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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE TLAXCALA REGIÓN PONIENTE

MAESTRO: ULISES GRACIA HERNÁNDEZ

ALUMNO: MIGUEL ÁNGEL VÁZQUEZ CASTRO

MATERIA: INTELIGENCIA EMOCIONAL Y RESOLUCIÓN DE


CONFLICTOS

TEMA: ENSAYO DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL


Inteligencia emocional

La inteligencia emocional nos permite ser mejores personas, a veces el ser inteligentes
solamente no nos sirve mucho si no sabemos manejar nuestras emociones o si es que no
las podemos entender, por que muchos piensan que las emociones son solo para niños y
que la razón tiene que estar por encima de las emociones, ya que el ser razonable implica
mayor madures o incluso ser mejor. Pero no es así, las emociones se encuentran en todos
y es que no podemos que alguna de las 2 esté por encima de la otra, estas se deben tener
en un balance en el que las 2 permitan ayudar e n tu vida diaria, ya sea tomando
decisiones o interactuando con las personas a tu alrededor, pero ahora para entender
mejor el tema hay que saber algo.

¿Para qué son las emociones?

Son las emociones son las que nos permiten afrontar situaciones demasiado difíciles como
el riesgo, las pérdidas irreparables, la persistencia en el logro de un objetivo a pesar de las
frustraciones, la relación de pareja, la creación de una familia, como para ser resueltas
exclusivamente con el intelecto. Cada emoción nos prepara de un modo diferente a la
acción, cada una de ellas nos señala una dirección que, en el pasado, nos permitió resolver
adecuadamente los innumerables desafíos a que se ha visto sometida la existencia
humana. En este sentido, nuestro bagaje emocional tiene un extraordinario valor de
supervivencia y esta importancia se ve confirmada por el hecho de que las emociones han
terminado integrándose en el sistema nervioso en forma de tendencias innatas y
automáticas de nuestro corazón.

Esto habla un poco acerca de que las emociones nos ayudan a entender un poco mejor
algunas situaciones que como lo haría la razón, la emociones pueden actuar como instinto
de supervivencia, un ejemplo sería el miedo, muchas veces cuando sentimos miedo de
alguna cosa o situación, lo que hacemos es alejarnos o evitar ese peligro para poder
preservar nuestra supervivencia. Las emociones también nos preparan para actuar ante
circunstancias que la razón no podría, o incluso lo haría, pero de manera errónea.

Anatomía de un secuestro emocional

El rasgo distintivo de algunos secuestros es que, pasado el momento crítico, el sujeto no


sabe bien lo que acaba de ocurrir. Hay que decir también que estos secuestros no son, en
modo alguno, incidentes aislados y tampoco no todos los secuestros límbicos son tan
peligrosos porque cuando, por ejemplo, alguien sufre un ataque de risa, también se halla
dominado por una reacción límbica, y lo mismo ocurre en los momentos de intensa
alegría. Cuando Dan Jansen, tras varios intentos infructuosos de conseguir una medalla de
oro olímpica en la modalidad de patinaje sobre hielo logró finalmente alcanzar su objetivo
en la carrera, la excitación y la euforia que experimentó su esposa fue tal, que tuvo que
ser asistida de urgencia por el equipo médico junto a la misma pista de patinaje.
Un secuestro emocional es más que nada cuando las emociones toman todo el control de
nosotros y simplemente lo conocemos que es cuando explotamos, un ejemplo de esto
sería que en algún tiempo había un joven que había robado para mantener su adicción a
la heroína y que estaba bajo libertad condicional pero él había decidido que solo
necesitaba hacer un ultimo robo por que necesitaba dinero para su amiga y su hija de 3
años de edad, así que según el en su último robo se dirigió a un edificio en el que vivían 2
jóvenes de unos 22 y 23 años de edad. Cuando el decidió entrar por que ya no había
nadie, se llevo la sorpresa de que ahí estaba una de las chicas así que decidió amarrarla y
seguir con lo suyo, pero para su mala suerte a la hora de la salida se encontró con la otra
chica y tuvo que hacer lo mismo pero una de ellas le dijo que haría todo para que la policía
lo atrapara pues ya había memorizado su rostro, el joven dominado por el miedo decidió
golpearlas con una botella hasta dejarlas inconsciente pero el miedo y la rabia no lo
dejaban en paz y en un momento las apuñalo con un cuchillo de la mesa.
Este ejemplo muestras lo que seria un secuestro emocional, pues es ese momento donde
pierdes el control y lo toman tus emociones y para cuando te das cuenta ya has hecho
algo de lo que te arrepentirás.

El centinela emocional

En uno de los descubrimientos más interesantes realizados en la última década sobre la


emoción, LeDoux descubrió el papel privilegiado que desempeña la amígdala en la
dinámica cerebral como una especie de centinela emocional capaz de secuestrar al
cerebro. Esta investigación ha demostrado que la primera estación cerebral por la que
pasan las señales sensoriales procedentes de los ojos o de los oídos es el tálamo y, a partir
de ahí y a través de una sola sinapsis, la amígdala. Otra vía procedente del tálamo lleva la
señal hasta el neocórtex, el cerebro pensante. Esa ramificación permite que la amígdala
comience a responder antes de que el neocórtex hay a ponderado la información a través
de diferentes niveles de circuitos cerebrales, se aperciba plenamente de lo que ocurre y
finalmente emita una respuesta más adaptada a la situación.

Cuando hablamos del centinela emocional nos referimos a una parte del hipotálamo que
reacciona a las emociones y las situaciones en las que te encuentras. Esta es la amígdala,
la que se encarga de procesar la información necesaria para reaccionar ante una situación.
Se puede decir que la amígdala es una pequeña parte del tamaño de una almendra que
procesa la información recabada por nuestros sentidos y luego manda información a
nuestro sistema nervioso en forma de impulsos eléctricos para que podamos actuar de
acuerdo a lo procesado. Una parte de la amígdala se encarga de procesar la información
de nuestro sentido del olfato y luego la manda al núcleo central y de ahí ya se manda al
sistema nervioso, también hay una parte de esta que se encarga de todos los sentidos no
solo del olfato, cada sentido lo podemos relacionar con una situación como podría ser
detectar un posible peligro de forma visual, u escuchar un sonido amenazador, pero hay
un parte muy importante, unas células que se encargan de no actuar muy exagerado, esta
regula la reacción a las emociones procesadas y las situaciones captadas para que no
supongamos un peligro extremo cuando no lo hay o es mínimo.
Cuando las emociones son rápidas y poco precisas

La amígdala, para impulsamos a la acción en caso de peligro antes de que el neocórtex tenga
tiempo para registrar siquiera lo que ha ocurrido se basa en los sentidos, aunque nosotros
podamos estar dormidos, esto siempre están en función. En circunstancias, el atajo que va desde
el ojo o el oído hasta el tálamo y la amígdala resulta crucial porque nos proporciona un tiempo
precioso cuando la proximidad del peligro exige de nosotros una respuesta inmediata. Pero el
circuito que conecta el tálamo con la amígdala sólo se encarga de transmitir una pequeña fracción
de los mensajes sensoriales y la mayor parte de la información circula por la vía principal hasta el
neocórtex. Por esto, lo que la amígdala registra a través de esta vía rápida es, en el mejor de los
casos, una señal muy tosca, la estrictamente necesaria para activar la señal de alarma.

Como dice LeDoux: «Basta con saber que algo puede resultar peligroso»
Muchas veces las emociones toman el control como lo es en un asalto emocional, pero esto en
lugar de caer en el miedo y la rabia son mas que instintos de supervivencia, tal vez estamos
distraídos platicando con algún amigo afuera de su casa y de proto se oye el ladrido de un perro
furioso y en ese momento la amígdala recibe la información del oído de un posible peligro, y esta
al procesarla en su núcleo central y recordar que alguna vez te mordió un perro, manda una señal
al sistema nervioso de que se evite ese peligro, podría ser saltando o corriendo hacia algún lugar a
esconderse y ponerse a salvo, cuando la realidad es que solo fue un perro del vecino que lo tiene
en el patio trasero y le dio por ladrar. Esta emoción de miedo que se siente al oír un perro, se
procesa muy rápido que ni si quiera alcanza a ver toda la información y te hace actuar para
preservar tu integridad y ahí es donde ocurre una emoción rápida y muy poco precisa, tal vez esta
ves no acertó la amígdala, pero ya sabes que, si alguna vez se te acerca un perro ladrando, estarás
listo para huir sin pensarlo.

Armonía entre emoción y pensamiento

Siempre se habla de que la razón esta por encima de las emociones por que esto
representa mayor madures y menor manejo de las situaciones, y que siempre las
emociones no te dejan actuar de manera correcta respecto a la situación, y es que las
emociones te hacen actuar con respecto a la situación e incluso a los peligros que hay a tu
alrededor, pues muchas veces se presenta lo que es el asalto emocional y pierdes el
control de la situación o incluso lo que se dice de que las emociones son rápidas y muy
poco precisas y es que tienen la razón en eso pero aun así las emociones nos permiten en
muchas ocasiones actuar de manera correcta, para entender a otra persona no sirve
mucho la razón pero si las emociones, y es que la razón es cuando piensas en todo lo que
podría pasar y buscas la mejor solución.
Las emociones nacen de algún incentivo externo que se procesa por los sentidos, pero no
siempre es así a veces puede ser un evento interno, como lo es un pensamiento. Podemos
que decir que si se tiene relación entre la emoción y el pensamiento pues una emoción
puede ser causada por un pensamiento y entonces estos se presentan en conjunto, ahora
muchas personas creen que un sentimiento lo pueden quitar o eliminar con la razón,
creen que si no hay razones suficientes para sentir algo, no debería y así lo quieren quitar,
y la realidad es que un sentimiento o emoción no se puede eliminar de ninguna manera, lo
único que podemos hacer es cambiarlo, hacerlo enfrentarse a otro sentimiento que no sea
compatible con él y además sea de mayor tamaño para que se contrarreste cambiando. Y
es que tenemos que tener una armonía entre el pensamiento y la emoción, ninguno debe
estar por encima del otro, al tener esta armonía podemos decir que poseemos inteligencia
emocional pues sabemos las diferencias entre emoción y pensamiento y además se tiene
esa armonía.

Referencias:
file:///C:/Users/mike/Desktop/uptrep/3%C2%B0%20cuatrimestre/INTELIGENCIA%20EMO
CIONAL/LIBRO-INTELIGENCIA%20EMOCIONAL-DANIEL%20GOLEMAN.pdf

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