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I.- INTRODUCCIÓN:
II.- CONTENIDO
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HEMISFERIOS CEREBRALES Y EMOCIONES
Siguiendo a Néstor Braidot2 se admite que gran parte del comportamiento humano
deriva del hemisferio derecho. El ser humano percibe miles de cosas y hechos
alrededor suyo en cada a minuto, pero sólo es consciente de un pequeño porcentaje
que queda bien grabado, el resto entra fugazmente en su cerebro sin dejar ninguna
impresión. Si algo de esta información del entorno es lo suficientemente llamativa,
puede crear una respuesta emocional instantánea en el hemisferio derecho aunque no
sea suficientemente importante para generar una percepción consciente en el
hemisferio izquierdo. Estas semipercepciones son las responsables de esas
repentinas y extrañas irritaciones involuntarias, o de las inexplicables melancolías
circunstanciales que el ser humano tiene de tanto en tanto.
Es interesante analizar en este punto que en general las personas rara vez admiten
que han tomado una decisión arbitraria. “En conocidos experimentos se le dio a elegir
1
BRAIDOT, Néstor (S/A). Neurociencia aplicada a la toma de decisiones, aprendizaje y
comportamiento. P.6-7-8. Recuperado el 25 de setiembre del 2013 desde
http://web.usal.es/~nbraidot/neuropaper/neuro1espanol.pdf
2
Nota del autor: Néstor Braidot es Profesor de la Universidad de Salamanca-España.
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a un grupo de mujeres medias de nylon dentro de un conjunto de medias. Cuando se
les preguntó las causas de la elección que habían hecho todas las mujeres dieron
razonadas, sensatas y detalladas explicaciones relacionadas con las diferencias en los
colores, la textura o la calidad del material sin darse cuenta que todas las medias eran
idénticas. Las razones para elegirlos eran en realidad racionalizaciones construidas
para explicar un comportamiento emocional no explicable racionalmente.”3 Es decir,
cuántas veces las personas dan explicaciones racionales a ciertos comportamientos
irracionales; incluso a sabiendas que se están engañando sí mismos.
3
GAZZANIGA, Michael (1992). Nature´s Mind: The biological roats of thinking, emotions,
sexuality, language and Intelligence.. Harmonsdsworth, Penguin Books.
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CONDUCCIÓN DE LAS EMOCIONES
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LE DOUX, Joseph (1996). The Emotional Brain, Simon and Schuster, Nueva York.
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Ver el concepto de percepción a través de la imaginación.
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dentro hacia afuera las emociones y no quedar a la deriva de las influencias externas.
Sin embargo, el control consciente sobre las emociones es muy leve pues el tráfico de
información del cerebro favorece la predominancia de las emociones. Aparentemente
tenemos, como en los colores un conjunto de emociones primarias presentes en casi
todos los seres vivos de cierta complejidad: aversión, miedo, enfado y amor de padres.
A las emociones primarias no les hace falta conciencia.
De todas formas es importante reconocer junto con LeDoux que el control consciente
sobre las emociones es limitado pues la arquitectura del cerebro favorece a las
emociones y las conexiones desde los sistemas emocionales hacia los cognitivos son
más abundantes que las que van en sentido contrario: Es importante la observación de
que se genera mayor volumen de tráfico neural que asciende del sistema límbico que
el que desciende de la corteza. Esto significa que desde el punto de vista neuronal la
parte emocional del cerebro tiene más poder para influir en la conducta que la racional.
NEUROCIENCIA DE LA VIOLENCIA6
6
HURTADO GONZÁLEZ, Carlos y SERNA JARAMILLO, Adriana (2012). Universidad de
Salamanca. Neuropsicología de la violencia. Neurociencias – Psicobiología. Recuperado
el 27 de setiembre del 2013 desde http://www.psicologiacientifica.com/neuropsicologia-
de-la-violencia/
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enmarca en el comportamiento antisocial que viene precedido por una alteración en la
amígdala y el hipotálamo, generando, de esta manera, una reducción en la actividad
reguladora frontal que conlleva a que estos sujetos no presenten un adecuado
procesamiento de la información y que su toma de decisiones esté sujeta a los
estímulos amenazantes.
Por otro lado, Gil Verona et al. (2002) manifiestan que las conductas agresivas se
encuentran relacionadas con una alteración o inhibición de síntesis de la serotonina,
los autores argumentan que un número de agentes sociales estresantes como el
maltrato y el abuso sexual suelen disminuir los umbrales biológicos de la violencia, los
cuales se encuentran relacionados con disfunciones del sistema de serotonina y
dopamina. Lo anterior lleva a inferir, sin necesidad de generalizar, que el ambiente en
el que se desenvuelve el sujeto tiende a ser un factor predisponente o de influencia
para adquirir ciertos comportamientos agresivos.
Por otro lado, Rudebeck, Bannerman y Rushworth (2008) manifiestan que un daño en
la corteza frontal ventromedial (VMFC) va a generar cambios a nivel emocional, así
como en el comportamiento social; daño que se encuentra relacionado con la violencia
e inadaptación en diversidad de contextos. Los autores argumentan que los sujetos
con este tipo de daño no procesan de manera asertiva los estímulos que están en su
ambiente, asociando una posible disfunción en la corteza orbitofrontal, la cual también
se encuentra relacionada con la agresión y la emoción, sin embargo, los autores
manifiestan la necesidad de tomar estos datos con precaución, ya que no hay un papel
claro de la corteza orbitofrontal en el procesamiento de la información emocional.
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Alcázar, Verdejo y Bouso (2008), quienes manifiestan que hay una reducción del 11%
de sustancia gris. Asimismo, los investigadores encontraron que la afectación del
hipocampo puede conllevar a generar conductas violentas, debido a que hay un
mecanismo de inhibición que no procesa la información de manera adecuada,
generando de esta manera una disregulación en el control de impulsos, manejo de las
emociones y el razonamiento moral. En esa misma línea, los autores dan importancia
al córtex prefrontal izquierdo por su posible relación con el comportamiento violento,
anudado esto a una posible hipótesis de las neuronas espejo que, según los autores,
se encuentran relacionadas con el lóbulo de la ínsula.
III.- CONCLUSIONES
-El control consciente sobre las emociones es limitado pues la arquitectura del cerebro
favorece a las emociones y las conexiones desde los sistemas emocionales hacia los
cognitivos son más abundantes que las que van en sentido contrario.
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IV.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Athene, K.W, Mattew, J, Fulwiler, C and Gansler, D.A. (2011). Neural Correlates of
Impulsivity Factors in Psychiatric Patients and Healthy Volunteers: a Voxel –
Based Morphometry Study. Brain Imaging and Behavior, 5, 52 – 64. doi:
10.1007/s11682-010-9112-1
LE DOUX, Joseph (1996). The Emotional Brain, Simon and Schuster, Nueva York.
YANG, Y, RAINE, A, BO HAN, C., SCHUG, R.A, TOGA, A.W and NARR, K.L. (2010).
Reduced Hippocampal and Parahipocampal Volumes in Murderers With
Schizofrenia. Psychiatry Res, 182, 9 – 13. doi:
10.1016/j.pscychresns.2009.10.013.
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