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PROBLEMAS Y DESAFÍOS EN EL PERÚ ACTUAL

Sesión 10

Tema: El retorno a la democracia (1980 – 1990)


Logro de la sesión: Al finalizar la sesión, los estudiantes comprenden el significado del proceso de transición democrática e identifican los principales
problemas que tuvo que afrontar el Perú en los años ochenta del siglo XX.

Actividad 1: A partir de las explicaciones realizadas en clase y la lectura del texto de Valentín Paniagua referido a la transición democrática producida en
nuestro país entre fines de los años setenta y el año ochenta del siglo XX y respondan la siguiente pregunta: ¿cuáles fueron las condiciones en que se produjo
el paso de la dictadura a la democracia?

Texto: La nueva transición en el Perú


“El año 1980 se inicia un quinto esfuerzo de transición hacia la democracia. Aparecen entonces algunos factores que habrían de influir en el proceso político de la
década hasta 1990. Eran objetivos de la transición democrática del 80, la restauración del régimen constitucional, en todos sus aspectos, la redemocratización de
la sociedad peruana, la estabilización social, la reforma del Estado y la reactivación y la liberalización de la economía. Se había producido una intensísima
estatización. Era necesario liberalizar la economía y la organización estatal, democratizar la sociedad peruana y crear nuevamente cauces constitucionales para el
libre desenvolvimiento de los partidos y de las fuerzas políticas. La transición se inició con la dación de la Constitución de 1979, que logró prácticamente el
consenso de todas las fuerzas políticas, aunque no con semejante entusiasmo. Las izquierdas marxistas, a horcajadas entre la revolución y la democracia, –que
aprovechaban de sus ventajas para “acumular fuerzas” y a la que combatían abiertamente por sus deficiencias, promoviendo la protesta y las demandas no
contribuyó, hasta la caída del muro de Berlín, a la consolidación del régimen. Hubo, pues, un lamentable “consenso insuficiente”, que restó vigor al proceso
iniciado en 1980 y que le impidió enfrentar con éxito algunas dificultades graves, que afectaron, primero, la gobernabilidad del sistema y, posteriormente incluso
su legitimidad. La primera, fue el surgimiento del terrorismo el 18 de mayo de 1980, es decir, el mismo día en que se producían las elecciones. Hago esta
anotación para enfatizar que el terrorismo no se incubó ni nació a la sombra del régimen democrático instaurado en 1980. Fue una pesada herencia dejada por el
régimen militar. Son conocidos perfectamente los efectos erosionantes del terrorismo sobre la vida democrática y social de los países. Los españoles conocen
perfectamente las consecuencias perniciosas y perturbadoras del terrorismo y las dificultades que crea para la construcción democrática. En segundo lugar, había
que encarar la crisis de la deuda externa, en 1982, en la más adversa coyuntura externa: baja cotización de los minerales, inicio de políticas proteccionistas por
los países desarrollados, intransigencia del FMI y poca receptividad de la banca financiera internacional que habían abierto sus arcas a las dictaduras en la década
del 70 y, a partir del 80 se consagraron, con semejante entusiasmo y decisión a estrangular la economía de los países deudores y a cobrar una deuda que ya
entonces se consideraba impagable. La democracia, es decir, el Gobierno democrático de Fernando Belaunde, dejó en 1968 una deuda externa de 769 millones
de dólares. Ese mismo mandatario recibió, en 1980, un estado endeudado en 7.000 millones de dólares. Naturalmente, con todo lo que ello significaba para el
desarrollo del país. Había, además, una carga muy severa y grave: la estatización y socialización de la economía, que no sólo había afectado la estructura
empresarial del Estado, sino fundamentalmente la estructura productiva del país y de la sociedad peruana en general. Para tener una idea de cuán grave era la
situación en 1980, habrá que recordar que todos los medios de comunicación social, incluyendo los periódicos de circulación nacional, estaban en manos del

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Estado. Toda la actividad minera, toda la actividad pesquera, todo el comercio exterior e incluso la actividad agropecuaria, que había sido objeto de la reforma
agraria, se hallaba sujeta al férreo control de las instituciones de un Estado copado, en su administración, por la burocracia militar que asumió no solo los
Ministerios sino las más importantes funciones administrativas del Estado imponiendo así una abierta tutela militar sobre la burocracia civil. La democracia tenía,
por tanto, que hacer un esfuerzo enorme de reconversión, liberalización y privatización económica en proporciones verdaderamente inimaginables. A todo ello,
se añadió, por cierto, el fenómeno de la inflación universal. Para entender cabalmente su incidencia y sobre todo, para desvirtuar la muy ligera comparación que
suele hacerse entre los Gobiernos de la década del 80 y del 90, conviene recordar algunos hechos. En la década del 80 no hubo ningún país Latinoamericano que
no tuviera una altísima inflación (…)” (Paniagua 2002: 26 – 27)

Actividad 2: A partir de la lectura de los textos de José Luis Huiza y Carlos Reyna referidos al sistema democrático del Perú de los años ochenta y respondan a
la siguiente pregunta: ¿qué rasgos tuvo el sistema democrático peruano en los años ochenta del siglo XX?

Texto: El segundo gobierno de Fernando Belaunde


“Históricamente, con este período de veinte años (1980 - 2000) se cerró un largo ciclo del proceso político peruano caracterizado por ciertos cambios que,
solapada o visiblemente, fueron moldeando opciones políticas disímiles y en función de los desafíos de un nuevo orden de cosas. A partir de los años 70 sobre
todo puede decirse que el rumbo político nacional viró de manera sustancial respecto del pasado inmediato, emergieron vigorosas e inéditas fuerzas sociales, no
necesariamente politizadas, en búsqueda de un horizonte político con el cual identificarse. Se ha hablado (...) de una "revolución silenciosa" para subrayar este
comportamiento colectivo "desde abajo", frecuentemente escindido de la (...) "sociedad formal". Frente a este singular panorama la pregunta clave es ¿cuál es la
respuesta de los partidos políticos? Es evidente que muchas veces ellos no respondieron (...) a las expectativas de las mayorías nacionales en torno a la apertura
política (democratización) ni a sus legítimas aspiraciones para integrarse al "corpus político" del país. Las dos décadas comprendidas representan precisamente
un momento de debilitamiento partidario en perjuicio de dichos sectores. La reacción natural de estos fue la frustración, el desencanto y, en determinados
instantes, el rechazo violento (...).

Belaúnde asume el poder el 28 de julio de 1980 y ese mismo día promulgó la Constitución de 1979, declaró la amnistía política general y dispuso la devolución de
los diarios incautados a sus legítimos propietarios (...). En pocas palabras, a partir de entonces y hasta la culminación del régimen, las libertades democráticas se
restablecieron plenamente.

¿Cuáles fueron los principales sucesos que ocurrieron durante esos cinco años de primavera democrática?
(…) Acción Popular copó completamente la escena política en 1980 con su esperado y abrumador triunfo; sin embargo, al interior de sus filas pronto se agudizó
una sorda pugna entre dos corrientes: el “alvismo”, liderado por (…) Javier Alva Orlandini, hábil parlamentario y hombre sumamente realista que manejaba el
aparato partidario. Alva objetó los excesos del liberalismo económico porque se interesaba en reforzar una base de apoyo social en el clásico estilo populista. La
segunda facción era la de los tecnócratas, liderados por (…) Manuel Ulloa, primer ministro y titular del ministerio de economía y finanzas; éstos conformaban un
equipo de personas de elevado y sofisticado nivel profesional, ligados a las transnacionales o a los organismos financieros multilaterales: ellos aplicaron el
modelo económico de estos años [libre mercado] y su óptica estaba mucho más allá de las rencillas intrapartidarias. Bajo una interpretación de conjunto,
juzgamos que la escisión de AP se trató de un desencuentro en la manera de concebir la conducción económica, antes que de una ruptura ideológica
propiamente dicha. (…)

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El llamado Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso (SL) irrumpió un día antes de las elecciones de mayo de 1980: incendió el local municipal, las ánforas y
cédulas electorales en Chuschi, Ayacucho. El gobierno de Belaúnde sostuvo, a través de su ministro del interior (José María de la Jara y Ureta), que estos actos
por parte de SL constituían “un terrorismo incipiente y circunscrito a actos de sabotaje” (El Comercio, 20 de mayo de 1980).
¿Cuál fue el accionar de SL? Este grupo subversivo, en extremo violento, sectario y absoluto ideológicamente sostenía que el proceso revolucionario tenía como
punto de partida el uso de la violencia como medio único para transformar el mundo; toda otra postura diferente a la de ellos era “enemiga de la causa
[revolucionaria]”. Sendero se desenvuelve en la sierra central: Ayacucho, Huancavelica y Junín operando en zonas rurales para captar gente y convertirlos en
milicianos del partido. El uso extremo que SL hizo de la violencia con coches-bomba, aniquilamientos y “juicios populares” desbordaron la capacidad de la Policía
nacional, de los grupos de élite de la Marina; sumada a esta estrategia de SL de usar la violencia hasta el terror está la incapacidad del gobierno de Belaúnde para
entender el trasfondo ideológico de Sendero y decide combatirlo dándole a los militares el poder de vencerlo en las llamadas zonas de emergencia. Esto fue,
manifiestamente, una claudicación del estado democrático d derecho durante el gobierno de Belaúnde.

El gobierno de Belaunde tuvo que enfrentar el pago de la deuda externa contraída en los años setenta. La caída de los precios de las materias primas y el
proteccionismo estadounidense propiciaron que en 1982 el país cayera nuevamente en crisis, que fue profundizada por fenómenos naturales muy graves como el
Fenómeno del niño de 1982. Se disparó la inflación, que a partir de 1984, superó el 135% anual. El gobierno decidió dejar de pagar la deuda externa en 1983.
Esto hizo que el FMI nos declarara «valor deteriorado», lo que, a su vez, propició la disminución del crédito y la inversión extranjeros. A partir de entonces, el país
se sumió en una profunda crisis económica que se tradujo en creciente déficit fiscal, inflación/recesión y sus efectos sociales: desempleo, reducción de la
capacidad adquisitiva del salario y caída del nivel de vida de la población”. (Huiza y otros 2004: 293 - 296)

Texto: El gobierno de Alan García Pérez (1985 – 1990)1


Alan García en su mensaje a la nación anunció medidas anticorrupción, la reorganización de las fuerzas policiales, la eliminación de exoneraciones tributarias a las
compañías petroleras que operaban en el país y la formación de una comisión de paz para iniciar una amnistía. Reafirmó su voluntad de no dialogar con el Fondo
Monetario Internacional y adelantó que se amortizaría la deuda externa de 14.000 millones de dólares sólo con el diez por ciento de las exportaciones.
En setiembre 1985 la inflación bajó a 3,5 % (comparado con 12,5 % en abril del mismo año). Hacia el segundo trimestre de 1986, la economía creció 10 %. La
inflación subió a niveles astronómicos y con ello la escasez de alimentos y de otros productos básicos. El precio de los productos farmacéuticos subió 600 % y el de
la gasolina 400 %. En setiembre de 1988, la inflación se convirtió en lo que los economistas denominan hiperinflación. Ese mes, los precios subieron 114 %. Fue el
mes con mayor inflación en el gobierno de García y, probablemente, en la historia del Perú. La tasa anual de inflación fue de 3398.6% en 1989. En marzo de 1990,
las reservas internacionales eran de apenas 190 millones de dólares.
La política económica de García se caracterizó por presentar, en su política cambiaria, dos tipos de cambio, uno oficial llamado dólar Mercado Único de Cambios
(dólar MUC) y otro que existía en el mercado negro, y, en su política monetaria, excesivas emisiones inorgánicas de moneda nacional. El Estado casi no percibía
mayores ingresos y la capacidad productiva de la modesta industria nacional estaba llegando a sus límites. Por ello, hacían falta inversiones para instalar nuevas
capacidades, pero al rechazar los consejos del Fondo Monetario Internacional y limitar el pago de la deuda externa al 10% el país fue declarado, en un principio,
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Adaptado de REYNA, Carlos (2000) La anunciación de Fujimori. Alan García 1985 – 1990. Lima: DESCO. Capítulos 1 y 2.

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como valor deteriorado (gobierno de Belaúnde) y luego como inelegible por el FMI en 1986. Con su política monetaria de excesivas emisiones inorgánicas de
moneda nacional, en 1987, las empresas, fueron forzadas a comprarle al Estado Peruano bonos obligatorios por un valor que llegaba hasta el 30% de las
utilidades brutas que las empresas habían obtenido en 1986. El punto de ruptura de su Gobierno fue la intención de estatizar la banca como una forma de
controlar la inflación que, a esas alturas (28 de julio de 1987), ya resultaba agobiante. Finalmente, los llamados paquetazos siguieron dándose, de forma
periódica, hasta setiembre de 1988, llevando a una gran recesión económica.

La actividad terrorista alcanzó los picos más altos de violencia en los años de 1986 y 1988. Dentro de este contexto se produjo el caso de la matanza de terroristas
amotinados en los distintos centros penitenciarios de Lima el 19 de junio de 1986. (Matanza de las prisiones). Represión militar: como la de la matanza de las
prisiones y la masacre de decenas de campesinos en el pueblo ayacuchano de Cayara en 1988. La formaron de los escuadrones de la muerte (Comando Rodrigo
Franco), los que amedrentaron a sospechosos de terrorismo y a críticos de la política antiterrorista. La principal tarea del Gobierno era la pacificación del país,
acertó (al inicio) haciendo hincapié en la necesidad de combatir a Sendero no sólo por medios militares, sino políticamente, a través de una estrategia de
desarrollo para los departamentos más pobres del Perú, que beneficie a los productores campesinos. Pero mostró su incapacidad para implementar medidas y
programas que dinamicen la economía campesina, dadas las condiciones por la presencia de Sendero. El Gobierno no supo aprovechar la tranquilidad de sus dos
primeros años (era un presidente muy popular) para impulsar las reformas fiscales y tributarias que el país necesitaba. Sin un rediseño del sistema tributario, no
era capaz de elevar el nivel de intervención estatal para promover el desarrollo económico y la equidad social. (Reyna 2000)

Actividad 3: A partir de sus conocimientos previos y de lo trabajado en esta sesión, elaboren, en grupos de cinco integrantes, un ensayo que responda a la
siguiente pregunta: ¿cuáles fueron los retos (económicos, sociales y políticos) que tuvo que enfrentar la democracia peruana de los años ochenta del siglo XX?

Bibliografía
HUIZA, José Luis y otros (2004) El Perú republicano. De San Martín a Fujimori. Lima: Universidad de Lima - Fondo de Desarrollo Editorial.
PANIAGUA, Valentín (2002) La nueva transición en el Perú (consulta: 24 de febrero del 2017 del 2016) (http://fride.org/descarga/CR_peru_esp_feb02.pdf )
REYNA, Carlos (2000) La anunciación de Fujimori. Alan García 1985 – 1990. Lima: DESCO.

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