Estimado lector:

El Consejo Editorial de Cuadernos de Energía tiene el placer de presentarle el cuaderno número 27 de nuestra colección que, como cono-
ce, pretende informarle de la situación actual y probable evolución de la energía y las tecnologías que se aplican en su producción, trans-
porte, distribución, comercialización y consumo.

En esta oportunidad, encontrará interesantes artículos de prestigiosos profesionales que tratan los acontecimientos más relevantes del últi-
mo trimestre, como refleja en sus reflexiones Don Iñaki Garay, así como las consecuencias previsibles para el sector de la energía de la
entrada en vigor, el pasado 1 de diciembre, del Tratado de Lisboa, que son analizadas por Don Pablo Benavides.

La Conferencia de Copenhague ha supuesto un paso adelante hacia la consecución de un acuerdo político vinculante que limite las emi-
siones de gases de efecto invernadero. Las conclusiones de la Cumbre y las reflexiones sobre el grado de cumplimiento de las expecta-
tivas generadas por su celebración son desarrolladas por Doña Teresa Ribera, protagonista destacada de la Conferencia.

También Don Carlos Pérez de Bricio nos expone su visión sobre el presente y futuro de la energía, tomando como referencia la confe-
rencia que pronunció con ocasión de la entrega del Premio Energía y Sociedad Victoriano Reinoso, que le fue realizada el pasado mes de
noviembre.

Por su parte, el Rector de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, Don Juan A. Gimeno Ullastres, que pronunció la Conferencia
Magistral de Inauguración del Curso Académico, comparte con usted sus reflexiones sobre la actual crisis económica.

Los desafíos a los que se enfrentan las diferentes categorías y tecnologías energéticas son analizados por Don Victorino Alonso, Don Javier
Anta, Don Félix Gomez Cuenca y Don Mariano Marzo. Asimismo, encontrará en la lectura de este Cuaderno un interesante análisis de los
profesores Aliff y Terzic, que exponen las distintas perspectivas del riesgo que tienen las empresas de suministros y los reguladores.

El cuaderno incluye también el documento Tendencias del Sector Energético que, elaborado por Deloitte analiza las tendencias del sec-
tor energético a nivel global para este año que acaba de comenzar. Con una metodología basada en entrevistas con clientes, analistas del
sector y los profesionales más cualificados en el área de energía de las firmas miembro del grupo, pretende integrar un conjunto amplio
de puntos de vista y datos para solicitar un debate y aportar información sobre posibles alternativas de superación de los retos a los que
se enfrenta el sector de la energía.

Por último, nos permitimos llamar su atención sobre el documento Políticas Energéticas y Sostenibilidad: El Reto Europeo que, fruto del
trabajo de un numeroso grupo de relevantes ejecutivos y representantes de instituciones, fue entregado el pasado 14 de enero al Presi-
dente del Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea, Don Miguel Sebastián. Dicho documento recoge las principales preocu-
paciones de la industria y sus recomendaciones para la superación de los desafíos a los que el mundo de la energía se enfrenta en nues-
tros días.

El Consejo Editorial desea que la lectura de esta publicación resulte de su interés.

Índice
Resumen de la pronunciada en la jornada Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climatico
Teresa Ribera Rodríguez. Secretaria de Estado de Cambio Climatico
del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino. 5

Una visión del presente y futuro de la energía

Carlos Pérez de Bricio. Presidente de Honor de CEPSA 8

Síntesis de la conferencia pronunciada en la Inauguración del Curso Académico

Juan A. Gimeno Ullastres. Rector de la UNED 11

La energía y la presidencia Española de la Unión Europea

Pablo Benavides Salas. Embajador de España y antiguo Director General
de Energía de la Comisión Europea 18

El sector del carbón en España (2010-2018)

Victorino Alonso García. Presidente de Carbunión 23

La Paridad de Red fotovoltaica en España

Javier Anta Fernández. Presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF) 30

Políticas Energéticas y Sostenibilidad: el reto europeo.

Documento de conclusiones del encuentro empresarial celebrado en Sevilla el 14 de enero de 2010
y organizado por el Club Español de la Energía 35

Un análisis comparativo de diversas proyecciones contemporáneas sobre el suministro global de petróleo a largo plazo
Mariano Marzo. Catedrático de Recursos Energéticos. Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona 46

Biocombustibles
Félix Gómez Cuenca. Subdirector de Calidad de Productos, Compañía Logística de Hidrocarburos CLH, S.A 49

Europa, en fuera de juego

Iñaki Garay Zabala, Director de Redacción de Expansión 60

Distintas Perspectivas. Un riesgo considerado importante por las empresas de suministros

puede no serlo para los reguladores y viceversa
Gregory E. Aliff, Branko Terzic 63
Conferencia de la ONU sobre el
Cambio Climatico: Primeras
Reflexiones
Teresa Ribera Rodríguez
Secretaria de Estado de Cambio Climatico del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino.
E n una primera valoración de la Cumbre
de Copenhague, realizada en la mañana
del 21 de diciembre de 2009, la Ministra de
Medio Ambiente, Medio Rural y Marino,
Doña Elena Espinosa, señalaba la importan-
cia de consolidar, avanzar y trabajar durante
los próximos meses sobre los resultados de
la misma. Creo que ha sido una Cumbre
con luces y sombras, especialmente visible.
Además, todos sabíamos que jugábamos en
un contexto complicado, en el que la inercia
es difícil de vencer, donde sabíamos de
antemano que había discrepancias impor-
tantes entre algunos de los negociadores
principales del acuerdo y donde me parece
que han ocurrido una serie de cosas signifi-
cativas que merecen un análisis sosegado.
Por tanto, éstas son unas primeras reflexio-
nes que habrá que ir madurando en las
próximas semanas. También han surgido
elementos sumamente interesantes para
seguir construyendo y desarrollando en los
próximos meses.
La primera cuestión que yo aclararía es que
todo lo que hay no es solamente fruto
directo de la presión constante y el com-
promiso de la Unión Europea durante estos
dos últimos años, sino también de la con-
gruencia y firmeza ejercida durante todos
los días de la Cumbre, incluido el tramo
final. Si se fijan en el texto del acuerdo de
Copenhague, reconocerán con total claridad
las posiciones más importantes de la Unión
Europea, en cuanto al esquema general y
las piezas básicas que deben ilustrar y per-
mitir sentar las bases del trabajo multilate-
ral, a medio y largo plazo, en materia de
cambio climático.
Por otra parte, es evidente que ha habido
una rebaja en algunos elementos básicos
en esos doce puntos del acuerdo político.
Dicha rebaja procede de una reunión
que, sobre la marcha, celebraron algunos
de los países emergentes más significati-
vos con el propio Presidente Obama. En
todo caso, creo que es importante subra-
yar la idea de que hemos llegado hasta
donde hemos podido y que Copenhague
ha sido posible gracias a la solidez de la
posición de la Unión Europea y la insisten-
cia en su defensa, así como al hecho de
que llegara a la Cumbre no solamente con
los deberes hechos sino con una con-
gruencia absoluta en los mensajes por
parte de los Estados miembros. Es decir, la
posición global de la Unión Europea se vio
claramente reflejada en el acuerdo, si bien
hubo una rebaja en alguno de los ele-
Cuadernos de Energía 5
Politicas Energéticas y Medioambientales en la Unión Europea: Situacion y Perspectivas
mentos básicos, decidida sin nuestra parti-
cipación.
Digo que la Cumbre fue de luces y som-
bras porque es verdad que el acuerdo final
está por debajo de las expectativas que la
Unión Europea mantenía para Copenhague
al menos en tres aspectos básicos:
1.- No hay una referencia cuantificada para
el año 2050.
2.- No hay un mandato específico de con-
versión del acuerdo en un tratado interna-
cional en el corto plazo.
3.- El acuerdo queda a la espera de ser
completado con las cifras que aporten el
conjunto de los países de aquí al 31 de
enero de 2010.
Diría que ésas son las sombras más nota-
bles del acuerdo, que no es el que hubiéra-
mos deseado y al que se llegó quizás como
consecuencia del cansancio de una nego-
ciación larga y complicada.
Hablando de las luces de la Cumbre, hay
aspectos sumamente interesantes que,
además, permitirán realizar un largo recorri-
do en los próximos meses y años. Cierta-
mente, la Presidencia Española será clave y
la posición firme de la Unión Europea en
los próximos meses, también.
1.- Aparece recogida expresamente, por pri-
mera vez en el contexto de Naciones Uni-
das, la referencia al límite del crecimiento
de la temperatura en 2º C. Este hecho,
junto con la llamada a la revisión de la
estrategia, al hilo de la mejor información
científica y, en concreto, del quinto informe
de evaluación del International Pannel for
the Climate Change (IPCC), y el reconoci-
miento expreso del principio de equidad,
tienen un gran recorrido, es decir, marcan
6 Cuadernos de Energía
una posibilidad sumamente interesante de
construir objetivos de largo plazo en el
horizonte de 2050.
2.- Se identifica, también por vez primera,
el compromiso de señalar objetivos con-
cretos de reducción de emisiones a escala
global para el conjunto de los países
industrializados. Se establece un objetivo
de reducción para el conjunto de su eco-
nomía, es decir, el mismo esquema que
sirvió para la construcción del Protocolo de
Kioto se aplica para el conjunto de los paí-
ses industrializados, sean o no parte en
Kioto. Además, se trata de un objetivo
específico de búsqueda de compromisos
para la reducción de emisiones con res-
pecto a la línea tendencial en los países
emergentes. En ambos casos, estarán
sometidos a un sistema de control, de
verificación internacional ex ante, comuni-
cando previamente los objetivos, refleján-
dolos públicamente y sometiéndose a un
sistema de transparencia, monitorización y
verificación, reforzado con respecto al régi-
men actual para los países emergentes.
3.- Se incorpora el resto de los pilares bási-
cos para la acción multilateral en materia de
cambio climático. No nos quedamos exclu-
sivamente en la concreción, en los aspectos
de reducción de emisiones, sino que apa-
rece recogido expresamente el resto de las
piezas básicas para la construcción de ese
modelo. Aparecen de forma explícita: la
cooperación multilateral en materia de
adaptación a los efectos negativos del cam-
bio climático; los cimientos de la coopera-
ción en materia de desarrollo tecnológico;
por primera vez, la necesidad de cooperar y
reconocer valor económico a los bosques
primigenios, es decir, la cooperación para
evitar las emisiones imputables a la defo-
restación; y, por último, las ideas básicas
para la construcción de una arquitectura
financiera internacional.
Dicha arquitectura será tal que permita
dotar de contenido a este ejercicio, facilite
la reducción de emisiones y la adaptación a
los efectos del cambio climático, con una
idea del orden de magnitud de los recursos
que van a resultar necesarios, de las herra-
mientas que permitirán facilitar una res-
puesta congruente con la creación de un
nuevo fondo, del fondo verde para el clima
de Copenhague, y con una llamada a la
creación de un pequeño foro de alto nivel
que vigile la coherencia de las decisiones
que se tomen, de las necesidades y recur-
sos más eficientes, y, además, un pequeño
foro asesor, también de alto nivel, que ten-
drá una vida efímera y al que se le pide
que identifique cuáles pueden ser los orí-
genes de los recursos adicionales necesa-
rios para poner en práctica el proceso de
obtención de recursos de origen público, y
con referencia expresa a la necesidad de
construir y desarrollar los mercados de car-
bono como fuente para generación de nue-
vos recursos.
Detrás de todo esto, sumamente intere-
sante, se reconocen las posiciones de la
Unión Europea. Queda ahora un trabajo
complicado: desarrollar cada una de esas
premisas; vigilar por el cumplimiento de la
primera condición temporal, es decir, que
el conjunto de los países que han suscrito
este acuerdo remitan antes del 31 de
enero a Naciones Unidas sus objetivos
concretos para su publicidad pertinente;
resolver algunas dudas interpretativas bási-
cas; y éste es otro de los aspectos políti-
cos más delicados, analizar el modo en
que se pueden extraer lecciones sobre la
forma en la que se ha venido desarrollan-
do la negociación en estos últimos 15 días
y el nivel de eficacia en la integración del
proceso en Naciones Unidas de todos
estos acuerdos y toda esta expresión de
voluntad, es decir, de la Conferencia de las
Partes.

El modo en el que se produjo la Conferen-
cia, más allá de los problemas organizativos
por desbordamiento que se tuvieron lugar
los primeros días, puso de manifiesto lo
difícil que es avanzar en un proceso tan
masivo, tan requerido por la atención públi-
ca, y tan importante para todas las partes
que estaban allí presentes. También se
pusieron de manifiesto las dificultades para
fraccionar el proceso de negociación en
ciertos espacios y después ir consolidar
todo en un fondo común.
Hubo también algunas dificultades intrínse-
cas que no eran las tradicionales, amén de
las que se podían dar por descontadas pro-
cedentes de los países emergentes con res-
pecto hasta dónde podían llegar a compro-
meterse en la reducción de emisiones o
hasta dónde asumían el control internacio-
nal de su actuación. Junto a ellas, fuimos
testigos de las dificultades que ponían de
manifiesto algunos países que hasta ahora
no eran actores principales del proceso de
negociación y que creo que encontraron la
forma de ocupar un espacio, haciéndose
portavoces de lo que entendían podía ser
una oposición al modelo de negociación
que se les estaba presentando. Creo que
éstas son cuestiones que conviene analizar
despacio, puesto que la consolidación de la
posición de liderazgo de la Unión Europea
Politicas Energéticas y Medioambientales en la Unión Europea: Situacion y Perspectivas
ha sido fundamental para llegar al punto
que hemos llegado.
El hecho de que el Presidente Obama haya
participado activamente en la Cumbre, diría
además que de manera sumamente cons-
tructiva, le convierte en cómplice necesario
a futuro. Una de las grandes ventajas de su
participación, a la hora de conseguir la
voluntad de los grandes países emergentes
es que todos ellos están ya dentro y es
muy difícil que se distancien del acuerdo.
¿Es suficiente el acuerdo?. No, pero todos
están dentro, por tanto no es pensable un
ejercicio de retorno por parte de ninguno
de ellos, al revés, probablemente sientan la
necesidad de proseguir sobre esas premi-
sas.
Dicho lo anterior, tenemos por delante
unos meses que serán clave, y tendremos
que acertar en la coordinación de las priori-
dades de desarrollo del acuerdo con los
tiempos políticos de cada uno de sus ele-
mentos. En el tramo de alto nivel, la canci-
ller Merkel anunció su voluntad de hacer
una convocatoria destinada a los ministros
de Medio Ambiente en el mes de junio,
pensando precisamente en la necesidad de
acabar de consolidar una fase intermedia
antes de Méjico.
Por consiguiente, tenemos aún una clara
necesidad de reflexionar, analizar y ponde-
rar cuáles son los elementos nuevos que
hemos encontrado en estos días y cuáles
los suficientemente maduros para avanzar.
Todos salimos con algunas heridas y todos
también con la satisfacción de disponer, por
primera vez, de herramientas básicas que
pensábamos que iban a ser muy difíciles
de conseguir.
Muchas de las empresas que pertenecen al
Club Español de la Energía han participado
activamente en la Cumbre de Copenhague.
Esta participación empresarial fue otro com-
ponente interesante para los anales de la
sociología de los grandes encuentros interna-
cionales. La Cumbre de Copenhague desper-
tó un interés inmenso, de dimensión global,
que desbordó la capacidad de la organización
de la Conferencia. Esta situación, consecuen-
cia de la llamada efectuada meses atrás,
generó frustración por las dificultades de acce-
so, por las dificultades prácticas de participar
activamente y presión en todos los actores.
Creo que dicha presión es otra característica
que se hizo especialmente visible en la Cum-
bre, se sentía la tensión negociadora, la expec-
tativa en términos de opinión pública, de
sociedad civil y también de actividad empre-
sarial y académica, situación en la que nos
desenvolvimos durante toda la Conferencia. I
Cuadernos de Energía 7
Una visión del presente y futuro
de la energía
Carlos Pérez de Bricio
Presidente de Honor de CEPSA
V oy a pasar revista a las distintas opcio-
nes energéticas con las que, sin descar-
tar a priori ninguna de ellas, se pueda dise-
ñar un escenario energético futuro benefi-
cioso para el conjunto de la sociedad.
Es prioritario lograr un abastecimiento ade-
cuado, y para ello será preciso tomar deci-
siones políticas y realizar inversiones
empresariales con objeto de tener una ofer-
ta que pueda satisfacer la demanda exis-
tente en cada momento, y todo dentro de
un marco de desarrollo sostenible, que con-
temple también como objetivos la mejora
de las condiciones medioambientales y
sociales que propicien un razonable incre-
mento del nivel de vida; porque la disponi-
bilidad de energía en condiciones adecua-
das es un pilar básico del desarrollo.
Para profundizar en las distintas opciones,
se hace preciso analizar cada una de las
energías primarias, porque las características
y problemáticas de cada una de ellas son
muy distintas.
Comenzando por las energías renovables,
sus características, ventajas e inconvenien-
8 Cuadernos de Energía
tes, son también muy diferentes entre sus
diferentes tipos.
Las energías renovables tienen una partici-
pación aún pequeña en la estructura ener-
gética mundial; y lograr el objetivo de la
Unión Europea, de alcanzar el 20% en el
año 2020, requerirá un esfuerzo notable.
A excepción de la hidráulica convencional,
para su desarrollo y puesta en el mercado
se requerirán marcos regulatorios adecua-
dos que permitan una rentabilidad suficien-
temente atractiva que garantice su financia-
ción. Siendo esto aplicable en general, la
casuística es diferente para cada energía
renovable; por ello es necesaria la materia-
lización de la voluntad política para apoyar-
las al principio con objeto de que, más ade-
lante, en la medida de lo posible, sean
competitivas en el mercado; y para ello los
marcos regulatorios deben garantizar la
venta de la producción en condiciones ade-
cuadas.
También las características tecnológicas son
distintas, como lo es el aprovechamiento
de la energía final producida: los biocom-
bustibles son almacenables y transporta-
bles, mientras que la generación autónoma
de electricidad y calor, difícilmente lo son, y
se producen localmente.
Los biocombustibles o la biomasa se pue-
den producir donde estratégicamente inte-
rese en relación con la materia prima y los
centros de consumo, mientras que la
hidráulica y la eólica se pueden generar
solo donde existe el recurso, lo que condi-
ciona el tratamiento logístico de cada tipo
de energía.
Los programas tecnológicos para su desa-
rrollo deben orientarse prioritariamente a la
reducción de costes, fiabilidad de equipos y
calidad del producto obtenido, para ir
aumentando su competitividad..
Otros aspectos positivos de estas energías
son el carácter en general autóctono, que nos
hace menos vulnerables a las importaciones,
y su potencial para generar empleo local.
Algunos datos de la situación en España en
2008 nos pueden indicar la situación actual
de cada una.

A partir de la biomasa se generó el 1,4%
del total de energía eléctrica con una retri-
bución por megavatio hora de 10,8€,
superior a los 6,6€ de precio de mercado;
por ello es preciso seguir profundizando
en la reducción de costes mediante la
introducción de nuevas tecnologías y de
un incremento en la eficiencia de la ges-
tión del proceso de producción, logística y
generación.
En cuanto a los biocarburantes, su futuro
debe estar ligado al desarrollo de los de
segunda generación, con materias primas
no alimentarias que eliminarían el rechazo
a la disminución de productos alimentarios
disponibles, a la vez que se lograría una
muy notable reducción de costes.
La energía eólica ha tenido un muy impor-
tante desarrollo en nuestro país, produ-
ciendo el 9,9% del total de la energía
eléctrica en 2008, aunque su remunera-
ción por megavatio hora ha estado aún
3,3€ por encima del precio de mercado;
por ello es preciso continuar y profundizar
en los programas de reducción de costes.
Su intermitencia es un notable inconve-
niente, que requiere elevar el nivel tecno-
lógico de la gestión de la red eléctrica y la
disponibilidad de energía para los periodos
de inactividad.
La energía solar precisa una profundización
también en la reducción de costes, ya sea
en la fotovoltaica como en la termoeléctrica.
Sobre todo en la fotovoltaica, que experi-
mentó en 2008 un incremento extraordina-
rio, como consecuencia de una regulación
generosa y segura; su retribución fue de
45,3€ por megavatio hora, frente al precio
medio de mercado de 6,6€. Es preciso por
ello hacer un esfuerzo grande para introdu-
cir nuevas tecnologías que puedan reducir
drásticamente su coste.
Una visión del presente y futuro de la Energía
Las diferencias entre el precio retribuido y el
de mercado evidencian la distancia que aún
las separa del umbral de competitividad y
justifican los necesarios esfuerzos en la
línea de reducción de costes para las ener-
gías renovables en general.
En lo que se refiere a la energía nuclear de
fisión, primeramente parece oportuno cons-
tatar que actualmente la cantidad de ener-
gía eléctrica generada a partir de ella es
considerable: el 15% a nivel mundial, el
23% en la OCDE, el 30% en Europa y el
19% en España.
En España existen 8 reactores con una
potencia instalada de 7700 megavatios, de
los que 5100 tienen una vida entre 20 y
25 años; y 2100 la tienen entre 15 y 20
años; la vida de 40 años, inicialmente pro-
gramada podría alargarse fácilmente a 50 o
60 años, como se ha decidido ya en Esta-
dos Unidos, Holanda y Japón, y se está eva-
luando actualmente en Francia.
Hay ciertas características de esta energía
que se deben considerar: la ausencia de
emisiones de efecto invernadero, los resi-
duos radiactivos de larga duración, la segu-
ridad industrial, y su reducida vulnerabili-
dad de suministro.
La primera la hace muy apropiada para dis-
minuir el efecto del cambio climático. Así,
en Francia, las emisiones de CO2 por habi-
tante son la mitad que en España.
Los residuos radiactivos no ofrecen grandes
problemas si son almacenados correcta-
mente, y contienen el 95% del uranio ini-
cial. Por ello, las tecnologías que se están
desarrollando para su tratamiento recupera-
rán gran parte del uranio, alargándose así la
vida de las reservas y disminuyendo a la
vez el volumen de residuos que se deben
almacenar.
La seguridad industrial de esta industria es
elevada, y de hecho no se han constatado
pérdidas de vidas humanas por radioactivi-
dad en países de la OCDE, en los que está
el 84% de la generación nuclear. Aunque
es cierto que los dos accidentes graves
ocurridos, en Three Mile Island, y en Cher-
nóbil han ensombrecido y frenado el desa-
rrollo de esta energía, si bien el de Chernó-
bil se produjo por una falta de respeto a las
más elementales normas de seguridad.
Los reactores de la generación III. Tienen un
considerable grado de seguridad pasiva y
se han construido ya varios de estas carac-
terísticas; en Francia se ha desarrollado un
reactor de elevada eficiencia y con mayor
seguridad, cuya primera unidad se está
construyendo en Finlandia y la segunda se
hará en Francia.
La reducida vulnerabilidad de suministro
constituye un factor positivo, ya que el 40%
de las reservas de uranio están en países
de la OCDE; además la influencia del precio
de la materia prima en el coste final de la
energía producida es muy pequeña en rela-
ción con otras alternativas de generación.
Teniendo en cuenta todas estas considera-
ciones, se están tomando decisiones de
incrementar la generación nuclear, y hay
actualmente 35 reactores en construcción
en el mundo.
España debería contribuir a los avances tec-
nológicos de esta energía, estando en los
consorcios que traten con los desarrollos de
los reactores de la generación IV, y seguir en
el proyecto ITER de fusión nuclear.
En cuanto a las energías fósiles, el carbón
es la principal energía en la generación de
electricidad con una participación a nivel
mundial ligeramente superior al 40%, el
50% en Estados Unidos, el 80% en China
Cuadernos de Energía 9
Una visión del presente y futuro de la Energía
y el 68% en India. En España, en 2008,
este porcentaje ha sido el 16%.
Pero todo parece indicar que la utilización
futura del carbón debe pasar necesaria-
mente por el perfeccionamiento de la tec-
nología de captura y almacenamiento de
CO2, CAC. Para ello se deben buscar yaci-
mientos geológicos adecuados y disminuir
los costes de separación y transporte del
gas; y para desarrollar esta tecnología CAC
es preciso materializar la voluntad política,
subvencionándola en su primera etapa
hasta que pueda ser competitiva con la
generación convencional.
El gas constituirá, junto con el petróleo, las
energías de transición hasta que tomen el
relevo otras energías. Sus reservas son algo
mayores que las de petróleo, y, aunque su
transporte es más complejo y caro, el gas
natural tiene un futuro brillante, porque, sus
emisiones de CO2 son inferiores a las del
petróleo y carbón y su combustión más
limpia. También tiene un alto rendimiento
en las centrales de ciclo combinado, que
ofrecen además otros aspectos positivos
como una menor necesidad de espacio e
inversión, lo que ha propiciado que más del
20% de la generación mundial de electrici-
dad se lleve a cabo con gas; en España, el
31% de la generación en el año 2008 fue
de centrales de gas natural, y su uso por la
industria petroquímica seguirá siendo tam-
bién importante en el futuro.
En lo que se refiere al petróleo, seguirá
siendo la primera fuente de energía prima-
ria en el mundo durante muchos años, al
menos hasta el 2030, con un crecimiento
medio anual del 1%, mientras que en la
Unión Europea se irá reduciendo con una
tasa del 0,4% anual.
10 Cuadernos de Energía
Las reservas actuales equivalen al consumo
de 41 años, sin contar los petróleos no
convencionales, existentes principalmente
en Canadá, Venezuela y Estados Unidos.
A largo plazo habrá que desarrollar otro tipo
de energías que puedan reemplazarle, al
menos parcialmente en el transporte por
carretera, en el que actualmente es difícil-
mente sustituible.
Al igual que en otras energías, pero quizás
más en los derivados petrolíferos, es acon-
sejable una moderación en el consumo,
que en el transporte podría lograrse por
medidas de mejora en los rendimientos de
los automóviles, y por la introducción de
otras energías, como biocarburantes, gas
natural, carburantes líquidos a partir del gas
y carbón, hidrógeno y energía eléctrica.
En cuanto a la seguridad de su abasteci-
miento, se pueden producir puntualmente
episodios que, como en crisis pasadas, se
resolverán con un correcto funcionamiento
del sistema de stocks obligatorios; y para
ayudar a garantizar el suministro en el largo
plazo será preciso seguir diversificando las
fuentes de suministro y potenciar las rela-
ciones externas en general, directamente y
a través de la Unión Europea con Rusia,
países de la OPEP, el Diálogo Transatlántico
y la participación en los foros en los que
toman parte los agentes principales de la
oferta y la demanda.
Y en lo que respecta al precio, estimo que
no volverá a ser barato; pensemos que el
coste actual de producción de petróleos no
convencionales se sitúa entre 80 y 100
dólares por barril por lo que todo parece
indicar que el precio en el futuro será supe-
rior a estos valores.
Las características genéricas de los distintos
tipos de energía a las que he pasado revis-
ta se deben tener en cuenta para la defini-
ción de la estructura óptima energética, sin
descartar ninguna de ellas.
Y una vez definida esta estructura, pienso
que la política energética debería tener cier-
to carácter de Estado, porque las inversio-
nes precisas son elevadas, en muchos
casos de larga duración, y por ello es nece-
sario dotar al marco legal y regulatorio de
una estabilidad que garantice el desarrollo
del sistema energético que mejor satisfaga
las necesidades de la sociedad.
He dejado voluntariamente para el final,
precisamente por su importancia, el con-
junto de iniciativas de fomento del ahorro
del consumo y del aumento de la eficiencia
en la utilización de la energía, que están en
vigor o desarrollo o que podrían promover-
se en el futuro. No hay energía mejor
empleada que aquella no consumida.
Estudios recientes demuestran que impor-
tantes reducciones de la demanda de ener-
gía final no implicarían disminución de la
calidad de vida de los ciudadanos y, aún
cuando en alguna medida los estándares
del nivel de confort tuvieran que ser revisa-
dos, el esfuerzo merecería la pena en pro
de la sostenibilidad del medio ambiente, de
los recursos energéticos y del modelo eco-
nómico, así como de la viabilidad de un
mundo mejor para las generaciones veni-
deras.
No me extiendo más; permítanme reite-
rar mi profundo agradecimiento por la
concesión de este prestigioso premio, y a
todos ustedes la atención que me han
prestado. I
Síntesis de la conferencia
pronunciada en la
Inauguración del Curso
Académico
Juan A. Gimeno Ullastres
Rector de la UNED
V oy a hablarles casi telegráficamente, a
grandes brochazos, y estoy seguro de
que todos ustedes suplirán las lagunas de
lo que son sólo titulares, con su conoci-
miento de la realidad, probablemente
mucho más vivo y cercano del que yo
tengo.
Para hablar un poco de la crisis actual per-
mítanme que haga un rápido recordatorio,
porque yo creo que si olvidamos la historia
quizá también podemos olvidar elementos
claves para salir de la crisis en la que esta-
mos. A todos haciendo historia se nos
viene a la cabeza la crisis del 29, de los
años 30, que tiene muchos elementos
parecidos, obviamente otros diferentes:
también una burbuja financiera, felices años
20, un efecto riqueza especulativo, y cuan-
do se produce el derrumbe bursátil una
caída de la demanda, recesión, desem-
pleo… Es casi inevitable no caer en com-
paraciones con la situación actual.
Después de muchos errores y bandazos de
política, al final las soluciones keynesianas,
de generar demanda compensatoria de esa
caída, acaban dando salida a aquella crisis.
Siguen tres décadas de cierta prosperidad,
de cierto equilibrio, y un modelo en el que
se mezclan muchas cosas, por supuesto,
pero que algunos denominaron economía
social de mercado, es decir, un modelo de
mercado pero con un Estado fuerte que
sostiene una política social creciente. Resul-
tado: simultáneamente crecimiento y cohe-
sión social a lo largo de esos años.
En los 70 se empieza a producir el punto
de inflexión. Algunos ponen el origen en el
abandono del patrón oro en agosto de
1971. Quizás más por lo que tiene de sim-
bólico y definitivo: el dólar deja de ser con-
vertible oficialmente y se inicia una etapa
diferente. Aparece la crisis del petróleo, la
OPEP y los petrodólares. Aparece un creci-
miento importante de la inflación y, algo
muy relevante, del protagonismo financiero
en las actividades. Cuando nosotros estu-
diábamos economía allá por los finales 60
– primeros 70, casi todos los fenómenos se
explicaban en términos reales. A partir de la
década de los 70, lo real sigue influyendo,
sí, a largo plazo. Pro los aspectos financieros
son los decisivos y relevantes. En la cotiza-
ción de una moneda, en las transacciones
internacionales… lo real tiene un peso cada
vez menos importante y eso obliga a cam-
biar muchos paradigmas de nuestra ciencia
económica.
Se va produciendo también, quizá al hilo de
ese protagonismo financiero y de la nacien-
te globalización (porque los movimientos
financieros son internacionales casi por defi-
nición), un movimiento cada vez más favo-
rable al liberalismo, a la caída de fronteras,
de obstáculos a los movimientos sobre
todo de capitales, pero también progresiva-
mente de otros aspectos de la actividad
económica. Se va produciendo una presión
creciente a favor de la desregulación, de la
atención prioritaria a la inflación, de la inde-
pendencia de los Bancos Centrales. Se con-
solida un estado de opinión que se llamó
el consenso de Washington, que cumple
más o menos 20 años también por esta
época, con la sacralización del equilibrio
Cuadernos de Energía 11
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
presupuestario, de la liberalización comer-
cial, de la desregulación financiera, del des-
precio del sector público y de la defensa de
las privatizaciones. Un modelo muy liberal,
aplicable con carácter general pero espe-
cialmente defendido para las políticas de
saneamiento en los países del Sur.
A finales del 80 y a lo largo de los 90 se
empiezan a producir pequeñas crisis finan-
cieras que van, como los movimientos sís-
micos o los volcanes, anunciando el gran
terremoto o la gran erupción. Íbamos
teniendo avisos. Pero como se producían
en países del sur, lo más cómodo era decir
“bueno, es que son sistemas financieros
poco desarrollados o con muchos vicios” y
nosotros pensábamos que estábamos
libres. Se produce también una época dora-
da, unos felices años en los cuales los tipos
de interés están bajísimos, incluso negativos
en términos reales. Esta circunstancia favo-
rece sin duda muchas actividades, especial-
mente el boom inmobiliario, que en deter-
minados países, desde luego en el nuestro,
crece hasta niveles objetivamente insopor-
tables.
A veces se dice que nadie anunciaba la cri-
sis. Yo creo que de la crisis del sector inmo-
biliario venimos hablando muchos, yo creo
que la mayoría, diciendo “algún día esto
explotará”, porque se veía que era imposi-
ble que se pudiera absorber una oferta tan
desmesurada, porque se veía que era
imposible mantener esos precios despro-
porcionadamente elevados.
En nuestra ciencia, la economía, se da un
auge también de toda una serie de teorías
extremadamente ambiciosas, (se ha habla-
do de la envidia de la física), ambiciosas de
tener una seguridad y certeza en los mode-
los matemáticos, una confianza en que el
juego del mercado es un juego matemático
exacto y predecible. Quizás como símbolo,
12 Cuadernos de Energía
que para algunos - entre los que me cuen-
to - fue un cierto disgusto y escándalo, el
premio Nobel de Economía en 1997 a
Merton y Scholes, cuya principal aportación
a la ciencia económica era realmente un
modelo de especulación financiera. En ese
sentido, también fue simbólicamente com-
pensatorio que la empresa de inversión
financiera a la que asesoraban quebrara al
año siguiente del premio Nobel. Fue de
alguna forma un símbolo gracias al cual,
quizás a partir de esa crisis, el premio
empezó a cambiar de orientación: al año
siguiente fue Amartya Sen, marcando un
cierto giro, y han seguido otros economistas
en mi opinión más merecedores de premio
que aquéllos.
En los años de este siglo se produce una
sensación curiosa. Porque las voces públi-
cas y oficiales muestran optimismo y satis-
facción general por la marcha de la econo-
mía. En 2006, por ejemplo, el FMI decía
públicamente que la titulación de los crédi-
tos era un buen instrumento, que permitía
la dispersión del riesgo y hacía más fuerte
al conjunto del sistema financiero… tan
solo unos meses antes de la crisis de las
subprime. Pero también es cierto que había
un cierto consenso en la profesión, quizás
un poco en voz baja, de que había una bur-
buja que iba a estallar.
Permítanme un recuerdo en una determi-
nada emisora de radio, a la que me solían
llamar a final de año para hacer el típico
balance, hablar de los Presupuestos Gene-
rales del Estado y del pronóstico del año
siguiente. En ese diciembre dije literalmen-
te “yo llevo dos años diciendo que esto va
a estallar alguna vez, pero como nunca
estalla ya no me atrevo a decirlo también
este año”. Justo ese año fue cuando todo
estalló. Creo que todos éramos conscientes
de que había unos cimientos viciados en el
proceso y que eso acabaría por pasar.
Quiero también destacar un dato que pare-
ce olvidado y que me temo que rebrotará
dentro de poco. El año anterior estábamos
pasando por una crisis alimentaria mundial
importante, con un incremento de los pre-
cios de productos primarios muy graves y
con precios del petróleo y de la energía
también disparados. Como vino la crisis de
demanda parece que se ha olvidado. Pero
eso estaba diciéndonos “cuidado, ahí hay
algunos problemas que cuando la deman-
da recupere su ritmo pueden volver a rea-
parecer”. Y la sensación es que aquellos
problemas y las posibles medidas preventi-
vas están absolutamente fuera del debate.
Lo demás lo conocen ustedes sobrada-
mente. Los activos contaminados, la crisis
financiera, la quiebra del Lehmann… Esta
quiebra, por cierto, para muchos fue la peor
de las decisiones posibles. Dejarlo caer fue,
primero, una especie de lotería: ¿por qué
esta institución y no otras? Es cierto que
podía ser un mensaje de responsabilidad:
que cada palo aguante su vela. Pero, para
empezar, introdujo una falta de fe en el sis-
tema, un temor tremendo en el sistema
financiero general, de forma que las institu-
ciones financieras empezaron a desconfiar
unas de otras temiendo que pudiera pasar
lo mismo con alguna otra. Se provocó una
restricción del crédito multiplicada, muy
superior a la que se habría producido sin
ese hecho.
Por otro lado, después no se mantuvo el
mismo criterio con otras instituciones con
problemas semejantes (lógico), pero ni
siquiera la filosofía de que los responsables
(más que las instituciones) paguen real-
mente por lo que han generado. Se produ-
ce un apoyo masivo y prácticamente incon-
dicional. Creo que hay casi unanimidad en
que era necesario que se hiciera así porque
no podíamos permitirnos la quiebra del sis-
tema financiero en su conjunto. Pero

somos muchos los que lamentamos que
no se hayan exigido las responsabilidades
debidas a los gestores, que no se haya
repercutido debidamente en los accionis-
tas, que no se hayan sentando las garantías
de cambio para el futuro.
En el caso español, como decía al principio,
la crisis quizá lo que ha hecho es poner
nuestros tradicionales desequilibrios al des-
nudo. Vivíamos en la nube de crecimiento
sostenido y récord durante muchos años y
generando empleo, ocultando nuestras fla-
quezas. De golpe hemos visto que estába-
mos mucho peor de lo que esperábamos.
Voy a destacar algunos de nuestros dese-
quilibrios más tradicionales, aunque seguro
que se me quedan algunos fuera.
Sin duda, creo que hay que empezar por el
comercio exterior como nuestro desequili-
brio estructural tradicional. Todos recorda-
mos que periódicamente nuestro modelo
de crecimiento se estrangulaba periódica-
mente por una inflación desbocada y enor-
mes desequilibrios que hacían inevitable
una devaluación y volvíamos a empezar,
hasta la siguiente devaluación. Ese era el
modelo de crecimiento que hemos tenido
a lo largo de muchos años. ¿Con la entrada
en el euro qué pasa? Que, digamos, nos
engañamos. Decimos “como estamos en el
euro ya no hay problema, nos podemos
endeudar libremente y el equilibrio de
nuestra moneda está garantizado”. Esto fun-
ciona durante un tiempo, pero cuando hay
problemas de crédito es cuando notamos
que lo de endeudarse no es ilimitado, que
hay que devolver los créditos y que reno-
varlos resulta cada vez más complicado.
Nuestro déficit comercial exterior, con la
dependencia energética como uno de sus
factores más limitativos (aunque no el
único), encontraba primero en las remesas
de inmigrantes y en el turismo después,
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
una vía de compensación. Pero es evidente
que tenemos un problema de fondo. Res-
pecto a los inmigrantes obviamente han
cambiado los flujos, y el turismo, aunque se
mantiene, no puede ser suficiente para
mantener nuestras necesidades de finan-
ciación.
Eso nos lleva a una pregunta clave: por qué
ese estrangulamiento recurrente. Se debe
probablemente a dos razones: una a la falta
de competitividad o el deterioro de compe-
titividad por una deficiente regulación entre
otras cosas de nuestro mercado de trabajo
y, otra, a una estructura productiva que no
acaba de modernizarse en muchos secto-
res claves de la economía.
El mercado de trabajo se convierte así en
uno de nuestros grandes desequilibrios. Un
mercado de trabajo que tiene muchas
herencias paternalistas del franquismo y del
que no hace falta repetir sus deficiencias
porque son de sobra conocidas. Un merca-
do rígido en tantos aspectos: rígido en el
sistema de negociación de condiciones
laborales y salariales, en movilidad, en hora-
rios, en estructura. Al mismo tiempo es un
sistema enormemente complejo, con una
maraña normativa importante, con muchos
modelos de contratos, con excepciones,
segmentado, con una población de trabajo
fijo prácticamente inamovible y con ten-
dencia al envejecimiento y otra parte del
mercado muy cargada de eventualidad, de
poca consistencia, con muy reducida inver-
sión en formación, etc. También, por qué
no decirlo, con reductos de mercado negro,
sobre todo al aparecer la inmigración.
El problema está en que parece imposible
abordar su reforma, parece imposible sen-
tarse a dialogar sobre qué cambios son
necesarios. Un ejemplo: las cotizaciones a la
Seguridad Social, uno de estos temas en los
que parece claro, desde un análisis objetivo,
que suponen un impuesto a la fuerza de
trabajo (penalizando su utilización por los
empleadores), suponen un detrimento de
nuestra capacidad exportadora porque (fren-
te al IVA) no es deducible en frontera, fren-
te a otros países en los que las cotizaciones
son más bajas y que por lo tanto sí pueden
deducir la carga que llevan en impuestos
indirectos. Por lo tanto, parece que sería fácil
conseguir un consenso para cambiar la pre-
sión de las cotizaciones a la Seguridad Social
por otro tipo de tributos.
¿Pone en peligro el sistema de pensiones?
¿Es que, acaso, el sistema de pensiones
solo se puede financiar con cotizaciones
sociales? La mayoría de los países del
mundo no se financian por cotizaciones
sociales sino por impuestos en general. Por
lo tanto, ese argumento parece débil. Sin
embargo en las negociaciones aparece
como un tema tabú. Es un ejemplo que
indica que algo está fallando en el sistema
de negociación.
Otro ejemplo: aparece el llamado manifies-
to de los 100. Un grupo de economistas de
primera fila de nuestro país exponen una
serie de ideas sobre cómo mejorar la trans-
parencia y la eficiencia, simplificar y ganar
en flexibilidad en el modelo de contratos
laborales. Creo que son propuestas bastan-
te sensatas y un buen punto de partida
para el debate. ¿Alguien se pone a debatir
sobre ellas? No. Lo que aparece unas
semanas después es un manifiesto de 500
desde posiciones que se presentan como
opuestas. Esto no es un debate, esto es
simplemente una contraposición de los
buenos y los malos. Mientras no seamos
capaces de sentarnos realmente a debatir
cómo mejorar el mercado de trabajo segui-
remos con esas rigideces.
Tenemos que tener muy claro que o refor-
mamos nuestro mercado de trabajo o
Cuadernos de Energía 13
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
cuando volvamos a crecer el empleo lo
hará lentamente y con la aparición perma-
nente de nuestros problemas y estrangula-
mientos habituales. Aunque empecemos a
crecer en 2010, ¡ojalá!, creo que todos
somos conscientes de que vamos a tardar
bastante más en el proceso de creación de
empleo. Y eso significa que vamos a vivir
con una estructura de un 20% de paro en
el país durante 2-3 años. Evidentemente
algo no suena bien en ese esquema: o
existen unas válvulas de seguridad del sis-
tema o debemos solucionar ese problema.
No podemos mantener un 20% de
desempleo en una economía desarrollada.
Algo hay que hacer.
Tenemos que ser conscientes de que por
mucho que hablemos ahora de alternativas,
de cambio de modelo productivo, etc.,
encontrar sectores de generación de
empleo rápido no es fácil. El ladrillo era de
los que lo permitían, pero evidentemente el
ladrillo no va a volver y no debe volver pro-
bablemente a ser la base de nuestro
modelo. Por lo tanto hay que buscar otro
tipo de reflexiones, hay que hablar de flexi-
bilidad, de contratos parciales, de reparto
de trabajo, de movilidad, de negociación
ligada a la productividad y todo este tipo de
cosas que parecen temas tabú y que sin
embargo me parecen ineludibles.
Esto va ligado también a algo que tam-
bién llevamos años diciendo del cambio
de modelo productivo. Repito lo que
decía al principio: cuando se dice a veces
que “nadie predijo la crisis”, lo cierto es
que existía un consenso absoluto desde
primeros de siglo en que era necesario
cambiar el modelo productivo porque
este modelo productivo nuestro basado
en la construcción básicamente no daba
más de sí. Lo que pasa es que era tan
fácil y tan cómodo: se seguía creciendo,
entraba población inmigrante que permi-
14 Cuadernos de Energía
tía un crecimiento basado en mano de
obra barata…
Ningún gobierno se ha atrevido realmente
a construir un modelo alternativo. Se ha
seguido hablando de cambiar el modelo,
pero no se ha hecho mucha política eficaz
en ese sentido. Es cierto que se ha hecho
un esfuerzo importante en los últimos años,
pero seguimos retrasadísimos en inversión
en I+D+I, en gasto público y en gasto pri-
vado en inversión y desarrollo, seguimos
con deficiencias educativas, seguimos con
una escasa relación universidad-empresa,
que parece esencial para construir también
un modelo de futuro. En buena medida es
el problema del huevo y la gallina, porque
hay también una escasa valoración social,
creo, de la universidad y la investigación.
Rara vez en un debate de campaña electo-
ral, por ejemplo, se habla de la universidad.
Sólo se habla de la universidad cuando
truena, cuando hay estudiantes en la calle o
algún conflicto. Rara vez hay propiamente
debates sociales y eso indica que algo está
fallando.
También es cierto que, a veces, en el
mundo empresarial hay un sentimiento
ambivalente: por un lado se respeta a la
universidad pero por otro lado se nos acusa
de enseñanzas muy teóricas, muy alejadas
de la realidad. Es posible que las acusacio-
nes tengan algo de verdad. Pero sólo
podremos mejorar en la solución trabajan-
do juntos para ofrecer productos que reú-
nan las virtudes de la experiencia empresa-
rial y del estudio y la investigación universi-
taria.
Se echa en falta que nuestra sociedad
apueste con más énfasis por sectores com-
petitivos y con futuro que realmente dibu-
jen un modelo diferente. En este sentido
permítanme un comentario respecto al lla-
mado Plan E. Es cierto que, para empleo
rápido, lo más eficaz es aplicar un modelo
muy keynesiano casi paródico, (lo de abrir y
cerrar zanjas, que parece que al final es lo
que realmente se ha hecho en muchos
casos). He tenido oportunidad de decirlo:
“si estamos hablando de construir un
modelo diferente, ¿por qué la inversión que
se hace en el Plan E es puramente obra
pública”? Es cierto que era el sector más
afectado, pero se podía intentar apostar
mucho más, por ejemplo, por la mejora de
las autopistas de la información que real-
mente lleguen a todo el mundo, fáciles, ági-
les, etc. Afortunadamente en el segundo
Plan E ya aparecen posibilidades también
en esa dirección.
Entramos así en otro de los desequilibrios
de nuestra situación: nuestras finanzas
públicas, que ahora aparecen con un défi-
cit impresionante. Al cambiar el ciclo caen
los ingresos y crecen toda la serie de gas-
tos públicos que van ligados a la depre-
sión y que actúan como estabilizadores
automáticos. Los gastos de desempleo de
forma paradigmática. Un primer fallo
importante es que en los años de bonan-
za, en estos que estábamos en la nube,
se ha hecho mucha demagogia por parte
todos respecto a lo de bajar impuestos.
Yo creo que, menos Pedro Solbes, que
predicaba un poco en el desierto, casi
nadie se atrevía a decir “estos son años
buenos pero vendrán las vacas flacas y
habrá que tener un sistema que responda
a ello”. Que se diera en los últimos años
una competencia entre partidos políticos
y administraciones públicas en a ver
quién bajaba más los impuestos, (o en
decirlo, porque a veces era más imagen
que realidad, también hay que señalarlo),
una carrera por ofrecer una rebaja de
impuestos periódica, se está pagando
ahora. No se tuvo en cuenta que el exce-
so de recaudación se debía a una situa-
ción concreta, pero que en caso de crisis

nos íbamos a encontrar con lo que nos
estamos encontrando.
Otro de los aspectos que influyen en este
desequilibrio de las finanzas públicas está
en que el modelo político español obvia-
mente cambió con la Constitución. Ahora
tenemos tres grandes niveles: la Adminis-
tración General del Estado, la Autonómica y
la Local (municipal, provincial…). El estudio,
el análisis, el diseño de los sistemas de
financiación de cada uno de ellos ha ido
tradicionalmente siempre por separado: se
buscaba una solución con las Comunidades
Autónomas, no se acaba de buscar la solu-
ción con los ayuntamientos y se debaten
las reformas del sistema impositivo al mar-
gen de lo anterior. De ese sistema de finan-
ciación vienen muchos de los lodos actua-
les. Por ejemplo, un sistema de financiación
municipal que se basa en el ladrillo es un
incentivo perverso para que los ayunta-
mientos den todo tipo de facilidades en ese
campo. Y la discusión separada implica que,
al final, más que soluciones tenemos par-
ches, sin coherencia global y, sobre todo,
basados en una negociación espuria en la
cual cada administración intenta sacar lo
que puede sin planteamientos globales.
Realmente, al final, para el contribuyente y
para el sistema presupuestario público lo
que tenemos es un conjunto de fuentes de
renta y de financiación que luego habrá
que repartir. Necesitamos arbitrar un siste-
ma armónico y coherente entre las tres
administraciones.
Fruto de todo ello es que, a pesar de todo
lo que se ha dicho, tenemos un sistema tri-
butario que, lejos de simplificarse, es cada
vez más complejo. En este sentido yo tam-
bién creo que, para la mayor presión fiscal
que necesitamos (recordemos, todavía bas-
tante menor que la dominante en los paí-
ses de nuestro entorno) antes que de subir
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
impuestos lo que podría hacerse es una
revisión a fondo de todos los llamados gas-
tos fiscales, es decir, de toda la maraña de
bonificaciones, deducciones, programas de
incentivos, etc. Son medidas que nacen fre-
cuentemente por presiones de sectores
influyentes o por promesas electorales en
algún momento, que tienen un coste
recaudatorio importante Y no sólo por lo
que no se recauda directamente sino tam-
bién porque cuanto mayor es la maraña de
estos instrumentos mayores son las posibi-
lidades que se dan para la elusión fiscal, es
decir, para buscar vías de pagar menos
impuestos. Los asesores fiscales presentes
probablemente me regañen por lo que
estoy diciendo, pero esto parece obvio.
Cuanto más sencillo sea un sistema tam-
bién probablemente más justo y equitativo
es. Dejo ahí también otro de los vicios fun-
damentales de nuestro sistema que es el
fraude. La lucha por su reducción implicaría
efectos notorios sobre la recaudación y
sobre la equidad.
Por lo tanto, hay que ir a una simplificación
de nuestro sistema tributario y a una mejor
incardinación de los distintos niveles, de
forma que se avance en esto que hemos
hablado tanto de la corresponsabilidad: es
decir, que las Administraciones Territoriales
tengan autonomía fiscal real para fijar la
presión que estimen oportuna y dejen de
pedir más dinero a la administración gene-
ral para siempre.
En el Gasto Público pasa un poco lo
mismo. Convendría una revisión a fondo de
políticas de subvenciones que, en más de
un caso, responden más a presiones de
grupos de interés o a residuos históricos
que a intereses colectivos vigentes.
El gasto social es fruto también de una
maraña de peticiones, de promesas dema-
gógicas, etc. Y yo creo que nos enfrenta-
mos a la misma dificultad que veíamos en
el mercado laboral si intentamos debatir
aspectos de racionalización de las presta-
ciones públicas que parecen sensatos. Yo
creo que para las prestaciones sociales
tiene que generalizarse ese modelo de tres
niveles. Es decir, hay un nivel que se consi-
dera básico y que puede tener una consi-
deración de gratuito o/y obligatorio; hay un
segundo nivel que tiene que ser progresivo
y en ese sentido que cada vez el particular
vaya pagando en función de su capacidad
de renta. Y subrayo lo de progresivo porque
uno de los grandes defectos del sistema de
gasto es que el error de salto es frecuentísi-
mo, es decir, se obtiene derecho a algo
pero como gane usted un euro más de
repente pierde todos los derechos. Algo
que en el impuesto sobre la renta, por
ejemplo, parecería absurdo, en el gasto en
cambio parece que se considera normal a
pesar de que provoca efectos evidente-
mente perversos. Y un tercer nivel absolu-
tamente libre, privado y de mercado. Este
esquema vale para las pensiones, vale para
sanidad, vale para farmacia, vale para edu-
cación y vale para cualquier prestación. No
me voy a detener para no aburrirles dema-
siado pero, de hecho, es aparece ya par-
cialmente en más de uno de los supuestos
mencionados.
Y es necesario, también en el gasto, un pro-
ceso de simplificación y de reducción de
trámites burocráticos. Para todos los gastos
y todas las políticas. En el caso concreto de
las prestaciones sociales yo quiero dejar
simplemente apuntado mi apoyo a que se
discuta en profundidad la viabilidad de la
llamada renta básica de ciudadanía que
propusiera Atkinson hace años.
En cualquier caso, sin duda, en el Gasto
Público es precisa una reflexión desde la
perspectiva de la eficiencia. Discrepo abso-
lutamente de quienes dicen que el sector
Cuadernos de Energía 15
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
público es siempre ineficiente frente a un
sector privado siempre eficiente. Yo creo
que hay ejemplos de eficiencia e ineficiencia
tanto en el sector público como en el priva-
do. Dicho esto, es evidente que en el sector
público hay muchas más rigideces de fun-
cionamiento y por lo tanto más posibilida-
des de ineficiencia que en el sector privado.
Necesitamos una política real y efectiva de
incentivos y desincentivos, adecuada para
que cambien esas circunstancias.
Subyaciendo en todo lo que llevo dicho,
podría reconducirlo a uno de los desequili-
brios que a mí me parecen más relevantes y
que está influyendo en la dificultad de solu-
ción de los anteriores, que es el desequilibrio
institucional. Yo creo que hay algunos proble-
mas de nuestras instituciones que necesita-
mos afrontar a fondo si queremos solucionar
bien los problemas anteriores. En el debate
regulación versus desregulación, deberíamos
haber aprendido de esta crisis que el equili-
brio es fundamental. Evidentemente no
hemos encontrado un sistema mejor que el
de libre de mercado; pero también es evi-
dente, y la experiencia nos lo demuestra una
y otra vez, que la desregulación lo que lleva
es a desequilibrios graves, crisis permanentes
y, también, a problemas generales de poder
y de desequilibrios de poder ya que éste
tiende a concentrarse en pocas manos y
cada vez más ocultas.
Desgraciadamente, uno de los fracasos más
rotundos en estos últimos años ha sido el
de los mecanismos arbitrados por el mer-
cado para facilitar control y transparencia. Ni
las auditorías ni las agencias de calificación
de riesgo han pasado las mínimas exigen-
cias de calidad o fiabilidad en su trabajo. Y
no aprendemos.
Hay que buscar mecanismos en los que la
regulación sea simple pero clara y eficaz, en
los que la generalidad de las normas prime
16 Cuadernos de Energía
sobre falsas soluciones dictadas por casos
concretos, a veces a la luz de un titular y de
un escándalo. No se puede legislar de esa
forma en ningún campo, no se pueden
poner parches porque haya saltado alguna
alarma.
Esto implica que el mercado necesita tam-
bién estabilidad y seguridad. Las normas no
se pueden cambiar cada poco tiempo. Sé
que es difícil porque, obviamente, cada
grupo político tiene su visión. Pero hay
determinados temas para los que sería
deseable que hubiera un cierto pacto de
estabilidad entre los partidos políticos de
forma que las reglas básicas del juego no
estén cambiando constantemente. En edu-
cación lo vivimos con demasiada frecuen-
cia. Pero el problema es bastante general, y
la energía podría ser también un ejemplo
de ello. Hay demasiados bandazos que
hacen difícil muchas veces hacer una políti-
ca empresarial a largo plazo.
El funcionamiento de la justicia se convier-
te también en un elemento clave. Tenemos
una justicia, sin paliativos, notoriamente ine-
ficiente, donde el corrupto o el que utiliza
mecanismos poco claros sabe que puede
aplazar y alargar los procesos durante tanto
tiempo, que cuando se resuelvan ya no
tendrán mayor trascendencia. Se cuenta de
un conocido empresario, por decir algo, ya
fallecido, metido a todas las cosas, que
cuando le preguntaban cómo seguía un
pleito que sabía perdido contestaba: “sí,
pero cuando salga la sentencia seguramen-
te ya estaré muerto”. Y así ha sido. Este es
un ejemplo de lo que no puede aceptarse.
Eso, sin duda, es una condición también
del funcionamiento ordenado del mercado
y la organización general. Yo no quiero en
absoluto magnificar los casos de corrup-
ción: los casos de corrupción existen y es
verdad que estamos en un país donde exis-
te cierta laxitud en determinas actividades.
Pero tampoco creo que sean la regla domi-
nante. Es fundamental que se produzca la
transparencia suficiente como para separar
estos casos del resto, llámense políticos o
empresarios; que realmente la opinión
pública tenga claro que, frente a los depre-
dadores, hay también una mayoría de buen
empresario y de buen político, a los que
hay que defender.
Es importante resaltar los avances que se
están haciendo por parte de la mayoría de
las empresas en temas como responsabili-
dad social corporativa para, precisamente,
decir que “estamos dispuestos a dar cuen-
ta ante la sociedad y a rendir cuentas ante
nuestros stakeholders, ante aquellos que
están más vinculados a nosotros”.
Necesitamos un respeto a las instituciones
y que las instituciones se hagan acreedoras
a ese respeto. Necesitamos un estricto res-
peto a las normas por parte de todos y
también, por qué no decirlo, un mayor lide-
razgo social por parte de quienes deben
liderar. Yo creo que en todos los grupos
políticos se va demasiado detrás de las
encuestas en vez de delante, como debe ir
un líder. Los líderes deben marcar objetivos
y afrontar los problemas. Pero vemos que,
con frecuencia, vence el miedo a lo que
pueda ser impopular porque lo ha dicho
una encuesta y entonces no se atreven ni
siquiera a plantear determinados temas.
Como hemos visto, en mi opinión, hay
determinados temas en muchos sectores,
en muchos campos, en los que no sería
difícil encontrar un acuerdo si fuéramos
capaces de sentarnos para hablar de ello.
Pero con tantos prejuicios previos no existe
posibilidad ni siquiera de intentarlo.
Voy a terminar. A mí me gustaría que de
esta crisis hubiéramos aprendido algunas
lecciones pero, la verdad, me da miedo la

sensación de que, como ha empezado a
repuntar la economía, muchas de las refle-
xiones que se hicieron en el sentido de que
hay que controlar los paraísos fiscales, hay
que regular, hay que evitar determinados
excesos, hay que garantizar mecanismos
eficientes de control, etc., se van diluyendo.
Me da miedo que al final no hayamos
aprendido nada de esta crisis, que no cam-
bie nada estructuralmente. Entonces, aun-
Sintesis de la conferencia pronunciada en la Inauguracion del Curso Académico
que podamos tener un repunte general, si
las causas fundamentales de nuestros dese-
quilibrios siguen ahí, volveremos a caer en
breve plazo y cada caída será un poco más
fuerte que la anterior.
Creo que hay que volver a un modelo, a
aquel modelo social de mercado, en el que
combinamos crecimiento con cohesión
social, con educación, con inversión de futu-
ro. Porque yo creo que esa es la garantía de
que podemos ir avanzando hacia un mode-
lo diferente de producción, competitivo y
generador de empleo, corrigiendo los dese-
quilibrios que tenemos.
Como ven, no he podido ofrecerles una lec-
ción magistral. Sólo quería compartir con
ustedes algunas de las reflexiones que me
sugiere la crisis actual. I
Cuadernos de Energía 17
La energía y la presidencia
Española de la Unión Europea
Pablo Benavides Salas
Embajador de España y antiguo Director General de Energía de la Comisión Europea.
U na Presidencia con
novedades.
A partir del 1º de enero de 2010 España
pasa a ocupar por turno rotatorio la Presi-
dencia de los Consejos de Ministros de la
Unión Europea. No será esta una Presiden-
cia como las otras que España ha ejercido
en tres ocasiones anteriores puesto que el
1º de diciembre de 2009 entró en vigor el
Tratado de Lisboa y con ello las importantes
modificaciones introducidas por este Trata-
do. En la política energética de la Unión el
Tratado aporta innovaciones importantes al
margen de las que con carácter general
introduce en materia institucional.
Después de los distintos intentos que se
realizaron en los Tratados de Ámsterdam y
Niza para lograr una mínima base jurídica
para la política de energía de la Unión y
que fracasaron uno tras otro por muy diver-
sas razones, el Tratado de Lisboa facilita por
fin esa base de la que se carecía y que la
Unión hubo que buscar anteriormente en
ficciones y artilugios jurídicos. Los primeros
pasos legislativos que cristalizaron en las
Directivas de la electricidad y del gas del
“primer paquete” legislativo tuvieron que
18 Cuadernos de Energía
basarse en las políticas comunes del mer-
cado interior o de medio ambiente. A este,
como es bien sabido, siguieron dos “paque-
tes” más, el último de los cuales el presen-
tado por la Comisión en enero de 2007 y
todavía en curso de desarrollo. La política
de la Unión Europea se basará en los tres
principios esenciales de toda política ener-
gética moderna – competitividad, sostenibi-
lidad y seguridad de abastecimiento – pero
además y como consecuencia de las crisis
de abastecimiento de gas ruso a Europa en
2006 y 2008, Polonia, una de las principa-
les víctimas de esas crisis, logró muy a últi-
ma hora, incluir la innovadora noción de la
solidaridad entre los países miembros junto
con la de crisis y las consiguientes medidas
destinadas a anticiparse a estas o a paliar-
las cuando ya se han producido.
La segunda innovación que la Presidencia
española habrá de afrontar es la institucional.
La Unión Europea tiene, a partir de ahora,
una Presidencia elegida para un período de
dos años y medio y cuyas competencias
quedan aún por definir claramente así como
un Alto Representante para la Política Exterior
Común que, al mismo tiempo, ostenta el
cargo de Vicepresidente de la Comisión
Europea. Para ambos cargos, como también
es bien sabido, han sido designados por el
Consejo Europeo el hasta ahora Primer
Ministro belga, Hermann van Rompuy, y la
británica, Lady Catherine Ashton, respectiva-
mente.
De esta situación se infieren dos consecuen-
cias: la Presidencia española será la primera
de carácter rotatorio que compaginará su
mandato con la Presidencia “estable” de la
Unión Europea. La posición institucional de
las Autoridades españolas ha quedado ya
afortunadamente aclarada en el sentido de
que el Presidente del Gobierno español no
solamente no se lanzará a ninguna penden-
cia por ocupar espacios que no le corres-
pondan sino que, además, prestará todo su
apoyo a la nueva figura institucional. Es indu-
dablemente una excelente decisión tanto
más procedente y útil cuanto que los próxi-
mos Presidentes – estable y rotatorio –
serán ambos de nacionalidad belga, van
Rompuy y Leterme, y que entre ellos las rela-
ciones durante su gestión al frente de
Gobierno belga no brillaron por su cordiali-
dad y buen entendimiento. El precedente

español constituirá, pues, una buena base
para evitar disensiones que perjudicarían la
imagen institucional ya borrosa de la Unión.
Lo anterior no quiere decir, sin embargo, que
la Presidencia rotatoria quede vacía de con-
tenido. El Presidente de la Unión preside,
ciertamente, el Consejo Europeo y represen-
ta a la Unión en instancias y foros como el
G-8 o el G-20 pero la Presidencia rotatoria,
en este caso España, convoca y copreside
las Cumbres bilaterales así como, a nivel de
Ministros, los Consejos de naturaleza especí-
ficamente sectorial como los de energía,
quedando reservada para la Alta Represen-
tante la presidencia de los Consejos de rela-
ciones exteriores y quizás los llamados de
asuntos generales que se desglosan de los
anteriores. Así pues, dos importantes cum-
bres en materia energética como las de la
Unión con Estados Unidos y con Rusia serán
convocadas y dirigidas por el Presidente del
Gobierno español y el Consejo de Ministros
de Energía lo será por el Ministro del ramo
español, Miguel Sebastián.
En cuanto a las innovaciones de los artículos
100 y 66A ( situaciones de crisis y medidas
para afrontarlas) y 156A (principios de base
de la política energética, entre los cuales el
de la solidaridad ), la Presidencia española
habrá de promover las iniciativas legislativas
necesarias para hacer efectivas esas medi-
das solidarias. En este sentido, el nuevo
Reglamento sobre seguridad de suministro
de gas actualmente en curso de debate en
el Consejo y el “instrumento de seguridad
de energía e infraestructuras” tendrán que
ser impulsados por España para dar sentido
y contenido práctico a aquellas innovaciones
y para hacer frente a las posibles circunstan-
cias críticas de abastecimiento que no pue-
den descartarse durante el semestre de la
Presidencia española.
Por lo demás, la coyuntura económica y
financiera internacional y más específica-
La energía y la presidencia Española de la Unión Europea
mente la de la Unión Europea que presen-
ta dificultades considerables en algunos de
los países miembros no facilitará la adop-
ción de medidas de financiación de infraes-
tructuras y de nuevas tecnologías que recla-
man organismos como la Agencia de la
Energía de París para hacer frente a las
necesidades de consumo de un futuro pró-
ximo. Esas decisiones se tendrían que
adoptar desde ahora si Europa desea antici-
parse a una recuperación económica vero-
símil dentro de breves años.
Finalmente, el fracaso de la Conferencia de
las Partes del Protocolo de Kyoto en Copen-
hague en diciembre pasado ha echado por
tierra la base de justificación más importan-
te y visible de la sostenibilidad de la energía
en Europa a la que la Unión apostó con
fuerza y en la que ha venido desde hace
años fundando una parte importante de su
política energética.
Las tareas de la Presidencia
española.
Puede, por tanto, ya deducirse que no será
la española una Presidencia cómoda ni fácil
en cuanto a la política energética se refiere.
Para empezar, sería un error considerar que
los mercados interiores de la electricidad y
del gas han quedado cerrados después de
la puesta en marcha del “tercer paquete”. A
título de ejemplo hay que recordar que la
propia España no quedó satisfecha con la
solución que el Consejo dio al tema de la
segregación de actividades o “unbundling”.
La opinión mucho más laxa de un grupo de
ocho países liderados por Alemania y Fran-
cia edulcoró el principio de la segregación
de las actividades de las empresas vertical-
mente integradas y permitió a través de
una cláusula de países terceros un tanto
confusa y aun no aplicada en la práctica la
posibilidad de discriminación favorable a la
penetración de empresas integradas como
la rusa Gazprom. Posiblemente la Presiden-
cia española no sea el momento más ade-
cuado para poner a prueba o para cuestio-
nar la solución pactada por el Consejo pero
bueno será tenerlo presente para los posi-
bles casos de conflictos de intereses. No
olvidamos - si se me permite la expresión
coloquial – el ”papelón” de la Canciller
Angela Merkel defendiendo ardorosamente
su postura en contra de la segregación
mientras que en las mismas horas y con
desconocimiento de su Jefa de Gobierno el
Presidente de E.On, Wulf Bernotat, vendía
parte de la red de transmisión que su com-
pañía poseía quizás para escapar con este
gesto a una posible sanción de la Dirección
General de la competencia de Bruselas por
razones distintas.
Queda todavía por poner en marcha la
Agencia de Cooperación de Reguladores
Europeos cuya capital ha quedado ya esta-
blecida por decisión del Consejo en la capi-
tal eslovena, Ljiubliana, pero cuyas funcio-
nes están muy lejos de ser las de un genui-
no regulador europeo y cuyos métodos de
funcionamiento resultan, a mi parecer,
excesivamente abstrusos y burocráticos y
no confieren el poder de regulación y, en
su caso, de sanción necesario en casos de
conflictos entre países miembros o de estos
con países terceros. Entretanto, los regula-
dores nacionales seguirán reuniéndose en
los llamados “foros” de Florencia y de
Madrid de la electricidad y del gas para ali-
mentar desde ellos con nuevas propuestas
la tarea de la Agencia en su camino hacia
una deseable cultura regulatoria europea
común en toda la medida de lo posible.
Asimismo, dentro del marco de la cons-
trucción de un mercado interior de la elec-
tricidad y del gas se hace cada día más evi-
dente la urgente necesidad de unas infra-
estructuras de interconexión que hagan del
mercado de la Unión un auténtico y genui-
Cuadernos de Energía 19
La energía y la presidencia Española de la Unión Europea
no mercado único. España desde su pues-
to de la Presidencia debe impulsar esas
interconexiones por lo pronto para superar
de una vez para siempre el aislamiento y la
insularidad energética de la Península ibé-
rica y también para asegurar el suministro
de los países de la Europa del sudoeste en
la llamada “Comunidad de la Energía”. Este
será, sin duda, uno de los aspectos de
mayor trascendencia de la Presidencia de
España y uno de los objetivos que España
debiera fijarse.
Si en las materias relacionadas con el mer-
cado interior quedan, como puede verse,
aspectos importantes por impulsar o cul-
minar, en lo que se refiere al segundo pilar
de la política energética – la sostenibilidad
– el frustrante resultado de la Conferencia
de las Partes en Copenhague es un golpe
bajo a la política de la Unión Europea. Esta
se ve ahora desprovista del fundamento
con el que creía contar desde hace años;
no solamente el 30% de reducción de
emisiones que la Unión se proponía alcan-
zar si otros países adoptaban medidas sig-
nificativas similares queda ahora en entre-
dicho por la ausencia de compromisos fir-
mes de Estados Unidos, China o, incluso,
Brasil, sino que en la lucha por alcanzar los
objetivos 20-20-20 ( en renovables, en efi-
ciencia y en reducción de emisiones )
aprobados por la Unión esta corre el riesgo
de encontrarse sola. Ciertamente el papel
de Europa en Copenhague ha sido borroso
y carente de peso frente a las argucias de
muchos de los participantes más impor-
tantes y en especial de Estados Unidos y
China. El coste de todo ello puede ser ele-
vado ya que la Unión, en coherencia con
sus principios, podría verse inducida a
seguir su política esta vez sin el apoyo de
otros países. Pero una política de sostenibi-
lidad energética aislada internacionalmente
tendría un coste muy alto en términos de
competitividad relativa o puede resultar
20 Cuadernos de Energía
sencillamente irrealizable como en los casos
del comercio de emisiones o de la aplica-
ción de los mecanismos de flexibilidad del
Protocolo de Kyoto. España desde su pues-
to de la Presidencia tendrá que afrontar,
pues, las consecuencias del fracaso de
Copenhague que en el terreno de la ener-
gía podrían ser catastróficas y proponer
soluciones nuevas para una situación
nueva. Es necesario proceder a un análisis
crítico y sin complacencias ni dogmatismos
de esas consecuencias si se desea confir-
mar la decisión de la Unión de proseguir su
política de sostenibilidad energética en un
marco internacional minado por Copenha-
gue. De aquí a la próxima Conferencia de
las Partes en México en noviembre de
2010 el tiempo es escaso y nuevos com-
promisos de los grandes países contamina-
dores en sentido inverso a los que ya han
decidido en Copenhague no parecen muy
verosímiles.
En cualquier caso, la Presidencia española
habrá de impulsar el Plan Estratégico Euro-
peo de Tecnologías Energéticas (SET) cuya
iniciación está ya acumulando retrasos por
dificultades financieras y presupuestarias así
como el lanzamiento del plan de eficiencia
energética. En ninguno de esos dos cam-
pos la Unión Europea puede permitirse
retrasar sus decisiones cualesquiera que
sean las dificultades a las que se enfrenta
en la actualidad y cualesquiera que hayan
sido las actitudes en Copenhague de sus
principales competidores. Porque Estados
Unidos, por su parte, continuará e, incluso,
intensificará sus esfuerzos de investigación
en nuevas tecnologías y China, pese a sus
reticencias en materia de verificación inter-
nacional de sus emisiones que la han lleva-
do a oponerse a contraer obligaciones en
Copenhague, no es tan ciega como para
ignorar el grave problema de contamina-
ción al que se enfrenta ya en la actualidad
tanto en sus inmensas urbes de su costa
oriental donde se acumulan más de dos
tercios de su ingente población como en
sus zonas rurales y carboníferas. China ya
está introduciendo las nuevas tecnologías
en esas proporciones gigantescas que
caracterizan todo su sistema económico y, a
título de ejemplo, hoy ya figura entre los
máximos utilizadores de energía eólica. Es
comprensible el desconcierto de la industria
europea que ha seguido al fiasco de
Copenhague pero Europa cometería un
error difícilmente reparable si baja la guardia
o ralentiza sus esfuerzos en materia de
I+D+i y en eficiencia energética.
Por ello el Plan Estratégico Europeo de Tec-
nologías energéticas ( SET ) tiene que ser
impulsado y superar las dificultades finan-
cieras a las que se enfrenta en los momen-
tos presentes. La Unión Europea ha aposta-
do por ciertas tecnologías como el secues-
tro y almacenamiento del carbono que se
practica ya en determinadas condiciones
favorables como las que se dan en la gran
plataforma gasista noruega de Sleipner y
España espera asimismo empujar la tecno-
logía del automóvil eléctrico para ver de
limitar el uso de combustibles fósiles en
ese sector industrial que los utiliza todavía
en proporciones de más del 95%. Otras
tecnologías como la eólica off-shore, los
biocarburantes de segunda generación, los
reactores de tercera y cuarta generaciones
o la fusión nuclear figuran también entre las
prioridades del SET.
Durante la Presidencia española correspon-
de a cada uno de los países miembros pre-
sentar su Plan nacional de promoción de
energías renovables. España puede en esta
materia dar muestras de su liderazgo y con
el apoyo de la Comisión deberá proceder al
análisis comparativo de esos Planes, una
tarea menos fácil de lo que puede parecer
puesto que no es imposible que algunos
intenten camuflar su falta de cumplimiento

de los objetivos aprobados por el Consejo.
Si, bajo el impulso de la Presidencia, se
logran armonizar los criterios de presenta-
ción de los planes de acuerdo con el
modelo propuesto sin carácter vinculante
por la Comisión se facilitará la comparación
de los datos nacionales y a la exigencia de
cumplimiento a los Estados miembros
retardatarios o recalcitrantes.
Finalmente, la seguridad de abastecimiento
seguirá siendo una prioridad durante la Pre-
sidencia española como ha venido siendo
durante los últimos tiempos de resultas de
las crisis de abastecimiento de gas ruso.
Urge disponer del Reglamento del gas
como urge que los países miembros apli-
quen los criterios de transparencia necesa-
rios para poner en marcha los mecanismos
de alerta precoz y de solidaridad que el pro-
pio Tratado de Lisboa propone. El nuevo
“instrumento de seguridad energética e
infraestructuras” debe, ante todo, promover
la construcción de infraestructuras de inter-
conexión y las llamadas “redes inteligentes”
para una política de abastecimiento segura y
contar con la ayuda de instrumentos ya exis-
tentes como la ACER ( Agencia de Regula-
dores ) y los ENTSO ( Operadores del Siste-
ma ). Entre las infraestructuras prioritarias
España debe impulsar el Anillo Mediterrá-
neo acerca del cual la Comisión presentará
una Comunicación y, por supuesto, las inter-
conexiones transpirenaicas.
Las relaciones exteriores en el
sector de la energía durante la
Presidencia española.
No es necesario reiterar una vez más que la
energía ha pasado a constituir un de los ele-
mentos insoslayables de la Política Exterior
Común de la Unión Europea. Desde que el
hasta ahora Alto Representante, Javier Sola-
na, que acaba de dejar su puesto sustituido
por Catherine Ashton, produjera conjunta-
La energía y la presidencia Española de la Unión Europea
mente con la Comisión en 2006 su Comu-
nicación en esta materia los temas energéti-
cos forman parte integrante de esa política
exterior. Pero el principal problema sigue
siendo el de unificar las posiciones de la
Unión ya que la defensa de los intereses
nacionales ha seguido prevaleciendo e impi-
diendo, consiguientemente, a la Unión Euro-
pea expresarse con una sola y única voz. A
partir del Tratado de Lisboa el nuevo puesto
de Alto Representante que acumula con el
de Vicepresidente de la Comisión así como
el Servicio Europeo de Acción Exterior que
estará a sus órdenes con unos muy amplios
efectivos procedentes de los servicios diplo-
máticos nacionales, de la Comisión y de la
Secretaría del Consejo son nuevos instru-
mentos que deben ayudar a conformar esa
única voz exterior de la Unión. No será, pues,
la falta de instrumentos la que pueda seguir
provocando tanta disensión entre las posi-
ciones gubernamentales sino en realidad la
carencia de una voluntad política común.
La Presidencia de España tendrá que con-
vocar y coordinar al menos dos cumbres
bilaterales particularmente importantes en
el terreno de la energía con Rusia y con los
Estados Unidos. Los contenciosos de Rusia
y Ucrania podrían volver a repetirse y Espa-
ña, en cuanto Presidencia habrá de estar
prevenida para actuar anticipándose a ellos
o aplicando aquellas medidas que hayan
previsto el reglamento de abastecimiento
de gas o el nuevo instrumento de seguri-
dad energética e infraestructuras. Y es que,
entretanto, Rusia y la Comisión Europea
han llegado a un acuerdo para la puesta en
marcha de un “mecanismo de alerta tem-
prana bilateral” que se ha alcanzado con
inusitada rapidez y cuyas primeras pruebas
podrían producirse en Presidencia española
si las crisis de abastecimiento de gas ruso
hicieran su reaparición. Otro tema pendien-
te entre Rusia y la Unión es, como es bien
sabido, el de la Carta de la Energía. Rusia
ha hecho saber una y otra vez en el pasado
que no ratificaría dicha Carta y para demos-
trarlo fehacientemente ha decidido incluso
la retirada de su firma del Tratado de la
Carta y de su Protocolo de tránsito y ha
propuesto, en contrapartida, el que ha
denominado “Nuevo enfoque para afrontar
las situaciones de crisis”. El Consejo de
Ministros no ha tenido a bien considerar
pertinente su análisis en profundidad y ha
continuado obstinadamente e inútilmente
exigiendo a Rusia la ratificación de la Carta.
Aún cuando esto signifique una toma de
posición un tanto independiente y hetero-
doxa, España podría promover, dentro del
marco del Diálogo energético con Rusia, un
análisis de la propuesta rusa que contiene,
como se ha explicado ya desde estas mis-
mas páginas, no pocos elementos innova-
dores e interesantes.
La segunda cumbre importante será con los
Estados Unidos. Dos temas en materia
energética me parecen insoslayables: en
primer lugar dar contenido al “Consejo de
energía” que ambas partes han decidido
crear entre sus encuentros de alto nivel y
que prueba, una vez más, la trascendencia
que cobran estos temas en las relaciones
internacionales. En segundo término, solici-
tar de Estados Unidos una explicación de
su posición en Copenhague y, sobre todo,
de su política futura en temas tan impor-
tantes como la limitación de emisiones o la
investigación en nuevas tecnologías en la
que Estados Unidos tiene, por el momento,
voluntad de cooperar con la UE.
El Mediterráneo va a seguir siendo objeto
de atención prioritaria de España y los pro-
yectos ya previstos como el Anillo Medite-
rráneo o el gigantesco Plan Solar tendrán
que ser impulsados por la Presidencia.
Tanto un proyecto como el otro tienen que
vencer resistencias de todo tipo y dificulta-
des técnicas, especialmente en el caso del
Cuadernos de Energía 21
La energía y la presidencia Española de la Unión Europea
Plan Solar, de gran envergadura que susci-
tan dudas en cuanto a su credibilidad.
Por supuesto, el resto de las relaciones
internacionales en aspectos como el “Diálo-
go productores/consumidores” o la presen-
cia y la acción de la Unión Europea en ins-
tancias internacionales como la AIE de Paris,
22 Cuadernos de Energía
la IRENA o el OIEA, este especialmente
importante en un año en el que se ha de
revisar el Tratado de no-proliferación, figura-
rá de oficio entre las prioridades de la Presi-
dencia de España.
Así se presenta, en breves trazos, la Presi-
dencia de España en materia de energía
como un desafío en el terreno institucional
dadas las innovaciones del Tratado de Lis-
boa, en el terreno práctico con la puesta en
marcha del Plan de Acción 2010 - 2014 y
en la continuidad de una política de van-
guardia en un contexto poco favorable dada
la crisis internacional y el indudable fiasco
de Copenhague. I
El sector del carbón en España
(2010-2018)
Victorino Alonso García
Presidente de Carbunión
Situación actual del Sector
El carbón verde
En los últimos años, las centrales térmicas
españolas están realizando un gran esfuer-
zo inversor en equipamientos tecnológicos
y medioambientales para reducir de mane-
ra significativa las emisiones contaminantes
derivadas de la combustión de carbón. A
esto hay que unir una serie de proyectos
investigadores pioneros para lograr antes
del año 2020 el objetivo de ‘emisiones
cero’ o ‘combustión limpia del carbón’. Es
decir, la mala fama de ‘sucio’ que acompa-
ña al carbón dejará de ser un lastre para el
fin que se persigue a nivel mundial de con-
trarrestar el cambio climático o calenta-
miento de la Tierra.
En concreto, hay dos líneas de actuación
claramente diferenciadas para lograr este
objetivo del ‘carbón verde’. Por un lado, la
limitación y reducción de emisiones a la
atmósfera de tres contaminantes concretos:
el dióxido de azufre (SO2), los óxidos de
nitrógeno (NOx) y las partículas en suspen-
sión, que se están combatiendo con la pro-
gresiva introducción de mecanismos tecno-
lógicos que están posibilitando una crecien-
te combustión limpia. Y, por otro lado, la eli-
minación de las emisiones de dióxido de
carbono (CO2), causante del efecto inver-
nadero (en España, la combustión de car-
bón ocasiona en la actualidad sólo el 15%
del CO2 emitido, mientras que el sector
Transportes provoca más del 32% y el
Industrial casi el 28%).
A nivel mundial, el mayor esfuerzo investi-
gador se está centrando en la captura y
posterior almacenamiento geológico del
dióxido de carbono (CO2) procedente de la
combustión térmica del carbón. En este
sentido, la Unión Europea ha dispuesto un
fondo económico destinado a financiar el
desarrollo de esta tecnología en fase expe-
rimental y escalarla a su aplicación comer-
cial o industrial de cara a posibilitar la cons-
trucción de centrales térmicas medioam-
bientalmente sostenibles.
La Comisión Europea ha aprobado recien-
temente la concesión de fondos para siete
de los doce proyectos presentados de cap-
tura de CO2, entre los que se incluye el pro-
movido por la Fundación Ciudad de la Ener-
gía (Ciuden), dependiente del Gobierno
central, y la compañía Endesa para la cen-
tral térmica de Compostilla (León). La dota-
ción económica asciende a 180 millones
de euros y actualmente se está construyen-
do en las proximidades del complejo térmi-
co una serie de plantas pilotos o centrales
de demostración basadas en tecnología de
oxicombustión de carbón en lecho fluido
circulante (planta de 31,2 megavatios de
potencia) o de carbón pulverizado (20
megavatios) y de postcombustión median-
te absorción química, para su posterior apli-
cación en la central térmica de Compostilla
de cara a demostrar su viabilidad técnica en
el año 2015.
También están muy avanzados los estudios
necesarios para transportar el CO2 una vez
capturado y almacenarlo mediante su
inyección en el subsuelo a más de 800
metros profundidad en superficies salinas
con plenas garantías de confinamiento. Y
todo ello –captura, transporte y almacena-
miento- estará listo y extensivo a todo el
parque térmico nacional antes del año fija-
do 2020. Superado este reto, unido al uso
extensivo de los equipamientos que neu-
Cuadernos de Energía 23
El sector del carbón en España (2010-2018)

tralizan o anulan las emisiones de SO2, corto y medio plazo cuya referencia es el
NOx y partículas en suspensión, podremos precio del carbón de importación. Además
hablar del ‘carbón verde’, de la combustión actúa como un agente moderador, ate-
limpia del carbón. De ahí que este mineral nuando las fluctuaciones del mercado inter-
esté llamado a ser crucial en la generación nacional y permitiendo a las compañías
eléctrica, por su aporte y capacidad de eléctricas acudir al mercado spot cuando
moderar precios, por lo menos hasta el año más les convenga.
2050.
Este efecto moderador ha resultado espe-
El gas natural y el petróleo tienen fecha de cialmente relevante en los últimos tiempos
caducidad, proceden de países política- de altísima volatilidad de los mercados,
mente muy inestables, y las tensiones en como se resume en el gráfico I
precios serán una constante peligrosa e
inflacionista. Además, las centrales térmicas La excepcionalidad que se produjo en los
de carbón tienen la bondad de responder mercados de materias primas en los años
al instante a las puntas de demanda ener- 2007 y 2008 explica que, por una parte los
gética en el mercado de generación eléctri- precios fijos a un año pactados entre com-
ca, elemento técnico modulador que no pañías eléctricas y mineras, hayan resulta-
concurre ni en las centrales nucleares, ni en dos menores que los que se derivaron del
las hidráulicas y menos en las basadas en mercado, mientras que en el año 2009 y
energías renovables (eólica, fotovoltaica, previsiblemente en 2010 se produzca la
geotérmica, etc.). situación opuesta.
El Carbón nacional como moderador de Esta representación gráfica de los precios de
los precios del mercado eléctrico los carbones en el mercado nacional e inter-
nacional, muestra con claridad la necesidad
El Carbón Nacional supone una garantía de de utilizar mecanismos de compensación,
suministro para las centrales térmicas que tanto para dejar a salvo las ventas a térmica
lo consumen, suscribiendo contratos a de los años 2007 y 2008, como para per-
Gráfico 1
mitir sostener los precios del carbón nacio-
nal hasta que el mercado se recupere.
Y ello es así porque el Reglamento (CE)
1407/2002 del Consejo prohíbe producir
precios de entrega inferiores a los del car-
bón de importación puesto en cada central,
lo que obliga a compensar los déficits de
precios de 2007 y 2008 con los previsibles
excesos de 2009 y 2010.
Las verdaderas ayudas a la producción
de carbón
De conformidad con el Reglamento (CE)
1407/2002 del Consejo, el Plan Nacional
de Reserva Estratégica de Carbón 2006 –
2012 y Nuevo Modelo de Desarrollo Inte-
gral y Sostenible de las Comarcas Mineras,
establece en el marco de la Reestructura-
ción los siguientes tipos de Ayudas:
• Ayudas a la Producción Corriente o al
Acceso a Reservas.
• Ayudas al Cierre de Unidades de
Producción.
• Ayudas destinadas a compensar cargas
excepcionales derivadas de la reestructu-
ración.

Complementariamente, en el marco de la
160
144 Reactivación establece una serie de fondos
140
PREVISION API 2 (€) para el desarrollo de Infraestructuras, apoyo
120
a Proyectos de Inversión Empresarial y For-
100 mación y Becas.
85
80

€ /t 5 6 0 0 60
63
Resulta relativamente frecuente recibir infor-
40 maciones acerca de las enormes ayudas a
20 la producción de carbón que, bien por des-
0
conocimiento o bien de forma interesada,
mezclan toda esta serie de fondos públicos
2005

2006

Q1 2007
Q3 2007
Q1 2008
Q3 2008
Q1 2009
Q3 2009
Q1 2010
Q3 2010

2011

2012

que tienen finalidad propia dentro del con-

junto de actuaciones que supone el Plan,
Importado Nacional
para finalmente concluir unos costes que se

24 Cuadernos de Energía

achacan, de forma improcedente, a la pro-
ducción de carbón nacional.
El objetivo de los fondos de Reactivación es
favorecer el desarrollo de un nuevo tejido
empresarial que pueda compensar la
reducción de la actividad económica deriva-
da de la Reestructuración, lo que lamenta-
blemente está lejos de conseguirse debido
a las especiales dificultades que a este res-
pecto presentan las comarcas mineras, pero
resulta obvio que no son un coste imputa-
ble a la producción de carbón nacional.
En cuanto a los fondos que contempla el
plan de Reestructuración, su distribución
para cada tipo de ayudas es la siguiente:
La programación de los cierres concluyó el
31 de diciembre de 2007 y la finalidad de
Gráfico 2
39%
58%
3%
P r o d u c c ió n
C ie r r e
C a r g a s Ex c e p c i o n a l e s
F u e n t e : I n f o r m e EC O R Y S
estas Ayudas fue compensar los costes
excepcionales que para las Empresas supu-
sieron tales procesos, permitiendo el cierre
planificado de las minas en condiciones
ambientales y de seguridad adecuadas.
Tampoco estas Ayudas son imputables a la
producción de carbón.
En cuanto a las ayudas a la cobertura de
cargas excepcionales, derivadas del proce-
so de reestructuración, cumplen una
misión esencial cual es alcanzar la dimen-
sión final que se pretende dar al sector,
evitando que la pérdida de empleo acor-
dada, suponga un problema inasumible
para estas comarcas y para la sociedad en
su conjunto. Es evidente que no son
imputables a la producción de carbón sino
a las reducciones de capacidad que se
han planificado.
Por último, las Ayudas al Acceso a Reservas
o a la Producción Corriente están destina-
das a cubrir la diferencia entre los costes de
producción y los precios acordados con las
compañías eléctricas teniendo en cuenta
las condiciones del mercado internacional,
que son las únicas ayudas imputables a la
producción de carbón.
Estas Ayudas para el año 2010 están publi-
cadas en el BOE de 21 de octubre de
2009, que contiene la 16752 Resolución
de 13 de octubre de 2009 y su importe
máximo es de 315,9 M€ para 10,1 millo-
nes de toneladas.
Estamos hablando por tanto de un prome-
dio en el sector de 31,3 €/t, ayuda que
tiene el carácter de suplemento de precio,
como demuestra el hecho de que devenga
I.V.A.
50
40
30
20
10
1 ,8 2 3,33
4 ,2 9 4 ,3 8
0 SOL AR
El sector del carbón en España (2010-2018)
Este suplemento de precio o ayuda a la
producción autóctona, se produce por dife-
rencia de costes del carbón nacional en
relación con los precios del mercado inter-
nacional, constituido fundamentalmente por
explotadores de grandes yacimientos de
cielo abierto o en países con costes de
mano de obra que nada tienen que ver con
los estándares europeos.
Si este suplemento de precio de 31,3 €/t
se transformase en costes de producción
de energía eléctrica que, dado su carácter
estratégico, no tiene que competir con el
KW procedente de otros países, su repercu-
sión sería de 1,82 c€/Kw.
Este coste, que se sufraga a través de los
presupuestos generales del Estado, es cla-
ramente inferior al de otras tecnologías de
generación igualmente primadas con fon-
dos públicos. Estas otras fuentes de ener-
gía, imprescindibles para conseguir un cre-
cimiento sostenible, necesitan detrás otra
que complete las necesidades demandadas
por el sistema, en función de las oscilacio-
nes meteorológicas.
Así, según datos de la CNE las instalaciones
de generación con residuos están recibien-
do una retribución media por encima del
mercado libre a través de las regulaciones
de 3,33 c€/Kw; la energía eólica 4,29; la
energía hidráulica 4,38; las instalaciones de
Gráfico 3
4 2 ,8 6 C A R BO N
R ES I DU O S
EOL I CA
H ID R ÁUL I CA
C O G EN ER ACI Ó N
9 ,0 3 B IO M AS A
7 ,0 7
5 ,1 2
T R A T A . R ES ID .
Cuadernos de Energía 25
El sector del carbón en España (2010-2018)
cogeneración 5,12; las que utilizan bioma-
sa 7,07; la energía aprovechada en el trata-
miento de residuos 9,03; y la energía solar
42,86 c€/Kw.
En el gráfico 3 se representan los fondos
públicos por kilowatio destinados a la gene-
ración eléctrica con carbón y con el resto de
fuentes que reciben incentivos del Estado.
La contribución del sector a la
economía del estado
Las ayudas al funcionamiento que recibe el
sector para su viabilidad, lejos de ser onero-
sas para el Estado, son devueltas con creces
a las propias arcas públicas a través de las
cargas fiscales y coberturas sociales que
soporta la propia actividad minera y, a la
propia Sociedad, mediante las rentas salaria-
les y compras de bienes y servicios, amén
de su enorme capacidad de arrastre de
otros sectores económicos que, de manera
indirecta o inducida, son potenciados gracias
al entorno económico que propicia la mine-
ría de carbón y su fuerte capacidad de crea-
ción de valor añadido en sí misma y en
otras actividades dependientes de ella.
Si nos fijamos solamente en los pagos
impositivos que soportan las empresas
mineras en concepto de cotizaciones socia-
les, impuestos ligados a la producción e
impuesto sobre el valor añadido (IVA), el
balance es muy positivo para el erario públi-
co. Por cada euro que da el Estado en con-
cepto de ayudas al funcionamiento al sec-
tor minero, se reportan 3 euros por los con-
ceptos fiscales mencionados si aunamos la
fiscalidad propia de la actividad (paridad
con las ayudas) y la que resulta del circuito
de arrastre en otras ramas de actividad
(efecto multiplicador).
Considerando solamente los 10.000
empleos directos que actualmente tiene el
26 Cuadernos de Energía
sector del carbón y calculando una media
de 22.500 €/año por trabajador en con-
cepto de IRPF y SS, se generan por este
concepto un total de 225 M€.
En cuanto al IVA, si consideramos los ingre-
sos por precio más ayuda, estaríamos en el
entorno de 75 €/t, que al aplicarle la base
actual del 16% y los 10 millones de tonela-
das producidas, nos permitirían hablar de
una recaudación para el Estado de 120 M€.
La suma de ambas cantidades es aproxi-
madamente equivalente a las ayudas a la
producción, que como vimos son actual-
mente de 315,9 M€.
Queda por cuantificar, además de lo ante-
rior, la enorme contribución económica y
social de la actividad minera en cuanto a
empleo y sus consiguientes rentas salaria-
les, la compra de bienes y servicios y los
efectos inducidos en otras ramas de activi-
dad.
El estudio de los profesores Ángel Muñoz
Alamillos, Gonzalo Cortiñas Bravo y Anto-
nio Díaz Ballesteros, de la Facultad de Eco-
nómicas de la Universidad de León, deno-
minado “Evaluación del Impacto Económi-
co de la Minería del Carbón en la provincia
de León”, viene a corroborar el crucial apor-
te económico del sector primario del car-
bón por su fuerte capacidad en la genera-
ción de valor añadido en tres frentes: como
actividad en sí (impacto directo), como con-
secuencia de las interrelaciones productivas
que arrastra (impacto indirecto) y como
efecto renta-demanda (impacto inducido).
De hecho, constatan que un empleo direc-
to en minería posibilita la creación de casi
dos empleos de manera indirecta y hasta 3
empleos si sumamos los efectos inducidos.
Si nos ceñimos al ámbito de los municipios
mineros, los efectos multiplicadores que
cada empleo minero tienen sobre el
empleo total del municipio se sitúan entre
4 y 4,5.
Para dar una idea del orden de magnitudes,
podemos señalar que los 30.000 empleos
inducidos en España, cuya renta media
bruta por trabajador es de 30.000 €/año,
según datos del INE (incluido salario, SS e
IRPF), generan 900 millones de euros en
rentas inducidas. A ello habría que añadir
nuevamente los impuestos que generen
estas actividades inducidas, todo lo cual nos
permite afirmar sin ningún género de dudas
que suprimir las ayudas a la producción de
carbón en España es un mal negocio.
Las comarcas mineras en España
Se analiza a continuación la cuestión de
impacto territorial, marco que visualiza la
dimensión real de la actividad extractiva de
carbón nacional, que no es otra que la
cohesión social y económica que propicia
en unas comarcas mineras totalmente
dependientes de este recurso autóctono.
De hecho, comarcas mineras como Lacia-
na, Toreno, Fabero-Sil, Torre del Bierzo o
Gordón, en León; Tineo, Narcea, Degaña,
Mieres o Langreo, en Asturias; Guardo, en
Palencia; Puertollano, en Ciudad Real; o
Utrillas y Escucha, en Teruel, tienen tal
grado de dependencia que si desaparecie-
ra la actividad minera, único motor econó-
mico, entrarían en un pronunciado declive
socio-económico de consecuencias devas-
tadoras.
Estas zonas mineras con un pronunciado
monocultivo económico sobre la base del
carbón, donde habitan unas 180.000 per-
sonas, registran desde 1990 las mayores
pérdidas de población de todo el país, con
unas tasas de paro de hasta 10 puntos por
encima de la media nacional, donde las
reconversiones mineras puestas en marcha
hace 20 años y vigentes al día de hoy

siguen ahondando en esta sangría y los pla-
nes de reactivación dispuestos paralela-
mente no logran contrarrestar mínimamen-
te los ajustes mineros emprendidos al cho-
car con elementos insalvables de estas
comarcas: su ubicación lejana de los gran-
des centros de consumo, la nula iniciativa
empresarial endógena y la escasa especiali-
zación de la mano de obra, elementos que
no posibilitan el renacer de actividades eco-
nómicas que suplan la riqueza que aporta
el carbón.
Cuando se trata de planificar o regular un
sector productivo hay que considerar las
interrelaciones que dicho sector tiene con
el resto de los sectores de actividad para
tener en cuenta la incidencia final en el
ámbito económico en que se actúa. En el
caso del carbón, la actividad de este recur-
so autóctono tiene una importancia capital
en las economías provinciales y regionales
donde se desarrolla. Y esto es debido a su
gran capacidad de arrastre de otros sectores
de actividad interrelacionados entre sí. De
hecho, el impacto de una política errónea
en el ámbito de la minería del carbón con-
llevaría la ruina económica de las comarcas
mineras, que sería total si se lleva a afecto
el cierre del sector, y ensombrecería las
posibilidades de desarrollo y progreso de
las economías provinciales y regionales
afectadas.
León como ejemplo
Vamos a elegir el caso de León como
ejemplo de esta situación para poder ver el
alcance del impacto del carbón en la eco-
nomía provincial. La actividad extractiva leo-
nesa ocupa en la actualidad a 3.500 traba-
jadores de empleo directo, de los que
2.500 son de plantilla propia y otros 1.000
pertenecen a las subcontratas mineras. Los
4 millones de toneladas anuales que se
producen suponen unos recursos totales
El sector del carbón en España (2010-2018)
(ingresos) de 400 millones de euros El nuevo marco europeo de
(sumadas las ayudas al funcionamiento). ayudas
Este volumen de negocio representa el
Minería de carbón, sector estratégico
4,3% del Producto Interior Bruto provincial
y genera un 7% del Valor Añadido Bruto.
El objetivo de producción de carbón autóc-
En concreto tiene efectos multiplicadores
tono del Plan 2006-2012 establece un
de arrastre sobre todo en los sectores
tonelaje compatible con las previsiones
Comercio, Construcción, Agricultura, Trans-
contempladas en la planificación energética
porte interior y Hostelería
2005-2010 elaborada por el Gobierno. Se
trataría de la producción indispensable para
Si entramos en estas interrelaciones pro-
mantener abierta la posibilidad de acceder
ductivas tenemos que los efectos agrega-
a las reservas de carbón en caso de crisis
dos o valor añadido de la minería de car-
por desabastecimiento. Por tanto, estamos
bón en León, son según estadísticas del
hablando de un sector estratégico en la
INE sobre contabilidad provincial:
política energética del país.
• La producción de carbón por sí sola con-
Tabla 1
tribuye en un 5% a la producción total de
la provincia (impacto directo).
2004 2010
Productos
• Esta valor pasa a un 8,5% este valor de 7,9 3,7
petroliferos
producción si se toman en consideración
Gas natural 20,8 42,7
las interrelaciones productivas interindus-
Carbón 28,7 10,3
triales (impacto indirecto).
Nuclear 22,8 12,6
• Y alcanza un 13,5% si se toma en cuenta Hidroeléctrica 12,5 8,2
la parte de rentas generadas que retorna Eólica 5,5 10,1
al circuito productivo en forma de deman- Biomasa 0,7 3,2
da de consumo y de inversión en vivienda Resto 1,1 9,2
(impacto inducido o efecto renta-deman-
Producción
da). 279.662 449.259
eléctrica (Gwh)
Estas aportaciones en positivo se podrían Y es que el problema de España, sobre
leer con signo negativo en el caso de que todo, y de nuestro marco de referencia polí-
desapareciera la actividad minera en el tico-económico -la Unión Europea- es la
concurso productivo de la economía leo- creciente y exagerada dependencia exterior
nesa. en el abastecimiento de materias primas
energéticas. En la actualidad, el grado de
Por todo ello, es evidente que la actividad autoabastecimiento de energía primaria en
extractiva de carbón tiene contribuciones España es de sólo el 18,3%, lo que supone
directas claramente significativas sobre la que el 81,7% de la energía primaria consu-
economía leonesa, pero es a través de las mida (incluido sector transporte, eléctrico y
repercusiones inducidas (arrastre hacia consumo industrial y doméstico) se impor-
otras ramas de actividad) donde aparece te del exterior (en 1980 el grado de depen-
reflejada la verdadera importancia del sec- dencia era del 65,6%). Respecto a la Unión
tor. Europea (UE), con un grado de dependen-
Cuadernos de Energía 27
El sector del carbón en España (2010-2018)
cia actual del 58%, la perspectiva es que se
sitúe en torno al 75% de dependencia en
25 años si no se pone remedio a esta
situación.
En este contexto de gran dependencia
energética, las autoridades comunitarias
afrontaron esta problemática a través del
“Libro Verde hacia una estrategia europea
para la seguridad de suministro de energía”,
presentado en el año 2000. El Libro Verde
perseguía “promover una política de diver-
sificación de las fuentes de energía y crear
condiciones de abastecimiento más segu-
ras, donde se incluye el desarrollo de las
fuentes autóctonas de energía primaria a
costes razonables y, especialmente de las
fuentes de energía que intervienen en la
producción de electricidad”. En este sentido,
la UE aprobó el 26 de junio de 2003 la
Directiva 2003/54/CE, la cual ha sido
recientemente sustituía por la 2009/72/CE
que en su artículo 15.4 dice: “Por motivos
de seguridad del suministro, los Estados
miembros podrán disponer que sea prefe-
rente la entrada en funcionamiento de las
instalaciones generadoras que utilicen fuen-
tes de combustión de energía primaria
autóctonas que no supere anualmente el
15% de la cantidad total de energía prima-
ria necesaria para producir la electricidad
que se consuma en el Estado miembro
que se trate”. En concreto, la única fuente
de combustión de energía primaria autóc-
tona en España es el carbón.
Con esta premisa, centrándonos en el sec-
tor carbón, el Consejo Europeo aprobó en
julio de 2002 el “Reglamento sobre las ayu-
das estatales a la industria del carbón” para
el periodo 2003-2010. En él se argumenta
que “una estrategia que tenga por objeto
reforzar la seguridad del abastecimiento
energético debe prever el futuro del carbón
comunitario manteniendo el acceso a las
reservas europeas, a una capacidad mínima
28 Cuadernos de Energía
de producción” y estima que “la desapari-
ción de todas las explotaciones carboníferas
de la Unión Europea a corto plazo podría
tener consecuencias en la seguridad de
abastecimiento energético a largo plazo”, y
recuerda la inestabilidad y caducidad del
petróleo y el gas natural y la escasa y cara
aportación de las energías renovables. No
obstante, el objetivo era también potenciar
la aportación de las energías renovables
desde un 6% en 2003 al 12% en el 2010
en el consumo global de energía en la UE
dada su bondad de cara a cumplir el Proto-
colo de Kioto sobre la reducción de los
agentes contaminantes en la atmósfera.
La reserva estratégica de carbón
autóctono
El Reglamento (CE) 1407/2002 del Conse-
jo, plantea una serie de actuaciones que
persiguen, por un lado, el cierre antes del
31-12-2007 de las minas que presenten
peores perspectivas y, por otro, la creación
de un nicho estable de producción propia,
con vocación de continuidad en el tiempo,
al que se denominó Reserva Estratégica.
Al haberse constituido dicha reserva, las
empresas seleccionadas acometieron
importantes inversiones para permitir el
acceso a reservas durante muchos años,
por lo que no sería coherente suprimir en
estos momentos las ayudas a la producción
corriente, que permiten mantener los nive-
les de producción establecidos por los Esta-
Tabla 2
1998
PRODUCCIÓN (Kt) 18.000
AYUDAS (M€)
EMPLEOS (Propios+Contratas) 22.500
dos miembros, siendo por tanto necesaria
la existencia de una normativa comunitaria
específica, que permita el adecuado funcio-
namiento de las empresas.
La reestructuración del sector en España ha
sido constante en los últimos años y se ha
acelerado en el último decenio. Las cifras
fundamentales del período 1998-2010 son
las que se muestran en la tabla 2:
En la que se aprecia la intensidad de la
reconversión española que fue del 40% en
lo relativo a producción y ayudas y del 56%
en lo que a empleos se refiere.
Es preciso señalar además que algunos paí-
ses en el seno de la Unión llevan muchos
años haciendo frente a sucesivos planes de
reestructuración, por lo que la dimensión
de su sector no puede seguir reduciéndose
más si realmente se pretende mantener un
sector con valor estratégico, mientras que
otros deberán seguir reestructurándose e
incluso algunos han optado por cerrar defi-
nitivamente sus explotaciones.
Al no existir prácticamente mercado intraco-
munitario de carbón, esta diversidad de cir-
cunstancias no está planteando ningún pro-
blema en el desarrollo del vigente Regla-
mento, optando cada país miembro
libremente por otorgar algunas o todos los
tipos de ayudas contempladas en el
mismo, por lo que la nueva regulación que
se implemente a partir de 2011 debe reco-
2005 2010
11.700 10.000
514 371 310
12.000 10.000

ger todos los tipos de ayudas vigente en la
actualidad.
Debido a que Alemania ha decidido provi-
sionalmente cerrar sus explotaciones (con
unos costes muy superiores a los de la
minería española en general), hay quien
pretende condicionar la continuidad de las
ayudas a la producción al contexto de un
plan de cierre, lo que resulta totalmente
inaceptable. Más bien al contrario, el vigen-
te Reglamento prohíbe este tipo de ayudas
(art. 4) más allá del 31/12/2007. A partir
de esa fecha, las ayudas a la producción
corriente solamente se permiten en el con-
texto de un Plan de Acceso a Reservas. No
hay motivo, por ello, para oponerse a que
en el futuro se vuelva a permitir, a los esta-
dos que lo necesiten, otorgar ayudas simi-
lares a las actualmente previstas en el artí-
culo 4, y resulta evidente que el Estado
Español debe dar por concluida su rees-
tructuración y apostar por la estabilidad del
sector.
En un escenario de volatilidad de precios y
de incertidumbre de abastecimiento, ¿qué
ocurriría en el momento que los grandes
consumidores asiáticos comiencen a
aumentar la demanda de carbón? Sin duda
alguna, como ya ha ocurrido anteriormente,
por cada tonelada de carbón que se deje
de producir en Europa, los precios interna-
cionales se incrementarán. Nuestras minas
contribuyen a garantizar un abastecimiento
mínimo y seguro por mucho tiempo, por lo
que deben mantenerse las ayudas al fun-
cionamiento en un contexto de “reserva
estrategia”, no en un contexto de plan de
cierre.
La nueva regulación de ayudas a partir
de 31-12-2010
En su Comunicación «Producción sostenible
de electricidad a partir de combustibles fósi-
les: con emisiones próximas a cero de CO2,
después de 2020" a partir de enero de
2007, la Comisión Europea establece lo
siguiente: El carbón es "un elemento clave
que contribuye a la seguridad de suministro
de la UE y lo seguirá siendo."
Al mismo tiempo, la posición internacional
de liderazgo de la Unión Europea en la
minería del carbón y la tecnología desarro-
llada, sólo puede mantenerse a través de
su propio desarrollo y demostración de
El sector del carbón en España (2010-2018)
base, dando un valor añadido y contribu-
yendo a la creación de empleo en Europa.
Se están desarrollando las primeras consul-
tas y reuniones para tratar de definir el
nuevo escenario que debemos afrontar una
vez que expire el vigente Reglamento (CE)
1407/2002 del Consejo Europeo. Aunque
estamos en la fase previa de la discusión,
debemos tratar de aprovechar la próxima
presidencia Española de la Unión Europea
para impulsar un marco en el que quepan
los distintos planteamientos que en el seno
de la Unión coexisten con respecto al car-
bón.
Lo más sensato sería prorrogar las condicio-
nes que se establecen en el actual Regla-
mento, aunque también se debe trabajar
en la hipótesis de que no sea posible sacar-
lo adelante, buscando el encaje del sector
dentro de la normativa comunitaria de
carácter general.
En cualquier caso, por todos los motivos
que se han expuesto, en España se debe
dar por concluida la reestructuración del
sector y mantenerlo en su dimensión actual
de forma estable para el futuro. I
Cuadernos de Energía 29
La Paridad de Red fotovoltaica
en España
Javier Anta Fernández
Presidente de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF)
L a energía fotovoltaica tiene numerosas
virtudes. Una de ellas es la versatilidad,
es decir, puede aprovecharse en aplicacio-
nes minúsculas, como una calculadora, en
aplicaciones pequeñas o medianas, como
un tejado, o en aplicaciones extensas,
como las plantas que ocupan decenas de
hectáreas. Esta versatilidad marca una
importante diferenciación en su relación
con las demás fuentes de energía.
En el caso de la calculadora y de otros sis-
temas aislados de la red, como un repeti-
dor de telecomunicaciones, la fotovoltaica
es una tecnología rentable, e incluso puede
ser la única viable, como ocurre en las apli-
caciones espaciales.
Para las aplicaciones conectadas a red, en el
caso de las instalaciones ubicadas en la edi-
ficación o anejas a los puntos de consumo
eléctrico, la rentabilidad del kWh fotovoltaico
depende de lo que cueste consumir, en ese
mismo punto, el kWh suministrado por la
30 Cuadernos de Energía
red. Es decir, en estas aplicaciones, la foto-
voltaica no compite con las demás fuentes
de energía en el coste de generación del
kWh, sino en el precio de consumo de dicho
kWh. Al producir electricidad de un modo
distribuido, directamente junto al punto de
consumo, la fotovoltaica genera más eficien-
temente y no incurre en costes como los de
transporte y distribución.
Pongamos como ejemplo la situación de
finales del año pasado, 2009, en el caso de
una instalación solar colocada en el tejado
de una vivienda cualquiera. Aunque el pre-
cio del pool eléctrico rondara los 3,5
c€/kWh, la instalación solar no estaba com-
pitiendo con esa cantidad, sino con los
11,9 c€/kWh que la Tarifa de Último Recur-
so (TUR) fijaba para los consumidores con
menos de 10 kW contratados.
Así pues, la fotovoltaica conectada a red
compite con otras fuentes de energía en fun-
ción de la ubicación de la instalación solar y
de los distintos precios de referencia que
tenga, en esa ubicación, el consumo de la
electricidad: la TUR para el segmento resi-
dencial y el precio del suministro establecido
por el libre mercado para los segmentos de
mercado del gran comercio e industrial.
Paridad de Red
La generación fotovoltaica necesita ayuda
económica para que pueda avanzar por su
curva de aprendizaje tecnológico y, gracias
a ello, descienda su coste y deje de precisar
dichas ayudas. Las rápidas bajadas de coste
experimentadas en los últimos años y los
anuncios de bajadas inmediatas adiciona-
les, apuntan hacia la conveniencia de seguir
apoyando este avance para tener una tec-
nología de generación eléctrica limpia y
competitiva con la sola exposición de una
superficie al sol.
En el modelo español de ayuda se aplica
un sistema de precio fijo al kWh fotovoltai-

co, denominado tarifa equivalente o tarifa
fotovoltaica. Este precio es muy superior al
coste de generación del kWh medio, precio
de casación del Mercado Eléctrico o precio
del pool.
Sin embargo, en apenas unos años los sis-
temas fotovoltaicos conectados a red deja-
rán de precisar ayudas gracias a la con-
fluencia de dos fenómenos. El primero es
el previsto y global incremento de precios
de la energía en general. Y el segundo es el
rápido descenso de costes y precios de la
fotovoltaica, conseguidos gracias a la I+D+i,
el incremento de la demanda global de sis-
temas solares y la consiguiente aplicación
de economías de escala.
El umbral de competitividad de la tecnolo-
gía fotovoltaica se conoce internacional-
mente como “Paridad de Red”, y es el
punto en que el coste de generación del
kWh fotovoltaico en un punto de consumo
se iguala al precio del kWh suministrado por
la red en ese mismo punto de consumo. A
partir de ese momento, la generación foto-
voltaica será más barata que la suministra-
da por la red, por lo que la tecnología no
precisará de ayudas para ser rentable. O, lo
que es lo mismo, a partir de ese momento,
al consumidor le resulta más rentable pro-
ducir y consumir su propia electricidad
(autoconsumir) que adquirir la energía a su
suministrador habitual.
El momento en que se alcance la Parida de
Red varía en función de la situación geográ-
fica de la instalación y su nivel de radiación,
de la regulación de los sistemas eléctricos y
del propio mercado fotovoltaico.
Ante la proximidad de la Paridad de Red en
España para algunas aplicaciones, la Asocia-
ción de la Industria Fotovoltaica (ASIF)
encargó a la consultora KPMG un informe
estratégico que analizara cómo debería
adaptarse nuestra regulación para afrontar
ese momento crucial . Una de las premisas
básicas planteadas por ASIF fue que, en
ningún caso, la propuesta supusiera en los
próximos años un incremento del volumen
de ayudas a la que la extrapolación de la
regulación vigente diera lugar.
Es importante señalar que los escenarios
de coste del kWh solar de la propuesta de
ASIF incluyen una reducción adicional de la
retribución fotovoltaica en 2012 –fecha pre-
vista en la regulación vigente– que tendría
lugar porque se está registrando un des-
censo en los costes de los equipos y siste-
mas fotovoltaicos superior al previsto.
Paridad de Red en España
La propuesta que hace KPMG a ASIF es
novedosa, porque KPMG no considera que
sea adecuado para todos los agentes seguir
considerando, como hasta ahora, que la
paridad de red sea el momento que se
igualan los ingresos por cobrar el kWh
inyectado a la red a tarifa fotovoltaica y el
precio total del kWh que se debería de
pagar si se consumiera.
Este punto sería un punto de neutralidad
económica para el titular de la instalación,
pero no lo sería para otros agentes que se
verían desprovistos de unos ingresos, como
son los que obtiene Hacienda con el IVA o
el sistema eléctrico para cubrir sus gastos
de red cuando se compra electricidad. Para
tener en cuenta a estos agentes, se propo-
ne que por cada kWh autoconsumido se
siga pagando el IVA y el coste fijo de poten-
cia, y que la Paridad de Red sea también
un punto de indiferencia para Hacienda y
las compañías distribuidoras.
Este cambio de paradigma supone que al
titular de la instalación solar le será indife-
rente consumir o vender el kWh generado
La paridad de red fotovoltaica en España
cuando se iguale la tarifa fotovoltaica al
coste variable más el impuesto especial,
pues esto sería lo único que ahorraría por
cada kWh autoconsumido, el resto, IVA y el
coste fijo de potencia, debe seguir pagán-
dolo.
ASIF, aceptando este planteamiento, propo-
ne, pues, que la Paridad de Red en España
se considere que se alcanza en el momen-
to en que se equiparan la retribución del
kWh fotovoltaico con la parte variable del
coste del recibo de la luz. En la Gráfica 1 se
muestran estos costes variables que, cuan-
do se igualaran a la tarifa fotovoltaica darían,
para cada una de esas aplicaciones, el
punto de Paridad de Red.
Este planteamiento es neutro para la recau-
dación impositiva del Estado, puesto que
éste sigue percibiendo el IVA. También lo es
para el negocio regulado de la distribución
que el propietario del sistema fotovoltaico
venda la generación o autocosuma, puesto
que sigue cobrando el término de potencia
de la tarifa eléctrica.
Sin embargo, se debe reconocer que no
resulta neutro para los negocios liberaliza-
dos de comercialización, puesto que el
autoconsumo reduce la adquisición de
electricidad de la red –aunque la comercia-
lizadora, en un entorno de libre competen-
cia, bien puede fidelizar a sus clientes ofer-
tándoles los sistemas solares y la gestión de
los mismos–, ni para la generación con tec-
nologías convencionales, puesto que, como
ya ocurre, el kWh renovable desplaza al
kWh convencional, de acuerdo con la ten-
dencia global a conseguir un modelo ener-
gético sostenible y bajo en emisiones de
carbono.
Finalmente, en la parte positiva, la aplica-
ción del autoconsumo resulta muy ventajo-
sa para los consumidores, que pueden aho-
Cuadernos de Energía 31
La paridad de red fotovoltaica en España

Gráfico 1: Diferentes puntos de competitividad fotovoltaica adquirir la energía a la red, aun teniendo en
cuenta que por cada kWh autoconsumido
hay que abonar el IVA y los costes de man-
tenimiento de la red.

Compensación por Autoconsumo

Como hemos visto, la Paridad de Red así

definida, se alcanzará hacia mediados de la
próxima década. Sin embargo, no es nece-
sario que ésta se alcance para que se
pueda regular el autoconsumo de electrici-
dad en España y obtener todos los benefi-
cios que comporta. De hecho, técnicamen-
te sólo hace falta introducir modificaciones
en el sistema de contadores y la realización
de la factura adicional por los kWh autocon-
sumidos.
FUENTE: Informe “Acercándonos a la paridad de red” elaborado por KPMG para ASIF.
La rentabilidad y la competitividad del kWh fotovoltaico producido con instalaciones ubicadas en la
Quedaría por solventar la cuestión de la
edificación o anejas a los puntos de consumo dependen de lo que cueste consumir, en ese
rentabilidad de la instalación fotovoltaicas
mismo punto, el kWh suministrado por la red eléctrica. Únicamente las plantas fotovoltaicas leja-
antes de alcanzar la Paridad de Red, ya que,
nas a los puntos de consumo compiten con las tecnologías convencionales y el precio del pool y
alcanzan la plena competitividad sin ayudas después de 2020. si no se toman medidas, no se autoconsu-

rrar en la factura eléctrica. Asimismo es

positivo para el propio sector fotovoltaico, Gráfico 2: Punto de Paridad de Red
que ve cómo se le abre un mercado de
enormes posibilidades sin necesidad de
contar con apoyo público. El propio país,
gracias a este crecimiento del mercado
solar, puede conseguir enormes retornos
vía reducción de importaciones energéticas,
ahorro de emisiones de CO2, generación
de puestos de trabajo, etcétera.

Según la propuesta de ASIF, que contem-

plan una subida del precio de la electricidad
del 4,5% anual, la Paridad con la Red se
alcanzará para el sector doméstico, en teja-
dos pequeños, en el año 2016 (tal y como
se refleja en la Gráfica 2), y entre 2017 y
2018 para las instalaciones ubicadas en los
edificios de los segmentos comerciales e FUENTE: Informe “Acercándonos a la paridad de red” elaborado por KPMG para ASIF.
industriales, tal y como ya se reflejaba en la
En el caso de España, la Paridad de Red se alcanzaría en el momento en que se equiparan el pre-
Gráfica 1. A partir de esas fechas, será más cio que se paga por el kWh fotovoltaico vendido y el precio que se paga por la parte variable del
rentable consumir la propia electricidad que recibo eléctrico

32 Cuadernos de Energía
 La paridad de red fotovoltaica en España

Gráfico 3: Compensación por Autoconsumo eléctrica: partiendo de un cupo anual de

unos 500 MW, si la tarifa desciende un
10%, al año siguiente el mercado solar
crece ese mismo 10%. Por lo tanto, si el
autoconsumo supone disminuir el peso de
la fotovoltaica en la tarifa eléctrica, el mer-
cado fotovoltaico –sin salir del actual esque-
ma de cupos– debe crecer en la misma
proporción, de no haber restricciones en el
sistema eléctrico para acoger a esta poten-
cia fluyente adicional a intensidad constan-
te.

Incremento del mercado

fotovoltaico español

La aplicación de este mecanismo, junto con

FUENTE: Informe “Acercándonos a la paridad de red” elaborado por KPMG para ASIF. la reducción adicional de tarifas ya referida,
permitiría incrementar el volumen fotovol-
Antes de alcanzar la Paridad de Red el autoconsumo no es rentable, razón por la que el propieta-
taico un 35% hasta 2020. En ese año, la
rio de la instalación fotovoltaica optará por acogerse al sistema de venta de la producción fotovol-
extrapolación de la regulación vigente arro-
taica actualmente vigente. No obstante, la situación puede variar si se introduce un incentivo nuevo,
jaría un mercado de unos 11,5 GW, pero la
la Compensación por Autoconsumo (FiC, de la expresión inglesa Feed in Compensation), que
introducción del autoconsumo, y de la FiC
cubra la diferencia entre la retribución fotovoltaica y el precio del kWh adquirido a la red. De este
modo, al propietario de la instalación solar le dará igual seguir con el actual modelo de venta y hasta que se alcance la Paridad de Red,
cobro de prima o convertirse en autoconsumidor. permitiría disponer de un mercado fotovol-
taico de 17 GW aproximadamente. Así lo
miría, pues resultaría económicamente más autoconsumo se descontaría del monto en refleja la Gráfica 4.
rentable vender el kWh generado. Esta tarifa equivalente con cargo a la tarifa eléc-
situación se soslaya si se introduce un trica. Este volumen de penetración fotovoltaica
incentivo nuevo, denominado Compensa- se traduciría en un incremento muy notable
ción por Autoconsumo o FiC (de la expre- Así pues, esta propuesta, desde el momen- de los retornos que el sector fotovoltaico
sión inglesa Feed in Compensation). Esta to de su implantación, libera importantes puede aportar al país. Los cálculos de
FiC cubriría la diferencia entre la retribución recursos de la tarifa eléctrica: antes de pari- KPMG, muy conservadores, indican que la
fotovoltaica que recibiría en caso de vender dad de red, se libera la parte variable del contribución al PIB estaría situada entre los
la producción y la parte variable del precio coste de la electricidad de los kWh auto- 3.800 y 5.800 millones de euros (del
de la electricidad que se ahorraría si auto- consumidos y después de la paridad de 0,18% al 0,28% del PIB).
consumiera. La Gráfica 3 ilustra este nuevo red, se libera todo el monto de la tarifa
incentivo. fotovoltaica, es decir, no hay impacto eco- En total, habría entre 36.000 y 54.000
nómico. empleos directos. La dependencia energéti-
Con la introducción de este incentivo al ca se reduciría entre un 4% y un 5%, y el
autoconsumidor, antes de llegar a la pari- Esta liberación de recursos de la tarifa eléc- pico de demanda eléctrica entre un 3% y
dad de red le sería indiferente económica- trica debería revertir en el propio sector un 6%. Se ahorrarían entre 2.200 y 2.500
mente generar y vender la producción a fotovoltaico. De acuerdo con el modelo millones de euros en pagos por emisiones
tarifa fotovoltaica que autoconsumirla. Y regulatorio vigente, el mercado fotovoltaico de CO2 y se facilitaría la consecución de los
supone una liberación para la tarifa eléctri- crece en la misma proporción en que objetivos ambientales y de penetración de
ca, puesto que toda la parte variable del decrece su retribución y su peso en la tarifa las energías renovables de 2020.

Cuadernos de Energía 33
La paridad de red fotovoltaica en España

Gráfico 4: Evolución del mercado fotovoltaico con autoconsumo Por otro lado, un autoconsumidor fotovol-
hasta 2020 taico que recibe una FiC por el excedente
de electricidad que inyecta en la red recibe
una señal directa para ahorrar energía en el
momento en que su sistema solar está pro-
duciendo, esto es, siempre en horas punta;
cuanto más ahorre, más ingresos líquidos
tendrá por la venta de ese excedente. En
cambio, un productor fotovoltaico acogido
al sistema actual de tarifa equivalente reci-
be siempre los mismos ingresos líquidos,
con independencia de su consumo energé-
tico. Aunque en el balance global la renta-
bilidad de la instalación es la misma, en el
primer caso hay un incentivo psicológico
claro para fomentar el ahorro energético.

Adicionalmente, la gestión energética de los

FUENTE: Informe “Acercándonos a la paridad de red” elaborado por KPMG para ASIF.
sistemas fotovoltaicos incorporados a los
La introducción del autoconsumo supondría incrementar notablemente la penetración de la ener-
edificios o anejos a ellos sería un campo de
gía fotovoltaica hasta 2020. En ese año, el volumen del mercado (estimado en 2,1 GW) podría
actuación directo para las Empresas de Ser-
duplicar el volumen de mercado previsto por la extrapolación de la regulación actual (1 GW), sin
vicios Energéticos, que podrían incluirlos
ningún tipo de coste adicional y con numerosas ventajas macroeconómicas para el país.
con facilidad en su actividad y que, una vez
Además de estos positivos datos macroe- te y distribución, contribuyen notablemente alcanzada la Paridad de Red, podrían reali-
conómicos, los consumidores podrían aho- a la eficiencia energética. Así se va a recono- zar sus propias ofertas de suministro local
rrarse dinero en el recibo de la luz directa- cer explícitamente en la revisión de la Direc- de electricidad a partir de la energía exce-
mente: con un balance energético anual, el tiva de Eficiencia Energética en Edificios. dentaria de los autoconsumidores.
autoconsumo en el mercado residencial
estaría entre el 60% y el 80%, mientras En la revisión en curso de dicha Directiva Consideración final
que en el mercado comercial/industrial (que implantará edificios con “consumo
estaría entre el 30% y el 50%. energético prácticamente cero” / “nearly No parece que haya barreras infranquea-
zero energy”), se alcanzó un acuerdo entre bles para implantar el autoconsumo foto-
Autoconsumo y eficiencia el Consejo Europeo y el Parlamento el voltaico, de hecho ya implantado en otros
pasado 17 de noviembre. Dicho acuerdo países (Alemania, Italia, Bélgica, EE UU…),
energética
incluye que “El consumo energético prácti- y sí parece que tenga importantes ventajas.
Finalmente, debe considerarse el autocon- camente cero o muy bajo se conseguirá
sumo de electricidad fotovoltaica como una con energía procedente de fuentes renova- La proximidad de la paridad de red en
medida de eficiencia energética. No se bles, incluida la energía producida in situ o España aconseja el que se estudie su apli-
puede olvidar la que la propia condición de aneja”. Claramente, se identifica la incorpo- cación en nuestro país, y el estudio estraté-
energía distribuida de las aplicaciones foto- ración de fuentes renovables distribuidas en gico hecho por KPMG para ASIF aporta
voltaicas en la edificación o anejas al punto la edificación como una vía para alcanzar la ideas novedosas para su óptima
de consumo, al evitar pérdidas por transpor- eficiencia energética. implementación. I

34 Cuadernos de Energía
 Políticas Energéticas
y Sostenibilidad:
El reto europeo
Documento de conclusiones del encuentro empresarial
celebrado en Sevilla el 14 de enero de 2010 y organizado
por el Club Español de la Energía
L a actual crisis financiera y económica
mundial hace que el proceso legisla-
tivo que se está desarrollando en la
Unión Europea (UE) sea aún más nece-
sario por su capacidad de hacer frente a
los problemas que afectan a los Estados
miembros en relación a la energía, tales
como la seguridad de abastecimiento, la
plena realización del mercado interior, la
sostenibilidad y lucha contra el calenta-
miento global, y el aumento de la com-
petitividad de nuestras empresas, en
condiciones equitativas, en el mercado
interior y global.
Anticipar, colaborar e influir en la prepara-
ción de directrices, normas y programas
de la UE es, cada vez más, labor de
empresas, asociaciones y gabinetes espe-
cializados. Con ocasión de la reunión de
Ministros de Energía el día 15 de enero de
2010 en Sevilla, el Club Español de la
Energía convocó a diferentes agentes
europeos del sector de la energía el día
anterior, 14 de enero, con el objeto de
conocer las opiniones y propuestas del
sector empresarial respecto de los princi-
pales problemas que afectan a la Industria,
a cuya resolución desean contribuir, y las
políticas y desarrollos legislativos en curso
y estudio por las Instituciones de la Unión
Europea.
Más de 90 empresarios y altos ejecutivos
de diversas organizaciones nacionales e
internacionales han reflexionado en 5
mesas redondas sobre asuntos de espe-
cial interés para la Industria y la sociedad
europea en materia de energía.
El resumen de las opiniones y propuestas
surgidas en las discusiones extensas y
fructíferas del citado grupo de empresarios
y ejecutivos se presenta a continuación a
la Presidencia del Consejo del Ministros de
Energía de la UE, con el deseo de que
resulte útil a quienes ejercen la más alta
responsabilidad en la consecución de los
objetivos de Política Energética y Climática
integrada
II - Visión de la Industria y
consideraciones generales
1. Los empresarios del sector energético
europeo, reunidos en Sevilla el 14 de
enero de 2010, son conscientes de las
dificultades que existen para superar los
grandes retos de la UE: lograr que la
economía europea sea baja en carbono
y, al mismo tiempo, la más eficiente y
competitiva del mundo.
Estos desafíos en el campo de la energía
se concretan en los objetivos convencio-
nales de seguridad de suministro, soste-
nibilidad y competitividad. Las políticas
sobre estas materias deben ser equili-
bradas y dirigidas a alcanzar cada uno de
los objetivos, sin que se llegue a com-
promisos que supongan detrimento
inadmisible de ninguno de ellos.
2. Las directrices del Consejo Europeo de
marzo de 2007 y el conjunto de políti-
cas y de normas aprobadas reciente-
mente en los ámbitos de la política cli-
Cuadernos de Energía 35
 mática, del mercado interior y de la tec-
nología determinan el marco de actua-
ción futura del sector energético. En con-
secuencia, se insta a las Instituciones de
la UE y a los Estados miembros a que
procedan a una pronta transposición y
aplicación de las referidas normas, de
manera que, cuanto antes, se instaure el
nuevo marco legal.
3. Los objetivos planteados requerirán
grandes inversiones en toda la cadena
de la producción al consumo: explora-
ción y producción; refino; generación de
energía eléctrica, en especial a partir de
energías renovables y de otras fuentes
energéticas bajas en carbono; e infraes-
tructuras de transporte y distribución,
particularmente eléctrica y de gas natu-
ral. También se requiere un impulso
prioritario a la eficiencia energética que
incluya, en particular, actuaciones para el
ahorro de energía, no sólo en lo relativo
a la producción sino también al consu-
mo, así como a la innovación tecnológi-
ca.
Existe el riesgo de que las condiciones
económicas desfavorables actuales retra-
sen el cumplimiento de los objetivos
planteados. Es, pues, imprescindible que
se mantengan las políticas a largo plazo,
facilitando la existencia de un clima
inversor adecuado, en marcos regulato-
rios estables y predecibles.
En este sentido, no solamente no debe-
ría retrasarse la puesta en marcha de las
nuevas orientaciones energéticas, sino
que habría que utilizarlas para animar la
actividad económica. A este efecto, se
contemplan favorablemente propuestas
como la de la Comisión Europea, en la
Segunda Revisión Estratégica de la Ener-
gía (Noviembre de 2008), de crear una
iniciativa de financiación de la energía
sostenible a favor de las inversiones en
eficiencia energética, energías renova-
36 Cuadernos de Energía
bles y uso no contaminante de combus-
tibles fósiles.
4. Los empresarios apoyan decididamente
los esfuerzos que se están realizando
para asegurar un acuerdo internacional
sobre el Cambio Climático, en particular
los que se desarrollan en el ámbito de
las actividades de la Convención Marco
de Naciones Unidas (UNFCCC) y de la
Conferencia de las Partes, cuya última
edición el pasado diciembre en Copen-
hague (COP15) supuso un decidido
avance en el sentido expuesto. La Indus-
tria solicita también, que dicho consenso
no se alcance a costa de pérdida de
competitividad de la Industria europea,
que tenga como consecuencia una
reducción de la actividad industrial en los
Estados miembros. En particular, se
anima a las Instituciones a continuar
velando para que los nuevos compromi-
sos en materia de Cambio Climático no
afecten a la competitividad de sectores
industriales clave, cuyo ámbito de actua-
ción se extiende más allá de las fronte-
ras de la UE.
En este área de la eficiencia económica, por
otra parte, es prioritario progresar en la
construcción del mercado interior europeo,
particularmente mejorando su diseño y for-
taleciendo la Agencia para la Cooperación
de Reguladores Europeos (ACER) como un
órgano regulador con jurisdicción europea.
5. La política exterior energética está estre-
chamente vinculada a los objetivos de
seguridad del suministro, de eficiencia
económica y también, cada día más, a
las políticas climáticas. Es crucial que se
arbitren los medios para que se haga
realidad una “UE que habla con una sola
voz” y haga sentir su peso como actor
destacado en el mundo energético.
6. La imprevisibilidad de los diversos acon-
tecimientos que frecuentemente condi-
cionan la realidad energética aconseja
practicar políticas energéticas prudentes
y flexibles, en las que todas las opciones
energéticas estén abiertas, incluidas las
energías convencionales.
En este contexto, se concluye que la UE
debería ser el ámbito en el que se deba-
tieran temas tales como el de los aspec-
tos técnicos, económicos, de seguridad y
medioambientales de la energía nuclear,
de forma que se dispusiera de un análi-
sis de la mayor solidez y fiabilidad de
este importante tema.
7. En el Consejo Europeo de primavera de
2010, bajo presidencia española, deberá
ser adoptado el nuevo Plan de Acción
Energético 2010-2014 para Europa. Es
una buena oportunidad para tener en
cuenta las cuestiones anteriormente
planteadas y las que se exponen a conti-
nuación, de carácter más específico, rela-
tivas a: mercado interior y mix de genera-
ción; seguridad de abastecimiento; ener-
gías renovables; ahorro y eficiencia
energética; y tecnologías de la energía.
Asimismo, las Instituciones deberían impul-
sar la elaboración de un modelo energético
a largo plazo, a la manera de los que desa-
rrollan organizaciones internacionales tales
como la Agencia Internacional de la Energía
(IEA).
III. La posición empresarial
sobre los asuntos centrales
de la energía
Europa es deficitaria en energía y debe uti-
lizar todos los recursos disponibles para la
cobertura de sus necesidades, que cum-
plan con los requisitos medioambientales
exigibles en cada momento y que sean
económicamente competitivos.
La Industria europea expresa, a continua-
ción, sus puntos de vista sobre asuntos tan
relevantes como: la necesidad de una esta-
bilidad regulatoria que permita decisiones
correctas sobre nuevas inversiones; la plena
realización del mercado interior de la ener-
gía y un mayor desarrollo de las intercone-
xiones en energía eléctrica y gas natural, en
particular, de los países periféricos de la UE;
la preocupación común sobre el papel de
la I+D+i en todas las categorías de la ener-
gía y la financiación de las iniciativas en
dicha materia; la integración estable en el
mercado eléctrico y en la red de transporte
y distribución de la energía eléctrica produ-
cida a partir de fuentes renovables; el
importante papel del ahorro y la eficiencia
energética en toda la cadena desde la pro-
ducción al consumo; y el aumento de la
competitividad empresarial.
III.1. Mercado interior y mix de
generación
1. Los mercados interiores de la
electricidad y gas en Europa
La plena realización de los mercados inte-
riores de la electricidad y gas es una tarea
en la que las Instituciones Europeas, Esta-
dos miembros, Reguladores y Operadores
vienen trabajando desde hace más de una
década. Aunque existen regulaciones espe-
cíficas aprobadas para la construcción de
estos mercados, su implementación en
algunos Estados miembros no cumple
todos los requisitos incluidos en ellas. Es
necesario un firme compromiso político, sin
el cual no podrán lograrse avances de
forma creíble. La plena implementación de
la regulación actual es requisito previo al
desarrollo de nueva legislación en esta
materia.
El objetivo fundamental de los mercados es
aumentar la eficiencia en los sectores de
electricidad y gas, y a través de ella, reducir
los precios finales de la energía, con lo que
aumentará la competitividad de la Industria
y la calidad de vida de los consumidores
europeos. Otros importantes objetivos se
han ido incorporando en estos sectores en
materia de energías renovables, seguridad
de suministro o limitación de Gases de
Efecto Invernadero (GHG).
El Tratado de Lisboa ha establecido con cla-
ridad los objetivos de la política energética
de la Unión Europea, entre los que se inclu-
ye garantizar el correcto funcionamiento del
mercado interior de la energía.
2. El marco político europeo
En relación con la normativa vigente en
materia de electricidad y gas, debe asegu-
rarse lo antes posible el total cumplimiento
con el Segundo Paquete. En particular,
deben aplicarse a la mayor brevedad la
completa apertura del mercado al cliente
final y las condiciones de acceso a la red,
tal y como vienen reflejadas en los Regla-
mentos comunitarios al efecto. Existen ade-
más dos áreas en las que se debería pro-
fundizar: la integración horizontal y la trans-
parencia en los mercados.
La integración horizontal supone avanzar en
la incorporación de los distintos mercados
nacionales en un único mercado a nivel
europeo. Adicionalmente a los requisitos de
interconexión física entre mercados que
permitan su integración, es preciso que
exista mayor grado de armonización, e
incluso una completa estandarización cuan-
do sea apropiado en la forma de operar y
contratar en los distintos mercados nacio-
nales. También deberá avanzarse en la
mejor utilización de la capacidad de inter-
cambio disponible entre los distintos países.
Es imprescindible que las iniciativas regio-
nales que fueron lanzadas por el Grupo de
los Reguladores Europeos para la Electrici-
dad y el Gas (ERGEG) avancen a un ritmo
más rápido y de forma coordinada, con
mecanismos ágiles que permitan introducir
los necesarios cambios en el diseño de los
mercados para hacer posible su integración.
Una mayor transparencia en los mercados
de la energía (capacidad de producción,
volúmenes de generación y capacidad de
interconexión) no sólo se traduce en ope-
raciones más eficientes por parte de los
agentes, sino que reduce las barreras de
entrada a los mercados.
Las mejores prácticas en los mercados más
competitivos deberían trasladarse a aquéllos
que tienen un menor grado de desarrollo.
En agosto de 2009 se publicó un nuevo
paquete normativo de los mercados ener-
géticos. Es crucial ir dando los pasos para
que los nuevos organismos previstos, tales
como: la Asociación de Operadores de
Transporte de Electricidad (ENTSO-E), la
Asociación de Operadores de Transporte de
Gas (ENTSO-G) y la Agencia Europea de
Cooperación de Reguladores Energéticos
(ACER), puedan estar operativos a corto
plazo. Con la finalidad de acelerar la inte-
gración de los diferentes mercados energé-
ticos nacionales, es importante incrementar
las competencias e independencia de los
reguladores energéticos nacionales, tal y
como se solicita en este paquete, y tam-
bién dar mayores poderes ejecutivos a la
ACER que los inicialmente planteados.
Además, el plan de desarrollo a diez años
considerado en el Tercer Paquete Energéti-
co debe tener carácter vinculante para
poder alcanzar un mercado integrado. Por
otra parte, y además de los TSOs, los Regu-
ladores, la Industria, los consumidores gran-
des y pequeños y ciertamente los Estados
miembros deben jugar un papel relevante
en el establecimiento de los estándares
para el mercado europeo.
3. Interconexiones
El desarrollo actual de las interconexiones,
en particular en los países periféricos, está
muy por debajo del nivel necesario para un
funcionamiento eficiente y solidario de los
Cuadernos de Energía 37
mercados. En el Consejo Europeo de Bar-
celona de 2002 ya se estableció un primer
objetivo, incumplido, de que los Estados
miembros deberían tener para 2005 un
nivel de interconexiones eléctricas de al
menos el 10 % de su capacidad de pro-
ducción instalada, que fue posteriormente
ampliado a las interconexiones de gas. La
integración de los mercados, la seguridad
de abastecimiento energético y el desarro-
llo de las energías renovables van a reque-
rir un nivel mucho más ambicioso de inter-
conexión entre los países.
Si bien la materialización de las intercone-
xiones es un asunto bilateral entre los paí-
ses unidos por la interconexión, un apoyo a
nivel regional, e incluso comunitario, es a
menudo necesario. En la Segunda Revisión
Estratégica de la Energía (noviembre de
2008), la Comisión ha propuesto avanzar
en la construcción de infraestructuras y en
la implementación de un instrumento de
desarrollo de interconexiones a partir de los
actuales programas de Redes Transeurope-
as (TEN). Debería avanzarse en este instru-
mento revisando otras experiencias como el
nombramiento de coordinadores o el Plan
de Recuperación Económica. Las intercone-
xiones de larga distancia pueden requerir la
creación de un Operador del Sistema a
nivel europeo. Existen pocos sectores en los
que las oportunidades de crecimiento eco-
nómico y de generación de empleo sean
tan evidentes.
4. La integración de las energías renovables
El desarrollo notable de las energías reno-
vables plantea en la actualidad, además de
un gran número de ventajas, una serie de
problemas técnicos y económicos en el
mercado interior de la electricidad. Adicio-
nalmente al refuerzo de las interconexiones,
es necesario disponer de energías de res-
paldo flexibles y bajas en emisiones, que
contribuirán a lograr el nivel requerido de
seguridad en el suministro eléctrico. Estos
38 Cuadernos de Energía
servicios de respaldo podrían requerir cier-
tos incentivos económicos, que deberían
ser proporcionados por medio de un
esquema basado en el mercado.
Una participación más activa de la deman-
da, en particular si se produce el esperado
despegue del vehículo eléctrico y, en gene-
ral, el desarrollo de medios o tecnologías
de almacenamiento de energía, podría asi-
mismo contribuir a aprovechar las variacio-
nes en disponibilidad de energía que previ-
siblemente se van a producir en los próxi-
mos años.
La distribución va a jugar un papel clave en
la integración de las energías renovables en
el sistema. El desarrollo de la suficiente
capacidad de distribución combinada con
las tecnologías de redes inteligentes son
requisitos previos para la completa integra-
ción de las energías renovables en el sector
eléctrico.
5. El mix de generación
La seguridad de suministro del conjunto de
la Unión Europea resulta condicionada por
las decisiones autónomas de cada Estado
miembro en relación con su mix energético.
Resulta necesario establecer modelos y
estudios que, a nivel comunitario, permitan
evaluar los avances hacia los objetivos de
una política energética común. Hasta la
fecha no se han dado avances significativos
en este sentido, por lo que en 2010 debe-
rían darse los primeros pasos para tener
disponible una primera planificación indica-
tiva del parque de generación europeo con
horizontes 2020, 2030 y 2050.
Estos planes deben servir también para
evaluar los riesgos a nivel comunitario, tanto
desde el punto de vista de la seguridad de
suministro, derivada de problemas de abas-
tecimiento de energías primarias o de esca-
sez de inversiones en instalaciones de
generación, como desde el punto de vista
económico, en relación con la repercusión
de los precios de la energía en la competi-
tividad de la Industria europea.
Además, la mejor manera de alcanzar los
objetivos de la UE en cuanto a seguridad
de suministro, sostenibilidad y competitivi-
dad es mantener todas las opciones ener-
géticas abiertas. Considerando que las tec-
nologías de capacidad firme de generación
(nuclear, gas y carbón) proporcionarán volú-
menes significativos de energía en la
siguiente década, es importante la aplica-
ción de los suficientes fondos en I+D que
permitan desarrollos adicionales en estas
tecnologías, para asegurar que cumplan con
los estándares económicos y los relativos a
la sostenibilidad medioambiental. Especial
atención debe darse al papel de la energía
nuclear a nivel europeo.
En tanto que los subsidios no desaparezcan
como consecuencia del desarrollo tecnoló-
gico, deben basarse en un sistema compe-
titivo de ámbito europeo. Los compromisos
pasados no deben ser influenciados por los
cambios futuros del sistema. Deben evitar-
se los precios mayoristas negativos causa-
dos por electricidad subsidiada.
La transparencia en las ayudas y en materia
impositiva es necesaria para asegurar el
funcionamiento de un mercado energético
europeo y un campo de juego nivelado
para los operadores europeos.
III.2. Seguridad de abastecimiento
La Unión Europea es un importador neto
de energía. En 2006 las importaciones fue-
ron un 54% del total de energía consumi-
da. La UE importa algo más del 80% del
petróleo que consume del que un 38%
tiene como origen los países de la OPEP y
un 33%, Rusia. En el caso del gas las
importaciones se sitúan alrededor del 60%,
siendo sus principales suministradores:
Rusia (42%), Noruega (24%) y Argelia
(18%). Respecto a las importaciones de
carbón, el 26% tuvo como origen Rusia, el
25% Sudáfrica y el 13% Australia.
No hay duda de que en el corto y medio
plazo el petróleo, el gas y el carbón conti-
nuarán jugando un papel importante en el
mix energético de la UE. Las tendencias del
consumo mundial de gas y petróleo a
medio plazo apuntan a un aumento de la
demanda continuado, significativo y soste-
nido, especialmente en los países en desa-
rrollo, al mismo tiempo que las reservas de
productos energéticos y la capacidad de
producción por explotar quedan, cada vez
más, en las manos de unos pocos países,
lo que, consecuentemente, puede afectar a
la estabilidad de los mercados y debilitar la
posición de Europa como demandante de
la energía que necesita para mantener sus
niveles de desarrollo.
En este sentido, se debería prestar atención
prioritaria al desarrollo de todos los recursos
energéticos domésticos en la UE.
1.Diversificación del mix energético
Es necesario establecer medidas racionales
que favorezcan la eficiencia en el uso de las
distintas energías, junto a medidas que
incrementen el uso de fuentes que reduz-
can la dependencia de Europa respecto al
exterior. Un mix de energía diversificado es
el que más puede favorecer el objetivo de
seguridad de suministro, dando al mismo
tiempo una solución sostenible a las expec-
tativas de crecimiento de la demanda ener-
gética futura
Las energías renovables tienen la ventaja de
que contribuyen a reducir la dependencia
energética respecto al exterior y, por tanto,
mitigan los riesgos asociados a la seguridad
de suministro. Sin embargo, determinados
instrumentos para incentivar su uso podrían
afectar al objetivo del 20 % de reducción
del consumo energético en 2020, siempre
y cuando no se traslade al cliente final su
precio verdadero tras el cálculo completo
de los beneficios y costes reales y efectivos
del sistema. Las medidas tendentes a pro-
mocionar el uso de las energías renovables
deberían centrarse en las fases de su
implantación, para favorecer su desarrollo.
Así mismo, debe tenerse en cuenta que
una presión competitiva entre todas las tec-
nologías es un objetivo a perseguir.
La energía nuclear se ha venido enfrentan-
do al rechazo social en muchos de los paí-
ses de la UE, fundamentalmente como
consecuencia de los riesgos de contamina-
ción de este tipo de energía y la larga vida
que tienen los desechos radioactivos. Sin
embargo, los avances tecnológicos realiza-
dos en los últimos años han favorecido que
algunos países de la UE hayan decidido
apostar por esta fuente de generación para
disminuir su dependencia exterior energéti-
ca, beneficio éste al que habría que añadir
la influencia positiva de la energía nuclear
en relación a la sostenibilidad y lucha con-
tra el cambio climático y sus bajos costes
variables. La UE debería ser el ámbito en el
que se debatieran los aspectos técnicos,
económicos, de seguridad y medioambien-
tales de la energía nuclear, de forma que se
dispusiera de un análisis de la mayor soli-
dez y fiabilidad de este importante tema.
Respecto al papel de las energías convencio-
nales para alcanzar un mix más diversificado,
hay que tener en cuenta que no todas ellas
dependen en igual medida del exterior ni tie-
nen como suministradores a los mismos paí-
ses. En el caso del petróleo y del gas, su pro-
ducción se concentra en países geopolítica-
mente menos estables que aquellos en los
que se produce carbón, si bien este último
está asociado a unas mayores emisiones de
CO2. En cualquier caso, el desarrollo de nue-
vas tecnologías, tales como el Secuestro y
Almacenamiento de Carbono (CCS), es fun-
damental para favorecer el consumo limpio.
El petróleo proviene de muchos yacimien-
tos situados en diferentes países por lo que,
a pesar de los conflictos geopolíticos y
fenómenos naturales vividos en los últimos
años, el mercado ha demostrado la capaci-
dad, eficiencia y liquidez necesaria para que
no se haya producido ninguna interrupción
en su suministro. Estas circunstancias men-
cionadas en relación con el petróleo, tam-
bién son aplicables al Gas Natural Licuado
(LNG).
En cuanto al papel futuro del gas natural
en el suministro energético, es importante
destacar que el World Energy Outlook
2009 de la IEA, considera que dicho com-
bustible jugará un papel clave como puen-
te hacia un futuro de energía más limpia.
Por otra parte, el gas natural se perfila
como el backup preferido del sistema
base, en general, y de las energías renova-
bles en particular.
Adicionalmente, los hidrocarburos contribu-
yen a la seguridad de abastecimiento por
medio de las reservas estratégicas. En este
sentido, se valora positivamente la iniciativa
de un Reglamento sobre la seguridad de
aprovisionamiento de gas natural.
Respecto de la utilización de biocarburan-
tes, la Unión Europea deberá prestar espe-
cial atención a la política arancelaria que
afecta a su fomento. En este sentido, es
necesario adoptar medidas para evitar situa-
ciones de dumping y competencia desleal
que pongan en serio riesgo a la Industria
europea. En concreto, se debe vigilar espe-
cialmente la llegada al mercado de biocar-
burantes listos para el consumo proceden-
tes del exterior, cuyo precio esté por debajo
de los costes de producción.
Un correcto balance del fomento de culti-
vos energéticos europeos competitivos y la
apertura a biomasa procedente del exterior
resulta clave para el pleno desarrollo de los
biocarburantes en Europa.
Cuadernos de Energía 39

La Industria cree firmemente que un mix
energético diversificado refuerza el objetivo
de seguridad de abastecimiento. Este tema
debería ser objeto de consideración a nivel
europeo.
2. Diversificación de las rutas y de los
orígenes de los aprovisionamientos
En la práctica, el objetivo europeo de diver-
sificación suele centrarse en la adopción de
medidas que diversifican las rutas de entra-
da pero no sus orígenes, por lo que la
dependencia respecto a los productores no
se ve afectada. Las recientes crisis de abas-
tecimiento de gas procedente de Rusia
aconsejan que la UE busque otras fuentes
alternativas que faciliten la entrada de gas
procedente de áreas de producción como
el Norte de África o el Caspio, eliminando
las trabas para el desarrollo de proyectos
como Nabucco o el corredor ibérico.
Respecto al petróleo, el hecho de que su
transporte se realice principalmente por
barco hace que su aprovisionamiento sea
más flexible, en comparación con el gas.
Hay un mercado muy líquido, tanto de
crudo como de productos petrolíferos y
gran parte de los biocarburantes, que fun-
ciona con rapidez para solventar cualquier
ineficiencia en el suministro al mercado. En
el caso del carbón, además de contar tam-
bién con la flexibilidad derivada de la forma
en la que se realiza su aprovisionamiento
(principalmente por barco y tren), se une el
hecho de que su producción se encuentra
más diversificada, incluyendo países que
gozan de mayor estabilidad política y con
estructuras más cercanas a las de los países
de la UE. En ambos casos, la búsqueda de
rutas alternativas no tiene un impacto tan
significativo como ocurre con el gas.
La Industria piensa que es necesario favore-
cer el desarrollo no sólo de nuevas rutas de
entrada adicionales a las tradicionales, sino
la diversificación de las regiones de origen.
40 Cuadernos de Energía
3. Desarrollo de las infraestructuras y del
mercado interior
La consecución de un verdadero mercado
interior permitirá el acceso a las infraestruc-
turas y reforzará el atractivo de la UE para
los suministradores de energía. La existen-
cia de distintos modelos regulatorios en el
seno de la UE puede dificultar la realización
de las infraestructuras necesarias para refor-
zar el objetivo de la seguridad de suminis-
tro.
Es necesario revisar el cumplimiento de la
efectiva independencia del operador de las
infraestructuras de transporte, para evitar
situaciones discriminatorias que finalmente
tendrían un impacto en la seguridad de
suministro en el seno de la UE. También es
necesario asegurar que los operadores del
transporte están adecuadamente incentiva-
dos para contribuir a la integración de los
mercados.
La disponibilidad de suficientes infraestruc-
turas de interconexión en la Unión Europea
permitirá a los Estados miembros beneficiar-
se de las ventajas de los países o regiones
vecinas. A estos efectos, la UE debería desa-
rrollar la legislación adecuada para agilizar los
trámites administrativos que hoy dificultan el
rápido desarrollo de las infraestructuras.
En este contexto, es primordial el refuerzo
de las interconexiones en energía eléctrica
y gas natural de los países periféricos, por
ejemplo en el caso de Francia y España. Las
reglas que determinan y establecen la capa-
cidad de interconexión necesaria entre dos
países han sido diseñadas, hasta ahora, con
carácter local, y es importante que pasen a
ser establecidas desde un punto de vista
regional o incluso europeo, debiéndose
reforzar los mecanismos de toma de deci-
siones al respecto. Es conveniente resaltar
la importancia de la creación de mercados
regionales integrados como una primera
etapa del camino hacia un único mercado
interior europeo.
Por otro lado, los objetivos de penetración
de las energías renovables y de incremento
de la eficiencia energética también requie-
ren un enorme esfuerzo de desarrollo y
modernización de las redes de transporte y
distribución.
Desde el punto de vista de la seguridad de
abastecimiento, la Industria cree que es
necesario lograr la plena realización del
mercado interior europeo, haciendo espe-
cial hincapié en el desarrollo de las infraes-
tructuras energéticas necesarias de acuerdo
con los grandes principios recogidos en el
Tercer Paquete.
4. Solidaridad entre Estados miembros
Para la implantación de un mecanismo de
solidaridad realista es necesario que existan
las interconexiones mínimas necesarias que
faciliten la circulación de energía en la
Unión Europea.
El desarrollo de un mercado interior único
europeo interconectado redundará en la
disponibilidad de redes de electricidad y gas
en los ejes Norte-Sur y Este-Oeste de la UE,
que permitirán la extensión de dicho mer-
cado único también a los países periféricos,
así como de capacidad de transporte sufi-
ciente para poder aplicar la solidaridad en
situaciones de emergencia.
La UE tiene el papel de articular mecanis-
mos que refuercen la cooperación entre
sus Estados miembros, identificando
aquellas situaciones en las que el interés
común deba prevalecer por encima de
intereses individuales. Las conocidas crisis
del gas entre Rusia y Ucrania ha vuelto a
demostrar que la solidaridad entre los
Estados miembros es un asunto de espe-
cial relevancia. La Industria piensa que es
primordial el desarrollo de infraestructuras
internas que favorezcan y permitan ejer-
cer la solidaridad entre los Estados miem-
bros.
5. Política energética exterior: ¿Una sola
voz?
La dificultad para que Europa defina una
política energética exterior común y hable
con una sola voz impide que la UE pueda
aprovechar las ventajas derivadas de su
fuerza como conjunto.
A la vista de los riesgos que conlleva la segu-
ridad de suministro en Europa y las ventajas
que reportaría esta acción, se hace cada vez
más necesario avanzar en el desarrollo de
una política exterior común energética de la
UE, definiendo su ámbito y alcance.
La Industria cree que hay que avanzar en la
definición de una política energética común
europea en relación con los países sumi-
nistradores.
III.3. Energías renovables
1. Las energías renovables en Europa
Gracias al impulso político y al esfuerzo
empresarial, Europa se ha situado a la cabe-
za del sector de las energías renovables.
El crecimiento de las energías renovables
no sólo reduce la dependencia energética y
las emisiones de CO2, sino que favorece
el desarrollo industrial y económico, al
generar nuevas oportunidades de negocio,
creación de empleo e incremento del
potencial exportador de la industria.
La Industria cree que Europa debe afianzar
su liderazgo internacional en este campo,
redoblando el esfuerzo para incrementar su
competitividad, su cuota de mercado y el
apoyo de la sociedad
2. El marco político europeo
El objetivo de lograr, en el año 2020, un
20% de contribución de las energías renova-
bles en el consumo final de energía, requie-
re el estricto cumplimiento de los plazos de
presentación de los Planes Nacionales de
Acción. Las Instituciones deberán identificar
las dificultades que existen actualmente para
la consecución de dicho objetivo y proponer
las iniciativas que sea necesario acometer.
Para alcanzar un escenario sostenible a
largo plazo, la IEA estima que, en el período
2010-2030, deben realizarse en todo el
mundo inversiones en generación baja en
carbono por un importe de 4,4 billones de
euros de 2008, de los cuales el 72% serán
de fuentes renovables.
La Industria considera que es esencial
tomar decisiones e introducir indicadores
de cumplimiento a corto plazo en aquellas
acciones que tengan mayor impacto, así
como establecer objetivos y programas para
2030 y 2050.
3. El papel de los Estados miembros
La Industria cree que la actual crisis no
debe frenar el impulso europeo en energí-
as renovables porque, realmente, existen
pocos sectores en los que las oportunida-
des de desarrollo económico y de genera-
ción de empleo sean tan evidentes.
Es necesario involucrar en dicho compromi-
so a todos sus Estados miembros, así como
a los gobiernos regionales y locales. La nor-
mativa administrativa debe ser transparente
y ágil. La existencia de un marco jurídico y
regulatorio claro y estable, tanto en su ver-
tiente nacional como europea, es la condi-
ción indispensable para que se desarrollen
las inversiones de nueva generación, para
fomentar el intercambio energético y favo-
recer el cumplimiento de los objetivos de
energías renovables.
4.Costes, instrumentos financieros y
mecanismos de mercado
La competitividad económica de las distintas
fuentes energéticas debe basarse en una
computación completa de los costes reales
y efectivos que intervienen en el sistema.
Cualquier decisión de no repercutir en el
precio la totalidad de los costes o de esta-
blecer sistemas retributivos incentivadores
de ciertas tecnologías debe tomarse dentro
de una estrategia definida para conducir al
objetivo final de plena competitividad.
Junto a otros instrumentos de apoyo que
han demostrado su eficacia para el desplie-
gue de estas tecnologías, debe avanzarse
hacia la implantación global de un mercado
de emisiones de carbono en el contexto
del desarrollo del Acuerdo de Copenhague.
En cualquier caso, para ciertas tecnologías
que todavía no están maduras, es conve-
niente que los instrumentos financieros en
manos de la UE intervengan para asegurar
un proceso tutelado y más favorable hacia
la competitividad.
5. Integración de las energías renovables
en el mercado y en la red eléctrica
La Industria considera que el sistema eléc-
trico deberá ser capaz de integrar la energía
generada mediante fuentes renovables.
Es necesario incrementar la capacidad de
las redes transeuropeas de transporte de
electricidad, incorporando nuevos modelos
de gestión, control y desarrollos tecnológi-
cos de las redes de distribución asociados a
la generación local de energía, tecnologías
de información y comunicación.
La gestión y flexibilización de la demanda
eléctrica es un elemento clave para la
penetración de las energías renovables:
vehículo eléctrico, autoabastecimiento,
almacenamiento, etc.
Adicionalmente es fundamental la utiliza-
ción de las energías renovables de forma
directa para usos térmicos en edificación.
Cuadernos de Energía 41
6. Integración de los biocomponentes en
los carburantes del transporte
Los biocarburantes representan, actualmen-
te, una alternativa eficaz para reducir las
emisiones de CO2 y diversificar los orígenes
de la energía utilizada para fines de trans-
porte.
Las Directivas de Energías Renovables y de
Calidad de Carburantes, recientemente
aprobadas, fijan unos objetivos que reque-
rirán la implicación del ciclo de vida. La res-
puesta de la industria del automóvil para
que los vehículos puedan utilizar carburan-
tes con mayor porcentaje de biocompo-
nentes es esencial para poder alcanzar los
objetivos de reducción de emisiones de
CO2 e incorporación de bios.
7. Impulso a la implantación de las
energías renovables en la ribera sur
del Mediterráneo
La Industria piensa que el Plan Solar Medi-
terráneo debe ser firmemente apoyado
desde la UE, estableciendo un Plan de
Acción con objetivos y poniendo a disposi-
ción los recursos necesarios.
El Plan Solar Mediterráneo contribuye a
cumplir los objetivos de reducción de emi-
siones, impulsa el desarrollo económico de
los países de la ribera Sur y tiene el poten-
cial de reforzar la seguridad energética de
Europa.
8. Investigación y desarrollo tecnológico
Es de capital importancia incrementar signi-
ficativamente el importe de los programas
de I+D, centrándose en las iniciativas indus-
triales establecidas por la UE dentro del
SET-Plan, la mayoría de las cuales están
directamente relacionadas con las tecnolo-
gías renovables. La estimación del coste de
dichas iniciativas en la próxima década está
comprendida entre 58,5 y 71,5 millardos
de euros. Es imprescindible asegurar los
42 Cuadernos de Energía
fondos necesarios con una adecuada parti-
cipación de fondos públicos y privados que
aseguren su puesta en marcha y consoli-
den el liderazgo de la Union Europea
Así mismo, es muy necesario impulsar la
formación adecuada y específica de los pro-
fesionales en el sector de las energías reno-
vables.
También es importante tener en cuenta la
progresiva implantación del vehículo eléctri-
co y el acelerado avance científico y tecno-
lógico de sistemas de almacenamiento de
energía, así como la incorporación de las
energías renovables en la edificación.
El conjunto de la Industria de energías reno-
vables tiene un extremo interés en colabo-
rar con la Comisión en el análisis de los
obstáculos actuales a los que se enfrenta
su despliegue en los Estados miembros de
la UE.
III.4. Eficiencia y ahorro energético
1. La eficiencia energética y la política
energética de la UE
En la Comunicación de la Comisión Euro-
pea de Enero de 2007 sobre Política Ener-
gética se plantearon los ambiciosos objeti-
vos de los tres 20. La mejora de la eficien-
cia energética pretende reducir un 20% el
consumo de energía previsto en 2020.
Dicha reducción del consumo deberá con-
tribuir de forma relevante a la consecución
de los otros dos objetivos: la reducción del
20% de las emisiones de Gases de Efecto
Invernadero (GHG) y la participación en un
20% de energías renovables en la cobertu-
ra de la demanda de energía final.
La eficiencia energética, como “energía vir-
tual”, es también un pilar esencial de la polí-
tica energética de la UE en relación con la
seguridad de suministro, mejora de la com-
petitividad y mantenimiento del progreso,
del empleo y del bienestar social. A los
beneficios directos del ahorro energético
hay que añadir otros indirectos, ya que los
productos, materiales y servicios asociados
a la eficiencia energética constituyen un
mercado atractivo, tanto interno como para
la exportación, que las empresas europeas
deben tratar de liderar.
Se han adoptado distintas iniciativas legisla-
tivas europeas sobre eficiencia energética,
pero su impacto estimado no alcanzará
posiblemente el objetivo del 20% de
reducción en 2020. Los principales obstá-
culos identificados hasta la fecha son legis-
lativos (deficiente aplicación de la legisla-
ción vigente), falta de concienciación de los
consumidores y ausencia de estructuras
adecuadas para facilitar la inversiones nece-
sarias en instalaciones, bienes y servicios de
eficiencia, así como la aceptación comercial
de todos ellos.
2. Principios para una economía
eco-eficiente
Lograr una economía eco-eficiente debe ser
un elemento esencial de esa nueva estrate-
gia post-2010, teniendo en cuenta la globa-
lidad de las soluciones y su estrecha rela-
ción con la competitividad. La Industria
apoya las propuestas del Consejo Europeo
de octubre de 2009 para:
• Mejorar la asignación de los verdaderos
costes y beneficios medioambientales
• Aumentar los conocimientos de los traba-
jadores en eco-eficiencia, facilitando el
empleo en sectores como la construcción
y la edificación eco-eficientes, el transpor-
te sostenible, las energías renovables y el
reciclado
• Promover la contratación pública eco-efi-
ciente y eco-innovadora, estimulando el
futuro mercado de tecnologías, productos
y servicios ecológicos
Además, la Industria considera que con las
tecnologías ya disponibles se puede dar un
salto importante en la consecución de los
objetivos propuestos, teniendo en cuenta el
alto porcentaje de renovación y/o gestión
eficiente que deberá hacerse sobre la base
de infraestructuras y equipos existente.
En esa misma estrategia, la Industria apoya
las acciones propuestas por el Consejo
Europeo, en particular aquellas dirigidas a:
• Presentar una estrategia integrada para la
promoción de la eco-innovación lo antes
posible, tras una revisión exhaustiva del
Plan de Acción Europeo sobre Eficiencia
Energética
• Referenciar a energía primaria todos aque-
llos usos finales energéticos de los distin-
tos sectores
• Establecer indicadores y sistemas de
medición fiables y ampliamente reconoci-
dos para medir el progreso hacia una eco-
nomía eco-eficiente y teniendo en cuenta
el ciclo de vida completo en todas las
decisiones de inversión
• Favorecer modelos de consumo sosteni-
bles e incentivadores, que permitan desa-
rrollar la eficiencia energética en niveles
acordes con los objetivos planteados
• Favorecer el desarrollo y empleo de las
Tecnologías de la Información y la Comu-
nicación (ICT) para una mejor toma de
decisiones en este ámbito
• Fomentar la cultura del ahorro y la eficiencia
a través de una mayor información, educa-
ción y concienciación a todos los niveles
La Industria defiende la aplicación de medi-
das reguladoras, más incentivadoras que
coercitivas, para promover la eficiencia
energética en la UE. Los principios regula-
dores básicos deben basarse en la transpa-
rencia, sencillez, estabilidad, aptitud y posi-
bilidad de predicción, estableciendo objeti-
vos a largo plazo que consideren el com-
plejo espectro de todos los sectores impli-
cados en la eficiencia energética.
3. Bases para el desarrollo de las acciones
En la práctica, la mejora de la eficiencia
energética se enfrenta a un gran número de
barreras, entre las que se han destacado las
relativas a transporte, equipos que consu-
men energía, generación de electricidad,
edificios y comportamientos de los consu-
midores. Con la dinámica actual, en 2020
sólo se habrá conseguido un 13% de
reducción del consumo energético. Con el
objetivo principal de alcanzar el 20% de
ahorro y dar seguridad a los inversores
industriales y energéticos ante los nuevos
retos medioambientales y regulatorios, nue-
vas estrategias y acciones adicionales habrán
de ponerse en marcha en distintos ámbitos:
• Edificación (mejora en los procesos de
regulación, certificación energética de edi-
ficios, arquitectura bioclimática y ciudades
inteligentes)
• Transporte (cambio tecnológico de los
vehículos, incorporación de biocompo-
nentes en los carburantes, avance en la
electrificación del transporte a través de la
promoción del vehículo eléctrico y progra-
mas de educación)
• Compañías energéticas (medidas especí-
ficas para promover la cogeneración,
redes inteligentes, gestión de la demanda
y nuevos contadores)
• PYME (apoyo público, medidas fiscales y
fomento de los planes de subvenciones a
inversiones en ahorro y eficiencia energé-
tica)
• Empresas de Servicios Energéticos (medi-
das de financiación, difusión, desarrollo de
protocolos de actuación y sistemas de
acreditación)
• Cooperación y partenariado internacional
El apoyo del sector público es esencial con
medidas dirigidas a la información, compor-
tamiento y educación de ciudadanos y
empresas, fomentando el debate sobre el
modo de dar el mejor uso a los instrumen-
tos rentables y promoviendo la contratación
pública ecológica.
III.5. Tecnologías de la energía
1. Política energética y Cambio Climático
Ambiciosos objetivos europeos sobre Políti-
cas de Energía y Cambio Climático se han
establecido para 2020 y objetivos adiciona-
les se han declarado para 2030 y 2050,
avanzando hacia una economía de bajo
contenido en carbono la cual, a medio y
largo plazo, cambiará los sistemas energéti-
cos de nuestros países europeos. La Indus-
tria cree que es difícil lograr estos objetivos,
aunque considera que es importante hacer
progresos en este sentido. La política de
apoyo a la innovación y uso de tecnologías
de baja emisión de carbono es un medio
clave para cumplir con estos objetivos. El
éxito sólo puede alcanzarse acelerando la
generación y el despliegue a gran escala de
nuevas tecnologías energéticas de baja emi-
sión en carbono, para lo que se necesita
captar nuevos recursos humanos y finan-
cieros, así como aumentar los esfuerzos
para coordinar los instrumentos, fragmenta-
dos y dispares, ya existentes a nivel euro-
peo, y crear otros nuevos (referidos más
adelante) que, conjuntamente, permitan
dar forma, apoyo y guía a este largo y com-
plejo proceso.
Se necesita una fuerte inversión en las acti-
vidades de I+D e Innovación, tanto por
parte de fuentes públicas como privadas. La
Industria está de acuerdo en que la evolu-
Cuadernos de Energía 43
ción hacia una economía de bajo contenido
de carbono debe contemplarse como un
conjunto de oportunidades para desarrollar
el potencial de Europa como un lugar atrac-
tivo para la inversión y la industria, persi-
guiendo al mismo tiempo una estrategia
económica eco-eficiente, orientada hacia
una simultánea gobernanza de la innova-
ción y la renovación industrial. Pero esto
sólo será posible si los riesgos asociados a
este proceso son tenidos en cuenta debi-
damente y si se establecen las condiciones
regulatorias y de financiación adecuadas a
los esfuerzos que se piden.
2. Instrumentos para promover el
desarrollo de las tecnologías energéticas
En los últimos años se han puesto en mar-
cha nuevos instrumentos a nivel europeo
(Plataformas Tecnológicas, Iniciativas Tecno-
lógicas Conjuntas, Instituto Europeo de
Innovación y Tecnología, Espacio Europeo
de Investigación, etc.) y, en particular, el
Plan Estratégico de Tecnologías Energéticas
(SET Plan). Para evitar confusión en el uso
de estos instrumentos, sería útil un esfuer-
zo de coordinación de los mismos (por
ejemplo, de la Alianza de Investigación
Energética Europea, EERA, con otras institu-
ciones de investigación), y racionalizarlos,
asegurando que la información sea clara y
sencilla para los usuarios.
Dentro del SET Plan, las Iniciativas Indus-
triales Europeas (EII) se van a poner en
marcha en diferentes áreas de tecnología.
En cada una, se han establecido objetivos,
necesidades de financiación, hojas de ruta,
costes, indicadores, etc. Estos desarrollos
pueden ser útiles, pero deberían funda-
mentarse más directamente en la relación
entre los objetivos y los recursos necesa-
rios. La Industria está completamente de
acuerdo con las áreas de tecnología identi-
ficadas en el SET Plan, y sugiere que se
ponga más énfasis en tecnologías tales
como: las redes eléctricas, incluyendo los
44 Cuadernos de Energía
sistemas de almacenamiento masivo de
energía, necesarios particularmente para la
gestión eficiente de las energías renova-
bles; la captura y almacenamiento de car-
bono (CCS); así como la fisión nuclear sos-
tenible y la fusión.
3. Inversiones en I+D en las tecnologías
prioritarias
La Industria financia una gran parte del I+D,
no nuclear, en tecnologías prioritarias del
SET Plan: concretamente, 1.666 Millones
de € en 2007, que supone el 69% de las
inversiones totales. Esto destaca el activo
papel de las empresas implicadas en estas
tecnologías, con base en la UE, y el recono-
cimiento de la necesidad de una mayor
investigación, desarrollo y demostración con
el fin de reforzar la posición de la UE en
tecnologías tan prometedoras.
En tecnologías nucleares (excluido el trata-
miento de residuos, la protección radioacti-
va, etc.), la inversión en I+D fue de 939
millones de euros (con una menor finan-
ciación privada, especialmente en el caso
de investigación en tecnología de fusión).
Habida cuenta de que la transición energé-
tica está impulsada principalmente por las
políticas públicas, y que el nivel de desarro-
llo de las tecnologías de bajo nivel de car-
bono se encuentra en una etapa preliminar,
la Industria solicita un aumento significativo
a corto plazo de la componente pública en
este esfuerzo, teniendo en cuenta particu-
larmente la significativa disminución produ-
cida, durante los últimos años, en los fon-
dos de investigación energética.
4. Análisis de la situación
La Industria piensa que se necesitan accio-
nes amplias y concertadas, financiadas pri-
vada y públicamente, y que deben abordar-
se en una acción común europea (ver el
ejemplo del punto 2).
Las tecnologías de bajo contenido de car-
bono que están apareciendo en el mercado
energético europeo se enfrentan a muchos
fallos regulatorios y del mercado que no se
tienen en cuenta en la factura de la energía.
El mercado no facilita el nivel de financia-
ción socialmente óptimo, por lo que la
intervención pública está justificada. El
poderoso instrumento de subsidios debería
ser aplicado eficiente y cuidadosamente.
Será necesario, por lo tanto, estimular y
apoyar con medidas e instrumentos públi-
cos un aumento sustancial de la inversión
privada en investigación, desarrollo tecnoló-
gico, demostración y replicación de las tec-
nologías del SET Plan, así como asegurar la
provisión de recursos financieros apropia-
dos y suficientes.
Existe la preocupación, por parte de la
Industria, sobre la disponibilidad de los fon-
dos públicos necesarios para este proceso,
sin los cuales los retos pueden convertirse
en inasumibles. La Directiva Emissions Tra-
ding Scheme (ETS) es una de las posibles
fuentes. La Industria recomienda fuerte-
mente que las bases para que los Estados
miembros utilicen estos fondos sean tales
que no se produzca ninguna distorsión en
el proceso más eficiente del desarrollo de
las tecnologías energéticas. Éste será el
modo más eficaz que permita una rápida
implementación de programas integrados
enfocados hacia tecnologías que tienen
gran potencial de despliegue en la UE.
La Industria piensa que hay necesidad de
conseguir fondos adicionales del presu-
puesto de la UE aumentando la proporción
de la inversión pública a nivel comunitario.
La Industria se ofrece para aconsejar y
acompañar en este proceso.
Se necesita un régimen regulatorio estable
y positivo, incluida la adecuada valoración
del carbono a nivel internacional, para así
reducir las incertidumbres de las empresas
en cuanto a asegurar una inversión sufi-
ciente y en tiempo adecuado. Debería abrir-
se un proceso a nivel de la UE para que los
Estados miembros aseguren unas condicio-
nes regulatorias estables en todas las regio-
nes de la UE, para aquellas empresas que
desarrollen proyectos de demostración de
gran tamaño y realicen grandes inversiones.
Un punto de gran importancia es la falta de
científicos e ingenieros suficientemente pre-
parados, que podría poner en peligro el
éxito del proceso. La industria considera, por
tanto, esencial realizar esfuerzos de amplia
envergadura para atraer nuevos profesiona-
les a las carreras científicas y técnicas. La UE
debería contribuir en este tema tan relevan-
te a través de nuevos instrumentos.
5. Programación conjunta y papel del
Banco Europeo de Inversiones
La Industria está de acuerdo en que la Pro-
gramación Conjunta podría ser un medio
para que los Estados miembros puedan
cofinanciar las iniciativas del SET Plan sobre
una base de geometría variable, dirigiéndo-
se hacia un modelo de co-inversión en pro-
gramas y Asociaciones Público-Privadas fle-
xibles. Pero no es realista pensar que este
proceso vaya a comenzar inmediatamente
y con todo su potencial. Por ello, es nece-
sario incentivar y soportar este proceso.
La Industria está de acuerdo en que, a través
de los préstamos del Banco Europeo de
Inversiones (EIB), la Comisión puede movili-
zar y conseguir otros recursos de los sectores
público y privado. Además, considera esen-
ciales las medidas citadas en la Comunica-
ción de la Comisión de octubre 2009 para
alcanzar el éxito en el proceso. I
Cuadernos de Energía 45
Un análisis comparativo de
diversas proyecciones
contemporáneas sobre el
suministro global de petróleo
a largo plazo
Mariano Marzo
Catedrático de Recursos Energéticos. Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona

E l balance entre la oferta y la demanda de

petróleo a corto plazo puede calcularse
cotejando la demanda proyectada con el “flujo
de producción” resultante de la suma de los
proyectos con fecha de inauguración conocida.
La principal fuente de incertidumbre, al margen
de las desviaciones inherentes a cualquier pro-
yección, es la incidencia de imprevistos como
los retrasos en el desarrollo de los proyectos y
la cancelación o aplazamiento indefinido de
algunos de ellos.
Si las previsiones a corto plazo admiten un
cierto grado de incertidumbre, es fácil imagi-
nar lo que sucede con las efectuadas a más
largo plazo. Tales proyecciones muestran una
marcada dicotomía. Por un lado tenemos
aquellas que podríamos calificar de optimis-
tas, ya que no ven dificultades insuperables
en el horizonte del 2030, previendo un futu-
ro sin grandes cambios, del tipo “business as
usual” (BAU). Por otro, existen pronósticos
más pesimistas que advierten que el mundo
esta alcanzando ya el cenit de la producción
de petróleo convencional (“peak oil”), o lo
hará en las próximas dos décadas, por lo que
resulta urgente reducir la demanda y propiciar
un desarrollo rápido de substitutos.
Recientemente, UKERC (2009)1 ha presen-
tado un interesante análisis comparativo de
catorce modelos sobre el suministro global
de petróleo, publicados entre 2006 y
20082 . Este trabajo pretende exponer de
forma resumida las conclusiones de dicho
estudio que ofrece una visión comparativa
de las dos visiones contrapuestas comenta-
das, para después extraer algunas ideas
sobre como podría avanzarse hacia una
perspectiva de síntesis y hacia la superación
de una controversia que, sorprendente-
mente, pese a su trascendencia, dura ya
mas de cincuenta años.
La polémica en nuestros días
En los catorce modelos analizados por
UKERC, el pronóstico más alto sobre la pro-
ducción de todo tipo de combustibles líqui-
dos3 en 2030 es dos veces y medio mayor
que el de la previsión más baja, mientras
que el rango de fechas en la que tendría
lugar el cenit de la producción varia desde
el pasado inmediato a un futuro indefinido,
más allá de 2030. Sin duda, sorprende que
estos estudios puedan llegar a conclusiones
tan diferentes.
Una de las causas de estas divergencias es
que las previsiones contemplan diferentes

1 UKERC (UK Energy Research Centre) (2009), Global Oil Depletion. An assessment of the evidence for a near-term peak in global oil production, London, 228 pp.
2 Todos ellos se realizaron con anterioridad a la actual coyuntura de recesión económica mundial y, por lo tanto, no reflejan las previsibles reducciones en la
demanda mundial de petróleo y en la inversión en exploración y producción.
3 Incluyen los crudo (ligeros, medianos, pesados y extra-pesados), los condensados, los líquidos del gas natural, los líquidos derivados de los esquistos bituminosos
y de las arenas petrolíferas, los líquidos del carbón (CTL) y el gas natural (GTL) y los biocombustibles.

46 Cuadernos de Energía
 Un análisis comparativo de diversas proyecciones contemporáneas sobre el suministro global de petróleo a largo plazo
combustibles líquidos. Todas ellas incluyen
petróleo crudo, desde ligeros a pesados,
pero no todas contabilizan los crudos extra-
pesados y algunas no tienen en cuenta los
líquidos del gas natural. Sin embargo, este
factor no explica más que una pequeña
parte de las diferencias observadas en los
pronósticos. Tales discrepancias reflejan prin-
cipalmente la existencia de dos aproximacio-
nes metodológicas muy distintas y que, a
grosso modo, pueden relacionarse con la
persistencia en nuestros días de las dos
grandes corrientes históricas mencionadas
con anterioridad (“peakoilers” y “BAU’s”).
Un primer grupo de pronósticos compren-
dería aquellos que apuestan por un creci-
miento aproximadamente lineal de la pro-
ducción de combustibles líquidos hasta
2030, de modo que sus modelos no pre-
vén un cenit en la producción con anteriori-
dad a dicha fecha. Estas previsiones "casi-
lineales” corresponden básicamente a orga-
nismos oficiales (Agencia Internacional de la
Energía y Oficina de Información Energética
del Gobierno de los Estados Unidos), la
OPEP y algunas petroleras (ExxonMobil, BP,
Eni), cuyos pronósticos se basan esencial-
mente en modelizaciones de la demanda y
en la subsiguiente identificación de las
diversas fuentes que deberán cubrirla.
Un segundo grupo de pronósticos incluiría
aquellos que prevén alguna forma de cenit
antes de 2030, seguido de un declive más o
menos pronunciado. La mayoría de los
modelos de este grupo utiliza una metodo-
logía que combina una determinada estima-
ción de los recursos finalmente recuperables
a escala global y su ajuste a una curva sim-
ple (o curva de Hubbert). Generalmente,
estos modelos obtienen las estimaciones de
recursos finalmente recuperables mediante
adiciones sucesivas (“bottom-up”), es decir a
4 Tras la actual crisis económica y financiera, parece que este tipo de pronósticos que prevén un cenit de la demanda están ganando más protagonismo. Por ejem-
plo, véase: Sankey, P., Micheloto, S. and Clark, D. T. (2009), The peak oil market. Price dynamics and the end of the oil age. Deutsche Bank. Global Markets Research,
4 October 2009, 66 pp.
5 Véase también: Kerr, R. A. (2009), Splitting the difference between oil pessimists and optimists, Science, vol. 326, 20 November 2009, pp. 1048.
partir de la suma de pronósticos parciales a
nivel de proyectos, campos, países o regio-
nes. Asimismo, estos modelos asumen hipó-
tesis explícitas sobre las tasas de declive de
la producción. Tal aproximación ha sido
seguida por organismos oficiales nacionales
(Instituto Federal de Geociencias y Recursos
Naturales de Alemania), compañías de
petróleo (Shell, StatoilHydro y Total), consul-
toras (Energyfiles, LBST y Peak Oil Consul-
ting), grupos de investigación universitarios
(Upsala) y diversos estudiosos.
Dentro de este último grupo de pronósticos
que señalan un cenit de la producción antes
del 2030, destaca el elaborado por Shell,
que es el único que modela de forma explí-
cita la demanda. Sus escenarios resultan sin-
gulares en el sentido de que el cenit de la
producción de crudos, condensados y líqui-
dos del gas natural, no está impulsado por
limitaciones de la oferta, sino por una dismi-
nución de la demanda en respuesta a la
mejora de la eficiencia y a la sustitución de
los combustibles citados4. Shell presenta dos
escenarios. En uno de ellos, ("Scramble"), la
producción de crudos, condensados y líqui-
dos del gas natural disminuye a partir de
2020. En el otro, (“Blueprints”), la produc-
ción se mantiene plana a partir de dicha
fecha. En todo caso, debe remarcarse que si
las previsiones se extienden a todo tipo de
combustibles líquidos, la petrolera retrasa el
cenit más allá del 2050.
Causas del desencuentro
El estudio de UKERC5 destaca que la com-
paración entre los diferentes pronósticos
resulta difícil por tres razones: 1) la falta de
transparencia de algunos de lo modelos, 2)
las inconsistencias en la definición y en la
cobertura estadística de los diferentes com-
bustibles líquidos, y 3) el amplio abanico
de métodos e hipótesis de partida utiliza-
dos en los modelos.
Para UKERC, todavía queda un largo camino
que recorrer antes de alcanzar un cierto con-
senso entre los dos grandes grupos de pro-
nósticos comentados Este objetivo se vería
facilitado si en cada modelo se explicitaran
de manera clara las hipótesis de partida, se
explorara sistemáticamente la mayor o
menor sensibilidad de los pronósticos a estas
hipótesis y se especificaran las incertidum-
bres a la hora de presentar los resultados.
Asimismo, se echa en falta una mayor inte-
gración entre aquellos pronósticos que esen-
cialmente modelan el suministro y los que
prácticamente solo consideran la demanda.
Pese a ello, la buena noticia es que la dispa-
ridad en las fechas propuestas para el cenit
parece estar básicamente ligada a las dife-
rentes hipótesis asumidas, de forma implíci-
ta o explicita, sobre los recursos finalmente
recuperables y/o la tasa de declive post-cenit
global. Las otras diferencias pueden conside-
rarse secundarias o dependen de los dos
parámetros citados, de manera que, proba-
blemente, la mayoría de los modelos obten-
drían resultados similares si utilizaran o impli-
caran valores similares para ambos. Este
hecho alimenta la posibilidad de alcanzar un
mayor consenso sobre el futuro más plausi-
ble del suministro global de petróleo, en la
medida de que se disponga de más y mejor
información sobre las dos variables citadas.
Acotarlas con un mayor grado de precisión
resulta, por tanto, una tarea prioritaria.
Puntos débiles de los
pronósticos optimistas
En su estudio, UKERC constata que los pro-
nósticos que posponen el cenit más allá de
2030 requieren de la combinación de algu-
Cuadernos de Energía 47
Un análisis comparativo de diversas proyecciones contemporáneas sobre el suministro global de petróleo a largo plazo
nos, aunque no todos, de los siguientes fac-
tores:
1) Una tasa de crecimiento de la demanda,
relativamente baja, próxima al 1% anual.
2) Unos recursos finalmente recuperables
de petróleo convencional que como míni-
mo deben situarse en torno a los 3 billones
de barriles y, probablemente, superar los
3,6 billones estimados en el escenario
medio (50% de probabilidades) del USGS
(2000)6.
3) Una tasa de declive post-cenit de la pro-
ducción relativamente rápida, del orden del
3% anual o mayor.
4) Una producción acumulada en el
momento del cenit que excede al 50% de
los recursos finalmente recuperables. Este
porcentaje sobrepasa ampliamente lo
observado en la mayoría de las regiones
que ya han pasado su cenit.
5) Una producción acumulada en la fecha
del cenit que supera el 60% de los descu-
brimientos acumulados de reservas proba-
das y probables (2P). Este porcentaje tam-
bién es mucho mayor de lo observado en
la mayoría de las regiones que ya han deja-
do atrás el cenit.
6) Una tasa anual de nuevos descubri-
mientos hasta 2030 que iguala o supera el
logrado en la última década, lo que supon-
dría invertir la tendencia de los últimos cua-
renta años.
7) Una tasa anual de crecimiento de las
reservas hasta 2030 que iguala o excede la
conseguida en los últimos diez años. Y esto
pese al previsible aumento del porcentaje
de nuevos hallazgos efectuados bajo aguas
marinas, que tienden a ser más pequeños
6 USGS (United States Geological Survey) (2000), World Petroleum Assessment 2000, Washington.
48 Cuadernos de Energía
y tienen un menor potencial de crecimien-
to de las reservas.
8) Una velocidad media de extracción o
ritmo de agotamiento de estos recursos
(porcentaje de las reservas iniciales proba-
das y probables extraído por unidad de
tiempo) que es mucho más alto que la tasa
máxima previamente observada en cual-
quier región productiva.
9) La persistencia de un ambiente favora-
ble en las principales regiones productoras
de petróleo, en temas tales como la exis-
tencia de incentivos para la inversión, el
acceso adecuado a las áreas prospectivas,
la estabilidad política, etc.
Los pronósticos “casi lineales” tendrían que
demostrar como pueden cumplirse estas
nueve condiciones o bien rebatir la necesi-
dad de hacerlo. A juicio de UKERC, asumir
el cumplimiento de algunas de tales condi-
ciones o de una combinación de ellas
implica en el mejor de lo casos un optimis-
mo poco justificado, mientras que en el
peor supone una imposibilidad manifiesta.
Puntos débiles de los
pronósticos pesimistas
El análisis de UKERC considera que algunos
de los pronósticos de los “peak oilers” pare-
cen excesivamente pesimistas `porque muy
probablemente subestiman la cantidad glo-
bal de recursos finalmente recuperables.
Sin embargo, la combinación de limitacio-
nes técnicas y geopolíticas, junto a la
ausencia de condiciones favorables en algu-
nas importantes regiones productoras
podría impedir que dichos recursos fueran
desarrollados a la velocidad requerida.
Por otra parte, el estudio subraya que
muchos de los modelos de los “peak oilers”
no tienen en cuenta las complejas relacio-
nes existentes entre oferta y demanda, lo
que podría transformar un cenit (o pico)
más o menos abrupto, en un periodo de
estancamiento con altibajos (que dibujaría
una especie de meseta ondulada o “bumpy
plateau”). Así, por ejemplo, la actual fase de
recesión económica podría retrasar el
momento en el que el agotamiento físico
se traduciría en dificultades de suministro,
aunque si la demanda se recuperara relati-
vamente pronto es probable que dicho
retraso fuera de tan solo unos pocos años.
Unas conclusiones preocupantes
Tras su análisis comparativo el informe
que les comento concluye que es proba-
ble que el cenit de la producción de petró-
leo convencional tenga lugar antes de
2030, con un riesgo significativo de que
dicho momento se produzca antes de
2020. Y frente a este riesgo, constata que
la mayoría de países no esta considerando
seriamente la aplicación de políticas pre-
ventivas.
En opinión de UKERC, la capacidad del
mercado de activar la alarma ante el cenit
de la producción con la suficiente antela-
ción debe tomarse con muchas reservas,
dada la dependencia de la producción
actual de un pequeño número de grandes
campos que podrían entrar pronto en un
rápido declive. El caso de los EE.UU. consti-
tuye un interesante precedente. En este
país, los costes de extracción permanecie-
ron estables o incluso disminuyeron entre
1936 y 1970, al mismo tiempo que la pro-
ducción se triplicaba, pero tras alcanzar el
cenit en la última fecha citada, los costes se
multiplicaron por cuatro en tan solo una
década. Si esta misma pauta se repitiera a
escala global, muy probablemente encon-
traría al mundo desprevenido. I
Biocombustibles
Félix Gómez Cuenca
Subdirector de Calidad de Productos, Compañía Logística de Hidrocarburos CLH, S.A
T ratar el tema de los biocombustibles
suele generar controversia, posiblemen-
te porque se tiende a abordarlo desde posi-
ciones basadas en apriorismos ideológicos
o intereses empresariales (que en ambos
casos pueden ser de uno u otro sentido).
Por eso puede resultar adecuado comenzar
sentando las bases en tópicos sobre los
que es posible encontrar un consenso razo-
nablemente generalizado.
El rol de la energía
Puede ser el primer lugar común en esta
reflexión en torno a los biocombustibles. Es
posible concebir diferentes modelos socia-
les en los que la demanda energética en
términos absolutos pudiera variar; sin
embargo, en todos ellos, la satisfacción de
las necesidades humanas va asociada
al uso de la energía.
Si exceptuamos la tracción animal, la obten-
ción de energía por aprovechamiento del
carácter exotérmico de las reacciones de
combustión fue posiblemente el primer
recurso energético del hombre (combus-
tión de biomasa para obtención de calor).
A lo largo de la historia, en los diferentes
saltos tecnológicos (sea cual sea la teoría
bajo la que se describan: revoluciones
industriales, ciclos de Kondratieff, ondas de
Schumpeter…) la energía ha jugado un
papel preponderante. Particularmente, las
reacciones de combustión también posibili-
taron el establecimiento de la máquina de
vapor como paradigma tecnológico de la -
denominada- Primera Revolución Industrial;
en este caso con el carbón como fuente de
energía primaria. De igual forma las reaccio-
nes de combustión posibilitaron el estable-
cimiento del motor de combustión interna
como nuevo paradigma tecnológico (en la
a veces denominada Segunda Revolución
Industrial) en este caso con el petróleo y
sus derivados como fuente de energía pri-
maria.
De forma paralela han aparecido otras
fuentes de energía primaria que no se
basan en procesos de combustión (hidroe-
léctrica, nuclear, eólica, solar…). Estas fuen-
tes han logrado satisfacer un porcentaje de
la demanda final y tienen potencialidad
para representar porcentajes crecientes del
“mix” energético.
En consecuencia, debemos entender
como normales los debates sobre el
modelo energético en los diferentes
momentos e incluso sobre la posibilidad o
necesidad de cambio en el paradigma
energético.
Particularidades del sector del
transporte
Posiblemente otro lugar de encuentro en
esta reflexión podría residir en el hecho de
que la movilidad se ha planteado a lo
largo de toda la historia del hombre
como una necesidad irrenunciable. Es
cierto que la cantidad de movilidad necesa-
ria está influida enormemente por variables
exógenas como la configuración social o la
organización del territorio, pero no es menos
cierto que el hombre ha aumentado su
movilidad en distancia y frecuencia en la
medida en que las tecnologías y recursos
(de forma general) y los recursos particula-
res de cada individuo lo han posibilitado.
Igual que comentamos anteriormente
en referencia a otras necesidades, la satis-
facción de la necesidad de movilidad va
asociada a un consumo energético. Mien-
tras que las tecnologías de uso de energía
en otros sectores distintos del transporte
(residencial, servicios…) permiten utilizar un
abanico más o menos amplio de recursos
primarios, en el caso del transporte práctica-
mente toda la energía consumida procede
del petróleo como materia prima. El hecho
de que esta circunstancia se ha producido
por la implantación del motor de combus-
tión interna (MCI) como tecnología de refe-
Cuadernos de Energía 49
Biocombustibles
rencia en el sistema tecnológico imperante
desde principios del siglo XX no le resta un
ápice de validez en el momento actual.
La tecnología de los combustibles derivados
del petróleo ha ido evolucionando para
satisfacer los requerimientos cada vez más
exigentes de los motores de combustión
interna y, posteriormente, de otras máqui-
nas y motores térmicos alimentados por
dichos combustibles. De hecho, los prime-
ros desarrollos y patentes de MCI no utiliza-
ban combustibles derivados del petróleo, lo
que sucedió es que dichas máquinas
encontraron en los derivados del petróleo
un combustible ideal para su desarrollo ten-
dente a alcanzar los límites de eficiencia
impuestos por las leyes de la termodinámi-
ca (teorema de Carnot).
El hecho anteriormente enunciado resulta
de enorme relevancia. Los combustibles
derivados del petróleo permitieron poner
al servicio de las personas, máquinas y
motores térmicos que posibilitaron una
mejora notable en su calidad de vida.
Además a partir del petróleo se podían
obtener combustibles para máquinas térmi-
cas que funcionaban en ciclos termodiná-
micos diferentes (Otto, Diesel, Rankine…)
lo que permitió el avance de las tecnologías
de dichos sectores adaptándose a las nece-
sidades particulares de cada modo de trans-
porte (personas, mercancías, aviación…).
A medida que los desarrollos de las tecno-
logías de motores han demandado com-
bustibles de calidad superior, la industria del
refino ha introducido las mejoras necesarias
para que dichos combustibles estuvieran a
disposición de los usuarios, tanto en calidad
como en cantidad.
Desde los años 60, el vector impulsor de la
innovación en tecnología de motores y com-
bustibles ha sido la mejora del comporta-
50 Cuadernos de Energía
miento ambiental. Los combustibles han
modificado sus propiedades para reducir
su impacto ambiental y para posibilitar la
implantación de tecnologías de motores y
relacionadas (inyección directa, catalizadores
de escape…) que significaban disminuciones
notables del impacto ambiental producido en
el sector de la automoción.
Prioridades en materia energética
Continuando con los lugares comunes en
materia energética podríamos hallar un
segundo punto de encuentro en las que pue-
den ser consideradas prioridades en materia
energética. Si prescindimos de la convenien-
cia de disminución del consumo por cambio
en el modelo social, que sería objeto de un
debate de otra naturaleza, podemos entender
que las prioridades en materia energética en
el momento actual son las siguientes:
G Aumento de la eficiencia: realizar las acti-
vidades y satisfacer las necesidades actua-
les con un menor consumo de energía.
G Aseguramiento del suministro: Garanti-
zar que se dispone de la energía necesaria
en el momento y lugar donde se necesita.
G Diversificación: Disminuir los riesgos de
diferente naturaleza mediante el estable-
cimiento de una cartera energética con
aportación de fuentes de energía de dife-
rente naturaleza y procedencia.
G Mejora del comportamiento ambiental:
la satisfacción de las necesidades de las
generaciones actuales no puede disminuir
la posibilidad de satisfacción de las nece-
sidades de generaciones futuras ni dismi-
nuir su calidad de vida.
Al debate sobre prioridades en materia
energética se están uniendo recientemente
otros vectores como puede ser la necesi-
dad de aumento de las actividades e inver-
siones en I+D+i en este sector, lo que sería
en definitiva un inductor para la profundiza-
ción en algunas o todas las prioridades
anteriormente expuestas.
En las últimas décadas las materias primas
hidrocarburadas han representado el mayor
porcentaje de contribución a la satisfacción
de las necesidades de fuentes de energía
primaria. Tanto desde el sector de la auto-
moción como desde el sector del petróleo
se han desarrollado tecnologías e iniciativas
para avanzar en cada una de las diferentes
prioridades en materia energética antes
relacionadas:
G Aumento de la eficiencia de los motores
de combustión interna, que lleva asociado
una disminución del consuno de com-
bustibles por kilómetro recorrido
G Creación de reservas estratégicas para
garantía del suministro
G Diversificación representada por el desa-
rrollo de tecnologías que permiten la
obtención de combustibles líquidos a par-
tir de fuentes primarias sólidas o gaseo-
sas, como el Carbon to Liquid (CtL) o el
Gas to Liquid (GtL)
G Mejora del comportamiento ambiental,
como la disminución de emisiones de
especies contaminantes (óxidos de nitró-
geno -NOx-, hidrocarburos –HC-, monóxi-
do de carbono –CO-, partículas) que
desde las limitaciones iniciales de la Direc-
tiva 70/220/CEE ha sido objeto numero-
sas revisiones representando en el
momento actual unas reducciones supe-
riores al 90% sobre los límites inicialmen-
te establecidos.
En los últimos años han aparecido dos cir-
cunstancias que han provocado el aumento

del debate sobre la idoneidad de los com-
bustibles derivados del petróleo:
G El carácter finito del petróleo como mate-
ria prima energética.
G El efecto invernadero provocado por dife-
rentes especies contaminantes, entre ellas,
el CO2 emitido en los procesos de com-
bustión de materias primas carbonadas.
La primera de las cuestiones es, en térmi-
nos absolutos, indiscutible. No obstante,
queda abierta la discusión sobre el hori-
zonte temporal en el que se situará el
máximo de la curva de Hubber (punto de
máxima extracción de crudo, a partir del
cual la producción y por tanto la disponibi-
lidad de satisfacer la demanda anual es
decreciente). También cabe plantearse
cuanto podría desplazarse éste punto de
máxima disponibilidad si a la producción
de crudo adicionamos hidrocarburos pro-
cedentes de otras materias primas como
el carbón o el gas.
La segunda de las cuestiones también pare-
ce ser objeto de un consenso más o
menos generalizado. Las tecnologías de
automoción están realizando un esfuerzo
enorme para reducir las emisiones de CO2,
que han pasado desde los aproximada-
mente 185 g/km de mediados de los años
noventa a las actuales emisiones medias
alrededor de 150 g/km y se prevé reducir a
menos de 100 g/km en el horizonte del
2020. No obstante, esta reducción tiene un
límite y hay que asumir que la generación
de energía mediante tecnologías de com-
bustión lleva implícita la generación de emi-
siones de CO2.
La anterior reflexión nos enfrenta a una
situación en que para avanzar en las priori-
dades energéticas del sector transporte dis-
ponemos de dos líneas de actuación:
G Utilizar fuentes y tecnologías energéticas
no basadas en la combustión (nuclear,
eólica, solar…)
G Utilizar fuentes y tecnologías basadas en
la combustión, mejorando su eficiencia
(emitir menos CO2) e ideando sistemas
que permitan eliminar de la atmósfera el
CO2 que de forma inevitable se generará.
Las dos posibilidades antes mencionadas
están también sujetas a reflexión:
Las fuentes de energía no basadas en com-
bustión precisan bien del desarrollo de téc-
nicas de generación a bordo de los vehícu-
los (los desarrollos existentes se encuentran
en estadios muy tempranos del ciclo tecno-
lógico) o bien de la existencia de “vectores
energéticos” que permitan trasladar la ener-
gía primaria a los vehículos donde va a ser
utilizada; también se precisa del desarrollo
de la tecnología necesaria para la explota-
ción de estos vectores una vez están a
bordo de los vehículos. Los vectores con
mayor probabilidad de penetración en el
mercado son la electricidad (desarrollo de
motores eléctricos, baterías y sistemas de
recarga) o el hidrógeno (desarrollo de pilas
de combustible y sistemas de obtención y
distribución del combustible para éstas,
posiblemente hidrógeno, pero con posibili-
dad de uso de otros combustibles).
Una última reflexión respecto de estos “vec-
tores energéticos” es que dichos vectores
no son per se menos contaminantes que
los combustibles tradicionales del sector
transporte; lo serán en la medida en que lo
sean las fuentes primarias de energía utili-
zadas para su obtención. Dicho de otra
manera, un automóvil movido por un
motor eléctrico alimentado por electricidad
generada en una central térmica emitirá el
CO2 correspondiente a la fuente de energía
primaria empleada en la central, a la efi-
Biocombustibles
ciencia de la central donde fue generada la
electricidad y a la eficiencia del proceso de
transporte hasta el usuario final.
Por otro lado, la segunda opción estaba rela-
cionada con la posibilidad de eliminar de la
atmósfera el CO2 emitido en el proceso de
combustión. En este ámbito se sitúan las
tecnologías de captura y almacenamiento
de CO2 (CCS), que no son objeto de este
artículo, y también las tecnologías de los bio-
combustibles. Aunque, como veremos pos-
teriormente, el desarrollo de los biocombus-
tibles ha estado impulsado por razones de
diversa índole, desde el hilo argumental que
estamos siguiendo, la oportunidad de los
biocombustibles aparece como una posi-
bilidad de satisfacer las necesidades de
movilidad continuando con la explota-
ción de modelo tecnológico vigente
(reacciones de combustión en una
máquina o motor térmico) pero disminu-
yendo las emisiones finales de CO2
mediante la utilización de biomasa como
materia prima para generar el combusti-
ble, biomasa que en su proceso de cre-
cimiento absorbe parte del CO2 que se
generará en el proceso de combustión.
Biocombustibles
Existen muchas acepciones del término bio-
combustible. Incluso pueden generarse per-
cepciones erróneas derivadas del uso del
prefijo “bio”; por ello parece conveniente
establecer una definición del término y la
más adecuada podría ser la que establece
la Directiva 2009/28/CE relativa al fomen-
to de uso de energía procedente de fuen-
tes renovables:
«biocarburante»: un combustible líquido o
gaseoso utilizado para el transporte, pro-
ducido a partir de la biomasa;
«biomasa»: la fracción biodegradable de
los productos, desechos y residuos de ori-
Cuadernos de Energía 51
Biocombustibles
gen biológico procedentes de actividades
agrarias (incluidas las sustancias de origen
vegetal y de origen animal), de la silvicul-
tura y de las industrias conexas, incluidas la
pesca y la acuicultura, así como la fracción
biodegradable de los residuos industriales
y municipales.
Existen bastantes compuestos incluidos o
que pueden incluirse en el ámbito de la
definición anterior. Las propias Directivas
comunitarias establecen listados de los
compuestos (o mezclas de compuestos
resultado de procesos físico-químicos) que
pueden ser considerados biocombustibles
al objeto de lo dispuesto en dichas Directi-
vas. Sin ánimo de exhaustividad se recoge a
continuación un esquema de las diferentes
posibilidades, estructuradas de acuerdo con
las variables usualmente manejadas para su
clasificación.
Aunque no existe una definición explícita al
respecto, suelen denominarse biocombusti-
bles de primera generación los que se
obtienen a partir de la materia prima actual-
mente utilizada y empleando tecnologías de
producción maduras. Paralelamente suelen
denominarse biocombustibles de segunda
generación los obtenidos bien a partir de
nuevas materias primas (aunque no existe
consenso explícito, por ejemplo suelen con-
siderarse de segunda generación los bio-
combustibles obtenidos a partir de microal-
gas, aunque las tecnologías sean similares a
las actualmente empleadas) o nuevas tec-
nologías de producción. Las características y
comportamiento de los combustibles de
segunda generación pueden ser idénticos a
los de primera generación (bioetanol) o
completamente diferente (biodiésel obteni-
do por procesos Fischer-Tropsch).
Los alcoholes normalmente contemplados
como potenciales biocombustibles son el
metanol, el etanol y, en menor medida, el
52 Cuadernos de Energía
1ª GENERACIÓN
ALCOHOLES ÉTERES
PUROS O PUROS O
MAYORITARIOS MAYORITARIOS MAYORITARIOS
MINORITARIOS MINORITARIOS
butanol. Aunque se puede obtener de
materia prima vegetal, los procedimientos
más extendidos de obtención del metanol
son a partir de materia prima no renovable.
En el caso del butanol, aunque existen pro-
cesos conocidos desde hace tiempo, la tec-
nología de producción y la extensión de su
uso como combustibles están en estadios
muy iniciales, por lo que el bioalcohol más
extensamente contemplado es el bioetanol.
El etanol (se suele utilizar el término bioe-
tanol cuando se obtiene de biomasa) es un
compuesto que se obtiene a partir de
materia prima vegetal por procesos de fer-
mentación. Cuando la materia prima de
partida son los azúcares o el almidón con-
tenidos en las plantas la tecnología de
obtención es madura. Los procesos de
obtención a partir otra biomasa (celulosa)
están en fase de desarrollo avanzado (y en
este caso hablaríamos de bioetanol de 2ª
generación).
Los alcoholes son buenos combustibles
alternativos como sustitutos parciales o tota-
les de la gasolina (motores de encendido
provocado en ciclo Otto). La forma más
habitual de uso es en mezclas en peque-
ñas proporciones (<5%) con gasolina, aun-
que existen otras mezclas (por ejemplo
2ª GENERACIÓN
BIOGAS
ACEITES BTL
PUROS O
CONVERSIÓN CONVERSIÓN
TÉRMICA TÉRMICA
DIRECTA INDIRECTA
TRANSFORMACIÓN “BIO-OILS” FISHCHER-
QUÍMICA TROPSCH
FAME, FAEE
PUROS O MINORITARIOS
MAYORITARIOS
TRANSFORMACIÓN
FÍSICO-QUÍMICA
está también extendida en algunos lugares
la mezcla de 85% etanol con 15% de
gasolina, denominada E85) e incluso la
posibilidad de uso del alcohol puro como
combustible. De forma general un motor
de encendido provocado debe estar opti-
mizado para el combustible que va a utili-
zar, por lo que en principio el motor podría
utilizar gasolina, etanol o una mezcla de
ambos, pero siempre la misma. Para sol-
ventar este problema se diseñaron los
denominados “Fuel Flexible Vehicles” (FFV)
que pueden adaptar su funcionamiento a
cada mezcla concreta que el usuario utilice.
Los alcoholes contienen un grupo hidroxilo
en su molécula que les confiere ciertas pro-
piedades que dificultan su manejo y distri-
bución en los actuales sistemas logísticos.
Para eliminar estas dificultades la práctica
más extendida es convertirlos mediante un
proceso químico en éteres. Los éteres, evi-
dentemente, son renovables en la medida y
proporción en que lo son los alcoholes con
los que se forman; además son compues-
tos químicos que tienen muy buen compor-
tamiento en motores de gasolina, pero no
presentan los inconvenientes de manejo y
distribución que presentan los alcoholes. Por
esta razón una vía muy extendida de intro-

ducción de bioalcoholes en gasolina es pre-
via conversión en éteres, etil, terbutil-eter
(ETBE) en el caso del etanol.
Existen otros procedimientos para obten-
ción de éteres directamente desde la bio-
masa; el producto normalmente considera-
do es el dimetil éter (DME), para el que ya
existen algunas plantas de producción en el
mundo, pero su uso en España es práctica-
mente inexistente.
En el campo de los motores diésel, se
podría utilizar como combustible alternativo
un aceite vegetal, pero debería tratarse de
un motor especialmente diseñado y muy
lejos de las prestaciones de los motores
diesel de última generación instalados en
los vehículos actuales. Para poder utilizar
aceites vegetales en los motores actuales
es necesario convertirlos en compuestos de
características y comportamiento asimila-
bles a los combustibles tradicionales. La pri-
mera forma de efectuar esta conversión es
mediante una transformación química que
convierta los aceites (triglicéridos) en com-
puestos similares a los presentes en los
gasóleos (por ejemplo ésteres). Se trata de
una reacción sencilla, que no es intensiva
en tecnología y cuyos productos se ajustan
bien al objetivo deseado. La reacción es
una transesterificación con metanol, resul-
tando unos productos denominados éste-
res metílicos de ácidos grasos (FAME en
terminología inglesa), aunque normalmen-
te se suelen denominar biodiésel.
Estos FAME pueden utilizarse puros como
combustibles de motores diesel (y así se ha
C H 2-O C O R
C H - O C O R + 3 C H 3 -O H
C H 2-O C O R
Ren d. Aprox.
A CEITE METANOL
98%
Biocombustibles
hecho en algunos países como Alemania), Viabilidad de los biocombustibles
pero parece que la forma con más posibili-
Desde el punto de vista del análisis del
dades de penetración en el mercado es su
mercado, los biocombustibles deben ser
comercialización en mezclas con gasóleo
entendidos como productos sustitutivos
tradicional en proporciones de mezcla que
de los combustibles derivados del petró-
suelen oscilar entre el 5 y el 30%.
leo dado que ambos satisfacen la misma
necesidad. En una aproximación somera,
La segunda forma de transformación de
la probabilidad de éxito en el proceso de
aceites vegetales en combustibles más ade-
sustitución de un combustible por otro
cuados para los motores de combustión
dependerá del resultado del análisis com-
interna es una transformación físico-quími-
parado en una serie de aspectos clave. A
ca normalmente de hidrocracking. Los
continuación se relacionan dichos aspec-
compuestos así obtenidos pertenecen a los
tos junto con una breve reflexión sobre el
denominados biocombustibles de segunda
comportamiento comparado de los com-
generación, presentan mejores característi-
bustibles tradicionales con los biocom-
cas que los FAME y existen procesos indus-
bustibles:
triales para su obtención, si bien es cierto
que implican requerimientos tecnológicos
Requisito 1. Disponibilidad
más exigentes que los necesarios para la
producción de FAME, y quizá ésta sea una
Un combustible sustitutivo debe ser sus-
de las causas por las que son grandes
ceptible de obtenerse en una cantidad sufi-
empresas, normalmente del sector refino
ciente para que justifique los desarrollos en
las que los producen.
tecnologías y sistemas de distribución,
comercialización y uso. En el caso de los
Queda una tercera vía de obtención de com-
biocombustibles obtenidos a partir de bio-
bustibles renovables para motores diesel
masa se ha suscitado un debate sobre la
representada por los procesos de conversión
disyuntiva de utilización de tierras de cultivo
térmica. Si la conversión térmica de la bio-
para la producción de alimentos o de com-
masa es directa se produce un líquido, a
bustibles. Sin tomar posiciones en el men-
veces denominado “bio-oil”, de malas pro-
cionado debate, sí parece evidente que la
piedades como combustible que hay que
disponibilidad de materia prima abun-
someter a un tratamiento posterior. Si la con-
dante es uno de los requisitos para el
versión térmica es indirecta se lleva a cabo
desarrollo de los biocombustibles. Existen
mediante un proceso inicial de gasificación
diversas soluciones en diferente grado de
de la biomasa y recombinación posterior de
desarrollo:
los gases formados para obtención de hidro-
carburos líquidos; esta conversión térmica
G Producción de semillas oleaginosas de
indirecta es un proceso conocido desde
elevado rendimiento por hectárea y adap-
hace tiempo (proceso Fischer-Tropsch).
tadas a condiciones adversas, por ejemplo
Jatropha.
C H2-O H
C H -O H + 3 R C O O C H 3 G Obtención de triglicéridos (aceites) a
C H2-O H partir de biomasa diferente de las semi-
llas oleaginosas, por ejemplo a partir de
GLICERINA É STER
algas
Cuadernos de Energía 53
Biocombustibles
G Utilización de otra materia prima biomási-
ca para obtención de los mismos bio-
combustibles u otros
– alcohol a partir de materiales lignocelu-
lósicos,
– combustibles de 2ª generación obteni-
dos por procesos Fischer-Tropsch
Requisito 2. Tecnología de obtención
Debe existir o poder desarrollarse una tec-
nología eficiente de obtención de los bio-
combustibles a partir de las materias pri-
mas. Este es, por ejemplo, el reto de los bio-
combustibles de segunda generación, ya se
trate de obtención de alcoholes a partir de
materiales lignocelulósicos o de biodiésel de
segunda generación por procesos de hidro-
cracking.
Requisito 3. Tecnología de uso
Debe existir o poder desarrollarse una
tecnología eficiente de uso de los bio-
combustibles. Este podría ser el reto, por
ejemplo, del desarrollo de pilas de com-
bustible para uso de hidrógeno o de alco-
holes (en el caso de que éstos se utilicen
como combustibles que alimentan directa-
mente las pilas de combustible).
Dentro de este requisito parece oportuno
reflexionar sobre la circunstancia de que los
combustibles derivados del petróleo han
ido modificando su composición y compor-
tamiento durante los últimos 100 años para
adaptarse a las necesidades y requisitos de
funcionamiento de los motores y máquinas
térmicas; en este periodo han aparecido
posibilidades o necesidades de cambios en
la composición de los combustibles que el
sector refino ha sabido abordar. Los bio-
combustibles llevan relativamente poco
tiempo en el mercado y es posible que las
54 Cuadernos de Energía
especificaciones establecidas en un pri-
mer momento deban ir siendo modifica-
das a medida que se van detectando
aspectos de su comportamiento real en
las diferentes circunstancias del merca-
do. Quede claro que lo anterior no repre-
senta un demérito intrínseco a la calidad de
los biocombustibles, sino una constatación
de la necesidad de analizar el comporta-
miento en su uso en el mercado para esta-
blecer la posible influencia de variables no
contempladas en la especificación original.
Requisito 4. Seguridad y salud de las
personas
Los nuevos combustibles no deben repre-
sentar riesgos para la salud y la seguri-
dad física de las personas. Los biocom-
bustibles actuales o los que previsiblemen-
te se incorporarán en el futuro no parecen
representar problemas en este sentido.
Requisito 5. Comportamiento ambiental
Los nuevos combustibles deben presentar
un comportamiento desde el punto de
vista ambiental igual o mejor que el de
los combustibles a los que sustituyen.
Respecto de este requisito se pueden hacer
dos comentarios:
G El comportamiento ambiental debe estu-
diarse en el ciclo de vida completo del
producto.
G El escenario utilizado para los cálculos
debe ajustarse al escenario real de pro-
ducción y uso del producto. Un análisis
del ciclo de vida puede dar resultados
que no se ajustan a la realidad (en uno u
otro sentido) si las variables manejadas
en los escenarios planteados o los valores
asignados a las mismas difieren de los
que se darán realmente. Esta puede ser la
causa de que diferentes agentes hayan
proporcionado diferentes resultados del
ciclo de vida, todos posiblemente correc-
tos, pero discrepantes debido fundamen-
talmente a las diferencias en los escena-
rios planteados para el cálculo.
Los biocombustibles de primera genera-
ción pueden tener un comportamiento
ambiental igual al de los combustibles tra-
dicionales y también mejor o peor que
aquellos en función de las prácticas
empleadas en las diferentes etapas de su
ciclo de vida. Por ello resulta de vital
importancia establecer sistemas de traza-
biliad de los productos de forma que
pueda garantizarse que las prácticas y pro-
cesos empleados son aquellos que garan-
tizan que el comportamiento ambiental es,
efectivamente, beneficioso.
Requisito 6. Viabilidad económica
Los nuevos productos deben ser competiti-
vos en términos de coste con los productos
a los que sustituyen. En este sentido tam-
bién es necesario tener presentes dos refle-
xiones:
G La competitividad en los primeros esta-
dios de introducción de estos productos
puede apoyarse en diferentes formas de
financiación por parte de las administra-
ciones, con el objetivo de internalizar las
externalidades asociadas a estos produc-
tos o también para apoyar el desarrollo
de determinados sectores tecnológicos
(lo que en definitiva podría considerarse
también como una externalidad).
G Los perfiles normales de la curva de expe-
riencia posibilitan a medio plazo una
reducción considerable de los costes de
producción de estos productos, como se
puso de manifiesto en la reducción de los
costes de etanol para su uso como com-
bustible en el caso de Brasil.

Situación actual del mercado de
biocombustibles
Posiblemente el factor más relevante para
el sector de los biocombustibles (en su
acepción más general) es el apoyo, no
universal, pero sí generalizado a su
introducción por los gobiernos y admi-
nistraciones en la práctica totalidad de las
áreas geográficas del planeta.
Este apoyo se traduce fundamentalmente
en tres sentidos:
G Establecimiento de estándares de cali-
dad (la estandarización es una ayuda
importante para la confianza de los mer-
cados y, en consecuencia para la penetra-
ción de los mismos)
G Apoyo económico, para salvar inicial-
mente el requisito de viabilidad económi-
ca, hasta que la curva de aprendizaje y el
desarrollo tecnológico posibiliten su com-
petitividad.
G Obligatoriedad de uso, una forma de
prospectiva de carácter normativo, tam-
bién usada en otros campos para impul-
sar el desarrollo de una tecnología o un
sector.
Estas tres categorías de iniciativas se pre-
sentan también en el caso europeo:
G Los estándares de gasolinas y gasóleos
permiten la incorporación de una cierta
proporción de biocombustibles. Las gaso-
linas pueden contener hasta un 5% de
bioetanol y el gasóleo hasta un 5% de
FAME (7% en el corto plazo) y comercia-
lizarse de forma indiferenciada.
Se pueden comercializar mezclas con una
proporción mayor siempre que se le comu-
nique al cliente en el punto de reposta-
miento.
Existe un estándar de calidad para el etanol
y el FAME en su uso como combustible. Es
cierto que los estándares no cubren la tota-
lidad de las posibilidades de uso; por ejem-
plo el estándar del etanol es para su uso en
mezclas con gasolina en proporciones infe-
riores al 5% y el del FAME es para su uso
en cualquier proporción, pero no existe un
estándar que deban cumplir las mezclas en
concentraciones altas.
• Se permite una rebaja en el nivel de
Impuestos Especiales que pagan estos
combustibles. A nivel español actualmen-
te el tipo impositivo vigente es cero.
Existe una Directiva de fomento de biocom-
bustibles que establece cuotas mínimas de
uso en cada país. En el caso español esta
obligatoriedad ha sido transpuesta en la legis-
lación nacional (Orden Ministerial
ITC/2877/2008, de 9 de octubre) que esta-
blece porcentajes mínimos obligatorios de
uso de biocombustibles sobre el total de
gasolinas y gasóleos de automoción (3,4 %
en 2009 y 5,83% en 2010); también se han
establecido mínimos obligatorios de incorpo-
ración de biooetanol a gasolinas y biodiésel a
gasóleos de automoción por separado (2,5%
en 2009 y 3,9% en 2010 en ambos casos).
Desde el punto de vista del análisis compe-
titivo las características más relevantes
podrían ser:
Perspectiva de los clientes
El poder de negociación de los clientes indi-
viduales no es elevado, pero sí parece que
uno de los factores claves de éxito es la
generación de una demanda solvente
de este tipo de productos. La demanda de
estos productos por parte de los clientes
aparece como un factor necesario para el
impulso de las inversiones necesarias para
producción y comercialización.
Biocombustibles
Perspectiva de los proveedores
La naturaleza y estructura de los proveedo-
res de estos productos es muy diferente de
la de los combustibles tradicionales. Mien-
tras que en el caso de los combustibles tra-
dicionales se trataba de pocos proveedores
con gran capacidad individual (la capacidad
media de una refinería puede situarse en 8-
10 millones de t/año) en el caso de los
biocombustibles existe un número de pro-
veedores mucho más elevado con una
capacidad de producción relativamente baja
o media (inferior a 200.000 t/año).
Esta circunstancia aumenta considerable-
mente la heterogeneidad de los productos
introducidos en el mercado y complica
enormemente las actividades de distribu-
ción. En consecuencia es necesario estable-
cer sistemas de control y aseguramiento
de la calidad que garanticen el adecuado
comportamiento de todos los productos y
la confluencia competitiva de los diferentes
productores en igualdad de condiciones.
Rivalidad competitiva
Dentro de esta perspectiva quizá el hecho
más relevante sea, como sucede en todos
los sectores, la globalización. El mercado de
biocombustibles es absolutamente global y
todos los agentes deben competir con pro-
ductos procedentes de cualquier parte del
planeta, con disponibilidad de recursos y
estructuras y costes de producción muy
heterogéneos.
A la circunstancia anterior se añaden las
influencias que pueden generar en la rivali-
dad competitiva a nivel global los apoyos
que un gobierno o región puedan estable-
cer de forma unilateral.
En definitiva el éxito de las empresas que
deciden actuar en este sector parece estar
Cuadernos de Energía 55
Biocombustibles
condicionado a la obtención de una com-
petencia esencial que les haga competiti-
vos en un mercado global (identificación de
un nicho adecuado, cautividad de los clien-
tes, acceso seguro y económico a materias
primas, desarrollo tecnológico….).
Productos sustitutivos
Desde el punto de vista del análisis de mer-
cado, los biocombustibles son productos
sustitutivos de los combustibles tradiciona-
les. A su vez, por idéntica regla de mercado,
están también amenazados por la aparición
de nuevos productos sustitutivos. Esta cir-
cunstancia es muy relevante, puesto que es
la que pone en juego las mejores posicio-
nes competitivas de los biocombustibles
de segunda generación por lo que cabe
esperar la mayor penetración de éstos a
medio plazo a costa de los biocombustibles
de primera generación
A su vez todos los biocombustibles están
sujetos a la competencia de los nuevos
sustitutos a medio plazo, donde emergen
como paradigmas potencialmente domi-
nantes la electricidad y el hidrógeno.
Amenaza de nuevos entrantes
Los biocombustibles de primera generación
no parecen tener barreras de entrada signi-
ficativas, lo que ha provocado que irrumpan
en el sector agentes procedentes de dife-
rentes sectores en los que aparentemente
el único denominador común es la capaci-
dad de inversión. Posiblemente ésta es la
razón por la que en España se pueden con-
tabilizar varias decenas de proyectos en
diferentes fases (hasta 70 según las fuen-
tes) para la producción de FAME.
Los biocombustibles de segunda genera-
ción son productos de mayor valor añadido
donde (además del coste de producción
56 Cuadernos de Energía
en el estado actual de la técnica) sí parece
existir una barrera de entrada de tipo
tecnológico, por lo que por el momento
los proyectos existentes están en manos de
empresas de tamaño relativamente grande
y con recursos importantes de conoci-
miento y desarrollo tecnológico.
Logística de biocombustibles. El
caso español
El mejor combustible alternativo o renova-
ble no penetrará el mercado si no somos
capaces de ponerlo a disposición del
usuario en el momento y lugar en que
lo necesita, con la calidad adecuada y a un
coste competitivo.
La logística de los biocombustibles aparece
así como un eslabón importante en la
cadena de valor de estos productos.
Los combustibles (incluidos los biocombus-
tibles) pueden transportarse por diferentes
medios, fundamentalmente buque/tanque,
ferrocarril, camión y oleoducto. Entre estos
medios existen diversas variables a consi-
derar en la toma de decisión, aunque sim-
plificando podríamos decir que existe un
compromiso entre flexibilidad y eficiencia. El
método más eficiente tanto desde el punto
de vista energético como medioambiental
es el transporte por oleoducto, seguido de
cerca por los grandes buques, luego los
buques de menor tonelaje, el ferrocarril y,
en último lugar el camión cisterna. Bien es
cierto que los medios menos eficientes
tiene por el contrario una mayor flexibilidad,
llegando a los últimos puntos de distribu-
ción o consumo donde no es rentable ni
eficiente desplegar la red de oleoductos o
las vías del ferrocarril. En consecuencia
parece que la logística más eficaz será la
que maximice el transporte por oleoduc-
to (o buque en algún caso) acercando el
producto lo más posible al punto final del
consumo y desde este punto el último tra-
yecto debe ser realizado con camión cister-
na.
Existe bastante literatura sobre las opciones
logísticas posibles para los diferentes bio-
combustibles, en función de sus caracterís-
ticas fisicoquímicas. Sin pretender hacer un
tratado al respecto, sí parece que las opcio-
nes logísticas más ampliamente soportadas
son:
Bioetanol:
Desde la fábrica donde se produce hasta la
terminal de almacenamiento se debe
transportar y almacenar de forma inde-
pendiente y proceder a su mezcla con la
gasolina en el momento de la carga del
camión cisterna que lo lleve a la estación
de servicio.
Una opción interesante desde el punto de
vista del comportamiento del producto y su
logística es transformarlo en un éter (nor-
malmente ETBE) que tiene unas propieda-
des como combustible iguales o mejores
que el etanol, pero facilita el manejo, mani-
pulación y transporte del producto, ya que
puede mezclarse con gasolina en origen y
transportarse por oleoducto.
Esta forma de uso del etanol a través de su
transformación en ETBE se está llevando a
cabo en España desde hace años; es posi-
blemente la forma más eficiente de utiliza-
ción del etanol en gasolinas, pero está limi-
tada por la disponibilidad de olefinas (iso-
butilenos) para la fabricación del éter por
reacción con el etanol. Una vez consumido
el isobutileno disponible, la incorporación
de más alcohol a la gasolina se debe reali-
zar por adición directa.
La gasolina comercializada actualmente en
España suele tener un porcentaje de ETBE

de hasta el 15% (aproximadamente la
mitad de dicho ETBE sería procedente de
bioetanol)
Biodiésel (FAME)
No posee un comportamiento idéntico a
los hidrocarburos, pero es razonablemente
similar, por lo que puede transportarse
mezclado a bajas proporciones (5-7%)
en la red de oleoductos.
Si se desea un combustible de proporcio-
nes mayores de FAME, éste debe formular-
se en la terminal de almacenamiento,
mediante mezcla en línea del gasóleo base
y el FAME correspondiente
El biodiésel producido o importado en
España se distribuye actualmente de la
siguiente forma:
• Mezclado con gasóleo en proporción infe-
rior al 5%. La mezcla se puede realizar en
cualquiera de las refinerías existentes y se
transporta por oleoducto a cualquiera de
las terminales de almacenamiento de
combustibles, desde donde se expide por
camión a las estaciones de servicio. Este
combustible se comercializa al usuario
final sin ningún nombre o etiqueta identi-
ficativa, pues cumple los requisitos nor-
mativos y legales del combustible diesel
para vehículos. En el caso de que se
importe un gasóleo del mercado interna-
cional, y que no lleve FAME, a su entrada
en las terminales de CLH se produce la
mezcla con FAME al 5% para maximizar la
incorporación de biocombustibles. La prác-
tica totalidad del gasóleo de automoción
comercializado en la España peninsular y
Baleares contiene FAME en una propor-
ción próxima al 5%.
• Mezclado en proporciones superiores al
5%. CLH almacena en sus terminales
FAME puro, de forma que si un cliente
demanda un gasóleo con un contenido de
FAME superior al 5%, este se fabrica por
mezcla en línea en el momento de la carga
del camión cisterna. Estas mezclas se pue-
den comercializar siempre que se anuncie
al cliente final en el surtidor donde reposta.
En nuestro país está también permitida la
mezcla de biocombustibles con combusti-
bles tradicionales en el propio depósito de la
estación de servicio; aún siendo una prácti-
ca permitida muchos agentes consideran
que no se trata de una práctica adecua-
da porque no aumenta las posibilidades
reales de fabricación y comercialización de
mezclas de biocombustibles, en cambio se
realiza en instalaciones que no están prepa-
radas para el control y ejecución correcta de
la mezcla y además dificulta el control de
calidad de los productos mezclados.
Biodiésel de segunda generación
Aunque se obtienen a partir de biomasa, se
trata de hidrocarburos iguales que los obte-
nidos a partir del petróleo y por lo tanto
pueden almacenarse y distribuirse solos o
en mezclas con combustibles tradicionales
por las redes ya existentes.
Anteriormente se mencionó que estos
combustibles de segunda generación repre-
sentaban ventajas en aspectos como mayor
aprovechamiento de la biomasa y mejor
comportamiento ambiental en el ciclo de
vida. A dichas ventajas hay que añadir la
ventaja logística: dado que se trata de com-
bustibles integrados por moléculas de
hidrocarburos de la misma naturaleza que
las obtenidas a partir del petróleo, pueden
manejarse, almacenarse y distribuirse de
forma indiferenciada.
Actualmente no existen en España combus-
tibles de segunda generación. Entre los casos
Biocombustibles
más próximos a los mismos se encuentran
una planta piloto de obtención de etanol a
partir de biomasa y algunas iniciativas de
obtención de aceites a partir de algas.
Contribuciones más significativas
de CLH al desarrollo de los
biocombustibles
CLH comenzó el estudio del comportamien-
to y de las posibilidades de uso de los bio-
combustibles a principios de la década de
los 90, cuando no había proyectos de pro-
ducción en nuestro país. Se realizaron estu-
dios pioneros de comportamiento físico-quí-
mico y en bancos de pruebas, con cofinan-
ciación por parte del Ministerio de Industria.
En la década de los 90s empezaron a ver la
luz proyectos de producción de biodiésel y
en aquel momento la tarea más crítica fue
el análisis prospectivo para prever cuál sería
el escenario de producción y uso en los
años siguientes con el objetivo de diseñar y
construir infraestructuras óptimas para la
logística.
CLH diseñó en su día ,para los combusti-
bles, un modelo logístico optimizado que
podría extrapolarse al ámbito de los bio-
combustibles y que busca cumplir cuatro
objetivos fundamentales:
G Maximizar la eficiencia
G Minimizar el impacto ambiental
G Asegurar el suministro
G Garantizar la calidad
G Satisfacer las necesidades y expectativas
de los diferentes agentes implicados
El sistema se ha diseñado sobre la base de
las siguientes características:
Cuadernos de Energía 57
Biocombustibles
G La función de CLH en la cadena de valor
de los combustibles es prestar servicios
logísticos para productos que pertenecen
a terceros, su objetivo fundamental es
optimizar los costes logísticos y posibilitar
todas las relaciones comerciales entre los
diferentes agentes.
G El biocombustible que entra en el sistema
CLH es, desde el momento de su entra-
da, un producto indiferenciado. De esta
forma cualquier operador que introduce o
compra producto en nuestro sistema
puede disponer del mismo para uso pro-
pio o venta a terceros en el momento
que lo precise, y dispondrá de un produc-
to en todo equivalente al que depositó,
pero físicamente será otro producto (valga
el símil bancario: los bancos proporcionan
billetes y monedas intercambiables por
tener el mismo valor, aunque físicamente
son billetes diferentes a los depositados
en su día).
G Como consecuencia de lo anterior es
necesario establecer sistemas que garan-
ticen la intercambiabilidad de los produc-
tos, es decir, sistemas de control y ase-
guramiento de la calidad. CLH ha desa-
rrollado protocolos, puesto a punto
equipos y métodos de ensayo y estableci-
do estándares y sistemas de control que
garantizan el cumplimiento de este requi-
sito.
G El sistema se ha diseñado teniendo pre-
sente las expectativas y necesidades de
todos los agentes implicados
– fabricantes de biocombustibles
– operadores del mercado de combustibles
– distribuidores capilares
– fabricantes de automóviles
58 Cuadernos de Energía
– usuario final
– Administración
Se ha prestado especial atención a la satis-
facción de los atributos de calidad de servi-
cio identificados en todos los agentes impli-
cados:
G Capacidad suficiente para satisfacer la
demanda en cada momento
G Versatilidad para diferentes combustibles y
mezclas actuales y futuras
G Flexibilidad para posibilitar los intercam-
bios entre todas las partes
G Rapidez de respuesta ante incidencias o
cambios de pedido
G Acceso a la información
G Transparencia para garantizar la concu-
rrencia en igualdad competitiva
G Control exhaustivo de calidad y cantidad
de producto
Sobre la base de las premisas anteriormen-
te indicadas CLH ha puesto a disposición
de los clientes un portafolio de servicios
que puede resumirse como sigue:
G Transporte por oleoducto de mezclas de
gasóleo con biodiésel hasta el 5%. El trans-
porte por oleoducto de este tipo de mez-
clas es una actividad que requiere cumplir
una serie de requisitos muy estrictos para
evitar que el FAME aparezca en otros pro-
ductos que se transportan por el oleoducto
y donde su presencia no está permitida; en
el queroseno de aviación no se permiten
más de 5 ppm de FAME. Para posibilitar
este servicio CLH hizo una serie extensa de
pruebas piloto, ha modificado las secuen-
cias de programación del oleoducto, ha
modificado los procedimientos de asegura-
miento de la calidad, ha desarrollado y
puesto a punto métodos de control de cali-
dad y, finalmente, ha establecido la siste-
mática de control de calidad para asegurar
el cumplimiento de los requisitos exigidos
a todos los productos en relación con la
presencia de los biocombustibles.
G Recepción de biocombustibles por
camión cisterna o por buque tanque y
almacenamiento de biocombustibles en
sus instalaciones.
G Mezcla de biocombustibles con com-
bustibles tradicionales en el momento de
la carga de los camiones cisternas. Los sis-
temas de mezcla implantados utilizan las
últimas tecnologías, garantizando la
homogeneidad y el control de los compo-
nentes.
G Mezcla de biocombustibles en el
momento de la descarga de buques.
Con este servicio se posibilita la máxima
incorporación de biocombustibles a los
combustibles tradicionales con el objetivo
de contribuir al cumplimiento de la obli-
gatoriedad de uso de biocombustibles.
Finalmente CLH contribuye a la viabilidad
del sector satisfaciendo diferentes requisitos
de otros agentes implicados, entre los que
se pueden destacar:
G Acceso y estructuración de la información
para poder realizar la liquidación de
Impuestos Especiales en todos los
casos, a pesar de la heterogeneidad de
casuísticas que se presentan.
G Acceso y estructuración de la información
para poder determinar el nivel de cumpli-
miento de la obligatoriedad de uso por
los diferentes operadores del mercado.

Análisis prospectivo. Principales
retos
Modificación de los estándares técnicos
La existencia de estándares es un requisito
necesario para el desarrollo de un mercado
o sector. En el campo de los biocombusti-
bles y sus mezclas con combustibles tradi-
cionales existen estándares de calidad, pero
es necesario avanzar en el desarrollo de los
mismos para incluir productos no contem-
plados hasta el momento (p.e. estándar
para etanol en mezclas a porcentajes supe-
riores al 5%) o propiedades no contempla-
das en los estándares actuales de algunos
combustibles (p.e. monoglicéridos satura-
dos o esterolglucósidos en FAME)
Desarrollo de métodos analíticos
La garantía de un adecuado comporta-
miento del producto en su uso por el
consumidor final requiere de la determina-
ción de todas las propiedades relacionadas
con dicho comportamiento.
Muchas propiedades actuales o que serán
necesarias en el futuro no disponen de un
método normalizado para su determina-
ción; será necesario su desarrollo.
Mejora continua del producto
Hasta el momento el biodiésel de 1ª gene-
ración ha estado representado por los éste-
res metílicos de ácidos grasos. Existen otros
derivados de aceites que, sin llegar a ser
de 2ª generación mejoran sensiblemente
las propiedades de los FAME, por ejemplo
los ésteres etílicos de ácidos grasos (FAEE).
Lo mismo puede decirse en el campo de
los alcoholes, donde podrán desarrollarse
tecnologías competitivas de producción de
otros alcoholes como el butanol.
Mejora continua del proceso
Los procesos de obtención de biocombus-
tibles de primera generación podrán modi-
ficarse para mejorar su rendimiento o
balance energético/ambiental. En el
campo del biodiésel se podrían desarrollar
tecnologías de obtención con catálisis hete-
rogénea, frente a la catálisis homogénea
actual o incluso métodos de catálisis enzi-
mática.
En el campo de los alcoholes ya se ha
mencionado la necesidad de desarrollo a
nivel industrial de las tecnologías de obten-
ción a partir de materiales lignocelulósicos.
Biocombustibles
Innovación en materias primas
Representan una posibilidad de consolida-
ción y crecimiento del sector evitando la
competencia por un recurso limitado,
como puede ser la tierra de cultivo. Las
semillas oleaginosas de alta productividad
podrían representar un primer paso, pero es
mucho más prometedor el desarrollo de
tecnologías de obtención de aceites y bio-
masa a partir de algas.
Innovaciones radicales del proce-
so/producto
La viabilidad del sector a medio plazo pare-
ce depender del desarrollo de tecnologías
de obtención de hidrocarburos a
partir de biomasa, entre estas tecnologías
podríamos considerar un primer escalón
de obtención de hidrocarburos a partir
de aceites en refinerías (hidrocraking
similar al que se realiza actualmente con
el gasóleo) y habría un segundo
escalón de desarrollo de procesos
de conversión térmica como la pirólisis
de biomasa o, más posiblemente,
procesos Fischer-Tropsch (también conoci-
dos como procesos BTL, Biomass To
Liquid). I
Cuadernos de Energía 59
Europa, en fuera de juego
Iñaki Garay Zabala
Director de Redacción de Expansión
U na vez finalizada la cumbre del
clima en Copenhague merece la
pena hacer una reflexión sobre el
papel que Europa juega en el mundo.
Esta debiera ser al menos la principal
cuestión sobre la mesa durante el
semestre en el que España presidirá la
Unión. ¿Cómo ha salido Europa de
Copenhague? Y sobre todo, ¿qué está
pasando con el supuesto liderazgo de
Europa tanto desde el punto de vista
político como económico? Si se mira
con la perspectiva histórica podremos
decir que los últimos sesenta años de
Europa han sido la historia de un gran
éxito. Durante siglos el Viejo Continen-
te había estado sumido en guerras
constantes y conflictos que amenaza-
ban con su destrucción. La II Guerra
Mundial es el conflicto bélico más des-
tructivo que ha conocido la humanidad,
con decenas de millones de muertos
en los campos de batalla de Europa.
Una catástrofe que se selló con la
60 Cuadernos de Energía
construcción de un muro que dividió
hasta 1989 el mundo en dos partes y
que era el emblema de lo que durante
mucho tiempo fue la guerra fría. Sesenta
años después, que esos mismos europe-
os puedan tener una moneda común y
compartir instituciones es ya de por si un
logro importante, casi increíble. Que el
muro haya caído y que los países que
estaban al otro lado estén consolidando
sus jóvenes democracias es un paso
importante. Sin embargo, hay razones
para pensar que el proyecto europeo no
vive ahora su mejor momento y que
amenaza con esclerotizarse.
División de intereses
Las razones de este paso atrás de Europa
están en su propia esencia: muchos paí-
ses con intereses a veces poco conver-
gentes que dificultan la cohesión. Alguien
dijo en algún momento que habíamos
pasado de la Europa de los naciones, a la
Europa de los pueblos y a la Europa de
las regiones. Demasiados intereses y
demasiadas voces que debilitan al pro-
yecto europeo, justo en el momento en
que otros lugares del mundo empiezan a
reivindicar un mayor protagonismo. Hace
unos meses el semanario The Economist
retaba al Viejo Continente a levantarse de
su letargo y reivindicar su lugar en el
mundo e invitaba a buscar un líder sólido
y carismático para colocar a Europa en la
vanguardia del crecimiento. Quizás tam-
bién con una buena dosis de endogamia,
The Economist proponía a Tony Blair para
liderar ese proyecto. Al final, nada de eso
ha ocurrido y el hombre elegido ha sido
el belga Herman Van Rompuy, una perso-
na prácticamente desconocida para la opi-
nión pública y aparentemente gris, al que
le han atribuido la virtud de lograr con-
sensos. No es malo que en una Europa
con tantos matices haya un experto en
lograr consensos, pero este bloque ade-
más de consensos empieza a necesitar y

nuevas ideas. Un cambio de rumbo que
le sitúe de nuevo en el centro de las deci-
siones mundiales. El hecho de que los
asuntos exteriores de la Unión recaigan
en la británica Catherine Ashton, ha levan-
tado también una ola de dudas y escepti-
cismo sobre el futuro que le espera a esta
nueva Europa.
El fracaso de Lisboa
Lo cierto es que estos últimos años hay
sobradas muestras de deterioro del pro-
yecto europeo. La primera y más eviden-
te es la constatación del fracaso de los
objetivos fijados en Lisboa. Europa ni es
un referente tecnológico ni la sociedad y
la economía del conocimiento se han
implantado ni se han realizado todas esas
reformas estructurales que iban a imple-
mentar un crecimiento sostenido y soste-
nible. Por si fuera poco, ni siquiera se
puede hablar aún de un mercado común,
ya que buena parte de los países centra-
les de la Unión siguen protegiendo a sus
grupos industriales y dificultando el acce-
so a la competencia en sus territorios, a la
vez que descuidan el rigor presupuestario
y pierden competitividad. El sector ener-
gético sería un buen ejemplo. Desde el
punto de vista institucional, el salto de la
Europa de los quince a la Europa de los
veintisiete puede haber dado lugar a la
creación de la en teoría mayor zona de
libre comercio del mundo, pero ha dificul-
tado la adopción de nuevos acuerdos e
imposibilitado los consensos. Se ha gana-
do en tamaño, pero se ha perdido opera-
tividad y el engranaje institucional se hace
cada vez más complicado. La crisis eco-
nómica ha añadido aún más leña al fuego
y ya casi nadie cree que el Viejo Conti-
nente pueda en algún momento sustituir
a Estados Unidos como locomotora del
crecimiento mundial. Sobre todo porque
la debilidad europea empieza a ser apro-
vechada por otros actores internacionales
que reclaman su lugar en el Planeta. Paí-
ses como Rusia, India, Brasil, y, sobre
todo, China reclaman ahora su propio
protagonismo.
Copenhague no ha sido el
revulsivo
Casi desde el día de cierre de la cumbre
del clima celebrada en la capital danesa el
pasado mes de diciembre, algunos diri-
gentes europeos, entre ellos España, han
querido poner en valor el acuerdo alcan-
zado en Copenhague. En grandes rasgos,
el acuerdo contiene el compromiso de
limitar a dos grados el aumento de la
temperatura media de la Tierra, el com-
promiso de todos los países industrializa-
dos de recortar sus emisiones, así como
el de los países emergentes de reducir la
tendencia creciente de las suyas. Además,
se alcanzaron acuerdos para verificar las
emisiones de gases de efecto invernade-
ro para cada país, se diseñó el mecanis-
mo financiero que, en teoría, apoyará la
transición tecnológica de los países emer-
gentes hacia energías menos contaminan-
tes, así como el apoyo a países más des-
protegidos ante los efectos del cambio cli-
mático. Asimismo, se estableció como
prioridad la lucha contra la deforestación,
con compromisos de algunos países
como Brasil de reducir la deforestación en
un 80%.
Toda la literatura que contiene el acuerdo
queda en papel mojado si se tiene en
cuenta que éste no es vinculante. Que no
obliga a las partes firmantes y que hubo
representantes de algunos países que
consideraban que hubiese sido mejor no
firmarlo. Pocos días después de la cum-
bre, el ministro de medio ambiente de
India, Jairam Ramesh, reconoció que
había trabajado con China para frenar el
Europa, en fuera de juego
interés que tenía el mundo desarrollado,
fundamentalmente Europa, por llegar a
un acuerdo vinculante en Copenhague.
No era una sorpresa. El pasado mes de
noviembre los representantes de India,
Brasil, Sudáfrica y China se reunieron en
Pekín con la intención de llevar una agen-
da conjunta. Los Basic, como se conoce a
este grupo de países, concentran en torno
a ellos gran parte del potencial crecimien-
to de las emisiones de CO2 en las próxi-
mas décadas, debido a las perspectivas
de crecimiento que les convertirán en no
mucho tiempo en unas de las principales
economías mundiales. En el caso de
China, incluso desbancando a la propia
Estados Unidos. Esta era precisamente la
fuerza que le otorgaba a China el prota-
gonismo mayor en Copenhague y lo que
condicionaba el desarrollo de las negocia-
ciones. Con China encerrada en sus posi-
ciones no había posibilidades de alcanzar
un acuerdo real.
Copenhague era sin duda un pulso entre la
vieja Europa y las nuevas potencias que se
saldó con la derrota clara de la primera.
Europa ha intentado sin éxito convertirse
en el referente medioambiental y liderar
desde este campo una batalla tecnológica
que ha perdido en otros terrenos. La
apuesta por las energías limpias es el cen-
tro de esta nueva estrategia, que espera a
la próxima reunión de la cumbre del clima
en México para ver las posibilidades de
éxito. En este momento hay que decir que
no son muchas. La clave final la tiene una
vez más Estados Unidos y su presidente
Barack Obama que, junto a discursos que
parecían no estar muy alejados de las pro-
puestas europeas, ha mostrado a la hora
de la verdad una posición de puro pragma-
tismo. No en vano, sólo unos días después
de acabar la cumbre de Copenhague, el
que había sido el representante de Estados
Unidos en los encuentros, Jonathan Pers-
Cuadernos de Energía 61
Europa, en fuera de juego
hing, dijo algo que ha dejado a los repre-
sentantes europeos helados. Estados Uni-
dos ha reconocido que quizás sea mejor
limitar la negociación sobre el cambio cli-
mático a un diálogo con China, India, Brasil
y Sudáfrica. Detrás de esta declaración hay
una doble intención. Por una parte, garanti-
zar que Estados Unidos sigue ejerciendo el
62 Cuadernos de Energía
liderazgo, incluso desplazando a Naciones
Unidas –“ningún país se fía de la ONU
para gestionar los fondos”, vino a decir
Pershing-. Y por otra, adaptar el discurso a
la realidad. A pesar de que Barack Obama
se ha mostrado sobre el papel convencido
de las bondades de luchar contra el cam-
bio climático, el desgaste al que está sien-
do sometido en su país –los republicanos
le han acusado de querer crear impuestos
sobre la energía que destruirán millones de
empleos- permite pensar que pronto el
líder norteamericano matizará los términos
de su apuesta medioambiental. En todo
este nuevo escenario, Europa queda, de
momento, en fuera de juego. I
Distintas Perspectivas
Un riesgo considerado importante por las
empresas de suministros puede no serlo para los
reguladores y viceversa
Gregory E. Aliff, Branko Terzic
Deloitte

S e trata de un principio básico para

una empresa de suministros regula-
da, pero engañosamente difícil en la
práctica: la competencia clave es la
capacidad para gestionar en un entor-
no regulado. Para lograrlo, la Dirección
debe entender no sólo todos los ries-
gos a los que se expone, sino también
cómo perciben los reguladores (que
como tales constituyen una fuente de
riesgo) esos mismos riesgos. Una
suposición incorrecta puede provocar
un malentendido, un error de comuni-
cación o una decisión regulatoria desfa-
vorable.
¿Cuáles son los riesgos que las empresas
consideran más importantes? En febrero
de 2009, el Centro de Deloitte para Solu-
ciones de Energía recopiló todos los ries-
gos citados por las 20 empresas de sumi-
nistro más importantes de EE.UU. en el
Modelo 10K de 2007 y el Modelo 10Q
del tercer trimestre de 2008 presentados
a la Comisión del Mercado de Valores de
EE.UU (SEC, por su siglas en inglés). Se
trataba de un simple listado, en el que no
se analizaba la importancia relativa de los
riesgos ni su magnitud. Sobre esta lista
tivo, el riesgo legal y los riesgos asociados
a las centrales nucleares para producir
una lista final de 13 riesgos ordenados
inicial se descartaron ciertos riesgos habi- según el número de veces que fueron
tuales y esperados como el riesgo opera- mencionados (véase Tabla 1).
Tabla 1. Riesgos para las empresas de suministros reguladas
Tipos de riesgos citados con más frecuencia por las 20 principales empresas de suministros de
EE.UU. en los Modelos 10K de 2007 y 10Q del tercer trimestre de 2008 presentados a la Comisión
del Mercado de Valores de EE.UU., ordenados según la frecuencia con que han sido mencionados.
1. Cumplimiento de normas medioambientales
2. Regulación y recuperación regulada de costes
3. Liquidez
4. Crédito
5. Volatilidad del precio de las materias primas
6. Competencia
7. Cumplimiento relacionado con la fiabilidad y seguridad del suministro
8. Prestaciones a empleados
9. Recesión económica
10. Cumplimiento de la cartera de energías renovables
11. Recursos Humanos
12. Requisitos de inversión en bienes de equipo
13. Niveles excesivos de endeudamiento

Cuadernos de Energía 63
Distintas Perspectivas

Tabla 2. Riesgos que preocupan a los reguladores Tabla 3. Clasificación de los riesgos para las
empresas de suministro según los perciben los
reguladores

Los encuestados enumeraron los riesgos que “les preocupan como Los encuestados ordenaron “los cinco principales riesgos según su
reguladores estatales” de los reflejados en la lista de la Tabla 1 importancia para las empresas de suministro que regulan”

1. Cumplimiento normas medioambientales 65,0% 1. Cumplimiento normas medioambientales

2. Volatilidad precios de las materias primas 53,3% 2. Recesión económica
3. Recesión económica 51,7% 3. Crédito
4. Crédito 51,7% 4. Volatilidad precios de las materias primas
5. Cumplimiento del mix de energías renovables 45,0% 5. Requisitos de inversión en capital
6. Requisitos de inversión en capital 43,3% 6. Liquidez
7. Liquidez 40,0% 7. Recuperación regulada de costes.
8. Recursos Humanos 38,3% 8. Recursos Humanos
9. Recuperación regulada de costes 26,7% 9. Cumplimiento del mix de energías renovables.
10. Niveles excesivos de endeudamiento 25,0% 10. Niveles excesivos de endeudamiento
11. Cumplimiento de la seguridad y fiabilidad de del suministro 16,7% 11. Cumplimiento de la seguridad y fiabilidad de del suministro.
12. Competencia 16,7% 12. Competencia
13. Prestaciones a empleados 10,0% 13. Prestaciones a empleados

¿Y qué riesgos tienen en cuenta los regu-
ladores estatales? Los analistas del Centro
de Deloitte para Soluciones de Energía se
pusieron en contacto con aproximada-
mente 240 reguladores estatales del sec-
tor de suministros básicos de EE.UU. en
marzo y abril de 2009 y les pidieron que
rellenaran un cuestionario de 20 pregun-
tas a través de Internet, al que respondie-
ron 60 responsables de dichos órganos.
La encuesta incluía algunas cuestiones
extraídas de otra similar realizada en
2008. Aunque es cierto que los datos
sobre el sector de suministros se obtuvie-
ron de informes anteriores a la recesión
económica de finales de 2008 y 2009, y
la consiguiente caída en el precio del
petróleo y el gas natural, sorprenden las
diferencias de percepción que existen
entre las empresas del sector de suminis-
tros y los reguladores.
Percepción del riesgo por parte
de los reguladores
Los reguladores y las empresas coincidieron
a la hora de señalar lo que consideraban el
riesgo más elevado: el cumplimiento de las
normas medioambientales. (Véase Tabla
2). Pero en relación con otros riesgos men-
cionados por las empresas, se constataron
diferencias significativas de opinión.
Las empresas citaron el riesgo regulatorio y
de recuperación regulada de costes con
mucha más frecuencia, en comparación
con la importancia que los reguladores con-
cedieron a dicho riesgo: para las empresas
ocupaba el segundo lugar de la lista, mien-
tras que los reguladores lo citaron en sépti-
mo lugar. Los reguladores citaron el riesgo
de cumplimiento de la cartera de energías
renovables más a menudo que las empre-
sas; asimismo, dieron más importancia a la
inversión en bienes de equipo. Los regula-
dores también aludieron un mayor número
de veces al riesgo de la recesión económi-
ca, aunque es muy probable que la razón
sea el momento en que se realizó la
encuesta, pues los informes de las empre-
sas de suministro fueron publicados antes
de que la crisis económica hiciera notar ple-
namente sus efectos en 2009.
Un dato relevante, indicativo de verdaderas
diferencias de opinión entre reguladores y
empresas reguladas, es que sólo un 6% de
los primeros citó la recuperación regulada
de costes como uno de los cinco principa-
les riesgos (Véase Tabla 3).
Los reguladores consideran que tienen
influencia sobre los riesgos de las áreas
de recuperación de costes, requisitos de

64 Cuadernos de Energía

inversión en bienes de equipo, cumpli-
miento del mix de energías renovables,
cumplimiento de normas medioambien-
tales y niveles excesivos de endeuda-
miento. Pero sólo cerca de una quinta
parte de los reguladores considera que
pueden influir en esos elevados niveles
de deuda (21,7%); además, sólo una
quinta parte (20%) piensa que podría
influir en el riesgo de crédito. Se trata de
un dato llamativo, puesto que en muchos
estados los reguladores tienen autoridad
sobre las nuevas construcciones, la emi-
sión de deuda y de acciones y la tasa de
rentabilidad.
Coste de producción de la
electricidad
Una gran mayoría (70%) de los regulado-
res que respondieron a la encuesta de
2009 considera que los costes aumenta-
rán el próximo año, pero la cifra es infe-
rior al 85% que compartía esta opinión
en 2008. El porcentaje que ha respondi-
do “no estoy seguro” se mantiene básica-
mente igual (10% en 2009 y 11% en
2008). Este giro es comprensible si se
tiene en cuenta que el precio al contado
del gas natural, uno de los principales
combustibles para las empresas de elec-
tricidad en muchas partes de EE.UU., era
en el tercer trimestre del 2009 las dos
terceras partes del precio de hace un año.
Los reguladores también dieron su opi-
nión sobre cuáles serían los factores que
más contribuirían a aumentar los costes
de la electricidad el próximo año. En
2009, los reguladores respondieron que
el cumplimiento de las normas medioam-
bientales (50% de los encuestados), los
costes de capital (45%) y los precios del
combustible (35%) eran los tres factores
principales. Son los mismos tres factores
que en 2008 pero en distinto orden:
Gráfico 1. Respaldo de los reguladores a un aumento de tarifas para
mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero
2008
14%
32%
23%
25%
2009
5%
2%
13% 23%
53%
coste del combustible (66,7%), cumpli-
miento de normas medioambientales
(51,9%) y coste de capital (33,3%). Esto
revela de nuevo el efecto de los menores
costes de combustible en 2009.
En 2009 se incluyó una pregunta nueva
sobre los mercados de limitación y comer-
cio de emisiones de CO2 para reflejar el
hecho de que la administración Obama
había mostrado su apoyo a un mecanismo
de limitación y comercio para controlar la
emisión de gases de efecto invernadero.
Una gran mayoría de los reguladores esta-
tales del sector de suministros (81,3%)
considera que el sistema propuesto por la
administración para controlar las emisiones
de dióxido de carbono dará lugar a costes
más elevados de electricidad en sus esta-
dos.
En 2009, se les volvió a preguntar a los
reguladores por el nivel de incremento
anual en las tarifas eléctricas que aceptarían
los consumidores en sus respectivos esta-
Distintas Perspectivas
No apoya ningún tipo de subida
Apoyaría una subida que no superase el 5% anual
Apoyaría una subida que no superase el 10% anual
Apoyaría una subida que no superase el 15% anual
Apoyaría una subida superior al 15% anual
dos para mitigar la emisión de gases de
efecto invernadero. (Véase Gráfico 1). En
2009, más de la mitad (53%) de los regu-
ladores encuestados indicó que los consu-
midores soportarían un aumento de un
5% como máximo. Esta cifra supone un
cambio importante respecto de 2008,
cuando sólo un 25% de los reguladores
consignó este dato sobre los consumido-
res, y parece reflejar la sensibilidad de los
reguladores en relación con la situación
económica que está afectando a los parti-
culares. Este año, un menor número de
reguladores declaró pensar que sus consu-
midores estarían dispuestos a aceptar un
aumento del 10% en las tarifas (17% de
los encuestados frente a un 29% el año
pasado). Además, un 23% de los regula-
dores encuestados en 2009 declaró que
los consumidores no aceptarían ningún
aumento, mientras que en 2008 el por-
centaje fue del 32%.
Resulta curioso que en 2009 un menor
número de reguladores (23% comparado
Cuadernos de Energía 65
Distintas Perspectivas
con un 32% en 2008) opine que los con-
sumidores no aceptarían ningún aumento
en las tarifas para mitigar las emisiones.
Este dato podría revelar la percepción que
tienen los reguladores de una mayor acep-
tación pública del vínculo existente entre las
emisiones de las centrales eléctricas y el
cambio climático, así como el hecho de
que los consumidores están dándose cuen-
ta de que es inevitable cierto aumento en
las tarifas.
Preocupación por el cambio
climático
En una escala del 1 al 10, en la que 10
representa un elevado grado de preocu-
pación y 1 ninguna preocupación, los
reguladores indicaron su preocupación
personal sobre el calentamiento global
como consecuencia de las emisiones de
gases de efecto invernadero. En 2009,
han aumentado las respuestas que mues-
tran un nivel de preocupación elevado, un
18,3% de los encuestados, frente a un
11,5% en 2008.
Los resultados también podrían indicar
una polarización ligeramente mayor de las
opiniones: este año, un 23% se muestra
“no muy preocupado” en comparación
con el 11% de 2008. Resulta llamativo
que mientras un 33% de los reguladores
declaró un nivel de preocupación de 9 o
10, una encuesta de Pew Research reali-
zada en enero de 2009 al público en
general revela que el medioambiente y el
cambio climático son los aspectos que
menos preocupan de una lista de 20 pro-
blemas.
Sobre la misma escala, se pidió a los
reguladores que valoraran la importancia
de la reducción de las emisiones de gases
de efecto invernadero, en términos de su
inclusión en la normativa, en sus estados.
66 Cuadernos de Energía
Los resultados siguen la línea de la cues-
tión anterior: mientras un 40% considera-
ba muy importante la reducción de gases
de efecto invernadero en 2008, el por-
centaje subió al 50% en 2009.
Opciones de mitigación
Tanto en la encuesta de 2008 como en la
de 2009 se pedía a los reguladores que
indicaran cuáles, entre varias medidas -
eficiencia del uso final y conservación,
nuevas centrales nucleares, carbón limpio
con captura y secuestro de CO2 y fuentes
de energía renovables – serían las más
importantes para reducir las emisiones de
gases de efecto invernadero. En 2008, el
orden de las medidas señaladas como
“sumamente efectivas” fue el siguiente:
nueva energía nuclear (57,7%), eficiencia
del uso final y conservación (42,3%) y
energía renovable (42,3%). En el 2009,
las respuestas parecen haber variado lige-
ramente. Mientras, en total, un menor
número de reguladores citaron la “eficien-
cia del uso final”, se registró un aumento
en el porcentaje de reguladores que con-
sideran que la eficiencia del uso final es
“sumamente efectiva”.
Siguiendo con el 2009, un 42% de los
reguladores estatales considera que las
fuentes de energía renovable son suma-
mente efectivas a la hora de abordar la
reducción de las emisiones de efecto
invernadero emanadas de centrales eléc-
tricas en sus estados. Además, este año
se incrementó el porcentaje de regulado-
res (33,9 % en 2009 frente a un 26,9 %
en 2008), que opina que las fuentes de
energía renovable tendrán una eficacia
moderada en la reducción de emisiones.
¿Cuál es la diferencia? Un descenso del
número de reguladores (11,5% en 2008
frente a un 5,1% en 2009) que marcaron
la casilla “totalmente inefectiva” para defi-
nir el impacto de la energía renovable.
Se presentaron a los reguladores una
serie de opciones de incentivos para el
uso de energías renovables. En 2009, un
50% de los reguladores considera que los
incentivos a las empresas de transporte
sería lo más eficaz, frente a un 44,4% en
2008. Este año, hay un menor número
de encuestados que considera que los
incentivos a consumidores (45% in 2009
frente a un 63,0% en 2008) y a las
empresas de generación de energía eléc-
trica (50% en 2009 y 66,7% en 2008)
podría impulsar el desarrollo de fuentes
de energía renovable en sus estados.
En lo que respecta a las barreras para el
aumento del suministro con energías
renovables, un 58,3% de los reguladores
considera que los “elevados precios a los
consumidores” constituyen un problema
en sus estados, frente a un 66,7% en
2008. En 2009, un 43,3% señaló que las
"limitaciones de transporte” eran una
barrera, comparado con un 40,7% en
2008. En 2009, un 41,7% citó la “tecno-
logía inmadura” como causa del retraso
del desarrollo de las energías renovables,
mientras que 2008 el porcentaje fue del
40,7%. Asimismo, este último año un
23,3% de los reguladores respondió que
“la falta de incentivos adecuados” es el
obstáculo más significativo para el aumen-
to de las fuentes de energía renovable en
sus estados, frente a un 33,3% en 2008.
En cuanto a la cuestión de si una norma
federal sobre energías renovables supon-
dría ventajas, casi la mitad de los regula-
dores respondió afirmativamente (48,3%)
en 2009, un porcentaje ligeramente
superior al de 2008 (46,2%). Pero, en
2009, el número de reguladores que
marcaron la casilla “no estoy seguro” fue
inferior al de 2008 (15,0% frente a un

Gráfico 2. Impacto de las normas federales mente más elevado de regula-
que regulan la cartera de renovables dores consideró que la captura
y secuestro de CO2 (CSC) es
“sumamente efectiva” (25,4%
en 2009 frente a un 19,2%
¿Considera que se obtendrían
ventajas del establecimiento de en 2008). No obstante, este
26,9%
una norma sobre la cartera de
46,2% energías renovables de ámbito año un número mayor de
federal tal como está estudiando
26,9% actualmente el Congreso? reguladores (23,7%) indicó
que la captura y secuestro de
CO2 “no era efectiva en abso-
Si luto” frente al 15,4% del año
pasado. Las cifras quedaron
No
compensadas al descender el
No estoy seguro
número de reguladores que
15%
no se decantaron por ningún
48,3%
extremo y marcaron las res-
36,7% puestas “eficacia moderada” y
“cierta eficacia”.
En 2009 (aunque no en
2008), se preguntó a los regu-
26,9%), y el número de los que contesta- ladores acerca de su apoyo a la tecnología
ron “no” aumentó hasta el 36,7% en CSC aunque ésta supusiera un incremento
2009, desde el 26,9% de 2008. (Véase de las tarifas para los consumidores. (Véase
Gráfico 2). Gráfico 3). Una gran mayoría de los regula-
dores estatales (77,1%) estaría a favor de
Captura de CO2 un incremento de, como mínimo, el 5% en
las tarifas eléctricas para impulsar la CSC.
En la encuesta del año 2009, la opinión de Más de la mitad (53,5%) limitaría su apoyo
los reguladores estaba dividida en cuanto al a un máximo del 5% de incremento en las
problema del carbón limpio y la captura y tarifas y un 24,1% estaría a favor de una
secuestro de CO2. Un porcentaje ligera- subida aún mayor. Algo menos de una
Gráfico 3. Respaldo de los reguladores a un aumento de tarifas para
impulsar el desarrollo de la tecnología de captura y secuestro de CO2
1,7% No apoya ningún tipo de subida
3,4%
22,4% Apoyaría una subida que no superase el 5% anual
19%
Apoyaría una subida que no superase el 10% anual
Apoyaría una subida que no superase el 15% anual
53,5%
Apoyaría una subida superior al 15% anual
Distintas Perspectivas
cuarta parte de los reguladores (22,4%)
estaría en contra de aumentar las tarifas
eléctricas para impulsar la tecnología CCS.
Nueva capacidad de energía
nuclear
Más de la mitad de los reguladores estata-
les encuestados sigue creyendo que la
energía nuclear será “sumamente efectiva”
para abordar la reducción de los gases de
efecto invernadero emitidos por las centra-
les eléctricas de sus estados. En 2008, un
57,7% consideró la energía nuclear como
“sumamente efectiva”, frente a un 55,2%
en 2009.
La cuestión de si el Departamento de Ener-
gía debería proseguir con los preparativos
para el almacenamiento de residuos nucle-
ares en Yucca Mountain fue planteada des-
pués de que la administración Obama indi-
cara que dejaría de financiar el proyecto en
Yucca para buscar otros emplazamientos.
Así todo, una gran mayoría de encuestados
(71,7%) opina que el enclave de Yucca
Mountain debería utilizarse como depósito
para combustible nuclear consumido. Un
20% se mostró indeciso, y sólo un 8% res-
pondió “no” a la pregunta de si debe man-
tenerse el emplazamiento de Yucca Moun-
tain.
Eficiencia del uso final y
conservación
En la última encuesta, más de la mitad de
los reguladores (54,2%) consideraba que -
la eficiencia de uso final y la conservación
serán “sumamente efectivas” para abordar
la reducción de gases de efecto invernade-
ro, en comparación con un 42,3% en
2008. El cambio se debe al hecho de que
en 2008 un 42,3% escogió la opción
“moderadamente efectiva”, mientras que en
2009 lo hizo un 28,8%; por lo tanto, cerca
Cuadernos de Energía 67
de un tercio de los encuestados cambió de
opinión este año, y pasaron de marcar
“moderadamente” a marcar “sumamente
efectiva”.
Acortando distancias
Una mayoría de los reguladores estatales
piensa que los costes de electricidad
aumentarán, particularmente a causa de los
nuevos requisitos medioambientales, inclui-
do el mercado de limitación y comercio de
emisiones de gases de efecto invernadero.
68 Cuadernos de Energía
Dichos reguladores también muestran pre-
ocupación por el cambio climático. Esto
podría explicar su apoyo a una norma fede-
ral sobre la cartera de energías renovables,
así como la prórroga de la licencia del
depósito de residuos nucleares en Yucca
Mountain y el mantenimiento de la energía
nuclear como tecnología de mitigación de
las futuras emisiones de gases de efecto
invernadero.
Pero resulta preocupante la cuestión de la
percepción del riesgo, pues se constatan
importantes diferencias entre la frecuencia
de los riesgos citados por las empresas y
la percepción que tienen los reguladores
estatales de esos mismos riesgos. Ade-
más, es posible que muchos reguladores
crean que no tienen capacidad para influir
en la salud financiera de las empresas
reguladas en las áreas de crédito y liqui-
dez. Se trata de diferencias significativas de
percepción, que podrían indicar que las
empresas de suministros y las administra-
ciones de cada estado necesitan compartir
más información. I