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Romance Rivarola
Romance Rivarola
Indice:
Romance heroico
La gloriosa defensa
Octavas
Sucinta memoria
Romance heroico
PRIMERA PARTE
Santísima Trinidad
y purificad mi lengua,
Ya de tu sagrado fuego
mi débil pecho se llena,
e inflamado de su llama,
se lloraba prisionera,
somos ya de Inglaterra.
de la britana soberbia.
y de nuestro cautiverio
entonces compadecido
un de Villars, un Turena,
su religión, su piedad,
en misteriosa apariencia,
lo declara y manifiesta.
admirado ve y observa
a un enfermo se le lleva
encubierto y escondido.
le acompaña reverente,
le adora, y en su presencia
se enciende su devoción
a conquistar la tierra,
se le oponen a la empresa!
Pero, ya determinado,
a Montevideo vuela.
a Montevideo llega.
vivacidad y elocuencia
de reconquistar la plaza
había ya concebido
de tan distinguida empresa,
y meditaciones serias,
determina valeroso
la famosa Capital
Expide convocatorias
convidando generoso
La ilustre Gobernadora
o de morir en la empresa.
SEGUNDA PARTE
y a su horrísono clamor
acompaña la trompeta
de Belona a la palestra,
El generoso caudillo
a pesar de su valor
de desamparar su puesto,
la expedición encomienda,
tenía ya destinado
en armoniosas cadencias
y caminos atraviesan,
de la ilustre capital:
plácidamente navegan
el valor, la fe y paciencia.
de trabajos y molestias
se apresuran a porfía
a sus reconquistadores
de la esclavitud inglesa.
dista de la capital
de fusil y bayoneta
El General Beresford
a la derrota total
mantenerse en la palestra,
y sostener el ataque
se preparan a la guerra.
y muera la Inglaterra.
un Vesubio representa,
y un carro de municiones
constantemente pelean.
su intrepidez manifiesta
claramente manifiestan.
TERCERA PARTE
dirige la Providencia.
de la ciudad ha salido,
y lloviéndoles encima
y a la Chacarita llegan,
soldados de la frontera,
al ejército se agregan
de valor y patriotismo
corrales de Miserere
se domina en la tierra.
a su Ayudante le ordena
desampare la ciudad
si experimentar no quiere
Detenido el ayudante
la comitiva y trompeta
el acampamento nuestro
Es innumerable el pueblo
y su militar pericia
A su lado le acompaña
la municiones de guerra.
A éstos, por la misma calle,
el teniente de navío
el intrépido Murguiondo
el generoso Mordell
y el valiente Chopitea,
de su intrépido valor
y exigía la prudencia
y la gente se sosiega
el pabellón español
se enarbola y la bandera,
soldados y centinelas
su entusiasmo manifiestan.
El valiente General
al Coronel de Pinedo,
religión y fe sincera.
su lealtad y gentileza
de su carabina cuela,
inutilizando el arma
que le da la Providencia.
Innumerables muchachos
y cartuchos acarrean;
y muera la Inglaterra!
de la artillería inglesa,
la Divina Providencia.
se dirige a Pueyrredón,
y de su caballo al pie
dejando en su patriotismo
religión y fe sincera
ejemplo de imitación
y a su familia nobleza.
El valiente castellano
ni le asusten bayonetas:
y de su resulta pasa
dejando de su lealtad
gloriosamente murieron,
Entretanto indecisa
si la tropa de marina
Ya se acobarda el inglés,
ya desmaya, ya flaquea,
ya vuelve la espalda y huye
a ganar la fortaleza.
parlamentaria bandera;
de la española franqueza,
si experimentar no quiere
el pabellón español
de Conventos y de iglesias
al verse ya libres de
la dominación inglesa,
y su sargento mayor
enarbolar su bandera
cañones y bayonetas
de todos la enhorabuena.
felicidad os conceda,
La gloriosa defensa
PRIMERA PARTE
Beatísima Trinidad
abismo de perfecciones,
en americano suelo.
atacar la capital,
seguramente creyendo
que el ejército español
se rendiría al instante,
estampan abiertamente,
de su valor satisfechos,
al combate y tiroteos.
desde su Montevideo.
El día 26 de Junio,
y lo verifican todos
anuncia la generala
y destierran de la noche
de experimentar desgracias
sufriendo incomodidades,
trabajo y gastos inmensos.
El ejército anglicano
e intransitables senderos,
en un bañado perdieron,
Innumerables muchachos
marchan en su seguimiento,
y en repetidos clamores
trincheras y parapetos,
al enemigo impacientes
en su marcha y movimientos,
y de paso, escaramuzas
en la tenebrosa noche
a semejantes paseos,
y ordenados en batalla
en retirada batiendo,
a un capitán de artilleros
y de su parte ofreciendo
de la religión sagrada,
no se oiría proposición
de manifestar su celo.
a la mañana siguiente
Es incalculable el daño
y muchísimo dinero
es la sacrílega furia,
el horrendo atrevimiento
de profanar lo sagrado
No se puede ponderar
la execración y el desprecio?
Su descantado valor,
sólo se ha manifestado
y crueldad lo merecieron.
y a tantas atrocidades
sangrándose en el suelo,
SEGUNDA PARTE
su ejército numeroso
se va encaminando al pueblo
El ejército español
y dotación de artilleros.
y el Ilustre Ayuntamiento
el parque de artillería
constancia y disposición
el capitán de navío
de honor y conocimiento
se ha convertido en infierno.
y de la fusilería
y de la marina real
seguían su tiroteo.
Esta determinación
en retirada saliendo
teniente de granaderos
al oficial artillero,
justamente en él temiendo,
quien por fortuna escapó
prontamente respondiendo
no continuaba su fuego.
a pasar a la ciudad
en busca de municiones,
granadero de Galicia
en el muslo y en el pecho,
de su gran resignación
y cristianos sentimientos.
A sus padres que afligidos
de la religión y el pueblo.
viéndose ya rodeados
claramente conocieron.
de balas y de metralla,
y limitados momentos
destrozaron la columna,
la formación deshicieron,
Un resto de la columna
escapó, se fortalece,
de combate y tiroteo,
se rinden a discreción
en valor se distinguieron
al comandante Saavedra,
a la puerta falsa de
el religioso convento
de Santo Domingo y rompe
Se apoderan de la torre,
de la sacristía y templo;
a un humilde religioso
la vileza cometiendo,
de derramarles el agua
a morir en la batalla
y penetrados de miedo
bandera parlamentaria
El teniente de navío
Unquera va al parlamento,
y general sentimiento
en el clarín de la fama
El general, irritado
de tales procedimientos,
garantía de su vida
desarmados y confusos
la vergüenza y el desprecio.
y de nuestro pabellón
a su pesar prisionero,
religión y juramento,
gozaba de libertad,
de salvoconducto y sueldo;
de religión y respeto,
con descaro sin igual,
de su persona y nación
se escapó a Montevideo,
imitando la conducta
de su General Guillermo.
de su corazón protervo,
de furor y engreimiento
tenía ya consagradas
y fuerza en el universo
de su loco atrevimiento
la victoria es de María,
de Catalinas, situado
de la ciudad a un extremo,
la madrina, y elegida
en el dulce Sacramento;
Octavas
II
III
IV
VI
VII
IX
XI
Sucinta memoria
I
II
III
El bravo Whitelocke reforzado
IV
VI
VII
VIII
IX
FIN
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