por
ejemplo: ¿Qué quiere decir lo establecido en el literal g) cuando menciona:
“conocer de los asuntos que someta directa o indirectamente cualquier
afectado…”? ¿Es dentro del marco jurisdiccional que lo supone, o se trata de
una acción diferente? El literal H) también habla de conocer de las
controversias o cuestiones; aquí: asimila las controversias o cuestiones ó se
implican dos cosas diferentes? El mismo término que utiliza el literal c)
ACERCA, ¿qué significado tiene esta palabra en el marco de un orden
jurisdiccional estricto, cuando este es un vocablo amplio, e impreciso? Es por
ello que, el legislador sabiamente, en el artículo treinta del Estatuto,
establece una facultad discrecional a La Corte para determinar su
competencia en cada caso concreto. El veinticuatro de marzo de mil
novecientos noventa y cuatro, el Consejo Judicial Centroamericano,
fungiendo como Corte Centroamericana de Justica Ad-interim, resolvió la
solicitud de interpretación del artículo 48 del Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia, presentada en carácter personal, por la
ciudadana salvadoreña, licenciada Ana Elizabeth Villalta Vizcarra, en virtud
del principio del Ius Standi que tutela la participación activa y pasiva de los
particulares ante la jurisdicción internacional o Regional. En este caso la
solicitante, aún cuando se dirigió a La Corte en su carácter de asesora del
Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, no ostentaba la calidad de
representante del Estado, ya que su cargo no lo incluye y por ende, para
fungir como tal tendría que haber actuado con poder especial otorgado por
el representante del Estado. En tal virtud, La Corte perfectamente pudo
haber decidido la admisibilidad a la solicitud en cuestión, interpretando
ampliamente el artículo 22 C) como una competencia especial y diferente a la
estrictamente jurisdiccional y aplicando igualmente, la jurisprudencia y los
principios de buena fe, equidad y oportunidad. VOTO DISIDENTE DE LOS
MAGISTRADOS FRANCISCO DARÍO LOBO LARA Y CARLOS GUERRA
GALLARDO. Disentimos de esta resolución, porque es improcedente que se le
desconozca a una persona su derecho a presentar solicitudes con
fundamento en el Artículo 22, literal c) del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia, cuyo texto es el siguiente: “c) Conocer, a
solicitud de cualquier interesado, acerca de las disposiciones legales,
267
reglamentarias, administrativas o de cualquier otra clase dictadas por un
Estado, cuando afecten los Convenios, Tratados y de cualquier otra normativa
del Derecho de la Integración Centroamericana, o de los Acuerdos o
resoluciones de sus Órganos u organismos;”. Esta disposición jurídica además
de ser expresa tiene una claridad meridiana debiendo ser aplicada para la
observancia de las normas comunitarias y para fortalecimiento del Proceso
de Integración.”

Jurisprudencia
Este caso tuvo la característica que arrojó un empate en la votación sobre la
resolución final, ya que tres Magistrados opinaban que si no se respondía esta
Consulta, se estaría atentando contra el “ius standi”, y otro grupo opinaba que La
Corte no tenía competencia para responder solicitudes hechas por personas
naturales o jurídicas, por lo que no podía accederse a lo requerido, porque
violentaría el Principio de Legalidad. Ante esta situación, se llamó una Magistrada
Dirimente, recayendo dicha responsabilidad en la Abogada Josefina Ramos
Mendoza.

Dicha Magistrada fue de opinión que nuestro Tribunal carecía de competencia para
evacuar esta Opinión Consultiva, de acuerdo a los Artículos 22 literales d), e) y k) y
el 23 del Convenio de Estatuto de La Corte.

29. Solicitud presentada por el Abogado Roberto Alejandro Caballeros Rodríguez,


pidiendo aclaración y ampliación de la sentencia de La Corte en la demanda León-
Gómez Andino contra el Parlamento Centroamericano (PARLACEN).

Aprobado por Corte Plena del 19 de marzo de 2010. (Acta No. 2).

Síntesis del caso


El Abogado en referencia pidió explicación sobre la falta de condena en costas a
cargo de la parte perdidosa y que se ampliara la sentencia en el sentido de incluir
dicha condena.
.
Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las doce y cincuenta y ocho minutos del día diecinueve
de marzo del año dos mil diez. VISTO: El escrito de fecha once de marzo del
corriente año, por medio del cual el Abogado Roberto Alejandro Caballero
Rodríguez solicita aclaración y ampliación de la Sentencia dictada por esta
Corte a las doce horas del veintiséis de febrero del año dos mil diez, en el

268
sentido de que este Tribunal explique los alcances y contenido de la Sentencia
del caso 8-6-11-2008 en el numeral III de la parte resolutiva que reza: “No hay
costas”. CONSIDERANDO: Que los fallos de La Corte son definitivos e
inapelables, no obstante según el Artículo 38 de su Convenio de Estatuto, La
Corte es competente para resolver a solicitud de parte, sobre aclaraciones o
ampliaciones de los puntos resolutivos de un fallo. CONSIDERANDO: Que
es doctrina sustentada por este Tribunal en el Expediente No. 7-7-10-2008,
caso Brenes Pérez y Dougherty Liekens contra el Parlamento
Centroamericano que en su Considerando V, dijo: “Sobre el punto relativo a la
petición de condena del pago de las costas procesales, éstas pueden ser
definidas, siguiendo a Escriche, como aquellos gastos que hacen las partes en
un juicio determinado. Los principales principios justificativos de la condena
en costas son, en primer lugar, evitar que los gastos realizados por la parte
vencedora en el juicio no le representen disminución patrimonial o económica,
y en segundo lugar, es una carga que se impone al litigante temerario,
considerado como tal al que litiga a conciencia de que carece de la razón. Por
lo tanto, haciendo uso de la sana crítica, esta Corte considera que no se han
cumplido dichos principios y en consecuencia debe pronunciarse en el sentido
de que no procede la condena en costas procesales en este caso.
CONSIDERANDO: Que según el Diccionario de Derecho Usual de
Guillermo Cabanellas “La condena en costas, que debe ser pedida para que
sea otorgada, se impone como norma al litigante vencido; empero, el juez
puede eximir en todo o en parte de esta responsabilidad al litigante vencido,
siempre que encuentre mérito para ello. CONSIDERANDO: Que en el
presente caso considera el Tribunal que existían para el demandante motivos
racionales para ejercer su derecho de accionar ante La Corte, POR TANTO,
RESUELVE: I.- No ha lugar a la solicitud de ampliación. II.- En base al
Artículo 38 del Convenio de Estatuto de La Corte, sobre la solicitud de
aclaración del numeral III de la parte resolutiva de la Sentencia del caso 8-6-
11-2008, que reza: “No hay costas”, esta Corte resuelve que ha lugar a la
aclaración solicitada. III.- En consecuencia, se aclara que no hay condena en
costas para la parte vencida en juicio o sea la parte demandante, porque
considera que en el presente caso el demandante tenía motivos racionales para
ejercer su derecho a accionar ante La Corte y porque a juicio del Tribunal no
inició el juicio de mala fe. NOTIFÍQUESE.”

Jurisprudencia
No obstante que los fallos de La Corte son definitivos e inapelables, de acuerdo al
Artículo 38 de su Convenio de Estatuto, puede resolver sobre aclaraciones o
ampliaciones sobre un fallo determinado y en tal sentido, procedió a dar una

269
explicación sobre los principales Principios que en teoría justifican una condena en
costas, agregando que a su juicio no se dio el requisito de mala fe que se le exige a
los litigantes temerarios.

Como consecuencia de lo anterior, al no proceder la condena en costas tampoco


procede ampliar el fallo en este sentido.

30. Consulta Prejudicial presentada por el Licenciado Mario Oscar Adolfo Díaz
Soto, Juez de San Ignacio, Departamento de Chalatenango, República de El
Salvador.

Aprobada por Corte Plena del 11 de agosto de 2010. (Acta No. 5).

Síntesis
La Consulta se refiere a determinar cuál sería la aplicación e interpretación del
arancel centroamericano de importación, en relación a la posible comisión del
ilícito penal de contrabando de mercaderías, previsto en la Ley Especial para
Sancionar Infracciones Aduaneras

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las doce horas del día once de agosto del dos mil diez,
VISTO: El escrito contentivo de la solicitud de consulta prejudicial presentado
por el señor Juez de San Ignacio, Departamento de Chalatenango, República
de El Salvador, Licenciado MARIO OSCAR ADOLFO DÍAZ SOTO, por la
Normativa Centroamericana invocada en el proceso penal iniciado con el
requerimiento fiscal, presentado por la Licenciada Roxana Yanira Valdés
Gutiérrez, como Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, con
referencia número dieciséis-marzo-2010 y según Referencia Fiscal Número
Ochentisiete-RJUP-10 instruido en contra del imputado detenido IGNACIO
MENÉNDEZ RIVERA y la Imputada Ausente MARGOTH ARRIAGA
REYES, a quienes se les atribuye la comisión del ilícito penal de
CONTRABANDO DE MERCADERÍAS, previsto y sancionado en la Ley
Especial para sancionar infracciones aduaneras, en perjuicio de la Hacienda
Pública, en relación a las Reglas de Aplicación e Interpretación del Arancel
Centroamericano de Importación en la Regla X, sobre los Artículos de
Importación prohibida o restringida y productos estancados, Literal A,
Numeral Cinco; con dicho escrito se acompañan los documentos siguientes:
a) Decreto Legislativo, tipo documento: Protocolo Multilateral, fecha de

270
suscripción siete de enero de mil novecientos noventa y tres, fecha de
ratificación nueve de junio de mil novecientos ochenta y tres, Diario Oficial,
ciento treinta y siete, Tomo trescientos veinte, publicación en Diario Oficial,
el veintiuno de julio de mil novecientos noventa y tres. Código Aduanero
Uniforme Centroamericano, título noveno, de las infracciones aduaneras y sus
sanciones, Capítulo XVII, de las infracciones aduaneras; b) Decreto
Legislativo número 647 , de fecha seis de diciembre de mil novecientos
noventa, Diario Oficial doscientas ochenta y seis páginas, Tomo trescientos
nueve, publicado en el Diario Oficial La Gaceta, número doscientos cuatro,
Tomo trescientos cincuenta y tres del veintinueve de octubre del dos mil uno,
relativo a las reglas de Aplicación e Interpretación del Arancel
Centroamericano de Importación en la Regla X; c) Ley Especial para
sancionar infracciones aduaneras. Indicando en dicho escrito como lugar y
dirección para recibir notificaciones y comunicaciones, el Juzgado de Paz de
San Ignacio, Departamento de Chalatenango, ubicado en la Avenida Badén
Powell, República de El Salvador y como medio electrónico el telefax 2335-
9375 ó el 2335-9377 ó el correo electrónico:
juzgadodepazdesanignacio@yahoo.com. El Señor Juez Díaz Soto formula su
solicitud, expresando en la parte conducente lo siguiente: “ El presente caso
por el cual solicito a esa Honorable Corte una Consulta Prejudicial, es en
virtud de que se establece y se invoca Normativa del Derecho Comunitario
Regional de Centroamérica, puntualmente las Reglas de Aplicación e
Interpretación del Arancel Centroamericano de Importación en la Regla X,
sobre los Artículos de Importación prohibida o restringida y productos
estancados Literal A, Numeral Cinco, refiriéndose a máquinas para jugar
dinero, en lo que respecta específicamente al Artículo 15, literal a) de la Ley
Especial para sancionar infracciones aduaneras, sobre “ …la tenencia o el
comercio ilegítimo de productos estancados o de importación o de
exportación prohibidas…” además el Código Aduanero Uniforme
Centroamericano en su Título Noveno, Capítulo XVII de las Infracciones
Aduaneras, en su Artículo Ciento Uno, el cual dice: Que las infracciones
Aduaneras pueden ser administrativas, tributarias y penales, agregando al final
de ese Artículo que esas infracciones y sus sanciones se regularán de
conformidad a lo establecido en la Legislación Nacional. Dicha Consulta
Prejudicial, se hace por dos motivos puntuales: Primero: En atención a los
cuatro Principios establecidos jurisprudencialmente por la Corte
Centroamericana de Justicia: El Principio de Primacía del Derecho
Comunitario, el Principio de Aplicación Inmediata, el Principio de Aplicación
Directa y el Principio del Efecto Directo. Segundo: Para evitar un error de
interpretación de la Normativa Centroamericana, invocada en el requerimiento

271
fiscal, tomando en cuenta los Cuatro Principios antes relacionados, ya que el
delito que se conoce perfectamente se enmarca en la Legislación
Centroamericana invocada “como máquinas para jugar dinero”, y regulado en
la Legislación Nacional únicamente como: “la tenencia de productos
estancados o de importación o de exportación prohibidas…( sin definir
literalmente el tipo de productos a excepción de mencionar el gas licuado de
petróleo GLP, para consumo doméstico subsidiado y otros productos
subsidiados por el Estado, tal como lo relaciona la representación fiscal. LA
CONSULTA PREJUDICIAL consiste en: lo siguiente: Se podrá imponer una
sanción penal a una persona por el delito de contrabando de mercaderías, por
la tenencia de productos de importación o de exportación prohibidos, pero sin
HABERSE ESTABLECIDO OBJETIVAMENTE que dicha persona haya
importado ese producto para el caso puntual, refiriéndose a ese producto
“como máquinas para jugar dinero”, la cual se encuentra regulada en las
Reglas de Aplicación e Interpretación del Arancel Centroamericano de
Importación en la Regla X, sobre los Artículos de importación prohibida, o
restringida y productos estancados, literal E, Número Cinco, y en dicha Regla
si se menciona literalmente la frase máquinas para jugar dinero lo que no
ocurre específicamente o literalmente en el Artículo Quince, Literal A, de la
Ley Especial para sancionar infracciones aduaneras. El Juez Díaz Soto
refiriéndose a la causa de esta solicitud expresa: …”la identificación de la
causa que origina la solicitud y una relación suscinta de los hechos, que se
consideran fundamentales para la interpretación…. Con fecha 22 de marzo
del 2010, la Licenciada Yanira Valdés Gutiérrez, en su calidad de Agente
Auxiliar del Fiscal General de la República, presenta requerimiento fiscal
solicitándose se ORDENE INSTRUCCIÓN FORMAL CON DETENCIÓN
PROVISIONAL contra el imputado detenido Ignacio Menéndez Rivera y la
imputada ausente Margot Arriaga Reyes, a quienes se les atribuye la comisión
del ilícito penal de CONTRABANDO DE MERCADERÍAS”. Este Tribunal
atendiendo la presente solicitud de Consulta Prejudicial, con fundamento en
los Artículos 1, 2, 4 inciso a), h), Artículo 12 párrafo cuarto y 35 del Protocolo
de Tegucigalpa y en los Artículos 22, inciso k) y 24 del Convenio de Estatuto
de la Corte Centroamericana de Justicia y en los Artículos 57, 58 y 59 de la
Ordenanza de Procedimientos. La Corte RESUELVE: PRIMERO:
Reafirmar que los Principios Rectores del Derecho Comunitario que toma en
consideración el Juez solicitante, efectivamente están reconocidos por la
Doctrina de este Tribunal precisamente en la sentencia definitiva dictada en el
juicio promovido por el Doctor José Vicente Coto Ugarte contra la
Universidad de El Salvador, de fecha cinco de marzo de mil novecientos
noventiocho, en su Considerando I, en su parte conducente establece: “su

272
Autonomía, en cuanto tiene su propio ordenamiento normativo; su
Aplicabilidad inmediata, en cuanto se convierte automáticamente en forma
clara, precisa e incondicional, en normas de derecho interno de los Estados
Miembros, sin necesitar que estos realicen acto alguno para incorporar las
normas comunitarias a su derecho, sin que se confundan con éste último y que
las autoridades nacionales tienen que aplicarlo obligatoriamente: su Efecto o
Aplicabilidad Directa en cuanto las normas comunitarias pueden crear por sí
mismas derechos y obligaciones para los particulares o imponer a los Estados
Miembros su concreción y desarrollo para que sean plenamente eficaces: su
Primacía, ya que las normas comunitarias ocupan un lugar prioritario respecto
a las normas nacionales, dado que su aplicación es preferente o prioritaria
respecto al Derecho Interno de los Estados Miembros, primacía de carácter
absoluto incluso respecto de las normas constitucionales, ya que no tendría
sentido que sus efectos pudieran ser anulados o eludidos por los Estados; y
finalmente, el Principio de Responsabilidad del Estado, formulado por el
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, que afirma que los Estados
están obligados a reparar los daños causados a los particulares como
consecuencia de la violación de las normas comunitarias”. Todos estos
Principios en el presente caso se cumplen, es decir, el Juez nacional los toma
en consideración y se refiere de manera especial a la relación entre el Código
Aduanero Uniforme Centroamericano (CAUCA) y la Ley Nacional de la
República de El Salvador, entre los cuales no hay ningún conflicto, ya que
este Código en lo que respecta a la regulación de las sanciones
administrativas, tributarias y penales, se remite a la Legislación Nacional, de
manera que existe entre ambos instrumentos legales una relación armónica y
complementaria. SEGUNDO: El juez nacional DIAZ SOTO consulta “si se
podrá imponer una sanción penal a una persona por el delito de contrabando
de mercaderías, por la tenencia de productos de importación o de exportación
prohibidos, pero sin haberse establecido objetivamente que dicha persona haya
importado ese producto…”, RESPUESTA: La Corte Centroamericana de
Justicia ha reconocido en varias resoluciones que respeta la autonomía e
independencia del Juez Nacional, en el ámbito de las atribuciones que le
confiere la ley. En este caso concreto, existe una remisión expresa del Derecho
Comunitario a la ley nacional, específicamente en el Artículo 101 del Código
Aduanero Uniforme Centroamericano (CAUCA), por lo que las figuras
delictivas de contrabando y de tenencia de mercancías dependiendo de los
hechos, declaraciones y circunstancias que se comprueben en el juicio,
podrían ser calificados de delitos conexos o separados y el grado de
responsabilidad en que pudieran incurrir el imputado detenido Ignacio
Méndez Rivera y la imputada ausente Margot Arriaga Reyes, dependerá de las

273
pruebas practicadas por el mismo Juzgado que conoce de este juicio; pruebas
que deben ser valoradas por el Señor Juez de conformidad con la legislación
nacional, en vista de que las acciones u omisiones en que incurren, al importar
o exportar estas mercaderías, así como la tenencia de las mismas, se
determinarán por lo que disponen los Artículos 15 al 21 de la Ley Especial
para Sancionar Infracciones Aduaneras de la República de El Salvador, y las
Reglas de Aplicación e Interpretación del Arancel Centroamericano de
Importación aprobadas por la Asamblea Legislativa salvadoreña, a través del
Decreto 647 del 6 de diciembre de 1990, publicado en el Diario Oficial de ese
país el 29 de octubre de 2001. TERCERO: Comuníquese al señor Juez
solicitante la presente resolución de Consulta Prejudicial, para los efectos
legales pertinentes, la cual de conformidad con la Normativa Jurídica vigente
es vinculante. Envíese copia de la misma a las Cortes Supremas de los
Estados Partes del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de
los Estados Centroamericanos. Notifíquese.-

Jurisprudencia
Se reitero la vigencia de los Principios del Derecho Comunitario de Aplicabilidad
Inmediata, consistente en que las Normas de Derecho Comunitario se convierten
en parte del Derecho Interno de cada país de manera automática; el de la
Aplicabilidad Directa, definido como aquella facultad que permite a las normas
comunitarias crear por sí mismas derechos y obligaciones; el de Primacía, en virtud
del cual las normas comunitarias ocupan un lugar prioritario respecto al Derecho
Interno de los Estados miembros, y finalmente el de Responsabilidad del Estado,
que afirma que éste está obligado a reparar los daños causados a los particulares
como consecuencia de la violación de las normas comunitarias.

También se estableció en esta Resolución, que en este caso existe una revisión
expresa del Derecho Comunitario a la Ley Nacional, de acuerdo al Artículo 101 del
CAUCA. En consecuencia de esa remisión, se determinó que el Juez debe aplicar
las disposiciones contenidas entre los Artículos 15 al 21 de la Ley Especial para
Sancionar Infracciones Aduaneras de la República de El Salvador y las Reglas de
Aplicación e Interpretación del Arancel Centroamericano de Importación, aprobada
por la Asamblea Legislativa salvadoreña, a través del Decreto 647 del 6 de
diciembre de 1990, publicado en el Diario Oficial de ese país el 29 de octubre de
2001.

274
31. Demanda con Acción de Nulidad e Incumplimiento de obligaciones
comunitarias, en base al Artículo 22 literal c) del Convenio de Estatuto de La Corte
presentada por el señor Pablo Javier Pérez Campos y Gilberto Manuel Succari,
éste último en calidad de co-demandante, ambos Diputados del Parlamento
Centroamericano en contra del Estado de Panamá.

Aprobada por Corte Plena del 20 de octubre de 2010. (Acta No. 7, Jurisdiccional).

Síntesis
La Abogada Lizeth de los Angeles Sosa Manzano, en su carácter de Apoderada Legal
del primero de los demandantes, y el segundo en su calidad ya dicha, pidieron se
declarara la nulidad e incumplimiento, por parte del Estado de Panamá, de varias
obligaciones comunitarias, principalmente a causa de una sentencia emitida por la
Corte Suprema de Justicia de ese país, ordenándole al Tribunal Electoral proclamar
como diputados al PARLACEN a siete representantes que no participaron en las
elecciones propias para ejercer ese cargo. Así mismo, se solicitó, por parte de los
peticionantes, el resarcimiento de daños y perjuicios.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las cinco de la tarde del día veinte de octubre del año
dos mil diez. VISTO: El Expediente No. 1-18-02-2010, para dictar sentencia
en el juicio Demanda con Acción de Nulidad e Incumplimiento sobre la base
del supuesto incumplimiento de la normativa jurídica comunitaria (folio 20),
entablada por los Señores Pablo Javier Pérez Campos, Diputado ante el
Parlamento Centroamericano (PARLACEN) por la República de Panamá, en
su calidad de demandante y Gilberto Manuel Succari en su calidad de
codemandante en contra del Estado de Panamá, por medio del Excelentísimo
Señor Presidente, Ricardo Martinelli Berrocal, presentada en la Secretaría
General de esta Corte el día dieciocho de febrero del año dos mil diez.
Concurren a la votación de la sentencia los Magistrados Alejandro Gómez
Vides, Presidente, Francisco Darío Lobo Lara, Vicepresidente, Carlos Guerra
Gallardo, Silvia Rosales Bolaños, Ricardo Acevedo Peralta y Guillermo
Pérez-Cadalso Arias. RESULTA I: Que la parte demandante solicitó se
declare la nulidad e incumplimiento de las obligaciones comunitarias del
Estado de Panamá por haber adoptado resoluciones y acuerdos a través del
Órgano Judicial y del Tribunal Electoral que violan la normativa comunitaria,
el principio pacta sunt servanda contenido en los artículos 4 literal h) y 6 del
Protocolo de Tegucigalpa, 1, 2 y 6 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas, 6 y 11 del Reglamento Interno

275
del Parlamento Centroamericano. a) Se declare la nulidad de la Sentencia
emitida por la Corte Suprema de Justicia del Estado de Panamá a través
de un acto jurisdiccional del Poder Judicial por vía del Fallo del día dieciséis
de noviembre de dos mil nueve, a través de la cual se ordena al Tribunal
Electoral de la República de Panamá que se proclamen y acrediten, a los
Miembros del Partido Cambio Democrático (CD) como diputados al
Parlamento Centroamericano, siendo que dicho partido no tuvo candidatos a
dicho cargo de elección popular en los pasados comicios del tres de mayo de
dos mil nueve. b) Se declare la nulidad del Acuerdo 5 de la Sala de
Acuerdos 97 de veintiuno de diciembre de dos mil nueve, publicado en
el Boletín del Tribunal Electoral No 2,883, a través del cual el Tribunal
Electoral hace efectivo el cumplimiento de la sentencia de la Corte Suprema
de Justicia de dieciséis de noviembre de dos mil nueve. c) Se declare la
nulidad del Acuerdo 6 de la Sala de Acuerdos 3, de once de enero de
dos mil diez, por medio del cual se resuelve denegando el recurso de
reconsideración interpuesto por mis representados, en contra del Acuerdo
5 de la Sala de Acuerdos 97 de veintiuno de diciembre de dos mil nueve
y, se convoca a la Junta Nacional de Escrutinio a fin de que efectúe la nueva
proclamación de los veinte diputados al Parlamento Centroamericano por la
República de Panamá. d) Se declare la nulidad del Acuerdo 4 de la Sala de
Acuerdos 6 de veinte de enero de dos mil diez, publicado en el Boletín del
Tribunal Electoral No. 2,902, a través del cual se cita a la Junta Nacional de
Escrutinio para que realice una nueva proclamación de los Diputados al
Parlamento Centroamericano, tomando en consideración los candidatos
postulados (pero que no participaron en las elecciones) por el Partido
Cambio Democrático. e) Se declare la nulidad de la nueva proclamación de
los Diputados al Parlamento Centroamericano, entre los cuales se puede
observar la exclusión de sus representados realizada el veintiocho de enero de
dos mil diez por la Junta Nacional de Escrutinio y publicada en el Boletín del
Tribunal Electoral No. 2.907. f) Se declare la nulidad del Acuerdo 1 de la
Sala de Acuerdos 12 del tres de febrero de dos mil diez, publicado en el
Boletín del Tribunal Electoral No. 2,913, por medio del cual se anulan algunas
credenciales de los Diputados al Parlamento Centroamericano y se ordena
emitir credenciales a los nuevos diputados proclamados. g) Se declare la
nulidad de la ejecución de la sentencia del dieciséis de noviembre de dos
mil nueve dictada por la Corte Suprema de Justicia, realizada a través de
los Acuerdos ampliamente identificados y enumerados en la demanda, así
como la ejecución de dichos acuerdos adoptados por el Tribunal Electoral, que
llevó una nueva proclamación de veinte diputados al Parlamento
Centroamericano por el Estado de Panamá, entre los cuales se designan a siete

276
representantes del Partido Cambio Democrático con sus respectivos suplentes,
quienes no habían corrido como candidatos en las elecciones del tres de mayo
de dos mil nueve. h) Se declare la nulidad de la cancelación de las
credenciales de los diputados al Parlamento Centroamericano por el
Estado de Panamá que fueron excluidos de la nueva proclamación
realizada por la Junta Nacional de Escrutinio, así como la nulidad de la
nueva acreditación realizada a las siete personas designadas como
representantes ante el Parlamento Centroamericano por el Estado de Panamá,
y que pertenecen al Partido Cambio Democrático, quienes no habían corrido
como candidatos en las elecciones del tres de mayo de dos mil nueve. i) Se
declare que el Estado de Panamá ha incurrido en el incumplimiento de
sus obligaciones comunitarias al haber adoptado resoluciones y acuerdos a
través del Órgano Judicial y del Tribunal Electoral, que violan el principio
pacta sunt servanda contenido en los artículos 4, lit. h) y 6 del Protocolo de
Tegucigalpa. j) Se declare que el Estado de Panamá ha incurrido en el
incumplimiento de sus obligaciones comunitarias al haber adoptado
resoluciones y acuerdos a través del Órgano Judicial y del Tribunal Electoral,
que violan los artículos 1, 2 y 6 del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas, así como los artículos 6 y 11 del
Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano. k) Se declare que el
Estado de Panamá, producto de esa nulidad e incumplimiento incurridos,
ha violentado los derechos de sus representados y por lo tanto se encuentra
obligado a resarcirles por los daños y perjuicios causados a los mismos por tal
incumplimiento y violación de las normas comunitarias que le otorgan los
derechos reclamados y violentados (folios 25 a 28). RESULTA II: Se
establezca la base de cálculo de los daños y perjuicios causados a los
demandantes, partiendo del cálculo del monto que los mismos deben recibir en
concepto de salarios caídos, aguinaldo y bono catorce proporcional que
corresponde pagar al Parlamento Centroamericano, lo que asciende a cuarenta
y un mil quinientos sesenta y seis dólares con sesenta y seis centavos (US$
41.566.66) de dólares de los Estados Unidos de Norteamérica (folio 430)
RESULTA III: Que por Resolución de La Corte de las doce horas con treinta
minutos de la tarde del día nueve de julio del año dos mil diez, este Tribunal
ordenó 1) Admitir la demanda interpuesta por el Señor Pablo Javier Pérez
Campos, en contra del Estado de Panamá y tenerlo por parte en el presente
juicio. 2) Admitir al Señor Gilberto Manuel Succari como codemandante en el
presente juicio. 3) Tener lugar señalado para oír notificaciones. 4) Emplazar al
Estado de Panamá por medio del Señor Presidente de la República, Ricardo
Martinelli Berrocal. 4) Sin lugar la medida cautelar solicitada. 5) Que el Señor
Secretario General de La Corte notifique esta resolución en el Ministerio de

277
Relaciones Exteriores de Panamá (folio 392 reverso). RESULTA IV: Que por
Resolución de La Corte de las diez horas con veinte minutos del día once de
agosto del año dos mil diez, este Tribunal ordenó; Habiendo transcurrido el
término concedido a la parte demandada para la contestación de la demanda y
codemanda interpuestas, se resuelve abrir a prueba por el término de veinte
días hábiles a partir de la última notificación. (folio 395) RESULTA V: Que
por escrito del Abogado León Felipe Sampson Vanegas, de las cuatro y treinta
minutos de la tarde día veinte de septiembre del año dos mil diez, solicita: 1)
Cambio de Representación que era ejercida por la Licenciada Lizeth de los
Ángeles Soza Manzano y se le tenga a él como Apoderado, adjunta Mandato
General Judicial con Representación, otorgado por los Señores Pablo Javier
Pérez Campos y Gilberto Manuel Succari, por medio de escritura pública. 2)
Evacuación de la prueba. 3) Ofreciendo medios de prueba y presentándolos.
(folios 397a 403 reverso). RESULTA VI: Que por Resolución de La Corte de
las once de la mañana del día veinticuatro de septiembre del año dos mil diez,
este Tribunal resuelve: a) Conforme a lo solicitado por el Abogado León
Felipe Sampson Vanegas, tiénesele por Apoderado General Judicial común de
los Señores Pablo Javier Pérez Campos y Gilberto Manuel Succari en
sustitución de la Licenciada Lizeth de los Ángeles Soza Manzano. b) Tener
por recibidos los medios de prueba. c) Habiendo expirado el término de
prueba y siendo procedente la celebración de la Audiencia Pública, pase el
expediente a la Presidencia del Tribunal para que señale día y hora para la
celebración de la misma. (folio 406). RESULTA VII: Por Auto de
Presidencia de las ocho de la mañana del día veintisiete de septiembre del año
dos mil diez, de conformidad con el Artículo 43 de la Ordenanza de
Procedimientos de este Tribunal, se cita a las partes para que concurran a la
Audiencia que se celebrará en la Universidad Centroamericana a las dos de la
tarde del día ocho de octubre del año dos mil diez. (folio 407) RESULTA
VIII: Por Auto de Presidencia de La Corte de las ocho y diez minutos de la
mañana del día veintisiete de septiembre del año dos mil diez, se llama a la
Magistrada Suplente María Silvia Guillén, para que sustituya al Magistrado
Titular, Ricardo Acevedo Peralta ausente por motivos de salud y participe en
la Audiencia Pública de las dos de la tarde del día ocho de octubre del año dos
mil diez. (folio 408). RESULTA IX: Por carta de fecha veintiocho de
septiembre de dos mil diez, la Magistrada Suplente María Silvia Guillén,
acepta el llamamiento a incorporar a La Corte para sustituir al Magistrado
Ricardo Acevedo Peralta. (folio 415). RESULTA X: Que La Corte pone en
posesión del cargo a la Magistrada Suplente María Silvia Guillén, lo cual
consta en Acta Número Cincuenta y Tres de las diez de la mañana del ocho de
octubre del año dos mil diez. (folio 416). RESULTA XI: Habiéndose

278
realizado la Audiencia Pública en la fecha señalada para tal efecto y sin
comparecer a la misma la parte demandada, dentro del plazo señalado de tres
días, los demandantes presentaron sus escritos conclusivos, con lo que quedó
cerrado el debate y el juicio en estado de sentencia.- (folios 417 a 430
reverso). CONSIDERANDO I: Que en este caso específico, La Corte ha
definido el siguiente iter lógico para dictar la presente sentencia: a) Definir el
marco jurídico comunitario en el que se desarrollará la resolución, de igual
manera la competencia de este Tribunal para conocer y resolver el objeto de la
demanda b) Sobre la tutela de los Derechos Comunitarios Colectivos e
Individuales c) De la procedencia e improcedencia de las pretensiones de los
demandantes en cuanto al derecho al sufragio como requisito para la elección
de diputados y diputadas al Parlamento Centroamericano. d) Sobre las
solicitudes de nulidades e inaplicabilidad de las resolución del Estado de
Panamá, e) Lo relativo al resarcimiento de los daños y perjuicios, f) El fallo de
la demanda. CONSIDERANDO II: Que el proceso de integración
centroamericana se sustenta sobre un marco jurídico que da vida a una
comunidad de naciones, en donde el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericano, en adelante Protocolo de
Tegucigalpa, es de conformidad a la doctrina sostenida por esta Corte, según
Opinión Vinculante emitida el día veinticuatro del mes de mayo del año mil
novecientos noventa y cinco, “el tratado constitutivo marco para la
integración centroamericana y por tanto el de mayor jerarquía y la base
fundamental de cualquier normativa centroamericana”. En ese sentido, el
Protocolo de Tegucigalpa establece en su artículo 35, que el mismo y sus
instrumentos derivados y complementarios, prevalecerán sobre cualquier
Convenio, Acuerdo o Protocolo suscrito por los Estados miembros bilateral o
multilateralmente, quedando vigentes aquellas disposiciones jurídicas
anteriores o posteriores siempre que no se opongan al referido Protocolo.
CONSIDERANDO III: Que el artículo 12 y el artículo supra indicado del
referido instrumento, establecen la jurisdicción universal de la Corte
Centroamericana de Justicia, para conocer sobre toda controversia en la
aplicación e interpretación del Protocolo de Tegucigalpa y el ordenamiento
jurídico de la integración; en consecuencia, los Estados parte del Sistema de la
Integración Centroamericana se someten a la jurisdicción de este tribunal
comunitario al haber expresado su voluntad libre y soberana en la suscripción
y ratificación de ese Protocolo y su enmienda. En ese sentido, en la sentencia
emitida a las once de la mañana del día veinte de octubre del año dos mil
nueve, en la demanda interpuesta por la Asociación de Agentes Aduanales de
Costa Rica, contra el Estado de Costa Rica, esta Corte señala con meridiana
claridad su naturaleza y su función en la comunidad centroamericana,

279
expresando lo siguiente: “La Corte Centroamericana de Justicia no es un
tribunal extranjero ni un tribunal internacional strictu sensu como a veces se
entiende o se pretende entender. La Corte es el Tribunal de la Comunidad de
Estados Centroamericanos, con competencia exclusiva y excluyente para la
interpretación y la aplicación del Derecho de dicha Comunidad de Estados,
todo ello sin perjuicio de que La Corte puede actuar en ciertos casos como
tribunal internacional convencional, cuando así sea requerido por los Estados
miembros o por terceros Estados. Esta es una cuestión que en ocasiones
resulta de difícil comprensión por las autoridades estatales, incluso por
algunas que por la naturaleza de sus funciones están estrechamente
vinculadas con la aplicación del Derecho Comunitario y del Derecho
Internacional. Ello es comprensible porque los conceptos jurídicos que en
general se enseñan en las universidades centroamericanas y por ende aún
prevalecen, son los conceptos del Derecho Internacional Clásico, de donde
(proviene) el error que con frecuencia se comete al aplicar criterios jurídicos
de Derecho Internacional que difieren drásticamente de los criterios jurídicos
comunitarios”(Expediente 6-8-9-2008). CONSIDERANDO IV: Que de
conformidad con su normativa jurídica en el artículo 3 del Convenio de
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, este Órgano decide sobre su
propia competencia y que para este caso ha admitido la demanda y
determinado que es competente para resolver la misma conforme a Derecho.
CONSIDERANDO V: Que el Estado de Panamá es Parte del Protocolo de
Tegucigalpa y de conformidad al Artículo 1 de dicho instrumento, es uno de
los miembros del Sistema de la Integración Centroamericana y que asimismo
dicho Estado es Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano, instrumentos básicos de dicho proceso integracionista,
siendo normas vigentes y por lo mismo de observancia general y obligatoria
para ese país. CONSIDERANDO VI: Que el Secretario General de La Corte
a las diez y veinte minutos de la mañana del trece de julio del año dos mil
diez, notificó la demanda presentada, al Estado de Panamá por medio del
señor Vladimir Franco Souza, Director de Asuntos Jurídicos y Tratados del
Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, aduciendo éste que el
demandado no se daba por notificado pues no es parte del Convenio de
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia y por consiguiente según él,
no está sujeto a su jurisdicción. En tal sentido esta Corte en la sentencia
emitida a las once de la mañana del día veinte de octubre del dos mil nueve en
el expediente número 6-8-9-2008, se expresó en estos términos: “La Corte
Centroamericana de Justicia extiende su competencia territorial a toda la
Comunidad de Estados, como Comunidad de Derecho que es, no es un
tribunal interestatal, sino comunitario y como tal tiene sus propias formas de

280
notificación, siendo una de las más comunes, seguras y rápidas, la
notificación directa por parte del Secretario General, la cual puede ser
realizada personalmente o mediante el representante legal de acuerdo a la
Ordenanza de Procedimientos de La Corte, Artículos 14, 20 y 21. De la
misma manera las comunicaciones que libre La Corte no necesitan de
homologación o exequátur para su ejecución y deben practicarse por los
funcionarios o autoridades judiciales o administrativas y de cualquier otro
orden, a quienes La Corte envíe el requerimiento… Existe además una larga
tradición de colaboración entre La Corte y los Poderes Judiciales de los
Estados Miembros del SICA para cumplimentar diligencias procesales. Ello
es así porque La Corte actúa a lo interno de la Comunidad, de la misma
manera que actúa un tribunal ordinario a lo interno de un Estado. La Corte
no actúa como un tribunal internacional convencional ya que no lo es. La
Corte, hay que repetirlo, es el Tribunal de la Comunidad Centroamericana.
Esta cuestión ha sido desarrollada por La Corte en varias de sus sentencias y
consultas, las cuales para una correcta interpretación del Derecho
Comunitario resulta pertinente recordar aquí.” Por lo anterior esta
notificación tiene plena efectividad, constituyéndose el Estado panameño
como parte pasiva del proceso judicial y por consiguiente debe acatar la
presente sentencia, tal como se sustenta en el Considerando II supra indicado.
CONSIDERANDO VII: Que adicionalmente al Protocolo de Tegucigalpa a
la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos, existen
instrumentos derivados y complementarios, que forman parte del marco
jurídico de la Comunidad Centroamericana, destacándose para el caso
específico del presente fallo, el Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y sus diferentes Protocolos, así como el Reglamento Interno
del referido órgano político del Sistema. CONSIDERANDO VIII: Que los
Estados centroamericanos al ratificar el Protocolo de Tegucigalpa y al crear el
Sistema de la Integración Centroamericana y sus Órganos, consienten en dotar
a esas entidades de personalidad jurídica de Derecho Internacional que de
manera independiente a la voluntad de los Estados y con la finalidad de hacer
valer los intereses comunitarios ejercerá sus atribuciones en consonancia a sus
instrumentos jurídicos. CONSIDERANDO IX: Que con los Acuerdos de Paz
de Esquipulas I y II se establece un entramado de objetivos, principios, valores
y normas que sustentan el actual proceso de integración regional
centroamericana. Este conjunto de valores y normas tienen por objetivo
garantizar la finalidad de la integración regional centroamericana: como es el
bienestar común por medio del desarrollo, la paz, la justicia y la democracia.
En ese sentido, la normativa comunitaria incorpora principios siendo éstos
rectores del actual marco jurídico del Sistema de la Integración

281
Centroamericana y del actuar de los Estados parte como de los Órganos,
Organismos e Instituciones de dicho Sistema. Mismos que son elevador al
nivel del Derecho Comunitario y por consiguiente otorgan derechos al
conglomerado social que integra la Comunidad Centroamericana,
garantizando de manera particular para los ciudadanos, derechos comunitarios
individualizados, los cuales son oponibles contra el actuar de los órganos de la
comunidad y de los Estados que la conforman, cuando los mismos sean
afectados por sus decisiones o actos. CONSIDERANDO X: Que el Protocolo
de Tegucigalpa establece en su artículo 3 literales a) y c), artículo 4 literales a)
y b) derechos generales que al ser incorporados en el Derecho Comunitario
son oponibles por el conglomerado social o los particulares, en su calidad de
Derechos Comunitarios Colectivos o Individuales, contra los actos y
decisiones de los Órganos del Sistema de la Integración Centroamericana y de
los Estados parte que lo conforman. De igual manera el Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano en sus artículos 2 y 6 establece derechos
comunitarios colectivos e individuales, los cuales pueden de igual manera ser
oponibles cuando sean afectados por actos o decisiones del Sistema o de los
Estados que lo conforman. CONSIDERANDO XI: Que la democracia, la
libertad, la paz, y el desarrollo son principios básicos del Sistema de la
Integración Centroamericana, tal como lo establece el Protocolo de
Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos en
sus artículos 3 y 4, literal b). CONSIDERANDO XII: Que el Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano en su artículo 2 literal a)
establece que los diputados centroamericanos serán electos por sufragio
universal directo y secreto, constituyéndose dichas elecciones en el principal
capital político de ese Órgano, como quedó reconocido en los Acuerdos de
Paz de Esquipulas I y II que son el sustento democrático del estado de derecho
comunitario del proceso de integración centroamericana. Siendo el derecho a
elegir y ser electo por sufragio universal, directo y secreto, un derecho
fundamental contemplado en el instrumento constitutivo del Sistema de la
Integración Centroamericana tal como es el Protocolo de Tegucigalpa a la
Carta de la Organización de Estados Centroamericanos en su artículo 3 literal
a) y estando recogido dicho derecho en el Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano en sus artículos 2 y 6; ese derecho fundamental se
constituye en un derecho comunitario individual, correspondiendo por ello a
este tribunal conocer y fallar en el presente caso. En tal sentido este tribunal
recuerda lo dictado en sentencia de las tres de la tarde del día siete de octubre
del año dos mil nueve (Expediente 7-7-10-2008), “…entiende La Corte que el
Tratado Constitutivo, en su Artículo 2, literal a) solamente reconoce como
diputados o diputadas del PARLACEN a los que son elegidos para un período

282
de cinco años mediante el ejercicio del sufragio universal, directo y secreto.
Con ello La Corte interpreta que únicamente son diputados y diputadas
centroamericanos los representantes de los pueblos de los Estados Parte,
electos libre, directa y democráticamente”; de igual manera falló en sentencia
de las cuatro y cuarenta minutos de la tarde del día diecinueve de octubre del
año dos mil nueve (Expediente 11-21-11-2008). CONSIDERANDO XIII:
Que si bien es cierto el principio de la pluralidad política es fundamental en la
construcción del proceso democrático centroamericano, el principio
democrático de la elección universal, directa y secreta es un principio
prevalente que no puede ser suplantado por ningún mecanismo que los
Órganos del Sistema o los Estados pretendan implementar y por ello deberá
entenderse que los diputados y diputadas centroamericanas son aquellos que
hayan resultado electos por el voto universal, directo y secreto de sus
respectivos pueblos y que este mecanismo de incorporación de los
representantes al PARLCEN no puede sustituirse en tanto su instrumento
constitutivo así lo determine taxativamente. CONSIDERANDO XIV: Que al
frente del folio 350 y 351 del expediente judicial de este caso, se tiene a la
vista la certificación que librara la Secretaria General del Tribunal Electoral de
la República de Panamá Celia Peñalba Ordoñez en nota 063-SG-2010
documento del Tribunal Electoral de la República de Panamá del once de
enero del dos mil diez, dirigida al señor Licenciado Gilberto Manuel Succari,
en donde manifiesta “… en efecto el Partido Cambio Democrático, presentó el
día treinta y uno de enero del dos mil nueve, ante la Dirección Nacional de
Organización Electoral las postulaciones de las siguientes personas, al cargo
de Parlamento Centroamericano, (relacionando los nombres de veintiséis
ciudadanos panameños) sin embargo, los Magistrados del Tribunal electoral
en resolución de 30 de marzo de 2009, confirmada a través de resolución de
14 de abril del 2009, resolvieron Anular las resoluciones mediante los cuales
se admitieron dichas postulaciones, motivo por el cual el Partido Cambio
Democrático no tuvo representación en el listado de candidatos al Parlamento
Centroamericano (PARLACEN), en las pasadas elecciones del 3 de mayo del
2009” Sigue manifestando la Secretaria General “…referente a la lista que el
Tribunal Electoral colocara en los diversos centros de votación, le hago llegar
copia autentica de la misma”, prueba que se encuentra en el folio número 352,
donde se aprecia en la quinta casilla el símbolo CD a la par del mismo se lee
Cambio Democrático y en la columna inferior aparece en blanco con un rotulo
en que se lee SIN CANDIDATOS. En este documento objeto de prueba, la
Secretaria General Peñalba Ordoñez refiere “…finalmente respecto a su tercer
punto, relacionado con la Resolución de aprobación por parte del Tribunal
Electoral del Reglamento de Postulación del Partido Cambio Democrático, le

283
adjuntamos, Boletín Electoral N° 2530 de 11 de junio de 2008, en que se
publico la resolución N° 34 de 5 de junio de 2008, por el cual este Tribunal
aprobó el Calendario Electoral para celebración de Elecciones Primarias y
Elecciones Internas del Partido Cambio Democrático” Esta prueba constituye
el elemento sustancial alegado por los demandantes Pablo Javier Perez
Campos y Gilberto Manuel Succari, con lo que queda demostrado, que al
momento de la realización del sufragio universal el día tres de mayo del dos
mil nueve, el Partido Cambio Democrático no tuvo representación en el
listado de candidatos a diputados al Parlamento Centroamericano, por
consiguiente no pudieron ser objeto de elección de parte del pueblo panameño.
CONSIDERANDO XV: Que el Tribunal Electoral de la República de
Panamá, actuando bajo mandato de la sentencia de la Corte Suprema de
Justicia de ese Estado (folio 278 al 299), designó como diputados al
Parlamento Centroamericano a ciudadanos miembros del Partido Cambio
Democrático que no fueron postulados durante el proceso electoral celebrado
el tres de mayo del año dos mil nueve, tal como se demuestra en los folios 361
al 367, en donde constan los Boletines del Tribunal Electoral de la República
de Panamá números dos mil novecientos dos, dos mil novecientos siete y dos
mil novecientos trece. CONSIDERANDO XVI: Que en el folio 369 consta
prueba aportada por la parte demandante, consistiendo la misma en el “Código
Electoral” de la República de Panamá del 04 de septiembre de 2007,
publicado en la Gaceta Oficial N° 25875 de 12 de septiembre de 2007, en
donde se lee en Capítulo XVII que comprende los artículos 380 al 384, el
procedimiento para le elección de diputados al Parlamento Centroamericano,
el cual es coherente al principio democrático de sufragio universal, directo y
secreto, postulado en los artículos 2 literal a) y 6 del Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano. CONSIDERANDO XVII: Que las pruebas
presentadas y relacionadas en los tres Considerandos anteriores, demuestran
que los derechos adquiridos por las partes demandantes en calidad de
diputados centroamericanos, han sido vulnerados, al dejar sin efecto un acto
de elección popular y proceder a la designación de representantes del
Parlamento Centroamericano por el Estado demandado, sin haber cumplido
con el requisito taxativo establecido por el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano, que establece que los diputados serán electos
por sufragio universal directo y secreto. CONSIDERANDO XVIII: Que el
Protocolo de Tegucigalpa establece como principio fundamental del Sistema
de la Integración Centroamericana en su artículo 4 literal h) “La buena fe de
los Estados Miembros en el cumplimiento de sus obligaciones, absteniéndose
de establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea contraria a las
disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento de los

284
principios fundamentales del Sistema de la Integración Centroamericana o la
consecución de sus objetivos. Por su parte el artículo 12 del referido
instrumento establece: “…la Corte Centroamericana de Justicia quien
garantizará el respeto del derecho en la interpretación y ejecución del presente
Protocolo e instrumentos complementarios y actos derivados del mismo…” y
el artículo 35 del mismo instrumento establece la prevalencia del Protocolo de
Tegucigalpa y el principio de la aplicabilidad directa del mismo. En tal sentido
las partes fundamentaron la acción de su demanda en el Artículo 22 literal c)
del Convenio de Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia, esta Corte
recuerda lo señalado en sentencia emitida a las nueve de la mañana del
veintiséis de septiembre del año dos mil (Expediente 6-3-12-1999), al
determinar que las normas comunitarias tienen efecto inmediato de aplicación
y que por consiguiente no requieren derogar normas o anular sentencias y
resoluciones que las contravengan, por ser estas inaplicables en el Derecho
Comunitario y en la internalización del mismo en los Estados parte. La Corte
en esa sentencia consideró lo siguiente “El Doctor Galo Pico Mantilla, en su
publicación ´Derecho Andino´, dice: ´La obligación que se impusieron los
Países Miembros, de ... adoptar las medidas que sean necesarias para
asegurar el cumplimiento de las normas que conforman el ordenamiento
jurídico del Acuerdo de Cartagena, no necesariamente se debe entender como
la obligación de derogar las leyes, decretos o resoluciones que de algún modo
se opongan a la normativa andina que, por principio, obliga a los Países
Miembros y, por tanto, es de aplicación directa en los mismos, pues, además
de la obligación anterior existe el compromiso de ´no adoptar ni emplear
medida alguna que fuera contraria a dichas normas o que de algún modo
obstaculice su aplicación´... ´Primacía de la norma comunitaria. En el
concepto de primacía o ´prevalencia´ del Ordenamiento Jurídico Andino
sobre las normas nacionales, aparece formalmente enunciado en la
declaración de los integrantes de la Comisión, plenipotenciarios de los Países
Miembros, aprobada en los siguientes términos durante el XXIX Período de
Sesiones Ordinarias: ´El ordenamiento Jurídico del Acuerdo de Cartagena
prevalece, en el marco de sus competencias, sobre las normas nacionales sin
que puedan oponerse a él medidas o actos unilaterales de los Países
Miembros´. En este pronunciamiento se añade que ´Los preceptos
enunciados, si bien son inherentes al Acuerdo de Cartagena y sustentan su
eficacia, han sido consagrados explícitamente en el Tratado que crea el
Tribunal de Justicia...´ En consecuencia, al reiterar este principio de la
prevalencia, los Países Miembros destacan el carácter inseparable del
Acuerdo y sus principios cuya aplicación resulta indispensable para asegurar
el propósito comunitario”. Además de la aplicabilidad en el presente caso de

285
los criterios transcritos anteriormente y ante las peticiones de declaración de
nulidad formuladas por los demandantes, esta Corte estima que corresponde
declarar la inaplicabilidad de la sentencia y resoluciones de los órganos del
Estado de Panamá, por ser contrarias a los principios, valores y normas del
Derecho Comunitario Centroamericano, tal como se dejo demostrado en los
Considerandos del XV al XVIII inclusive de esta sentencia.
CONSIDERANDO XIX: Que tal como esta Corte lo ha señalado en su
sentencia de las cinco de la tarde del cinco de mayo de dos mil ocho
(Expediente 2-11-8-2006), “… A diferencia de otros ordenamientos jurídicos
comunitarios, el Derecho Comunitario Centroamericano reconoce a los
particulares la facultad a recurrir directamente ante esta Corte (ius standi) en
virtud del artículo 22 literal c) de su Convenio de Estatuto. El objetivo es
proteger efectivamente los derechos comunitarios de los particulares cuando
en su opinión una disposición legal, reglamentaria, administrativa o de
cualquier otra clase dictada por un Estado, vulnere los derechos que les
otorgan los Convenios, Tratados y cualquier otra normativa del Derecho de
la Integración Centroamericana o de los Acuerdos o Resoluciones de sus
Órganos u organismos. Esta protección no puede limitarse únicamente a una
sentencia declarativa, puesto que si los particulares no tuviesen la posibilidad
de obtener una reparación cuando sus derechos son lesionados por una
violación imputable a un Estado miembro, se debilitaría enormemente la
plena eficacia de las normas comunitarias y la protección efectiva de los
particulares. El Principio de Responsabilidad Comunitaria de los Estados
obliga al infractor (a) adoptar las medidas necesarias para asegurar el
cumplimiento de las obligaciones que le impone el Derecho Comunitario,
entre esas medidas encontramos la de eliminar las consecuencias ilícitas de la
mencionada violación. Sin perjuicio de la actuación de los tribunales
nacionales para asegurar la eficacia del Derecho Comunitario y de la
efectiva protección de los derechos de los particulares, en casos
determinados, especialmente cuando no queda ningún otro recurso en contra
de una violación o el incumplimiento de una norma de Derecho Comunitario,
La Corte puede decidir el restablecimiento de las cosas a su estado original o
natural (restitutio in integrum) y con tal fin declarar inaplicable o en su caso
no ejecutable, el acto o la resolución violatorios del Derecho Comunitario
Centroamericano o del Derecho Internacional aplicable. El fundamento para
tal resolución por parte de La Corte se encuentra tanto en su función de
garante del respeto del Derecho en el Sistema de la Integración
Centroamericana, establecida en los artículos 12 y 35 del Protocolo de
Tegucigalpa, como en las obligaciones convencionales de los Estados
miembros de mantener una “ Comunidad de Derecho”, debiendo normar su

286
conducta de acuerdo al Principio de la Seguridad Jurídica en las relaciones
entre ellos, cumplir de buena fe sus obligaciones y abstenerse de adoptar
medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los propósitos
y el cumplimiento de los principios fundamentales del SICA tal y como lo
mandan los Artículos 4 literales g) y h); y 6 del Protocolo de Tegucigalpa”.
Sobre esta base, las resoluciones y acuerdos adoptados por el Estado de
Panamá, ampliamente conocidas en esta sentencia, vulneran lo preceptuado en
el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos, en su artículo 6, hechos que han llevado al Estado
panameño al incumplimiento de sus obligaciones comunitarias.
CONSIDERANDO XX: El Estado de Panamá al haber incumplido con sus
obligaciones comunitarias, es responsable por los daños y perjuicios causados
a los demandantes, pero al no contar con los elementos de pruebas necesarios
para tasar el monto del resarcimiento, es de opinión que para dicho monto el
demandante deberá acudir a los tribunales de derecho interno panameño. POR
TANTO La Corte en nombre de Centroamérica y en aplicación de los
Artículos 1, 2, 3 literal a),12, 35 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos; los artículos 2 literal a) y 6 del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano; los artículos 6 y 11 del
Reglamento Interno del Parlamento Centroamericano; los artículos 1, 2, 3, 6,
22, 30, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38 y 40 del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia; los artículos 3, 4, 5 numeral 2, 7, 8, 9,14, 15, 16,
17, 20, 21, 22, 23, 32, 41, 44, 45, 46, 48, 50 y 60 de la Ordenanza de
Procedimientos de la Corte Centroamericana de Justicia, este tribunal
RESUELVE: PRIMERO: En cuanto a la solicitud de nulidad presentada,
declarar sin lugar las mismas, en tanto ésta Corte no es competente para
conocer sobre supuestas nulidades de actos o resoluciones de órganos
nacionales. SEGUNDO: Declarar inaplicable para los demandantes ante el
ordenamiento jurídico del Sistema de la Integración Centroamericana, sus
órganos y los Estados que lo conforman, la Sentencia emitida por la Corte
Suprema de Justicia del Estado de Panamá por vía del Fallo del día dieciséis
de noviembre de dos mil nueve, a través de la cual se ordena al Tribunal
Electoral de la República de Panamá que se proclamen y acrediten, a los
Miembros del Partido Cambio Democrático (CD) como diputados al
Parlamento Centroamericano, siendo que los mismos no participaron en el
proceso electoral del tres de mayo del año dos mil nueve y por consiguiente no
pudieron ser electos por el sufragio universal, directo y secreto del pueblo
panameño, en consonancia al artículo 2 y 6 del Tratado constitutivo del
Parlamento Centroamericano. TERCERO: En consecuencia al resolutivo
anterior, declarar inaplicables para los demandantes, el Acuerdo 5 de la Sala

287
de Acuerdos 97 de veintiuno de diciembre de dos mil nueve; el Acuerdo 6 de
la Sala de Acuerdos 3, de once de enero de dos mil diez; el Acuerdo 4 de la
Sala de Acuerdos 6 de veinte de enero de dos mil diez; la proclamación de los
Diputados al Parlamento Centroamericano realizada el veintiocho de enero de
dos mil diez por la Junta Nacional de Escrutinio y publicada en el Boletín del
Tribunal Electoral No. 2,907; el Acuerdo 1 de la Sala de Acuerdos 12 del tres
de febrero de dos mil diez. CUARTO: Se declara inaplicable para los
demandantes, la ejecución de la sentencia del dieciséis de noviembre de dos
mil nueve antes citada e igualmente inaplicables la ejecución de los acuerdos
emitidos por el Tribunal Electoral de la República de Panamá, citados supra.
QUINTO: Declarar inaplicable para los demandantes, la cancelación de las
credenciales de los diputados al Parlamento Centroamericano por el Estado de
Panamá que fueron excluidos de la nueva proclamación realizada por la Junta
Nacional de Escrutinio, e igualmente inaplicable la nueva acreditación
realizada a las siete personas designadas como representantes ante el
Parlamento Centroamericano por el Estado de Panamá. SEXTO: Declarar el
incumplimiento de las disposiciones del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta
de la Organización de Estados Centroamericanos en sus artículos 3 literal a), 4
literales b y h), del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano en
sus artículos 2 y 6 y su Reglamento Interno en sus artículos 6 y 11, por parte
del Estado de Panamá al haber adoptado resoluciones y acuerdos a través del
Órgano Judicial y del Tribunal Electoral, que violan el principio democrático
del Sistema de la Integración Centroamericana y el compromiso del Estado de
Panamá de cumplir con el ordenamiento jurídico comunitario. SÉPTIMO:
En consecuencia a lo anterior, de conformidad al artículo 37 del Convenio de
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia se reconoce el derecho de los
ciudadanos Pablo Javier Pérez Campos y Gilberto Manuel Succari a ejercer
como diputados centroamericanos, para el período comprendido entre el uno
de septiembre del dos mil nueve al treinta y uno de agosto del año dos mil
catorce, al haber sido electos por sufragio universal, directo y secreto del
pueblo panameño en las pasadas elecciones del tres de mayo del dos mil
nueve. OCTAVO: Este Tribunal encuentra méritos suficientes para
responsabilizar a Panamá por daños y perjuicios, los cuales deberán ser del
conocimiento de la jurisdicción nacional. NOVENO: Sin lugar la pretensión
que el Parlamento Centroamericano resarza los salarios caídos, aguinaldo y
bono catorce proporcional, por no ser dicho Órgano parte demandada en esta
Corte. DÉCIMO: NOTIFÍQUESE.- (f) Alejandro Gómez V (f) Carlos A.
Guerra G.. (f) F. Darío Lobo L. (f) Silvia Rosales B ( f) Guillermo A P (f) R.
Acevedo P (f) OGM ”

288
Jurisprudencia
Se estableció que la jurisdicción universal de la Corte Centroamericana de Justicia
para conocer toda controversia relacionada con el ordenamiento jurídico de la
integración, está basada en los Artículos 12 y 35 del Protocolo de Tegucigalpa y en
consecuencia todos los Estados parte del Sistema de Integración Centroamericana
están sometidos a este Tribunal Comunitario.

Se dijo que la Corte Centroamericana de Justicia no es un tribunal extranjero ni


tribunal internacional. La Corte es el Tribunal de la Comunidad de Estados
Centroamericanos, con competencia exclusiva y excluyente para la interpretación y
la aplicación del Derecho de dicha Comunidad de Estados, todo ello sin perjuicio de
que La Corte puede actuar en ciertos casos como tribunal internacional
convencional, cuando así sea requerido por los Estados miembros o por terceros
Estados.

Se consideró que los principios, valores y normas en que se sustentaron los


Acuerdos de Paz de Esquipulas I y II, han dejado establecido un nuevo concepto de
derechos a favor de los ciudadanos centroamericanos. Tales son los llamados
DERECHOS COMUNITARIOS INDIVIDUALIZADOS, que son oponibles contra el actuar
del órgano de la comunidad y de los Estados que la conforman, cuando los mismos
son afectados por sus decisiones o actos.

Que conforme a los Acuerdos de Paz antes mencionados y al Artículo 2 literal a) del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, solamente pueden ser
reconocidos como Diputados del PARLACEN aquellos que son elegidos por medio
del sufragio universal, directo y secreto de sus respectivos pueblos.

En cuanto a la solicitud de declarar nulas varias disposiciones dictadas por órganos


del Estado de Panamá, se estableció que de acuerdo a los Principios de Aplicación
Inmediata y de Primacía del Derecho Comunitario, no es necesario derogar normas
o anular sentencias, puesto que éstas son inaplicables, en virtud del compromiso
adquirido por los Estados de no adoptar ni emplear medida alguna contraria a
dichas normas o que de alguna manera obstaculicen su aplicación.

Por último, al incumplir sus obligaciones comunitarias, se declaró a Panamá


responsable por los daños y perjuicios causados a los demandantes, en base al
Principio de Responsabilidad Comunitaria del Estado, puesto que si los particulares
no tuviesen la posibilidad de obtener una reparación cuando sus derechos son
lesionados por una violación imputable a un Estado miembro, se debilitaría
enormemente la plena eficacia de las normas comunitarias.

289
32. Demanda presentada por el Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez
en representación del PARLACEN en contra de la República de Panamá por su
retiro de dicho organismo legislativo.

Aprobada por Corte Plena del 20 de octubre de 2010. (Acta No. 7, Jurisdiccional).

Síntesis
El demandante alegó que el día 11 de diciembre de 2009 la Asamblea Nacional de
Panamá aprobó la Ley No.78, por medio de la cual derogó las leyes que aprueban
los instrumentos internacionales relativos al Parlamento Centroamericano. Con
este acto, Panamá pretende retirarse como miembro activo de dicho Parlamento
violando los principios y propósitos fundamentales del Sistema de Integración
Centroamericana, pidiendo que se prevenga al Gobierno de Panamá que se
abstenga de adoptar medidas unilaterales en contra de la Integración, que no se
reconozca el retiro de Panamá como miembro activo del PARLACEN mientras no se
cumplan con los requisitos legales exigidos por las leyes internacionales y el
ordenamiento jurídico del SICA.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica. Siendo las cinco y treinta minutos de la tarde del día veinte de
octubre del año dos mil diez. VISTO: El Expediente No. 2-26-03-2010, para
dictar sentencia en el juicio Demanda contra el Estado de la República de
Panamá por la realización de actos, promulgación de ley violatoria al
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) y al Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas y por el incumplimiento de la
obligación establecida en el Artículo 19 de dicho Tratado Constitutivo,
entablada por el Señor Jacinto Suárez Espinoza, en su calidad de Presidente y
Representante Legal del Parlamento Centroamericano, por medio de su
Apoderado General Judicial, Roberto Alejandro Caballero Rodríguez,
presentada en la Secretaría General de esta Corte el día veintiséis de marzo del
año dos mil diez. Concurren a la votación de la sentencia los Magistrados
Alejandro Gómez Vides, Presidente, Francisco Darío Lobo Lara,
Vicepresidente, Carlos Guerra Gallardo, Silvia Rosales Bolaños, Ricardo
Acevedo Peralta y Guillermo Pérez-Cadalso Arias. RESULTA I: Que la parte
demandante señala que: el día diecinueve de agosto del año dos mil nueve, la
República de Panamá, por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores y a
través de la correspondencia identificada con la nomenclatura D.M. No.
N/V.A.J.N° 2243-09, en un primer intento, comunicó al Ministerio de Relaciones

290
Exteriores de la República de Guatemala, en su calidad de depositario del Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas, la "voluntad
efectiva y expresa" de la República de Panamá de "iniciar el Proceso de Retiro del
Parlamento Centroamericano", decisión adoptada según la misiva, “luego de la
revisión de los preceptos consignados en el Tratado Constitutivo
del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas, y cumpliendo con
lo que establece el artículo 54 inciso b) de la Convención de Viena sobre Derecho
de los Tratados de 1969". El Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala en
calidad de depositario del Tratado abrió un período de tres meses, durante el cual los
Estados Parte podrían o no manifestar su objeción al retiro anunciado por Panamá.
Antes de concluir ese plazo las Repúblicas de Nicaragua, Guatemala y El Salvador,
manifestaron su objeción a dicho retiro. (Folio 1-14). Como se corrobora a
continuación: El Gobierno de la República de Nicaragua, por medio de nota
diplomática MRE/DM/636/10/09 de fecha veintiocho de octubre de dos mil
nueve, expresó su oposición a la intención del gobierno Panameño, manifestando que el
Parlamento Centroamericano es el Órgano de planteamiento, análisis y
recomendación del SICA, fortalecido recientemente en sus atribuciones por medio
del Protocolo suscrito el veinte de febrero del año dos mil ocho, lo cual le permitirá
incidir más efectiva y eficientemente en el proceso de integración. El Estado de
Nicaragua también comunicó que el Parlamento Centroamericano presentó una
consulta vinculante respecto a la intención de denuncia por parte de cualquier
Estado miembro del Tratado Constitutivo del PARLACEN y expuso las partes
medulares de la resolución de La Corte, emitida el veintitrés de septiembre de dos
mil nueve. También el Gobierno de la República de Guatemala expresó su negativa a
través de la nota Demin No. 11200069909 de fecha veintinueve de octubre de dos mil
nueve, en la cual expresa que "El Gobierno de Guatemala considera que el Sistema
de la Integración Centroamericana hay que fortalecerlo, y acciones como las
que pretende adoptar el Ilustre Gobierno de Panamá por el contrario, lo debilita".
Por su parte, el Gobierno de la República de El Salvador comunicó su oposición a la
denuncia a través de la nota diplomática RREE/DGPE/DCA/2009 de dieciséis de
noviembre de dos mil nueve, en la cual. "reitera el alto espíritu integracionista de la
República de El Salvador y su firme interés en impulsar, promover y apoyar
iniciativas para alcanzar la Unión Centroamericana, lo cual conlleva el
fortalecimiento de las instituciones regionales". Asimismo, el Gobierno de El
Salvador "manifiesta su preocupación con la decisión adoptada por la República
de Panamá, ya que envía un mensaje contrario al proceso de integración regional, a
la vez que le extiende un cordial llamado a reconsiderar su decisión de retirarse del
PARLACEN". En dicha comunicación también se hace el llamado a atender lo
resuelto por la Corte Centroamericana de Justicia, el veintitrés de septiembre de
dos mil nueve. RESULTA II: En un segundo intento Panamá reafirmó su

291
intención de retirarse del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano y Otras Instancias Políticas y sus Protocolos Adicionales,
dentro de doce meses contados a partir de la fecha de la comunicación, esta
vez el Estado de Panamá invocó el artículo 56 párrafo 1 inciso b), de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados (folio 3). RESULTA
III: El día once de diciembre de dos mil nueve, el Estado de Panamá, a través de su
Asamblea Nacional, aprobó la Ley N° 78 "Que deroga las leyes que aprueban los
instrumentos internacionales relativos al Parlamento Centroamericano", la cual fue
publicada en la Gaceta Oficial número 26425-A (Folio 58-59 reverso). RESULTA
IV: El representante de la parte demandante Abogado Roberto Alejandro
Caballero Rodríguez, solicitó en su demanda 1) Que se declare NULA IPSO
IURE por violación al ordenamiento jurídico, principios y propósitos
fundamentales de la integración centroamericana, la Ley N° 78, "Que deroga
las leyes que aprueban los instrumentos internacionales relativos al
Parlamento Centroamericano", aprobada por la Asamblea Nacional de la
República de Panamá, el día viernes once de diciembre de dos mil nueve, y
consecuentemente se declare: a) La imposibilidad del Estado de Panamá de
denunciar el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas. b) No reconocer el retiro de la República de Panamá del
Órgano de Derecho Internacional Público y del Derecho Comunitario
Regional, denominado Parlamento Centroamericano. c) Mantener a la
República de Panamá como miembro activo del Parlamento Centroamericano,
con todos sus derechos, obligaciones y prerrogativas, mientras no se cumpla
los requisitos legales exigidos por las Leyes Internacionales y el ordenamiento
jurídico del Sistema de la Integración Centroamericana, a fin de desvincularlo
del Órgano comunitario. d) El incumplimiento de la República de Panamá de
las obligaciones económicas y de cualquier otra naturaleza contraídas con el
Parlamento Centroamericano de conformidad con el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas y sus Protocolos. e)
Que una vez declarado el incumplimiento se ordene al Estado de Panamá
pagar las cuotas retrasadas y garantizar el pago de las cuotas futuras, para el
mantenimiento del PARLACEN, así como cumplir con cualquier otra
obligación legal contraída de conformidad con el Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas y sus Protocolos. 2)
Se aperciba al gobierno de Panamá para que se abstenga de adoptar medidas
unilaterales que vulneren los principios y propósitos fundamentales del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), contenidos en el Protocolo
de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos,
así como en la normativa jurídica comunitaria centroamericana (Folios 31-32).
RESULTA V: La parte demandante fundamenta su Demanda en los Artículos

292
1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 12, 13, 14, 15, y 35 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta
de la Organización de Estados Centroamericanos (ODECA); Artículos 1, 2, 6
y 19 del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas; 1, 2, 3, 5, 6, 7, 22 literal c), 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38,
39 y 40 del Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia; Artículos 1, 2, 3,
4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 13, 22, 31 y 32 de la Ordenanza de Procedimientos de
la Corte Centroamericana de Justicia; Artículos 27, 54 y 56 de la Convención
de Viena sobre el Derecho de los Tratados y Artículo 4 de la Constitución
Política de la República de Panamá (Folio 32). RESULTA VI: Que en Auto
de Presidencia de La Corte de las doce y treinta minutos de la tarde del día
veintiséis de marzo del año dos mil diez, se ordenó que se abriera el
expediente respectivo y que se diera cuenta a La Corte para su providencia
(folio 68). RESULTA VII: Por escrito presentado por el Abogado Caballero
Rodríguez, a las tres y cuarenta minutos de la tarde del día ocho de abril del
año dos mil diez, presentó ampliación de la demanda (folio 69 al 71).
RESULTA VIII: Por resolución de La Corte de las dos de la tarde del día
nueve de julio del año dos mil diez, RESUELVE: Admitir la demanda y la
ampliación de la misma, interpuesta por el Señor Jacinto Suárez Espinoza, en
su calidad de Presidente y Representante Legal del Parlamento
Centroamericano en contra del Estado de Panamá y téngasele por parte; tener
como Apoderado General Judicial del Parlamento Centroamericano, al
Abogado Roberto Alejandro Caballero Rodríguez, de generales ya expresadas;
emplazar al Estado de Panamá por medio del Excelentísimo Señor Presidente
de la República, Ricardo Alberto Martinelli Berrocal, en su calidad de Jefe de
Estado y de Gobierno, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Panamá, al que deberá entregarse copia de la demanda con las inserciones
pertinentes para que la conteste en el plazo de quince (15) días hábiles a partir
del emplazamiento. A fin de resguardar los derechos de las partes, dictar la
medida cautelar consistente en que el Estado de Panamá se abstenga de
continuar realizando los actos tendientes a hacer efectiva la denuncia del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y además se deje en
suspenso hasta que se dicte la sentencia definitiva la vigencia de la Ley No. 78
(setenta y ocho) emitida por la Asamblea Nacional de la República de
Panamá, el once de diciembre de dos mil nueve, providencia cautelar que se
comunicará inmediatamente por la vía más rápida a las partes interesadas
como a los demás Estados Miembros, a quienes se insta muy respetuosamente
a encontrar los medios de solución de controversias que conduzcan a preservar
la comunidad centroamericana. Tener por señalado para recibir notificaciones
las oficinas de la Subsede del Parlamento Centroamericano, en la ciudad de
Managua, República de Nicaragua, ubicada en el Palacio Nacional de la

293
Cultura, tercer nivel. Que el Señor Secretario General de La Corte notifique la
presente resolución en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá.
(Folio 72 y reverso). RESULTA IX: Esta resolución fue notificada a la parte
actora el día doce de julio del año dos mil diez a las nueve y treinta y cinco
minutos de la mañana (folio 73), y a la parte demandada fue notificada
personalmente en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, el día
trece de julio del año dos mil diez, a las diez y treinta minutos de la mañana,
entregándole el Secretario General de La Corte al Director General de Asuntos
Jurídicos y Tratados, Licenciado Vladimir Franco Sousa, Cédula Judicial que
contiene la Resolución aprobada por La Corte y copia del escrito de Demanda
con las inserciones pertinentes, quien manifestó que no se daba por notificado,
ya que el Estado de Panamá no se considera parte de la Corte
Centroamericana de Justicia y no acepta la jurisdicción y competencia de la
misma (folio 73). Asimismo, esta resolución se puso en conocimiento de todos
los Estados Miembros del SICA y a su Secretario General. RESULTA X: La
Corte por Auto de las diez horas con veinticinco minutos del día once de
agosto del año dos mil diez, abrió a prueba el proceso por el término de veinte
días hábiles a partir de la última notificación (folio 99). RESULTA XI: Por
escrito presentado por el Abogado Caballero Rodríguez, de las once y
cincuenta minutos de la mañana del día diez de septiembre del año dos mil
diez, pidió tener ofrecidos, presentados y diligenciados los medios probatorios
(folios 101 a 105). RESULTA XII: Por escrito presentado por el Abogado
Roberto Alejandro Caballero Rodríguez, a las once de la mañana del día
veinte de septiembre del año dos mil diez, pidió la celebración de la Audiencia
para la vista de las argumentaciones expuestas en la demanda. RESULTA
XIII: Por resolución de La Corte de las once y treinta minutos de la mañana
del día veinticuatro de septiembre del año dos mil diez, se tiene por recibidos
los medios de prueba y pasa el expediente a la Presidencia, a fin de que señale
día y hora para la celebración de la audiencia pública (folio 108). RESULTA
XIV: En Auto de Presidencia de las ocho y treinta minutos de la mañana del
día veintisiete de septiembre del año dos mil diez, se cita a las partes para que
concurran a la audiencia que se celebrará en la Universidad Centroamericana
en el Auditorio Xabier Gorostiaga, el día ocho de octubre del corriente año, a
las tres de la tarde (folio 109). RESULTA XV: Por Auto de Presidencia de las
ocho y cuarenta minutos de la mañana del día veintisiete de septiembre del
año dos mil diez, se llama a la Magistrada Suplente María Silvia Guillén, para
que sustituya al Magistrado Titular, Ricardo Acevedo Peralta, durante su
ausencia y participe en la Audiencia Pública (folio 110). RESULTA XVI: Por
nota del veintiocho de septiembre del año dos mil diez, la Magistrada María
Silvia Guillén, acepta dicho llamamiento (folio 116). Habiendo tomado

294
posesión del cargo el día ocho de octubre de los corrientes. RESULTA XVII:
Que el día ocho de octubre del presente año, siendo las tres de la tarde se
celebró la Audiencia Pública, habiéndose presentado a la misma únicamente la
parte demandante (Folio 121-124). RESULTA XVIII: Que con fecha trece de
octubre a las diez de la mañana, la parte demandante presentó dentro del plazo
señalado de tres días, su escrito conclusivo ante la Secretaria General de La
Corte, quedando el juicio en estado de Sentencia (Folio 125-132).
CONSIDERANDO I: Que esta sentencia seguirá el siguiente iter lógico.
Primero, se abordarán los fundamentos de la jurisdicción y competencia de la
Corte Centroamericana de Justicia, en el presente caso. Segundo, se tratará la
denuncia y retiro del Estado de Panamá del Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas a la luz del Derecho
Internacional y del Derecho Comunitario Centroamericano. Tercero, se
analizará la Ley No. 78 “Que deroga las leyes que aprueban los instrumentos
internacionales relativos al Parlamento Centroamericano”, para ver si no
contraviene el Derecho Comunitario Centroamericano. Cuarto, Se tratará si
hay responsabilidad o no del Estado de Panamá sobre el pago de las cuotas al
PARLACEN. Quinto, se dictará la resolución que en derecho corresponde.
CONSIDERANDO II: Que el Protocolo de Tegucigalpa en su Artículo 12
estableció la Corte Centroamericana de Justicia como el Órgano Jurisdiccional
del Sistema de la Integración Centroamericana, y le asignó la competencia de
garantizar el respeto al derecho, tanto en la interpretación como en la
ejecución del Protocolo de Tegucigalpa y de sus instrumentos
complementarios o actos derivados del mismo. CONSIDERANDO III: Que
el mismo Protocolo de Tegucigalpa en su Artículo 35, luego reformado,
estableció la jurisdicción obligatoria de La Corte para los Estados Miembros
del Sistema de la Integración Centroamericana al mandar que: “las
controversias sobre la aplicación o interpretación de las disposiciones
contenidas en el presente Protocolo y demás instrumentos a que se refiere el
párrafo anterior, deberán someterse a la Corte Centroamericana de Justicia.”
CONSIDERANDO IV: Que El Estado de Panamá es Parte del Protocolo de
Tegucigalpa y de conformidad al Artículo 1 de dicho instrumento, es uno de
los miembros del Sistema de la Integración Centroamericana.
CONSIDERANDO V: Que La Corte ha estimado procedente de conformidad
con la jurisdicción y competencia que le otorga los Artículos 12 y 35 del
Protocolo de Tegucigalpa y con el fin de garantizar el respeto del derecho para
los órganos, organismos, instituciones y para los particulares y a fin de brindar
la seguridad jurídica, la solución pacifica de las controversias, la buena fe de
los Estados miembros e interpretar y aplicar de manera uniforme el marco
legal del Sistema de la Integración Centroamericana creado por el Protocolo

295
de Tegucigalpa en este caso los Tratados o Convenciones pertinentes al
asunto, aplicando los principios del Derecho de Integración y del Derecho
Internacional, quedando el Estado de Panamá sometido a la jurisdicción de La
Corte. CONSIDERANDO VI: En relación con la notificación a la parte
demandada, esta Corte en la sentencia emitida a las once de la mañana del día
veinte de octubre del dos mil nueve, sobre demanda de nulidad entablada por
la Asociación de Agentes de Aduana de Costa Rica (Expediente No. 6-8-9-
2008), se expresó en estos términos: “La Corte Centroamericana de Justicia
extiende su competencia territorial a toda la Comunidad de Estados, como
Comunidad de Derecho que es, no es un tribunal interestatal, sino
comunitario y como tal tiene sus propias formas de notificación, siendo una
de las más comunes, seguras y rápidas, la notificación directa por parte del
Secretario General, la cual puede ser realizada personalmente o mediante el
representante legal de acuerdo a la Ordenanza de Procedimientos de La
Corte, Artículos 14, 20 y 21. De la misma manera las comunicaciones que
libre La Corte no necesitan de homologación o exequátur para su ejecución y
deben practicarse por los funcionarios o autoridades judiciales o
administrativas y de cualquier otro orden, a quienes La Corte envíe el
requerimiento… Existe además una larga tradición de colaboración entre La
Corte y los Poderes Judiciales de los Estados Miembros del SICA para
cumplimentar diligencias procesales. Ello es así porque La Corte actúa a lo
interno de la Comunidad, de la misma manera que actúa un tribunal
ordinario a lo interno de un Estado. La Corte no actúa como un tribunal
internacional convencional ya que no lo es. La Corte, hay que repetirlo, es el
Tribunal de la Comunidad Centroamericana. Esta cuestión ha sido
desarrollada por La Corte en varias de sus sentencias y consultas, las cuales
para una correcta interpretación del Derecho Comunitario resulta pertinente
recordar aquí.” Por lo anterior esta notificación tiene plena efectividad,
constituyéndose el Estado panameño como parte pasiva del proceso judicial y
por consiguiente debe acatar la presente sentencia. CONSIDERANDO VII:
En cuanto a la denuncia y retiro del Estado de Panamá del Tratado
Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas a la
luz del Derecho Internacional y del Derecho Comunitario Centroamericano,
La Corte considera importante determinar la naturaleza y características del
Parlamento Centroamericano, y en tal sentido es oportuno recordar la
Resolución de este Tribunal de fecha 22 de junio de 1995, mediante la cual La
Corte ha sentado precedente sobre la naturaleza del Parlamento
Centroamericano relativa a la consulta ilustrativa sobre el período de los
Diputados del PARLACEN, formulada por la Corte Suprema de Justicia del
Estado de Honduras (Expediente No. 4-5-95), que en su parte conducente

296
dispuso: “El Parlamento Centroamericano es una Institución Regional
Internacional, con autonomía propia y un órgano de planteamiento, análisis
y recomendación sobre asuntos políticos, económicos, sociales y culturales
de interés común, con el fin de lograr una convivencia pacífica dentro de un
marco de seguridad y bienestar social, que se fundamente en la democracia
representativa y participativa, en el pluralismo y en el respeto a las
legislaciones nacionales y al derecho internacional, según se colige de los
términos del aludido Tratado y sus Protocolos adicionales. Además, y como
característica fundamental, el Parlamento Centroamericano forma parte del
Sistema de la Integración Centroamericana, SICA, por disposición expresa
contenida en el Art. 12 del PROTOCOLO DE TEGUCIGALPA A LA
CARTA DE LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS
CENTROAMERICANOS, ODECA, lo cual consolida aún más su condición
de órgano autónomo del Sistema de la Integración Centroamericana, que
visto desde la perspectiva del Derecho Comunitario de Integración
Centroamericana y dado que hay ciertos objetivos, ciertas necesidades que
no pueden ser satisfechas plena y cabalmente por las comunidades
nacionales en forma individual, siguiendo el principio de subsidiaridad, se
estructuró como una entidad superior, supranacional, con capacidad
suficiente para atender las necesidades que aisladamente no logran sus
integrantes. Debe tenerse presente que fue uno de los instrumentos idóneos
para lograr una paz firme y duradera en nuestra región, de conformidad a
las Declaraciones de Esquipulas I y II de los Presidentes de Centroamérica,
con un actuar armónico y ordenado y que se caracteriza por tener
personalidad distinta, separada de sus miembros, su propia finalidad, una
vida de relación distinta y separada de la de sus integrantes, esto es,
personalidad propia, una propia autoridad que la represente y dirija; que
desprende de sí mismo su Organización, su Autoridad y su Derecho como lo
es su Reglamento, que se traduce todo ello en tener los elementos esenciales
de un ente supranacional: Autonomía y Potestad Normativa, que cualitativa
y cuantitativamente posee una finalidad distinta y separada de la de sus
miembros, que se origina cuando los Estados expresaron su voluntad de
constituirla mediante un Tratado Internacional, por lo cual queda regido
por el Derecho Internacional. Así, por su sola naturaleza de Tratado
Internacional y manifestación expresa de la voluntad soberana de las Altas
Partes contratantes, constituye para los Estados respecto de los cuales está
vigente, un ordenamiento jurídico obligatorio que debe ser cumplido por
ellos de buena fe, al tenor de la regla Pacta Sunt Servanda, que está
expresamente contenida en el Artículo 2,2, de la Carta de las Naciones
Unidas y en la Declaración sobre los principios del Derecho Internacional

297
que rigen las relaciones de amistad y cooperación entre los Estados,
adoptada por la Asamblea General el día 24 de octubre de 1970. Asimismo,
el principio de Pacta Sunt Servanda figura también, en el Artículo 3 inciso
c) de la Carta de la Organización de los Estados Americanos y en el
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de los Estados
Centroamericanos (ODECA Artículo 4, inciso h)”. CONSIDERANDO VIII
Así mismo, el principio Pacta Sunt Servanda es esencial en el cumplimiento
de los Tratados Internacionales y Comunitarios. Dicho principio es aplicable
únicamente entre las partes contratantes, y las obliga al fiel cumplimiento de
los mismos como parte del Sistema de la Integración Centroamericana. Tal
como lo establece el artículo 4 literal h) del Protocolo de Tegucigalpa los
Estados Parte, deben abstenerse de establecer, convenir o adoptar medida
alguna que sea contraria a las disposiciones de ese Tratado fundacional y
obstaculicen la consecución de los objetivos y el cumplimiento de los
principios fundamentales del Sistema de la Integración Centroamericana.
Individualmente los Estados Centroamericanos Parte del Protocolo de
Tegucigalpa, están obligados, de acuerdo a su Artículo 6, a abstenerse de
adoptar medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los
propósitos y el cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema de
la Integración Centroamericana. CONSIDERANDO IX: La parte actora
menciona las razones y los fundamentos invocados por el Estado de Panamá,
para denunciar el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y
Otras Instancias Políticas, que se encuentran en la parte considerativa de la ley
No. 78 del once de diciembre de dos mil nueve “Que deroga las leyes que
aprueban los Instrumentos Internacionales relativos al Parlamento
Centroamericano” (Folios 58 y 59 reverso). Que en los párrafos segundo y
tercero de la parte considerativa se expone el primer intento que hizo Panamá
por denunciar el Tratado de común acuerdo entre las Partes, lo cual se
encontró con la oposición de los Estados de Guatemala, Nicaragua y El
Salvador, pero reiteró su voluntad de retirarse del mismo, fundamentando su
intención en el inciso b) del párrafo 1 del Artículo 56 de la Convención de
Viena sobre el Derecho de los Tratados. Corresponde analizar si el Estado de
Panamá en virtud de dicho Artículo puede retirarse del Parlamento
Centroamericano. Este Artículo establece: “Que un Tratado que no contenga
disposiciones sobre su terminación ni prevea su denuncia o retiro, como el
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, el derecho de los
Estados Parte a retirarse puede inferirse de la naturaleza del Tratado” También
se alega por dicho Estado: “Que el Gobierno de la República de Panamá
reconoce que el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano no
establece ninguna disposición que autorice su terminación, pero entiende que

298
este no prohíbe expresamente su retiro, por lo que resulta viable considerar
dicha posibilidad, de conformidad con la Convención de Viena sobre el
Derecho de los Tratados.” La Corte Centroamericana de Justicia con motivo
de la Consulta presentada el catorce de agosto del año dos mil nueve por el
Parlamento Centroamericano (PARLACEN) sobre la posibilidad de denuncia
de un Estado Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano
(PARLACEN) y Otras Instancias Políticas (expediente 6-14-08-2009) dijo:
“CONSIDERANDO I: Que en el marco del Derecho Internacional Público,
cuando un Tratado no contempla disposiciones o cláusulas que admitan el
retiro de una de las partes mediante la denuncia, debe asumirse que en
principio esa denuncia y el correspondiente retiro de la parte, no es posible, a
menos de que pudiese inferirse la posibilidad de hacerlo, a partir de la
consideración de otros argumentos relacionados con el Tratado, que
válidamente puedan traerse a colación, como por ejemplo: en los
antecedentes, la interpretación analógica, el espíritu del Tratado y sobre todo
su naturaleza. Los Tratados Internacionales que crean organismos de la
misma naturaleza que son ya paradigmáticos en el Derecho Internacional
Público vigente, como la Carta de la Organización de los Estados
Americanos, OEA, en su artículo 143, permite la denuncia y el retiro. El
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano, no contiene una
disposición semejante. Sobre este punto, es necesario destacar el artículo 56
de la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969, en
adelante llamada “La Convención”, que literalmente dice: “1. Un tratado
que no contenga disposiciones sobre su terminación ni prevea la denuncia o
el retiro del mismo, no podrá ser objeto de denuncia o de retiro a menos: a)
que conste que fue intención de las partes admitir la posibilidad de denuncia
o de retiro; b) que el derecho de denuncia o de retiro pueda inferirse de la
naturaleza del tratado”. CONSIDERANDO II: Que es necesario analizar los
antecedentes y la naturaleza del Tratado de mérito, esta Corte en relación al
literal b) del artículo 56 de la Convención que literalmente expresa:
“Denuncia o retiro en el caso de que el tratado no contenga disposiciones
sobre la terminación, la denuncia o el retiro: … b) que el derecho de
denuncia o de retiro pueda inferirse de la naturaleza del tratado”; determina
que el Parlamento Centroamericano se formaliza en la Declaración
Presidencial denominada “Procedimiento para Establecer la Paz Firme y
Duradera en la Región”, conocido como “Esquipulas II”, suscrito por los
Presidentes de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica,
en la ciudad de Guatemala el día 7 de agosto de 1987. La letra y el espíritu de
este instrumento, representó la decidida voluntad de los Presidentes
Centroamericanos de la época, para que precisamente la paz y la democracia

299
Centroamericana fuesen firmes y duraderas. En este contexto el Parlamento
fue creado como una instancia permanente que contribuiría a llenar el vacío
del dialogo político que se había producido en la Región, tal como lo dice la
Declaración de Esquipulas I, antecedente de Esquipulas II, suscrita por los
Señores Presidentes Centroamericanos en la ciudad de Esquipulas,
Guatemala, el 25 de mayo de 1986. En efecto, este vacío de concertación y
dialogo, se superó mediante la creación de dos instituciones: la Reunión de
Presidentes, que desde entonces es un órgano permanente de la Integración y
el Parlamento Centroamericano. Los siguientes artículos de dicha
Declaración expresan: Art.1. “Que han decidido formalizar las Reuniones de
Presidentes como una instancia necesaria y conveniente para analizar los
problemas más urgentes que se presenten en el área en relación a la paz y al
desarrollo regional y buscarles soluciones apropiadas”; arto 3. “Que es
necesario crear y complementar esfuerzos de entendimiento y cooperación
con mecanismos institucionales que permitan fortalecer el diálogo, el
desarrollo conjunto, la democracia y el pluralismo como elementos
fundamentales para la paz en el área y para la integración de Centroamérica.
Es por ello que convienen crear el PARLAMENTO
CENTROAMERICANO…”. Por lo tanto, la naturaleza de las instituciones
creadas por estos dos instrumentos de derecho Internacional, Esquipulas I y
II, consiste en instituciones permanentes e imprescindibles para sostener la
democracia y la paz firme y duradera en la región. En este marco y como
consecuencia de Esquipulas I y II, el 2 de octubre de 1987, se suscribió el
“Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras Instancias
Políticas”, por los Estados de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua
y Costa Rica, el cual ha sido debidamente ratificado por todos ellos, menos
por el último. Posteriormente todos suscribieron el segundo Protocolo al
Tratado con fecha 16 de julio de 1991, en el que se deja abierto el mismo a la
adhesión por parte del Estado de Panamá, habiéndolo este ratificado el 16 de
mayo de 1994. CONSIDERANDO III: Que el artículo 1 del Tratado del
Parlamento Centroamericano, lo define como un Órgano destinado a “lograr
una convivencia pacífica, dentro de un marco de seguridad y bienestar social,
que se fundamente en la democracia representativa y participativa…”. Estos
conceptos en los cuales se fundamenta el Parlamento, son de naturaleza
permanente y no transitoria ni circunstancial. El Parlamento
Centroamericano fue creado bajo esa visión de permanencia, que lleva
implícita la conservación de la democracia y la convivencia pacífica en la
región. Por ello el artículo 2 de su Tratado, lo caracteriza como un órgano de
naturaleza permanente, al establecer: “El Parlamento Centroamericano
funcionará permanentemente…”. Siendo éste un Órgano Permanente del

300
Sistema, al servicio de ideales comunitarios permanentes, que fundamentan
la Comunidad Regional, no contiene ninguna clausula que admita ni la
reserva y mucho menos la denuncia unilateral del mismo. Cualquier
denuncia, estaría reñida con los antecedentes, el espíritu y la naturaleza
jurídica del Parlamento Centroamericano y esto se aplica tanto a las partes
fundadoras, como a aquellas que posteriormente se han adherido al mismo.
CONSIDERANDO IV: Que el Tratado que crea el Parlamento
Centroamericano, dejó de ser un mero Instrumento de Derecho Internacional,
cuando pasó a formar parte del Sistema de la Integración Centroamericana,
creado por el Protocolo de Tegucigalpa del 13 de diciembre de 1991, en
adelante el Protocolo, suscrito y ratificado por: Guatemala, El Salvador,
Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Es entonces, cuando el Tratado
adquiere todas las características de un Tratado de Derecho Comunitario lo
cual quiere decir, en principio, que pertenece a una comunidad de Estados
que tiene personalidad jurídica propia, autonomía en sus funciones y
atribuciones, y determinados principios y objetivos que vienen a constituir, no
solo un compromiso inalienable para los Estados Miembros sino a configurar
un verdadero patrimonio o acervo cultural, social, económico, jurídico y
político. En efecto, el Protocolo en su artículo primero dice: “Costa Rica, El
Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y Panamá, somos una
COMUNIDAD ECONÓMICA POLÍTICA que aspira a la integración
centroamericana. Con tal propósito se constituye el Sistema de la Integración
Centroamericana, integrado por los Estados Miembros de la ODECA y por
Panamá que se incorpora como Estado miembro”. La seriedad del
compromiso de los Estados que pasan a ser miembros de una comunidad es
tal que no habiendo cláusula de denuncia o de retiro, la única posibilidad
existente sería la modificación, reforma o derogatoria del Tratado, siguiendo
los procedimientos establecidos en el Derecho Internacional y Comunitario.
CONSIDERANDO V: Que el Parlamento Centroamericano, está incluido
como un Órgano superior del Sistema, cuando El Protocolo en su artículo 12
lo menciona como uno de sus Órganos principales, estableciendo: “para la
realización de los fines del Sistema de la Integración Centroamericana, se
establecen los siguientes Órganos:… Forman parte de este Sistema:…El
Parlamento Centroamericano (PARLACEN), como Órgano de
planteamiento, análisis y recomendación, cuyas funciones y atribuciones
son las que establecen su Tratado Constitutivo y Protocolos vigentes”.
CONSIDERANDO VI: Que este Protocolo que instituyó el SICA, tiene el
alcance de una Constitución Regional, pues todos los demás Tratados,
acuerdos o decisiones regionales están supeditados al mismo, y que este
concepto es muy importante, puesto que la Corte Centroamericana de

301
Justicia, el 13 de diciembre de 1996, citando una sentencia del Tribunal de
Justicia de las Comunidades Europeas, Asunto Costa/ENEL, en la que se
sostiene que: “a diferencia de los Tratados Internacionales ordinarios, el
tratado de la Comunidad Europea, (del cual es un equivalente el Protocolo
de Tegucigalpa) ha instituido un orden jurídico propio, integrado en el
Sistema Jurídico de los Estados Miembros desde la entrada en vigor del
Tratado, y que vincula a sus Órganos Jurisdiccionales; que en efecto al
instituir una comunidad de duración indefinida, dotada de instituciones
propias de personalidad, de capacidad jurídica, de capacidad de
representación internacional, y más en particular, de poderes reales
derivados de una limitación de competencia o de una transferencia de
atribuciones de los Estados a la comunidad, estos han limitado su soberanía,
aunque en materias especificas….. la transferencia realizada por los Estados,
de su ordenamiento jurídico interno, a favor del comunitario, de los derechos
y obligaciones correspondientes a las disposiciones del tratado, entraña por
tanto, una limitación definitiva de su soberanía, contra la que no puede
prevalecer un acto unilateral ulterior, incompatible con el concepto de
comunidad”. En este contexto es que se definen por el Protocolo en su
artículo cuarto, los principios fundamentales del Sistema de Integración que
deben ser cumplidos por los Estados y por los Órganos y Organismos del
Sistema, entre ellos, resaltamos los siguientes: C) la identidad
centroamericana. Como manifestación activa de los intereses regionales y de
la voluntad de participar en la consolidación de la integración de la Región;
D) la solidaridad centroamericana como expresión de su profunda
interdependencia, origen y destino común E) la gradualidad, especificidad y
progresividad del proceso de integración económica. F) la globalidad del
proceso de integración y la participación democrática en el mismo, de todos
los sectores sociales. G) la seguridad jurídica de las relaciones entre los
miembros y la solución pacifica de sus controversias. H) la buena fe de los
Estados miembros en el cumplimiento de sus obligaciones, absteniéndose de
establecer, convenir o adoptar medida alguna que sea contraria a las
disposiciones de este instrumento o que obstaculice el cumplimiento de los
principios fundamentales del Sistema de Integración Centroamericana o la
consecución de sus objetivos. La Corte pasa ahora a analizar estos principios.
1) El principio de la identidad centroamericana. En efecto, los Estados han
participado voluntariamente y con plena conciencia de sus obligaciones en el
proceso de integración centroamericana asumiendo sus características y
especificidades, puesto que todos los Estados, por medio de sus Presidentes
han suscrito conjuntamente los instrumentos Comunitarios; 2)El principio de
la solidaridad centroamericana de igual manera, hay que recalcar la

302
profunda interdependencia que existe entre los Estados que solidariamente
han convenido darle un origen y un destino común a Centroamérica,
interdependencia que les obliga a actuar conjuntamente y no por separado,
tal y como contrajeron sus obligaciones. 3) Así mismo, el Principio de
Progresividad si bien es cierto que se aplica al área de la integración
económica, debe entenderse, como principio general expresado en el
Protocolo, referido a todo el Sistema Comunitario, el cual en virtud de este
principio no puede ser reversible ni retroactivo. En función de este Principio,
los Estados Parte del Sistema tienen la obligación de velar por la
perfectibilidad de los órganos y organismos del mismo, a fin de hacer estos
instrumentos más eficaces en el logro de los objetivos de la Comunidad. En
este contexto, los Estados Parte de un Tratado de la Integración tienen el
derecho de acudir ante las instancias pertinentes para proponer su
derogación o sus modificaciones y reformas a los mismos, procurando
contribuir al mejoramiento y avance de la institucionalidad Regional, de
acuerdo a los mecanismos comunitarios y actuando siempre de consuno
dentro del marco regulador de las instituciones. En este marco, el Tratado de
Parlamento Centroamericano en su arto 28 establece: “COLABORACIÓN
DE LOS GOBIERNOS Y ORGANISMOS DE LA INTEGRACIÓN
CENTROAMERICANA: Los gobiernos, las instituciones nacionales de los
Estados miembros y los organismos de la integración centroamericana,
prestarán al Parlamento Centroamericano toda la colaboración posible y
compatible con su legislación interna”. 4) El Principio de la globalidad del
proceso. Ciertamente la participación democrática merece un tratamiento
especial. La globalidad del proceso debe entenderse como sinónimo de
universalidad lo que implica la participación ineludible de los miembros de la
comunidad, en todos los órganos y organismos de la misma, ya que en ella
están todos o no está ninguno, dado que el objetivo que persigue la
transferencia de competencias estatales a un ente supranacional, más que una
mera cesión de soberanía, es poner en común esfuerzos conjuntos para
conseguir fines, que por sí solos los Estados no pueden lograr. En cuanto a la
participación democrática en el proceso de integración, su expresión máxima
y sine qua non es precisamente el Parlamento Centroamericano, porque su
conformación es producto del ejercicio de la soberanía popular de cada uno
de los Estados miembros, que así avalan y sustentan el proceso de
integración. Es precisamente a través del Parlamento Centroamericano que
se le da al proceso su legitimidad democrática. En el proceso de la Unión
Europea, el PE (Parlamento Europeo) poco a poco fue cobrando fuerza
hasta llegar a ser lo que actualmente es: un Órgano decisorio de primera
importancia, porque los miembros de las Comunidades Europeas se dieron

303
cuenta de que la única manera de sustentar, justificar y legitimar las
decisiones importantísimas de los otros Órganos de ese sistema, era mediante
la concesión de facultades decisorias a los pueblos de Europa a través de sus
representantes legítimos, los Parlamentarios Europeos, electos directa,
democrática y libremente por los pueblos. Esto se hizo pues, a fin de “abatir
el déficit democrático de la integración”. En el caso de los Estados
centroamericanos Parte en el Tratado, que desde su incorporación al mismo
han venido de manera reiterada, constante y permanente, eligiendo a sus
Diputados por la vía democrática y popular, lo que han hecho, en realidad,
es reiterar su decisión indeclinable, sustentada por la soberanía popular, de
permanecer tanto en los Tratados, como en la integración y de cumplir con
sus objetivos y principios. Estos eventos de elección democrática no pueden
borrarse de un plumazo ni retrotraerse en el tiempo y en el espacio,
convirtiendo en nugatoria esa decisión manifestada libremente por los
pueblos. En este sentido, denunciar y retirarse del Tratado del Parlamento,
significaría ignorar y transgredir el ejercicio de esa voluntad soberana, pilar
fundamental de la democracia Regional, siendo esta un objetivo fundamental
del Sistema de la Integración Centroamericana, ya que el arto. 3 del
Protocolo, dispone así: “El Sistema de la Integración Centroamericana,
tiene por objetivo fundamental la realización de la integración de
Centroamérica, para constituirla como Región de Paz, Libertad,
Democracia y Desarrollo”. 5) La seguridad jurídica pasa por el pleno
respeto al Principio de legalidad, en este caso a la estructura del Estado de
Derecho Comunitario, que se conforma por los Tratados Fundamentales de la
Integración, los Tratados complementarios y el Derecho derivado. El Tratado
del Parlamento, junto con otros Instrumentos jurídicos, está en la cima de la
jerarquía de este Estado de Derecho, como Tratado fundamental de la
Integración, solo superado por el Protocolo, y por ende, la seguridad jurídica
implica el respeto irrestricto a todos los instrumentos de la Integración, salvo
los procedimientos comunitarios, comunes y conjuntos que sean viables para
la derogación o la reforma de un Tratado Comunitario. 6) El Principio de la
buena fe de los Estados miembros está vinculado íntimamente con el
Principio Pacta Sunt Servanda, fundamento del Derecho Internacional, que
con mayor razón se aplica al Derecho Comunitario por la naturaleza especial
de su normativa y que supone que los Estados deben cumplir de buena fe con
todos los compromisos asumidos. La seguridad jurídica implica la buena fe en
el cumplimiento de las partes, siendo esta la base de la seguridad jurídica de
un sistema institucional, de ahí que, como corolario de este principio, el
Protocolo, en su artículo 6, establezca que ningún Estado puede convenir o
adoptar medida alguna que sea contraria a las disposiciones de este

304
instrumento o que obstaculicen el cumplimiento de los principios
fundamentales del derecho de integración o la consecución de sus objetivos,
por lo tanto, ningún Estado Parte del Protocolo o de cualquier otro Tratado
fundamental de la Integración, puede retirarse denunciándolo de forma
unilateral, bajo pena de vulnerar y violentar las normas y principios del
sistema comunitario centroamericano que se obligó a observar. Es
precisamente esta observancia del Estado de Derecho la que da sentido y
fuerza, por ejemplo, al proceso de negociación, que actualmente se está
llevando a cabo entre la Unión Europea y Centroamérica como Región,
Proceso del que participan todos los Estados Parte del Sistema de la
Integración Centroamericana, a saber: Guatemala, El Salvador, Honduras,
Nicaragua, Costa Rica y Panamá. CONSIDERANDO VII: que el Protocolo
en su artículo 35, establece: “Toda controversia sobre la aplicación o
interpretación de las disposiciones contenidas en el presente Protocolo y
demás instrumentos a que se refiere el párrafo anterior, deberá someterse a
la Corte Centroamericana de Justicia”. y en su artículo 12 que dice:
“...Forman parte de este Sistema:..La Corte Centroamericana de Justicia,
que garantizará el respeto del derecho, en la interpretación y ejecución del
presente Protocolo y sus instrumentos complementarios o actos derivados
del mismo…”.POR TANTO esta Corte Resuelve: PRIMERO: En relación a
la primera pregunta que se refiere a que si “cualquiera de los Estados Parte
de Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas, puede denunciar dicho tratado, tomando en cuenta que ese
instrumento no contempla disposiciones especiales al respecto”; esta Corte
resuelve, tomando en cuenta lo establecido en los anteriores Considerandos,
que ningún Estado Parte del Tratado Constitutivo del Parlamento
Centroamericano, puede denunciarlo unilateralmente, debido a que este
instrumento no contempla disposiciones que lo permita, además, como se ha
visto, no puede deducirse la posibilidad de la denuncia, en virtud de los
antecedentes y la naturaleza comunitaria del Tratado, y finalmente porque el
Artículo 6 del Protocolo, establece que ningún Estado Parte puede adoptar
medidas unilaterales que vayan en contra de los principios y propósitos del
Sistema de la Integración Centroamericana, ( SICA), del cual forma parte el
PARLACEN y su Tratado Constitutivo como uno de sus principales
instrumentos. SEGUNDO: Con respecto a la segunda pregunta, sobre si “la
denuncia implicaría una revocatoria tácita del mandato que cada uno de los
pueblos les dieran a sus diputados centroamericanos electos”; esta Corte
determina que ningún Estado puede desconocer el mandato que los Pueblos le
dieron a sus diputados electos, como una manifestación legítima de la
soberanía popular; además, estos diputados son titulares de derechos

305
adquiridos, otorgados por un instrumento Comunitario. Por ello, ni el
mandato popular, ni los derechos que de este se derivan, son revocables por
ninguna autoridad, salvo los casos expresamente contemplados por ley. Todo
esto en virtud de los principios de que el Tratado Constitutivo del PARLACEN
es, dentro del ordenamiento jurídico de los Estados Miembros, una ley que se
rige por los principios de aplicabilidad directa, inmediatez, primacía y
responsabilidad del Estado. TERCERO: En lo que concierne a la tercera
pregunta, de, sí “es plausible que mediante una iniciativa presidencial se
revoque el mandato que los pueblos le han otorgado a las diputadas y
diputados centroamericanos”; esta Corte determina, que por ser la elección
de los Diputados al Parlamento Centroamericano, una manifestación de la
soberanía popular realizada conforme a los procedimientos constitucionales y
legales internos y en cumplimiento del Estado de Derecho comunitario,
ninguna iniciativa presidencial puede revocar el mandato, salvo los casos
expresamente previstos por la ley. CUARTO: En respuesta a la interrogante
cuarta, que se refiere a si “una iniciativa de denuncia del instrumento
jurídico constitutivo de uno de los órganos fundamentales del Sistema de la
Integración Centroamericana, como lo es el Parlamento Centroamericano, no
implicaría una clara violación al Principio de Pacta Sunt Servanda que están
obligados a observar los Estados Parte del Sistema”; está Corte resuelve que,
de acuerdo a las consideraciones antes desarrolladas, ningún Estado Parte
del Protocolo, o de cualquier otro Tratado fundamental de la Integración,
puede retirarse denunciándolo de forma unilateral e ilegal, bajo pena de
vulnerar y violentar las normas y principios del Sistema Comunitario
Centroamericano que se obligó a observar. QUINTO: Lo referido a la
interrogante quinta, en la que se pregunta, si “una iniciativa de denuncia del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano por parte de cualquier
Estado Parte, no implicaría una violación a la obligación, que de acuerdo con
el artículo 6 del Protocolo de Tegucigalpa tienen los Estados Parte del SICA,
y que se refiere a abstenerse de adoptar medidas unilaterales que pongan en
peligro la consecución de los propósitos y el cumplimiento de los principios
fundamentales del SICA”; esta Corte sostiene que, de acuerdo a lo que arriba
se ha venido desarrollando, atinente a la naturaleza del Derecho
Comunitario, el artículo 6 del Protocolo de Tegucigalpa, ya citado,
textualmente dice: “Los Estados Miembros se obligan a abstenerse de
adoptar medidas unilaterales que pongan en peligro la consecución de los
propósitos y el cumplimiento de los principios fundamentales del SISTEMA
DE LA INTEGRACION CENTROAMERICANA”. Por lo tanto, en virtud
del principio de pacta sunt servanda y de buena fe, ya explicados, el Estado
que realice semejante acto, viola las disposiciones del mencionado artículo.

306
SEXTO: Respondiendo a la pregunta sexta, sobre “Cuál sería el
procedimiento que debería seguir un Estado Parte para realizar la denuncia
del Tratado de conformidad con la Convención de Viena sobre el Derecho de
los Tratados”; esta Corte resuelve que, según lo analizado anteriormente, no
existe procedimiento, ni fundamento legal, según el artículo 56 de la
Convención de Viena, para que un Estado Parte de un instrumento de
naturaleza comunitaria pueda denunciarlo unilateralmente, como es el caso
del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas…” En consecuencia este Tribunal debe ratificar en cada una de sus
partes dicha resolución, la cual es vinculante para el Estado de Panamá.
CONSIDERANDO X: Es criterio sostenido por este Tribunal, mismo que se
encuentra en la resolución de las cinco de la tarde de veinte de octubre de dos
mil diez Expediente Número 1-18-02-2010 que a la letra dice:
“CONSIDERANDO XVIII: Que el Protocolo de Tegucigalpa establece como
principio fundamental del Sistema de la Integración Centroamericana en su
artículo 4 literal h) “La buena fe de los Estados Miembros en el cumplimiento
de sus obligaciones, absteniéndose de establecer, convenir o adoptar medida
alguna que sea contraria a las disposiciones de este instrumento o que
obstaculice el cumplimiento de los principios fundamentales del Sistema de la
Integración Centroamericana o la consecución de sus objetivos. Por su parte el
artículo 12 del referido instrumento establece: “…la Corte Centroamericana
de Justicia quien garantizará el respeto del derecho en la interpretación y
ejecución del presente Protocolo e instrumentos complementarios y actos
derivados del mismo…” y el artículo 15 del mismo instrumento establece la
prevalencia del Protocolo de Tegucigalpa y el principio de la aplicabilidad
directa del mismo. En tal sentido las partes fundamentaron la acción de su
demanda en el Artículo 22 literal c) del Convenio de Estatuto de la Corte
Centroamericana de Justicia, esta Corte recuerda lo señalado en sentencia
emitida a las nueve de la mañana del veintiséis de septiembre del año dos mil
(Expediente 6-3-12-1999), al determinar que las normas comunitarias tienen
efecto inmediato de aplicación y que por consiguiente no requieren derogar
normas o anular sentencias y resoluciones que las contravengan, por ser estas
inaplicables en el Derecho Comunitario y en la internalización del mismo en
los Estados parte. La Corte en esa sentencia consideró lo siguiente “El Doctor
Galo Pico Mantilla, en su publicación ´Derecho Andino´, dice: ´La obligación
que se impusieron los Países Miembros, de ... adoptar las medidas que sean
necesarias para asegurar el cumplimiento de las normas que conforman el
ordenamiento jurídico del Acuerdo de Cartagena, no necesariamente se debe
entender como la obligación de derogar las leyes, decretos o resoluciones que
de algún modo se opongan a la normativa andina que, por principio, obliga a

307
los Países Miembros y, por tanto, es de aplicación directa en los mismos,
pues, además de la obligación anterior existe el compromiso de ´no adoptar
ni emplear medida alguna que fuera contraria a dichas normas o que de
algún modo obstaculice su aplicación´... ´Primacía de la norma comunitaria.
En el concepto de primacía o ´prevalencia´ del Ordenamiento Jurídico
Andino sobre las normas nacionales, aparece formalmente enunciado en la
declaración de los integrantes de la Comisión, plenipotenciarios de los Países
Miembros, aprobada en los siguientes términos durante el XXIX Período de
Sesiones Ordinarias: ´El ordenamiento Jurídico del Acuerdo de Cartagena
prevalece, en el marco de sus competencias, sobre las normas nacionales sin
que puedan oponerse a él medidas o actos unilaterales de los Países
Miembros´. En este pronunciamiento se añade que ´Los preceptos
enunciados, si bien son inherentes al Acuerdo de Cartagena y sustentan su
eficacia, han sido consagrados explícitamente en el Tratado que crea el
Tribunal de Justicia...´ En consecuencia, al reiterar este principio de la
prevalencia, los Países Miembros destacan el carácter inseparable del
Acuerdo y sus principios cuya aplicación resulta indispensable para asegurar
el propósito comunitario”. Además de la aplicabilidad en el presente caso de
los criterios transcritos anteriormente y ante las peticiones de declaración de
nulidad formuladas por los demandantes, esta Corte estima que corresponde
declarar la inaplicabilidad de la sentencia y resoluciones de los órganos del
Estado de Panamá, por ser contrarias a los principios, valores y normas del
Derecho Comunitario Centroamericano, tal como se dejo demostrado en los
Considerandos del XV al XVIII inclusive de esta sentencia.” Por
consiguiente, expresa su criterio esta Corte en relación a la Ley No. 78 “Que
deroga las leyes que aprueban los instrumentos internacionales relativos al
Parlamento Centroamericano”, que ésta es inaplicable por contravenir el
Derecho Comunitario Centroamericano, por las mismas consideraciones
referidas, ya que el Estado de Panamá no puede denunciar ni retirarse del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas, debido a los antecedentes y la naturaleza comunitaria del Tratado, al
Principio Pacta Sunt Servanda, al Artículo 6 del Protocolo de Tegucigalpa y a
las Resoluciones de La Corte (Expediente No. 6-14-08-2009/ 1-18-02-2010).
CONSIDERANDO XI: En cuanto si hay responsabilidad o no del Estado de
Panamá sobre el pago de las cuotas al PARLACEN, se acompañó certificación
del Secretario de Administración y Finanzas del Parlamento Centroamericano
en donde consta que de acuerdo a los registros contables de la institución, el
Estado de Panamá adeuda desde el mes de agosto del dos mil nueve a marzo
de dos mil diez la cantidad de UN MILLON CIENTO TREINTA Y TRES
MIL TRECIENTOS TREINTA Y TRES CON TREINTA Y TRES

308
CENTAVOS Pesos Centroamericanos ($CA 1,133,333.33) (Folio 63). Sin
embargo, en el escrito conclusivo de la parte actora consta que el monto de la
deuda actual del Estado de Panamá asciende a la cantidad de SETECIENTOS
OCHO MIL TRESCIENTOS TREINTA Y TRES Pesos Centroamericanos
con treinta y tres centavos ($CA 708,133.33), los cuales corresponden a los
meses de agosto a diciembre de dos mil nueve (Folio 131). El Artículo 19 del
Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas establece: “El presupuesto de funcionamiento del Parlamento
Centroamericano será financiado por los Estados miembros en partes iguales,
y le corresponde al Estado sede facilitar las instalaciones que se requieran para
el funcionamiento del mismo.” Que es una obligación comunitaria aportar
financieramente al Parlamento Centroamericano. POR TANTO: La Corte en
nombre de Centroamérica y en aplicación de los Artículos 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8,
12, 13, 14, 15, y 35 del Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la
Organización de Estados Centroamericanos (ODECA); Artículos 1, 2, 6 y 19
del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras Instancias
Políticas; 1, 2, 3, 5, 6, 7, 22 literal c), 31, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 38, 39 y 40 del
Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia; Artículos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7,
8, 9, 10, 11, 13, 22, 31 y 32 de la Ordenanza de Procedimientos de la Corte
Centroamericana de Justicia; Artículos 27, 54 y 56 de la Convención de Viena
sobre el Derecho de los Tratados y Artículo 4 de la Constitución Política de la
República de Panamá y la jurisprudencia ya citada, esta Corte RESUELVE:
1.- El Estado de Panamá está sometido a la jurisdicción y competencia de La
Corte. 2.- El Estado de Panamá no puede denunciar ni retirarse
unilateralmente del Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano
debiéndose abstener de adoptar medidas unilaterales que vulneren los
principios y propósitos del SICA, contenidos en la normativa jurídica
comunitaria centroamericana. 3.- Declarar inaplicable la Ley No. 78 (Ley
Número Setenta y Ocho) del once de diciembre de dos mil nueve, “Que
deroga las leyes que aprueban los instrumentos internacionales relativos al
Parlamento Centroamericano” por contravenir el Derecho Comunitario
Centroamericano. 4.- Que el Estado de Panamá cumpla con sus obligaciones
comunitarias derivadas del Artículo 19 del Tratado Constitutivo del
Parlamento Centroamericano y Otras Instancias Políticas entregando el pago
de las cuotas retrasadas y garantizando el pago de las cuotas futuras. 5.-
NOTIFÍQUESE.”

309
Jurisprudencia
Se reiteró que la jurisdicción universal de la Corte Centroamericana de Justicia para
conocer toda controversia relacionada con el ordenamiento jurídico de la
integración, está basada en los Artículos 12 y 35 del Protocolo de Tegucigalpa y en
consecuencia todos los Estados parte del Sistema de Integración Centroamericana
están sometidos a este Tribunal Comunitario.

Se determinaron la naturaleza y características del Parlamento Centroamericano,


como una institución regional internacional, con autonomía propia, para efectuar
análisis y recomendaciones sobre asuntos políticos, económicos, sociales y
culturales de interés común, con el fin de lograr una convivencia pacífica
fundamentada en la democracia representativa y participativa.

Se agregó que dicho organismo se estructuró, siguiendo los lineamientos de


Esquipulas I y II, como una entidad superior, supranacional, con capacidad
suficiente para atender necesidades que aisladamente no logran sus integrantes de
manera individual.

De acuerdo a la regla Pacta Sunt Servanda el Tratado Constitutivo del PARLACEN


constituye para los Estados que lo han suscrito y ratificado, un ordenamiento
jurídico obligatorio, que debe ser cumplido de buena fe.

Que en el marco del Derecho Internacional Público, cuando un Tratado no


contempla disposiciones o cláusulas que admitan el retiro de una de las partes
mediante la denuncia, debe asumirse que en principio esa denuncia y el
correspondiente retiro de la parte no es posible, a menos de que pudiese inferirse
la posibilidad de hacerlo, a partir de la consideración de otros argumentos
relacionados con el Tratado, de acuerdo a lo estatuido por el Artículo 56 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.

En cuanto a la solicitud de declarar nulas varias disposiciones dictadas por órganos


del Estado de Panamá, se estableció que de acuerdo a los Principios de Aplicación
Inmediata y de Primacía del Derecho Comunitario, no es necesario derogar normas
o anular sentencias, puesto que éstas son inaplicables, en virtud del compromiso
adquirido por los Estados de no adoptar ni emplear medida alguna contraria a
dichas normas o que de alguna manera obstaculicen su aplicación.

Por último, al incumplir sus obligaciones comunitarias, se declaró a Panamá


responsable por el pago de las cuotas a favor del PARLACEN, en base al Principio de
Responsabilidad Comunitaria del Estado.

310
33. Opinión Consultiva presentada por el Presidente del CC-SICA, Licenciado
Carlos Eduardo Molina Minero, referente al alcance de la facultad de aprobar
Reglamentos concedida al Comité Ejecutivo del SICA.

Aprobada por Corte Plena del 20 de octubre de 2010. (Acta No. 7, Jurisdiccional).

Síntesis
De acuerdo al Artículo 24 literal f) del Protocolo de Tegucigalpa, el Comité Ejecutivo
del SICA tiene facultades para: “Aprobar los Reglamentos e Instrumentos que se
elaboren por las Secretarías u otros Órganos o Secretarías del SISTEMA DE LA
INTEGRACIÓN CENTROAMERICANA”, por lo que el peticionante desea que se le
aclare a cuáles Secretarías u otros Órganos se refiere la mencionada disposición.

Fallo
“CORTE CENTROAMERICANA DE JUSTICIA. Managua, Nicaragua,
Centroamérica, siendo las seis de la tarde del día veinte de octubre del año dos
mil diez. VISTO: El Expediente No. 5-20-08-2010, para conocer y resolver
sobre Solicitud de Opinión Consultiva con base a los Artículos 12 y 35 del
Protocolo de Tegucigalpa y Artículo 22, inciso e) del Convenio de Estatuto de
la Corte Centroamericana de Justicia Sobre Interpretación y Alcance del
Artículo 24 inciso f) del Protocolo de Tegucigalpa, presentada con fecha
veinte de agosto del año dos mil diez, junto con documentos anexos y copia
del escrito de consulta entregado en la Secretaría General del Sistema de la
Integración Centroamericana, de conformidad con el Artículo 55 (Reformado)
de la Ordenanza de Procedimientos de La Corte (Folios 1 al-74), por el
Licenciado Carlos Eduardo Molina Minero, Representante Legal del Comité
Consultivo del SICA. La Solicitud de Opinión Consultiva a esta Corte versa
sobre la cuestión jurídica siguiente: “1.- ¿ Cuál es la interpretación y
alcances que deben darse al artículo 24, inciso f) del Protocolo de
Tegucigalpa, en relación a la aprobación de reglamentos por parte del
Comité Ejecutivo del SICA, particularmente conocer si ello sería o no
aplicable a los Órganos del SICA que no son Secretarías ? Concurren a la
votación de la sentencia los Magistrados Alejandro Gómez Vides, Presidente,
Francisco Darío Lobo Lara, Vicepresidente, Carlos Guerra Gallardo, Silvia
Rosales Bolaños, Ricardo Acevedo Peralta y Guillermo Pérez-Cadalso Arias.”
CONSIDERANDO I: Que en la consulta de las diez horas del día
veinticuatro del mes de mayo de mil novecientos noventa y cinco, formulada
por el Señor Secretario General del Sistema de la Integración Centroamericana
(SICA), La Corte estableció que: “El Protocolo de Tegucigalpa de 1991 es en
la actualidad, el tratado constitutivo marco de la integración centroamericana,

311
y por tanto el de mayor jerarquía y la base fundamental de cualquier otra
normativa centroamericana sean éstos, Tratados, Convenios, Protocolos,
Acuerdos u otros actos jurídicos vinculatorios anteriores o posteriores a la
entrada en vigencia del Protocolo de Tegucigalpa.” CONSIDERANDO II:
Que el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) crea la estructura institucional del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA). CONSIDERANDO III: Que el
Artículo 12 de dicho Protocolo establece la estructura organizativa del Sistema
de la Integración Centroamericana en la cual figura el Comité Consultivo
(CC-SICA). CONSIDERANDO IV: Que de conformidad con el Artículo
antes citado la Corte Centroamericana de Justicia garantiza el respeto del
Derecho, en la interpretación y ejecución del referido Protocolo de
Tegucigalpa y sus instrumentos complementarios o actos derivados del
mismo. CONSIDERANDO V: Que el Artículo 22, literal e) del Convenio de
Estatuto de La Corte dispone que este tribunal podrá actuar como Órgano de
Consulta de los órganos u organismos del SICA, siendo el Comité Consultivo
uno de ellos. CONSIDERANDO VI: Que de acuerdo al Artículo 24 del
Convenio de Estatuto las consultas evacuadas por La Corte con arreglo a su
Estatuto, ordenanzas y reglamentos, relativas al Sistema de la Integración
Centroamericana, serán obligatorias para los Estados que la integran. POR
TANTO: La Corte Centroamericana de Justicia, en nombre de Centroamérica,
en uso de sus atribuciones y en aplicación de los Artículos 12 y 35 del
Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de la Organización de Estados
Centroamericanos (ODECA) y 22, literal e) de su Convenio de Estatuto,
RESUELVE: I) Declarar admisible la solicitud de Opinión Consultiva
presentada por el representante legal del Comité Consultivo del Sistema de la
Integración Centroamericana (CC-SICA); y II) Responder de la manera
siguiente la cuestión jurídica planteada: CUESTIÓN ÚNICA: “I. ¿Cuál es
la interpretación y alcances que deben darse al artículo 24, inciso f) del
Protocolo de Tegucigalpa, en relación a la aprobación de reglamentos por
parte del Comité Ejecutivo del SICA, particularmente conocer si ello será
o no aplicable a los Órganos del SICA que no son Secretarías?” El
Protocolo de Tegucigalpa a partir de su Artículo 8 precisa cual será la
estructura institucional del Sistema de la Integración Centroamericana y en su
Artículo 12 señala expresamente cuáles son los órganos mediante los cuales el
Sistema realiza sus fines. En orden de precedencia, son: a) La Reunión de
Presidentes; b) El Consejo de Ministros; c) El Comité Ejecutivo; y d) La
Secretaría General. Además, el mismo Artículo norma que forman parte del
Sistema: La Reunión de Vicepresidentes y Designados a la Presidencia de la
República, el Parlamento Centroamericano, la Corte Centroamericana de

312
Justicia y el Comité Consultivo, todos ellos con funciones específicas y
gozando de una autonomía funcional en el marco de una necesaria y coherente
coordinación sistémica intrarregional. Es notorio en este Artículo 12 el
reconocimiento expreso que hace el legislador, en base al Principio de la
Jerarquía de la Norma, de dos instrumentos constitutivos: el del Tratado
Constitutivo y Protocolos vigentes del Parlamento Centroamericano
(PARLACEN) y el Estatuto de la Corte Centroamericana de Justicia,
confiriéndoles ipso jure la autonomía para regularse a través de su propia
normativa, derivada en este caso, de la norma primaria que es el Protocolo de
Tegucigalpa y respondiendo a la filosofía conceptual del Principio de la
Separación de Poderes y la Teoría de los Pesos y Contrapesos del Barón
Carlos de Montesquieu, en cuanto a la necesaria existencia e interrelación
entre las funciones: ejecutiva, legislativa y jurisdiccional del Sistema de
Integración. Dentro de la estructura antes descrita se encuentra el Comité
Ejecutivo, que es el órgano encargado de asegurar la ejecución eficiente, por
intermedio de la Secretaría General, de las decisiones adoptadas en las
Reuniones de Presidentes, el que también tiene la atribución consignada en el
Artículo 24 literal f) de: “Aprobar los Reglamentos e Instrumentos que se
elaboren por las Secretarías u otros Órganos o Secretarías del Sistema de la
Integración Centroamericana;” (texto auténtico), atribución que ha provocado
la presente solicitud en cuanto a su interpretación y alcances. Empero, para
poder ejercer la facultad hermenéutica de La Corte, es indispensable enfatizar
la relación jerárquica y de precedencia existente entre el Comité Ejecutivo y la
Secretaría General, en la que el primero actúa a través de la segunda, en lo
referente a la ejecución eficiente de las decisiones adoptadas por la Reunión
de Presidentes, para luego precisar la relación orgánica entre la Secretaría
General y el Comité Consultivo. La Secretaría General representa al Sistema
de la Integración Centroamericana en el ámbito internacional, de conformidad
con lo establecido en el Protocolo de Tegucigalpa y también cuando le es
encomendado por el Consejo de Ministros y su titular es el más alto
funcionario administrativo del Sistema, teniendo además su representación
legal. El Comité Consultivo por su parte, tiene como función principal,
consignada en el Artículo 12 del Protocolo, la de “asesorar a la Secretaría
General sobre la política de la organización en el desarrollo de los programas
que lleva a cabo”, con lo cual, la estructura organizativa del Sistema coloca al
Comité Consultivo en una relación jerárquica dependiente de la Secretaría
General. Y si bien es cierto que esta Corte, en resolución del dieciséis de
diciembre de dos mil ocho resolvió que el Comité Consultivo tiene “… la
facultad de regular su forma de organización y de actuación…”, tampoco es
menos cierto que la misma resolución expresa a continuación: “…las cuales

313
únicamente se encuentran limitadas por el marco legal del Protocolo de
Tegucigalpa y sus instrumentos complementarios y actos derivados del
mismo.”, razón adicional por la cual el solicitante pide la interpretación y
alcances de la norma en su relación con los Órganos y Secretarías del SICA.
Continuando el análisis exegético del Protocolo, encontramos que el
Secretario General tiene también como atribución, la consignada en el
Artículo 26 literal c): que es, la de “Elaborar el Reglamento Administrativo y
otros instrumentos de la Secretaría General y someterlo a la consideración del
Comité Ejecutivo”. Ergo, si la Secretaría General, que es un órgano
jerárquicamente superior al Comité Consultivo, debe someter su Reglamento
Administrativo al Comité Ejecutivo, con mayor razón debe hacerlo el Comité
Consultivo. En conclusión, y contestando la integralidad de la cuestión
planteada a la luz del corpus iuris de la integración, todos los reglamentos de
las Secretarías y de los Órganos del SICA, salvo los que el mismo Artículo 12
del Protocolo excluye en razón de una jerarquía superior, como son: La
Reunión de Presidentes, El Consejo de Ministros y la Reunión de
Vicepresidentes y Designados a la Presidencia de la República; La Secretaría
General que sólo deberá someterlos a la consideración del Comité Ejecutivo y
aquellos órganos que reúnan expresamente dos condiciones: el reconocimiento
de sus instrumentos constitutivos en base al Principio de la Jerarquía de la
Norma y la concesión de la consiguiente autonomía para regularse, como es el
caso del PARLACEN y la Corte Centroamericana de Justicia (Órganos
fundamentales y permanentes), condiciones éstas que no aplican a la mayoría
de los órganos del Sistema, deben ser aprobados previamente por el Comité
Ejecutivo por mandato del Protocolo de Tegucigalpa. III.- HÁGASE
SABER.”

Jurisprudencia
Se estableció que la relación jerárquica y de Presidencia existente entre el Comité
Ejecutivo y la Secretaría General del SICA, se caracteriza porque el primero actúa a
través de la segunda en lo referente a la ejecución eficiente de las decisiones
adoptadas por la Reunión de Presidentes; siendo la mencionada Secretaría General
la que representa al Sistema de la Integración Centroamericana en el ámbito
internacional y su titular es el Funcionario Administrativo más alto y de mayor
rango, ostentando además la representación legal del SICA.

La Corte estimó que la estructura organizativa del Sistema de Integración coloca al


Comité Consultivo en una relación jerárquica dependiente de la Secretaría General,
y por lo tanto debe someter su Reglamento Administrativo a la aprobación del
Comité Ejecutivo.

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Por último, se aclaró que las facultades concedidas al Consejo Ejecutivo de aprobar
los Reglamentos Administrativos referidos, no incluye a los Órganos de jerarquía
superior, como lo son: La Reunión de Presidentes, El Consejo de Ministros y la
Reunión de Vicepresidentes y Designados a la Presidencia de la República, y
tampoco incluye al PARLACEN y a la Corte Centroamericana de Justicia, por ser
éstos órganos fundamentales y permanentes del Sistema.

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