Informe sobre Derecho a la Libertad

de Asociación y Reunión Pacífica en el Perú

durante la vigencia del estado de emergencia
debido a la pandemia COVID 19

2021
Titulo

INFORME SOBRE DERECHO A LA LIBERTAD DE ASOCIACIÓN Y REUNIÓN PACÍFICA EN EL

PERÚ DURANTE LA VIGENCIA DEL ESTADO DE EMERGENCIA DEBIDO A LA PANDEMIA
COVID 19
2021

Autor, Eduardo Cáceres Valdivia

Edición
ASOCIACION NACIONAL DE CENTROS DE INVESTIGACION, PROMOCION SOCIAL Y
DESARROLLO ANC

Con el apoyo de
ICNL INTERNATIONAL CENTER FOR NOT – FOR PROFIT LAW

Lima, junio, 2021

Hecho el depósito legal N° 2021-06446

Derechos reservados.

1000 ejemplares

Impreso en Junio 2021 por:

GRAFICA GOICOCHEA S.A.C
Jr. Mariscal Orbegoso 271, Tienda 123 - Breña
1. Presentación
El presente documento resume un balance de la
situación en el Perú en relación al derecho
mencionado en el tulo como fundamento para
proponer propuestas de reforma cons tucional que
garan cen el ejercicio efec vo de los derechos de
reunión y asociación en el Perú. Es un insumo para la
promoción de un amplio movimiento en la sociedad
civil peruana a fin de par cipar en el proceso de
reforma cons tucional. Simultáneamente busca
contribuir a una mayor sensibilidad entre los
principales funcionarios internacionales y nacionales
sobre las violaciones de los derechos de reunión y
asociación en el Perú y la necesidad de reformas
efec vas.
Las organizaciones de la sociedad civil peruana y en
par cular la Asociación Nacional de Centros han
estado haciendo un seguimiento de la situación de
los derechos mencionados y se han pronunciado
repe das veces al respecto. Este trabajo ha incluido
un seguimiento sistemá co tanto de los disposi vos
legales relacionados con el estado de emergencia, así
como el curso de las diversas demandas de derechos
que han generado situaciones de conflicto social.
2. Antecedentes
El ejercicio de los derechos de reunión y organización
en la sociedad peruana ene como marco de
referencia el régimen legal vigente cuyo fundamento
úl mo es la Cons tución de 1993. El reclamo y
ejercicio de los derechos mencionados está
claramente vinculado a los procesos de reclamo y
ejercicio de los derechos en general: los derechos
civiles, polí cos, económicos, sociales, culturales y
ambientales. Los derechos de reunión y organización
enen un valor en sí mismos, como expresión de la
libertad polí ca, sin embargo, la dinámica de su
reclamo y ejercicio ha sido y es fuertemente
funcional al conjunto de los derechos
fundamentales. Es decir, se reivindica el derecho a
reunión, organización (y movilización) en función de
poder reclamar derechos sociales o polí cos.
Teniendo en cuenta esto, en este balance sucinto de
la situación de los derechos mencionados, se hará
permanente referencia a los procesos sociales y
polí cos que han tenido lugar en el período que ha de
marzo de 2020 a marzo de 2021.
03
Si bien la pandemia y la situación de emergencia
sanitaria (puesta en vigencia el 16 de marzo de 2020)
significan una alteración sustan va en la vida
nacional en todos los aspectos, hay hechos y
tendencias de la situación previa que deben ser
tomados en cuenta en este balance.
En primer lugar, la existencia de un escenario de
conflic vidad social que ha llevado en los úl mos
años a poner en cues ón la vigencia de los derechos a
reunión, organización y movilización. Esto se ha
expresado en el reiterado recurso a los estados de
emergencia en diversos territorios del país, al punto
que hemos tenido regiones, par cularmente en el
sur del país, en los que los estados de excepción se
han conver do en la norma, extendiéndose de
manera automá ca por períodos mayores a 12
meses. Al amparo de estas “situaciones de
emergencia” se han desarrollado procesos de
criminalización de líderes sociales involucrados en
conflictos sociales. Según el Reporte sobre Conflictos
Sociales de la Defensoría del Pueblo, n° 192 (febrero
de 2020),¹ al momento de decretarse el estado de
emergencia en el Perú teníamos 188 conflictos
sociales. De estos, los conflictos socioambientales
representaban el 68.1% del total de casos
registrados. Le seguían los conflictos por asuntos de
gobierno nacional, con 7.4%, y los conflictos de po
comunal, con 5.3%. Esta tendencia se man ene
desde años atrás. En el 2019 los conflictos
socioambientales representaron el 63.6% del total
de conflictos sociales. Se trata del po de conflicto
más numeroso desde abril de 2007.
Gráfico 3. Conflictos sociales según tipo
(Febrero 2020)
Comunal
Asuntos de gobierno nacional
7.4%
5.3%
Asuntos de gobierno local
5.3%
Asuntos de gobierno regional
5.3%
Socioambiental
68.1%
Laboral
3.2%
Otro asuntos
3.2%
Demarcación territorial
2.1%
Fuente Defensoría del Pueblo - SIMCO.
1 Para la elaboración de este documento ha sido un insumo fundamental el
Reporte que mensualmente elabora y publica la Defensoría del Pueblo sobre
los conflictos sociales. En adelante se los cita como RCS, número, con el mes y
año correspondiente. Accesibles en:
h ps://www.defensoria.gob.pe/search/reporte+mensual/
Del total de 188 conflictos sociales registrados, 137
eran considerados ac vos y 51 latentes. En 114
conflictos se había presentado al menos un hecho de
violencia. Las regiones con mayor incidencia de
conflictos sociales eran Ancash, Apurímac, Loreto,
Cusco y Puno, es decir las regiones con mayor
presencia de ac vidades extrac vas.
En segundo lugar, la pandemia ene como escenario
un país afectado por una grave crisis polí ca que,
iniciada en diciembre del 2017, había incluido la
renuncia del presidente electo el año 2016, Pedro
Pablo Kuczynski (PPK), hecho que se produce en
marzo del 2018 ante la inminencia de su vacancia por
parte del Congreso; un referéndum en torno a
reformas cons tuciones en noviembre del 2018; un
intento de adelanto de elecciones generales
rechazado por el Congreso y que derivó en la
disolución del este organismo en sep embre del
2018; y la elección de un nuevo Congreso para el
período 2019-2021 en enero del 2019. A lo que se
sumaron numerosos episodios en torno a la lucha
an corrupción, incluyendo denuncias de polí cos,
empresarios, fiscales y jueces, quienes a su vez
respondieron con diversas maniobras en función de
garan zarse impunidad.
Desde diciembre del 2017, al momento en que PPK
anunciase el ilegal indulto a Alberto Fujimori, hasta la
disolución del Congreso el 30 de sep embre del
2018, la movilización ciudadana fue un factor
decisivo en el curso de la crisis. Lo mismo puede
decirse con relación a la lucha an corrupción. Por
otro lado, el interés ciudadano en el proceso
electoral para elegir el Congreso concitó menor
interés. Esto se expresó en que el total de votos
válidos emi dos estuvo por debajo del 60% del
padrón electoral y que el par do más votado -Acción
Popular- tuviese apenas el 10.26% del voto válido. De
los 21 par dos que par ciparon, 9 alcanzaron a tener
bancada. Se configuró así el parlamento más
fragmentado de toda nuestra historia republicana.
En los meses posteriores, este congreso sería un
factor permanente de agudización de la crisis
polí ca.
1. Estado de emergencia: declaratoria, sucesivas
ampliaciones y modificaciones
El día 11 de marzo, a través de la Resolución
04
Ministerial n° 039-2020-MINSA, se declaró
Emergencia Sanitaria a nivel nacional por un plazo de
90 días. Simultáneamente se anunció el cierre de las
escuelas hasta el 30 de marzo. El 14 de marzo se
aprobó el “Plan de Acción, Vigilancia, Contención y
Atención de casos del nuevo COVID-19 en el Perú” y
la relación de “Bienes o servicios requeridos para las
ac vidades de la emergencia sanitaria COVID 19”. El
Estado de Emergencia Nacional (EEN) que incluía el
cierre de fronteras y el aislamiento social obligatorio
(más conocido como “cuarentena”) comenzó a regir
el 16 de marzo. No hubo ni precipitación ni
improvisación en estas decisiones del Gobierno: el 31
de enero se había aprobado el Plan Nacional de
Preparación y Respuesta frente al riesgo de
introducción del Coronavirus 2019-nCoV4.
Amparándose en el ar culo 137 de la Cons tución, el
gobierno acompaño las medidas de emergencia
sanitaria de un conjunto de medidas que
restringieron el ejercicio de diversos derechos
fundamentales. Fue evidente un trato diferenciado
en el terreno de la economía al incluir como
“ac vidades esenciales” -y por tanto no sujetas a la
suspensión de ac vidades- a la minería y la
extracción de hidrocarburos (D.S. 040-2020-PCM). El
día 19 de marzo se reportaron los tres primeros casos
de fallecidos en el Perú y al día siguiente renunció la
ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, asumiendo
dicha cartera el médico Víctor Zamora.
El 26 de marzo se decretó la primera ampliación del
Estado de Emergencia. Hasta ese día en el Perú había
ya 580 personas contagiadas y nueve fallecidos/as. El
1° de abril de 2020 se creó el Comando de
Operaciones de carácter temporal, dependiente del
Ministerio de Salud, con el objeto de implementar,
ejecutar, controlar y evaluar el proceso de atención a
nivel nacional de los casos de COVID-198. El 8 de abril
se volvió a ampliar el Estado de Emergencia, esta vez
por dos semanas, hasta el 26 de dicho mes. A par r
de mediados de abril comenzó a visibilizarse un
inédito fenómeno masivo: el retorno de miles de
migrantes, familias enteras a pie, desde las grandes
ciudades a sus provincias de origen. El 23 de abril se
anunció una nueva extensión del Estado de
Emergencia. El mismo gobierno anunció el 22 de
mayo una nueva extensión del estado de emergencia
hasta el 30 de junio, siendo este el mayor periodo de
extensión desde que se implementó la “cuarentena”
en marzo.
Posteriormente se ha con nuado ampliando el
estado de emergencia bajo diversas modalidades
según la evolución de los indicadores sanitarios de
las diversas regiones del país. El Decreto Supremo 1,791
4,824
más reciente al respecto, el n° 076-2021-PCM, remite
4,110
a sus antecedentes (Decreto Supremo N° 184-2020-
PCM, N° 201-2020-PCM, N° 008-2021-PCM, N° 036-
2021-PCM Y N° 058-2021-PCM) y precisa en su 1,557
contenido el alcance de la emergencia según la
región sea considerada en Alerta Moderada, Alta,
Muy Alta o Extrema). Como se podrá ver en este
informe, los criterios para el establecimiento,
ampliación o no de la emergencia han ido más allá de
lo estrictamente sanitario.

2. Los impactos de la pandemia en la economía

Tarde o temprano, en todos los países del planeta, se
abrió una intensa discusión en torno a la relación El correlato de lo anterior ha sido un incremento
entre las medidas de emergencia sanitaria y la notable de la pobreza:
economía. En síntesis, en torno a sí debía priorizarse
la mantención de la emergencia sanitaria en función
de controlar la pandemia o si debía proceder a la
reapertura de las ac vidades económicas de manera
más o menos rápidas. Ciertamente los impactos de la
emergencia en las economías han sido devastadores.
En el caso peruano PBI se contrajo en un 39,9%
durante el mes de abril y en 32.7% durante el mes de
mayo. Durante el mes más duro, abril del 2020, el 30.1
empleo en Lima cayó en un 69%. Ya se mencionó que
20.2
en abril el empleo en Lima cayó en 69%. Entre
sep embre/octubre de 2019 y los mismos meses del
año 2020, la población económicamente ac va
disminuyó en un 12%, es decir 635 mil personas
menos estaban trabajando o buscando trabajo. La
población ocupada disminuyó en 21%, es decir más
de un millón de personas había perdido el empleo
pasando al desempleo abierto, que aumento en un
125% (más de 400 mil personas) o al subempleo.
Durante la pandemia se produjo un desplazamiento El 2 de mayo del 2020, el presidente Vizcarra anunció
de cientos de miles de puestos al teletrabajo, lo que la implementación de un Plan para la Reac vación de
evitó despidos y a la vez generó complejas la Economía en 4 fases sucesivas. La reac vación
condiciones laborales. El siguiente cuadro da cuenta vendría de forma progresiva. El 3 de mayo se puso en
de la evolución del empleo y el salario para el ámbito marcha la primera fase del plan. Incluyó gran
de Lima Metropolitana: minería, pesca industrial, metalmecánica, insumos
para la agricultura, construcción, restaurantes por
delivery, comercio electrónico, entre otros. El 4 de
junio se iniciaría la segunda fase de la reapertura
económica. Incluyó pequeña y mediana minería,

05
manufactura de alimentos, venta al por mayor de
enseres, hospedaje, transporte interprovincial, entre
otros. El 30 de junio, con la tercera fase de la
reac vación, se pusieron en marcha endas de
comercio, restaurantes, vuelos nacionales, entre
otros.
A pesar de dicho plan, los efectos han sido muy
serios. El PBI cayó en más del 10%, la caída más seria
de toda América La na, exceptuando Venezuela.
Según datos oficiales, la caída global ha sido del -
12.1%. Desagregados por sectores: Electricidad y
agua (-5,7%), Servicios (-9,3%), Minería e
hidrocarburos (-12,5%), Manufactura (-13,8%),
Construcción (-16,7%) y Comercio (-15,6%). Sin
embargo, resis eron a la caída los sectores
Agropecuario (1,1%) y Pesca (1,9%),
En este escenario sucintamente descrito, los diversos
sectores sociales han afrontado situaciones
extremadamente duras y han generado respuestas
de resistencia y adaptación para las cuales han
apelado al ejercicio de sus derechos a la
organización, la movilización y la protesta. A
con nuación, detallamos algunos eventos
significa vos y, sobre todo, las tendencias que
marcan cambios muy profundos en la dinámica
general de la sociedad peruana.
1.Impactos y respuestas de los trabajadores
El mundo laboral peruano, como resultado de la
generalizada desregulación de la economía, es
tremendamente diverso, con predominio del trabajo
precario y de baja produc vidad. Las cifras de
reducción de la pobreza en los años previos han
ocultado esta realidad. La pandemia la ha sacado a la
luz. Tal como se ha señalado previamente la caída del
empleo fue brutal en el segundo trimestre del año
2020. Cientos de miles de contratos de trabajo, allí
donde los había, fueron cancelados
automá camente. Para los que tenían algún nivel de
estabilidad, se abrió la posibilidad de que las
empresas apelasen a la figura de la “suspensión
perfecta de labores”. Los que quedaron en relaciones
laborales formales comenzaron a migrar al
teletrabajo afrontando diversas vulneraciones a sus
derechos.
06
La suspensión del ejercicio de los derechos a reunión
impidió procesar rápidamente las nuevas
condiciones. Sin embargo, paula namente se fueron
recomponiendo las organizaciones en las nuevas
condiciones, apelando al uso de las redes sociales.
Las primeras reacciones vinieron de trabajadores
que con nuaron laborando por ser considerados
parte de servicios esenciales. También se
presentaron acciones de lucha por parte de
trabajadores a los cuales se obligaba a con nuar con
sus labores. Por ejemplo, los trabajadores del
Programa Surco Verde (Surco, Lima Metropolitana)
que paralizaron labores el 17 de marzo exigiendo el
cumplimiento de los protocolos sanitarios (RCS n°
193, marzo 2020, pág. 100).
El 23 de abril hubo una primera acción de protesta de
los sindicatos afiliados a la CGTP: un cacerolazo
rechazando la norma que aplicaba la “Suspensión
Perfecta de Labores”. La acción tuvo impacto sobre
todo en el interior del país (RCS n° 194. abril 2020,
pág. 108). El 30 del mismo mes la Federación de
Trabajadores de Construcción Civil realizó plantones
exigiendo un bono para los trabajadores de
construcción civil (RCS n° 194, abril 2020, pág. 111).
También las agendas sindicales se ampliaron. El 27 de
abril el Sindicato de Pescadores del Puerto de
Chimbote exigió a la ministra de Trabajo el
establecimiento de un protocolo de seguridad
sanitaria para los pescadores en el contexto de la
salida de embarcaciones en la primera temporada de
pesca de anchoveta. (RCS n° 194, abril 2020, pág. 91).
En Lima Metropolitana ganó visibilidad una lucha
sindical que venía de años previos: la lucha de las
trabajadoras de limpieza pública en defensa de su
estabilidad laboral amenazada por una nueva
concesión privada de dicho servicio (RCS n° 196,
junio 2020, pág. 10). El 25 de junio la Municipalidad
de Lima Metropolitana informó que iniciaría el
proceso de incorporación a la planilla municipal de
414 trabajadores pertenecientes al SITOBUR en
cumplimiento de un mandato judicial del 2018 (RCS
n° 196, junio 2020, pág. 58). Meses después la
incorporación se ampliaría: El 1° de agosto, la
Municipalidad Metropolitana de Lima informó que al
día siguiente se reincorporarían 436 trabajadores del
SITOBUR en la planilla municipal, quedando 124
personas por regularizar (RCS n° 197, julio 2020, pág.
56 y 57).
El 2 de junio los obreros de la Compañía Minera
Buenaventura S.A.A. Tapay (Caylloma, Arequipa)
paralizaron labores exigiendo la aplicación de la
prueba rápida para descartar Covid-19 (RCS n° 196,
junio 2020, pág. 106). El 22 de junio se movilizan
varios sindicatos mineros de la región central
(Empleados de Minera Argentum, Austria Duvaz y
Minera Corona) en Huancayo rechazando la norma
que les aplica la Suspensión Perfecta de Labores (RCS
n° 196, junio 2020, pág. 125).
Por su parte el Sindicato de Trabajadores de la
empresa Unique S.A. (Lima Metropolitana) realizó un
plantón reclamando por la reposición de 600
trabajadores (RCS n° 197, julio 2020, pág. 110). El 7
de julio, en Cusco, se manifestaron los trabajadores
del sector turismo demandando congelamiento de
las deudas con los bancos y un bono COVID (RCS n°
197, julio 2020, pág. 101). A nivel nacional, el 23 de
julio, la Federación de Trabajadores en Construcción
Civil del Perú (FTCCP) se movilizó reclamando la
entrega de un bono universal de mil soles y la
reac vación del sector construcción (RCS n° 197,
julio 2020, pág. 112). Ese mismo día los trabajadores
de la empresa contra sta Stracon S.A. en Morococha
(Yauli, Junín) hicieron un plantón exigiendo el
cumplimiento del protocolo de bioseguridad (RCS n°
197, julio 2020, pág. 114).
Estas diversas luchas dan cuenta no solo de la
diversidad de sectores involucrados sino también de
la ampliación de las agendas. Esto úl mo se reflejó en
las plataformas de lucha con las cuales fueron
convocadas sendas Jornadas Nacionales de Lucha
por parte de la CGTP y otras centrales sindicales en
los meses de mayo, julio, sep embre y noviembre. A
pesar que fue opacada por las movilizaciones
democrá cas y ciudadanas que tuvieron lugar en la
segunda semana de noviembre del 2019, fue un hito
la marcha sindical nacional que tuvo lugar el jueves 5
de noviembre en Lima y otras ciudades del país. Hubo
demandas comunes, como la anulación del régimen
CAS, que ingresaron a la agenda parlamentaria con
fuerza.
07
2. Los trabajadores de la salud: con nuidades e
innovaciones en agendas, formas de organización y
lucha
Por razones obvias, los trabajadores de este sector,
desde médicos y funcionarios hasta personal auxiliar,
tuvieron que responder a situaciones inéditas de
manera también innovadora. La emergencia
modificó el curso de algunos conflictos previos. Tal es
el caso de la huelga anunciada por la Federación de
Enfermeras del Ministerio de Salud para los días 17 y
18 de marzo. Tras una reunión con un viceministro y
la Defensoría del Pueblo se acordó postergarla y se
redefinió la plataforma del gremio, incluyendo
demandas de infraestructura e insumos para encarar
la emergencia epidemiológica. En los meses
posteriores, este gremio, así como otros del sector
salud, han reclamado permanentemente por
equipos de bioseguridad (mascarillas, barbijos,
zapatos, mandilones, entre otros) junto con sus
demandas laborales y salariales previas. Sus
principales formas de reclamo han sido plantones y
han tenido impacto en la sociedad dado su rol en la
pandemia. (RCS n° 193, marzo 2020, pág. 93).
No todos los gremios de la salud reaccionaron de la
misma manera. Hubo quienes se opusieron a ser
incorporados a la atención de la pandemia. El 6 de
marzo médicos y personal del Hospital Uldarico Roca
Fernández (Villa el Salvador, Lima Metropolitana)
realizaron un plantón rechazando que su hospital
fuese uno de los centros médicos que atendiese
casos de coronavirus (RCS n° 193, marzo 2020, pág.
95). A la semana siguiente fueron los médicos y
personal de salud del Hospital César Garayar García
(Iquitos, Maynas, Loreto) los que se manifestaron en
el mismo sen do. (RCS n° 193, marzo 2020, pág.
100). En Arequipa los médicos del Hospital Honorio
Delgado rechazaron la decisión de u lizar algunas
áreas sensibles como zona de aislamiento
temporal para pacientes graves por coronavirus.
(RCS n° 193, marzo 2020, pág. 100). Otros exigieron
condiciones e implementos para hacerlo, como fue el
caso de médicos, enfermeras y trabajadores del
Hospital Carlos Alcántara (La Molina, Lima
Metropolitana) y del Hospital Regional de Áncash,
Eleazar Guzmán Barrón (Huaraz, Áncash), que el 11
de marzo realizaron sendos plantones con tales
demandas. (RCS n° 193, marzo 2020, pág. 99).
A par r del mes de abril se intensificaron los
reclamos -principalmente a través de plantones- de
parte de médicos y personal de salud de los
hospitales públicos. El 15 de abril en el Hospital
Nacional Arzobispo Loayza (RCS n° 194. abril 2020,
pág. 98); el 24 de abril, en el Hospital Negreiros
(Callao), en el Hospital Guillermo Almenara (Lima) y
en Villa El Salvador; el 28 del mismo mes en el
Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo de Chiclayo. (RCS
n° 194, abril 2020, págs. 93, 97 y 98). Los reclamos
incluían los temas sanitarios y asuntos laborales
pendientes, como por ejemplo el nombramiento de
personal contratado bajo el régimen CAS.
Par cularmente visible en cuanto a demandas de
protección ha sido la Federación de Enfermeras del
Ministerio de Salud (FEDEMINSAP) que hizo público
un pronunciamiento el 1° de abril y desarrolló
acciones en diversas regiones del país. RCS n° 194.
abril 2020, pág. 101). Durante el mes de mayo se
produjeron numerosas acciones de protesta en
hospitales de Lima, Callao, Arequipa, Ayacucho, etc.
Las demandas eran similares: exigen el suministro de
equipos de protección personal, el incremento de
camas hospitalarias, provisión de oxígeno,
denuncian la sobrecarga laboral, incluyen temas
como el cumplimiento de la norma va para la
atención de pacientes y recién nacidos con riesgo de
COVID-19 (RCS n° 195, mayo 2020, pág. 91 y 92). La
RM 458-2020-MINSA (02/07/2020) estableció el
Trabajo Remoto de Salud, de médicos y técnicos de
salud que, usando las TIC, puedan realizar consultas,
monitoreo y diagnós co. Esta medida permi ó, al
menos parcialmente, restablecer una gama más
amplia de atenciones en salud.
Con nuaron presentándose acciones de reclamo y
protesta de parte de médicos y personal de salud en
Arequipa, Lima, Ayacucho, Callao, Trujillo, etc. (RCS
n° 196, junio 2020, pág. 98). El 17 de junio se
desarrolló una acción de protesta nacional que
incluyó como una demanda central que el personal
contratado por régimen CAS derive al régimen
laboral regular y que se elimine el contrato por
tercerización de servicios (RCS n° 196, junio 2020,
pág. 98 y 101). Esta demanda fue creciendo en
diversos sectores de la administración publica
pasando a ser tema de debate congresal en el
segundo semestre del año 2020. El 8 de julio tuvo
lugar otra acción nacional de protesta de los gremios
del sector salud (RCS n° 196, junio 2020, pág. 104)
03
Durante el mes de agosto con nuaron las acciones
de protesta del sector salud. A diferencia de los
primeros meses, durante el segundo semestre fue
más notorio el rol de las federaciones nacionales
(Médicos, Enfermeras, FENUTSSA, FED-CUT, etc.)
que promovieron jornadas nacionales de lucha. Las
demandas fueron similares a las mencionadas
previamente. Un asunto controver do fue la
inclusión del rechazo a fusión de ESSALUD con el
MINSA por parte de las/os trabajadores de ESSALUD
(RCS n° 197, julio 2020, pág. 97, 100, 102, 106).
Durante el úl mo trimestre del año 2020 los gremios
de los trabajadores de la salud se han mantenido
ac vos. No solo planteando sus demandas
sectoriales sino también proponiendo alterna vas a
las polí cas públicas en curso. Se ha hecho evidente
la ausencia de un espacio ins tucional de debate y
concertación de polí cas públicas en salud que
involucre a los diversos actores relevantes.
3. Las respuestas de las poblaciones urbanas más
vulnerables
Un país con el 70% de su población económicamente
ac va en la mal llamada economía “informal”
di cilmente podría mantener medidas rigurosas de
inamovilidad más allá de un par de semanas. Salvo
que se implementase medidas de apoyo económico
de emergencia de manera generalizada, cosa que no
sucedió. Las facilidades se otorgaron al capital pero
no a los trabajadores precarios. Se facilitaron líneas
de crédito y se habilitó el recurso a la llamada
“suspensión perfecta de labores”, en muchos casos
una forma encubierta de despido.
El anuncio de un bono para atender las necesidades
de algunos sectores de la población generó
movimientos. Tal fue el caso de la población del
asentamiento humano Complejo Habitacional Aguas
Verdes (Zarumilla, Tumbes) quienes se movilizaron el
17 de marzo reclamándolo de inmediato (RCS n° 193,
marzo 2020, pág. 100). Otras poblaciones
reaccionaron a la emergencia planteando controles
al ingreso de personas que pudiesen portar el virus.
Ya el 2 de marzo la población de Nuevo Chimbote,
provincia de Santa, hizo un plantón exigiendo el
cierre temporal del puerto de Chimbote. (RCS n° 193,
marzo 2020, pág. 94). El 27 de marzo la población del
barrio Chicago en Trujillo (La Libertad) hicieron un
plantón para rechazar la instalación de un hospital
i nerante para pacientes de coronavirus en el
complejo depor vo Chan Chan. En Piura, pobladores
se opusieron al uso de estadio para el mismo fin (RCS
n° 193, marzo 2020, pág. 100).
Conforme avanzaban los días y semanas de la
emergencia se hacía más precaria la situación de
miles de personas que se encontraban fuera de su
lugar de residencia al momento de la declaratoria.
Miles de ellos en terminales terrestres y en
aeropuertos, siendo par cularmente visible la
situación de quienes estaban varados en las afueras
del aeropuerto Jorge Chávez (Callao), exigiendo
ayuda y que se disponga de vuelos humanitarios
para los des nos de Arequipa, Piura, Cusco y
Puerto Maldonado. (RCS n° 193, marzo 2020, pág.
100). En los meses posteriores se sucedieron
acciones de protesta de ciudadanos/as inmovilizados
a distancia de sus sedes, sobre todo en las ciudades
con mayor movimiento comercial o turís co.
Pero no solo los pasajeros varados comenzaron a
vivir los riesgos de la precariedad. El 17 de abril la
Policía Nacional intervino, en la carretera Ramiro
Prialé, la movilización de personas que se dirigían a
pie desde Lima a Tarapoto. El 24 de abril, los medios
de comunicación informaron acerca de un
con ngente de personas originarias de Cátac,
Ticapampa (Recuay) y Pomabamba -entre ellos
adolescentes y niños-, que se movilizan a pie desde
Lima hacia sus lugares de origen en la región Ancash.
(RCS n° 194, abril 2020, pág. 90). En los días y
semanas siguientes se informó de desplazamientos
similares en el sur y norte del país. Desde Arequipa
par eron caravanas humanas hacia Apurímac, Cusco
y Puno (RCS n° 194. abril 2020, pág. 101). El día 29,
las personas que pretendían movilizarse a pie
desde Lima a San Mar n, que pernoctan desde
hace dos semanas en la plaza Manco Cápac,
protestaron con carteles en el cruce de las avenidas
Iquitos e Isabel La Católica en el distrito de La
Victoria. (RCS n° 194. abril 2020, pág. 103).
Paula namente se fueron abriendo vías de
comunicación que permi eron el retorno lo cual tuvo
impactos en las zonas rurales como se verá a
con nuación. Se produjeron conflictos como lo
mostró un incidente en Pasco donde un grupo de
ciudadanos protestaron y rechazaron la llegada y
el alojamiento de aproximadamente cincuenta
ciudadanos (varados en Lima) en los hoteles del
distrito de Chaupimarca (Pasco). (RCS n° 194. abril
2020, pág. 102)
08
En general en las ciudades se han recompuesto de
m a n e ra l i m i ta d a a l g u n a s ex p e r i e n c i a s d e
sobrevivencia. En par cular los comedores
populares y ollas comunes, aunque sin la masividad y
apoyo que hubiese sido necesario. En el terreno de la
salud la decisión del gobierno de replegar toda la
primera línea de atención tuvo efectos nega vos.
Tardó en decidirse la conformación de comités
COVID que incluyesen la par cipación ciudadana y
social. Recién en el mes de julio se cons tuyeron en
el país los Comités Comunitarios que son
reconocidos mediante la “Norma Técnica de Salud
para la Adecuación de la Organización de los
Servicios de Salud con énfasis en el Primer Nivel de
Atención de Salud frente a la pandemia por Covid-19
en el Perú”. La par cipación de la sociedad civil es
voluntaria y en representación de sus comunidades,
barrios o localidades. Allí donde hubo una dinámica
social previa, los comandos COVID-19 han tenido una
composición más amplia. Es el caso de la provincia de
Cotabambas, donde la directora de la Red de Salud
preside un comité que incluye autoridades y
funcionarios locales, representantes de la sociedad
civil y comunidades campesinas, MININTER, PCM y la
empresa MMG Las Bambas (RCS n° 195, mayo 2020,
pág. 30).
Incluyendo sectores sociales diversos, en diversas
regiones del país se ac varon asociaciones de
usuarios y consumidores. En Huancavelica, por
ejemplo, el 22 de mayo se hizo público un memorial
en el cual solicitaban la exoneración del pago del
servicio eléctrico por el empo que dure en estado
de emergencia y la regulación permanente de una
tarifa eléctrica social (RC n° 195, mayo 2020, pág. 93).
La tensión entre las demandas relacionadas con la
salud y las que enen que ver con la economía se
evidenció de diversas maneras. El 8 de junio la
Asociación Peruana de Industriales Confeccionistas
(APIC) (La Victoria, Lima Metropolitana) exigió la
inmediata reapertura de Gamarra con aforo
controlado (RCS n° 196, junio 2020, pág. 109). Por su
parte, familias y prestatarios de Cusco desarrollaron
una protesta digital solicitando a los bancos congelar
sus deudas por doce meses y al gobierno disposi vos
que viabilicen tal medida (RCS n° 196, junio 2020,
pág. 109).
La precaria ar culación de los diversos niveles del
estado en la respuesta a la pandemia se hizo evidente
con el plantón desarrollado por los alcaldes
distritales de Lima Metropolitana el 31 de julio
exigiendo al Poder Ejecu vo mayor
presupuesto para sus distritos (RCS n° 197, julio
2020, pág. 115).
4. Respuestas en territorios rurales: comunidades
campesinas y pueblos indígenas en emergencia
El 17 de marzo, al día siguiente de la entrada en vigor
del estado de emergencia nacional, la Asociación
Interétnica de Desarrollo de la Amazonía Peruana
(AIDESEP) emi ó un pronunciamiento declarando la
“emergencia indígena” e instruyendo a las
comunidades, federaciones y organizaciones
miembros a cumplir con medidas como cerrar el
ingreso de foráneos y la salida de comuneros, salvo
emergencias, así como su reingreso. Otras
organizaciones de alcance nacional, como la
Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas
y Amazónicas del Perú (ONAMIAP), la Confederación
Nacional Agraria (CNA), la Confederación Campesina
del Perú (CCP) y la Confederación de Nacionalidades
Amazónicas del Perú (CONAP) hicieron llamados
similares para que las comunidades cierren los
ingresos a sus territorios. Las organizaciones
regionales, las federaciones y las propias
comunidades implementaron medidas de control
territorial y emergencia. Sin duda estas medidas han
sido de las más eficaces para el control de la
pandemia. No solo eso: el agro peruano se mantuvo
ac vo y -a diferencia del resto de la economía- no
sufrió una violenta caída en cuanto a producción (tal
como se señaló en sección previa, creció 1% durante
el 2020). A lo largo del año de emergencia las
ciudades del país han con nuado abastecidas y los
precios no se alteraron de manera significa va.
Enorme lección en torno a la importancia de la
seguridad y la soberanía alimentaria, así como en
torno a la importancia estratégica de las familias
campesinas. A pesar de esto, el apoyo del estado al
sector fue muy limitado. El monto representó apenas
el 6% de lo que se puso a disposición de las grandes
empresas y de di cil acceso por los requisitos legales.
En el curso de la crisis la relación entre el gobierno y
las organizaciones agrarias -ar culadas en torno a
CONVEAGRO- fue prác camente nula hasta el
ingreso del gobierno Sagas .
La precariedad -casi inexistencia- de servicios
públicos de salud en las zonas rurales hizo que las
10
comunidades retomaran sus prác cas tradicionales
medicinales. Esto, ligado al control territorial, ha sido
la clave de su supervivencia. Los principales riesgos
estuvieron en el contacto con agentes externos,
par cularmente con las ac vidades extrac vas. La
agenda de los conflictos entre comunidades y
empresas mineras se amplió a raíz de la pandemia.
Tras conocerse que 210 trabajadores de la empresa
minera Antamina dieron posi vo para el COVID-19, el
alcalde de la provincia de Bolognesi (Ancash) solicitó
la aplicación de pruebas moleculares para los
pobladores de los distritos aledaños: Chasquitambo,
Cajacay, Raquia, Huallanca, entre otros. (RCS n° 194,
abril 2020, pág. 90). El 24 de abril, el Frente de
Defensa y Desarrollo de los Intereses de la Provincia
de Caylloma plantea demanda similar a raíz de
contagios entre trabajadores de la empresa Minera
Bateas. El Plan de Reac vación Económica anunciado
para iniciarse en mayo, también generó demandas
cruzadas. Mientras que comunidades y
organizaciones territoriales expresaban
preocupación por su improvisada implementación,
organizaciones de productores urgían que se acelera.
Tal fue el caso de la Coordinadora Nacional de
Federaciones de Pequeños Productores Mineros y
Mineros Artesanales del Perú que demandó el 1° de
mayo la inclusión de su sector en la primera fase del
plan. (RCS n° 194, abril 2020, pág. 100). En el entorno
de la mina Antamina, donde se detectó un alto
porcentaje de trabajadores contagiados por COVID,
el alcalde de la provincia de Bolognesi solicitó la
aplicación de pruebas moleculares para empezar el
descarte en los distritos de Chasquitambo, Cajacay,
Raquia, Huallanca (RCS n° 196, junio 2020, pág. 96).
Un proceso más complejo, al final exitoso, es el que
se desarrolló en la provincia de Espinar. Desde fines
de mayo las organizaciones sociales de la
provincia comenzaron a movilizarse para exigir a la
empresa minera Antapaccay la entrega de un bono
solidario de mil soles, cumpliendo con el acuerdo del
Comité de Ges ón del Convenio Marco del 14 de
mayo. Para el 11 de junio convocaron a un cacerolazo
y embanderamiento de la provincia (RCS n° 195,
mayo 2020, pág. 10 y p. 45). Comunidades de la
misma provincia se dirigieron a la PCM apelando a
una clave intercultural (RCS n° 195, mayo 2020, pág.
42). Tras el rechazo de la empresa a entregar el bono,
la propuesta de las organizaciones sociales de
Espinar se complejizó. El 13 de julio el Comité de
Lucha anunció un paro provincial a par r del día 15,
demandando: Apoyo en especies: alimentos básicos,
medicinas, equipos de bioseguridad para las familias
vulnerables de Espinar a razón de hasta S/ 1000 soles
por beneficiario; microcréditos para pequeños y
medianos emprendedores/empresas con interés
0%; implementación y ejecución de proyectos de
desarrollo sostenible (RCS n° 196, junio 2020, pág.
49). El 15 de julio se inició un paro provincial
convocado por el Comité de Lucha de Espinar y otras
organizaciones sociales, con la plataforma antes
mencionada. Hubo movilizaciones, piquetes en la vía
del corredor minero, intentos de bloqueo. La Policía
Nacional u lizó bombas lacrimógenas. En los días
posteriores hubo diversos incidentes y
enfrentamientos, registrándose tres heridos el 22 de
julio (RCS n° 197, julio 2020, pág. 46). El 7 de agosto,
con la intermediación de la Prelatura de Sicuani, se
reunió una Comisión de Alto Nivel del Poder
Ejecu vo con autoridades y dirigentes sociales
acordando la entrega por única vez de un bono de mil
soles con fondos del Convenio Marco a través de una
tarjeta de uso múl ple (RCS n° 197, julio 2020, pág.
47)
Ha exis do una vulneración al derecho de
par cipación de los pueblos indígenas, consagrado
en tratados internacionales como el Convenio 169 de
OIT, así como en diversas recomendaciones de
organismos supranacionales recientemente dadas
para enfrentar la pandemia (la CIDH, la FAO, y la
OMS). Las disposiciones de salud durante los
primeros meses se dieron sin coordinación ni
par cipación de los pueblos indígenas, que fueron
consultados sólo de forma reac va y tras la presión
de sus organizaciones representa vas. En Ucayali, el
19 de marzo se promulgó la primera resolución
ejecu va regional (RER Nº 0147-2020-GRU-GR) para
responder a la pandemia, sin incorporar a los PPII.
Recién el 7 de mayo se aprueba la RER Nº172-2020-
GRU-GR con el plan para la atención diferenciada de
los PPII. Dicho plan se realizó de forma conjunta con
las organizaciones indígenas nacionales y regionales
(ORAU, CORPIA, URPIA, etc.), ins tuciones públicas y
privadas. El 9 de mayo el Gobierno emite el DL 1489,
que -a 56 días de la emergencia nacional -establece
acciones para la protección de los pueblos indígenas
u originarios en el marco de la pandemia. El 22 de
mayo, en tanto, se emite la Resolución Ministerial
308-MINSA- 2020, que aprueba el Plan de
intervención para Comunidades Indígenas y Centros
Poblados Rurales de la Amazonía.
11
Gracias a la insistencia de ORPIO, el 8 de junio se
realiza una reunión mul actor en Loreto, producto
de la cual se crea el primer Comando Covid Indígena
regional, con par cipación de las ins tuciones del
Estado y de las organizaciones indígenas. La
presidencia del Comando Indígena recae en ORPIO y
la secretaría técnica en la Dirección Regional de Salud
(DIRESA). El plan contempla la par cipación de
promotores comunitarios y la conformación de 25
brigadas con facilitadores indígenas. En la reunión se
acuerda que el Gobierno hará una norma para
reglamentar estas instancias de coordinación. Tras su
reglamentación, la experiencia se replicó en otras
regiones, como Amazonas y Madre de Dios.
A pesar de estos limitados avances de coordinación
entre el gobierno y los pueblos indígenas, la
acelerada expansión de la pandemia en las regiones
amazónicas llevó a que AIDESEP convocase para el
13, 14 y 15 de junio a una Jornada por Amazonía y
Pueblos Vivos en el Perú contra el etnocidio y
ecocidio detrás de la pandemia Covid-19. ORPIO
realizó un plantón el día 13 de julio a las afueras del
Gobierno Regional de Loreto, pidiendo “un plan
adicional con fondos y con todo lo que se necesita
para hacer una cobertura médica total y permanente
en las comunidades hasta que llegue la vacuna (…) no
podemos estar así con una asistencia médica
esporádica, focalizada, i nerante ene que ser
completa y ene que ser integral”. Además, ORPIO
presentó dos acciones legales: una demanda
cons tucional de amparo ante la Corte Superior de
Jus cia de Loreto para proteger a los PIACI ante el
plan del Gobierno Regional de Loreto de promover la
reac vación forestal poniendo en riesgo tres
reservas indígenas en proceso de creación108; y una
demanda cons tucional de amparo contra el
Ministerio de Salud, la Dirección Regional de Salud de
Loreto, el Ministerio de Economía y Finanzas, el
Viceministerio de Interculturalidad del Ministerio de
Cultura y el Gobierno Regional de Loreto por no
proteger apropiadamente a los pueblos indígenas
amazónicos de la región de Loreto frente al COVID-
19109.
La plataforma "Pueblos Afectados por la Ac vidad
Petrolera", comunidades de Manseriche (Datem del
Marañon, Loreto) anunció el 18 de junio la toma de la
estación 5 del oleoducto, otorgando un plazo de 72
horas al Estad para el cierre y abandono del personal
de Petroperú. A las demandas previas (deuda social y
ambiental) sumaban demandas vinculadas con la
atención en salud frente a la pandemia, señalando
que el ingreso y salida regular de personal de la
empresa aumentaba su riesgo. El 22 de junio los
pueblos indígenas de Saramuro (lote 1 de Petroperú)
se sumaron a la lucha (RCS n° 196, junio 2020, pág.
65). En días posteriores se desarrollaron acciones de
protesta y reclamo, con demandas similares en El
Tigre (Loreto), Shiviyacu, etc. (RCS n° 196, junio 2020,
pág. 67). También en Madre de Dios hubo protestas
indígenas. En este caso por la reac vación de
ac vidades madereras lo que ponía en riesgo al
pueblo Mashco Piro, considerado como pueblo
indígena en situación de aislamiento y/o contacto
inicial (PIACI) (RCS n° 196, junio 2020, pág. 103).
También se registraron problemas con colonos por
posesión de erras (RCS n° 196, junio 2020, pág. 81).
Los pueblos indígenas de Datem del Marañón
rechazaron la conformación inconsulta del Comando
COVID-19 Indígena de la región Loreto (RCS n°
196, junio 2020, pág. 102). Con estas y otras
demandas en curso, la Asociación Interétnica de
Desarrollo de la Selva Peruana (AIDESEP) y sus bases
anunciaron una jornada de protestas para los días 13,
14 y 15 de julio. Las demandas de atención en salud
frente a la pandemia se ar culaban con la demanda
garan zar la con nuidad del sistema de salud
intercultural. A esto añadían la demanda de
postergación de las operaciones extrac vas y
económicas cercanas a las comunidades. Y la
cancelación de la consulta previa “virtual” (RCS n°
196, junio 2020, pág. 103). El 10 de julio, un grupo de
pobladores del distrito de Nieva intentaron tomar
la sede del gobierno regional en
Condorcanqui como medida de protesta para
solicitar la des tución del gerente de la
Subregión. Los cues onamientos a esta autoridad
eran previos a la pandemia, pero se agudizaron por
su deficiente manejo de la salud y la educación
durante la emergencia. Hubo disparos de parte de la
PNP, sin heridos ni muertos (RCS n° 196, junio 2020,
pág. 23). El 3 de agosto más de 400 comuneros
awajún cerraron la estación petrolera número 5,
señalando que la situación sanitaria y ambiental de
los pueblos indígenas “es una bomba de empo”.
Seis días después, una protesta en el Lote 95 que
exigía, entre otros puntos, atención en salud y
abastecimiento de medicinas, fue reprimida por la
Policía, hechos que culminaron con el asesinato por
arma de fuego de tres ciudadanos indígenas, así
12
como seis heridos graves y cuatro heridos leves.
Probablemente el flujo de los retornantes a sus
comunidades de origen intensificó la presión por
algunos recursos en disputa. En el distrito de
Tambobamba, el 9 de junio de 2020, se hizo la
denuncia de ac vidad minera ilegal por parte de
comuneros de Occaccahua en territorios en disputa
con la comunidad de Chaccaro (RCS n° 196, junio
2020, pág. 30). El 18 de mismo mes se produjo un
enfrentamiento armado entre ambas comunidades
con un saldo de tres fallecidos (RCS n° 196, junio
2020, pág. 31).
5. Procesos de negociación y consultas previas en
un contexto de emergencia
La emergencia hizo evidentes algunas de las
exclusiones sistemá cas en el terreno del diseño e
implementación de las polí cas públicas. Tal es el
caso de la que afecta a los pueblos indígenas… Otro
derecho que estuvo en riesgo es la consulta previa,
libre e informada. Durante la cuarentena nacional, el
MEF declaró que se podría optar, en algunos casos,
por una “consulta virtual”, causando el rechazo de las
organizaciones indígenas y la sociedad civil. Esta idea
fue finalmente descartada.
Adicionalmente, un dato de importancia es que, de
48 proyectos mineros en cartera (2019), publicada
por el Ministerio de Energía y Minas, seis (13%) de
ellos se encuentran en conflicto. Estos son:
I nte g ra c i ó n C o ro c co h u ayco, L o s C h a n ca s ,
Quellaveco, Conga, Tía María y Río Blanco. De los
seis, dos enen procesos de diálogo en curso,
Quellaveco e Integración Coroccohuayco. El primero
de estos ha con nuado siendo abordado por las
partes durante el estado de emergencia mediante
tele reuniones; mientras que el segundo viene
siendo tratado, principalmente, a través de los
procedimientos legales establecidos. Esto es
par cularmente importante porque según el
Ministerio de Energía y Minas, el PBI de la ac vidad
minera cayó en 6.3% en el primer trimestre del 2020,
y el PBI nacional también tuvo una variación nega va
de 3.4%. De igual forma, en marzo de 2020 hubo una
contracción de 37.8% del valor de las exportaciones
mineras nacionales, respecto al mismo mes del año
anterior.
En un primer momento de suspendieron diversos 6.Los usos de la pandemia y la emergencia:
proyectos de inversión en curso y las negociaciones militarización y cambios en los estándares sociales y
en torno a ellos. Tal fue el caso del Corredor Vial Sur. ambientales
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones
A pesar de que el estado de emergencia nacional
informó, el 28 de marzo, la suspensión del proceso de
(EEN) desac vó los procesos de movilización en
adquisición de predios para dicha obra mientras dure
curso en los meses previos, los estados de
el Estado de Emergencia Nacional. Asimismo,
emergencia relacionados con conflictos sociales
quedaron suspendidas las reuniones programadas
previos se prorrogaron. Mediante Resoluciones
en las provincias de Cotabambas, Chumbivilcas,
Supremas n° 030-2020-IN y n° 031-2020-IN se
Espinar y Paruro. (Reporte Mensual de conflictos
prorrogó por 30 días, del 1° al 30 de abril, la
sociales, marzo 2020, pág. 28). El 16 de marzo, el
intervención de las Fuerzas Armadas en apoyo a la
Ministerio de Energía y Minas suspendió las
Policía Nacional para el mantenimiento del orden
ac vidades de la etapa de información para la
interno en el Terminal Portuario Matarani
consulta previa entre las comunidades aledañas al
(Islay, Arequipa) y en las instalaciones del
p ro y e c t o “A n t a p a c c ay E x p a n s i ó n T i n t ay a
Terminal de Abastecimiento de Hidrocarburos
–Integración Coroccohuayco” (RCS n° 193, marzo
Líquidos de Mollendo, también en la provincia de
2020, pág. 40).
Islay (RCS n° 193, marzo 2020, pág. 33). Algo similar
sucedió en relación con el llamado “corredor
Los espacios de negociación de conflictos que habían minero” del sur. El D.S. n° 060-2020-PCM prorrogó
quedado suspendidos desde el inicio de la por 30 días calendario, a par r del 8 de abril, el
emergencia comenzaron a reac varse desde estado de emergencia en un sector del corredor
mediados de mayo. El 19 de dicho mes se reunieron, vial Apurímac -Cusco -Arequipa, el tramo
en la plataforma virtual de la PCM, la Alta comprendido entre el distrito de Coporaque en la
Comisionada para el Diálogo y el Desarrollo del provincia de Espinar y el distrito de Ccapacmarca
Corredor Vial Sur; el Alcalde provincial de en la provincia de Chumbivilcas. (RCS n° 193, marzo
Chumbivilcas, los alcaldes distritales de Livitaca, 2020, pág. 42)
Quiñota, Llusco, Chamaca, Ccapacmarca y
C o lq u ema rca ; rep res enta ntes d e d ivers o s
El 7 de mayo se publicó la Resolución Suprema n°
ministerios. La reunión concertó una agenda de
046-2020-IN que autoriza la intervención de las
trabajo (RCS n° 195, mayo 2020, pág. 43). Algo similar
Fuerzas Armadas en apoyo a la Policía Nacional del
sucedió con el Comité de Monitoreo, Seguimiento
Pe r ú p a ra o p e ra c i o n e s e s p e c i a l i za d a s d e
y Verificación de los acuerdos de la Mesa de
intervención contra la minería ilegal y delitos
Diálogo para analizar la problemá ca minera de la
conexos, en el distrito de Cenepa (Condorcanqui,
región Moquegua que retomó sus reuniones
Amazonas) por un plazo de 30 días (RCS n° 195, mayo
plenarias el 20 de mayo (RCS n° 195, mayo 2020, pág.
2020, pág. 22). Esta intervención se prorrogó el 5 de
64), funcionando regularmente en los meses
junio (Resolución Suprema n° 050-2020-IN) por 30
posteriores. Por su parte, el 19 de junio, las
días más (RCS n° 195, mayo 2020, pág. 23).
comunidades originarias de Espinar exigían el
reinicio de la consulta previa sobre el proyecto
Antapaccay Expansión Tintaya –Integración Por otro lado, el DL 1489 definió que las fuerzas
Coroccohuayco (RCS n° 196, junio 2020, pág. 32). armadas y la PNP se encargaran del control
te r r i to r i a l , i g n o ra n d o a s í e l d e re c h o a l a
autodeterminación de los pueblos indígenas y su
En general estos procesos están en curso con las
capacidad de administrar y controlar sus territorios.
mismas limitaciones que tenían antes de la
Durante la emergencia nacional se emi ó el D.S. No.
emergencia. Más aún, en los que casos en los que se
003-220-DE, que pone en vigencia el Reglamento del
desarrollan a través de medios virtuales, las
Decreto Legisla vo No. 1095 que regula el uso de la
asimetrías son mayores en detrimento de las
fuerza por parte de las Fuerzas Armadas. El
comunidades y los pueblos indígenas.
Reglamento permite que las Fuerzas Armadas
puedan intervenir en situaciones de conflic vidad
social. Una expresión concreta de los avances en la

13
militarización de conflictos sociales pendientes se
produjo el día 03 de mayo de 2020, cuando efec vos
policiales que acompañaban al personal de minera
Yanacocha irrumpieron en Tragadero Grande, lugar
de posesión y domicilio de la familia Chaupe, sin
iden ficarse, pretendiendo levantar actos de
constatación sin mediar denuncia previa alguna, ni
cumplir con los parámetros que establece la ley para
este po de actos procesales.
Con fecha 11 de mayo se publicó en el Diario Oficial El
Peruano el Decreto Legisla vo N° 1500 (DL N°1500),
que establecía medidas especiales para reac var,
mejorar y op mizar la ejecución de los proyectos de
inversión pública, privada y público privada ante el
impacto del COVID-19. El DL N°1500 establece
medidas especiales para facilitar la tramitación,
evaluación, aprobación o prórroga de la vigencia de
tulos habilitantes en procedimientos
administra vos concluidos o en trámite, así como de
las cer ficaciones ambientales. El DL 1500 con ene
una serie de disposiciones que flexibilizan diversos
procesos, poniendo en riesgo derechos ambientales
y territoriales. Preocupan también las normas para el
sector hidrocarburos. Hay 15 normas para este
sector emi das en referencia a la pandemia y otras 3
normas concernientes a la arquitectura legal, cuyo
principal obje vo es la con nuidad de la ac vidad
extrac va, y se han producido modificaciones y
ampliaciones de contratos petroleros sin consulta a
los pueblos indígenas.
Diversas organizaciones de la sociedad civil
remi eron una carta al presidente de la República,
con fecha 04 de junio de 2020, expresando su
preocupación frente a las flexibilizaciones de
trámites y procedimientos para la inversión pública,
privada y público-privada. Entre otros, preocupaba a
los firmantes el proyecto de la Hidrovía Amazónica y
los proyectos complementarios al Plan Nacional de
Infraestructura. Así mismo cues onaban el
reemplazo por medios electrónicos o virtuales de los
procesos de par cipación. La carta hacía notar que
las medidas para la reac vación de proyectos
pueden tener un mayor impacto en los territorios de
los PIACI, poniendo en riesgo la vida e integridad de
esos pueblos.
Aprovechando la inamovilidad social decretada en el
marco del estado de emergencia, el gobierno dio
14
sendos decretos autorizando ac vidades para la
exploración y explotación de hidrocarburos en lotes
ubicados en el zócalo con nental frente a las costas
de las provincias de Santa, Casma y Huarmey en el
departamento de Ancash (Decretos Supremos n°
016-2020-PCM y n° 017-2020-PCM). Frente a esto,
los días 7 y 9 de julio, las organizaciones sociales y
autoridades de Chimbote realizaron dos plantones
de protesta (RCS n° 196, junio 2020, pág. 96). El 21 de
julio los alcaldes de Santa, Casma y Huarmey se
reunieron en la sede de la Municipalidad
Provincial de Casma y firmaron una declaratoria
contra la explotación y explotación petrolera,
pidiendo al gobierno nacional dejar sin efecto los
decretos supremos mencionados previamente (RCS
n° 197, julio 2020, pág. 92). También en el distrito de
Canoas de Punta Sal (Contralmirante Villar, Tumbes),
los pobladores y pescadores se oponen al proyecto
de Perforación Exploratoria de 20 pozos en el Lote Z
–38 porque pondría en riesgo la ac vidad pesquera y
turís ca (RCS n° 197, julio 2020, pág. 90). Las
movilizaciones y acciones de rechazo a estas
ac vidades petroleras en el zócalo costero han
con nuado hasta inicios del año 2021.
7. Los olvidados: poblaciones penitenciarias en
pandemia
Dadas las condiciones de hacinamiento e
insalubridad, las poblaciones carcelarias han sido
uno de los sectores más vulnerables frente a la
pandemia. Desde las primeras semanas de la
emergencia se sucedieron protestas de parte de los
presos y sus familiares: 31 de marzo en Yanamilla
(Huamanga, Ayacucho). (RCS n° 193, marzo 2020,
pág. 100); 13 de abril en Andahuaylas y 15 de abril en
Chimbote (RCS n° 194, abril 2020, pág. 90 y 92); el 28
de abril en el establecimiento penitenciario de Ica
(RCS n° 194. abril 2020, pág. 95); el mismo día en
Chupaca (Junín) tras conocerse del fallecimiento de
un interno por COVID-19 (RCS n° 194, abril 2020, pág.
95). En Trujillo las autoridades penitenciarias
informaron de un conato de fuga a par r de una
protesta por la desprotección sanitaria (RCS n° 194,
abril 2020, pág. 96). El 17 de abril se produjo un mo n
en el establecimiento penitenciario de Chiclayo,
falleciendo dos internos. Los internos reclamaban la
liberación de internos en riesgo tras el fallecimiento
de varios por el COVID 19. (RCS n° 194, abril 2020,
pág. 97). El 28 de abril hubo otro mo n en el
establecimiento penitenciario “Miguel Castro
Castro”, con un saldo de nueve muertos. La protesta
se debió a la exclusión de algunos delitos para el
indulto y conmutaciones como medida para
prevenir la propagación del COVID -19 en los
establecimientos penales. (RCS n° 194. abril 2020,
pág. 98). Durante el mismo mes se desarrollaron
diversas acciones de protesta por parte de los
trabajadores del Ins tuto Penitenciario (INPE) que
reclamaron mejores condiciones de seguridad
para trabajar en medio de la pandemia del COVID -
19. (RCS n° 194, abril 2020, pág. 98). El día 30 de
abril, los familiares de los internos del
establecimiento penitenciario efectuaron un
plantón, u lizando carteles en el exterior del
establecimiento, reclamando se liberen a los
internos vulnerables, entre ellos personas adultas
mayores, en riesgo de contagiarse por COVID-19.
Además, indicaron que en el establecimiento
penitenciario no hay médicos. (RCS n° 194. abril
2020, pág. 96). El 17 de abril los familiares de los
internos protestaron en el exterior del
e sta b l e c i m i e nto p e n i te n c i a r i o d e J u l i a ca ,
reclamando al personal del INPE que les permitan
entregar víveres y objetos de bioseguridad para los
internos, en el contexto de la emergencia
sanitaria por el COVID-19. (RCS n° 194. abril 2020,
pág. 103). El 23 de abril en el establecimiento
penitenciario de Pucallpa se produjo un mo n en el
cual los internos reclaman se les realicen pruebas
rápidas de descarte de COVID-19 (RCS n° 194. abril
2020, pág. 108).
8. Ar culaciones más amplias y diversas de
o rga n i za c i o n e s d e l a s o c i e d a d c i v i l y d e
ciudadanas/os
En las secciones previas de este informe se ha hecho
alusión de diversas maneras a procesos de
ar culación entre organizaciones de base, colec vos
o grupos organizados. Esto ha sido una tendencia
clara a lo largo de los meses de la pandemia y la
emergencia. El uso de las llamadas redes sociales ha
sido muy importante en este proceso. Algunos
espacios de ar culación han tenido un rol destacado.
A par r de abril la Asociación Nacional de Centros se
convir ó en un espacio de seguimiento de la crisis y
de elaboración de propuestas de polí cas públicas
elaboradas par cipa vamente. A pesar de que el
gobierno optó por un manejo cerrado de la crisis, las
propuestas contribuyeron a abrir un debate público
al respecto. Destacaron dos temas: la necesidad de
15
un bono universal (a diferencia de la propuesta de
bonos focalizados) y la demanda de par cipación
ciudadana en las polí cas, en par cular en la
rear culación de una primera línea de atención en
salud. Sobre estos asuntos se desarrollaron sucesivos
eventos y pronunciamientos. En par cular destaca
un documento que fundamenta ampliamente la
necesidad y la posibilidad financiera de implementar
el bono universal. Con estos aportes y una amplia
par cipación de organizaciones y personas diversas
se desarrolló la XXI CONADES cuyo tema central fue la
defensa de la vida y la discusión de las nuevas formas
de vida necesarias en la actual situación.
Por su parte la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos también ar culó inicia vas y demandas.
En un pronunciamiento emi do en mayo del 2020
sinte zó en cinco puntos su propuesta: Priorizar el
derecho a la salud y la vida de todas y todos los
peruanos; garan zar la protección económica de las
y los peruanos con un enfoque de derechos y
atención universal (bono universal); reac vación
económica sin privilegios ni riesgos para la salud;
velar por las poblaciones más vulnerables al COVID-
19 y la crisis económica; convocar a la sociedad civil y
la par cipación ciudadana para contener la
pandemia.
Otra ar culación que se reac vó fue la Asamblea
Nacional de los Pueblos del Perú que incluye
organizaciones laborales (CGTP-CUT), campesinas
(CCP, CNA y ronderos), frentes de defensa, mujeres y
feministas, pequeños y micro-empresarios, etc. El
tulo de uno de sus pronunciamientos expresó
bastante bien una perspec va que iba más allá de la
coyuntura inmediata: “Para derrotar la pandemia y
superar la grave crisis nacional, nuevo pacto social
por la vida y la jus cia social.”
Las conexiones entre ANC, Coordinadora de
Derechos Humanos y ANP han sido y son múl ples y
se han puesto de manifiesto no solo frente a la crisis
sanitaria sino también frente a la crisis polí ca que
tuvo un momento de agudización en noviembre del
2020.
9. La crisis polí ca en el marco de la pandemia: el
golpe ins tucional y la respuesta ciudadana,
noviembre 2020
Si bien había juramentado en sep embre del año
2019, el gabinete presidido por Vicente Zeballos
obtuvo un amplio voto de confianza (89 a favor, 35 en
contra y 4 abstenciones) el 29 de mayo del año 2020,
en plena pandemia. Este gabinete solo duró hasta
julio del mismo año, desgastado por la crisis tuvo que
ceder paso a otro presidido por Pedro Cateriano.
Según la mayoría de los analistas, se trató de un
gabinete sugerido por los grandes empresarios
nacionales (CONFIEP). Su discurso de pedido de
confianza fue muy claro: radicalizar el programa
neoliberal aun a costa de sacrificar la salud.
Aprovechar la crisis y la emergencia para promover
más precariedad, menos derechos laborales, más
concentración de la propiedad y del ingreso, menos
regulaciones ambientales y sociales, más
extrac vismo. Para sorpresa de todos y todas, el
Congreso no le dio la confianza: solo 37 votos a favor,
54 en contra y 34 abstenciones. Dos días después le
sucedió un gabinete presidido por un militar en
re ro: Walter Martos. Este sí obtuvo confianza: 115 a
favor, 5 en contra y solo 4 abstenciones.
Tras un primer intento de vacancia presidencial en
sep embre del 2020, el Congreso electo en enero
logró vacar a Vizcarra el 9 de noviembre. ¿Qué llevó a
un Congreso despres giado a insis r en vacar a un
presidente que, a pesar de todo, mantenía un
importante respaldo ciudadano? Lo que no es di cil
es percibir el cordón umbilical entre los cálculos
menudos de los actores inmediatos y el cálculo
estratégico de quienes detentan poderes fác cos en
el país. A estos los mo vo la evaluación de que
estaban perdiendo el control de la situación global
del país y que en esas condiciones les era muy
riesgoso ir a un proceso electoral en abril el 2021.
Una encuesta de DATUM en sep embre daba cuenta
de una clara mayoría a favor de más Estado, de más
derechos y bienes públicos, más apoyo a la pequeña
empresa nacional, profunda desconfianza frente al
gran capital. Es decir, una clara mayoría en las
an podas de CONFIEP. Premonitoriamente, un
profundo conocedor del mundo empresarial
peruano, Francisco Durand escribía acerca del fin de
“la república empresarial.”
16
La secuencia de movilizaciones (según alguna
empresa encuestadora par ciparon alrededor de 4
millones de personas en todo el país) fue el más
contundente ejercicio del derecho a la par cipación
ciudadana. Y a la vez una de las crí cas más radicales
a las formas como se pretende “expropiar” ese
derecho por la vía de los representantes. Pero no solo
eso: múl ples derechos se expresaron en las
movilizaciones de noviembre. El derecho a
movilizarse y a protestar, a expresarse libremente, a
tener una vida libre de violencia. Pero no es casual ni
arbitrario que a la aparición de un nuevo sujeto
colec vo denominado “generación del bicentenario”
haya sucedido de inmediato la aparición de otro
s u j e t o m u l t u d i n a r i o, “e l t ra b a j a d o r d e l
bicentenario”. Las movilizaciones dejaron,
lamentablemente un saldo de tres fallecidos,
decenas de heridos (algunos con invalidez),
detenidos e incluso casos de violencia sexual contra
jóvenes ac vistas detenidas.
10. Las secuelas de noviembre: gobierno de
emergencia, crisis irresuelta, violaciones impunes
Como resultado de las movilizaciones de noviembre
renunció el gobierno usurpador de Merino y se
instaló un gobierno provisional, presidido por quien
fue elegido nuevo presidente del Congreso,
Francisco Sagas . En una situación inédita, que
refleja la profunda crisis del sistema polí co peruano,
los principales cargos en Ejecu vo y Legisla vo
quedaron en manos de integrantes de par dos
minoritarios en el Congreso. El gobierno provisional
ha tenido que lidiar con las secuelas de los sucesos de
noviembre, con una segunda ola de la pandemia y
con el proceso electoral que tuvo un primer
desenlace con la primera vuelta electoral el 11 de
abril. Después de noviembre, como resultado de las
movilizaciones y del cambio de gobierno se
dinamizan los procesos de negociación, con
resultados parciales favorables a las comunidades y
pueblos indígenas, en la Amazonía (RCS n° 203,
passim).
Si bien el clima de represión que se instaló durante
algunos días con el gobierno usurpador ha
desaparecido, las amenazas contra los derechos
fundamentales con núan presentes. El curso de la
campaña electoral ha estado marcado por mensajes
an -derechos y la manipulación mediá ca. Se ha
hecho presente, con fuerza, un conglomerado de
fuerzas polí cas de ultraderecha, que combinan la
defensa del modelo económico vigente con un
discurso autoritario, represivo y conservador.
Entre tanto los procesos judiciales que apuntan a los
responsables de las numerosas violaciones a los
derechos humanos en el marco de los sucesos de
noviembre siguen en la fase preliminar de
inves gación por parte de la Fiscalía.
11. Conclusiones y perspec vas
En términos generales puede afirmarse que la
pandemia y la situación de emergencia global
decretada hace más de un año han sido factores
catalizadores de procesos en curso en la sociedad
peruana en las úl mas décadas. En primer lugar, ha
sacado a la luz la endeblez del crecimiento
económico, ha desnudado la precariedad de las
poblaciones que habían salido de la pobreza y ha
agudizado las desigualdades acumuladas en diversos
terrenos. En segundo lugar, ha puesto de manifiesto
las limitaciones del estado peruano y las
restricciones reales de la democracia vigente. El
estado no ha operado como garante del bien común
sino como guardián del orden y la propiedad privada
en medio de la crisis. Ha sido incapaz de incorporar
como actor decisivo a la ciudadanía organizada en el
encaramiento de la crisis. La reiteración y ampliación
de la dinámica de los conflictos sociales previos es
muestra de esto. Por úl mo, la crisis sanitaria,
económica y social ha contribuido a la agudización de
la crisis polí ca previa. En los meses de pandemia se
instaló el Congreso más fraccionado de toda la
historia republicana, congreso que a los pocos meses
aprobó la vacancia del presidente Vizcarra y provocó
una reacción ciudadana inédita. Como resultado de
las movilizaciones de noviembre contra el golpe
ins tucional se instaló un gobierno provisional que a
duras penas está llegando a la fecha de celebración
del bicentenario republicano.
Simultáneamente, la crisis y sus mortales impactos,
el develamiento de las debilidades del modelo
económico vigente y del estado mínimo y captura por
los poderes fác cos, así como el curso de
profundización de la crisis polí ca han acelerado
algunos procesos de cambio progresivos en la
sociedad peruana. Tras varias décadas de
propaganda de una é ca individualista, posesiva y
17
ultra compe va, se han recompuesto algunos
niveles de cooperación y solidaridad en la sociedad.
La defensa legí ma de intereses colec vos ha vuelto
a ganar protagonismo y el entrecruzamiento de
agendas par culares y demandas sociales se ha
expandido. En general, las organizaciones no solo
han sobrevivido a la crisis sino que incluso se han
ampliado y fortalecido. Crí cas al modelo vigente
han ganado terreno en el sen do común.
El fundamento legal del manejo de la situación de
emergencia se encuentra en la Cons tución vigente,
aprobada en 1993. El ar culo 137 define el estado de
emergencia en los siguientes términos:
El Presidente de la República, con acuerdo del
Consejo de Ministros, puede decretar, por
plazo determinado, en todo el territorio
nacional, o en parte de él, y dando cuenta al
Congreso o a la Comisión Permanente, los
estados de excepción que en este ar culo se
contemplan:
1. Estado de emergencia, en caso de
perturbación de la paz o del orden interno,
de catástrofe o de graves circunstancias
que afecten la vida de la Nación. En esta
eventualidad, puede restringirse o
suspenderse el ejercicio de los derechos
cons tucionales rela vos a la libertad y la
seguridad personales, la inviolabilidad del
domicilio, y la libertad de reunión y de
tránsito en el territorio comprendidos en
los incisos 9, 11 y 12 del ar culo 2 y en el
inciso 24, apartado f del mismo ar culo. En
ninguna circunstancia se puede desterrar
a nadie.
El plazo del estado de emergencia no
excede de sesenta días. Su prórroga
requiere nuevo decreto. En estado de
emergencia las Fuerzas Armadas asumen
el control del orden interno si así lo dispone
el Presidente de la República.
Si se compara este texto con sus similares en otras
cons tuciones contemporáneas salta a la vista una
diferencia central con relación a cómo se en ende la
emergencia y hasta dónde el estado puede intervenir
en función de proteger la vida de sus ciudadanos/as.
Así, por ejemplo, la legislación española ene otra
visión de la emergencia en la cual se prioriza el bien
común de l sociedad. Tal es el sen do del ar culo 11
de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los
estados de alarma, excepción y si o: ²
Con independencia de lo dispuesto en el ar culo
anterior, el decreto de declaración del estado de
alarma, o los sucesivos que durante su vigencia
se dicten, podrán acordar las medidas siguientes:
a) Limitar la circulación o permanencia de
personas o vehículos en horas y lugares
determinados, o condicionarlas al
cumplimiento de ciertos requisitos.
b) Prac car requisas temporales de todo po de
bienes e imponer prestaciones personales
obligatorias.
c) Intervenir y ocupar transitoriamente
industrias, fábricas, talleres, explotaciones o
locales de cualquier naturaleza, con excepción
de domicilios privados, dando cuenta de ello a
los Ministerios interesados.
d) Limitar o racionar el uso de servicios o el
consumo de ar culos de primera necesidad.
e) Impar r las órdenes necesarias para asegurar
el abastecimiento de los mercados y el
funcionamiento de los servicios de los centros
de producción afectados por el apartado d)
del ar culo cuarto.
Mientras que en la cons tución peruana la
“excepción” se restringe a garan zar el orden y la
protección de la propiedad privada, en la
cons tución española -al igual que en otras
cons tuciones contemporáneas- la excepción
apunta a garan zar la vida y el bien común para lo
cual autoriza, incluso, afectar los derechos de
propiedad. Buena parte de los estragos de la
pandemia en el Perú se explican por la incapacidad
por parte del gobierno de centralizar los recursos y
servicios necesarios para atenderla. La concepción
del estado mínimo, garante de la propiedad y las
inversiones, se demostró claramente inadecuada
para encarar una crisis de la magnitud que alcanzó la
pandemia. Más aún, si se trata de un estado
capturado por intereses privados que vieron en la
pandemia una serie de oportunidades para negocios
diversos (farmacias, clínicas privadas, oxígeno, etc.).
A lo anterior se suma la ausencia de mecanismos de
par cipación ciudadana en el diseño, ejecución y
vigilancia de las polí cas públicas. Buena parte del
2
18
exceso de muertes producidas por la pandemia en el
Perú, si se lo compara con países similares de la
región, ene que ver con esto. Desde un inicio se
señaló que era un grave error replegar la primera
línea de atención en salud. Cuando, meses después,
se intentó ar cular una red de comités de prevención
en barrios y comunidades fue más di cil debido a los
impactos de la pandemia en el estado de ánimo de la
población. Esta carencia par cipa va del estado
peruano se ex ende más allá de la salud a los otros
ámbitos que ha sido seriamente afectados por la
pandemia y la emergencia. Por ejemplo, la
educación. La ausencia de redes de vigilancia
ciudadana legi madas por el estado afecta
seriamente la visibilización de problemas que sin
duda se han agudizado en estos meses de crisis,
par cularmente la ocurrencia de episodios de
violencia contra las mujeres.
Los episodios de la crisis polí ca que se han
presentado en el marco de la pandemia, en par cular
el golpe de estado perpetrado desde el parlamento
en noviembre, han puesto de manifiesto la gravísima
desconexión que existe entre la “escena oficial” de la
polí ca y la sociedad. Mientras que millones de
peruanas y peruanos estaban en la lucha angus ada
por sobrevivir, en el parlamento -y detrás de él- los
actores polí cos y económicos dominantes se
embarcaban en aventuras sin tener en cuenta ni las
demandas de la sociedad, ni la correlación de fuerzas
realmente existente. El despropósito de un
parlamento con una aprobación menor al 20%
censurando a un presidente que estaba por encima
del 50% es expresión de lo anterior. En estas
condiciones la polí ca se ha vuelto arbitraria. En los
meses recientes, varios episodios confirman esta
afirmación. De ahí se desprende que quienes
detentan el poder real se sientan con el pleno
derecho de alterar la ins tucionalidad para instaurar
formas dictatoriales de gobierno.
No se puede dejar de señalar, para concluir este
conciso e incompleto recuento, que a pesar de todo
en la crisis y la emergencia han aparecido y se han
ampliado nuevas formas de ar culación colec va. El
hecho de que no tengan una configuración definida,
ni ar culaciones transversales estables, no puede
llevar a subvalorarlas. Estas ar culaciones se han
nutrido, a lo largo de los meses de la pandemia, de
miles de espacios de conversación virtual -y en
algunos casos presencial- sobre la crisis, sus raíces, su
alcance, sus remedios. Estos espacios han cumplido
el rol que Gramsci atribuía a “la soledad de las
conciencias” en la cual las experiencias vividas
comienzan a transformarse en “buen sen do” e
incluso en pensamiento crí co. Algo de eso ya está
instalado en amplios sectores de la sociedad
peruana. De manera original se expresó en los
resultados electorales de la primera vuelta y en las
dimensiones de la polarización que ha acompañado
a la segunda.

Es por ello por lo que no es extraño que exista una

conciencia generalizada en la sociedad peruana que
estamos asis endo al final de un ciclo o período
polí co. El ciclo que se abrió con el autogolpe del 5 de
abril y la Cons tución de 1993 y que no pudo cerrarse
al caer la dictadura de Fujimori-Montesinos. La
necesidad de promover desde la sociedad civil
espacios y contenidos que alimenten un proceso
refundacional es a todas luces evidente.

Lima, Perú, junio, 2021

Elaboración: Eduardo Cáceres Valdivia

Presidenta ANC: Martha Cuentas Anci
Secretaria Ejecu va ANC: Josefina Huamán
Valladares

19
20
ANC-Asociación Nacional de Centros
ANCPeru
ANCperu
ancperu

Jr. Belisario Flores 667 - Lince - Lima

472-8888 / 472-8944
anc@anc.org.pe / www.anc.org.pe