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1. LA RESPIRACIÓN HOLORÉNICA
Una de las razones por las que no expliqué mi experiencia <ante los demás
componentes del grupo> es por que me dio vergüenza. Después de un rato
de guerra civil interior -‘tienes, debes, tienes, debes y otro tanto de pelea in-
terna’-, conseguí romper con esto y… conecté con lo Divino. Fue tan, tan
bonito, que no tengo palabras para explicarlo, me saltan las lágrimas cada
vez que lo recuerdo, del gozo que me produce. Una voz cálida, amorosa,
compasiva, tierna me decía: ‘Confía en Mí’ .
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Ahora puedo decir que he sentido algo muy superior a mí. Ya sentí algo
parecido durante unos escasos minutos, cuando me di cuenta que yo no
respiraba sino que me respiraban, pero esta experiencia duró mucho más
rato. Y me siento tan pequeña, tan vulnerable y frágil ante esta inmensidad
que me sobrecoge. Me pregunto cómo los seres humanos vivimos tan des-
conectados de esta inmensa fuente. Si pudiera permanecer en este estado
siempre, todo estaría bien, nada ni nadie me podría hacer daño, nada ni
nadie me movería de mi espacio. Se crea un dulce estado de bienestar, con-
fortable y apacible.
La etimología procede del griego holós que significa ‘totalidad’, más el ver-
bo griego arcaico renikós, que viene a significar ‘buscar algo en un lugar
donde se sabe de antemano que se encuentra lo que se busca’; por ejemplo,
cuando revolvemos el cajón buscando las tijeras: no las vemos pero sabe-
mos que están ahí dentro. Así pues, tal acepción viene a indicar la acción
de buscar la Totalidad de la consciencia o del Ser en la dirección en que el
sujeto presume que está. En cierta manera, es la búsqueda del camino de
regreso a casa, es el intento de reconexión con lo Absoluto o con lo de In-
efable y eterno que albergamos, con la realidad última de nuestra existencia
a la que se refieren los místicos de cualquier tradición.
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respiración rápida es la velocidad: en la respiración holorénica se alcanzan
160 golpes/minuto, con la atención centrada en la expulsión del aire, no en
la inhalación. A la vez, en este ritmo de respiración rápida, que puede du-
rar una hora o más, se van intercalando cortos periodos de respiración más
lenta, incluso de apnea, permitiendo que el diafragma del sujeto descan-
se. A causa de complejos procesos bioquímicos, esta forma de respiración
produce una hipoxia reversible y no peligrosa, y aumenta la alcalinidad del
cuerpo generando un estado físico y fisiológico basal adecuado para los
efectos psicológicos y espirituales buscados.
No todas las técnicas de respiración rápida inducen este mismo efecto so-
mático. En algunos casos, el oxígeno en sangre aumenta al respirar con más
lentitud y profundidad, ya que los pulmones necesitan retener el aire un
cierto tiempo, entre 3 y 6 segundos, para absorber y metabolizar los gases
que lo forman. En el caso de la respiración holorénica es muy probable que
parte del efecto catártico y extático que produce se deba a ciertas transfor-
maciones en el hidrógeno que absorbemos y reabsorbemos varias veces du-
rante la respiración (Alicia Guarch, doctora en ciencias químicas del CSIC,
realizó interesantes investigaciones en esta dirección, sin publicar) .
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sesión (orden material y simbólico del contexto, a nuestra propia manera
de estar y hablar), como al estado del participante (de ahí las diversas prue-
bas y entrevistas personales a las que los sometemos previo o durante el ta-
ller). A pesar de ello, el presente texto se centra en la técnica de respiración
holorénica y su fenomenología, tratando solo puntualmente las otras dos
dimensiones.
2. METODOLOGÍA
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durante los 18 años de historia de estas experiencias basadas en el efecto de
la respiración holorénica, han pasado cerca de seis mil personas, en progre-
so creciente.
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3. Los datos extraídos del test muestran los distintos niveles de conscien-
cia del individuo en cada una de sus dimensiones (emocional, corporal
y mental), dato que es fundamental para la evaluación holística de la
experiencia.
5. Uno de los ítems que contiene nos informa de la valoración que la per-
sona da a la vida y por ello a la muerte, justamente tema del curso prác-
tico en que se ha realizado la presente investigación.
Por sí mismos, sin evaluar las observaciones de campos ni los escritos yen-
trevistas a los participantes, los resultados extraídos del test a partir de la
doble evaluación por participante, nos aportan datos significativos. Así,
por ejemplo, tras el taller:
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que en otros se activan mecanismos de defensa, probablemente como
reacción ante la intensa confrontación de la sesión.
5. En los casos en que el sujeto tiene problemas de relación con los demás,
mejora substancialmente tras la experiencia, así mismo varía la valora-
ción que hace de su propia vida: si pierde valor, el sujeto necesitará un
contexto integrativo para reconstruirse, si no (como sucede en la mayo-
ría de casos) el propio taller permitirá la integración de aspectos propios
del sujeto.
Tras la observación detallada de cerca de seis mil personas que han pasado
por los talleres de respiración holorénica que el autor dirige desde 1996 con
diferente orientación temática, podemos afirmar que se observan tres tipos
o calidades de consciencia expandida, y seis fases en la experiencia trans-
personal. Las tres calidades de consciencia expandida se dan de forma con-
secutiva: no se llega al tipo 3 sin haber pasado antes por el tipo 1 y 2. Por
otro lado, no todas las personas tienen la capacidad necesaria para alcanzar
el tercer tipo de experiencia.
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La segunda calidad de expansión de consciencia son las catarsis tipo 2. En
las catarsis tipo 2, que a menudo sucede sin solución de continuidad a la
tipo 1, ocurre que la expansión de la consciencia, además de liberar al suje-
to de presiones y barreras emocionales, le lleva a tomar consciencia de algu-
nas de las causas biográficas que le atan a un patrón emocional y existencial
concreto. En términos clínicos, destapan el trauma y se da una experiencia
de awareness (2). Es una experiencia catártica a la vez liberadora, terapéu-
tica y regeneradora.
Así pues y para concretar, esta fase del proceso transpersonal propulsado
por la respiración holorénica se caracteriza por la experiencia catártica y
ésta se divide en tres niveles o calidades: 1) descarga de presiones emociona-
les, sin más; 2) descarga de las emociones contenidas seguida de una toma
de consciencia de los propios mecanismos psicológicos y de las circunstan-
cias externas que obstaculizan al sujeto en su fluir emocional y desarrollo
existencial; 3) una vez resueltas las fases anteriores, el sujeto puede entrar
en una gozosa y presente sensación extática, de sentir que se está llenando
de sí mismo.
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4. DETALLANDO EL PROCESO
Al margen de las tres calidades de catarsis expuestas, hay seis fases clara-
mente observables en todo proceso transpersonal completo impulsado por
la respiración holorénica. Es difícil describirlas como perfectamente dife-
renciadas ya que, con frecuencia, la fase 3 y la fase 4 se solapan, así como la
4 y la 5. No obstante, se trata de partes esenciales y discriminables dentro
de la experiencia. Estas fases son:
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sociativa. Bien al contrario, es una toma de mayor consciencia de la propia
vida, de sus límites, valores existenciales y pérdidas y, muy en especial, es
una fase de reconexión con la realidad interna del sujeto, con los verdaderos
sentimientos, sensaciones y necesidades previos a la desconexión neurótica.
Esta fase de despersonalización sanadora que coincide con el despertar del
dolor fundamental está minuciosamente descrita por A. Janov en su obra
El grito primal (Janov, A., 2009; 55 y ss.).
La sensación de tiempo fue como si hubiera pasado media hora, la presencia era
tal que me impedía estar en otro lugar. (Habían pasado tres horas aproxima-
damente)
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en manos y brazos, dolor agudo en el trapecio y dolor difuso en la zona
lumbar que el propio sujeto no duda en percibir como una barrera a atra-
vesar para expandir su ser. Cabe mencionar que, para ello, es necesario que
el sujeto haya recibido indicaciones previas al respecto, pautas que le per-
mitan entender lo que ahora está experimentando.
De ahí que, según los autores, el indicativo más claro de la madurez de una
persona y de una sociedad es la capacidad que tiene para transitar por su
infelicidad, por sus pérdidas y su dolor, es su capacidad para saberse vul-
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nerable y, a la vez, sostener el propio dolor con dignidad e integrarlo en el
flujo de la vida para evolucionar. Se ha dado en llamar ‘la sociedad del éxito
líquido’ al Occidente actual por el afán de ganancia inmediata y la falta de
temple y de fuerza interior (por ejemplo, la obra de Bauman, 2009).
Por ello, consideramos que el simple hecho de sostener el dolor físico que
a veces se presenta como efecto psicosomático de la respiración holorénica,
dolor que aumenta con las manipulaciones corporales que el propio parti-
cipante pide, o que ha aceptado del guía de la sesión si se lo ha propuesto
prudentemente para ayudarle a salir del bucle en que pudiera encontrarse,
es un acto de madurez. Aceptar el dolor que aparece durante las sesiones de
respiración holorénica, conceptualizándolo con una vía que, tras atravesar-
lo, permite alcanzar la liberación y abre la mente a la comprensión psico-
lógica de uno mismo y debe entenderse bien que no estamos hablando de
masoquismo ni de perversión alguna , en sí mismo es un acto de madurez.
De ahí que con frecuencia, tras participar en los talleres de respiración ho-
lorénica, las personas se sienten orgullosas por el precio que han pagado
en su propio cuerpo para liberarse de sus miedos y bloqueos, sosteniendo
el dolor de la somatización hasta atravesarlo y descubrir la verdadera vida
psíquica y sensual que ‘hay debajo’. Con este acto, según la denominación
de David Richo se convierten en héroes, en personas maduras: ‘Héroe es
todo aquel que ha vivido a través del dolor y ha sido transformado por él’
(Richo, 2012).
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poner de pie, colocar), más el sufijo de acción –sis. Extasis puede traducirse
libremente por ‘percibirse estando uno fuera de sí mismo’, más que como
estado de embeleso por una causa externa. El sujeto, en un estado mental
expandido que le permite una visión más amplia de sí mismo, percibe y
toma consciencia de las fuerzas cotidianas que actúan sobre él y de las que
lo empujan o lo bloquean, depende desde su interior. Su mente holística
se libera del sentir emocional rutinario y de la actividad y automatismos
físicos que lo encarcelan.
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ricanos afirman preferir recibir una descarga eléctrica a estar 10 minutos a
solas con sus pensamientos. (3)
(…) y como nota preocupante, un grito angustioso que sale con un hilo de voz,
agudo, profundamente triste y que parece venir del vacío y me atraviesa sin que
pueda pararlo, ni tan siquiera saber de dónde viene, qué significa o para qué se
muestra. Sólo sé que cuando aparece me derrota, me aísla y me deja sin aliento,
sin ninguna esperanza. No sé qué es ni cómo ubicarlo al integrar la experiencia.
Después de estos momentos de golpes y rabia, noté que algo no me dejaba avan-
zar. Si no conseguía deshacerme de aquello, todo se acabaría y lo que había ido
a buscar se quedaría enterrado muy dentro.Y salió un grito, pero no me liberó.
Y salió el segundo grito más fuerte, pero tampoco liberaba. Creo que esos pri-
meros gritos son como para defenderse del dolor pero no son los definitivos. Y
entonces llegó el tercer grito, que más que grito fue como una expiación. No sale
de la garganta, pasa por la garganta pero sale de las entrañas. Vibra el cuerpo
entero pero no sale de el, él no lo empuja, lo empuja algo más profundo, algo
que escapa a todo control. Por buscar una palabra parece como un exorcismo,
una expulsión.
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Caso 8, mujer, 42 años.
El trabajo duro me ha recordado la clara visión de que ‘yo no soy eso’, que no
eres ninguno de esos personajes, que eres algo que va mucho más allá, aunque
el ‘programa’ siga juzgando, resistiendo, analizando, culpando, criticando, etc.
Me di cuenta del control que ejerce mi mente sobre mis acciones. Conseguí des-
conectar algunos momentos, pero no tardaba en volver a ejercer presión, unas
veces analizando lo que hacía, la mayoría juzgando. Me siento satisfecho con la
sesión. He sido un poco más consciente de cómo funciona mi mente y cómo pone
freno en mis procesos creativos. Me he dado cuenta de que soy terriblemente
crítico conmigo mismo, que no soporto perder el control de lo que sucede, y que
estoy lleno de prejuicios hacia lo que hago y lo que soy.
Con frecuencia hay que ayudar a dar este salto para que la explosión catár-
tica se resuelva en un grito primal (4). La manera de ayudar, cuando hace
falta, a soltar el grito profundo que abre las compuertas a la catarsis es por
medio de manipulaciones corporales adecuadas, tanto en presión como en
localización precisa del punto corporal, como en duración exacta. A partir
de la experiencia de los autores, podemos afirmar que el hecho de mani-
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pular más o menos de lo necesario, o en una zona corporal inadecuada, o
sin la sensibilidad precisa, suele desembocar en lo contrario de lo deseado:
el sujeto pide que se le deje de manipular el cuerpo porque no percibe el
sentido terapéutico y liberador de la acción.
A partir de los siguientes minutos <de respirar> entré en una fase emocional
diferente. Sentía como si tuviera que descargar todas mis emociones, a pesar de
no tener ningún motivo racional ni ninguna visión. Las ganas de llorar se iban
produciendo cada vez más. Desde ese momento, a veces, el llanto me impedía
seguir respirando al ritmo de la música durante unos segundos y luego recupera-
ba la normalidad en la respiración. Durante un momento sentí una rabia que
me hacía apretar el colchón y golpearlo.
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Caso 4, mujer, 39 años.
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Basándonos en las premisas de Tª General de Sistemas y en nuestras pro-
pias observaciones, podemos afirmar que cuando los elementos que consti-
tuyen un sistema están en (des)orden caótico hay un proceso para restaurar
el orden que arranca en el momento que dos de los elementos del sistema
establecen una relación entre ellos y la empiezan a recordar. Esta nueva re-
lación entre dos elementos del sistema actúa de atractor, atrae hacia ella a
otros elementos del sistema, y a su alrededor se empieza a hilvanar un nue-
vo orden; el resto de elementos del sistema se van posicionando a partir y
alrededor de esta relación. En esto se resume la importancia de que el guía
o terapeuta que conduce la sesión aproveche astutamente y con precisión
el momento de caos catártico para, acto seguido, proponer una nueva rela-
ción entre los elementos del sistema que es la psique de la persona. La ma-
nera de proceder que tenemos en las sesiones de respiración holorénica es
invitando suavemente a la persona a que grite algo, así sea una sola palabra
a otra persona, a sí misma o libremente dirigido, según el resultado que se
esté buscando. Un poco más adelante regresaremos a este mismo tema.
Hasta aquí se han descrito dos fases típicas del proceso psicosomático que
genera la respiración holorénica: primero un cierto dolor físico que resulta
de la somatización de bloqueos y miedos que frenan la experiencia de sol-
tarse a un estado de expansión de consciencia, seguido por una descarga
emocional o catarsis, tanto de emociones conscientes como de presiones
emocionales inconscientes. Según nuestras observaciones, la catarsis es un
primer paso hacia el viaje transpersonal profundo cuando éste es propulsa-
do por respiraciones rápidas.
Cabe apuntar que pocas veces se da una fuga disociativa, es decir una re-
acción por la que el sujeto pierde incluso la memoria de su identidad o del
episodio que está viviendo. Según nuestra experiencia, si bien se da y las
personas suelen expresarlo diciendo que ‘se han quedado dormidas’, no es
habitual. Si ha habido la preparación previa adecuada, suelen ser entre el 1
y el 3% de los asistentes a nuestros talleres los que sufren una fuga disocia-
tiva temporal.
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4.3. Revisión biográfica
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proceso de integración de las partes dolorosas de la propia biografía es fun-
damental: implica un avance del sujeto en su proceso de individuación, en
sentido junguiano (por ejemplo: Jung, 2011, a y b). De hecho, no debería
haber ninguna sesión de respiración holorénica que no aspirara, como mí-
nimo, a llegar a este punto del proceso en que se da la revisión e integración
biográfica, o liberación del yo real en el sentido que da A. Janov a esta ex-
presión (Janov, 2009; 57 y ss.). La experiencia del sufrimiento primal, que
es la vía para liberarse de él y recuperar la consciencia del yo real, no con-
siste simplemente en conocer el sufrimiento, consiste en ser el sufrimiento,
en travesarlo, en corporeizar lo desvelado.
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Caso 1, hombre, 42 años.
(…) entonces <tras la catarsis>tuve las visiones más claras de todo el proceso,
aunque no eran claramente visiones sino que percibía la esencia de tres fami-
liares muy importes en mi vida, que murieron hace unos años y <de los> que
por diferentes motivos no pude despedirme como me hubiera gustado. Apare-
cieron sin pensar en ellos conscientemente, ni antes ni durante el proceso. Los
tenía delante y me abracé primero con cada uno de ellos, luego nos cogíamos
las manos en círculo y nos mirábamos, y yo seguía llorando sin parar. Recuerdo
mi fuerza al cogerles las manos y el Amor. Les pedía perdón y les decía que los
quería. Finalmente pude dejarles marchar y mis emociones, como si estuvieran
sincronizadas con el ritmo de la música, se fueron diluyendo.
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acompañado durante 25 años, el padre de mis hijos.Sentí que lo había amado
y que lo amaba.Le dije todo lo que no le había podido decir. Le miré a lo ojos
por primera vez después de 7 meses.Vi nuestros momentos felices, vi el amor
que nos había cubierto a los dos como una manta. Vi su bondad y la mía.Le
di las gracias por todo lo que me había dado, le dije que le quería. Sentí culpa
y le pedí perdón.Le acaricié el rostro, lo volví a ver como era. (…) Le dije que
se había acabado, que yo debía seguir otro camino.Lo acaricié y lo acuné. Cogí
una almohada, que era él, y estuvimos abrazados.(…).
Miré al cielo y todo estaba oscuro (…). Pero había tres círculos, con tonos roji-
zos. En ellos vi los rostros de mis tres muertos. Mi abuela, mi primo y mi abuelo.
Estaban de izquierda a derecha por este orden. Como más cercana mi abuela,
después mi primo y por último mi abuelo. Los círculos estaban separados.Mi
sensación es de que ellos estaban juntos pero no juntos (no sé cómo explicarlo).
Su expresión era de paz y de comprensión.Lloré desgarradoramente y con ello
les hice ver cuánto les echaba de menos, lo sola que me sentía sin su presencia.
Entendí que ellos tenían que estar allí y yo aquí. Me transmitieron ’te vemos y
todo está bien, sabemos que duele y notamos tu dolor pero todo está bien’.Quedé
en paz.
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4.4 Activación de imágenes arquetípicas
Esta vez las imágenes han sido mucho más definidas. Era un ambiente natural
y salvaje, en el que, de entre los árboles, ha surgido como un aborigen (medio
árbol/medio mujer) sin desconexión con los orígenes ni con la propia naturale-
za. Me he visto danzando y he intentado seguirlo con el cuerpo en el presente.
Ha sido muy liberador, primitivo y parecido a una celebración (7).
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nar, percibir la energía de la que está hecha la materia de todas las cosas, sentí
que era la substancia vibrante que toma formas distintas y distintas manifesta-
ciones dependiendo de la velocidad con la que vibra. La vi como la substancia
vibrante que da forma a las cosas, al Universo todo. Me vi a mí desde dentro,
como si hubiera un lugar detrás de mis ojos desde donde podía observarme a mi
misma. Ha sido el momento más fuerte de toda la experiencia. Verme ahí tum-
bada en el colchón, era yo pero no era yo. He sentido una sensación de calma
indefinible, de plenitud y de consciencia de que no soy mi cuerpo, o mejor dicho
de que no soy sólo mi cuerpo.
Todo estaba oscuro pero veía perfectamente a mis acompañantes. Eran étnicos,
llevaban tiras de piel como faldas, máscaras en las caras y melenas negras y
largas, algo en las manos, instrumentos o escudos.Me incitaban a bailar, impo-
nían un ritmo frenético. Mi cabeza se volvió loca, ondulaba de un lado a otro,
casi no había límite, como si el cuello no estuviera en su lugar. Me molestaba
el entorno, la gente que no se lo tomaba en serio, no sabía quienes eran pero
notaba su presencia. ‘Esto es serio -les decía– esto es sagrado, ¿No lo veis?’. Dos
episodios más que viví aunque no sé colocarlos ni en tiempo ni en orden.Uno de
ellos tiene que ver con el tigre, no es la primera vez que lo veo. Lo vi en la prime-
ra <sesión>de respiración <holorénica> y sucesivamente en todas. Es la forma
que tiene Dios para mí (…). Cuando medito y desde la primera respiración, si
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conecto con él veo su rostro. Él me protege, protege a mis hijos a todos los míos.
Esta vez el tigre era yo, mis movimientos era felinos, pausados, con elegancia,
posaba las patas en el suelo con delicadeza. A mi alrededor tenía gente, no se
quienes eran, me senté como un tigre y rugí varias veces hacia el círculo, les mos-
tré mi poder, me acerqué a ellos, los olí y los reconocí como míos. Pasé mis garras
por el rostro de alguien y le hice entender que no tuvieran miedo, que lo estaba
protegiendo, que no le haría daño.Cuando estuvieron tranquilos, seguros de mi
poder y de mi protección me postré ante ellos expresando mi respeto.
5. CONCLUSIONES
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profunda paz y calma interior, con afloración espontánea de sentimientos
trascendentales de perdón y de amor. Tras esta fase, o sincrónica a ella, pue-
den aparecer visiones de contenido arquetípico, con frecuencia de escenas y
personajes arcaicos con un claro simbolismo referido a épocas primigenias
de la vida del sujeto, a sus progenitores o partes del proceso de individua-
ción.
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moduló el proceso siguiente de toma de consciencia e integración (perdón
y aceptación) de los hechos desvelados durante la catarsis y que son traídos
al presente.
Para acabar, incluimos dos fragmentos de que ilustran el peso del contexto
y de la orientación dada a la experiencia.
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Me he sentido muy identificado con el tema del taller (8): la rigidez, el aleja-
miento de la realidad y de mí mismo y el no tomar en consideración mis nece-
sidades. Me he sentido retratado en muchas de las observaciones del facilitador.
Me he emocionado compartiendo con los compañeros… Y me sigue sorpren-
diendo la manera en que se hacen las parejas, como para cada ejercicio aparecen
las personas adecuadas y como en tan breve espacio de tiempo se pueden crear
lazos tan duraderos y profundos más allá de la amistad.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bauman, Z., (2009), La vida líquida, Barcelona: Paidós Ibérica.
Richo, D., (2012), Cómo llegar a ser adulto: manual de integración psico-
lógica, Bilbao: Desclée de Brouwer, S.A.
Van Lommel, P., (2012), Consciencia más allá de la vida, Girona: Atalanta.
NOTAS
1
Josep Mª Fericgla, <fericgla@etnopsico.org>
Ver: www.josepmfericgla.org
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Gemma Guarch, <gemmaguarchg@gmail.com>
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awareness es el término inglés, puesto de moda hace unas décadas entre
algunos profesionales einvestigadores de la psique, para referirse a lo que
en castellano se denomina con el preciso término de abreacción. Es decir,
se refiere a la descarga de emociones y afectos ligados a recuerdos, general-
mente de experiencias penosas o dolorosas infantiles que han sido repri-
midas, que acompañan la toma de consciencia de tales hechos. Es decir,
viene a significar el acto de tomar consciencia de algo oculto en la psique
del sujeto acompañado de una carga emocional. La abreacción o awarenes
es un mecanismo psíquico normal que ocurre generalmente de manera es-
pontánea cuando la descarga puede producirse poco después de un suceso
emocionalmente relevante de cuyo origen o proceso el sujeto toma cons-
ciencia. También puede ser inducida en un tratamiento psicoterapéutico
que utilice el método catártico, como el caso de la respiración holorénica o
la hipnosis.
3
El artículo apareció en EL PAIS el 3 de julio de 2014, firmado por Javier
Sampedro, resumiendo otro artículo aparecido en Science y firmado por
T.D. Wilson, de la Universidad de Virginia, EE.UU., exponiendo su inves-
tigación.
4
Ver la obra de Arthur Janov, El grito primal (Edhasa 2009, Barcelona; edi-
ción original de 1970). La obra de este psiquiatra norteamericano merece
un puesto más importante dentro de la psicología transpersonal incluso de
la etnopsicología del que está recibiendo, en especial la obra mencionada y
sus estudios sobre el origen del amor.
5
La visión que se plantea aquí del fenómeno del caos provocado y resuel-
to gracias a la acción de un factor que actúa de atractor, está relacionada y
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es deudora de la Tª del Caos que, a su vez, ha sido una evolución de la Tª
General de Sistemas.
6
Sería muy largo describir la extensa y compleja simbología arquetípica
del Sol, pero sí es necesaria una mención a esta dimensión de la visión que
aporta el caso 11. El Sol es el astro que transmite lo inmutable, simbolizan-
do la realidad profunda de las cosas no sus aspectos cambiantes, la unidad
del cosmos, lo invencible y lo eterno, la unidad cósmica, el Uno.
7
En este relato aparece la imagen de la madre arquetípica, el ser medio
árbol medio mujer, que es integrado por la mujer que lo ha vivido, cuyo
inconsciente lo representa con la danza y la celebración.
8
Uno de los grandes fenómenos de campo que se repite a cada taller de res-
piración, es que la mayoría de los participantes están unidos por un tema
existencial común en el momento del taller, provengan de donde proven-
gan. Y el tema central, naturalmente, varía a cada taller. Esta persona en
concreto, había participado en talleres anteriores y sabía de este fenómeno,
ya que los autores, al final de cada taller y a modo de epílogo, explican el
tema que observan común a todos lo participantes. De todas maneras, a
lo largo del taller va cristalizándose el tema a raíz de los comentarios de los
propios participantes. Somos conscientes de la extrema complejidad de este
tema, por lo que optamos por dejarlo aquí, tan solo apuntado.
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