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Cuadernos de
MARCHA
NUMERO 6 OCTUBRE 1967.

. . - - -.. . . . SUMARIO.....__ _ -,¡

DARCY RIBEIRO
Matrices culturales rioplatenses

RICARDO RODRíGUEZ MOLAS


Reealidad social del gaucho
rioplatense (181 0-1852) .•..••...... , .•• , , . , .21

LAURO AYESTARÁN
la primitiva poesía
gauche$ca en el Uruguay

ANGEL RAMA
La literatura de lo$ vencido¡

ilANIEL VIDART
Payadorei gaueh01
y literaturg gauches«~

Cuadernos de MARCHA es una publicación. uruguaya


mensual, editada por MARCHA en Tall. Graf. 33 S .A.
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Administrador: Hugo R. Alfaro
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Montevideo - Uruguay
OA.RCY RISEIRO

MATRICES CULTURALES
RIOPLATENSES
En el panorama de las Américas se des- de América Latina, y que era la parte que
tacan dos bloques de pueb>los manifiésta· gozaba la más alta renta per c:ápiia. de ín-
merlte europeos, que designamos como pue~ dices más favorables de educación en todos
blos trasplantados, en oposición, a los pue- los niveles, de más amplia expectativa de
blos testimonio -resultantes del impacto vida y de mayor grado de urbanización. A
de la expansión europea sobre las--altas civi- pesar de ello encaraban graves pr0blemas
lizaciones americanas- y a los pueblos de desarrollo y están lejos de lograr un ni·
nuevos resultantes de la fusión de europeos vel adecuado de explo'tación de s_us posibi-
con. indígenas y africanos, para constituir lidades; no obstante haber llegado a un gra.
una configuración cultural distlnt_a. do de desarrollo mucho más alto que todos
Los puebl0s trasplantados se dividen en los otros pueblos latinoamericanos conside.
dos sectores; el norteño, de los pueblos an- radas en conjunto. Sólo Venezuela los so-
gloamericanos y canadienses, y el sureño de brepasa en algunos índi~s, tales como el re-
los pueblos uruguayo y argentino. Estos úl- ferente al valor global de producción y a
timos presentan características comunes la renta per cápita. pero. este es un caso es-
con los demás pueblos hispánicos, pero se pecial de deformación estructural que no
distinguen de ellos por una fisonomía partí- · resulta expresivo de los más altos niveles
cular resultante de la absorción de mayores de vida para toda la población, sino de la
contingentes no ibéricos, por su localización presencia de un quiste económico foráneo
ecológica el'l¡ tierras templadas, y por el gra- dentro del sistema económico nacional.
do de desarrollo económico y social más Los Pueblos Trasplantados del norte se
alto que alcanzaron. Comparados con los instalaron en las tierras americanas cerno
puebloa trasplantad011 del norte resaltan núcleos de aldeanos, artesanos y labradores
como contrastes, s.u origen latino e hispá- que procuraban reconstruir allí un. paisaje
nico, el predominio, de la religión católica
y el a,traso en que se hallan en lo que (•) Reproducimos aquí un fragmento del capi·
respecta a la incorporación de los modos de tulo referente a las poblaciones rioplaten•
vida de. las civilizaciones indu.s triales mo- ses, que integra el libro aún inédito del an-
tropólogo brasileño Darcy Ribeiro, profesor
dernas. de nuestra Universidad, sobre el tema L••
Los dos países del Río de la Plata com- Américas y la civilización. Este libro está
ponían en 1960,. un conjunto de 24 millones dedicado al estudio del proceso de formación
de los, pueblos americanoa ')! de sus proble•
de habitantes, que representaba el 11,6 ~ mas. dfi\ desarrolla.

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bal del dominio de los dueñ os de la t ierra en que se encontraban resultó ser el espanol,
europeo. Acamparon en el desierto teniendo 1 ñola. Por esta razón terminaron por asimi- corno hombre de su "padrino" que era su antes que las lenguas europeas modernas
apenas que competir con la escasa pobla- larse a los hábitos de la tierra, no diferen~ patrón en el trabajo y su caudillo en la de sus matrices.
ción indígena de nivel tribal que, por lo ge- ciándose prácticamente sus descendientes de guerra, y que después, lo marginalizan y lo De la proto-etnia original que en sus dos
neral prefirió traficar con el invasor en lu- los ladinos, aunque probablemente estos sustituyen por el inmigrante como fuerza de formas bá¡¡icas, la ladina y la gaucha, ha-
gar de luchar por expulsarlo. Llegan un si- núcleos también contribuyeron a su españo- trabajo básica. Es en ese proceso que el gau- bia alcanzado características culturales sin-
glo después que la conquista ibérica y gra- lizaci6n . cho no sólo se desfigura sino que también gulares -además de la población paragua~
dualmente extienden sus núcleos a lo largo Los núcleos ladinos de los márgenes del se españoliza. ya- apenas quedó, en el Uruguay y en la
de la costa atlántica. ·Sólo dos siglos más tar- Plata recibieron algunos esclavos negros co- Sobre este complejo étnico con todas las Argentina, una nostalgia que asoma en oca~
de cohran fuerzas para acometer la empre- rno artículo suntuario para el servicio do- características de un Pueblo Nuevo, funda- siones en la auto irna'gen nacional corno cul-
sa de la colonización de los inmensos desier- méstico y para otros quehaceres a los que do en la deculturación de sus matrices y to dE: inspiración patriótica y de afir-
tos interiores. el gaucho no se adaptaba. Fueron sin em.: en la creatividad cultural propia que le da- mación tradicionalista. Llama la atención
Los Pueblos Trasplantados del sur, re~ bargo muy pocos y no dejaron improntas ba un perfil peculiar en el plano lingüísH- el calor nativista con que, tanto uruguayos
aultan de corrientes migratorias europeas que resalten en el tipo racial y en la etnia co y en su estilo de vida, se abatieron las como argentinos, de puros ancestros grin-
q ue llegan a América después de la Inde- resultantes. Hoy su presencia se siente so- olas migratorias. Tan abundantes fueron, gos, dicen versos del Martín Fierro o leen
pendencia, cuando la tierra ya había sido lamente en los pequeños grupos afro-ladi- que en lugar de incorporarse a la etnia en páginas de otros autores gauchescos en una
ocupada y l os últimos indios, arrinconados nos de Montevideo. formación agauchándose, o ladinizándose alienación típica del que necesita adoptar
en los lugares más yermos, estaban siendo Gauchos fueron los mestizos de india Y conforme se ruralizaran o se urbanizasen, abuelos ex traños para reconocerse y acep-
diezmados. La conquista y el dominio de español nacidos en los amplios espacios pas- dan nacimiento a otra etnia, prédominante- tarse. Obviamente, Martín Fierro es una
los valles y de las pampas, su ocupación por toriles junto con el ganado que se multipli- mente europea, con un perfil de Pueblo obra literaria de méritos extraordin2rios
el ganado y los hombres, la erección de los caba prodigiosamente. Mantuvieron por en- Trasplantado. '> que puede ser leída con gusto por todos.
primeros núcleos urbanos y la propia inde~ dogamia, sus características biológicas ori- La españolización lingüística de estos Muy distinta, sin embargo, es la actitud de
pendencia política ya se habían completa- ginales, conservando, por el aislamiento de conjuntos se . debió a que las nuevas migra- veneración con que es tratada, tanto por la
do. Esa fue la obra de los mestizos plasma- la campaña, las técnicas de subsistencia, las ciones, aunque eran predominantemente ita- derecha oligárquica vocacional y natural~
dos en dos siglos de interacción activa en- formas de organización social, la-visión del lianas, trajeron consigo un elevado número mente nostálgica, como por la izquierda
tre españoles arrancado~ de sus matrices y mundo, los hábitos y la lengua creada en de españoles, y sobre todo, a la capacidad imbuida a veces de gauchismo y un tanto
las comunidades indígenas en que se incrus- las primeras décadas por la amalgama de de los grupos urbanos y del medio rural, resistente a lo gringo.
taron. O sea, el resultado de la acción de la doble herencia guaraní y española en lo para lograr su asimilación, así como el po- Esta actitud, por otra parte, es común
una protoetnia ant erior que los inmigrante~ que tenían de .compatibles con su modo de der compulsorio del sistema de haciendas dentro de las capas dominantes de muchos
pasarían a suplantar y suceder. Estos mesti- vida peculiar. · dirigido por la oligarquía nativa, en el que pueblos americanos que rinden culto a an-
zos, fruto de la fusión de unos pocos padres La influencia dominante en la formación venían a insertarse. En esta situación, tan- tepasados · dignificad ores, como los chilenos,
europeos con una multiplicidad de madres cultural del ladino fue el puerto, que lo to los italianos como los otros europeos de los paulistas, las mismos norteamericanos.
indígenas, más identificados con aquéllo~ mantenía en contacto con el gran mundo origen no ·hispánico tuvieron que aprender Estos por ejemplo,. suelen considerarse des-
que con éstas, y que hablaban el guaram externo y lo hacía cada vez más exógeno. la lengua de la tierra e integrarse a los va- cendientes de los puritanos que llegaron al
mejor que el español, asumieron los t ipos Para el gaucho fue la campaña, la que lo lores y hábitos dominantes, a los que puede Nuevo Mundo en procura de un ambient e
de ladino o de gaucho. ligaba al país valorizando su adaptación es- imputarse lo que hoy tienen de singular de libertad para su fe y sus negocios, sin
Llamames ladinos a aquellos que vivien- pecializada al pastoreo. Los ladinos habla- los argentinos y los uruguayos frente a los tener en cuenta que en el pequeño May-
do en villorios o dedicándose de preferen- ban principalmente español; los gauchos, otros pueblos. flower no había lugar para tantos anteceso-
cia a las labores agrícolas, resultaron relati- hasta fines del siglo XVIII, debían hablar De este modo, no se formaron quistes ét- res como eran necesarios para formar la
vamente menos mestizos y más europeiza- preferentemente el guaraní, tanto en el Uru- nicos, sino que confluyeron todos a medida población posterior de Norteamérica. Sin
dos. Ello se debió al ingreso continuo de guay corno en la Argentina. Ninguna otra que se españolizaban y asimilaban, para for- embargo, para un Pueblo Trasplantado re-
españoles que venían a "hacer la América" h ipótesis es admisible dado el origen asun- mar la gente común de las dos nuev~s na- sulta adecuado atribuirse antepasados de
en esta región marginal, y que eran por lo ceño de los primeros núcleos bonaerenses, y . cionalidades a las cuales se integraron. A ese tipo. En cuanto a la imagen del gaucho
general enviados por la Corona a cumplir misionero o "paulista" de los que ocuparon esta franca asimilación, contribuyó la cir- literario de los pueblos del Sur, así como
tareas burocráticas, o simples aventureros la Banda Oriental, todos guaraní-parlantes. cunstancia de que estos contingentes, sali- la del ancestro indígena del paulista o arau~
deseosos de enriquecerse con el comercio y Esta hipótesis se comprueba indirectamen- dos de Europa antes de la plena definición cano del chileno, ella no hace más que enal-
la apropiación de los campos y el ganado. te por la toponimia de las ~ntiguas ~reas de sus nacionalidades modernas y proceden- tecer a la víctima del proceso histórico que
Orgullosos de su origen peninsular, se gauchas, casi s~empr~ de ra1z g':l~ra~I. (1) tes por lo general de zonas rurales donde les dio nacimiento corno pueblos.
situaban por eso desde sus primeros pasos La ordenacion soc1al de la regwn rwpla- se hablaban dialectos muy diferenciados, Esta incongruencia ideológica, aun más
en la nueva tierra, por encima de la p obla- tense se e~tablece sobre esta tripartición ét- aún no se habían identificado con las nue- nítida en los Pueblos Trasplantados riopla-
ción criolla. Sólo en contadas ocasiones Es- nica teniendo corno estrato dirigente al pa- vas entidades nacionales que aglutinaban tenses, es un índice de que su maduración
paña emprendió una colonización basada en trici~do ladino que reglamentaba la vida Y sus provincias, separándolos fuertes tensio- étnico-nacional todavía está incompleta.
establecimientos de población, tanto en est a la propiedad, dirigía el comercio y .la adua- nes ínter-étnicas características de las fases P.uede comprobarse no sólo en el plano Ji.
región corno en el resto de América. Cuan- na apropiándose por estos mecamsmos de de estructuración étnico~nacional. Estas di- terario sino en muchos otros. En el educa.
do ello ocurrió, tales colonos no pasaron de los frutos del trabajo común. Como estrato ferencias internas, inclusive lingüísticas de tivo por ejemplo, puede apreciarse que los
unos pocos centenares de campesinos loca- subordinado el gaucho, originalmente libre, cada grupo, los llevaron a la adopción de textos destinados a la enseñanza primaria
lizados en las áreas disputadas por Portu- per o sometido a cr::ientes co~pulsiones un idioma común que en las circunstancias y secundaria est án impregnados de la no~
gal, para asegurar en ellas la Dosesión esn~ aue orirnero lo constrmen en el sistema glo--
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CUAD ERNOS OE MARC H~
~ ~o una heroica!. filliCHttalldadl gauch~ prindpal flagelQ de }QI :indios mDioneto~~J gemonla política bonaerense. En el caso del fe de las provincias sublevadas por lO& cau-
a, pasándose por alto y no valorándose ade- y principal frontera de· e~pansión s.o bre las· Paraguay, el proyecto nacional autárquico dillos latifundistas y el reformador social
cuadamente como factqr de orgullo nacio~ praderas sureñas. Todos ellos_ gua:raní-parw logró concreción llevando al país a niveles que interpretaba las aspiraciones de 1~
nal, a los contingentes migratorios finalmen- lantes (2), todos genéticamente :más indíge- r elativamente altos de desarrollo, de los que gauchos, Artigas hirió los más hondos inte..
te mayoritarios y decisivCils en la coruigu- nas que europeos, pel'o todos configurad.o~t vendría a caer por efecto de la guerra de reses de la oligarquía territorial Inevita-
:rración actual de las dos et!)i~s nacionales también como neoame~;tca.t).ps y que ejeJ;cia.n la Triple Alianza. En el caso de la Argen- blemente, terminó abandonado a su suerte
riopiatenses. . el papeJ de elemento$ de ~hoqu._e. y de. ex~ tina y del Uruguay, el conflicto que pare- con sus pocos gauchos e indios fieles. Corno-
La asunción de un_a pose europea se perQ pansión del dominio. europeo (3). Lo$ con... cía reflejar la tradicional oposición rural- era previsible terminaron por aliarse en con.
Clbe en la valoración que la clase dominan- flictos en_tre asunceñps y, mi::;ioneros, y en- urbana de todas las sociedades, excedía no tra suya las fuerzas de los unionistas de los
te hace de lo que es francés e inglés, en tre ambos y los· "paulistas~"·, y, de t.o dos COI). obstante, ese límite. Aquí estos componen- puertos y de los federalistas de la campañ'a,
el cultivo de hábitos, modas, y actitudes lo.s ocupantes nativos del territorio urugua-. tes se oponían más frontalmente porque las ya que era quien efectivamente amena-
parisienses y británicas y últimamente nor• yo y argentino estallaron much~s veces ~n. ciudades en lugar de convertirse en núcleos zaba el orden vigente, propugnando la d~,
teamericanas, lo que resulta igualmente a~:­ asaltos sangdentos,. creando en toda. la r.e- de comándo autónomo de la sociedad o en tribución de las tierras fronterizas no a lo&
tificióso en consideración a la. composición gión, por largos períodos, un cliJna de_ e&,. centros difusores de una civilización autén- caudillos latifundistas, sino al .gauchaje.
real de la población. Este hecho más que. trema tensión cuando no de guerra·. Las p0- tica, se habían transformado en unos reflec- Vencido Artigas, se estableció progresiva-
cualquier otro pone de manifiesto la inca- blaciones forj~das en tal ambiente, desax:ro- tores del mundo europeo y en agentes de mente el ordenamiento ladino-comercial y
pacidad t odavía prevalente de aceptar su llaron actitudes militares, tanto en. las ea,. dominación económica sobre el área. oligárquico-latifundista que impuso prime-..
propia historia para extraer de ella, los ele- pas gauchas más humildes, como en las je~ En el centro de esta oposición actuaba ro la obediencia de los gauchos por toda2
mentos. motivadores de la- integración na- faturas caudille~?cas. otra que enfrentaba al patriciado ladino es- las formas de apremio, y más tarde, su $Us~
cioo~. - Otra oposición. se desarNll6 progresiva- _ tablecido en las orillas del Plata y la oli- titución como fuerza de trabajo nacional por
En la constitución de los Pueblos Tras~ mente entre nativos y peninsular~s; es de- garquía agraria -empeñados ambos en sen- inmigrantes europeos, al siu:gir la economía
plan~adoa c:lel Sur. apreciamos varias oposi- cir entre los hijos de la t-i erra, mestizos, y tar las bases de una economía de ex porta- de exportación de cereales.
ciones de ~to interés explicativo en virtud americanizados en su esfu~rzo d~ adapta-: ción de carne- y los gauchos que vivían La oposición siguiente consistiría en es.
del pa.pel de.núcleos dinámicos que las mis-: ción a las nuevas condiciones de vida, y los.· libres en los campos. Mientras solo se ex- te proceso de sucesión ecológica, que al dar
mas _citimplieron sucesiva o simultáneamen- españ oles que v.enían, primero, ·a _ocup.at los. portaban los cÚeros, su modo de vida podía al inmigrante todas las oportunidades d@
te en todo el proceso históricQ. cargos de dirección política, administrativa;. ser tolerado ya que tenían un papel que trabajo y de ascenso social. en el nuevo sis~
La primera de ellas contraponía a los y después, a controlar el comerció medj-an- cumplir en el sistema económico y un lugar · tema productivo, pastoril y agrícola, despla-
mestizos. neoamericanos guarani-parlantes te el monopolio de las exportaciones e im- en la sociedad naciente, como fuerza de tra- zaría a los gauchos y a los ladino» pobres.
descendientes de padres europeos y madres portaciones, o a beneficjarse de o.tros. privi,. bajo y de guerra. En la nueva fase el gau· La principal característica de este proceso
indígenas, a las pobla'::iones tribales. En el legios concedidos por la Corona. · cho sería marginalizado y compelido a la es su intencionalidad. La mis:flla lo hace uno
transcurso del proceso de formación étnico- Las luchas para. poner fin a estas contra:- disciplina del trabajo en las estancias. Las de los raros casos históricos en que una cla-
nacional esta oposición, dio lugar tanto a dicciones presidieron la cámpaña indepen.. luchas generadas por esta oposición fueron se dominante se vuelve tan profUn.damen~e
enfrentamiento.s sangrientos llevados a ca- dentista cumplida por los ladinos y dirigida: moldeadas; por la contingencia en que se alienada de su propio pueblo y alcanza un
bo pa.ra barrer a los indios hostiles de las por su capa dominante de acue_rdo a s_us in:- encontraba el gaucho de integrar como sol- poder de determinación tan opresivo, (1Ue
inmediaciones de los establecimientos neo- tereses. Se agravó entonces otr.a contradk-.· dado la hueste de un caudillo que era a la se propone nada menos que sustituirlo por
amedcanoJ, como a formas compulsivas de ción que aunque generada mucho antes, h.a:- v ez el dueño de la tierra, por su incapaci- "gente de mejor calidad" dentro de su pro-
competencia ecológica y económica, que bria de estallar después de la indepen.d~nflia dad histórica de proponerse un proyecto yecto fundamental de construcción de la
acabaron por diezmar l os núcleos indígenas y que se presentaría bajo la foz:m.a de trea; propio de lucha. Esta confluencia de tensio- nacionalidad. En las oligarquías de los Pu•
independientes o por confinarlos en los te- proyectos opues.tos referentes a. la ordena- nes diversas hizo del gauchaje el reposito- blos Nuevos se encuentran muchas vece~
rritor ios más apartados y desiertos. Hoy en ción de la nueva sociedad nacionaL Ellos fue- rio de donde la oligarquía agraria reclutó actitudes paralelas y hasta proyectos espe-
la --A rgenfula, apenas sobreviven en áreas ron: el proyecto del patriciado m;bano q_ue las tropas necesarias a sus combates para cíficos de sustitución del propio pueblo por
marginales; sobre todo chaqueñas, unos po- aspiraba perpetuarse en el control del c(!)•. expandir las fronteras y para las luchas fe- contingentes europeos. Ninguna de ellas.
cos indios profundamente acultur.ados~ To- mercio exterior y la aduana, cor¡. que se ha-. derativas, pero eso mismo permitió que el con todo, pudo llevar a cabo su proyecto
dos los· demás fueron exterminados. bía enriquec_ido; el proyecto de la oligarquí;t gaucho sobreviviera algunas décadas más en con la congruencia y profundidad con que
La segunda oposición enfrentaba a las . territorial de las provincias, federativo y el doble papel de peón y de soldado. este objetivo fue alcanzado en el Río de la
tres matrices básicas neoamericanas de las propugnador de una descentraHzación que- Sólo uno de los caudillos dio expresión Plata.
p oblaciones rioplatenses, de las mediterrá- favoreciera más a la econmnia de las prq.- ideológica a las dos tensiones, buscando sin- . A los ojos del patriciado ladino, rector
neas entre el Paraguay y el Uruguay, y de vincias; y finalmente, el pro¡yecto na.c ional- tetizarlas; a un tiempo federalista -mani- del proceso, el gaucho- - "ese hombre salo
la neobrasileña extendida desde San Pablo autonomista del Paraguay., de Fra:ncia y <te festación de las aspiraciones de autonomía vaje de chiripá y espuelas"- no podría l'iler
al Rio Grande del Sur. Tales eran, prime- López. de las provincias frente al dominio y la ex- jamás el ladrillo adecuado para erigir -¡,:¡na.
ro, el núcleo de Asunción y sus brotes ins- En los dos casos, las oposiciones ~ re- plotación porteña y montevideana- y re- náción. Uncidos al carro del liberalismo au.c
talados en el área, inclusive Buenos Aires; solvieron mediante un pacto entx:e la~ éli- formista, propugnando la reforma agraria ropeo, maravillados con la fórmula del gc>=
segundo, las misiones jesuíticas que se esta,. tes urbanas y las oligarquías agradas, fren .. que daría asiento y medio de vida a las bierno republicano establecido e.u Norte-o
blecieron en el Guairá, bajaron después a te a las amenazas que- surgieron d-espués poblaciones de la· campaña. Este fue Arti- américa, atribuyendo su riqueza y ¡;abidu~
la región de los Tapes y permanecieron fi- para sus intereses comunes, ®ndo como r~­ gas, por esta razón proclamado héroe na- r ía a las cualidades de la '7a.:m a.~:~.glosajO=>
nalmente en las orillas del Uruguay; y en ' sultado la CG>nsolid{lción del monopolio de cional de los uruguayos, luego de muerto na" expresaron en el lema ....ei:vil~u ül poo
tercer lugar, l os 41mamelucos. paulistas", la ti~rra en. roanos de· los c.audiUos y la h~- m el exilio. Queriendo ser a un tiempo el je.. blw,o''• el proyedo d~ ~U$tlti.i.Ü' el g;a~e
sa de la Iglesia de cristianizar y asegurar lioso. La leche ·se:rvía para hacer queso y y montes de las regiones por las que el ga-
~~ativopor "gente de mejor caliC:lad". era la base de las comidas más apreciadas. nado se diseminara. Conserva, por igual la
Examinaremos seguidamente en forma un retugio a las poblaciones indígenas so-
bre las que pesaba la amenaza de esclaviza- Los primeros rebaños aumentaron sufi- aversión guaraní a los indígenas de otra.c:
sumaria, . las etapas fundamentales de la cientemente como para ser divididos en dí- castas tribales.
formación de los pueblos rioplatenses. Nos ción por parte de los pobladores europeos,
y organizarlas · con bases nuevas capaces de versas estáncias . de media legua por una y La competencia y la lucha ~bierta entre
detendremos primero en el desarrollo del media qUe fuéron concedidas al principio en los gAUchos y los ladinos, y entre ambos y
núcleo paraguayo del que derivó la proto- garantizar su subsistencia y progreso. Expui-
sados los jesuitas de los territorios espé'ñO- los campos pr9ximos t1. BueMs Aires. be los indios misioneros y tribales, estalla tem-
etnla original, y después, en el proceso de allí y de los otros núcleos, huyeron muchas pranamente, durando hasta la liquidación
sucesión que la transfiguró dando origen a les (1767) bajo la acusación de que estaban
estructurando una "República Cristian:-" veces al campo libte donde se multiplicaron de las misiones y la extinción de las tribus.
la formación de la Argentina y Uruguay co- como ganado "cimarrón" junto a caballos y Pero, por un tiempo largo, los tres contin-
que más adelante se independizaría, las mi-
mo Pueblos Trasplantados. siones desaparecieron en contados años, asal- perros igualmente salvajes. gentes neoamericanos crecieron mientras lu.
l. ASUNCEf'IOS Y MISIONEROS tadas por la burocracia colonial, por ]os A mediados del siglo XVII debían su- chaban, componiendo núcleos ladinos o gau.
asunceños y por los "mamelucos paulistas", y nar millones de cabezas, la mayor parte chos que originalmente también hablaban
La ocupación europea del Río de la Pla- ex profeso desorganizadas para abolir ar¡ue- arisca, cuyo disfrute pasa a ser libre; pri· guaraní, en Buenos Aires, Entre Ríos, Co.
ta no se hizo a partir de núcleos instalados llas características consideradas comun:zan- neto mediante rodeos destinados a reunir rrientes, y otras provincias. Culturalmente
en su desembocadura como podría esperar- tes. Ya a fines del siglo XVIII los ind,io:> las tropas y condu~irla.s a las estancias para eran comunidades en lo esencial indígenas
se. Se cumplió desde un punto situado en · misioneros se habían dispersado; habían si- uaquerenciarlas"; luego por medio de ver~ por la lengua que hablaban, por lo que cul-
las riberas del río Paraguay, en el interior do esclavizados, y llevados a regiones leiCl- daderas cacerías realizadas por el único ih- t ivaban y comían, por las artesanías textiles
del continente: la ciudad de Asunción. N a· nas, se habían disuelto en el mundo de los terés del cuero y del sebo, tal era la profu- que fabricaban. Con el tiempo se vuelven
cida como asiento de aventureros español es sión. Inmensos rebaños colmaban los cam~ más occidentalizados por la masa de ele•
gauchos, o se habían refugiado en los bos-
que buscaban la sierra de Plata, cuya su· ques esforzándose por reconstruir la vida pos en todas las comarcas, desde el Chaco mentos europeos que absorbieron, tanto en
puesta existencia ya había dado nombre a tribal mientras que sus tierras y ganados paraguayo y la Pampa argentina a las cam~ plano genético por la miscegenación, como
la región entera. Desde allí se harían hacia · pasar~n a las manos de los nuevos dueños. piñas uruguayas, llamadas entonces "vaque- en el social por la destinación histórica de
el interior las expediciones de Alvar Nuñez La tercera matriz se constituiría con los rías del mar". fuerza rlisociativa de las unidades tribales
(1542) y de !rala (1548), en procura de las Para los indios chaqueños, así como pa- independientes; y en lo cultural, por su es-
míticas riquezas de que hablaban los indios, pocos españoles y sus mestizos que fueron
trasladados de Asunción para fundar Bue- ta los de las plahicies onduladas del Uru- pañolización lingüística, la cristianización y
y que se vino a comprobar luego que no guay y de la Pampa, la ganadería salvaje finalmente, la adopción de todo un amplio
nos Aires como nuevo punto de poblamien-
eran otra cosa que las minas de Potosí ya era una caza nueva, prodigiosamente abun- aporte de elementos culturales ibéricos.
to y como puerto de comunicación con Es-
descubiertas y aprehendidas por España dante, más grahde y mejor que cualquiera Prácticamente estos neoguaraníes, sólo
desde la ruta del Pacífico. El campamento paña.
1. - La región rioplatense y todo su de las nativas, que había invadido todo el tuvieron que retroceder frente a dos gru~
original se transformó en un villorio mesti- contorno como una promesa de hartura ina- pos: uno compuesto por los indios chaque-
zo y un día rehizo el camino de regreso, enorme hinterland descrita por los des-
cubridores como "tierra de ningún prove- gotable. Algunas tribus vieron en las nue- ños Guaikurú, Mbayá, Abipon y Mocobí y
poblando el Río de la Plata. cho" nace a la civilización con la introduc- vas especies solamente una caza más rica. por los canoeros Payaguá, de la misma f¡..
Con Asunción surge el paraguayo, PY· Otras -imitando al español- domesticaron liación lingüística, los cuales haciéndose ji-
ción 'del ganado bovino en la segunda mitad
nambí. por el cruzamiento de aquellos po- a su manera los caballos y los vacunos, sal- netes y exploradores de rebaños salvajes,
d<>l siglo XVI. La primera tropa fue traída
cos españoles de las expediciones de con- de San Pablo en el Brasil, a través de cien- tando así de uha economía de cazadores y fueron capaces de contener su expansión
quista con las indias guaraníes de la zona. tos de leguas de territorios vírgenes hasta recolectores al pastoréo, sobrepotúéndose y aun de vencerlos; el otro formado por los
Tal como los "mamelucos paulistas", se uí a las otras ttibus, ptincipalmente a las indios misioneros dirigidos por los jesuitas
identificaron con la etnia del padre oponién- Asunción donde se reprodujo bajo la vigi-
lancia de sus pobladores. De este ganado agricultoras- e imponiéndolés su dominio. y organizados en comunidades autárquicas
dose a la de la madre. Pero hablaban la len- Este :fue, sobte todo, el éaso de los Gualkur\Í con régiones distantes.
gua materna y proveían su subsistencia me-
paulista criado en el Paraguay salieron los
primeros planteles, primero ha~ia ~a mes?- en la área paraguaya y de los Araucanos en La aniquilación de ambos, sólo se logra..
diante técnicas esencialmente guaraníes. l.a Pampa argentina. ría con la colaboración indes-~ada pero con-
potamia argentina (1588) y medw s1glo mas
Terminaron por constituir una nueva etnia Con el ganado surgió un hombre nuevo, veniente, de sus émulos brasileños: los "ma.
ya no europea ni indígena sino neoamerica- tarde para las misiones jesuíticas del alto
na. El núcleo de Asunción se multiplicó y Uruguay, expandiéndose por la región ,en~e­ el gaucho, proveniente de las poblaciones melucos paulistas". En tanto que las prime-
ra multiplicándose en forma astron0mlCa neoamei'icanas c;le Asunción y Buenos Aires, ras misiones jesuíticas crecieron y se enri-
vivió por décadas una existencia mixta de
labranza y guerra, siempre prontos sus ha - er: la vastedad de aquellos campos cubiert<'s
de pastizales y cortados de aguadas. (4)
reclutado entre los mestiZos, los indios gua~
ranizados y misioneros. En la multiplica-
quecieron, ya en el siglo XVII, los paulis·
tas se dedicaban a asediadas para capturar
bitantea a dejar IUS sembrados para enfren- ción del hato salvaje, tenia su condición de y esclavizar a los indios destribalizados 1
En las primeras décadas, el ganado de
tar los ataques de indios bravíos, o inva~io­ espec;ializacidh ecologica y de expre!;;ión co- robar su ganado y las joyas de sus iglesias.
U81 de tlroamelucoa paulistas", y más tarde,
Asunción como el de Buenos Aires, consti-
tuía el bien público de mayor valor, y aquel mo tipo étnico. Al poco tiemp0 se diferen- Estos asaltos de saqueo y captura de escla-
lu imposiciones inoportunas de las autori- cuya propiedad y usufructo más se discu- cia del criollo pyn~mbí qe Asunción y del vos, obligaron a las misiones a trasladarse
dades espaAolal o argentinas que querían ladino rioplatense para destacarse cómo una varias veces, a costa de inmensos sacrificios.
tía. Se carneaba únicamente vacas y bue-
10meterlos. yes viejos. El cuero era materia prima em- c.onfiguración sociócultural nueva. Proba- Los paulistas se dirigieron al Mato Grosso,
El1 el oriente paraguayo, una segunda
matrls 8tniea nacional se formaría con un pleada en mil usos. Las lámparas ~e. sebo blemente con$et'Vara el guaraní como len- Brasil, para explotar las minas de oro de
daban la mejor luz. El buey de serv1c10 era gua materna, tal como ocurriera con el,.ma- Cuialaá, aliándose allí con los indios Gual•
~ distinto, resultante de la acción de meluco paulista•í y la difundiera dando kurú con los que hacían trueque de sus ga·
ia Compai'Üa de Jesús. Sus misiones para- empleado en la labranza y aseguraba todo
~ari Q'O~en la tentativa m~ ~lto-. el transporte terrestre; era el bien más va- nombres en esta lengua a casi todos los ríos
.....
nados por baratijas 1 alcohol y a loa que
lanzaron contra Asunción, y al final domi- bajo, en un sistema distributivo .que pre. ganados de las misiones; o en el mejor de
miaba o sancionaba la devoción y la produc. belde o una nacwn independiente. Final-
nándolos también. los casos fueron a engrosar las filas de los
2. - Los jesuitas llegaron a tener 30 tividad, pero con ausencia de la propiedad mente, se afirman. c.~mo nacionalidad luego
gauchos más pobres. de una larga oposicwn a Rosas, quien para
misiones en el Paraguay. Sin embargo, so- privada de I'a tierra y de la esclavización ..., ~a J?~triz asunceña de los pynambis y forzarlos a aceptar la jurisdicción argenti-
lamente algunas de ellas alcanzaron un al- personal del trabajador, se aproxima mu- la JeSUlhca de los misioneros. terminaron na, düicultó aun más sus contactos con el
to grado de organización abrigando a milla- cho más a la formación teocrática de los por fundirse dando nacimiento al neoguara- exterior por el Río de la Plata.
res de indígenas. N o sólo compusiero,n los Incas, y a otras tantas civilizaciones basa- ní moderno, que presenta todas las caracte-
primeros núcleos económicamente podero- das en la agricultura de regadío, que a las rísticas de Pueblo Nuevo formado por la Esta larga incomunicación y una serie
sos de la región, sino que fueron matrices formaciones capitalistas-colonialistas basa- deculturación de las matrices originales y de gobiernos autocráticos y patriarcalistas
de una formación socio-cultural nueva - la das en la empresa priv~da, en el monopolio por su sujección colectiva como área de do- como el de Francia, seguido de la orienta-
misionera- que habría dado otra fisonomía de la tierra y en la esclavización de la ma- minación merc~ntil europea. La supervi- ci.~n autá~~uica de los dos López -padre e
~ los pueblos rioplatenses si no hubiese sido no de obra. La coexistencia de las dos for- vencia del guaraní como lengua materna y hiJO-, hicieron del Paraguay una nación
diezmada y dispersa cuando estaba en ple- maciones en la misma área era impractica- de las técnicas indígenas de agricultura de a~tosuficie';te, apoyada en la pequeña pro-
no florecimiento. ble, motivando codicias y generando con- "~oivara", del cultivo del maíz, de la man- piedad agncola y en un activo artesanado
Los indios pa,cificados y atraídos por los flictos, al fin de l os cuales prevalecería la diOca, y de otras plantas, el uso de bienes incipientemente mercantil. Sobre esta eco-
religiosos, se instalaban en aldeas que, gra- formación históricamente más avanzada, tales como el mate y la hamaca de dormir, nomía natural, premonetaria en sus princi.
cias a su propio trabajo orientado por los aunque más deshumanizada. así como el mantenimiento de un cuerpo de pales ramos productivos, mediante el con~
jesuitas, se iban transformando en villas. Controlando centralizadamente la econo- creencias y hábitos tribales, les asegura una trol oficial de la exportación de la yerba
En torno a una plaza central cuadrada, se m ía de todas las misiones, con centenas de fisonomía peculiar y arcaica. A esta matriz mate, de los cueros y de las maderas finas
edificaba la Iglesia y la residencia de los miles de indios, los jesuitas terminaron por indígena se sumarían las contribuciones eu- y el cierre del país al comercio y a las fi~
padres -muchas veces en magníficos edi- hacerse grandes comerciantes, dueños de. ropeas, principalmente la ganadería, algu. nanzas internacionales, los López consolida-
ficios de piedra ricamente labrada- la es- millares de cabezas de ganado, de enormes nos cultivos y técnicas nuevas y la reorde- ron una política estatal que convirtió al país
cuela, el almacén general, la casa de hués- provisiones de yerba mate y de víveres en nación social como fragmento de una econo- en una isla de autonomismo económico y de
pedes y la casa de l os jóvenes, en edüicios general, así como de la gran producción mía mundial, que suple muchas de sus ne- autoafirmación política en América Latina.
más pobres. Cada familia indígena residía artesanal de telas. A fin de comercializar cesidades, y que en cambio exige una pro- Sacando ventajas de su aislamiento el
en uno de los alojamientos dispuestos en en mejores condiciones esta producción lle- ducción mercantil que absorbe gran parte Para?uay c~nstruyó el _primer ferrocarril y
amplias construcciones de palo a pique o garon a tener navíos propios de alto cala- de su fuerza de trabajo. la pnmera lmea telegrafica de América La-
de adobe, abiertos a una galería cubierta. do. Tal prosperidad en el océano de la po- 3. - El neoguaraní paraguayo forma ' con tina bajo el control del estado, al contrario
La tierra era dividida en lotes que se breza paraguaya y rioplatense, suscitaría el ladino y el gaucho rioplatense, tres va- de las iniciativas similares qu e se multipli.
alternaban periódicamente para la labor, finalmente poderosas codicias que contribu- riantes de una única protoetnia. Los distin- caban ·en el continente, todas ellas organi-
asignados a las familias que debían sacar de yeron en forma decisiva a la ruina del sis- gue la orientación de los neoguaraníes prin- zadas por empresas concesionarias británi.
ellos su sustento pero, depositando las co- tema jesuítico. Por otra parte, el proyecto cipalmente hacia la agricultura y el arte- cas. Con idénticas bases se construyeron
sechas, como medida precautoria, en el al- ignaciano, aunque no fuera movido por el sanado; de los ladinos a la vida ciudadana fundiciones, astilleros, fábricas de instru-
macén común. Las mejores tierras de la- irredentismo y por el carácter comunizante y el comercio, y del gaucho al pastoreo es- mentos agrícolas, de armas y municiones
branza eran reservadas como iupambaé de que lo acusaban, se oponía como vimos, J?e:ializado. Todos se ligan empero, a un textiles y hasta de papel. Encima de esta in~
("cosa de Dios") y trabajadas colectivamen- tan frontalmente al plan colonial y a su umco tronco formativo como resultantes de fraestructura se organizó un ejército que
te. Su producción mantenía a los padres, ordenación oligárquica que düícilmente po- un solo proceso de ocupación y colonización era probablemente en 1865, el mayor y uno
funcionarios, artesanos y a los carentes de drían coexistir misioneros y ladinos. del área que envolvió sobre todo a españoles de los mejor armados de América del Sur
recursos o incapacitados para el trabajo y Sin embargo, más que una acumulación · y a indígenas guaraníes deculturados como En tiempos de paz los soldados se ocupa~
además servía para socorrer a la comuni- de riquezas, las misiones eran un sistema partes recíprocamente complementarias de ban en obras civiles, como construcción de
dad en caso de necesidad. El ganado, la productivo. Una vez derrocado, el indíge- una misma sociedad en formación. Configu- vías férreas, canales de riego, puentes ca-
yerba mate y la fabricación de paños tam- na misionero se hundió en una vida tan mi- raban, así, una protoetnia capaz de madu- minos y tendido de líneas t elegr áficas 'ade-
bién se consideraba iupambaé. proveyendo serable como la de aquellos que no habían rar como etnia nacional dominadora de to- más de las industrias estatales y de las ~bras
los artículos que los jesuitas negociaban pa- sido conducidos a los refugios 'jesuíticos. da la región, si los hechos históricos poste- públicas.
ra adquirir todo lo que la misión necesita- Quizá se vio sometido a peores condiciones, riores no la hubiesen desfigurado y sumer-
ba importar como herramientas, sal y or- ya que como productos de una asimilación Se afirma además de López que alfabe.
gido bajo el alud de otras formaciones. tizó. ~as~ la totalid.~d de los paraguayos, que
uamentos religiosos. artificiosamente llevada, los indios reduci- Las luchas que siguieron por décadas a
Cada misión mantenía escuelas para ni- dos de origen no guaraní apenas se habían envio cientos de Jovenes a estudiar o cum-
la independencia, seccionando el Río de la plir períodos de aprendizaje en Europa, y
fios y niñas, donde los m,:;jor dotados apren- guaranizaao, y düícilmente podrían compe- P lata en varias provincias autónomas en
dían a leer y los mas hábi,les eran iniciados tir con los ladinos. aun por las posiciones que co~trató especialistas europeos y nor-
permanente conflicto, agrava el aislamien- teamericanos en un esfuerzo extraordinario
era un oficio y se hadan carpinteros, tejedo- más bajas detentadas por las capas más po- to de los neoguaraníes paraguayos, ya na-
res, alfareros, pintores, escultores y has- bres, pero sin embargo, libres. De este modo por formar un cuadro de comando técnico
turalmente segregados por su condición me- Y militar para el país. Simultáneamente
ta orfebres. Algunos chiquillos indígenas pasaron de comuneros primero, a esclavos diterránea. Treinta años después de la in-
aprendían español, y unos pocos, destinados en los cañaverales del Nordeste brasileño, enardeció el valor nacional guaraní, trans~
dependencia argentina, no quedaba todavía formando su pueblo en un Herrenvolk dis-
al sacerdocio, estudiaban también latín. To- cuando eran capturados y vendidos por los definida la posición del Paraguay en el sen-
da la estructura misionera -basada en la "mamelucos paulistas"; a siervos bajo el yu- puesto a expandirse sobre sus fronteras bra-
tido de si era una parcela sobreviviente de sileñas y argentinas a fin de r omper su ais-
organización colectiva de la fuerza de tra- go de los que se apoderaban de las tierras y un virreinato inexistente, una provincia re~ lamiento y alcanzar mayores dimensiones
CU4Q.&RNQ8,9K MARCH~ I"''IYMI!IRQJ • 1 OCTUiiUUi t.aC7
I"AQ. U'
~a bajo el comando del mariscal 1t . GAUCHOS Y LADINOS
J'ranclsco Solano López. aprenQi6 el uso d~ la boJeadora (cuerda de A medida que la lucha se ensafla 1e e.
El Paraguay se lanza a la guerra contra La suerte de la fracción gaucha de la ~uero de dos o tres puntas rematadas en pecializan unos y otros. Los ladln~ orga.
11 Brasil -invadiendo territol'ios fronteti- etnia original rioplatense y paraguaya, s~­ bolas de piedra envueltas en cuero) con la nizan tropas regulares, instalan fortines ea
sos del Mato Grosso- en la esperanza de ría menos espectacular, pero lós llévatÍj¡ que el indio trababa la ~arrera del ñandú los puntos más avanzados a fin de asegurar
qué representaba la causa de lO$ pueblos por iguál a la extinción. y q.ue pasa a ser uno de los principales ins- la ocupación de los campos. Los grupos de
del interior y en ht expectativa de qué és~ Los prim~ros nú~Iebs gauchos t iopláten- trumentos d~ ca~a de las reses chúcaras. indio$, vueltos por efecto de la persecución
tos •• aublevaran junto a él contra Buenos ses tuvieron el mismo origen qtte el t\eo. Originario de todas estas matrice::;, el sistemática, bandas dispersas, arrojados más!
Aires y Montevideo, sus tradicionales opo- guaraní en cuanto descendientes de coloni- gaucho e~ la contraparte humana del pasto- allá del confín ganadero, parten de allí en
;itores, y contra e] imperio brasileño que zadores venidos de Asunción. Crecieron juh· ;reo s~lvaje d~ las pampas y campos riopla- malones para atacar de sorpresa las estana
disputaba también el control del Río de la to con el ganado en aquellos primeros vi. tenses. Vive recorriendo los campos en ca- cias apartadas, los caseríos del desierto o
Plata. Lucharon solos, puesto que tanto Ar- llorios famélicos sirviendo a los pocos pe. l>algatas, abatiendo el "ganado de nadie" las caravanas de carretas que cruzaban los
gentina como Uruguay se pusieron de parte ninsulares y a los criollos enriquecidos, or- dQnde le ~onyiniese¡ carneando para "chu- campos. Es una lucha sin tregua en la que
del Brasil. Habían desaparecido ya como gullosos de la nobleza de su estirpe y d~. su - rrasq'Uear" lo que le apeteciera y vendien- uno a uno van siendo arrasados los toldos,
fuerza actuante capaz de una reacción mi~ blancura, aunque no en tal grado qlte im- do l9s cueros a los pulperos de campaña o sin que :;e hiciese ningún esfuerzo de paci-
litar, todos los caudilios que habían comba- pidiese que sus machos se hid~sen tambi.ért a lofl contrabandistas. A veces se coloca co- ficación.
tido la hegemonía bon~erense y que hubi~ procreadores con cuantas indias y mestizas mo pe6~ tefllporario para las vaqueadas li- El ordenamiento legal de la ocupacfó!l
ran podido levantar al gauchaje en apoyo pudiesen. En realidad, aquella gente ibéri- pres destipadas a juntar grandes cantida- humana regida por Buenos Aires y Monte-
del neoguaraní. ca no podía ser fanáticamente blanca y des de cueros, o acampa en los latifundios video, se verifica por medio de concesiones
El pueblo paraguayo fue aplastado des- opuesta al mestizaje denpués de mezclarse pe los estaneieros ricos por el gusto de par- de tierras de 100, 200 y hasta 500 legua1
pués de varios años de lucha. Su combati- durante siglos con moros y afticanos en la ticipar en .rodeos como si fuera una acti- cuadraaas, a los pat ricios ricos que se pro-
vidad instigada por la fanática determina· frontera avanzada de Africa sobre Europa vidad d~portiva. Siempre puede salir campo pusieran ocuparlas. En realidad, solamen..
ción de López, puede apreciarse comparan- que es su t>enínsula. afuera cuando lo desee,. manteniéndose li. te muchos años después serán logrados par.
do los dates de los censos nacionales de El desvelo expreso en muchos documen- bre P sometiéndose vohmtariamente, como cial y sobre todo socialmente los propósitos
1853 1 1871. En aquei primer año ant~ tos del siglo XVI, por obtener de España :;9ld~do, por un vínculo personal de lealta,d, de ocupación efectiva y de fomento econ~
riot a la guerra, los paraguayos sumaban el "remedio" del casamiento con algán es- pero siempre más en calidad de acólito que mico procurados co.n tan generosas donacio-
1:337. 489; én 1871, restaban apenas 222. 079 pañol, de las hijas de familia que enveje- d~ servidor. Contrasta _por e:¡ta independen- nes. Las mismas funcionaron más que na-
de lo1 cuales 28.746 eran ancianos o invá- ' cían solteras a falt:a de "hombres buenos", cia con el pampesino l<t.dino que se deja da, como un mo!J.opolio de tierras que con-
lidos, 106.254 mujeres y 86 .079 niños. Al indica que sus hermanos se conformaban atar al villorio y a la labranza o que se duciría fatalmente, al monopolio del gana.
margen de tantas vidas el Paraguay perdió con las de la misma tierra, de preferencia coloca al serv~c~o de las estancias como peón do y a la conscripción de los hombres, po-
la mitad de su territorio original. Sólo en con las indias del tronco guaraní que lds f!Ubalt.flr~Q. niéndolo todo al servicio de aquellos que
1950 -casi un siglo después- volvería a primeros colonizadores encontraron en las La lucha abierta con el indio caballista controlaban las fuentes oficiales del poder
rehacerse su población de antes de la gue- islas y costas de los ríos Paraguay, Uru guay sólo se de~ataría al ralear los rebaños, con y el comercio de la col~ia. La contraparte
rra de la Triple Alianza. En este período, y de la Flata. A estos contingentes origina- la en,trada de los brasileños en la disputa de esta ocupación latifundista era el ham-
la población de América Latina había cre- les se agregaron los indios misioneros, afi.:. ele lªs Vl!.Cas y los cueros, con la fijación bre de tierras de una población que se mut.
cido prodigiosamente, quedando el Paraguay cionados a la vida pastoril, aun antes de· 1a de 4~a front.~ra y con lo~ esfuerzos de limi- tiplicaba por los campos, y que era obligada
que detentara antes una posición de van- diáspora provocada por la destrucción de· tació~ del disfrute ele acuerdo a los inte- a concentrarse en núcleos confinados en los
guardia, en un eno1·me retraso. sus refugios jesuíticos. Y más tarde, los pro- :re$es qe la oligarquía rural y del patriciado. retazos desocupados, como islas humanas en
El Paraguay ha sido, sin embargo, en el ductos del mestizaje con los indios de la ~n la pr~mera etapa del conflicto, se vol- el mar del latifundio.
orden social y económico, un experimentó marge11 oriental -chatrúas, mlnuanes y ~arían todos, ladinoa y gauchos, contra los La ordenación oligárquica, sólo se cuma
demostrativo de la potencialidad de la pro- otros- que, de recolectores y cazadores se· fpdios. Frecuentemente, tanto en Argentina pliría, sin embargo, a largo plazo.
toetnia neoamericana, de lo que podrían minóniades se hicieron jinetes y· dueños de ~omo el} Uruguay, partidas armadas reco- Por mucho tiempo, la única riqueza se-.
realinr los Pueblos Nuevos 'de América La. los campos y del ganado que en él se tnul- rrieron ¡os campos desbaratando . a los . in- guiría siendo el ganado chúcaro, que ere-
tina, si fueran llevados por una orientación tipilicaba, al mismo tiempo que se guara- dígenas, asaltando sus tolderías, diezmán- cía libre en la campaña donde debía ~Ser
autonomista. El apartamiento respecto a la nizaban. Su dominio en ciertos paraj ~S era dolos. Era prec~l¡lo limpiar los campos de cazado, Libre era su disfrute para quien
expansión Imperialista europea que siguió tah incontestable que a fines del siglo XVII sus ~ntiguos ocupantes humanos para que fuera a buscarlo en los desiertos en que
al período colonial, no significó pabreza y estos indios de las "vaquerías del mar" lo· <!n ellos Cl'eciese mejor y más controlada- se hallaba. Y quien podía hacer esto era
atraso, sino por el contrario, progreso téc- graron establecer, un modus vivendi con los .~ente el gª11ado. El indio reacciona y lle- el gaucho.
nico y económico y desenvolvimiento cul- corambreros neoamericanos, cobrando dete. va ~us ataques a cqantos núcleos poblados Los cueros eran negociados en las pul·
tural. La capacidad civilizadora del neogua• chos de "cuereada" y admitiendo en sus tol~ puede, di!icultando el acceso a los territo- perías a cambio de los pocos artículos mer-
raní, del ladino, del gaucho, así como tam- dos algunos fugitivos que se casaron en~re r ios más apartados y la vigilancia de la cantiles que interesaban al gaucho -yerba
bién del llanero venezolano, del cholo del ellos y procrearon descendencia ya gaucha. frontera. Algunos se asocian a los brasile- mate, sal, fósforos, caña. tabaco, cuchillos,
altiplano andino, del eepero mexicano, del Indios de gl'upos tribales é indios gua. fiqs qu~ bajaban de Río Grande del Sur a arreos metálicos y pocas cosas más- o en
moniuvio ecuatoriano, del huaso chileno, y ranizados en las misiones y sus mestizos 1~ Colonia del Sacramen\o -cop lo que los ranchos de los estancieros-comerciantes,
del neobrasileño, quedaría demostrada con agauchados, por la convivencia en medio .Portugal disputaba a España el dominio yendo al final, a ios puertos ae exportación.
una elocuencia que no se repetiría hasta de los conflictos, se interinfluencian y mis. ~obre el área- o que atravesaban la fron- Una pequeña parte pasaba por el mecanis.
nuestros días. cegenan profundamenté. Así, el gauehó' tera para negociar cueros y reses por he- mo' aduanero del monopolio colonial, lo de.
rramientas y arma1. mas era contrabandeado a travéa de lot
puestos instalados a lo largo de los caminos que se volvía propiedad de los que se ha- Estas luchas siguen a la independencia poner el rostro y el cuerpo de la nación,
que bordeaban las costas. bían apropiado de las antiguas tierras fis- t1810) y llevan al antiguo Virreinato del Río inspirados por ideales europeos y por la
Con la apropiación de las tierras la po- cales, separadas las vacas destinadas a la de la Plata al fraccionamiento en varias mayor animosidad antigaucha, con el con-
blación de la campaña se fue paulatina- reproducción, podía ~arnear las otras. Pero provincias separadas por efecto de la opo. cierto del imperialismo inglés y fundamen-
mente juntando en las' inmediaciones de esto, por poco tiempo. sición de intereses entre el patriciado de tados en un pacto del patriciado urbano
las pulperías que estaban diseminadas por En 1785, además del cuero, sebo y gra- comerciantes y funcionarios de las ciuda- con la oligarquía territorial. A través del
toda la pampa como pequeños núcleos aglu- sa, se inicia la explotación de la carne pa- des-puertos, y las poblaciones de tierra libre cambio y de la concesión de privile-
tinantes. Algunas crecieron y ganaron fa- ra la elaboración del tasajo que se exporta- adentro. Estas procuraban esencialmente, gios, sustituyeron la dominación colonial
ma por su comercio ilícito, y también por ba a las Antillas, como alimento para los romper el monopolio de ifUportación dicta- española por formas nuevas más sutiles y
la atracción que ofrecía la música y el bai- esclavos. Se establecen despu~s con ese fin do por Buenos Aires, asegurando la libre más eficaces de control y explotación, que
l e, las carreras de caballos, los juegos de los saladeros que contienden por los reba- navegación de los Ríos Paraná, Uruguay y hicieron de las naciones del Plata apéndi·
cartas y la presencia de lasl chinas. Al co- ños e imponen disciplina al gaucho que ya Paraguay, y la nacionalización de las adua- ces de la economía europea.
mercio y a los ranchos se ~gregó luego la no podría carnear una res cuando quisiera nas, cuyas rentas sólo beneficiaban a los Aún hoy subsisten en las divisiones y
capilla. Y así fueron surgiendo paulatina- para sacar le el cuero y comer un asado porteños. Se buscó asimismo establecer más diferencias entre partidos federalistas y
mente, los micronúcleos urbanos en compe- abandonando el resto. La carne se conver- tarde un sistema proteccionista para las unionistas, así como en múltiples expre-
t encia con el l atifundio, siempre quejoso de tía en la parte más apreciada del ganado. inqustrias artesanales del interior arruina· siones ideológicas, visibles efectos de esta
que espantaban el ganado aquerenciado y Imposible sería imponer pacíficamente das por el libre cambismo impuesto por los polarización entre políticos ciudadanos y
privaban de aguadas. al gaucho, afecto a una dieta de carne y comerciantes; además de crear medidas de caudillos, entre gauchos y ladinos, entre ri·
Las reglamentaciones coloniales españo- mate, la abstinencia de su principal ali- amparo a los ladinos y gauchos del campo, cos y pobres. En las últimas décadas, sin
las que disciplinaban estrictamente la fun- mento. Su reacción defensiva consistente llevados a extremos de penuria. embargo, el patriciado porteño y montevi·
dación de villas y ciudades -estableciendo en seguir carneando para comer -pero La mejor' expresión del proyecto del deano, viviendo ya otra oposición que en•
la localización y disposición del caserío en ahora deshaciéndose del cuero que lo dela- patriciado se encuentra en las corrientes frenta las antiguas cepas nativas a las ma-
torno a la plaza, y elloteo agrícola para ase- taría- transforma al gaucho en ''ladrón y políticas que llegaron al pode1; con Mitre sas de inmigrantes, pero compuesto ahora,
gurarle el suministro de los productos de jugador, grosero y bárbaro", por hacer lo Sarmiento y Avellaneda, con los que s~ más por gringos que por criollos, procura
subsistencia- ninguna aplicación tenían en que siempre había hecho. Para terminar con planeó una nueva política económica cum- expresar su nacionalismo en nombre de
el caso de estos núcleos espontáneamente esta "plaga de los campos", las autoridades plida después de 1880 m ediante tres proce- una identüicación con el gaucho, vale de-
nacidos, y enclavados· en tierras pertene- de la ciudad mancomunadas con los dueñvs dimientos complementarios - Primero, cir con aquél que fue precisamente la víc·
cientes al latifundio que todo lo abarcaba de las tierras, decretan un régimen de vi- aprovechando las dispon ibilidades de tie- tima de su expansión y dominio.
en sus dominios. gilancia que obliga a todo individuo de la ' rras fiscales poniéndolas a la venta o dán. Lo cierto es que los descendientes dtt
Mas tarde surgieron núcleos fundados campaña que no sea propietario, a colocar- dolas en concesión bajo la forma de gran- inmigrantes que constituyen hoy casi la
por orden expresa de la Corona, con propó- se al servicio de un patrón. En adelante, el des propiedades, lo que permitió ampliar totalidad de la población -ya que el gau-
sitos más militares que económicos o con el que fuera encontrado en los campos sin la enormemente las bases del sistema de ha- cho únicamente sobrevivió en las zonas más
de amparar a los colonos llegados de Espa- correspondiente "papeleta" quedaba suje- ciendas. Segundo, por el esfuerzo de mo- alejadas o en los estratos sociales más po-
ña, pero sobre todo, intentando reunir la to a los rigores de la ley . De este modo to- dernización refleja, aparejadc, por el libre bres- no consiguieron aún estampar su
gente dispersa por los campos, para coartar dos los gauchos son declarados holgazanes comercio y la inyección de capitales ex- impronta en la ideología nacional. Los que
las tropelías del gaucho e imponer la auto· y sometidos a prisión por transitar sin do- tranjeros, especialmente ingleses, que po- ascienden procuran confundirse con la oli-
ridad y el dominio de los estancieros. cumentos u orden expresa de un juez. Pa- sibilitó la construcción de ferrocarriles lí- garquía patricia, impregnándose de su vi-
Aquella "mina" de cuero, de sebo y car- ra poner en ejecución las nuevas ordenan- neas telegráficas, instalaciones portua;ias, sión del mundo y de su ideología. Su inte-
ne que parecía inagotable, desenfrenada- zas, se monta un servicio policial en la cam- etc., que preparan la instauración de una lectualidad no ha plasmado todavía una
mente explotada por el hombre y mermada paña, encargado de aprehender los gauchos economía especializada en la exportación imagen de la nación como fruto de ' los
por los perros salvajes que se multiplicaban vagabundos a los que se condenaba a cum- de carne y de cereales. Tercero, por la im- abuelos gringos, y con dificultad ha ido
a su vez por la campaña, acaba por m en· plir servicios militares en la frontera con portación masiva de mano de obra extran- perdiendo su sentimiento de inferioridad
guar. A mediados del siglo XVIII la dismi- lo que se les compelía a colocarse como jera. Esta política económica, racional y frente al patriciado de vieja extracción.
nución del ganado cimarrón de las antiguas .peones en las estancias. persistentemente conducida, transformaría
en poco tienwo la sociedad rioplatense y El cuadro real es infinitamente rico en
"vaquerías del mar", preocupa seriamente Es así como se marginaliza al gaucho, matices reveladores de varias tendencias
a las autoridades. Comienzan las providen- a consecuencia de la reducción del ganado le aseguraría un intenso desarrollo. Empe-
ro, al depender de los capitales y merca- discrepantes dentro de esta caracterización
cias para conducir las haciendas restantes chúcaro, de la apropiación de la tierra en- sumaria. Así, por ejemplo, Sarmiento que
a las es~'lncias y para eliminar los canes sal- tera ·por los hacendados y de las nuevas dos extranjeros, el comando del destino na-
cional se habría de si.t uar en el exterior. compuso en "Recuerdos de Provincia" un
vajes y hambrientos que atacaban las reses formas de coacción. Sólo le restaba ya una canto nostálgico al viejo mundo gaucho,
viejas y los terneros e impedían l a crianza de sus funciones sociales: la de combatien- Este proyecto, a pesar de ser antinacio- fue en su obra política el más extranjeri-
de ovinos. te, que la ejercerá en las montoneras (tro- nal y antipopular, por su carácter de desig-
zante de los estadü:tas argentinos. En una
El gaucho tuvo en estos últimos rodeos pas de gauchos en armas al mando de un nio extranjero en tierras americanas, opues.
carta a Mitre confesaba:
y en la erradicación de los canes salvajes, la caudillo) -que por años convulsionarían la to a los intereses de la etnia que se había
última tarea económica que aún lo vincu· campaña, expresando de este modo la opo- formado por un proceso secular, tuvo una "Tengo odio a la barbarie popular.
Jaba al sistema productivo y lo integrab a sición de las poblaciones del interior a la grandeza únicamente comparable a la ha- La chusma y el pueblo gaucho nos es
a la sociedad global dándote un lugar y un d4ominación y a la explotación porteña y zaña de la conquista. Sus conductores se hostil. Mientras haya un chiripá no ha-
papel en elle. Juntando el ganado cimarrón montevideana. propusieron la tarea gigantesca de recom· brá ciudadanos".

poAq. 14 NUMICRQ ·8 1 OCTUBRK t&e7


Luego se pregunta: bución gringa qt~.e fue la que dio al fin, ll volvimiento capitalista pleno y de indus- sa a imprimir sus propias caraeterlstioal a
"¿Son acaso las masas las únicas las dos naciones, la fisonomía que hoy tie- trialización del área; sólo la creación de la fisonomía de la nación.
fuentes de poder y legitimidad?" nen, no pudiendo l!ler ignorada o disfraza- una amplia clase media ruraJ lo hubiera Cuando Argentina alcanza ·la indepe..
Y responde solícito a su jefe politice: da por más tiempo. ~-echo posible, y ésto se hubiera lo,5rado dencia en 1810, cuenta con cerca de 350 mil
''Ud. tendrá la gloria de restablecer La mejor expresión de la causa de los con su proyecto de reforma. habitantes, gauchos y ladinos, habiendo in-
en toda la República el predominio de caudillos fue Artigas, el gran líder d(! lo:; corporado ya entonces, entre éstos últimos.
la clase culta, anulando el levan\a- pueblos del inte;rior. Un viajero inglés que 111 . EL ALUD INMIGRATORIO un grupo de europe0s que contribuyeron a
miento de las masas". recorríll la campaiia uruguaya lo desctibe El segundo ciclo de la historia riopla- su más intensa europeización. Estos 3!50
Después al asumir la Presidencia, toma- de este modo. · Lense, llamado aluvial (J. Luis Romero, mil neo-americanos, originados en todo el
ría esta tarea a su cargo. J956) se inicia con un movimiento espon- proceso secular de formación étnica, crece.
"¿Qué crees que ví? Puea al Exce- táneo de inmigración prontamente inten- ' rían llegando casi al millón en 1850, tanto
Con todo, y aun bajo el impacto de es- lentísimo Protector de la mitad del
ta carga emocional antipopular, Sarmiento sificado por los dirigentes nativos decididos por el incremento vegetativo como -y
Nuevo Mundo, sentado en un cráneo :le a transfigurar el país étnica y económica- principalmente- por la incorporación de
no podía dejar de ver los efectos de la ideo- novillo, junto al fogón encendido en
logía que propugnaba, al decir: mente a través de la captación de sangre inmigra.ntes europeos. De entonces en ade-
el piso del rancho, comiendo carne de lante el proceso de sucesión ecológica y de
europea y de la modernización tecnológica.
"Seamos francos, -no obstante que un asador y bebiendo ginebra en guam- . Se esperaba así adecuarlo a las pautas de transfiguración étnica se intensificaría ea-
esta invasión universal de Europa so- pa". . . "Tenía alrededor de 1.500 :;e- la democracia liberal y del progreso econó- da vez más. Sobre aquel millón original se
bre nosotro~ es perjudicial y ruinosa cuaces andrajoso$ en su campamento mico que a los ojos del liderazgo ladino ja- lanzarían, en el siglo siguiente (1857 / 1950)
para el país, es útil para la civili:c:ación que actuaban en la doble capacidad de más se ajustarían a la economía natural de 1,8 millones de italianos, 1,3 millones de
y el comercio". infantes y jinetes" (6).
subsistencia y de producción artesanal, españoles y cerca de medio millón de indi-
La alienación de Sarmiento, intoxicado Así también debían verlo todos los pa- combinadas con el pastoreo, ni tampoco al viduos de otros orígenes. Con esta incorpo-
flOr la literatura racista de su tiempo, se tricios inbuidos de la ideología liberal, bo- "carácter" inferior de las poblaciones mes- ración masiva de inmigrantes la población
manifiesta aún de modo más candente en quiabiertos ante todo lo que fuese europeo, tizas nacionales. Se trataba pues de repo- argentina pasó a 4,8 millones en 1900 1 a
una carta en la que escribe comentando el especialmente inglés, y ~aturados del com- blar con europeos, así como de educar y 17 millones en 1950.
establecimiento de una colonia de emlgra- plejo de inferioridad étnica y nacional. vitalizar la economía vinculándola a la En el Uruguay, el proceso de sucesión
dos de California en el Chaco: Empero, Artigas no sólo fue el' más bravo europea, como productora de alimentar a ecológica fue también avasallante. Su po-
' territo- de los jefes militares que defendían la cau- cambio de manufacturas. blación de 74 mil habitantes en las víspe-
"Puede ser el origen de un sa de las provincias, sino el ideólogo que Para conseguir el primer objetivo, fue ras de su independencia (1830), crecería a
rio, y un día, de un estado yanqui -con vio con mayor claridad las posibilidades de promulgada una legislación que daba ven- 221 mil en 1860, 35 % de los cuales ya eran
oo idioma y todo- con este concurso una nación rioplatense al proponerse ins- tajas evidentes al inmigrante frente al na- extranjer os, o sea, que su cuantía superaba
genético mejorará nuestra raza de- tituir la Patria Grande, y solucionar los tivo,' y el gran esfuerzo gubernamental se la población original de 30 años antes. La
caída'' (5). · problemas que arrostraba el pueblo humil- centró en orientar hacia el Río de la Pla- población uruguaya salta, desde entonces,
Juan Bautista Alberdi, que fue uno de de de la campaña, propugnando la reforma ta una parte de las olas inmigratorias y de a 420 mil habitantes en 1872 y a cerca de
los ideólogos del liberalismo y de la euro- agraria. los capitales que abandonaban Europa. Los un millón en 1908. En este último año, el
peización, se vuelve más tarde, el mayor S.us ejércitos de chiripá y lanzas ae en- primeros arrojados, por los efectos de la contingente extJ·anjero era de 181 mil en
portavoz de la etnia gauchesca, al aperci- frentaban a las tropas oficiales uniforma- industr ialización y de la renovación tecno- el conjunto del país (17,4%) y comprendía
birse de que la condenaban al exterminio das a la europea, así como el pueblo real $e lógica de la agricultura; los últimos, en bus- la mitad de la población de Montevideo que
en nombre del progreso. La guerra cQntra contraponía al pueblo rehecho y europei- ca de aplicaciones más rendidoras a través alcanzó a 309 mil habitantes. Era ya una
el Paraguay, que despierta su percepción zado con el que soñaban Mitre y Sarmien- de concesiones y empréstitos. Estos brazos urbanización prP.matura, provocada por el
del proceso de sucesión étnica que se esta- to. Por sobre estos ejércitos dtt harapientos y estos recursos permitirían que en p9cos monopolio de l~t tierra que, tanto en el
ba llevando a cabo, aglutin:tría, sin embar- y no tanto por el resultado de las armas años los desiertos fuerah cruzados por vías Uruguay como en Argentina, pasarían a
go la totalidad de las fuerzas en una movi- como por los acuerdos tomados en la ..eum- férreas, se equiparan los puertos y se ins- representar de allí en adelante, el segundo
lización compulsiva que haría impractica- bre" éntre brasileños, uruguayo$ y arg~n.. talaran frigoríficos, centrales eléctricas, fá- factor dinámico -después del alud inmi-
ble desde entonces, cualquier retroceso en tinos presididos por los ingleses,, la civili.. br icas, se alambraran las estancias, y asi- . gratorio- para la conformación de las res-
la política de desfiguración de la protona· z~cion mercantil serí~ implantad~ en for- mismo, que se promoviera la triticultura, pectivas sociedades nacionales.
cionalidad. ma soberana ~n el Río de la flat•. Se sus- mecanizando el agro. A fines del siglo pasado, ambos países
La autoimagen que se van definiendo en tituía. de este modo la hegemonía españcla Al final del siglo, Argentina y Uruguay se habían transmutado de Pueblos Nuevos
estas áreas, en su variante argentina y uru. por la dominación inglesa, con ~queñas al- bullían con un millón y medio de inmigran- en Pueblos Trasplantados como resultado
guaya, seguramente continuará valorando teraciones en los cuadros intermediarios del tes, principalmente italianos y españoles, de un acto de voluntad, de una política de-
el contenido integrador del gaucho; aunque poder de Buenos Aires y Montevideo. per o también alemanes, polacos y de otras liberada de sus élites ladinas, coincidente
no tanto como ancestro común, sino como El proceso se completa en 1880 con la nacionalidades y ambos países pesaban ya con un capítulo de la historia europea, en
el antiguo señol' de la tierra, nostálgica- plena institucionalización del régimen cons- en el mercado mundial como grandes ex- el que su principal producto de exporta-
mente evocado como víctima de la "civili- titucional en los dos países, el sometimien- portadores de carne y de trigo. Los inmi- ción era, junto con los capitales coloniza-
zación". A medida que se reduzca la domi~ to de todas las provincias interiore,, y la grantes continuaban desembarcando en for- dores, el europeo mismo. El proyecto pre-
naci&n patricia y oligárquica, tenderá a implantación del monopolio de la ti,erra. ma multitudinaria. Esta ola inmigratoria senta al principio, la aparleRcia de un gran
afiorar una nueva ideología de valoración Las tesis de Artigas habían caído, y con cae sobre los estratos demográficos origi- éxito económica por el hecho de que el sis·
de la hazaña inmiltratoria y de la contri- ellas las posibilidades ulteriores de desen- nales, como una avalancha; los cubre y pa- · tema se veía acrecentado por toda una in-
'PAta\ UJ NU MER~ e 1 OCTUSRS: Hl6' I"'AG. 17'
mensidad de tierras nuevas puestas a pro- dodo de prosperidad que permitió constmir acc10narío, por los contratos de asistencia alamb.r ados, los leñadores, los yerbateroa.
ducir por los inmigrantes, así como por los la infraestructura productiva y subsidiar técnica y por los derechos de patentes, pasa los romeros del noroeste argentino. En laa
efectos modernizadores de las inversiones la urbanización precoz de sus poblaciones a absorber bajo la fc;>rma de remesas de lu- ciudades son los "cabecitas negras" que co-
complementarias que adecuaban la econo- rurales, entrarían así a perder el ritmo, y cros y royalties una porción creciente de mienzan a ascender a la condición de obre-
mía a la exportación, como ser: frigoríficos , finalmente caerían en un atraso creciente la renta nacional. ros de la industria; son también los mendi-
ferrocarriles, puertos, bancos, etc. en relación a aquellos competidores. La oligarquía sobrevive a la avalancha, gos y las empleadas domésticas.
Con los latinos -ya que no se pudo im- El impacto de las dos guerras mundia- anclada a sus bienes raíces, sobr-e todo, a A medida que el inmigrante se instala
portar anglosajones- llegan los capitales les, y más que nada de la segunda, sobre l a propiedad monopolística de la tierra y en las ciudades insertándose en la nueva
jngleses, verdaderos empresarios del desig. el imperialismo inglés produjo. un vacío a los privilegios que se atribuyera, prime- estructura integrada por una clase media
nio mercantil que se instaura en la campa- económico que los Estados. Unidos de Nor- ro frente a los ladinos y gauchos, y luego y un proletariado, comienza a luchar gru-
ña rioplatense y que la vuelve' exportado- teamérica vendrían a llenar. En las repú- frente a los gringos para asegurarse el do- palmente por la representación política;
ta de productos alimenticios. Al iniciarse la blicas del Plata este reemplazo es menos minio de la maquinaria estatal; armada de aquel que logra hacer fortuna pugna ade-
primera guerra mundial, Inglaterra tenía evidente en virtud de sus vínculos con el estos poderes complementarios, vuelve la más por la participación en los círculos ce-
casi tanto capital invertido en la Argentina mercado europeo y del carácter competiti. tierra inaccesible también a los inmigran- rrados del patriciado y de la oligarquía. La
(320 millones de libras esterlinas) como en vo de su exportación frente a l a norteame- tes, imposibilitando la formación de una historia de estas nuevas oposiciones segui-
la India y Ceilán (379 millones) al que se ricana. Volvióse clara, sin embargo, a me- clase media rural que habría servido de rá rumbos distintos en la Argentina 1y en el
wumaban 36 millones más en el Uruguay. dida que declinaba la hegemonía intema- sustentáculo a un amplio desarrollo poste- Uruguay. En ambos casos, sin embargo, ha-
Y a estas cuantiosas inversiones hay que cional británica y ascendía la norteameri- rior como mercado interno de la indus- bría de constituir el factor dinámico del
agregar las aplicaciones de capital nort,e- cana, como nuevo centro de expansión Y tria. (7). · proceso hi~tórico, que frente a la oposición
.mericano, francés y · alemán. de dominio del sistema capitalista mundial. Esta ordenación oligárquica ilevaría a irreductible entre sus intereses de asalaria-
Este enorme empleo de capitales euro- Aislados durante las dos guerras y la la metropolización precoz y refleja de las dos y los de la oligarquía y el patriciado
peos mide la importancia de la empresa de crisis mundial, tanto la Argentina como el dos naciones platenses, con todas las dis- urbano, pondría en jaque todo el sistema
exportación de carnes y trigo establecida Uruguay, tuvieron entonces las primeras torsiones resultantes, sobre todo, la crea- socio-económico. Las contiendas tendientes
(
en el Río de la Plata. Su viabilidad se asen- oportunidades de apelar a sus propia fuer- ción de vastas categorías parasitarias cu- a anular o a atraer a estos contingentes ur-
taba en la c:Usponibilidad de mano de obra zas, iniciando la industrialización. Esta ven- yas aspiraciones de consumo obligarían a banos que componían el núcleo popular de
y de capitales europeos dentro del plan dría a reformar las tendencias a la urbaní- crear mecanismos de redistribución de la las dos naciones, en medio de las crisis del
-consistente en trocar alimentos por sus ma- zaJión por la movilidad de las poblaciones renta nacional, siempre desfavorables a los sistema económico, presidirían, desde en-
nufacturas industriales. Esta misma viabi- del campo dominado por el latifundio, ha- gastos en inversión. tonces, el proceso histórico de ambas.
lidad, sin émbargo, tornaría realizables in- cia las ciudades, que se int ensifica a partir En este proceso el patriciado urbano ga~
te:nto:5 competitivos radicados en el Canadá, ·de 1914. Surge así un creciente proletaria· na, sin embargo, una nueva fisonomía, por NOTASz
Australia y Nueva Zelandia, cuya produc~ do fabril y una clase media cada vez má;; la mezcla con los gringoo económicamente (1) Es muy precaria la documentación' pu-
dón creciente acabaría por fijar nuevos vasta de comerciantes. pequeños empresa~ más exitosa, cosa que condujo a la pérdi- blicada hasta ahora sobre este tema, que pare-
precios básico~ para tales artículos, que rios, profesionales liberales, técnicos, buró~ da de las pautas aristocráticas, menos com- ce constituir un punto ciego en la bibliografía
crata:;, militares, docentes y empleados de argentina y uruguaya -esta última tendiente a
ademál'J debían trocarse por manufacturas patibles con los nuevos modos de vida admitir los Charrúa y otros pueblos no guaraní-
cada vez más gravosas. Las e~onomías in- servicios diversos. Tanto el estrato obre1·o y con las nuevas obligaciones de banque- ticos como matriz de los gauchos- y ambas' po-
dependientes argentina y uruguaya en .con- como la clase media, son reclutados casi r os, políticos populistas e industriales. Gran co interesadas en la materia.
~ecuencia, se sumieron en crisis sucesivas, exclusivamente entre los inmigrantes que parte asume una función puramente gesto- (2) El idioma tupí del Brasil y ia "lingua
g~ral". resultante de él se distinguen del guara-
.frente a competidores integrados en siste- absorben todas las oportunidades de aseen· ti\ de los intereses extranjeros, lo que con- m antiguo del Paraguay y del guaraní moderno
mas comerciales privilegiados y mejor pre- so social. tribuye a acendrar su pose extranjerizante ~n 1~ misma proporción que el español del por-
parados para la producción. de los mismos Los norteamericanos son los banquero~ y alienada, así como también los vuelve tugues, -
artículos en virtud del carácter no oligár- ·de esta modernización refleJa; actúan como incapaces de ejercer el papel de burguesía . (3) L!! designación mameluco dada a !os pau-
suministradores de equipos industriales y l!stas (pnmeros pobladores mestizos de india y
quico de su estructura agraría. Al estable- nq.cionalista e industrialista. Por el contra- europeo de San Pablo) se aplica, por esto a to-
- l!erse más tardíamente en tierras vírgenes como inversores. media~Q_te la construcción rio, al asociarse a los intereses· exógenos dos ell~s,. mientras sign~fique agente desp'ótico
~omo ~ociedades estructuradas principal- de fábricas por parte de las grandes carpo~ afincados para· engullir las rentas que con. de dommio de s us propios pueblos, al servicio
. m.emte sobre la base de núcleos r urales de raciones, cuyos intereses en el área riopla· tril~uyen a crear, el patriciado rioplatense de aquellos que lo esclavizaban. Este es el sen-
tense superan rápidamente a todos los de~ tido original dado a la palabra "mameluk" por
granjeros, los colonizadores de la región tiende a hacerse cosmopolita, mantenién- árabes y otomanos.
~ustral, así como los canadienses, encontra- más. Finalizada la guerra, prosigue la in. dose, también él, como. un componente ex~ . (4) Otro plantel venido de Bolivia, descen-
r on mayores facilidades para absorber y ge- dustrialización, aunque con ritmo menos ~ranacional y antipopular del sistema eco~ die~~o la margen derecha ~~~ río Paraguay, in-
neralizar la tecnología agrícola moderna. intenso. Ahora es conducida por las carpo~ nómico. · · vadio el Chaco, donde tamb1en se multiplicó -con
igual fecundidad.
bacié!ndose capaces, primero de competir r aciones norteamericanas, las que aprove" El ladino rural y los remanentes gauG (5) . Las citas de escritos de Sarmiento fueron
también con los precios de producción de chanclo la libertad que se les ofrecía pal'q. chos, tornados minoría casi insignificante, tomadas de J . J . Hernández Arregui 1963:89/91.
alLmentos en los países europeos importa- mover sus c<\pitales, saltan las bar.reras incapaces ya de influir en el destino nacio- (6) J . P. y G. P. Robertson, apud.
dores y más tarde, con los competidores aduaneras estableciendo empresas propias J . Abelardo Ramos 1965:39.
nal se ven marginalizados. Pueden ser iden- (7) Condiciones excepcionales favorecicroz¡¡
rioplatenses. o asociadas a ~apitales nacionales, a. fin Qe tificados por fenotipo más indígena dentro la constitución de ár.eas granjeras de inmigran-
Argentina y Uruguay, que habían aven. explotar el mercado interno en expansión, de las capas más p0bres de la población y tes en algunas provincias argentinas y en las
tajado enormemente a otras áreas expor- Esta industrialización recolonizadora.: diri- en las zonas más atrasadas. Son los vaque. proximidades de Montevideo. Sin embargo, tales
t~do:ra~, y que habla.n conocido un largo pe- gida desde afuera, dominada por el control Islas afectan muy poco el carácter latifundista
I'os de las nuevas estan~ias cercadas con· de la estructura agraria de las dos nacione~
cUAO~RNO~ ~~· MARCH~

J
RICARDO RODRIGUEZ MOLAS

REALIDAD SOCIAL DEL


GAUCHO RIOPLATENS~
(1810-1852)
" • . . se cometen abusos que tienden a fomentar la antipatla
del paisanaje hacia los porteños, o habitantes del puerto . • •"
E. M. Brackenridgo

l. LEGISLACióN SOBRE LEVAS Y establecida en Buenos Aires "una rigurosa


VAGANCIA CON RELACióN AL PEóN leva, en la que serán comprendidos todos 103
vagos sin ocupación conocida, desde la edad
DE CAMPO, POSTERIOR AL A¡\¡ O 181 O de 18 hasta la de 40 años" (1).
De acuerdo con las informaciones im-
Las nobles palabras del Himno, ' 1Liber- partidas, se pusieron en marcha inmedia-
tad, libertad, libertad" y su eufórico men- tamente pequeños grupos de soldados. Re-
aaje: "Oíd el ruido de rotas cadenas", tie- corrían la campaña y reclutaban violenta-
nen plena vigencia en un estrecho círculo mente a los peones que veían en su gira.
de personas, algo más amplio que el ante- Procedieron con tanta rigurosidad que, de-
riormente compuesto por el español realis- bido a las quejas recibidas y a la conmo-
ta, pero siempre limitado a intereses perso- ción social, tuvieron que enviarse nueva-
nales y al establecimiento de un nuevo en- mente instrucciones a los jueces de la cam-
te político. Mientras tanto, la realidad de paña sobre la forma en que debían hacerse
la campaña era similar a la de diez, veinte las levas.
o cincuenta años antes. Fue tanto el celo en el cumplimiento del
Los frecuentes reclutamientos, con des- "deber" que, de acuerdo a lo expuesto P?r
tino a las fuerzas militares que resguardan la Junta, "algunas tropas de carretas estan
la frontera o a los ejércitos patriotas que enteramente paradas por haberles quitado
combaten contra los españoles, constituyen todos los peones que eran necesarios para
serios problemas de carácter social para el su tráfico". Lo sucedido constituye un in-
gaucho del período que transcurre con pos- conveniente para el establecimiento de los
terioridad a 1810: el 29 ¡de mayo de aquel ejércitos y crea una gran oposición dentro
año -a cuatro días de la revolución- se del sector que apoya económicamente el
reglamenta la estructura interna de las mi-
licias y se acuerda elevar su número para
poder hacer frente con mayor éxito a las (•) Este trabajo forma parte de un m ás am-
plio estudio del gaucho rioplatense, del cual el
necesidades de la guerra contra el absolu- historiador argentino Rodríguez Molas a delan-
tismo y la reacción. Con este fin, según tó fragmentos en la revista de la Universidad
sostiene una proclama de la Junta, queda Nacional del Litoral (enero-marzo 1963).

NUMERCI e 1 OCTUa..- ~08"1.


ne_vo orden político instituido. PCir esta
blic.o Y"solemne., que no ha de molestarse porcionará al mismo ~ura Ia custodia ligente observador están plenatn8Dte d..
razon_ se establece el 19 de julio de ese mis-
mo ano, en una comunicación enviada a los a mnguno de los que concurran a trabajar de ellos, como también la comida, yer- mostradas en la documentación contemp.o-
jueces de la campaña: en _las cosechas "con levas, ni se les suje~ ba y demás que le corresponda" (4). ránea dé la provincia de Buenos Aires. Por
t~ra a ser recluta, sino que se le dejará otro lado, las medidas que se adoptan son
Muchas veces, las partidas destinadas a
•:Para cortar la~ extorsiones que hbre s.u regreso al lugar que le acomode".
reclutar hombres para el ejército no cum-
en muchos casos más severas que las san-
P.Udteran causarse por las partidas des- Poster:ormente ha de solicitarse inclusive cionadas anteriormente· por los virreyes '1
plen con su cometido. Entretienen para
~madas a reclutar gente en la campa- el envio de peones para solucionar las ur- gobernadores españoles. A raíz de este pe-
na, ha resuelto la Junta que solo se ~?tes ne<:esidades de mano de obra (reu-
bien de los gauchos su tiempo concurrien- noso sistema de alistamiento, las desercio-
mon .d~l d1a 19 de diciembre de 1810). El 7 do a "velorios" -en aquella época durante nes aumentan
aprehendan los verdaderamente vagos
?e dicte~bre, desde la Ciudad de Córdoba los v,elatorios de los niños se bailaba y be-
Y que para que no haya exceso alguno bía- y a las pulperías a fiestas de diversa UEI gobierno actual ha mtentado
en ~sta parte, se cali'fique la circuns- mforman a. la.s, autoridades porteñas que también medidas más fuertes que las
índole.
ta~cla de ·v ag? por informe de las jus- en aquella regwn también los agricultores
tomadas por los virreyes; ha intenta-
ticias respectivas, sin cuyo requisito necesitan urgentemente peones debido a "Estando cierto que las patrullas
las frecuentes "levas" y "banderas de re- que salen de los cuarteles en lo gene- do una conscripci6n pero sin éxito. La
no podrán ser traídos a los cuerpos ·ni práctica de las levas, a que se acudi6
s~ra~, a dmitidos en ellos sin una da1i- clutas" que hacen los ¡jefes militares. Fue- ral, l ejos de vigilar y cuidar del sosie-
en los Brasiles, como modo regular y
ficact?n de las referidas justicias que r on aq~ellos tiños dífícilés para los pobla- go y tranquilidad del público, se diri-
gen a los velorios y casas donde hay ordinario de levantar soldados, no M
acrediten sean hombres sin ocupación dores sm recursos económicos, enemigos
toleraría. Los alcaldes, 1dn embargo, o
debiendo los encargados de las citadá~ tradiCionales del servicio militar. diversión ... " (5).
magistrados de villa son requerido•
partidas proceder en todo de acuerdo El espíritu "liberal de los revolucionarios -. La situación del soldado gaucho en el para arrestar a todos los vagos que no
con vd. para su inteligencia y que cui- mu.y poco hace en aquel momento para transcurso de los primeros meses de la pa- tienen medios visibles de vida y los en-
de de su puntual cumplimiento" (2). m~Jorar la ~o?dición humana. Los plantea- 1ría, acusa las mismas deficiencias que du- vían a los cuarteles donde se les trata
El impacto de las levas entre las pobla- mientos pohbcos y las necesidades econó- rante la dominación española. Pedro An. r udamente hasta domarlos. Sin duda
elones rurales planteará diversos proble- micas absorben la totalidad de las refor- drés García, en el diario de la expedición se cometen abusos que tienden a fo-
mas de índole económica. A Buenos Aires, mas .. ,Es muy lento el proceso de transfor- que realiza a las Salinas Grandes, en el mentar la antipatía del paisano hacia
desde el interior del país, llegan durante la macwn de la rígida concepción colonial so- transcurso de los últimos meses del año los porteños, o habitantes del puerto,
cosec~a de granos .numerosos peones para bre el tratamiento diferenciado que reciben 1810, denuncia varias deserciones entre los aunque sin hacer impopular la eausa
trabaJar en las qumtas y estancias mano los blancos -léase propietarios o autori- componentes de su partida. De setenta sol- de la independencia . .." (8).
de obra indispensable para la realiza~ión 'de dades- y :sobr~ los 'castigós 'a ·l os gauchos, dados qu e los acompañan -entre los que
n~gros Y mestizos en 1genéral. Aún a 'co- se encuentran incluidos "cincuenta mili- Gauchos y morenos ingresan como sol-
aquellas tareas. En 1810 la cosecha de gra:. dados· en los ejércitos que luchan por la in-
n?s -l~ego de un año con abundantes llu- mrenzos de este nuestro s1glo veinte halla- cianos de caballería, sin más armas que
~o~ en varias regiones del país situaciones lanza, la cual expresaron no sabían mane- dependencia. Los esclavos africanoa adqui-
VIas y sm heladas- presentábase abundan. ridos por el gobierno, pasan a engrosar in-
te en las numerosas sem enteras porteñas. sim.Ilares a la~ c?loniales. ·¿ La rrrarginalidad jar"- desertan veinte en el lapso de cua-
s~c1al del ~ensu . de ~os yerbales y lós d~­ tro días. La deserción la causa el temor a mediatamente las filas de las milicias pa-
Eran, desde luego, indispensables los peo- triotas "bajo condición de darles la liber-
nes.. Los labradores, temerosos, envían sus mg:~ntes Sistemas Utilizados para SU éxplo. los indios, las incomodidades del servicio,
queJas .~1 Cabildo de Buenos Aires por la t~c10n, ?O SO'n acaso similal'es a las condi:. las penurias que deben sufrirse y otras cau- tad después de dos años de servicio" (9).
cwnes Imperante~ entre los peones bona:. sas semejantes. Este y otros ejemplos de la Los jefes admiran su valor y sacrificio.
retracc10n de aquellas migraCiones de pun- Componen en su mayor parte la infantería
tanos, santiagueños y cordobeses a raíz de erenses del siglo XVIII? La ·pei'secuciói'J pi:>r misma naturaleza que "podemos enunciar,
par~e ~e. los llJ.tifU:.nc!i_sta:~ de la Patagonia a son ilustrativos. y según se desprende de las estadísticas,
las frecue~tes levas con destino al ejérci- una cuarta parte del ejército. En la caba-
to. Del , mismo modo, las poblaciones loel¡.- l~s IndiOS Y' los baJOS Sq'e'l~()S llbónaclos ·a SU~ Las levas hicieron impopulares a los
P~nes -ma~trata?os par eapata.<:es y :a:u- porteños entre los pobladores de la cam- llería revistan los gauchos.
!es hab1an huido a lugares más seguros le:.
J OS , de las partidas militares. La campaña tonclade~- .ttel'le. rnuebt;s pqntos {ie ·~oñtae­ p aña. Testigos imparciales y partidarios de
esta despoblada. Los labradores no encuen- to con la Sitú.aci6n tié} 'faUChó en el jigl~ la revolución, criticaron aquellas medidas JI . PUEBLO Y LITERATURA
tran a un solo peón en toda ·la jurisdicción XIX (3). dispuestas por el gobierno. Uno de ellos
El pueblo no está ausente de la r ealidad.
poblada de Buenos Aires. Frente a proble- ~.. !ra~ajo~ :r~mql~·~ . ~~n e~plei~­ -estadounidense- que visita Buenos Aires
a mediados de la segunda década, enviado La poesía popular, al poco tiempo de ini-
J?~S t~n graves Y que ponían ep peligro él d~~Se_ c~~o ~astf-~. ~~ tr~uelit~ q'll~ "stt e~­ por su país, analiza la situa~ión del peón. de ciarse la revolución, trata el tema de la di-
ex1to ae ~a cosecha e~ momentos de. \lrgen- Vie a los ·i'>fes~ ·~o . '\í!oh$1\t•rt~'>$" ·l '•n campo y las peculiares maneras de ser del ferenciación jurídica entre las personas.
tes necesidades de alimentos, los cabildan- a~dar e~ la con~trueaiollt de ·!~l~lfe ·'!! ot~•e
t~~ tratan la situación planteada en la reu- obras públicas. pueblo r ioplatense (6). Sostiene que a, la Bartolomé Hidalgo, el po]'ular poeta de los
nwn que realizan el día 18 de ·noviembre 1
gente de campo -o gauchos, escribe- no se cielitos y diálogos, anuncia a los gauchos
de 1810. La solución acordada en aquella '-Po~ ·solicitud del 'cura 'de .Barade.. les permitía bajo el gobierno español "le- que se reúnen en las pulperías y junto al
oportunidad consiste en que la Junta envíe ro ·ha Tesüe~to 'esta .Tunta qué se 'remi- var más arma que el cuchlllo; al presente fogón para escuchar la lectura de sus ver-
como lo ha de hacer, notas a los jueces d~ tan ·a su 'disposici6n 'con destino a la la única prohibida". sos, que las leyes de los "poderosos" son
paz de .los distintos •partidos y a los 'gobér~ fábrtca de aqueila igl~sia 1os 'l-eos de "En la recluta tropiezan con la misma injustas, a pesar de la denominación de
nadores de Córdoba, Santiago y San ·Luis delifos léVe$, ·y se prevl~ne 1l vuestX"~ dificultad que nosotros por el precio eleva- igualdad que se le da al nuevo sistema pa..
Informándoles que hagan ·entender a su: 'lll_ercéd ~lira que ·así lo ejec'tite ~h lo$ do del trabajo y por la libertad e indepen- lítico. En su cara.cterístico estilo y en el
respectivas poblaciones y del modo más pú: 9ue pueda aprehendér en e~e distrito dencia a que siempre el pueblo ha estado lenguaje de los gauchos denuncia el poeta
fl su c~rgo, en ·inteligencia de qué pro- acostumbrado" (7). Las palabras del inte. oriental:

NUMERO t'l / OCTUBRE 19157

L
,••
(
Roba un gaucho unas espuelas para referir 1os ma1es ae su sociedad. Her-
O quitó algún macarrón nández resume en pocos versos la realidad de la pobl::>ción, cuando cumplían con las en sus labores pues tenían qu@ venl!r 811
O del peso de unos medios que analiza en su poema: el dolor y la tra- partidas que recorren la campaña para ob- hacer presente al señor González se:f
A algún paisano alivió; gedia de una provincia donde tener por este sistema "voluntarios" que sus verdaderos peones pues lo acredie
Lo prienden, me lo enchalecan, siempre van más allá de lo establecido por taban sus papeletas."
Y en cuanto se descuidó Tiene uno que soportar
el tratamiento más vil : las de por sí estrictas disposiciones oficiales.
Le limpiaron la caracha; Una extensa y detallada ('arta con referen. Las leyes se sucedieron. La colonia per..
Y de malo y saltiador a palos en lo civil manece incólume en el esp~itu de la leo
y a sable en lo militar. cías de fundamental importancia sobre el
Me lo tratan, y a un presidio estado social de la zona de Chascomús -si· gislación -a pesar de las progresistas dis..
Lo mandan con calzador; Y agrega: posiciones de 1813- y el ejército espera al
milar al de otras regiones- se remite . en
Aquí la lay cumplió, es cierto Y es necesario aguantar 1811 a Cornelio Saavedra, presidente de la gaucho para que dé su sangre que sosten..
Y de esto me alegro yo el rigor de su destino; Junta. El autor del informe es el alcalde drá a un nuevo sistema político y econó..
Quien tal hizo que tal pague, el gaucho no es argentino del pueblo (11). En él se queja de los graves mico que mejoraría sensiblemente su exis~
Vamos pues a un Señorón; sino pa hacerlo matar. excesos y perjuicios que causa al vecinda- tencla recién tres cuartos de ;iglo más¡
Tiene una casualidá ... Este tipo de literatura refleja con clari- rio una partida del cuerpo de caballería, tarde.
Ya se ve. . . se remedió ... dad una situación que perdura durante el enviada por las ~utoridades para detener Por un bando que el 30 de agosto do
Un descuido que a un cualquiera transcurso de muchos años. El deshereda- "vagos y reclutas". 1815 da a conocer el gobernador Manuel
Le sucede, sí Señor, do -el hombre sin más bien que el hori- Luis de Oliden -un jalón más en la histo..
Al principio mucha bulla, "Gente de la campaña me hacen ría de las persecuciones del siglo XIX- s~
zonte-, no puede disponer del ganado que
Embargo, causa, prisión, durante muchos años vagó por la llanura presente a Vuestra Exc~lencia que n i prosiguen con las normas españolas sobro
Van y vienen, van y vienen, sin propietario, pues de él disfrutan unos con haberme comportado con dicho co~ 1a materia. En el primer artículo establee~
Secretos, admiración, mandante con la mayor urbanidad y que todos los individuos de la campaña
pocos; los cambios políticos que con dema- héchole presente la superior disposi-
¿Qué declara? Que es mentira, siada frecuencia se suceden, no significan que no tuviesen "propiedad legítima" se...
Que él es un hombre de honor. ción de Vuestra Excelencia de 19 de rían considerados "de la clase sirviente"9
nada: problemas de hacendados y de co-
¿Y la mosca? no se sabe, merciantes, del Fuerte, del Cabildo ... pien - julio último, sobre el régimen que en pudiéndose apelar a esta denominación únt..
El Estao la perdió, ella ordena a los jueces salgan a re- camente por una sola vez.
sa, si es que puede hacerlo, junto a la clutar gente de la campaña y a éstas
El preso sale a la ca-lle llanura sin límites. Y allí, frente a él, una Denominado el peón se le ordena el uso
Y se acaba la junción, que hayan de proceder en todo de de la "papeleta", firmada por el estancierca
partida militar, un comandante y un juez
¿Y esto se llama igualdá"? acuerdo con el juez. No ha sido sufi- y visada por el juez del partido nsin cuya
de paz. Luego, un par de grillos y otros ciente a contener los desórdenes de los
Muchos años más tarde, Hilario Asea- horizontes. Es la ley del más fuerte. La precisa calidad será inválida", debiendo ree
citados oficiales con los peones de los novarla cada tres meses. Y ademú la clasf.,
subí, el poeta gauchesco de las luchas con- misma ley que rigió para su padre y para hacendados y labradores, sacándolos
tra Juan Manuel de Rosas, sostiene con va- su abuelo. Pero la ley debe ser otra cosa, ficación: "Todo individuo de la clase de
del trabajo y conduciéndolos amarrados peón que no conserve este documento será
tentía conceptos similares a los deJ popular piensa el gaucho de Bartolomé Hidalgo:
a esta frontera y a la de los Ranchos, r eputado por vago", se escribe, agregándose
Hidalgo. Escribe, refiriéndose a las guerras Ella es igual contra el crimen como ha sucedido a un peón mío a
y a las constantes levas de soldados: que quien trap.site por la campaña tenga su
y nunca hace distinción quien la partida le hizo soltar el arado papeleta, pero sin la debida autorización o
Y en cuanto se arma una guerra de arroyos ·ni de lagunas, de la mano y lo condujo a la frontera licencia del juez de paz para hacerlo, "se-
sin más averiguación de rico ni pobretón: de los Ranchos por vago" (12). rá reputado por vago". Los derechos más
de si es regular o injusta, Para ella es lo mismo poncho La preocupación del alcalde radica en elevados del hombre como el de libre trán..
nos prendemos el latón, que casaca y pantalón ... la falta de mano de obra y no en los pro~ sito se consideran graves delitos y H re~
y dejando las familias Pero es platicar de balde blemas que con la leva le acarrean al in~ tringen (13).
a la clemencia de Dios, y mientras no vea yo
defenso peón. Quien sepa dar algo de su
andamos años enteros, que se castigue el delito A raíz de las disposiciones sobre las le..
escasa propiedad puede salir airoso del re- vas, vagos fueron los soldados de la Ind...
encima del mancarrón, ¡;in mirar la condición clutamiento. El alcalde refiere que un asa-
cuasi siempre unos con otros digo que hemos de ser libres pendencia. El gaucho así denominado por
lariado que se encuentra bajo sus órdenes las autoridades y el negro libre, luchan en
matándonos al botón. cua._ndo hable mi mancarrón. tuvo que entregar a cambio de su libertad,
Así de la paisanada 5
los ejércitos; comprenden, il pesar de la$
'dos caballos de estima" . Los ej emplos son irregularidades cometidas, que lo hacen por
Los puebleros con razón .t! . lAS LEVAS DURANTE LA GUERRA numerosos y nos dicen de las desdichas de
suelen reirse, porque saben una causa justa. El estanciero, en cambio0
!)f !A. INDEPENDENCIA los gauchos en aquellos años, mientras la permanece en la campaña o instalado en
que lo~ gauchos siempre son patria inicia sus primeros pasas.
los pavos que en las cuestiones su casa de la ciudad, acrecentando a~us in~
N o todas las críticas son de origen li- "tenían de este modo -agrega- las tereses. Mientras tanto, los uvagosu son de..
quedan con la panza al sol. terario. Además de los mencionados testi- partidas solas por las estancias causa- tenidos para el servicio de las armalll "por
La poesía emplea posteriormente con monios son frecuentes en las primeras déca- ban una desolación de' peones trayén- cinco años, en la primera vez y en lo1 cuerG
rrecuencia el tema de la persecución al das del siglo :X_IX las quejas formales re- dolos amarrados de las casas de sus pos veteranos'' (14).
gau&-10 y de la injusticia cometida por pro- mitidas a los gobiernos patrios. En ellas se amos, saqueando cuanta friolera encon. Si físicamente el gaucho no es útll par2
pietarios y gobernantes (10). Era el del poe- refieren los excesos cometidos por las par- traban de noche en los ranchos como el ejército, debe entonces reconocer a un
ta gauchesco e] lenguaje má1 apropiado tida!! militares entre los distintos sectore~ ~Je prueba por quejas puestas a este coo patrón "a quien servirá forzadamente -se
mandante y perjudicando a los amos escribe- dos años en la primera vez po~r

liiiUM&:RO 115/ OCTUBRE 1S67

1
¡• .
j
w. jyaio salario y en la segunda por diez". sus reglamentos medidas similares, como
~erá el año mits ~decuadq par& real~r los
Cada ues meses · -para controlar así con ocurre en el decreto sancionado por 8tH- C'1 ,.,.., bios.
,e~rofetas de la mentira, loa que etmea-
certeza sus menores movimientos- debe nardino Rivadavia el 9 de noviembre ri11 Lan la superstición en un grado que
presentarse ante el juez de paz y renovar ~ 821. En su primer artículo ordena que: "A este _propósito muy juiciosamen- cuando se hallan poseídos de sus dog-
Ja visación de la •'papeleta". Se aplica indu- te se expr~s¡¡ J. Rousseau diciendo: .. los mas, al hombre que disuadirlos quiere
dablemente un servicio personal con carac- "Se faculta a todos los jueces teqi- puebl0s, lo mismo que los hombres, no lo desprecian, por más razón que pr..
toriales de la Provincia para aplicar la son dóciles sino en la juventud, cuan- dique. No hay otro medio, sino la sev..
terísticas de servidumbre. Bajo éste, el in-
pena de azotes a los ladrones que se do llegan a. viejos ya son incorregi- ra autoridad para en el olvido aepultu
dividuo pierde totalmente su libertad; fue
aprehendan in franganti". (17). bles.~ >k• (21) este abuso'1 (24).
además instrumento de venganza personal,
de persecución, y causa de innumerables Con la reglamentación de este castigo En orimer lugar poblar la llanura. Po- Otros testigos relatan la realidad del po..
males de toda índole. colocan en manos de la autoridad un ar- blarla racionalmente, distribui.r a los posi- blador rural. Al parecer, la situación no se
Loa hechos prosiguen. Por las causas ya ma eficaz para utilizarse en bene~icio de bl~s inmigrantes con lógica. Evitar en lo presenta en forma halagüeña. Los ranchos
lleñaladas, el 14 de julio de 1816, aniver- los hacendados. Durante aquellos años re- eran siempre taperas y servían de albergue
po$ible.1 opina Pable Rarníre.z, que sean muy
•ario de una revolución que desea extir- crudecen las penalidades contra los gau- g·rand~s las concentraciones urbanas. Otro lil la numerosa familia del gaucho.
par las diferencias en el tratamiento entre chos. Los propietarios hacen uso de todos punto d• su reforma ra.dica en la supresión " ¡Pero qué triste y desconsolante es
loe hombres, se determina: los medios posibles para continuar con Pl del latifundio y de las tierras improducti- la imagen que presentan, por lo gene-
•Artículo 14. Las partidas celadoras predominio que tradicionalmente venían vas; "tQdo individuo debe limitarse a solo ral, nuestras habitaciones de la cam•
aprehenderán con actividad y viveza ejerciendo. Recordemos que el azote fue .Y el terreno que necesite para su labranza, su pañal Un charco de agua detenida y he.
a toda clase de hombres vagos para au- será luego, durante mucho tiempo, aplica- hacienda, su cultura o su habitación" (22). dionda, un pozo sin brocal, que es más
mentar con ellos las fuerzas de lí- do en las cárceles y en el ejército. Más adelante agrega: "hombres hay en nues- bien la madriguera de los sapos que el
ua" (15). La tierra se encuentra en manos de un tra campaña que poseen cuatro leguas de bebedero de la familia, un grupo de ba..
escaso número de personas que disfrutan terreno fam0so y sólo ocupan la mitad de rro y pajas que se dice rancho, son los
De acuerdo con una resolución del 11 feudos de muchas leguas de extensión. Las
de mayo de 1819, autorizase a la justicia
la cuarta". Los pobres debían poseer t;,_ objetos que hieren la vista y llegan a
estancias permanecen baldías, sin cultivo rras. Pero para que pudiera concretarse el rebajar en la campaña, hasta la impor-
ordinaria a proceder sumariamente contra de ninguna especie. La edificación es rudi-
los individuos considerados vagos y malhe- deseo deben permitir que pudieran estable- tancia de la vida; y qué fatalidad es
mentaria; el casco del "establecimiento" cerse libtemente pues los estancieros esta en que se halla la mejor porción
chOl'et: lo componen algunas casas construidas con
"e:!ep~len de un lugar fértU a los habi-
del globo, la parte de la tierra que pu..
"Se autorice a aquellas justicias paja y barro. Raramente hallaremos un diera asemejarse a la Arabia Feliz?
ordinarias para impon er castigos pron- arado. tantes,. sólo p0rqu.e é~tos no son hartos
.ricos para comprar este lugar entero." ¿Por qué andan desnudos casi y sh1
tos y eJ'ecutarlos sin consultas de la Un periodista porteño escribe sobrt> los calzones los habitantes de este país
,
Cámara, como previene el regl amento " . latifundistas: Y Wlleroso lo acusen de pretender "que donde las majadas son inmensas? ¿Por ·
La sucesión innumerable de decretos y "Estos [los ricos] no sólo tiene bal - lo$ grados de riqu.~za s.ean los mismos", qué se sientan sobre esqueletos de bes-
leyes detenninando levas de to~a ~dole dío e inculto este t erreno, sino que por aclara que únicamente desea una pobreza . tias muertas, donde el junco se cría en
entre loa pobladores de la campana, influ- convenio alguno permiten que otro lo "soportable". Su reforma radica, entre otros abundancia, donde el sauce viene con
ye para que muchos se alcen y huyan a cultive. Así es que por esto los pobres aspectos, en aumentar los impuestos. a los ri- fecundidad, y donde todo lo necesario
lugares apartados de Buenos Aires, como se arrinconan a vivir juntos en el terre- cos de m.anera que no lo sean en un grado para la vida cómoda lo produce la na..
a las ,.Islas del Tordillo", más conocidas no más estéril y árido, porque tan solo tan alto para "que los hombres superficia- turale:z¡a casi sin cultivo? ¿De dónde vie-
como los Montes del Tordillo, situados en en éste ningún rico tiene propiedad" (18) les dejen d~ decir que es el único medio nen ese enjambre de pordioseros que
el actual partido de Dolores. En aquella re- por donde un hombre se hace respetable Eln no cuentan para su alimento con otras
gión "molestan" a los estanciews instala- Son muchos los que claman por una re· la ~ociedad'~ (23), An~iza R.amírez otros pro. viandas que unos andrajos de carne ca-
forma sustancial de la situación imperan- blemu de l.a campaña q\le necesitan una si corrompida, pendientes de la choza
dos en las cercanías, propietarios de campos
que pocos años antes habían obtenido a te en la campaña de Buenos Aires. Se dice: urgent.e teforma: la organi2:ación de las es- que se les está cayendo?" (25).
treinta y cinco pesos la legua cuadrada (16). "no solamente es justa, es necesaria" (19). tan,ci$~, la ed.ucaci.ón. d~ los hijos de loS' es-
Había que "cortar de raíz los malos usos, i:án~ieJ1os, la religión, el transporte de ga- Las. preguntas se pueden resumir en una
En la zona se fabrica carbón con la sola: ¿de dónde provienen tantos males? Del
abundante madera existente. Pesados ca- y costumbres dañosas"; debíase sanear · to- nad'o,. la medicina. . . Sobre este tema sos-
dos los aspectos: político, económico y social. tien~:
ejercicio ilegal-sostiénese- del derecho de
rretones arrastrados por bueyes lo trasla- adquirir tierras: "efectivamente todos sa..
dan periódicamente para su venta en la Pero como siempre, oír que se desea cam-
4tlftay unos adivin0S o profetas, que ben que nuestra campaña es habitada por
ciudad de Buenos Aires. Los estancieros no biar la estructura reinante, causa pánico en-
tre aquellos que poseen la tierra. c.q.ran males qu.e :Pedro, Juan o Diego cien propietarios, y setecientos que no lo
miran con simpatía a los peones ni a los de cincuenta l~guas distantes les intro- son: éstos son los pordioseros, éstos son los
empresarios que se dedican a esos menes- " . .. y al oír que la palabra reforma dujo con ~l:resue.llo o con el pensamien- que forman ese enjambre de familias mi-
teres, por lo general -como se escribe en va a mejorar a los infelices, que cabal- to. Estos son de mu.eh() crédito y muy serables. Se aclaran luego otros conceptos;
181'1-, ttvagos y desertores". mente oprimían, se irritan y dan voces apredables en la campaña, ya por su vagos son aquellos hombres "que no tienen
diciendo: reforma injusta, ilegal e ile- ciencia infusa, ya por la extravagancia
IV. EL GAUCHO ENTH LO$ gítima: reforma usurpadora de los de-
• de las meclicinas que at humano cuer-
la propiedad del terreno que habitan", los
"que forman su choza a las inmediaciones
AROS '1 820 Y 1830 rechos de los hombres" (20). po a:pliean. Estos hombres- son perJu- de un hacendado para comer de sus despo-
Lu ~on~ po.'iltedMe& ~eáalrul ea 1i1l auror d.1i esta• 1ineaa opina que 1823 diciales, Y' debían. ser castigados y per- jos". No trabajan la tierra, sostiene el anó.
seguidos severamente. porque. aon los nlmo redactor de la nota, pues celes falta el
~M&Rgl • 1 OCTUIUU!: UIOAI.7.
de los decretos que señalan otro de los jalo- manente a "los ociosos sin ocupación en la
estímulo de la propiedad, y la sospecha bien supres10n de los juegos de cartas, pato y nes en la legislación represiva. Nos referi- labranza y otro e.~ ercicio útil", a los que ru ..
fundada de que serán lanzados de un día otros (29). Las prohibiciones de mayor pe- mos al firmado por Bernardino Rivadavia sen encontrados los días de trabajo "en ca.
para otro, si llega a amostazarse el propie- so, como es natural, están destinadas contra el día 19 de abril y donde en líneas gene- sas de juegos, tabernas, carreras, y diver-
tario más cercano". a quellos denominados vagos y mal entrete.. rales insiste en conceptos expuestos ante- siones de igual clase", a los "hijos de fami-
Las causas son las mismas que siempre nidos. El deseo expuesto y las numerosas riormente. Por él se castiga severament e a lia sustraídos de la obediencia de sus pa-
señalan los que saben analizar este proble- sanciones solicitadas, son -podemos afir- los vagabundos, denominándoselos "clase dres" y a ''los que por uso de cuchillo, arma
ma social con ecuanimidad. La justicia, t es- m ar sin temor a errar- .la más pur a reali- improductiva, gravosa, nociva a la moral blanca y heridas leves, son destinados por
tigo contemporáneo, nada puede hacer para dad dentr o de sus respectivas jurisdicciones. pública e induct ora de inquietudes en el la ley a presidio". A los primeros los con-
aubsanar estos hechos. Ella, agrega, "escu- De acuerdo con las ideas predominantes, orden social". dena a dos años de servicio en el ejército
cha ciertamente los clamores de los hacen- los patronos presentan periódicamente la No se define a quiénes deben señalarse y a los mencionados en último lugar a
dados por l a extirpación de estas poblacio- list a de sus peones a los alcaldes, para que como vagos, indicándose, en cambio, que se- cuat ro. ·
nes cletentadoras". La mendicidad y el robo ést os a su vez las remitan a los jueces de rán destinados al servicio militar. Los que La única prueba admitida para conside-
aon dos resultados de aquella desproporción paz. El juez confecciona la respectiva pape- no fuesen útiles para el servicio del ej ér- rar vago a un peón era el testimonio verbal
en la riqueza. Pablo Ramírez sostiene esa l et a "expresándose en ella la filiación de cito, quédarán sujetos durante un año pa- de los alcaldes y jueces de paz (34). Esta fal-
tesis y analiza en su plan de Reforma de la cada peón, las que serán por el tiempo de ra realizar trabajos públicos con goce de ta de sen tido legal se refleja además en el
Campaña, como hemos visto, los .distintos tres m eses, el que concluido deberá hacerse sueldo. En caso de reincidir serían destina- aumento de las condenas estipuladas ante-
problemas que plantea la realidad económi- n uevamente con arreglo a lo arriba ex. dos a la misma ocupación durante tres años. riormente: de dos a cuatro años y de cuatro
ca de Buenos Aires. p uesto" . (30). La tercera vez "será sujeto -se escribe- a a seis.
Las autoridades 1·emiten el decreto del Pero el control era aun más severo: to- los mismos trabajos por ocho años con el
dos los patronos tenían la obligación de ha- El pr oblema siempre está pendiente. En
1 de noviembre de 1821 que mencionáramos salario que se le designe". Las decisiones
anteriormente a los distintos partidos de l a cer "qu e sus peones duerman en la casa de una circular que envía el gobierno (35) a los
que se toman están estrechament e ligadas
campaña. Algunos pobladores -por lo ge- su h abitación, sin permitir por pretexto al- distintos jueces de paz de la campaña S(>
con los informes y consejos que desde dis-
neral alcaldes y jueces de paz- contestan guno que salga ninguno de ellos de noche tintas zonas de Buenos Aires remitieran m en cion an las diversas resoluciones expedi-
enviando sugerencias que permit an ampliar a las vecindades de lo que suelen sucederse agricultores y hacendados. das sobre los denominados vagos y mal en-
algunos perjuicios". El deseo de los propie- tr et enidos.
las medidas represivas y solucionar fácil- Dentro de aquella misma línea de pen-
mente los problemas. Son ést as totalmente tarios no termina en el control, según lo samiento podemos mencionar las medidas "Con este obj eto se han expedido ya
opuestas a los conceptos vertidos por Pablo sancionado, de la movilidad de sus peones tomadas el 17 de julio de 1823, referent es a diversas resoluciones; pero el gobierno
Ramírez. de un partido a otro. Se vigilan aten t amen- los contratos de trabajo. A todo trabajador, observa con dolor, que no han produ-
Es interesante destacar que en la nume- te los paseos cotidianos por los alr ededores se establece, al ser empleado debe munírse- cido, ni producen,~ todo el bien que era
rosa correspondencia se advierte con extre- del sitio de trabajo. Mayor servidumbre le de un documento que certifique "el tiem- de desearse. Entre éstas el gobierno no
mada claridad el enfrentamiento de dos t i- que l a est ablecida - a menos que se impu- po por el que el peón se conchaba y el ser- puede prescindir de recomendar a los
pos de explotación primaria: agricultura y siera la esclavitud- no podía exigirse. vicio y prestación que ha convenido con su jueces de paz los decretos de 17 de abril
ganadería. Un poblador le escribe a Riva- El incumplimiento de cualquiera de las patrón" (artículq 29). Está encargado de ex- de 1822 y 13 de mayo del mismo año. El
davia: disposiciones es suficiente causa para cla- pedir la "papeleta" el comisario de la zona. prim ero es de suma importancia para
sificar de vago al gaucho. De otros parti- Para poder obt ener un nuevo empleo debe obtener la extinción de los vagos de
*Yo me he prometido sostener la dos de la cam pañ a se r emiten sugerencias presentar este document o donde se consta- esa clase".
agricullura con espada en mano, ha- d'e diversa índole, similares a la ya citada. tan las tareas realiz~das, su conducta y el
ciendo sacar todas las haciendas demás En abril de 1822, desde Arrecifes, un gana- cumplimiento de los anterior es contratos Recomiendan las autoridades la aplica
que se hallen en este partido de cha- dero expone su pensamiento y sostiene que (artículo 39). Sin los estrictos requisitos ción del sist em a de contratos. Sostienen que
cras. Y o tengo en venta hace seis me- los h acendados deben estar divididos de los mencionados nadie puede admitirlo en una con aquellas medidas asegurará a los hacen-
·-ses mi chacra porque ya he visto prác- labradores; esto es, "que no sea permitido estancia, considerándose su no cumplimien- dados el número de brazos necesarios para
ticamente que el echar' la alma traba- sem br ar en los terrenos de est ancias por- las diversas faenas. Debía tomarse especial
jando no es más que para provecho de to como un delito.
qu e estor ba el descanso de las haciendas En el decreto que comentamos se agre- cuidado en el cumplimiento estricto de las
haciendas dañinas, siguiéndose lo ex- que se corren y alborot an por defender las disposiciones policiales. Ordenan, por esta
puesto que se halla un vecino honrado ga además, la tantas veces señalada cláusula
·sement er as" (31) .. sobre la movilidad. Los peones debían tener razón, que los jueces de paz "procedan con
al trata de hacer respetar sus propie- Par a p oder criar ganado ·vacuno - el toda ener gía y que en su virtud todo aquel
dades" (26). permisos de sus patronos, acordado por es-
deseo era excluir al pequeño propietario- crito, para ausentarse de los límites de la que no se halle con la respectiva contrata,
Afirman: un vecino propietario de gan ado debíase "ser dueño o poseedor de media le- estancia (artículo 49). "Vencidos los días sea irremisiblemente aplicado al servicio
puede causar más de tres mil pesos de daños gua de tierra de f rente y legua y media de (artículo 69) que en ella se ex pr esan, el peón de las ar mas, conforme al precitado decre-
a varios labradores al mismo tiempo (27). fondo" (32). Con esta medida podría legali- que se halle fuera de la estancia, chacra o t o". Además, se desea lograr que los pobres
Con tal motivo, remítese un proyecto de zarse lo que en la práctica fue un hecho establecimiento del patrón, será tenido por n o puedan cultivar la tierra:
bando para controlar dichos aspec~os eco- normal dur ante varias décadas. Las adju. vago y forzado a contratarse por dos años "Otro mal de grave trascendencia
nómicos y sociales. En él se toman severas dicaciones de tierras a militares preponde- en el servicio de las armas". advier te el gobierno que existe en la
medidas contra los pulperos: "n o podrán rantes y a políticos influyent es, señalan el A fines de aquel año la Junta de Repre- campaña. Tal es el que causan algunos
abrir sus negocios los días de fiesta, com- cumplimiento de las aspiraciones de predo- sent antes de Buenos Aires sanciona una Ley hombres q ue bajo el pretexto de pobla·
prar cueros vacunos o caballares, botas de minio total. militar por la cual envían al ejército per- dores o labradores y sin tener acaso
potro o yegua" y lazos (28). Se sugiere la Llegamos así al año 1822 y con él a uno
NUr.4&:R~ a 1 O CTUSRIC: 1 Gl 67 P4G. 2~

~AO . ae
mas fortuna que uni choza, permané- venían de la eampafía bacla 1a ciudad
cen en algunos terrenos baldíos o de con frutos de aquélla y generalmente a XVU. Aprovechan el viaje para vender en y la escase~ de brazoa ;para !evm1tai' !a ~
propiedad particular bajo la denomi- cuanto se les presentaba a mano. Pero la campaña sus ponchos y mantas (41). Los secha, determinan al gobierno federp 1 de
nación de arrimados, sin trabajar acaso, lo que más ha exaltado a El 'frlbuno es pobladores porteños los distinguían fácil- Manuel Dorrego a prohibir el uso de la le..
o sin rendir todo el producto que nece- la noticia que ha tenido por un conduc- mente por su vestimenta característica en va (42). La decisión no es terminante y po..
to fidedigno de que a un anciano res- aquella zona del país: chiripá de poncho, drá realizarse "sólo en casos extraordina,.,
sitan para su sostén y el de sus fanú-
petable, que a 90 años de edad unía la calzoncillos de lienzo, poncho azul a rayas ríos y de una urgencia del momento"t per..
lias" (36). punzó, denominado "santiagueño" y som-
desgracia circunstancial de ser ciego, se mitiéndosele únicamente al gobierno deter..
La riqueza está destinada al rico latifun- le ha tomado el único varón que le ser· brero de color blanco. A raíz de las medi- minarlo. Se co•.:lenará en adelante a los que
dista. El pobre debe permanecer condena- vía de apoyo, como también a su an- das de las autoridades prefirieron durante empleen ese castigo, sean alcaldes, juece~
do a t1·abajar para siempre a las órdenes de ciana consorte, en su desvalida senec- varios años quedarse en sus lares antes de de paz, comisionados o jefes militares.
un propietario. Pero el silencio de muchos tud, dejándole en el desamparo que es correr el albur de ser incorporados al ejér· Pero la necesidad puede más que el de-.
años sobre aquellos denigrantes hechos so- c~to. Temían y con 'usta razón, transformar~ seo y en mayo de 1828 se hace :nuevamentEil
consiguiente, y una hija muj~r. Por et
ciales se ha quebrado. No faltan voces va- mismo conducto sabe también El Trl· se en soldados, y en esas t.emporadas de pe~ _ l instrum leg 1 p<t. a Jbtene:r
lientes que por distintos medios dan a co- , buno que así en el Luján como en otras ligro la campaña, como en ocasiones ante.. marinos '!On destino a la flota del ahniran"'
nocer su oposición a un sistema de aprobio partes se tomaron por sorpresa a varios :dores, nuevamente se despuebla. te Brown. "Ignoráis -coméntase sarcástica..
y de vergüenza para una nación que se con-
individuos que se habían hecho reunir La miseria imperante en las guarnicio~ mente- que los que en tiempos pasado:J
sidera civilizada. El periodismo nuevamen- para el importante acto de sufragar en nes militares del interior del país asombra eran tribunos del puf blo, son hoy goberna..
te se hace eco de la situación imperante a la elección del último S. R. que se han a los viajeros extranjeros, poco acostumbra- dores, jefes, ministros, oficiales mayores y
causa de las levas. El país se encuentra en incorporado al congreso por la nueva dos a espectáculos de aquella índole. En ordenan como bueno, lo que tenían @Xl.ton...
guerra contra el Imperio del Brasil y se ne- provincia de Buenos Aires; de manera aquel momento de la guerra contra el Im~ ces por horrible" (43).
cesitan con urgencia soldados para enviar que en el único acto en que el pueblo se perio del Brasil, el capitán Hall encuentra
al ejército. Las partidas armadas recorren reúne para ejercer por sí la soberanía en San Luis a un grupo de forzados reclu- V. LA DOMINACióN DE JUAN
la campaña de Buenos Aires y con extr~­ se encontró con esa asechanza y fue tas para el ejército. El espectáculo, nada MANUEL DE ROSAS, ESTANCIERO
mada violencia reclutan peones con y sm ~dificante por cierto para una nación que
"papeleta". La agitación social llega a tér-
víctima de su docilidad. Por estos so-
1!1~ reputara civilizada, difiere del relatado
Y SALADERISTA
los ejemplos se graduará a qu~ punto
minos insostenibles. han llegado las tropelías. ¡Y aún hay en otras páginas donde señala los aspectos Juan Manuel de Rosas represex:.ta t!n t!l
Un vecino del pueblo de San Isidro, en miserables que las juti!ican! pintorescos del gaucho, la vida en la ciu- gobierno la tendencia económica y social
tas cercanías de la ciudad, en una carta en- dad o las costumbres de los distintos pobla- del estanciero. Hace uso durante gu tiranía
viada a El Tribuno refiere que debido a las Por una nueva ley (38) recibe autoriza- dores de la pampa bonaerense. Relata que de una política demagógica con el fin de
levas, los jornaleros y los peones emigran ción el gobierno de reclutar "por los medios encontró "una bandr de personas del aspec- con+ener la posibles reivindicaciones de los
en grandes cantidades a regiones tranqui- que considere más convenientes", cuatro t o más mísero, reclutadas para enviarles a gauchos y mantenerlos contentos. Su pro..
las. Esta emigración en masa -calcula que mil hombres. Esta autorización recibirá nu- Buenos Aires y pelear contra los portugue- paganda se basa en el halago ~ los bajom
por cada hombre reclutado huyen dos- ha- merosas críticas por parte de los partidos ses. Eran -agrega el viajero inglés- unos instintos. Este hecho se advierte con clari..
ce que escaseen los br azos para levantar la políticos opositores. Los gauchos huían a trescientos, y la noche anterior habían in- dad en las opiniones vertidas en los pasqui·
cosech a de trigo (37). La situación era an- lugares apartados, lejos de la férula del juez t entado recuperar su libertad tratando de nes y en el periodismo federal. En sus pá"'
gustiante, similar a la planteada en 1810. de paz o del comisario. Lugares preferidos dominar a la guardia. Se cubrían con pon- ginas se critica a los políticos unitarios, in..
Otras críticas de la misma naturaleza, pú- eran los denominados montes del Tordillo chos viejos; pero tenían poquísimo más en- vitándose al degüello. Tratan además dfll
blicas y privadas, reflej an los verdaderos en Buenos Aires, las apartadas islas del río cima; parecían mal alimentados, y, en con- atraerse de esta manera al pueblo, enemis..
términos del problema que aqueja a un gran Paraná o los montes de Montiel situados en junto, formaban la cuadrilla más salvaje tándolo con los comerciantes de la ciudad..
JSector de la población. Un hecho semejan- el sur de la provincia de Entre Ríos (39). que yo haya contemplado". (Las pampas y Afirmase públicamente que los estanciero~!
te referido a lo social ocurrirá posteriormen- Las levas en aquel momento están des- lOG Andea. Notas do viaJe, traducCión de son los defensores de los interese~ de 1om
te durante la guerra contra el Paraguay. tinadas a obtener soldados, tanto para el Carlos A. Aldao, Buenos Aires, Biblioteca gauchos y los únicos que s~t: preocup~m ~~
El 22 de noviembre de 1826 El Tribuno ejército como para la marina. En algunos La Nación, 1918, p. 206). Más adelante, al $l.! biP.nestar. Se escribe, po!" ejempl~ 11
hace apasionada referencia por segunda vez casos se realizan reclutamientos separada- llegar 2 la ciudad de San Luis, la capital
a lo que denomina "furioso arrebata hom- mente y en distintas region es. Existen cons- de la provincia, necesitt, el auxilio del he~ Cielo, cielo que ~í
bres" que no perdona, como agrega, "bi- tancias de esto::; hechos, como los ocurrido:l r rero para solucionar un desperfecto de su Cielito~ y es evidente
cho viviente, por seguir la expresión vul- durante el transcurso del mes de marzo de coche, pero éste no puede hacerlo "por es~ · El hacendado es de plebe, .
gar". Relata en aquella ocasión algunos he- 1827 (40). tar -como le contesta- ocupado en hacer Y un tendero hombre decentllo
chos concretos que ocurrieron en el ámbito ~adenas para llevar a Buenos Aires los tres~ Esto es lo que se ha ~pNDdid~
De las provincias del interior del país Con la civilización:
provincial: viajan numerosos peones para conchabarse cientos reclutas" que poco antes había ob-
servado con asombro el capitán inglés. La Si no saben otra coSA
"Son innumerables los atentados en las chacras y estancias. El número de Más sabio et~ mi mancur@m.
oue con motivo de la leva se han co- personas que emigran de regiones propen- condición jurídica del peón de campo era
metido por los agentes del poder, ya en- sas a sequías se acrecienta durante la reco- similar a la de cincuenta años antes, duran~ El ejemplo es terminante y no nccedli
trando por las estancias y chacras, ya gida del trigo. En su mayor parte son san- tCI los gobiernos españolest y a la posterior mayores aclaracione&. En una carta de Juan
tiagueños que bajan a la llanura bonaeren- ~mayo de 1810. · Manuel de Rosas, redactada m 1811, mu..
echando el guante a los conductores de
tropas de ganado, a los carreteros que se, como venían haciéndolo desde el si&lo La oposición a los reclutamientos, la in" chos afios antes que detentara ®1 goblem~
~eguridad que acosa al hombre de campCll de Bucmoo~ AireaDNlata l~ dimmt01 probl0o
mas de la campaña a raíz de los perjuicios En el mensaje a la decimoséptima legis-
que recibe de aquellos que denomina vagos. latura, leído el 27 de diciembre de 1831, re- "Esta in.clinaci6n ~ la des~rción ex- Era un amigo del Jefe
N o se desprende de los términos de la no- fiere su actitud frente a los denominados c>lica, sobre todo, cómo la República Que con un boliche estaba,
ta, su valor de "gaucho entre los gauchos" vagos y mal entretenidos, haciendo de aquel ·Argentina no ha podido conserv~r. has- Yerba y tabaco nos daba
«!omo pregonarían sus partidarios años más problema un planteo de orden nacional, de ta hoy, una fuerza armada permanente Por la pluma de aveztru:z,
tarde. Por el contrario, refleja a un hombre acuerdo. con la importancia que le asigna. y bien organí2!1Hll\; pero otro hecho que l Y hasta le hacía ver la luz
timorato, enemigo del gaucho. Escribe refi- Expresa, entre otras cosas, que "se ha prac- contribuye no menos pode!'osamente e3 Al que un cuero le llevaba.
riéndose a su estancia: ticado un crecido enganche de voluntarios, el defecto de la ley 1;1ara el reclutamien-
to d.~ los ej~tcitos y la manera infame El surtido del negocio -peyorativa..
y destinándose al servicio militar los vagos mente denominado boliche- lo forman al..
"Apenas es cumplido un mes que y mal entretenidos. Sobre este plantel - eon que s~ procE!de. Desde que aparece
fui acometido en mi estancia; porque una guerra, se procura recoger a todos gunos frascos y muy escasas mercaderías;
agrega- se han formado varios escuadro- pero a pesar de la pobreza, "tenía apunta-
traté de impedir en ella corridas de nes" (47). tos malhechores y vagabundos; se los
avestruces que s·e hacían por decenares llev~ al lu~ar de reunión y ~e los encie-
dos &, todos con más cuentas . que un rosa.
Jle hombres, que con tal pretexto co- De acuerdo con lo que sostiene en el :r~ en el ouattel ~asta e-l momento de
rio". Y al llegar al fortín una ínfima parte
rrían J?is ganados, usaban de ellos, no mensaje del año 1848, muchos jueces de ]..;¡ partida; se les en::{eña, tápidamente, del dinero de la paga, luego de varios me-
los deJaban pastar, y me los alzaban. paz no cumplen con las estrictas órdenes nn poco de ejercicio, se los equipa, SE" ses de paciente espera, gráficamente apun-
Mi vida se salvó de entre los puñales; y impartidas para castigar a estos individuos los arma y el cuerpo está formado. Las ta el poeta que "el pulpero se quedó con la
desde entonces solo pende mi existen- y enviarlos a Santos Lugares, cárcel situa- prisiones son el alm4cigo de los solda~ mascada". Y el gaucho nuev~mente deb~t
cia de un golpe seguro con que la ases- da en las cercanías de la ciudad de Buenos clos de la Repú,blica; bandidos y cr~mi­ esperar . ..
ten los ociosos y mal ocupados" (44). Aires. Por esta razón trata por medio de nales son libertados media.n te un cen- Durante áquellos años del gobierno fe..
nuevas disposiciones de remediar lo que tenar de pales, después de este casti~ deral no disminuyen los rigores del gaucho..
En posesión del poder prosigue con la considera un "gravísimo mal". go se les saca los grillos y quedan trans- soldado. · .
aplicación de las leyes contra la vagancia En el ejército, el gaucho inicia otra nue- formados en soldados. Los ciudadanos y Los castigos impuestos por Juan Manuel
y realiza levas en forma similar a los gobier- va serie de sufrimientos y de penurias. Des- todos ~quellos que posee11 algo se ex- de Rosas no dejan nada que envidiar a los
nos anteriores. En pocas palabras, retrata de el pritner día de su ingreso ve·como una ceptúan del servicio miHtar; los que más severos de los españoles. Las leyes, rés.
Domingo Faustino Sarmiento su gobierno: necesidad imperiosa la deserción. A pesar tienen inclinación hacia esa profesión tanos decir que en lo referente al ejército
de la indisciplina reinante en los cuerpos si- entratl al ejército con ~n grado" (49). siguen teniendo vigencia, son las colonia-
H¿Quién era Rosas? Un propietario lés. Bajo ese signo se desarrolla la vida del
4le tierras. tuados en los fortines apartados, los casti-
gos que suelen aplicarse por parte de los Dentro del ejército lo esquilman los pul- miliciano en la frontera. La leva, desde lue•
•¿Qué acumuló? Tierras. )~~os, en combinación con los jefes milita- go, impera con toda la fuerza de las anti..
"'¿Qué dió a sus sostenedores? Tie- superiores -generalmente oficiales inep-
tos- son extremadamente crueles. ·es, (50). C1,1ando el dinero se les termina, guas disposiciones. Por algo, Juan Manuel
1 rras. e~p.eñan s~s efectos personales o ~e le$ abre habíase propuesto restaurar el viejo espíri·
"¿Qué quitó o confiscó a sus adver- "La disciplina de los cuerpos arma- un .crédito: ritu ideológico de los realistas.
sarios? Tierras." (45). dos es tan mala como su estado; los re-- Un ejemplo, entre tantos: en el mes de
clutas llevan ·consigo todos los vicios " ... y, eomo el vendedor real era, al mi.s- junio de 1836 se detiene en el Fuerte Fede.
Tierras; con ellas pueden criarse gana - dominantes en el país, la pasión por el Jl10 tiem.po, el c.ajero y el que debía pa- ración -Junín- a varios desertores, con..
dos y el propietario, dentro del ámbito na- juego y de las bebidas fuertes, la pere- ~~.rl.es los sueldos1 !}O corría riesgo al- denando los jefes militares a dos a la pena
cional, considerarse un personaje. La tie- za, la suciedad, el espíritu de rencilla auno al mostrarse confiado, y se encon- máxima y a los restantes a sufrir trescien.
rra -que otorga señorío feudal- es indis- q ue cuesta a la nación tantos hombres traba a reparo de toda pérdida" (51). tos latigazos y a prestar tres años más do
pensable para ser alguien. Los pobres de- como las guerras. Los castigos son cor. servidos en la frontera (54).
bido a la firme estructura horizontal, ~un­ porales y muy crueles, pero con todo,
Los pulperos, gra.cias a este sistema de
ca alcanzarán a poseerla. El bien raíz es el pago.s hi.eieron. granqes fortunas y muchos Los caballos para el ejército interesan
elemento diferenciador en el Río de la Plata
no constituyen un freno suficiente p¡;~..
ra los desórdenes, y la mala elección de
S~ i.Jl~~laron alpoco tiempo con estancias tanto como los peones. Periódicamente, en
especialmente en la gran zona ganad·era. ' en algún slti.o de la campaña. (52). Por lo las frecuentes guerras, el gobierno requisa
los oficiales es otro obstáculo hacia un g~nel)<\1~ los propl.eh~rios d~ las pulperías hombres y bestias. Un colono, Samuel Mor.
Durante la despótica administración gu- rneJOr estado de cosas. Estos son gen•- son p~rieptes de las autoridades civiles y ton, refiere sobre sucesos ocurridos en 1842:
bernamental de Rosas prosiguen las levas. ralmente jóvenes que salen de su fa. "El gobierno ha requisado todos los caba..
En 1830, al poco tiempo de hacerse cargo miU.tares del fortiu. En J -uuín -<lenomina-
milia para ocupar las plazas vacante. dq Fuerte Fed~raoión en el aii,o 1832-- se llos a fin de llevar adelante la guerra y evi•
del poder, sanciona un decreto ordenando del ejército, principalmente, porque no tar que caigan ep. manos de los ene~igos".
que los milicianos, para transitar libremen- encuentnn instaladas dos.: u.n.a, atendida
sirv.e n para btra cosa, o porque la irre. por l;t suegra de un teniente cqronel y otra, Mansilla tiene sobradas razones al escri..
te por la campaña, deben· disponer de su co- gularldad de su conducta los hace una
rrespondiente ''papeleta•• firmada por el al- por \In pariente cercano del comadante del bir sobre el resultado "práctico" que tuvo
carga para sus pariente~" (48). fu.erte (53). Los ejemplos son ilustrativos. El en empleo del Se resistieron o el quislerou
calde del partido. Además, los individuos
enrolados en la milicia -se qispone- no El gaucho, impulsado por su espíritu d• n:ll,mo beeho ocqrre en todas las poblacio- di1parar, y tuvimos que matarlos (56), Agre-
podrán mudar de domicilio sin dar cuenta , independencia, al poco tiempo de eetar en.. f:les fronterizas. Herpá:ode~, al retratar la ga además: "El hombre de las campañas por
previamente al mayor del cuerpo, a quien rolado deserta. Por esa causa &ra muy di- trá.gicJ realidad de la llanura con posterio~ doquier se consideraba oprimido, -aun
presentarán una papeleta de los alcaldes de fícil, según la opinión de lo1 testigos, encon.. rid!!-d a 1852, no podrá dejar de referirse a cuando el mayordomo o el capataz eran
barrio con el visto bueno del comisario de trar con frecuencia soldados veteranos. La laJ iniqul<Jade~ Ql!e cometen lo,c¡ pulperos mansos-, por una entidad ausente, el pa.
la sección (46).
1
renovad6n era permanente. · con loa sueldos de los soldadO$. El co:mer- irón, que vivía en .Buenos Aires o en la ca..
', ciUlte- del Mnt'"- Flwro. eomo otro~: pital de su provincia.". Una vez má$ la t ..

1
rnática feudal esta presente con todos sus General de l a Nación, Buenos Aires, fechada ~ e~ dente un padrón de toda la esclavatura com- (19) PABLO RAMfREZ, opus. ciL p á¡. VII.
11 de junio de 1810. prenciida en los 33 cuarteles, desde la edad de (20) Opus cit.. pág. 15.
Jementos. 16 a 60 años, con nominación de amos, estado (21) Opus cit., pág. 20.
(6) E. M. BRACKENRIDGE, Escu. La inde-
"Era la servidumbre. ¡Y qué servi- pendencia argentina, Buenos Aires Editorial de éstos y su nación. El número de ella com· (22) Opus cit., pág. 44.
dumbre! El patrón o sus representantes América Unida, 1927, 2 volúmenes. La edició'n pondrá dos o más tercios con la denominación (23) Opus cit.. pág. 53.
inglesa es del año 1820. de esclavatura cívica" Las severas m edidas (24) Opus cit.. pág. 62. Sobre el curanderis-
podían cohabitar con las hijas y hasta (7) Opus cit., tomo II, pág. 96, que se toman en esta ocasión son debidas al mo puede consultarse, entre otro3, el :;:ir,:uicnte
con la mujer del desheredado; ¿a quién (8) Opus cit.. pág. 97. temor de ser invadido el país por una fuerza estudio: Martha Blache: El curand::rismo enf-.:>-
recurriría? O se hacía justicia por sus (9) Cf.: RICARDO RODRíGUEZ MOLAS, r ealista. (Registro nacional. tomo I, pág. 368). cado a t ravés d\\1 los procesos legales, Buenos
propias manos" (57). Negros libres rioplatenses, en Buenos ·Aires, afio (16) Rolando Dorcas Berro en su monogra- Aires, 1962, 20 págs., copia mimeografiada.
I, número l. fía titulada Nuestra Señora de los Dolores (La (25) Boletín de la Indus:lria, Buenos Aires
La dedicación de los jueces de paz y de (10) El tema social en la literatura gauchesca ·Plata, Publicaciones del Archivo Histórico de la miércoles 29 de agosto de 1821, número 3, páp,.
(26) Carta a Bernardino Rivadavia enviada
1:
los jefes militares ayudan a realizar aquella fue analizado, entre otros por Alvaro Yunque .Provincia de Buenos Aires, 1939) se refiere a la
servidumbres. Sobre ellos anota un viajero en su libro titulado La literatura social argen• adquisición de tierras con tres leguas de fren te p or Leonardo Domingo de Gándara, fechada en
iina (Buenos Aires, Editorial Claridad, 1941). y otras tantas de fondo "a la Pampa". Menciona el partido de Morón el 23 de febrero de 1823.
francés que conoció Buenos Aires durante Cfr. además: ENRIQUE BIANCHI, Martín Fierro asimismo y transcribe el Reglamento Provisional (Archivo General de la Nación, División Nacio-
los últimos años del gobierno de Rosas: un poema de protesta social. Buenos Aires, Gui- del 25 de enero de 1816 para otorgar estancias nal, Sección Gobierno, Estado Mayor General.
lle mo Kraft, 1952; AMÉRICO CALt, Martín al sur del Río Salado, no menores de doce leguas Reforma Militar, Oficinas Públicas, 1822, Sala
"Hay en las campañas argentinas, Fierro ante el derecho penal. Bueno~ Aires, V, cuadradas. X-C. 12-A. 10-N9 1).
hombres más temibles que el gaucho Aveledo, 1948, 70 págs.; JOSÉ MANUEL ES- En el artículo trece se establecía que p ara (27) "Pueden alcanzar a 3.000 pesos los da-
malo y que hacen m ás daño, sin verse TRADA, La campaña, en Obras completas, tomo "evitar en lo posible que con el tiempo se reduz- ños hechos por sólo un vecino a varios labradores
obligados a huir de la justicia, porque 9, Buenos Aires, Compañía Sudamericana de can las estancias a chacras, o se vean interpo- que hoy los veo lamentarse en mis puertas"
ellos mismos representan la autoridad Billetes de Banco, 1903, págs. 103-122. l adas con ellas, como sucede en nuestros campos (Ibidem).
(11) Juan Loren zo Castro. Está firmado el con · atable perjuicio de los criadores; no po- (28) "Todo pulpero de esta villa como los de
legal y la justicia. Son los funcionarios drán por ningún título ni en caso de repartición la capilla de Merlo tendrá precisamente su pul-
24 de octubre de 1811.
honrados por Rosas con favor y su con- de herencia, dividirse ninguna suerte de estan- pería cerrada en los días Domingos y en t ocios
(12) Archivo General de la Nación, División
fianza; los jefes militares de campaña Nacional, Sección Gobierno, Establecimientos pÚ· cia ~n menos de doce leguas cuadr:.dc.s". Con los de obligación de Misa desde el principio del
y los jueces de paz " (58). blicos, 1811. Sala X-A. 3-C. 3-N9 3. esto se desr ba perpetuar el latifundio, toque tercero dl la primera Misa hasta la con-
(13) El bando del gobernador Manuel Luis (17) El texto del decreto no figura en el clusión de dicha y lo mismo sucederá en la Misa
Los testimonios que demuestran este de Oliden consta de once artículos. En el pri- R;egistr~ Oficial, tomándoselo de una copia exis- parroquial" (Ibídem).
proceder son múltiples. Otro testigo que re- mero se establece que el individuo puede apelar tente en el Archivo General de la Nación de (29) "Quedan privados desde este día todos
corre en 1847 la provincia deja anotadas en a la designación de vago y sirviente: "nombrará Buenos Aires (Gobierno Nacional, Sección Go- los juegos de baraja, taba, bolos, etc., en donde
su libro de recuerdos h echos sim ilares: por su parte un vecino honrado, y el Alcalde por bi~rno, Estado Mayor General. Reforma Militar. medie el interés de cuatro ·~ales en dinero ya
Oficios públicos. 1822, Sala 9-C. 12-A. 1 u-N9 1). sea en casas d e pulpería o en otras cualesquiera
"Cuantas veces el gobie~no necesita de au- la suya otro, y de la resolución de l os tres jun-
Buenos Aires. Noviembre 9 1.e 1821. Los cla- partic•1lares sin distinción alguna al que fuese
xilios de esta naturaleza, sus oficiales l es tos no habrá apelación". En el noveno se ordena:
"Para que esta providencia tenga su debido cum- mores de los honrados habitantes de la campaña pillac:·o jugando, como el dueño de casa que hu-
visitan los establecimientos de campo y ha- plimiento, se fac ulta a cualquier vecino de la que llegan ;nstantáneamente a los oídos del go- biese consentido el juego o dado naipes para ha-
cen marchar a quien se les antoja, para in- campaña p ar a que pueda tomar conocimiento de bierno por los robos que cometen los vagabundos cerlo" ... "Queda absolutamente privado el juego
corporarlo al ejército" (59). Como siempre, los individuos que transitan por su territorio y que la infestan le han decidid.) a decretar lo de pato en l as chacras como en l as estancias y
en el caso de faltarles los requisitos mencionados siguiente, entre tanto se construye la cárcel de el que fuese pill~.do en dicho juego será reputado
las levas, tanto durante el gobierno de Ro- la Provir,.ia, y se establece la legislación correc- como vago con aplicación a las penas designadc.s
sas, como durante los anteriores y posterio- en los artículos anteriores remitirlo al Juez te-
. rritorial para que informado del hecho tome las cional. a los de esta clase" (Ibidem).
res, son injustas y se llevan a cabo con medidas consiguientes". L as papeletas debían 19 - Se faculta a todos los jueces territo- (30) Se establece, además: "Ningún peón de
aquellos que no poseen bienes. La tierra im- renovarse cada tres meses. (Registro Nacional, riales ~"! la Provincia para aplicar la pena de · toda la traza de ch acras podrá salir de la casa
pera, el feudo y el ganado siguen siendo las tomo I). azotes a los ladrones que se aprehendan infra- de su patrón, ya sea en día de trabajo o en cual-
14) P osteriormente, se establece l a m isma ganti. quiera". . . Las penas para aquellos que salieran
causas de las leyes de los límites de la propiedad de su patrón eran
reglamentación, con pequeñas variantes: "que 29 - Esta pena no podrá exceder de cincuen-
todo individuo que no tenga propiedad legitima ta azotes y para aplicarse deberá justificarse el variadas: limpieza de la plaza pública, prisión
.,{O T A S por o~ho dias, ser enviados al ejército como
de qué subsistir, será reputado en la clase sir- crimen por un sumario verbal de dos testigos.
viente, debiéndolo hacer constar ante el Juez 1 vagos ...
39 - Los jueces territoriales sobre la costa
territorial de su Partido. Es obligación que se del Paraná qued-a n además facul tados para re- (31) Pla.1 enviado por Mario Andrade es·
(1) El decreto de la Junta está firmado por muna de una papel eta de su patrón, visada por 1 gistrar los barcos pequeños que navegan por tanciero de aquel partido. '
todos sus integrantes. El artículo tercero esta- el Juez. Estas papele tas se renovarán cada t res ) (32) "Que nadie pueda ser hacendado o
blecía la leva; en otros se toman medidas de aquellos puertos siempre que se hagan sospe-
meses. Los que no t engan este documento, ser án chosos. criador de ganados sin ser dueño o poseedor de
diversa índole sobre armamentos, padrones, etc. t enidos por vagos. Para transitar, esta papeleta m edia legua d e tierra de frente y legua y media
(Registro nacional, tomo 1, pág. 28). 49 - En el caso de encontrarse en estos bu-
debe ser visada y con licencia del Juez. Se ques frutos o efectos robados serán detenidos, de fondo". . . En el lenguaje patriarcal del es-
(2) Registro nacional. tomo I pág. 57. castiga a los vagos con cinco años de servicios tanciero sostiene: "Asimismo debe ser prohibido
(3) La caza, con rifle, del indio fue denun -
ciada por los padres salecianos en numerosas
en el ejército de línea. Los que no sirvan para
este destino, están obligados a reconocer un
.. dando cuenta inmediatamente al Gobierno.
59 - Los jueces territoriales quedan respon-
sables de cualquier abuso que cometan en vir-
tener agregados en las estancias, no solo porque
corrompen el candor de las familias sino tam-
ocasiones. Cf.: JOSÉ MARtA BORRERO, La patrón a quien servirán por obligación durante t ud de estas facultades. bién p orque dañan al propietario qtle los man.
patagonia trágica, Buenos Aires, s/f. Posible- dos años, por S).l justo salario en la primera vez, 69 - Se hará saber el presente decreto a tiene o a sus vecinos y tal vez cuando más se
mente editado en 1922. y en la segunda por diez años". (Citado por E. todos los habitantes de la campaña por los jueces necesita de ellos desaparecen dejando suspensar
F. Sánchez Zinny en La guardia de San Miguel en SU! respectivas jurisdicciones. operaciones precisas y de mucha utilidad par-
(4) Comunicación enviada a todos los alcal- del Monte, Buenos Aires, 1939, pág. 175). ticular y pública. Las estancias son laboratorios
des de Buenos Aires, el 7 de junio de 1810. (15) Se toman en aquella oportunidad otras Rodrigues, Bernardino RivadaYia que necesitan gente; pero ha de ser propia o
Documento en el Archivo de l a Nación, Buenos medidas denominadas de "seguridad". En el ar- (18) PABLO RAMtREZ, :R,eforma de la cam- asalariada para q ue pueda responderse de su
Aires. • tículo cuarto se ordena: "Se dispondrá en igual paña compuesta por el jonn•..• Buenos Aires, conducta y no tenerla ociosa".
(5) Comunicación existente en el Archivo forma por el m ismo señor Gobernador Inten- Imprenta de Alvarez, 1823. (33) El 17 de diciembre de 1823.

'PACI. 84 CUADERNOS OE MARCHA PACI. 3!5'


tM) Lfa 1ancionadu ~ la Juuta de Repre - linos. Buenos Aires, Editorial Raiga!, 1950,
ADtantea de la Provincia, el 10 de setiembre de pág. 41. LAURO AYESTARAN
1824. "Los jueces de quienes habla el artículo (45) DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO,
cuarto de la ley militar de 17 de diciembre de Obras Completa&. tomo XXIII, Inmigración y
1823, no admitirán más pruebas en favor de los colonización, Buenos Aires, Editorial Luz del Dfa,
~uhtva aprehendidos por la Policia como vagos, 1951, pág. 292.
que lo1 informes verbales de los jueces de paz El interés de Rosas por la tierra llega a tal
e ~caldet de barrio". extremo que todos los "servicios" prestados por
(35) El 18 de marzo de 1825. él se le retribuyen en tierras. Recordemos única-
(36) Manual para los fuec:es de paz de cam- mente la acción en cumplimento del tratado de
paña. Buenos Aires, Imprenta de la Indepen- Benegas, donde entre otras cosas recibe en pro-
dencia, 1825. pied .d la sociedad Rosas, Terrero y Cía. la re.
(37) El Tribuno. Buenos Aires, sábado 18 de nombrada Estancia del Rey, de dos leguas de
uviembre de 1826, número 12. fr"!nte por tres de fondo. De este expediente en
(38) Del 2 de enero de 1826·. el Archívo del Museo Mitre hay una copi~;~ ca·
(39) En El Tribuno se anota: "Al menos, si ratulada: "T~stin.onio de la tra.1sferencia de la
hay intención de obrar de esa manera, que se E~tanci~ del Re} en la Pcia. de Buenos Aires
avise con tiempo, pues no faltará quien prefiera
irse "' los montes del Tordillo l a las islas del
Paraná".
(40) Se refieren algunos ejer.1plos sobr-! las
levas cun destino a buques del ejército en un
que se adjudica ó la Sociedad Rosas, Terrero y
Cía, en pago de1 ganado entregado po1 éstos a
la Provincia de Buenos Aires para que cumpliera
con sus compromisos". Véase además: RICARDO
LA PRIMITIVA POESIA
GAUCHESCA EN EL URUGUAY
LEVENE, La anarquía del año 20. Buenos
articulo publi~ado en El Tribuno, el dí& 28 de Aires, 1954.
marzo de 1828. (46) Registro nacional. tomo III, pág. 260,
(41) Diario de Parchappe. en CARLOS A. Decreto firmado por Rosas y Tomás Guido.
GRAU, ~~ fuertto 25 de Mayo en Cruz de Guerra, (4.7) BENITC DfAZ. Juzqados de P""' de
Buenos Aires, Publicaciones del Archivo Histó- campaña de la Pr ovincia de Buenos A!res
r ico de la Provincia de Buenos Aires, La Plata, (1821-1854.), Universidad Nacional de La Plata,
1949, pág. 333. Parchappe recorre la pampa bo- "Los diálogos de Hidalgo y de sus imitadores, no tenfan un f1n p~tteo.
Fa~ultad de Humar.idades y Ciencias de la Edu- propiamente dicho, pero no puede negarse que fueron el gérmen de esa pecu-
naerense entre los años 1827 y 1828. cación. Departamento de Historia, 1959, pág. 211. liar literatura gauchesca, que libre luego de la intención del momento, ha pro·
(<12) Decreto fP.chado el 20 de agosto de 1827 (41l) PARCHAPPE, opus cit.. pág. 358. ducido las obras más originales de la literat ura sudamericana."
7 que llen la finna de Manuel Dorrego y de (49) Ibidem, pág. 359. Marcelino Menéndez y Pelayo: Historia de la poesia hispano • amerlcuw.
Juan Ramón Ba1carce. En sus considerandos se (50) Parchappe refiere el caso de un co- Madrid, 1913, tomo II, pág. 469.
expresa: "Considerando el Gobierno, que el ines- mandante cuyo cuñado atendía una pulpería. "Bartolomé Hidalgo descubre la entonación del gaucho; eso es mucho. No
timable derecho de la seguridad personal es el Los soldados, anota, "esquilmados despiadada·· repetiré líneas suyas; inevitablemente incurriríamos en el anacronismo de con~
goce y e1 bien por excalencia, del hombre socbl: mente, consmnían en una o dos oportunidades, denarias usando como canon las de sus continuadores famosos. Básteme recor-
que fuera de los casos en qu<> b ley ordena su un mes entero de sus suelJos". . . (Opus cit., dar que' en las ajenas melodías que oiremos está la voz de Hidalgo, inmortal,
suspensión, es atentatorio a los ~erechos primor- pág. 1SJ1). . . . "los pulperos tienen siempre in- secreta y modesta."
diales del hombre todo acto en contrario, por terés en congraciarse con los oficiales, con el Jorge Luis Borges: .AJ;pectos de la literatura gaucheac:a. "Número", Munto·
más c,ue se invoque la conveniencia pública para propósito de hacerse pagar las deudas oue los video, 1950, pág. 8.
justificarlo; que las levas, que de algún tiempo soli\ados contraen diariamente en su casa" ...
a esta parte se han adoptado en las provincias (51) PARCHAPPE, OPUS cit.. pág. 382. 1, CARACTERES GENERALE~ pampa o la mesopotamia argentinas-, habrfa
con repetición, sobre ser extremadamente abu- (52) RICARDO RODRíGUEZ MOLAS. Va- recogido, en efecto, un sedimento folklórico co-
sivas, no son bastantes a llenar el objeto a que riaciones ~obre la oulpl?rÍa rioplatense en R~vis­
ia de la Universidad, Universidad Nacional de La historia de la poesía gauchesca del R ío lectivo de supervivencia del gran arte del ro-
se dirijen, perjudican la industria, la agricul-
tura y el pastoreo, pues promueven la emigra- La Plata, Buenos Aires, 1961, número 14, págs. de la Plata es la historia de la m ás sorprenden- mance, del villancico amatorio o navideño, de
ción pan fuera de nuestra Provincia, haciendo 136-142. te alquimia literaria que da, como resultado, las letrillas virreinales de las coplas y décimas
alejar de ella, por el temor que infunden a los ·(53) RENÉ PÉREZ, Apuntes para la historia uno de los cuerpos orgánicos más diferencia- a lo profano y a lo divino, que configuran aún
hombres de que tanto necesita para aumentar su de Junín, La Plata, Publicaciones del Archivo dos y origin ales en la literatura de las tres l10y un hecho tradicional latente. Por exc~.r
población y riqueza; y finalme:nte, desmoralizan H}stórico de la Provincia de Buenos Aires, 1950,
Y humillan al pueblo a fuerza de acostumbrarlo pag. 20. Américas del siglo XIX. ción no socializada, algún "changador", o
a presenciar actos de violencia que degradan la (54) Los escritos de Frank Pedlingto~. en Repetidamente se h an lamentado los más "gauderio" le habria dictado "varias coplat--
majestad de las leyes, y predisponen los ánimos al Anuario de Historia Argentina. año 1939, Buenos eminentes historiadores y críticos de este mo- que estropean, y muchas que sacan de au Q,,A>
abatimiento, que siempre fue precursor de la Aires. 1940, pág. 378. beza, que regularmente ruedan sobre amo.
servidumbre; y persuadido el Gobierno que solo vimiento, de la ausencia de una recolección
(55) LTTCIO V. MANSILLA, Rosas. Ensayo res" al decir de Concolorcorvo, ese viajero mia.
casos de un orden y urgencia muy extraordin~ria histórico-psicológico. Buenos Aires, Soci<>dad im- de aquellos materiales folklóricos que, presu-
Y momentánea pueden hacer que no se enct~en. presora Americana, 1945, pág. 79. IDiblemente, ven~an corriendo por tradición terioso que hacia e1l05 se acerca en la Bantbl
trPn otros medios que la suplan, h a acordado y (56) Opus cit.. pág. 79. o~<~l desde el siglo XVIII hasta el momento Oriental alrededor de 1773 (1)
decreta••. (57) Opus cit. en que los escritores posteriores al 1810 apre- En ese sentido se ha sobrevalorado la fun..
(43) Una crónica de los sucesos se da a co- (58) XAVIER MARMIER, Buenos. Airea y
~aron en el papel impreso su m ás alquitarada ción de aquel payador dieciochesco q u e se en..
nocer en El Hijo mayor del Diablo Rosado Montevideo en· 1850. Buenos Aires, El Ateneo,
(Puenos Aires, sábado 17 de mayo de 1828). 1948, pág. 75. esencia. Esta es una de las ilusiones más cu- carna, por ejemplo, vívidamente, en el Sant01
(44) Documento mencionado por Alfredo
(59) WILLIAM MAC CANN. Via}e a caballo riosas. Seguros estamos de que lo que hubieran Vega de Mitre, Ascasubi u Obligado. Repite 8i-
por las provincias argentinas, Hl47, Buenos /.ires, hallado, los habtfa sorprendido grandemente. col6gicamente un hecho tan antiguo como to.
Montoya en su Historia de loa saladeros argen. 1939, pág. 120. Si el proto-folklorista de tal época se hubiera da la cultura occidental por lo menos y emple•
lanzado por esos campos de Dios -las tiernas fórmulas que se llamarán: "canto amebeo" en
cuchiiias de l a Banda Oriental, la desolada la a ntigüedad helénica, "temón" y "joc paru"•

,.
en el ciclo trovadoresco, "payada de contra- de part.e _interesada. Es la autoridad la que ~ nen muchas monarquías y repúblicas, y aturde tos dieciochescos, ambos destmos son unido:..
punto" o "compuesto" en el ámbito rioplaten- a los que no son hijos de la tierra". En ese El virrey Avilés, en su informe tle 1801, se re-
a descnb~r .al transgr~sor; es el español el que
be. El payador es un personaje de excepción y, va a. deflmr a un tipo americano que nace. mismo documento propone el virrey una so- fiere, en un mismo párrafo, a "los vagos qu~
como tal, no lleva en sí la representación de la En cterto modo, esos documentos están viciados lución: "Así como dije que la agricultura se infestan aquellos campos robando ganado y
cole.ct.ividad folklórica. Se distingue de esa co- de insensibilidad antropológica; sus autores podía hacer aquí más extensa, siempre que con- mujeres y cometiendo varios homicidios" y a
lectrvtdad y resulta tanto más legendario, cuan- proceden de la misma manera que el antiguo tinúe la introducción de negros bozales, digo los "jentiles Charrúas y Minuanes, á desampa-
.to más indivi~ual y menos representativo. Quie- también ahora .que esta introducción propor- rar aquellos terrenos ó reducirse á poblacio-
etnólog~ que quiere medir los alcances y la
nes l~a? realizado en el campo recolecciones profundidad de una cultura indígena -su ciona á los estancieros el h acerse de un regular nes, libertando aquellas estancias de sus incur-
f?lkloncas convendrán en que el cantor o re- "paideuma" como diría Frobenius- con los número de criados con poco dinero, y poder siones en cualesquiera de estos casos". (4 ) Tiene
ntador "de largas mentas", dicta, muchas veces, ·:tests" de. la alta civilización europea. Uno de este modo resguardar sus estancias sin mu- el gaucho usos, costumbres e instrumentos del
melodías y versos no socializados· su fama SJ~mpre piensa que si el indígena tuviera tam- cho gasto". Por último y ante el auge del con- charrúa, entre ellos, el más notable: las bolea-
radi~a en su originalidad y, clarame~te, se dife- btén sus "tests" y marchara con ellos al viejo trabando en la Banda Oriental en la que par- doras. Diego de Alvear en su diario (1783-91,).
lencra de ese común denominador que pre- mundo, el resultado de su encuesta sería alta- ticipa el gaucho casi como única profesión de la demarcación de límites, se a~ticipa con
s~nta el hombre de todos los días, de gris tona- mente co~prometedor para el orgullo de la atiya organizada, exclama con impotencia: "To- una aguda intuición a idear lo que habría de
ltdad, donde vive normalmente la verdad fol- cultura occidental. En esta descripción hay que dos quisiéramos encontrar una llave con que ser un escuadrón de gauderios armados de lazo
klórica. c~rr~. de ·algiln modo esta gran puerta". (2) y boleadoras. Vein te años después, las guerras
suspender, pues, e~ j?icio, y sin darle mayor
No se crea, sm embargo, que ese sedimento , trascendencra al adjetrvo, atender a lo lisamen- . En la Banda Oriental - no así en la Argen- de la independencia van a darle la razón. Dice
fo~klórico del siglo XVIII, de presumible filia- te substantivo que es, por otro lado, la única·· tina y en el Brasil la línea de división en- así el precit<~do documento: "Una Milicia cons-
non culta europea o virreina! americana, fu e- y aprovechable verdad objetiva que ellos tre el peón de estancia y el gaucho se h alla muy tituida sobre el pie de montura, lazo y bolas
ra ~xactamcn te igual al importado; el pueblo poseen. poco acusada. En las faenas de tasajo y coram- de los Gauchos ó Gauderios (asi se llaman á
debra h<Jberlo fecundado en su augusta memo- . ~1 gaucho, en todo ese corpus documental bre de los ganados cimarrones y alzados, parti- los hombres de campo) por la ligereza de estas
Jra; le habría alterado, quizá, alguno de sus drecwchesco, es un desclasado, holgazán, cu· cipan el peón y el gaucho, éste último en cali- armas, nada expuestas al orín, q.e excusan el
caracteres. específicos; y, al hacerlo sobrevivir, chillero, caballista y nómade; sobre todo y fun- dad de trabajador a destajo, en algunas opor- peso y el gasto de las municiones, su segura
lo. folhlonzó . Esta es, por otro lado, la diná- damentalmente: contrabandista. La verdad .es tunidades. prontitud á obrar en todos tpos. secos ú de
mtca del folklore en nuestro continente. q.ue en ningú.n momento representa al proleta· Su filia~ión étnica es bastante clara: presu- lluvias; y finalmente por su mayor alcance, nos
El gaucho, en tanto, estaba esperando su nado campesmo y su área de dispersión abar· mible mezcla de español o portugués con indí- hace presumir, podría sacar alguna ventaja so-
1urno; todavía no era un hecho folklórico. Y ca las hoy provincias argentinas de Santa Fe gena, especialmente charrúa (recuérdese de paso bre el Sable de la Caballería de Europa, en al-
esa hora recién suena setenta años más tarde, -don?e acaso aparece por primera vez-, Bue- que el charrúa emigra a Santa Fe durante el gunas circunstancias de la guerra, no tiene duda
después que el primitivo grupo de denodados nos Aires y Entre Ríos, la Banda Oriental en coloniaje) Su número, por otro lado, no pasa q.e sería utilísima y álomenos la novedad no
csCI:Ítores de la primera época fijan su léxico y toda su extensión y la parte sur de Río Grande del millar en la Banda Oriental. En el año dexaria de sorprehender y causar su efecto en
lo Implantan como lenguaje del día para de- Do Sul, en el Brasil. Cabe reconocer, no obs- 1776, el francés Bougainville se refiere, por pri- las primeras funcwnes. La fogosidad deJos Ca-
volverlo, luego, a la colectividad. Ahora que, tante, que en la Banda Oriental el gaucho tiene mera vez, concretamente al origen étnico del ballos Europeos no sabria conservar su forma-
por supuesto, esta literatura primigenia es po- en todo el siglo XVIII su habitat más definido gaucho: "Se ha formado desde hace algunos ción á los pocos tiros de bolas: y el Sable ni
pub~·,. porque el escritor afina su oído para jus~~mente por el especial estado de su organi: años al norte del río [en la Banda Oriental] una la bayoneta impedir los estragos del Lazo". (5)
percrbn· la más sensible vibración de ese pue- zacwn ganadera. En la Argentina y en el Bra- tribu de bandidos que podrá hacerse más pe- Concolorcorvo agrega, además, otros deta-
blo, le habla en su más secreto mecanismo y sil existe un parcelamiento si no mayor por lo ligrosa para los españoles, si éstos no toman lles de su vida en la Banda Oriental, precisan-
~obre él se apoya. Es popular, sí, pero aún no menos bien definido, del suelo; el Uruguay es, rápidas mediqas para su destrucción. Algunos do la distinción entre el gaucho y el colono: "Se
es folklórica. Y si el folklore "es la ciencia de todo él, una inmensa estancia salvaje. Hasta la malhechores escapados de la justicia, se han pasean a su albedrío por toda la campaña con
las supervivencias inmediatas", al decir de primer~ década ~el siglo XVIII sólo posee dos retirado al norte de Maldonado; unos deser- notable complacencia de aquellos semibárbaros
Carlos Vega, cuya teoría aceptamos, e~ta lite- poblaciOnes: Sonano y Colonia, (ésta última, tores &e han unido a ellos; insensiblemente el colonos, comen á su costa y pasan las semanas
ratura tiene que desaparecer <te la capa supe- una simple plaza fuerte en permanente estado número se ha acrecentado; han tomado mu- enteras tendidos sobre un cuero cantando y
nor, de actua lidad, psra aflorar en el estrato d~ gu:_rra entre españoles y portugueses). A los jeres entre los indios y ha comenzado una raza tocando". Cuando Espinosa y Tello, que viene
lolklórico. diez anos de fundada Montevideo, todo el país qu~ no vive más que del pillaje. Roban bes- en la expedición Malaspina, baja en Monte-
Vamos a estudiar, pues, el momento histó- sólo cuenta con trece estancias. A mediados de tias en las posesiones españolas para conducir- video y, adentrándose un tanto en el país, toma
rico en que el escritor culto - cultos eran to- ese mismo siglo, los centros poblados, fuera de las a las fronteras del Brasil donde los Paulis- contacto con ellos en 1794, anota lo siguieme
dos los hombres citados en el parágrafo prece- alg~nas " doctrinas", no son más que cuatro, tas se las cambian por armas y vestidos. 1Des- "Si es verano se van detrás del rancho á la
dente- elige a un tipo aislado del ámbito ru- debréndose agregar a los dos iniciales, Monte- dichados los viajeros que caigan en sus ma- sombra y se tumban; si invierno, juegan ó can-
ra l rioplatense y lo recrea literariamente, por video y Maldonado. Recién en la segunda mi- nos! Se asegura que son actualmente más de tan unas raras seguidillas, desentonadas, que
una profunda e imperiosa necesidad social y tad de esa centuria se fundan una docena más seiscientos". (3) llaman de Cadena, ó el Penco, ó Mal Ambo,
política de la época. de pueblos. En su informe de 1795, el virrey A punto de extinguirse el charrúa - la tri- acompañánddlo con una desacordada guitarri·
!!-~ las po~ trimerías del siglo XVIII ya está Arredondo deja sentado su asombro ante este bu más diferenciada que habitaba nuestro lla que siempre es un tiple. El talento de
dehmda la Imagen del gaucho anteri0rmen- estado de cosas: ''yo no sé cómo explicarme •arritorio en el momento del descubrimiento- cantor es uno de los más seguros para ser bien
te llamado changador, gauderio, guazo o cami- con respecto á los inmensos catfÍpos de la Ban. ..brevive en la sangre del gaucho. No es una recibidos en cualquier parte y tener comi<.la y
lucho en los documentos coloniales. Pero antes da Oriental de este río, donde, como V. E. sabe. .l.nple imagen literaria pensar que el río de hospedaje". (6)
de entrar en las características de su tipo cabe se encuentran estancias de dominio particular, w sangre sigue corriendo en las venas de esta Conviene recorrer las crónicas y diarios de
hacer notar q'ue todos esos documenta's son cuyo nómero de leguas compite con el que tie filuev,a .raza que nace. En numerosos do.cumen- viaje de Oyarvide (1), Aguirre (B), Lastarria (9)

CUADERNO~ C~ MARCH~ NUIMSRd SI/ OCTUS RK UHB7 JIOA.~. :a

(
o la muy importante de Manuel Cipriano de tas, y éstos recogen el insulto y lo trascienden u na preocupacJon re tonca la que movió a H i- Que tiene con tuito el mundo
Melo (lO) para reiterar esta impresión definida. a una categoria de símbolo por obra y gracia dalgo, a Araúcho o a Ascasubi a redactar sus Un empleo permanente .. . "
El gaucho completa su cuadro de disponibi- de sus poetas primigenios. En este momento cielitos, di álogos, media-cañas o décimas. Fue
lidades con dos instrumentos: uno, musical, que el antiguo gauderio desaparece casi como fe- (De "Manucho", en 1351}
una fulminante necesidad de expresión. El
ha tomado de la capa superior, la guitarra a nómeno social aislado y es recreado literaria- hecho artístico se les dio por añadidura pero " ... Maniale, duro no inas
la que llama vihuela, a la antigua usanza rena- mente como una imperiosa necesidad dialéc- no por azar, en el ajuste estricto de todos los Hasta que muestren el cebo.
centista espaiíola; otro, de combate, las bolea- tica. Que con los rechupetones
resortes esti lísticos. Todos ellos eran escritores
doras que ha tomado de la capa inferior, etno- Aquí nace justamente toda la literatura de estirpe; con u na naturalidad mara vi llosa Que á la pobre Patria dieron
lógica, charrúa. · gauchesca que se presenta como un cuerpo or- Les ha cresido la panza
d ieron en el blanco de la poesía.
· Es necesario, pues, comenzar por no confun- gánico hasta el final de la Guerra Grande Como les crese á. los cerdos ... "
dir al campesino - patrón o peón de estan- (1851), y que el lector podrá comprobar en el \' esta poesía tiene, además, varios caracte-
cia - con el gaucho. Incluso es de imaginarse cuerpo documental de este trabajo. res comunes qu e conviene examinar pausada- (De autor desconocido, tll 18!2.)
que como personaje pintoresco y excepcional, Los caracteres de la literatura de esta' pri- mente.
•· ... Montá de una vez Ticú
no representa el gris y tranquilo común deno· mera mitad del siglo XIX son bien distintos Cuando el "estilo gauchesco" nace después Dale guasca al moro biejo,
minador del hombre de campo; ni en sus cos- de los de la segunda. Perdida su funcionalidad d~ 18 10, su éxito fulminante lo transforma en V haceles un ' tiro é bolas
tumbres ni en la jerga de su habla. Se conserva, es tricta, la poesía gauchesca sigue dos caminos: una afiladísima arma dialéctica que pasa por A esos diablos papeleros . .. ,.
a este respecto un precioso documento del léxi- Jo) desciende al lecho folklórico campesino y distintas manos y colores, pero que sigue siem-
co campesino deciochesco en el sainete colo- late casi hasta nuestros días como superviven- pre fiel a su destino de expresividad del mun- (De autor desconocido, en 18~2).
nial El amor de la estanciera. que, presumible- cia inmediata; 29) se eleva a una categoría ar- úo circundante de la hora. Es patriota hasta el
tística en el Mart{n Fierro, de Hernández, Al estallar la Guerra Grande, este movi-
mente, data de 1787. (11) Al "galán joven", éxodo del pueblo orienta l; después de 1820, ex-
quien entra a paso firme en la gloria seguido miento alcanza su tensión máxima y, con ella,
Juancho se le ha confundido equivocadamen- presa la amargura y desazón del día; en ese
jerárquicamente por dos baqueanos en estas se cierra su primer período funcional. En ese
te con un gaucho; es, sin embargo, un hom- :momento la Banda Oriental se halla sog-uz~ada momento, Hilario Ascasubi, que hada ya diez
bre de traba jo. La obra no acusa el desplante lides: el argentino Estanislao del Campo con a 1terna tivamen te por portu~ueses y brasileños
su Fausto, y el uruguayo Antonio D. Lussich años se hallaba en Montevideo, encarna al GQoo
gauchesco de la literatura que va a nacer más y aparece, entonces, en un a hoia impresa, una ·
con Los tres gauchos orientales. bierno de la Defensa. Varios anónimos justi·
tarde. Abunda, eso sf, en neologismos dentro de las piezas m{ts espléndidas de esa literatura:
fican literariamente al Gobierno del Cerrito
de un h abla de pura estirpe hispánica. No Una razón de dialt!ctica política preside esta t>l Cielito del BlandenRue Tel1rado, que extrac-
que, en el mismo tono, responde a las anda-
obstante, son ya neologismos asimilados y, co- literatura augural gauchesca que hoy analiza- tamos en sus estrofas pertinentes:
nadas del gran poeta cordobés; he aquí el "tó-
mo tales, precursores del dialecto rioplatense. mos. La preside y la origina. Tiene que hablar-
" ... No me vengan con emb1:ollas nico" que en 1845 les recomiendan los hom-
Se trata de uno de los pocos documentos del le al hombre de la campafí.a para atraerlo a la
De patria ni montonera, bres de Oribe a los "salvages unitarios, tan
habla campesina - no estrictamente gauches- causa de la independencia en los primeros
Que para matarse al ñudo hambrientos como rotosos que se hallan ene~
ca - de que disponemos en tan remota época. tiempos y escoge un tipo diferenciado: el gau-
Le sobra tiempo á cualquiera ... " nados en la infeliz plaza de Montevideo":
Y si lo que define - según vamos a ver - cho. Se sustituye por él. Mas, no conviene
el carácter de la poesía gauchesca es su tono, seguir adelante sin aclarar previamente que el " ... De osamentas salvajunas
Cielito cielo que sí
convengamos en que El amor de la estanciera, poeta gauchesco no es un gaucho. Incluso, su Podridas y agusanadas
Baya un cielo para todos
no puede ser un claro antecedente como ac- experiencia anecdótica del hecho gauchesco no Tomarás diez cucharadas
Mirá que lindos patriotas
titud mental y literaria. es muy rica. Aunque parezca extraño, desde Para saciar las hambruna& :
Los Portugueses y Godos
De pronto la sociedad toda del Rfo de la el punto de vista estético, esto es lo normal. Bebereis luego en ayunas
Plata se convulsiona ante las invasiones in- A los fines puramente artísticos, la experien- " ... Cielito cielo que sí El agua del Yaguaron
glesas, en 1807. Montevídeo expresa literaria- cia es de distinto orden; está más en la sus- Baya un betun por detra~ Por donde huyó el Pardejón
mente la memorable reconquista con dos he- tancia que en el accidente, y convengamos en Tres patrias hei conocido Chorreando hasta los talones
chos del más puro corte académico: la alego- que la sustancia está dada en las esencias más No quero conocer mas ... " Dejando allí los calzones
ría qramática del presbítero Juan Francisco intransferibles por la cefí.ida precisión de esti- A la tripl~ intervencion . .. ..
Martlnez, La lealtad más acendrada y Buenos lo que no deja paso a divagaciones pretendida- (De autor desconocido, entre 182 1 y 18 ~.1). ·· .. La dentadura postiza
Aires vengada, y las odas de José Prego de mente "literarias", o, mejor dicho, retórica•. · De Vazquez boca prodida
Oliver, donde naufraga la natural fuerza po- Y esto fue lo que se le pasó por alto a Emi- En la década 18!>0-1840, se trausforma en
.\ntes que se ponga roída
pular del hecho en una fría y pedantesca con- lio A. Coni en su serio y despiadado lib~o vara rectora de una justicia distributiva contra
La ú·egaras con ceniza
tienda de los dioses. contra ei gaucho, (12) cuando objetó, desde los malos políticos que se han enriquecido con
Despues con vinagre y tiza
Hidalgo hasta Hetnández, pasando por AJ,ca- la patria naciente, contra lo$ oportunistas, con-
Tres años más tarde suena la augusta hora Pasado por un tamiz
subi y Estanislao del Campo, la falta de vetera- tra los banqueros, contra los periodistas más o
de Mayo y el gaucho se enrola en los batallo- Le lavarás la nariz
nía de todos ellos en cosas del campo, sus equi- menos venales o "papeleros":
nes de la patria naciente. No interesa, a los A Suarez rudo vegeto
efectos que nos proponemos, analizar la sin- vocaciones en faenas campesinas, en pelajes de Salvage, inmundo Peveto
" .•. Venda aunque fuere su patria
ceridad, o, mejor dicho, el convencimiento de caballos o en el conocimiento de secretos resor-- Lechuzon de la Matriz ... ..
En cambio de un carachá
su actitud; lo cierto es que, en número repre- tes que diferencian al baqueano del "matu~
Que después todo se olvida, (De autor desconocido, en 1845).
sentativo figura en las huestes artiguistas. El rrango".
Y de ella será fiscal.
.o'ga.ucho", es, además, un epíteto despectivo Decíamos que la funcionalidad ceñida de Cielito cielo, cielito E.sta es, pues, la línea política que sigue
Cle los espaiioles hacia los batallones de patrio- esta poesía era su rasgo m:ls acusado. No fue Cielito viva la gente ~inuosa y estrechamente la historia de la poe-
lf-& gauchesca en el Uruguay, durante la pri- glés Lord Howden quien, en 1847, casi resuel- cuarteta inicial. Tiene au ortgen en el ••zéjet•
un tolklore que va a morir. hoy, et necno tol-
mera mitad del siglo XIX. ve la paz en favor de Oribe: arábigo del siglo IX, y después de pasar por
klórico es, justamente, el que fue actual y su-
Se ha repetido insistentemente que la poe· un período de esplendor en la edad de oro
Como apareao al invierno perior en la época de Hidalgo y Ascasubi. En-
•fa gauchesca es anti-pueblerina. Conviene pre· de la literatura castellana, corre a América al-
ha caído por esta tierra tonces el folklore era presumiblemente el del
dsar el término de "pueblero" q ue casi siem rededor del 1600 para sobrevivir en el pueblo.
un Loro de Inglaterra ciclo del romance. De él lo extraen los poetas
pre está representado, en todo este cuerpo li- En 1832 se publica en el periódico montevidea-
¡mozo lindo para yernol de la primera hora para enfrentarlo a la rica
terior, por el "doctor" o mejor aun, el po- no "El Domador", un trovo cuya cabeza • la
Hombre Loro tratador y compleja oda endecasílaba que los poetas. co-
lítico que maneja desde su tranquilo bufete o siguiente:
que en el Rio de la Plata loniales del tipo de Lavardén o Prego de Ohver .
en las antesalas de las convenciones de paz, \
trató con Lat·o Batata, practicaban a diario.
Jos hilos invisibles de la lucha. Convengamos "Ro sueldos y fto Terrenos,
en que éstos no son la más limpia representa- y el Loro R estaurado1. El cielito, que reconoce una anttgua filia- Chamusquina y Rabo Tiéso,
ción del hombre de los centros poblados. Este Y como tengo mis dudas r ción romancesca, es urta cuarteta octosílaba Solo son Opositudos
hombre normal de pueblo, lo conoce profun- de cómo se llama el homon., cuyos versos 29 y 49 riman en .forma consonan- Porque no tienen un peso . ....
damente como que vive al lado suyo, lo cual pues no estoy cierto si el nombre te o asonante; ahora bien, lo que define a esta .
es don ]úden ó don Judas ... " especie es el hecho de que en sus estrofas pares· (De autor desconocido, en 18~2)
,<explica qu e el poeta .gauchesco, que es un
pueblero, no sea precisamente un tránsfug::.. se presenta el siguiente estribillo en el primer
[Lord Howden) verso y en el comienzo del segundo: Esta variante de décima en glosa estaría
En realidad, "el pueblero", como "el gaucho". ;:lasificada, de acuerdo con el tratado de Juan
oon dos símbolos un tanto gruesos que expre- (De H ilario Ascasubi, en 1847). Alfonso Carrizo (lB), ent1e " las glosas propia-
aan dos políticas con todas las grandezas y las Cielito, cielo que si.
Mas, entremos en los otros caracteres ú<:: cielito, etc. . . . . .nente dichas del sistema C", cuyos principios
miserias inherentes. Por eso dirá, en J832, un esta poesía que tocan de cerca el problema es- regentes son dos: }9) hay tantas estrofas en el
verso anónimo semi-gauchesco, que hemos re- Este estribiiio se ordena de las formas máii
trictamente literario de ella. . variadas, ·siendo las más comunes: pie, como versos en la cabeza; 2Q) todos los
¡rogido en nuestra compilación: La casi totalidad de las composiciones se ...ersos de la cabeza, 5e repiten por su orden
Ay cielo, cielo y más cielo
"" ••. Presidente Rivett hallan cortadas con el patrón del verso octo-
sílabo que las entronca con la más pura tradi-
. .. ... . ... al final de las estrofas del pie. Estos versos de
"El Domador", según su autor, fueron escritos
Hombre benigno: Allá va cielo y más cielo
~Cuando querras librarnoo ción hispánica del siglo de oro. La naturali- " para cantar". En nuestros viajes de recolección
de tanto pillo .•. " dad plástica de este verso de ocho sílabas, que Cielito, cielo, eso sí folklórica hemos encontrado numerosos ejem-
corre con la fluidez de la palabra cotidiana pe-- plos similares; p_or la via culta se conserva un
(De autor desconocido, en 1832). ro con la gracia del canto, no es una solución Digo mi cielo, cielito trovo del siglo XVIII, escrito en Montevideo,
ca prichosa, sino que obra como un resor te por José María Pérez y Villada. Sobre ambos
2-Ulario Ascasubi nos va a exponer con una
central dentro de esa maquinaria poética. El Cielito, cielo, velay hemos escrito un comentario pertinente no ha·
apléndida claridad toda esta teoría:
empleo del endecasílabo, por ejem plo, presu- ce mucho. (14 )
"" . . &l de la paisanada pone un refinamiento métrico, incluso una Cielito, cielo, cielito, etc. En casi insignificante proporción aparecen,
los puebleros con razon tensión lírica y espiritual, distinta de las horas también, en nuestra compilación la quintilla,
¡uelen reírse, porque saben. cálidas y cambiantes en que vive esa poesía. Paralelamente con el romance y su deriva- la cuarteta y la octavilla. La media-caña y la
que los gauchos siempre soh Por ello, salvo en aquellas piezas en que la do aauchesco, el cielito, obsérvase en esta reco- refalosa exigen una versificación de pie forzado
los pavos que en las custiones frase 17Jusical de la danza -una media caña o lección el empleo constante de la décima. Esta que se adapta, decíamos, a las necesidades del
quedan con la panza al sol, una refalosa, por ejemplo - obliga a exten- tiene de la antigua "espinela" del Renaci- ritmo musical.
y el que por fortuna escapa der o acortar el número de sílabas para llenar miento, la ordenación de la rima consonante Entre los caracteres expresivos de esta poe-
rde cair en el pericon las percusiones del ritmo sonoro, en todo eJ ·y la pausa en el cuarto verso, innovaciones sía, y fuera de su contenido dialéctico de arma
despues de sacrificarse resto reina, soberano, el renglón octosílabo. Y ambas que fueron las que justificaron la in- de combate, cabe destacar dos o tres direccionet
~aca un pan como una flor este octosílabo se organiza en dos principios vención de Vicente Espine! en el siglo XVI, ya que tocan más de cerca con la calidad sus-
cuando tien~ por desgracia estróficos: el romance y la décima; el primero que la si·m ple sucesión estrófica de diez Hnea11 tancial de esta literatura.
que arrimarse á un figuron . . . " de ellos engendra una variante métrica criolla: ·e xistía de mucho antes. En primer término: es un verbo poético
el cielito; la segunda se presenta, a veces, bajo La décima, que es hoy la estrofa más socia-
(De Hilario Ascasubi, en 1833). conjugado en tiempo presente. Nace al calor
la forma de " trovo" o "glosa", lizada del folklore lírico-musical uruguayo, fue del día y vive en su hora más luminosa y aso-
tQué admirable anticipo, en el orden. li- El romance reconoce el más antiguo y po- implantada decididamente por esta generació~ leada. Ausente de la nostalgia de lo pretérito.
terario, de lo que casi cien años más tarde van pular cuño español; es la forma métrica más de escritores gauchescos de los albores del si- esta literatura se diferencia claramente de l.lt
m decirnos, a través de su teatro, Ernesto He- adecuada para el relato o el diálogo; mas, glo XIX. Actualmente se entona con melodía posterior gauchesca la cual va a deleitarse, ju~
liTera en El león ciego o Justino Zavala Muniz cuando llega a América en el siglo XVI, es en de estilo, milonga campesina y cifra. tamente, con el recuerdo de épocas pasadas. No
<!n Fausto Garay, un caudillo! ]a península ibérica un alto hecho cultural y Esta décima gauchesca se presenta, a veces, rememora hazañas; las vive en ese momento
Y esta diatriba contra el mal político se actual; hasta el amanecer de la literatura gau- bajo la forma de "trovo". El trovo es la acep- y, por ello, quizás, no les da esa trascenden•
liorna más directa y acerba aun contra el ex- chesca está latiendo, en el ámbito folklórico ción dieciochesca de la décima en glosa. Cons- cia resonante con que el recuerdo las transfi·
ttranjero interventor que quiere resolver en po.- americano, como supervivencia inmediata. ta de una cuarteta octosílaba llamada "cabe- gura. La muerte vigilante, el suplicio, la gue-
q;os días y muchas antesalas el conflicto de la Hoy, a punto de extinguirse, sólo se conserva la" y de cuatro estrofas de déci111a I!ama<tas rra, son accidentes inevitables y cotidianos que
Guerra Grande. Oigamos al mismo Ascasubi en el Uruguay a travét del repertorio infantil, " pie". Si el lector subraya el último verso de rondan al poeta. l'U, apenas subraya con un
riiU interpretación gauchesca del diplomático in- al decir de Carlos Vega, el último reducto de las cuatro décimas, reconstruirá, otra vez, la humor agrio o un sombrfo gracejo, estos acae..
Decíamos que una característica definida deano Hidalgo integra también, el patrimo
ciuu entos. La valen tía y el miedo no son cua- género: Manuel de Araúcho. He aquf cuatro de todo este movimiento reside en el hecho de nio literario argentino. Y he aquí que este
E dad<'~ ;•lirmativas o negativas sino lisos y momentos de primera categoría literaria en ese su organicidad compacta. Tiene algo de la canje de nombres viene, en úlLimo término.
cambi~nles estados de ánimo. Hay una pieza sen ti do, · donde, como al pasar por un prisma, coparticipación colectiva de numerosos escri- a soldar aun más la unidad histórica de la
admir<> ble en ese sentido: Manuel Oribe anun- se abre todo el espectro de la imaginería gau· tores en una sola obra; incluso los nombres familia rioplatense.
cia, con varios días de anticipación, que el 25 chesca: ya tiernamente amistosa en la primera, de Jos personajes -Chano, por ejemplo, o Las dos ajustadísimas composiciones gau-
de a~oslo de 1843 asa ltará Montevideo con ya sombría y sentenciosa en la segunda, con Contreras- pasan de mano en mano; los chescas de Manuel de Araúcho fueron, para
diez y ocho m il hombres y cuarenta piezas de expresivo gracejo en la tercera y gruesamente inaugura Hidalgo y los recoge Ascasubi. nosotros una revelación que nos obliga a un
artillería. Hi lario Ascasubi, desde la plaza si- colorida en la cuarta: El estilo, en este caso, es una gran super- comentario más pausado sobre su persona.
tiada, no puede r esistir más la impaciencia de estructura, no una definida expresión perso- Junto a las de ellos, se deslizan varias como
ese ataque que, presumiblemente, habría de " ... Mande que vayan cebando
nal, al punto de que si nos propusieran como posiciones de autores desconocidos, algunas da
liqniclar al Gobierno de la Defensa, y le sale Un matecito ño Trejo,
problema estilístico fijar el autor de una las cuales son de s.ingular calidad gauchesca,
al paso con cuatro décimas como para qu ebrar Y vamos un verde echando,
composición poética de este grupo, tendría- como el Cielito del Blandengues retirado
el suspenso y decidir al sitiador a la acción : Mientras le saco el apéro (NQ 14), y dan, a todo este repertorio, la fuer-
A este mi mancarron bayo mos que recurrir a un criterio histórico -per·
sonajes o sucesos a los que ·se refiere dicha za misteriosa y secreta de lo popular.
"Pero amigo don Ciriaco Porque ya lo vé que tiene
usté solo se ha guasquiao El corazón palpoteando .. . " composici6n y que ya trat6 determinado au- Los restantes autores son nombres de re-
pues nairles le ha preguntao tor-, y no al matiz estric'tamente literario conocido ejercicio literario que, accidental-
si está en carnes ó está flaco. " ... Mire, que no somos zainos de la misma, que presenta en todos los auto- mente, dan en la flor del léxico gauchescos
Crm diez y ocho mil y el naco Por mi parte, le aseguro res una extraña unidad inquebr antable. No Francisco Acuña de Figueroa ( 1790-1 862), el vie-
de los cuarenta cañones Que si le sirvo de enfado, hay una sola rrota discordante. Y sin propo- jo cantor de nuestros fastos históricos y de
nos sacan á pescozones: Donde hay yeguas potros nacen, nérselo deliberadam ente como doctrina esté- nuestra minucia cotidiana, un escritor de es-
¡qué diablos se anda empacando! Y hai en el campo caranchos, . · ¡
tica nacionalista, sin decretos ni academias, tirpe qu e nos brinda, entre otras composici().
¿ó sigue siempre esperando Que comen la carne humana, estos escritores dan en la flor más diferencia- ncs, un cielito culto en 1829; Fernando Qui•
el verano y los melones? Cuando algún tajo bien dáo da de la nacionalidad. jano ( 1805-1871), el adelantado del primitivo
Con seis mil de gente infantes Nos echa á dar cuenta á Dios Por algo el pueblo la recoge y la fecunda, teatro uruguayo, proteico personaje, actor,
toda tropa violinista De todos nuestros pecaos ... " luego, y la hace sobrevivir hasta nuestros días. autor, músico de afición, bailarín, militar, pe-
¡el demonio que resista, " . .. De allí yo me fui derecho Está apoyada inicialmente en el pueblo -aun- riodista, director de escena y, a rato3, versi·
y la burra que lo aguante! A ver si tomaba un trago. que no es obra anónima de gente de pueblo- ficador; Alejandro Magariños Cervantes ( 1825·
Atropelle y al instante y hacia él vuelve cuando muere en el estrato J 893), que ensaya una variante gauchesca del
Fuí al café de Catalanes,
verá aónde vamos á dar: superior. He aquí, en verdad, "la sabia agri- Arronó y recoge ciertas fórmul as del arte pa·
Había un monte soberano

l ¿á qué nos quiere asustar? Y en dos entreses amigo cultura de la muerte", como di:ía Quevedo. yadoresco; y José Prego de Oliver ( 1750-1814),
¿no es mejor de que mansitos, el cantor colonial de la gesta de las invasiones
Me dejaron tiritando . . . "
nos agarre á toditos, inglesas, que nos ofrece una letrilla amable con
" .•. Eché mano al alfajor
2. LOS ESCRITORES típicas locuciones o giros criollos.
y nos mande asen·ucha1·? .. . " etc.
Diciéndole: ladronazo, De entre el puñado de autores desconoci· La recopilación se inicia con una extensa
(De H ilario Ascasubi, en 1843). Largue el mono, hijo de angúlo; composición colonial que, si no es en nin-
dos, escritores ·cultos que incursionaron en la
Cnando en 1872 publicó en París sus obras O sino le saco el guano . , . " vena gauchesca, y literatos funcionales del gé- gún momento obra de "mester de gaudería",
com¡)letas, recordando esta circunstancia, al (De Manuel Araúcho, en 1835) nero, tres nombres refulgen con luz propia en an ticipa empero misteriosamente cierto aire-
transcribit la composición de referencia, anotó este repertorio de la primera mitad del si- cillo gauchesco y una vívida descripci6n del
Otra peculiaridad definida de esta poesía personaje en torno del cual se organiza toda
lo siguiente: "Con tan terrible amenaza se finca en el hecho de que el paisaje está ceñi- glo XIX: Bartolomé Hidalgo, Hilario Ascasu-
asustaron todos los sitiados; y el Gaucho [As- si y Manuel de Araúcho. esta literatura.
do a la dimensión física y espiritual del hom-
casubi] más asustado que ninguno, apenas bre. La escala humana se halla siempre pre- No es de extrañar que incorporemos al Bartolomé Hidalgo - La biografía de Barto-
atinó a cantar los versos siguientes que de- poeta cordobés Hilario Ascasubi en el cuadro tolomé Hidalgo animada inicialmente según se
sente; n~ hay descripción que no esté sometida
dicó al presidente legal, antes del ataque". naturalmente a una funcionalidad estricta den- de la literatura gauchesca uruguaya. Después supone por José Rivera Indarte en 181:2 y
La gracia corre, además, a tubo suelto en de dos anteriores estadías en 1824 y 1830, se detallada seriamente por Martiniano Legu!Za-
tro del poema. Al describir la batalla de Car-
este iluminado cuadro de la poesía gauchesca. radicó, a partir de l 832 y por espacio de 19 món en el siglo actual, fue coronada con una
pintería en 1836, oiremos a "Perico Cielo"
Una gracia sana y pimpante que está latiendo años, en nuestra capital. En ese período es- excelente monografía de Mario Falcao Espal
esta felicísima acotación plástica:
hasta en el empleo del documento escatoló- n·ibió y publicó el ochenta por ciento de su ter, hasta ahora el trabajo más completo, que
gico, esa "mala palabra", que suena con una " .. . ¿No has visto cuando hace el viento obra, incluso las dos primeras entregas del alcanzó dos ediciones complementarias. En
limpieza trascendida por su misma necesidad Sobre el trigal una raya Santos Vega. Escribió en el Uruguay sobre su- ese ínterin, la obra de Hidalgo fue vastamcn·
de irrupción. La imagen vuela con velocidad Que se dueblan á la furia cesos uruguayos y dentro del más diferencia- te irradiada a través ele exégesis, biografías y
fa 111 ;1st ira desde la más refinada intención has- Las espigas en batalla? do acento popular de nuestro país. Por dere- antologías, y hoy cuenta ce>n una bibliografía
ta el más gr ueso epíteto. La felicidad en la Pues ansi los milicianos cho conquistado, y no por el accidental y gra- que llega casi al medio centenar ele títu los. (1~)
obs"rvac1ón directa, la graficidad de la ima- Se metieron al fandango tuito hecho de su nacimiento, Ascasubi debe . Algo hemos avanzado en el sentido de utt
~en se revelan en todas y cada una de estas Sin desmentir dela fila integrar, entonces, nuestro patrimonio litera- mejor conocimiento de nuestro augural poeta
poesías. Tomemos, por ejemplo, a uno de los La pisada de un chimango .. . .. rio en la misma medida en que el montevi- gauchesco. Entre las más remotas biografíaa
escrita.-e~ no oficialmente representativos del (De "Perico Cielo... en IS~e,.
NUME:Rd e 1 OCTUiiiRIC 19G'7

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fnlditas, nos cumple destacar la de Andtés La- tos"? El documento de Sagn y Perix no t"S .sfgnó a Hidalgo Ministro Interino de Hacien- Cerrada, en los primeroa tiempos la Cala de
mas cuyo manuscrito que data de 1845 aproxi- muy claro al respecto, y sobre él volvet·c·~:l •IS da, puesto que dejó al poco tiempo para ocu- Comedias y adeudándose a los cómicos de la
madamente, se conserva en el Archivo y Bi- en el correr de la presente nota biográfica. par el cargo de Oficial Mayor en el mismo mi- compañía de Juan Quijano y au esposa Pe-
blioteca "Pablo Blanco Acevedo" del Museo En 1803, Hidalgo entró de dependiente en nisterio. El 30 de enero de 1816 representóse, tronila Serrano varios emolumentos, resolvió.
Histórico Nacional. (1 6 ) En ese entonces, La- el comercio de Martín José Artigas, padre del en la Casa de Comedias, su unipersonal Sen- el 4 de junio de 1817, que los actorea fueran
mas preparaba una antología poética "Poetas caudillo, y en 1806 le encontramos corno elll· tmúentos de un Patriota y, casi de inmediato, pagados en sus atrasos, la mitad en moneda y
del Río de la Plata" y en el capítulo dedicado picado del Ministerio de Real Hacienda, en se le nombró Director del mismo teatro. la otra mitad en especies (21 ); dos dfas más
a Hidalgo, estampa una biografía., conocida calidad de meritorio. Durante las invasiol')es Larde, se les instó a que se hiciesen cargo del
hoy a través de los trabajos de Juan María Gu- El teatro montevideano fue, desde su funda-
inglesas se batió en la acción del Cardal, el teatro en algo así como una sociedad coopera·
dérrez y transcribe el unipersonal El Triunfo ción hasta el final de la Guerra Grande, es·
20 de enero de 1807, integrando presumible· pejo de costumbr es y de ideales políticos. La tiva (22), cosa que se cumplió llevándose a es·
fechado en 1818 y los tres conocidos diálogos mente el "Batallón de los Partidarios de Mon- cena Las esposas vengadas, pieza interpretada
gauchescos. Este manuscrito aún inédito, sin suya es la más apasionante historia general de
tevideo". Desalojados los ingleses, Hidalgo re-- nuestro país. Nació en 1793 "para divertir los por la Compafiía Quijano con la intervención
aportar mayores datos, viene a robustecer la tornó a su puesto en el Ministerio, donde p~l'" , de un jovencito llamado Juan Aurelio Casa·
exactitud de la paternidad de estas cuatro pie- ánimos delos habitantes de este Pueblo que
maneció hasta que la convulsión artiguista de podrían padecer alguna quiebra en su fideli- cuberta quien tomó a su cargo el último papel
m atribuidas al poeta uruguayo. 181 1 le atrajo a su seno. · del reparto: un criado. (2a) Con el correr dtt
dad, con motibo dela libertad, que había adop·
Nació nuestro escritor en Montevideo, el Ya en esa época, Hidalgo ~ hallaba en tado la República Francesa" (19), según decla- Jos años; Casacuberta había de ser el más gran·
24 de agosto de 1788, siendo sus padres Juan contacto con las musas; unas musas retóricas, · ra su fundador, Manuel Cipriano de Melo, al
de actor americano del siglo XIX. Llegaron
José Hidalgo y Catalina Ximénez, ambos na- altisonantes y patrióticas que It dictaron sus i hacer testamento en 1806. Durante más de luego los días memorables del desembarco de
turales de Buenos Aires y de condición social primeros himnos y marchas. La formación li- medio siglo, el teatro fue la más formidable la Agraciada. Obtenida, por fin, la libertad
muy modesta. No ha quedado ningún recuer- teraria del que había de ser nuestro primet' · arma dialéctica de convencimiento. El gober- de la Nación, el mismo día en que se juró la
do de su envoltura física. Sus biógrafos más poeta gauchesco, ya euaba asentada entonces, nador español Antonio Olaguer y Feliú orde- Constitución, el 18 de julio de 1830, gobier-
antiguos aseguran que era de constitución dé- al punto de que desdé el periódico "Gazet~ dt nó su erección en plena dominación hispáni- no y pueblo clausuraron los fastos del día con
bil y enfermiza. Hoy podemos agregar un solo Montevideo", que defendíll. la dominación his- C<' , como institución de alta finalidad política;
su concurrencia al teatro donde se representó
detalle a este respecto, que debe ser manejado pánica, se le tilda de "cultolatiniparlo'\ (lB) en él se entonaron loas a la monarquía es· Lanuza, fiel defensor de las leyes (24 ), exalta-
con sumo cuidado. En 1817, a través de una :Esta noticia, hasta ahora inédita, viene a c0'- pafwla y se representaron comedias donde se ción del orden jurídico, como convenía a este
correspondencia inédita de Joaquín de la Sa- rroborar la presencia de algunas perdidas com• exaltaba la tutela de sus serenísimas majesta- acaecimiento. Ai estallar la Guerra Grande, si-
gra y Periz, éste le llama "mulatillo". En cier- posiciones de Hidalgo anteriores a las ya cono- des. Cuando en i807 los ingleses tomaron Mon- guió siendo el teatro una formidable tribuna
to modo, esta afirmación viene a coincidir con cidas, puesto que su Marcha Nacional Orien- · tevideo, éstos cometieron la más grave equivo- de convencimiento político, esta vez en pro
la del Padre Castañeda quien, en 1821, desde tal, la primera que poseemos, fue escrita dos cación política: clausuraron el teatro y lo ha- del Gobierno de la Defensa; en sus tablas se
"La Matrona comentadora", lo llama "oscuro meses más tarde. En todo caso, revela que bilharon como local de compra y venta de ca· representó la ardiente pieza de Francisco Xa-
montevideano", agregando "que es un tentado nuestro poeta no se improvisó bruscamente en simires y productos del país. (2°) Creyeron, vier de Acha Una vlctima de Rosas. Recién
de eso que llaman igualdad, para lo cual hay el ejercicio literario. quizás, que con la fundación de "La Estrella después de 1851. el teatro penetró en la orga-
algunos impedimentos físicos". Hidalgo editó Atraído desde el primer momento por la <.le.l Sur", el primer periódico montevideano, nización comercial de la época y perdió su
entonces su folleto El autor del diálago entre Revolución, en 1811 acompañó a las tropas podían obtener idéntico resultado. Se olvida- sabroso color político que lo había definido
jacinto Chano y Ramón Contreras contesta a artiguistas en Paysandú y Salto. Fue adminis· ban de que, en ese entonces, la mayor parte como un fino sismógrafo a través del cual se
los cargos que se le hacen por La Comentadora, trador y comisario de guerra y se incorporó e de la población era analfabeta. Así les fue. registraban las menores vibraciones del orden
la única pieza que en vida publicó con sus ini- las fuerzas patriotas en el memorable sitio de social y político.
Al cabo de unos meses tuvieron que retirarse
ciales "B. H ." y en la que, con noble entona- Montevideo. En ese ínterin, compuso, además en derrota. Cuando el Gobernador Elío tomó Pero volvamos a nuestro primigenio poeta.
ción y dejando a un lado las malevolentes pa- de la Marcha, dos cielitos patrióticos que, se- las riendas del gobierno, muy ~ábilmente re- Durante el período netamente artiguista, Hi-
labras de su contrincante, declaró: "Que sirvió gún consigna Francisco Acuña de Figueroa en abrió, con toda pompa, el teatro y, en él, se dalgo escribió un segundo unipersonal ]dome-
a la patria de 1811 a 1815; que tuvo bajo su su Diario Histórico del sitio, los soldados en- representó el drartla alegórico del presbítero neo, cuya autenticidad se ha puesto en duda,
cuidado más de $ 80. 000 eM efectivo, y útiles tonaban acompai'íándose a la guitarra, en las Martínez La lealtad mds acendrada y Buenos la Marcha Nacional de 1816, al saberse de la
del ejército y $ ~.000 en especies; que estuvo en noches del asedio. Este es el único documtnto Aires vengada donde se exaltaba la reconquis- invasión de Lecor, y el Cielito Oriental contra
el sitio contra Montevideo y en los 22 meses probatorio de la existencia de tales cielitos en- ta de Buenos Aires y se cantaban loas a los los portugueses, en agosto de ese mismo año.
del nuevo sitio, sin que jamás faltara a $U tre 1812 y 1814, aun cuando debe advertirse reyes hispánicos. Amaneció el sol de Mayo, y El 27 de enero de 1817 entró Lecor, al
deber; que en 1818 vino a Buenos Aires, don-
de se le ofreció un cargo en la secretaría de
Gobierno que no aceptó, porque no había ve-
que las notas a la crónica rimada del 11ido.
donde figuran dichas referencias, fueron redlc- )· ocupada Mont~video por el gobierno patrio,
Otorgués, con un alto designio político, pro-
frente de las tropas portuguesas, en Montevi-
deo e Hidalgo pasó a ser censor de la Casa de
tadas años más tarde por Acuña de Figaeroa y vocó el estreno · del unipersonal de Hidalgo Comedias. De este último período montevi-
nido a buscar empleo, sino a trabajar, como en ninguna de ellas se habla de Bartolom6 HI- deano del poeta, data su epitalamio A don
estaba acostumbrado a hacerlo para mante- Sentimientos de un patriota y nombró luego
dalgo como presnnto autor de las mismas. a aquél director del teatro. Al penetra~ en Mon- Francisco Solano de Antuña en su feliz unión,
ner a su madre infeliz, cuya situación depen- Al mes siguiente de la entrada d~ Al\'eat fechado el 7 de enero de 1818.
día del sudor de su frente". (11) tevideo las tropas portuguesas, al mando de
en Montevideo, producida e« 2~ de junio dct Lecor, éste transformó el teatro en arma po- Con fina crueldad o, acaso, con la compli·
¿Corría en sus venas alguna parte de san- 1814, Bart0lomé Hidalgo, que venia con I• lítica favorable a la monarquia lusitana. Con- cidad del escritor, el Barón de la Laguna pu-
gre africana, o lo d~ "mula'tillo" y "oscuro" tropas, fue nombrado administrador de Co- venia al Barón de la Laguna propiciar las re- so a Hidalgo, cuyos versos contra los portu-
fueron sencillamente indignos epítetos de des· rreos. Retiradas las fuenas argentinas eo 1815, presentaciones teatrales y .dar lustre a su bri- gueses aún resonaban en los oídos de los pa-
precio? ¿Cuáles eran sus "impedimentos físi- el nuevo gobierno nacional de Otorgués de- llante cohorte-. Estaba dentro de sus planes. triota~, a la tarea de corrector de los textos

NUME:RQ . / OGTUBRIE 1~ • ..,. .. ....ca. -47


literariO! que se representaban en la Casa de de entre la muchedumbre de los muertos. sus la casa paterna y emigró del país en una leva, y cuya pista nos porporcionó, con su pr<>vt!k-
Comedias. Fue en este momento cuando J oa- b ue ~os danin luz". (~6) en calidad de tambor ele una goleta, donde le bial generosidad, el historiador don Juan E.
quín de la Sagra y Periz escribió desde Mon- llilario A~casubi . La mfanua y . la ado- ocurrieron toda clase de avent uras. En tre bro- Pivel Devoto, hallamos el siguiente, dirigido
llevideo a su amigo Agustín Rodríguez, en car- lescencia de Hilario AscaSllbi cs Lán e11vueltas mas y de veras, al'íos más tarde, Ascasubi r e- al Barón de la Laguna, y fechado en Mon-
tt31 fechada el 1~ de m ayo de 181 7: "Para cele- en un l1álito de fanta~ía o leyenda qu e el rn i~­ latada personalmen te todos estos acontecimien- tevideo el 26 de abril de ese año: " Hilario
lbrar la venida delos pacificador.s y divertir al mo iutercsaJo Lllvo la gra<.ia socanon a de tos: ")'o soy hombre corrido, sabido, leido y Ascasubi: Vecino de esta Ciudad ante V.E..
1Pueblo ae :tbrió el teatro baxo ladireccion d e propiciar. Efecti vamente, la vida ue Hila rio e~cribido, porque de charabon me agarró un con todo respecto, me presento y digo: q .•
Quixano este dió p.r primera la comedia titu- Ascasubi hasta 1850, [u e con Lada de manera flaire que confesaba á mi hermana fClara As- me es de Necesidad el pasar á B.s Ay.s á Di~
riada llpre. triunfa la inocencia, enq.e noseq.e algo co 11 tradictoria por l:.milio Mangel du cJ.s ubi l, y me llevó al convento d e San Fran· Iigencias propias y para verificarlo pido r
papel hace uno denros. Reyes d e Castilla: f ué l\1esnil (27 ), José María T orres CaiceciÓ e~). r isco, adonde me enseñó hasta la mitá de la su plico se sirva concederme la correspondien~
llamado aldia iig,te p.r Bianqui (Rexidor) y Bénedict Ga llet de K.J.dture (2U), y Heraclio C. Bramática [gramática] en latín, y el ayudar á te licencia y recibiré Merced. [fdo.] Hilario
~ecivió deél una seria reprehension d iciendole Fajardo. (30 ) Ascasu bi prohijó algunas de ellas m isa; y no a prendl la Jergafría [geografía] Ascasubi". (SS) Lecor firma la autorización de
cr¡.¡o¡ el gobierno militar sehabia quexado de q.e en el prólogo de la edición francesa del San· porque le hice una fui da al padre, y luego me '.' Dese gratis o Pasaporte ao Supplicante" ett
íllombrase á nros. reye~ en la representación, tos Vegn en 1872 y, a s11 vez, en tono zum bón agaJTaron de leva para Jos barcos, cuando la el día de la fecha.
y q.r¡¡ 11e abstuviese ddhacerlo: Pasó áver al
Governador Sebast.n Pintos, yeste le dixo. q.e
publicó en Aniceto el Gallo su fragmentan a { guetTa con Portugal; y entonces me soplaron
de tambor á bor do de una boleta, que la
A los cinco mese·s, Ascasubi parda pal'a
Salta y editaba allí "La Revista Mensual de
au tobiografía. Ningu na de ellas concuerda
no era cierta la quexa. p.r su parte, p.ro q .e exactamen te en el detalle. mandaba un oficial de marina criollo patrio- Salta", r~dactada por José Ildefonso Arena
puesto q. este Pueblo havia estado dividido Su biografía fue nuevtlmente e~bozada, a ( ta y guapo, med io parecido á muchos de los les y cuyo primer número vio la luz el 30 dt"'
en bandos y q.• el obgeto del teatro era p10· su muerte, por Rafael H ernández -hermano de hoy en día. . . si señor" . . . ''como le iba setiembre de 1824. Por d ivergencias con el
curar la honesta distraccion del publico y no del autor de M artín Fzerro y amigo personal di ciendo: en la boleta salimos y anduvimos redactor -hijo del Gobernador Juan A. Al-
~elfomento deaquellos, novolviese ádar álus nin- de Ascasubi- en Pehuajó. (31) En nuestro si- por esos mares de .Cristo traginando de cor- varez de Arenales--, que trascendieron al pú-
guna pieza q.e de cualquier {orma pudiese glo, la traza,·on, otra vez, Ricardo Roias (32), sario, hasta que nos pagó un albazo y nos blico en ruidosa querella, Hilario Ascasubi
([chocar a o]) d isonar á cualquiera de ellos. Martiniano Leguizamón (33), .E teuterio F. Tis- agarró con barco y todo un comendante lla- abandonó la ciudad y se incorporó, a fine:¡;
Posteriormente llevó una comedia al mulati- cornia (34 ) y Manuel fvfuJ JCa Láinez (35) , est.e mado Yuan das Botas, guapazo el Portugués; d e 1825, al batallón de Cazadores del coro-
Jlo hidalgo (q.e esta de corrector) y en una es- último su biógrafo más 'completo, hasta la fe- y ese mesmo me llevó á Portugal, y me tuvo nel .José María Paz que intervendría en la.
cena donde p.ra publicar unbando decía el cha. No obstante, en todas ellas hay algunas hasta que me le escapé en otro barco y fuí á guerra contra el Imperio del Brasil. Marti-
original,por el Rey; bonó estas palabras, y diferencias de fechas y de hechos. dar por las tierras de Uropa en la Inglaterra niano Leguizamón asegura que en t 827 se
puso por el General.'' (25) Para complicar aun más este estado de co· y la Francia; por allá me aguanté como cin- trasladó al Uruguay "siendo uno de los ven·
sas, vamos nosotros a aportar algunos docu· co años, de manera que hasta soy lenguaraz. cedores de l tuzaingó, como voluntario de]
De todas maneras, tanto d aban a Hidalgo en esas lenguas. Luego de Uropa, caí á Mal- contingente reclutado en Salta, cuando aím
reyes españoles como generales lusitanos. Pese mentos inéditos - la constancia de un Hilario
Ascasubi "vecino de Montevideo" en 1824; o paraíso:. de alli por la cordillera atravesé y era m enor d e edad, pues había nacido en
:a todo ello, al poeta se le hada insostenible la anduve en todas las guerras del dijunto Qui-
tJi tuación en un Montevideo dominado por los su partida de matrimoi1io en 1832, y n~ en 1807''. No trae documento probatorio; otros
J 837 como hasta ahora se ha venido repitien- roga, que esté gozando de Dios, y de ahí vi- biógrafos declaran que, en ese momento, se
portugueses y, en marzo de 1818, emigró a ne á Entre-ríos, y últimamente á Buenos Aires,
do- que se intercalan en la compleja crono· hallaba en Catamarca en las guerras contra
Buenos A ires. aonde estoy á su mandao." (37)
logia de su vida . . los caudillos.
El periodo de creación más trascendente de Según sus biógrafos, Ascasubi se hallaba En el período de su vida militar compren-
Hidalgo abarca los tres años finales de su A principios de 1807, el andaluz Mariano
Ascasubi de indudable ascendencia vizcaína, de regreso en Buenos Aires en 1823, y hacia dido entre 1826 y 1828, ascendió de soldado
wida. A partir de 1820 escribió sus últimos setiembre de 1824 partía para Salta, trans- voluntario a teniente del Regimiento 17 de
delitos, que se vendían por las calles com o y su esposa Loreta Elía, de familia cordobesa,
emprendían viaje desde la Córdoba · colonial portando la benemérita imprenta de l os Ni- Caballería de línea, en Catamarca; pasó, l ue-
hojas sueltas, a la manera de compuestos, y, al ños Expósitos que, en esa provincia, iba a go, al regimiento de Granaderos de Colombia •
hacia Buenos Aires, en pesada carreta. Al lle-
año siguiente, sus tres diálogos patrióticos. Con~ · hacer gemir sus prensas, por última vez, baio y el 27 de actubre de 1826 intervino, con las
trajo matrimonio con la porteña Juana Cor- gar a la posta d e Frayle Muerto, donde hoy
se levanta la ciudad de Bell-Ville, doña L(? la nueva denominación de ''Imprenta de la fuerzas de Lamadrid, contra Quiroga en la
tina, el 20 de mayo de 1820. Atacado de tu- Patria" y, posteriormente, "Imprenta del Es- batalla del Tala, ganada por éste último. Un
reta sintió dolores de parto y dio a luz un
berculosis pulmonar, murió en las afueras de niño. El día 14 de enero de 1807, nació Hi- tado". año más tarde, acompañó, otra vez, a las tr(?
JBuenos Aires, en el caserío de Morón, el 28 Ahora bien; un nuevo documento vtene pas de L amadrid en el combate del Rincón

'
lario Ascasubi. No hay constancia certificada
de noviembre de 1822. "Fue tan oscuro su del hecho, ni del lugar ni de la fecha. Rafael a iluminar el período que va desde su IleJ?,a· de Valladares, en el que volvió a triunfar el
cdestino -dice Falcao Espalter- que al m(? Hernández, en 1896, deja sentado que " nació da a Buenos Aires hasta su partida a Salta. caudillo riojano. Huyó Ascasubi a Salta y es-
a-ir, 11u cadáver ha sido pasto de la fá bula, en un punto de la Provincia de Córdoba que En ese ínterin, Hilario Ascasubi se radicó en tuvo varias semanas entre la vida y la muer-
¡pues nadie sabe aún donde fueron a parar los él ·nunca quiso recordar, á imitación de Cer· Montevideo y, acaso, fue éste el primer con· te, atacado de chucho. Convaleciente toda-
tristes huesos de aquel hombre. Posiblemente, . vantes el 14 de Enero de 1807." (S6). Ya desde tacto que tuvo con nuestros hombres y con vía y en el período durante el cual Facundo
la miseria, que como un fraile del Orden de el día de su accidentado nacimiento, la leyen- nuestra ciudad adonde volver á primero en Quiroga había decretado una amnistía, co-
San Francisco, le acompañó desde la cuna Qa comenzó a rondar, pues, en la biografía de 1830 y luego, en 1832, para permanecer a noció al Tigre en u na entrevista que Bénedict
fGI la sepultura, mezcló en la fosa común las nuestro poeta. partir de esta última fecha por espacio de 19 Gallet de la Kulture relata en una página de
cenizas aún calientes de Hidalgo. Pero este Radicados los padres ~ Buenos Aires, re- años, y producir casi toda su obra literaria en pintorescos y brillantes contornos.
mismo olvido, esta desventura suprema es pren- cibió su primera instrucción en el Convento nuestro medio. Efectivamente, entre el m an(? Dirigióse, después, a Santiago del Estero
da de inmortalidad antE lo~ ojos del espíritw. de San Francisco. Alrededor de 1819 fugó de jo de pasaportes correspondientes al afio 1824, y, de allí, saltó & Buenoo Aires. En 1828 ~re

CUADERNOS D~ MARCHA N UMiiRC! C / OCTUBRE 1 ~Gi'


or:rraba el primer periodo militar de Ascasu- de Montevideo. Consigna simp1elllen te u n 4rgentino en el pago de su amigo Martin derrumbe del gobierno de llosas. En ese m~
bi al enrolarte éste en el Partido Unitario. aviso del ''Comercio del Plata". "Depart?m . n- Sayago. mento alcanzó el grado de coronel. Eleuterio
Lavalle, en au calidad de Gobernador Interi- to de Policía. 1 Solicitan Pasaporte. - Oía ll.-1848. Folleto: La mcuetada ó los gau- F. Tiscornia nos explica claramente m cam-
no. lo elevó al grado de capit~n. }.9 1 D. Ilario Ascasubi, con sus peones Juan thos y la intervención en el Río de la bio de frente en el afio 185~: "Sobrevino al
Triunfante Rosas, Ascasubi pasó al Uru- Morales, Pantaleon Perez, Raimundo Loi1o, Plata. Sin pie de imprenta. año siguiente, en 1853, el movimiento sepa·
guay en 1829, encontrándose con Lávalle en Antonio Reyes, Juan Guillari, Lazaro Moran- l~ .-1848. Folleto: La indireuta. Imprenta His- ratista por el que Buenos Aires quedó fuera.
la ciudad de Mercedes. Fue' esta la segunda di, Vicente Morales, Manuel García, Pedro pano-Americana. de la Confederación de las provincias. El poe-
f!&tadía del poeta en nuestro país. A · princi- Ramos, Manuel Verde, Antbnio Arochc, Fr¡¡n- 13.-1848. Folleto: Trovas de Donato ]urao. ta creyó ver en los actos de Urquiza el "CSpl-
piOI de setiembre de 1830, redactó el único ciaco Ramos, y José Díaz. . . Islas de Ya~ll a · Sín pie de imprenta. ritu odioso de la tiranía y se plegó a los d•
número del periódico "El Arriero Argentino" rl". ('8) 14 .-1849 Folleto: Carta de Santos Contreras fensores de la Capital. Con el retiro de su
( 89) , de violenta política antirrosista, editado Decíamos que en esos diecinueve a 1i u s al Exrn.o. Gobernador y Capitan Gene~ adhesión a-1 general entrerriano volvió a n-
por la Imprenta del Universal, y preludio de de permanencia en Montevideo, Ascasubi e'· ral del Continente A rn.ericano. Impren~ grimir la sátira política y ~scribió, en su esti·
aus posteriores actividades periodísticas en "El cribió y publicó casi toda su obra, inclu ~o ta Uruguáyana. lo gauchesco, los diálogos y composicion~s en
Gaucho en Campaña" ('0), de 1839 y "E1 parte dél Santos Vega, cuyas dos primeras en- 15.-1850. Folleto: Baldomer-o el Gaucho ó la prosa y en verso, que aparecieron en el pe--
Gaucho Jacinto Cielo" (41), de 1843. tregas se pusieron en venta en 1851 al precio IMenJtmción de los californias en la Ban~ riódico Aniceto el Gallo, en todo 1854, mien--
A fines de ese mismo mes de setiembre de un patacón. (44 ) La folletería suelta de As- da Oriental. [Imprenta Uruguayana?]. tras el país no alcanzó la unidad nacional. A.... ·
de 1830 Ascasubi volvió subrepticiamente a casubi en ese período, reunida luego ~n los tres 16.-1851. Folleto: Los Mellizos ó Rasgos Dra~ casubi sentía, al fin, el cansancio de las lu·
, :Buenos Aires, y fue apresado por los agentes tomos editados en París en 1877, es bastante nu - máticos de la Vida del Gaucho en las chas políticas. Reintegrado a la patr·ia, tras
federales de Rosas. Casi dos años permaneció, trida. Sin pretensiones de algo exháusuvo, pu- Campañas y Praderas de la República una ausencia de veinte afíos, el poeta ansiaba
entonces, en prisión, siendo cruelmente tra- blicamos a continuación una lista de 17 tí- Argentina. (1'· y 2~ entregas). No hemos consagrar su actividad a las manifestaciones
tado hasta que, en agosto de 1832, después tulos, que vieron la luz en nuestra ciudad, visto la edición original. del progreso civil y a la cultura del pueblo.
de saltar un muro de diez metros de altura, entre 1830 y 1851. 17 .-1851. Hoja suelta: Cielito gauchi-patrió- En tal sentido hizo todo lo qu~ estuvo en
logró huir, escondiéndose en el Convento tle l.-1830. Periódico: El An-iem Argent111o. tico para que lo canten én las trinchertU sus manos y lo que sus medios de fortuna le
San Francisco. Una noche, desde el Riachue- Un solo número. Imprenta UniversaL de Montevideo sus valientes defensm·es. permitieron. Así, en 1854 cooperó a la insta-
lo, cruzó en una pequeña embarcación a la 2.-1833. Folleto: El diálogo gaucho en TJer- Imprenta del Comercio del Plata. lación del gas en la ciudad: luego, en la
costa oriental y, de allí viajó hacia Monte- so entre los dos paisanos Jacinto A 111 o- A este inventario de publicaciones monte- construcción de un ramal ferroviario a la Mag-
video. Cuatro meses más tarde, el 22 de di- res y Simón Peñalva sobre las fiestas d - videanas de Ascasubi entre 1830 y 1851 , corres- dalena; después, en 1857, al levantamiento
ciembre de 1832, ae casaba en la Iglesia Ma- vicas del aniversario de la Jura de ' ·1 ponde agregar, como dato ilustrativo, las que definitivo del teatro Colón. Nada de ésto fut
triz (42) con Laureana Villagrán a la que, pre- Constitución en 183 3. Imprenta eH 1 1" i- en este último afio publicó en C oncepción del fuente de recursos para el poeta; al contrario,
sumiblemente, conocía desde sus anteriores es- versal (?). Uruguay (Argentina) y que vienen a com- perdió en ello su dinero, pero él estaba sa•
tadías en nuestra capital. Su partida de ma- 3 .-1839. Periódico: El Gaucho eu C:t. 11 : •- pletar el total de piezas conocidas del poeta, tisfecho del bien público". (U)
trimonio ilustra, en reproducción facsimilar, ñf!.. Cuatro númetos. Imprenta dnl f:f· · · ~­ en el período de su permanencia en el paí~: En 1862 fue enviado en mi!ión oficial a
este trabajo, Trece hijos diole su esposa; tu- titucional. 1851.-Folleto: Urquiza en la Patria Nueva, Pads por Bartolomé Mitre, a quien había re.
vo la tristeza de enterrar a once de ellos. Tan 4 .-1840. Hojas sueltas: Parte de Eclw r{Ü L' . ~ ~­ ó dos gauchos orientales platicando en cibido en Montevideo en los tristes días del
sólo Horado y Américo Ascasubi sobrevivie- dactado con,iuntamente por Gerón in1o Ca- los montes del Queguay en el 24 de destierro, y el cual ejercía, a la sazón, la pre-
r on al padre. Hgnana e Hilario Ascasubi. Sin pie de julio de 18'51. (Imprenta del Colejio). sidencia de la Nación Argentina. Tornó al
imprenta. 1851.-Folleto: Trobas y Lamentos de Donato Plata en varias oportunidades y, en una dt
Su casa en Montevideo fue refugio de los
5 .-1840. Hoja suelta: Media Caiia del Ca11l· ]urao Soldado At·gentino a la muerte ellas, llevó desde Buenos Aires, en 1864, un
emigrad~ argentinos que en la década 1830-
po para los Libres. de la infeliz D.<' Camil4 Ogorman . •. sauce llorón para plantarlo a la vera de la
1840 huyer on, en gran número, de la tiranía
6 .-1843. Periódico: El Gaucho jacinto Cielo. (Imprenta del Colejio.) tumba de Alfredo de Musset en el Cemente·
rosista. Sin grandes medios de fortuna y
Catorce números. Imprenta de la Cari- 1851 .-Folleto: Los veteranos ó W.s mentas del rio de Pere Lachaise, y cumplir así con el tes-
dedicado a las tareas más diversas, dividió
dad. Restaurador Ct•esta-A bajo. (Imprenta tamento literario del alto poeta francés~ "M e&
el tiempo entre sus trabajos y sus versos.
'Fue · importador de camisas, vendedor de
7 .-1844. Folleto: Carta enssilgada que ha es- del Colejio). · chers amis, quand je mourrai f Plantez un
crito el gaucho Juan de Dios Chaná sol- 1851.-FoUeto: Los compuestos de Gualeguay- saule au cimetiere. 1 J'aime son feuillage éplo-
lanas, corredo:r de alhajas y panadero. Al es-
dado de la escolta del General Rivera, chú. (¿Fue editado en Concepción del ré . . . ".
tallar la Guerra Grande en 1843, Hilario As-
para D. A. Tier, Ministro que fue de la Uruguay?). En 1873, al afio siguiente de haber publi-
casubi tenía establecida una panadería y se
ciudá de Francia. Imprenta del Nacio- 18tH .-Folleto: Po.ulin() Lucero el pa')lador cado en París sus bellos tres tomos en la Im-
preocupaba por mejorar el pan de munición
ual. 4rgentino. En el Pago de su amigo Mar- prenta de Paul Dupont, retornó definitiva.
que se servía a las tropas durante el asedio.
Hombre de empresa )' lucha, en pleno si- 8 .-1845. Folleto: Carta gauchi refalostl. Es~ tin Sayago. (Imprenta del Colejio). mente a Buenos Aires, y el 17 de noviembre
tio hacia 1847, pidió pasaporte al Departa- cribida a las últimas. Por el masorquero Al producirse el levantamiento de Urqui- de 1875 la muerte le encontró en esta ciu-
mento de Policía para trasladarse con trece invernado, á su compadre y paisano JU za. en mayo de 1851, Ascasubi se enroló en En- dad, a los sesenta y ocho años de edad.
peones suyos a las islas de Yaguarí, en el .Coronel Mordedor Mariáno Maza violon. tre R:fos, con el grado de teniente coronel, en Manuel de Araúcho. - Nació en MoM·
Río Uruguay. No ~tablece la referencia qué Imprenta del Naciónal. las tropas del general revolucionario y en ca- tevideo el 14 de f~brero de 1803, siendo bau-
merte de negocio tentaba Ascasubi en esta 9.-1846. Folleto: Los Misterios del Pardrld. 11dad de Ayudante de Campo del mi~mo asis· tizado en la Iglesia Matriz al día siguientl!,
op~rtunida<.l : presumiblemente se trataría de Imprenta ~~ Comercio del Plata (?). tió. al Jlño siguiente, a la memorable batalla con los nombres de Manuel Ramón Valentín
1~ importación de lana~ o maderas a la plaza 111 . -1846. Folleto: Paulino Lucero •l payartór de Monte Caseros, acción que determinará el ( 46); sus padres eran Pascual de Araúcho '
f
"'AG.. &O
Ramona Correa. A la. muerte del padre, acae- último, fue llamado en 1837 y nombrado Ayu-
c'cla en 1816, Manuel de Araúcho fu e envia- dante del Comandante de armas. Al año si- zó, entonces, su punto más alto. La Oda y el do, dos deliciosas composiciones en YerSO de
do a Buenos Aires, cuando contaba 14 años guiente, solicitó que se le diera de baja "en Himno fueron interpretados en el teatro en carácter gauchesco: Carta de un gaucho a ""
de edad, y allí inició sus estudios militares vir tud de haber contrahido una enfermedad ele la noche del 20 de febrero y, al día siguien- proyectista del Banco de Buenos Aires, ya pu-
•como cadete del primer batallón del regimien- reumatismo de la qua] actualm.te me estoy cu- te, "El Indicador" publicó uno y otra en sus blicado en 1828 y el Diálogo de dos gaucho..
to de artillería, en 1817. "Incorporado al ejér- rando". (50) columnas. Trejo y Lucero. En ellas, Araúcho deja a un.
c"to de observación sobre Santa Fe que mandó En junio ele 1842 volvió a integnr el ejér- Débese a Manuel de Araúcho la primera lado las pedantescas arpas ,eólicas de la litera·
d general Juan Ramón Balcarce, en clase de dto en el cuerpo de las Milicias de Extra- traducción libre que se hizo en nuestro país tura académica de Ja época y descuelga su mo-
portaguión del regimie~~o de dragones, asis- muro, pero tres meses más tarde, el 5 de del Himno Nacional de los Estados Unidos desta guitarra criolla para darnos la más per-
tió a las operaciones qUI tuvieron lugar hasta setiembre, solicitó de nuevo la baja pues se de Norte América, Star Spangled Banner, de fecta y sincera teoría del arte gauchesco na-
el 15 de enero de 1819 f!!·1 que fue hecho pri- h allaba "imposibilitado de prestar sus servi- F . S. Key, que fue .publicado en " El Univer- ciente.
sionero". (47) cios a causa de üna grave enfermedad de que sal" del 30 de junio de 1834: " El Pabellón En ese mismo afio, Araúcho inició una ge•
La vida de Manuel de Araúcho, durante su adolece" . (~ 1 ). Esta es la última noticia que Brillante. 1 Himno Nacional de los Estados tión para que el gobierno de la República!
:adolescencia, fue similar a la de su herm ano nos ha llegado de Manuel de Araúcho, cuya Unidos 1 de Norteamérica puesto en verso aprobara como Himno Nacional una canción
mayor Francisco, también escritor y militar. vida al igual que la de Hidalgo y Ascasubi, Es 1 pañol por D . Manuel Araúcho, Sar 1 patriótica suya que comienza así:
Patriota desde su primera hora, cuando con- se halla dedicada en algunos momentos, por je.n to Mayor de Caballería de Línea, y 1 Fis- '"Viva en triunfo el invencible
taba 22 años de edad se produjo el memorable partes iguales al ejercicio de las armas y al de cal · M\litar del Ejército de la Repú- ¡ b1ica El Pueblo heróico Oriental
desembarco de la Agraciada y enrolose, de in- las letras, imperativo de la época, en aquellas Oriental del Uruguay. . Que há jurado morir, ó ser libre
mediato, en los batallones de la independen- horas de la patria naciente. ¿Habéis visto en la guerra el Alva pura A la sombra de palma i nmortal". (&')
cia. En julio de 1825 \.~llábase radicado en En el terreno literario, Araúcho se inició pú- Que entre la luz, y estrellas centelleantes, Con muy buen tino, las autoridades, al pa-
Canelones, promoviendt. una colecta de dine- blicamente en el año 1828 cuando en las colu m- : -Con ecos de los bronces retumbantes recer, no hicieron lugar a esta solicitud, toda
ro y vestidos para enviar a las tropas orienta- nas del periódico "El Liberal" de Buenos Ai- Saludámos erguídos en la altura?" .. . , etc. vez que ya en 1833 habían declarado oficial la.
les; (48) en octubre de ese mismo año, o btuvo res en su número correspondiente al 7 de mar- El 25 de mayo de 1835 se publicó en Mon- letra de Francisco Acufia de Figueroa, induda-
los despachos de Mayor de la Primera Compa- zo, apareció la carta en verso a un proyect's- tevideo el primer libro de composiciones poé- blemente más feliz.
ñía del Escuadrón de Húsares Orientales, no ta del Banco que más tarde recogió con mu- ticas de un escritor uruguayo:. Un paso en el A mediados de la dé;:ada 1830-1840, se re-
bien fue creado este cuerpo por Juan Antonio chas modificaciones en su libro de 1835. Ave- P.indo, de Manuel de Araúcho. En ese mismo gistró en Montevideo una epidemia de escar-
Lavalleja. Jina M. Ibáñ ez en su libro "Unitarios y Fede · año se editó en Buenos Aires el primer tomo latina que diezmó a la población infantil. Fran-
A mediados de 1827, el gobierno patrio le rales en la Literatura Argentina", Buenos Ai- de El Parnaso Oriental ó Guirnalda Poética · cisco Acuña de Figueroa comentó este triste
encomendó una importante misión en "(! ex- res 1933, página 371, lo transcribe adjudi- de la República Uruguaya", de Luciano Lira, acaecimiento en una conocidfsima oda. El ci-
terior. A la sazón la campaña oriental, en ar- cándoselo a Juan Cruz Varela. En 1830 la quien, al parecer, rechazó las poesías de Ma- rujano portugués Pedro Pablo de Oliveira, que
mas contra la dominación brasileña, necesita- I mpren ta de la Caridad tiró, en un pequeño nuel de Araúcho según se desprende de una había venido a Montevideo con Lecor en 1817.
ba la colaboración de las provincias de Entre folleto, su unipersonal Fillán, hijo de Dermi- nutrida controversia en los periódicos de la publicó su Memoria sobre la escarlatina en hi
Ríos, Corrientes y Misiones para el envío de dio. Se trataba de un ejercicio retórico, al época que se cierra con estas palabras de un que atacaba a la Junta de Higiene, por un la-
bastimentos y vestidos. Manuel de Araúcho, co- par ecer extraído de la tragedia Osear, sin ma- aviso del editor del libro de Araúcho, ·al anun- do, y a los representantes de específicos o dro--
misionado personalmente por Carlos María de yor valor desde el punto de vista literario. • ciar su aparición:. "Un 1 paso en el Pindo 1 gas curativas, por otro. Injustamente contra la
Alvear, marchó a la Argentina, pero su misión En ese mismo año, Manuel de Araúcho c[o]lección de poesías 1 del Sr. D. Manuel primera, porque en realidad encubría su diatri-
no tuvo éxito por cuanto las tres provincias, en se estrenó en el periodismo como redactor de Araúcho 1 un tomo de 25 pliegos 1 Primera ba un desahogo contra un médico benemérito:
oposición en ese entonces a la de Buenos Ai- " El Argos" de Montevideo, conjuntamente con obr:a de este género que se publica en este Teodoro M. Vilardebó. Entre los segundos se
res, que había ayudado decididamente a Lava- Bernabé Guerrero Torres. (U) Cuatro meses Estado Oriental del Uruguay por uno de sus hallaban precisamente Manuel de Araúcho re-
lleja, temieron que el ejército formado contra de vida tuvo este periódico y, nueve años más hijos. 1 Se hallará en la librería del Sr. D. presentante en Montevideo de la "Medicina Cu-
el Brasil se volviese luego contra la autonomía tarde, ambos volvieron a tentar una empresa \ Jaime Hernandez y en la imprenta de los rativa" o "Método de Le Roy", que era algo
de ellas. En una importante carta a Alvear, fe- similar en "EL Periódico" que vio la lu ~ en Amigos, donde se ha impreso. Su precio es el así como un poderoso purgante o depurativo,
chada en Salto el 24 de julio de 1827, Araú- la segunda mitad de 1839. (53) En ese í nterin, de 14 reales por un ejemplar. No se halla en y al q ue Oliveira llamaba pintorescamente
, cho relata su fracaso y las peripecias del viaje en Araúcho colaboró en "El Defensor de las Le- el Parnaso Oriental publicado en Buenos Ay- "bebistrajo incendiario". Araúcho le salió al
el que cayó enfermo "a causa de las copiosísi- yes" (54), entre 1836 y 1838, y en " El Mer- r es, composición alguna de las que integran paso con la publicación de un folleto La ver-
mas llubias y crecidos arroyos que en tan dilata- curio" (55), aparecido en 1837. esta obra. Ella contiene varias especies de me- dad contra el error. Impugnación a la M emo·
do camino tuve que pasar á n ado". (49). Acaso En el año 1832 dio a conocer, en l a Casa tros y asuntos. Su autor parece que ha ensaya- ría sobre la Escarlatina Publlf:ada por el Dr.
la dolencia que diez años más tarde le obligó, de Comedias, su oda A la batalla de Ituzaingó do en ella la majestad de Caliope y los en- ] osé P. de Olivera, editado por la Imprenta
rn la plenitud de su vida a dejar el servicio que, luego transcribió en su tomo de poesías Cilntos de Erato sin dejar de ser inspirado al- Oriental en 183q. (G9) De este curioso folleto
militar, tuvo su origen en esta denodada misión. de 1835, y un Himno Patriótico alusivo a es- guna vez por Clio, y Euterpe" . . . , etc. (~7) extraemos los siguientes párrafos que nos ilus-
EJ'l 1832 fue nombrado Fiscal Militar y el te mismo acontecimiento, puesto en música, Un paso en el Pindo está dedicado al Pre- trarán con respecto a las andanzas y curiosas
16 de junio de 1835 ascendió al grado de Te- presumiblemente, por Antonio Barros. (5 6) La sidente de la República, don Manuel Oribe y actividades de nuestro poeta: "Ha sido mí-
. niente Coronel en el arma de caballería. En oda tiene cierta eufónica belleza y demues- lleva, al final, la lista de suscriptores entre carrera, como todo.s saben, muy diferente de
varias oportunidades abandonó el servicio ac- tra, en todo caso, una excelente preparación los que hallamos, sintomáticamente, el nom- la de Médico; y sólo he empleado en recorrer
tivo, pero al levantarse Rivera contra el Presi- académica y un antiguo contacto con los maes- bre de Hilario Ascasubi. los aut.oret clásÍCQS acerca de la Ciencia
dente Oribe, Araúcho, amigo personal de este tros de este género qu.e en Quintana alean- Y he aquí, que, entre esta ronda solemne de 14 Sal~d el tiempo de mis ocios mili ta·
de musas helénicas, se deslizan, de contraban- re~>" . . . "Dttpuios de hdwtrnt.c »Hade;. en Bue-
CUADERNO~ D~ MARCHA
¡ua. a ,;
' . . de Carlos Calvo, Pads, 1869, Tomo XI, pip. Plan tllel ~cw ~ ~!No ~ !!, ll!7Q ~
nos Aire. practicando la Medicina Curatrva al ese estudio tol'ñ.amos utt impottafite fragñteftto, (267) a 284. Montevideo, 1931.
lado del Profesor D. Pedro Martínez, y haber dejando de lado al admirable estudio de lós (11) El amor de la estanciera, editado por José M. Fernández Saldafia: Dlcclourlo 'ilfti:l
tenido allí la fortuna de curar infinitos enfer- aspectos musicales de esta poesía. A su muerte el Instituto de Literatura Argentina de la Fa- guayo de biografíae, 1110·1140, Montevideo, 15~i\
cultad de Filosofía y Letras de la Universidad págs. &44 11 646.
mos, volv:í a mi amada . Patria, y en ella, en Lauro Ayestarán dejó pronto el segundo tomo
de Buenos Aires. Sección Documentos, Tomo IV, Nicolás Fusco Sansone: Vida T oblr• <h »W=~
esta capital, he tenido el honor de haber asis- de su antología de poetas gauchescos, y es de N9 1, Buenos Aires, 1925. · tolomi Hidalgo, Monte'f'ldeo, (1944).
tido varias veces en sús enfermedades al pri- esperar que la obra, completa, sea objeto de (12) Emilio A. Coni: El gaucho, Buenos Ai- Serafln J . Garcfa: PUtorama d• la ~
mer Magistrado [Manuel Oribe] y .a su fami- edición por el Ministerio de Cultura del gauche~ea y nall•lslll del U1111pay, :Montevtd~
r es, 1945.
lia". • . " haber asistido a tantos en esta Ca· Uruguay. 1941, págs. 13 a 35.
(13) J uan Alfonso Carrizo: Antecedente• Ventura Garcfa Calderón y Hu¡o D. Barb&P
pital, Canelones, Pysandú, D:urasno, Cerro Lar- . hispano-medioevales de la poesía tradicional ar- gelata: La literatura W'UIUil'fCI U757·1117), ~
go &a" ••• "Lea el Dr. la "Medjcina C urativa", M'OTAS rntina, Buenos Aires (1945). la Rnue Hispanique, Parfs, 191'1, tomo XL, ¡p6am,
y los demás escritos que he citado, incluso el (14) Lauro Ayestarán: Un antecedente colo• (415) a 425, y 534.
Semanario Científico que hemos publicado en nial de 1" poesía tradicional uruguaya. (Aparta- Enrique Garefm V~Uoso: J&torl& • is IbU!llllo
(1) Concolorcbt'Vo! El Laza'rillo de eit~bll ca• do de l a Revista Histórica. Año XLII (2'!o época). ratura Argentina, Buell'.loo Ail!'elll, 11»111, Jil!llp. ~1.'®
:Buenos Aires con el Profesor Mattínez" minantes desde Buenos Aiti!s hasta Lima, 1773. Tomo XVI, Nos. 46-48, Montevideo, 1949. y 391.
La actividad literaria de Manuel de Araú- (Reimptl'!sión de la Junta de Historia y Numis- (15) La bibliografía de ' Bartolomé Hidalgo Arturo Giméne,;: .Pm11toll': ~ ~nl•lll ~ !bll
cho continuó sin in terrupción durante el afio mática Americaha) 1 Buenos Aires, líl081 pág. 29. es ya bastante nutrida. He aquí una lista -que Rnoluci6n, Buenos Aires, 191'1, pá¡s. 100 m 11~
(2) Informe del Virrey (Nicolás) Arrtdon4o, no pretende ser exhaustiva- de las antologías, Juan Maria Gutiérrez: América Poétlcc, VmU.,
1837, en qqe estrenó, en la Casa de Comedias, fechado en Buenos Aires, el 18 de marzo de
au libre traducción, en verso castellano, de la exégesis y biografías, en las cuales figura, espe- paraíso, 1846, pág. 361. (Citado por Juar. Marfil
1795 y publicado en la Rnista de la Biblioteca cialmente tratado, nuestro primitivo poeta: Gutiérrez: Biblioteca ele li!IIICritore¡¡¡ en nr110, fi!
comedia en un acto de Alain René Le-Sage Pública de :buenos Aires. :Suetl.os Airés, 1881. Víctor Arreguine: Colecció~ de poesías uru· Re'rilla del Rio ele la Plata. Buen01 Aln111, 151~
La Tontina o El esp íritu de cuerpo represen- Tomo III, págs. 327 y 332. guayas, Montevideo, 1895, págs. (68) a 77. tomo III, pág. 135 111 137.)
tada eón el siguiente reparto: (3) L. (Quis) A. (ntoine) de Bongain\Jille: Hugo D. Barbagelata: Una Centuria Literaria Anita J. Wittstein: Poealaa 41• la Am6~
Voyage autour du monde pal' la frógate du Rol (Poetas y prosistas uruguayos), 1800-1900, París. Meridional, Leipzig, 186'1, p4gs. 288 11 295.
La Boudeuse, et la Fluto l'EtoileJ en 1768. 1767, (1923), págs. (32) a 36. La Lira Argentinll, o colección el• lao ple~lll!!
'"Trusgalant, Doctor Médico: 1788 et 1769, París MDCCLXXI, pág. 39. poétlcaa, dadas a lu• en Buenos Alre111 dunnttl
Francisco Bauzá: Estudios literarios. Monte·
Sr. Fernando Quijano (4) Informe del Virrey (Gabriel de) A•ilé•. fe- v ideo, 1885, págs. (67) a 111. la guerra de au Independencia, compilada poli'
.Bolus, Boticario: chado en Buenos Aires el 21 de mayo d e 1801 Jorge Luis Borges: La literatura gaucheaca• Ramón Díaz ~t impresa en Parls, pero teehad¡¡¡
Sr. Manuel Martínez ·y publicado en la Rnista de la Biblioteca Pú· Aspectos, en Marcha. Montevideo, N9 306, del en la portada: Buenos-Ayres, 1824. (En ~~ ec:o
blica de Buenos Aires, Buenos Aires, 1b81, 'l'o· 2 de noviembre de 1945; N9 307, del 9 de no- rrer de los texto• literariOI\I ae indican la11 pA~..
Erasto, amante de Mariana: mo m, pág. 455. viembre de 1945; N9 308, del 16 de noviembre nas correspondientes).
Sr. Máximo Ximénez (5) Diego de Alvear: Diuio 4e ~. segunda Francisco Lagomaggiore: t.a Amirlca t.ltel?l)o
partida dema:rca.dora de límites en 'la Amétlta de 1945.
Mariana, hija de Trusgalant: Domingo A. Caillava: Historia de la lileta· rla, 2"' edición, Buenos Aires, 1890, tomo I, ¡pilfo
Srtz.. Matilde Diez Meridional (1783- 1791), publicado en Anales de t ura gauchesca en el Uruguay (1810-1940), Mon- 2S4 y 311 a 314.
Crispfn, criado de Erasto: la Biblioteca, Buenos Aires, 1900, págs. 3M Y 321. ·tevideo, 1945, págs. 29 a 38. Lauxar: Moth'Oii d11 eriüca llalop•no·amelrlla.o
6) Pedro Novo y Colson: ViaJe poJUico• Angel Justiniano Carranza: La resurrecci6n lllOI,Montevideo, 1914, págs. (143) 1:1 148.
Sr. Juan Villarino científico alrededor del mundo por las corbetas
Ambrosio, pupilo de Trusgalant; de Hidalgo, en El Plata Literario, Buenos Aires, Martiniano Leguizamón: De eepa molla. l1ffi
Descubierta y Atrevida al mandl) de loa Capl· 1876. (Citado por Martiniano Leguizamón: El Plata, 1908, págs. (3) m 26.
Sr. Bernardino Hernández tanes de Navio D. Alejandro Malaspin~ y Don primer poeta criollo del Río de la Plata. Buenos Martiniano Leguizam6n: El primer poelil
Prosina, criadA de Mariana: José Bustamante ' Guerta de1de 1789 a l7t4. Aires, 1917, pág. 15). criollo del Rfo de la Plata (1718·1122), Buen~
Sra. Petronila Serrano Capitulo: "Estudio dé las costumbres ~ descrip- Angel Justiniano Carranza: La Epopeya Ame- Aires, 1917.
ciones interesantes de la América del Sur", por ricana, Buenos Aires, MDCCCXCV. (Citado por Martiniano Leguizam6n: La cunm dei iil~"
Soldados." José Espinosa y Tello. Subtítulo: "Descripción Martiniano Leguizamón: obra citada, pág. 13). cho, Buenos Aires, 1935, págs. ~89) a 96.
del que llaman guazó u hombre de cam\')o". Mil~ Julio J. Casal: Exposición de la Poesía Uru- Alejandro M&.gariños Cervantes: P4gbsaa Umo
En ese mismo año, Ludano Lira, con quien drid, 1885, pág. 561, columna l. guaya desde sus orígenes hasta 1940, Montevi- guayu. Tomo L Album de Poesl... Montevidll!ól,
al parecer se había reconciliado, publicó su (7) Andrés dé Oyárviáe: Memoria geogYá- deo, (1940), págs. 28 a 36. 1878, págs. 292 a 302.
tex to en el tercer tomo -de El Parnaso Orien· fica de los viajes practicados desde Buenos Ai- Julio Cejador y Franca: Historia de la Len- Luis Melián Lafinur: Sonaterias. Mm~..
res hasta el Salto Grande del Paraná, en Colee· gua y Literatura Castellana. tomo VI, Madrid, d eo, 1897, pág. 83.
tal. (60) . . ción histórica completa de los ~retados, con'ten• 1917, pág. 368. Marcelino Menéndez y Pelayo: Historia dil
y a partir de 184.2 hemos perdi<~o el rastro · ciones. capitulaciones. armisticios, cuestiones de José Domingo Cortés: Diccionario biográfico la poesla hlspano·amerlcanu, Madrid, 191S, tome
de Manuel de Araúcho, cuyas cómposicion es límites y otros actos dlplomáticoll y polUieoll de americano, Párís, 1875, pág. 234, col. l . ll,págs. 468 y 469.
gauch escas figuran con honor al lad o de los t odos los estados comprendidos ientre el golfo El Parna1o Oriental 6 Guirnalda poética de Marcelino Mené•.dez y P llayo: Antologfm lile
de México y cabo de Hornos, desde el año 1483 la República Uruguaya, compilado por Luciano
nombres mayores d e este movimiento literario: haata nuestro¡ días, de Carlos Calvo, Parls, 1865 POtttas hispano·amerieanos. publicada por la Rean
Lira 3 tomos, Buenos Aires, 1835 y Montevideo, Academia Española, tomo IV, Madrid, 1895, pil¡i.
H idalgo y Ascasubi . y 1866, Tomos 'VII y V'lii. . 1837: (En el correr de los textos literarios se (425) d 434.
8) Diatio de Agulrre, publicado en Anale11 indican las páginas correspondientes).
ele ta Biblioteca, Bueno$ Alres, 1905, !'aMo lV, Raúl Montero Bustamante: El Pama110 Orie¡¡nc
El estudio de Lauro Ayestarán sobre La Mario Malcáo Espalter: El poeta Oriental !al, Montevi~eo, 1905, pá«s. ~ ~ 27.
págs. (l) a 271. Bartolomé Hidalgo, Montevideo, 1918. .
primitiva poesía gauchesca tn el Uruguay, (9), Miguel Lastarria: Colonias otlenta)es del Ismael Moya: Romancero, Buenos Airea, 194llo
Mario Falcáo Espalter: El Poeta Uruguayo tomo 1, págs. 312 a 325.
que e$ y sigue siendo el mejor trabajó pano- :Río Paraguay & ele ·J• ,Plata, e~ boc\lmentos pa- Bartolomé Hidalgo. Su vida y sus obras, segun-
rámico sobre ése perfódo in icial d e las l etras ra la Hlstoria Argentina. publlcados por la Fa- da edición, Madrid, MCMXXIX. Calixto Oyuela: Antología de poetu hlspaneo
gauchescas en el país, fue preparado como in- cultad de Filosofia .Y Letras, Bueno!! Atte~. 1914, Mario Falcáo Espalter: Antología de poetalil americano•. Buenos Aires, tomo I. pllgs. 51ft t1
troducción a una prolija antología de poemas Tomo m. uruguayos, 1807·1921. Montevideo, 1921, tomo I, 1131.
(10) Informe de ]), Manuel C:ipriano Meto, p ágs. 35 a 49. José Pereira Rodrfguez: El 't'erso gauchelle60g
de 1812 a 1838, que se publicó en el primer 1obre la Otra Banda, límit,s. fuértes y guardias. Mario Falcáo Espalter: La poesía gaucheaca en le Re~sta lfadonaJ. Montevideq,, marzo ds
número de la Revista del Instituto de Investi- BJ.tenos Aií·es, 16 de lulio d• 1110, en Coiecci6n ea Historia Sintlttica de la Literatura Uruguaya. 1938, afio I, N9 :&l, pága. (480) & 483.
gaciones y Archivos Literatios (año 1950); D~ hist6dca eol'ñpleta de ios trataclos. obra citada
~UM~Q C 1 OCTUBRE ~8G7

f
l •
r
;periódica de la Repúblicá Oriental del Uruguay, la Patria Vieja, Buenos Aires, (1942), pág. 100.
José Rivera Indarte: Colección de ·poetas del America", London, 1808, págs. 65 y 66. Y Diario Buenos Aires, 1883, pág. 3. 48) Carta de Manuel de Araúcho a JuaJl
Río ·d• la Plata. Montevideo, 1842. (Citada por de la Expedición del Brigadier General Crau· (40) Idem, pág. 174. A. Lavalleja, publicada en Documento• para la
Martiniano Leguizamón: El primer poeta criollo furd. en la Revista Histórica. Montevideo. 1917", (41) Ibídem, págs. 174 y 175. Historia Nacional, en la Revista Histórica, tomo
del Río de la Plata, obra citada, pág. 5). tomo VIII, págs. 209 y 210. (42) Archivo de la Catedral de Mont evideo. X, N9 29, Montevideo, mayo de MCMXXII, pág.
Ricardo Rojas: La Literatura Argentina. to- (21) Acuerdos del Extinguido Cabildo de Libro N9 7 de Matrimonios, folio 202. Véase, 629.
Jn06 I y II, Lo1 Gauchescos, 21!- edicjón, Buenos Montevideo. editado por el Archivo General de además, la lámina correspondiente. (49) Carta de Manuel de Araúcho a Carl011
Aires, 1924, págs. (463) a 484 y (495) a 515. la Nación; sesión del Cabildo, del 4 de junio (43) Comercio del Plata. Montevideo, del 3 María de Alvear, publicada en ArchlTo del Qe.
Carlos Roxlo: Historia. crítica de la litera· de 18l7; Montevideo, 1939, volumen 13, pág. 110. de febrero de 1847. neral Juan A. Lavalleja, (1828·1827), editado por
tura uruguaya, tomo I, Montevideo, 1912, págs. (22) Ibídem; sesión del Cabildo, del 6 de el Archivo General de la Nación, Montevideo,
18 a 48. · junio de 1817; pág. 115. . (44) Comercio del Plata, Montevideo, del 12
de diciembre de 1851. MCMXXXV, págs. 356 a 360.
Luis Alberto Sánchez: Nueva Historia de la (23) Manuscrito N9 7611 de la Biblioteca Na- (50) Archivo de la Inspección General del
Literatura Americana. Buenos Aires, (1944), pá- cional de Buenos Aires, Colección Olaguer y Fe- (45) Eleuterio F . Tiscornia: obra citada, pá-
ginas 17 y 18. Ejército. Montevideo. Legajos Personales: Ma·
ginas 118 y 119. liú, publicado en el libro de Celina Sabor de nuel de Araúcho. Legajo 182, Carpeta 50.
Domingd F. Sarmiento: Viajes. tomo I, San- Cortázar. Las esposas vengadas y La Elicene, . (46) "En quince de Feb.Q de mil ochocien- (51) Ibidem.
tiago de Chile, 1849, pág. 85. Noticias para la Historia del Teatro Nacional, tos y tres yo d.d. Pedro Vidal Beneficiado dela (52) Antonio Zinny: obra citada, págs. 4 y 1.
Eleuterio F. Tiscornia: Poetas gauchescos. N9 9, Instituto de Literatura Argentina, de .a I glesia Matriz de Mont.9. por comisión especial (53) Idem, ídem, pág. 378.
Hidalgo·Ascasubi·Del Campo. Buenos Aires, 1940, Facultad de Filosofía y Letras de la Univt.rsi· desu Cura Vicario d.n Juan Jose Ortiz baptize (54) Ibídem, pág. 97.
págs. (7) a 11, 47 a 93 y (349) a 355. dad d Buenos Aires; Buenos Aires, 1940, págs. solemnem.te a Manuel Ramon Valentin q . nacio (55) Ibídem, pág. 222.
Estanislao S. Zeballos: Cancionero Popular 3Ó3 y 304. ayer hijo legítimo de d.n Pascual Araúcho, y de (56) El Universal, Montevideo, del 20 de fe·
de la ·Révista de Derecho. Historia y Letras. to- (24) El Uninrsal, Montevideo, del 17, de ju- d. 'lo Ramona Conea; Abuelos Paternos d.n Antonio brero de 1832.
mo I, Buenos Aires; 1905, págs. 237 a 244, 153, lio de 1830. Araúcho y d .ll- Pascuala Meline: Maternos d.n (57) El Universal, Montevideo, del lJ de ju-
176, 211 a 215, 237 a 254 y 256 a 258. (25) Carta de Joaquín de la Sagra y Periz Franc.co Correa, y d.a María Antonia Rodríguez: nio de 1835.
Alberto Zum Felde: Proceso intelectual del a Agustín !todríguez, "f echada en Montevideo el Paddno: d.n Melchor de la Iglesia á quien previne (58) El Nacional. Montevideo, del 13 de abrll
'Uruguay y crítica de su literatura. tomo I, Mon- 19 de mayo_de 1817. (Copiador de .cartas de Jo¡¡.- el parentesco y sus obligaciones á presencia de d .n de 1835.
tevideo, 1930, págs. 69 a 80. auín de la Sagra y Periz, manuscrito en poder Ant.9 Fillol q.e sirvio de testigo y por verdad
Artículo sobre Hidalgo y transcripción de de la Srta. María Penco y Sagra, folio- 22). lo firmo (fdo.) Dor Pedro Vidal". - (Archivo de (59) Ejemplar existente en nuestro Musee
uno de sus diálogos en el periódico "La Discu- (26) Mario Falcao Espalter: El Poeta Uru·· Histórico Nacional, Archivo y Biblioteca "Pabl•
la Catedral de Montevideo. "Libro Nono de Blanco Acevedo".
sión", Montevideo, 4 de setiembre de 1861. guayo Bartolomé Hidalgo. Su vida y sur; obras, Bautismos que empieza en veinte de octubre de
16) '"Dn. Bartólomé Hidalgo. 1 Nació en ya citado, pág. 63. 1800", folÍos 227 vta. y 228). (60) El Parnaso Oriental o Guirnalda P~ti~
Montevideo, el 24 de agosto de 1791. . Sus prin- 1 27) Emilio Mangel du Mesnil: Notorieda. ca de la República Uruguafa. Montevideo, 183T,
(47) Luis Enrique Azarola Gil: Apellidolil de tomo III, pág. [66].
cipios fueron humildes, y sus primeros años los des del Plata. Hilario Ascasubi, Buenos Aires,
pasó de mozo de barbería. Abrazó con ardor la 1862.
revolución americana y obtuvo un empleo en (28) José M. Torres Caicedo: biografía de
el ejército patriota. Pasó a Buenos-Ayres como Hilario Ascasubi en el Correo de Ultramar. Pa-
partidario del gobierno gen~ral delas Provincias rís, 24 de julio de 1861, reproducida en el libro
Unidas, y allí obtuvo un empleo en la Aduana. de Hilario Ascasubi, Santos Vega, París, 1872,
Casó con una dama de Buenos-Ayres y falleció págs. XIII a XVI.
de una afecciór. pulmonar. 1 Era de constitu- (29) ::3énédict Gallet de Kultw·e' Quelques
ción débil y enfermiza, pero de clarísimo inge- mols ie biographie et une page d'histolre. Le co·
nio poético, y si hubiera tenido bueno~ modelos, lonel Hilario Ascasubi, París, 1863.
pues nunca leyó otros poetas que los dela lengua (30) Heraclio C. Fajardo: Notoriedades del
castdlana, única que sabía, y hubiera tenido Plata. Hilario Ascasubi, publicado en Buenos Ai-
más tiempo desembarazado nos hubiera dejado res el 15 de marzo de 1862, y transcrito en el
ob:·as de más aliento poético que las q.e de él libro de Hilario Ascasubi, Santos Vega, París,
poseemos. Puede decirse que es el fundador del 1872, págs. XLI a XLIV.
romanse nacional gaucho. género en el que has- (31) Rafael Hernández: Pehuajó. Nomencla·
ta hoy no tiene rival". iAntología poética reli· t ura de calles. Breve noticia sobre los poetas ar·
nida por Andr4s ¡..amas. M1...seo Histórico Nacio- gentinos que en ellas se conmemoran. Buenos Ai ·
nal. Montevideo. Archivo y Biblioteca "Pablo res, 1896, págs. 45 a 50.
Bla.nco Aceve.:lo''. Colección de Manuscritos, to- (32) Ricardo Rojas: La Literatura Argentina.
mo 75, folio 24). tomo II, Los Gauchescos, 21!> edición, Buenos Ai-
(17) Martiniano Leguizamón: El prime-r poe · res, 1924, págs. (621) a 688 y (715) a 743.
ta criollo del Río de la Plata, obra citada, págs. (33) Martiniano Leguizamón: Ascasubi en
15 y 16. Montevideo, en la Revista Hi1tóric:a, Montevi-
· 08) Gazeta de Montevideo, Montevideo, 24 deo, 1922, tomo X, págs. (705) a 719.
de abril de 1811. (Referencia comunicada por el (34) Eleuterio F. Tiscornia: , Poeta• gauchea·
historiador · señor Juan E. Pivel Devoto). cos. Hidalgo-Ascasubi·Del Campo, Buenos Aires,
(19) Testamentería de Manuel Cipriano d• 1940, págs. (12) a 20 y 355 a 358.
Melo. Escribanía de Gobierno y Hacienda. Mon- (35) Manuel Mujica Láinez: VIda efe Aniceto
tevideo. Año 1813, docu'"l"lento N9 45, folio 12. el Gallo (Hilario Ascasubi), Buenos Aires, (1943) .
(Transcrita parcialmente en Crónica de una (36) Rafael Hernández: obra citada, pág. 46.
temporada musical en el Montevideo de 1830. de (37) Hilario Ascasubi: Aolceto el Gallo, Pa·
Lauro Ayestarán, Montevideo, 1943, págs. 67 y ds, 1872, págs. 4 y 5.
68). ' (38) Archivo General de la Nación. Monte-
20) The Southern Star. Montevideo, 23 de video. Fondo ex-Archivo General Administrati-
mayo de 1807. A gentleman recentlr retw:ned: vo. Caja 611, carpeta N9 4.
''Motes on tbe viceroyalty of La Plata in Soutls (39) Antonio Zinny: Historia •• a pren••
_,
ANGEL RAMA

LA LITERATURA
DE LOS VENCIDOS
La literatura gauchesca constituye una tra- rara una expresión literaria comparable a la
dición literaria especialísima de los países de la literatura gauchesca, puesto que en ésta no sólo
cuenca platense que no tiell;e similares ni ante- se encuentran autores de tenias populares y
cedentes en las letras hispanoamericanas, habien· obras utilizando el dialecto regional, sino UD
do fracasado asimismo el intento de asemejarla repertorio de asuntos y de formas lingüistleaa
a las formas literarias costumbristas del regio· particulares que se desarrollan en un proceso
nalismo español. "Fuera de la Argentina y del evolutivo que se prolonga hasta cerca de un
Uruguay nunca hubo nada equivalente a la li· siglo, constituyéndose al fin en un arte autóno-
teratura gauchesca" titulaba largamente Carlos mo, con historia y tradición propias. Su indis-
Alberto Leumann un capítulo de su libro y cutible vitalidad durante el siglo XIX, el real
r.azonaba esta originalidad de nuestras culturas alcance popular de las producciones literarias
literarias estableciendo un cotejo con la equi· de esta corriente, muy superior a todo lo que
valente zona llanera venezolana. " Lo enunciado consiguió la paralela literatura culta y urbana
en este título -decía Leumann- resulta de la de la misma época y la alta calidad artistica de
mayor importancia si 'se piensa que en Vene· sus mejores momentos, le conceden un relieve
zuela el campesino vivió a veces libre y rebelde insólito dentro de la totalidad de la creación
como los gauchos, en grandes llanuras que tam· artística del período en la región platense. Si a
bién suelen llamarse pampas, como asimismo eso se agrega el tenaz desvío con que fue con-
sirvió admirablemente en las guerras contra la siderada hasta fines del siglo XIX poi: parte de
dominación española, y domaba potros salvajes la crítica oficial más prestigiosa, se puede afir-
que allá dicen cerreros, y sabía salir parado si mar que la literatura gauchesca es el más eu•
el animal se volteaba, y era cantor y en reunio· rioso "caso" de nuestra cultura, el testimonio
nes · de fiesta sostenia competencias poéticas de imprevisible y desconcertante sin cuya conside·
cierto modo parecidas a las payadas de contra· ración no podría entenderse cabalmente la his·
punto. Sin embargo, nunca tom6 consistencia toria de nuestra vida civilizada.
en Venezuela una tentativa de hacer literatura Esta situación insólita obligaba ya en 1917 a
nacional sobre la base de imitar, sistemática· Ricardo Rojas, uno de los primeros en revalo-
mente, lenguaje y estilo de los antiguos llane- rizar su importancia, a conceder a la literatura
ros" ( 1 ). gauchesca uno de los cuatro sectores o perspecti-
Leumann hubiera podido extenderse al co- vas en que estructuraba la historia entera de las
tejo con las regiones norteamericana, mexicana letras argentinas, definiéndola en esa ocasión co-
y colombiana donde se dieron paralelas formal mo (2 ) "el rumbo de nuestra formación nativa,
del habittJt y las costumbres sin que ello ~ene- bajo el nombre genérico de Los Gauchescos" .

NUMERO. • 1 OCTUBRE HUI? PACI. s•


En cierto sentido no hacía sino reconocer la ses ideológicos ajenos y más elab<;~rad<;>s y con r..ausas de una 5ituaci6n; de consuelo. S.intorná- donarles la literatura desde el momento que ni
importancia "cuantitativa" que la~ obras de e:e una preocupación artística culta, lo que conlleva tic~ es que no aviwre, o lo haga escas~m:-ntc, el la escuela ni la. rPligión les llegan o snn cap~r~,
rumbo habían logrado ya que solo el Martm el concepto de manejo de los materiales origina- futuro. Esta literatura pasa a constttUlrse en d e reubicarlos, y sólo parcialmente la polít.ic¡1
F:--:rro había tenido más lectores en ambas rnár- ks desprendiéndolos de sus valores específicos. el material formativo, en el alimento espiritual cumple con tal fin.
o·enes del Plata que la obra reunida de Eeheve- Lo que en Ascasubi elogia un crítico como Julio de millares de hombres que son en su inmensa La literatura que al iniciarse el tercer perío·
;ría, Andrade, Berro, Acuña de Figueroa, Zo- C:aillet Bois es ese uso puramente instrumental mayoría analfabetos, viven en los campos y pue- · de gauchesco, aunque comienza testim?niando
rrilla de San Martín y Carlos Guido Spano. de lengua y ritmos que más tarde conduCida blos de ambos países apartados de los grandes las grandes derrotas (Los tres gauchos onentales,
Pero además hacía también un reconocimiento al producto almibarado de Estanislao del Cam- centros intelectuales que son casi exclusivamente Martín Fieno) todavía es capaz de entrever re-
estético siguiendo aquel singular juicio de Me- po. Dice Caillet Bois: "Cuando desapareció Hi- las capitales, y a quienes no les lleg2n, por las vanchas y pertrechar intelectualmente a sus lec-
néndez y Pclayo que estimaba que "se habían dalgo en vísperas de concluirse el período de las vías de difusión cultural urbanas, el libro, el pe· tores (y más com'nmente a,_l(.itores) para fu·
producido las obras más originales de la litera- lur.has por la independencia, las composiciones riódico, la escuela. Pero son además hombres que turas luchas, irá abandonanGo progresiv:un n e
tura sudamericana" en la descendencia de Bar- «gauch i-poéticas» que le habían dado no~bre padecen de Ufola particular circunstancia l_li~tóri­ la concepción heroica y aclud para asumir el.
tolomé Hidalgo, juicio que complementaría y fama no habían pasado ele formas artísticas c'a.: son y se stenten derrotados. Las cond1c1ones tono elegíaco. Coucluye cantando, pero ya en
décadas después Henríquez Ureii.t, al afirmar vulgares e indignas, como chocarrería rústica de vida a que se habían habituado y que para forma culta, a El último gaucho, y se ]JOnc a re·
que "stt modesto esfuerzo fue, probablemente, que remedaba un poeta de educación urbana, ellos habían terminado por ser principios inal te- memorar. va !dcaliz~r, los tiempos pasados de un
el más revolucionario de todos" (3 ) . y esa poesía debía considerarse al margen de la rables de convivencia se ven bruscamente conmo- modo mel~ncólico. A lo brgo de ese pníod·) la
La sola existencia de esta línea creadora ori- únic:¡ legítima entonces, que se componía sobre vidas. Un cambio económico-social se genera im- noción del cmbio se abre paso con trabajo. Po·
ginal p retextaría varias interrogaciones sobre la modelos europeos. La una estaría frente a la poniéndoles exigencias muy difíciles de aceptar: dría rastrearse la asunción conceptual de la ne-
naturaleza de la sociedad rioplatPme Pn !'] XlX, o1;a en la situacíón del romance español frente pocos se adaptan al cambio y aun así no lo ha- cesidad de cambio, de la utilidad de la expe-
por lo mismo sobre las fuentes de algunos con- a la canción lírica o al poema didáctico en el cen ele buena gana; los más son marginados, ven riencia para reorientarse en la vida en var:os
flictos sociales y culturalPs del prcsentr, y tam- siglo XV, y así cpmo el romance fue ennoble- rotas sus estructuras sociales, deshechas sus cos- textos; pero también la simultánea imposibili-
bién sobre las semejanzas y diferencia~ de am- ciéndoRe hasta h2cer olvidar su origen popular, tumbres, y concluyen abandonando campos pa- dad de salir de los carriles tradicionales como
bas riberas del mismo río. Aparece en el período la poesía gauchesca fue ganando el favor del ra refugiarse en una hurafia animadversión des· se revela en el repertorio me tafórico y en el
de la independencia, como una consecuencia del público más exigente. Ascasubi consiguió que de los suburbios de las capitales. n:gimen métrico y estrófico a que sigae afii' a-
proceso de radicalización del movimiento revo- la c:rítica cnlta ~ e ,·olviera a esos ver~os menos· El alto número de producciones gauchesc3S da la poesía gauchesca (G). Ya sobre el fin del
lucionario, que puede seguirse en detalle en la preciados de sus gauchos, los considerara con que se escalonan entre el 1870 y el 1890 en. el siglo se ha compro~ado bien que:
· obra de Bartolomé Hidalgo cotejando el estilo benevolencia y admitiera su legitimidad artísti- Río de la Plata bajo la forma de folletos, hoJaS
neoclásico de su atribuida "Marcha al Salto" ca" (4 ), Si admitimos eata interpretación según sueltas, pliegos de cordel, libros pobremente im- F.l vendaval del destino
con los "cielitos" del sitio montevideano en que la cqal se "ennoblecen" chocarrerías rústicas presos, revistitas, así corno los numerosos datos con sus ruda~ sacudidas
incorpora el lenguaje nativo y sustituye los rit- estaríamos ante .u n esfuerzo por it1corporar Cl que poseernos acerca de la importancia de la deja ruinas esparcidas
mos marciales dt~ las odas a la romana cqn los mundo gaucho a las normas urb<i.nas, inducién· trasmisión oral de todo este abigarrado y con· de la vida en el camino,
peculiare~ del cante y baile popular. La volun- dolo hábilmente a la adopción de la$ nuevas fuso material, mediante lecturas colectivas, el como alevoso asesino
tariedad política de esta poesía ha sido subra- coordenadas de la sociedad cosmopPlita riopla· aprendizaje mnemotécnico, las canciones, sirve la suerte a veces nos hiere.
yada en más de una ocasión, pero en ese rubro tense, lo que dará dos formas dispares pero vin- de doble índice: por una parte apunta a un pú-
no es distinta de la que mueve la pluma de los culables: en Ascasubi el mito a-histórico de su blico muy abundante que lo reclama y que si Pero en la imposibilidad -real, no mera•
neoclásicos de la época, los Florencia y Juan Santos Vega donde el universo gaucho deviene bien es difícil estimar numéricamente, parece mente lúja de una terca resistencia espontánea,
Cruz Varela y los Acuña de Figueroa, en uno canto, y en Del Campo la imagen jocosa del más cuantioso que el que utiliza la literatura voluntarista- de adaptarse al nuevo sistema de
u otro bando de la revolución, siendo en cambio Fausto donde el universo gaucho deviene diver- culta de la época, y puede fácilmente eqmpa- relaciones y trabajo, la literatura que comenzó
original~ y líterariamente revolucionado, el des- sión mundana. rarse con la mayoría de la población de los por cantar "opin?ndo", es decir, terciando en
c;enso a los medios expresivos del paisanaje que El tercer y m~s importante petíodo de la país.es del Plata, mayoría desde luego analfabeta los asuntos contemporáneos y trasfundiendo el
fugazmente se rozara en la crónica rimada de literat1.1ra gauchesca corresponde a un proce.so que sigue viviendo dentro de los linea.mient~s. de personaje literario en el hombre real, pasa a
Rivarola pero que ahora cobra carta de ciuda- histórico, capital en nuestros países: la inco~po­ una cultura igualmente analfabeta, de trad1c1Ón ser una literatura elegíaca, asume una filosofía
danía artística. Su segundo período corresponde raciótl del liberalismo a partir de la presidencia oral; por otra parte el grado intenso de adl?e- idealista y se concentra en la creación de gran·
a la época rosista y tiene su centro en un autor, de Mitre. Su momento culminante, de un punto sión que estas obras promueven -y que se m- des figuras románticas. Es la serie de los "gau-
Hilario Ascasubi, y en un libro, Paulina Lucero, de vista artístico, es la década del setenta, con dica tanto en la honda penetración de ciertos chos malos" que se han "desgraciado", los Juan
cosa que conviene precisar para estableqé{ el la obra de José Hernández, Antonio Lussieh, poemas, como el Martín Fieno, como en la cons- Moreira, Juan Cuello, Hormiga Negra, que
cbligado deslinde entre esta sabrosa época · asca- Eduardo. Gutiérrez y su prolongación en la ~é­ tante participación de los espectadores en las Eduardo Gutiérrez escribe infatigablemente pa·
~ubiana y la más retórica en que tratará de eada del ochenta generando las {orrnª'~ dramá-ti- funciones teatrales circenses- testifica la impe- ra sus lectores de "La Patria Argentina", "El
;istematizar en forma C\llta la poesía gauchesca cas originales del circo criollo. y del ~rama po- riosa necesidad de nuevas imágenes culturales Pueblo Argentino", "La Crónica" y ''El Or-
4!0n la composición del Santos Vega. La inten- licial, con auto.re~ C<Omo Orosrnán Mor~todo, que experimenta ese público, y, por lo mismo, den", en especial en el período último de su
cionalidad polític_a de Ascasubi en el período Abdón Arózteguy y demás ¡~.daptador-es cte his- lo grave de la crisis espiritual que padece. Ha- vida, desde 1878 a 1889 cuando, abandonando
rosista es más marcada y lo es también l<\ uti- torias de "gauchos. malos". biendo visto desarraigados los valores estables la vida militar, se consagra de modo exclusivo
lización razonada del· dialecto vernáculo y los Aquí la producción es nutrldísima, co.n va· sobre los cuales esos hombres habían edificado a la tarea periodística. Reviven en estos folleti-
Rgímenes estróficos conservados en la tradición riadas niveles de calidad y sus propósitos muy Jus vidas, han· sido arrojados a una situación nes los prototipos románticos: fuertes caracteres
@ral. De algún modo la espontaneidad, típica explícitos. La literatura asume su plena fun- de desamparo espirituat -reílejo del desampa- en pugna con su medio social y a los que desde
de una invención primera y original, va dejando ción de explicación del hombre y su mundo; ro eeonómico·social en que se eneuentt·an- 'don· las primeras líneas se entreve destinados a la
_paso a la sistematización racional de sus rec~r­ de un instrumento de conocimiento y di) h,u;:ha de !lQn urgentes la.s explicaciones y la reimeli'- destrucción, aureolados de un signo fatal, tan
~ Instrumentados de confoFmidad con intere-- contra las dificultades reales; de análisis de las fascinante como mórbido. Vicariamente en elloa
clón en et mundo social que sólo puede propot"

PAao . .
~ el lector el arrojo, el altivo quebrantamien· comenzado a hacerse lejano y vago pero que to- mí un día de placer, porque habré concluido diante la acción y garantias del Estado, alentu'
to de las leyes, la persecución policial y, como davía tenía mucho que ver con las criaturas que de penar". la formación de empresas extranjeras" (8 ). Las
l'eal, la que- ea en él una muerte interior, la de se apeñuscaban en torno a su arena para cele- Estamos a mitad de la última década. Bajo consecuencias de esta política económica, y
tul valorea éticos y sociales. brar el "verismo" de Podestá y su compañía. la lona circense han de nacer las sociedades fol· desde luego su valoración, ha abierto larga po-
La forma dramática, que concede fuerza, inme- klóricas y "recreativas" del tipo de "La Criolla" lémica en los años últimos por obra de los n..
El éxito de estos folletines estaba revelando mados revisionistas. Si hay algo indiscutible e&
el progresivo asentamiento urbano del paisano diatez, corporeidad y contemporaneidad, a la vi· y en 1896 la meritoria revista "El Fogón". El
vencia histórica, es simultáneamente d afinado ciclo se ha cerrado y la institucionalización del la objetiva comprobación del sistemático exter-
relegado, contribuyendo a la ampliación perifé· minio de la independencia provinciana y la bru·
~ca de las ciudades con esos lindes en que co· "ersatz" que testimonia su inexistencia real }' recuerdo del "gaucho" marca su total extinción.
concreta. El intento de hacer de ella el inme· Su mismo arte ya no podrá sobrevivir. Lo que talidad de los procedimientos con que se fueron
menzaba el proceso de asimilación a las formas
jorable instrumento de una requisitoria social viene después, y es obra estimable como los Ver- imponiendo los nuevos sistemas económicos en
civilizadoras que estas ciudades, en pleno proce- detrimento de la población rural, utilizándola
so de educación masiva,. (Avellaneda, José Pe- tomando pie en las nuevas realidades en que se sitos criollos de Elías Regules o Paja Brava de
movía el antiguo gaucho (la acusación políti· Alonso y Trelles, es otra historia que no tiene al servicio de los intereses capitalinos. Jorge
dro Varela), venían cumpliendo. Mejor índice
ca que genera el Juan Soldao de O. M0rat0" mucho que ver con la que estamos contando. Lu- Abelardo Ramos ha subrayado la inserción J»
que el éxito de estos diarios puede encontrarse lítica inmediata de la obra de José Hernánue:r:
en la sustitución de las formas poéticas, muy rio) habrá de ser desplazado por la! serie ,de evo¡ gones reedificará el mito gaucho en base a un
caciones románticas y trágicas (Juan Moreira, cadáver analizado estéticamente y Reyles y Gui· en este profundo conflicto económico y ~ocia.l,
marcadas por el cancionero tradicional de rai· estableciendo la radical oposición Sarmiento-
gambre española, por las formas narrativas he· Juan Cuello) por la retrospectiva patriótica raldes ofrecerán imágenes fantasmales, espectros
(Julián Giménez) o por el divertimento ligero amorosamente pintados. El agotamiento de la Hernández: "Bueno es advertir que el más gran•
rederas de un confuso abanico de influencias de artista de nuestra historia combatirá junto
modernas, que van de los folletines franceses (Los gauchitos). creatividad popular se evidenciará porque: la
La pérdida del contacto verdadero con la linea de invención espontanea no hará sino rei- a López Jordán, con la pluma y la lanza, en
a los cuentos de Edgard Allan Poe y que por los combates que libra el pueblo entrerriano
lo tanto, responden más explícitamente a la in· realidad se ha consumado en esta última dé- terar las formas literarias del pasado, incapaz de
cada del siglo, y es comprensible que se sa· descubrir nuevas como corresponde a un orga· contra los invasores porteños. Todo ese mundo
tervención de la letra impresa en la cultura ( 6 ). declinante del paisano en armas va fijándose en
Si bien la prosa de ficción no desplazará a la tisfaga con el ilusionismo teatral que remeda nismo vivo con alimentación propia; la línea de
épocas heroicas y le concede al espectador el invención elaborada adoptará las formas de la el alma del poeta con caracteres indelebles; la
poesía, sobre todo por la función cantada que derrota se le aparece como un signo fatal. Fren•
ésta conservará durante muchos años, su in· desmedrado consuelo de ser proyectado bajo las literatura culta, desde la prosecución infatiga.·
luces de escena para verse una y otra vez trai· ble del cuento o poema románticos a los apun- te a las lanzas coronadas frecuentemente con
corporación señala un nuevo hito de la derrota una tijera o un cuchillo -las cargas triunfales
éle la mayoría de la población nacional. En cier- donado, vendido, vilipendiado y por último ase· tes naturalistas.
sinado. A esta altura la concepción subjetivista de la caballería no podían aprovecharse por fal·
ta medida cabe consignar aquf la esencia desi·
del liberalismo también ha dominado este arte ta de fusiles y artillería- aparecen los rémin8"'
lusionante que para Goldmann corresponde al
género novela dentro de las estructuras forma· popular y lo que nos mostrará, toda vez que se tons que la opulenta Buenos Aires adquiere en
el extranjero para matar gauchos. En ese duelo
les de las artes literarias, haciendo de él eficaz encare con el presente o el inmediato pasado, Los orígenes de este largo proceso cultural
será el héroe solitario, desarraigado, perdido. ~~ son variados y han sido buscados, ante todo, en técnico se median dos épocas" (9 ).
vehículo de una concepción burguesa del uni- El equivalente uruguayo está representado
verso. Aunque la novela que hace suya este pú· lo podrá recuperar una cierta comunidad colee· las infraestructuras económicas y sociales. Es en
tiva si se retrotrae al pasado lejano, y no es primer término la incorporación de los países por la Revolución de las Lanzas, así llamada por
blico ávido lleve a la exasperación el esquema·
esa de las menores virtudes que subyacen al arte del Plata a la órbita de la economía liberal que haber sido justamente la última patriada en el
tismo romántico, no deja de consignar, por su viejo estilo de lucha gaucha, y donde también
uso de la crónica policial o de la historia inme· superior de Acevedo Díaz. si bien viene haciéndose desde la independen·
Ese héroe es hijo de la conflictualidad del cia, sólo se intensifica y perfecciona como un por primera vez se incorporan los fusiles réming·
diatamente pasada, o por su manejo de la infor· tons. Esa derrota que en forma de crónica fue
mación realista, una progresiva. aceptación de hombre con su medio, cuando ha renunciado a sistema coherente al producirse la expansión de
transformarse él en el agente del cambio am· los imperios europeos y establecer una base de contada por Abdón Arózteguy, que abasteció de
las nuevas coordenadas de vida.
biental y es solamente paciente de fuerzas que acción política eficaz en el Plata. En un obje· experiencias al joven Acevedo Díaz para sus fu·
Del realismo ingenuo en que lo real y au· no puede comprender. De una manera suntuo- , turas novelas históricas, nos entrega el poema de
tivo estudio lo apunta Ferns: "Lo cierto es que
téntico se transforma en poesía (Martín Fierro) sa, teatral hasta lo operístico, asume su propia Lussich Los tres gauchos orientale.~.
la presidencia del general Mitre fue la señal de
ae pasa a una disociación, donde el exceso idea· destrucción y a ella se consagra, co~placiéndO" una fundamental decisión política de toda la Es cierto, como alguna vez apuntó María
lista de la concepción del personaje y su acción se mórbidamente en la única capacidad volun· Rosa Lida, que las derrotas han tenido más
sociedad argentina. Una vez tomada la decisión
narrativa se contrapone el manejo de la prosa, taria que le queda, la de inmolarse trágicamen· rica repercución en la literatura q'lle la.~ victo-
política primaria en favor de la expansión eco·
del dato histórico burdamente elaborado, en una te. A la décima de su hermano Ricardo Gutié- rias y que es a aquellas que les debemos obras
nómica y de la integración del país en la comu·
situación inestable y contradictoria (Juan Mo· rrez con que Eduardo Gutiérrez abre el Juan fundamentales. El proceso es comprensible:
nidad y los mercados internacionales, era posi·
reira, Los montoneros). Todavía cabrá una ter- Moreira: "Como fiera perseguida 1 piso una cuando el medio deviene hostil, el hombre ae
ble la adopción de múltiples decisiones secunda-
cera transformación de formas. senda de abrojos 1 sin sueño para mis ojos 1 .ni retrae para pensarlo y pensarse, para explicarse
r ias en el terreno de la actividad económica".
La p~ntomima circense de 1884 y su conver- venda para mi herida, 1 sin descanso ni gdari· "La nueva época, anunciada por la triunfante lo ocurrido, para dotarse de imágenes que lo ...
sión en teatro hablado y a la vez mimado en da 1 ni esperanza ni piedad 1 y en fúnebre sole- inauguración de la presidencia del general Mi· expresan y que compartidas colectivamente res·
'1886, (') genera una nueva forma teatral ya dad 1 a mi dolor amarrado 1 voy a la muerte tre, fue una época de inversión de capital y de tablezcan el equilibrio imprescindible para su ins·
que no el teatro en el Río de la Plata -para arrastrado 1 por mi propia tempestad" corres· libre comercio. Esa época venía pues a respon- talación social. Este proceso es social, pero lo
obviar la larga polémica sobre el punto- dan· ponde estrictamente la despedida del personaje der a un ritmo acelerado de desarrollo que se que en esa matriz se genera asume otras direc-
do lugar a la aparición del drama policial. En luego de la lucha con la partida: "Yo no tengo estaba verificando al otro lado del Atlántico". ciones que aspiran a trascender la motivación
ChivUcoy o en Montevideo (en la calle Yagua· nada en el mundo, mi hacienda se la habrán "Mientras en la Europa occidental se fomenta- histórica: es ante todo la creación del arte, en
r6n y San José) la carpa circense crea el ám· repartido, mi mujer y mi hijo ya no los volveré ba de esta manera la expansión comercial me· cuanto estado perfecto que cancela el tiempo y
bito adecuado para volver a otorgar realidad a ver más, no tengo otro camino que pelear con diante la política del laissez-faire, en la Argen· la circunstancia motivadora, pero aún dentro de
:(n-presentar) un modo de vida que ya había las partidas hasta que me maten, que será para tina las nuevas autoridades proyectaban, me· él es la suma de significaciones espirituales con

~UACERNO. DE MARCHA N UMERQ e 1 OCTUBRE U~67


..ACI. _,.

/
i

(3) Pedro Henríquez U1·eña: Las,. corri.entu


tinante de la sociedad aluvial. Desde luego que literarias erlla América Hispánica. México, · Fon-
p :se teJe la grau investigación esencial del y propicio a loa errores. Hace t?ien Martín~z J:'..~· no los representa, pero es el pasado úmco q~~ do de Cultura Económica, 1949, p. 115.
h.Qmbre hist6rico. trada en desconfiar de los cultivadores de intei reciben, y no son capaces de crear, como 0.:U1TIO (4) Julio Caillet .Bois: Intr~ucción .a la. poe-
En la década qqe va desde 1862, en que pretaciones alegóricas. Lo perceptib~e en el poe· en los Estados Unidos, una imrgen pionera que sía gauchesca. Hilarlo Ascasub1, en H1stona de
Mitre asume )a pre~tidencia, a 1872, en que apa· ma es un esfuerzo tenaz par~ ~lcanzar los v~ · sea sustitutiva y los muestre en la brutal .~ctitud la literatura argentina (dirigida por Rafel Alber-
.rece Martín Fien:o, las derrotas son progresi- !ore~ e~eneiales del hoi'Tlbre·, pero nq ll partir d!: to Arrieta), Buenos Aires, Ediciones Peuser, 1959;
conquistadora que los singularizó, tal los con·
v~ y constante.s, las fuerzas $On abatidas, las re- la erradicación de una circunstancia, sino el~· tomo III, p. 66.
quistadores del oeste en el norte. (5) Véase el tema del cambio en el libro de
beliones indómitas destruidas. Muchos hombres vándose sobre ella, alimentándose ince~ant~meu·
El profundo, largo llan to viril de los gau- Eneida Sandone de Martínez La imagen en la
buscaron explicarse, a parti.r de~ nivel qe sus te de ella sin quedarse en el plat1o de la reh,ln- poesía gauchesca, Montevideo, Facultad de Hu-
chos, será más poderoso que las energlas rudas
conocimientos y experiencias, la realidad ep qu.e dicación social y política que la pretexta, e6mo· manidades y Ciencias, 1962.
de los inmigrantes; éstos se doblegarán a la con-
vivían~ y, ~obre todo, las causas secretas de ese damente. Parecerá exagerado dec1r que Hernán· (6) Véase el estudio preliminar de León Be-
cepción del hombre que aquéllos habían gene- narós a Eduardo Gutiérrez: El Chacho, Buenos
aluvión adverso. Es normal que lo buscaran den- dez piensa al hombre; quizás lo resulte menos
rado, y bien podrían rastrearse l?s b:-sarnentos Aires' Librería Hachette, 1960.
tro de los materiales del venero de su cultura &i puntualizamos que piensa poétic~mente al
tradiciQ:nal, donde se combinaba, la educación es- hombre rioplatense, en que adverbio y adjetlvQ
económicos y sociales de este cunoso comporta- (7) Rubén A. Benítez: Una históric~ función
miento. Pero aquí sólo queríamos drscribi r "] de circo. Buenos Aires, Facultad de .F~losofla y
pafiola de tipo teligioso y el pesimismo de otros circunscriben la empresa, pero que, reduci~ndo­ Letras - Instituto de Literatura Argentina, 1956.
proceso espiritual. Esta es la victoria últirrn d<>
dttrrotades anteriores, los indígenas. Abunda- la de ambición filosófica, la acrecen de n¡a,gni· (8) H. S. Ferns: Gran B.relaña y la Argentina
los vencidos, que ellos no llegaron a conocer por-
ron las explicaciones mágicas, las invocaciones ficación mítica, puesto que sólo la pot-sía ¡me• en el siglo XIX. Buenos A1res, Solar - Hachette,
q ue para entonces ya estaban muertos .
religios~; hubo aventuras mesiánicas. La más de elabo~ar el mito. 1966. pp .. 326-7.
trágic4' y conocida es la de los asesinatos perpe- No sólo él acomete la empresa, sino todos (9} Jorge Abelardo Ramos:. Revolución Y
contrarrevolución en la Argentma. Buenos Al-
trados en Tandil el 1~ de enero de 1872 y que los autores gauchescos de la época, y los auto·
res, Plus Ultra, 1965, pp. 246-7.
asi resume Martin Aguirre, el defensor de los res de literaturas más cultas (),Ue tomaron al gau- (1) Carlos Alberto Leumann: La literatura
gauchesca y la poesía gaucha. Buenos Aires, (10) "!mago Mundi", Año 1, N9 2, Bueno!\
acusaqos: "Parocliando las profecías de terribles cho y su drama como centro de la creación li· Aires, diciembre 1953, p. 79.
Raigal, 1953. 213 pp.
C:¡&stigos de ]a,s leyendas bíblicas, Solané, ~upues­ terada. Y no nos importa ahora que esa tarea. (11} Ezequiel Martí~ez ~strada : . fv!.uerte y
(2) Ricardo Rojas: Historia de la l~ter•:~Lu ra
to Dioa, y Jacinto Pére~, supuesto San Francis- no pudiera dar, para nuestra concetxión actual argentina. Los Gauchescos l. Buenos A1 r~s, Lo- transfi g\Jración de Marhn F1erro. Mex 1co, · Fon-
cq, anunciaban para el 19 de enero un diluvio del problemi\, sino la descripción de un dete(mi- Jada, 1948, p. 23. do de Cultura Económica, 1948, tomo ll, .P· 494..
qu.e ocasionarla el hundimiento qel Tandil, ca- nado hombre, de un ser histórico delimitadq,
tá~trofe de la cual sólo salvarían los que hubie- ya que lo fundamental es· comprobl;lr que esa
ren derramado ~angre de extranjeros enemigos . tenaz investigación dotó a las sociedade9 del
de la religión y recibido la bendición de Dios Plata de una visión arquetipica del hombre n:l·
ll quien podrían ver yendo ' en seguimiento de cional. Es en es,as obras, en ese p eríodo, que s.c
San Francisco (Jacinto Pérez) ¡t consumar la forja en el campo concreto de las imágenes lite·
f>bra Santa. La recompensa ofrecida al celo re· rarias, muchas veces torpemente razonadas dt:I
ligioso era la salvaci6n personal y de sus fami- punto de vista pensante, 1 a concepción del
\ia.s con las que irían a habitar un nuevo pue- "hombre nacional". Sostenida simultánean~ente,
olo que había de surgir en la Piedra Movediza. como si fueran las dos piernas del cuerpo hv.'
Absurdo e inconcebible parece, si se juzga de mano, sobre un sentimiento t~rruñero \nten~o,
ligero, lo que voy extractando. Pero la since- una forma primaria e instintiva de la nacion~·
ridad y la buena fe con q\1-e tales aseveracio- lidad, y sobre una cosmovisión cri3tiana donde
ne4 eran creídas por los encausados no pueden se van diluyendo sus principios estrlctos p:,,ra
ponerse en duda". (lO) trasfundir~e como una atmó~fera y. una sepsibi.-
Un aentimiento religioso también detectaba lidad al comportamiento psicológico de los hom·
Azorín en el poema de Hernández, y Martínez bres, nace ?.quí la imagen primera del "hom-
Estrada lo razonaría a partir de la vocación por bre rioplatense", del "<\r~-entino'~ y del "urv.-
·.lo escueto del autor, su voluntad de trascender guayo".
lo adventicio y epooal para concentrarse en la Las masas extranjer\1-S que en est<n miun?.·~
esencialidad del hombre: "No es necesario in- fechas comienzan a descargarse ~ohre la r~gión
quirir en qué consiste el simbolismo oculto en el y proceden a la g:ran transfusión de sangp;' 4cl
Poema. Algunos versos nos previenen de que en cuerpo nacional, no tr~nsportaban ningun~ irna.-
la eoncepci6n de la Obra se ligan los aconteci- gen válida, coherente y llplicable a tod.os -a
mientos biográficos a los de un orden potencial, los venidos de España o de Italia, a. l.o~ q-u~
qqe el!oa no alcanzan a perfilar y delimitar con- caían desde Francia o Inglaterra, lA los Ql.lf ~er­
cretament~. Finalizar la, Vuelta en el canta tri- minarían viniendo de la Europa central- y ~un­
gétimq ter4)ero, que ea la misma edad de Orlsto, que se opondrán al gaucho y lo estigmati¡¡:a~án
o in11inuar que el preciso r umiar mucho para en los primero~ momentos, cuandó toqav{a le
entender el Poema, •on simples advertencias de resta fuerza, concluirán por asu.m ir la ¡mngen
que en la conciencia de la obra c¡ue Hernández nacional que él ha fraguado en el proce¡o de
~·t~- reali~ando algo trascendía al hecho es- su desintegración y la harán ~uya como in~t--u·
cu,to y a la anécdota" (ll). El camino de una mento qe enclave regional, C<om.o :~u n~~v~ jus·
in~rpretaci6n ~timbólica. es ~iempFe r-esbaladi:.::o tificaoión ªmericana, com9 e.l elemento a~lu·
,.,.o.. . .
NUM~Ac:t • 1 O~ , • • .,.
PAYADORES GAUCHOS f
LITERATURA GAUCHESCA A mi:> alumnos de los cursos d.e Sociología y Ann·opología Cultural

1- HISTORIA Y DESTINO DE LOS petuamente auténtica en su expresividad tradi·


CANTORES POPULARES cional.
El payador es un tipo humano con caracte-
res peculiares, propios de su especialización y¡
E L payador es el símbolo lí:;·ico del individua·
lismo campesino doplatense. Nuestros pai-
sano.s no cantaban en coro tal como lo
funcionalidad. En un área cultural donde impe-
ran los géneros de vida dictados por una gana•
hacían y lo continúan haciendo los europeos dería de tipo extensivo, pobre en artesanía, sin
gregarios, los indios litúrgicos o los negros feti- entronque con las milenarias divinidades de la
chis.ta.s. Sólo u,no entre muchos levantaba la tierra que en otros pueblos han propiciado un
llama musical de su voz y en derredor éle ese complejo repertorio de dispositivos paisajísticos
fuego humano, que restañaba apenas la penuria adscriptos al sedentarismo agrícola, el payador
de una gt:an tiniebla artística, se reunía un au- es la única concreción de las posibilidades esté-
ditorio conmovido y atento. Todos los silencios ticas del ambiente. Los hombres de a caballo,
y todas las soledades de la geografía, todas las los camelleros itinerantes, todos los representan•
carencias y marginalidades de la hist0ria, se tes clásicos y modernos de las comunidades n~
destilaban en la miel áspera de las canciones, mádicas, sólo pueden llevar consigo las artes do
y los hombres llegaban con sus íntimos desam- la palabra, los tesoros de la narrativa, los mun•
paros y sus aislamientos planetarios para arder dos cifrados del canto. Donde no hay telares ni
por algunas horas en el trino enronquecido o cerámica,. ni arquitectura colosalista ni riqueza
en el vestido, ni trabajo metalúrgico ni talleres
estl'idente del poeta rural. A veces venía otro
de industria familiar, únicamente cabe la virtud
cantor y entre ambos tejían el cañamazo de los celebrada por el proverbio árabe: "la belleza del
co~trapuntos. Brotaban entonces, al compás de hombre radica en la elocuencia de su lengua".
la picardía criolla, manantiales de coplas sen- Las culturas de tecnología material escasa están
tenciosa!i; se entablaban torneos de preguntas y frecuentemente, por una especie de equilibrio
respuest<}.S sobre temas fundamentales de la fi· compensatorio, bien dotadas en complejos siste-
losofía, ingenuos en su formulación pero angus• mas de parentesco -los arunta australianos- ,
tiados y ete¡rnos en su problemática; la crónica, en religiones de intenso aliento monoteísta -los
la imaginación y el mito sazonaban los frutos pigmeos del Cong<r- o en cantores inspirados
de una sabiduría popular llena de agachadas -los berberiscos, una de cuyas tribus proclama-
pintorescas, de trasfondos in:acionales, de ráfa- ba su preeminencia sobre todas las otras "en
gas de instintiva y a veces espléndida poesía, jinetes y poetas''.
siempre acert~.da en la gracia metafórica, per- Pero es ya tÍelllpo que no:t interroguemos

INI.,IMi¡RC\, • 1 OCT\.!B~S •ae7


,oa;n la antepaaada figura del payador de nuea- las diferencias existentes entre el mundo de los tingas del sertáo nordestino. En dichos escena-
parias y lo que Sarmiento llamara "la oligarquía Debe cantar cuando canta
tros campos y la primera pregunta recae, natu- ¡_,:-,_, L .· : s:::roE::.n las fo rmas larvarias de una
Cou toda :a \'CJZ q ~e li:-..,.
ralmente, sobre el significado de su denomina- de la bosta", esto es, el imperio cuasi feudal ·de ganadería cimarrona, dedicada a la corambre pri-
ción. Jos estancieros. Los trovadores, además, no celebraban asun· mero y al tasajo después. La tierra pertenece a
Payador deriva de la voz paya, que en espa- Otro miembro de esta cofradía multicente- tos épicos, como los aedos y bardos, sino cosas los grandes beneficiarios de la corona y sus ~ee­
il.ol antiguo designaba el diálogo poético acom- naria es el bardo céltico. Pero el bardo está más del diario vivir. Poesía narrativa y poesía lírica, cendientes criollos. Sólo el ganado es un b1on
pañado. por música de guitarras que entablaban cerca del aedo que del payador; sus asuntos son pL.::s, antes que poesía épica. Crón:ca ante~ que . común mientras las estancias, las fincas, los ha-
doa cantore1. Payo, paya, a su vez, derivan del épicos y no circunstanciales; no canta en forma historia· vida individual y no epopeya colectiva tos o las fazendas se organizan en derredor del
Jadn pagus, que significa lugar rústico, y son alterna, disputando con un antagonista, sino convertida, según la ideología impuesta por los núcleo patriarcalista de la comunidad donde re-
ain6nimos de aldeano, de campesino, de hombre que se limita a exaltar individualmente las ha- señores, en personal y egolátrica hazaña. La siden los patrones y sus allegados. Éstos son los.
ain educación ni lustre urbanos. Los términos zañas guerreras de su pueblo. poesía juglaresca y trovadoresca era, al dec;r de paisanos, los trabajadores sedentarios de la ga-
payuca y payucano empleados peyorativamente Es en el mester de juglaría medieval donde Waldemar Vedel, "ocasional y oportunista" nadería estante, que si bien exige una continua
en la Argentina para designar al paisano que se pueden hallar las pistas que conducen hasta (Ideales de la Ed::1.d Media, II, 1927) y de oca· cabalgata diurna, reúne en un fogón nocturno
and~ como boleado por las calJes de la ciudad, el payador americano. El juglar es un hombre sional y oportunista puede también calificarse a todo el grupo humano de la hacienda. Fuera
confirman la filiación etimológica de la aludida del pueblo. No se concreta a cantar: danza, tañe, al mester payadoresco. Lejos estaban las Cortes de estas comunidades que emergen como arr~
~oz. , hace juegos de manos, divierte a~ auditorio. Su de Amor de Provenza de los primeros siglos de cifes en medio de un mar de hierbas, pulula una
El payador -o pallador, como se le llama misión es solazar, distraer. Muchas veces actúa la Edad Media. La canción de los trovadores sociedad marginal de desclasados, fugitivos, con•
en Chile-- es, pues, un cantor rural que se en el seno del vulgo innumerable de las aldeas, es juego y deporte (joi e deport) , juego y ale- trabandistas, cuatreros, hombres libres como los
airve del contrapunto para desplegar sus habi- de las posadas, de las incipientes ciudades. Otras gría {joi y gauy') ; en cambio los autores del caminantes medievales, artistas vagabundos y
lidades en la improvisación ingeniosa, en la res- veces sirve a los reyes, a los nobles, a los señores Poema de Mío Cid y de la Chanson de Roland tahúres trashumantes. Pero todos, los paisanos
puesta aguda, en la metáfora naturalista, en el de la iglesia, a los municipios, aun a los trova· celebran. la élite guerrera de una sociedad com· y los gauderios, los patrones y los tupamaros.
verso desaliñado pero intenso. Su entronque dores. El juglar canta lo que otros componen. batiente, asediada por los infieles invasores, obli- los señores terratenientes y los camiluchos, los
histórico lo relaciona con antepasados de otras Es un repetidor, no un creador. Es, además, un gada al heroísmo como única forma posible de sedentarios y los pasianderos, viven al socaire
civilizaciones, aunque todos, en nuestro caso, pedigüeño ambulante: cambia sus canciones y supervivencia. de una alimentación vacuna abundante, com•
centro del común estuario de las culturas de sus artes por la paga en dinero, en vestido o en El contrapunto de los payadores tiene un ca· partida, que no exige el laborioso ciclo anual
Occidente. Es conveniente, por lo tanto, exami- especies. En cambio el trovador, de origen no- bal antecedente en las tensones, en los quolibet, de la agricultura pedagogizada por los miniatu•
Dar algunos ejemplos. ble, puede mantener un caballo y no exige retri- luchas intelectuales entabladas entre los trova- ristas de las Ricas Horas. Es cierto que un pe-
Los aedos griegos que en las cortes de Jonia bución por sus canciones. Además es un poeta, dores. El torneo poético, sin embargo, posee un queño sector de la sociedad está in~egrado por
recreaban el ciclo legendario de la epopeya tro- un inventor de mundos. A veces desdeña entonar antiquísimo origen rural: los Idilios de Teócrito los dueños c;le la tierra, y que a su sombra vive
yana recibiendo presentes y hospitalidad a cam- sus poemas y los entrega a los juglares para que y las Églogas de Virgilio consagran el tor~eo un también pequeño sector de trabajadores y
bio de sus cantos, son sus más lejanos anteceso- éstos los canten. "Históricamente -dice Ram6n campesino de los siglos clásicos, y estas contien- familias mientras que la gran mayoría de l01
r es. Pero el aedo es un cantor urbano, un cita- Menéndez Pida!- el trovador nace por imita- das líricas perviven aún entre los pastores de habitantes del campo -indios, mozos desgari-
rista refinado, un versificador académico; su ción del juglar; es el caballero o la persona Toscana y Sicilia, los paisanos tiroleses, los al- tados, malévolos, gauchos, changadorcs-- sólG
arte no es espontáneo sino aprendido y perfec- cualquiera que hace versos como los histriones" deanos de Suecia y los labradores gallegos. tiene acceso al ganado cimarr6n, pero lo que
cionado a veces por el genio individual; perte· (Poesía Juglaresca y Juglares, 1942). La payada ameri.c ana y la tensión de la Ba)a no puede negarse es que el ocio impera sobre
nece a una corporación que trasmite de padre Juglares y trovadores, desde el trasfondo eu· Edad Media difieren en un fundamental mat1z. el trabajo, que la hípica y su secuela han anuo
a hijos las reglas musicales y poéticas; no canta ropeo, funcionalizan un arte que sus descendien· En aquélla son los cantores mismos quienes al· lado las categorías laborales y mentales de 1•
provocado por un contendor sino que lo hace tes americanos volverán a reinstalar en el s~no ternativamente y al calor de la improvisación se economía en el Viejo Mundo. Estos pueblos
ainguJarmente, en un aristocrático megaron, lue·
go de los grandes banquetes de los nobles de
de otro dintorno geográfico y humano, en los proponen acertijos, " cosas. de, :undamento".' in- ecuestres y ociosos, semejantes a los beduinos por
su género de vida y ·concepciones de la existen•
marcos de una economía colonialista y una so- terrogaciones sobre el medto hs1CO y el amb1ente
Colofón o Mileto, a los que adula a cuenta de ciedad tenuemente estratificada. La diferencia humano circundante; en ésta son las señoras cia, amasados por la confluencia biol6gica de la.
au mecenazgo. básica entre los trovadores nobles y los payado- feudales, las dueñas de las Cortes de Amor (ver raza mediterránea del sur de Europa, de las ra-
.El payador se asemeja al aedo en el caso de res populares radica en que el trovador se apar- el librito de Jacques Lafitte-Houssat, Trovado- zas indígenas -ándidos, amazónidos, pámpido~,
la invención pura. Si ambos crean o revitalizan ta deliberadamente de los cauces de la poesía res y Cortes de Amor, 1960) las que eligen los plánidos, láguidos- y de las razas melanoa~rl•
un. tema cualquiera comparten el territorio co· del pueblo, inteligible para todos, y versifica de temas, y los trovadores confabulan un torneo canas, rehabilitarán un día los oficios de los Jll"
mún de la originalidad. El aedo se convierte en un modo esotérico, dirigiéndose a un núcleo de poético, previamente ensayado, para responder glares y los trovadores, de los segreres y loe
rapsoda si canta composiciones ajenas y el pa· elegidos, de acuerdo a las complicadas reglas con una farsa lírica a los caprichos de las cas· ministriles, de los scopas y los goliardos. Pero
~ador deja de serlo si se limita a repetir los cortesanas y amatorias de l'art de trobar. Se pa- tellanas. los cantores americanos no oficiarán ya en el
temas del folklore poético y musical de su pa· recen, no obstante, porque el trovador procura Pero es tiempo ya de inquirir por las socie- seno de una sociedad rígidamente estratificada
tria. Sin embargo las diferencias son inmensas: trobar, esto es, hallar, encontrar nuevas expre· dades pecuarias de América, donde prosperaron en estamentos sino en la matriz indiferenciada
el aedo es un cantor rentado, cortesano, que ha- siones, inventar temas y giros impares. El paya- k.s diversas formas de dominación económica de comunidades solidarias en la lucha contra
laga el oído y la vanidad de los señores empa- dor verdadero, personificado en Martín Fierro, del imperialismo luso-hispano, y donde el Roman· la naturaleza que, más adelante, con loa avan-
rentándolos con los dioses; es un profesional proclama: cero peninsular sex:nbró sus modalidades cultu· ces de la tecnificación, comenzarán a empotrerar
comprometido con los poderosos de su tiempo y sus estirpes y a renegar del pobrerío. No e&D"
rales.
sostenido por ellos. El payador no pacta el pre- De naides sigo el ejemplo, Los payadores y cantores americanos flore· tarán ante nobles a la hora de los postres, luego
cio de sus canciones, tiene aliento y auditorio N aide a djrigirme viene, cen en los llanos, en las pampas, en el valle de banquetes memorables, sino en los fogonea
populares, posee una bárbara libertad para ju:z· Yo digo cuanto conviene central de Chile, en la penillanura uruguaya, en amortajados por el humo, a la sombra de las
¡ar a sus semejantes y a veces insiste en señalar Y el que en tal huella se planta las coxilhas riograndenses, en las sedientas caa- enramadas entecas, bajo los ombúes hinchad01

CUADERNOS OE MARCHA'
NUM .ILRQ e 1 O CTUEiRilt Uilli'7
~, al pie de laa rejas de las pul·
(IQIIIIO (se !es denomina cultas pero desestuno esta ad· Desde el llano adentro vengo Un contrapunto memorable fue el del :W~
J*Ú's, en. lat plazas bosteadas donde se aburren je~ivac~ón cla~ista ya que la cultura ea un pa· tremoliando este cantar. lato Taguada, _un pueta del Maule, con doa
Jaa carretas, en Jos toldos asoleados de las pen· tnmomo comun a todas las comunidades huwa- Cantaclaro me han llamado J avier de la Rosa. Aquél era un inspirado hijo
cal, a la puerta de las guaridas itiJlerantes de nas), académicas en definitiva. Carecen del sa- ¿Quién se atreve a replicar?". del pueblo, un cantor de los caminoa y 1u pour
w quitandcras, en los intervalo$ de lo~ bailes, bor y gracia populares de los cielitos. Desde el Y cuando alguien se atreve, como el Guari-
das; éste, un hombre letrado, rico, mestizo de
40 los deacanso~t de las yerra$. Guitarritas de punto de vista formal posee-n innegable belleza. español e india. Horas y más horas dur6 el con·
morondanga, rabeles, guitarrones y cuatros, sim- queño, se trenza entonces el duelo contrapuntis- trapunto. Vehemente el roto; frío y medido el
y permiten retruécanos hábiles, que explotarán
plef Instrumentos de madera y cuerda, deseen· tico. El cantador -signo compartido con los dotor; impetuoso y pícaro el afroamericauo; IU·
los payadores epilogales y los milonguef'Ofi, p~:ro
dientes de la kitar árabe aquerenciada en Ibe- trovadores europeos y los payadores rioplaten- til y enredador el iberoaraucano.
tlO tienen autenticidad folklórica.
ria y nieta de la cítara helénica, acompañaron ses- canta "cosas de su invención", y F loren-
El cielito, estud.iado por el incam,able L<I4XO tino a:sí lo corrobora ~'ntonando: - Preguntaba Taguada1
con su1 desacompasados rasguiclos musicales a Ayestarán (La primitiva poesía gauchesca en cl
lu vocea rudas, destempladas, tremolantes, de Uruguay, 1950) "reconoce una antigua filiación ... este almanaque llanero Señor poeta abajino
Jos aed01 de las soledades de América. A veces romancesca", dado que su estructura es la de que a mi cabeza no viene con su santa teología
te rec:urcla a las maracas, heredadas del indio. "una cuartet,. octosilábica cuyos versos 29 y 4.9 de cantos de otro coplero dígame cual ave vuela
Pero del indio nada quedaba en los cantores riman en forma consonante o asonante". ni de libro que lo enseíie. y le da leche a sus erial.
aampesinos del Nuevo Mundo. Eran europeos , Del común denominador del verso octosilá- Y re trucaba, impávido, don Javie.F•
renacidos en escenarios elementales, empobrecí- bico surgen también el trovo y la glosa, perQ Una vez el Diablo corta el paso de Cantada-
~ en· su venero folklórico, que encarnaban ro y el cantor lo aventa nombrando a las Si fueras a Copenquéu,
como este estudio del payador tiene más inte· allá en mi casa, vedas
una definida tradici6n cultural transatlántica. rés en lo social que en lo estilístico, es tiempo, "di vinas personas". Pero el Diablo imistr
Ya tenemos el retrato inicial de aquellos como tienen los murciélago~
en consecuencia, de iluminar frontalmente la fi- Desde el alto llano vengo
ClfUltores y el inventario de sus instrumentos. In- un puesto de lechería.
gura histórica, carnal, de este prototipo humano desafiando a Cantaclaro;
teresa ahora preguntar por la forma y materia del campo ganadero. · -Esperate Quiebracacho F.l rotito volvía a la carga:
d~ IUl canciones. Aquí reaparece el acervo pe- El payador es algo más que! el cantor. El que me está retando el Diablo. Mi don Javier de la Rosa
runsular, el arte de un pueblo que viajará con cantor repite, el payador crea; uno es u.n con- viniendo del Bío-Bío
los primeros de$bravadores a las tierras torren· servador del patrimonio folklórico, el otro es Al final el Diablo se sale con la suya y ven- dígame si acaso sabe
eiales del Nuevo Mundo. En efecto, con los un innovador, un elemento metafolkl6rico, reot· ce al legendario cantor, porque sólo el Maldito cuántas piedras tiene el rlo.
conquistadores españoles había desembarcado, cio al tutelaje tradicional, activo invento{ de tenía recursos para quebrar la inventiva y la
para emplear las palabras de Vallejo, el "olivo visiones personales del mundo y no pasivo r e· gracia humanas de Florentino. Y don Javier salía otra vez del pa.o ·úo-
de bolsillo,. del Romancero. En el Río de la ceptor del acervo popular. En Chile los cantores popu1ares se llama· samente:
Plata los romances comienzan tempranamente a Sin perjuicio de la caracterización etnográ- ban palladores. Algunos opinan, contrariando la A vos Mulato TaguaM.
recibir 4 influencia lingüística del incipiente fica que intentaré en el capítulo JI q:uiero cerrar t:timología de origen español,, que pallador vie· la respuesta te daré:
dialecto campe~ino y: adoptan las formas mé- este proemio, encuadr2do. po.r el tiempo de la ne de pa.clla, voz quechua que significa campe-
ponémelas en hilera
tricas que, a la postre, engendraron el cielito. historia y el espacio de la geografía, con una. sino, pero esto no importa mucho. Los paliado- y entonces las contaré.
Aparecen )as modalidades híbridas, los centau- VJSJon simbólica del destino de los payadores. res chilenos, acompañando sus cantos con un
ros líricos tan comunes en las trasculturaciones. He escogido para ello tres figuras consagradas guitarrón o un rabel, recorrían los campos y los Cuando correspondió preguntar a don Ja·
Ast es como en un romance atribuido al can& en tres regiones de América: el Cantaclaro de pueblos sin buscar otra paga que el aplauso. vier, el pallador maulino cedió luego de una he·
nigo Baltasar Maciel se machihembran, un poco los llanos de Venezuela, el Santo~ Vega de la anidando en las ruedas hospitalarias de buen roica e intuitiva defensa. Nada pudo el gracejo
grotescamente, el viejo estilo peninsular con la pampa ar~entina, el mulato Taguada del valle vino, de mate -que en Chile se bebió ha•ta desamparado de la tradición folklórica contra
musa americana. La composición cumple con los central de Chile. Los tres fueron de "larga fa- fines del siglo XIX-, de cuecas calientes y la· la dialéctica de la universidad. Don Javier alia·
requisit~ de adulonería elCigidos a todo buen ma" y los tres también fueron finalmente ven· bios encendidos, de sopas de humitas y po,nchos ba la sabiduría y el buen decir ciudadanos a la
aedo cortesano. No se respira en sus versos la ciclos por el Diablo o por la ciencia, que es lo multicolores. sagacidad del hombre de campo. Era un me~­
bochinchera discrecionalidad ni la irreverencia mismo, en su calidad d4:1 entenada demoniaca Los cantos de aquellos poetas espontáneos y tizo étnico y cultural, con dominio en los do~
de los payadores sin rey ni ley. La composición, de la civilización. rrpentistas se inspiraban, siguiendo la vieja tra- Pxtremos de la polaridad americana: la urbe
que 1e titula "Canta un guaso en estilo campes- Cantaclaro es la encarnación mítica' del al· dición medieval europea, en lo Humano y en lo wropeizada y la trastierra criolla, la instrucción
tre los triunfos del E'!Cmo. Señor Don Pedro de roa llanera. Sabana, caballo y copla s.on la tri- Divino. "Como ser cantor constituía un alto ga- profesional y la endoculturación de la comuni·
CevaUos••, eom.ienza así: nidad' venezolana de tierra adentro según la no- lardón - dice H. Acevedo Hernández- todo el dad de folk. Y Taguada, derrotado, impotente,
vela Canta<;lal'o de R6mulo Gallegos. La. copla mundo cantaba desde pequeño. Los rotos más llegó entonces al insulto. Había perdido la pa-
Aquf me pongo a cantar
errante señorea en los caminos, en los infinit<:>8 infelices cantaban de pie quebrado y con güelt~. rada. Aguardó la noche, para que nadie lo viera,
abajo de aquestos talas
caminos de los llanos que el Orinoco a.caricia e Los cantos eran siempre controversias rimadas y se marchó avergonzado, a los tropezones. Nun-
del maior guaina del mundo
immda. "Allá ~a por delante de la punt.a de y cantadas que debían improvisarse en el mo- ca m;\s cantó. Se fue apagando de a poco, ca·
l01 triunfos y las gazañas.
ga.nado, a través de la muda soledad de 'tos ban- mento de cantarlas; cuando algún cantor no po· liado y caviloso siempre. Hasta que sonó, por
Las décimas q\Je se usaron posteriormente
te las payadas de las postrimerías del siglo XIX
cos, y a veces se quita las palabras y 'e queda dia contestar a su contrincante y se veía obli-
gado a callarse, entonces quebraba y el aventa·
fin, el deseado bordoneo de la muerte.
En esta verídica historia el Diablo no es uxa
en cueros de tonada, silbido lánguido y tendido.
DO emigraron del campo a la ciudad: descendien· Allá viene, ,compañera del caminante solitario jado rival estaba autorizado para arrancar una mito sabanero, como en el caso de Cantada-
la de la espinela renacentista y empleadas por con varios soles a cuestas. Allí entona galerone~ vuelta a • la chupalla (un sombrero rústico). ro. El Diablo es aquí la civilización, el pane·
poetas gauchescos y no gauchos fueron sembra· y corridas al son del arpa y l;u maracaJ. Aquí Hab'a tan malos cantores que conservaban muy girista ilustrado de la estirpe de Caín, el ep.ígo-
das por la mano de las urbes en el fecundo surco llega, rasgueando el ()Uatro B. la porfia do ~ poco tiempo el ala del sombrero ... •• (Los can· no de aquel Lucifer tan brillantemente carac·
de laa campaiW. Son formas pulidas, citadinna cantQreJ alardoaoa: tORil popula.ra chilenc-, 1953). terizado VOl' Lord Byron.

NUM&"'Q e 1 OCTUBRE !.D•7 I'"AG. 7f

' , . ~ .
bra la Edad de Oro de un perdido paraíso de ta Emilio Coro, y en el momento de su perl·
Y para terminar está Santos Vega, la estre- dores, y hoy los caricaturescos retoños de aque- abundancia y libertad; tiene intención política, · geo será Latorre el encargado de ejecutar los
. ~. más pura del firmamento .payadoresco del lla progenie deben cantar ante micrófonos ur· moralizadora y hasta educadora; infunde sus designios de la Asociación Rural, autora de un
.ío de la Plata. Rafael Obligado, un poeta banas, entre avisos comerciales, para que el re- sentimientos y concepciones del mundo a los codigo defensor d e latifundistas y embramado-
:udadano, refinado, supo interpret~r su trági- ceptor radiotelefónico que invade de a poco los personajes rústicos que de musculares se con- ra de los últimos "vagos" del campo oriental.
ra derrota a manos de Juan Sin Ropa, el Dia· ranchos recoja el resuello de su piadosa roen· vierten en escolásticos, de folklóricos en oeda· Los descendientes del gaucho y la familia del
blo de la tradición, otorgándole al demonio los tira rural. gógicos, de reales en ideales. Tiene esta poesía peón expulsada por la tecnificación de la es•
.<tributos intelectuales de los cainitas que en deliberada el valor de un manifiesto; el gaucho tanda cimarrona, se encontrarán, cara a cara,
;;u tiempo habían vencido a los abelitas. San· 11- RESTAURACióN DEL MUNDO no ve la explotación de los dueños de la tir:;rra, en los primeros rancheríos nacidos en la déca·
"OS Vega, en su mentada payada con el Malo, PAYADORESCO pero Hernánde:z:, o Serafín J. García, hijos de da del 1870 al 1880. Pero a partir de entonces
.;antó a la naturaleza, a los campos abiertos, a otro tiempo, la denuncian mediante alegatos ex· ya no existirán, en su realidad sociológica y
'!as tardes aterciopeladas como pelusa de du· Entre la poesía gaucha y la gauchesca me- plícitos o implícitos. Por boca de los gauchos se cultural, más representantes de la humanidad
. ·azno, al maduro sol de los mediodías, a los dia la misma distancia sociológica y cultural hace hablar la intelligentsia urbana, y no es gaucha. El ocaso del gaucho ve nacer la segutl"
:".rroyos caídos entre los pastos como facones que separa el campe;> americano, tenuemente hu- desacertado que así se proceda, sino útil y alec· da y más brillante generación de los poetas gau·
. 'Jojados por la luz de las estrellas. Otras co· · manizado, de la ciudad industrializada, secula· cionador. chescos: Lussich es un folklorólogo avant la let=
·,as no podía describir ni entender; en su inge- riza da y cosmopolita. Los poetas gauchos fue- Esto sí, la confusión de lo gaucho con lo tre; Hernández será un nacionalista terruñero;
. 'llO panteísmo sólo supo entreverar la presen- ron los cantores y payadores de la tierra abier- gauchesco, de la gratuidad expresiva con la mo· Estanislao del Campo se define como hábil ad·
• la de Dios con los objetos del escenario habj- ta, de la vida vía jera, de las haciendas pagua- tivación social, de lo espontáneo con lo medi· jetivador de un lenguaje festivo y de qna eh
. ual y exaltó entonces a la creación con el sen· las, del clan !!anadero. Los poetas gauchescos, tado, de lo cotidiano con lo ideológico, puede cución metafórica.
: imiento de una simple criatura admirada. por el contrario, fueron hombres instruido~ de distorsionar la imagen verdadera del primitivo Los payadores gauchos cambian a lo largtt
~n cambio Juan Sin Ropa entonó una nue- las ciudades rionlatenses aprendices de cosmó- habitan te de nuestros campos. Sobran ejemplos. del tiempo. Marcelino Román ha señalado la'
hl canción, y el suyo polis -Buenos Aires, Montevideo-- que se sir- Hidalgo hace decir al gaucho de la Guardi~ etapas sucesivas de sus modalidades y de su ofi·
vieron de los giros idiomáticos del gaucho y a del Monte: cio, aunque incorpora en su clasificación, a mi
" Era el grito poderoso veces de su forP1a de versificación para recrear Ya que encerré la tropilla juicio, algunos de los caracteres propios de los
del progreso, dando al viento literariamente la epopeya, el drama y la come- y que recogí el rodeo. poetas gauchescos y de los cantores orilleros (los
ll!l solemne llamamiento dia del universo rural. Aquellos son la esencia, milongueros) que desnaturalizan al puro ejem•
~1 combate más glorioso. la savia auténtica de una tradición cada vez Ascasubi fragua Ull lenguaje capricho~o y piar rural. Según Román hay nueve períodos
Era, en medio del reposo, más .despistada en sus valores funcionales a con- se lo endilga lindamente al paisano, que conser· históricos, representados cada uno de ellos p or
de la pampa ayer dormida, secuencias de la transformación de la comuni- vó con oscura memoria uterina el florilegio de una distinta promoción de payadores: Primero.
la visión ennoblecid~, dad afectiva de otrora en la sociedad contrae· los romances españoles y palabras de rancio Origen del tipo, que surge en las zonas rura~
la promesa del arado tual de hogaño; éstos representan la nece~idad ascendiente castizo. Ramón de Santiago se va les hacia la segunda mitad del siglo XVII. Se-
del trabajo, antes no honrado, de expresar un mensaje inteligible para todo el al, ~xtremo opuesto y hace preguntar a su sel- gundo. Siglo XVIII hasta el libro de Concolol"'
que abre cauces a la vida. pueblo llano de las repúblicas nacientes y el vatlca loca: corvo (LaZarillo de Ciegos Caminantes, 1773).
,• • • • • • • • • .. • • • • • • • • • o intento de jerarquizar estética o moralmente los -¿Sabéis paisanos por qué ando errante El género payadoresco se cultiva en las campa 4

Y a la par que en el abismo atributos de la vida campesina que se debatían bajo estos bosques del Bequeló? ñas, manejado por "rústicos trovadores". Ter-
una edad se desmorona, en retirada ante los avances de la civilización. José Alonso y Trelles injerta en el robusto, cero. D esde el último tercio del siglo XVII!
al conjuro en la ancha zon:ll El poeta gauchesco no siempre es un intérpre- enjuto tronco psíquico del criollo, su melanco- hasta 1910. El payador se distingue como el
derramábase la Europa, te fidedigno de la vida rural, y hasta se respon· lía céltica, su gaita metafísica, su subjetivismo ' 'vocero de la comunidad criolla que ya ha ad·
que sin duda Juan Sin Ropa derá que eso no i'nteresa. En muchas ocasiones quejumbroso. Todos los poetas que nombré es· quirido una fuerte cohesión espiritual". Cuarto.
era la ciencia en persona." ridiculiza, por ignorancia, o deforma, por exa· tuvieron muy bien intencionados; algunos fue· Corres?,>nde al período de la Revolución .Eman·
geración, la realidad vernácula; en otras intro- ron excelentes; pero todos por igual carecieron cipadora. "El payador se convierte en vocero
Juan Sin Ropa, el Diablo, era la ciencia en duce voces extrañas al habla nativa; descono- de la calidad de gauchos, o de hombres rurales de la lucha por la independencia y divulgador
persona; la endemoniada y victoriosa ciencia cedor de ciertas faenas camperas e incapaz de por lo menos. Porque el gaucho no es el habi· de los acontecimientos, en los que él particí·
también sustentaba a don Javier de la Rosa; penetrar en la aterradora simplicidad de algu· tante genérico de los campos rioplantenses. Es pa ... con las armas". Quinto. tpoca resista.
ciencia mortal existía en el contender de Can- nas psicologías cerriles llega hasta el disparate un desclasado, un vagabundo, un personaje sin Algunos payadores se acercan a Rosas, quien
taclaro. Estos profundos símbolos surgidos por o la tergiversación. entronque con la simple economía de la estan· es más atraído por los bufones. Otros son pro-.
convergencia cultural o trasmitidos por difusio- El poeta gaucho enumera ingenuamente, sin cía, pobrísima en trabajadores, un paria de las pagandistas de ideas contrarias al tirano. Un
nismo encarnaron en el pueblo americano Jo sorpresa ni novelería, las peculiariclades huma· cuch;llas. Tiene, es cierto, hasta tropilla de un tercer grupo dirime en combates verbales las di-
que en el pasado clamaban, apocalípticamente, nas y naturales del contorno; no insiste en lo9> peló; come de !o que se agencia con su lazo y ferencias entre u.tÜtarios y federales. En el Uru-
los profetas hebreos y lo que resucitó,. román- valores a rtísticos de los paisajes, de los que es sus bo!eadóras; puede rumbear a los cuatro pun- guay esta etapa corresponde -agrego yo- a la
ticamente, la protesta dieciochesca de Rousseau, un mero componente; actúa sin premeditaci6n tos cardinales de un campo s1n a!a..>nbrados; pe- época de !a Guetra Grande. Se:!l:to. Desde la
el enemigo de la civilización. La urbanización y social ni moralejas edifican~es en un ruedo ería ro todas estas posibilidades no enjugan sus ~­ ca!da de Rosas a 1890. Los p~yadores "sigúen
tecnificación del mundo significa el fin de los zado de peligros que a veces se enciende de rencias de hombre marginal, su calidad de per- ~iendo ca..>npesinos y analfabetos, pero ya apa-
bárbaros paraisos pastoriles donde se vivía sin vihuelas y a menudo se desangra entre puñales. seguido por la justicia, su €ondición de c~ivo rece..."! nuevos signos de evolución y surge, cor!
trabajar, de los grandes ocios pecuarios, del boo El poeta gauchesco vierte au inteligenciill expiatorio de todos los desvíos de !os débiles Gabino E:z:eiza una generación de payadores in~
aauvage de la etnología idealista del ginebri- cultivada en los acogedores -y tranquilizaa físicos o los poderosos pecuniarios. El gaucho truidos ... " En este momento, pa!=a decir ve!"
n o, de los llaneros, de los vaqueros y los gau- dores- moldes de la tradici6n; 11dvierte loe~ merece los peores improperios en los documen· dad, desaparece el payador típico. El éxodo ruc
chos. finos matices de la - naturalea:a que «:ircunval~ tos de la!: autoridades colo!1ia!es, a las que aca· tal y la~ fottnación de 1~ cinturones de miseri~
La civilización también acabó con los paya- las andanzas de los gauch911 y 1«~ indios; ~
a-AG. 7';i.
CUADERNOO o= MARCH~
donde se dan la mano los desarraigados del cam- dígenas de las Misiones Jesuíticas qu.e extendían a su tecnología paupérrima y a su desmesura san las semanas enteras tenci~dos . en un c:uero,
po y los inmigrantes, ve ~pare;er. el cantor ori· hasta el río Negro los límites meridionales de vital, una colectividad declinada por los uní· cantando y tocando., (Lazanllo de Ciegos Ca·
llero el milonguero, un t1po h1br1do que, desde la gigantesca estancia de Yapayú. Flanqueando 'Versales de la ·cultura. Pobres de sol'e mnidad, minantes, 1773) •
,..¡ a:rabal de la ciudad, evoca, con lenguaje y la lagoa Miriin avanzan los seudópodos de la poseen no obstante la capacidad humana para Como se desprendé de este testimonio, in-
giros campesinos, el pago perdido. Dice Román amiba bandeirante que marcha en busca del ex· crear y dis'f rutar los valores estéticos. El paya- dudablemente objetivo, los cantores eran bien
que nuevas inquietudes políticas y la organiza· tremo meridional fijado por la geopolítica por· dor futuro late premonitoriamente en cada -vi· recibidos y generosamente cebados. Nadie les
ción del movimiento obrero organizado llenan tuguesa: el ansiado estuario del Plata. Desde viente que siente arder en sí el fuego del can· negaba hospitalidad rú carne gorda. Sus co-
de una nueva temática el mester de estos mi· el otro lado del río Uruguay llega una turba 'to y derrama su nostalgia carnal en las cacle· pla's rodaban naturalmente· sóbre amores, y los
longueros (él persiste en llamarles payadores) . de criollos para arrear ganado primero y para •rns vegetales de la vihuela. El hombre múlti· cabos sueltos de aquellas ·canciones cdnserva·
Séptimo. De 1890 a 1915. El "mayor floreci- cuerearlo después. Entre ellos arriban santafe· pie y asediado del campo primigenio durant'e das en la memoria del pueblo y recopiladas por
miento de la payada" coincide con una insti· sinos, puntanos, cuyanos, entrerrianos, correnti· el día desgarreta y cuerea animales y por la's folklorólogos contemporáneos inquieren todavta:
tucionalizadón bolichera o corralonera del gé· nos, bonaerenses, chilenos y paraguayos. Colo· noches se agruma en derredor de los guitarre-
nero. Ya aquí se ha perdido la vieja espon· nia primero y Montevideo después, señalan los ros. O canta las tardes enteras tumbado bajo Aqui he venido señor
taneidad rural, aunque hubo notables impro- centros urbanos que constelarán positiva o ne· los p6cos lunares de sombra que pausan las so· a preguntar y a saber
visadores. Muchos de los "memorables lances" gativamente una caterva de hombres que vie· leadas extensiones y en las madrugadas reali· si se ha prohibido 'el amor
que emocionan a Román fueron descarado aco· nen a cuerear o que huyen del presidio, que no za sus fechorías de contrabandista o ladrón, 'con .p ara dejar de ·querr
modo. La payada, ahora, es una especie de caben en el estrecho carromato de la economía la 'Conciencia segura de transgredir solamente la Por otra parte, el cantor debe penistir en
&how explotado por el comerciante. Octavo. Des- colonial, que quieren vivir libremente, sin tra· ley del odiado español, es decir., el desdeñable su conducta lírica para vivir sin trabajar. Su
de 1915 a 1935. Mueren los payadores más re· bajar, entre los indios y los 'toros. H ay aquí un mandamiento del mundo de los "otros". O se oficio de zángano mimado Jo cubre de todo ries·
nombrados y hacia 1917 hay en Buenos Aires largo capítulo de economía política e historia hace amigo de los ~ndios, atormentado por 'él go. Es una renta vitalicia, una rendidora opera·
un resurgimiento fugaz del género. Novent), De social. vinculado con la apropiación colonialista ayuno sexual, y perfuma las tolderías con lá ci6n de 'toma y daca:
1935 a nuestros días. La actividad payadm esca de las tierras, con el nacimiento de las estan· flor de sus coplas 'mientras requiebra a las adó-
decae. En la Argentina se extingue totalwente, cias en la jurisdicción de Montevideo, sistema· lescentes de teta menudita y pubis rizado como Yo pens~ 'no cantar 'mÁS
no así en el Uruguay "donde la payada reci· tizada por el español, y en la anárquica Ban· tabaco fresco. y canto y canto otra vez
bió mayor atención y estímulo" . En nuestro país, da Oriental, gobernada por el brutal despo· La 'mujer es la deliciosa, la soñada presa de pues si dejo de untar
en la radiotelefonía -con sus consiguientes avi· tismo de los devoradores de fundos. Surge de estós solitarios, de estos varones rijosos y ceji· me ha de apretar la veje1.
.fiadores y su destino masificador de la cultura, tal modo un submundo rural integrado por mes· jun't<>s, perCiidos con su brama por los montes ·y
que de popular se convierte en kitsoh pauperi· tizos, zambos, pardos, tercerones, sin faenas fi· . Veinte años desP,ués que 'Concolorcorvo, Et-
las sierras, :sedientos bl1.jo la furia del sol, ca·
... :r.ada y puerilizada- hubo un despertar de los jas y sin oportunidad de practicarlas, viviendo pinosa y Telio escribe respecto a los copleros
vilosos bajo el preñado vientre de la luna, ollen·
torneos contrapuntísticos, pero parece que ya a salto de mata, cuatrereando ganado, subsis· criollos que "cantan raras seguidillas, desentona·
do co~o tigres la presencia de las chinas, esctio
entramos en el eclipse sin remisión del género. tiendo peligrosamente entre el júbilo y el mie- das, que llaman La Cadena, o El Perico, o Mal·
chanclo ·como 'vllioras el silbido ponzoñosó de la
Esta elasificación de Román (Itinerario del pa· do. Aquella humanidad filosa, amartillada, des· Ambo, acompañándolo de tina desacor~ada gui·
sangre. Y para 'la mujer so'n entonces lJos primeo
yador, 1957) es demasiado rígida pero <-scla· preciada, perseguida por la partida del español, tarrilla que siempre es un tiple. El talento de
ros cantos, los balbuceos iniciales de una poé·
rece meritoriamente algunas de las etapas del refugiada en los cetros, prefigurando a veces la cantor es uno de los más seguros para ser bien
tica montaraz. •El hombre ·que canta se distin·
género. futura guerrilla de la montonera, estaba inte· recibido en cualqquier parte y tener comida y¡
gue entre un ciento. Tiene más libertad para hospedaje" (Estudio de las costumbres y des·
Yo no puedo ni quiero hacer una historia grada por mozos desgaritados, gauderios, gente deCir lás cgsas, las nimias y las tremendas. Sá·
de los cantores y payadores. Eligiré los momen- mal entretenida y pasianderos, según el lenguaje cripclones ·interesantes de la A.qtérlca del Sur').
zona h\s palabras con 1la sal de su intenci6n. Di·
'"' tos de su origen y su decadencia. En ellos in- judicial de la época. Los miembr~s de dicha co· Las coplas pampeanas y orientales repiten
simula lo~ deseos bru'tales tras un pimpollo f!le•
··' tentaré caracterizar los rasgos primerizos y epi· munidad "delictiva" estaban catalogados como sus temas en el · imperio portugués, que com-
tafórico. Entra 'como el aire, llevando a pulso
logales de una actividad que sobrepasó larga· contrabandistas, asesinos, ladrones, cobardes sa- parte una idéntica tradición peninsular, y el
el aroma de un malv6n. Se aquerencia en los
mente las finalidades artísticas para convertir· ' queadores, cuchilleros temibles, violadores de guasca riograndense las endulza con au ailaba•
1 corazones -sencillos. Atrae a lis almas solitarias: rio meloso:
ae en una especie de speculum mundi. mujeres, enemigos de lo ajeno, mugre de la ·'Y f.ri6leritas ál. rescoldo cálido de su voz, ásoci'!!
Estamos en el primer tercio del siglo XVIII tierra. Los changadores y los camiluchos, lo~ :a lbs insociable~, trenza los espíritüs. El e~n­ :A pmneiB Ve!: qüé ·~ 'ff
y en la olvidada Banda Oriental. Los segundo· tupama.ros y los gauchos, livianos de carne co· tt. le$ la antesala d'el encantó, el imán de 'rl~!!t, fiquei 'te q'tierendo •bem;
·'bes españoles se ajetrean por el techo de Amé· mo los venados, vestidos con prendas astrosas, p;e.rsonalid~d 6rf~c~ :y persuasiva. 'Minha boca se fechou
rica, buscando oro y plata para enriquecerse a de pata en el suelo, estribando entre los dedos, f:luaftdo en 1771 COñeoTorcer\lo l\naviesa los bao dise nada 1 ningut:m.
t<>do trapo, explotando indios en mitas y yana· montando caballos veloces y siemprt !l. la caza de$iertos .gt-atnÜihlei 'de ·nuestras comarcas des·
conas, fundando ciudades que al cabo de pocos de ganados orejanos o de los otros, son los re· erib'e así a 105 gauderios cantores: "Estos son Quando viro la. dos meus pap
años, como Potosí, eran babeles de hijosdalgos presentantes de una sociedad periférica, visee· unos mozOs nacidos en Montevideo y en los ve· muita morena cq.orou;
presuntosos, comerciantes, tahúres, diestros y ral, atada al redaño de los cá.mpos por la tri· einO!I pagos. Mala ·camisa y peor vestido ptodl· 'eu tambén cho~i un poco
toda suerte de gente putañera y tabernaria. pa revolcada de su miseria, escondida en los ran encubrir con úno 'b dos ponchos . . . Se ha- por una que 'Já ficou .••
Aqui, entre las cuchillas de la enorme dehesa, cubiles malolientes de los ranchos que horrori· cen de .u na guitarrita, que aprenden a tocar ·P ero. una cosa es el cantor, como ya Vimos,
comienzan a multiplicarse los ganados vacunos zaban a los viajeros ingleses. Esta cáfila de hom- muy mal 'y a ·c antar desentonaaamente varias
bres ignorantes, libres, insumisos, soberbios, pe· y otra el pa,.ador, que es algo m~s. El cantor
mandadolS en 1611 y 1617 por Hernandaria:s des· copi~' que esttópeañ, ·y muchas que saéan 'efe singular puede hablarnos de 'amores, descri·
de sus estancias de Santa Fe. Los espafiolés de-
~estitnan la humilde p~iin.icia de las bestias cí·
leadores, corajudos, incleraentes, capaces dr; la!!
tnás terribles venganzas y a veces magnán!Ji'los
1"' ~beU., qué i'égul~umerite ruedan 'sobte amo- bir la sociedad circundante, ser una especie
~- Se 'p asean m ·su albedrío por toda la c~m­ de periodista oral en una sociedad analfabeta,
marronas. No sucede lo mismo con los america- como archiduques; esta borra del viento, esta paqa . y con notable complacencia ·de aquellos co111tituirse cuando la época de la independen·
~. Desde el norte descienden los troperos in· ceniza de los fogones nocturnos, constituía, peM~ semibárbaros colonos, comen a su costa y paq ~ia en un . propagandista de la libertad, ~
......,.. CUAO~RNOS O~ MAR~H~

\
siempre e. un repetidor de coplas ajenas, con y salgan los que quisieren
antiquisima raíz hispánica, o un difusor de sus para que me limpie el rabo. rancho del domador Lucero, sentado sobre la de su tiempo. Los payaaores ae. contrapunto,
propi01 versos. La buena memoria ayuda a los osamenta de una cabeza de caballo, se hallaba su empero, aspiran a más: quieren ser los ·dicciona•
cantores. En ocasiones, para ganar la voluntad Y como los "machos" y "machas" de Tu· nieto, un muchacho de doce años de cara muy ríos de la tradición y la filosofía, los Edipos de la:
de un estanciero, improvisaban -y aquí prefi- cumán. -esto es, lqs hombres y mujeres- los hermosa, de suaves ojos oscuros y tez aceituna· Esfinge criolla, los inventores de un mundo qu~
guran al payador- sóbre sus virtudes, su ha· gaudeno~ cantaban coplas y relaciones por to- , da. Requerido por su abuelo el cantorcito Cipria· surge, como la tela de las arañas, de la intimi•
bilidad en el lazo, au largueza en la hospitali· dos los rmcones de la pampa, el litoral del Uru· no pulsó la guitarra y entonó melodiosamente dad creativa de mentes en ocasiones .originalea .
dad, au bonhomía en el trato llano con el po- gu~y, la Ba~da Oriental, Salta y las remotas una canción que Hudson copió, sin poder repro- y fantásticas. A veces las narraciones de Hoffo
brerío. A veces alguien les propone un terna y regtones corddleranas. Las relaciones conservan ducir su rima: mann quedan chicas si se las compara con laa
las coplas comienzan a brotar, en un vaivén su sabo; folklórico, se estereotipan en m.oldes exageraciones y la mitografía -aprendidas de .. ,
entrecortados de rasguidos y de pausas, o corno que emtgran de generación en generación. Pe- .Oh fiel pingo mío, llévenme tus cascos, los Salamanqueros- que despliegan los payadoo
un torrente atropellado, centelleante de metáfo- ro los copleros' repentinistas persistieron en su rápidos y 'firmes, lejos de aquí. . res en sus duelos de cielo y tierra.
ras y diligencia juguetona. Y otras veces cono- labor creadora. Recogieron la tradición trasma: No me gusta el camposanto; dormiré sobre Hay un momento que convoca la actividad
cen ~un viandante, preguntan su nombre, y allí rina del .Romancero, que como el cardo Ileg6 (la pampa, e inspiración de los cantores y payadores en un
nomas, sobre el pucho, se descuelgan con una de Castilla y que como el cardo lanzó sus · se- ondeando a mi redor el alto y verde pasto, haz solidario, en una 'te~ática compartida. Se
larga retahíla de coplas, como aquel payador millas en un "panadero" volador, y la trasplan- y sobre mis cenizas pastará el ganado cimarrón. trata de las dos décadas que siguen ,al 1810. Laa
santafesino recor?ado por Alexander Caldcleugh, taron en estas tierras cimarronas, casi ayunas de Todos los hombres ecuestres piden el mismo luchas por la independencia ponen de relieve
que celebró al VIajero de una posta par~ ganar dispositivos culturales, apenas pobladas por hom· destino. Una canción vaquera del Far West res· el valor y la utilidad combativa de los gauchos.
su voluntad y obtener algunos pesos de recom- bres rebarbarizados por el medio físico y ·el a~· ponde al trovo del gauchito uruguayo casi con Los hasta ayer "ociosos y vagabundos" de Her-
pensa. (Viaj~ por América del Sur, Río de l¡¡, biente social. Entonces le infundieron au dés· las mismas palabras ( Paul Coze: Cowboys, nandarias, los "vagos y II)alen.tretenidos'" de ..
Plata, 1821.) mañ:'do acento, su cacófona emoción, au hálito 1934): Azara, se convierten en el brazo armado de la ·-
El payador, en cambio, es un combatiente. taur!no, su toponimia guaranítica, su idiosin- •.• yo ruedo sin cesar y estoy solo libertad. Entonces, en el vivac nocturno de los
G~neralmente se limita al duelo verbal pero mu· crasia ecuestre. Y las coplas fueron saliendo co- solo con mi caballo bajo el gran cielo de Dios. ejércitos revolucionarios, los payadores les can• .. ,
chas payadas tern1inaron a facón limpio. Desde mo "agua de .manantial" de las gargantas de- La pradera es inmensa y si debo morir, tan a los héroes de la jornada, requiebran con .
los más lejanos días las controversias payado- vastadas por el aguardiente, asardinadas por el enterradme ·allí, camaradas. cielitos a la patria recién nacida, ridiculizan
rescas conmovieron a los auditores de los fo- otoño, vibrantes como chicharras estivales. Enterradme tan hondo que ninguna alimaña soezmente a los godos y a los portugos. Parale-
gones, de las enramadas domingueras, de los Cuando Alejandro Guillespie, aquel prisio- pueda llegar a mi cadáver. lamente, el poeta urbano, que desea exaltar ese
descansos en los bailes campesinos. Hacia el nero inglés internado en la Argentina en 1806 Que allí me quede solo, completamente solo instante de fervor y coraje, que se siente pro-
1611, según narra el sacerdote Diego Torres en se refiere con evidente desprecio europocéntri~ hasta el último reencuentro. pagandista de la Revolución, procura dirigirse ,, ,
T ucuman , ya se realizaban contrapuntos "para' co al hombre pobre de los campos, no puede al pueblo de los campos y los fogones empleando
<!.ar los premios de muchas y buenas poesías". El me~os que reconocer que "la poesía parece el
La caracterización de las dotes repen~inistas giros apaisanados y un léxico accesible a todos.
citado Concolorcorvo nos dice que a la sombra geruo conductor de las clases inferiores de esta en los hombres y aun mujeres del' antiguo cam· Hidalgo será el primero de una serie de poetas
de los algarrobales de Tucumán la gente de parte de la ~mérica del Sur, pues al pedír- po rioplatense nos ha apartado de las payadas ,que, de gaucho-patrióticos se convertirán luego ..";
campaña "tiene sus bacanales, dándose cuenta sele a cualqmera que toque la guitarra siem· de contrapunto y nos ha hecho avanzar quizá en gaucho-políticos y finalmente en gaucho·anec-
unos gauderios de otros, corno a sus campes- pre la adaptará a estrofas improvisadas y con· demasiado en el tiempo. Ha sido útil, pienso, dóticos. Al calor de la cerril poesía de los paya•
tr-es cortejos, que al son de la mal encordada y venientes, con gran facilidad" (Buenos Aires y esta disgresión. El cantor narra sus amores, des· dores acababa de nacer la poesía gauchesca.
destemplada guitarrilla cantan y se echan unos el i.nterior, 1921). Otro británico, enemigo de cribe su derredor físico y humano, es un cro- Yo prometí ocuparme fundamentalmente del" ~··
a otros sus coplas, que más parecen pullas. Si Arttgas y sus gauchos, J. P. Robertson escribe nista de los sucesos del diario vivir. Así corno nacimiento y la declinación del tipo payadores· . ~·;
lo permitiera la honestidad, copiaría algunas que. "l~s guitarristas de este país, com~ los bu· una Biblia de piedra adoctrinaba en los templos co. Entre estos dos extremos se precisa el pa·
muy extravagantes, todas de -su propio nu- fos ttahanos de las clases bajas tienen, todos, en góticos a los fieles analfabetos que llegaban de~­ yador especializado de la gran época. Ya no es
mayor o menor grado, el don de la improvisa· de los campos oliendo a cebolla y tomillo, el can- un gauderio o un gaucho que hace de todo y¡
men .. ·" Luego narra la fiesta que se desarro-
lló en la casa de Gorgonio, donde Cenobia Sa· ción. "!'_ienen ta~bién mucho ingenio y una pe- tor era el noticiero parlante de los sucesos que a veces, cuando la caña le calienta el pico, . J. . ,

grandes y chicos del pago. Sarmiento lo ha sa·


turnina, Epiridión y Horno de Babilonia -~orn• netraclOn agudlSlma que parece debiera con· canta. Ahora tiene caracteres diferenciales: es ' .. ,
trastar con los elementos integrantes de su ca· bido 'captar muy bien en este aspecto de primi· solamente un cantor. No trabaja ni se digna '·
bres sacados del santoral de Don Cosme Bue-
rácter". (J. P. y Guillermo P. Robertson Cal'" tivo oficiante de la que hoy llamamos comuni· desempeñar, siquiera circunstancialmente, otro
no,--quien introdujo "santos nuevos" por ser
tas desde SudAmérica, 1815-1816, 1946.) Los cación de masas: "anda de pago en pago, de t~­ oficio que el del gay trovar. Viste con esmero.
más milagrosos que los antiguos "ya cansados
de pedir a Dios por hombres y mujeres"- se VIaJeros europeos deben reconocer a la fuerza perá en galpón, cantando a sus héroes de la Su caballo va finamente, ostentosan1ente enjr..e· .~. .,
la imaginación fresca y la vivacid~d mental d~
·l'lo
pampa· perseguidos por la justicia, los llantos zado. Como buen elegante luce largas uñas de
presentaron "muy gallardos y preguntaron al
los integrantes del oscuro pobrería campesino. Se de la viuda a quien los indios robaron sus hijos tahúr y guitarrero; peina una melena lustrosa
buen viejo si repetirían las coplas que habían en un malón reciente, la muerte de Quiroga o
canta<lo en el día o cantarían otras de su ca- confirma así que cuando se carece de una cul· y perfumada; gasta onzas de oro en el tirador;
tura material caudalosa, las constantes artísticas el destino fatal de Santos Pérez". En este sentido carga ponchos con dibujos exóticos ; camina con
beza". El "visitador" prefirió estas últimas, "que
del espíritu humano buscan su expresión en la "'el cantor está haciendo candorosamente el mis- felina parsimonia; habla con desdeñoso sefiorío; 1 " '
desde luego serán muy saladas". Y en efecto, O ft . .

plenitud de la palabra, semoviente como su por- mo trabajo de crónica, costumbres, historia, bio- mira con pupilas ya lánguidas, ya encendidas co-
otro cantor, Torcuato -aunque parecía que de- grafía, que el bardo .d e la Edad Media". (Fa·
trás de la coplilla andaba la mano de un cura- tador humano, ubicua como el cantor que lleva mo carbúnclos. El gaucho alzado y hosco, con
consigo las posibilidades creadoras o recreadoras cundo, 1874) almizcle de bicho de monte y arrebatos de gua•
JW so par6 en chicas:
de su oficio. Hudson nos ha legado en su famosa Salvando la equivocada filiación hist6rica de zubirá en celo, es sustituido por un paisano gen- , ...
Salga a plaza esa tropilla novela La Tierra Purpúrea el retrato de un can· los bardos célticos, i los que confunde con la ti!, de adt'mán cadencioso, de palabra suave y
l&lga también ese bravo, tor adolescente. de un pichón de payador. En el estirpe juglaresca y trovadoresca, Sarmiento entradora, de relumbr6n estético.
acierta en decirnos que el cantor es un cronista Todo esto fue Certeramente yisto -o entrQ- l
CUADERNOS a~ MARCH~
....:wc. rt:al
~sto- por Aeevedo Dtaz _al earaetenzar a Pll- aet campo crudo. ~n Íos remedOs ·del ai'tabaJ mildo Risso; anécdoticos o descriptivo~ como ingleses en el Carclal y peregrino del txodo,
blo Luna, el gaucho-trova de su novela Soledad. .
que quieren recuperar con s~ ·gauchipa:.r)a -ski-' Ellas Regules y Guillermo Cuadri; con acento barbero a ratos e intachable ministro interino
Un destello femenino, un recóndito ·chispa:to ho- picada de giros i'diomaticos 'que no son 'cri'o1los social, sin dejar de ser líricos, como Serafín J. de Hacienda en el desastroso gobierno del rubio
~osexual ·il.umina las motivaciones y actitudes -embalar viene del francés y pertede~e al ·a rgot García y Osiris Rodríguez Castillo; épicos co· Otórgués, benemérito de la patria por declara•
•del personaJe. Y como Pablo Luna hubo muchos
kauchól tiernos eon ojos aterciopelados y suaves
?e l~s malandras- ·la originalidad dialectal e mo Antonio Lussích y José Hernández; revolu· ción oficial bonaerense y vendedor callejero d~t
Ideactonal del ~undo peqi~'tlo. 'No se ·dil'igen a cionarios como Bartolomé Hidalgo. sus versos para capear el hambre en la patricia
modales, que buscaban en la música y el canto gauchos, por cterto -lim 1913, época 'de la pa- Poesía tradicional con raíz hispánica, poesía Buenos Aires, director de la Casa de Comediu
el medio ser artdr6gino de liu pers'onalidad am· yada, no los había más, y menos en c}ás orillas- payadoresca con raíz campesina criolla, y poesía y comisario de guerra del ejército oriental, poe-
bivalerite. sino a los auditores del teatro argentino 'd e San ta cultiparlante en sus comienzos y fundador
gauchesca con raíz urbana son las tres ver'tien·
·El erepúsculo de Jo:s payadores comienza con Vicente. La payada se convierte en espectáctJlo; tes, pues, de una literatura folklórica, popular del género gauchesco por corazonada -y nectt" _
5a de~deneia de la estancia cimarrona. Las mo- se cobra para presenciarla. Y cuando no ·se de- o académica, que toma a la naturaleza y a la sidad- hist6rica, este personaje de destino ee!"
·da:lida~e• tapitalistas sustituyen a las semifeu· sarrolla 'e n Jo·s teatros, alguno q,ue o'tro bC:iiche sociedad rurales como tema para pergeñar, mal vantesco es, antes que nada, un patriota sincero.,
·~ales•. Las duda des rioplatenses 'reciben el tur- aprovecha el corro formado en derredor de dos o bien, con puntería intelectual o con musa fran· No se le ha acordado a Hidalgo, sin em-
1bi6n. de expulsados por un propietario rural que milongueros famosos para 'h!!.cei' correr '~1 :río gollona, una peculiar concepción del mundo y bargo, la justicia moral e intelectual que mere<
empieza a preocuparse más por los animales que 'innumerable de 'las éopa's. de la vida. Aunque mucho queda por decir ter- ce. Siempre se le retacearon las alabanzas y las
·por el ~~mbre, y conjuntamente 'con los parias Una nueva temática aparece de tarde en mino aquí los apuntes dedicados a la poesía de distinciones a que se hacían acreedoras sus vil"
de .la ttéiTa llegan a las orillas los emigrados ta;ae, como a contrapelo, ~en tos vers9s de 'estos los payadores, a la poesía que llamamos gaucha tudes revolucionarias y su acierto de poeta. En
!tal¡a~os 'y ga)Iego• de la segunda mitad del si· mll.o~~t~. .En 'el arrabal conocen los proble- y que nació, espontáneamente, de la mente y sus tiempos el Padre Castañeda, con suHurado
glo XIiX. En los arrabales se encuentran v dia- mas del !nc1p1ente proletariado úrbano y S'e -sien- el corazón de hombres iletrados pero muchas desdén clasista, lo calific6 de "oscuro montevi-
.logan el pe6n analfabeto y vacante con ~1 eu- ten atraidos por las reivindicaciones lil:íertariás "eces talentosos y aun geniales. La poesía gau- deano ..•. tentado de eso que llaman igualdad",
,'r opeo también annHabeto que viene a "hacerse de las luchas obreras. El Citado Franciseo Bian· chesca, con ser un producto de segunda mano, reproche que en ve.z de denigrado lo engran-
ljl América". El campo ·arrima al arrabal sus 'c o desparrama en los primeros •sin<lic.~rtós sus Ver- tiene también insoslayable importancia. A ella dece. Más tarde Rivera Indarte se lamenta qu~t
alusiones destituidas de arroyos mugrientos pas- sos .de redención social, y, entre ~liisiories •a 'las dedicaré los dos capítulos siguientes de este mi· "si hubiera tenido buenos modelos nos hubiera
~~izales tiños?s y flacos perros ladradores; 1~ Ciu- antt~u~s abundan?ill~ 'camperas 'Y "id 'ié~asl pfe- croestudio. dejado obras de mayor aliento", sin cuidar que
.dad se desviste de ladrillos y entre el cuadricu- dommio de la miSl~tadura lluburbann da 'vida Hidalgo fue, precisamente, el fundador de una
l~do impreciso de las últimall manzanas humean a décim~s como ésta, ·posteriormente Jubn~a's, 111- HIDALGO, POETA GAUCHESCO poética. hasta entonces inédita en la literatura
r1lnc?os andraj~~os, casilla~ de lata, chiqueros de que ded1ca a "los ·obrerOs del mundo": Y REVOLUCIONARIO AMERICANO hispánica. Lugones, cayéndole de firme, lo trata
harnea~ desveriJadas. Alh se amasan entonces
1
de rapabarbas, como si el hecho de ser pelU"
·l~s productos de una sociedad doblemente mar- Al primér cai}to cM gayo Bartolomé Hidalgo fue el primer püeta uru· quero- -un oficio tan respetable como el qu8
g.ma!. .Los que no caben en · ]a ·economía pecua· victoriemos placenteros guayo de la era artiguista que supo abandonar más..:_ importara para calificar una obra art:ÍS<
rJa del Nuevo Mundo y los que no a:dmite la al heroico pueblo obreto a tiempo !as despistadas fórmulas poéticas euro- tica. Montevideo, ciudad hereje si !as hay, tam<
economía fabril del viejo comie~zan a forjar en su .Primétó de M!t.y~. peas o europeizantes, para expresarse en el len" bién lo ha olvidado. En !a hora de sembrar :!U.~
·entre compadres, cocoliches, bailongos y des: Del astro lroj~1:o ·rayo guaje cimar"i-ón de los -hombres de su tierra que plazas, parques y plazuelas de monu.l!lentos -lo~
' ve?tur~ .proletarias, la triste epop·eya del co- cu.nde en todo el paíiora~· amaban la libertad de América por encima guarangos de bronce a! decir de Borgea-- le
,raje es!iumero, las launas del quilombo los cor- pidiendo iguald~d -se 'infla'm a de todas la.s cosas aunque aún no tuvieran con· dedica uno al despreciable Viejo Vizcac..l}a, ba-
tes de !os tangos recién nacidos. El pa~ador ru- 'el vulgo ·¡ no in4s e*agol ciencia de las abstracciones metafísicas convoca· zofia de la Ca.J:?andu!e:~a rural, y cuando, u:rdía-
1;'al se desfuncion~Jih:a; para perpetuar su oficio Por los •t nuertol <t,e Ch!c.,.gtt das por las palabras que nombraban sus hechos. mente, se deCide eng1r uno en su memona, cl
debe adoptar .el lenguaje y las concepcidnes del paz y juseicja reclama. Hidalgo tuvo, en efecto, el intuitivo coraje ministro que firma el mensaje del Poder Bj~
murr~o 9el opllero. Las payadas siguen mentan· · · En ·este ·momento 'y~t- ·estám~s lejos "de !}(R ~a.· de romper la lira de un neoclasicismo que nada cutivo pide "un recuerdo de modestas propo!"'
do ~l c~p6 lej~no pero el léxico es ·o tro: yadore~ del car¡1po ·diecl?c:he~ctó. SliSb'(e L]a 'vie~~a tenía que hacer en el Río de la Plata para des- ciones, como lo es su obra literaria". Dicho sM
~ianc:o: estamena de la. :pe5e~í~ tra:tfiéional pen'iíístlla'ir colgar el "changango" popular y dirigirse a un de paso: todavía Hidalgo no tiene su monumeno
que aun,
mueve 'su rueea . . ·'· ~n ,lti's'
. .... 'de. 'romanees auditorio -o público- de gente sencilla con to, o su bustito, ya que los anénúcos 19.000 pe=
Vambs s ver Betinotti
sos votados en 1946 sólo alcanzaban pata ello,
la ~itarra está templ~da ·t em?tos rü;~cones ·rurales, Jos páya~olel •1rasf(bJ~ versos más ricos en intención que en afeite~,
k~6ncos tejieron los motivos de '!tus creaC'ion'é:s maugurando así el género gauchesco y prefigu· y hoy ni siquiera dan para una medalla.
·:y han pedido una versada Lo i!nportante es que Hidalgo y su memoria
de 'truco, retruco y flor, ?riginale~. J:uego, a partir 'de ·la, époéa 'd e '•la rando, con singular potencia, ioda la temática.
'y yo, como payador ~I~depenéfenc1a, bi:ot~ -l a pró~otMn ~. .~f.&s que luego desarrollarían caudalosamente sus su· sean devueltos al seno de su pueblo, y antes que
;gauchescos que culmmó 'cop H~rnándet. Y ~\ 'fie cesores de aquende y allende el río como mar. monumentos, que al fin y al cabo son las ante-
voy a 'COpar la payada.
:·~~~ ~le~aron los 'epfgonos, los •miJénpey~, C?h La vida de Hidalgo fue como su ob~a: bre- salas del olVido definitivo, es necesario imprimir
lretinot't~·: :J~s ultirnOS Te!a:ZOS ·~e 'tiil éampo aes'dfbuj&Efo ve, sobria, intensa y ejemplar. En sus cortoS y una edición anotada de sus obras, hacerla ci!"
'CÓpela si es .Cfue 'Je ;place por la presencia 'd e las orilllis. Hóy i6lo 'pi'e<ií- laboriosos 34 años (nació en Montevideo en cular en las escuelas y liceos, glosarla en confe
mas le advierto ante el gauchaje :~~n l?s 'gauche~cos 'o 'tra:dici~'nalls'tas .'de :llis :ge- 1788 y murió tísico y olvidado en Buenos Aires rencias, recitarla en los barrios, proyectarla a!
·q ne aunque le sobre embalaje ·~~raclOnes surgidas a partir 'de l<>s años _Veinte. en 1822) tuvo más desventuras que alegrías y seno de los míseros rancheríos rurales, evocarla
puede fa~arle la cancha. Unos persisten en el lenguaje y ·la tes'tilí-süca ·(!JI hubo de ganar su diario sustento, como buen en la rebeldía de los Juan Sin T~rra y señala:!'
Es muy feo hacer. patancha IJledi~ ~un.d~ rural; otros prefie~en iu 'esert¿ia, pobre que era, sin ceder nunca a la tentación su verdadero espíritu insumiso, su perpetua pa·
cuando uno es •flojo 'e coraje. su 5ent1do, e m~u~ran ·el :moy¡m.iénto ~'ti~$ta.. que desvi6 a más de un patriota inicial cuando sión de libertad popular. Entre nosotros lo han
Jipuche, Silva V~ldés) . ~~*~ ·k); .gaúehesc'óll. llegó el momento de repartir posiciones o pre- caracterizado y analizado con simpatía y prcr
. Bianco y ·Hetinotti, descendientes de 'italia- 'de todos lo\s tiernp(,s 'cabe una extensa gama á~ bendas. Hombre de Artigas e hijo de la Revolu· bidad intelectuales, Zum Felde, Falcao Espalter,
ftai,núl~eros ambos, no !IOn ,Ya Jos paraoorelil · liñatiets: :hay líl'i<f6s como el ·viejo ·.Panbho y R'O- ci~n Emanéipadóra, ex-combatiente contra los Francisco Bauzá, Nicolás Fusco Sansone, Angel
'IP4$if, ....
...'UMERO El 1 Oc'T'USRS: 196"1

1

,.....
-
ltama (en 3U bello trabajo aparecido en Marcha su canto Ueva a la celes Le altura J1trcha, at ealor de la coyuntura guerrera. Pa· la protesta tcdal, se repartfan la tem't!• ..
(N9 1181, 1963) y algunos otros críticos li- )' roba la armon1a de las a ves'? ra cantar ese amantCcr histórico y estimular el un univeno llrico o épico que c:omtitula un obj•
terarios. Fuera de fronteras lo justipreciaron Con trinos suaves csftJerzo de los combatientes había que recurrir tivo en si mismo, que no apuntaba a ninguna
Menéndez y Pelayo, Leguizamón, Estanislao Ze· rn plectros de oro, a una poética directa, funcional, familiarmente ideología, que no imponía ningún credo, que no
ballos, Juan M. Gutiérrez, Sarmiento, Bartolomé etc., etc. aceptada por la juvenil tradición americana, fá· recomendaba ninguna Weltanschauung.
-. ~ Mitre y Borges. Pero me atrevo a clecir que lo cilmente comprensible por sus destinatarios in· Hidalgo no puede contentane con la axlol~
mejor, que lo más auténtico del mensaje de Hi- Repetía así en un sa L)n porteJio, quizá obh mediatos. El pueblo rioplatense en annas cons· gía indiferenciada de la poesta popular y fol--
dalgo apenas ha sido entrevisto. Lo adjetivo del gado por la f uerza de las' circunstancids y de tituía, en si y por sí, una dramática instancia kl6rica de su época. En su condición de hom-
costumbrismo anecdótico, la efusión dicharache- los circunstantes, anteriores fó rmulas utilizadas creadora que no podía desaprovechar la poesía; bre urbano· emancipado del horizonte limitador
ra de sus cielitos, la alabanza de ]a bravuco· rn sus inicios montevideanos, que pronto .:ba11· a la vez necesitaba una vo:z: que iluminara su del pago y consciente de la distancia que media
·•· ña da criolla, la f!icardía zumbona del gaucho donó por inoperantes y gratuitas. M ucho más hazaña colectiva y celebrara su denuedo coti· entre la crónica de la cotidianidad y la historia
y las reflexiones sobre los destinos de una revo- auténtico será cuando diga, sin remilgos: diano, dando razón y designio al precio de la del pueblo revolucionario, conferirá a la poesla
' 1' lución emponzoñada por la discordia interna, son Cielo, los Reyes de España eangre. una misi6n patriótica, la hará servidora de •
!os tópicos de una cortina de humo que ha ocul- La puta que eran traviesos Hidalgo comprenc!ió con veloz y felidsima ideal:
tado, salvo para pocos, el trasfondo inconfor- Nos cristianaban al grito intuición el llamado de la historia. Tenia a. ma· Si perdiésemos la aeci6!11.
mista y revolucionario de su voz, su crítica a los y nos robaban los pesos. no, a flor de realidades, un instrumento apto Ya sabemos nuestra suerte,
explotadores de la patria, su correcto sentido para dirigirse a los "mozos amargos" de la re- Y pues juramos ser libres
de lo americano, su esquemática pero fiel devo- Y en la Relación del Gaucho Rrunón Con· volución liberadora: el propio lenguaje crfollo, O LIBERTAD O LA MUERTE.
ción al ideario de Artigas. Esta afirmación no -rreras a Jacinto Chano la inocente zafad uría rico en agachadas ladinas, pleno de picardía fre-
"" 'desconoce la seriedad estudiosa de quienes han campera irrumpe con acierto gráfico y gracia gona, mimetizado operativamente con el medio .Las coplas del gaucho exaltaban el brillo del
..., •ponderado y reivindicado a Hidalgo. Al contra· metafórica: soeial de las campañas donde desenvolvía suma· tninuto fugaz. En ellas se comentaban 101 he-
rio, procura complementarla a la luz de la actual deja de alusiones y sus formas simbólicas, po· chos del diario vivir o se daba rienda a los sen-
problemática latinoamericana. Porque releyendo Con poncho y todo mont~ timientos brotados del amor, de la alegria, de
y en cuanto me lo largaron tenciado en esos instantes por la acción guerre-
a Hidalgo, hoy como nunca se comprueba que la picardía o del desprecio. Acompañado por IU
toda historia es siempre historia contemporánea. Al infierno me tiró
Y sin poder remedilirlo
ra. Del viejo romancero español habían sobre-
vivido, sembrados a los cuatro vientos, los ves· tiple el cantor describía los lujos de la doma, '
Bartolomé Hidalgo inaugura la poesía gau· tigios ilustres de una poética popular hoy anto- las peleas famosas, Jos malones del infiel, los
(Perdonando el mal estilo)
chesca en el Río de la Plata movido por el impe· logizada en los Cancioneros (Carrizo, Di Lullo, incendios de los campos y las estampidas del
Me pegué tan gran culazo
rativo de difusión y propaganda de las ideas Aretz, Moya, Furt, Draghi Lucero, Zeballos, ganado, el empaque señorial de los caudillos. Y:
Que si allí tengo narices
. sustentadas por Artigas. Tenía ante sí el dilema Becco, etc.) de carácter anónimo. Pero sobre' ese cuando dos payadores se trenzaban en el diálogo
Quedo para siempre ñata ...
.de expresar su pensamiento revolucionario que bien común, trasmitido de memoria en memoria del contrapunto comenzaban a espetarse pre-
se inspiraba en una plataforma de austeridad y Cualquiera de estos dos fragmentos, que el y de boca en boca por los cantores, ]0!1 payado- guntas que se evadían del minúsculo caBcar6n
radicalismo democrático y de ser a la par com· lector acostumbrado a la fraseología voluntaria· res tejieron el macramé de sus contrapuntos, y de los tópicos lugareños e. incursionaban con tor-
prendido por la innominada multitud de las mente soez . y puteadora de la nouvelle vague utilizaron los simples materiales lexicológicos peza o con acierto pero siempre con solemnidad,
montoneras rurales y los ejidos urbanos. No po· contemporánea leerá sin sonrojos, dista mucho, que ofreda el ambiente para crear mundos iné· en el metamundo de la ontología --el ser, el exis·
día dirigirse al analfabeto pueblo de América por cierto, de la " cultilatiniparla" del neoclasi· ditos, a veces de singular fuerza imaginativa y tir, el trascender, el retornar- y en las escalas
~n el lenguaje que utilizaban con preciosismo cismo y gana en vigor, en vulgaridad exacta, lo valentía metafórica. Hidalgo descubre entonces valorativas de las conductas deontológicas.
onarústico las élites intelectuales - enjutas y que puede haber perdido en aseo formal e hi· -o vuelve a descubrir en el vaivén que impone A Hidalgo no le cost6 comprender que su
minúsculas, por otra parte- de ambas orillas pocresía temática. el flujo y reflujo de los renacimientos cultura· mensaje revolucionario, para ser entendido por
del Plata. La materia poética que manejaba el La poesía gauchesca creada sin duda alguna les- la potencia expresiva y el graficismo es· todos, debía expresarse en el lenguaje de los
neoclasicismo trasplantado a nuestras playas por Hidalgo, ya que los antecedentes de Godoy pontáneo del genio popular. Las coplas de los cantores populares. Sin embargo, aunque adop-
estaba a distancias astronómicas de la mentali- y de Maciel no son siquiera ni un boceto de payadores y el folklore cimarrón perpetuado en tara sus formas y su léxico, no podía ni debla
dad del criollo, zoologizado por la necesidad de la misma, nace como una literatura compro- los fogones y las pulperías eran el único vehícu· decir las mismas cosas. No era Hidalgo, en pu·
a_upervivir en una r iesgosa ecología física y hu- metida. Se vivía el instante de la ruptura con lo sociocultural, el único patrimonio artístico ridad, un gaucho. Al campo, tan cercano, tan
nta.na, centr¡fugado por el sistema económico la metrópoli mediante la inevitable lucha arma· que compartían los integrantes de aquella hu· allí detrás de los muros de la Ciudadela, lo co-
de la Colonia, segregado de la docencia paisa· da, única forma de enfrentar, tanto ayer como Jl'lanidad violenta, rebarbarizada por su retorno nocía de segunda mano. Ignoraba la prolija ter-
jística de la civilización por el imperio avasa· hoy, las formas de explotación y sumisión im- al pastoreo neoUtieo, atomizada por el agobio de minología y el exacto almanaque de las faenas
liante de la naturaleza pura, coodenado a la puestas por el imperialismo. El Río de la Plata la geografía, desposeída por la rapiña colonia· rurales. En ocasiones decretaba. prácticas cam·
soledad por la penuria demográfica y la escala cobraba conciencia de aquella ruptma sin haber lista de los amos peninsulares que se repartían peras que críticos enconados del gaucho y aus
desmesurada de la distancia, dedicado a una logrado forjar desde un principio una ideología los campos y !le amurallaban en las ciudades. valedores, (Emilio Coni, El Gaucho, 1945), con·
• ganadería elemental más cercana de la caza que un~nimemente compartida por todas las clases Pero la poesía popular y la poesía payadoresca denaron como errores mayúsculos. Tales desa·
de la cría. El propio Hidalgo, en determinaqo sociales. Mientras las burguesías y oligarquías no apuntaban a un fin polltico o moral. Eran un cier tos -menores, además- no invalidan sino
momento de su trayectoria literaria, escribió urbanas que trasvasarán sus bienes y valores a batiburrillo de romances, villancicos, aguafuer- que confirman el origen y designio de la obra
poemas tan divorciados del rnJ.mdo rioplatense un futuro patriciado, heredero de los resortes de tes descriptivos, cantos de amor correspondido o de Hidalgo. t'ste había nacido en una ciudad
como este: la riqueza y el poder arrebatados al español, po- despreciado, pullas sadricas, desplantes matones· del Nuevo Mundo, todo lo parva y pacata que
seían ya el claro designio de sojuzgar a las cla- ~. ~:eflexiQnes füos6fic;aa e imaginaciones dis· se quiera pero ciudad al fin, y su espíritu urba•
¿Qué mano angelical en mis oído: ses populares, aun a costa de una solución mo· paratadas. La crónica, la. historia, la. vida coti· no, secularizado y · racionalizado, escogía delibe-
derrama generosa su dulzura? nárquica, el pueblo combatiente debía edificar diana, los hechos de los santos, las habilidades radamente un estilo poético multitudinario para
¿Quién embargando, oh dioses, mis senttdot sus escalaa de valores revolucionarios sobre la de la ganaderia cimarrona y, muy atenuada, proyectar Ja ideologia de una élite dirigente
labre la Imberbe nación. Y así surge la poesía d~do patriota se asemeja a Artigas- lo reivin·
gauchesca, o el género gauchipolítico, como dijo dtcan como su legítimo paisano. El Conde cree que ya es suyo El que viva entre nosotros
Sarmiento simplificando en una formulación !i- Nuestro Río de la Plata; Amargo, y mozo ele garras
Estas querellas son frecuentes entre los rio-
mitadora lo que la poesía revolucionaria de Hi- Cómo se conoce amigo Para sentársele a un potro.
platenses que no poseen una comprensión int~
dalgo pretendía realizar. gral de su común cultura. Y así nos disputamos Que no sabe con quién trata.
Y digo cielo y más cielo,
La poesía gaucha era inmediata, e~pontánea, a veces con infantil acritud, la paternidad lite~ Inspirado por un propósito unificador, Hidal- Cielito del espinillo,
generalizada, descriptiva. La poesía gauchesca, raria de Florencio Sánchez, de Horado Quiro- go no sólo quiere ser escuchado por el pueblo Es circunstancia que sea
en cambio nace como un fenómeno literario me- ga, de Acevedo Díaz, y en un plano menos in· rioplatense sino que busca en los demás hombres Liberal para el cuchillo.
diatizado por las necesidades propagandísticas ~ividualizado pero casi más polémico, la prio- de América en armas una ancha audiencia -y
de la revol~ción rioplatense. No se desperdiga rtdad de las raíces orilleras del tango. un ulterior asentimiento-, para sus exhortad!'· Los actores de la primera revolución amed- ·~
en un abamco de temas varios: se especializa en Pero Montevideo y Buenos Aires, pese a ·¡a nes continentales : cana no se andaban con chicas: es que la lucha .
la exal!ación de la lucha contra el imperialis- ~> nchura desmesurada del Plata, son las dos ca· contra los imperialistas de todos los tiempo1
mo pemnsular. Posee un designio didáctico está ras de una misma moneda, como lo son Buda Cielito, cielo, que sí, -sean tigres de veras, de papel o de talabarte-
animada por el propósito de dar norma~, de v Pest, separadas· por el Danubio. Ambas com• Americanos unión, ría- debe realizarse de tal modo que la sangre ··
exaltar o denigrar conductas, de condenar re- parten, e·n sus idilios o en · sus enconos una fra• Y díganle al rey Fernando corra "a juntarse con el agua", como dice el ·:.
gímenes económico-sociales, de ejemplificar nue· ternidad histórica que podrá tener di;tintas en· Que m ande otra expedición. propio Hidalgo. Y no hay que darles aleo&
vos modelos de convivencia humana. No es la tonadones en una u otra orilla pero que posee El sentido y el sentimiento de lo amencano Cielito, cielo que st,
poesía gauchesca un mero lujo, una ancilla in· idéntico cuño regional. Muchos de los frutos se reitera en otros versos:
telectual, una simple corazonada del ingenio.
Brota baj? el. signo del compromiso, teñida por
que maduran en Buenos Aires son trasplantados
del vivero montevideano, y a la viceversa. Bue· No queremos españoles
Cielito del disimulo,
De balde tiran la taba: ..
Que nos vengan a mandar, Porque siempre han de echar culo.
una praxiS vtolenta y un ethos renovador. Es nos Aires y Montevideo están unidos por puen·
la poesía del deber ser antes que la del ser; es tes invisibles y poderosos sobre los cuales se en· Queremos americano.s Hidalgo, por cuyas venas quizá corrtan gotal
el lenguaje de la acción y la pasión y no el in- trecruza un permanente trasiego de hombres Que nos sepan gobernar. --o torrentes- de sangre africana (de ahf que
ventario memorioso de la contemplación. Posee Y. ~e ideas. D~ este modo constituyen una indi· Este americanismo -latinoamericanismo, se algunos orgullosos blancos lo despreciaran por ,
la virtualidad de un manifiesto. O mejor es un VlSlble comumdad urbana -más guaranga en entiende, pues hoy los dueños del gentilicio ser un "oscuro montevideano" o un "mulatillo")l - ·
estricto manifiesto, históricamente deterr'ninado un extremo, más agauchada en otro- que coro· "americano" son los hombres del norte- iba tenía conciencia del mestizaje biológico y cultu•
y conscientemente redactado. Los gauchescos parte las grandezas y defectos del cosmopolitis· más allá de lo declamatorio o discursivo. Tenía ral que se operaba de continuo en el crisol mul•
~osteriores pr~curarán acercarla al plano evoca· roo, la gravitación de las oligarquías latifundis· generosas proyecciones de justicia social, de m~­ tirradal de América y por ello decretó de una
t1vo de los ongenes populares, como lo hicier~ tas, el insulto de los cantegriles y villas miseria, numisión de los oprimidos: plumada el indigenismo de los gauchos. Lo mis-
Alddea de María (Galixto el ~ato) : la proletarjzación lenta de l~s clases medias, la mo sucedió después con quienes pidieron a nues- '
megalomanía y la incapacidad de los políticos Ya se acabaron los tiempos tra metafórica "sangre charrúa", cuyos deten•
Grandes tiempos patriarcales burgueses, la rivalidad portuaria y la comple- En que seres racionales tadoves actuales son hijos o nietos de galleg01
de las carretas de bueyes mentadón económica. Las expresiones Monte- Adentro de aquellas minas e italianos, un relámpago de la vieja garra a~
cuando había menos leyes aires y Buenosvideo, posibles como centauros !in· Morían como animales. cestral para imponer las modalidades guapea•
y mejores orientales. ~ísticos, no serán seguramente consagradas por doras del fútbol criollo en el Viejo Mundo. Hi·
El patriciado posterior de comerciantes, latí·
Pero Hidalgo quiso que su poesfa fuera, co- nmguna geogtafía del futuro. No obstante exis· fundistas y políticos, heredero del poder y los dalgo definía las cosas a su modo, con afirma•
mo las lanzas y las balas, un arma más en el te un cotidiano y empeñoso signo unificad~r que bienes del español, no escuchó ni por asomo la ciones tajantes y decisivas:
~ombate del Río de la Plata contra los imperia· ~esde el fondo de los tiempos subraya la iden· redentora admonición del poeta -como en la
tldad de nuestra cultura y nuestro destino. So- Cielito, cielo que s{
ltsmos de España y Portugal. Y por cierto que actualidad tampoco escucha otras voces más
bre todas las cosas somos rioplatenses esto es Guardensé su chocolate,
pudo lograrlo, pues sus cielitos viajaron con iracundas- y entregó las minas de oro, de co·
cm . da danos sin sobresaltos en cualquiera' de los' Aquí somos indios puros
la velocidad del viento y la puntería de una bre, de estaño, de hierro, los yacimientos pe·
p~rfiles janiculares de la ciudad doble que di· Y sólo tomamos mate.
acertada memorable. trolíferos y los minerales estratégicos, a los nue-
vtden y unen a la vez las aguas del río materno. vos imperialistas de las plutodemocracias. Y hoy Esta indiada, que en realidad no lo es, pues
-Antes de ·seguir analizando algunos de los Y mucho más se comprenderá todo esto en un más que nunca su~alimentados, explotados, des- entre los campesinos hay gauchos t.an rubios y
aspectos de la obra poética de Hidalgo conviene futuro muy cercano cuahdo, juntos en sus infor- deñados como indios mugrientos, los campesinos ojizarcos como los ingleses o alemanes, se opone
poner en claro un punto controvertido por los tunios y sus esperanzas, los pueblos de Argenti· y mineros americanos enflaquecen en las planta- dialécticamente, maniqueamente, a los godos o
historiadores de la literatura rioplatense. En na y Uruguay descuelguen, del mismo clavo, el ciones, revientan de malaria en las marismas, gallegos que personifican a España:
electo, los estudiosos uruguayos, teniendo en "changango" y la metralleta. calichean en las salitreras, son obligados a ser-
cuenta el lugar de nacimiento y la formación Hidalgo vio claramente, al igual que sus vir y a comerse los carajas, y cuando quieren Pero ¡bien ayga! los indios
intelectual y política del primer poeta gauches· contemporáneos más lúcidos, que el Rí~ de la alzar. la voz ya tienen encima la piara de los Ni por el diablo aflojaron,
co, lo proclaman como indudable compatriota- Plata era la sustancia y Buenos Aires y Monte- marines de afuera o los rangers de entrecasa. ¡ Mueran todos los gallegos,
luyo, mientru los argentinos, considerando que video los accidentes. f:l no hablaba como uru• Pero la advertencia de Hidalgo sigue en pie: Viva la patria gritaron!
lol padres .de aquél eran bonaerenses y que en guayo o como argentino: s~ consideraba riopla·
tense y dirigía su mensaje, vehiculizado por un Mire que grandes trabajos Pero detrás de estos presuntos indios -que
Buenoa Airea terminó au ciclo vital y literario, lenguaje gauchesco, al unánime y sufrido hom• No apagan nuestros ardores, también los había de lanza y pluma-, de los
ltaeto de una breve pero fecunda residencia en bre común de América Latina. Por querellarse Ni hambres, muertes ni miserias, "mozos amargos" que no le hacían asco al d~
la ciudad que lo recibió en su vóluntario des- Ni aguas, fríos y calores. güello, de los paisanos rotosos y los gauchos
vanamente los críticos no reparan la transpa· ·'
dlne -huta en este gesto el sencillo y esplén- renda de ciertas alusiones del poeta criollo: • 4 • • • • • • • crudos, palpitaba la realidad incambiada del
Dos cosas ha de tener pueblo de América la Pobre. Ella ondea una y
C UADERN08 DK MARCH~

rMJ ••
otra vez en el viento de los cielitos como una El ofida,l de ser.vjelqs, Un autor deiltobocido imiste, eil 1832, en micos y au hegemonla =ultural y ~&fieL •
reiterada bandera: denuñciar a jos apróvechadores que, a la som- nostálgico «retorno al gaucho», que ciertas co-
Y que la pro~tituciól'
bra de la patria, han hecho barriga de mal año: rrientes nacionalistas nos proponen, no es sim-
Y con ~sto honor y gloria Se ilC!'!rCa ¡¡ ~~ infeliz vi~d~
plemente un inocente llamado a recordar el
A los ~llr·americanos ' Que rnira con cruel dolor Maniales duro nomás
Padecer ~ sus hijuelos; «idilio rural» del pasado, sino una ' forma sutil
Que supieron con firmeza !lasta qué mueshen él sebo)
Entre tanto el adulón1 de expresar 5U obstinada oposici6n t. todb desa~
Liberarnos del tir¡mo. Que con lós rechúpetones rrollo progresista - d decir, antilatilundi$ta....::o
El que de nad;l nos airve Que a la pol::>te Patria dietori
~~ tqn~ d~ ]~ unión de los latinoamericanos, Y viv~ lit todO\ faici6J\, Les ha érecido la panza
y a toda idea de ávanzáda, tildadá d~ ántina-
4e la super~m6n qe las desavenencias internas cional y extranjerizatite" (Proyección hi!tótica
Disfruta gran abundanela Como les crece a Jos cerdos.
sf~ ·I~ •rmonia e~tre las naciones reci~n amane~ Y como no le costó del gaucho, 1962).
cadas reaparec~ con insistencia en las exhortaci~­ Nada el andar remediao Bastante después, Ascasubi y Hernández vol· En algún momento hablé de gauchofilia,
J.les eJe' poeta g~uchesco. Una dt: ellas conser va Gasta más pesps quf! \HrQ~! vleron a reférirse a las postergaciones y a las gauchofobia, gauchosofia:f gauchómanía y gau·
eq el presen*l'. tpd(! su valor programático, toda míserias d~l pobterio tYral. Pero todas las vir- chología. Hoy veo aquel as mis pre<lcupacionell
P~ prewooitorJ.~ ~speranza y decidid~ adverte~­ La revoluci6o ha sido trflicionada por 1~ · tlllalidad~s de' la protesta estaban ya prefigura- clasificatorias como entretenimiento de tardes
cta: bur~uesía. El pueblo fue el brazo ej6cutor pero das en el tonQ elegíaco, desencantado, de hi de lluvia. Me parece que lo cjue impGirta de
¿_Qui~!" nos mojada la oreja los Jefes populares Y<!- no ¡;st¡í.n en el e~c~nario, poesía ráepuscular de Hidalgo. El gaucho, per· veras es desbrozar el camiño obsta~aliiado por
ilt umeram<?S nuestros brazos ? ya no pueden defe?de.r 1\ los ~i\mpos~ -, lQS pe- seguido ayer, bueno en su momento para echar los corrales de ram:~s que construyen los mitó-
Pasado el duro y gozosQ tiempo de fa eman· gros, a los pobres md!O$, a los desvalido~ rura· a lós godos, tetorna a su antigua condición de grafos y· mitólogos criollos al servicio, deliberado
eipación poJI'tica, echados ya los godos a "sus les ..Los enem~gos de Artigas, los oligarcas y sus paria al afianzarse el dominio de los dotores o inconsciente, de los que haciñan a lós nietos
cap1tostes,. aphcan la ley del embQdo y persiguen urbános y los propietarios de los c~mpos inmen- del gaucho en inmundos ranchéríos mienttas
~hiqueros" de ultramar, la discorpia e~talla en· sos. El ciclo se cierra. Por eso, con ser desaliñada ponderan las vir tudes de aquel antepasado ji·
al campesmo menesteroso:
're ~a.s provincias y las desigualdades entre los y sin contar con el í!ínparo de una decidida con· nete que pedía tierra y cielo, espacio y iná!l etl·
ricos y lo• pobres se hacen más visibles que antes. Roba. un ga~cho .u nas espuelas . ciencia clasista, conserva toda su v:llidez histó· pacio, como teucohoe, pará sustei'ltár así el l'tl~
J..a ley, y la jus.ticia .sólo brillan para los pode- O qutt6 iJ.lgun mancarr6n
1 1·ica lá deuuncia del primer poeta gauchesco. numento latifundista de sui vetdugo~.
fosos; la entrev1sta bbertad de la era artiguista O del pesg de unos medio~ Sin embargo, a partir de la efectiva desapari-
Je yuelve la espalda a la gente sip privilegio~ A algún paisano alivió; ción del g:ruohó en el último tercio del siglo IV -lOS PAYADORES
econóp1icos y. sociale~. Triunfan los zorros los Lo prieuden~ me lo enchalecan, pasado, los hómbtes ele las ciudades comienzan
e.dulones, lqs de riñón forrado. En el Di.ilogo HERNANDIANOS
Y en cuanto se descuidó a exaltarlo c()mO' la m~dula de la nacionalidad.
pat~óti~ interesante y~ no se escu~~a la voz Le limpiaron .a carach; Un escritor argentino propone que "debería El poema pampeano de Jos~ Herriánder: fi·
coraJuda y provqcadora del vivac guerrero. Hi· Y d!'l malo' y salti~d{>r ' investigars¡¡: si los que a fines del siglo XIX y a gura con honor en la corta serie de libtos inago-
dalgo1 como ~uehos antiguos patriotas, está de Me lo trata~ y il un presidi(! priñcipios del XX hicieron del gaucho una fi- tables, de esos libros que leetnQs y releemos sin
VUelta 'f no esconde SU desconSIJeio: Lo m¡md¡m con calzl\dgr. ' gut~ irr~al -según la doctrina que sostiene cansancio pues siempre conservan un rinc6n no
Sin preguntar ~¡ es porteño Cuando roban los burócratl!.s o los validos Emilio Corli- no son los mismos que en otro descubierto que nos sorprende y deleita con lit
~1 gqe 1~ ley ofendió, ~ ~os ?'lili~ares! n los patdcios p~tilludQS., Q ·~u~ plano fbrnentaban l'a permanencia de los modos encuentro y su entrega. Como la nlbJia, como
Ni si e• salteño o puntano S~noron t1cne una casu4!i<,iá'·', pastoriles de producción que permiten no resol- el Quijote, el Martín Fierro concita en sus pá"
Ni si tiene mal color; ver de inmediátO' d problema de las grandes ginas Una concepción del Univei'sd, elabora url~
Ella es igual ~ntra el crimen Al princ!pio, ll'l\lCh~ b1,1lla1 estancias en manos de una flligarquía. En otras filosofía de la vida, construye un tratadó moral
Y nunca hace distinción Embargo~ causa, pr-jsióp, palabras; si no son los mismos que coadyuvaron del hombre y sus estilos de coexistencia. Dentro
Pe arroyÓs ni de laguna$, . Van y v\epen, v¡m y ''ieo~n.l en política p1(t-á que la tierra no se sub<;lividiera, de la literatura rioplatense representa la m:idu·
De rico pi pobretón: Secretos, abniradón. mient'ras que por otro lado exaltaban la figura rez del género gauchesco. Es ei fruto anunciado
Para ella es lo mesmo el ponch~ ¿Qué decla~a? Que 01 metttir~ dé ese hombre de a caballo que odiaba la pampa por la temprana y espinosa flor dé Hidalgo y
Q~e casaca y pantalón; Que él es un hombre ~e ho.J:tor alambrada, arada1' (Gastón Gori: La pampa el estuario de torrientes culturales rioplatenses
Pero ea pla.~icar de bálde ¿Y la mosca? No se ·~be~ sin gaucho1 t952). asimiladas y recreadas por la genial inspiraci6n
Y mientr~s no vea y,o El Estado la pe~:di6. As¡ es. Er chiripA del gaucho es el taparra· de H ernández.
Que se castiga el delito, El ¡?reso sala ~ la call& bos dcé una ideolog!a. Los que ayer lo liquidaron No es el Martín Fierro' un poema gaucho,.
Si!' mirar 1~ conqició!)_, Y se aeaba J~ juneióJ'I. por cuatrero y· vago hoy rehabilitan su 1pemoria como pretende Carlos Alberto Leumann (La Ji.
Dtgo que hemos de ser libres ¿Y ésto se llama igu.,fdi~? para proclatnar la patadisíaca plenitud de los teratura gauchesca y la potsía gaucha, 1953 );
Cua~qo hab~e mi Q1acf\carrón. La per!a qu, rpe ~a.rid~ camy.os síri c'onfines,, vírgenes de la reja gringa, es un poema gauchesco escrito por un hombre
cubiertos pói' la gramillá de Dios. Samuel de la ciudad que vio la decadencia del gauchG
Los dineros del pueblo son burlados por las El tema de la desig-ualdad soci~ e$ti ·pi"J- s~hneider, confirmando esta pirueta despistado· y quiso denunciar su explotación pot los repre-
Incipientes burocracias, por los gobernantes que sente desde un principio eR la poesía gaue}\esca,. ra de las oligarquias criollas también· comprueba sentantes de la ley y el orden urbanos. Jos&
representan los in!ereses de los grandes gana· A veces Hidalgo ª'bandona estl': tono ~ombrío y que el chivo e~pia:torio del pllsa:do se convierte Hernández, periodista y polÍtico, compuso S\1
~e~ y los comerciantes f\lertes. Aniba se mal· reconoce, en medio de l.;l alegr¡a d~ ~~~ edebra.· hoy en el portaestándár.te de' una interesada poema gauchesw con la intención concreta de
ns• y te roba. PeJ'Q entre lo~ de abajo el pa.· ciones patrióticas: "tradici6n nacional": "Aquel hombre de a ca- reivindicar la personalidad desconoc'idá y m~
~orama es fiero~
¡ Qué bailes. y que juncionu ballo que odiaba la agriéultura y se burlaba del nospreciada del paisano argentino y para fusti•
~ero en tanto ~ue ~ rigor Y ~ué . beber ·ta.n ¡colijo!
gringo, podía sétvir, ide·alizado, comó excelente gar los abusos del caudillo electorero, del milifa#

.,.. ..
Del hambre perece ~1 pob~ Que en el ricQ. e alegrí'-
cobertura de la ideólogSa de lás clases dominan· prepotente, del juez corrbmpido, del milico ~pro­
Bl 110Jdado de :va}OI'1 tes, añsiosasl de pFeservar !iu~ privilegios econ6- vechador, del pulpeto' ladr6n1 tedos repres~ntao-
y en el pobre pedo fijo.
NUii'IMc::l ti./ OCTUiiiRIIt , .• • .,.
• élirec:to1 o Indirectos del poder urbano, con- A su vez, las fieras enceladas, enloquecida.
lrolado· 'p or los estancieros y los comerciantes. bra, de esa noche que atraviesa como un ·leit la sufieiencia personal que tal virtud le GQDo
por el reclamo del instinto, se refugian en su motiv obsesivo la poética de los griegos. Alcman fiere :
Esta oposición entre la ciudad y el campo, guarida y
entre la civilización y la barbarie según el erró- y Safo, del alemán Novalis, del inglés Black; y
Si no llego a treinta y una
neo· membrete de Sarmiento, se descubre en la Allí lanzan con furor de la uruguaya María Eugenia Vaz Ferre1ra,
de fijo en treinta me planto
.,.rdónica queja del protagonista: esos bramidos que espantan, recibe por parte del gaucho una interpretación
y esta confianza adelanto
porque las fieras no cantan, sobrecogida y solemne: porque recebí en mí mismo
Canta el pueblero. . . y es pueta las fieras braman de amor.
canta el gaucho .. . y ¡ay Jesús! . .. le contesto humildemente con el agua del bautismo
lo miran como avestruz, Pero hay otras voces y ~tras armonías de la la noche por cantos tiene la facultá para el canto.
su inorancia los asombra; creación que sólo en el canto pueden manifes- esos ruidos que uno siente Quedan así definidos el panrapsodismo que
más siempre sirven las sombras tarse~ Incapaz de pergeñar una filosofía natural sin saber de dónO.e vienen. anima a la naturaleza y la vocación prenatal
para distinguir la luz. el gaucho concibe al mundo y sus potencias co- y vitalicia del cantor. Pero en el Martín Fierro
mo espíritus animados. El canto es la expresión Son los secretos misterios
El campo es del inorante; que las tinieblas esconden; existe también una praxis, una estética, una ética
de dicho animismo y de este modo cantan los y una dialéctica del oficio payadoresco.
el pueblo del hombre estruído; elementos, los cielos, la tierra, el mar y la noche. son los ecos que responden
ya que en el campo he nacido a la voz del . que da .t,m grito La primera, la praxis, nos pone en contacto
En el pasado se creía en la música de las esfe- con la faz puramente externa del mester de ju-
digo que mis cantos son ras; el universo del gaucho, más ·al alcance de como un lamento infinito
para los unos . • . sonidos, que viene no sé de dónde. glaría criollo. El cantor es un repentista. Im·
los sentidos, más a flor de la piel de los meteo- provisa de manera torrencial, como río que se
y para otros. •. . intención. r os, no sobrepasa la naturaleza visible. Comen- A las sombras sólo el sol desborda. Es insensible al •cansancio. Halla tema
Pero la obra desbordó la intención del autor. zando por el cielo Hernández hace decir al mo- las penetra y ·las impone; tras tema, con versatilidad ingeniosa, con fluí·
Q uiso formular éste una protesta' temporal y reno que payó con Martín Fierro: en distintas direcciones dez sorpresiva:
creó un poema eterno; quiso pintar las virtudes, Los cielos lloran y cantan se oyen rumores inciertos,
defectos y penalidades del gaucho y retrató la -son almas de los que han muerto Yo no soy cantor letrao
hasta en el mayor silencio; mas si me pongo a cantar
condición humana en su totalidad; procuró can- lloran al cáir el rocío que nos piden oraciones.
tar la epopeya y el drama de la Pampa e hizo no tengo cuando acabar
cantar al silbar los vientos, El gaucho comúnmente lleva un cantor bajo y me envejezco cantando:
un libro ecuménico; intentó definir tipos locales lloran cuando cáin las aguas,
'/f simbolizó prototipos universales. el poncho. Y si se enamora, sólo en el canto, las coplas me van brotando
cantan cuando brama el trueno. aunqu~ . grazne, ·tiene un auxiliar efectivo: como agua del manantial.
El poema de Hernández es un orbe comple-
Jo. Se han escrito muchos libros de exégesis y f:l canto de la tierra, en cambio, no concierta Y todo gaucho es dotor Del mismo modo Cruz indica que, lflil ter
le escribirán muchos más sobre lo que su autor las voces de sus profundos espíritus, como en si pa cantarle al amor · payador profesional, una vez que comien3a a
dijo, o quiso decir, o pudo decir y no quiso, o las religicmes agrarias, sino que está compuesto tiene que templar las cuerdas. redondear coplas, éstas forman legión:
a la viceversa. Hay en sus versos una clara pro- por el coro doloroso de las criaturas humanas:
:t esta social y muchas cosas más: un catálogo forman un canto en la tierra Pero hay hombres predestinados desd~ el ni- Y aunque yo por mi inorancia
etnográfico de costumbres indígenas y criollas, do uterino a cantar por toda la vida, a cantar con gran trabajo me explico,
el dolor de tanta madre,
un vocabulario c¡tmpero, una galería de perso· ante· los umbrales de la muerte y más allá de cuando llego a abrir el pico
el gemir de los que mueren
najes, una crónica de la vida en "la frontera". la. muerte misma. Premundo, mundo. y meta· -ténganlo por cosa cierta -
y el llorar de los que nacen.
.Y además un tratado, por lo menos implícito, mundo son una sola cosa en la parábola lírica sale un verso, y en la puerta
de la teoría y la práctica del mester p'á.yadoresco. )<;1 canto del mar lejano es amenazante. El del cantor: ya asoma el otro el hocico.
Sólo a este último aspecto quiero referirme en gaucho, hombre terrígeno si los hay, estuvo
las siguientes páginas. . siempre de espaldas al mar. Sólo se entretuvo Cantando me he de morir, N o posee Cruz la elegancia ni el poder pero
en describirlo Estanislao del Campo (¿Sabe que cantando me han de enterrar, suasivo y metafórico de 'Fierro. Es un humilde
· Para Martín Fierro el universo entero posee y cantando he de llegar
es linda la mar? / la viera de mañanita . .. ) y cantor de fogón, un sargento desertor, un res-
el don del canto. El gaucho lo capta porque
Güiraldes logró en Don Segundo Sombra -pro- al pie del Eterno Padre; . coldo de cocina milagrera. Pero aun asi señala
sabe escuchar. Vive atento a los sutiles rumores
... de la naturaleza,. al secreto crujido de los vege- sa y no verso- intensas descripciones de los dende el vientre de mi madre. la afluencia . pertinaz de los versos:
cangrejales de las orillas rioplatenses. Como el vine a este mundo a cantar.
tales, al resuello entrecortado de las bestias: A otros les brotan las coplas
moreno tenía que cumplir con el rigor de la pre- Sobre este sino del cantor, sino en sentido como agua de manantial;
Que cante todo viviente gunta de Fierro, nos ofrece su versión del canto
otorgó el eterno padre; de hado astrológico, ineludible como el moira pues a mí me pasa igual
del mar, aunque supeditado a sq elemento ma· de la tragedia griega, se funda la fama de los aunque las mías no valen:
cante todo el que le cuadre terno, la tierra dominadora:
como lo hacemos los dos, payadores y la obligación de sustentar los con- de la boca se me salen
pues sólo no tiene voz Cuando la tormenta brama trapuntos . .Por ello es que Fierro conmina al como ovejas de un corral.
el 1er que no tiene sangre. el mar que todo lo encierra moreno para que le responda:
Tras. la habilidad puramente formal, hecha
canta de un modo que aterra Y ya que al mundo vinistes " pura labia, de la praxis, se yergue orgullosa-
Todo ser viviente canta en principio pero como si el mundo temblara;
hay casos que limitan la regla general. Carecen con el sino de cant'ar, mente toda una estética, toda una teoría heroica.
parece que se quejara no te vayás a turbar, del arte poético:
de yoz los seres que no tienen sangre y de que lo estreche la tierra. no te agrandes ni te athiques.
De los pájaros cantor~s Finalmente el canto de la noche que envuel·
Con la guitarra en la mano
s6lo el macho es el que canta.. Fierro, por su parte, reco~oce en s{ la exis- ni las moscas se me arriman:
ve al caminante con su golilla de miedo y IQ¡:n. tencia de esa facultad innata. y proclama la je. ~aides me pone el pie encima,

AUMERQJ 8 1 OCTUiiil!RII!!:· UiiiCIJ7


Aquello no era traba jo, lo es por su perpetua facultad de cantal', halla
y euanélo el pedi~ M entona ~Igualmente el moreno derrotado por Fierro en la payada de Fierro con el Moreno su ejem-
hago gemir a la prima 1
.a el célebre contrapunto anuncia quC" de all4 más bien era una junción ,
y dispués de un güen tiró11 plificación más esclarecida. Dicha payada, colo-
y llora!' a la bordona. en adelante no cantará por la fama cada al final del poema, es una pieza única en
sino por buscar consuelo. en que uno se daba ~aña
El canto~r eatA orgulloso con su condici6n. pa darle un trago de caña la literatura gauchesca, y así lo han entendidc
Pero si el canto alivia las desazones del altña desde los críticos más advertidos hasta los aim-
Ser cantor u llevar en tomo una nube dorada
es también una protesta contra las injustici~ solía llamarlo el patró.n.
• peregrinar de pago en pago con una aureol~ .yles lectores. No obstante, se trata de una cul-
<de hazañaa y de amores, es encender en la aom- sociales, un instrumento de rebeldía y de oom· Aquí se transparenta con toda clanaad la minación muy particular, con un clímax dual y
bate: no unívoco. Una faceta se orienta hacia la rea- · · •
bra de la llanura infinita la gracia de una estre- .deología del paternalismo de la comunidad ci-
lla humana, la lumbre de un arquetipo ideal. Dende chiquito gané nlarrona y las excelencias de un campo sin lí· lidad y otra hacia la fantasía; la una retiene
El cantor pampeano -(:omo el oriental o el la vida con mi trabajo, mites, s.-lpicado por las vacadas pachorrientas, y acentúa los elementos dialécticos y dramático&
riograndense- tiene conciencia de su valía do y aunque siempre estuve a\vl.io tendido como un paiío de billar bajo el techo de los protagonistas -Fierro y el negro can·
MI fwtci6~ de au destino manifiesto: ' y no sé lo que es subir, dt> los pamperos. tor-; la otra se desliza por un impercep~ •J ·

también el mucho sufrir Sin embargo, pese a sus limitaciones , b acti.. ble pero pesadille\;co declive h acia el mundo w
Que no •• trabe Dli lengua suele cansarnos, caraja. tud de Fierro difi ere de la drl común dr los ca n· pectral de una N émesis criolla.
Di me falte la palabra, ton~s. f:stos, en su inmensa mayoría, aceptan las Ezequiel Martínez Estrada ha realizado un
el cantar Dli gloria labra En medio de mi inorancia
conozco. que nada valgo, pt>nas e injusticias drJ mundo, como algo con· a.tr;-ctivo estudio de ambas vertientes (Muerte
y poniéndome a cantar snstancial y eterno ; Fierro se revut>lve contra su y Transfiguración de Martín Fierro, 11, 1948).
cantando me han ~e encontrar soy !a hebr~ o soy el galgo
as1gun los tiempos andan tif'mpo: A su juicio, Hernández desarrolla dos motivos
aunque la tierra se abra. de contienda en el duelo payadoresco: el de com-
pero también los que m;ndan Y dejo rodar la bola
, Como todo aer humano el cantor e1 pe 1 ..ce- debieran cuidarnos algo. petir en un contrapunto sobre " cosas de funda·
que algún día ha de parar, mento" y el de dirimir una antigua deuda fami-
der?. Pero •.u canto Jo sobrevive, en una especie
tiene' el gaucho que aguantar
de mm~rtahdad terrena, como una estela de su La gente pobre hace mucho tiempo que su- liar de sangre. De este modo el diálogo lleva eil:'
memona. Con profético tono Fierro advierte que fre "la suerte reculativa". Martín Fierro no obs- hasta que lo trague el oyo, sus maletas esta doble motivación sin que los te~ ·-··''
tante, está lejos de ser un revolucion~rio. Es o hasta que venga algún criollo mas interfieran, aunque un sordo y amenazante
Más que yo y cuantos me oigan. s6lo un desilusionado de los hombres un amar- en esta tierra a mandar. recuerdo al "otro deber que cumplir, ande ron-
más que Jaa cosas que tratan.. gado por la ~ida perra. Y payador ~1 fin, aun- Un esbozado manifiesto antimperialista se ciando por los r incones de la payada. Pero Fíe·
~~ de Jo que ellos relatan que haya deJado el cuero entre las espinas, ac rro, ya viejo y cansado, sin los arrestos de su
mts cantos han de durar. · delinea tras la inconformidad del cantor. Los
alegra que rayadores son exclusivamente virtuosos df'l can· cuchillería juverúl, resuelve el conflicto "en un
Aqw, naturalmente, tras el personaje se des· • .. entre tanto rigor lo; Fierro es además un enjuiciador del mundo pathos diminutivo en el que toda tensión ,e
eubre al autor. Fierro es muchas veces una hi· y habiendo perdido tanto · circundante: relaja suavemente". y aquí viene entonces el
p6stasis de Hernández. Pero en otras reivindica no perdí mi amor al canto Análisis cautivante -y cuestionable- de Marti·
con gesto seguro, como una criatura real que ni mi voz como cantor.
Yo he conocido cantores nez Estrada. La payada, a su parecer, queda ,.. ~
tintetiza prototípicamente el menester de los que era, un gusto el escuchar, por ese procedimiento envuelta en una atmósfera
payadores, la irreversibilidad de su "saber de Como .hombre de campo, Fierro únicamente mas no quieren opinar de sueño y deja la impresión de una pesadilla
e.sencias", como diría Max Scheler opuesto al pr~testa. sm lle~~r a a~octrinar. La téoría revq- y se divierten cantando en la que una historia olvidada retorna y se
••saber eul"dl
to e poeta gauchesco. De' modo be- luciOnana es h1Ja de c1ertos estratos sociales de pero yo canto opinando desvanece en la conciencia. El Moreno es un
Do y extraño señala Fierro su condición de Orfeo las ciu~ades ~1 intelectual la propone y el que es mi modo de cantar. espectro del hermano muerto por Fierro en un ' l1
pampeano, su genio lúdrico de pr~tidigitador: proletano la aphca-; apunta hacia un futuro viejo duelo y cuanto ocurrió en la realidad pudo · ·.
Fierro, conocedor del egoísmo de las clases
progre.si~~a; reclama. una nueva y más justa haber sido una alucinación de Martín Fierro.
Me siento en el plan de un bajo altas, enemigo de la hipocresía de los fariseos y
repartlcton de las nquezas, una sociedad con "El Moreno es un aparecido y la escena cobra
a cantar un argumento. fiel exponente de un campesinado exprimido por
oportunidades idénticas. La mentalidad tradi- un alucinante primer plano de diálogo de ultra·
Como si soplara el viento Jos mandones que sólo se acuerdan de él !'n r.l
cionalista del paisano evoca, en cambio. el pa- tumba. Todo es obsesivo, esquivo, de tanteo en
' hago tiritar los pastos. sado remoto y revalida la plenitud c~arrona Ylomento de votar, expresa que
las tirúeblas. Los temas vagos y abstractos de la
Con oros, copas y bastos de una perdida Edad del Oro: he conocido, aunque tarde, payada no tienen más puntos de tangencia con
juega a1U 'm i pensamiento. sin haberme arrepentido la realidad que un suceso acaecido hace muchos
Ricuerdo ¡qué maravilla!
El canto posee, para Martín Fierro una fun• c.o mo andaba la gauchada, que es pecado cometido años y que recobra inexplicable actualidad". Y
d6n catártica, liberadora de los com~lejos ínti· s1empre a l~gre y bien montat:la el decir ciertas verdades. todo lo que sobreviene entonces es alimento dG
11101, Y una función social. fustigadora del orden las sombras. Salen Fierro y sus hijos de la pul··
y dispuesta pa el trabajo¡ Pero voy en mi cam.i~o
existe~te. El primer aspecto. el interno, está pero hoy en día . . . carajo pería y entran en la noche, almas y no cuerpos,
y nada me ladiará,
••u~aado por los famosos versos que tirven de no se la ve de aporriada. he de decir la verdá,
hombres y no nombres. La payada borra las fi- .·
p6rt.tco al poemaz guras de los protagonistas y el suceso se evade
El gaucho más infeliz de naides soy adulón: del ruedo de los hechos reales para hundirse en
Aquf me pongo a cantar tenía tropilla de un pelo, aquí no hay imitación, lo desconocido. Y alli personajes y. relato IC di-
al compás de la vigüela, no le faltaba consuelo esta es pura realidá. suelven "sin que ya nos atrevamos a peillaf qu6
que a hombre que Jo desvela y andaba la gente lista, ha sido de ellos••. .
una pena extraordinaria · tendiendo al campo la vista El canto y su don, el canto y su función,
Hasta aquí el critico argentino. Como su-

..
como la a;re solitariA s6lo vía hacienda y cielo, toda. e!tta teoría infusamente expresada a lo la.r-
pon~ que el lea.tor está bia;i. co¡:¡sustanaado ~¡:¡
._ al aatar a CODI!aaeia. • • o o • • • • • • • • • •
go y lo ancho del poema, donde el hombre casi

~
el Mardn TJ.el'l'o --"! id no lo esta que se decida
a cambiar la lectura del consa};lido Durrell de
tos por Estanislao Zeballos (Viaje al paú de lo.
araucanos, 1939), o rnocobíes, ambos pueblos de
- al~~ d. . 01'8l del ~ JJ.Qrida,, -
Ptr~uún~. a.ll.á por. el 1894, Gabino e""pllcó la~
Nc hay aq• alusión al barro. To'das 1as r~
zas, por 16gico etnocentl'ismo, proclaman ~~ pd11..
turno por la del poema pampeano-le pido que a caballo, surgen de tanto en tanto para recor· r&\1Dile• d., su triunfo: cipalía o 1~ belleza de au .pigmento vahendcsc
por $Í solo, después de repasar el texto aludido, dar las antiguas grandezas tribales o para do- de. al).trQpogenias más o menos caprichosas pero
medite sobre las afirmaciones de don Ezequiel. La. desigua.ldad' e~iste 1, siempre afirmativ.as. Melville Herscovits. en \UlO
lerse de las actuales vejaciones. En este sentido
Hay, en :recto, como en la tragedia antigua, bie~. se puede calcular-; de sus estuqios antropol6gicos, al I#~r~•e ~ etnd'
es muy interesante la queja del poeta mocobí
una espec1e de Deus ex machina que otorga al ql),e yo improvi.s.o ligero centrismQ de loa indios cher;okis ......que poli 1\111
Pedro Yacaré (llamado Labit en idioma cha·
enfrentamiento de Fierro y el negro calidades y usté s~ poJ).e ~ pensar••• puesto conocían al. blanco y al ftegr'<) . euand?
queño) que registra Lázaro Flury (Tradiciones,
oníricas, casi de alucinación, que la convierten leyenda y vida de los indios del Norte, 1945) . A su vez, Híginio, Cazón, moreno de pocas inventaron su creación del hombre-,narra el Sl•·
en un gozne sobre el que gira la puerta del mis· El indio Labit, que era len!!Uaraz de la tribu pulgas, dirigió t'lstas fuh:ninaci6n a un grupo de guiente mito. Cúapdo el_ Creador decidió, fabrl•
·t :rio. ¿Deliberó Hernández esta situación espe- de La Tigra y sabía escrib~ español, . entregó parroquianos bochincheros del Club Social de car al hombre tomó arcilla, dio forma a. trea.
Clal? ¿o fue bandeado por su obra, que corno a Flury, _e n un papelito ajado, esta poesía por Victoria que n9 habían. atendido su versada pro- figuras humanas y las colocó en un horno. I~
todos !os producto~ del genio tiene .potencias y él compuesta y cantada qwzá en su idioma ma· paciente por v.er. su~ Qbra. retiró una figurilla y¡
lija:
¡valenc1as redescub1ertas por las generaciones terno: Jo. hizo demasiado pr,onto. Estaba a medio cp-
Qu~ <:,ante- C:az6n. pidieron;.
posteriores, de acuerdo a sus concepciones de la cer, era pálida, de enfermizo color: había nacido
Gustando trabajar y· don l:tiginio cantó, el hombre blanco. Escarmentado, aguardó uq
1ociedad y la historia, del ser y el obrar? Y. a. los qi.Je nQ Io aplaudieron,
Yo no soy muy dado a las divagaciones me· pero cuando patrón pidiendo plata poco más y sac6 del hor.no la segunqa figura.
para pan la put-A que los parió. Estaba a punto, era de color firme y dorado, de
tafísicas. Reconozco que tengo un espíritu sim-
ple y una concepción materialista, casi táctil de dando ropa vieja ... ¿Existen d.ifer.encias entre los cantores blan- proporciones armoniosas. Pero por admirar al
las cosas. Me atengo a las realidadés aunque no Y s.i protestando pobre indio cos y negros? De todo lo que se ha escuchado antepasado de los indios se olvidó del tercer
desconozca los objetivos simbólicos a los que patrón echando y pegando, o se sabe acetc;a de esta antropología p<>.yadores· muñeco. Cuando abrió la puerta del horno en•
apunta (o queremos que apunten) . .Por eso pre- y si policía va reclamando, ca., parece seP que los blancos eran más parnasia- contró una figurilla carbonizada, brun.a, mal•
fiero analizar los aspectos lúcidos y tangibles de patrón diciendo, indio robando, nos y razona11tes, m~ lentos y profundos en la oliente. "Fue lamentable, pero no babia nada
la payada. Dicha tarea nos situará en un meri- y policía también pegando . .. irnprovis~ión,. mientras que los ca:ntores negros que hacer; aquello · fue el primer negro'' (El
diano de claridades que disipan el cabildo de Todos llamando trabajar aparecen co.mo más, impresionistas, más retóri· hombre y sus obras, 1952).
los fantasmas. La payada resplandece en todas y dando linda aloja, cos y apasionados. Y más rápidos en la contes- El negro de la payada posee ideas nivela•
sus dimensiones con una luz natural y con un pero terminando dando cosa vieja . . . tación también. Todo esto, empero, es umy re- doras, reconoce el relativismo cultural, tiene un
aplomo silogístico tales, que su análisis nos ayu· y reclamando pobre indio .. . lativ.o, concepto unitario de la especie y. género ~omo:
dará a comprender la técnica y la temática del siempre pegando .. . En. la pay~da de Martín Fierro con. el rno· Pinta el blanco negro al diablp
arte de los cantores repentinistas. Un indio del sur, Antonio ~ancule, educa· reno, éste aparece corQo up. personaje hUJIIilde y el negro, blanco lo pinta;.
Páginas atrás me referí a una dialéctica insi- do · en la escuela, tar:tbién cantor y poeta, hiz<;> per.Q no . servil, Está emandpado para siem!V'e blanca la cara o retinta
ta en la payada hernandiana. No se trata de la -versos corno ést<?~: de las adheren<;ias urb~nas que atar¡ al negro. no habla en contra o en favor:
dialéctica hegeliana, que es una col).ciliación de a · la. antigua matriz de la esclavitud. Es un
Los sentimientos de los indios de los hombres el. Criador
los contrarios tanto en el orden de las cosas co- hombre. de a caballo. Bajo su ·respetp -siem· no hizo dos clases distinta$-.
mo en el de los espíritus; es algo semejante a la tan humanos corno cualquier ser, pre trata de 1.1$ted a Martín Fierro aunque éste
dialéctica de los sofistas, aquella erística o arte saben sufrir y pensar, abuse del \uteo- late una voluntad fría, UI).a Fierro mira al negro sin prevenci6n racista
de discutir, y también -¿por qué no?- un saben agradecer de corazón. pero con discriminación estética. A la mis.-na
confían~ clara:
remedo de la dialéctica platónica, aquel arte re- El solo consuelo que tienen sustancia humana le reconoce distintos atribu•
finado de una élite cultural que partía de las es mirar el campo y el cielo, Yo no soy señores míos tos: lo negro es negro. y lo blanco, blanco: en
sombras de la caverna de los sentidos para ele- cuando alumbra el sol sino u,n pobre guitarrero, esta discriminación óptica subyace una sutil Í.rQa-
yarse a la lumbre inasible de las Ideas. se alegran corno pájaros . .. pero doy gracias al. cielo tera de color.
., Y vamos ya, sin más rodeos, a la payada. De porque puedo, en la ocasi6n
entrada tenernos dos tipos antropológicos, el ne- Indio humilde y ma~so wparrne con un cantor Dios hizo al blanco y al ne¡ro
gro y el blanco, que en~arnan dos sensibilidades lo domina el poderoso, que esperiment~ a este negro. sin declararlos mejores:
culturales, dos mundos separados por la línea del no resiste, no aguanta su seso le mandó iguales, dolores
El negro, ~igue diciendo el c;antor., es muy
color. El canto es una facultad natural en todas defenderse de todos lados. bajo de una z;nesma. cruz;
amoroso, y ma.s también hizo la luz
las so~iedades humanas. Pero el canto contra· En ~uanto a los cantores negros, éstos fo;
punteado se da con singular intensidad en los aunq\le de esto no hace gal~, pa distinguir los colores.
rnan leg1ón. Los hay famosos y frangollones. En-
pueblos ecue.stres. In?ios, negro~ y blancos, no tre los primeros descollaron, aunque ya en su t_1ada a su~ cax;iito, iguala Anst ninguno se agravie:
hnporta, la p1gmentac1ó~ de la p1el, compartirán calidad de milongueros"' Gabino Ezeiza, un fe- ni a au tietna. voluntá. no se trata de ofender:
en ~1 ~10 de la Plata esa facultad repentinista. nómeno único de rapidez para la respuesta acer- a todo se ha de poner
El mdio alcanza raramente la calidad de pa- Luego recuerda, versos más adelante, un mi·
tada, Higinio Cazón, que se enojaba si no le to genésicQ.. afr,icaoo, - CU)la prlorida.d revalí.- el nombre con que se llama
yador, no por imposibilidad racial sino por escuchaban con respeto, Felipe Juárez, que y a naides le quit6 f"ama
característica de su cultura. Cuando los padro- dan hoy dia. los filósofos de la "negritud" como
cantó mano a mano tres días seguidos en la Shengor- en el cual, naturalrnt<nte,, el primer lo que recibió al nacer
nes culturales del blanco lo fecunden, enton- pulpería del vasco !barra con otro payador de
c~s. sí, aunque tímidamente, apuntarán las con- hombre es de color negro. Ya los personajes de la payada est-án def.l.
Flores (Argentina ), o el moreno Lws García,
d~clOnes que hacen posible el canto singular o exaltado como un caso excepcional por Carlos Cuentan qu~ de mi color. nidos. Dos razas diestras, una en la armonía.
dialogado. Cantores araucano.s como los descri· :Vega. Cuando Ezeiza venció a Pablo Vázqu~ Dios hizo al. hombr-e priDl.J:r~ la otra en el riu:no, l~ aPe~Qben plUa ~ G\Jelo

II'ACII. •t
CUA D~RNOS og MARCH~ NU~IJ;_Rc:t, 41 O,C:TUB}Ui 1101~'71
~tic:o. El blanco, en este caso, es má1 hábil, beceando en la correntada de sus versos. Cuen-
más directo que el I)egro. Es un payador ducho, ta también sumariamente su vida; dice que su la ley es como el cuchillo, el ser de todos IOJ serea
que va al grano de las cosas y de paso golpea saber sobre la naturaleza -saberc:,jónico, como no ofende a quien lo maneja. sólo formó la unidad:
con un chirlo fregón. El negro cuerpea, hace el de los filósofos de la escuela de Mileto- se lo demás lo ha ~riado el hombn
circunloquios para preparar las respuestas, pero y la experiencia cotidiana de la leguleye~í~. después que aprendió a contar.
lo debe a un "flaire" y se pone a la orden para de los engaños, de las corruptelas, de las m1st1·
ae endereza siempre con una flor serena en el CC'ntestar a su interlocutor:
retruque. Martín Fierro es lógico y sarcástico. ficaciones empleadas por los galerudos contra Resuenan de nuevo renacidos, reeditados a
':;, Su versos, agu~os y sin rodeos, se clavan en los Estoy, pues, a su mandao, el paisano de ayer y de siempre lo ~a~~ excla· través del cíclico tran~cuno de los •iglos, lo&
~ blancos exactos, Tras el canto del negro gol· empiéce a echarme la sonda mar rematando su desencantada defm1c16n: problemas que se plantearon los presocráticos.
petea el ancestral tambor de la selva; tras el si gusta que le responda ' Más que con Tales, Ana~}ma?d~~ o Anaxíme-
Le suelen llamar espada
fmpetu de Fierro zumban y vuelan las boleado- aunque con lenguaje tosco: y el nombre le viene bien; nes, que buscaban un arJe pnrmtlvo, una pro-
" l'al del gaucho. en leturas no conozco tocosa esencial este pensarmento entronca con
los que la gobiernan ven
~• La payada se ata tácitamente. Cae el mo· la jota por ser redonda. Parménides, q~e afirmaba la. un!d.ad absoluta
adónde han de dar el tajo,
nno a la pulpería donde están Fierro, sus hi· de la realidad. En el poema f1losoÍico Sobre la
l<'ierro entonces lo interroga sobre los car le cái al que se halla abajo
~01 y Picardía, el huérfano de Cruz. Y a los m u· Naturaleza decía Parménides que el ente no es
tos del cielo, de la tierra, del mar y de la no· ,y corta sin ver a quién. , divisible porque todo él es homogéneo. .
chachos han contado sus vidas desdichadas al
,,. compás de la vihuela, porque como socarrona· che, sobre el origen del amor, sobre el signifi- Hay muchos que son dotores Vienen luego los problemas de la med~da Y
,,. mente dice· el payador cado de la ley. El negro responde con prontitud, y de su cencia no dudo; el peso. Fierro elude la ~esp~esta mate~~t1c~ Y
son cojos . .. hijos de rengo. . se explaya y hasta se florea. Sus aciertos ma· mas yo soy un negro rudo~ se orienta hacia el hermsfeno antropolog1co. el
yores resplandecen en su protesta contra la ley, y aunque de esto poco entiendo, hombre es la medida de todas las cosas. Por ello
Entonce• el negro, que rumiaba su entripado11
instrumento clasista de los gobernantes y doto- estoy diariamente viendo la medida sirve para regular la duración de la
le sentó con toda calma, res de las ciudades. En ningún momento la pro· que aplican la del embudo. vida humana y el peso para pesar sus culpas.
ech6 mano al estrurnento testa de Fierro es tan lúcida y dolida como la Medida y peso intervienen aquí como en el
y ya le pegó un rajido: del moreno. 1?-ste, que padeció la doble coyunda Martín Fierro empieza a respetar al more-
no. Le reconoce "capita1 pa esta par t 1.da " . Se Libro de los Muertos egipcio, o como el Mane.
era fantástico el negro de ser un paisano pobre y de ser un pobre ne· Tecel, Fares babilónico, o como las Parcas helé-
y para no dejar dudas gro, se revt,~elve rabioso contra ley, que a!egra de haber topado con un real payador.
Levanta su interdicción racista y reconoce la no· nicas. Claro que Fierro no lo sabe y que Her-
medio se compuso el pecho. ... se hace para todos nández poco ducho en humanidades, no recu•
Todo el mundo conoció mas solo al pobre le rige. ble y franca inteligencia del negro:
rrió d;liberadamente a esta filiación filosófica.
la intención de aquel moreno: Siempre el campesino vivió al margen del Y áura te voy a decir, Los payadores pampeanos se movían con como-
era claro el desafío derecho civil y el constitucional, frutos descon· porque en mi deber está, didad en el mundo de los grandes temas de la
dirigido a Martín Fierro. fiados y reglamentaristas de las ciudades. La y hace honor a la verdá metafísica y moralistas al fin, convertían al hom·
Este ea el prólogo, el asa de la payada. Al palabra empeñada es superior a todo documento quien a la verdá se duebla: bre como' el ' viejo Protágoras, en el cartab on'
..primer rajido", del negro, que era "fantás- escrito: no hay mejor contrato que el del común que sos por juera tinieblas '
universal. Las " cosas de fun damento" eran con
'tico", no todavía como payador, sino como fir- acuerdo verbal entre hombres de honor. Pero y por dentro claridá. frecuencia una antología del disparate, pero a
me dueño de sus actos y su señorío, se ·definen además el moreno sabe, intuitivamente, que la veces prefiguraban toda una filosofía cimarrona•
ley es un instrumento de opresión en las clases Pero ha llegado ya el turno del moreno .Y éste
las actitudes y se separan los campos. Fierro se pregunta con encarnizamiento. Se ,va al ~emo _de Finalmente el negro propone la pre~~nta
da por aludido y desgrana opulentamente la ma· privilegiadas. La defensa de la ley que éstas sobre el tiempo. Fierro se turba ante _la dtftcul•
ensayan, y de su ete~no acompañante "el orden", las abstracciones, a las ramas del arbol ftlosóflco
,, . aura mazorca de su arte contrapuntístico. Pri· que sacudieron Aristóteles y Descartes, Kant Y tad conceptual que entraña. Sale al ÍI? del pa-
mero reconoce que es deber de dos cantores "el es la defensa de sus posiciones. La ley y la jus· so pero se advierte el impacto de aquella en la
ticia no son lo mismo; puede una ley ser, incluso, Bergson para hacer caer las resplan.decientes
cantar de contrapunto", luego se refiere a la éti· manzanas de las categorías del pensamtento. In- a;quitectura de sus coplas. Es útil recordar, al
ca de las payadas -el payador cabal no se ha- altamente injusta. Se ha dicho que el derecho margen de este contrapunto, que muchas veces
quiere como un Sócrates campesi~o,. ap:lando
4=C rogar- , recuerda después sus años dichosos
es el precipitado histórico de la justicia, pero
a· una mayéutica cimarrona que s1 bten Ignora las interrogantes propuestas por los payado~el
efe. cantor joven, muy pronto agobiados por la en el caso del derecho burgués es el precipitado tenían una endiablada picardía. Cuando capcio-
de los intereses de un grupo que se arroga para las contestaciones pregunta con denodado dra·
''desgraciada mudanza" de una transformación matismo. Golpea .con palos de ciego y fue~z~ samente preguntó un payador uruguayo a otro
económica que no acierta a explicar el gaucho si la representación de toda la socied11d:
de domador. Pide nada menos que las defim· ¿Qué distancia es la que hay
y que Hernández escamotea. Y finalmente acep· La ley es tela de araña ciones del tiempo, la medida, el peso y la can· de las orillas al mar?
ta en cuatro sextinas arrogantes, redondas como en mi inorancia lo esplico, tidad. Fierro consciente del poder de la anda·
euatro asea de oro, el reto del moreno. Hay en no la tema el hombre rico, nada, recon;ce la habilidad inquisitiva del ne· su contrario, después de un guitarreo peauativo,
.. · ellas un recuerdo a la edad payadoresca que en nunca la tema el que mande .,.ro pero tiene confianza en sus dotes formales salió adelante con la respuesta, tan ocurrente co-
o '
ese tiempo llegaba a su fin: pues la ruempe el bicho grande y sustanciales de payador: mo la pregunta misma:
Y 1eguiremos si gusta y sólo enrieda a los chicos. Parece, amigazo viejo,
Moreno, te dejás cáir
hasta que se vaya el día; Un oscuro barrunto de la alegoría de la "le como carancho en su nido; parece que a mí me toca:
era la costumbre mía galidad" le inspira este acertado juiciP: ya veo que sos prevenido la mesma distancia que hay
cantar las noches enteras; mas también estoy dispuesto; de los labios a la boca.
había entonces donde quiera Es la ley como la lluvia: veremos si te contesto
cantores de fantasía. nunca puede ser pareja. La respuesta de Fierro e• más am~i~i~a que
y si te das por vencido.
El que la aguanta se queja ]a del iletrado cantor oriental. Su de~m1c1ón del
El negro se cuadra y se yiene en seguida ca· vero el asunto es sencillo: Al referirse a la cantidad c~ntesta que no tiempo incursiona en otras esferas, 11empre con
hay pluralismo sino que el comodín del hombre a cuestas:
CUADERNO!!~ CE MA . -H~
'NUMI!i:RQ 8 1 OCTUBR. , • • .,
~·elii)Op voy a ~
seg6D mi aaber alcanza: aib~dad han pesado de manera especial las ente- Yo nunca espero justicia 1eno un poco encendido, los ojos azules como pto-
el tiempo s61o es tardanza naciOnes que el esp.acio y el tiempo tienen en el potque no tengo ni un cobre; dra de pizarra, larga y en rulo la cabellera abier-
de lo que está por venir; Nuevo . Mundo. Las tradiciones neolíticas del como campana de palo ta al medio, cejas de alas de golondrina, la orej"
campesmo europeo, adheridas a un paisaje he-
n? .tuvo nunca. principio
ru Jamás acabará,
porque el tiempo es una rueQ.o
cho a la escala locomotriz del hombre, se desva~
necen ante la intemporalidad e ilimita.ción de
son las razones de un pobro..
...............................
El pobre ea como la ruda,
_..... tan chica como el reborde de un caracol rosado
y las manos un poco largas y velludas" .
El aislámiento ahond, en el Pablo Luna la
Y rueda es etemidá • los campos americanos; el escoplo de 1<\ soledad de mal olor, fastidioso ; misoginia y los caracteres narcisistas. En su equi·
'f •i el hombre lo divide re~odola los espíritus; la convivencia con los sin más causa que ser pobre po sexual Acevedo Díaz ha incluido, a sabiendn
s6lo la hace, en mi sentir ~ales y en particular la diaria confraterni· se hace de todc,s odioso. o no, secretos resabios femeninos, rasgos psicoso-
por saber lo que ha vi~ido.
• le resta que vi,vir:
ad con el caballo confiere al mito de los cen•
t~u.ros una renovada vigencia. Los centauros he-
................................. ~ ...... máticos que acentúan los complejos nocturnos del
alma del cantor. Todo hombre lleva una mujer
La desgracia de los negros
len~cos ,eran, ~ntre otras cosas, emblemas de la no es tener la piel oscura ; soterrada en su intimidad; toda mujer tiene un
~a. Idea del eterno retorno,' indostánica pi· sabiduna: Ch!rón fue el preceptor de Aquiles y b!i desgracia de los negros hombre al acecho en sus sueños. Cuando la ex- .
t~gonca, platónica, estoica y. nietszcheana ~ un· Nessos, d_:spues de muerto, venció con su sangre eS querer a mujer rubia. periencia biológica volatiliza esos ocultos fantas· . ~ .... , ·
hempo, el áspid que devora su cola reaparece .~mponzonada la fuerza bruta de Hércules. De mas, los rasgos viriles o femeninos se afirman • ·•
en el canto de F.ien:Q. El clímax filo~6fico llega
.. .. ... ... . . . . . . . . . . . . . . . 1 • • •. , . _ ,. . . . . . . '.

Igual rnod? los ce.ntauros de la llanura pampeana El pobre llora y se queja victoriosamente; cuando la soledad sexual asedia,
a su im. I;a tensa ~~erda estalla. El payador Y la~ ~?chillas onentales poseyeron esa umbilical porque no tiene ni un rial; entonces surgen los andróginos del mito de Pla-
blanco, fatigado, no msiste en los temas tras· lntu:cJOn de las cosas; esa protofilosofía com· yo he visto llorar a rico& tón, los tímidos amielianos, los efebos cavilosos . .
eendentalea y al interrogar nuevamente al mo- partida co~ los presocráticos; ese hablar cifrado, ¿dónde estás felicidad? Luna posee rasgos casi homosexuales y su•
reno. lo convida a cantar sobre cosas de la es· convocatono, sugeridor, de los narradores can- reacciones posteriores lo confirmarán.
tanc1a. Traviesoa payadores orientales, por su lado,
tores y paremiólogos criollos que aureolaban a Cuando cruza las poblaciones montado en
Roto así el encanto, el negro se desentiende la p~l~bra con oscuridades sibilinas y claridades desafiaban a las potestades del más allá, remo- su caballo lleva la guitarra en la mano izquier·
fe la payad;t,. se procl;trna vencido y recuerda P~?fetlcas. Fueron payadores anónimos los que undo la antigua leyenda t'uropea del diablo da, a manera de tercerola. ¿Adónde va? Aceve- ',\

as muertes InJUstas. V1ene a pedir cuentas por dijer~n en su cantar versos tan lind011 y: c:onvo- •uisionero: do Díaz no lo dice. Eli sólo el gaucho-trova, el
1a sangre de su hermano; toda la payada ha sido catonos como estos: "pájaro cantor¡ de nuestros bosques". El roman·
De la Banda me he venido
un pretexto para pasar de un duelo al otro. Pe- Soy torito de las cumbres •in que me sienta la arena, ticismo del autor prefiere la calificación vaga
ro nada sucede esta vez. Los oyentes se inter- recién bajao a lo llano· al diablo le he puesto grillos y penumbrosa a la objetividad de un contra·
ponen, los contendores se apaciguan y Fierro y en las astas traigo invierno y a la muerte una cadena. punto, a la reproducción de unas coplas, a la
los suyos se hunden en la noche que corona con Y en el balido verano. descripción de sus cualidades payadorescas. Pe-
sus estrellas y sus grillos. la frente misteriosa del Todos estos minessinger montaraces han lle· ro esta repugnancia por lo cotidiano no impide .
poema. Estos fel!~es aciertos son glosados y ruedan gado de alguna manera a la poesía o a la narra· que insista en describir su tipo y su atuendo, t"n .,.
como los· ~!Jarros. Por eso en otros Canci0neros tiva rioplatenses. Martín Fierro, Santos Vega, pintar sus aspectos y sus galas. A Luna siempre
aparecen las variantes de la copla: Pablo Luna, configuran encarnaciones y síntesis se le ve vestido de chiripá y botas nuevas, con un
V- PABLO LUNA, EL GAUCHO-TROVA literarias de payadores de carne y hueso; unos sombrero de alas cortas "negro y sin barbijo", ·
·. DE ACEVEOO DfAZ Yo soy un torito bravo prototipos son más felices portadores de alego·
\> no hay árbol q~e no desgaJe; con un poncho terciado en el crucero y llevando
rías y simbolos cotidianos que otros; la habilidad a la cintura un tirador de piel de puma " con
en las astas tra1go fuerza y fidelidad de los escritores logra rp.ayores o mt'-
I.as profundidades del alma campesina rio- y en el cogote coraje. botonadura de medias onzas españolas", moneda
platense son buceadas por el arte de los paya· nores aciertos tipológicos al retratarlos en sus de oro codiciada por el paisano para adornar
dores.• En estos prototipos humanos se atan en Lo alegre, lo satírico, lo intencionado se en· obru. también las cabezadas, pretales y bombillas. ··'•"
un mismo ~az la pasión de la montonera y la trevera de continuo en el gracejo popuiar éon Pablo Luna ea el personaje masculino de la Tenía Luna largas uñas de guitarrero que
contemplac~ón del ocio ensimismado, la inquie· los temas solemnes: t10vela Soledad, uno de los más logrado~ traba- el uso del cigarro había teñido de color ámbar.
~d n:ládica del instinto poético y el senten- Es la muerte de los piojos
I"M de Eduardo Acevedo Díaz. Una guedeja de pelo caía 9e continuo sobre la
<:Ioso ap o~o de la experiencia pastoril, los va· Hay en Luna rasgos comunes con los de· mejilla y le envelaba un ojo; no era eso descuido
la muerte más diferente·
lo~es arcaicos de las tradiciones y la esponta· unos mueren en las uña;
..uás payadores y matices particulares que lo sino coquetería, pues el rulo servía "de celaje
neJdad creadora de una imaginación trovado- ..onvierten en una figura marginal, especialísima. gracioso" a un párpado caído.
resca. otros mueren en los dientes..
.... ............ Es un cantor sedentario, enraizado en su La última característica del "gaucho-tro-
Carlos Leumann ha dicho que los gauchos Si es que hay mu~h~; ~~~~~~· · pago, del cual sale sólo los días festivos. No com· va" confirma un estilo vital común a muchos
IIOll .h?!llbres blancos renacidos, dueños de una niña en tu cuarto ' pite en payadas; es un hombre misterioso, sen· payadores: "Se conocía más a Pablo Luna por
~ruJbJhdad nueva, autóctona, geográfica. Sus. dejá la puerta abierta »ible, delicado y lacónico; no tiene oficio cono· su afición a la guitarra que por los hechos ordi·
::dat corren como torrentes campesinos, sin mez- yo seré el gato. c:ido; vive en un rancho miserable que "a lo narios de la vida de campo. Había empezado él
.ar sus ~guas con las del manantial indígena .................. 1ejoa podía confundirse también con una gran por calarse en el oído a favor de su habilidad
Jll entu~biarlas con la de los pozos estancados Debajo de su nariz.·· ····· · · .. covacha de vizcachones o de zorros, por lo para tañer y cantar antes que por actos de va-
de la audad. Forman una categoría humana chato y negruzco, mal orientado y contrahecho". lentía y de fuerza".
se acuesta a dormir la boca;
apar!e; P?se~n una filosofia brotada de su co- no puede agarrar el sueño Es un paisano descuidado para 1~ cosas ex- Pero hay otros caracteres que Acevedo Dí~
muru6n diana con la naturaleza; cantan. y ha· ~riores, &Wlque no para su persona. Se sabe atribuye a su personaje y que no c:oinclden Di
porque la sombra es muy poca.
~an en.un lenguaje lleno de parábolas, colmado \.\'XIl mozo y como tal se presenta. En efecto, a sociológica ni artísticamente con l01 del cantor
metáfol'as. En la forjíl de esta nueva •e~ Otras veces la reflexión social sazona coplas -'~,fino, con cintura de mujer y tiene "una bar- rural.
•desencantadas y. punzantes~ .~ oorta y rala 1irando a pelinegro, el rostro mo- El pa.yadar cauta u ruedas. u un ..., ~
~.,.... .4
fi'A<;;J. • •
ble y sociabilizador, ll! apea donde ve gente reu- Herido, humillado, gana su silvestre guarida
nida y los jinetes echan pie a tierra donde se y alli planea una indiscriminada venganza. In-
~iente au pregón musical. Claro está que es más capaz de combatir de frente recurre al incendio.
patético hacerlo herir "el silencio de las noches El fuego consumirá la hacienda de don Brígido
.apacibles" con "misteriosas melodías" que de- y también a Soledad. Pero la psiquis oscura y
tienen el paso de los ecuestres viajeros, y no exhi- tortuosa de Luna no va más allá de la actitud
birlo en una pulpería menguada o en una cocina lombrosiana del incendiario. Un desastre total
sórdida. reparará el agravio. Si perdió a Soledad, que
Pero lo que el cuadro gana en hermosura lo don Brígido quiere casar con un brasileño, el
pierde en veracidad. También es convencional fuego, que purifica y castiga, será el aliado de
su encuentro con Soledad, la heroína del relato. la frustración y la neurosis.
Son del mismo pago y no se conocen. Es incc;m· No es ésta una actitud viril, por cierto. Le-
cebible este tipo de payador huraño que no se jos está de la altiva gallardía de los gauchos
arrima nunca a las "casas". Pablo Luna perso· descritos por Darwin y Hudson. Es una reac-
nifica, en tal sentido, el anverso de los, cantores ció;¡ histérica, femenina, dictada por la impo-
clásicos, ya sean el rapsoda jónico como el jon- tencia y el despecho. La notable descripción del
gleur medieval, ya los puetas chilenos como lc;¡s incendio q1,1e hace Acevedo Díaz no disimula las
improvisadores riaplatenses. fallas morales y mentales de su perso.n aje. Pa-
Al contemplar la moza, lozana, incitante, Lu· blo Luna es un producto atípico en el universo
na no la requiebra y la mira apenas con "aire gauchesco. Sólo como un caso excepcional y
melancólico, de una manera vaga y fría'~. Como fuera de la regla puede admitirse su presencia.
un Hipólito redivivo o un Galaor de las cuchi- La mayoría de los cantores y payadores eran
~as, Luna ignora a la mujer. Pero ésta no lo hombres abiertos, francos, sociables, valerosos.
ignora: al verlo por vez primera lo codicia y se Pablo "Luna representa el otro hemisferio de es-
propone rendirlo, "amadrinado", someterlo a su ta faupa lírica: el tímido, el resentido, el esqui·
caprichoso imperio. zofrénico. Obsesionado por sus complejos y re-
Un día los jóvenes se encuentran junto a unas presiones cuando se decide .a obrar provoca ~na
tunas y sin palabras casi, la pasión se enciend~. catástrofe colectiva .
Soledad encandila a Pablo con el espejo del se- Al final Pablo Luna salva a Soledad. Pero
xo de manera ingenua, pero segura "de haber no 'puede salvar$e a sí mismo, y su figura de in-
herido al hombre en su entraña". cendiario y de maula, magnífico pretexto para el
Entonces comienzan las actitudes violentas análisis literario y ~riste ejemplo de un alma
oe Brígido Montiel, el padre de Soledad, hacia atravesada,· se desvanece ante la serena luz de
el gaucho-trova. Y éste no reacciona. Priniero otros personajes caracterizados por Acevedo
aquél lo trata de vago rotoso, después lo despide Díaz: Is~ael Velarde, el indio Cuar6, Luis Ma·
violentamente de una esquila olvidando "que no ría Berón, el negro Esteban. Y ni qué decir que
hay loro manso cuando le tocan la cola" y, fi· comparado con Santos Vega o Martín Fierro
nalmente, al hallarlo con su hija le propina un nuestro gaucho-trova sólo sirve de fondo som·
puñetazo tremendo. Pablo Luna, aguanta siem· brío para destacar los valores masculinos y da·
pre. Cada vez más sublevado pero sin llegar nun· morosos del payador de Ascasubi y del héroe
ca a utilizar el ~;uch.illo. hernandiano.

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