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Lo primero que hay que hacer es elegir unos buenos aguacates que estén bien
maduros, pero no pasados, ya que podrían dar mal sabor a nuestro guacamole.
Una vez los tengamos elegidos, vamos a cortarlos por la mitad y desechamos el
hueso central, y después vamos a sacarles toda la pulpa, para lo que podemos
emplear una cucharilla, por ejemplo. Echamos toda la pulpa en un vaso en el
que podamos usar la batidora.
Al batir con la batidora, vamos a conseguir un guacamole con una textura muy
cremosa y suave, diferente a la que se obtiene habitualmente en otras recetas,
en las que los trozos de ingredientes resaltan dentro de la salsa. Al tener esta
textura más suave y cremosa, el guacamole colombiano es ideal para untar a la
hora de hacer tus aperitivos, ya verás cómo es una textura muy agradable de
comer. El que te sobre puedes guardarlo en la nevera un par de días sin
problemas, siempre que lo mantengas dentro de un recipiente cerrado.