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Introduccion Al Analisis de La Imagen Joly
Introduccion Al Analisis de La Imagen Joly
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14 ,\Imi/1/t Jo!y Pró/O'JO
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lle\'ados a utilizarlas, a descifrarlas, a interpretarlas. Una de las \'isual único y fijo, cuyo anáhs1s es neccsano para ahordar el de
razones po r las cuales pueden entonces resultar amenazantes es los mensa¡es Yisu:J.les más complqos, como las imagcnes en se-
porque nos hallamos en med1o de una cunosa P•Hadoja: po r un cuencia, fijas o animada$. Veremos llliC el enioyue teórico se-
lado ltemos las imágenes de una manera t¡ue nos p:uece total- mi ó tico permite no sólo reconctll<tr lo:; multiples usos de la pa-
mente "natural", c¡ue no rec¡UJcrc aparentemente de ning ún apren- labra ''imagen", sino mmb1én acercarse a la complejidad d e su
dJ zaje y, por otro, nos parece que padecemos de mam:ra más natur:~lcza, en.tre Imitació n , señal y com·enc1ó n.
inconsciente c¡ue consciente los saberes expertos de a lgunos ini- L' na ,·ez circunscriLO el objeto de an:\lts1s, nos dedicaremos a
ciados gue pueden " manipularnos" s ume rgiéndonos en imáge- estudiar las implicaciones del <tnálists de la imagen, lo que pue-
nes sccre tamenre coditicad:J.s, burlá ndose d e nuestra inge nui - clcn signi ticar ranro su rechno com o su deseo, las precauciones
dad. preliminares c¡ue reclam<~, la co nsidc rac iún del esta tus de la ima-
Sin embargo ninguna de <.:Stas imprestones está absolutamente gen ;¡nalizada, de Lts expcctati \'as que suscita, como también de l
jus tifi cada. Una mínima iniciación en el análi~is de la image n contexto d e aparición. Se co nsiderarán d istintas funciones de
de bería ayudarnos precisa m ente a escapar de esm impresión d e análisis~- cómo la metodología de la tarea determina sus objeti-
pas i,·idad, inclu!>o de bo mbardeo, ~ p ennittrnos pe rcibir, por e l \"OS. El análisis de un cuadro sen 11 a dc ejemplo para el uso de
contra ri o, todo lo que esra lecrura '· natural " de !.1 im.1gen genera c iertas herramientas metodológicas.
en noso tros: com·eneio nes, hi sto ri<l, cultura, más o m e nos inre- El tercer capíwlo se concentrara en c..l es tudio de la im:1gen
n o rizadas. La image n nos resulta ta n famihar prccisamcnte por- publtciraria como protOtipo y como campo de im estigación ~·
yuc estamos hech os de la mi sma made ra, y no somos los coba- de representación Yisu.tl. l ' n ejemplo detallado del análisis d.:
~·os que a \·eces creemos ser. una publicidad permiurá hace r, en cada etapa, Cierta cantilLtd dt:
La intención de tsta ob ra e!> <..: ntonces a\'utbr a 'l<..: recra r, au n- citas teó ricas d cstin:J.das a l<l\·orec<.: l el estudio co mo a e\'itar el
t¡ue sea un p oco, de qué m;tner<l es tamos tntrínscca y cultural- uso dt: cxprcston<.:s trilladas nKtas dt: s<.:ntiJo.
me nte iniciados en la comprensió n de imáge nes. Al reconoce r Finalmente, e\'ocare mos la C(ÍrnplementaricdaJ e ntre una-
alg unas fases d e es re aprendizaje di fu so, es tare mos en condicio- nen
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y lcn•rua¡·c
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es d ecir cómo la oposic1ó n imagt:n/lenguaje
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nes de analizar y comprender en profundidad una de las her ra- un a falsa oposició n, m ie ntras que el lenguaje no sólo panictpa
mi e ntas <..:fecti \•amenr<.: dominantes de Lt com uni cación contem- d t: la construcción del mensaje 'isual sino c¡ue t;tmbién lo rele-
po ránea. va, incluso lo completa, en una circul a nc.:Ltd a la \'CZ re tlt:xi,·a ~·
creati\'a. El estudio de un t ramo de un.1 nO\'da, consagrada al
Tarea seguida desarrollo de una fotografía mistniosa, nos permitirá o b scn:J.r,
En primer lugar se intentará definir d ob¡eto de nuestro aná- a tra\'és de las palabras, la fuerza crea m a de las im:igencs y en
lisis. Precisa r de qué hablamos cuando hablamos ck "imagen": panicula r de la imagen fotográfica .
ver, entre las diferentes definlciones pustbks, la conexión c1ue \'emos enwnces que <.:sta obra propone un en loe¡ u e r;tzoml-
puede haber entre ellas~- qué h e rramicnt.l teórica puede explicar dn dt: la unagen, que no pr<.:tendc d:u recc.:us intcrpru.Hi,·as corno
esta conexión. Nos dcrcndn.:mos partiLularmenrc en el mensaje ta mpoco scr c:-.haust t\ o. S1n embargo, csper.1mos lJUC a~·uc.:k a
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, 16 Martint Jo!J•
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tlw: la imagen sería un ~egundo objeto en relación con otro al
que representaría según cierras le~·es particulares.
Pero antes de seguir hacia una definición teórica de la ima-
¿QIIi cJ 1111a 1111agrn?
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') gen, exploremos algunos aspectos cid uso de la palabra, para La pnmera confusión está en asimilar soporte y comenido.
intentar delimitar un eje común y también para descubrir cómo La tele\ is1ón es un medio, la publicidad con[(:nlclo. La televisión
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nue:.tra cumpn::mión de la imagen está condicionada por todo es un medio p:lrticular que, entre otras rns:l\. puede transmitir
) un halo de significados, más o menos explícitos, ligados con el publicidad. La pubhcidacl es un mensaje panicular t1ue puede
) térmi n o. m:nerializarse en la televisión, como en el cinc, como en la pren·
) sa escrita o en la radio. l .a confusión, que puede parecer puco
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1.1 La imagen como imagen mcdiática
Partamos del sentido común, de los distintos usos de b pala-
bra " imagen", entendidos r repetidos. El uso contemporáneo
se ria o sm fundamemación real (tinalmente se sabe t1ue la publi-
cidad no es toda la teb·isió n ni viceversa), resulta sin embargo
perniciosa por el hecho ele se r tan repericb. Considerada como
) de la palabra "imagen" a menudo remite a la mediática. La ima- una herramienta de promoción, r sobre todo de promoción de
~ gen invaso ra, la imagen omnipresente, la que se critica y la que al si misma, la teb·isión tiende a llevar la publicidad a campos
mismo tiempo forma parte de la vida cotidiana, es la imagc n laterales como la información o la ticción. Sin duda ha\' otras
)
mediática. Expuesta, comentada, adulada o vi lipendiada po r los ca usas para esta esrancbrización de los géneros u:k\'isivos: el
l mismos medios de comunicación, la '·Imagen" se n1eln: encon- conragi<1 dc..:l tlujo tcle\ isi,·o puede pasar por procesos raks como
) ces sinónimo de televisión y de publicidad. la "espect,tcularización", o la " ficcionali zac1ón". Pero la publici
S1n embargo es tas p<llahras no son sinónimos. Es ,·erdad dad, por su carácter repetiti\·o, se fija en la memoria con más
Llue la publicidad se ,.e en la tcle,·isión, pero también en los facllicbd c1ue cuak1uiera de las tantas imágenes c.¡uc nos rodean.
d1arios, en l:ls n:visr11~, en hs calles. Tampoco es únicamente Esto nos lle' a a la segunda confusiÓn, más gra\ e •lÚn. Se
v1sual. Existe, por ejemplo, la publicidad radiofónica. No o bs- trata de la confusión entre imagen tija e imagen animada. En
tante, la imagen mecliática está re presentada principalmente por efecto, considerar gue la imagen contempo ránea cs la 1magen
h teb·isión r por la publicidad visual. Po r ejemplo, un rubro mediática y t¡ue la imagen mediáLica es por excelencia la televi-
del dia rio Le .\londe bautizado " Imágenes" comenta p rogramas sión o el video, signi fica olvidar gue, también ahora en los me-
de televisión; una charla reciente dedicada a la tdevi~ión tenia dios de com unicación, coexisten la fotografía, la pintura, el di -
como subtítulo: " Poder r ambigüedad de la imagen"; ~emana· bujo, el grabado, la litografía, etc., tudu tipo de medios de expre-
rios n o especializados comentan asiduamente publicidades b:~jo sión visual, y t1ue se consideran "imágenes".
el rubro "Imágenes". f.a prensa esc rita o incluso la radio se re- Pensar que con la apa rición de la televisión se pasó de " la era
fieren a programas ele tek:vistón bajo el título de "imágenes". del arte a la del \'isionamiento" 2 es exclui r la experiencia, sin
Esto se explica por la nawraleza mediática tanto de la tcle,·i - embargo real, ele la contemplación de imágenes. Contemplación
sión como d e la publicidad, c.1ue se dirigen a la m:tyoria. Todo el de imágenes fijas mediáticas como los atlches, b1s publicidades
mundo las conoce. Se valen constantcmt:nte de imágenes. Sin 1m presas pero también las fotografías de prensa; contemplación
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20 ,\JtJrtinr Jo!J 21
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de pi ntu ra~. de obras y de todas las creaciones ,·isualcs posibles 1.3 I m áge nes y o rígenes
q ue la tecnología y las infraes tructuras comemporáneas hacen Vemos entonces, a parnr de estos ejemplos, que la imagen
posib le. Es ta contemplación descansa así de la ammación per- contemporánea viene de lejos. No surgió aquí y ahora, con la
m ane nte de la pantalla ch ica r permite un acercamiento más tcle,·isión y la publicidad. Aprendimos a asociar con el término
reflexivo o más sensible a las obras \' isuales, de cualguier tipo. "imagen" nociones comple¡as y contradictorias, que van de la
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) gión mo no teís ta dehía co mhatir lns imágenes, es decir a los o tros tado ra, puede engañar como educa r. Como rctlejo, puede con-
') dioses. La "guerra de las imágenes" gue sacudió Occidente d el ducir al conocimiento. El más allá, lo sagradu, la mut:ne, el co-
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) ::.1glo 1\. al \'JI de nuestra era, oponiendo iconolarras e Iconoclas-
tas, es el mejor ejemplo de este cuestionamiento acerca de la
natu raleza divina o no de la imagen. Ya más cerca, en el Renaci -
noCJ mir::nto, la ,·erdad, el an e, tales son los campo~ <1ue ,·incula-
mos, si tr::n emos un poco de memoria, con la simple pahtbra
" imagen". Esta histori:t, co nsciente o no, nos cons titu~·ó ~· nos
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) ITIJento, la cuestión de la sepa ració n de la re presentació n religio-
sa r de la representación profa na será el comienzo de b apa ri-
ción d e gé neros pictóricos. La iconocbsia bizantina, incluso
invita a acercarnos a la 1magen de una mane ra cumpleja, a atri -
buirle espontáneamente poderes mágicos, ligada como está con
to d os los g randes mitOs.
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abolida, intluyó toda la historia de la pintura occidental.
) En el campo d el arte, en efecto, la no ció n de imagen se rcln- 1.4 Imagen y psiguismo
ciona esencialmente con la represe n tación Yis ual: frescos, pintu- El término "imagen" se emplea también para hablar de cier-
ras, pero también estampas, ilustraciones decoratiYa:., dibujos, ras actividadt.:s psíguicas como las representaCiones mentales, el
g rabados, películas, videos, !orografías, incluso imágenes de sín- s ueño, el lenguaje po r imágenes, cte. ¿Qué entendemos t.:nton-
tt:sis. La es tatuaria raramcn t<.: se considera " imagen". ces y, una vez más, qué relación po demos percibir e ntre los usos
S in embargo, LIOU de los s<.: nticlos clt: i111ago en latín, etimolo· e\·ocados anteriormente? No es nuestra intención ciar definiciO-
¡.,ría de nuestra palabra "Imagen", d esigna la m:\scara mortuoria nes cicnrífica m~:nte correctas de estos término!>, sino delimitar
c.¡ue :.e vestía en los funerales de la antigua Roma. Es ta acepción lo t¡ue r::ntendcmos por ellos de la manera más llana.
'incula no sólo l:t imagen, que puede :.er tamb1én el espectro o La imagen mental co rrespondt: a la impresiÓn lJUe tene mos
el alma del muerto, con Lt muerte, !>ino t<tmbién con roda la cuand o, po r ejemplo, lcímo~ o cscuchamos una descnpción de
histn ria del arre r d e los riros fúnebres. un lugar, viéndolo casi como si hu biéramos estado allí. U na re-
Presente en el ori!!t.:n
.... clt: 1:1 esc ritu ra , de las rclitriones
tl .. ) del arte presentación mental se elabora de forma casi alucinatoria, y pa-
l ~· del cultO a los muenos, la imagen es también un e¡e en la rece to m ar prestad as sus ca rac te rísticas de la ,·isión.
reflexió n til osófica desde la Antigüedad. En particular Pla tón y La imagen mental se distingut: del esl¡uema mental gue con-
l r\ ristótelcs son guienes, por las mismas razones, la combati rán centra los rasgos visuales suficientes y necesnrios para recono-
o la defenderán. Por e l hecho de imitar, para uno engaña, para el cer un dibujo, una fo rma visual cuak¡uiera. Se trata entonces de
l otro educa; desvía dt.: la verdad o, p or d contr<~rio, conduce al un modelo perceptivo de o bjeto, de una estructura formal c¡ue
) conocimi en to. Para el primero, sed uce las partes más débiles de interiorizamos ~- asociamo~ con un objeto y c1uc algunos rasgos
) nuestra al m ~; para el segundo, es eficaz por el placer mismo qut:: visuales mínimos alcanzan a C\ ocar: la silueta de: un ser humano
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concede. La única imagen gue sr::gún Platón pur::de pe rdona rse que ~e reduce a dos círculos superpuestos y a cuatro trazos para
es b imagen " natural" (retlt.:jo o som br:t) gue de por sí pued<.: los miembros, como en los dtbujos comunicac1onalcs pnmiti-
com·ertirst: en un a herramienta tilosófica. \ 'OS de los que hablamo~ anrcnormenre o los d ibu¡os mf<wult:s ;\
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24 .\ lartitu Joa· ¿Qui rs 11t1a 1111<1,_2.1'11? 25
interiorizado precisamente el " esquema corporal". Para los psi- banalizació n del empleo de la palabra '·¡magen" en este sentido,
coanalis tas, la elaboración de este esquema corporal, a partir de y la facilidad con la gue parece compre ndt:rse, resulta asombro-
la image n virtual del pro pio cuerpo c¡ue el niño capta en el espe- sa. En efecto, traba¡ar sobre la " imagen de" la empresa, la "ima-
jo, cons tttuye un "estadio" fundamental de su elaboración psí- gen de" tal político, la "imagen de" tal prof<.:siÓn, la "im;tgen de"
quica r de la formació n de s u personalidad 6. tal medio de transporte, etc. se ha co nvertido en la expresión
Lo que nos inte resa de la imagen mental es esta impresión más utilizada en el vocabulario del marke ting, la publicidad o las
dominante de \'Ísualización que se asemeja a la del fantasma o profesiones de la comunicación en todas sus formas: prensa,
del s ueño. Y cuando nos dedicamos a demostrar el parentesco teb·isión, comunicación empresarial o de colecti\·idades loca-
entre ver una pelíc ula y la actiYtdad p síquica del fantasma o del les, comunicación política y así podríamos seguir. Estudtar l,t
sueño 7 , es al re,·és de lo c¡ue todos experimentamos primero: "imagen de", modilicarla, construirla, reemplazarla, c te. es la
cuando recordamos un sueño, tenemos la impresió n de recor- palabra cla,·e de la eficacia, sea comercial 8 o política.
dar una película. No tan to porque ,-imos, sino po rque nos des- También se estudia con sumo placer en ctenCtas hum.mas h
pertamos y entonces nos dimos cuenta dt: gue la " historia" (o " tmagen de la muje r" o "del m¿dico" o "de la guerra" cn t.tl o
las siwaciones del sue ño) no eran reales. El sueño provoca una cual cineasta, es dt:cir en el rcgtstro de las imágc nes. De la mis-
al ucinación visual, es cierto, pero otras sensaciones están tam- ma manera pockmos utiliza r imágenes (atiches, forografías) para
btén comprometidas, como el tacto o el olfaro, algo gue sólo construir la "unagen" de alguien: las campañas e lt:ctoralcs son
recientemente se intentó en d cine. Stn embargo es el recue rdo una tid reprcsemaciún (con mayor o mL:no r éxitO, según el caso) <J
\·isual e l c¡ut predomina )" se constdcrará COmO ltlS ''imágenes" de este tipo dt: métudo. Tocio el mundo comprende c¡u..: se trata
de l sueño; el recuerdo \·isual )"la impresión de un perfecto pare- de estudia r o de prm ocar asou.tciones mcmaks sistt.:máticas
ciclo con la reahdad. E l hechu de t¡ue t:l parecido o la analogía (mas o m~.: nos JUStificadas) <¡u e ~in·en par<l idcnri ticar tal o cual
entrt: la imagen y lo real sea una consLrucció n mental e n sí mts· objeto, tal o CLtal persona, Lal n cu.tl profesión arribuyt:ndoles
mano nos interesa demastado por ahora. Lo que nos importa es cierra canttdad de cuahdadt:s socioculturalmcn te ehburad.ts.
constatar quc lo que consideramos imáge nes mentales conjuga Nos podemos preguntar cwil es el punto común emre una
esta doble impresión de \ is ualización y de semejanza. imagen film ic:a o una imagen fotogrática y b reprt.:sentaciún
Cuando se: habb de ''imagen de uno mtsmo" o de " tmagen mental qu(: propont:n d e una categoría social o ele una persona,
de ma rca", se hace al usión a o peraciones mentales, individuales y c¡ue también llamamos " 1magen". Este punto parece tan co-
o colecti vas, c¡ue esta vez insisten más en el aspecto constructiYo mún c¡ue no dudamos en usar el mismo término para tksignar-
e identiticatorio de la representación que en el aspecto ,-isual o los, sin prm ocar por ello confustón intcrpretati,·a. ~~~t.t austn·
de seme¡anza. l ncluso sin tener un conocimiento panicular acerca cia de contusión es más sorprendente: aun ya que tiene: c¡ue \'er
del complejo concepto de rep resemac1ún (llue puede concernir aL¡uí con otro tipo ele 1m:tgen: un.1 imagen Yt:rbal, un.1 nt<.:t.lfur.t.
a la psicología, el pstco ;tn~lisis, las matcrnáticas, la pinwra, el En efecto, p:tra h:tcerse cnu.:ndt.:r mejor, o par;t apru\ ~'e bar me-
teatro, el d erecho, t:Lc.), entendemos <¡ut~ se trata de un1 elabora- jor las pmihillchdes expresiYas t¡ue brinda la lt:ngua, i''>Lkmos
ción gue compete :.1 lo pstcológico o a lo sociológico. La t:mtbic;n rt:currir a l.1s "imágenes".
26 M tJrtine }o{y _,
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28 .Hartine Job· ¿Oui n uua imagm? 29
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• ~ fás ilusorio aún resulr:~ el monr:~je rlt> imágenes interacti,·as
gue permite sumergir cotalmente al espectador en un universo
\"irtual, con una ,·isión en rdit:YC de 3 ú0°. Cascos r g uantes per-
la prolongación -ele los rayos luminosos: por ejcmplo, la imagen
en la fuente o en el espejo. Imágenes fu ndadoras ya de un ima-
gina rio rico r productivo. Pt:ro sólo Narciso,. \ licia 11 u Orfeo 12,
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co nsis tc e n o perar transformaciones digitales sohre imágc..:ncs
"reales" escaneadas, permite manipulaciones ilimttad:ts de imá-
gc nes gue ofrecen desarrollos "fant<Ísticos" para la ficción, la
e inmóvil, s:tgr<lda y profana, antigua) con tt:mpor:ínea, ,·incula-
da con la vida~- con la muerte, analógica, comparativa, conven-
cional, expresi1·a, comunicati,·a, constructiva y dcstructiva, be-
t publicidad o los clips, pero t1ue cn:a sus duelas si pensamos en la néfica \' amenazante...
m fo rmació n. Y sin embargo, c::sta imagen protc:iforme no blot1uea su uso
t Ciertos procedimientos sinté ticos penmten tambit:n la mul- ni su comprensión. Es una apariencia llue, a nuestro parecer,
tiplicación de inte rfaces entre diferentes tipos de imágcm:~, como phntea do~ puntos al menos -;ohrc los (lliC esta obr:t propone
la introducción d e imágenes dc..: síntesis en decorados "realt:s" y rdlexionar.
1 ice,·ersa. Más allá del juego, este mérodo puede evitu grandes El primer punto es que nc..:cesan;tmcnte c..:xistc un eje común
gasros en la construcción de p roroupos expcrimt:ntaks. a todas estas significaciones Cl"lt<tndo ht confusión mental. Cree-
E l holograma, una imagen láser en tres dtmcnstones, tam- . mos gue sólo una retlexión teónca puede ayudarnos a ver más
hién fo rma parte de estas nuevas imágenes desconcenantcs por claro~ encontrar ese eje.
SLt aspec to realista pnr un lado, pero también po r su aspc..:ctn El segundo punto es quc..:, p tra ll>lllpn:ndcr mejor las irn<ígcnes,
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Martine Jo!y 33
su c:.pccitlcidad como los mensajes que tr:msmiten, es necesatio un mos a interpretar el m undo q ue nos rodea, sea cultural o "nat u-
esfuerzo mínimo de análisis. Pero no podemos analizar cst.'\S imá- ral". Pe ro el p ro pósito del :;emió logo no es el de descifrar el
genes s1 no sabemos de qué estamos hablando, ni por qué quere- mu ndo, ni de e nu me rar las d istin tas sig n ificaciones c..¡uc damos a
mos haccrlo. Nos dedicaremos entonces a estO. los obje tos, a las situaciones, a los fenómenos nawrales, etc. F..:.c
podrá ser el trabajo del etnólogo. O d el antropólogo, del sociÓ-
logo, del psicólogo o incl uso del filósofo.
2. La imagen y la teoría sem iótica E l trabajo del semió logo consistirá más bien en \'er si existen
Bajo este punto d.:: \·ista p(l(1t.:mos decir c1ue todo puede ser non~.:ame:·ican "!, t::s el támino lanónico t¡uc: des1gn., !.1 se:: mió ti-
signo, porque, a panir de c¡ut: somos $t.: res SCJCiahz:,c\os, apr· ndi- o C0lllO filosofía del lcngu.lj~.:. El u~o dd segundo, d.: origen
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34 ,\ lt1rlinr Job· ¿{¿11r u Ima J//Jagm? 35
europeo, se comprende más bien com o el es tudio th: le nguajes Saussure se dedicó luego a .usl.1r las unidades constitll[i\·as
paniculares (i magen, gestos, teatro, etc.) Esws dos sustanti,·os de la lengua: pnmero los son1dos \' fonemas, despronsros
nacen a partir d e la palabra g ri ega smmtJII llue guierc dec1r ·'sig- de sentido, luego las unichdes mínimas de significación·
no". D e es ta forma encontramos desde: la ,\nugüetbd una d isci- los moriemas (gro.rJtJ IIJor!o el equl\ alente de la palahra) o
plina de la m edicina que se llam.1 "semio logía". Consiste en es- signos linguísucos. , \1 c:stucltar después la naturaleza del
tudiar la interpn:raciún de los s1gnos o también de los sínronus s1gno lingüístico, Saus~ure lo dc:scnbió como una enridad
de distintas enfermedades. La "semio logía" - o "scmeiolngía"- psít¡uica con dos aspectos 1ntltsoc1ables que unen un signi-
m édi ca es una disciplina c¡ue siempre se estudia en medicina. ficante 0os sonidos) con un sign1ficado (el concepto): el
Pero los antiguos no consideraban signos sólo a los sínto- con junto de sonido5 ";irbol" esr~ ,·incu lado no con el ár-
mas médicos. T ambién consideraban a l lenguaje: como una cate- hol real que p uede estar delante mío, sino con e l concepto
go ría de signos, o de símbo los, c¡ue sitTen a los homhres para de ~rbol , herramic:ma inteleclllal que constru í a partir de
comunicarse. El concepto de s1gno es entonces muy antiguo y mi experiencia. Esta entidad Saussure la representó bajo la
designa algo c1ue percibimos -colores, calor, form.1s, sonidos-~· forma del f.unoso d1agrama:
a lo c¡ue damos una signiticaCIÓn.
La idea d e e laborar una ciencia de los s1gnos, bautizada en- Sdo
tonces desde sus comien zos sem1ologí:1 o semiÓ tica, consistlr<Í
en esrud1a r los disrinms tipos de s1gnos t1ue Interpretamos, en Ste
trazar una tipología, en encontra r leyes de iuncionamienro de
las distintas ca tegorías dc signos. f-:sta 1dea es rec1cnte ~· se r<:- La especificidad de la relaCton ent re los sonidos y el semi-
monta a principios tk esn.: siglo. l .us grantks precursores son el do en la lengua, (l entre el ~lgnlticame r el signlticldo, en-
ltngimra Fc: rclinand de Saussun: u, en Europa, y el cientítico seguida se dcclar{l "arhiuano", es decir convencional, por
Clurles Sanckrs Pcirce 14 , en F.stados Unidos. oposición a una rcl.1Cit.H1 llamada "motl\'ada" cuando tiene
justiticaciones "naturales", como la analogía o l:r contigLii-
2.3 Ling üís tica y semio logía d'ld: "la idea de hermana no está ligada por ninguna re la.
c1ón Interior con In secuencia de sonidos 'hermana', expli-
Saussure, quien consag ró su nda a esrud1a r la lengua, par- ca Saussure, mientras que un d1bu¡o o una pmtura de un
tió precisamente del principio según el cual la le ngua no retrato será, a su vez, un signo 'mom·ado' por la semejan-
era el único "sistema de s1gnos tlue expresan ideas" dt:l za, una huella de pis:lclas o de manos, por la contigüidad
c¡ue nos sen·imos para comuniCar física c¡ue consritu\·e su causalidad".
Imaginó entonces la "sem1olo~ía" como una "ciencia ge- ~:lUssure se dedicó a descuhnr la forma de los signos lin-
nc;ral de signos" 15 a 1m e mar y denrro tk la cual la )ingliís- guísticos (su morfología), l ls grandes reglas d\: funciona-
uca, estudio Slstt:máuco ck la lcngua, ocuparía el primer miento del lcngua¡e. Pl.lnteó princ1p1os mewdulóg1cus ta-
Ju~.H ~·sería su e<Hnpo de e~tudin. ks corno los dt; oposiuon, Lonmul,lCIUn o permutación;
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en síntesis, inauguró una tarea tan nue\'a r tan impo rtante ruido), sentirlo (olores UI\'Crsos: perfume, humo), tocarlo
como la que él mismo anunció: " la leng ua, el más comple- o aun saborearlo.
jo y el más generalizado sistema d e ex presió n, es también Esta cosa que percibimos tiene lugar a pamr de alguna
d más característico d e rodos; en este sentid o, la ling üísti- o tra cosa; es la particularidad esencial tlcl signo estar allí,
ca puede convertirse en el patró n general d e toda semiolo- presente, para designar o significar orra cosa, ausente, con-
g ía, aunque la lengua no sea más que un sistema particular. creta o abstracta.
El rubor, la palidez, pued en ser signos de enfermedad o de
Hizo falta casi un siglo para que los in\'estigadores se des- emoción, los sonidos de la lengua c¡ue percibo son signos
prendieran d e tal p roiecía y de Jo c1ue se llamó " la supremacía de los conceptos guc aprendí a asociar; el humo gue huelo l
del sistema lingüís tico" pa ra el análisis de on·os s istc:mas de sig- es sig no de fuego; el olor a pan fresco, signo de panadería )
nos. Sin embargo, sigue resultando o perati,·o para la compren- cerca; el color gris de las nubes es signo de llu,·ia; tal cómo \
sión ele muchos aspectos del mensaje, sea cual fuere su fo rma, y cierto gesto con la mano, una cana o una llamada telefóni-
no puede ser dejada radicalmente de lado.
Nuestro propósiro aquí no es exponer la histo ria y los dis-
ca pueden ser signos de amistad; puedo creer también <.:¡ue
\'er un gato negro es un signo de mala SLt<.:rte; un semáforo
'
tinws tlt:sarrollos d e la teo ría desde su aparición, incluso ram - en rojo en una esguina, es un signo qut: prohíbe cruzar
poco pa ra lo que conc1c:rne a la imagen. Se podrá encontrar con el auto ~-así podríamos seguir. \'t:mos que rodo puede
este ti po de exposicione~ e n o tra parte. Lo gue t¡ucremos es ser signo en cuanto ckduzco una s1gnificac1ón t¡ue depen-
p rese nta r de manera sucinta los g rand es principiOS que, según de de mi cultura, como del contextO de ap:mció n del sig-
noso tros, res ultan opcrati,·o~ para llegar a comprender mejor no. "Un objeta de lo real no es un signo de lo que es pero
lo c¡ue es una imagen, lo c¡uc: "dice" una imagen, y sobre todo, put:de ser signo dt: algun;\ otr:l cosa." ¡-
cómo lo dice. Ese objeto real puedt: comtituir un acto de wmunicación
desde el momento en c1ue me es des ti nado Intencional-
2.4 Hacia una "teoría de los signos" mente (un sal_ud o, una carta), o proporcionarme informa-
E l trabajo de Peircc ¡(, trata este aspecto particularmente pre- ción simplemente porque aprendí a dcscifr:~rlo (una pos-
ciado. No se decicó a estudiar pnmero la lengua, s1no que inten- tura, un tipo de vestimenta, un c1do gm).
tó pensar desde el comic:nzo una teo ría general de los signos Para Pierce, "un s1gno es algo t¡ue repn:senra algo par<l
(unuolm) y una tipologÍ:\, muy gem:ral, que comprende la lc:n- ~lguien en algún aspecw o c:~r:ícrcr" 1 ~.
gua, por supuesto, pero inserta y rdativizacla en una perspecti\·a Esta definición tiene: el mérito clt: mostrar que un signn
más amplia. mantiene una relac1on sohdaria al menos emre tres polus
(y ya no sólo dos como en Saussure); la parte perceptihle
Un signo tiene una IWlterialichcl que perc1bimos con uno o del signo: "rcpresentamen", o s1~nificantc (Ste), lo qut: rt:-
,-Jrios de nuestros senndos. Podemos verlo (un objeto, un present:t: "objeta" o rden:ntl y lo qm: ~1_;ni fica: '·inter-
color, un gesto), oído (lenguaje: articulad•), gnLO, música. pretan te" o signifiodo (Sclo) .
38 Mm1im Jo(y ;Q11r rs 111/tJ 111/a~~tll? 39
Esta triang ulació n representa la dmámica de todo signo en Un<l e!> lera luminosa e n posición ohlicua en el Cielo sera re-
cuanto proceso semiónco, cura sign ificación depende tan- conoCida como el sol, pero podrá ser signo de mnerno en re-
to del co ntexto d e aparición com o de la expectati,·a del giones templadas o de pleno ,-erano en regio nes nó rd1cas.
rcc~;pto r. t; n tniJC, una camisa r una corbata, se con~idcran un:t \es ti -
menta estricta en OcCidente. Las mismas prendas, \·estidas en
Sdo
INTERPRETANT E ocas1ó n de una ceremoma o ficial, sigmtican la conformidad a la
A
cos tumbre. Llevadas en una salida con am1gos n:sudos de ma-
/ nera casual, pueden significar distancia o dis fraz.
/
/ E l e jem plo de la "imagen" es más coJwinccnte aún )'p ued e
REPR ¡:'_')E:--1.\~IEN OBJET O Dll'\ -\:.IICO ay udar a en tende r m e jo r su na turaleza de sig no: un:t fotografía
Ste
(sig nifica nte) q ue re presenta un feliz g ru po d e perso nas (refe-
re nte) p uede significar, según el co ntexto, " foto ele familia" o,
2.5 Diferentes tipos de signos e n una public idad, ·'alegría" o "com JYencJa feliz" (s1gni fica-
F:n la lengua una palabra re mite a un concepto que puede n o dos).
obstante ,·ariar segLm las circunstancias. A m e nudo percibimos Así, aum.¡ue los signos puedan ser mu lnplcs y vari.tdos, to-
somdos tan familiares que los dejamos de lado para concentrar- dos n:ndrían, según Pe1rce, una estructura comú n t¡ue 1mplica
nos en segu ida en su significaCIÓn. Es lo t¡uc se llama "!.1 trans- esta dmamica tripolar, la t¡ue une el sJg111ticamc co n d rcft:rente
parencia del sig nifica nte". Sin embargo bas ta con oír hablar un y con cl s1gni ti cado.
id1o ma que no conocemos para redescub nr que una lengu,¡ está ,\ unt¡ue los signos tengan una c~tructura común, no por eso
hecha pnme ro de sonidos. son idénticos: una palabra no es lo mismo t¡w.: una lmognfía, n1
Oímos, por e jemplo, el conjunto de somdos cuya transc rip- que una \'es timenta, ni <.¡ue un cancl 01 <.¡uc una nube, ni t1ue u na
ción gd.fit;a conocemos bajo la forma de " tapón". Estos soni - postura, c te. Y sin e m ba rgo todos pueden stg,III.Jiwr algo 111tÍs qm
dos, <.¡ue constiwyen la parte significante, es decir percibida, de tilos 111ismos y entonces consti tuirse e n signos. Para distingui r la
la palabra (o signo li ngüístico), tienen lugar a partir del, o remi- especificidad de cada tipo de signo, Pc1 rce propuso una clasiti-
ten al, concepto de "la pieza comúnmente c ilínd n ca <.¡ue entra caCIÓn excesivamente comple¡a.
en e l cuello ele una botella y está d estinada a taparla", pero mien- Distinguiremos aquí un aspecw muy conoc1do de esta clasi-
tras preparo la c ena y escucho las noticias para Info rmarme acerca ficacJón, aunque resulte p articularmente p arcial, porque puede
del estado ele las rutas al regreso de las vacaciones, el m1sm o sernos muy útil para comprender el funcionamienro de la ima-
sig nifi cante (tap ó n) tend rá una s1gmficación (o un s1gmficado) gen como s1gno.
muy dis tinto.
Esras \·a riaciones de interpretación no sólo conciernen a los Se trata de la clasificación tlontlc los s1gnos se distinguen
stgnos hnguísticos si no a todo tipo de s1gnos, incluso los natura- en función del ti po de rdac1on <.¡ue exJstL Lntrc e l signiti-
les. cante Qa parte p erceptible) }'el referente (lu representado,
-·
40 Martinr Job• ¿Q11i u 1111a Í111agm? 41
el objero) y no el significado. En esta p e rspectiva, Pei rce supues to hay que tener en cuenta sus di,·ersos matices y
propo ne distinguir tres g randes tipos de signos: el ícono, el fue Peirce el pnmero en ded1carse a ello, prectsando que
índice ,. el símbo lo. no existe un signo puro, sino sólo caracte rísticas dominan-
El ícono corresponde a la clase de signos cuyo sig nificante tes.
m antiene una relación de analogía con lo c¡ue representa, Un íco no tan evidente como un dibujo realtsta tiene una
es deCir co n su referente. U n dibujo figurati,·o, una foto- parte de. convención representativa y emonces de símbolo,
g rafía, una imagen de síntesis c¡ue re presente un á rbol o en el semido que Peirce otorga al término. No c1ueremos
una casa, son íco nos en la m edida en que "se aseme¡an" a hablar aquí de las significaciones convencionales que po-
un árb o l o a una casa. dem os dar a un dibujo, incluso al más realista (com o la paz
Pe ro la se mejanza puede ser otra, no sólo visual. La g raba- p a ra el dibujo de una palo ma) si no demostrar c¡ue la mane-
ción o la imitación del galope de un caballo pueden ser ra ele dibujar en sí misma respeta reglas representativas
ta mbién, en teoría, consid eradas como ícono, al igual gue com·enidas, com o la ele la p erspectiva, po r c¡emplo.
cualquie r o tro signo imitativo: p erfu m es sintéticos Je al- I ncluso el ínel1ce puede tener una dimensión icónica cuan-
g unos juguetes in fantiles, gusto sintético d e ciertos ali men- do se asemeja a lo que rep resenta: las huellas de pasos o ele
••
tos, la cue rina que al tacro imita al cuero. ne umá ticos se asem ejan al pie o a los n eumáticos m1smos.
El inde.-..: o índice co rrespondc a la clase de signos que man- En fi n , los signos convencionales pueden tem.r su parte de
tienen una relación causal de contigüidad física con lo que iconicidad: las onomatopeya~. en la lengua (cocoricó, por
repres~nran . Es el caso de los signos llamados "naturales",
como la p<llidez para el agotamiento, el humo para el fue-
c¡emplo), se asemejan a lo que representan al igual qm:
Ciertos símbolos como los antllos de la bandera olímpica ••
•
go, b nube para la llll\ ia, pero tamb1én la huella c1ue deja el p.ua rcpn:scntar a los cinco connncntes )'en consecuenci,1
caminante en la aren,\, o el neumático de un automón l en a l.1s enudac.ks nac1onalt:s.
el barro.
Fmalmente, el símbolo correspond e a la clase de signos <.1ue
mantienen con su referente una n:lación de conYención.
Los símbolos clás1cos tales co m o las banderas para los
2.6 La imagen como signo
b.n lo t1ue concierne a la im1gen, Pe1rce no se detiene allí en
su ttpología de s1gno; efectivamente, la va a hacer entrar en su
•
países, o la paloma para la paz, entran en esra cart:goría clastficación como una subcategoría del ícono.
pero también el lengua¡e, ron~irlerad o aquí como un siste- En efecto, si considera que el ícono corresponde a la clase de
ma de signos convencionales. signos cuyo significante tiene una relación analóg1ca con lo que
Esta clasificación ha s1do tan explorada cuanto también representa, también considera que se pueden d1súnguir distin-
sumamente cri ticada. tos tipos ele analogía y entonces disnntos tipos dt: ícono, c1ue
Si aquí la rescatamos es por<.1ue nos parece p<~rticul:ume me 5011 h Image n propi<lmente cli-:ha,t'l Jiagrama )' la rtletáfora.
úcil para comprender las im;;genes y sus cl!scintos npos, como r :1
L.ltego ría de j,¡ ill!a:;p: s:: :~.>emcja entoncc~ a 1 íconos
también para comprender su modo de funcionamiento. Por c¡ue 1nanrit:nen una relación de an,llogía cualtt.ltl\·a entre el
-
r
• significante~ el referente. Un d1bujo, una foto, una pintura fig u- gun ta ina ugu ra l de Barthes, '·¿Cómo les llega el ~enrielo a las
• rativa retoman las cualidades form ales de su referente: fo rmas, . • ::>"
1magenes. 1"
, correspon dc n.a a la pregunta: " ¿L os .
men ~a¡e s ' 1·
• colo res, propo rciones, que permiten reconocerlos . s uales utilizan un ltnguaje específico?" ·'Si es así, ¿cuál es, ck
• image n de e llo. con la imagen en secue ncia, fija ,. sob re todo animada (donde la
• Finalmente, la ;mtáfom sería un ícono <1ue trabaja a panir de semiología del c inc m ostrará to da s u comple jidad), co ns tituía
un mensaje mu~· complejo. E l ob¡eri,·o de esta o bra es precisa-
•
un paralelis mo cualitativo. Reco rdemos <1ue la m etáfora es una
figura re tórica. En la época en la que P eirce trabajaba, aún se me nte recordar alguno:-. de s us g randes pnncipios de funciona-
considera ba que la retórica no concernía sino a un tratamie nto miento.
particular de la le ng ua . Luego se descubrió t1ue la re tó ri ca e ra F.l prime r g ran principio para rete ner es, sin duda , para n o-
ge neral y que s us m eca ni smos podían concernir a todo tipo de sotros, que eso c1ue llamarnos " 1magen" es IJrtrrogt'luo. Es dec1r
le nguaje, ,·erbalcs o no. Pero e n eso ta mbit:n Peirce es un pio ne- que se asemeja y coordina en el seno de un marco (de un lími -
ro al consider<lr <1ue los hechos de la lengua, para él en princip1o te), dis tintas catego rías d e s ig no; " imágenes" en e l se ntido tcó
"símbo los", utihzan sin e mba rgo procesos generahzab lc.:s, dt: los ri co Jel término (signoi icónicos, a na lóg1cos), pero ta mbié n signoJ"
cuales a lgunos, según él, competen a la categoría de ícono. Re- plásltcoJ~ colo re s, fo rmas, co mp osición inte rna, textura , y la
cordemos que en el ejemplo de metáfora que dimos anteri o r- m a~ o r pa rte del u e mpo tambié n J'igno.r lin,~iiÍJ"Iiws, del le nguaje
m ente, el té rmino d t: "león", c.:xplíciramt: nte formulado, ponía \Trba l. Es s u relación, s u imc racc1ón lo gue produce el senndo
implícitamente en paralelo (compara ba) las cualidades del león t¡ue aprend imos de mane ra más o menos conscie nte a desci-
(fue rza y no b leza) con las de V íctor Hugo. frar y que una observación más SIS te m ática nos ayudará a com-
S i recapitul amos entonces la definición teó rica de imagen, prender mejor.
según Pei rcc, comtaramos que no corresponde a todos los úpos Ames de abordar este tipo de o b ser vac ión, hacc fa lta reexa-
de íconos, que sólo es visual, pero que se corresponde bien co n mina r eso que alg unos instrume n tOs de la teoría semió tica tluc
la image n visual que debatirán los t eóricos cuando hablen d e hemos evocado nos permite n d1scermr JCe rca del U SO múltiple)'
signo icónico. La imagen no es lo impo rtante del ícono, pero to d a aparentemente babélico del té rm1no imagcn.
e lla es un signo icónico, al igual que el diagrama y la metá fora.
Aunc¡ue la imagen sea sólo visual, está claro t1ue, c uando se 2.7 Cómo ayuda la teoría a comprender e l u so de la
c¡uiso es tudiar d lenguaje de la imagen y apa reció la umiología rlr palabra "imagen"
la i111agm, hacia mecl!aclos.d e siglo, esta semiología se dedicó tsen - El punto común entre las distinta!> signiticaciones de la pa-
cialmcn te al estudio ele los mensajes visu:1les. T.a image n se con- hbr<l " imagen" (imágents \lsualcs / 1m:igcnc~ mentJles / inü
VIl tió e n ronce~ en smónimo de " representación' isual". La prc- gcnt:s virtuales) parece ser ante todo el de analogía. ~[aterial o
•tJ
inmaterial, visual o no , natural o fabricada, una " imagen" es 2.8 Imitación 1 huella 1 convención
antes que nada algo que se asemeja a olra cosa. Las imágenes fa bricadas i!Jiitan m ás o m enos correctamente
I ncluso cuando se trata de una imagen mental y no concreta, un m odelo o, como en el caso de las imágen es científicas de
hasta el criterio de semej:mza la define: ya sea que se asemeje a la síntesis, lo pro po nen. Su mayor capacidad es e ntonces la de imi-
visión natural de las cosas (el sueño, la fantasía) o que se cons- tar con tanta perfección que puedan \'OlYe rse "virtuales" y d:tr
truya a partir de un paralelismo cualitati\·o (metáfora verbal, incluso una ilus.ión de re:tlidad no obstante sin serlo. Res ultan
imagen de sí, imagen concreta). as í perfectos "anólogos" de lo real. Ít"ono.r perfectos.
La primera consecuencia de esta observación es constatar que Las imágenes como registro a menudo se asem ejan a lo c¡w.:
ese deno minador común que es la analogía, o la sem ejanza, ya de re prese ntan. La fotog rafía, el \·ideo, d cine se co nsidera n imáge-
entrada ubica a la imagen en la categoría de bs represe ntacio nes. nes perfec tamente semejantes, íco nos puros, tanto más fiables
Si se asemeja, es que no es la cosa misma; su función es entonces en cuanto son registros hechos a pa rtir de ondas e mitidas por
la de evocar, la de sig nificar otra cosa c.1ue ella misma utili za ndo el las cosas mism:1s.
proceso de la semejanza. Si la imagen se p ercibe com o repreirllltJ- Lo t¡ue distingue a estas imáge nes d e las imágenes fabrica-
ción, esto quiere decir que la imagen se percibe como signo. d as, es que so n budlas.
Segunda consecuencia: se percibe co mo signo cllwlógico. La En teoría ento nces son i11dicri antt:s de ser íconos. SLt fuerza
se me janza es s u principio d e funcio nami <.:nw. Antes de seguir \·iene ele aquí. H emos \· isto, en p a rticular e n lo que se reti e re a la
preguntándonos acerca del proceso dt: semejanza, po de m os e n imaginería científica, <.1uc estas imágenes-h uella a bundan. Aun-
efecto constatar que el pro blt:ma de la imagen es el mism o <.1uc c¡ue e n ];¡ mayoría de los casos son idcnti ficables p:tra el c¡ue n o
el de la sem ejanza, que las dudas c¡ue s uscita surge n precisamen- es un especialista, extraen su poder tk con\'icción a partir de su
te de las va riaciones de la st:mejanza: la imagen puede voh-crse aspecto inclicatorio y ~·a no de su carácter icónico. l "' Jl'IIJejanza
peligrosa tanto por exceso como por defecco de semejanza. Una dtJll pcuo td i11dicio. 1~n es te caso, la opacidad otorga entonces a la
g ra n se m ejanza provocaría la confusión en tre la imagen y lo imagen la fuerza ele la cosa misma y p ro\'oca el o!l'ido de su
'
rep rese ntado. 1luy poca se m eja nza, una ilcgibilidad mo lesta e carácter represe nt:uivo. Y ya \·e remos tlue es este oh·iclo (mucho
inútil.
Vemos en tonces que la teoría semiótica, que propone consi-
más c¡ue una semejanza excesin1) lo <.¡uc más incita a la confu-
sió n entre im1.gen y cosa.
'
derar a la imagen como ícono, es decir como sig no analógico,
está de ac uerdo con su uso y puede permitirnos comprenderlo
L::n efecto, no hay- c1ue o k idar c1ue si toda imagen es repre-
sentación, esto impEca que necesariamente utiliza reglas ele cons-
•
m e¡or. trucción. Si estas representaciones llcg:m a com prenderlas otros
Si la imagen se percibe sin m ás como un signo, como repr~ que los <.1ue las im·ent:lron es porque har cnrre ellas un mínimo
sentación analógio, podemos sin emb:uw1 no tar entonces un:1 de com·cnció;1 sociocultural; dicho de ow1 forma, porqtte le
distinciÓn maror e n tre los di stintOS tipos de Imágenes: existen ckhen un,\ gr:w p:~n::: d..; su signi ric.1c ión a su aspecm ele iÍmbolo,
las imágenes fa bricadas r las imágenes como registro. Serrara de según la dcflnici(>n tk Pcirce. r\1 estudiar esta circulación de la
una distinción fundarne;1ta!. im:1gen c:ntre itlil~l":'zc~, l·:tel!a y L"OI!I'i'IIÚÓn, es decir, entre ícono,
L_ ___ _ ---- - - - - - - --
---..J.
46 ,\lmtineJob·
_
l
__.;¡
48 El nnálisiJ dr la i111agm: pu•tbiluiadn_r 111itodos 49 , ¡
l
La imagen, " lenguaje universal" Po r otro lado, el rtco noc1.miento mismo del mom·o deman-
Existen \'arias razones que exphcan esta 1mpresión de lectu- da un aprendizaje. En cfLcto, incluso en los mens,1¡es , isuales
ra ''natural" de la tmagen, al menos de la imagen figurativa. En que parecen más '"reahstas", ha) muchas diferencu s entre la ima-
pa rticular, la rapidez de la percepciÓn visual como L1 simultanei- gen y la rC<Ilidad que supo ne representar. La falta t.le profundi-
dad apare nte del reconocimiento de su comenido y de su inte r- dad r la bidimensionalidad de la mayoría de las imágenes, la
pretación. alteración de l9s colore:; (más aú n en blanco y nc.:gro), el cambio
1 Otra razón es la unin:rsalidad cfccti' a de la Imagen, el hecho
de que d ser humano produjo imáge nes en el mundo entero,
de dimensiones, la ausenc~<t de movtmientos, de olo res, de tem-
peratura, etc., son tantas diferencias, y la imagen mi o.; ma es el
desde la prehistoria h:lsta nuestros días, y de t¡uc todos nos cree- resultado de tantas transposiciont.:s que sólo un ap rendizaje pre-
mos capaces de reconocer una imagen figu rati,·a, sea cual fuere coz pe rmite "rcconoct.:r" un egui,·alente de la realidad, Integran-
su conteXLO hi'>tó rico r cultural. Este tipo ck constatación yde do las reglas de transformació n por un lado y ' 'o l\'1clando" las
creencia hizo pensar alguna ,·cz que el cine " mudo" era un len - di fcn.:ncias por el otro.
guaje unin:rsal y que la aparicion del cinc sono ro corría pehgro E s este ap rendizaje ). no la lectura d e la image n lo l¡ue se
de particularinrlo y de aisbrlo. hace de manera " natural" en nuestra cultura, donde la repre-
Sin duda, para toda 1:1 humanidad existen t:Sttuemas menta- sen tación a tra\ és de l.1 1m::1gen figurari,·a ocupa un lugar su-
les y re presentacio nes u ni' ersaks, an.¡uetipos, ligados con la ex- ma mente importante. D esde Ll1nfancia, al mismo ucrnpo que
periencia cornCm Je todos los M: rc:; humanos. No obstante, de- aprendemos a hablar aprt.:nclcmos a leer imágenes. lnclltSO a
ducir que la lectura de la imagen es u ni' ersal implica confusión menudo, las imágenes s1n en como sopo rte para e l aprentlir1 je
y de:;conocirniento. del le ng uaje. Y como en el caso del lenguaje, ha1 un um hr:1l de
La coniusión LS !.1 que frecuelltemente c;e produce entre per- edad n1;Ís allá del cual, si no fuim()s iniciados e~ la lectma ,. la
cepCIÓn e 1nrerpreraciún. t-:n decco, reconocer ralo cual mmi,·o compren siun de las im<igent.:s, t.:l ap rendi zaje se l'uch·e imp;lSI-
ble 211_
no significa comprender el mensaje de la imagen, denrro de la
cual el mo ti\·o pueck tener una signi ficación particular, ligada L.a tarea del análisis es prt.:cisamcnre la el:.: desci fr.1 r las sioni-
- . ~
con su contexto intt.: rno como con el de aparición, con la expec- bcac1ones que Implica la apare nte "naturalidad" de lns mensa jes '
•'
tativa r con los conocimientos dd recl:ptur. El hecho de reco · ,·isualcs. "Naw ralidacl" t¡ue p:nadójicamcntc resulta sospecho-
nacer cienos a nimales en las paredes de las cue\'as de Lascaux sa, incluso para L¡uienes es C.\ idcn tc, cuando se tt:mc ser "mani-
p ulado" por hs im:í.gcnes.
no nos da más iniormaciún ace rca de su significación prec1sa y
detallad:\ dt. la qllt! nos dio durante mucho tiempo e l reconoci-
•
1
1
miento de soles, lechuzas u pt:ccs t.n los je roflíticos egipcios.
Aun ahora, e monee~. reconocer motl\·os en los mensa¡cs \ isua-
Las " intenciones" del autor
L~1 ·t:gund,\ objeci•"m, dlJ.tltO~. hace rdcrcm:ia a la cxacrirud 4
'
1 les e imerpn:tarlo ~ tc::;ulran dus opuaciones ment:1les cornple- de la intc..:rpreración: .:corres¡,onde a las ·'intenciones" (k:l autor, 4
'1
menrari:1S, aunlluc.; tengamos !.1 i1nprl:sión de t¡uc sean simulr:l- no hs ''deforma"? ¿f.,1 inrt1prerac1ón, nn pertenece LlnÍcamcnte
ncas. al receptor?
,1
1
l
50 ,\ /arti11r Jo!¡• E/ tmá/im de· ltJ i111agm: posibilidadu)' !llél(ldn.r SI
Esta pregunta plantea el gran problema de la int~rpremción considerarse entonces como una inte1 prelaCIÓn razonable y plau-
de los mensajes, ya sean literarios, qsuales, gestualcs o de cual- sible del mensaje, en un momento X, en circunstancias Y.
quier otro tipo. Es un tema que fue centro de lo~ debates sobre Esta preocupación por las "intenciOnes" del autOr, aunque
la lectura y la "nue\'a crítica" en los años sesenta 21 , presentando s~: justilic¡ue para el esrud1o de texws annguos, donde el senrido
la cuestión casi Irresoluble de la naturaleza de la Interacción au- de las palabras e\·olucionó mucho, es una tiranía heredada pre-
t<Jr-obra-público. Cisamente de la¡; explicaciones de textos tradicionales, gue impi-
Es verdad que una im:lgcn es una producción consc1enre e dió a generaciones ~· generaciones de niños y adolescentes re-
inconsciente de un sujeto; tamb ién es ,·erdad gue constituye lue- flexionar por sí mismos frente a lo~ textos c.1ue leían, incapaces
go una obra concr<.:ta y r~rceptlblc; es ine,·itable c¡ue su lecwra ele cnconrrar "las intenciones" del autor 22 . Estuchar las circuns-
la haga \·j\'ir y perdu rar, t¡ue ll1CWilice la COnciencia )'el incons- tancias históricas de la creación c.k una obra para entenderla
ciente de un lector o de un espectador. H ay, en efecto, pocas me jor puede ser necesario, pero no nene nada que \'er con des-
probabilidades de que estos tres momentOs d~ la ,-ida de una cubrir de las "intenciones" del autor.
obra, sean cuales fueren, coincidan. Lo que queremos decir con csro es c¡ue, para analizar un
Pero si se insiste en evitar la interpretación ele una obra con mensaje, hay c¡ue empezar por ubicarse deliberadamente del lado
el pretexto de c¡ue no se estú seguro de t¡Lu.: si lo que se entiende en c.1uc estamos, a saber, el de la recepción. Esto no descarta la
corresponde a las inrenciones del autor, mejor no l~er o mirar necesidad de estudiar la e\·oluclón cid mensaje (de su aparición
nunca más ninguna imag~n. Lo que el autor guiso decir, nadie lo como de su recepción), pero ha) yue evirm, por causa de crite-
sabe; el auror mismo no domina wJ,¡ la significación del mensa- rios de e,·aluación más o menos ~.:scabrosos, el prohibirse com-
je que produce. Él tampoco es el otro, no \'i\ IÚ en h1 misma pn:nder.
epoca, ni en el mismo país, no u~.:ne 1,1s m1smas ~.:xpectati,·as...
1nrcrpretar un mensaje, analizarlo, no consiste de ninguna ma- E l arte "intOcable"
nera en intentar recuperar un mens:1jc preexist~.:nte, sino en com- La última resistencia al aná lisis que nos gustaría evocar, aun-
pre nder las significaciones tlue es<:: mensaje, en esas circunstan- que por supuesto existan otras, es la del an:ílis1s dc las obras
cias, provoca ac¡uí en este momento, tratando de distinguir lo llamadas "de arte", r c¡ue concierne ampliamente a la "imagen"
c.¡uc es personal d e lo que es colectivo. En efecto, es evidente por dos razones principales. Primero, porque se considera liLH!
gue para un análisis necesitamos delimitar ) tener puntos de el campo del art~.: compete mucho más a la expresión que a la
referencia. Estos puntos de referencia podremos buscarlos pre- comunicación; luego, por "la imag~.:n del artista" :?.3 c¡ue transmi-
cisamente en los punros comunes que m1 an:í.l1w; puerl:~ rener te nuestra ci,·illzaCJÓn.
con el de otros lt:ctOL·es comp:~rables a mí; no justamente en Podemos decir, de manera gen~ral, que mientras una obra
hipotéticas intenciones del autOr. de arte, o una imagen, era toda\'Ía una producciÓn colectiva o
1~1 mer)saje está ahí: obsen émoslo, examin~mo~lu, compren- anónim~1. indicaba c.¡ue la obra estaba al sen ICIO de una religión,
damos lo c¡ue suscita en nosotros, comparemos con otras in- de un riro, o en un sentido más amplio, de una funciÓn mágica.
terpretaciones; el núcleo res1dual de esta con fmnr.1ción podr:í La necesidad de nombrar al artism manifie~ta una\ 1sión del arte
52 Martine.Job· El annlúú df la illlagm: posibilidtidU.J 11/ttodos 53
como tal, es decir como búsqueda d e un logro estético específi- fundado d e las obras de arte, )' por consigUiente de la imagen,
co -eso que "el arre po r el arre" lle\'Ó al extremo- que se afi rm a sob re:: el ·'modo" de conocimiento, sea socio lóg¡co o semiológi-
en el deseo cada vez mayor de relacio nar el nombre del maestro co, cae eminentemente bajo sospecha.
con el de su obra.
D esde la ancig ua Grecia existen texros c¡ue nos re,·elan no m- 1.2 Funciones del análisis de la ima~en b
bres de artistas (como Zeu-..:is o Apeles) e inaugu ran en Occi- Sin embargo el análisis de la 1magen, incluyendo la imagen
dente una tradición de biog rafías de artistas. Aungue este hecho artística, puede desempeñar funciones t:ln \'ariadas co mo g ra ti-
no es muy frecuente en la Edad i\fedia, la figura del artista, a ficar al inves tigador, aumentar s us conocimientos, enseñar, per-
tnl\'éS de su biografía, adc¡utere un estatus autónomo. La lectura mitir lee r o concebir mensajes visuales de manera más dicaz.
de estos textos, desde la Antig üedad hasta nues tros días pasan- El planr po r el an:llisis, sea cual fuere su objeto, corresponde
do po r el Renacimien to, nos revela ya u na e\'olución histó rica de sin duda a un temperamento. En efecro, podemos interrogar-
la imagen d el artista que desplaza, pero no po r eso suplanta, a nos acerca del "imaginari o" del im•es1igad or :!ó_ U n deseo por
los antiguos modelos del "respeto cada vez mayor hacia la crea- comprender m ejo r, que requiere de una deconstrucción artifi-
tividad del ditril10 artúta". Cualquiera sea el " mundo" en el que cial (como cuando de niños rompemos e 1m·esrigamos el miste·
evoluciona el artista (desde la co rte pnncipesca has ta la bohe- rioso juguete), para obsen·ar los d1srmtos mecamsmos ("obser-
mia), éste no está aislado: "pertenece a la gran famil ia de los Yar cómo funciona") con la esperanza, tal \ ez llusona, de una
genros". A menudo el artista se caractt:riza por su precocidad, reconstwcción inrerpn.:rati\·a mejor fundada. Sm eluda, este ti po
:-. u nrtuOSIS1110, un carácter enrgmánco y poderes casi mágicos. c!t: tarea sir ve para complact:r un ckseo panicular por dominar
Aunt¡ue la tendencia contemporánea tit:nda a hacer desaparecer el objeto y sus significaciones. Se distingue fumhmemalmenre,
hs anécdotas biográficas en favor del aspc::cto creado r del artis- por ejc::mplo, ele la ta rea del cméfilo, cuyo temperamento ~e ase-
ta, éste todavía no desapareció detrás de s u o bra, y entonces un me ja más al del coleccionista que atesora )' acum ula los objetos
análisis racional de su arte se roma como una especie de crimen liUC ama. El investigador, a su vez, prdiere desmontarlos, r si
ele lesa majestad, desplazado e inútil. los multiplica (~· termina pareciéndose al colecciOnis ta), es por-
Por otro lado, tenemos la costumbre de consid erar al campo que nunca e l objew reconstituido es idéntico al origmal. Vemos
del arre opuesto al de la ciencia; pensamos que la expe riencia en tonces yue se ve lle\·ado a comenzar de nue,·o la experiencia
es tética compete a un pensamiento particular, irred uctible al sobre un objeto nue\·o, ,. así en más. De esta manera, podemos
pensamiento verbal. Este prejuicio acompaña a cualguier deseo comprender que el análisis rc.~ulte insnpollable para gu:cncs n:n
de "método" de análisis de obras (como de h msrirución artísn - allí una amenaza contra la integridad y la aurenncid,ld de su ex-
ca misma) "de una serie de resen·as )'precauciones que:; tienden penencla.
a subraya r la co m plejidad inagotable, la ril¡ucza concreta de los Sm c::mhargo, es falso creer q11e la costumbre del an;\li~is :1nuh
fenómenos estéticos" 24 . En última ¡nsranci .• r "bajo especies el placer es¡t:nco o bloc1uca la ··espontaneidad" de la recepción de
teónc.ls más o meno~ sotisricadas", bu~ca ' ·p i esen·ar algo de su la obra. No hay c¡ue oh·idar ll'le ti análisis es siempre un tr;lbajo,
~t:crero, sino de su (¿inefable?) m1~tni o". lln enfoque l ien que ret¡u1cre ric.:mpo y c1uc no puede luccr~c espunt:íncamcnr.:.
~1
54 ,\Iarlinr.Jo!J' El análws dr !u lllltJ.f!.lll.' po.ribt!idadt•r)' 111itodfJs 55
En cambtn, su práctica puede, a poslmon, aumenmr el placer esté- demuestra ser en t:fccto fructífero para su comprenstún ~· para
uco \' comunicati\·o de las obras, ya que agud1za el sentido de la mejorar su desempeño. At¡uí hay menos rettcenc1as frente a la
obsen ación y la mirada, aumenta los conoctmu:nms r permite así teoría, menos racwctnio en cuanto al costo del anális1~, pt:ro por
captilr más información (en el sentido má~ amplio del término) el contrano, la esperanz;i ck c¡uc el análisis semiótico será una
en h recepción espontánea de las obras. prueba de eficacia ~·por lo tanto de renrabilichld. Desde b apan-
Por último, que la ignorancia garantiCe placer rod.1\·ía t¡ucda ción de la "sel)1iología de la imagen'', se distinguieron gr<tndes
por demostrar, pero es evidente que no es auxiliar a la compren- tec'>ricos en el seno de las agencias de publicidad. Hoy en día,
sión. r\hora bien, comprender también es un p lacer. aunque los investigadores en semiótica se encuentren sobre todo
b po r eso que una de las principales [unciones del análisis en la unil'ersidad, numerosas agencias consultoras de comuni·
sea la fmmr)n pedagógica. Aunque p ueda eje rcerse en u n marco cación o de publicidad ~· markt:ting 2 ~ no dudan en acudi r a ellos
insritucional com o la esc uela o la unive rsidad 2(>, el análisis con como exper ws en casos rmic ticos problc.:rn;Üicos 2CJ. r\lgunos le
ob¡'erivos 11ecla.róaicos
b b
no está rescrntdo sólo a este c1mpo. Puede re p rochan a <.:stc tipo de t:studios el hecho dc dar sólo recetas
desarro llarse e n lugares de trabajo, como formación continua, con miras a la eficacia cornerctal. Este reproche oh-ida que un
pero también en los med1os de comuntcación al utilizar ellos buen análisis se define primero por sus objeti,·os (en este caso,
mt:-.mos la Imagen T. Ésta puede ser una buena manera para que analizar para comunicar mcjor y vender me¡or); esto no impide
el t:specrador no tenga la impresión de mantpulación tan temi- p<ml nada llue algunos de <.:sros resultados puedan ser ll[iltzados
da. para una im·nügación INÍI7((1 más fundamental.
Dcmostr:lr t¡ue la imagen mmbu:n es un lengu<l)t:, un lengua- G:n efccro, en los escritos teóncos encontramos nurnt:rosos
¡e c~pt:cíiico y heterogéneo; (¡ue por e:-.ta razun se dist ingue del análisis de pt:ltculas, publictdades nsualt:s, emtstones de tde,·i-
mundo real, y que propone, por medio de ~tgnos p<~rttculares, si(in, qut: Slrl'en como e¡emplo para propostciom:s tcóncas tan
una repn:sentación elegtda y necesariamt:nte ortentada; dtstin- \;lriadas como la bús(1ueda de untdades de significación, reglas
guir las p rinci pales he rramientas de este lenguaje ~· lo que puede de sintaxis, modos de enunctac1ón, tratamientos del e::spcctador,
significa r su presencia o su ausencia; relatl\ iz:tr su propia inter- r así t:nm:is. Luego 'eremos que la pul;licidad sirv1ó como te-
p retación compre nd ie ndo al mismo tiempo los fundamentos; rrcno f;n·o rito pant iniciar este tipo de investigación.
tantas son las pruebas de libertad intclectual l¡ue el an:ilisis pe-
dagógico dt: la imagen puede apo rtar. 1.3 Objetivos y m e to d o logía del a n álisis
Finalmente, u na de las funciones cid anñlisis de la imagen Ya ht:mos señalado l)Ut: un buen análisis se deiine primero por
puede ser la lnísqunla o la roijicación dt: las ca usas del buen fun- sus objetivos. Deiinir el objeuvo de un anál1sis es en efecto indis-
c tonamtenro o, por el contrario, dt:l mal funcionamiento de un pensable para ubicar las herramientas, recordando al mismo tiempo
mensaje vi~ual. Este uso del análtsis se encuentra principalmen- (¡uc determinan en gran mcdtda el ob¡t:to del análisis y sus con-
te.en t:l campo de la publicidad ~ del rnarkcting. ,\ menudo rc:- clusiones. En efecto, el an;iltsls por sí mtsmo no se justifica por-
curn:: a prácucas, pero también a t<.:ó ricos y espeetalmentc a se- que no tiene interés. Debe sen tr <1 un proyecto ) éste es l¡uien le
mióticos. El enfoque semiótico de la comuntcación publtcwuia dará orientaciÓn 1' permitit;l elaborar su metodología No hay
_w.
56 ,\ lartinr jo{)' El a11álim dr la intagm: poúbiliddu)' 111itodos 57
'
~
••
fieren (o se oponen) claramente unas dt o tra s. Para aisla r-
se mostró perre<.:t<H11tnte operati\·o. Permite mostrar c¡ue b ima- las, b::tsta con permu1arlas, resultando así el mismo méto-
nen está compues ta de distintos
~ . tipos de signo:>: lingüísticos, do con el c¡ue un niiio ap rende a hablar.
icónicos, plásticos, l1ue conYergen p::tra construir una signi fica-
CIÓn gloh:ll e 11nplícica, intt:grando, en es te caso en especial, el
canw de b l:::ngua, L1 idt.:a de ¡pción ~-la ele cocina mccliterr·.í.nea.
l' n ejemplo ayud.tr:í a rc..cordar cóm•> distinguimos las
unid.tdes de primera articu lación O ronemas: al pe rmut:H
el primer fonenu de h p.1l.tl..>ra mJ·a, obt~:nemPs <.:osa, sos: , •••
fosa. El estudio de hs diferentes grafías t¡ue puedl'n ad-
tluirir bs palabras, o unidades dt: segunda anicul::tción
••
•
58 .\larlillr Jo!r f:/ tlliÓ!ms dt la Ú!lagm: posibilidadtJ r 11/r/(}(/ns 59
(morfemas), forma parte clt: otro aprcnJ1zaje. Encontrare- mensaje:: dementos ~ustltlllbks. De e~ta manera, veo el rOJO, r
mos "halla o haya", "hecho o echo", "aprender o aprehen- no el ,·erdt:, ni el azul, ni el amarillo, etc. Veo un circulo r no u~
der" ... En la comunicaciÓn escnta, la difc::renCia de 5entido tnángulo, ni un cuadrado, m un rectángulo, etc. \'eo lí~~as cur-
de las distintas palabras se percibe inmediatamente gracias '"<lS, y no líneas rectas, etc. Este tipo de asociación mental que
a la ortografía (cu~·a dificultad notamos ac¡uQ. En la comu· permite distinguir los ekmentos gue componen la imagen (en
nicación oral, el contextO indica rá cómo Interpretar los so- este caso s1gnos plásticos: el color, las formas) st: extiende a la
nidos idénticos. distinción dt: las diferentes clases de de::mt:ntos: veo un hombre
'
El aprendizaje de las unidades de signllicación se hace en- r no una mujer, tampoco un niño, n un animal o a nadie...; estas
tonce::s a t ravés del mismo procedimiento ele permutación. ropas son ropas dl: campo,~· nu de ci udad,~- no ele gala... (signos
La oposición de las distintas unidades que:: no se percibe icónicos: motivos rt:co nocibles); ha) un tt:xto es-crito, y no nada;
en la comunicación oral (la cadena hablada parece conti· es negro, r no rojo, ~- así en m:b... (signos lingüísticos: texto).
nua) se aprende a distinguir a tr;l\·és del uso: aprendo que Este tipo de asoc iaCIÓn mt:ntal, gue ayuda a distinguir los
puedo decir "d" o "un" o "este" o "algún" delante de un elemen tos unos de Otros, tiene el mérito de permitir interpretar
~ustantivo cualc¡uicra. Puedo reemplazar un sustantivo por los colores, las formas, los mom·us, por lo t¡llc son, cosa qut: hace-
otro sustamin>, un ,·erbo por otro verbo, cte. Conocemos mos de manera rclati,·amentt: l:spontánl:a, pero también r sobre
los "fallidos" de este tipo de:: aprendinje por las ialsa5 st:g- todo, por lo q11e 110 son. En efc::cto, l:Stc método agrt:ga al ~nálisis
mentaciones c¡ue:: a 'ect:s hacen los mños a causa de las de los elementos presentes el de la t·kmón de estos elementos
umones fónicas: "una azucarera, una zucarera". entre otros, lo guc lo c::nriqucce con~ iderahlemente.
1
Ptll T IC' - - Ctli':ATtn
alienables" d e la comunicación verbal, c1ue luego se consi-
1
deró el csyuema de bast: de los factores consritutivos de FHH ·'
todo actu de comunicación, mcluso, por supuestO, la co- 1
i\lt·T\11:-,:(,t ISTtr \
municación visual:
J
u
Marflm Jo!¡• El a11álúú dr la iflla.(!,l'/1: poúbtlidat!u )' mrtodos 65
Por supuesto ningún mensa je m o no poliza una y scílo una Una Yez hecha esta referencia, constat;lmos inmedtatameme
de estas funciones. Habrá una domtnante, que determina- que estas funciones reconocidas en cllengu.t¡e \'erbal no son de
rá su ejecución, pero no po r eso eliminará la participació n su Úntca propiedad sino que podemos encontrarlas en otros len-
secundaria de otras funcio nes c¡ue también habrá que ob- gua¡cs. Sc puede intentar hacer una clasificaciÓn de los d istintos
ttpos de imagen a partir d e sus funciOnes comunicativas 3&_ Esta
ser\"ar atentamente.
Recordemos rápidamente las caracteristic:~s rle estas di s- clas1 ticación, para examinar y crittcar paso a paso, puede sen Ir
como ejemplo de las preguntas que ha~· que hacersL para deter-
tintas funciones 14:
- La funció n llamada denota/ira, o c-ognitit·a, o referwcial, co n- min:u el marco de análisis d e un mensaje 1·isual.
centra el contenido del mensaje sobre eso que dice; es do-
¡
minante en numerosos mensajes, donde se da como tal,
Joi.:-;TI0.\0
pero una escucha o una lectura m:ís atenta permiten detec-
SJ.:'; \ 1.1 7..\UO:--.. DI ( \RRI.TI.R.\
tar la manifes tación concomitante de otras funciones. Nin-
PRL.:--..~.\
gún mensaje puede ser absolmamentc denotativo, aunque
35
lo pretenda, como el lenguaje perio dís tico o científico · . 1
ESTJ ru_,\ ESTI,T!L\ P L' lll.lf"ID.\D
-La función llamada r."\pusira o rmolim se centra sobre el {
r\RTI { {
em1sor del mensaje ~· el mensa¡c se ma nifest:~r:í. entonces ARTI. Ptv >P.\C ..\:-;D.\
más '\ubjeti,·o". 1
=
-La función cona/ira del lenguaje (del hltín conalio esfut:r-
Dt e c IK,\c lC ,;-.;
{"\'¡ STl'\Rto"
zo, ten tati,·a) sin·e para mantfestar la 11np l!cación del desti-
natario en el chscurso \ b manifiesta a tr:l\·és de todo tipo
ck procedimientos como la mterpelaCIÓn, el unpt: rari,·o o
Este esquema se presenta sólo a modu de e jemplo y mues rra
la interrogaci ón.
-La función )líti<"t.J concentra d mcnsajt: sob re el contacto. hasta qué punto este tipu de clas1ticación es m:ccsanamenre 10 •
Se manifiesta a tra,·i:s ck fórmulas nrualizadas como el completa )' sobre todo muy dt.:ltcada. C1en.b tm:lgcnes son difí-
"¿ Ho la?" del teléfono o los fragmentos de conversación ciles de clasificar. Es el caso de l.ls fotografí.ts dc prensa: se
s~1~onc que tienen en primer lugar una función refercnc1al, cog-
apa rentemente "vacíos" de información, como "enton-
ces...", " but:no...", <:: t e., ~¡ue ~itTCll esencia!mc.:nte.para man- ~ltl\'~: pero se sitúan en realidad entre la función re rercnr!~ l r ,.,
tent:r el contacto fis1co entre los mterlocurores. tunCion exprest\".l o C:ml>tl\"a Un reporrajc demuestra cterra re:J.-
-La función mdalll~~iiúllm tie ne como objetivo examinar el LLI.Id, pero también d.l cuenta de b personalid.ld, de las eleccio-
código empleado mienuas que b functón po,·f¡ca trabaj .1 nes, lk !.1 sensibilidad del fotc'>gralo ljUt: la tirnu
sobre el mensaje mismo manipulando su hdo palpable ~ L~ m1smo sucede C(ln la ft>t<~gnfía ele mod .. , 1ma~en imph-
pcrceprible, con.o 1.1s sonorid.1des o t:l rttmo p.ua la ltn- Olürl.l sJ l.!s ha~·, y pnr lo unto con,lfl\ ,\; na\ cg.l nmb1én enrre
l_gua.----~~
lo t:xpresii'O, c¡uc se manilicsta .1 tr,\1 és dcl"'cstil<:/' dcl fotc',~r,fc•
~ H '
.
66 Martine jofy El analim d~ la 1111agm: poúbilidodrsy lllifot!o.r
lo poético, que se manifiesta a tra,·és del trabajo de los distintos en pnmer término referenctal (tal persona a tal edad, la casa
parámetros de la imagen (iluminación , pose...), r lo conativo, es familtar, etc.) tenía como función esencial reforzar la cohesión
decir la implicació n del espectador, e\·entual futuro comprador. del g rupo famtliar, es dectr una función domtnance más fática
Po r o tro lado, hay al menos una funció n c¡ue la imagen difí- que referenc ial.
cilmente pueda tene r, se trata de la función m eralingüística. Ésta, Este desdo para e\·ocar, a modo de ejemplo, las funciones
que consiste en " h ablar" de sus propios códigos con sus pro- del lenguaje, p_retcnde inststir sobre el hecho de que la función
pios códigos, le resulta casi inaccesible p o r su falta d e capacidad comunicativa de un mensaje 'isuaJ, implíCito o explícito, deter-
asertiva. mtna tue rtemencc su sign iticación. Toma rla en cuenta se VLtelve
En efecto, la imagen, comparada po r co nfo rmismo o po r e n to nces imperativo en el caso del análisis de una imagen.
comodidad con el lenguaje hablado, es funda me ntalmente dife-
rente d e éste en la m edida e n gue p recisa m ente no puede n i 2.3 La image n como modo de intercesión
atirmar ni negar nada, como tampoco puede enfo carse a sí mis- La tmage n, herramienta de comunicación emre las personas,
ma. puede sen ir también para interced er entre el ser humano r el
La lt:ng ua puede explicar lo tlue es la cons trucció n positiva o mundo m ismo. En este caso, no se considera tanto el aspecto
negativa de una frase, cuáles so n las marcas y la naturaleza de comunicati,·o de la imagen sino "como procluccton humana que
los elementos que e ntran en juego. La imagen no p uede hacer tiende a estabkcer una relación con el mundo" >!!_
este tipo d e focalización sobre sí misma: no puede mante ner un lnterm edtaria con el m ás allá, lo sagrado, la m uerte, puede
cli!>curso metaling üís tico. Incluso las tenta tivas gue se llevaro n a tener función de JÍ111volo, como ya h emos señalado, pero tam -
cabo e n este sentido , como la pintura de c uad ros monocromos bién de doble. El íco no btzamino, por ejemplo, era considerado
buscando exaltar el color a través del color, o a un los collages por los iconótilos/latras como una herramtenta de imercestón
Llue exhiben las h erramientas mtsma~ de la ptntura (pinceles, con Dios, por tntermed to de la belleza, pero pJra los tconoclas-
pomos d e pintura), sig uen sie ndo ambiguos. En efecto, aunque tas es un doble blasfem o. La i111ago latina era tambtén el fantas-
estén acompañados ele leyendas verbales dirccci,·as, estas ensa- ma. Este Yalor mítico puede am¡.>lilicarse al punro de alcanzar, si
yos no pueden vence r la interp retación ni la imaginación del predomina el aspecto d e huella (o de índice) de la imagen, un
espectador, mientras gue el enunciado de una regla d e g ramáti- \'alar idénttco.
ca, por su parte, e ncierra estrictamente su propósito. La función informativa (o referencial), a menudo dominan te
Otra precaución a tomar, cuando se busca determinar la fun- en la imagen, puede también extenderse a una functón episthm~
ció n comunicativa de la imagen, consistiría en distinguir la fun- 39
ca , otorgándole emonces la dimensión de herramtema de co-
ción explícita d e la función implícita, que puede ser sumamente nocimtento. H erramienta ele conocimie nto po rque e\·idememenn:
diferente. La obsen·ació n del uso del mensaje v isual analizado, da información sobre los obje tos, los lugares o las personas,
así como su papel socioc ul tural , puede demos trarse muy beneti- bajo formas \'isuales tan dl\·ersas como las ilustractones, las fo-
cioso en este aspecto. De esta forma, el sociólogo Pie rre Bour- tografías, los planos o los carteles.
c.lieu pudo mostra r q ue la foto familiar r, cuya funció n parece Pero también, como subraya el tcónco de arte Ernst
68 Mürlinr Job• El análisis dt la i111agen: posibilidades] 111etodos 69
Gombrich 411 , la imagen puede ser una herramienta de conoci- una obra, nos enseñó, a trm·és del estructuralismo de los años
miento porque sirve para ver el mundo mismo y para interpre- sesenta, a examinar las distintas uniJade:. de sentido de un men-
tarlo. Para él, una imagen (un mapa de geografía corno un cua- saje )' a hacer su síntesis. Este tipo de análisis, nue\'o para la
dro) no es una reproducción ele la realidad "sino el resultado de época, tuvo el mérito de provocar c1ue el lector crinco se limttara
un largo proceso, a tra,·és del cual se fueron utilizando repre- en primer lugar a la obra, alle;..:to, para explicarlo, reaccionando
sentaciones esquemáticas r correcciones". Cualquiera que ha~·a contra la crítica tradictonal c1ue insistía en hablar de todo, sako
creado alguna ,·ez una imagen lo sabe, incluso cuando se trat<l de la obra misma.
ele sacar una simple foto. Crear una imagen , es primero obser- Aunclue era riguroso r regenerador, el análisiS textual se re-
var, elegir, aprender. No se trata "de la reproducción de un;¡ velaba incompleta por su radica lidad misma 43 , y necesitaba ser
experiencia 'isual sino de la reconstrucción de una estructura completado. El análisis semtop ragmático propuso una solucton
modelo" 41 que tomará la forma de representación que más se c1ue examinn el contextO institucional de producción y ele recep -
adapte a los objelivos fi1ados (mapa de geo!-!rafía, diagrama o ción de la ob ra, para detectar las consignas de lectura que se le
pintura "realista", " impresionista", etcétera). relacionan 41 .
Vemos e ntonces que esta función d e conocimiento se asocia
naturalmente con la func1ón e.1tética de la imagen, "procurando a La noción ele expeclalim demuestra una gran ric¡u eza r una
••
su espectador senc;aciones (autlmis) especíticas" P. La estrecha gran productividad. Se vincula con la ele horizonte de I'.'J>ecla-
relación, que ~·a bcmos señalado, entre representación ,·isual y tit·a de una obra , introducida en los años sett.:nta por 1-lans
campo a rtbuco le otorga un peso y un ,·alor particular entre las Roberr Jauss (y lo t¡ue se llamó "la escuela clt:: Konstanz") a
distintas he rramientas de expresión y comunicación. Las herra-
mientas plásticas de la itTtagen, sean cuales fueren, al ser las hc-
propósito del estudio ele la recepción ele \.¡::; ohras litera-
rias 45 .
La idea principal es que no o;ólo la intcrpreuctún ele un
••
•
rrami entas mismas de " b s artes plásticas", crean Lln medio de
comunicación que incitan al placer estético y al tipo oc
recep - texto presupone la inteLacciún de l e~·es internas y e:-aernas
ción que se le ,·incula. Esro signitica c1uc la comunicación a rra- a uicho texto (como las de produCCIÓn }' ele recepctc'>n)
,·és de la imagen ,.a a estimular necesanamente en e l espectador sino que también presupone "el contexto ele experiencia
(más qut a wwés dd lenguaje) un tipo de expt'c!tllim especítica, ante rior en el cu~l se inscribL la percepción csténca". Esto
di fe rente ele la que t:stimula un n~nsaje verbal. significa c1ue, incluso en e l momento en que aparece, Lll1a
obra no se presenta nunca como "una no,·edacl absoluta
2.4 Expectativas y contextos que surge en un desierto de información; en cualquier par-
La noción de e:vpeclaltm, tn h recepción de un mens·1jc, es ele re t:::o...tste un juego de anunctos, de señales -manitiestas o
suma importancia y es obvio que cstú íntimameme ligada con la latentes-, ele referencias implícitas, ele características ya
de contexto. Esms dos nociones condicionan la int.:rpret1rión d:.:l iamtilarts, )'un público pre<.\ispuesto \1 cierto 111C>dO c\e re-
mensaje y completan las de rotu(~IWJ dr lerlum. cepción".
En efecto, e l an th<>ts tcxtLI.\1, es dcc1r el an:tlisis intrínsL·co de Durante d transcurso ele la lectura estas "n:glac; de juego"
70 1\ [artint Jo!J' El análúú de la imagm: posiúiúdadrs)' 111itodos 71
serán entonces corregidas, moditicadas o, simplemente, re- una nueva lavanclina, poner los personajes "nobles" en situacio-
producidas. Es por eso que resulta sumamente importante nes " burguesas" 4-, tantos procesos de duconltxlualización gue nos
comprender que, lo gue funda ante todo la comprensión resultan familiares, r que desvían el sentido de un campo al o tro,
inJi,·idual de un texro ) el efecto que produce, es "ese ho- jugando con nuestro conocimiento y nuestra expectativa. Algu-
nzonte de una experiencia estéaca intersubjeti,·a pre,·ia". nos deslizamientos pueden ser más perniciosos; nuestra rarea es
;\sí podemos formular objetivamente los sistemas de refe- descisfrarlos paso a paso.
rencia que corresponden a un momento y a un campo de
la historia de la representación vis ual, qué "horizonte de 2.5 Análisis d e los elementos de u n c u adro
expectati,·a" evoca e n el lecto r "a p artir d e convenciones E l análisis de algunos elementos constitu tivos de un cuad ro
relativas al gén ero, a la forma o al estilo, para romper luego nos permitirá observar por un lado cómo la permutación hace
progresivamente con esta expectativa" por medio de una posible la distinció n de los distintos elementos, r por el o tro, el
creació n nueva, la crítica, la parodia, etc. De este modo, el valo r epistémico d e este juego con los elementos y su expectati-
horizonte de expectativa ele la p ublicidad visual de los años va.
cmcuen ta es muy distinta del de nues tra publicidad con- Elegimos po r ejemplo un cuadro de Pica:sso, pintado en 1909,
temporánea, elípacas o paró dicas, y nos parece exagerada- llamado Eltdar de H orla. Elegimos este cuadro porque es repre-
mente didáctica e inocente ya que correspondía a la expec- sentati,·o del período cubista de principio de siglo, período par-
tativa del espectador de esa época. La ruptura con la ex- ticularmente rico en lo que se refiere a la rt:tl exión sobre la re-
pectativa es un procedimie n to buscado en publicidad, y presentación visual. Período transito rio entre la concepción clá-
unos de sus principales motores, ya que necesita so rpren- Sica de la autonomía de la obra de arte y el aspectO conceptual
der; pero también es el motor de los m ovimientos artísti- de la c reació n, entre el fall\·ismo y el surrealismo, entre la pintu-
cos innovadores que por esta misma razón son m ás o me- ra figurativa y el a rte abstracto. Este período eje conmoverá las
nos aceptados po r el público. expectativas del público, como la de los otros artis tas contem·
po rá neos, radicalizando un en foque nuevo d e la represe ntación
Vemos entonces que esta noción de expectativa se relaciona pictórica ya iniciada a fines d el siglo XIX con los ncoimpresionis-
con la de contexto y se extiende a su \'ez a los distintos momentos tas r artistas como los Nabis (Vuillard, Vallotron).
de la v1da de una obra: el de su producción, el que la precedió y En efecto, vtt a modificar las lecciones del impresionismo r
el de recepción. Todos, relativos, neces itan se r tomados en cuenta del postimpresionismo, va a rechazar las leyes de la representa-
en el momento de la interprer:~.e~ón anal ínca. ción en perspectin r de mirada ún ica, heredadas del Renaci-
El1uego con el contextO puede sc::r una manera de engañar la miento, rechazará también la sumisión de la representació n vi-
expectativa del espectador sorprendiéndolo, "shockéandolo", o sual a la representación del espacio r a la instantaneidad, reiYin-
diviruendolo. Poner en un museo una rueda de b1cicleta r erigir- dicará la li bertad para manipular las herramientas de manera tal
lo al rango de "obra de arre" 4 t , promO\·er la "imagen" de un gue se hagan \'er. Lo tigurauvo, aún presente, se recompone; la
polínco con las mismas herramientas que las del lanzamiento de riqueza perceptiva del mundo se depura en una simplificación
-,,_ Martint jo!J Ellll1álisu dr la 1i1wgrn: poribllidt~duy métodos 73
que, a su \'ez, se haga ve r y enseñe. Podríamos comparar esta cas fundamentales (esfe ras, cilwdros, conos, cubos, paralelepí-
tarea con la del músico que d eja de lado por un m o m e nto los pedos) no corresponde únicamente a un proyecto de simplifica-
recursos y la riqueza sonora de la orquesta para conce ntrarse en ció n de las formas complejas de la naturaleza, sino también a
la de un cuarteto o la de un solo Instrumento. La especificidad, una confianza en la fuerza expresiva de la forma.
la densidad de este upo de escucha y de exploración sonoras En este cuadro, las fonnas seleccionadas son los cubos y los
repercuten luego ;;obre la escucha de los grandt:s conjuntos, in- paralelepípedos por un lado, los cilindros por el otro. Los pri-
cluso sobre los somdos del mutldo. meros, los más numerosos, acumulan sus \'Olú menes cerrados,
con aristas agudas, en dos tercios de la tela, pro\'ocando una
tmp resió n de encierro y ahogo. Los segundos, con formas más
SLta\ es, parecen lejanos y espaciados, como fuera de alcance.
La co11poszción, elemento dinámico de la obra, está hecha por el
amomonamiento comprimido de estas formas que llenan todo el
cuadro en una daboracio n general piramidal con base fuerte, sin
escapato ria vis ual, como sin atre. Sin embargo, hay una impr~sión
dt: perspectiva que em ana dt: la obra pero rápidamente percibimos
c¡ue se trata de una falsa pmpectil'a, que nos propone una \ tsión
torCida y plural al mismo ucmpo. En efecto, las hneas parecen
converger en un punto de fuga, el rectángulo negro, pero en reali-
dad está Ligeramente descentrado, comu a un costado dd lugar
donde 1.1 \'ISton rradicion:1l de los cuadros t.n perspecU\ a nos harí.1
esperar. La mir.tda al final se topa comr,¡ lo <.¡ue cumple la función
dt: fondo y quL, en lugar de ahondarse, se ele\·a en una corcm.1 c¡w..
CC) l'hotographte Gtraudon, © SPADEM, 1993. obstruye cualguic::r profund.td:1d. Ciertas formas que sit:mpre, se-
Dd mismo modo, este cuadro de Picassn, a tra\·és de un gún nuestra expectativa, deberían dismimur dt: tamaño, se agran-
tr.lb.tjo de permutación, de eliminación, de elección, eltt;e lm; dan. El juego entre las partes uscums y las mas claras es contradic-
torio y confiere al cuad ro un ritmo quebr:tclo, fra&rmentario.
••
elementos pl:ísucos de !.1 obra, los ofrece a nw.:stra atención y a
nuesu.1 emoción. 1\l modificat así nuestra mirad:1, sir\'e de intu- Los colores planos declinan en una \'ariación de tonos cálidos:
cesión e ntre nosotros y el arte, pero ramhi¿n de este mismo ocres, óxido, mat rones, \'t::rdes grisáceos, que dan un \'alor de
moJo, entre nosotros y el mundo.
Los cuatro d emenws ckgidos aquí, y que mejl1r llamaremos
contagio febril al cuadro.
Por úlcimo Ll t.x!:1ra, la materia phna, deja aparecer la rugo- ••
•
~¡ s p lasricos, son l.l'>jormas, los colores, \a composicirí;; (o b "forma- SI hd de b teb, su reltcve, su tercera dit nenstÓ:l, )' ll.tma, adem:1s
.-
ción", como decía Kb:) y la texfur.~. c!e la \·ista, al t ICtO.
Si hasta ahora hemns cumplido con l1 ohsen·ación de lo:;
lmt'rpretar las form:::s de la n.ltLtraleza C•ll1 tPrni.IS geométri-
.-.-
.-
74 A1artine Jo!J
El análúii dr ltr imagw: postbrlidaduy 11ritodos 75
signos icónicos, es decir, de los motivos figurativos, fue por dos
alternancia entre las zonas oscuras y las zonas luminosas se in-
razones. La primera era mostrar que la elección hecha entre los
terpreta ahora como una iluminación particular. Una ilumina-
grandes ejes plásticos los designa como tal, como elementos
CIÓn contradictoria: parece que existieran varias fuentes de luz
distintos, cooperando con la composición global de la obra. La
en el interior del cuadro. ¿Cómo interpretarlo? Esta ruptura con
segunda, es que la simple consideración de estos elementos plás-
la representación tradicional "realista" permite a los artistas de
ticos en relación con nuestras costumbres }" nuestras expectati-
la época escapar de la tiranía de la representación visual en pers
vas, ;ermite extraer una serie de significaciones que, conjugadas
pectiva y de sus consecuencias sobre la representación tempo-
con los elementos icónicos y lingüísticos de la obra, seguramen-
ral. En efecto, a partir del momento en que se privilegia la repre-
te se intensificarán, pero que ya están presentes en sí mismos:
sentación en perspectiva imitando la \'isión "natural", ésta se
calor, ahogo, amontonamiento, opresión, falta de aire, falta de
somete prioritariamente a la representació n de una instantanei-
perspectiva.
dad. Se trata de la visión inmóvil r supues ta de un lugar X en un
Cuando se toma conciencia de que estas formas, estos colo-
instante y. r\ partir de entonces es mur difícil introducir una
res, esta composición, esta textura son tratadas de manera tal
temporalidad en este tipo de representación. Es decir, sugerir
que aún se reconocen allí objetos del mundo -tarea que la pin-
una sucesión temporal (un antes, un durante y un después): es-
tura abstracta dejará de lado-, se percibe mejor cómo juega la
tamos necesariamente en el aquí y ahora. Lo que no excluye la
circularidad entre lo plástico y lo icónico. Se comprende mejor
representación eventual de una duración, que no es lo mismo:
que eso que llamamos "semejanza" corresponde mejor a la ob-
podemos tener la sensación de rapidez, o por el contrario, de
servación de las reglas de transformación de los datos de lo real,
lentitud en este tipo de representación, pero no de sucesión tem-
culturalmente codificadas, más que a una "copia" de ese real
poral. Así, la apariencia de que har distintas fuentes luminosas
mismo.
en el cuadro, varios soles (ha)' sombras en la izquierda y en la
Lo que "reconocemos" entonces en este cuadro son edifi-
derecha, superficies iluminadas en la derecha r también en la
cios, una chimenea alta, palmeras, una tierra desnuda, un cielo
izquierda) puede dar la impresión de que asistimos al desarrollo
pesado. La impresión de ahogo y de opresión va entonces a
de una jornada completa, con el sol que gira y la sombra que se
intensificarse ya que el reconocimiento de edi ticios amontona-
mueve. Se sabe que a Picasso este tipo de preocupaciones le
dos nos hace notar inmediatamente la falta de aberturas y la
interesaban especialmente: presentar varios ángulos y varios
ausencia de personajes. Dicho de otro modo, el reconocimiento
momentos de visión en el mismo plano para sugerir la construc-
provoca nuevas expectativas que aquí se ven frustradas,}' es esta
ción mental r global que nos h;¡cemos del mundo, más 9ue "co-
misma frustración la que va a intensificar la primera impresión.
piar" una visión momentánea y fija. Sin embargo, el reconoci-
Asimismo, la distinción, a partir del reconocimiento, entre ti~
miento de estas múltiples fuentes luminosas puede interpretarse
rra, cielo y edificios permitirá no tar el contagio de colores, )'
no sólo como una sucesión temporal sino también, conforme a
entonces el calor, entre los distintos elementos. En este universo
las expectativas más tradicion¡¡les, como a una simultaneidad.
"sin perspectiva", que entendemos en adelante como "sin por-
Entonces, este tipo de interpretación matizará el cuadro, ya sea
venir" (horizonte tapado, sombrío, tormentoso, borrascoso), la
con una nota onírica e imaginativa, o con una nota apocalíptica,
76 Martinr ]o!J
...,
más aún cuando el visible cielo tormentoso vuelve improbable .:J
la presencia de los soles. . Imagen prototipo
De esta forma, los signos 1cónicos del cuadro, el reconoCI-
miento que permiten, acentúan la impresión de opresión y de
desh umanización de este lugar donde nadie es tá visible, donde
quizá las personas estén encerradas en editicios c~rrados, he_-
chos de la misma tierra sobre la que se elevan. En bn, elmemq¡e
lingüístico, producido por el título de la obra, r_e1~ata el p~simis
mo de la representación, E/ tejar de Horta. Pes1m1smo tenido de
rebelión que denuncia el encierro inútil y sin porvenir de un
uni verso ele producción agobiante, alienante e inhumano.
1. Imágenes d e la p u blicidad
Conclusión
Entre las imágenes más propicias para el anáhsis se encuen-
Este segundo capítulo .•será utili zado en primer lugar para
tran las Imágenes de la publicidad. A menudo sinónimos de la
mostrar qué implica el análisis de la image n en cuanto tar~~
palabra " imagen" consmuyen una especie de prototipo de la
E xig1endo "cierto deseo de no dejarse engañar", la tarea ~n~htl
imagen mediánca e incluso de la imagen a secas. 1:.1 uso un poco
ca " no es algo natural" y debe entenderse "como un movimien-
iconoclasta 49 del término desea insistir sobre la amnesia apa-
to contra la corriente, orientado hacia ese mensaje 'río arriba'
- e d e senn"do "4!1 . rente de nuestra época, como so bre la función mágica y ejem-
donde se tratlcan los eLectos
plar atribuida a la imagen pubJJCltana. rue uno de los pnmeros
En cuamo a nosou os, lo que quisimos m ostrar es que este
objetos tle obsen'ación para la semiología de la 1ma6en en sus
mensa¡e "río arriba" compn:nde tambH!n al análisis " río ar ri~a·:·
inic ios en los años sesenta c¡ue, a su vez, o torgó a la publicidad
es decir tomar en cuenta su rechazo o su necesidad, sus ob¡eu-
un nuevo corpus teó ri co.
vos y SL: función, c1ue van a determina r luego s us herramientas.
La publicidad es, en efecto, una g ran consumidora de teoría, o
Ál considerar a la imagen como un mensaje visual, com-
al menos "ele herramientas teóricas c1ue le permiten analizar, com-
prendido entre expresión y comunicación, la tarea an~ütica deb_e
prender cómo el individuo se relaciona con sus propios de~eos y
en efecro tomar en cuenta la func iÓn de ese m ensa¡e, su hon-
motivaciones, cómo interacciona con los otros indi,·iduos de la
zonte de expectativa y los dJStintos npos de contextos. D e esta
sociedad, cómo percibe los medins de comunicación y sus mo-
forma habrá propuesto el marco con el cual relativizar sus he-
dos de representación" 50. De esta manera la publicidad se valió,
rramientas intrínsecas r se dedicará a distinguirlas unas de otras.
desde el principw, de las inYesngaciunes lle\·atlas a cabo en cien-
Como la imagen, el análisis tomará entonces su lugar entre ex-
cias socJ,tlcs, de la psicologí:l .1phod 1, u incluso d:.: los métodos
pn.:siÓn r comunicación.
de encuesta de la sociología r d..:l análisis cstadi.,cicu. Las primeras
invescigaciono::s comportamcnr.1lcs, lll~pir,\d,ls en d concluctismo 51 ,
- '
78 Martinr Job• 1magm prototipo 79
no encontraron una respuesta global en el esc¡uema estímulo/ 1.1 La publicidad como terreno teórico
respuesta y, " para salir de esta primera visión mecanicista, debie- Roland Barthes fue uno de los primeros gue eligió utilizar la
ron desembocar en modelos de jerarquías del aprendizaje basa- imagen publicitaria como campo de estudio para la semiología
dos en tres etapas: cogniti\·a, afectiva r comportamemal" 52 . Lue- de la imagen, c1ue en ese entonces daba sus primeros pasos. Las
go vino la investigación de las motivaciones, tijándose como ob- razones c¡ue da en relación con esta elección son razones opera-
jetivo analizar las necestdades preconscientes e inconscientes que tivas: "Si la i111agen contiene stgnos, estamos seguros de gue
la compra satisface más o menos en el consumidor (seguridad, estos signos en publicidad son plenos, formados con ,·istas a la
narcisismo, identiticación con una clase social. ..), acudiendo no mejor lectura: la imagen publicitaria es franca o al menos enfáti-
sólo a la psicología, sino también al psicoanálisis, a la sociología, a 56
ca" . La imagen publicitaria, "sin duda intencional" por lo tan-
la antropología. El objetim era hacer de la publicidad una "inver- to esencialmente comunicati,·a y dcsunada a una lectura públi-
-
b .
menudo se pone en tela de juicio por los efectos de la reacción, ele dad más compleja ~- nosotros nos concentraremos en las con-
la acción y de La autonomía del mismo receptor. clusiones más duraderas.
En este panorama, el t:studio de la comunicación a través de
la imagen fue esencialmente campo de la semiología de la ima- 1.2 La descripción
gen y del cine. En lo c1ue respecta a la imagen fija, los primeros " \'emos una publicidad de Panzani: paquetes de pasta, una
pasos dados a partir de los años setenta stcmpn: sirven de base lata, un sobrecito, tomates, cebollas, pimientos, un champignon,
para la elaboración ele grátlcos analíticos. Estos trabajos tuvie- todo saliendo de la bolsa las compras, en to nos amarillos y ,·er-
ron una influencia considerable no sólo en los procesos de crea- des sobre fondo rojo. "
ción de los anuncios publicitarios, sino que sirvieron también Luego de haber hecho esta desmpció11 "prudente" del anun-
para testear el grado de comprensión de los mensajes y la mane- cio (en adelante las famosas pastas Panzani), Barthes se decltca a
ra en c¡ue se los interpreta. distinguir los distintos tipos de mensajes gue la componen. En
Recordemos y observemos el aporre de algu.nos de estos este caso: "mensaje lingüístico, mensaje icónico codificado }'
trabajos inaugurales como los de Barthes, Georges Péninou o mensa¡e icónico no coditicado". Volveremos sobre esta termi-
Jacgues Durand. nología gue im·estigadores posteriores se permiten ajustar. Por
80 Martine Jo!J lmagm prototipo 81
e l m o m e nto nos detendremos en la tarea d e "descripció n , dis- proyecto de Image n prime ro \·erbalizado, antes d e ser ,-isual-
tinCIÓn de los distintos tipos d e m e nsa¡es". Res ulta inte resante m e nre realizado. La publiCidad es un buen e jemplo p ara esta
por di versas razones: e tapa e n aparie ncia simple y evidente, la tarea. Se c¡uie re m ostra r tal perso na, tal ,·esttmenta, tal lugar e n
d escripció n es capital ya que co n stituye la transcoc.lltlcación d e panicular, o aun evocar tal concepro (la libe rtad , la femineid ad) .
las p ercepcio nes vi suales al lenguaje ve rbal. E s e ntonces necesa- Encontrar el equivale nte , ·isual d e un p royecto \'e rba l no es sim-
ri a m e nte parcial. Para mayor precisión puede hace rse e n g rupo. ple r re quie re e leccio n es de todo tipo. Un mis mo g ui ó n (\·e rbal)
Res ul ta un ejerc icio a m e nudo basta nte sorp re nde nte p or la di - puede dar lugar a todo ti p o ele representacio nes ' ' isuales, liaadas
b
versidad ele fo rmulac io nes a las que se llega. E ste pLinto es muy co n la riqueza intlnita de la ex peri encia de cada uno.
impo rtante pues indica has ta qué punto la visió n de cada uno es Ohsen·em os de más cerca la d escripción de Barthes, bas tan-
al mismo tiempo co lecti,·a y p e rsonal. te ig no rada en las inte rpretaciones a las c¡ue dio luga r este fam o-
La verbalizació n del m e nsaje ' ' isual mamtlesta procesos d e so artículo. Percibimos c.1ue contiene el ge rme n de todos los cle-
elecció n perceptivos y d e reconocimiento a nte ri o res a su inte r- san·ollos teó ricos c¡ue van a seguir en el artíc ulo , más otros, qu e
pre tación. Este pasaje de "percibido" a " no mbrado", saltar esta el1~1ismo Barthes u o tros teóricos p rofundi za rá n d espués. Cual-
frontera que separa lo v isual d e lo \'erbal es determinante en los c.¡ule r persona, una c1u e no sea un teórico, por ejemplo, habría
dos sentidos. descnto este anuncio d e mane ra di stinta, m ás signifi cativa ele su
F:n un sentido (percibido/ n o mbrado), indica hasta qué pun- prop1a \'lsión d el mundo, o ele s us intereses e n ese momento.
t o la percepción mi sma ele las formas y de los ob jetas es c ultura l En este ejemplo en panicuh r, la descripción ve rbal introduce:
y lo que llam;1mos "semejanza" o "analogía" correspond e n a
una analogía p e rcepm·a y no a una semejanza entre la represe n- el concepto de d e n o tación y d e su corolario , In co nno taci,) n;
tac ió n y e l o bjeto: cuando una imagen nos p a rece "sen1ejante", la d istinción cle lnH.:n'iaje lingüísrico como compon e nte d e [;1
es c¡ue está con struida d e m ane ra wl que nos lle,·a a d escifra rl a imagen, p or la evocación de un nombre propio;
como descifra mos el mundo mism o. Las unidades c1ue d e tec ta- la des ig nación de los o bjetos c.1ue p e rmitirá n la elaboración
rnos allí son " unidades culturales", determinadas por la costu m- de In noción de sirrno
b
icónico·'
bre c.1ue te nemos de d etectarlas en el mundo mismo. Ya c¡ue e n la obser vación d e la composició n \'isual, como la de Jos co-
realtdacl , una imagen, como el mundo, resulta 1ndcfin1darnente lores, que m ·u·ca e l p resentimiencu c.k: 1:1 cxisrencia ele signos
d escriptible: d esde las formas has ta e l color, p asando p o r la re :-:- plás ticos y ele su interpretación sociocultur:tlmente coclitlca-
tura , el rasgo las g racl,1ciones, la m ateri <t l)ic tó rica o fotog ráfica, da.
\,... ) (,.
a rticulan sus significacio nes especíti cas un as con o tras pa ra p ro- logia más adecuada y menos confusa;-_ Así, en lugar de hablar
ducir el m en saje global. de "imagen" para designar de manera global e l anuneto en su
D e a hora e n más parecería q ue la imagen no se confunde conjunto y lo t¡ue no es linguísrico en el mensaje, preferiremos
con la a nalogía, que no está constituida po r un solo s1g no icóni - la expresiÓn "mensaje visual".
ca o tig urati\·o, sino q ue tre nza d istintos m ate riales entre sí pa ra En el seno clelmnwye mua/, \·amos a disLinguir los signos jigu-
co n stituir un meosaje visual. Pa ra Barrhes los distintos m a teria- mltros o rcówcqs, t¡ue, de manera coditicada, dan una 1m presión
les so n en primer lugar el lingü ístico, luego el icó nico coditica- de:: se mcjauza con la realidad jugando con la analogw percepm·a
do , luego el icónico no cod ificad o. r co n los códigos ele representación, heredados de la tradición
E n lo que concierne al m en saje li ngüístico, Banhes d isting ue re p resent<Hi\·a occidencal. Finalmenre, designarem os bajo el tér-
d ifere ntes sopo rtes (el a nuncio e n sí mismo, los sop ortes ticticios mino de signos plrísltms las herramientas propi,uncnte plásticas de
usa simplemente para confumlir. Nos hará f,tlra entonces men- así como p odemos entender la famosa expresiÓn "La rea-
Cionar y recurrir a algunas cuestiones pre,·ias para co mprende r lidad supera a b ticción": la ficCión propone moddos acep-
lo c¡ue Banhes, r m ás rarde s us suceson::s, ennenclen por el tér- tables según cierta cantidad de com·enCJones (insmucio -
mmo m1smo ele "retórica", luego por la expresiÓn "retórica de nes, géneros, e tc.), no siempre la realidad ... Esto gu1crc decir
la imagen". q ue el nacimie nto de la conciencia del lenguaje Ya acompa-
t )
ñado del nacimiento de una c1e nc1a de las leyes gue gobier-
...•
'
1.5 La retórica clásica na este lt.:ng uaje, la retórica, y de un concepto, "b ,·erosi-
La re tórica clásica, discipli na muy antigua instaurada desde militud , gue \'iene a llena r el \"aCÍo e n tre esta s !eres y lo qu e
la antigua Grecia, marcó e imp regnó rodn m•estrn cul t ura occi-
den tal, al punto de que cada uno de nosotros, en nuestros es t u-
se c reía propiedad con ~tituti,·a d el le nguaje: su refe re ncia a
lo real" 1'0 . '
dios, en nues tro trabajo o en la' 1da de todos los días, es un Sr. \' aunc¡u e hace vei nti cmco s1glos se intenta acabar con la
J nu rdam .. que "hace retórica" sin saberlo. 1dea de gue las palabras retlejnn l.ts cosas, la ,·erosimili tud
se confunde aún con lo ,·erdnckro, las palabrns y las ima- t l
Para los antiguos, la ruónca es el "arte" (en el sentido eti- genes con las cosas. ..
molú~ico de "técnica") de h.tblar b1en en púbhco. El "rhé- Compre ndemos por c¡ué la retórica fue tantns n:ct·s censu-
•
tor" griego es primero e l orador, el maestro tk la elocuen-
cia. II .Iblar bien y, más tardc , escribir bien, significa gue el
discurso aJcanzó su meta: conn.:ncer, persuadir, n su audi-
torio El "bien" corresponde entonces .1 un criterio de di-
rada como adulada: el punw de \"ISta depende de la fun -
CIÓn c¡ut.: se le dt al kngua¡c. S1 fuera guiar h.tcla In \'ertb-
dero y el Bien, la rctónca se com·1enc entonces en el "ane
de la palabra fing1da" o en d ·'ane de ting11·" cnticaclo por
.,
c-~ei.t ,. no de moral. Sóc rates; si la función es la dc "a~rachr r con m O\ cr", en-
Por t.tl razón la \'alidcz de 1.1 argument.tcJon, como d e la tonces la retórica sera rei,·ind1cnd.1 como un ,trtc útil, como
esulística, implica más \'erosimilitud c¡ue \'erdad: "En efec- lo ha ce Aristótdes en su PoéttCtl. Desde h an ugut:dad has t"1
to, en los trib unaJes no se preocupan en lo nuís mínimo nuestros días, los tratados de rctc"lrica o dc poética se fut:-
por decir la ,·erdad, s1no por persuadir, y la persuasión ron sucediendo dt:pendicnclo ck lns prcfcrencias 61 .
imphca ,·erosimi!Jtud" ~ 9 .
La n:rosimili tud, t¡Lte a menudo se consider:l como una Ln retórica se enseño sistemáticamente hnsta mcdiados del
conformidad entre un di~curso (o un r..:htn) y la realicbd, s:~l o ~x (en Francia, la actual escuela secuml.l ri.t l(rrhl hast;l lus
corn:sponde de hecho a una conformid.tcl cntrt.: Lll1 discur- .ti)os cuarenta fue '·las cla-;es de re tórica"), y cnntinú.t impn:g·
so (u un relato) y b expcctati,·a, o segundo d1scurso colec- nandu, pero ele m:mer:~ m :ls discreta, nuestc1 educacit'ln y nue-<-
U\'tJ, de Lt opiniun públic~ Í'.s decir l¡ue no t1 ·nc. rclnción tr:t cul::ur:-t, mit:ntras t¡uc en lns .1ñns sesent,t '1mns un.1 ,·uelr.l
ron lo real (com,"1 l.t tJcnc lo \'ercbclcrn), -<Íno con lo c¡ut.: la de la rt:tóric:!, reencarnda a parttr de princip1ns eh: siglv por el
m:~rurÍ"I dela gente cree c¡lll.: e~ lo rc.tl y t¡ue st.: manifiesta en furrmlismo ~· In lingüfstica m 1dern.1, d psic.J:tn.íli:.is ~· luegfJ d
el discurso anónimo~ no 1>er:;on.tl de l.1 opinié>n pC•hlica. Es C'SUUC[Lir,¡[" :;m o.
- _ _ J.
,\Jadine jo{r 1mtJgm pnmmpo ::S7
t 8(>
Antes de desarro lla r este úlnmo punto, recordemos primero, la palabra. Las tiguras m ás conocidas son la m e táfo ra (s us -
p.ua entender mejor la eYolución de las cosas, cuáles e ran los titució n po r paraleli sm o cualitatiYo) de la que ya hemos
antiguos campos de la retó rica 62 : hablado ante rio rmente, y la meto nimia (sustitució n po r con-
tig úidad) que consiste en designar el contenido por el con-
-. tinente (to mar un \'aso), el agente po r el instrumento (es
IA'l imnrtio, o '·1m·enc1ón", consisre en buscar los sujetos,
los argumenros, los lugares y l.ts técnicas de ampliticació n un buen fusil), la causa por la co nsecuencia (comer una
y de persuasión e n relac1ó n con el rema o la causa elegida. fritura), etcétera.
Es lo c1ue hemos conocido, en nuestras disertaciones tra- El uso de estas tiguras está también fuertemente determi-
dicionales, como '·la bl1sc1ueda de ideas". nado por el gém:ro lite rario (épico, lírico, trágico, có mico,
L'l rl!jpoJitio, o ''d isposic ió n", correspo nde al m o ntaje c.k bucólico, elegíaco, etc.). Las distintas "Artes poéticas" o
las g randes panes dd discurso (exordio, narmtio, ronjim/()· " Poéticas" tienen la función de indicar las reglas (o las no-
tio, rtjilfaúo, pl'roratio...). Es lo <.]Ue hemos conocido como reglas, según las épocas) estilísticas de los géheros.
búsqueda d el ''plan'.: más e ticaz. La jerarquizació n d e las
partes del discurso, o de las " 1deas", depe nde en g ran me- E sta retó rica de las fig uras constituye el g rueso de la retó rica
dida del género. El relato tradicional wma sus reglas d e clásica gue llegó hasta nosotros y aún sigue ,.¡,-a, a tal punto CJUe
organizació n de l.t n:tónca cl.ísica ¡,;_La disertación li tera- los tratados de retó rica c1ue po demos consultar son e n s u ma\·o-
ria o filosófica, <.1uc corrcs po nd ~.:n a cleharcs de ideas, nece- ría tratados ele tig uras 65. ~ las aún, para mucha gc.:nte, entre cÍias
sitan te rminar con la idea más 1mponante, mientras que cl ciertos inn.:stigadorcs, "retórica'' es sinó nimo de " tigura rerón -
periodismo requicrc comenzar un artículo por la idea, o la ca", lo que crea una confusió n pe rjudicial para la claridad ck
info rmaciÓn, impo1tanrc, para atrapar allecwr y desarro- cien os propósitos. En e fecto, no alcam;a con dctectar cierta can-
ll arl a luego. tidad de tiguras retó ricas e n un d iscurso para defimr "su retón-
l .a elomlio o "c:-;tilo" concierne a la elección de las palab ras, y ca" propia, es decir su tipo de argumentación . \'oh·e rcmos sobre
la o rganizació n inte rna ele la frase, es deci r, la util izació n de este punto a propósiLo de la retó rica de la imagen, pero todavía
ti guras de estilo Las tiguras se clasitican rradicionalmenrc nos hace falta terminar nuestro panorama ele rccapitulació n.
en dos g randes categorías: las tiguras de frase, que se re tic.:rc
al sintagma Qa organizació n pn;scntc.:), y las fig uras de pala- La retó rica antig ua en efecto todavía incluía dos grandes
bras o tropos, que sc rdieren al parad1gma (elecció n e n una campos técnicos: la lllrln(Jtia y el actio.
clase y relaciom:s e m re lo elegido y lo no elegido) 64 . La llleJIIon"a es e l "arte de la memoria". Esta técn ica que
Las fig uras de frases consisten en manipular la estructura parece haber caído cn desuso, u oh·idamos que fo rmaba
sintáctica de base de.: la fr.ts<.:, practicando por ejemplo la parte de la retó rica, concierne aún a cit.:rtas pro fesio ncs
inYersión, la elipsis, la rcpeticiún, la lítote, la antíte5is, la 'omo la del cómico o la del abogado. Hace mucho tiempo
excla mación, b gradacion, etcéte ra. fue el sostén d el poeta am bulante o del na rrado r, como
l .as tig uras de palabras se rdieren a la elección misma ele tam bién del orado r, del r o~rico o del rdigioso.
88 l magm prolottpo 89
El tJclio, o pronunciación, concernía a las tl:cmcas gestuales Este mo,·imiento desencadena un renacimiento de la teoría lite-
como de dicción. Esta parte de la retó rtca, rápidamente raria considt:rándola ya, no como un refle¡o de la ,·ida, sino como
abandonada en tanro tal, también perman~.:ce rodada ,·i- una sunu de procedimientos: "La obra de a rte es una s uma de
gente en las profes1ones de expresiÓn púbhca (teatro, tri- procedimientOs'', declara Chklm·ski, uno de los que encabeza-
bunales). También es redescubie rta en las profesiones de han el 1110\"JITIIe ll(O )" para t¡uien " la Separación entre fo rma )'
la comunicación y en p.1rricular de la comunicación ,·is u:tl, fondo no tiene sentido".
como en la rek\·isión. U na de las tareas del ''asesor en Al romper deliberadamentt: wn la tradición dd dirwo a!1i.ita
comunicación" de tal o cu.1l político, por e¡emplo, es l.1 de r de la creación "inconsciente", Jakobson \"a a retomar esta idea
e nseñarle cómo h::~bbr y conducirse freme ,tuna cámara, decbrando: "El procedimiento, be aquí e l 'crdadero héroe de la
para ser lo más com·incente posible. lireratur.t". Las consecuencias de esta corriente de pcns.1mie nro
t-ueron considerables tanro desde el punto de ,·ista de la crítica)'
Luego dt: e\·ocar la n:tórica cl;\sica, nos luc~.: falra explicar el de la teoría literanas como de la crt.:ación artística c.x. En e fecto,
n.:nacim1t:nto del imerés t¡ue su citó b .1p.mc1on de la ''m1e\·a numerosos creadores, com o el poeta i\.faü kovski o el realizador
retórica" y en l]Ué concierne a la imagen. cisenstell1, formaban parte del mo\·imienw t¡ue busc.lba demos-
En efecto, constatamos llllt: tu d o este inn.:nnrio ,·incula a la trar, por su rdlc::xió n ~- su práctica, c.¡ue, st.:gún la fórmula de
•.,'
re tó rica exclusiYamente con la expresión ~· la comumcació n \"Cr- Roben i\ fusil: "Un .me nunca se \'oh·io un gran aru..: sin teo-
bal con el knguaje lubLido o escmo, y t1ue hubo una progresiva ría" (,•¡.
temknc.1.1 a juzga r!:~ m al, ya sea considecíndola un arte del enga- Lo llue n•Jso tros n::tendremo::. e~ llue est.1 nueva <">ptica m.1r-
no (Bos uu hablab,1 de los "f:~l scJS culon.:s d e 1.1 rt:tó rica" u.), o ca el pnnc1p10 de una reco ns1deración d e l.1 n.:ronca,) .1no cumo
un s urtido de receus u ··,¡rnamcnros'' :- upcrtluos, susceptible un n.:sen·ono ele rccet.IS stno como el fundamenro m ism (J dt: la
incluso de d eteriorar el nujo del pensamit:nto y b sinceridad de
la expn:s1ón. Esm es la t".1;.:Ón p(Jr la cual los ro nnnt1cos despn:-
liter.uura prime ro, luego c.le mancr:t más gent:ra!, cid .Irte.
P.ualdamcnte a es ta rdlt:'(ión tcc"Ji ica sobre el arte' cllirwliis-
,..,
••
ciaban la retorica. ta Roman JaLobso n -o va a demostrar, al estudiar fenóme nos de
a t-asia, c1uL el kngua¡e es retó ric t.
1.6 La nue\·a r etórica
Las g randes corn~ntLS de pe ns.1mienrn de pnnctpios d e si- Rom.1n .j.l!,c"lbson mostrar,\ c¡uc I. JS trastornos c.lellen"u.1¡·
n e,
vio v·u1 .1 itn¡)lic:tr una rcconsideucic) n ralliol de la retórica: cuyas ,·ancd.ld~s son numeros.1s ) din:r:>as, afeuan t:1ntO
"
primero el fornulismo ruso y L1 lingl."tís tic,¡ mode rna, llue reCién .11ejL· sint.1g1 r1:·aico como aiL·je ¡uradigmatico d el lengu.tje.
c:;caha d.1ndo sus primeros pa:;ns. Es Lkci 1· ll llt' siempre hav "a!tc1aciú n más o m e nos ¡:-,crrave ,
• l ~
f:.n los años 191 O 1CJ:2() dns círculos literarios, el ele :\loscú (,- p SCa de];¡ f.1CLdt.td de "S..:iección )' de sustitUCIÓn (eje pa-
y el d e S·1n Pe tersl n1rgn, clan origc11 a lo t1uc se ll.lméJ form.dis- 1"<1lbgm 'trico), o d::: combin~c1ón y contextura (eje sint.!g-
mo ruso. Ambo::. ::.e I!Hen.:s 1h.1n por l.lltngl.",tstir.l y la poesí.lm•) m:1tico)''. t\1 hacer e::.w,Jakc>h•t•ll demostró c¡ue '·]a mer.\-
dcmas, o m.ís cxact.Hnente, pur d estudio de l.1 lengua poética. fur.t Se\ Ut:l\'t: intpo:;ibie Cll l• ll .ISlllrr\OS de simil:tud )" 1.1
90 Martinr Job• lmagrn prototipo 91
metonimia en los trasto rnos de la contigüidad". Dicho de La fotografía (signiticame), c.¡ue permite reconocer tomares,
otro modo, ciertas zonas del cerebro permiten efectuar cier- pimientos o cehollas (signi ticados), constituye un s1gno pleno
uts operaciones retóricas ~- otras no. (un significante unido a un significado). No obstante, este signo
Finalmente, el último paso c1ue implicó la reconsideración pleno persigue su dm:ímica signiticaci\·a al co1n-erúrse en el sig-
de la retó rica se efectuó cuando Jakobson constató que el nificante de un significado segundo, "frutas~- verduras medne-
inconsciente mism o funcionaba respetando ciertas leyes rráneas, Italia", etc. Este proceso de signiticación se volvió fa-
de la re tórica. Al retomar los trabajos de Freud sobre los moso a partir del célebre d1agrama:
t m ecanismos del sueño, recordó que éste había estudiado
} el "trabajo del sueño", es deci r, la manera en gue el incons- SJG:-.;IPIC.\1)() j
t
cien te se esfuerza por ocultar el contenido latente d e éste 1 SiG:--llriC.\~ TI
•
detrás de un contenido manifiesto, el recuerdo del sue-
ño 1 1. Se esforzó entonces por mosrrar, y en la misma épo- De esta fo rma, Banhes conceptualizó y formalizó la lectura
t ca o tros también 72, que los principales procedimientos "simbólica" de la imagen,}" en particular de la Imagen publicita-
•
t
descri tos por Frcud (condensación y desplazamiento) es-
taban fundados en el principio de similitud (como la m etá-
fora) o de contigüidn.d (co mo la meronimi:~).
ria. Para él, este proceso de con notación es constit~rivo a cual-
<.luicr imagen, incluso a las más " natural iza ntes", como la foto-
grafía por ejemplo, ya ' tu e no existe una imagen "adámica";pri
t mordial. El hecho de que el motor de esta segunda lectura, o
t 1.7 Retórica y connotación intetpreración, sea la ideología, en una soCiedad dadn y en una
• L:~ vuel ta entonces de la teoría literaria en los años sesenta, el historia dada, para f3arthcs no c¡uita gue una imagen siempre
,
t
desc uhrimiemo en Franc1a del formalismo ruso y luego de l es-
tructura lismo, las distintas ciencias humanas (com o la etnología
o el psicoanálisis) que recurren a la lingüística, toda est:l agita-
c¡u1cra decir otra cosa gue lo t¡ue representa c.:n primer grado, es
decir en el plano de la denomción.
Esta propuesta, qu~ trabajos posteriores han veriticado en
t ción intelectual permite a Barthes pensar el mecanismo de fun- gran medida, sin embargo deja una pregunta en s uspenso. Esta
cion:uniento de la imagen en términos de retórica.
:t La propuesta resulta aún tímida, pero Banhes e nciende sin
retórica de la connotación, tan perceprihlc en la lecwra de la
imagen, ¿no es propia de cualquier lenguaje, mcluso en lenguaje
:t embargo el término de retórica bajo dos acepcio nes: po r un verbal? Algunos lingüistas 73 han demostrado que, así como con
lado como modo de persuasión y d e argumentación (como in- la imagen, tampoco existía un lenguaje '·adámicu", ,. c¡uc.: una
mrtio), r por otro en términos de tig uras (es tilo o elocutio); estO en cantidad de connotaciones diversas "se aglutinaban" al rededor
cuanto a la imagen. de las formulaciones verbales, incluso de las más estrictas, por-
En lo que concierne a la retó rica como inmrtio, como modo de gue su rigor mismo "connota" la "cientiticidad" o el deseo de
persuasión, Barthes reconoce en la imagen la espee~ticidad de la información "hruta".
connotación, es decir, la faculmd de proYoc:~r una segunda signi- Podemos entonces deCir que, a nuestro parecer, toda forma
ficación a p:~rrir de una s1gmticación primera, de un signo pleno. de expresión y de comunicaciÓn es Jn notam a, y que roda la
[ magm prototipo 9.3
92
dinámica del signo, de la cual hablamos al pnncipio de esta ohra, por la radio de un autO, pam atribuir :1 los c1garriUos, por com-
reside precisamente en estos deslizamientos constantes de sentid o. paración implícita, las cualtdaJes de los objetos ausentes (frcs-
De hecho, lo que re,·ela es ta re tórica de la connotacton no es tamo cura, energía, di,·erslon, etc.); la h1perbok \ 1sual tamb1én es fr<.-
la cualidad de i111a,gm del mensa¡e nsual smo su cuahd.1d de signo. cuente, con exageraciont:s a bs c¡uc pueden corresponder líto-
Nos dice c1ue la imagen, incluso si constiture un objem en sí mis- tes; las elipsis deJ soporte, incluso del protlucto, son frecuentes
mo, form:1 parte de un leng uaje diferente al Je las cosas mismas. como también las comparacumes nsuales.
r\sí,la co nnotación no es propia de la imagen, pero era ncc<.:- O tras figuras responden más bten a la construcción del con-
sario considerarla cons tituti,·a a la sign1ticac1ón por medio de la ¡unto del anuncio, por la orgamzac1ún ~· la combinación de los
imagen, a comienzos de una e<.:orizacion sobre SLI modo de fun- elementos coprcscntes (del sintagma) como la repetición, la tn-
cionamicn to. Era especialme nte necesa rio para Jenunciar la ce- \ersión, la g radaciÓn, la acumulación, etc. Observar con un poco
guera c1ue produce la analooía ,. constttuir la imatren en signo) o de atenciÓn l:t imagen publicitana puede resultar mu\· fructífe ro
dt:sde este punto de ,-ista r sc pueden Uegar a detect~r ,·erd.tde-
" ~ 4 b
mt.¡or di cho en iisle111a de s~·~nos.
En efecto, insistamos, siempre es útd recordar que las imá- ros descubrimientos retó ncos.
genes no son las cosas t1ue reprcsenr:1n, smo que se \·alen de Stn embargo, estar a la pesca de la tigura retórica deja de ser
ellas para hablar de orra co::;:t. interesante en sí misma r sin re11ensarla en su función de .sian1-
,..,
ticac1ón. Se reduce entonces a un inn:ntano que se c1erra sobre
1.8 R etóric;¡ y publicid<ld sí mtsmo. Por el contra no, ll¡;\·ar a caho e~t.l 1m·esngac1ún inten-
Esrt: es d rírulu dd trabajo dt: Jactlue::. Dlll.llld t¡uc siemprt: ranclo comprender cuáles son las s1gni ticaciones inducidas p(n
sin·c de referenct<l para el cstudio tk las rdtc1ones entre retórie<l este ttpo de procedimientos es mucho m.ís productJ\·u e indi~
y puhhc1dad -~. 1.;_1aspccw m-ls conoCido de tstc trah<IJ'l es prc- pens:tbk par;\ cumprendcr lus mecanismos de interpreraci<.>rl
Cisatm:nte el de haber mosrrado, a tran:s del estudto ele más ele puestos en práctica.
rnd :~nuncios, gue la publictdad ucilit.aba toda la colección de Es ro es lo gut: hizo el proptu Durancl .11 proponer es m 1m es-
tiguras n.:tóncas t1ue ant¡;no rmente se creía rese rvadas al len- tigación formal que inj ustamente terminó siendo más famosa
guaje hablado: tiguras de l sintagma (sino tigur:1s de frases) \ t¡ue el cuadro tnterprctatl\ o m1smo, .1 nut.stro entender m;1s im-
figuns dd paradtgrna (sino dc p.llabras). Dur:~nd prüpone u~ portante.
cuadro de clasiticación de estas tiguras se •Ún cada uno de los
ejes del lcnguajc y :;egún los tipo~ de operaciones eft:cwadas Partiendo de la consuración según h cual, trad:uon'llmen-
(:1d¡unct6n, suprestón, sustitucic·m, intt.rcambio) o dc la relaciÓn te, la retórica pone cn rchción dos ntvcks de lenguaje: "el
planreda entre las variantes (idcnmbd, simll1tud, diferencia, opo- lengua¡e mismo" y ·'d lenguaje t\;m.tclo", y t¡ue b ti;_;ura .:s
sición, falsa homología, doble senctdCI, p:~radoj;l). '·b operación t1ue hace pas:~r de un ni,·d al mro'', el aut<n
i\sí, en publicllhd, i'icilmcmc cnconrr:tmos rncr:\f,)ras ,-isua- plantea la siguiente p(egunra: "s1 t1uercmos hacer emcnd ·r
k.s, como la pubhCidad de i\ larlhoro, llliC susmuyc un at:ld<) de un:~ cosa, ¿por qu~ decirnos ort.l?". r\l.1burd.lr de este mClclo
ctb.unllos por LH'1 l.ll,, d..: C:oca, o por l.t b;H:.:tía de un mowr, o la amplia cuemc·,n del c:;ulu, 1 :nuspr c:ciacl(J t.:n relacttlll con
94 Marflll<' .fo!y imagen prototipo 95
una "norma" del lenguaje, aguí visual,Jacques Durand pro- prm·oca una satisfacción impune". Toda tigura retórica podr:í
pone, para la publicidad, una respuesm que Incorpora los c::ntonces analizarse como la transgresió n a una " no rma".
conceptos ele deseo y cens ura tomados de Freud .
-s
De este modo, para Durand, la función de las figuras retóri-
Durand parte del e jem plo de la metáfora que e n SLI litera- cas en la imagen publicitaria es la de prm·ocar el placer del es-
lidad nunca es aceptada -una mentira "'6- y obliga enton- pectador: ahorrándole el esfuerzo psíquico necesario "para la
ces al lector o al espectador a interpretrarla en segundo inhibición o par~ la represión" por un lado y, por el otro, permi-
g rado. Para retomar los ejemplos citados más arriba, no ti éndole soñar con un mundo donde todo es posible. "En la
bebemos en un arado de cigarriUos, como tampoco los
••'
imagen , las normas en cuestiÓn son sobre todo las de la realidad
necesitamos para recargar el auto. No \"i,·imos con un león, física ... La imagen retorizada, en su lectura inmediata, se empa-
incluso cuando el homb re que amamos es "soberbio y ge- renta con lo fantástico, con el sueño, con las alucinaciones: la
neroso". La idea de Jacc¡ues Durand es que las proposicio- metáfora se vueh-e metamo rfosis, la repetición, desdoblamie n-
'
nes dichas o mostradas por la met:lfora no son sólo men- to, la h1pérbole gigantismo, la elipsis b·itación, e tcétera."
tims si no sobre todo transgresio nes a ciertas leyes sociales,
f Este trabajo se convierte así en una importante referencia
fís icas, del lenguaje, etcétera. para el análisis, ya c¡ue nos recuerda c.¡ue el inYentario y la clasiti-
f Así, en publicidad encontramos muchos ejemplos de li- cación deben ser sólo auxiliares al se1Ticio de un proyecto ana-
f bertades tomadas en relación con una gran cantidad de lírico, sin el cual pie rden todo interés. Durancl demostró no sólo
f normas: la ortografía y el lenguaje (Axion por acción), el <¡uc:: los mecanismos de las tiguras retóricas no era n exclusivos
peso (los cigarrillos lig/Jt representados en suspensión), la
f del leng uaje verbal sino también c¡ue el campo d e la publicidad
sexualidad (el e rotismo del cuerpo femenino c¡ue acompa- era un terreno particularmente rico en obse1Taciones.
f
• l\ f:ís all:í ele esta convinct:nt<.: dt·mc.>stmción, cu~·os rt:~ultados
ña todo t1po dt: producws), lo fantástico (l:1 irrupción de
elementos irreales en lo real, como la autonomía o h1 des- no conciernen e\·identcmente sólo a la imagen pubhcitaria, in-
t proporción de los objcros, una heladera abriéndose en un dagó la función del uso de estas figuras. Deduce c¡ue es una
•
t
palacio indio, una barra de chocolate l]Ue al partirse pro-
voca e l derrumbe del decorado), y así prodríamos seguir.
Todas estas di,·ersas transgresiones se sostienen gracias a
función de placer, por intermedio ele la transgresión tingida e
impune. Propone entonces consic.krar la re tó rica de la imagen
publicitaria como una retórica de:: la búsqueda del placer. Para
t las tiguras retóricas: metáforas pero también lítotes, hipér- re formular esta p roposición, digamos que la imagen publicitaria
J boles, clipsis, acumulaciones, anacolutos, etcétera. se \"ale enormemc::nte de la sen e de tiguras retóricas para favore-
t cer a una relótica hNioniJta.
E l segundo punto ele la demostración es que estas transgre- Vemos en tonces que, aquí de nuc,·o, distinguimos "figuras
J
•
t
siones son ficciones )' todo el mundo lo sabe. De este modo, t.:!
deseo de transgresión se ,.e satisfecho sin por eso causar una
censura real, ya que, al ser tingida, es impune: "l ncluso fingida,
retó ricas" )' "retórica", estando unas al sen·icio de la otra: la
elomtio al servicio de la inventio, o el estilo al servicio de qna argu-
mentación específica.
la transgresión satisf;¡cc:: un deseo impune, y, por ser fingida,
1.9 H acia una retórica general Esta evolución, ele la hipótesis de una retórica general hacia
Esta perspccti,·a permite en to nces reubicarnos y compren- su contirmación, se lleYÓ a cabo en los años que sig uieron y en
der las propueo;ras de 13arthes en Retólica de la i111agm. Dichas adela nte se Uegó a que la retórica no concierne únicamente al
propuestas se tnscnben en la e\·olución de la concepció n del le nguaje verbal sino a rodos los lenguajes: la hipó tesis de p arti-
desarrollo de la retó rica del lenguaje \·erbal hacia una retórica da era " que si existen !eres generales sobre la significació n y la
general, aplicable a wdo tipo de lenguajes: ''La retórica clástca comunicación .,-lo que implica el postulado semiótico- enton-
deberá ser repensada en términos estructurales y entonces c1uizá ces es posib le que encontremos fenómenos de polifo nía com-
sea posible establecer una retó rica general. .. vaud.t p<Wl el soni- parables a los que pudimos obsen·ar e n e l lenguaje ,.~rbal. La
do articulado, la imagen, el gesro, etcétera". hipó tesis implicita luego es c1ue los mecanismos que participan
También J akobson había considerado que los dos procedi- res ultan ser mecanismos bastantes generales: generales, por ende
mientos de la metáfora y de la m e to nimia ele ninguna m ane ra inde pendientes del campo pa rticular e n el que se manifiesta n" -.7 .
eran patrimonio e~clusi,·o de la literatura, sino que se daban "en La investigación comenzó al ree~arninar la parte d e la re tórica
otros sis tem as de sig nos adem;Ís del lenguaje" como en la pintu- an tigua conocida corno eloculio, cosa que ya hem os seña lado en
ra o en e l cine: "Se pucdL obsen·ar la manifiesta orie ntación los e jemplos precedentes "' 8. Vimos sin embargo que no por
meronímtca del cubismo, que transforma el objetO en una serie cso de jaba d e lado una recon sideración de la itwmtio como de
'
de sinécdoques; los pintores surrealistas reacetonaron con una la dtjposilio, incluso en tiligrana.
concepción nc;tl>lcmcnte metafórica". Sea como fuere, al estudiar la retórica de la imagen uno ntel-
Recordemos, pata entender mejor esta atirmactón, que la SI- ,.e a plantearse sobre "este juego de las formas r el sen tido" de
nécdoque es una tigura cercana a 1:1. metcnimi;¡ pnn.¡ue, como los mensajes ,·isuales, en diferentes ni,·elcs que ,·an dc In obser-
ésta, funciom según el pnnctpio de contigi."tidad r dcsigna la ,·ación de las estrategias discu rsi,·as puestas en pr<Íctica hasta hs
parte por el todo. El cubismo, con tendencta a pri,·ik:giar la re- he rramientas particulares que uti linn.
presenractón de la form:l )'el \'Olumen de los objeto<; en relación Para ilustrar este desarrollo alrededo r de la ima<,en
.::.
publtcita-
con la de otras int'ormacioncs, se puede considerar c¡ue es un ría y de la retórica de la imagen, nos gustarín propont'r un ejem-
tipo de pintura metonímica. Pero incluso ac¡uí, esta única cons- plo de análisis.
tatación no alcanza y debe inscribirse, par;¡ resultar np<.:nti\·a, en
una rctlexión snbre los objeti,·os y las consecuencias interpreta-
t1vas dc este tipo de Ltrea. 2. Ejemplo d e análisis d e una publicidad
En cu·1nto :1 b metáfora cn la pintura surre;¡lista, casi sobran
los ejemplos de su-;tituciones ,·isuales (rostro/ relo j, manic1uí/ Se trata de una publicidad para la rupn ~l arlbnro Classics.
cuerpo, naturaleza/caballete ... ) que pro\'ücan cl mismo tralnjn Como ob¡t·ti,·o nos proponernoo; extraer el discutso implícito
de b tmagin:-~ción del e!:>pcct:ldor c¡Le podia lngr:u "1.1 im:tgcn propuesto por CSte anunCIO )'cernir CUll m;I\'Of prcci~iÓn el tipo
surrealist;¡" en 1•<H.::iÍ.I La di m ·nsión G e;HÍ\'a ,. cognitin de b de público al que Ya dirigido.
mt:t:tfor:l alcanza entonces por comp!cco su medid ... El contexto: este anuncio puhlicimno fue publicado en el
- 1
98 Alartmtjo!J lmagetJ pro!otipo 99
número del 17 de octubre de 1991 del semanano francés Lt medida de caracteres, abajo a la izquierda: "l.:n prod11il de Mar/bo-
Nouvel Observateur. E l soporte del anuncio -el "Nouvel Observa- ro l ..n.mrr ll'ea/' (Un producto de t-.larlboro Leisure Wear).
leur'- se dirige de antemano a un lector particular, mixto, más Tres upos de mensa¡e constituyen este mensaje vis ual: un
bien intelectual, constittúdo por "profesionales de izquierda", 1/le!IS")f plástico, un mensq¡e ICÓtÚfO r un liWUtye luwlístrco. El análi-
de clase media. La estación (otoño en Europa) es importante, sis de:: cada uno de ellos, luego el estudio de su interacción,
teniendo en cuenta el producto que se pro mociona. debería penmúrnus extraer el mensa¡e implícitO global del anun-
CIO.
2.1 L a descripción
El anuncio se despliega en una doble página, páginas enteras. 2.2El m e nsaje p lástico
La página izquierda está cubierta en su totalidad por la foto- Ya hemos señalado c¡ue, entre los signos \·isuales que com-
grafía, en tonos marrones sobre fondo blanco grisado; vemos ponen un mensaje visual, figu ran los signos plásticos. La distin-
••
masa oscura que ocupa todo el espacio situado bajo la diagonal, no sólo la materia de exp resión de los signos 1cónicos (figurati-
a la derecha de la " imagen". vos) -9 . Esta distinción fundamental permite, a nuestro enten-
La página de la derecha comprende, en el tercio superior de der, descubrir que una g ran parte de la s1gmficación del mensaje
E ncontramos u na especie de tradición publicitaria que intenta que La ausencia de marco, sobre la págma tzc¡uierda por do nde
la publicidad se tome por lo <.1ue es. emp1eza la lectura, Instaura entonces una imagen centrífuga, es-
No es siem pre el caso, en particular en e l semanario en cues- timulando una construcción imagi naria complementa ria. El pro-
tió n, d o nde po demos ver va riaciones del gé nero a veces chocan- cedimiento nos remite impüciramcn te alum,·erso cinematográ-
tes, como diagramacio nes r tipog rafías de repor ta jes, que pare- fico, ya c¡':le desde hace mucho tie1T1po el cine nos familiarizó
cen ser, para la lectura, " publi- repo rta jes", es deci r publlctdad. con este juego de campo/ fuera de campo.
É sta toma p re stadas entonces la s ma rcas convencionales del re- El espacio en blanco de la pág ina d e la de recha, po r el con-
portaje p e riodís tico r las des plaza a la publicidad. tra ri o, sir ve de marco para la fotografía pec¡ueña, c¡ue se in-
En este caso, el p rocedimiento de l género es c¡ue la p ublic i- c rus ta, como una , ·iñeta, centrada e n el te rcio sup e ri o r ele la
datl se dé a en te ntle r como una "publicidad". ho ja. E l e fecto del marco encierra por el con tra rio la re prese n-
Se trata luego de fotog rafías impn:sas c¡ue " naturalizan" la tació n \'is ua l, invitando, en un p roceso d e lectura centrípeta, a
representació n e n la medida e n c¡uc se presentan como imáge- entrar e n s u profundidad ticticia, como en la d e un cuadro
nes figurativas, marcas reg is tradas d e la realidad misma, r tien- paisajista. El procedimiento rem1tc entonces más bien a la tra-
de n así a hacer oh·idar su carácter construido y e legttlo. dición pictórica, de la que se tnspiró primero la fotogra fía, c1ue
a la del c ine.
E l m a rco
Toda imagen tiene límites físicos t¡ue, según las épocas y los E l e n cu ad re
es tilos, se materializan más o m e nos a través d e un marco. r\ Nu ha~· que confundirlo con el marco. El marco es e l límite
110
m enudo e l marco, aunc¡ue no siempre ha existido , se ve como de la representación \ isual, e l e ncuadn: corresponde al t<l mar1o
un estorbo y, a partir de ese mo me nto, se trata tle difuminarlo y rc lati\·o d e la imagen, resullante de la dtst<lncia <¡ue existe cmre
d e o lvidarlo. Para dio ex isten \'arios procedimientOs c¡ue pue- e l sujetO fotogratiaclo y e l objcLi\'0.
den ir desde el encuadre inte rno del mensa je visual has ta la des- Los encuadrc.:s se o ponen en las dus páginas: \'Crt..ical r m u~·
aparición total del marco. cerrado en la izc¡ uic rda, da una impresión ele gran proximidad;
E n la página izguierda, la forografía no está circunscrita por ho rizo ntal r amplio e n la derecha, 1m p resión de alejatTiientu. Al
un ma rco pero p arece cortada, intcuumpida, por los bordes de la mismo tiempo propo nen una especie ele inYersión compantl\':1
hoja: si no vemos más es pon.¡ue la hoja e!:i demasiado pequeña. de las proporciones: lo pequeño (el abrigo, lo cultural) se vuel·:c
E s te p rocetlimicnto ck hacer confundir clm1.rco (o los lími- mur grande mientras t(UC Jo más g rande (la naturaleza) se \'1.1dn:
tes) de la image n y el borde del soporte tiene consecuen cias mur pcc¡ueña.
•i
particulares sobre el imaginarto del espectatlor. En efecto, este
corte, atribuido a la dtmensión del soporte más que a una elec- Ángu lo de la toma y e lección del objetivo
ció n d e encuadre, lle\'<1 al espect:tdor a construir imagin.triamen- Esta elección es determinante ) :1 c1uc rcfucru o contradice
tc lo c¡ue n o se ve en el campo visual de h r:.:prescnrac1on, pero la impresión de realtdad ligada con el soporte fu togrútico.
t (Lit: sin embargo lu completa: el Jim·" di' call!po.
102 Martine Jofy Imagm prototipo 103
••
•
• ~t'~lllo\lf.T~J.'I .. f.DI.S'TUSIII.' IIU~P\.,... [I)f':lll'&'fi)IIUt:SUilllt!' M'I.H:.UCIW'n•\.-.r.s~l,·l f'V~"L'ii~VI
••
~l . • itU-.,.'JU.WI'~l.·lP\II'4'\.tW1UI.Tnr3\~·-.Ji·~:.t. WlMI\TfCI'I(I
••
l't•NTS 110: vvm:
~Gl.\ftm~ML\I~'iL""lAN\\\(J"f'UIIl ._lt'U~~f\ltC~~M~ I f)I(SS~'t.'WJINIIIY~AU'niQtll\t,
~t~lo\I'I"U,LAnUITAIAI.k'l!l)l(;ltt $l'...EIJWC'IIkt$~l;OWI.HIIn.t~l-.,r.trt--..,•ITA'f11W~\k:IIIU4r"\IITVIt'I~II()I~Sfl~\l·lt'll
~V'I.-m'i'tl~UIA'~>IEI'ItMI':II~l~W\irrt\llf:~'(.'llii~Q.A._,~UIV..""\It~U.Q)f.lt'.V.II'll
••
~U:{..,-\tr.I~('An'L'U'I IJiol[TIIIlrr(lllt~A · IWI'.u~li.CX!lJI"W.!:!!!I.AWIII.Qif~AMI'MM~"C11\If'\.Lllt:\T~I"-.''tfl.
~flolll.f~IIIUAITU.U~It\~t.\•!!!!!fi8!!,!!!UHJI.Ir\~'r!!:!!~1':\.I"'JIIT~AITK"'1'11:"'J\""T1l\CUIII.\m1"1:'[W.IIW1'
U:t\"1' l'ttttM.I. ~ 'fl,t ,., ~ ,-llTTI.A ll;lnt-..;IA.II.'-l'U) .. C!T 'ó"'-u&l WJDf"lCUTnl'~"llt~UUWIAI • . !~ uDU'III.lU~ UmUl!S.A"'J rtlnl(l"-<,
~wtlifl.,t\J.I ott.aJUt1111CI'Itt1f' .. • TWI•U•"'-'11{1'1'1U...Lol.n.-.\JUb.'"IIT CCO''!U
rr. ..:u.ttJ1'r
~t1riii~A..,.,.41Mit'~~"'-ll'r-'~"!!!,!!!NEml•lll:~Uall.UI'f\AU:'(_!MI•1Sf'lcn~A"Ptrt.n"tlo(
Ciertos ángulos de roma muy marcados se relacionan co n- en segundo plano, gracias a la utilización de objetivos cor-
vencio nalmente con ciertas significaciones: por ejemplo el tos (granangulares).
picado y la impresión de aplastamiento de los personajes; E sta noción está relacionada con una representación del
el contrapicado y su magnificación. Hay que recordar sin espacio que da la ilusión de la tercera dimensión, mientras
embargo q ue estas significaciones, por más comunes que que es en realidad una imagen chata (de dos dimesiones).
sean, resultan extremadamente convencionales y no son Es la tradición de la representación en "perspectiva" (la
para nada "obligatorias". Muchos realizadores o fotógra- prospettiL'O italiana) como la que utilizaban en el Re nacimien-
fos las utilizan como contrafunción con toral legibilidad. to los pintores teóricos dei Qt~altrocmto: "arte de represen-
Por lo tanto cada caso debe examinarse con cuidado. Sin tar los objetos sobre una superficie plana ele manera que
embargo, la toma. a la altura de los hombros es la que da esta representación sea parecida a la percepció n visual que
más fácilmente la impresión de realidad y "naturaliza" la po demos tener de los objetos". Todo el problema reside
escena, ya que imita la visión " natural" y se distingue de e n e1parecJ'do 8?-...
puntOs de vis ta más sofisticados (el oblicuo, por ejemplo) E sta impresión de visión natural es también una com·en-
que delatan un ope rador en lugar de hacerlo pasar des- ción, y si respeta las leyes de la representació n en perspec-
apercibido. tiva, no respeta las de la visión natural que nunca \'e un
paisaje, ni lo c1ue sea, nítido en su conjunto, sino que debe
En este caso, en la primera foto, el ángulo de la toma es el de moverse y acomodarse roclo el tiempo 83 . Sin embargo la
un leve contrapicado, que sitúa la mirada a la altura de un hom- elección de este tipo de objetivo es lo que da la mayor
bre que está de pie (y a la altura del caballo), otOrgando así altura impresión de " naturalidad". ObJetivos más largos (teleob-
y fuerza al personaje. En la segunda foto, por el contrario, el jetivos), jugarán con lo borroso r lo nítido, r achata rán la
ángulo de la toma es un discreto picado, lo que da al espectador perspectiva. Otros, como el gran angular o el ojo de pez,
la impresió n de do minar un poco el p aisaje. deformarán la p erspectÍ\'a. Por ejemplo, el uso bastante
frecuente en reportajes del 28, 24 o 20 mm puede producir
En lo c¡ue respecta a la elección del objetivo, los efectos son
'
efectos de dramatización demasiado trillados.
parecidos. Har objetivos de gran profundidad de campo (todo
está nítido, desde el primer al segundo plano) que dan una ilu- 1
En nuestro ejemplo, el lente elegido en la imagen izquierda
sión de profundidad a la fotografía, y de esm manera parecen
es sin duda un teleobjetivo, si tenemos en cuenta algunos leves
1
ace rcarse casi perfectamente a la visión natural (el de 50 mm Bl
efectos de fuera de foco en el segundo plano, r en primer plano
para cámaras 35 mm).
•
••
a la limitación del marco. La ausencia de profundidad es tam-
bién una manera de transformar un lugar en ningún lugar en
particular: en cualquier lugar.
cuenta sus irnpcram·os c.le lectura, las "contiguraciones pri-
,·ilegiadas" que encontrarnos en la imagen publicitaria, a
saber cuatro:
A la inversa, el ob jetivo elegido para la foro del paisaje con-
la construcción focalizada: las Líneas de fuerza (trazo,
sigue una reproducción perfectamente nítida en su totalidad e
t
• intensifica el efectO ele profundidad, como en un espacio real,
tridimensio nal.
colores, luz, formas) convergen en un punto del anun-
cio q·ue cumple el papel de centro res en ronces el lugar
del producto a promover. La mirada se "dispara" hacia
•• Composició n , diagramació n
ese punto estratégico del anuncio donde se encuentra
el producto;
••
La composición, o geografía interior de l men saje Yisua l, es
la construcción axial que ubica al producto exactamen-
una de sus herramientas plásticas fundamentales. Juega, en e fecto,
te en el ;\ngulo de la m1rada, generalmente justo en el
un papel esenc1al en la jerarquización de la visión r po r ende en
••
centro del anuncio;
la o rientación de la lectura de la imagen. En cualquier imagen
la construcción en profundidad donde el proc.lucro se
(pintura, plano de cine, dibujo, imagen de síntesis, cte.), la cons-
integra a una escena con un decorado en perspecti,·a, y
trucció n es capital, respeta o rechaza cierta cantidad de com.-en-
•
hace leer algo que conduce la mirada arriba a la clere
ción se estudia de manera tal ''l.¡ue la mirada selecciona en
el anuncio las superficies portadoras de información cla-
cha, para ir abajo a la izquierda r retomar la lectura de
un pequeño textO que termina en la presentaciÓJ1 del
••'
ve" 85 , tanto .más cuantO sabemos que existen modelos, o
producto, aba jo a la derecha .
patrones, ele lectura c1ue no confieren el mismo valor a los
distintos emplazamientos de la página. El sentido de la Recordar estas princ1pales configuraciones de la imagen
lectura por supuesto es determinante: la lectura de izc¡uier- publicitaria no tiene ningún sentido si no tenemos prest:n-
¡l 1
ya conocido se hará con construcciones fiscalizadas o e n
profundidad; se atribuirá finalmente al producto cualida-
des que le son externas, con una construcción secuencial
ració n que hacemos de ella p o rg ue estimamos q ue no somos
sumamente cultos, o muy ig norantes de las artes plásticas como
para autorizarnos a hacerlo. Esta autocen sura, que también
que traslada, durante la lectura, las cualidades del a nuncio puede to mar la fo rma del no -reco nocimiento puro y llano ("E s
(decorado lujoso, naturaleza, ma r, e tc.) al producto. Sabe- como es, no hay nada que d ecir"), no nos otorga sin embargo '~1
mos que este tipo d e procedimiento fue prohibido, po r más indepenqe ncia e n las ideas ni li bertad intelectual. Po r el
engañoso, para publicimr marcas de cigarrillos. contrario, ya que, sobre todo e n publicidad, e l anunciante jue-
ga con el saber más o menos interiorizado del lector meta,
' '1~ 1
Para retomar nuestro e je mplo, tene m os una co n strucción asegurado a tr:n-és de to do tipo de estudios como los c¡ue he- ' )1
secuencial, de una página a la otra, que cae finalme nte en la m os e\·ocado. ' t
ma rca, debajo de la segunda hoja. Sin embargo cada página p o- Otro o bstác ulo a enfrentar en la interpretación de las for-
see su propia lógica. mas, o e n me no r grado para los colores, es la figuracividad de las '1
A la izquie rda, la construcción m asiva y oblicua conduce la
mirada desde el puntO más nítido, brillante y luminoso del anun-
imágenes, sobre todo fotográficas: las fo rmas apa recen como
daros d e la naturaleza (no hay demasiado para comentar acerca
1 :1
cio, casi en posició n axial (la punta de la e mpuñadura d e la m on- d e la silueta de una persona o de un árbol: son as0 y nos olvida-
1 J
tura), e n lectura ascensional, h acia arriba a la de recha, desde mos de su carácter elegido. 1 )
d o nde podrá seguir la lectura, ho rizo ntal primero para leer el D e este modo, para \·er las for mas organizadas en un mensa- 1 )
comentario verbal, luego, e n es te caso, \·ertical, de arriba a abajo je v isual, r compre nder la interpretación q ue inducen, h ay que l )
11
d e la boja, para terminar en el nombre del producto. Primero hacer un esfuerzo para o h·idar lo que ellas representan y obser-
1
1 una cnnstrucción secuencial dinámica: la o rientación oblicua \'arlas e n sí mismas, con atención. E n publicidad, particularmente, )1
1 asce ndente hacia la derecha es una o rie ntación que, en nuestra se buscan a menudo las asociaciones más banales y estereotipa- )
1
cultura, se asocia a menudo con la idea de dinamismo, de ene r- das, con la idea de provocar una comprensión clara r rápida: )
11 gía, de progreso, de esperanza, e tc., mientras que la inversa, el lineas curvas, formas redondeadas y femineidad, suavidad; for- )
recorrido oblicuo descendente hacia la izquierda o hacia la dere- m as agudas, lineas rectas y virilidad y dinamismo, etcétera.
)
1 cha, está más bien relacionado con la idea de caída, de choque o No inrentemos entonces, en nuestro ejemplo, leer y recono-
11 de regresión. Obsc.:rvamos que e n este caso la lectura descen- cer mucho y observemos. Podemos percibir que incluso ac¡uí se )
1 dente es vertical, y no oblicL,a, que evita entonces ese tipo d e po ne en juego un sistema de oposición: sobre la izquierda, for-
,-,'
t
asociació n para favorecer la idea de rectitud y de equilibrio. mas suaves, organizadas en masa; sobre la derecha, un completo )
sistema ele lineas, trazos finos y verticales, algunos subrayados
Las formas con una línea horizontal, el trazo de la tipografía remite al rrazo
. La interpretación de las formas, como b ele las otras herra- d e la tipografía de arriba. Toda la página está compuesta por
mientas phsticas, es esencialmente antropológica y cultural. Y, trazos oscuros y finos sobre fondo bhnco: como el recuerdo
a menudo, n os pri\·amos de sustent:~r \·crbalmente la intcrpre- perceptivo de la nieve cayendo muy :.u:~ve y muy lento. Debajo
• 110
Martille Jo!J• /magm prototipo 111
upos de sensacio nes (táctiles, auditi,·as, o lfati,·as), un mensaje ComposiCión oblicua ascendente ,·erucal descenden-
n sual puede activar e l fenómeno de las correspondencias sines- hacia la den:cha: te: rqm/¡/mo
rúiwmismo
tésicas.
En nuestro ejemplo, se trata d e fotOgrafías que, aunque es- Formas masa: blandum, rr.1zo, l111eas: Jinura
tán impresas con la misma calidad de papel, tiene n una textura 1/iúl'irlad, n: rticales:
dtfercnte. La fotOgrafía de la izc¡uie rda tiene un "grano", una ri._t~,idrz
de nsidad y una rugosidad supuestas, mientras que la fo tografía Dimensiones grande pet¡ueña
de la derecha ofrece una textura lisa, fría, que acentúa el ca rácter
Colores dum inann:: tcilido dominantc:ji-f(,
de frío y distancia de la imagen.
llum111ación di fusa, falra de di fusa, fa Ira de
refe rencias: referencias:
Síntesis de las s ignjficacion es p lásticas
grmrali::;pción ,~mrrolizaaón
Aunque a \'eces resulte difícil se parar radicalmente la signifi-
cació n p lástica de la significación icó mca, este primer e nfoque Textura g rano: táctil lisa: L'1111al
muestra, de manera voluntariamente didáctica, cómo el disposi-
m·o plás tico del mensaje visunl llt:\'a implícitO signifi cacio nes • Lo' ~ ~~mficadoo >e marcan at¡ui e n it:illca
bien perceptibles. Para mayo r cbndad p odemos recapitular nues-
tras obse n ·ac1o nes en fo rma de cuadro, tenie ndo en cuenta siem- Podt.:mos percibir que se pone en juego un sistema de opoii-
pre que no se trata de al~o sistemático: cionu t¡ue disti ngue y luego, una \·ez ,\Cabatb la lectur'l, reconci-
li'llos contrarios. Calor, proximidad, sensualidad, su;n idad, fuer-
Significan tes Stgnificados • Significados* za, g r.mdez,l se oponen y luego n.:cubn:n co n su reco nfortann.:
plásticos p:'tgina izquierda página derecha a pa riencia, como por un contagio hgado con el senndo dt.: la
lec tura, con el frío, la distancia, lo pCLjLICñu, lo tino, lo dispe rso.
i\larco ause nte, fuera de prese ntt:, fuera de Lo táC[il, 1ecul.n e lo \Ísual.
campo: llllt{~inc~n"o campo: concrtto \'emos t¡uc la lec tura de.: la d o l>lt.: pñgina mstaura así, más t¡ue
Encuadre cerrado: proxumd,ul ampho: distancia una antítesis ,·isual, un n~rdade ro o.'I."'IIJOron
~' , esta ti<>ura
;:-, ,
nuc con-
siste, por el acercami ento de té tmÍI•US antHéücos, en reproducir
Angulo de punto hgero contra p1cado sua\'l::
p1cado: ultma, Jite~a domin.;;;ón d,·/ una signific tción global suwizada y enriq11CC1da co n ,·alnres
de vista
dd moddo (fp(ct,ulor o puestos en cada uno ele los té rm mos !JJ_
_l •
114 lmagm prototipo 115
n:presentati,·a, cada uno esr;i allí por otra co~.l m;ls que por sí Empuñadura p11nlo dr '!POJ'O, j~trrza, falo,
•
~
mismos, po r hs connot,\Ciunes que lo acompañan .
L os m o tivos
\'erticlll, dura,
t:rguicla (trt:nzada)
R1endas
11/0IIIIIra
mballo
destrrza física
nntumleza.
toirilidad
júrll'nl
t dominio
•
En la página 1Zt1uiercla \' imos que pochamos reconocer un
abngo de cuero, un brazo, una mano enguantada sostemenclo Pa1saje bajo la · frío, rigor dr
9 las tit:nda:. de un <..alJallu, la empuñ,,dura d e una montura ,. d !IIC:\C la nat11ral~za
cueUo de un anim.ll
Corral far-uut (011'-/Jqy
•• elementos c¡ue est'Í.n allí para desig nar d todo por co ntlgi.ildad, ele
la 1111sma manera en t¡ue la .wsencia d e marco nos Ue\ ,1 a cons-
t ruir plásticamcnH: lo t¡ue está fuera del campo de la 1magcn.
\OS de manera distinta. Pero, m ás aUá de algunos
,
detalles' lb•a-
riamos al mismo resultado. Podemos constatar, en efectO, que
aunque veamos poco, estos elementos alcanzan para reunir cier-
ü
• :.ranga y ~o lapa
de un abngo
Empuñadura
uln?"IJ
·'
!tpo dr
¡·e.rlillltllla
l'l'.fll/11~1//,¡
11/<lúidina
encadenados por representaciones de objecos o fragmentos de
obJetos socioculruralmente determinados (i ncluida la publicidad).
F..n efecto, la alternativa clásica es presentar al o a los mo- Sin embargo, esta ausencia de rostro marca la figura retórica
delos d e frente o de perfil; mirando al espectador o sin más importante ele este a\'ISO. La figura de la rlipsis, que ,-a a
mirarlo. Georges Péninou demos tró que, en publicidad, la fundamentar la argumentación implícita del mensaje. Vimos que
implicación del espectador era muy distinta en un caso r el mensaje plástico se apoyaba en un sistema de oposiciones
en el otro 95 . El personaje puede mtrar "a los ojos" al es- que, reunidas por una lectura del mensaje en su conjunto, le
pectador, dando la imp resión de tener con él una relación daban un cará.cter totalizado r de globalización y generalización.
interpersonal, instaurada entre un '\o:· y un "tú"; o puede La elipsis, a pesar d e que sea una figura más común que el
desviar-los o jos para dar la impresión de asisti r a un esp ec- oxímoron, tiene quizá más fue rza aun p o rque juega con lo no
táculo d ad o p or un "él", una tercera per~ona. E l cipo de dicho, con lo sobreentendido. S u acción es en tonces más sutil:
adhesión solicitada es también entOnces diferen te: deseo en lugar de desarrollar un argumento po r su atirmación explíci-
ele diálogo y ele respuesta a una exhortación en el caso del ta, lo d esarrolla dejando un hueco, jugando con el saber del lec-
"cara a cara", deseo de imitactón, ele apropiación de las to r o del espectador, creando así una se nsación de com plicidad
cualidades del modelo en el caso del "espectáculo". entre iniciados.
r\hora b ien, en nuestro ejemplo este juego sobre el saber
En nuestro ejemplo, se imponen dos observaciones en rela- implícito del espectado r no sólo consiste en lb·arlo a recons-
CIÓn con la pos tura del modelo: la primera, por supuesro, es gue truir un rostro ausente, sino mmbién en otorgarle, a todo el per-
no ,·emos su rostro; la segunda, es lo que sugiere la posición del sonaje, rasgos de otro personaje ausente, los del CO\\·-boy J\!arl-
brazo ) de la mano. boro. r\ tra,·és de una serie de transferencias publicitarias, la
No sólo no vemos el rostro del modelo, smo guc en tal e ncua- marca l\farlboro desplazó ~u cow-bo~· fetiche de los cigarrillos a
d re tampoco hay cabeza. Fl aspectO prm·ucador de esta decapita- los fósforos y a los encendedo res, luego de éstos a la ropa. Este
ción, gue podría ser insopormble porc¡ue rompe precisamente con reconocimiento elíptico pro,·oca, además de una sensación de
el " ho rizo n te de expectativa'' del espectador de publicidad, donde complicidad, el placer de la conni,·encia frente a una nue\·a trans-
los rostros ocupan un lugar en general preponderante (¿capital?), gresión impune e inimputable: no se dice nada, no se muestra
se ve atenuado aquí por varios efectos complementarios. nada, no hay nada c¡ue decir.
La estimubción, por ausencia de marco, de la construcción La clipsis cumple ac¡uí otra función que es la de dotar al
de un fuera de campo lleva al espectador a imaginar el rostro anuncio de una resen·a temporal, c¡ue lo "narrativiza" un poco,
ausente, como también el resto del cue rpo, la montura, el paisa- su~Irienclo un antes y un después de lo que nos muestra. En
je. El hecho de concentrar la mirada sobre el torso y la redondez efecto, d cormlncío (elipsis de tropilla) sug1erc <.1uc estu,·o lle-
protecto ra dd brazo nos hace ohidar que estamos obsen·ando no, que lo estará de nueYo y que entonces est:tmos en el mu-
un cuerpo di,·idiclo, en fa,·or de una impres1ón de refugio y de mc.:nro uansirorio de la tr.tshumación, del ,.i,l¡c:, despues ele una
confort. Finalmente, la ausencia de un retrato preciso permite pausl, r antes de Otr.t.
que cada uno conceda :1! modelo los rasgos ele su elección, in-
cluyendo los propios.
11 8
Aft~rtim Job• 1IIJar¿p i p rotfJ!7j•o 119
Síntesis del m e nsaje icónico necesita C(H1Struir un emtnctado relatt\ amente l.trgo y complejo,
A parri r del anáh~is dd mensaJe tcó nico su rge gue la imc::r- a ~u vez po n,tdor (k un:t canttdaJ de tntornuciún, y entonces
pretación de los moti\·os ocurre de la tntermediació n del proce- polt!'emico. En cu,mw ,\ la tmerpretactón Je Lt im~gcn, e~ \'CT-
so de connotació n, (¡ue se Ue,·a a cabo a panir de connotadores Jad que puede onc:mar~e de dtstint.t manera se~ún e~té o no en
d e diverso o rden: usos SOCIOculturales de los objetos, de los lu- reLKtÓn con un mc:ns.t1e ltnguísuco )' según la manera en c¡ue
gares o de las pos ruras; cita r autor refe rencia (el cow-bor de ese mensaje., s1 es L¡uc: exi,te, responde o no ;1 la expectati\ a del
l\.farl boro); tlglfras re tó ricas (el oxímo ro n, la elipsis). Vemos que espectador. t ·.n nuestro casu d nombre de la m:trca 9ue r:íptcb-
es ta inte rp retación, gue depende del saber del espectador r en- mente se perctbe no es par.t nada sorprendente \' o n e nta la lec-
to nces puede variar para orientarse hacia stgni tlcaciones di stin- [U ra del a\'lsn. St, por el cmHrariu, t: l texto inmecliararnente pe r-
tas, se disting ue del puro reconocimiento de los m o tivos gue ce pn ble hubiera sido, pu r cjemplcl: ·'París, 1<J 12", esrá el a ro Lluc
corresponde a la descripción Yerba! de la imagen. Este puro se habría asegurad o el cfecw smprc:sa, ) la Interpretación se
reconocim tento no alcanza para compre nde r el mensaje (¡ue se modt tlca ría un poco.
L
•
t
cons truye con él, pe ro tampoco más allá de él.
Aquí los distintos elementos conlluyen en la asociación de
cie n a idea, este reotipada, de virilidad, de ec¡uilibrio, ele a\'entura,
Otcho esto recordemos t¡ut.: RoL1nd H.trtht:~ •¡-, al distinguir
dife rentes tipns de mensajes en la tm:~gen puhltcnnria, lubía ats-
Ltdo durante t:l análisis cl "mensaje ltngLiísttC<l,. parn eswc!tar
de naturaleza, ele calor y de calma, de perfecto do minio de los lutgo el tipo ele reiacton que.:. plldía mantener ron la "imag.en ··, ,.
t elementos, con cterto ripo de ves time nta, c¡ue podría llevar el c6mo onentab~l l.t lt::ctur.t. Par.t él se prtsent,tn de •s grandes ca-
cow-buy ~ la rlboro )'cualquier h o m bre gue desee atribuirse esas sos de tlgma: ~·a sea L¡ue ti rextu, en relactc'>rl C<lr1 l.t imagen,
cualidadt:s. cumpla una functon de andl!Jt', ya sea L¡ue Cl111tpl.• una functún de
•t
miare.
2.4 E l m e nsaje ling üístico
Todu el mundo es tá de ac ue rdo e n pensar c¡ue el mensaje La functón de andtyi· co nstsrc c n detener es ta "cadena tlu
linguístico es determtnante en la interpretació n de una " ima- tante del senndo" que engend raría la necesaria polist:mia
mensaje lingüístico ,-iene a suplantar carencias expresivas siguiera la vertical descendente de la diagramación, pasaría de lo
de la imagen, tomar su relevo. En efecto, a pesar de la mediano a lo pequeño para termina r en lo grueso. El llamado
riqueza expresiva)' comunicativa de un mensaje puramen- ' 'isual que constituyen el grosor r la masi,·idad de la marca pro-
te visual (la extensión de nuestro análisis da prueba de ello), voca en efecto un primer barrido de la página de abajo para
hay cosas que no puede decir sin recurrir a lo verbaL arriba, luego de arriba para abajo, haciendo pasar la mirada por
Ejemplo de esto resultan las indicacio nes precisas de tiem- el o rden más lógico, de lo grueso a lo mediano, a lo pequeño,
po o de lugar, las indicaciones de duració n, los pensamien- para caer de nuevo en lo grueso. D e esta forma, el procedimien-
tos o las palabras de los personajes. Se recurre a todo tipo to de la repetición explicita, generalme nte utilizado en las imá-
de subterfugios como las imágenes estereotipadas para los genes publicitarias, se hace ac.¡uí por la organi zación del recorri-
lugares (la torre Eiffel = París, Big Ben = Londres, el do de la mirada que, partiendo de un punto, es llevado de nuevo
Empire State Building = Nueva York, ere.), o el uso de a éL
carteles, de calendarios, ele péndulos, etc., para el tiempo. La elección de la tipografía resulta también impo rtante en
En cuanto a "l'vfientras", "U na semana después", etc., las tanto elección plástica. Las palabras tienen, por supuesto, una
historietas nos han familiarizado desde hace mucho tiem- significación inmediatamente comprensible, pero esta significa-
po con este tipo de escnrura de enlace para indicar la dura- ció n es coloreada, matizada, orientada, incluso antes de ser per-
ción, la simultaneidad, o incluso la an ticipación, el " futu- c ibida, por el aspecto plástico de la tipografía (su o rientación, su
ro". forma, su color, su textura), de la m1sma manera que las eleccio-
nes plásticas contribuyen a la stgnificación de la imagen visuaL
El mensaje lingüístico se di,·ide aquí a su ,-ez en tres tipos de Aquí la elección del color negro sobre fondo blanco provoca
1
mens::tjes: una "leyenda": "El inv1erno está cerca, nuestros pun- distimos tipos de asociaciones interpreta m-as. El color de la marca
tos de venta también", una hsta de direcciones; la marc::t Mari- es conocido por todos. En lugar de estar asociada con el rojo y
1 bo ro Classics y una precisión: "Fits tbe 111a1l' con su traducción con el blanco, co mo en los paquetes de cigarrillos, acá se asocia
~!
en francés. Pero ames de analizar el contenido de estos mensa- con el ma uón, con el g ris y con el blanco, lo c1ue constiruye una
jes lingüísticos, detengámonos un instante en su aspecto plásti- especie de declinación visual de la marca, correspondien te a la
co. diversificación de los productos. Pero aquí de m1e\·o el juego ele
lo implícito agrega su significación· hay marrón y no rojo vivo.
L a "imagen de las palabras" Seguimos en los colores cálidos, pero en una variante suavizada,
La diferencia de contentdo de estos mensajes está señalada más terrestre, más de "naturaleza". Deslizamiento de tono (en
primero por la tipografía, el color r la disposición en la página. el doble sentido de la palabra), que se va a atriblllr al productO
Su Jerarquía recíproca está m::trc:1da en la altura r el espesor de m1smo.
las letras: ~.Ita )' gruesa para la m-:~rca, capnalt.:s finas para la le- En cuanto a la elección de la tipografi:~, no rctonn el de la
yenda, pegueñas capitales finas para las direcciones. Esta jerar- m:uo de cigarrillos; sin embargo no es ne utro: son tipos estre-
quía tipogr.ífica no corresponde al sentido de h l..:ctma que, si chos con serif que remiten a una nouón de chsicismo.
-y
•• 122 Martt11e Jo!y 1magrn prototipo 123
••
r rectangular, en oposición a lo~ orcareres sin serif Ésros ,·erbal en la medida en que, si la noción de comparación es repre-
se consideran caracteres ·;modernos" ~9 . La elección de los sentable ,.lsualmente, la de iguahdad es más delicada .
• caracteres es entonces m~IY importante en lo Implícito del Por último, la smtax1s de la frase es interesante ya que utiliza
Conclusión
lmagm prototipo
•• la mesar la silla: para senrarse a la m esa, hacen falca las dos" 11 " 1.
Esta tdea de Godard acerca de la image n y las palabras resulta, a
•
bre de la imagen" en la med1da en c¡ue las rc lacio nt:s imagen/
lcngua jt: son a menudo aborJad,\s o t:n términos de exclusión
•
l. Algunos prejuicios
En efecto es injusto pensar que la 1magen excluye al lenguaje propuesta, ya que se trata de una ptntura y entonces se trata de
yerbal, en primer término porc.¡ue cas1 Siempre va acompañada expresión, más que de información.
por éste en forma de comentanos escmos u orales, títulos, le- Cuando, por el contrario, la tele\'isión muestra una fosa co-
yendas, artículos periodísticos, globos de di:'ilogo, didascalias 1112 , mún en Rumania, a la que llaman Tm1isoara, y luego sabemos
eslogans, conYersaciones, y así infinitamente. ¿Cómo sabemos que no se trata de la fosa común de Tm11soara, entonces la des-
si en una casa la televisión, esa "ca1a ele imágenes", est.'Í encendi- Yiactón es inac;eptable porgue es contrario a la deontología de la
da' Po r su palabre ría constante, más presente aún que en la información. El problema, como vemos, est:'i propuesto por la
radio donde la música ocupa un lugar más importante. En cuanto relación entre lenguaje \'erbal e imagen, no por la imagen sola-
a las im:'igenes fijas sin texru, rompen de tal manera con nuestra mente: si sólo hubiera imágenes de fosas comunes, habríamos
expectativa, c¡ue la lerenda que las acompaña es "sin palabras" o ,·isto fosas comunes, y eso es todo. El hecho de que una imagen
incluso "sin título"... sea mediática o "artística" no es "ni verdadero ni falso" según
declaraba Ernst Gombrich 111'1 a propósito de la pintura. Es la
1.2 Verdad/Falsedad conform idad o la no conformidad entre el tipo de relación ima-
No sólo el lenguaje verbal est:'i omnipresente, sino que tam- gen/ texto y la expectati,·a del espectador lo que da a la obra un
bién es quien determina la 1mpres1ón de '\·erdad" o de falsedad carácter de ,·erdad o de falsedad.
que podemos tener acere·• de un mensaje ,·isual.
Una imagen es en efecto juzgada como "verdadera" o '·fal-
sa" no súlo por lo c.¡t•e representa s1no por lo c1ue nos es dicho o 2. Interacción y complementariecla d
escrito acerca de lo que representa. Si admitirnos corno ,·erdade-
ra la relación entre el comentario de la imagen y la imagen, la El anch•Je, tal como lu ddintó Barthes 111', describe una for-
juzgaremos como verdadera; SI no la admitimos, la juzgaremos ma de interacción imagen/ texto en la cual éste va a mcl1ca r el
como falsa. Todo depende, otra yez, de la expectatiYa del espec- " buen ni,·el ele lectura" de la imagen. E ste tipo de interacción
tador, lo que nos llc:va de nue,·o también a la cuestión de lo puede ele hecho tomar formas muy vari.1das c¡ue necesitan ana-
verosímil, e,·ocada anteriormente. Por supuesto que se puede lizarse caso por caso.
jugar con todos los desnos a partir de dichas expccmtivas. Pero En publicidad encontramos relaciones tmagen/ texto que
una yez más, esos desvíos serán más o menos aceptados en fun- exponen todo tipo de procedimientos retóricos, a menudo d.!
CIÓn de los contextOs d.; e nnunic:•ciún. orden lúdico:
De esta forma, cuando el pintor \'allotron 1113 titula a una pin-
tura tan fuerte y conmoYedura, representando a un hombre y -la nupmsión: "hoy, me.: llevo lo de arriba" cuya función no
t'S tanto la de remitir,, la imagt.n que acompaña este textO
una mujer besándose abrazados en un rincón oscuro de un salón
burgués, ''La mentira", y no "El beso" como pudo haberlo he- sino a una 1magen p0r ,·enir () gue ha~ gL:~ imaginar), ésa
cho Rochn para una de 5us c:scu~wras mús conocidas, nos dcj:~ donde Ll mism.l nin.1 s JL,·:uá !u d.: ab,,jo; el mismo pro-
pens:lli\'OS y afligidos. Sin emb:~rgo acepnmos b interpretación cctil miento se usó p:na un:l publicidad de cen·cza t¡ue se
• 130
i\fartiJu Jofy 1A ima,gm, las pulnbras 131
lanzó con un "por ella doy mi camisa" e¡ ue m vi taba a una aempo por la msmntane1dad. Com.u· una h1storia en una sola
representación visual de ese misteriosa "ella";
Imagen es impos1ble, nuentras c¡ue la imagen en secuencia (tija o
-la alusión: por ejemplo en el "¿grac1as a qu1én?" que acom- ammacla) cuenta con los med1os para construir relates con rela-
paña no sólo a una elips1s v1sual del producto sino tam- Ciones tempor;1les y causales. La foronoYela, las historietas, las
bién a cierta marca; en otro campo, recordemos la ironía películns, pueden contar h1srorias, la imngen úmcn y fijn no.
del célebre "Ceci n'est pas une pipe" (esto no es una pipa) Ya hemo.s \'isto c¡ue una de las preocupaciones del mo\·i-
inscrito por tiiagritte bajo la pintura de una pipa; mienro cub1sta en pintura fue precisamente la de inrroduClr una
-el contrapunto: ·de uso frecuente en la prensa cuando un nucYn relación espacio-tiempo en el cuadro, rompiendo con la
texto da cierta cantidad ele información en torno a una obligación ele la representación en perspectiva r buscando ec¡ui-
imagen símbolo, como el desarrollo sobre el tratado de \':llcmes visua les a la expresión de la temporalid:1d. Pero la ma-
Maastrich, bajo el retrato de Fran~ois Mitterrand al lado
rorÍ:1 de las \·eces será la lengua la c¡ue sustitura esm incapacidad
de la bandera europea. Contrapunto aún más frecuente en que tiene la imagen fija para expresar relaciones temporales o
la televisión, como ha demostrado tl fichel Chion Hl6_ En causales. Las palabras \·,1n a complementar la imagen.
realidad, las \'ariantes de interacción entre imagen y texto
son tan numerosas como entre imagen y habla 10-, mucho 2.2EI símbolo
más estudiadas, en los "medios audiovisuales".
La complementariedad \ erbal de una imagen no es la única
forma de enlace. Consiste en otorg:1r a la imagen una significa-
Nos gustaría insistir, en cuanto a nosotros, sobre la comple-
CIÓn c¡ue parte de ella, sin que por eso le sea intrínseca. Se trata
mentariedad entre imagen y palabra, c¡ue es una forma de inte-
entonces de una incerpremción c¡ue sobrepasa a la 1magen, des-
racción más amplia que las que lu:mos descrito anteriormente. encadena palabras, un pcns:1micnto, un discurso interior, par-
tiendo de la imagen c¡ue le sirve de soporte, pero de la c¡ue al
2.1 E l enlace
mismo tiempo se desprende.
La función ele enlace, tal como la deiinió Barrhes, es una for- Este "complemento" de palnbras puede existi r como tam-
ma de complcmemariedad entre la imagen y las palabras; con- bién puede ser inútil. Es lo <-¡ue sucede con las imágenes simbó-
siste en decir lo c¡ue la imagen difícilmente puede mostrar.
licas r convencionales que buscan expresar nociones abstractas.
Así, entre las cosas difícilmente representables en la imagen Amor, Belleza, Libertad, Paz, etc., tantas nociones c¡ue recurren
fija, están la temporalidad y la caus:~liclad. En efecto, la tratlición
al símbolo y, en consecuencia, a la buenn voluntad Interpretativa
dominante en la representación en perspectiva da paso a la repre- del lector. Ya que un rasgo propio del símbolo (al conrrario de la
sentación del espacio por sobre la del tiempo. Estamos habitua- metáfora), es c¡ue puede 110 interpretarse. Podemos encender la
dos a descifrar lo cercano y lo lejano en el cspac1o. Admitimos b imagen de unn paloma como la 1magen de "la paz", como tam-
existencia de panmllas \·isuales, un1 tnontaña, un;¡ cortina, c¡ue bién podemos \·er sólo la imagen de una palonu. Las imágenes
por su supuesta proximidad nos ocultan lo gue hay detrás ele ellas. pueden enwnces recurrir a una complementariedad ,·erbal alea-
Esto obliga a la imagen fija a abandonar la representación del torn, t¡ue no por ello les impide ,-ivir.
¡ ~?
J~ lA Ú11agm, las palabras 133
Un ejemplo de este tipo de complemenrariedad es particu- imagen en general, puede tener una función gue la trasciende y
larmente perceptible en la historia de las pinturas que llamamos requiere del lenguaje para existir plename nte.
" ~ 'anilés". Pocas ,·eces la fuerza simbólica y con\'encional de la
representación ,·isual estuYO tan acti\'a. Ahora bien, este fenó- 2.3 Imagen / imaginario
meno resulta tanto más interesante e n cuanto estas pinturas, La complementariedad de las imágenes y de las palabras re-
altamente sirnbólicas, eran intensamente realistas: naturalezas side también en el hecho de que se alimenta n unas de ot ras. No
muertas, trofeos de caza, bouguets de flores campestres, pirá- ha)· necesidad de una copresencia entre imagen y texto para c1ue
mides de frutaS )" \·erduraS, eStOS cuad rOS CaLISan admiración este fenó meno exista. Las imágenes engendran palabras c1ue
por el realis m o casi ilusionista de la pintura, llegando much as encrcndran
1::>
imágenes • en un mo,·imiento sin tin.
~
veces hasta el lro111pr-l'oeif un clm·o, una mosca, la punta de un Las imágenes se alimentan dt: imágenes: Je esta forma pode-
hilo, allí en el cuadro mismo, piden c1ue los cacemos o los tome- m os encontrar películas que cuentan hi sto rias de cuad ros u de
mos. D elante de la suavidad de las telas o d e las pieles, de la fotog rafías. La publicidad misma está llena de citas de o tras imá-
trans parencia de los cristales r de las gotas d e rocío, estamos, genes, de otras publicidades, de o bras de arte, de imágenes d e la
como los famosos pájaros engañados por la pintura de Zeuxis, televisión, de imágenes científicas, etc. La rele,·isión a su \"CZ
pro ntos a tomar las frutas, a o ler las flo res, pro bar esos ,·i nos de representa otras imágenes más allá de las propias, pintura", imá-
color frambuesa. Ahora bien, a pesar ele In adm iració n que pro- genes d e síntesis, forografía: estas evocaciones, estas citas, estos
,·ocan, ya no sabemos lee r esos cuadros como se leía n en los d csYíos permanentes hic ieron posibk p ensar gue la mugen
siglos X\' r ~\'1. Al rele,·a r a la pintura religiosa, esta pintura pro- m cdiática ya no remiúa a nada real si no a ella misma, que cons-
fana tlamenca que rep rese nta " naturalezas muertas" tenía como tiwía un Llni,·erso aurorrt:fcrene~al.
funetó n lle,·ar al espectador a una m editació n espiritual y reli- Péro allí también están l:l.s palabras CJUt nos prueban haq1.
giosa sob re la vida r la muerte, el bien )' el mal, lo e fíme ro y lo c1ué punto las imágenes pueden alimenrar la Imaginación. Las
eterno. Cada m o tiYo icónico del cuadro tenía una signi ticación 1múgenes, las h isto rias de imáge nes o las obras de arte son a
segunda, codificada de tal manera que los espectadores de la menudo un gran desencadename de ticciones litera rias que las
época leían el .cuadro "como un libro abierto": el te ma de la utilizan y las ponen en escena. El delirio y los sueños en la G'ra-
! mosca o de la gota de sangre significaba el mal y la muerte, la dit•a de Jense n 11)9, La [.. í:nus Je lile 110, E/ rrtrato de 1)urian G'ray 111,
perdiz el exceso, la garza o el cisne con las alas desplegadas el por citar algunos, son ejemplos famosos de textos profundos y
¡1
103 llenos de "encanto" (cbarme) cuya intriga tiene como puntos de
1 Cristo crucificado . Este tipo de pinturas y esta lectura codifi-
cada fueron perdiendo su significaetón progresi,·amenre a tr:l.- partida un bajo relieve, una esta tua, una pintura: " imágenes".
,·és de los siglos para conYe rti rse sólo en m otiYos o en temas de Recordemos que hasta el siglo XVII la palabra "chari/Je'' (carmn:,
inn:stigació n, en especial en la plástica. en !aún) tuvo el sentido de "fórmula nüg¡c:1.", o clt: "canto mág:-
Sin embargo, este ejemplo nos re5ulta extremadamente rico co", pro\'ocando embrujo, hechizo, magnuismtJ e ilusión ...
porgue muestra hast:t t1ué punto la ·'semejanza'', (jUe a menudo La imagen fotográfica f.\\'o rece este mccamsmn y a menudo
pretendemos c¡ue represente una tinaliclacl en l:l pimura o en la encontramos historias de fotogra fías, tanto en películas como
11
134 Martine Jo!J• La imagen, las palabras 135
en novelas. No se trata entonces de algo azaroso sino del peso extraño, en un tiempo que ya no era el suyo. Ha encendido
específico de la imagen fotogrática. también que estaba evocando unos fantasmas, que intenta-
A partir de un ejemplo preciso, el análisis de las palabras ba arrancarles, con la innoble estratagema de la química,
inspiradas en la fotografía nos mostrará cómo La teoLÍa nos per- una complicidad coaccionada, un equivoco compromiso
mite entender por qué la focografía, más que cualquier otra ima- c¡ue ellos, ignorantes contrayentes, suscribieron con una im-
gen, puede engendrar el sueño y la ficción. provisac;la pose entregada a un fotógrafo de entOnces. ¡Tur-
bia virtud de las instanténeas! Sonríen. Y ac¡uella sonrisa es
2.4Acerca de u na fotografia ahora suya, aunc¡ue ellos no lo quieran. La intimidad de un
Se trata de un pasaje de la n ovela La línea del horizonte de instante irrepetible de su vida es suya ahora, dilatada en el
Antonio Tabucchi, donde el personaje principal, Spino, intenta tiempo y siempre idéntica a sí misma; y visible infinitas ve-
descubrir la identidad de un muertO a partir de una fotografía ces, colgada goteante de un cordel c¡ue atraviesa la tocina.
que le extrajo de su billetera: Un arañazo, que la ampliación ha aumentado de forma des-
mesurada, lacera diagonalmente sus cuerpos y su paisaje.
En casa ha dispuesto los instrumentos en la cocina, para ¿Es el arañazo involuntario de una uña, el inevitable des-
trabajar con mayor comodidad que en el cuchitril donde gaste de las cosas, la huella de un metal Qlavcs, reloj, encen-
tiene el cuarto oscuro. Por la tarde se había provisto de dedor) con el cual aquellos rostros han convivido en bolsi-
reactivos y había comprado una cubeta de plástico en la llos y cajones? ¿O bien es la señal voluntaria de una mano
sección de jardinería de unos grandes almacenes. Ha colo- c¡ue c¡uería eliminar ese pasado? Pero ese pasado, de todos
cado el papel sobre la mesa de comer subiendo al máximo modos, está aho ra en otro presente, se ofrece a pesar suyo
el caballete de la ampliadora. Ha obtenjdo un recuadro a un desciframiento. Es la galería de una mo<.lesta casa de
luminoso de treinta centímetros por cuarenta y ha intro- suburbio, las escaleras son de piedra, en torno al arc¡uitrabe
ducido el negativo de la foto contactO que ha hecho foto- crece una fatigada enredadera c¡ue ha abierto campanillas
grafiar de nuevo en un laboratorio de confianza. claras; debe de ser verano: la luz parece deslumbrante y los
Ha impreso toda la fotografía, dejando encendida la am- fotografiados visten ropas livianas. El rostro del hombre
pliadora unos segundos más de lo necesario porque la foto tiene una expresión sorprendida, )' al mismo tiempo indo-
contacto estaba demasiado clara. En la bañera del revela- lente. Viste una camisa blanca con las mangas subidas, está
dor parecía que los contornos se resistieran a perft.larse, sentado detrás de una mesita de mármol, tiene delante de sí
como si una realidad lejana y pasada, irrevocable, fuera rea- un jarro de cristal en el que hay apoyado un periódico do-
cia a ser resucitada, se opusiera a la profanación de ojos blado por la mitad. Sin duda estaba leyendo, y el improvisa-
curiosos y extraños, a despertar en un contexto que no le do fotógrafo le ha llamado para hacerle levantar Jos ojos.
pertenecía. Ha notado que ac¡uel grupo familiar se negaba a La madre está asomando por el umbral, apenas ha entrado
volver a exhibirse en el escenario de las imágenes para sa- en la fotografía y ni siquiera se ha dado cuenta. Ueva un
tisfacer la curiosidad de una persona extraña, en un luP"ar
o delantalito de flores, el rostro flaco. Todavía es joven, pero
136 Martine Jofy l..a imagen, las palabras 137
jarro, onduladas a causa del agua, las letras del periódico de una alucinación, gué podemos considerar \'erdadero, c¡ué sa-
semidoblado que el hombre tiene delante dicen: Sur. Se bemos de las cosas y de h im:~gen de las cosas:>
siente emocionado y se dice: Argentina, estamos en Ar- r~n nuestro ejemplo, Sprno busca indicios c1ue pucd<n d:~rle
gcntina, cpor c¡ué me emociono?, ¿-.1ué tiene 'lue ver "\r- inform.1crón sobre el muerto, d:~rle d~1tos sobre esta persona
gentin:t? Pero altora s.1bc lo lllle cst:ín cont~tnplanc.lo los (aumentar su Ja/Jeracerc1 ele ella), probar su iclentichd, en sínte-
ojos del chico. A espald:1.s del forógr.lf<'l, inmersa en la !'is, rrl'l'ltir algo c¡ue lo conduzca lucia la ¡·ertlad en su búsc¡ueda.
138 Martinr Jo!J !.LJ imagen, fas palabras 139
¿Por qué se plantea tantas preguntas, r preguntas fundamen- cambio, está obligatori;~mente- frente a su modelo, la imagen está
tales (saber, conocimiento, verdad) en corno de la fotografía? automáticamente terminada en el momento mismo en (¡ue se
¿Por qué reahzadores, escrirores, eligen pe::rsona1es que se fasci- aprieta el disparador, ese "momentO decisivo" como lo llama
nan con l;~ forografía? El texto de Tabucch1 propone una serie Cart1er-Bresson; pero esm imagen única es, al re,·és c.le la pmrura
de respuestas a estas preguntas. o del d1bujo, reproducible mecánic;~mente e indefinidamente
En efecto este texto contiene todo tipo de observaciones multiphcable. Lo que plantea todo el problema de la unicidad de
que corroboran algunas reflexiones teóricas, en esta oc;~s ión en la obra de arte sobre el cual reflexionaro n filósofos como \'\'al-
relación con la imagen forográfic;~. De esta forma, en La cámara ter Benjamín 113 o artistas como Andy \'Va rhol.
lúcida, al guerer terminar, él también, con el "secreto" de su es- El carácter único de este encuentro implica también una ac-
pecificidad, Roland Barthes expone como prt:ámbulo ciertas titud es pecífica frente al mundo, a las cosas, al tiempo y al espa-
constataciones, aparentemente evidentes, pero gue resultan muy cio. El carácter de registro mecánico del mundo (1ue constituye
útiles para el análisis: distingue primero las distintas prácticas el acto fotog ráfico tiene dos consecuencias principale::s: prime-
que implica la fotografía, a saber tres: "el hacer", gue concierne ro, desde su aparición, se consideró a la fo togra fía como una
al opn"OIOt; " el mirar", gue concierne al specta/01; "el experimen- copia perfecta de lo real, una mimuis perfecta (dejando ele lado
tar", que conc1c::rne al spectrum. su parte de convención y de construcción sobre las (1ue hablare-
Estas tres pr:ícocas, gue se pueden e1ercer alternaovamente, se mos más tarde), y entOnces, segunda consecuencia, como un
represenran en el texto de Tabucchi con tOdas sus unplicaciones. lulimonio utilizable por ejemplo para encontrar personas, inclu-
Pnmero el " h;~cer" ;~ce rc;~ del c u;~l podemos obsen·ar aguí so para ejecutarlas (como hizo Thiers con los pobres comune-
dos aspectos: el hecho de I0111t1r una fotografía y el hecho de ros que fueron fotOgrafiados en las ban icadas). Volveremos un
duarrollélrla. T.a wma de la fotografía se evoca con obcn·acioncs poco más adelante sobre el carácter testimonial de la fowgrafía
mies como: "una improvisada pose entregada a un fotógrafo de pero está claro que el héroe de Tab ucchi, en su búsqueda, le
entonces" ... "Sonríen. Y aguella sonrisa es ahora sura" (~· más reconoce estas dos caracterísucas y gue se basa en ellas para
del fotógr;~fo). " La intimidad de un instante irrepetible" (el de la intentar encontrar algo relacionac.lo con d muerto.
" instantaneidad") o más aún: la "mirada" del niño "se pierde Por otro lado, el carácter único e instantáneo del encuentro
más allá del objctiYo" ... Lo que subrayan estas observacio nes fotográfico da al fotógrafo, en el momento en c1ue se toma la
consti tuye uno de los primeros fundamentos del "acto fotográ- foto, un aspecto de predado r que " toma" a alguien o algo como
fico 112, a saber, que obligatoriamente es el result;~do de un en- si se tratara de una presa.
cuentro, de una co-presenci;~ entre el gue toma la fotografía y el F inalmente, ya que el encuentro es único e instantáneo po-
que es retratado y que, ;~demás, este encuentro se hace en un demos todavía decir que, en el instante mismo en que:: se toma
momento irrepetible e instantáneo. El pintor, el cllbupnte, pue- la fotografía, el objeto o la persona desaparecen. Desde este
den separarse de s.u modelo y dedican tiempo a elaborar la im;~ punto de vista, la fotografía relama el mito de Orfco: .Eurídice
gcn final que será única; al menos en la trad1ción de la obra de se desmaya en el preciso momento en que Orfeo se da vuelta
arte como producción "única" ) "onginal". El fotógrafo, en para ,·erla. ··~ [uerta por ser \'Jsta: así cualguier falO envía para
••
J J
11
siempre su objeto al reino de la s tinieblas" 11
.¡. l\ [ás tarde, una deci r entonces, con Phitippe Dubois ', que si una foto puede
vez que se re,·e la la foto, lo que e11la representa ya habrá eJes- cons ide rarse una " prueba de e.\.Útmcia", no por ello puede con-
aparecido desde hace tiempo. siderarse una "prueba de smtido'', lo que re lam•tza senamenre el
Pero vea mos precisamente lo que nos dice T abucchi acerca carácter tesumomal de la fom del que hemos hablado amerior-
del segu ndo aspecto d el " hacer'' de la foto, el del reYelado, don- m cnte y que no impide que a menudo la utilicemos como tal, y
de la imagen es reL•elada. E l término mismo d e " re\ elación" nos en casos tan dramáticos como la roma de rehe nes, por ejemplo.
demuestra hasm qué punto esperamos una ''verdad". Todo el Pero Spi no no sólo es opera/oren este momento de la noYda,
pasaje dedicado al revelado propiamente dicho, desde: " Po r la es también spectalot~ mira, incluso exami na esa forografía. Y lo
tarde se había pro,·isto d e reac tivos" has ta " la loto co ntacto c.1ue se le ocurre cuando contempla a ese "grupo fam1 Liar", es
esraba de masiado clara", enumera las mampu laciones necesa- primero que se trata de una " realidad lejana", t¡Lte ''se exhibe de
rias pa ra ob ten e r l::t image n final y, en particula r, las que aYalan la nuevo", c¡ue "aquella sonrisa es ahora s uya", que "su \'ida se dil a-
to m a: " reac tivos, c ubeta de plástico, papel, e l caba lle te d e la ta en el tiempo, siempre idéntica a sí mis ma; y visib le infinitamen-
ampliadora, tiempo de exposició n". Sabemos que todas estas te". Otch o de otra manera, distingue e ntre la prese ncia de la foto
operaciones responden a toda una serie ele elecciones y d e mani- y 1.1 ausencia de lo que representa, una re fl exión sobre el tiempo
pulaciones h echas antes de la coma: elección del sujeto, de la ~- en particular sob re el pasado. Aho ra bten, jus tamente al tratar
película, del lente, del tiempo Je expostción, de la apertura del de retlexionar sob re aquello Llue lo fasci naba en Lt contempla-
dtafragma, etc. A todas estas elecciones hay que agregarle las ción cie cten as fomgrafías, Barthes descubrió L¡ue es lo c¡ue hace
c¡ue se hacen e n e l momento mismo de la toma: encuadre, ilumt- c.¡ue b fotografía sea una imagen fundamentalmenre diferente d.:
n,lción, pose del modelo, angulo de la LOma, e tc. a las que Ta- bs otras imágene~: la fotografía propone la doble conjunción
bucchi hace alusion un pocu despu~s. cu.tndo describe la foto- entre rt.'tl!tdath pc~iado, lo que ell,t representa estu\'O .1llt. Es lo e¡ u e
g ra fía obtenida y e n particular al pec1ueño perro: "E l o jo del Ba1thes llamo el "N!o ha stdo''. Realidad nu sólo pfm¡ue tuYo c.¡ue
fotógra fo, ig no rante d t: su presencia, lo ha p illado por casuali- ex is Lir la copresencia de La quera hablamos, sino sobre todo por-
dad en el en cuadre, y en la fotografía tiene la cabeza co rtada". c¡ue la fotografía es la huella misma de lo c1ue representa: la luz
T odas estas elecciones, mdas estas manipulaciones son la prue- emitida por el objeto o la persona foto¡;rafiados es lo que n a
ba de que una fotogtafía Se COIIJIJ"lf_}'i! }" por lo tantO también SU impresionar la pclícul,t r a degradar en ella el nitrato de p lata.
significación. Si Lt existencia de lo que se tom6 en la fotografía El s ujeto fotografiado "tocó" la p eltcula por medio dL los
es innegable (lo que romé en la fotografí,l ... stu,·o nt:cesariamen- rayos luminosos ll ue emanaban de el; b 1m:1¿en existe porL¡ue
te ddante de mi c\mara, dejando de lado la:. foros trucadas), en hubo contigüid,td fíc;ica; es la emanación mism:-~ de un pac;:-~do
cambio lo que signi ti ca la fotografía, su sentido, se construye ele real. Es en verdad magia. Po r tal raz6n, con aruda de la semcj,ln -
manera totalmente com·encion,d y cultlll al a tr.~vés de todos es- 7.,1, con gusto tomaremos a la r-otografi1 LOI110 al ser mismo, n
ros parámetros. L:-~ fotugc1fía de una mism.1 p e:·sfJna en una foto como una parte dd ser mismo, y se la rrat:u:1 de maner" fetici 1b
carn et, en un~1 foto famili:n, una fom de m '~da, un.1 fot() de ta como se ll'tcc a menudo con las fotos de los en,mwndos <J de
prensa o una foto "anÍ<;tic.~" no significar:i 1,, n 1!S1:10. Pudcu1os l.ts pe rsonas dtsaparecidas.
142 ,l,fartint Jo!r LA i111agm. las palabras 143
Po r o tro lad o, si lo real estu,·o, cosa que ya no es, la fotogra- que Spino o el fo tógrafo de Bl01v up ,.i,·an com o Barth es y como
fía se co nvierte en tonces en el sig no mismo de c¡ue somos mo r- nosotros mismos "en la ilus1ó n de que basta exarmnar una fo to-
ra.les. Emo nces, un nuevo d em ento de fascinació n aparece, el g ra fía para encon tra r lo gue hay detrás, para encontrar al ser
del vínculo entre la forografía }' la muerte. La fo ro es la presen- entero". Al buscar saber, m1ramos las fotogra fías "con la es pe-
cia de alguien que de tiniti \·am ente está ausente (en un lugar ex- ranza loca y va na de descub rir la verdad" ll(•.
traño, en un tiem po que ya no era el su~·o) y que ~·a nunca será También comprendem os me jo r po r C.]ué esta image n " lo ca",
así: lo mar una foto es "em balsamar" a alguien, " acostarlo" so- alucinato ria, es particularmente apropiada para d esencadenar
bre el papel, intentando en va no " resucitar fantasmas", " inmo r- roda ti po de imaginació n: lo que le sucede a Spino, que creerá
tali zados". "Con la fo to, nos dice Barthes, entramos en una esc uchar inte rio rm ente a un niño (¿él mismo?) {.¡ue llama al pe-
muerte llana." En el doble semido de la palnbra: banal y plana. rri ta de la fo to : "Bizcocho, Bizcocho ...".
Es po r eso que, al hablar de e:pmimntar la fo togra fía, Barthes
nos habla de Jpectnmr. en el mo m ento en que me dej o to mar una 2.5 E l pode r d e las imágen es
foto me vuelvo un espectro, una sombra. Es parecido a un título que Lo uis t-. farin eligió para su último
É s te es el último aspecto de la práctica fo togrática c1ue T a- trabajo 11 7, ded icado a la reflexión sobre la imagen y ~u poder.
bucchi e\·oca en el mom ento del re,·e lado de la fo tografía: sufre En efectO, el teó rico del arte propo ne detinir la imagen a partir
po r ese "grupo fa miliar" "cuyos conto rnos se resisten a pe rtilar- de d icho poder: "al examina r sus \'Írtudes, sus fuerzas latentes r
se", negándose a exhibirse de nuevo, "dctimas inocen tes" de la manitiestas" m ás que su ser. " El ser de la imagen, e n una pala-
"curi osidad de un ex rrar1o". T abucchi presta a la imagen que se bra, sería su fuerza." Y esta fuerza, po demos ana lizarla, leerla en
revela do lo rosamen te e l sufri m iento q ue po demos ex perimen- los texros " que llamamos desde hace algunos siglos li te ratura" .
tar cuando nos dt.:Jamos fotog rati ar, cuand o nos de jamos "ro- "La image n atra\' iesa los textos y los cambia; los tex tos se trans-
mar" : delante del objeuvo, nos dice Barth cs, soy un SuJeto c¡m: fo rm an, atra,·esados po r ella 11 H."
se \'uelve o bjeto, "soy al m1smo tiem po el q ue me c reo, el q ue Así, el análisis del texro de Tabucchi r el tra tamiento que le
quiero que crean que soy, el que el fo tógrafo me cree r del cual hace seguir al fo tógrafo po ne e n evidencia toda la sutileza r la
se vale". E sta utili zació n indiscreta de la imagen d el o tro es lo fuerza de su naturaleza, co m prendida entre la huella, el tiempo,
que a fecta a T abucchi; presta a su personaje Spino la 1mpresión la m uerte, la seme janza r la com·enció n. Circularidad c¡ue siem-
de que " intem aba arrancarles, con la innoble es tratagema de la pre está prese nte e n la image n, pero c¡ue puede retrasa rse en
química, una complicidad coaccio nada" )' lo hace sentir a dis- cualc¡uiera de sus e tapas dependiendo del sopo rte, la técnica o el
gusto o bservando "esa vida, colgada gotea nte de un cordel que co ntexto.
atraviesa la cocina". Las imáge nes cambian ento nces los textos, pero los textos, a
D e esta fo rm a vemos que T abucchi, al desc ri bir la escena su vez, cambian las imáge nes. Lo gue leemos o entendem os acer-
aparentemente banal del revelad o de una fotog rafía, pone en ca de las imágenes, la ma ne ra en c.1ue la literatura, la prensa, la
evidencia su po der de fasci nació n a través de la evocació n de las señalizació n se las apropian, las trituran y las prese ntan, de ter-
distintas prácticas a las c1ue da lugar. No es extraño entonces m ina necesari amen te el enfoq ue c¡ue veremos ens~.:guida.
- --·
Afartinr Job· LA imagen, las palabras 145
144
~
tamos constituidos más b:en por n.:cuerdus de im{tgenes a los
que la experiencia nos remite que por recuerdos de experiencias
a los que las imágenes nos remiten. Qutú sólo los teóricos se
ofuscarían por esto.
l
Conclusión general
1·
l
148
N. 13.. el índ1ce remite sólo a los pasaJeS en los que se desarrollan las nocio-
nes.
análisiS tcxrual 69
analog1a 35, 40, 41, 43, 80, 82, 83, 92, 158
an:1morfusis 29
:mcla1c 1 19, 122, 129
campo lOO
color 73, 11 O
complemcnrariedad 129
composiCIÓn 7 2, 73, S 1, lli6
comuniC:ICIÓn 61, lí2, 63, 67
connotaCI<in H1, 90, 91, 11H
cons1gnas de k ctura 68, 69
construcción ax1al 107
construcción focali7.ada 107
construCCI(Ín secuencial 107
contexto 68, 69, 76, 97
ccmu~:uicl.ld 35, 40, 87, 90, 96, 114
com·enc1ón 40, 45, 57
dmotac1ún 81, 91 J
desconcexruali7.aCIÓn 71
diagrama 42
fJ
ejes pl:isncos 72, 74 ,.}
elips1s 117, 118, 123, 130
encmdrt: 101
tnlace 119, 130
c:sceno~rafía 11 'i
~
11