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Desde un punto de vista intuitivo, cuando hablamos de que algo tiene un costo nos
referimos siempre a que, a cambio de obtener algo, se debe sacrificar algo más. Por
ejemplo, el costo de un libro es de S/. 100, si esa es la cantidad de dinero que se debe
entregar a cambio; y decimos que el costo de compra r un carro es prescindir de las
vacaciones, si se tiene un monto limitado de dinero a usar en una de estas opciones, y no
es suficiente para obtener ambas cosas a la vez. Entonces, el costo es aquello que
sacrificamos por emprender un determinado curso de acción.
Si aplicamos este concepto en el mundo empresarial, se debe añadir que para tener una
noción de costo que no varíe de una persona a otra, este debe ser medible en términos
monetarios. Obviamente, esto no excluye la existencia de costos no cuantificables, los
que además son importantes. Lo único que implica es que en contabilidad se tratarán
únicamente de costos cuantificables en términos monetarias. Entonces en contabilidad,
costo será la medida en términos monetarios de los recursos sacrificados para conseguir
un objetivo determinado.
Hasta el momento, no se ha considerado la naturaleza del objetivo. Este puede ser tanto
un objetivo final, como un objetivo intermedio, o simplemente una actividad destinada a
conseguir alguno de éstos. Así, podemos hablar del costo de la descentralización (que
sería probablemente un medio de alcanzar el anterior objetivo) o del costo de compra r la
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Documento elaborado en base a las publicaciones del Dr. Jose M aría Rosanas
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computadora que va a hacer esto posible; en principio, en cualquiera de estos casos es
perfectamente legítimo usar la palabra costo para representar el sacrificio necesario para
obtener lo que se persigue.
La noción de costo es amplia, pudiendo incluir una gran diversidad de conceptos que,
además, pueden clasificarse de distintas maneras. Veamos a continuación en qué suelen
consistir en la práctica los costos en diferentes tipos de empresa.
Una empresa comercial tiene como razón de ser, facilitar la compra a los consumidores
finales de bienes producidos por otra empresa. Para ello, la empresa incurre en las
siguientes actividades:
Todo ello queda reflejado en la estructura del Estado de Resultados de este tipo de
empresas, como por ejemplo la que se muestra en la Tabla 1
Ventas 100,000
Menos costo de mercancías vendidas
Existencias iniciales (01-01-2010) 4,000
Compras 57,000
61,000
Existencias finales (31-12-2010) 6,000
Costo de mercancías vendidas 55,000
Margen Bruto 45,000
Menos otros gastos
Depreciación de las instalaciones 2,000
Gastos administrativos y de ventas 25,000
27,000
Beneficio Neto antes de Impuestos 18,000
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Observemos en la Cuenta de Resultados que los costos se pueden agrupar en dos clases:
- Aquellos en los que se incurre para hacer posible las ventas de la empresa, y que
generalmente no son identificables con la obtención del producto, como por
ejemplo, los gastos de administración, de ventas, financieros, entre otros.
Esta manera de clasificar los costos está ligada por un lado con la distinción entre costos
directos e indirectos (que se verá más adelante), y con la distinción entre costos del
producto y gastos del período, que se estudia en Contabilidad Financiera. En efecto, el
costo de los productos vendidos es el gasto de lo que en algún momento fue costo del
producto (y, por tanto, era en ese momento un activo de la empresa); mientras que los
otros gastos nunca han sido costos del producto, aunque las depreciaciones han formado
parte de un activo (el inmovilizado correspondiente).
En una empresa comercial, el criterio para clasificar una partida contable (un costo en
sentido genérico) como costo del producto o gasto del período, es si ésta partida está
relacionada con la obtención del producto o no. Es decir, son costos del producto todos
los relacionados con la compra y/o producción del mismo (su precio de compra,
aduanas, transporte, comisiones, etc.), y son gastos del período todos los demás costos
(a excepción de los que se decida contabilizar como activos, que serán un gasto a través
de su depreciación).
Esta distinción es importante en el caso de empresas comerciales, pero lo será más aún
en empresas industriales, ya que clasificar una determinada partida como costo del
producto o gasto del período tiene un efecto determinante sobre el beneficio contable de
la empresa. Si observamos nuevamente el Estado de Resultados de la Tabla 1, veremos
que si, manteniendo el mismo nivel de ventas (S/. 100,000), la empresa Comercial
Balcells, SA, hubiese desembolsado S/.10,0000 adicionales en publicidad, por ejemplo
(que vendrá incluida normalmente en gastos comerciales), el beneficio disminuirá en
S/.10,000; mientras que si se hubieran utilizado S/.10,000 en comprar más mercancías,
aumentaría el monto de las compras y el de las existencias finales y el efecto sobre el
beneficio sería nulo.
De acuerdo con los conceptos anteriores, es interesante notar que los S/. 10,000
adicionales desembolsados en publicidad, serían a la vez un costo (según la noción
genérica de costo) y un gasto del período; mientras que los S/10,000 adicionales en
compras serían claramente un costo en sentido genérico y un costo del producto
actualmente en stock, pero no un gasto del período. Se transformarán en gasto del
período en el momento en que se vendan las mercancías correspondientes; momento en
que se dice que el costo expira, por corresponder a algo que ya no puede dar ningún
servicio a la empresa en períodos posteriores.
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Los costos de una empresa industrial
Una empresa industrial es similar en todo a una empresa comercial, con excepción del
proceso de fabricación. Una empresa industrial, aunque se defina por su proceso de
transformación de materias primas a productos acabados, debe (al igual que una
empresa comercial) comprar y mantener sus materias primas, vender sus productos,
administrar el conjunto de sus actividades y financiarlas.
La existencia de estos últimos hace que, en empresas industriales, sea preciso algún
sistema de atribución de los costos de fabricación a las unidades de producto, lo que se
hará a nivel global a través de los cálculos de la Tabla 2, para una empresa hipotética; y
más en detalle, mediante un sistema de Contabilidad de Costos.
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Llamados con frecuencia gastos generales de fabricación.
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Dos comentarios son interesantes en relación a la Tabla 2. En primer lugar, que las
materias primas utilizadas en producción pueden no conocerse más que indirectamente,
si no se lleva un inventario permanente de las mismas. En tal caso, se deberían obtener a
través de cálculos como los que se muestran en la Tabla 3.
En segundo lugar, que los costos indirectos de fabricación del producto (que consisten
en alquileres, luz, agua, etc.) aunque se les llame con frecuencia Gastos Generales de
Fabricación, no son en realidad gastos, sino costos del producto; y como tales, pasarán
a gastos en el momento en que los productos se vendan. Debería tratarse de evitar esta
última denominación, que puede inducir a confusiones; pero está tan extendida en la
práctica que es muy difícil erradicarla.
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Tabla 4 - Industrial Masallera SA
Cuenta de Resultados, 2010
(en Nuevos Soles)
Ventas 250,000
Menos: Costo de las mercancías vendidas
Existencias iniciales de productos terminados (01-01-2010) 15,000
Costo de las mercancías producidas en el 2010 135,000
150,000
Existencias finales de productos terminados (31-12-2010) 20,000
Costo de las mercancías vendidas 130,000
Margen Bruto 120,000
Menos otros gastos:
Gastos administrativos 20,000
Gastos comerciales 48,000
Depreciación de oficinas 2,000
Otros gastos 70,000
Beneficio neto antes de impuestos 50,000
Con frecuencia, en la práctica, se hace el cálculo del costo de las mercancías vendidas
aparte, resumiendo por tanto una parte de la Tabla 4, y las Tablas 2 y 3, como se puede
ver en la Tabla 5. En tal caso, las Cuentas de Resultados de los dos tipos de empresas
coincidirían en todo, excepto en el cálculo del costo de las mercancías vendidas, que
es simple en el caso de empresas comerciales, y más complejo en el caso de empresa
industriales.
Una diferencia entre los dos tipos de empresa, es que, así como en empresas
comerciales normalmente no hay dudas en cuanto a qué costos son del producto y
cuáles no, en las empresas industriales puede haber muchas partidas dudosas; y esto
hace que esta distinción sea particularmente importante. Aunque se ha establecido que
deben ser costos del producto todos los que se refieren a fabricación, muchas veces
hay conceptos que son difíciles de identificar si son o no de fabricación. Así, por
ejemplo, cuando toda la empresa esta ubicada en un edificio propio, en el que tienen
lugar tanto las actividades de fabricación como las de administración y comercial, la
depreciación de este edificio, ¿Es un costo del producto?, ¿Un gasto del período?, ¿O
debe repartirse entre los dos? Probablemente lo último sea la respuesta correcta, pero
es difícil determinar las proporciones. Otras partidas dudosas similares incluirían las
actividades administrativas que se realicen en la fábrica (cuando la administración
general tiene una localización diferente) por estar directamente relacionadas con
actividades de fabricación, como los costos de la confección de nóminas del personal
de fabricación, etc. o los vigilantes nocturnos y sistemas de seguridad de un edificio en
el que hay la fábrica y la administración a la vez.
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Tabla 5 - Industrial Masallera SA
Costo de las mercancías vendidas, 2010
(En Nuevos Soles)
Existencias iniciales (01-01-2010)
Materias Primas 10,000
Productos en curos 7,000
Productos terminados 15,000
Total 32,000
Más: Compras 42,000
Más: Mano de Obra 55,000
Más: Gastos Generales de Fabricación 38,000
167,000
Menos: Existencias finales (31-12-2010)
Materias Primas 9,000
Productos en curso 8,000
Productos terminados 20,000
37,000
Costo de las mercancías vendidas 130,000
En todo caso dudoso, habrá que utilizar el sentido común para determinar incluso si la
pregunta es suficientemente importante como para planteársela, puesto que en algunos
casos (como en el primer ejemplo, si la fábrica ocupa el 98% del edificio),
probablemente será mejor e incluso más útil, cargar toda la depreciación del edificio
como costo del producto, que entrar en repartos que añaden complejidad a los cálculos
sin añadir ninguna utilidad a los números resultantes.
Las empresas de servicios que van desde los bancos hasta las compañías de transportes,
pasando por productores de electricidad y servicios de seguridad, no son en realidad
sustancialmente distintas de las empresas industriales desde un punto de vista contable;
también en ellas hay una actividad de producción por un lado y actividades
administrativas, comerciales y financieras po r otro. Sin embargo, una diferencia radica
en que un servicio es, por definición, algo inmaterial que se produce en el mismo
momento en que se vende, y no pueden haber existencias (inventarios) de servicios. Por
este motivo el Estado de Resultados tendrá una estructura más simple que el de las
empresas industriales; muchos de sus costos serán gastos del período, incluidos los de
producción, puesto que cualquier servicio productivo es un servicio vendido, y cada
costo, un costo expirado. Por lo tanto, no existirá el problema de los efectos sobre el
beneficio final que se puede presentar en empresas industriales, al momento de
clasificar las partidas como costo del producto o gasto del período. A pesar de ello, es
interesante en muchos casos separar los costos de producción de los costos de otras
actividades, con la única diferencia que no se les llamará costo de mercancías vendidas,
pues no hay tales mercancías vendidas, sino costo de los servicios, o incluso una
expresión más ambigua, como costo de ventas. Esta será prácticamente la única
diferencia entre empresas industriales y de servicios; razón por la cual no es necesario
dar un ejemplo de la Cuenta de Resultados de estas últimas.
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Clasificaciones de costos
Hasta el momento se ha visto una visión intuitiva de los costos en los que incurren
diferentes tipos de empresa, pero es obvio que para cada tipo habrán distintos elementos
de costo, probablemente en gran número. Por ejemplo, se pueden precisar diferentes
tipos de suministros (lubricantes, por ejemplo) para cada actividad de producción; e
incluso podemos considerar momentos distintos para cada una de ellas. Por tanto, el
tener una lista detallada de costos sería una larga y tediosa explicación de las
actividades de la empresa en el período de tiempo que se considere.
Lo importante en Contabilidad de Costos será clasificar los costos de alguna manera que
presenten un resumen que puede ser útil como información para la toma de decisiones.
La primera, que explica únicamente en qué se utilizaron los recursos (salarios, horas
extras, compras al exterior, amortizaciones, intereses, etc.), es muy poco útil desde un
punto de vista empresarial, aunque puede serlo como base para cálculos
macroeconómicos.
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ser un costo que comparten con otros objetivos de costos.
Producto A
Insumos A
Costos
Producto B
Directos
Insumos B
Si tomamos ahora como unidad de referencia el producto A, serán costos directos del
mismo las materias primas usadas en su fabricación, y las horas de mano de obra de
fabricación, que también son directos co n respecto al departamento; pero en cambio,
será un costo indirecto del producto el sueldo del encargado del departamento, que era
un costo directo del departamento.
Costos
Insumos A Directos
producto A
Costos
Sueldo del encargado del Departamento M
I ndirectos
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Por tanto, un costo en sí, no es directo o indirecto, sino solamente en relación a una
determinada unidad de referencia. Si tomamos, por ejemplo, como unidad de referencia
la fábrica entera, o los productos de la misma, todos los costos serán directos de e lla,
mientras que, bajando de nivel, nos encontramos con que siempre hay costos indirectos
de la unidad de referencia que escojamos, puesto que siempre habrá algún costo (por
ejemplo, el sueldo del director de la fábrica) que comparte con otras unidades.
Sin embargo, en general será difícil que este ideal pueda cumplirse al pie de la letra,
puesto que algunos costos (la depreciación del edificio, por ejemplo) son iguales,
independientemente del número de departamentos que se tenga.
Al respecto, es interesante señalar que algunos costos indirectos pueden serlo por su
propia naturaleza, como la depreciación de la fabrica (edificio), o el sueldo del Gerente
General, que no son directos más que de la empresa en su conjunto, e indirectos, por
tanto, de unidades de referencia menores. Otros, en cambio, serán directos o indirectos
dependiendo de si se mide su servicio a cada unidad de referencia o no. Así, la energía
eléctrica podría en principio ser un costo directo de los departamentos si tuviéramos un
contador eléctrico en cada uno de ellos, y podría ser directo de cada producto si,
teniendo un contador en cada máquina, midiéramos además la electricidad usada por
cada uno. En general, sin embargo, no resulta práctico hacerlo así. Entonces habrá un
único contador, la energía eléctrica será un costo indirecto y se atribuirá a los
departamentos normalmente con arreglo a la potencia instalada.
Otra manera de clasificar los costos es en fijos y variables. Llamaremos costo fijo a
aquel costo que no depende del volumen de producción y ventas, es decir, cuyo total no
cambia por fabricar y vender más o menos unidades de cualquiera de los productos.
Ejemplos típicos de estos costos fijos son: el sueldo del Gerente, la depreciación de la
maquinaria, el alquiler de las oficinas, etc.
Llamaremos costo variable a aquél que sí varía con respecto al volumen, Un ejemplo
claro de costos variables es la materia prima; cuantas más unidades producimos, más
materia prima utilizamos. Otro ejemplo, serían las comisiones de ventas fijadas en un
tanto por ciento de la cifra de ventas.
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La mano de obra puede ser un costo fijo o variable, dependiendo de las circunstancias.
Si existe despido libre, y la empresa tiene intención de utilizarlo en períodos de baja
actividad, entonces será variable. Si no existe despido libre, o la empresa tiene la
política de mantener una cierta estabilidad en el empleo, entonces la mano de obra
podrá considerarse como fija. Sin embargo, aun estando en ese caso, si se sabe que la
empresa va a trabajar permanentemente a plena capacidad, y absorber las puntas con
horas extra, la mano de obra debe considerarse variable a efectos prácticos.
Algunas veces se denomina también a los costos variables, como costos proporcionales.
Las dos palabras pueden utilizarse como sinónimos. La palabra proporcional, sin
embargo, pone de manifiesto una hipótesis en general implícita cuando se habla de
costos variables: que tales costos son proporcionales al número de unidades; es decir,
que son una cantidad prefijada por unidad de producto, y por tanto pueden representarse
tal como se muestra en la parte (a) del Gráfico 3. Los costos fijos se pueden representar
como se puede ver en la parte (b), y los costos totales, es decir, la suma de ambos, como
se puede ver en la parte (c).
Importe
costo
Costo
variable
Importe
costo
Parte variable
Parte fija
Volumen de actividad
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Existen además otros tipos de costos, que llamaremos costos semifijos (ver Gráfico 5).
Son aquéllos que no varían dentro de un cierto intervalo, pero sí fuera de él, y con saltos
bruscos.
Importe costo
P Q
Volumen de actividad
Campo de validez
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Gráfico 6
Importe costo
Q
P
Campo de
validez
N Volumen de actividad
Cuando los productos son esencialmente distintos, en cambio, como pueden ser un
frigorífico y una tostadora de pan, el número de unidades no suele ser significativo, ya
que sumar unidades de cada uno de estos productos sería como sumar peras con
manzanas. Normalmente, entonces, se suele utilizar para este propósito las horas de
mano de obra directa, o bien las horas-máquina, como factor de ponderación de los
distintos productos. Por ejemplo, supongamos que se fabrican dos productos
completamente distintos, tanto en tamaño como en otras características, de modo que es
obvio que no se debe sencillamente sumar el número de unidades de cada producto para
expresar el volumen de actividad. Supongamos que cada unidad del primero, el
producto A, lleva 2 horas de mano de obra, mientras que el segundo, el producto B lleva
3 horas. Si se fabrican entonces 60 unidades de A, y 20 unidades de B, se dirá que el
volumen de producción ha sido de 60 x 2 + 20 x 3 = 180 horas de mano de obra directa
Esto es lo mismo que decir que una unidad del producto B equivale a 1,5 unidades del
producto A (es decir, están en relación de 3 a 2), de modo que también podríamos
afirmar que el volumen de producción ha sido equivalente a 90 unidades del producto
A, o bien a 60 unidades del producto B.
Una manera distinta de medir el volumen es posible en aquellos casos en los que la
proporción de unidades de los distintos productos permanece constante a lo largo del
tiempo. Por ejemplo, si se diera el caso de que casi siempre el número de unidades
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fabricadas y demandadas de A es el triple de las de B, se podría afirmar que el volumen
de actividad, en los datos del ejemplo anterior, ha sido de 20 paquetes de 3 unidades del
producto A y una unidad del producto B. Este método es de algún modo equivalente a
medir el volumen por la cifra de ventas, que si en el caso de un solo producto era una
buena medida, en el caso de varios productos presupone que la proporción que se vende
de cada uno de ellos es constante.
Cost drivers
Se han definido costos variables como aquellos que cambian con el volumen de
producción. Pero existen también otros tipos de costos que, si bien no son variables con
respecto al volumen de producción (es decir, al número de unidades en el caso de un
solo producto, o a alguna medida compuesta, como las horas de mano de obra directa,
en el caso de diversos productos), si lo son con respecto a algún otro factor, sea a corto
o a largo plazo. A estos factores con respecto a los cuales los costos pueden cambiar
(incluyendo el volumen de producción), se les viene identificando, en la literatura en
inglés sobre Contabilidad de Costos, mediante la expresión cost drivers.
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unidades de producto terminado que se pueda fabricar con las materias primas
compradas.
- Los costos de cobro de clientes, estarán más relacionados con el número de
facturas que con el importe de las mismas.
Por otra parte, incluso en inglés, la expresión es algo equívoca. Esta expresión fue
introducida por Porter para designar aquellos factores que hacen que los costos (quizás
variables) cambien a medio o largo plazo: economías de escala, aprendizaje y
experiencia, utilización de la capacidad. Este concepto difiere notablemente del
utilizado aquí, y ha sido traducido por Eduard Ballarín como propulsores de costo. Los
costos de mantenimiento de máquinas estarán en general relacionados con su utilización
en horas- máquina, más que con la medida habitual de volumen en horas de mano de
obra;
Como veremos más adelante, este concepto puede presentar implicaciones importantes
en el cálculo de los costos unitarios de los productos.
Otros, en cambio, pueden variar, pero sólo con un cierto tiempo, y como resultado de
una decisión. No se puede, por ejemplo, prescindir de mano de obra, ni tan sólo de la
más directa, sin tomar una decisión al respecto. En parte por limitaciones legales; en
parte por presiones sindicales; en parte por sentido de la responsabilidad; y en parte por
racionalidad empresarial (por ejemplo, por la inversión en formación de personal
especializado), lo cierto es que no, se puede (o no se debe) prescindir de mano de obra
directa de manera inmediata como respuesta a cualquier fluctuación del volumen de
producción. En cambio, en el caso de la materia prima, en general, y por pequeña que
sea la fluctuación, sí se ajustan las necesidades de manera prácticamente inmediata.
Por tanto, incluso en los costos más comúnmente considerados como variables, hay una
considerable diferencia de grado en cuanto a su variabilidad real, en el sentido que
algunos costos pueden ser menos variables de lo que parecen. Pero lo contrario también
es cierto, algunos costos fijos pueden ser más variables de lo que parecen. Así, los
salarios de la Alta Dirección son en principio un costo fijo, que no depende del volumen
de operaciones cuando este tiene fluctuaciones relativamente pequeñas. Pero si hay un
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cambio notable en el volumen de actividad, de modo que este llegue a duplicarse, o a
triplicarse al cabo de cierto tiempo, lo normal será que el equipo directivo aumente,
aunque al igual que en el párrafo anterior, deberá ser mediante una decisión explícita
por parte de la Dirección. De la misma manera, si el volumen disminuye seriamente, y
se estima que la disminución es duradera, posiblemente se pueda disminuir el tamaño
del equipo directivo, aunque también tenga que ser mediante una decisión explícita y
bastante más difícil.
En un terreno distinto, los costos relacionados con el tamaño de planta son aún más
rígidos a corto plazo, puesto que una empresa dispone de unas instalaciones dadas, y no
es fácil que pueda cambiarlas ni tan solo a un plazo medio. En cambio, a largo plazo (y
salvando consideraciones de tipo tecnológico), una empresa puede siempre adaptar el
tamaño de sus instalaciones productivas a las necesidades de la demanda, por lo que los
costos relacionados con las instalaciones se pueden también considerar variables a largo
plazo.
No todos los conceptos de costos, sin embargo, serán tan adaptables como los ejemplos
anteriores. Si bien es cierto que, a largo plazo, todos los costos se pueden alterar, no se
sigue de ello que sean variables, es decir, proporcionales al volumen de actividad o a
cualquier otro factor de variabilidad. Así, en algunas actividades (por ejemplo, control
de calidad) hay un mínimo en el que hay que incurrir imprescindiblemente si se quiere
que la actividad exista: este mínimo es un costo fijo, que no puede ser variable.
Tampoco los costos de depreciación de un edificio propio se pueden rebajar en general,
a pesar de que una parte del mismo pueda no usarse. Por tanto, habrá que tomar
precauciones para no confundirse con generalidades con respecto a la variabilidad de los
costos, y examinar el comportamiento de cada uno en detalle si no se quiere cometer
errores que en ocasiones podrían ser graves.
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Costos variables y costos directos
Los costos a los que se han hecho referencia hasta aquí eran costos totales, es decir,
costos en los que incurrimos por fabricar todo un lote de productos. Pero también
podemos hablar de costos unitarios, es decir, de costos referidos a la unidad de
producto.
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Gráfico 7 - Fluctuaciones del costo con la actividad
Costo Total Costo unitario
Costo Fijo Constante Varía
Costo Variable Varía Constante
Gráfico 8
I mporte
tal
costo
To
Total Unitario
Unitario
Volumen de Volumen de
actividad actividad
Resumen
La presente nota técnica tiene como objetivo proporcionar los elementos fundamentales,
tanto de intuición como de lenguaje, para poder analizar los problemas empresariales
relacionados con la Contabilidad de Costos.
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En resumen, los conceptos más importantes son los siguientes:
- Costos directos e indirectos.
- Costos fijos y variables.
- Factores de variabilidad de costos.
- La medida del volumen de actividad.
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