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Cartas Católicas

Cartas católicas
Se llaman Cartas Católicas, porque no tienen
un destinatario particular. Su mensaje está
dirigido a toda la Iglesia Universal, es decir,
a todas las personas.

Estas cartas no tienen carácter epistolar, son


más bien “homilías”, breves exposiciones y
juicios doctrinales seguidas de algunas
normas prácticas.

En ellas se anima a permanecer en la Sana


Doctrina y se desenmascara a los falsos
maestros. También se invita a hacer vida y
obrar la fe, practicando las virtudes
cristianas.
Las cartas Católicas son siete: Santiago 1ª y 2ª;
Pedro 1ª, 2ª y 3ª de Juan y Judas
Autores Mensajes
Esta carta se le atribuye a Santiago, hijo de Cleofás y María. Se le ha llamado el Menor para distinguirlo del otro
Santiago, hijo de Zebedeo. Gozaba de gran autoridad entre los cristianos de Jerusalén, de donde fue obispo hasta
Santiago su muerte, ordenada por el Sumo Sacerdote, en el año 62. La carta contiene una serie de normas morales inspiradas
en los libros sapienciales, pero su desarrollo está basado en las enseñanzas del Señor derivadas del Sermón de la
Montaña. Está dirigida a «las doce tribus de la dispersión «, a los cristianos de origen judío dispersos por el mundo,
animándolos a soportar las persecuciones y a practicar las virtudes humanas.

Dar gracias a Dios por habernos salvado mediante Jesucristo, desarrolla algunos aspectos de la vida cristiana

Pedro
derivada del Bautismo: la llamada a la santidad, la conducta ejemplar del cristiano en medio del mundo, la
paciencia en las tribulaciones grandes o pequeñas y, finalmente, el buen comportamiento de los presbíteros con
los fieles y viceversa; es decir, muestra la misión y unión de la Iglesia primitiva en medio de una sociedad alejada
de Dios.

Como pariente de Jesús, podemos considerar que se trata de uno de los apóstoles: Judas de Santiago, también

Judas
conocido como Judas Tadeo. La carta está dirigida a cristianos procedentes del judaísmo. Contiene una
invitación a mantenerse firmes en la fe y en la caridad. Les previene sobre la influencia de los falsos maestros que
introducían errores en el ámbito de la moral.

Es el autor de la primera carta y del Evangelio que lleva su nombre, el autor de la segunda y tercera carta. La
primera es un tratado sobre la fe auténtica y la vida común formulada como meditación. La segunda está dirigida

Juan
a una comunidad cristiana amenazada por gnósticos que no confiesan a Jesucristo hecho carne. La tercera va
dirigida a una persona particular que se llama Gayo. Nos dice Juan que el cristianismo no es una nueva forma de
conocimiento, sino el reconocimiento del amor que Dios nos tiene. Su mensaje sigue siendo actual para poder
conocer cuál es la verdadera dimensión de Cristo, de esta manera vivir con total autenticidad nuestra fe.

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