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CAPÍTULO IV ESTABLECIMIENTO Y CULTIVO DE ESPECIES

ADECUADAS PARA LA HENIFICACIÓN

Establecimiento de praderas de gramíneas

Las pasturas perennes son instaladas por lo general para períodos de dos a cinco años o más y,
por lo tanto, los errores en su implantación difícilmente puedan ser corregidos durante la vida del
cultivo. Es fundamental obtener una población uniforme en todo el campo y todas las operaciones
deberían tener este objetivo. Las gramíneas de semillas pequeñas sembradas especialmente para
pasturas y forrajes son diferentes, como cultivo, de los cereales, ya que han sido domesticadas en
tiempos recientes. Incluso, algunas de las especies tropicales no han ni siquiera sido
domesticadas. Las gramíneas forrajeras de zona templada han estado bajo cultivo por lo menos
durante algunos centenares de años, mientras que muchas de las especies tropicales han sido
cultivadas por primera vez en el siglo XX. Las semillas de gramíneas forrajeras por lo general son
muy pequeñas (Cuadro 3) y su siembra requiere un trabajo muy cuidadoso ya que el momento de
su establecimiento es crucial para el nuevo cultivo.

Algunas gramíneas tropicales pueden ser reproducidas vegetativamente, por lo general por medio
de estolones o maciegas, lo cual será discutido más adelante. Las técnicas de establecimiento de
las leguminosas son similares a las de las gramíneas y el tratamiento de las semillas y los
requerimientos de inoculantes se presentan en otro capítulo.

Época de siembra

El período del establecimiento es decisivo para el éxito, longevidad y productividad de los cultivos.
La época óptima de siembra varía ampliamente con las condiciones locales y los sistemas de
cultivo. Los cultivos forrajeros que se instalan bajo otros cultivos deben ser sembrados
inmediatamente después que su cultivo protector; las fechas estarán dadas por el ciclo de los
cultivos. En regiones templado'húmedas las principales épocas de siembra son la primavera y el fin
del verano, evitando las posibles sequías del verano. Las siembras de primavera deberían ser
hechas después que han cesado los peligros de heladas y vientos fríos. En condiciones tropicales,
es conveniente por lo general sembrar al inicio de la temporada de lluvias de modo que se asegure
una época de crecimiento lo más larga posible y de aprovechar el flujo de nitrógeno generado
durante el humedecimiento inicial de la tierra. Cuanto más corta sea la estación de las lluvias, más
importante será la siembra temprana. En los casos en que la estación seca es breve, las pasturas
se pueden sembrar más tarde durante las lluvias, pero el momento de las máximas lluvias debe ser
evitado. La recomendación más común es sembrar cerca de la llegada de las lluvias, algo lógico
pero de difícil aplicación práctica. Una lluvia ligera es sumamente beneficiosa pero las fuertes
tormentas tropicales pueden lavar y enterrar las semillas con serios perjuicios para el
establecimiento del cultivo.

En áreas de clima continental donde se presentan inviernos severos con nevadas pero con un
rápido calentamiento primaveral, pueden ser usadas varias técnicas que usan ventajosamente el
deshielo. La cama de semillas puede ser preparada y sembrada antes de la llegada de las nieves;
alternativamente, la cama de semillas puede ser preparada en otoño y las semillas sembradas
sobre la nieve, cuando se espera que comience el deshielo; la nieve que se derrite lava la tierra
que sirve para cubrir las semillas y les proporciona humedad para su establecimiento y crecimiento.
Estos métodos son adecuados para semillas de especies de leguminosas, más pesadas y
voluminosas que las semillas de gramíneas.
En áreas regadas, si hubiera una estación de lluvias, puede ser mejor sembrar con lluvia y regar
posteriormente, sobre todo en los casos en que se riega por inundación. En muchas partes de Asia
occidental, la primavera es una estación donde fuertes vientos y tormentas de arena
-p.ej khamasin- pueden tener un efecto abrasivo sobre las plántulas e incluso arrancarlas del suelo.
En las áreas en las que es conocida la prevalencia de estos vientos, esta época deber ser evitada
y es conveniente sembrar cereales a baja densidad a fin de proporcionar una cierta protección a la
pastura en germinación.

Preparación de la cama de semillas - cultivos de secano

Una cama de semillas con una labranza como para la siembra de trigo, debe ser el objetivo de
preparación de la tierra en condiciones templado-húmedas. En los casos en que la intensidad de la
lluvia es relativamente baja pueden ser usadas camas más finas. Una labranza excesivamente fina
puede llevar a un excesivo lavado y una labranza muy gruesa puede dificultar el control de la
profundidad de siembra de tal modo que las plántulas quedarán enterradas. Siempre que sea
posible, la tierra debería ser arada mucho antes de la siembra y la cama de semillas preparada con
rastras de discos o dientes inmediatamente antes de la misma. El uso de un rodillo tipo Cambridge,
siempre que esté disponible, es de gran ayuda para afirmar la cama de semillas. Cuanto más
limpia esté la cama de semillas, mayores serán las posibilidades de obtener un establecimiento
rápido y vigoroso del cultivo. En tierras nuevas, las malezas no son por lo general un problema
serio en el período del establecimiento; sin embargo, en la mayoría de los casos los cultivos para
heno son sembrados en tierras arables viejas las cuales casi seguramente tendrán una buena
invasión de malezas. La población de malezas debería ser reducida durante los cultivos anteriores
pero aún así es probable que las plántulas del cultivo para heno tengan que competir con muchas
malezas. Esto es un problema particularmente serio en el caso de los cultivos para heno de
muchas especies tropicales cuyas semillas son muy pequeñas -en muchos casos minúsculas- en
comparación con las especies de zona templada. Es posible sembrar directamente los pastos
sobre restos de cultivos que han sido desmalezados con herbicidas, como ocurre en la agricultura
mecanizada.

Cuadro 3. Peso de las semillas de algunas gramíneas

Cultivo Semillas/kg
Cereales y gramíneas tropicales
Avena sativa - avena 30 000
Zea mays - maíz variable
Sorghum bicolor  (sin. vulgare) - sorgo granífero 25 000 - 70 000
Sorghum drummondii  (sin. sudanense) - Sudangrás 100 000
Gramíneas de zona templada
Bromus catharticus (sin. unioloides) - cebadilla 135 000
Dactylis glomerata - pasto azul, pasto ovillo 725 000 - 1 250 000
Lolium multiflorum - raigrás anual 440 000 - 550 000
Lolium perenne - raigrás perenne 440 000 - 585 000
Phleum pratense -  fleo 2 000 000 - 2 600 000
Gramíneas de zona tropical
Cenchrus ciliaris - pasto roseta 350 000 - 450 000
Chloris gayana -  pasto Rhodes 3 300 000 - 4 400 000
Eragrostis curvula - pasto llorón 3 300 000
Eragrostis tef -  tef 2 500 000 - 3 000 000

Siembra
Todas las semillas de especies forrajeras son pequeñas y las de gramíneas en particular, son
livianas. Las densidades de siembra son bajas, y por otro lado el precio de las semillas es alto; por
ello, el buen ajuste de la sembradora y el uso de maquinaria es muy necesario. Las semillas de las
gramíneas de zona templada y las semillas de la mayoría de las leguminosas tienen, por lo
general, un flujo fácil y no presentan inconvenientes en su flujo del cajón sembrador. Las semillas
de las especies tropicales no tienen sin embargo un flujo libre y por lo general contienen de una
gran cantidad de materia inerte -espiguillas vacías, semillas inmaduras, pero no otros restos o
semillas de malezas- con un contenido relativamente bajo de semilas y con valores germinativos
medios; por esta razón es necesario conocer el porcentaje de semilla pura germinativa o de semilla
pura viva antes de decidir sobre la densidad de siembra. La limpieza de las semillas a los más altos
niveles de pureza no es una solución ya que con pequeñas diferencias en peso específico se
pueden perder grandes cantidades de buena semilla. Además, las semillas son tan pequeñas que
las densidades de siembra serán muy bajas causando serias dificultades en la siembra. Algunas
semillas de gramíneas tropicales presentan un período de latencia inmediatamente después de la
cosecha que puede persistir por varios meses; los más conocidos son los casos de Cenchrus
ciliaris y Chloris gayana. En Kenya, a una altitud media, la germinación de la semilla de Chloris
gayana mantenida en un depósito a temperatura ambiente alcanzó su máximo 30 meses después
de la cosecha. Las semillas de especies de zona templada procedentes de productores serios son,
por lo general, de altos estándares y las tasas de germinación y pureza son altas; las semillas
cosechadas en la finca o adquiridas localmente deberían, sin embargo, ser analizadas antes de la
siembra. Es necesario recordar que las semillas de las especies forrajeras son costosas y en
muchos países en desarrollo son difíciles de obtener.

Para asegurar una buena población de plantas en el cultivo se debe sembrar una cantidad correcta
de semillas y un incremento de la densidad de siembra de ninguna manera puede compensar una
mala preparación de la cama de semillas o el uso inadecuado de fertilizantes en las primeras
etapas del cultivo; además es sumamente costoso. En el caso de los cultivos para heno, las
semillas pueden ser sembradas tanto en surcos cercanos como al voleo. Cualquier método que se
use debe asegurar, sin embargo, que la siembra sea superficial y que las semillas sean distribuidas
uniformemente. La densidad de siembra de las especies forrajeras es mucho menor que la de los
cereales. La siembra al voleo también presupone la distribución al voleo del fertilizante, una
operación que puede tener un marcado efecto en el estímulo al crecimiento de las malezas en las
etapas iniciales del establecimiento del cultivo. Una sembradora de cereales con alimentador
forzado puede ser usada para todos los pastos y leguminosas de zona templada; en algunos
casos, hay máquinas con pequeñas cajas sembradoras que tienen un cepillo alimentador que
distribuye la semilla al voleo detrás de la cuchilla del disco sembrador; en general, se prefiere la
siembra en surcos cercanos. La sembradora presenta la ventaja de que la fertilización se realiza al
mismo momento de la siembra. Las sembradoras son sumamente satisfactorias para las especies
de zona templada que se siembran a profundidades entre 1 y 3 cm. Cuando se siembran especies
tropicales las cuchillas y los tubos sembradores deben ser levantados de modo que apenas toquen
el suelo para evitar que las semillas queden excesivamente enterradas; es suficiente una cobertura
mínima. Muchos pastos tropicales, incluyendo el pasto elefante y el pasto Rhodes, tienen aristas
que no les permiten un flujo libre en el cajón sembrador por lo que se debe usar un revolvedor para
permitir un flujo adecuado. La semilla puede ser mezclada con arena o fertilizante pero se debe
poner atención a que no separe dentro del cajón sembrador. Si la semilla se mezcla con
fertilizante, esto se debe hacer en el campo a fin de minimizar la separación de los dos
componentes.

Las sembradoras simples tiradas por tracción animal y las modificaciones a los arados con cajones
sembradores se usan con buenos resultados para la siembra de cereales y algunas especies
alimenticias en Asia, pero no son adecuadas para la siembra de semillas de pastos tropicales si
bien pueden ser usadas probablemente para el raigrás. Las máquinas especializadas para la
siembra de pastos obviamente pueden llevar a un establecimiento más seguro del cultivo, pero son
costosas y es difícil justificar su adquisición excepto en el caso de que se siembren grandes
extensiones; la sembradora Brillion, por ejemplo, que siembra entre dos pequeños rodillos
compresores, es una herramienta efectiva para la siembra en camas de semilla bien niveladas,
pero es costosa, pesada y difícil de transportar.

Siembra al voleo

La siembra al voleo puede ser hecha con una sembradora de mano consistente de una caja
sembradora liviana y una rueda y es llevada por un hombre. Hay versiones más modernas
montadas sobre la toma de fuerza del tractor. En ensayos, dos hombres en turnos, pueden
fácilmente sembrar con una sembradora de mano al voleo hasta 4 ha/día; en este caso el
alimentador con cepillos fue adecuado para sembrar semillas tropicales vellosas. Sin embargo,
este equipo simple y eficiente, hoy día es difícil de obtener. Las sembradoras centrífugas
manuales, que son excelentes para las leguminosas, no son adecuadas para las gramíneas
tropicales y la mezcla de estas semillas con fertilizantes y su distribución con el distribuidor de
fertilizantes es completamente insatisfactoria. Para la siembra manual al voleo la semilla deber ser
mezclada con arena o un producto de peso específico similar y su peso adaptado para la siembra
de cada lote particular; el campo se marca con estacas de modo que cada lote sea cubierto con la
cantidad correcta de semillas. El marcado de los lotes y el pesaje de la semilla son importantes
especialmente cuando los operadores tienen poca experiencia. Estas semillas son costosas, por lo
que todo cuidado adicional que se tenga en su manejo será recompensado, por ejemplo
reduciendo el error de una siembra excesivamente densa en la primera parte del lote mientras que
no resta semilla para la parte final del mismo.

Manejo inicial del cultivo

A pesar del cuidado que se tenga en la preparación de la tierra para reducir la población de
malezas, es muy probable que estas aparezcan en gran cantidad en el momento de la emergencia
del cultivo. Si su número no es excesivo como para dar sombra al cultivo, es probable que sea
conveniente esperar hasta que el forraje sea lo suficientemente alto como para permitir un pastoreo
ligero con el ganado. En los cultivos puros de gramíneas se pueden usar herbicidas selectivos para
eliminar las malezas de hoja ancha; sin embargo, esta situación se complica si existen cultivos de
leguminosas. El corte es una alternativa al pastoreo, pero se debe tener especial cuidado en no
dejar material muerto sobre las plantas nuevas. Un primer corte con una cosechadora de forraje
puede ser hecho a fin de remover todo el material cortado y usarlo para ensilaje o heno.

El objetivo principal en el primer año del establecimiento de las especies perennes es el de


establecer una población fuerte que tenga un alto potencial de rendimiento durante varios años ya
que todas las actividades serán influenciadas por el éxito de esta operación. Después que se han
completado las operaciones de control de malezas, los cultivos de gramíneas deberían recibir una
fertilización nitrogenada en cobertura para acelerar su crecimiento y fortalecer el desarrollo de las
plantas. La elección de la defoliación temprana, por corte o directamente por el ganado dependerá
del cultivo, de la estación, del clima y de las necesidades del sistema de producción de la finca.
Tanto el sobrepastoreo o la invasión de la pastura joven por animales pesados cuando la tierra
está húmeda deben ser evitados a toda costa. La altura del cultivo en el momento del primer corte
o pastoreo depende de la especie que la forma: las gramíneas de zona templada deberían ser
pastoreadas cuando tienen cerca de 10 cm de altura y rebajadas a 3-5 cm. Las plantas individuales
de las especies tropicales son más grandes y deberían empezar a pastorearse cuando llegan a 25-
30 cm de alto y rebajadas a 8-10 cm. Los períodos cortos de pastoreo son siempre necesarios y es
mejor el ganado vacuno joven para el pastoreo de las pasturas en la etapa de su establecimiento;
el ganado adulto es más pesado y puede causar mayor daño por pisoteo y las ovejas se alimentan
en forma más selectiva.

Establecimiento de pastos con riego

Las técnicas usadas son similares a aquellas que se aplican en las tierras de secano, pero en
muchos casos es deseable regar antes del final de la preparación de la cama de semillas, esperar
hasta que el suelo se pueda trabajar, sembrar y hacer que la semilla germine con la humedad
residual y recién entonces aplicar un primer riego ligero. El riego después de la siembra y antes de
la emergencia de las plántulas puede llevar al encostramiento del suelo y a una reducción de la
población. En zonas de inviernos fríos, es posible llenar el perfil de suelo con agua inmediatamente
antes de las heladas y tener así una cama de semillas húmeda en el momento del deshielo
primaveral. Todos los trabajos del cultivo deben asegurar que la tierra quede perfectamente
nivelada y libre de hoyos que pudieran permitir zonas inundadas con la consecuente falta de
plantas o de lugares favorables a las enfermedades en razón del agua estancada. El cultivo es
sembrado en líneas o al voleo en la forma corriente y después se levantan los lomos y las
estructuras de riego dentro del predio. Donde hay suficiente lluvia para el establecimiento de las
plántulas puede ser preferible confiar en la misma para las etapas iniciales y posteriormente regar.

Siembra bajo cobertura

Los cultivos para pasturas frecuentemente son sembrados junto con cereales -que en este caso es
el cultivo de cobertura. Después de la cosecha del grano se desarrolla el cultivo forrajero, lo cual
ahorra una temporada y elimina el trabajo de la labranza de un cultivo. El cereal se siembra en la
forma corriente e inmediatamente después las semillas de las pasturas son sembradas al voleo o
en surcos cruzados más superficiales. En las primeras etapas el cereal proporciona alguna
protección a las plántulas forrajeras pero, de aquí en adelante, estas sufrirán a causa de la sombra
y la competencia por luz, agua y nutrientes. La siembra sin un cultivo de cobertura por lo general
permite obtener un mejor establecimiento de las pasturas y cuanto mejor sea el cultivo del cereal
mayor será el riesgo que corre el forraje cubierto; si el cereal pudiera volcarse, se perderán
grandes áreas del cultivo forrajero. La siembra con cobertura, que se originó cuando los métodos
de cultivo de los cereales eran menos intensivos que en la actualidad y los cultivos
consecuentemente más aliviados es, sin embargo, muy popular aún. Cuando se siembran
leguminosas o mezclas de leguminosas con gramíneas, la siembra con cultivo de cobertura es
menos recomendable.

En vez de sembrar el cultivo forrajero cubierto por un cereal, a menudo es posible sembrar las
semillas de pasturas con una ligera mezcla de un cultivo para ensilar o para pastorear como
pueden ser la avena o la cebada, las que son cosechadas al inicio de la estación y ofrecen una
buena oportunidad al crecimiento de la pastura. El tef es usado en Sudáfrica en esta forma para
establecer el cultivo de pasto llorón (Eragrostis curvula).

La técnica de siembra con cobertura puede ser útil donde soplan vientos fuertes y hay tormentas
de arena en la época de instalación del cultivo. Las gramíneas pueden ser sembradas en líneas
con cobertura; en África oriental, el pasto Rhodes y el pasto gordura (Melinis minutiflora) son
normalmente establecidos debajo del maíz: la semilla se siembra al voleo, por lo general a mano,
después de la última limpieza de las malezas del maíz. Los restos de cañas y hojas de maíz deben
ser removidos del campo inmediatamente después de la cosecha y es aconsejable cortar las
malezas en ese momento. El cultivo forrajero no es pastoreado hasta la llegada de las próximas
lluvias.

Propagación vegetativa de las gramíneas

Algunos pastos tropicales, por lo general estoloníferos, rizomatosos o con fuertes maciegas son en
algunos casos propagados vegetativamente. Esto ocurre en los casos en que la producción de
semillas es difícil o cuando se usa material clonal -p. ej. algunos cultivares de pasto
Bermuda Cynodon dactylon, de pasto pangola Digitaria decumbens  o de pasto
elefante Pennisetum purpureum. La preparación de la tierra es similar a la de la siembra pero la
rastreada final no debe ser muy fina. Las gramíneas estoloníferas o rizomatosas se siembran por
trozos de estolones o rizomas colocados a mano a distancias grandes ya que rápidamente cubrirán
el área o pueden ser esparcidos al voleo y enterrados en el suelo húmedo con una rastra de
dientes o de discos. Las especies que presentan maciegas más grandes se siembran en surcos
dividiendo las maciegas; las maciegas madre se desentierran y se dividen en unidades de tres o
cuatro grupos de tallos cortando las hojas superiores y las raíces muy largas -que de cualquier
manera morirán más adelante. Se debe tener cuidado de evitar la desecación del material y de no
hacer este trabajo a pleno sol. El material a sembrar puede ser colocado directamente en el suelo
húmedo abriendo los hoyos en el momento inmediatamente anterior a la siembra; en caso
necesario, el material a sembrar puede ser apilado a la sombra, regado y cubierto por unos pocos
días hasta que comiencen a aparecer las nuevas raíces. El pasto elefante se siembra por
estaquillas del tallo en la misma forma en que se siembra la caña de azúcar.

Establecimiento de leguminosas y tratamiento de las semillas

Las leguminosas son sembradas por su alto valor alimenticio y son incluidas en las rotaciones
como mejoradoras del suelo. Además muchas de ellas son melíferas; por ejemplo, los tréboles rojo
y blanco y la alfalfa son apreciados para la producción de miel. En el caso de sembrar grandes
áreas, la producción de miel debe ser seriamente considerada; cuando el objetivo es la producción
de semillas, las abejas contribuyen a la polinización cruzada. La preparación de la tierra, de la
cama de semillas y la siembra son similares a las de las gramíneas.

Tratamiento de las semillas de leguminosas

Las semillas de estas especies a menudo requieren un tratamiento antes de la siembra de modo
de acelerar el proceso germinativo y de asegurar una infección adecuada con bacterias
nitrificantes. Las semillas de leguminosas forrajeras por lo general presentan una alta proporción
de semillas con cubiertas seminales impermeables que no permiten la imbibición y que, por lo
tanto, no germinarán cuando son sembradas permaneciendo latentes en el suelo hasta el momento
en que la cobertura seminal pierde su impermeabilidad; tales semillas son conocidas
como semillas duras. Esta característica es apreciada en áreas de lluvias poco confiables pero no
es deseable cuando se busca un establecimiento rápido de una pradera con densidades de
siembra normales. Estas semillas duras deben ser sometidas a un proceso de escarificación.

Las leguminosas prosperan solo cuando fijan nitrógeno por medio de la simbiosis con bacterias
específicas del género Rhizobium. Cuando se trabaja con un cultivo recién introducido en una
cierta área o cuando se lo siembra en una tierra nueva, a menudo es necesario inocular la semilla
con su bacteria específica.

Cuadro 4. Peso de las semillas de algunas leguminosas

Cultivo Semillas/kg
Leguminosas forrajeras
Hedysarum coronarium - zulla 230 000
Lotus corniculatus -  loto, pata de pájaro 825 000 - 925 000
Medicago sativa - alfalfa 480 000
Medicago falcata -  alfalfa amarilla 510 000
Melilotus alba - trébol de olor 550 000 - 600 000
Onobrychis sativa - esparceta 55 000 - 66 000
Trifolium alexandrinum - trébol de Alejandría 440 000
Trifolium pratense - trébol rojo 440 000 - 660 000
Trifolium repens -  trébol blanco 1 650 000
Trifolium resupinatum- trébol persa 1 480 000
Vicia sativa-  vicia 18 000
Legumbres
Cyamopsis tetraglonoloba -  guar 45 000
Pisum sativum -  arveja, guisante variable
Glycine max -  soja variable
Vigna unguiculata -  caupí 8 000 - 10 000

Identificación en el campo de nódulos efectivos

Las plantas deberían ser examinadas en las etapas de crecimiento activo para identificar el estado
de su nodulación y decidir si es necesario inocular los cultivos a sembrar en condiciones similares.
Las leguminosas recién sembradas siempre deberían ser revisadas para constatar el estado de la
nodulación, para controlar la efectividad del proceso de inoculación y para recoger información
para otras siembras posteriores. La nodulación efectiva por lo general ocurre un mes después de la
siembra.

Las plántulas deben ser desenterradas cuidadosamente para examinar sus raíces. La presencia de
nódulos grandes en la raíz principal y en las principales raíces laterales en los dos o tres
centímetros superiores del suelo que muestran un color rosado en un corte -debido a la presencia
de hemoglobina- indican una nodulación efectiva.

Escarificación de las semillas

El objetivo de la escarificación es el de permitir la entrada de agua en la semilla a través de la testa


impermeable o como en el caso de Stylosanthes  sp. a través de la vaina, acelerando de esta
manera el proceso de germinación. La característica de las semillas duras está limitada a algunas
especies o cultivares y puede ser seriamente afectada por las condiciones climáticas durante la
maduración de la semilla. Las semillas cosechadas o trilladas mecánicamente reciben, por lo
general, una suficiente escarificación por medio de la abrasión que causa la maquinaria. Las
semillas de leguminosas tropicales cosechadas y trilladas a mano, por lo general muestran más
semillas duras que las semillas procedentes de la cosecha mecánica. Comúnmente se usan tres
métodos de escarificación: mecánico, agua caliente y ácido. Sólo la escarificación mecánica
debería ser usada en los trabajos de extensión, salvo que se cuente con la participación de un
técnico altamente calificado durante todo el proceso de escarificación y siembra.

La escarificación mecánica  puede ser hecha en pequeña o gran escala y consiste en la abrasión
o golpeado de las semillas. A escala de laboratorio se usa una caja con el fondo recubierto de
papel de lija. La semilla se distribuye sobre la parte abrasiva y se frota con una lámina de goma.
Las muestras de tamaño medio se pueden frotar contra un piso de concreto con zapatos de suela
de goma. Las muestras más grandes pueden ser escarificadas en descascaradoras de arroz, en
mezcladoras de cemento con arena, o en máquinas específicas. La escarificación mecánica es
económica y simple, la semilla tratada puede ser almacenada por varias semanas, la semilla puede
ser inoculada después del tratamiento y el tratamiento no induce la germinación. Los errores no
son frecuentes salvo cuando la semilla es tratada en forma excesivamente ruda.

La escarificación con agua caliente  puede ser hecha en lotes pequeños a medianos. La semilla
es sumergida en agua caliente -a veces hirviendo- y mantenida por un cierto tiempo, variable
según las especies. El sistema es simple pero requiere una supervisión estricta. Sin embargo, tiene
varias desventajas. En el caso de Trifolium alexandrinum y T. resupinatum  se usa remojarlas en
agua fría antes de la siembra en campos apenas inundados, pero en este caso el objetivo del
remojado es el de impedir que las semillas floten. La escarificación con agua caliente está sujeta a
los errores del operador; el proceso induce la germinación de modo que la semilla no puede ser
almacenada ni siquiera por períodos cortos y si es sembrada y no llueve la mortalidad será
importante. Si no es posible sembrarla -por ejemplo, a causa de lluvias excesivas durante el
período de escarificado- la semilla fermentará, salvo si es correctamente ventilada. Además, la
inoculación es más difícil y algunas especies exudan un mucílago pegajoso que une las semillas en
grumos como en el caso de Neonotonia  sp.
La escarificación con ácido consiste en sumergir las semillas en ácido concentrado, por lo
común ácido sulfúrico, por un período especificado. Esta técnica es adecuada para analizar
semillas o para muy pequeñas cantidades y no es adecuada para su uso en el campo.

Inoculación de las semillas

El objetivo de la inoculación es recubrir las semillas de leguminosas con una cantidad


suficientemente alta de Rhizobium  vivos de la línea apropiada para proporcionar una nodulación
rápida y efectiva en el campo. En la actualidad se producen varios tipos de inoculantes, pero
aquellos en polvo confeccionados sobre base de turba son los recomendados para usar en el
campo. Se debe poner especial cuidado en todo momento para proteger los inoculantes de las
altas temperaturas, de la luz solar directa y de materiales bactericidas. La inoculación de las
semillas es un proceso simple pero sujeto a muchas posibilidades de error. El polvo inoculante
debe ser mezclado con una solución acuosa de adherente, por lo general goma arábiga al 15 por
ciento, un material que se encuentra comúnmente en el mercado de los países tropicales y
subtropicales. La turba en polvo es mezclada con el adherente inmediatamente antes de ser
usado; la semilla se amontona sobre una superficie limpia de cemento o similar y el inoculante es
vertido y mezclado cuidadosamente con una pala o con una mezcladora de cemento, pero
evitando siempre mezcladoras que se hayan usado para otros revestimientos de semillas. La
cantidad de líquido a usar será dada por la práctica buscando de cubrir la semilla con un mínimo de
humedad. Las semillas tratadas deben ser extendidas inmediatamente para su secado a la
sombra, en capas finas, y una vez secas deben ser sembradas tan pronto como sea posible.

Píldoras para proteger el inóculo en la semilla

Cuando las semillas inoculadas en el momento de la siembra deben ser mezcladas con fertilizantes
ácidos tales como el superfosfato simple o cuando existe el peligro de que esas semillas sean
expuestas a un ambiente seco o a la luz del sol después de la siembra, pueden ser pildorizadas a
fin de proteger el inóculo. Por lo general las semillas se revisten con cal o fosfato de roca usando
un adherente como la goma arábiga en una mezcla al 45 por ciento peso/volumen. Las semillas
bien pildorizadas pueden ser almacenadas a temperatura ambiente por un período de hasta un
mes. Sin embargo, para una buena sovrevivencia de la semilla y del inoculante, en estas
condiciones se deben usar solamente inoculantes preparados sobre base de turba.

Un método común usando la goma arábiga al 40-45 por ciento puede requerir el calentamiento de
la mezcla ya que es difícil de disolver. Puede ser conveniente preparar la solución el día anterior y
dejarla enfriar durante la noche; en cualquier caso, la goma arábiga debe ser competamente pura.
La goma arábiga es de por si un nutriente y no es necesario usar otros aditivos como el azúcar. El
material para recubrir las semillas debe ser muy fino y debe pasar en su totalidad el cedazo 300. La
cal de uso agrícola es muy gruesa; la cal para blanquear muros y el carbonato de calcio muy finos
son adecuados para los tréboles y las leguminosas de zona templada. En el caso de semillas del
tamaño del trébol blanco, es necesaria una cantidad de material para el recubrimiento equivalente
a cerca del 25 por ciento en peso de las semillas, pero cuanto más pequeñas son las semillas más
material se requiere para el recubrimiento. Hay dos tipos de Rhizobium a ser considerados: el tipo
asociado con los tréboles y la mayoría de las leguminosas de zona templada es de rápido
crecimiento y producción de ácido, por lo cual es necesario usar cal. El otro tipo, asociado a
muchas leguminosas tropicales es un lento productor de álcali, en cuyo caso se debe usar fosfato
de roca. El Cuadro 5 ofrece una guía de las cantidades de materiales de revestimiento requeridas,
las cuales, sin embargo, deben ser ajustadas a las condiciones locales.
Cuadro 5. Tamaño de las semillas y cantidad de material de revestimiento

Píldoras pequeñas Píldoras grandes


Semillas
Tamaño de la semilla adhesivo revestimiento adhesivo revestimiento
(kg)
(ml) (kg) (litro) (kg)
Pequeñas 6,8 284 3,4 1,14 6,8
Pequeñas a medianas 10,2 284 3,4 1,14 9,0
Medianas 13,6 284 3,4 1,14 9,0
Grandes 27,2 284 3,4 1,14 6,8

Fuente: adaptado de Leguminosas Forrajeras Tropicales (FAO, 1991)

El polvo inoculante es cuidadosamente mezclado con el adherente inmediatamente antes del uso y
el adhesivo es aplicado sobre la semilla en cantidad suficiente como para que sea pegajosa pero
sin humedecerse en exceso. El material de revestimiento se aplica inmediatamente y el montón de
semillas es cuidadosamente revuelto y mezclado hatsa que se formen las píldoras. La semilla
puede ser sembrada inmediatamente pero es conveniente dejarla secar y endurecer a la sombra
por unas horas. Las píldoras más grandes deben secarse completamente, de lo contario el
revestimiento se puede desprender.

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