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EL DIRECTOR Y EL ENSAYO

En el diccionario encontramos que ensayar quiere decir probar, someter algo a


determinados condiciones para ver el resultado. Haced la prueba de una cosa antes
de ejecutarla en público. Intentar, probar a hacer una cosa.

Ensayar o probar exige algunas condiciones fundamentales que tendremos que


examinar. El primero tiene que ver con un comportamiento ético. Sed buenos colegas.
Profesionales en el buen sentido de la palabra. Nunca permitas que los actores digan
que o que no tiene que hacer el otro.
Tu responsabilidad como director es servir a la obra y conducir a tus actores, pero no
les hagas a ellos responsables de que estén a tu servicio. Recuerda que la egomanía ha
sido una de las causas de la podredumbre de algunos aspectos del teatro y el cine.

Llega al ensayo preparado, no esperes que los otros hagan tu trabajo.

El director escoge las escenas con el fin de ir desarrollando en el actor sus


propios recursos y habilidades.

Como director tu meta en el ensayo debería ser, primero de todo estar seguro de
que los actores se escuchan y trabajan honestamente, se usan a si mismos para el papel y
encuentran algun tipo de conexión auténtica con el texto, con el tema del guión y con su
personaje. En segundo lugar hacerte preguntas e invitar a los actores a que se pregunten
cosas que ayuden a investigar el texto, problemas y significados individuales de algunas
partes y (crear la estructura de la escena,-y dividirla en partes para trabajarlas
separadamente-, los sucesos; Tercero, diseñar las marcas una vez encontrada la vida
física de los personajes, (lo que hacen y como se mueven movidos por la necesidad) y
por último establecer la relación actor-director, crear tu propio sistema de
comunicación, escuchar, considerar y probar las ideas del actor que te parezcan
interesantes y tratar de eliminar sus resistencias.

El ensayo, debería dar al actor una libertad que no tiene cuando se presenta ante
un público que ha pagado por verle, donde se le exige un trabajo acabado. La
maravillosa posibilidad de fallar, de hacerlo mal, debería ayudar a crecer al actor y a
probar justamente aquello que le cuesta, en lugar de hacer lo que le resulta fácil
esperando solo el aplauso. Esto está muy bien, pero lo que más ayuda es descubrir los
defectos y dificultades que uno tiene y trabajarlos hasta superarlos.

En algunas ocasiones los actores sufren otro tipo de presiones, porque se


encuentran auscultados, como ante un microscopio. Sus colegas y el director deberían
saber lo que pasa (mucho mas que un público que no tiene porqué conocer nada de la
técnica).

Cuando se asigna una escena específica a dos actores. El primer paso (antes de
encontrarse para el ensayo) es la lectura con detenimiento de la obra una y otra vez
hasta poder comenzar con sus deberes en casa individualmente y encontrar las cosas
fundamentales del personaje, de su vida pasada y privada y hacer las sustituciones
(transferencias) y particularizaciones (lo opuesto a generalizar) de todas las cosas que
puedan afectar o influenciar al personaje hasta el comienzo de la escena.

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En el primer encuentro yo recomiendo que se comience dejando que los actores
lean la escena una o dos veces sin pretender actuarla, porque todavía es imposible que
sepan como y porqué y no trate de impresionar al director con lo buen actor que es. Leer
la escena en voz alta, solo para saber de que va, de manera que se escuchen uno a otro.
Mirarse. Examinar el significado y eliminar emociones.

En la primera lectura puede hacer mucho daño el pretender mostrar las


emociones, enfatizar las indicaciones o susurrar dulcemente las partes del texto que
nos parecen más tiernas... Esto normalmente suena artificial, ilustrativo, adornando
las líneas y proyectando excesivamente su mensaje, aunque el actor piense que no se le
nota (incluso él mismo llega a creérselo).

Después de la primera o segunda lectura, los actores generalmente sienten ganas


de discutir sobre este o aquel aspecto de la obra o sus personajes. ¡No lo permitas que lo
hagan! O redúcelo a los mínimos. Cuidado con intelectualizar, embellecer o teorizar
baratamente. No hables ¡haz!

Si vuestros personajes se han conocido en el pasado, experimentar con algunas


improvisaciones como fue esa relación. Si vuestros personajes son competitivos, una
partida de cartas tratando de ganar al otro, supone mucha más información que diez
horas de charla. Si la escena es de una pareja en crisis que ocurre cuando el marido
llega a casa del trabajo, improvisa una llegada a casa normal, haciendo todas las cosas
que se hacen cuando llegas a tu hogar en un día cualquiera. Luego, observa como la
crisis altera el comportamiento. También improvisa sobre las circunstancias previas,
juntos o por separado, dependiendo de la obra etc.

En lugar de discutir sobre donde ocurre la escena, poneros manos a la obra y


colocar lo que creéis necesario. De otra manera os pasareis horas fantaseando o
discutiendo donde está la cocina, el jardín... y al final no os pondréis de acuerdo,
apegados a la idea fija que tenéis. Probar y probar moviendo los muebles y cosas que
necesitéis hasta conseguir el lugar adecuado. No lo hagáis de cualquier manera, con lo
primero que encontráis.

Si la escena ocurre en la habitación de un personaje, y su compañero es el


visitante, deja que le bombardee sobre todos los aspectos de ella que se le ocurran y
viceversa. No te preocupes solo de donde colocar la silla, mesa o sofá, examina
igualmente aquello que debería haber encima, alrededor, la textura, el contenido...
Sugiere que se sienten en cada sitio, lo toquen todo, que paseen por el lugar, miren
alrededor (aunque nunca caminaran, no se sentaran ni miraran en la escena). Pregúntate
no solo por una ventana, sino que es lo que hay alrededor, enfrente y que se ve a través
de ella. Qué libros, figuras, revistas, cuadros, jarrones y otros objetos hay allí. Haz
tuyas y particulares las cosas que hay al servicio de la escena. Aunque tus ojos solo
retengan un objeto, por un segundo fugaz, en el trabajo final, habrá merecido la pena.
No toméis decisiones sobre cuando deberás usar eso o porqué. Las decisiones vendrán
después.
Cuando trates con las circunstancias de tiempo, clima, estado de salud indica a
los actores que hagan algo. Por ejemplo si se supone que están en una habitación
demasiado caliente (o heladora) que trabajen con la memoria sensorial y observa lo que

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ocurre mientras exploran y manejan los objetos. En otras palabras, cualquier cosa que
puedan hacer en lugar de hablar que lo ¡hagan!

Cuando insisto en que no permitas que digan a su compañero que tiene que
hacer, no me refiero solo a lo obvio ("mírame en esa línea" "¿Porqué no caminas por el
cuarto un poco mas?" "Estaría mejor que me amenazaras un poco mas" etc. Me refiero
a que nunca digan, aconsejen o "ayuden" a su compañero con su personaje. Se
convierte inmediatamente en director, en lugar de actor. El director eres tu. Además se
convierten en público. El director es quien debe observár y juzgár si representa o no la
amenaza que debe para ti, si camina lo suficiente o si se miran cuando tú crees que
deben. Si ellos se dedican a eso que te pertenece a ti como director, destruyen toda la
inocencia del recibir.
Si la información o los hechos de la escena no están claros, obviamente tienes
que llegar a un acuerdo con los actores. Pero no verbalices tus deseos o tus acciones u
obstáculos o teorices sobre ellos. Seria un trabajo intelectual y destruirás la
confrontación con su compañero, y la posibilidad de una interacción verdadera.

Si el otro personaje se supone que tiene que pararte cuando abandonas la


habitación, pero no lo hace lo suficientemente rápido, ¡sal! No tienes que decir "Es que
no me has parado a tiempo". Ya verás como la próxima vez si se ocupará de hacerlo.

Después de concebidas y exploradas las circunstancias previas y todas las


cosas tangibles de la habitación, comienza con el primer trozo de la escena. Si has
trabajado varias horas sobre el lugar y has examinado minuciosamente los objetos que
te rodean no habrás desperdiciado el tiempo.

Imagina que estas trabajando la primera escena de "Casa de Muñecas" de Ibsen


y la actriz hace el papel de Nora. Hazte idea de la cantidad de tarea que puedes
desarrollar, tratando de descubrir todo lo que tu, Nora, has estado haciendo,
preparándolo todo para la Navidad, antes de que te anuncien la llegada de Cristina y
como bregas con el reconocimiento de Cristina en los primeros treinta segundos tras su
entrada. O si interpretas el papel de Cristina tienes un gran trabajo explorando como
entraste en la casa y preparándote para tu primer encuentro con Nora tras una larga
separación, con intereses tan grandes envueltos como conseguir lo que quieres de ella.
Este primer trozo de la escena puede que necesite ser improvisado, examinado y
"probado" durante mucho tiempo para hacer creíbles para ti las circunstancias, la
relación previa, los objetivos y obstáculos.

No tendrás dificultades con las "marcas" porque su vida física surgirá


orgánicamente de todas las cosas que has probado. No tendrá que hacer esfuerzos para
memorizar o fijar porque lo que le provocará las acciones verbales habrá surgido de
las necesidades de su personaje. Cuando el primer trozo parece que está bien y las
palabras surgen espontáneamente, coge tu guión y continua con el siguiente trozo. Si
el trabajo primero ha sido minuciosamente realizado el segundo surgirá y el trabajo se
convertirá en menos pesado.
No dejes el ensayo porque te ha parecido "bien". Si la vida interior y exterior
de los personajes es todavía vaga, así como el lugar, objetos y objetivos muy generales,
la "acción" será desdibujada.

El pase de la escena entera debes dejarlo siempre para el final.

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Si pretendes que en el ensayo la escena salga de "aplauso" estas trabajando
erróneamente y estarás condicionando la espontaneidad y libertad de los actores que
tratarán de ilustrar y dirigirse para complacerte.

, falla al no producir esa "partitura" que se pueda ejecutar espontáneamente


con toda la lógica de tu personaje en acción.

No juzgues, no apruebes o suspendas. Céntrate en los problemas técnicos e


identifícate con ellos. Si el trabajo es bueno pregúntate porque. Si no lo es en algunos
momentos pregúntate porque. Siente si puedes usar la crítica a los actores para
remitirte a tus propios problemas cuando sean similares a los tuyos. Generalmente
aceptamos mejor (y por lo tanto nuestras mentes se abren mas) cuando nuestros
problemas son tratados a través de otra persona.

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