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Periodismo IV Sección B
¿Hasta que punto una persona es capaz de infringir dolor a otras?, ¿El odio
puede llegar hasta tortura y el asesinato?; estas son algunas de las incógnitas que
aquejan a toda la población cuando salió a la luz el caso de la joven de 16 años en
ese entonces, Sylvia Likens. Nacida el 3 de enero de 1949 en los Estados Unidos,
específicamente en el estado de Indiana; fue una niña que desde el principio de su
existencia no la tuvo fácil ya que sus padres Lester y Bertha Likens permanecían en
disputas constantes y no poseían un trabajo estable por ende ella y sus hermanos
pasaban penurias. Justamente la identificación de sus hermanos abarca a dos
mayores que ella por dos años, quienes además eran mellizos con los nombres de
Diana y Daniel; los otros menores que ella por un año denominados Jennifer “Jenny” y
Benny.
La degradación que sintió la joven al insertar dicho objeto en sus partes intimas
seguramente fue inhumano así como la dolencia física al romperse esta misma dentro
de ella rasgando sus paredes brutalmente y llenando sus sabanas de sangre mientras
Gertrude fumaba y la llamaba repetidas veces con su voz rasposa por la edad,
diferentes apodos despectivos como “Prostituta” y “Sucia”, aunado a esto sus hijos
observaban sus acciones con risas y aplausos uniéndose al coro de chillidos de
alegría que producían todas las voces juntas dentro de la habitación de Sylvia por tan
desagradable y horrible castigo, mientras su hermana Jenny temblaba de miedo e
impotencia por no poder salvar a la joven de sus perpetradores.
Una de ellas era Paula de 18 años de edad quien alentada por su madre
azotaba con vehemencia a la joven con la paleta de madera que poseía su madre
durante largos periodos de tiempo; otros hijos de Gertrude asimismo se unieron a
estos actos inhumanos y barbaros, como Stepanie y su novio Coy Hubbard quienes
fueron mandados por la mujer a tirar de las escaleras a Sylvia debido a que ella había
tomado prestado uno de los uniformes de Paula sin permiso porque no tenía uno y era
necesario para ella en esos momentos.
El joven Hubbard era un chico corpulento y quien le doblaba en estatura y peso
a la joven Likens, por lo que esta nunca pudo defenderse apropiadamente de los
golpes y empujones que este le propiciaba, tratándola como un saco de boxeo o
juguete para arrojar; uno de los hijos menores de nombre John con solo 13 años ya
participaba en la tortura de Sylvia al apagar cigarrillos encendidos en los brazos y
estomago de la chica, igualmente le gustaba escuchar los gritos y suplicas de la joven
para que se detuviera al golpearle sin descanso la cara, el vientre y pisarle la cara
contra el suelo. Por tanto, era normal en la casa hasta incluso un canto de los ángeles
para esta familia, los sonidos de sufrimiento y llanto de Sylvia, era una atracción
divertida y grafíticamente para estos el observar la cara desfigurada de dolor, aflicción
y tristeza de la joven diariamente.
Fue cuestión de tiempo para que Sylvia transformara sus características físicas
y mentales por este abuso constante y repetitivo, su cuerpo paso a ser uno lleno de
cicatrices y quemaduras, al mismo tiempo la desnutrición y deshidratación en que se
mantenía a la joven era escalofriante; fue forzada a alimentarse de sus heces fecales
en algunos casos y solo se le habilitaba para su consumo un par de galletas viejas sin
sabor alguno y un vaso de agua por semana. De la misma manera, aunque su cuerpo
estuviera físicamente con ellos, era reconocido que la luz de los ojos de la chica que
una vez irradiaban inocencia y juventud fue apagándose para ser unos opacos y con
bolsas y manchas debajo de ellos producto al daño a su integridad como ser humano.
En este punto, los días transcurren poco a poco y la vida una vez reflejada en
los ojos de la joven Sylvia se va apagando por lo que es cuestión de tiempo a que la
bomba de abusos explote y se lleve su espíritu dañado y demacrado; el primer día en
la cronología hacia la muerte de la muchacha comienza cuando no solo los hijos de
Gertrude se unen a la violencia sino otros muchachos cercanos del vecindario y
amigos de estos; uno de ellos siendo Ricky Hobbs que desarrollo un amor obsesivo y
enfermizo hacia Sylvia y cuando esta lo rechazo, se volvió contra ella y en conjunto
con Hubbard agarraban a la joven de los brazos y la ataban a una viga de madera en
el sótano con cuerdas que no solo la lastimaban y creaban marcas al rojo vivo
producto de su piel rozando desesperadamente con el material sino que creaban e
influenciaban en su mente un estado de sumisión y bajeza cuando la golpeaban sin
piedad una y otra y otra y otra vez.
Llegado a este punto es normal inferir que la mente de Sylvia estaba agotada,
marcada y frágil, es cierto que el propósito de Gertrude era arruinarla y hacerla sentir
miserable pero ¿Por qué?, solo se puede deducir que la inestabilidad emocional de la
mujer era tan grave en ese sentido, que proyecto en Sylvia todas sus inseguridades,
penurias y dolores que sufrió en su vida y en sus pasadas relaciones sentimentales
fallidas; observo la gracia y la felicidad de la joven y solo deseo romperla en mil
pedazos como una figura de cristal que acaba de adquirir; tanto fue así su ensaña en
degradarla como ser humano y mujer que sin miramiento alguno busco una aguja de
cocer y la calentó por varios minutos con una vela para proceder a escribirle en su la
piel donde se ubicaba su vientre, la frase “ Soy una prostituta y estoy orgullosa de
serlo” mientras sus hijos sostenían a la muchacha en su sitio en el colchón sucio de
ese sótano y a la mitad de la escritura mientras la sangre fluía de su cuerpo y
manchaba la superficie lisa de las sabanas, la mujer se canso a los minutos y solicito
a uno de los espectadores de la escena, quien era el joven Hobbs a terminar el
trabajo con un cuchillo que se encontraba en la cocina.
La liberación del alma de Sylvia llego un 26 de octubre de ese mismo año 1965
cuando su cuerpo y mente no lo soportaba mas, su muerte fue un conjunto
acumulativo de hechos o en este caso de abusos y opresión; el proceso comenzó dos
días antes a esta fecha cuando la muchacha trato de escapar y conseguir la libertad y
fue encontrada por Gertrude quien inmediatamente demando a sus hijos a castigarla,
Paula deposito sal en las heridas abiertas e infectadas de la chica mientras se reía de
su padecimiento aclarando que era un tratamiento especial para personas
“asquerosas” como ella y obligaron a la hermana de la muchacha abofetearla de lado
a lado tantas veces que la mano de Jenny dolía y las mejillas de Sylvia estaban tan
rojas como si se hubiera ruborizado inocentemente, lo cual es irónico debido a las
circunstancias en la que se encontraba.