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Introducción a la época helenística de KÖRTE Y HÄNDEL

La época helenística de la historia griega comienza con la muerte de Alejandro Magno y


dura hasta el año 30 a. C. Dicho periodo es designada como helenismo. Esta palabra se
refiere a un fenómeno lingüístico, concretamente, al hecho de “hablar griego”. La difusión
de la lengua griega acompañó a la transformación del mundo que se inició con las
expediciones de Alejandro.

Una exposición de la poesía helenística dedica la mayor parte del espacio a los grandes
autores del siglo III: Calímaco, Apolonio, Teócrito. Por otra parte, los autores nombran
también a dos poetas menos favorecidos por la tradición: Filitas de Cos y Euforión de
Calcis.

Junto a la conservación de los textos, hay un segundo factor que une a los tres poetas
(Calímaco, Apolonio y Teócrito): los tres son “alejandrinos”. La ciudad de Alejandría
parece haber alentado la vida intelectual propiamente dicha del helenismo. Sin embargo, de
los tres poetas, solo Calímaco vivió toda su vida en Alejandría y fue influido por su
ambiente. Apolonio pasó en Rodas una parte de los últimos años de su vida, pero las
influencias determinantes ejercidas sobre su personalidad fueron alejandrinas. Por otro
lado, Teócrito, a lo largo de su vida, pasó por varios lugares: Alejandría, Sicilia (su patria)
y también la isla De Cos. En su caso, la influencia de Alejandría es evidentemente menos
que en los otros dos. Estos tres poetas del siglo III son los preferidos por la tradición.

Alejandría

El autor explica la importancia de la ciudad de Alejandría en la producción poética de la


época. Afirma que, en Alejandría, las condiciones de la vida intelectual eran únicas, la
ciudad parecía actuar como un imán que atraía las mentes de todas partes. Además, no
solamente atraía sino que dejaba su impronta sobre lo que atraía. El autor afirma que ni
Calímaco ni Apolonio no podrían haber creado su obra en cualquier otra parte. En estos
poetas, la fuerza poética se combina con la erudición en una forma que ninguna otra ciudad
podría haber fomentado y postulado en igual escala. Es esta relación entre poesía y
erudición lo que constituye una de las características más importantes de la creación poética
alejandrina.

Por otro lado, de los procesos culturales del helenismo destaca como uno de los más
importantes el hecho de que no sea ya Atenas el centro indiscutible de la actividad literaria.
Se originan nuevos centros: Alejandría, capital del reino de los Ptolomeos, y Pérgamo,
capital del reino de los Atálidas. Hubo dos causas para dicho desplazamiento del centro.
Por un lado, Atenas había perdido gran parte de su vigor. Por el otro, los soberanos de los
nuevos reinos, especialmente los primeros Ptolomeos, estaban animados por la voluntad no
solo de dar a sus ciudades el esplendor de los edificios y al campo la gloria de una
excelente administración, sino también de iniciar su gobierno de modo honroso, mediante
el cultivo de las actividades del intelecto.

La biblioteca y el museo

Ptolomeo I creó en Alejandría el Museo y la Biblioteca. Además, fue asesorado por


Demetrio Faleron, discípulo de Teofrasto. Este hombre importante, que estaba
familiarizado con la labor erudita y bien organizada de la escuela peripatética, ayudó con
inteligentes proyectos a realizar la ambicion del rey de crear algo grande para el cultivo de
la inteligencia. El autor supone que, la verdadera realización de ambas instituciones (Museo
y biblioteca) correspondió al segundo de los Ptolomeos, el de sobrenombre Filadelfo.

Museo

Museo es la transcripción de una palabra griega que significa: lugar de residencia de


las Musas, un lugar dedicado al culto de estas diosas; y el Museo de Alejandría contaba
con un sacerdote para su culto. Se trataba de una asociación de sabios, quienes celebraban
discusiones de problemas científicos, y sus reuniones eran honradas con la presencia del
soberano. El museo subsistió a lo largo de muchos siglos, aunque no sin sufrir algunos
altercados (en el siglo 146 a. C. fue abandonado por los eruditos más importantes, lo cual
perjudicó grandemente a la institución).

Biblioteca

La biblioteca de Alejandría. En realidad, existían dos fundaciones: la Gran biblioteca que


se encontraba en el recinto del palacio, y la Biblioteca, que estaba en el Serapeo o santuario
del dios Serapis.

La intención que había presidido la fundación de la Biblioteca era reunir todo el legado
espiritual de los griegos, poesía y prosa, que existía en aquel entonces.

En la biblioteca se instituyó el cargo de director, cargo sumamente honorífico, porque a tal


director de le confiaba la educación del príncipe. El primer director fue Zenódoto de Efeso,
el segundo Apolonio de Rodas. Tanto éste último como Calímaco se dedicaron a la poesía
y a la investigación. Calímaco realizó el Gran Catálogo, una obra de 120 libros que
contenía detalles biográficos, de historia literaria e incluso bibliográficos.

En conclusión, la poesía alejandrina constituye en cada una de sus figuras principales


y secundarias el objeto primordial de todo estudio de la poesía helenística. En nuestra
época no se produce en parte alguna un fenómeno tan semejante: un lugar repleto de
producción literaria. Se dice que la ciudad que posteriormente compitió con Alejandría –
pero sin conseguir su esplendor- fue Pérgamo.

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