Está en la página 1de 5

Articulo científico y de opinión

Los incendios forestales son fuegos que se propagan sin control humano:
cuando ocurren en la naturaleza se llaman forestales. El termino forestales está
relacionado por la clasificación tradicional del uso del suelo, donde uso
forestal refiere a toda aquella extensión de vegetales sea bosques, sabanas,
pastizales, praderas, humedales, turberas, etc.
Los incendios forestales son fuegos sin ningún control humano, al contrario
que las quemas prescritas, término que se usa para aquellas quemas donde se
consideran las condiciones del combustible, el tiempo atmosférico y
topografía con el fin de conseguir un comportamiento del fuego que permita
lograr objetivos como el renuevo de pastos, control de plagas, generación de
un hábitat especifico, etc.
Tradicionalmente, se ha visto de manera negativo los incendios forestales, por
los desastres que provoca y en muchos casos ha sido responsable el hombre.
Hay evidencias de que los incendios son procesos naturales que han ocurrido
desde la aparición de las primeras plantas. Durante la historia terrestre los
fuegos han contribuido a moldear la naturaleza, las características de las
plantas, estructura de las comunidades, distribución de la biomasa y la
biodiversidad de la flora,
Ciertamente que la aparición de los hombres cambio los regímenes de
incendios de muchos ecosistemas, tanto incrementando su frecuencia (por
ejemplo, con incendios provocados) como disminuyéndola (por ejemplo,
fragmentando los paisajes naturales y reduciendo las igniciones por rayo y
tamaño de los incendios)
Los incendios son un proceso ecológico que afecta a la diversidad de las
especies
Causas.
Si bien las causas inmediatas que dan lugar a los incendios forestales pueden
ser muy variadas, en todos ellos se dan los mismos presupuestos, esto es, la
existencia de grandes masas de vegetación en concurrencia con periodos más
o menos prolongados de sequía.
El calor solar provoca deshidratación en las plantas, que recuperan el agua
perdida del sustrato. No obstante, cuando la humedad del terreno desciende a
un nivel inferior al 30 % las plantas son incapaces de obtener agua del suelo,
con lo que se van secando poco a poco. Este proceso provoca la emisión a
la atmósfera de etileno, un compuesto químico presente en la vegetación y
altamente combustible. Tiene lugar entonces un doble fenómeno: tanto las
plantas como el aire que las rodea se vuelven fácilmente inflamables, con lo
que el riesgo de incendio se multiplica. Y si a estas condiciones se suma la
existencia de períodos de altas temperaturas y vientos fuertes o moderados, la
probabilidad de que una simple chispa provoque un incendio se vuelve
significativa.
Por otro lado, al margen de que las condiciones físicas sean más o menos
favorecedoras de un incendio, hay que resaltar que, en la gran mayoría de los
casos, no son causas naturales las que provocan el fuego, sino la acción
humana, ya sea de manera intencionada o no.
Prevención.
La prevención del fuego se basa, por una parte, en intentar evitar que se
provoquen incendios forestales, y por otra parte en crear condiciones que
minimicen sus consecuencias una vez declarados. En tal sentido, podemos
hablar de los siguientes tipos de medidas:
 La conciencia social
 cuidado y planificación de las masas forestales
 franjas delimitadoras para poder reducir el combustible
 quemas preventivas
 reforzar la persecusion policial
Extinción.
La extinción del incendio forestal comprende una variedad de técnicas,
equipamientos y formación que difieren de las utilizadas en los incendios
urbanos o de construcciones. En zonas sin recursos o del tercer mundo las
técnicas utilizadas pueden ser tan simples como lanzar arena, golpear el fuego
con ramas o arrojar cubos de agua. En las zonas desarrolladas, la defensa
contra incendios forestales ha experimentado una continua tecnificación.
Las brigadas antiincendios, convenientemente entrenadas y equipadas,
trabajan en conjunción con los equipos aéreos de extinción para apagar llamas,
habilitar cortafuegos y proteger recursos naturales y humanos.
La gran mayoría de los incendios son apagados antes de volverse fuera de
control, pero algunos de ellos, declarados en condiciones climáticas extremas,
pueden ser difíciles de extinguir sin un cambio en las condiciones
atmosféricas.
 Técnicas. El ataque al fuego puede ser directo o indirecto. El ataque
directo es el que aplica cualquier tratamiento directamente sobre el
material en combustión, como es mojarlo, asfixiarlo, o aplacarlo
químicamente, o separando físicamente el combustible que está
ardiendo del que aún no. En esto juega un papel fundamental el uso de
camiones cisterna e hidroaviones, con los que se aplica agua o agente
extintor al fuego. Por su parte, el ataque indirecto es el que prepara
tácticas de extinción a una cierta distancia del fuego que se aproxima.
En esta técnica pueden emplearse autobombas con retardante /
expumógeno o extintores forestales de funcionamiento automático por
temperatura. Reducción de combustible, cortafuegos de contingencia,
contrafuegos y el empapado de combustibles aún no quemados son
algunos ejemplos.
 Riesgos. Apagar incendios forestales es una actividad que puede poner
en riesgo la vida. El frente de un fuego puede cambiar de dirección
inesperadamente y/o superar barreras naturales o artificiales. El intenso
calor y humo pueden causar desorientación y pérdida de la apreciación
de la dirección del fuego. Solo en España, más de 200 personas
fallecieron en el período 1990-2019 participando en tareas de extinción
de incendios forestales
 Tiempos. La rapidez con la que se detecta y se acude a extinguir un
incendio forestal es determinante para la minimización de los daños.
Según datos del Gobierno de España, en este país se tarda de media 20
minutos en desplazar medios terrestres al lugar del fuego desde el
momento en que se detecta, 64 minutos en controlarlo, y 120 minutos
en extinguirlo.7Huelga decir que los tiempos de control y extinción
pueden variar mucho de unos incendios a otros, se trata de unos valores
promediados. También existen variaciones importantes entre las
distintas regiones debido a las diferencias en el tipo de terreno, acceso,
vegetación, etc.
Consecuencias. Los incendios forestales han ocurrido siempre como un
elemento normal del funcionamiento de los ecosistemas.  A causa de ello, su
proliferación tiene consecuencia en las diferentes poblaciones de seres vivos.
El efecto de incendios en la fauna silvestre puede ser analizado de forma
directa o indirectamente, de acuerdo a los daños tanto positivos como
negativos que se presentan en los sistemas ecológicos. El fuego ha permitido
la regeneración de diversos ecosistemas y la producción de una serie de
hábitats en los que distintos organismos pueden prosperar. No obstante, la
enorme proliferación de los incendios a causa de la actividad humana en estas
últimas décadas sobrepasa la capacidad de recuperación natural.
Entre las diversas formas de impacto que producen los incendios forestales se
pueden destacar las siguientes:
 Erosión del suelo al desaparecer la capa vegetal. Esta desprotección del
suelo frente a la elevada erosividad de las lluvias provoca grandes
pérdidas de suelo y nutrientes, pero no es solo este el efecto sobre
el sistema edáfico. Las altas temperaturas modifican la composición
biológica y química del suelo.
 Muerte o daños físicos a una parte de la población animal de la zona,
especialmente la que tenga menos movilidad (invertebrados, crías de
aves o mamíferos, etc.), por quemaduras o intoxicación respiratoria.
 En algunas ocasiones, muerte o daños físicos a las personas que
intervienen en la extinción de los incendios o que resultan atrapadas por
él.
 Ocasionalmente, perjuicios a la salud de las poblaciones humanas
próximas.
 Destrucción de bienes e infraestructuras (casas, almacenes, postes de
electricidad y comunicaciones, etc.)
 Corte temporal de vías de comunicación.
 Perjuicios económicos por la pérdida de madera y/o productos
alimenticios, así como los costes de las labores de regeneración de las
zonas afectadas.
 Alteraciones, a veces de forma irreversible, del equilibrio del medio
natural.
 Contaminación de ríos que reciben las aguas de lluvia que atraviesan la
zona quemada arrastrando partículas y cenizas en suspensión.
 Impacto sobre el paisaje.
Ecología del fuego. La piroecología o ecología del fuego se ocupa de los
procesos que conectan la incidencia natural del fuego en un ecosistema y los
efectos ecológicos de dicho fuego. Muchos ecosistemas, en particular la
pradera, la sabana, el chaparral y los bosques de coníferas, han evolucionado
con el fuego como un elemento necesario para la vitalidad y la renovación del
hábitat. Muchas plantas germinan muy bien tras incendios y otras rebrotan
(reproducción asexual) de modo eficaz. El pino canario es un buen ejemplo
como se puede ver en UOFF. Diversos autores han relacionado los conceptos
de piroecología y biodiversidad. No es nuevo el considerar que existe un papel
del fuego en nuestros ecosistemas.
Bibliografía.
1. Incendios forestales una visión desde la ecología. Juli G. Pausas. 2012
2. Main, M. B., (2009). Efectos del fuego en la vida Silvestre de Florida y su hábitat.
3. G. Pausas, Juli (2012). Incendios forestales. Catarata-CSIC. ISBN 978-84-8319-714-1.
4. Ricardo Vélez (ed.). Incendios Forestales: Fundamentos y Aplicaciones

También podría gustarte